landow, george p. - hipertexto. la convergencia de la teoría crítica contemporánea y la...

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La invención y desarrollo del hipertexto como símbolo de un nuevo estructuramiento político y social.

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  • \H,permedia

    P. Quau, Lo virtualG. P. Landow, Hipertexto

    George P. Landow

    HipertextoLa convergencia decontemPornea Y la

    1,.2. la teoria ctica

    tecnologa

    C$f,UeI0 UB 'il8XIeO

    B cf,iot eca D,anet Co :'io Qlttt'g ouEL C0LEGI0 D[' ftixi, A c'

    \niciones PaidsBarcelona-Buenos Aires-Mxico

    Bibliotscs Dariel Cosio Yillegas

    Inventario 2007

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    Ttulo original: Hipertext. The convergence of contemporary critical the-ory and technologyPublicado en ingls por The Johs Hopkins University Press

    Traduccin de Patrick Ducher

    Cubierta de Mario Eskenazi

    1." edicin, 1995

    Quedan rigurosemcntc prohibidas, si la autorizacin cscrita dc los titulcs dcl Copyriglrt, bajo lassocioncs establecidas en las lcyes, la rcproduccin totd o parcid de csta obr por cualquier mtodo oprocedimiento, comprendidos la reprografh y d tretamicnto inforrrtico, y l distribucin dc eicmplaresde dla mcdirntc dquilet o prstemo pblicos.

    t992 by The Johns Hopkins University Press, Baltimore y Londresde todas las ediciones en castellanoEdiciones Paids lbrica, S.A.,Mariano Cub, 92 - 08021 Barcelonay Editorial Paids, SAICF,Defensa, 599 - Buenos Aires

    ISBN: 84-4%-0186-6Depsito legal: B. 40.27 4-L995

    Impreso en Grfiques 92,5.A.,Torrassa, 108 - Sant Adria de Bess (Barcelona)

    Impreso en Espaa - Printed in Spain+

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    Para Sbosbana, Serena Y Moali'

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    Sumario

    Agradecimientos .

    1, El hipertexto y la teora ctica' -

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    Un berrida hipertextual? Un Ne1son posestructura:lista?

    Vannevar Bush Y el Memex . ' '

    Definicin del hipertexto y su historia como concepto.Otras convergencias: intertextualidad, diversidad de

    Texto virtual, autores virtuales e informtica literariaEl mod.lo no lineal de red en la teora crtica actual'Causa o convergencia? Influencia o confluencia? 'nalogas con la revolucin de Gutenberg '

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    2. Reconfigutar eI texto.Del texto al hipertextoproblemas de ierminol ogia: Qu es el objeto que lee-

    mos? Qu es el texto en hiPertexto? ' :Texto verbal Y texto no verbal .

    TextodisPerso . . - .Transliteracin hipertextual de la c-ultura del escriba o

    el manuscrito electrnicoArgumentacin, organizacin y retrica 'Principios y finales en el texto abierto' 'tor lit., d.l texto abierto .La categora del texto, la categora en el textoEl hipeltexto y eI descentrar; undamentos filosficos .

    ). Reconfigurar al autor

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    9595Erosin de laPersonalidad

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  • t0 HIPERTEJCTO

    Escritura en colaboracin, autora en colaboracinEjemplos de escritura en colaboracin con Intermedia

    4. Reconfigutatlanarrativa . l3LEl hipertexto y la concepcin aristotlica de trama DLPrincipios y finales en la narrativa 140Afte,rnoon, de MichaelJoyce: la experiencia del lector

    como autor

    Cmo escribo este libro.Presencia virtual.

    Amenazas y promesas

    Recontigurar aI estudiante.Reconfigurar el momento de estuar . : .Reconfilurar las tareas y los mtodos de evaluacin .Ejemplos de estudio en colaboracin con Intermedia .Redefinir la materiay los planes de estudioiQu posibilidades tiene el hipertexto en la enseanza?

    6. La poltica del hipertexto: Quin controla el texto?.Oraciones hechas realidad, o la poltica de la resistencia

    - Lamarginacin de la tecnologay el misterio de la lite'ratura.

    Las polticas de determinadas tecnologasEl hipertexto y la poltica de la lecturaLa visin poltica del hipertexto, o el mensaje del medioLa poltica del acceso.Acieso al texto y derechos de autor (Copyright)

    -7. Condusin abierta o fin de la ttansmisin

    Agradecimientos

    Qoisiera agradecer al personal, tanto actual como antiguo,del Institute for Research in Information and Scholarship (IRIS)de la Universidad Brown, y sobre todo a su director y fundador:Villiam G. Ship p y a los actuales codirectores: Norman K. M.y-rowitz y Marty j. tUi.frel Nicole Yankelovich, coordinadora deptoy..io en el IRIS en las fases tempranas de desarrollo y de aPli-iacin de Intermedia, y Paul D. Kahn, coordinador de proyectodurante Dickens Veb y otros proyectos posteriores de Interme=dia, hicieron gala de una gran inventiva, amabilidad y buen hu-mor, incluso 1o. t ro*.t tos de crisis, y Io mismo puede decirsede Julie Launhardt, la asistenta coordinadora de proyecto. ToodVderDoes y Larry Larrivee, ingenieros de las instalaciones delIRIS, aseguraron el buen funcionamiento del equipo (bar&ttare ysoftusare) en circunstancias de continuos cambios.-

    A partir de 1988, cuando el Departamento de Servicios Infor-mticos de la Universidad Brown asumi la responsabilidad delIaboratorio de fntermedia, fue gracias a 7a Tabor de Steve Andra-de, Chris Chung y Vic Nair que pudimos aplicar Intermedta alaensean z^ y a la investigacin. Estoy especialmente agradecido amis. ayudantes de investigacin, licenciados o no, por su gran en-

    r; tuslasmo, y en partivular a Randall Bass, David C. Cody, Kathryn,,,rStockton, Shoshana M. Landow y Gary Teissman, as como a,.:.mis estudiantes de Ia Universidad Brovn. El desarrollo de Inter-,,.media fue parcialmente financiado con aportaciones y contratosi' de International Business Machines, de Apple Computer y de la"..-t .,

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  • L2 HIPERTE}CTO

    Annenb erg/Corporation for Public Broadcasting Project, y lesagtadezco este apoyo.

    Asimismo, expreso mi gratitud a muchos colegas y estudian-tes que compartieron conmigo sus trabaios: Stuart Moulthrop,que me prest su versin en Storyspace de

  • EL HTPERTEXTo Y 1A TEoRA cnfrce L5r4 I{IPERTE)CTO

    bre de cadapareja Ie resultar desconocido aI lector. Los que tra-bajanen el .r*pt de los ordenadores conocern bien las ideas deNko y de ,r* Du*; y los que se dedican a la teora cultural es-tarn ti*U"rtados .ot l"t d."t de Derri d^ y de Barthes'' Los

    / qtatro, como otros muchos especialistas en hipertexto y teora cult( t,rr"l, iorurl* que deben abandonarse los actuales sistemas con-) ..oarresbasad, .t nociones como centro, margen, ierarqua y li-\

    "fiad y sustiruirlos por otras de multilinealidad, nodos, nexos y

    i ,.d.r. Ci todos los iarticipantes en este cambio d9 paradigma,I nr. marca una revolrr.iAt, .t a pensamiento,-consideran la escri-t r." electrnica como una reaccin directa a las ventaias e incon-

    i venientes del libro impreso. Esta reaccin tendr profundas re-

    ; percusiones en la literatur a, laensean za y la poltica.-

    Los ngmerosos paralelismos entre el hipertexto y la teo a ct-. tica presentan *rr.iot puntos de inters, de los cuales el ms

    importante tal vez sea el hecho de que Ia teora crtica promete te-, orir^rel hipertexto mientras que ite promete encarnar y, as, de-i ;;Jt"r rro, asPectos de la te-ora, tobt. todo los relativos a tex-Itr"lid.d, narrativa y a los papeles o funciones de lector y escritor.Con el Lripertexto, ios tericis de Ia ctica dispondrn, o dispo-nen ya, d.

    "t, nuevo laboratorio donde poner- a prueba sus ideas,

    adems de las bibliotecas convencionales de textos impresos. Otro punto fundamental es que una experiencia de la lectura en)hipertexto, o con hipertexto, esclarece muchas de las ideas ms(sisniticatis de la tra crtica. Como 1o subrayaJ. David BolterlJ".*plicar cmo el hipertexto encarna los conclPto posestmctu-rulirius de texto abierto:

  • It7L6 BL HrPERfExro Y tA TEoRfA cnuce

    verbal como no verbal. Los nexos electrnicos unen lexias tanto a una obra, por ejemplo un comentario de sta porotro autor, o textos paralelos o comparativos, como internas y ascrean un texto que el lector experimenta como no lineal o, mejordi.t o, como multilineal o muliisecuencial. Si bien los hbitos de

    {L.t:ura convencionales siguen vldos dentro de cada lexia, una{ \r, que se dejan atrs los oscuros lmites de cualquier unidad defexto, entran en gor nuevas reglas y experiencias.\ -

    El tpico artculo acadmico de humansticas o de ciencias'filustra perfectamente las nociones subyacentes de hipertextoj como texto que se lee secuencialmente. Por ejemplo, en el caso dei un artculo sobre Ulises de James Joyce, uno va leyendo primero 1o que convencionalmente se conoce como texto principal y se va\ encontrando nmeros o smbolos que indican la presencia de no-i..\ "r,a pie de pginao alfinal de la obra; uno-deja entonces el tex-\ Ias, a ple de pgrnao al. tmal de la obra; uno dea entonces eI tex-

    ,,'/ro principal para leer dichas notas, gu pueden contener una cita, V\, de un pasaje deUlises que supuestamente apoya el argumento en''/ j cuestin, o bien datos sobre. agradecimientos o discrepancias del

    autorcon otros escritores, etc. Las notas tarnbin pueden conte-ner informacin acerca de otras fuentes, influencias y paralelis-irnos con otros textos literarios. En cada caso, el lector puede se-;guir la conexin y salirse por completo del primer artculo. TrasIeer la nota, o mirarla y decidir que una lectura completa no pro-cede por el momento, vuelve al texto principal y sigue leyendo

    , hasta encontrar otra nota y volver a dejar el texto principal. Estei tipo de lectura constituye la experiencia bsica y el pqnto de par-:tida del hipertexto. Imaginmonos que uno pueda simplemente

    -.locar la pgina donde se encuentra el smbolo de la nota, referen-cia o anotacin para hacer aparecer instantneamente el conteni-do de la nota o incluso el texto completo, en este caso Ulises en-tero, aI que alude la nota. Los artculos acadmicos se sitan enun campo de relaciones que, en su gran mayora, perrnanecenocultas en el caso de los textos impresos y relativamente difcilesde seguir por encontrarse fsicamente lejos de sus referencias. Encambio, el hipertexto electrnico facilita muchsimo el segui-miento de las referencias ndividuales as como la navegacin portodo el campo de interrelaciones, que tambin se vuelve muy evi-( d.nt.. Este cambo en la facilidad pmaorientarse en ese contexto

    { y "...der a las referencias individuales 1[g_cj1 :l*:41g9-n!e* _tanto

    la experiencia de la lectura como la n-aturaLeza de 1o ledo. Por-ffif6A

    iU;itl; l-6;r y. r! nt nrtai-en un sistemade hipertexto que tuviese nexos con todo el material citado , pas?'ra aior*u, p".t" de un sistema mucho ms extenso, en el que Jatotalidad pora resultar ms importante que el documento indi-,id,rt el artculo se encontrara nton.es mucho ms entrela2adoa[ contexto que su homlogo impreso

    Como ,. ,., el.!rrnS$e.X.J.9 difumina las fron!-gtas e.nlre lector y ''tr.

    ,escltor y con ello 1ii"st, otra calidad del texto ideal de Barthes.i 1; luz'de 1o, .rirbios actuales en informtica, la distincin de'Barthes entre texto de lector y texto de escritor coincide con ladistincin entre los textos basados en la tecnologa de la impren-tay elhipertexto, ya que este ltimo alcanza

    el objetivo de la obra literaria (o de la literatura como obra), que.orrrirt. en hacer del lector, no un consumidor sryo-un productordel texto. Nuesffa literatura se caracterza por el despiadado di-

    . vorcio que la institucin literaria mantiene entre el productor deltexto y su usuario, entre el propietario y el cliente. El lector se en-cuentra sumergido ...rrr, .tpicie de ociosdad, es intransitivo' eincluso serzor ,r., de funcinar por s mismo, en lugar de acce-;;;;1"; agia delsignificante, als placeres de la escritura, se 1o.i"rfo .o"o la poble [bertad de acptar o rechazar eltexto: leerno es ms que un referndum. Frente al texto de escritor, se en-cuentra rr, orrarurio, su homlogo negativo y reactivo: to que pue-" t.r f.ido pero no escritor d t*to . Iector. Cualquier tei

  • ' Para tener una idea de cmo el hipertexto produce un texto delector de Barthes, examinemos cmo Vd., lector de este libro, lo le-era en una versin en hipertexto. En primer lugar, en vez de ma-nejar un ejemplar impreso, lo estara leyendo en una pantallade or-denador. Las pantallas acruales, que no tienen la movilidad y tactode los libros impresos, hacen la lectura un poco ms difcil. A laspersonas 9u, como yo, suelen leer tumbadas en la cama o en elsof, la pantalla puede parecerles algo menos prctica. Por otrolado, la lectura en Intermedia, el sistema de hipertexto con el que(irabajo, ofrece varias compensaciones importantes. Al I.er aTVersin de este libro en Intermedia, Vd. podra, por ejemplo, carr--(biar el tamao e incluso el tpo de letra parahacer la lectura mucho!"ar fcil. Aunque no podri h".", est; cambios de form pnfr'Lente paraotros lecto^res, s podra hacerlos cuando quisier.

    , Y, ms importante an, como estara leyendo este hipertexto, en una gran pantalla grfica que muestra dos pginas atavez,ten-

    dra la posibilidad de colocar varios textos unos al lado de otros.As, al llegar a la prmera nota del texto principal, al fhal del pa-saje de S/Z mteriormente citado, activara eL equivalente hiper-textual de la referencia (tecla, smbolo de referencia) y ello haraaparecer Ia nota final. La nota en hipertexto difiere de varios mo-dos de la nota en un libro impreso. En primer lugar, se relacionadirectamente con el smbolo de referencia en vez de encontrarseen trna lista nrimera da al final del texto principal. En segundolugar, una vez abierta y superpuesta al texto principal o bien co-locada a un lado, la nota aparece como un documento indepen-,diente, aunque asociado, y tro como una especie de texto subsi-idiario, secundario y eventualmente parsito.

    La nota en cuestin contiene la informacin siguiente: .Lalextahipertextual equivalente a esta nota po-dra incluir la misma informacin o, con ms probabilidad, el pa-saje citado, un fragrnento ms largo o todo el caprulo o incluso eltexto ntegro de la obra de Barthes. Adems, este pasaje podraservir a su vez de nexo con otras declaraciones de Barthes al res-pecto, con comentarios de estudiantes suyos o con pasajes de De-rrida o de Foucault acerca del mismo concepto de texto en red.Como lector, tendra Vd. que escoger entre volver a mi exposicin,seguir algrrna de las conexiones sugeridas por los nexos, utiTtzar

    otras funciones del sistema o buscar conexiones nuevas' La """'Jtdad del hiperrexto, que se manifiesta en mltiples conexiones tentre bloques i"i"i"i"t d" texto,

    .t.g. un lector activo' ' -r

    Adems, un sistema completo a. nrp"rffif; d6"cia de1o, libro, y . algunas de las primeras aproximaciones al hiper- -

    mismo entorno tanto ^i .r.rito, .o*o al lector. As,

    con simple-mente entraf en el programa de procesamiento de texto, o editor,como se 1o .orro..l VJ. pod ria tomar notas o incluso rebatir por+:"escriro mi interpreiacirr. A.rrrqre no podra modificar mi texto,

    ' '

    s podra .r.ribi, una contestacin y 1u!8o- unirla a mi documen-;;:;i h abrledo este texto de lecior d dos maneras imposibles;;" o libro:- prgsro, Vd -mis-mo--es-c-ogiila frqysglgga de su tlectura y, .o*-oiffirll" tlr"i, .r.og.*en aistint^ ury;trias;ffid.r, la versin hipertextual de este librq podra asumirfo*6 muy diferentes, uri .o*o sugerir td- vez el valor de rutasalternativas y dedicar seguramente rnenos espacio

    -

    e1 el texto;t"rrt^l , fr pasaies citJdos. Por otro lado, talvez haba empe- zzado. ao*r. ,r'otut

    " a producir respuestas al texto a medida gue

    lo l.iu, ulguru, de las .id., podran muy bjen presentarse en for-

    EL IIPERTE

  • -l

    20 HIPERTEXTO Er, HIPERTE)ffo Y I-A TEoRfA cnnce 2l

    .,r i9T1 grieggr, Ozl)..o' De hecho, lo que Derrida describe aqu concide con los actuales sistg.mas de hiprr-exto en los que el l..t..^{{actrygrlsqsgpa49-ggglQssuhl&}ier,avc;ffi

    -f Puede hacer intervenir diccionarios con andisiJ n o.fiiigi"" .r.i' correctan las palabras aisladas con smiles, derivado, y .rrtrarios.Una vez ms,lo que Derrida y otros tericos crticos expresan como

    r'tna reivindicacin lingiistica, aparentemente des cabeilada, resulta)'describir precisamentJ la nueva^dirr,n*i.a de la lecnra y de la escri-Jtura en el medio electrnico, ms viftual que fsico.

    Derrida reconoce acertadamente (con antelacin, cabra de-cir) que una nueva forma de texto ms rca, ms libre, ms fiel anuestra experiencia potencial, y talvez auna experiencia real andesconocida, depende de unidades discretas dJlectura. Como loexplica, en 1o- que QregoSy Ulmer considera ,8 tambin exste >;'estos dientes,segn aclata Ulmer, se refieren a las comillas, corch:tes, parnte-sisl cuando se cita un texto (colocndolo entre comillas), el efectoles el mismo que liberarse de un contexto limitativo (58). \

    Esta bsqued a a cegas por parte de Derrida de un medioper:a subrayar su reconocimiento de cmo opera el texto en unm.dio impreso

    -d fit y al cabo, es un acrrimo defensor de laescritura frente ala oralidad- ilustra la posicin, o tal vez el di-lema, del pensador que trabaja con letra impresa y percibe sus ca-rencias pero que no puede, pese a su brillantez' encontrar uncamino fuera de sumentalit."r Segn demuestra la-experiencia conhipertexto, Detrida tantea hacia ufr nuevo tipo de texto-: 1o des-..ib., 1o alaba, pero slo puede presentarlo en trminos de los re-cursos asociads con un modo particular de escribir, en este casolas marcas de punuacin. Como nos lo recuerdan los marxistas,el pensamient se deriva de las fuerzas y modos de produccin,aunqlue, como veremos; pocos marxistas se enfrentan al ms im-portante modo de prodccin literaria, el que depende de laskcnologas de escritura e impresin.

    De este nfasis de Derridu .t la discontinuidad proene elconcepto de hipertexto como un extenso montaje,-lo que en-offolugar enomin metatexto ylo que l.{elson llama .>. Deh"lho, Derrida emplea la palab ta montaje Para el cine, que vecomo un rival o *u alterntiva alaletra impresa. Ulmer destacaque (267),y -itu el uso que hace Derrida de montaje enSpeecb and Pbenomena:

  • '1 El hipertexto, sistema fundamentalmente intertextual, presen-ta una capacidad para enfatizar la intertextualidad de la que care-ce el texto encuadernado en un libro. Como vimos, los artculosacadmicos y los libros ofrecen un ejemplo obvio de hipertexrua-li-dad explcita en un medio no electrnico. A la inversa, cualquierobra de literatura, corno las que se suelen ensear en la universi-dad y que arbiffariamente denominar o
  • 24

    El hipertexto Y el descentrar

    A medida que el lector se mueve por una red de textos, des-plaza constantemente el centro, y por 1o tanto el enfoque o prin-cipio organizador de su investigacin y experiencia. En otras pa-

    ,labras, el hipertexto proporciona un sistema que puede centrarseluna y otra vez y cuyo centro de atencin provisional depende del

    , f lector, gue se convierte as en un verdadero lector activo, en unIisentido nuevo de la palabra. Una de las catactersticas fundamen-'t"Ies del hipertexto es estar compuesto de cuerpos de textos co-nectados, aunque sin eje primario de organizacin. En otras pala-bras, el met?texto o-*gggjg]-qo-. de Cgqgp.rrtos, el ente que secono.. .6ffi;"bi" t"lo .t i i*po de la mpreni",gu-rece de centro. Aunque esta ausencia de centro pueda crear pro-

    d1'. b ictor y al escritor, tambin significa que cualquier usua-'!:,\t' rio del,hipertexio hace de sus intereses propios el eje oigarizador

    uJ;

    "' (o centro) de su investigacin del momento. El hipertexto se ex-\ i perimenta como un sistema que se puede descentrar y recentrar, hasta el intinito, en parte porque transforma cualquier documen-

    to que tenga ms de un nexo en un centro pasaiero, en un direc-torio con el que orientarse y decidir adnde ir a continuacin.

    La cultura occidental imagin estas entradas casi mgicas a' rrna realidad en forma de red mucho antes de la aparicin de las

    tecnologas inform ticas. La tipol ogabblica, que tan importantepapel desempe en la cultura inglesa en los siglos )rr y xD(, corl-ceba la historia en forma de tipos y sombras de Cristo y de la pro-videncia divina.la As, Moiss, que existe por s mismo, tambinexiste como Cristo, quien cumple y complet4 el significado delprofeta. Como lo demuestran innumerables sermones, octavillasy comentarios del siglo )rI y de la poca victoriana, cualquierpersona, acontecimiento o fenmeno serva de ventana mgica enl, .o-pleja semitica de los designios divinos para la salvacindel hombre, Al igual que el tipo bblico, que permite a los acon-tecimientos y fenmenos significativos participar simultneamen-te de varias realidades o niveles de realidad, la lexia indidualaporta irremediablemente un camino en la ..d d. torr.*iones.Dado gue, en los Estados Unidos, el protestantismo evanglicopreserva y difunde estas tradiciones de exgesis bblica, no sor-prende demasiado descubrir que una de las primeras aplicaciones

    HIPERTEXTO EL HIPERTEIcTo Y rn tPonfe cuc' 2'

    del hiperrexto ha tenido que ver con la Biblia y la tradicin exe-gtica.r5"-

    -No slo las 1exias obran de forma muy parecida a los tipos,

    sino que se conerten tambin en Aleph borgesiallos, pulltos enel espacio qrr. a*ii.rr.r, todos los dems puntos, ya Qu!, desde lao*ilio" d*i"ie que cada Lrno propotiiona, se puede ver todoio dems, si bien .ro ii-rltneamente, en todo caso muy cerca, a,rro o do, sdtos de distancia, sobre todo en los sistemas qrre dis-Donen de una .ii.l.rrr. funcin de bsqueda de texto' A diferen-il;;il.pU "Jorge Luis Borges, go no tiene q-ueverlo iododesde un nico lrrgr, ii tr*po.o t r*barse en una bodega con Ia*o.hil, debajo l U cabeia." El documento en hipertexto sevuelve,un AlePh viajero.

    Esta .rpr.id^d tiene una relacin obvia con las ideas de De-rrida, que insir,. .r, le.llggsidgd dr.- camb,ia ds punlg de vistai;;"irando la discu;in. coino l mismo subraya en , elproceso o procei*i.rrro-que llama descentr ar ha desempeadoXo-prp.l i*portunte en el cambio intelectual. Por ejemplot dice:> Q7 L) 'r

    ,En todor lo, sistemas de hipertexto el lector puede escoger su i,propio centro de investigacin y experencia' Lo que este princi- iii""ig*fi."

    "" la prccu ., qrr. .1 l".tot no queda encerrado

    .rr,r de ningun, orguni zaciio jerarqua.Las experiencias conIrr.r*.dia relro q. paralos que prefieren organizar una se-sin por autores y moverse, pongamos por caso,. de Keats aTennyson, el sistema puede ,.pr.r..rt1 el iradicional enfoque desiempre, ..*tro en 11 autor, y que-an resulta til en muchos as-p...r. o, .ro lado, n;aa.qUg. a lector atabaiar as, y los quedesean irrrr"rt-igat f,

    "i ez ei", g.t. talizaciones por peodo'

  • 26

    pueden organizar sus sesiones en funcin de dichos perodos, va-lindose de los artculos sobre el romanticismo o la poca vicro-rana como puntos de partida o puntos intermedios, mientras queotros lectores pueden partir de nociones crticas o ideolgias,por ejemplo, el femnismo o la novela victoriana. En la pritica,los usuarios suelen utiliz ar la matea desarrollada en la niversi-dad Bro/n a modo de sistema centrado en el texto y enfocarse enobras indiduales, y, si bien empiezan la sesin entrando en elsistema en busca de informacin acerca de un autor dado, tien-den a dedicar ms tiempo a las lexias sobre textos especficos ypasando de un poema a otro ( de Swinblrne y .rL^Belle Dame Sans Mercb> de Keats u obras sobre Ulises de Joyce,Tennyson y Soyinka) o de un poema a texros de informacin(> un hecho o una,1;",..1u *".i" ,^ttu instantneamente al dato siguiente, que 1e es,,r"g*io por uro.ir.in de ideas, siguiendo alguna intrincada tra-,ma de .u-iro, conformada por las clulas del cerebro>> o2)."'- p;r-;[erarnos de los clntinamientos de inadecuados siste-*r, a. clasificacin y permitirnos seguir nuestra tendencia natu--;

    ".a seleccin por asociacin, y no mediante ndices>>, Bush

    propone un i;;;rt iro, .l , c^paz de llevar a cabo, deuna man.r, *i eficiente y ms patecid a la mente humana,la*""ip"lu.irr-. hechos rul.r y de ficcin- Segn explica:

  • 26 HIPERTEXTO EL HIPERTe>cto Y r. TEoRA cnfnce'S";.

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    '27

    pue{en organizar sus sesiones en funcin de dichos perodos, va-lindose de los artculos sobre el rornanticismo o la poca victo-riana como puntos de partida o puntos intermedios, mientras queoffos lectores

    .pleden partir d nociones crticas o ideolgicas,por eiemplo, el feminismo o la novela victori ana. En la prctica,los usuarios suelen utiliz ar la matea desarrollada en h niversi-dad Bro'u/n a modo de sistema centrado en el texto y enfocarse enobras indiduales, y, si bien empiezan la sesin entrando en elsistema en busca de informacin acerca de un autor dado, tien-den a dedicar ms tiempo a las lexias sobre textos especficos yp":."!9" d.Il poema a orro (..Laus Veneris>> de swinbirne y

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    28 EL HIPERTD(TO Y LC. TEORA CNTTCAHIPERTD(TO

    archivos y comunicaciones, dotado de mecanismos que permitenla consulta con gran rupezy flexibilidad. Es un accesorio ntimoy ampliado de su memoria> O2). Escribiendo antes de los tiem-pos del ordenador digital (la idea del Memex le vino por primera

    -,'',,,' i., ^mediados de los aos

    treinta), Bush conceba su dispositivocomo una especie de mesa con superficies translcidas, palancasy motores para una bsqueda rpida de archivos en forma de mi-crofilmes.' Adems de busc ar y recuperar informacin, el Memex tam-bin permitira al lector >

    (3,5) y, as, ctabloque de texto, imagen u otra informacin pue-de form ar parte de varios libros'

    Ahora est claro que estos nuevos libros dgl Mgmex son eI' ,rr* tiUro, o ,,, ,r.rJin ms del nuerio libro, y, como"ellos, losI !;"i"ri;, i. trayectos, o uamaq, pueden compartirse. Bush su-

    giere, una vez ,rr, .on gran acierio:

  • 30 3ltlTfai;,,''4":,'-

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    HIPERTEXTO

    A-continuacin, en una obra de historia, encuentra otro artculorelevante y une ambos. Y as sigue, construyendo un trayecto conmuchos artculos. De vez en cuando, inserta un comeniario pro-pio, unido al itinerario principal o bien a un uayecro secund;rio.Cuando resulta evidente que las propiedades eisticas del mate-rial tenan mucho que ver con el ..o, se desva por una rama la-teral- que 10 lleva a manuales sobre elasticidad y tblus de consran-tes fisicas. Aade ury pgina de anlisis propio. De este modo,elabora en medio del laberinto de materii disponible un recorri-do en funcin de sus intereses (34-3.

    .EL HIPERTEXTO Y I' TEORfA CNfrrCE

    mentos nuevos generan a su vez una clase de;1-eo flexible, hechoa la medida, abierto a las demandas del lector il'posiblemente, vul-nerable a ellas. Tambin generan la nocin de una textualidadmltiple, ya que, en el mundo del Memex, la palabru texto desig- ina: a) las unidades indiduales de lectura que tradicionalm."r.

    ,

    constituyen la > (3j),podr reproducir los trayecros quecre paru investigar un tema o problema y aplicarlos a otro.

    La idea de Memex, a la que Bush dirigiiu atencin de formaintermitente durante treinta aos, influy en Nelson, en DouglasEnglebart, en Andries van Dam y en orros pioneros del hiperx-to, induido el glupo del Institut. for R.search in Informution undScholarship* (IRIS) de la Universidad Brown, que cre Interme-da. En y , Bush proponeel concepto de bloques de texto unidos con nexos y trmuin in-troduce los trminos nexos, conexin, trayectos y trama pata des-cribir su nueva_c_oncepcin de la textuali iad.n t d.r.f,"ion qrr.hace Bush del Memex contiene otras concepciones bsicas, e in-cluso radicales, de la rextualidad. En prim., i.rgrr, requiere una re-configuracin radical d9 Ia prctica e h le.t,i'r, y d; la escrirura,en la gue ambas actividades se acercan entre s mucho ms de lo-que- es posible con el libro impreso. En segundo lugar, a pesar delhecho de que concibiera el M.*.* anres-del adrimi.iro de lainformtica digital, Bush intuy que era necesario algo como latextualidad virtral paralos cambios que propugn aba.., t"r..r lu-gar, su reconfiguracn del texto introduie ties elementos cornple-tamente nuevos: los ndices por asociaci, (o nexos), los trayectosentre dichos nexos ylos conjuntos o ramas de t.uy..ios. Ests e'e-

    *. Instituto de Investigacin en Informacin y Humansticas. T.

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    32 HIPERTE}ffO EL HIPERTEXTO Y I.A TEORA CNTICE))

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    en el tiempo y el espacio referirse a la misma informacin.2o Comohan demostrado Elizabeth Eisenstein, Marshall Mcluhan, \7i-lliam M. Ivins, J. David Bo1ter y otros investigadores de la histo-ria de los efectos culturales de la imprenta, el nvento de Guten-berg produjo en las disciplinas humansticas lo que hoy en da

    \ entendemos por erudicin y crtica. Una vez liberados de su tareaI principal, que consista en preservar la informacin en forma de1 fragil.s manuscritos que se deterioraban con el uso, los eruditos,',, ttabajando ahora con libros, pudieron desarrollar nuevas nocio-lnes de erudicin, originalidad y de propiedad intelectual.

    Aunque el texto fijo mltiple producido por la tecnologa dela mprenk ha tenido tremendos efectos sobre las concepcionesmodernas de literatura, educacin e investigacin, todava en-frenta, como lo enfatizan Bush y Nelson, al investigador con elproblema fundamental de un sistema de recuperacin de la infor-

    , macin basado en manifestaciones fsicas del texto; es decir, el al-i macenamiento de la informacin en un formato lineal fijo dificul-I ..I ta su recuperaclon.

    Este problema puede expresarse de dos maneras. En primerlugar, que ninguna qdenacin d. 1"fo".qpg*-s"i.p puede resultarconveniente a"todoJE?TiT-Gitrr, y, eri segundo lugar,aunque ambas ordenaciones, jerrquic y lineal, facilitan la infor-macin segn *1g* criterio de orden, ste no siempre coincidecon las necesidades de sus usuarios individuales. A 1o largo de va-rios siglos, Ios escribanos, eruditos, editores y otros fabricantes delibros han inventado una gama de dispositivos para aumentar larapidez de lo que hoy en da llamamos procesamiento y recupera-cin de la informacin. La cultura del manuscrito presenci pro-gresivamente la invencin de las pginas individuales, captulos,prrafos y espacio entre palabras. La tecnologa del libro se real-z con la paginacin, los ndices y las bibliogra{as, Estos ingenioshan hecho la erudicin, si no siempre fcl, o cmod a, al menos,posible.

    EI procesamiento electrnico de texto representa el cambioms importante en la tecnologa de la informacin desde el desa-rrollo del libro impreso. Conlleva la promesa (o la atTrenaza) deproducir cambios en nuestra cultura, sobre todo en la literatura,la educacin, la crtica y la erudicin, al menos tan radicales comolos producidos por los tipos mviles de Gutenberg.

    El procesamiento de texto informarizad,o nos proporcionatextos l.ctrnicos en vez de fsicos, y este paso- de la tinta al c-

    ,i; lo ..digirr- iro,r.. una tecn ologa de la informacin -q*ecombinarr"i.ui[dartugexibrlid-ad.-..Lggd:11;laaccesibili"*idad,.per. ,ffiffi;fffi;; ";ip'".*a;to de texto \electrni.o **lr.aigos electrSrri.o., todos los textos que ellector-escritor se encuentra en la pantalla son virtuales' Por ana-1"gi^con la ptica, Ios informticos hablan de

  • 34 HIPERTEXTO

    ejemplos sugieren que a menudo esr confundido acerca de losmedios que la ernplean. Los punros fuertes y dbiles del plantga-miento de Baudrillard aparecen en sus comentarios ,."i., de ladigitalizacin del saber y de la informacin. Baudrillard percibecon acierto que el paso de 1o tctil a lo digital representa un acon-tecimiento esencial en el mundo contemporneo, pero luego seequivoca en cuanto a sus implicaciones, , mejor &.ho, st hspercibe parcialmenre. Segn Zl, h &gitzacin implica una opo-sicin binaria: (simulations, 1 1j). Bau-drillard postula esta equivalencia, que equivocadamente conside-ra axiomtica, en su declaracin de que (L45). Llega a Ia conclusin de que el hecho primarioacerca de lo digital es su relacin con , ya que

  • )6 HIPERTE)O eL Hrpenrnffo Y r. tponfe ctrrce 37

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    En segundo lugar, esta misrna facilidad para cortar, copiar ymanipular el texto permite formas diferentes de coru-posicin eru-dita, en las que las notas del investigador y la informacin originalexisten en una mayor proximidad experimental. Segn MichaelFleim, a medida que la texrualidad electrnica vayaliberando la es-critura de las limitaciones de la tecnol ogtadel papel impreso,

  • 38

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    HIPERTEXTO EL HTPERTEXTo Y tA TEoRfA cntIce 39

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    electrnicamente. En segundo lugar, cualquier conjunto de le-xias, tanto si se deben al autor del texto verbal como a un terceroque haya reunido textos de varios autores, toma la forma de unared; en algunos sistemas, se llamattama a cualquier conjunto dedocumentos, cuyos lmites cambiantes los convierten, de ulg",modo, en el equivalente hpertextual de una obra. En tercer lu-gar, el trmino red tartbin se refiere a un sisterna electrnico queimplica ordenadores adicionales as como cables y conexiones f-sicas que permiten compartir informacin enre mquinas indivi-duales, estaciones de trabajo o terminales de lectura-escritura.Estas redes pueden tomar la forma de las actuales redes de mbi-to local (LAN),* como Ethernet, que conecta conjuntos de m-quinas denuo de una institucin o parte de sta, como departa-mentos o unidades administrativas.'o Tambin hay redes de granmbito (AN)"' qr. conectan distintas instituciones geogrfca-mente muy alejadas. Las primeras versiones de redes de gran m-bito, tanto nacionales como internacionales, incluyen JANET (enel Reino Unido), ARPANET (en los EE. UU.), el National Rese-arch and Education Nenvork (NREN) ,o' y BITNET, eue conec-ta universidades y centros de investigacin en Amrica del Norte,Europa, Israel, Australia, NuevaZelanda y Jap6n." Estas redes,que hasta el momento se han utilizado prirrcip"lmente paruel co-rreo electrnico y pa transferir archivos particulares, tambinhan servido de infraestructura a boletines de noticias como Hu-manist. Para que estas redes puedan soportar el hipertexto, hacenf.alta equipos ms potentes que puedan transferir con mucha ra-pidez grandes cantidades de informacin.

    La cuarta acepcin de red, en cuanto a hipertexto, se acercamucho al sentido que se le da en la teora ctica. Red, en su sen-tido ms completo, se refiere a la totalidad de los trminos paralos cuales no hay trmino y que son representados por otros tr-minos hasta que surja a1,go mejor o que u,no de ellos logre abarcarel sentido ms amplio y La mayor difusin:

  • 40 HIPERTEXTO 4L.W;i'F:t;i. .lj':,#i*'.,'' : - _6i..

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    EL }IIPERTEffO Y I-A TEORA CRTICA

    terna, Ia red ocult> (xx); segn 1, una es aquel fenmeno (127) una amplta gama de taxonomas,observaciones, interpretaciones, categoras y normas de observa-cin a menudo contradictorias.. La descripcin de red que hace Heinz Pagels enTbe Dreams of

    Reason (Los sueos de la razn) sugiere por qu la red seduce tantoa los que sospechan de los modelos jerrquicos o lineales. Segn 1,>, considera, frecuente y-expl-.iiu*."te, Ios Lodelos en red como el asiento del error." Porejemplo, cuando en Marxism and'Form critica

  • 42 HrpERTExro

    bert Marcuse, cuando explica que

  • 44

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    HIPERTE)ffO

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    EL HIPERTEXTO Y LA TEORfA CNNCE 45

    bro, Adorno y Prefacio>>. Lo hace con gustoya gu, como anuncien Of Grammatology, . (8)

    En una conversacin conmigo, Ulmer mencion que, puesto

    municacin electrnicos aulque no informticos, como la radio,la tglgvjril y el cine, Baudrillard, Derrida, l.un FranEois Lyo-tatd, Mcluhan y otros se pronuncian iguahnte en .""rru de lafutura importancia de la tecnologsa dela informacin b"r"d" .r,la impresin, coincidiendo , *.rrrdo con los que pi.nr en queuno! medios de comunicacin anlogos con rrid^o, movimientoe informacin visual remodel arm ru&crlmenre nuestras expecta-tivas de la cultura y naturalezahumanas.

    Entre los principales crticos y tericos de la crtica, Derridadestaca como-el qu mejor adviei. l, importun.iu .a tecno-loga de la informacin autnom", b^rra en sisremas digiesms que analgicos. Como seala, . El problema, adery{s, i.*- reconoce Derrida, es que la forma del Iibro (Dissemination LI diseminacin), 3) en el pensamiento occidental. A Derrida, siempre deseoso de rocarlo rdo, .1lo ,o le pa-rece urta razn suficiente para no tocar el libro y su reivindi.u.ir,comienza con la cadena de expresiones que aparecen ms o menoscorno ttulo al principio de Disserninatlon: Hors Livres: fuera deIibro, Hors d'Oeuvre: entrems, Extratexto, prelimin* r,i" de li-

    que la unidad de Derrida equivale al nexo, La gramatologa "t..1 ,,

    u.,. y la ciencia de conectat y, po. lo tanto, el arte y la cienci-a del "hipertexro.sT Uno podra aadir que Derrida tambin describe la 'diieminacin como una descripcin del hipertexto: (Disserninatiort, 42),

    Analogfas con ta revolucn de Gutenberg

    Si nos encontramos realmente en un perodo de fundamenta-les cambios tecnolgicos y culturales anlogos a la revolucin deGutenberg, entonces ha llegado el momento de preguntarnos qupodemos prender del pasado; en particular, qu-podemos ple-ecir ,..r. del futuro al comprender Ia

  • '46.

    varnos a suPoner. Estudiosos de la tecnologa y de la prctica de lalectura sealan varios cientos de aos de cbior y u.Lmodacionesgraduales, durante los cuales prevalecieron distinias prcticas de lalectura, formas de publicacin y concepciones de lu literatura.

    segn Kernan, no fue hasta principios del siglo xvrrr que latecnologa de la imprenta (9). Cunto tardarIa inform tiia,y sobre todoel hipertexto, p^la operar cambios parecidos? Uno i. pr.g.rrr^cunto tardar el paso al lenguaje electrnico en volverse omni-presente en la cultura.Y con qu medios, apaos culturales pro-visionales y dems intervendr y crear un iuadro ms .or,frrro,aunque culturalmente ms interesante? "

    La segunda norma importante es que el estudio de las rela-ciones entre tecnologa y literatura junto con otros aspectos de lashumanidades no produce necesariamente una lectJra mecnica_de la cultura, como teman Jameson y otros. Como Kernan deja

    - bien claro, la comprensin . h lgiiade una tecnologa no per-mite hacer predicciones, ya que en condiciones dif.r.rites ]a *ir-ma tecnologa puede producir efectos diferentes e incluso contra-rios. As, J. Dad Bolter y otros historiadores de la escrirura hansealado gue, al principio, la escritura, gue serva los intereses delclero y de la monalgua al registrar leyes y acontecimientos, pare-ca puramente elitista, e incluso hiertica; ms rarde,

    " *did,

    que iba progresando hacia abajo en la escala social y econmica,empez I parecer democtatizante e incluso anrquica. En granmedida, los libros impresos tuvieron efectos igualmenre dife"ren-ciados, aunque los factores dem ocratizarttes taidaron mucho me-nos en imponerse a los hierticos: unos cuantos siglos, talvez d-cadas, en lugar de milenios!

    As mismo, como Marie Elizabeth Ducreux y Roger Chartierhan demostrado, tanto el material imprero .o* los t"nuscritosfueron utilizados como instrum.rrtor

  • EL HIPERT>mo Y 1A TEoRA cnrce 4948 HIPERTEXTO

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    Uno de los cambios ms importantes se refier e ala tealizacindel poder demo $atlzarnte de la nueva tecnologa de Ia informa-cin. Durante el paso de la cultura del manuscrito a la de la letraimpresa desapareci

  • r 2. Reconfi$urar el texto

    Del texto al hiPertexto

    Aunque en el funrro leiano, o no tan lejano, todos los textos in-dividualei estarn conectados electrnicamente formando as meta-textos y merametatextos de un gnero slo parcialmente imaginablehoy eld d,yhan aparecido formas de hipertexto de mucho menor

    "lcance. Existen yui.rntliteraciones al hipertexto de poesa, de fic-

    cin y de otras materias originalmente concebidas para la -tecnolo-

    gia dl[bro. La forma ms sencilla y ti*it"ia de esta transliteracinf,r.r.*, el texto lineal, con su orden e inalterabilidad, y luego ara-ha, , modo de apndices, crticas, variantes.textuales u otros textos,rno1gi.*.rr-t. anteriores o posteriores.'En estos casos' el textoriginafque conserva so form andgua, se-convierte en un eie fijo

    cual irradian los textos conectados, y ello modifica la experien-cia del lectot de este original texto en un nuevo contexto.

    Se han publicado rcopilacione ddcticas de textos clsicosen hipert.rito basadas .t, ,rt nico texto, original'mente creadoparusu difusin impresa, como eje ininterrumpido alrededor del'.rr"1

    se articul*t .o*.ntarios y anotaciones' Paul Delany, de laUniversidad Simon Fraser, por ejemplo, utiliz eL sistema Hyper-card de Apple para ttr.ru.tibir al hipertexto-y

    -aTpliar el JosephAnd.reus.r Hnry Fielding; en la Universidad Brown, qmplea-mos de un modo similar el sist.ma Intermedia para presentar his-

    2torias cortas de Kipling y de Lawrence''

    i.| , '' '-',,,-.: .,t.1:,,. .

  • 52 R.ECONFIGURAR EL TD(TO ,)HIPERTEXTOhipertextual unos materiales originalmente concebidos para la tec-nologa del libro dividindolos en lexias discretas, sobre todo cuan-do contienen elementos multilineales que requieren la clase de lec-tura multisecuencial asociada con el hipertexto. Un ejemplo de estetipo de hipertexto ha aparecido en CD Word: Tbe Interictiue BibleL-ibrary,r'que un equipo del Dallas Theological seminary*lha crea-do con una versin mejo rudade Guide. Esta recopilacin hipertex-tual de la Biblia, destinada ms bien al
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    RECONFIGURAR EL TD(TO 5756 HIPERTE)ffO

    En lugar de la :rarna elegaca de ,

  • 58 HrpERTExroAn lruteraction oftg Jo_rge Luis Borges (lgg7),o d. Stuart Moulth_rop, una adaptacin de
  • 6A HrpERTExro

    Una solucin ha sido llamar ese lugar cle lectura-escritura una:1?9'-99 9:rge*ur, lor analogacon lf estacn de ffabtajodel in-genrero; esta expresin suele referirse a mquinas reladvamentepotentes, a menudo conectadas

    _en I.dl y .o, mucha ms poten-cia de clculo, memori a y capacidades t griifiru"-q".'"1^;rdenadorpersonal." sF embargo, y, qr. estacii d.e trabajoparece sugerirque estos objetos slo existinn en el lugar d. ;;;;i";esultarntiles slo en ocupaciones remunerrd""r, esta expresin tambinresulta confusa. Aun as, recurrir a ella i.,0., en cuando, aunquesIo sea poJque parece ms cercana-a lo que el hipertexto requie_:e que cualquiera de los oros trminos ,.rg..id; ha;; la fecha.Estos problemas de terminorgea;p;;n, como ya resuha evi_

    ,

    dente, pg.q,r,. los papeles de t.?r"ii .r.ritor cambian tanto en lai tecnologa hipe.t."t,.rul que nuestro vocabulario

    "orri"rrrl.il"l*,ry poco qu ofrecer.comoquie-ra qu9 se denomine ese lugar de lectura-escritura,

    no debe concebirse la mquina que .rrro.Lp lea parutrabajar (ydivertirse) en hipertexto rrro una mquina aislada, como el or_denador p"*orul de hoy en da. il de e[o, er objeto conque se lee>> debe concebirse como una enmada;; i:ca, alhiperdocumento, ya que es el medio que tienen el lector y elescritor individuales para ctnectarse y participar en .i ,rrdo delos nexos y docu-.rrio, hipertextuales.se plantea offo problema smilar de terminologa respecto ala palabra tuxtor qre tantas veces h. .pl.uJo yu"* .r,, obra.Ms que cualquieiotro trmino crave d.tu exposici n, textohadejado de cerlirse a una nica parabra.al oirtir simurtneamente

    en dos mundos Fry distintos ,'"b"r.i;ig"ifi.rdos contradictoriosy: p^rl emplearlo, debe encontrarse el"rnodo d. .itu. .orfu_sin. cuando intento explicar 3lg"lo^".rf..ros de ra diferen cia, amenudo me veo obligao ^

    d^ d.fi"i.i;es nuevas y antiguaspoco precisas o me descubr o uJtzando er vieio ,Zr" con unsentido en esencia anacrnico. por ejemplo, **do explico quelos sistemas de hipertexto permiten'.orr^".tur un pasaje el> con otfos pagajes tanto el como en el mediohip.ri.iir"l .orlleva la cuestin implcita de lo gue debe abarcariifr^ p^1ubru. Esta cuestin, a su Yez,_nos oblga ? reconocerqrr. .1 hip.*.ra ,..orrfigura el texto de un modo fundamental" 1o, .r^.*os electrnicoi n9 parecan indicar a primera vista. Alafuerza, l, hd.;;."i"iad incluye una ptopotiin de informa-;;;; ,r.rl[*ucho mayor gre 1, imprnt a;lamisma facilidad,en comparacin, con que pr." aadirse este material fomenta suinclusin. Dicho de otro-rrrodo, el hipertexto materializa Ia rei-vindicacin de Derrida de una nueva fo.*" de escritura ieroglfi" *. p".u .rritar algunos de los problemas implcit9t, y por 1otanto inetables, de |o"s sistemus d..tcritura occidentales y de susversiones impr.sas. Derrida reclama la inclusin de elementos vi-,,.rul., en la critura como un medio-de escapar-a las limitacionesde la linealidad. Comentando esta xigencia de los postulados deD.rridr, G*g;ry Uher explica q,r. ! gramatologa. a.rrrrro iritnio, durrnt. los cual.i f,r. suprimido del len-*"i. todo aquello que_

  • 62 63Wi, t.'llii:j ,'.l.:, $ii-".'''.:,t-".-fi.:'.t:,.'!.ii.. .lr:.: .

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    P.ECONFIGUR,R EL TEXTOHIPERTE)(TO

    como salida al logocentrismo>>, ha visto su peticin en gran par-te satisfecha en el hiperrexto.

    Por otra p?rrg, el lripertexro incluye los multimeos ya que,con la misma facilidad, puede conectar enre s tanto pasajes detexto verbal como informacin no verbal. Adems, ya que la in-formtic a digltaliza tanto los smbolos alfanumricos iomo lasimgenes, el hipertexto electrnico puede, en teora, integrar am-bos. En la prctica, los populares procesadores de texto comoMicrosoft 7ord ofrecen cada vez ms a menudo la posibilidad deincluir material grfico en documentos de texto. Los nexos, quepermiten remitir al lector a u.na imagen desde cualquier punto deltexto, hacen an ms fcll, esta integracin de informacin verbaly visual.

    i Adems de la cantidad y diversidad crecientes de informacinr alfabtica y no verbal incluida en los documentos, el hipertexto; aporta elementos visuales que no existen en una obr, -i*pr.ru.' Tal vez el ms bsico de todos sea el cusBr, una flecha, lir.u ocualquier otro elemento grfico parpf,eante, que represenra lapresencia del lector-escritor en el texto. EI cursor, que el usuario

    - desplaza desde el teclado apretando las teclas marcadas con unaflecha o con dispositivos como el o la bola de rastreo,proporciona una entrometida imagen mvil de la presencia delIector en el texto. Desde esta posicin, el lector prr.d. modificarel texto: con el ratn, puede situarse el cursor en medio de unapalabru, por ejemplo, entre la p y la o de por. Apretando un botndel ratn, se inserta una bamavertical parpaderrt.; apretando lasteclas de retroceso o de borrar r. s,.rpiirn" l^ p, al teclear, se vaninsertando caracteres en este punto. En un libro, podemos reco-rrer la pgna impresa con el dedo, pero esta intrusin permane-

    ,icer pat^ siempre aigna al texto. Podemos hacer una marca en la{pgina, pero nuestra intrusin no altera paru nada el texto.El cursor, que aade la presencia, actividad y movimiento del

    lector, se compleh, en la mayora de los actuals sistemas de hi-pertexto, con un smbolo que indica la existencia de material co-nectado . Pata indicar la presencia de uno o ms nexos, Interme-dia colo ca aJ, principio del pasaje una marca que consiste en unpequeo rectngulo horizontal con una flecha en su interior. ElHypelCard de Apple soporta una amplia ga',,ade smbolos grfi-cos ( el texto gue se est leyendo. Al iniciarIa sesin, el lector elige una trama hipertextual

    -

    por ejemplo, lade ln Memoriam o e7ole Soyinka o bien otra de la literarura in-glesa a partir del siglo xvrrr

    -

    sig11do el cursor encima del ico-rro .r.ogido y abreil documento pulsando dos veces seguidas'elratn, o bien activa primero el icono y selecciona la opcin

  • 64

    presenta un histo al grfico del recorrido del lector mediante unadisposicin vertical de iconos que indica el ttulo de los docu-mentos abiertos hasta entonces; pequeos iconos adicionalesmuestran si el documento se abri desde un archivo, siguiendo unnexo, o si fue reactivado desde el escritorio.l'3

    Es el sistema de hipertexto, y no el autor, el que proporcionadispositivos como 7eb View. En contrapaftida, los autores en hi-pertexto disponen de otros elementos visuales importantes: visio-nes generales o directorios grficos que ayudan al lector a navegarpor el metatexto. Estas visiones generales grficas, que llevan el

    ' apodo genrico de OV," presentan una gran diversidad de aspec-tos entre los que cabe destacar el mapa de conceptos (vase INCUSTODY OV en la fig,2), eu informa al lector acerca de losnexos y de sus contenidos y muestra, adems, un camino claro y

    , prctico para acceder a ellos. La visin g-ene-ral organiza con efi-

    ;ciencia un conjunto de ideas complejas alrededor de un fenme-ino central, quepuede ser un ar.rto. (T"nnyson, Derrida), un pero-

    do cronolgico (el siglo )rrr o el posmodernismo), una idea omovimiento (tipologa bblica, desconstruccin). De un modo t-picamente hipertextual, la visin general implica que cualquieridea que el lector escoia como cntro de su investigacin existe enel marco de otros fenmenos, que pueden tener o no con l unarelacin causal.

    Otro tipo de visin general de conceptos se vale de flechasque recuerdan los vectores de fuerzas paraindicar las lneas de in-fluencias o las relaciones causales. Por ejemplo, en las (Fig. J), se muestran con flechas las rela-ciones de Dickens con escritores que influyeron en 1, aquellos enquienes l influy, as como los que compartan influencias mutuascon 1. Este tipo de visin general grfca resulta particularmentetil para presentar de form a claralas relaciones histricas. Imge-nes de objetos como fotografas de una clula o de la luna puedenconstituir un tercer tipo de visin general grfica as como los ma-pas y los grficos tcnicos.

    , Arnque el 7eb View de Intermedia cumple con xito su fun-, cin de informar al,lector, funciona an mejor cuando se lo com-

    o. OV por Overview; e-s la traduccin del trmino tc-nico . T.

    bina con archivos de visin general realzados por el autor o con iotras formas de carto grafia intelectual. 7eb View presenta unaimagen no jerrquica de todos los documentos conectados a la vi-sin general (o a cualquier documento activado). En cambio, lavisin general presenta una otganzacin jerrquica, pero sin re- .velar la naturalezay nmero de documentos asociados a cada sealde nexo. Intermedia ofrece dos formas de conseguir esta infor-macin: el eb View y un men que se activa siguiendo los nexossealados con un smbolo. Al activat un nexo particular, se oscure-cen todos los dems nexos unidos a ese bloque del 7eb Vieur. As,trabajando juntos, los docurnentos individuales y 7eb Viewinforman constantemente al lector de la informacin que hay unpaso ms all del texto actual. Esta combinacin de recursos ge- .,nerados por el autor y por Intermedia es un buen ejemplo de la rmanera en que los autores de hipertexto emplean retricamente \dispositivos visuales patac.ompletar el diseo del sistema y traba- Ijar con 1 sinrgicamente.'a

    . Elementos visuales en el texto impreso

    Esta descripcin de los elementos visuales del hipertexto nosrecuerda que la imprenta tambin recurre a ms informacin ,visual de t que nor*ul*.rrte se tiene en cuen ta: sta no se limi-

    ,tL, como podra'pensarse en u.n principio,'a los ejemplos obvioscomo ilustraciones, mapas, esquemas, organigramas y gtficos."Incluso sin ms elementos visuales explcitos adicionales el texto

    - impreso contiene ya una buena cantdad de informacin visualapte del cdigo alfanumrico.,'

    Los componentes visuales de las tecnologas de la escritura yde la imprenta incluyen el espaciado entre palabras, Ia divisin enprcaf.os, los diversos tipos y tamaos de letras, una compagina-cin diferente para indicar pasajes citados de otras obras yla asig-nacin de lugares especficos, a pie de pginao al final de un ca-ptulo o del documento, a los materiales de referencia (notas).

    A pesar de su considerable presencia en el texto impreso, loselementos visuales denden a ser dejados de lado por los escritorescontemporneos cuando consideranla naturaleza del texto en laera electrnica. Como cualquier otro cambio, la expansin de la es-

    RECONFIGURAR EL TEXTO 65

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    HIPERTEXTO

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  • 70 HIPERTEXTO RECONFIGURAR EL TEXTO 7l

    I critura de un sistema de lenguaje verbal a otro que abarque infor-i macin no verbal

    -informacin visual en forma de smbolos, ele-imentos representativos o cualquier otra informacin, sonido in-duido- se ha enfrentado a una fuerte oposicin, y a menudo la delos sectores ms inesperados y, en concreto, de los que ya empleanel ordenador pata escribir. F{asta los que abogan por el cambio,encuentran a veces la experiencia del cambio, y de su defensa, tanagotadora en la etapa siguiente que se resisten, aunque sta resul-te implcita en los cambios que ellos mismos han propugnado.

    Esta resistencia se manifiesta de forma muy clara en el comen--tario muy frecuente de que los escritores no deberan pr.o.p"t-se por la comp agnacin o Ia autoedicin y que deberan dejarestas actividades al editor. Se nos dice que los escritores, acad-micos u otros, no disean bien; y aunque 1o hicieran, prosigue laargumentacin, estas actividades son una prdida de tiempo paraellos. Esta recomendacin, que recientemente se ha ffansformadoen mandato, debera inducirnos a preguntar por qu. Y si se nosdijese:

  • 72 HIPERTE)ffORECONFIGURAR EL TD(TO 7)

    tura tambin abarcala idea de que stos no tienen la pericia, ni losconocimientos paru producir un buen diseo. Para apoyar estaargumentacin se esgrimen un sinfn de artculos repletos de ti-pos y tamaos de letra antiestticos, escritos por estudiantes yusuarios principiantes de Macintosh; y lo aceptamos demasiadofcilmente sin ms infrmacin.

    El hecho de que los principiantes en cualquier campo de acti-vidad obtengan resultados de relativamente pobre calidad nuncapuede justificar que abandonen dicha actividad. Si as fuera, acen-sejaramos del mismo modo a los estudiantes que abandqnaran in-mediatamente sus esfuerzos en redaccin creativa y discursiva, endibujo y filosofa, y en matemticas y qumica. Y si no damos esteconsejo es porque creemos que las facultades implicadas en estasactividades son importantes, a diferencia, segn parece, de las re-lacionadas con el aspecto visual. Por supuesto, tambin est el he-cho de que Ia enseanzatene que ver con nuestro sustento y nues-tra categotaprofesional. La cuestin que se plantea es, pues, porqu es menos importante la informacin visual? El hecho mismod. qo. muchos usuarios investigan con elementos grficos de tex-to en sus ordenadores demuestra el placer evidente que obtienenmanejando efectos visuales. A su vez, este placer sugiere que, alprohibir los recursos visuales al escritor, se le prohbe tambin unafuente dE placer al parecer inocente, algo de lo que uno debe pres-cindir si pretende ser un escritor de verdad o un lector decente.

    La rnayoa de nuestros prejtricios contra la inclusin de i-formacin visual proviene de la tecnologa de la imprenta. Exa-minando la historia de la escritura, se ve en seguida que tiene unalargaconexin con la informacin sual, por no hablar del origende muchos alfabetos en jeroglficos ni de otras formas de escritu-ra originalmente grficas. Los manuscritos medievales presentan.rrr, .ipecie de cmbinacin hipertexrual de tamaos de letra,mrgenes, ilustraciones y otros embellecimientos del texto, con laca[grafa y otras adici

  • 74 RECONFIGURAR EL TE}CTO

    Transliteracin hiPertextualmanuscrito electrnico

    75

    de la cultura del escriba o-elHIPERTE)CTO

    ciala hipertextualidad perturba el texto y la experiencia de la lec-tura tal y como los conocemos. El texto o rrr, exactamente los

    }., pasajes de texto: eue se sucedan los unos a los otros en una pro:gresin lineal ininterrumpida, ahora se fracturan, se desploman,asumen identidades ms individuales,

    A1 mismo tiempo que la lexia hipertextual mantiene lazosms sueltos, o menos determinantes, con las otras lexias de lamisma obra (para utilizar una terminologa que ahora Lorre elriesgo de quedar obsoleta), tambin se la p,r.. asociar con tex-tos de otros escritores. De hecho, se asocia con cualquier textoconectado con ella, y de este modo se disuelven las nociones deseparacin intelectual entre textos, del mismo modo que algunosproductos qumicos destruyen la membrana celular de un orga-nismo: la desruccin de la membrana destruye la clul a,la mit^.En cambio, una destruccin anloga de las nociones, an con-

    - vencionales, de separacin textual quiz pueda destruir ciertasactitudes respecto al texto, pero no necesariarnente destruir eltexto. En todo caso, 1o reconfigwa, as corrto nuestras expecta,tivas sobre 1.

    Otra consecuencia de los nexos electrnicos es que dispersan' ..elr, texto en otros textos. A medida que las lexiar ii"iuales

    van perdiendo su aislamiento fsico e intelectual con el estableci-miento de nexos, el texto se dispersa en ellas. La necesaria con-textualidad e intertextualidad, eu surgen al situar unidades delectura en una red de trayectos fcilmente navegables, entretejenlos textos, incluidos los de otros autores y los de medios no ver-bales. Un efecto de este proceso es que debilita, y talvez destru-ye, cualquier sentido de unicidad textual.

    Estas nociones no resultan novedosas para la teora literariacontempornea, pero aqu, como en otros muchos casos, el hi-Pertexto representa una encarnacin incmodamente literal deun principio que pareca especialmente abstracto y abstruso des-de el punto de vsta de la imprenta. Puesto que gran parte delatractivo y del encanto de estas ideas tericas radica en su dificul-tad o talvez en su preciosidad, esta presntacin ms literal pro-mete trastorn at a los tericos, en furt., por supuesto, porquetrastorna la categoray las relaciones de poder .nio campo.

    El hipertexto fragmenta, dispersa o atomiza el texto de dosmaneras uti.r.r. Primro, suprimiendo la linealidad de 1o impreso, :,lib.r^ los pasajes individuals de un nico principio ordenador: la ', /Secuencia,y atTtenaz cgn transformar el txto en un caos. Y, lue- o''"'''''go, dest*y. la nocin de texto unitario y permanente. El consi.rr, .l t.*to en trminos de Sus componentes producela primera forma de fragmentacin; eI considerarlo en funcin de,,r, dif"tentes lecturas y versiones produce la segUnda.

    La prdida de la reencia .rr 1, textualidad unitaria podraprod,rcir muchos cambios en la cultura occidental, y a menudocon un coste elevado, si los juzgamos segn nuestras actitudes ac-tuales basadas en la irnprent". No todos esos cambios resultarnnecesariamente costosos o dainos, sobre todo en el mundo aca-*i.o, donde este cambio conceptual nos permitira corregir^16 de las distorsiones producias por la influencia de la cul-,""ru de la imprenta. Acostumbrados a las ediciones eruditas es-tndares de l, t"*tos cannicos, solemos pasar por alto el hechodg t;. estas versiones impresas del siglo :o< de obras original-*.*. creadas en una crrlir-rr" del manuscrito son idealizacionesextraamente ficticias que producen uha muy especfica expe-riencia del texto .Para r*p.i^r, las versiones eruditas impresas de iPlatn, Virgilio o san Agustn proporcionan un texto mucho ms \fcLa. **.ur; il.rf;;; il:rllqri"ra quepodan obtener lot \coetneos de dichos textos. Ellos se encontraban con textos tandiferentes de los nuestros que la mera sugerencia de que pudira-mos compartir la misma xperiencia de la lectura engaa. Loslectores . t^ poca de Platn, Virgilio o san Agrrstn procesabantextos sin espaii"do entre palabras, ni maysculas ni puntuacin.Si hubiese l.^do esras frasei mil quinientos aos antes, habran te-nido este asPecto:

    ellosseen contrab an contextostandiferentes delosnuesos quelamerasu-!.r.r.iudequepudiramos comp artirlamismaexp erienciadelalecturaen-iaalosle.to.d.Iapocadepltnvirgi U oosanagustnproces abantex -iossin.rp aciadoentr.i

    ^1"b.asnim ays cul asnipuntua cinsihubieseledo

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    asumen identidades ms individuales.Al mismo tiempo que la lexia hipertextual mantiene lazos

    ms sueltos, o menos determinantes, con las otras lexias de lamisma obra (para luttlzar una terminologa que ahora Lorre elriesgo de quedar obsoleta), tambin se la p,r.. asociar con tex-tos de otros escritores. De hecho, se asocia con cualquier textoconectado con ella, y de este modo se disuelven las nociones deseparacin intelectual entre textos, del mismo modo que algunosproductos qumicos destruyen la membrana celular de un orga-nismo: la destruccin de la membrana destruye la clul a,lamata.En cambio, una destruccin anloga de las nociones, an con-

    -

    vencionales, de separacin textual quiz pueda destruir ciertasactitudes respecto al texto, pero no necesariamente destruir eltexto. En todo caso, 1o reconfi gutat, as corrro nuestras expecta-tivas sobre 1.

    Otra consecuencia de los nexos electrnicos es que dispersan' ..el>, texto en otros textos. A medida que las lexiar ii"iuales

    van perdiendo su aislamiento fsico e intelectual con el estableci-miento de nexos, el texto se dispersa en ellas. La necesaria con-textualidad e intertextualidad, gue surgen al situar unidades delectura en una red de trayectos fcilmente navegables, entretejenlos textos, incluidos los de otros autores y los de medios no ver-bales. Un efecto de este proceso es que deblita, y tvez destru-ye, cualquier sentido de unicidad textual.

    Estas nociones no resultan novedosas para la teora literariacontempornea, pero aqu, como en otros muchos casos, el hi-pertexto representa una encarnacin incmodamente literal deun principio que pareca especialmente abstracto y abstruso des-de el punto de vsta de la imprenta. Puesto que gran parte delatractivo y del encanto de estas ideas tericas radica err su dificul-tad o tal'vez en su preciosidad, esta presntacin ms literal pro-mete trastornat .a los tericos, en pu.t., por supuesto, porquetrastorna la categoray las relaciones de poder en su campo.

    RECONFIGURAR EL TEXTO

    Transliteracin hipertextual de la cultura del escribamanuscrito electrnico

    74 75

    o-elHIPERTE}CTO

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    El hipertexto fragmenta, dispersa o -atomiza el texto de dos

    maneras "tirr.r. Primro,

    suprimiendo la linealidad de 1o impreso, ;:tiU.r^ los pasajes individuals de un nico principio ordenador: Ia ',t /Secuenc a,y arierlazacOn transformar el t"to en un caos' Y, lue- o''-'''''go, destt r" Ia nocin de texto unitario y permanente' El consi..r. el te*to en trminos de sus componentes producef" pii*.ra forma de fragmentacin; el considerarlo en funcin de,r^, dif.rentes lecturas y versiones produce la segunda.- -

    La prdida de la re.ncia .n l, textualidad unitaria podraprod,r.i. muchos cambios en la cultura occidenkl, y a menudocon un coste elevado, si los juzgamos segn nuestras actitudes ac-tuales basadas en la imprentr. No todos esos cambios resultarnnecesariamente .ortord, o dainos, sobre todo en el mundo aca--i.o, donde este cambio conceptual nos permitira corregir"l"r de las distorsiones producias por Ia influencia de la cul-,""." de la imprenta. Acostumbrados a las ediciones eruditas es-iarrd"r., de ls textos cannicos, solemos pasar por alto el hecho[ estas versiones impresas del siglo >oc de obras original-*.*. creadas en una crli.rm del manuscrito son idealizacionesextraamente ficticias que producen uha muy especfica sxPg-riencia del texto .Para.*p.r^., las versiones eruditas impresas deipfri", Virgilio o san Agustn proporcionan un texto mucho ms \fcld. *ur.*; d.;.rf;^; il. ;.rllqri.." lrr.podan obtener los !coetneos de diihos textos. Ellos se encontraban con textos tanJf.r.rrres de los nuestros que Ia mera sugerencia de que pudira-mos comPartir Ia misma xperiencia de la lectura engaa' Losi..ror", . t, poca de Platn, Virgilio o san Agustn procesabantextos sin espa"i^do entre palabras, ni maysculas ni puntuacin'Si hubiese l"ido estas frasei mil quinientos aos antes, habran te-nido este aspecto:

    ellosseencontrab an contextost andiferentes delo snuestros quelamerasu-g.Aequepudi ramos comp artirlamismaexp erienciadelalecturaen-iaaloslectoresdelapocadepltnvirgi U oosanagustnProcesabantex -iossin.sp aciadoentr.i

    ^l"b.asnim ays iul asnip,untuacinsihubies eled o

    ertasfr"ismilquinienios aos anteshab rantenidoesteaspecto.

  • 7 6 HTpERTD(ToEstos flujos ininterrumpidos de caracteres alfabticos reque-

    ran una gran habilidad incluso para dominarlos fonticamente.Ya que el descifrar estos textos ?rrror".a la lectura en voz alta,casi todos los lectores experimentaban I;r;;;;;; slo comoagotadoras sesiones de decodificacin sino tambin como una es-pecie de acruacin en pblico.

    El hecho mismo de que este texto que hubisemos ledo haceoTl q"it ientos aos exista en forma de manuscriro tambin im-plica gre, pa,rallegar a leerlo, habramos tenido que tener acceso"-

    un- obieto raro e incluso nico.. . siempre que hlbir.mos sabi-do de su existencia- y hecho un incmoo, ."ro y a menudo peli-groso Y"j. p^raverlo. Tras tener acceso al manuscrito, tendrimosque habernos acercado a l de una forma muy dif.r.r de nuestroactual enfoque desenvuelto hacia el libro iripr.ro. Con toda pro-babilidad, nos habramos tomado este .rr.rr.^rrtro .o*o una rara yprivilegiada opgrtunidad, y tambin nos habramos acerc ado allexperiencia de la lectura de este objeto nico con un conjunto desuplrestos muy distintos de los del erudiro moderno. Coro Fjliza-beth'Eienstein ha demostrado, la primera funcin del estudiosoen una cultura del manuscrito consista simplemente en preservarel texto,-que corra un doble peligro de degradarse con cada lec-tura: cadavez que se manejaba fsicamenre fragil objeto, su lon-gevidad disminua, y, cadavez que se copiab" .i-"rr,rr"rito parapreservar y transmidr el texto, el escribente inevitablementi in-troduca alguna desviacin textual., As, incluso sin tomar en cuenta la presencia ajena y a,ada

    de |.a .gmp_^sinacin, los ndices, las ,.fJr.n.ias, los ttjos y o,ro,'i' ar.ilugios de Ia tecnologa del libro, el encuenrro y posterior lec-

    tura de un manuscrito supory" un conjunto de .rpri.ncias muydistinto del qr9 hoy en da damot por sentado d. i*p;;-tante resulta el hecho de gue, mientias el significad-o mismo de l"sediciones eruditas se deb , su publicacrfen comparativamenregrandes cantidades, cada **ri.rito de los texro, . platn, vir-gilio y san Agustn exista como objeto nico. No se sabe q"

    ";;-si1 particular de los textos de dichos aurores manejab, l .rr"rr-tual lector. El presentar la historia y, una relacin de texroscreados en una cultura del man,rscrit en los trmino" a. i."i"unitario propios de la erudicin moderna novela y falsifica sus re-laciones intertextuales.

    I,l

    RECONFIGURAR EL TEXTO 7i

    Las ediciones eruditas modernas combinan tanto la unicidadcomo la multiplicidad, pero de modos muy dstintos. Una edicinmoderna de Platn, Viigilio o san Agustn ernpeza presuponien-do la existencia de un texto nico y unitaro, pero ello se debe a sucapacidad para diseminar este texto en una gran cantidad deejemplares idnticos. En cambio, cada manuscrito antiguo o me-dievl, que enc arnaba slo una de muchas variantes potencialesde .>, exista como obieto nico. Los investigadores queintentan determinar, no ulgrm texto maestro probablemente mti-co y seguramente perdido hace mucho, sino la manera en que loslectorei individuales se encontraban con Platn, Virgilio o sanAgustn en una cultura del manuscrito, necesitan una nueva con-ce"pcin de texto. De hecho, tenemos que renunciar al concep]o id. t.*to unitario y sustituirlo por nociones de texto diEBerso. En'otras palabras, tenemos que hacer algo que han hecho algunoshistoriadores de arte que trab aian en similares problemas medie-vales: tomar la nocin de tipo nico encarnado en un-obieto ni-co y sustituirla por una nocin de conjunto complejo de variantqs.Poi ejemplo, al intentar determinar los antecedentes temticos,iconoigilos y compositivos de las Madonnas de martil de princi'pios del"sigloxrv, dobert Suck ale y otros especialistas en el esdlolort.rurro "t abandonado las derivaciones lineales y la nocin detipo unitario.-En su.lugar, insisten en que los escultores escogancomo punto de partidu r., entre varios conjuntosde formas bsics.t' Parece necesario algn tipo de cambio en lasactitudes bsicas hacia las creaciones de la cultura del manuscrito.

    La capacidad del hipertexto para conectar todas las_versioneso variantes de un texto particular puede ofrecer un medio de res-tablecer el equilibrio enire la unicidad y la variabilidad de los tex-tos de antes de Ia imprenta. Por supuest, incl-uso en presentacioneshipertextuales, tanto las convenciones modernas de la imprenta.rro el aparuto acadmico seguirn intentando recre at la

    _expe-riencia de hallarse ante esos textos, y nada puede devolver la uni-cidad ni la consecuente aura del manuscrito nico. Sin embatgo,el hipertexto brinda Ia posibilidad de presentar el texto como un."*po disperso de variantes y no como una entidad falsamenteunitaria. Ls pantallas de alta resolucin y otros avances tecnol-gicos.deberan permitir algn dtalapresentacin de todos los ma-iuscritos individuales. Una familiarizacin con los sistemas de hi'

    f

  • 7 8 HTpERTD(To

    i pertexto podra en s cambiar lo bastante los supuestos acerca de:' 1a textualidad como pataliberar de algunos de sus prejuicios a los

    investigadores de textos anteriores a la imprenta.

    Arglumentacin, organzacin y retrica

    La conexin electrnica, que otorga al lector un papel muchoms activo de lo que es posible con el libro, presenra drrror efec-tos importantes. Considerados alalszde una literatura vinculadaa la tecnollga del libro, estos efecros parecen dainos y peligro-sos, como de hecho deben ser para una hegemona culmral bsa-da, como la nuestra, en una tecnologa diierente de la memoriacultural. En concreto, la retrica lineal numerata de , tan conveniente pata la impr.rrt^, seguirapareciendo dentro de los bloques de textos individuales pero nopodr 5s uiliz ada paru estructurar argumentos en un *"io q,r.anima a recorrer caminos diferentes en vez de seguir uno linalEste alejamiento de la linealidad puede parec., ,ri cambio clave,y lo_ es, pero conviene tener presente qr. ,o supone un abandono.de 1o natural.

    Tom McArthur nos recuerd a:

  • 80 HrpERTExro: chas entradas principalesrr, de hech o, tarLtas como nexos hay,ai entre pasajes mediante los cuales se puede llegar a las lexias ini-viduales (que, desde nuestro punto de vista, -se con'rierten en elequivalente de una obra)? Sai nos ayu da a rerponder al afirmarque > (Literary Macbines,2/6t, 48). Aqu, como en otras muchasocasiones, la concepcin de textualidad de Bakhtin anticipa el hi-pertexto . CarylEmerson, sll ffaductor y editor, explica que (Prob lems, >oorrx).

    El hipertexto difumina los lmites del metatexto, y no se le pue--rden aplicar las nociones convencionales de conclusin y de pro-ducto acabado; su novedad misma dificulta su definicin y des-cripcin con la antigua terminologa, ya que se deriva de distintastecnologas de la ense anza y de la informacin y conlleva implica-ciones ocultas inadecuadas parael hipenexto. Particularmente ina-plicables resultan las nociones afnes de conclusin y de producto;acabado. Como lo reconoce Derrida,una forma de textualidad qqeva ms all de la imprenta

  • 82 HIPERTEXTO

    I-,/r!.

    fetichismo de la obra, concebida como objeto cemado, completoy absoluto>>.21 A] put"t del texto fsico al viitual, de la imprenta alhipertexto, los lmites se desvanecen

    -el desvaneciminto quetanto se esfue rua Detrida en conseguir en sus publicaciones im-Presas- I no se puede seguir dependiendo de concepciones o su-puestos de dentro o fuera. Corno 1o explica Derrid, ..mantenerfuera 1o externo... es el gesto inaugurale la "lgica'i en s, o del"sentido" comn, siempre que concuerde con la identidad de loque esi ser lo que es, lo externo est fuera y lo interno, dentro. Elescribir debe volver a sr lo que nunca hubiese debido dejar de ser:lrn accesorio, un accidente, un exceso>> (Dz'ssemination, l2g). Stnlinealidad ni fronteras claras entre lo de dentro y lo de fuera, en-tre la ausencia y la presencia y entre uno y los dems, cambiar lafilosofa. Recurriendo a un rexto de Platn como ejemplo, Derri-d-a, gue abaja en el mundo de la imprent

    ^, ufirm.oi p..rcien-

    cia , 83).

    En los sistemas de hipertexto, los nexos dentro y fuera deun texto

    -las conexiones intra y extratextuales entre elementos deltexto (imgenes incluidas)- se vuelven equivalentes, acercando as los textos entre ellos y difumin ano'.rr l-ites. Consideremos ilos nexos hipertexruales en e1 caso de Milton: sus diversas des-cripciones de s mismo como profeta o poera inspirado en Paradi-se Lost y sus citas del Gnesis J:15 aportan ejemplos obvios. Encambio, las relaciones extra e intertextuales se ilustran con nexosentre un pasaje particular en el que Milton menciona la profe 9a ysus otros escritos, en versos o en prosa, que recalcan puntos simi-lares u obviamente relevantes, as como textos bblicos, comenta-rios de todas las pocas, declaraciones poticas de otros autores

    'semejantes o contiarias y comentarios eipecializados. Del mismo

    modo, las citas de Milton del texto bblico en que un hombre esmordido por una serpiente cuando le aplastaba la cabeza con eltaln, conectan evidentemente con el pasaje bblico y sus inter-pretaciones tradicionales y tambin con otras alusiones literariasy comentarios especializados sobre todos estos temas. Los nexoshipertextuales simplemente aceleran el proceso usual de estable-cer relaciones y aportan un medio grfico para estas transaccio-nes, si es que se puede utilizar la palabra para re-ferirse a un procedimiento tan radicalmente transformador.

    La rapidez con que podemos movernos entre pasajes y pun-tos en unos conjuntos de textos cambia tanto nuestra manera deleer como de escribir, del mismo modo que la tremend a rupidez ycapacidad de calculo de los grandes ordenadores cambiaron va-rios campos cientficos al permitir investigaciones que antes re-queran demasiado tiempo o riesgos. Uno de estos cambios pro-viene del hecho de que los nexos permiten al lector moverse corr

    -i ''i Il.\ i.,:'---.- ' i

    i.

    n9 z.c:f 11

    g9.-r9s L I !, ru dentellerte, l as arti cula giones >> ( 1 3 0 ) .otro iigno de la toma de conciencia, por parre de Derrida, de

    las limitaciones y restricciones de las actltudls contemporneas,.,r-.

    q*" surgeu. en asociacin con el libro impreso, es su enfoque hi-r i ' pertextual de la textualidad y del significado; enfoq,r. qrr siguedudando de la existencia de

  • la misma facilidad entre puntos dentro y fuera de un texto. Unalivez que uno puede *orr-.rr. con la misma facilidad entre, porejemplo, el principio de Paradise Lost y un pasaje del Libro !2,miles de lnear ..mr allr>, y entre est principio y cierro textofrancs anterior o un modemo coment"rio

    "rudito, entonces, enun sentido importante, la individualidad de los textos, que la cul.tura de la imprenta cre, cambia radicalmente y, talrr.i, d., apa-

    '

    i t"c.. Se pod ra argamentar gue, de hecho, todo io qrr. esta cone-xin hipertextual hace es encarnar la forma en que unoexperimenta d.e hecho el texto durante la lecrura; pero, inclusoas, el acto de leer se ha acercado muchsimo, de algun modo, auna encarnacin electrnica del texto y por ello su naturalezaha

    Lsmpezado a cambiar.Estas observaciones sobre hipertexto sugieren que los ordena-

    , dores nos acercan todava ms a una cultura en la que ciertos as-:r :pectos tienen ms en comn con una cultura de tradicin oral de 1o

    lqrr. incluso rl7alterJ. Orrg est dispuesro a admitir. En orality andLiteraqt

    ^fir:l,u que los ordenadores nos han llevado a lo que llamaun que tiene conel estadio oral primario, anterior a la escritura,

  • r-r"? r'' ,r'"''t' , -i"'': " (' l'

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    g6 ,--_i,' ='r'7 t''1-\*i'1 ir,,n,(*'"1',1', ''" l:. 't"'

    . l -,..' -i- ..1 . t-, -'iHIPERTE)CTO 87RECONFIGURAR EL TEXTO

    hipertexto, que tienden a afectar las funciones de autor y de lec-tor, tambin modfican los lmites del texto individual.

    Los nexos electrnicos cambian radicalmente la experienciadel texto al cambiar su relacin espacial y temporal con otros tex-tos. Leyendo una versin hipertextual de Great Expectations(Grand,es esperanza.s), de Dickens, o de Wastekn (La tierra baldta)de Eliot, por ejemplo, uno puede seguir nexos hasta textos prece-dentes, lecturas altemativas, crticas, etc. Segufu un nexo elecni-co hasta r,rra imagen, digamos, de un desierto o de un yermo en unpoema de Tennyson, Browning 9 Syrrburne no toma ms tiempoque seguir rrn nexo entre un pasaje al principio del poema y otro alfinal. Por lo tanto, el lector percibe los textos fuera dd, Vastelandy el pasaje en la obra como equidistantes del pasaje inicial. Por ello,el hipertexto difumina la distincin entre 1o que est y 1oque est de un texto. Tambin hace que todos los textosconectados con un bloque de texto colaboren con dicho texto.

    La categoria del texto, la categoria en el texto

    Alvin Kernan afirma que la (Printing Technologlt, L52);es muy probable que el hipertexto extender an ms el proceso :de desmitificacin. Kernan defiende de forma convincente que en .los tiempos de Pope (Lfi). Cualquier meo de informacin que fomente la rpida di-seminacin de los textos y un fcil acceso a ellos desmitifi carcadavez ms los textos individuales. Pero el hipertexto presentaotro efecto potencial para la desmitificacin: haciendo perrnea-bles las fronteras del texto (ahora considerado como lexia indivi-dual), se suprime parte de su independencia y unicidad.

    Keman aade adems:

  • nal, requieren algn tipo de cdigo, como un nr'nero superndi-ce o enrre parntesis, para indicar al lector que deje de leer 10 queconvencionalmente se denomina texto principal o cuerpo del tex-ro, y que pase a leer un fragmento de texto aadido o perifricomotivado por el pasaie del texto principal.

    Tanto en la edicin acadmica como en la prosa erudita, estasdivisiones del texto se rigen de acuerdo con jerarquas de catego-ray poder. La letra ms pequea, en la que aparecen las notas fi-

    "alr y a pie de pgin a, as como su ubicacin fuera del centro de

    atencin normal del lector, dejan bien claro que estos escritos sonsubsiarios, dependientes, menos importantes. En la edicin

    ^ca'dmica, estos y otros cdigos tipogrficos deian bien claro quelos esfuerzos del investigador, Pot muy extensos y costosos quehayan resultado, son obviamente menos importantes que los es-critos publicados, ya que stos aparecen en el texto principal. Enel discurso erudito y crtico que emplea la anotacin, estas con-venciones tambin establecen la importancia del argumento do-minante respecto a las fuentes del autor, sus partidarios y adver-

    , sarios, e incluso la obra de ticcin o potica objeto de la crtica.! i.\ , En hipertexto las anotaciones se experimentan de una forma

    muy distinta. En primer lugar, 1os nexos electrnicos destruyen.r, J acto la oposicin binaria simple entre texto y notas en la quese basan las rl"ciones de categora propias del libro impreso. Alseguii un nexo, el lector puede encontrarse con otro pasaje delmismo texto o con otro al que alude. El nexo tambin puede con-ducir a otras obras del mismo autor o a una gama de crticas, va-riantes textuales, etc. La asignacin al texto y a'las notas de lo queTom \lolfe llama distintos (statuspberes)se vuelve muy difcil, y estas jerarquas del texto tienden a desmo-ronarse rpidamente.

    Los n*os hipertextuales colocan el texto actual en el centrode un universo textual y, de este modo, crean un nuevo tipo de je-rarqua, en la que el poder del centro domina la infinita periferia.Per como en el hipertexto este centro es siempre pasajero, vir-tual y cambiante

    -o, dicho de otro modo, aparece con la mera

    Iectura de un pasaje en partisul- nunca titaniza los otros as-pectos de Ia red como ocume con el texto impreso-

    Perfectamente consciente de que las obligaciones pokticas de

    REcoNFrcuRAR EL Tnxro 89

    hes tambin manipula las relaciones polticas del texto de unamanera muy intereiante. Por eiemplo, el procedimiento comple-to o la.orrioo.cin eS/Z sirve de comentario al problema de lajerarqu a y alas relaciones polticas entre las partes del texto eru- 'dito estndar. A modo de juego, Barthes crea su propia versin deun complejo sistema de notas a pie de pgina. Como Derrida enGlas,.r." na obra o metatexto que el lcior acostumbrado a leerlibros encuentra corrosivamente diferente o que considera, encontadas ocasiones, como un comentario ingeniosamente pode- ,roso sobre la forma en que los libros operan, es decir, la forma en ,que obligan al lector a ver relaciones entre diferentes secciones_y, .por lo tanto, a respaldar ciertas asociaciones de palabras dotadas .. pod.r y valor por aparecer en cierto formato y no en otro.

    -En otras palabras, Barthes habla de las notas a pie de pgina

    y S/Z resulta-ser una crtica de las relaciones de poder entre las -',distintur partes del texto. En una nota final o a pie de pgina, r-e-cordmoilo, lu porcin de texto convencionalmente conocidacomo texto priniipal reviste , Par^ el autor y el lector, un valor su-perior

    " orulq,riera de sus partes complementarias que incluyen

    irorr., prefaci, dedicatorias, etc., y que suelen adoptar la formade dispositivos diseados para facilitar la recuperacin de la in-formacin. Estos dispositivos, que suelen derivarse directamentede la tecnologa de imprenta, slo pueden oPerar en textos fi-jos, repetibles y fsicamente aislados. Presentan grandes ventai yp.i-ii.n distintos modos de lectura: por eiemplo, n9 hace f.altaiub.. de mernoria dnde se encuentra un pasaie determinado'cuando se dispone de recursos como ttulos de captulo, ndicesde contenidos y alfabticos. Por lo tanto, el sistema de referenciastiene muchsimo valor como medio de orientar allector en su re-corrido y de ayudarlo a recuperar inform aci6.

    p.r dlo ii.ne cosres qu, como la mayora de los que pleg ellector, se han convertido en parte de nuestra experiencia de la lec-tura hasta el punto que ya ni reparamos en ellos. Nos los enseaBarthes. Como casi iodos los tericos de la crtica de finales delsiglo >or, sobresale viendo lo nvisible, insuflndolo con esPeran-zit deque el condensado iluminalas sombras de aquello en quelos dems, durante mucho tiempo, no repararon y que creyeronque no exista. iQu implica una nota a pie de pgina? Y cmol manipula o eta Barthes? Unida al aislamiento fsico de cada

    88 HIPERTE)ffO'i

    un texto hacen que el lector lea de un determinado modo, Bart-

  • 90 HIPERTEXTO RECONFIGURAR EL TE)(TO 9t

    texto, la divisin entre texro principal y nota a pie de pgina esta-blece la importanciaprimari,

    _a t!"r princijd ,"r;" ; "rr*textos, incluso cuando una reflexin

    ^rirr^ dll t"mi ,.r.1" en elacto_que dicha relacin, de hecho, no puede existir.Tmese un artculo erudito del tip qr. nosorros, profesores,

    todos escribimos. Deseamos escribii un artcrlo ,obr. ,lgur, "r-pecto de la seccin de Nausica del [Jlises deJoyce, un rexro que

    incluso segn la ms burda medicin cuanri ti^pur... m, im-portante, ms poderoso gue una nota nuestr" qrr identifique elorigen de una expresin de G.rry McDowell ., L" revisra i.*.-nina de la fpo.r. La novela de Jyce e