la universidad y lo posible - efrén rivera ramos

19
Citation: 78 Rev. Jur. U.P.R. 643 2009 Content downloaded/printed from HeinOnline (http://heinonline.org) Thu Jul 22 19:54:29 2010 -- Your use of this HeinOnline PDF indicates your acceptance of HeinOnline's Terms and Conditions of the license agreement available at http://heinonline.org/HOL/License -- The search text of this PDF is generated from uncorrected OCR text. -- To obtain permission to use this article beyond the scope of your HeinOnline license, please use: https://www.copyright.com/ccc/basicSearch.do? &operation=go&searchType=0 &lastSearch=simple&all=on&titleOrStdNo=0886-2516

Upload: regina-emmanuelle

Post on 20-Jun-2015

186 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

"Las universidades contribuyen a imaginar y generar posibilidades de varias formas.[...] Todo nuevo conocimiento, sea teórico o práctico, introduce una nueva posibilidad: bien sea de entender mejor el mundo en el que vivimos o de transformarlo con nuevas incidencias técnicas. Igual ocurre con la creación -sea artistica, literaria o tecnológica. Pues cada nueva creación hace posible una nueva experiencia estética, una nueva propuesta sobre el arte de crear, una nueva forma de percibir e intuir el mundo. Lo mismo puede decirse del disefio de politicas innovadoras y de la formulación e implantación de nuevos modelos de intervenci6n con el mundo social, campos del saber que, por fuerza, combinan la producci6n de conocimiento con la creación en su sentido más amplio. Tanto la producci6n de nuevo conocimiento como la creación constituyen, pues, incursiones frescas en las avenidas de lo posible. En resumen, las universidades aún vistas desde sus ángulos mis tradicionales- se han dedicado a hacer posible lo que no lo habia sido antes."

TRANSCRIPT

Page 1: La Universidad y Lo Posible - Efrén Rivera Ramos

Citation: 78 Rev. Jur. U.P.R. 643 2009

Content downloaded/printed from HeinOnline (http://heinonline.org)Thu Jul 22 19:54:29 2010

-- Your use of this HeinOnline PDF indicates your acceptance of HeinOnline's Terms and Conditions of the license agreement available at http://heinonline.org/HOL/License

-- The search text of this PDF is generated from uncorrected OCR text.

-- To obtain permission to use this article beyond the scope of your HeinOnline license, please use:

https://www.copyright.com/ccc/basicSearch.do? &operation=go&searchType=0 &lastSearch=simple&all=on&titleOrStdNo=0886-2516

Page 2: La Universidad y Lo Posible - Efrén Rivera Ramos

REVISTA JURIDICA

UNIVERSIDAD DE PUERTO RICO

VOLUMEN 78 NOMERO 3 ANO 2009

LA UNIVERSIDAD Y LO POSIBLE

ENSAYO

EFRN RIVERA RAMOS"

Introducci6n .............................................................................................................. 643I. La Universidad y la generaci6n de posibilidades ........................................... 646II. Lo que puede ser ............................................................................................... 648III. A lgo sobre el deber ser ...................................................................................... 654

GRADEZCO A LA FACULTAD DE ESTUDIOS GENERALES, A SU PROGRAMA DE

Bachillerato y, especialmente, a su Decano, el Dr. Jorge RodriguezBeruff el haberme honrado con su invitaci6n a dirigirme a ustedes en

la mafiana de hoy. El honor se convirti6 inmediatamente en satisfacci6n porvarias razones. Primero, por el vinculo afectivo que me ha unido durante varias

dcadas al amigo Rodriguez Beruff. Segundo, por el aprecio que le tengo a laFacultad de Estudios Generales y a sus integrantes. Finalmente, por el hecho deque esta actividad se realiza principalmente para ustedes, los estudiantes denuevo ingreso.

INTRODUCCI6N

Mis allegados m~s cercanos saben que pocas cosas me emocionan tanto co-mo el primer dia de clases. Ha sido asi desde aquel primer dia de clases en elque inici6 mis estudios formales como un estudiante seriecito de primer gradode la Escuela del Carmen, aquella escuelita privada, ya desaparecida, que acogiaentre sus alumnos a los nifios y nifias pobres -como mis hermanos y yo- del Sec-

* El autor es CatedrAtico de la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico. Esta po-nencia constituy6 la Vigisima Primera Lecci6n Inaugural del Recinto de Rio Piedras de la Universi-dad de Puerto Rico, para el afio acad~mico 20o8-20o9, auspiciada por la Facultad de Estudios Gene-rales.

HeinOnline -- 78 Rev. Jur. U.P.R. 643 2009

Page 3: La Universidad y Lo Posible - Efrén Rivera Ramos

REVISTA JURIDICA UPR

tor de la Playa de Mayagiez. Todavia el primer dia de clases, como profesor enla Escuela de Derecho, es para mi una ocasi6n especial. Bueno, s6 que ya el pri-mer dia de clases de este semestre pas6. Estamos a finales de octubre. Pero co-mo esta conferencia lieva el nombre de Lecci6n Inaugural, supongo que algoinaugura. Inaugura formalmente el afio acad~mico. Se tiene tambi~n la inten-ci6n de que marque para ustedes, los estudiantes de nuevo ingreso, el despeguede una nueva etapa en sus vidas que les anuncia un mundo lieno de posibilida-des, que si no son infinitas pueden resultar para cada uno y cada una de ustedescasi como si lo fueran. Y qu6 mds parecido que eso al panorama de posibilidadesque augura siempre un primer dia de clases.

Cada vez que se lleva a cabo, esta conferencia inicia tambi~n un nuevo cicloen la incesante sucesi6n de ciclos anuales de la vida institucional de este Recinto.Ese renovado comienzo anual siempre plantea el reto de conjugar el equilibriosaludable entre lo que se repite y lo que se innova, entre la continuidad que re-afirma lo que ha venido siendo la instituci6n y la maravilla de lo que puede sercon cada generaci6n de nuevos estudiantes y nuevos profesores que ingresan aella. La Lecci6n Inaugural, ofrece, por lo tanto, la ocasi6n oportuna para re-flexionar no s6lo sobre lo que la universidad ha sido, sino tambi6n sobre lo quepuede ser.

El tema de esta conferencia serA, pues, la Universidad y lo posible... es decir,lo que puede ser. Tendri, a su vez, dos focos de atenci6n. En primer lugar, loque la experiencia universitaria puede ser para ustedes, los estudiantes. Y, ensegundo t~rmino, lo que la universidad, como instituci6n, puede y debe hacerpara crear las condiciones para que ese mundo de posibilidades que se abre anteustedes no se quede en mera aspiraci6n. Mis comentarios irin dirigidos a uste-des los estudiantes, en primera instancia, y luego, como consecuencia, a noso-tros, los docentes y los administradores.

Pero antes de continuar, permitanme insertar una nota personal. Su perti-nencia quedard revelada cuando termine el relato, que seri breve.

Acabado el verano de 1957 volvi a sentir el cosquilleo que me producia la an-ticipaci6n del primer dia de clases: esta vez, el que dara inicio a mi quinto gradode escuela elemental. Me levant6 temprano, me puse el uniforme que me habiahecho mi madre, costurera como habia pocas en aquella ciudad de costureras, ysali del apartamento en que vivia con ella y mis dos hermanos (mi padre acababade irse a Nueva York para fundar otra familia). El apartamento, de dos cuartosdormitorios, estaba localizado en el edificio nimero diecis~is del Caserio Fran-klin Delano Roosevelt, de Mayagiuez, uno de aquellos complejos de viviendaspara las familias pobres -hoy se les llama residenciales pfiblicos- que el proyectode urbanizaci6n del gobierno del Partido Popular Democrdtico habia hecho pro-liferar por las ciudades y pueblos del pais. Tras salir del apartamento, bulto enmano, camin6 la media hora que me tomaba llegar hasta la Escuela del Carmen yentr6 lleno de ilusi6n al sal6n de Sister Ver6nica. Veinte afios despu~s, acabadoel verano de 1977, volvi6 la sensaci6n expectante que me producia el ansiadoprimer dia de clases. Esta vez me aprestaba a entrar a un aula distinta: el enormesal6n en el que dictaba clases el famoso constitucionalista norteamericano Law-

VOL. 78

HeinOnline -- 78 Rev. Jur. U.P.R. 644 2009

Page 4: La Universidad y Lo Posible - Efrén Rivera Ramos

LA UNIVERSIDAD Y LO POSIBLE

rence Tribe, en la Escuela de Derecho de la Universidad de Harvard, a dondehabia liegado yo a cursar mis estudios de Maestria en Derecho.

En septiembre de 1959 todavia vivia en el edificio diecis~is del Caserio Roo-sevelt. Desde alli, hacia unas semanas, habia caminado la media hora que meseparaba de mi primer dia de clases del s~ptimo grado. Treinta afios mis tarde,en septiembre de 1989, habria de caminar pensativo y anhelante por aquella calleextrafia de aquella ciudad nueva para mi, en una de cuyas esquinas se asentaba laFacultad de Derecho del University College de la Universidad de Londres. Allihabia ido a parar a proseguir mis estudios doctorales en Derecho.

En enero de 1968 mi madre, mis hermanos y yo habiamos dejado atris la vi-da del caserio y residiamos en la Calle Echagie de un barrio de nombre sabroso,si alguno, el Barrio Dulces Labios de Mayagiuez. Cuarenta afios mAs tarde, enenero del 20o8, habria de salir una tarde, abrigado para el frio, del edificio de laCalle Church de la ciudad de New Haven, Connecticut, donde residiria durantelos pr6ximos cinco meses con mi esposa, la profesora Esther Vicente. Desde allicaminaria los siete minutos que distaban del comienzo del primer dia de clasesen la Escuela de Derecho de la Universidad de Yale a donde fui a dictar un cursocomo profesor visitante.

ZQu6 ocurri6 desde aquellos agostos, septiembres y eneros de 1957, 1959 y1968 que facilit6 el trdnsito del edificio diecis~is del Caserio Roosevelt y la CalleEchagile del Barrio Dulces Labios hacia aquellas otras calles, tan diferentes, dis-tantes y ajenas, de las ciudades de Cambridge, Londres y New Haven? iQu6habia mediado entre aquellos salones sencillos y austeros de la Escuelita delCarmen -que yo ayudaba a limpiar y a pintar como ayudante del conserje- yaquellas aulas impresionantes de las universidades de Harvard, Londres y Yale(donde el cosquilleo del primer dia de clases seguia, por cierto, siendo el mis-mo)? Mucho habia sucedido, por supuesto. Pero hay un fen6meno de cuya in-fluencia determinante para que esos traslados sucedieran no tengo la menorduda: Ileva por nombre la Universidad de Puerto Rico (UPR). La UPR no s6lome prepar6 para esos trdnsitos, sino que me ayud6 a comprender mejor la im-portancia que ambos grupos de experiencias -tan separadas en el tiempo- hantenido en mi formaci6n y en la configuraci6n de la persona que soy hoy. Eso esparte -y s6lo parte- de lo que esta universidad ha hecho posible en mi caso. Espor eso, comprenderAn ustedes, que la 6lnica legitimidad que reclamo parahablarles del tema que he escogido esta mafiana no es otra que la legitimidad dela memoria, del agradecimiento y del afecto.

Si les cuento esto no es porque crea que sea una historia singular. Se los na-rro precisamente por lo contrario. Cambiando los nombres, las fechas y algunosde los lugares, esta historia nos la podrian contar miles y miles de personas egre-sadas de esta instituci6n, incluidas muchas de las presentes. Pero es justamenteese hecho, el que no se trate de historias exclusivas, lo que hace que el fen6menosea sobresaliente. Sobresaliente por lo mucho que ha significado para la vida deeste pueblo. Esas decenas de miles de historias en su conjunto, con sus efectos

Nd~m. 3 (2.009)

HeinOnline -- 78 Rev. Jur. U.P.R. 645 2009

Page 5: La Universidad y Lo Posible - Efrén Rivera Ramos

REVISTA JURfDICA UPR

multiplicadores, constituyen la historia colectiva de lo que esta universidad hahecho posible.'

I. LA UNIVERSIDAD Y LA GENERACI6N DE POSIBILIDADES

He dicho que hablaremos de lo posible. Y me parece que no hay mejor lugarni mejor momento para formular la cuesti6n de esta manera.

Me refiero primero al lugar: la universidad. Las universidades contribuyen aimaginar y generar posibilidades de varias formas. Por ejemplo, desde sus orige-nes las universidades han aspirado no s6lo a ser transmisoras, sino tambi6n pro-ductoras, de conocimiento. Todo nuevo conocimiento, sea te6rico o prdctico,introduce una nueva posibilidad: bien sea de entender mejor el mundo en el quevivimos o de transformarlo con nuevas incidencias t~cnicas. Igual ocurre con lacreaci6n -sea artistica, literaria o tecnol6gica. Pues cada nueva creaci6n haceposible una nueva experiencia est~tica, una nueva propuesta sobre el arte decrear, una nueva forma de percibir e intuir el mundo. Lo mismo puede decirsedel disefio de politicas innovadoras y de la formulaci6n e implantaci6n de nuevosmodelos de intervenci6n con el mundo social, campos del saber que, por fuerza,combinan la producci6n de conocimiento con la creaci6n en su sentido mAs am-plio. Tanto la producci6n de nuevo conocimiento como la creaci6n constituyen,pues, incursiones frescas en las avenidas de lo posible. En resumen, las universi-dades -a6n vistas desde sus Sngulos mis tradicionales- se han dedicado a hacerposible lo que no lo habia sido antes.

Como sabemos, actualmente esa funci6n ya no es exclusiva de las universi-dades. Hoy se produce continuamente nuevo conocimiento y se generan nuevascreaciones en otras instituciones y en otros dmbitos del quehacer humano: en lasempresas, los gobiernos, los organismos internacionales, las organizaciones nogubernamentales. Seg6n algunos, eso es parte de la ilamada crisis de la universi-dad contemporinea. Con todo y lo duro que pueda estar resultando esa compe-tencia, tengo para mi que la universidad atentaria contra su propia existencia siabandonara esa tarea para que la realizaran otros. Formar profesionales, si. Pre-star otros tipos de servicio a la comunidad, si. Pero investigar, producir conoci-miento nuevo, experimentar y crear tambi~n. Esto es particularmente importan-te en el caso de Puerto Rico. Nuestro pais no debe conformarse con ser meroimportador y consumidor del conocimiento que generan otros. Debe tambi~nser productor y exportador de conocimiento nuevo. Esta tarea, cuando se realizaen la universidad, supone, por supuesto, gozar de la posibilidad de criticar ycuestionar el conocimiento, las pr~cticas sociales y las creaciones culturales ytecnol6gicas existentes. Ese espacio de producci6n y creaci6n tiene que ser,

1 Para una magnifica colecci6n de ensayos sobre to que ha significado el proyecto de la Universi-dad de Puerto Rico para el pueblo de Puerto Rico, desde su creaci6n hasta nuestros dias, vease,FRENTE A LA TORRE: ENSAYOS DEL CENTENARIO DE LA UNIVERSIDAD DE PUERTO RICO, 1903-2003 (SilviaAlvarez Curbelo & Carmen I. Raffucci eds., 2005).

VOL. 78

HeinOnline -- 78 Rev. Jur. U.P.R. 646 2009

Page 6: La Universidad y Lo Posible - Efrén Rivera Ramos

LA UNIVERSIDAD Y LO POSIBLE

pues, un espacio de libertad. Y sabemos que esos Ambitos de libertad para lacreaci6n y la producci6n acad~micas tambi~n estAn bajo amenaza. De hecho,me parece que el riesgo mayor hoy dia no radica en que otros tambi~n se dedi-quen a la creaci6n y a la producci6n de conocimiento. Mientras mds creaci6n ynuevo conocimiento haya, mejor. El verdadero peligro actual consiste en quesean otros quienes le dicten desde afuera la agenda de investigaci6n y creaci6n ala universidad. Bien sea a travs de donativos, pfiblicos o privados, otorgadoscon restricciones excesivas o bien sea a travs de otras exigencias externas de quela universidad oriente su investigaci6n hacia tal o cual problema o campo delsaber, desmereciendo y menoscabando la investigaci6n libre que puedan ilevar acabo los universitarios. A veces esas presiones se justifican aduciendo que lainvestigaci6n tiene que ser pertinente a los problemas reales de la sociedad.Pero el concepto mismo de pertinencia tiene fuertes cargas valorativas, amen deque la definici6n de qu6 son "problemas reales" es parte, precisamente, de lo quela investigaci6n procura fijar. Salvado el didlogo productivo que los universita-rios podemos y debemos tener con la comunidad externa, no hay por qu6 dejarla determinaci6n de esos asuntos al arbitrio, cuando no los intereses, de todasuerte de fuerzas extra-universitarias. De ahi que haya que proteger el espaciode libertad que esa actividad productiva y creadora exige y reclama. Los univer-sitarios -si queremos universidad- nos veremos cada vez mAs en la necesidad dedefender esas posibilidades de las intervenciones que le legan de todas direccio-nes: de los gobiernos, los partidos politicos, los consorcios econ6micos, los do-nantes, los peri6dicos, los analistas noticiosos, y si, tambi6n, de los propios fun-

cionarios de la instituci6n y otros elementos internos que no entiendan a cabali-dad lo que significa la libertad de los universitarios.

Ha habido otras instancias -menos tradicionales, mds subversivas- en quelas universidades han servido de centros de imaginaci6n de lo posible. Basterecordar, para subrayar un solo ejemplo, que este mayo pasado se cumplieronexactamente cuarenta afios de aquel mayo memorable del 1968 cuando los estu-diantes franceses pusieron en jaque a todo el sistema politico franc~s. Hoy sereconoce que aquel movimiento iniciado fundamentalmente por estudiantesuniversitarios marc6 un hito en la cultura politica y la vida francesa en general.Se habla de un antes y un despu~s de mayo de 1968. Aquello se reg6 comop6lvora -y no siempre figuradamente- por todo el mundo. Con todas sus con-tradicciones y flaquezas, aquella voluntad universitaria de cambiar las cosas selanz6 a las calles y a las plazas y a los parques con la intenci6n de instalar esemundo que los universitarios imaginaban posible. Puerto Rico no fue la excep-ci6n. Y esta universidad estuvo, en nuestra tierra, a la vanguardia de la sacudida.El mundo no cambi6 en los trminos que quisieron aquellas juventudes. Pero deuna forma u otra su huella qued6 donde quiera que se registr6 algfin cambio porpequefio que fuera. Algo nuevo hicieron posible.

Dije antes que este es no s6lo el lugar adecuado, sino tambi6n el momentoapropiado para hablar de lo posible. Porque si entre las consignas del 68 y susecuela recordamos todavia aquella entrafiable y muy inspiradora que nos con-vocaba a ser realistas, haciendo lo imposible, hoy la intenci6n transformadora

Ndm. 3 (2009)

HeinOnline -- 78 Rev. Jur. U.P.R. 647 2009

Page 7: La Universidad y Lo Posible - Efrén Rivera Ramos

REVISTA JURIDICA UPR

parece andar por otros senderos discursivos. Es significativo, por ejemplo, queuno de los movimientos contemporAneos que mAs ha aguijoneado la imagina-ci6n de multitudes de j6venes y no tan j6venes en diversas partes del mundo esese que proclama que otro mundo es posible. Aunque supongo que algo de idea-lismo en el sentido hegeliano debe haber en la consigna, a juzgar por algunas delas propuestas que se han generado a su amparo parece que se va aprendiendo yala ensefianza de Carlos Marx de que la humanidad no asume tareas para las queno estA preparada. Es decir, tareas que rebasan el Smbito de lo posible. En esesentido es sugerente la f6rmula ideada por el soci6logo britAnico Anthony Gid-dens, quien, en uno de sus mejores momentos, nos exhortaba a abrazar lo quellamaba el realismo ut6pico. "Ut6pico" porque se plantea la transformaci6n de lovigente; "realismo" porque lo hace a partir de las tendencias realmente existentesen el mundo.2 En otras palabras, a partir de una evaluaci6n realista, pero ambi-ciosa, de lo posible.

MAs atin, a diferencia de otros momentos en la historia, las nuevas condicio-nes propician que se estimule continuamente la imaginaci6n de lo posible. En6pocas en que los cambios se contaban en siglos, en las que la lentitud de la exis-tencia hacia muy dificil imaginar un mundo diferente, lo posible estaba siemprevinculado a lo conocido, a lo existente. La compresi6n del tiempo y el espacioque las nuevas tecnologias han supuesto han trastocado ese hAbito de la imagi-naci6n. La acelerada transformaci6n de los medios de comunicaci6n, intercam-bio, intervenci6n con la naturaleza y configuraci6n de las relaciones sociales nosanuncia a cada paso que lo diferente, lo nuevo, lo desconocido, es posible. Quelo que no existia ayer, ni hace una hora, estS al alcance de nuestra mano. Eso,creo, es particularmente cierto para ustedes, los mds j6venes.

II. Lo QUE PUEDE SER

Llego, asi, a lo que he querido que sea el centro de esta conferencia.Les prometi que les hablaria sobre lo que la experiencia universitaria puede

ser para ustedes. Eso quiere decir que no he venido a decirles lo que la universi-dad debe ser para ustedes. He supuesto que de esas exhortaciones deben estarempezando a cansarse ya, porque el lenguaje prescriptivo -el que ordena lo quedebe hacerse- ademds de los abogados suele ser tambi~n el de los funcionarios y,no pocas veces, el de muchos docentes.

Tampoco procurar6 decirles lo que la universidad serd para ustedes. Eseotro lenguaje es mAs propio de los que se dedican a la predicci6n, sea cientifica oastrol6gica. Y esos definitivamente no son mis campos de acci6n. Ademis loque termine siendo la universidad para ustedes dependerA mucho de las circuns-tancias personales de cada cual y de las del entorno que les toque vivir coyuntu-ralmente.

z Wase ANTHONY GIDDENS, THE CONSEQUENCES OF MODERNITY (1990).

VOL. 78

HeinOnline -- 78 Rev. Jur. U.P.R. 648 2009

Page 8: La Universidad y Lo Posible - Efrén Rivera Ramos

LA UNIVERSIDAD Y LO POSIBLE

Pero, mis importante ain, si he decidido hablarles sobre lo que la universi-dad puede ser para ustedes es porque me ha parecido el enfoque mds respetuosode su libertad. Este enfoque ni les predica ni les predice. Con 61 no pretendootra cosa que exponerles, a base de mi experiencia, algunas de las elecciones quese les presentan para su presente y para su futuro con su ingreso a esta universi-dad. Conviene recordar aqui la sugerencia de Hannah Arendt, una de las princi-pales pensadoras del siglo XX, de que la libertad consiste en lograr que sea lo queno ha sido.3 Si agregamos que la realizaci6n de lo que no ha sido depende de quesea posible, tendriamos que concluir que la libertad radica en hacer realidad loposible. De modo que hablar de lo que les es posible es tambi6n hablar de sulibertad. La libertad concebida, pues, no s6lo como ausencia de restriccionesexternas, sino tambi~n en su sentido positivo de capacidad para realizar sus pla-nes de vida. Inspirindose en los historiadores, dramaturgos y poetas de la RomaAntigua, Arendt tambi~n relaciona la libertad con los inicios,4 pues cada comien-zo ofrece una nueva posibilidad de hacer que sea lo que no ha sido. Estos iniciossuyos en la vida universitaria tienen, entonces, todo que ver con su libertad -consus posibilidades de hacer realidad lo que no ha sido para ustedes todavia.

He dicho que, en cuanto a ustedes, los estudiantes, procurar6 evitar el len-guaje prescriptivo. No hago, sin embargo, la misma promesa en cuanto a losadministradores y los profesores. No se entusiasmen demasiado los colegas. Ensu caso, no podr6 resistir la tentaci6n de soltar alguna que otra exhortaci6nnormativa, es decir, sobre lo que debe ser. Pero lo justifico con la idea de que yomismo quedar6 incluido en ella. Asi que supongo que nadie podrs quejarse.Adem~s, el que las posibilidades de ustedes, los estudiantes, se materialicen de-penderi, en buena medida, de que nosotros cumplamos con nuestro deber. Eldeber ser nuestro y el poder ser de ustedes estin estrechamente vinculados.

Los Ambitos de sus posibilidades, queridos y queridas estudiantes, sonmultiples y variados.

El primero tiene que ver con cuAnta disposici6n tenga cada una y cada unode ustedes para asumir el control de su experiencia formativa. Se le atribuye aGeorges Clemenceau, Primer Ministro de Francia, haber dicho que la guerra esun asunto muy importante para dejarla en manos de los generales. Pues bien, suformaci6n es demasiado importante para dejarla totalmente en manos de susprofesores y de los administradores universitarios. Algo, por supuesto, tendre-mos nosotros que decir, pues para algo ha de servir nuestra experiencia.(AdemAs, para eso nos pagan). Pero al fin y al cabo, luego de orientarse e infor-

marse lo mejor que puedan, la decisi6n de qu6 estudiar, qu6 cursos seleccionar,con qu6 profesores matricularse y cudnto tiempo y esfuerzo dedicarle a su edu-caci6n en esta etapa de sus vidas serS en ultima instancia de ustedes, sujeto, porsupuesto, a las limitaciones que los ofrecimientos acad6micos y sus necesidades

3 Vdase HANNA ARENDT, BETWEEN PAST AND FUTURE (Penguin Books zoo6) (1961), particular-mente el Capitulo 4: What is Freedom?, pAgs. 142-169.

4 Id.

NCIM. 3 (2009)

HeinOnline -- 78 Rev. Jur. U.P.R. 649 2009

Page 9: La Universidad y Lo Posible - Efrén Rivera Ramos

REVISTA JURfDICA UPR

personales les impongan. No tendrdn libertad absoluta, no quiero engafiarles,pero si podrin decidir si aprovechan o no la libertad que las condiciones institu-cionales y personales actuales les permiten. Y tambi6n podrAn determinar hastaqu6 punto tratarin ustedes de ampliar ese imbito de posibilidades que ahoratienen. Pero ese es un asunto al que volveremos mis adelante.

Tambi6n podrdn decidir -de nuevo, dentro de ciertas limitaciones- si quie-ren apostar a una formaci6n estrecha, especializada, enfocada en lo que, quiz~sdesinformadamente, consideran serd lo mAs 6til para obtener un empleo rdpi-damente despu6s de su graduaci6n, utilidad que muy bien podria resultar obso-leta en muy poco tiempo dada la celeridad de los cambios materiales y culturalesen el mundo contempordneo. 0 podrin optar por intentar obtener -tambi6ndentro de los constrefiimientos institucionales- una formaci6n amplia, mAs ge-neral, con vocaci6n hacia lo interdisciplinario que les permita comprender mejorel mundo en sus mfiltiples manifestaciones y entrecruces y desempefiarse no enuno sino en varios campos profesionales simultdneamente o a lo largo de susvidas, si lo necesitaran o lo quisieran.

Podrdn decidir si excluyen de su conjunto de saberes todo menos aquelloque les parezca mds atractivo a corto plazo. 0, en cambio, pueden elegir si quie-ren ensayar aquel viejo dicho del dramaturgo latino, Publio Terencio, liamado elAfricano, por su origen aparentemente bereber: "Nada humano me es ajeno".Esa mdxima clAsica ha venido a entenderse, entre otras cosas, como una invita-ci6n a explorar todo lo que concierne a los seres humanos, sin exclusiones. Y nocrean ustedes que por tener mis de dos mil afios de existencia, a la famosa frasese le considera anacr6nica. Si indagan, verAn que se ha convertido en el lema denumerosos blogs colgados en estos momentos en la internet. Como toda la crea-ci6n cultural y los saberes que conocemos han sido productos del quehacerhumano, adoptar el criterio de Terencio el Africano -"nada humano me es aje-no"- supondria que, en principio, nada quedaria fuera de su inter6s como uni-versitarios. Y esto si la universidad lo hace posible o lo puede hacer posible.Pues la universidad, cuando lo es de veras, no le pone coto a los objetos, expe-riencias, acontecimientos, prActicas, relaciones e ideas en las que ha de fijar suatenci6n. Para la universidad, cuando lo es de veras, no hay nada ni fisico niorginico, ni tangible ni intangible, ni natural o cultural, que pueda quedar fuerade su investigaci6n y comprensi6n. Tampoco hay 6poca, ni cultura, ni sistema,ni civilizaci6n ni invenci6n humana que pueda escapar a su anslisis.

Nada, en fin, puede eludir el examen riguroso de los universitarios: desde losgriegos de la antigiiedad clAsica hasta los chinos del siglo XXI globalizado; desdeel imponente Coliseo Romano hasta el deslumbrante Nido olimpico de Beijing;desde las teorias de Derecho Natural de TomAs de Aquino, justificantes en granmedida de aquel orden medieval del siglo XIII, hasta la critica que todo lo di-suelve de los pensadores pos-modernos del siglo XX; desde la rebeli6n angustia-da de Antigona frente al tirano Creonte, hasta la riesgosa desobediencia marinade Zen6n, no el de Grecia, sino el nuestro, el de Vieques; desde el juicio celebra-do a Juana de Arco hasta la doble victimizaci6n de las mujeres victimas de viola-ci6n en nuestro sistema judicial; desde los cadenciosos Veinte Poemas de Amor y

VOL. 78

HeinOnline -- 78 Rev. Jur. U.P.R. 650 2009

Page 10: La Universidad y Lo Posible - Efrén Rivera Ramos

LA UNIVERSIDAD Y LO POSIBLE

la Canci6n Desesperada de Pablo Neruda hasta los cadenciosos versos de losnuevos poetas Noricuas de Nueva York; desde los romdnticos lieders alemaneshasta la dspera critica reggaetonera de Nueve Siete; desde los pergaminos impe-recederos del Mar Muerto hasta los efimeros postings de los bloggeros actuales.Pueden ustedes seleccionar sus ejemplos preferidos. Al universitario de veras,nada humano le es ajeno. Asi que tienen ustedes ante si posibilidades, como lesdije antes, casi infinitas. Para investigar y satisfacer su curiosidad. Para colmarsede saberes. Para producir saberes nuevos. Para apreciar todo tipo de creaciones.Para generar creaciones propias. El requisito principal que la universidad exigir-ia es que todo ello se haga con el rigor al que aspira el quehacer acad~mico.

Sus posibilidades incluyen, en tercer lugar, la de contribuir a la configura-ci6n del curriculo universitario: tanto el formal como el informal. El curriculoformal consiste en el conjunto de ofrecimientos acad~micos que la universidadpone a su disposici6n en forma de cursos, seminarios, clinicas, talleres y otrasexperiencias estructuradas. El informal lo constituyen los mensajes que la insti-tuci6n les envia por medio de la selecci6n de los ofrecimientos acad~micos, laforma en que se agrupan, los m~todos pedag6gicos que se emplean, las orienta-ciones que se les ofrecen, los 6nfasis que se ponen en la selecci6n de profesores,investigadores y conferenciantes, las exclusiones de temas y experiencias, lasactividades extra-curriculares que se privilegian y las que se desincentivan, enfin, todo aquello que sin ser estructura formal de ofrecimientos, hace circularunas concepciones determinadas sobre lo que significa educar y educarse5 Tan-to el curriculo formal como el informal influyen en nuestra formaci6n -y a vecesel segundo mds que el primero. Sus posibilidades como estudiantes consisten enaprovecharse de lo beneficioso que contengan esas dos modalidades del curricu-lo -y bien puede ser mucho-, pero tambi~n en negarse a aceptar pasivamente losmodos de ver y evaluar el mundo que ambas dimensiones -sobre todo la delcurriculo informal- pretendan infundirles sin que ustedes se den cuenta. Tam-bi~n, por supuesto, pueden decidir hacer algo, individual o colectivamente, paracambiar los contenidos de esos mensajes.

Un cuarto haz de posibilidades se encuentra en las oportunidades de expo-nerse a experiencias formativas fuera de nuestro pais. He sido testigo directo decuAnto puede significar para un estudiante nuestro estudiar durante un afio, unsemestre, un verano o inclusive algunas semanas en alguna buena instituci6nuniversitaria en Estados Unidos, Canada, Europa, la America Latina, Asia o enalgiin otro lugar del mundo. La expansi6n de conocimientos y el crecimientopersonal que esas experiencias propician tienen un valor incalculable. En afiosrecientes varias facultades y escuelas y la instituci6n en su conjunto han hechoesfuerzos por ampliar estas posibilidades.

5 Para un texto ya cldsico que discute los efectos de los curriculos formal e informal en el contex-to de la educaci6n juridica, wlase DUNCAN KENNEDY, LEGAL EDUCATION AND THE REPRODUCTION OFHIERARCHY: A POLEMIC AGAINST THE SYSTEM (NYU Press 2004) (1983).

N(Im. 3 (2009)

HeinOnline -- 78 Rev. Jur. U.P.R. 651 2009

Page 11: La Universidad y Lo Posible - Efrén Rivera Ramos

REVISTA JURiDICA UPR

En quinto lugar, la universidad puede significar para ustedes, desde ya, si asilo deciden, la oportunidad de rendir, mientras estudian, algin servicio valioso alpais, sobre todo a sus sectores mds vulnerables. Las diversas unidades del Recin-to -unas con mAs 6xito que otras- auspician iniciativas para facilitar ese objetivo.De hecho, esta es una tendencia que vemos acentuarse en muchas universidadescontemporAneas. Y es que hay una aceptaci6n creciente de la idea de que lasuniversidades no deben vivir de espaldas a las necesidades de los pueblos y co-munidades a las que sirven. Por supuesto, el servicio mayor que la universidadrealiza es formar nuevas generaciones de profesionales y acad6micos y generarnuevo conocimiento. Y eso no es un servicio nada despreciable. Pero se ha idopropagando la noci6n de que hay otra dimensi6n del servicio: el que se prestadirectamente desde la universidad para contribuir a atender determinadas nece-sidades comunitarias. La prestaci6n de ese servicio puede ser, a la vez, una ins-tancia m~s de formaci6n que completa la recibida en las actividades acad6micastradicionales. Pongo aqui, con el permiso de ustedes, un ejemplo de la Escuelade Derecho, puesto que es la unidad que mejor conozco. En su iltimo afio todoslos estudiantes de la Escuela tienen que matricularse en un curso prActico -quele hemos liamado la Clinica de Asistencia Legal- que tiene el doble prop6sito deformar a los estudiantes mientras prestan servicios juridicos a personas y comu-nidades de escasos recursos econ6micos. Actualmente esas actividades se cen-tran en las dreas de Derecho Penal, Derecho Civil General, Derecho Ambiental,Desarrollo Econ6mico Comunitario, Derechos de las personas que sufren discri-men por su orientaci6n sexual, Derecho de Inmigraci6n, Derechos del Empleo,Derecho Cibern6tico y otras. El afio pasado se inici6 un nuevo programa de ser-vicio pro-bono (es decir, servicio a titulo voluntario) a grupos y comunidadescon necesidades diversas. Hoy dia unos cien estudiantes -mayormente de pri-mer afio- participan en doce proyectos diferentes relacionados con temas am-bientales, los derechos de los trabajadores y trabajadoras, la equidad en los dere-chos sexuales y reproductivos, las necesidades de los residentes del Caflo MartinPefia, la asesoria en asuntos urbanisticos y de desarrollo de los vecinos y vecinasde La Perla, la educaci6n juridica de estudiantes de escuela ptiblica y otros asun-tos de igual importancia y envergadura. El lema comdn que hemos adoptadopara estos dos programas -el de la Clinica y el de Pro-Bono- es el de servir for-mando yformar sirviendo. En otras palabras, se trata de unir en un solo tipo deactividad el prop6sito de servir con el objetivo de formarse. En el Recinto hayotros programas, como el proyecto de Rio Piedras, que tienen caracteristicassimilares. Mi invitaci6n a todas y todos ustedes seria que exploren esta posibili-dad desde su primer afio de estudios y durante toda su carrera universitaria.

El sexto rengl6n de posibilidades que ustedes tienen como universitarios esel que concierne a sus interacciones cotidianas. Interacciones que se dan en elsal6n de clases, en los pasillos, en el Teatro y los anfiteatros... en fin, donde-quiera que se retinan los universitarios. Esas interacciones pueden ser agrias,suspicaces, insensibles, de caricter marcadamente individualista y enajenante,signadas por la visi6n del otro o la otra como la competencia o el enemigo. 0

VOL. 78

HeinOnline -- 78 Rev. Jur. U.P.R. 652 2009

Page 12: La Universidad y Lo Posible - Efrén Rivera Ramos

LA UNIVERSIDAD Y LO POSIBLE

pueden estar revestidas de alegria, sensibilidad y una profunda solidaridadhumana. Nuevamente, la elecci6n es suya.

En s6ptimo lugar, tienen ustedes decisiones que tomar en lo que concierne asu participaci6n en la vida institucional de la universidad. Sugiero que este es elmedio principal que tendrdn ustedes para ampliar su Ambito de posibilidades:para reclamarle a la instituci6n y colaborar con ella para que genere nuevas posi-bilidades en todos los aspectos de su formaci6n.

Muchas personas han planteado, con acierto, la necesidad de ensanchar elconcepto de participaci6n estudiantil en el contexto universitario. En nuestrauniversidad durante los afios sesenta y setenta del siglo pasado el reclamo secentr6, por razones justificadas, en la creaci6n de nuevas instancias de participa-ci6n en las estructuras formales de la universidad: entre otras, los consejos deestudiantes, las juntas administrativas, los senados acad6micos, la Junta Univer-sitaria y, finalmente, la Junta de Sindicos misma. Esos logros merecen conser-varse, protegerse e, inclusive, expandirse. Pero hay otras formas de participaci6nactiva que extenderian aun mis el alcance de esas gestiones: la participaci6n enel sal6n de clases, en las actividades extra y co-curriculares, en los intercambiosinformales con docentes y administradores, en los procesos departamentales yde facultad, en las organizaciones estudiantiles dedicadas a temas especializados-como el ambiente o la lucha contra el discrimen o la renovaci6n de nuestrascomunidades. Se trata de modos en los que, quizAs con mayor eficacia, puedanustedes influir en la configuraci6n del caricter de la educaci6n que quieren reci-bir. Nada impide, por ejemplo, que ustedes les sugieran a sus profesores textos -tradicionales y no tradicionales (sobre todo estos Altimos)- para usarse en elsal6n de clases. De ustedes mismos pueden surgir iniciativas sobre nuevos des-tinos para los intercambios internacionales o proyectos innovadores para la pres-taci6n del servicio comunitario. Durante el tiempo que me desempefi comoDecano en la Escuela de Derecho tuve la inmensa satisfacci6n de recibir pro-puestas estupendas, muy especificas, surgidas de los propios estudiantes paraampliar tanto nuestras experiencias acad6micas internacionales como nuestrasactividades de servicio. Uno de los 6xitos mayores de la Escuela tanto en cuantoa servicio, formaci6n prdctica, vinculo con la comunidad externa y proyecci6nestudiantil internacional ha sido el establecimiento de un proyecto de iniciativaestrictamente estudiantil: la Asociaci6n Nacional de Derecho Ambiental y lasecuela de actividades que han realizado y de logros que han cosechado dentro yfuera de Puerto Rico. Esa es, ciertamente, una nueva forma de participaci6nestudiantil que amerita cultivarse y extenderse.

Quiero puntualizar, finalmente, que, en este mundo de ideas y prActicas in-telectuales que es la universidad, el ejercicio mds radical de su libertad puedeconsistir en forjarse su propia visi6n de mundo. Este es un entorno muy dado alas "guerras intelectuales", protagonizadas la mayor parte de las veces por noso-tros los docentes. A veces la posici6n que se tenga en cuanto a una corriente depensamiento o un autor puede suscitar las mds virulentas reacciones y determi-nar a qui6n se le habla y a qui6n no durante toda una vida. Asi de irracionalespodemos ser los que nos dedicamos al debate racional. A veces a los docentes

N(Im. 3 (2009)

HeinOnline -- 78 Rev. Jur. U.P.R. 653 2009

Page 13: La Universidad y Lo Posible - Efrén Rivera Ramos

REVISTA JURIDICA UPR

nos gusta tomar a los estudiantes de rehenes en esos conflictos. Podemos llegaral punto de exigirles que est6n de nuestra parte so pena de consecuencias varias.Mi invitaci6n es a que no se dejen capturar intelectualmente por nadie en esecampo de batalla. Escuchar, si. Aprender, tambi~n. Dejarse persuadir, por qu6no. Dialogar, por supuesto. Debatir, no faltaba mis. Ser prisionero de las ideasde otro, no se los recomiendo.

Hay otra forma de dejarse apresar intelectualmente: consiste en convertir lascategorias de andlisis que han desarrollado los acad~micos de las diversas disci-plinas en jaulas que encarcelen nuestra imaginaci6n. En el mundo de las cien-cias sociales y las disciplinas juridicas, que son las que mejor conozco, conceptostales como el de sociedad, sociedad civil, estado, clases sociales, derecho, merca-do, discurso, sujeto, otredad, justicia, igualdad, e inclusive, el de libertad (que heutilizado frecuentemente en esta conferencia) y tantos otros conceptos no sonsino categorias 6itiles que nos permiten decir algo con sentido acerca del mundoen el que vivimos o expresar aspiraciones sobre aqu~l en el que queremos vivir.Al manejar esos conceptos ayuda entender, primero, que son y han sido suscep-tibles de interpretaciones miltiples que tienen sus propias historias y genealog-ias; y, segundo, que ninguno de ellos ni todos en su conjunto son capaces deaprehender la riqueza, las instancias de excepcionalidad y la complejidad de lasrealidades que pretenden describir, explicar, justificar o criticar. En otras pala-bras, que la experiencia siempre desborda los conceptos que usamos para hablarde ella. De ahi que es saludable utilizarlos con pleno conocimiento de sus cargassemAnticas e ideol6gicas -lo que quiere decir que tenemos que estudiar muchopara saber de qu6 tratan- y a la vez no dejarnos encajonar por ellos. Esa solaaventura, la de aprender a navegar sabia y libremente entre los conceptos y cate-gorias que se ha inventado la humanidad para reflexionar sobre si misma, consti-tuiria motivo suficiente para gozarnos lo que la universidad nos hace posible.

III. ALGO SOBRE EL DEBER SER

La realizaci6n efectiva de todas estas posibilidades dependerA, en gran me-dida, como he dicho, de las decisiones que ustedes tomen. Pero tambi~n le im-pone exigencias considerables a la instituci6n toda. (Y es aqui que empiezo ahablar no s6lo de lo que puede, sino de lo que debe ser). Es asi que las diversasinstancias de nuestra instituci6n deberdn esforzarse continuamente -en un pro-ceso que no termina- por ampliar los ofrecimientos acad~micos, en cantidad ycalidad; revisar sus mtodos pedag6gicos; poner al dia sus prActicas docentes yadministrativas para aprovechar al mAximo las ventajas que brindan las nuevastecnologias; y expandir las oportunidades de participaci6n de los estudiantes -tanto en su dimensi6n estructural, como en las formas menos tradicionales a lasque he hecho referencia.

Tengo para mi que en estos tiempos esta instituci6n enfrenta, ademAs, tresretos particulares que merecen menci6n mAs detallada. Son ellos: (a) la genera-ci6n de experiencias mAs extendidas de investigaci6n y creaci6n para los estu-diantes de bachillerato; (b) la apertura de nuevas oportunidades de experiencias

VOL. 78

HeinOnline -- 78 Rev. Jur. U.P.R. 654 2009

Page 14: La Universidad y Lo Posible - Efrén Rivera Ramos

LA UNIVERSIDAD Y LO POSIBLE

formativas internacionales y (c) la multiplicaci6n de proyectos de servicio a lacomunidad que sirvan el doble prop6sito de formar sirviendo y servir formando.De hecho, los principios rectores del esquema de bachillerato aprobado recien-temente en el Recinto de Rio Piedras requieren que, al revisar su curriculo, cadaunidad proponga especificamente c6mo habrA de realizar los objetivos relacio-nados con las oportunidades de creaci6n e investigaci6n de los estudiantes y suexposici6n a experiencias internacionales.6 Cabe preguntarse hasta qu6 puntoeste requerimiento se estA cumpliendo a cabalidad en cada uno de esos dos as-pectos, en cada unidad, en las revisiones en marcha. Qued6 como asignaturapendiente la incorporaci6n de guias atinentes al servicio comunitario. Invito aque esa carencia se corrija a la mayor brevedad posible.

El reto mayor, a mi juicio, consiste en elaborar estrategias coherentes, queconduzcan a la adopci6n de iniciativas en esos tres renglones que tengan vincu-los sustanciales con las metas y objetivos acaddmicos de las distintas unidades.Esa coherencia, por supuesto, no estd refiida con la flexibilidad indispensablepara acomodar los intereses, aspiraciones y situaciones personales diversas denuestros estudiantes. Se necesitan programas bien pensados, que adelantenprop6sitos y objetivos discutidos ampliamente con los sectores pertinentes de lacomunidad acaddmica, como son, en cada departamento, facultad y escuela, losdocentes, los directores de unidad y los estudiantes.

El peligro mis inminente de que esa coherencia no exista lo percibo en laspropuestas de internacionalizaci6n de nuestros programas. En este Ambito nodebe haber lugar para la improvisaci6n ni para aventuras motivadas por arreba-tos impensados como respuestas a tendencias pasajeras de la competencia inter-institucional, a veces insensata y dispendiosa de recursos, en la que se ha metidola educaci6n superior contempordnea. No es cuesti6n de estar a la moda o salircorriendo para el primer lugar y destino que se nos proponga o que se nos ocu-rra. Nuestros programas de internacionalizaci6n deben tener sentido, ajustarse alos objetivos estratdgicos de cada unidad y adecuarse a las necesidades y posibi-lidades de nuestros estudiantes y del pais. Deben, ademAs, resultar de fAcil acce-so a los estudiantes, tanto en tdrminos econ6micos como en lo que concierne asus circunstancias personales, de modo que no se conviertan en disfrute exclusi-vo de los mis privilegiados.

Finalmente quiero decir algo sobre el trato que la instituci6n ha de dispensara sus integrantes. Pues, de ello tambidn puede depender lo que la universidad,como experiencia de vida, pueda hacer posible. Aqui tambidn hay eleccionesque hacer, esta vez de parte de nosotros, los docentes y administradores.

Ello me lleva directamente al tema de la vida democrAtica interna de la uni-versidad.

Como antesala, permitanme recordar que las sociedades contemporsneas,sobre todo aquellas que han proclamado su adhesi6n al ideal democrAtico, en

6 Wase Certificaci6n Niim. 46 del Senado Acad~mico del Recinto de Rio Piedras de la Universi-dad de Puerto Rico, Afio Acad6mico 2005-o6.

N6m. 3 (2009)

HeinOnline -- 78 Rev. Jur. U.P.R. 655 2009

Page 15: La Universidad y Lo Posible - Efrén Rivera Ramos

REVISTA JURIDICA UPR

cualquiera de sus formas, viven sumidas en una tensi6n constante entre el aca-tamiento de la voluntad de las mayorias coyunturales -es decir las que se expre-san electoralmente o de otra forma ostentan el poder en un momento determi-nado- y el respeto a los logros hist6ricos de la humanidad o de la comunidadconcreta en cuesti6n. Uno de esos logros hist6ricos es la noci6n de los derechoshumanos. Bien se ha dicho que el lenguaje de los derechos humanos constituyela linguafranca del discurso 6tico transnacional en nuestros dias. Igualmente, laidea de la dignidad -vinculada hist6ricamente con la de los derechos humanos-puede estimarse un logro de la humanidad. No es casualidad, pues, que la De-claraci6n Universal de Derechos Humanos de 1948 asi como un buen nfimero deconstituciones modernas, como la alemana de 1949 y la nuestra, de 1952, co-miencen su lista de derechos fundamentales proclamando el aprecio por la dig-nidad de todas las personas, como premisa bAsica sobre la que se asienta todo elandamiaje de derechos reconocidos en esos instrumentos. Hoy dia no hay quecreer en ninguna variante del Derecho Natural ni en la existencia de valores mo-rales objetivos para concluir que los derechos humanos, como productos cultu-rales de incalculable valor, merecen conservarse, cultivarse y ampliarse todaviamAs. En cuanto instrumento discursivo, su valor mayor reside en una multivoci-dad que sintetiza aspiraciones centenarias provenientes de las mss diversas co-rrientes de pensamiento y acci6n. Asi, pues, ofrecen la posibilidad de potenciara los sujetos reclamantes de derechos, ya sea en su versi6n de reclamos civiles ypoliticos, en aquella otra de exigencias econ6micas, sociales y culturales, o aunen la de aspiraciones colectivas y comunitarias, como pueden ser los derechoshumanos a la auto-determinaci6n, a un medio-ambiente sano y a la paz. La ideay la exigencia del respeto a los derechos humanos pueden contribuir a domesti-car el poder, por un lado frenando sus impulsos autoritarios y opresivos -segfinel ideal liberal tradicional- y, por otro, encauzando creadoramente la capacidadproductiva del poder de la que nos han hablado autores provenientes de otrastradiciones como Michel Foucault, por ejemplo.

En nuestro pais, el concepto de los derechos humanos se vincul6 constitu-cionalmente al de la educaci6n desde hace m~s de medio siglo. Nuestra Consti-tuci6n reconoce a toda persona "el derecho a una educaci6n que propenda alpleno desarrollo de su personalidad y al fortalecimiento del respeto de los dere-chos del hombre y de las libertades fundamentales". 7 Esa conexi6n no debe re-sultar extrafia si se considera la aportaci6n que la Universidad de Puerto Ricohizo al proceso constitucional puertorriquefio. Debe recordarse, por ejemplo,que la Escuela de Administraci6n Piblica de este Recinto prepar6 un enjundiosoinforme para la Convenci6n Constituyente que todavia se cita como fuente parala interpretaci6n de nuestro texto constitucional.8 Debe recordarse, tambidn,que el presidente de la comisi6n que redact6 la Carta de Derechos de nuestra

7 CONST. P.R. art. II, § 5.8 ESCUELA DE ADMINISTRACION POBLICA DE LA UNIVERSIDAD DE PUERTO RICO, LA NUEVA

CONsTITUcION DE PUERTO RICO (1954).

VOL. 78

HeinOnline -- 78 Rev. Jur. U.P.R. 656 2009

Page 16: La Universidad y Lo Posible - Efrén Rivera Ramos

LA UNIVERSIDAD Y LO POSIBLE

Constituci6n fue el entonces Rector de la Universidad de Puerto Rico, Don JaimeBenitez, el centenario de cuyo nacimiento se celebra este afio precisamente.Tampoco debemos olvidar que en cuanto universidad pt.blica, todas las actua-ciones institucionales de la Universidad de Puerto Rico, sus funcionarios y em-pleados, estAn sujetas a las exigencias de respeto a los derechos fundamentalesque le impone la Constituci6n de Puerto Rico a todas las instrumentalidadesestatales.

Nuestra universidad se ve convocada, pues, de forma muy particular, a asu-mir el compromiso mAs radical posible con los valores que entrafia y las pricticasque exige el concepto de los derechos humanos. Viene ilamada a educar paraque cada cual -estudiante, docente, administrador- sea consciente de su propiadignidad y la defienda; y a educar para que cada cual -estudiante, docente, ad-ministrador- aprenda a respetar los derechos humanos de los demss y fomentesu realizaci6n en nuestro pais. Esta universidad tiene, ademis, el deber de cui-dar que sus pr~cticas institucionales sean escrupulosamente respetuosas de losderechos de todas las personas con quienes entra en contacto.

Llamo aqui la atenci6n sobre todo de mis colegas docentes y de los que fue-ron mis colegas administradores. A nosotros, sobre todo, nos corresponde velarporque los procesos de formaci6n y evaluaci6n de los estudiantes respondan nos6lo a criterios t~cnico-pedag6gicos, sino tambi~n a criterios &ico-politicos, esdecir, que esos procesos respeten los derechos humanos y la dignidad de los su-jetos del aprendizaje y la evaluaci6n. Ello incluye la interacci6n en el sal6n declases, en los pasillos, en las oficinas y en las actividades extra-curriculares.Comprende el cuidado de no utilizar el poder que dan la cAtedra o el cargo ad-ministrativo para discriminar contra un o una estudiante por motivos politicos,religiosos, sexuales, de origen o condici6n social y otras causas injustificadas.Tampoco debemos privilegiar estudiantes por razones estimadas de convenien-cia institucional, como la relaci6n del estudiante con lideres politicos, funciona-rios, donantes u otras personas influyentes, pues ello atenta contra el derecho altrato igual de los que no tienen tales conexiones.

Igualmente, los procesos de reclutamiento y evaluaci6n para permanencia yascenso del personal universitario (docentes y no docentes) tienen que atenderesta exigencia, que es tanto juridica como &ica. Esos procesos no pueden serdiscriminatorios, ni arbitrarios, ni estar guiados por prejuicios o estereotipos.Deben ajustarse estrictamente a las exigencias legales y reglamentarias aplica-bles. Esas experiencias tampoco deben ser atropellantes: ningfin miembro de uncomit6 de personal o de un cuerpo que evahle docentes y no docentes debe sen-tirse con autoridad para insultar, acusar injustamente, menospreciar u ofender ala persona objeto de evaluaci6n. Cada persona tiene derecho a que se le evalhleen sus m~ritos, sin que se utilicen consideraciones ilegitimas, mas relacionadascon nuestros propios temores, especulaciones, inclinaciones afectivas y falta decriterios claros que con el justo aprecio de las potencialidades y contribuciones ala instituci6n de la persona en cuesti6n. Tenemos que tener conciencia de quehay que sopesar tanto las necesidades institucionales como el impacto que unadecisi6n nuestra pueda tener en la vida y la carrera de una persona. En esto creo

N(Im. 3 (2009)

HeinOnline -- 78 Rev. Jur. U.P.R. 657 2009

Page 17: La Universidad y Lo Posible - Efrén Rivera Ramos

REVISTA JURfDICA UPR

que la instituci6n tiene una responsabilidad especial con los profesores mAsj6venes, que estAn en proceso de formaci6n como docentes. Nuestro objetivodebe ser potenciarlos, no castigarlos. Nuestro prop6sito debe ser ayudarles yfacilitarles su inserci6n al mundo universitario, complejo y exigente como es,entre otras razones porque las mds de las veces son el vinculo mAs directo con lavisi6n de mundo, las aspiraciones, las capacidades, los hAbitos, las circunstanciasy las energias de nuestros estudiantes. Esos profesores j6venes son el futuromismo de la instituci6n.

Para que la experiencia universitaria sea lo mds rica posible para todos susintegrantes, la instituci6n ha de acoger ideas y estilos de vida diferentes. Todoslos miembros de la comunidad universitaria podemos asumir unos compromisosbisicos con ciertos ideales reguladores compartidos -como pueden ser los valo-res del rigor, la honestidad intelectual, el aprecio del conocimiento, la participa-ci6n democritica y el respeto de los derechos humanos- pero concebidos ent6rminos amplios para que acomoden nuestras diferencias. Uno de esos princi-pios reguladores seria precisamente el aprecio de la diversidad. La instituci6ndebe decantarse por prdcticas incluyentes que den cabida a las personalidadesmis diversas, los pareceres m~s retantes, las subjetividades mAs inc6modas. Launiversidad no debe ser universidad porque aspira a la homogeneidad, sino por-que procura ser el hogar comln de lo diverso.

Todo ello me lleva a plantear algo m.As que la universidad puede ser. En to-dos los aspectos que he mencionado -en sus prdcticas de ensefianza-aprendizaje,en sus oportunidades de participaci6n, en sus proyectos de servicio, en sus pro-cesos administrativos, en el modo en que trata a sus componentes, en su com-promiso con ciertos valores compartidos, en su aprecio por la diversidad, en surespeto por los derechos humanos- la universidad puede ser modelo para el re-sto de la comunidad. La universidad tiene la posibilidad de convertirse en para-digma y ensayo del mundo posible. Para tomarle prestado un concepto al an-trop6logo Clifford Geertz -modificAndolo un poco en su aplicaci6n 9- nuestrauniversidad puede constituirse en centro ejemplar para el pais: centro cuyaspricticas internas irradien e influyan en la configuraci6n del Puerto Rico delpresente y del futuro. Puede hacerlo si no se conforma con reproducir aqui loque se hace "allA afuera". Si se entusiasma con el proyecto de imaginar y poneren prActica lo que debe y puede ser.

Quiero concluir -porque ya es tiempo mis que sobrado de que termine- conuna advertencia. Se trata de la necesidad imperiosa de que todos nosotros noscomprometamos con la defensa mAs ardiente de la universidad pfiblica. Desdehace tiempo se vienen cerniendo amenazas serias a la permanencia de este pro-yecto ptiblico del pueblo puertorriquefio que conocemos como la Universidad dePuerto Rico. Las amenazas han ido tomando forma concreta en proyectos de leypara reducirle la f6rmula de financiamiento a la UPR, en propuestas de sectores

9 Vdase CLIFFORD GEERTz, NEGARA: THE THEATER STATE IN NINETEENTH CENTURY BALI (1980).

VOL. 78

HeinOnline -- 78 Rev. Jur. U.P.R. 658 2009

Page 18: La Universidad y Lo Posible - Efrén Rivera Ramos

LA UNIVERSIDAD Y LO POSIBLE

profesionales para desmantelarla y pasarle parte de sus funciones y recursos a lasuniversidades privadas y en otras iniciativas y sugerencias de parecido aliento.

Hay muchas razones por las cuales esos intentos deben resistirse.En primer lugar, la Universidad de Puerto Rico realmente contribuy6 a hacer

posible otro Puerto Rico en su debido momento. Su existencia ampli6 el accesoa la educaci6n superior de los sectores menos aventajados. Ha sido centro deebullici6n para ]a irradiaci6n de valores y la circulaci6n de reclamos crucialespara nuestra vida de pueblo. Sus miembros y egresados han participado e inter-venido en procesos econ6micos, sociales, politicos y culturales muy importantespara el pais. Con su activismo, sus estudiantes han dado en mAs de una ocasi6nla voz de alerta para que se corrija el rumbo en asuntos medulares de nuestracomunidad. Por otro lado, la hist6rica lucha por su autonomia y la protecci6nconstitucional que ser una universidad ptiblica supone pueden asegurarle mayo-res espacios de libertad para la investigaci6n, la reflexi6n, la expresi6n y la criticasin los condicionamientos que una instituci6n controlada por intereses econ6-micos privados podria significar.

Esos espacios de libertad son indispensables para que la universidad puedacontinuar siendo el laboratorio de lo posible.

De mds estA decir que nuestro pafs necesita ese laboratorio ahora mAs quenunca.

Muchas gracias y mucho 6xito.

N(Im. 3 (2.009)

HeinOnline -- 78 Rev. Jur. U.P.R. 659 2009

Page 19: La Universidad y Lo Posible - Efrén Rivera Ramos

HeinOnline -- 78 Rev. Jur. U.P.R. 660 2009