lucien lévy-bruhl visto por norbert elias

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    Lucien Lvy-Bruhl visto por Norbert Elias1

    VERA WEILER*

    Resumen: El artculo presenta materialesinditos que permiten reconstruir la visin de Norbert Elias acerca de Lvy-Bruhl. Se docu-menta que Elias busc que Lvy-Bruhl fuerareconsiderado por las ciencias sociales a la luzde un creciente volumen de evidencias que ibanconfirmando unas diferencias significativas en

    la organizacin psquica de distintas sociedadeshistricas. Se demuestra que Elias concibi sus propias investigaciones del proceso psicogenticosobre un trasfondo compartido con Lvy-Bruhl. Las dificultades que enfrenta la asimilacin deste por parte de las ciencias humanas, Eliaslas considera del mismo tipo de las que se pre-sentan a la comprensin de su propia teora.

    Abstract: This article presents unpublishedmaterials enabling to reconstruct Norbert Elasview of Lvy-Bruhl. It shows that Elias soughtto have Lvy-Bruhl reconsidered by the socialsciences, in light of the growing volume ofevidence that confirmed significant differencesin the psychic organization of various historical

    societies. It shows that Elias conceived of his ownresearch in the psychogenetic process against abackground shared by Lvy-Bruhl. Elias regardedthe difficulties faced in the assimilation of thelatter by human sciences as being of the samekind as those that hampered the understandingof his own theory.

    Palabras clave: Norbert Elias, Lucien Lvy-Bruhl, pensamiento procesual, sociologa delconocimiento.

    Key words: Norbert Elias, Lucien Lvy-Bruhl, proccesual thinking, sociology of knowledge.

    L a publicacin del libro El proceso de la civilizacin, escrito porNorbert Elias a med iados de los aos treinta del siglo pasado, pasprcticamente inadvertida por cuatro decenios. El autor era*Profesora del Departamento de Historia (sede Bogot), Universidad Nacional de

    Colombia. Temas: teor a histrico-gentica, sociologa p rocesual, teora sociolgica del co-nocimiento, pr oceso ontogen tico y p roceso h istrico. Direccin d e correspon dencia enColombia: Cll. 53 No. 45-52 (702), Bogot. Direccin de correspondencia en Mxico:Dr. Mario Barbosa Cruz, UAM (I). Correo electrnico: < [email protected]> . Telefaxofic.: + 57-1-316 52 88 y 316 52 91, cs.: + 57-1-222 04 47.

    1 El presente artculo ofrece algunos resultados de un p royecto de investigacin cuyarealizacin fue posible gracias al apoyo de mi universidad y de un a beca de investigacinconcedida conjuntamente por el Deutsches Literaturarchiv Marbach (DLA) y la NorbertElias Foundation. La utilizacin de material indito se hace con la autorizacin de estasdos instituciones.

    D. R. 2008. Universidad Nacional Autnoma de Mxico-Instituto de Investigaciones Sociales.Revista Mexicana de Sociologa 70,nm . 4 (octubre-diciembre, 2008): 791-822. Mxico, D.F. ISSN: 0188-2503/08/07004-05.

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    conocido apenas por un puado de colegas y estudiantes. Luego las cosascambiaron. En el curso de los aos noventa Elias cruz el umbral a partirdel cual la fama d e un autor resulta lo suficientemente establecida como

    para que no se le olvide m uy pron to (Smith , 2001: 13). Pero el p rocesode asimilacin d e Elias por parte de las ciencias human as presenta algu-nas ambigedades. Quienes con mayor claridad las han sealado sonGeorg W. Oesterdiekhoff y Richard Kilminster. En un libro p ublicado h aceunos aos, Oesterdiekhoff sostiene que los crticos, al igual que los defen-sores de Elias, apenas se haban ocupado del concepto de psicognesiscolumna vertebral de su teora ya sea para profundizarlo o pararefutarlo (Oesterdiekhoff, 2000: 12). Segn parece, esta tesis y el libro ensu conjun to suscitan algn desconcierto . As lo h ace p ensar el hecho de

    que hasta la fecha el libro no ha sido objeto de discusin entre quienesse ocupan de la obra d e Elias, a pesar de que m uchos de ellos comp rendenbien el idioma en que fue escrito. Richard Kilminster, por su p arte, ar rojainterrogantes sobre lo que pueden significar los crecidos ndices deacogida de Elias al sostener, en resumidas cuen tas, que la popularizacinde Elias en los aos recientes se ha dado de una forma en que sus trabajosson asimilados a una lgica que n o es la de su prop io pensamiento y quepor esta va a su teora se le vienen quitando los dientes (Kilminster, 2007:IX-XII). Ambas tesis, tanto la de Oesterdiekhoff como la d e Kilminster, serefieren no slo a las crticas generales o parciales que se le han formuladoa la teora de Elias, sino que aluden tambin a los argumentos de susdefensores. Se advierte as que el debate alrededor de la teora de Eliasqueda mal planteado si se le concibe en los trminos de un enfren-tamiento entre unos protectores de la pureza de la doctrina, por un lado,y unos partidarios de una ms amigable hibridizacin con enfoquesdiversos, por el otro (Smith, 2001: 15).

    Segn parece, las posiciones de Elias no estn del todo claras. Faltacerciorarse de cul fue el camino emprendido por l. Luego, probable-mente, se podr decidir de modo ms concienzudo si es preciso conti-

    nuarlo y se podrn asumir ms explcitamente las consecuencias de un au otra opcin. Si se lograra plena claridad, en especial en la estrategiadesplegada p or Elias en relacin con los problemas que en la convencinfilosfica se llaman epistemolgicos, se contara tambin con unaher ram ienta ms fuer te para el anlisis de lo que pas con la recepcinno slo en el tiemp o del anonimato de Elias, sino tambin en el corr idodesde que ste finaliza.

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    Entre las posibilidades de lograr mayor claridad a este respecto seencuentra la de seguir ampliando el conocimiento sobre las posicionesque Elias tom ante los distintos desarrollos intelectuales a su alcance

    (Goudsblom, 1984: 130), tanto los anteriores a l como los que le fueroncontemporneos.En este sentido, el presente artculo se ocupa de la visin que tuvo

    Elias de los problemas planteados por Lucien Lvy-Bruhl (1857-1939).Se trata de un terren o inexplorado hasta ahora. El propsito pr incipal delpresente trabajo, por lo tanto, es la demostracin de que la veta existe.Buena parte del material que permite hacerlo reposa indito en el archivoque conserva los papeles de Elias. Esta circunstancia obliga a combinarla presentacin de lo que es fsicamente dicho material con la de sus

    contenidos. stos son los dos componentes p rincipales que se desarrollana continuacin.La exposicin est organizada en tres secciones. Se parte de la primera

    referencia documen tada de Elias a Lvy-Bruh l, en un a carta que d irigia Raymond Aron en 1939. En la segunda seccin se introduce unconjunto de fragmentos inditos que datan de los aos 1964-1965. Conbase en este mater ial, que per mite conocer de modo ms amp lio la ideade Elias acerca de Lvy-Bruhl, en la tercera seccin se consolida la tesis deque Elias vea en ste una contribucin original y bastante excepcionala la elaboracin de una visin p rocesual de la espiritualidad human a.

    1939: UNACARTADIRIGIDAA RAYMOND ARON

    Cuando Elias, despus de sortear las circunstancias adversas parapublicar su libro sobre El proceso de la civilizacin , tuvo los ejemplares delprimer tomo en sus manos, se dedic personalmente a ponerlo encirculacin. Lo hizo llegar a colegas en Gran Bretaa, Estados Unidos yFran cia. Con Alexandre Koyr se asesor sobre el camino ap ropiado p ara

    conseguir que el libro fuera reseado en alguna revista francesa deimportancia. Koyr le sugiri dirigirse al socilogo Raymond Aron, queen ese tiempo era el director del centro de documentacin de la coleNormale Superieur.2 En realidad, l ya haba adquirido el libro para el

    2 Vanse postal y carta de Alexandre Koyr a Norbert Elias, s.f., ambos DLA, A:Elias, 40.5.4.

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    centro y lo iba a resear para los afamados Annales Sociologiques.3 Aron,en efecto, escribi una resea y se la envi, jun to con un par d e comen-tarios, a Elias, para que se pronunciara sobre ella antes de su eventual

    publicacin. Deca Aron que hasta ese momento todava le pareca d ifcilformular una crtica clara y que seguramente el segundo volumen de laobra ofrecera las respuestas a algunas de las preguntas que le suscitabael primero. Sin embargo, le rogaba a Elias que le ofreciera de una vezmayor ilustracin acerca de un a cuestin que le resultaba particularmenteintrigante. Quera que fuera ms explcito sobre la direccin y el sentidodel desarrollo descrito en su libro.4 Deseaba que le adelantara unadescripcin del estado psquico de los civilizados.

    Elias reaccion de inmediato.5 De su respuesta se infiere que dudaba

    de que Aron hubiera captado plenamente el sentido de su estudio.La dedic casi por completo a la explicacin de la estrategia dentro dela cual haba concebido el estud io objeto de su intercambio epistolar conAron. El argumento central de Elias es que es urgente establecer comoobjeto de investigacin cientfica el proceso psicogentico. ste es elcontexto en que aparece Lvy-Bruhl, quien en opinin de Elias haba dadolos primeros pasos en la direccin alud ida. Elias expon e la idea de que ,al igual que los estudios de Lvy-Bruhl (sobre la mentalidad primitiva),su libro slo se pued e comprend er bajo la condicin de que unos cambiosocurr idos a lo largo del tiemp o en la estructura psquica sean reconocidoscomo proceso efectivamente observable y que este proceso se conviertaen objeto de estudio aceptado. En el hecho de que las ciencias socialesde finales de los aos treinta an no hayan asumido esta premisa seresume, para Elias, su estado de desarrollo, a la vez que el mayor obstculoa enfrentar. Elias concede que su manera de expresarse, as como la deLvy-Bruhl, pued e lucir muchas veces un tanto torp e y carente de fluidaelegancia. Al mismo tiempo alega, sin embargo, que ello se debe en buenapar te a que ambos estn em pe ados en abrir apenas el camino hacia uncamp o nuevo. Debido precisamente a esta circunstancia, para el estud io

    del mismo todava no se ha establecido un lenguaje aprop iado. Las ideas

    3 La versin que finalmente public Aron (1941) no concuerd a con el texto que par asus comentarios le haba mandad o a Elias.

    4 Vase Aron a Elias, julio 19 de 1939, DLA, A: Elias, 32.2.3. (en francs)5 Vase Elias a Aron, julio 22 de 1939, DLA, A: Elias, Nachlieferung 1999: A 2. Las

    referencias que siguen provienen todas de esta carta (Elias escribi en alemn, citando aAron en francs. La trad uccin al espaol es ma).

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    parece obstaculizar la conceptualizacin cientfica de las cosas.6 Visto atravs de la ptica de esta clase de causalidad, su estudio no se puedeleer sino como una serie de eventos, cada uno efecto de una causa tipo

    causante. Lejos de los propsitos estratgicos perseguidos por l, esteesquema de causalidad se regenera en representaciones que hacen verconjuntos de saltos discretos en lugar de procesos.7

    5 Elias encuentra en el umbral en el que ubica las ciencias delhombre unas resistencias que d ificultan que lo que Lvy-Bruhl y l mismohaban observado cor rectamen te se asuma en trm inos procesuales. Queambos hayan p resentado datos empricos que remiten a hechos reales estfuera de duda para Elias. El problema para Elias, como ya se ha dicho,es que mientras stos no se conciban como proceso, tampoco se logra

    percibirlos como tal. La idea que Elias presenta del aludido umbral es,entonces, que la barrera se podr saltar cuando se puedan pensar losdatos ofrecidos por Lvy-Bruh l y los presentados por l mismo con unalgica emancipada del esquem a de causalidad arr iba caracterizado.

    6 Elias se refiere a la obra de Lvy-Bruh l en trminos que ind ican quela considera fundamental para el terreno de una psicologa histricaque ciertamente no se puede separar de una sociologa histrica quepiensa en trminos procesuales. Como se puede ver, sociologa hist-rica para Elias es tempranam ente sinnimo de una sociologa que p iensalo sucedido a lo largo de muchos siglos (que en realidad son los mileniosde existencia de la especie) en el m bito socio-hum ano no de cualquierman era, sino en los trminos de una lgica procesual.

    H asta aqu lo que Elias le responde al socilogo fran cs en 1939. Porla forma explcita en que Elias se refiere a Lvy-Bruh l, quedan esbozadasunas lneas que relacionan su p royecto con la obra del erud ito fran cs.

    Los paralelos que Elias traza en la carta citada en tre la estra tegia quesustenta el diseo de su libro y las investigaciones de Lvy-Bruhl no sedeben leer como un aadido formulado a la postre. Hay razones de sobrapara suponer que Elias estuvo familiarizado con los trabajos de Lvy-

    Bruhl y con los debates que haban suscitado, especialmente entre losfilsofos, antroplogos y pedagogos franceses desde m ucho an tes de la

    6 Acerca de la tendencia de causas per sonificadas en los distintos niveles del mod elode Comte, vase Elias, 1971: 38-39.

    7 Esta temp rana identificacin de cierta causalidad como dificultad p ara el desarrollode una lgica p rocesual (Weiler, 2006a) merece par ticular aten cin porque ha sido confir-mada y ms ampliamente explicada (Dux, 1982: 92-95, 118-121, y Klble, 1997).

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    carta referenciada y tambin an tes de escribir su libro sobre el proceso dela civilizacin. Durante la primera mitad del siglo XX, Lvy-Bruh l era unafigura de talla internacional conocida no slo en Europa, sino tambin

    en Estados Unidos. Parece razonable pensar que Lvy-Bruhl estuvopresente para Elias en la fase en que se orient definitivamente haciala sociologa (1926-1927). Los comentarios que present acerca de laponencia de Richard Th urnwald sobre Los inicios del arte, en el con-greso de los socilogos alemanes en 1928, conectan directamente con laspreocupaciones de Lvy-Bruhl, aunque no se le mencione con nombrepropio (Elias, 2002b). Por lo pron to, se pued e registrar que ya en aquellabreve intervencin Elias tom p osicin sobre una cuestin que recorre elfondo del debate intelectual de l siglo y acerca de la cual an hoy no hay

    consenso en las ciencias sociales. El problema es el de la comp rensin denuestro prop io modo de p ensar y de vivir como obra human a. La tareade comp rend ern os a nosotros mismos cond icin d e un a cr ticaproductiva de nuestras acciones la considera Elias intrnsecamenteasociada a la comprensin de los modos de pensar y vivir anteriores a losactuales, comenzando con los ms simples. La interdependencia entreautocomprensin y comprensin de los otros histricos, as como la visinde ambas como algo generad o por los hombres mismos, es centr al. Eliascree que no hay forma de avanzar en uno de estos terrenos sin hacerloal mismo tiempo en el otro, pero est seguro de que el problema enprincipio tiene solucin. Esta confianza lo distanci d esde temp ran o delder rotismo implcito en el apr iorismo kantiano (Kilminster, 1994: 24).

    1964-1965: LOSFRAGMENTOS LVY-BRUHLETC.

    La ubicacin fsica de un material indito

    Entre los pap eles de Nor bert Elias que llegaron al archivo se encuentra

    un conjun to que lleva la iden tificacin Lvy-Bruh l etc. La mayor partedel material que contiene no ha sido publicado y se encuentra en unestado que p robablemente hara muy difcil su edicin. En la med ida enque n o es posible referirse a este mater ial med iante la nomenclatura delinventar io, voy a p resentar lo de un mod o en que, para la exposicin quesigue, me pueda referir a l con claridad .

    El con junto Lvy-Bruh l etc. no se pued e ubicar median te la revi-sin del inventario oficial de los papeles de Elias en el Deutsches

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    Liter atur archiv Marbach. Se encuentra incluido, en cambio, en un cat-logo de los manuscritos de Elias elaborad o por Michael Schrter. La fechade cierre del registro es el 31 de octubre de 1984. Este catlogo se puede

    consultar en el archivo. En p rincipio, el contenido habr a sido integradoen su totalidad al inventario definitivo del legado de Elias. Pero el con- junto Lvy-Bruhl etc. es una excepcin. La consecuencia de estasituacin es que el material en cuestin no se puede referenciar m ediantela enumeracin continua del inventario que se suele usar normalmente.Se trata, en total, de treinta carpetas que comparten una misma etiquetaLvy-Bruhl etc. y se distinguen entre ellas por la nom enclatura in tern a,de uno a treinta. Una parte de estas carpetas se encuentra referenciadapor el HyperEliasWorldCatalogue.8 Las hojas de cada carpeta llevan en

    su mayora alguna sigla que sirve de identificacin inequvoca. No hay,sin embargo, una n umeracin continua d e pginas en el conjunto n i, porlo general, al interior d e cada carp eta.

    Lvy-Bruhl etc. visto a travs de la correspondencia

    En la corresponden cia de Elias se encuentra una serie de referencias queayudan a organizar los diversos fragmentos y hojas sueltas. Se ve que stosrepresentan en cierta medida distintas etapas de elaboracin de una

    misma obra. Al mismo tiempo se registra que p arte d e lo escrito se debea propsitos variados y cambiantes. La cor respondencia tambin perm itecorroborar en qu tiempo Elias trabaj en el material que nos interesa.Este data de los aos 1964-1965, de modo que es posterior a los aos enque Elias pas como profesor en Ghana y anterior a la fase de su gradualreintroduccin a la academ ia alemana y su p aulatino ascenso como referen-cia internacional.

    Hasta ese momento Elias estuvo plenamente convencido de que laprincipal obra de su vida la estaba apenas preparando. Existe una serie

    de testimonios que dan fe de que en los aos cincuenta y sesenta Eliastodava estaba trabajand o intensamente en una nueva fundamen tacinde la sociologa9 y que lo haca con la idea de estar labrando su obra

    8http://hyperElias.jku.at/HyperElias-1960-1969.htm (nm. de entrada: 1965-M-en-1).9 Vanse manuscritos y bocetos preparatorios en DLA, A: Elias, 519-524. All se

    encuentra un conjunto bajo el ttulo Fundamentals. El material que contiene, al igual quelos textos bajo Lvy-Bruhl etc. escrito en ingls, da alguna idea del trabajo de Eliassobre la temtica, per o no lo refleja en su totalidad .

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    magna. Una de las piezas que as lo ind ican es una carta escrita por Elias,en principio en trances burocrticos, a un funcionario de un ministeriodep artamental alemn a med iados de 1959. Elias man ifestaba, entre otras

    cosas, que h aca algn tiempo vena trabajando en su opus magnum, unafundamentacin filosfica de las ciencias sociales. Aclaraba que con estetrabajo se propona hacer explcita la teora del conocimiento quecondiciona las ciencias sociales.10

    En el curso de 1963 se estrecharon las relaciones entre Elias y FrankCass, el fundador de la casa editorial londinense del mismo nombre.11

    Formaba parte de los distintos proyectos de dicha casa editorial lacreacin de una coleccin sobre frica. Desde Gh ana, Elias aport variaspropuestas para esta serie, pero ante todo sostuvo conversaciones con

    Cass sobre la creacin de un a serie sociolgica. En este contexto ap areceel tema Lvy-Bruhl. En principio, Elias iba a actuar como editor, y conesta misin se dirigi al antroplogo britnico Evans-Pritchard, a quienle prop uso la reedicin del ensayo que haba escrito haca ya muchos aossobre Lvy-Bruhl.12 Esto fue a comienzos de 1964. A Elias le interesabapromover a Lvy-Bruhl, pero el mismo Evans-Pritchard tambin lepareca importante. Elias le coment que durante aos haba usado sutexto para la docencia, pero que todas las veces le haba tocado ayudarsecon los extractos sacados del texto original aos atrs en el BritishMuseum. Elias le sugera a Evans-Pritchard considerar la posibilidad dehacer un pequeo libro juntando el ensayo sobre Lvy-Bruhl con algnotro ar tculo de su autora, y a modo de ejemplo menciona el que versasobre Wilfredo Pareto. Le pareca importante que estos trabajos fueranaccesibles de nuevo y para un pblico ms amplio. Elias lleg tarde consu p royecto, pues uno m uy parecido ya estaba en marcha.13

    10 N. Elias al Oberregierungsrat Dr. Frhlich (Ministerium f. Erziehung undVolksbildung Wiesbaden ), jun io 10 d e 1959, DLA, A: Elias, 115. (La traduccin es ma.)

    11 La editorial Frank Cass & Co. se constituy en 1957 y estuvo dedicada a la

    reedicin de obras clsicas agotadas y a la edicin de obras nuevas de las cienciassociales.12 Vase N. Elias a E.E. Evans-Pritchard, 27.2.1964, DLA, A: Elias, 35.4.6. Se trata de

    Evans-Pritchard, E.E., Lvy-Bruhls Theory of Primitive Mentality, en Bulletin of theFaculty of Arts, Agyptian Univerisity (Cairo), 1934.

    13 Vase E.E. Evans-Pritchard a N. Elias, marzo 3 de 1964, DLA, A: Elias, 35.4.6. Yaestaba en proceso de edicin el libro Theories of Primitive Religion (Oxford UniversityPress, 1965), en cuyo cuarto captulo (pp. 78-99) se discuten, en efecto, las tesiscentrales de Lvy-Bruhl. En el mismo aos de 1965 fue reeditada la versin inglesa deEl alma primitiva de Lvy-Bruhl, con un prefacio tambin de E.E. Evans-Pritchar d.

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    En tod o caso, la editorial de Frank Cass tambin estaba planeando lareedicin en ingls de los primeros dos estudios de Lvy-Bruhl sobrela men talidad de los primitivos.14 Elias busc que un autor comp etente

    escribiera para ellos una nueva introduccin. Con este argumento volvia llamar a la puerta d e Evans-Pritchard ,15 quien le respondi que no sevea en condiciones de aceptar la amable invitacin. Por una parteconsideraba haber dicho ya sobre Lvy-Bruhl todo lo que d eseaba decir;por otr a, alegaba un cmulo de compromisos ineludibles.16 Como expli-cacin adicional a su n egativa, Evans-Pritchard hizo enten der que en elfondo siempre haba pensado que la discusin sobre Lvy-Bruhl la debaasumir alguien con conocimientos filosficos ms slidos que los suyosy que al mismo tiempo estuviera medianamente familiarizado con la

    antropologa social. Pensaba que probablemente el antroplogo ErnestGellner sera el indicado para asumir la tarea en cuestin. Las relacionesde Elias con Gellner, por cierto, eran muy cord iales desde h aca tiemp o.No hay, sin embargo, nada que seale que Elias se haya dirigido a suamigo p ara en comend arle un escrito sobre Lvy-Bruhl.17

    Todo ind ica, en cambio, que el mismo Elias senta muchos deseos depronunciarse sobre el tema. Ya lo haba insinuado en la pr imera carta aEvans-Pritchard, donde an ot un poco al margen, y no sin cierta timidez,que l s crea que sobre Lvy-Bruhl an haba mucho que decir. Lainsinuacin de Evans-Pritchard de que p ara ello se p recisaba de un pisofilosfico m s fuer te debi animar a Elias. Seguramen te pensaba que llo tena. Y, cosa que se suele ignorar (Chevalier y Privat 2004), de la antro-pologa tambin se haba ocupado Elias desde los aos de Heidelberg.Segn parece, Elias dej de pedir contribuciones sobre Lvy-Bruhl a otrosy se dedic a tr abajar l mismo en el tema.

    Como ya se ha sealado, de todos modos lo hizo con propsitoscambiantes. El material reunido en el archivo Lvy-Bruh l etc. provienede sus actividades como ed itor y tambin como autor en la materia. Hay

    14 N. Elias a F. Cass, julio 31 de 1964, DLA, A: Elias, 909/1. Se trataba de los librosHow Natives Think(orig. 1910, Les fonctions mentales dans les socits infrieurs)y PrimitiveMentality (orig. 1922, La mentalit primitive), que iban a formar parte de la serie que seestaba proyectando bajo el ttulo New Social Sciences.

    15 Vase N. Elias a E.E. Evans-Pritchar d, 7. Sep. 1964, DLA, A: Elias, 35.4.6.16 Vase E.E. Evans-Pritchard a N . Elias, 10. Sep. 1964, DLA, A: Elias, 35.4.6.17 Correspon den cia en tre E. Gellner y N. Elias 1957-1987, DLA, A: Elias, 36.2.4 und

    36.2.4.A.

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    esbozos de prefacios para los libros cuya reedicin inglesa se planeaba.Asimismo, trabajos preparator ios para una introduccin general a la obrade Lvy-Bruhl, adems de distintas versiones de un trabajo mayor

    bastante avanzado sobre Lvy-Bruhl, un ensayo sobre Comte, junto conlos comentar ios crticos de algn lector, y, finalmen te, d iversos extractosde lecturas relacionadas y algunas traducciones.

    Lo que est claro es que para comienzos de 1965 Elias estuvo traba-jando en al menos un libro. En el mes de mayo de ese ao le escribi aCass que ahora estaba decidido a dedicarse enteramente a finalizar suEnsayo sobre Lvy-Bruhl y a dejar de lado por un tiemp o todos los dem sproyectos pend ientes.18 Mientras tanto, el socilogo Bryan Wilson le habadevuelto distintas partes del manuscrito, junto con varias pginas de

    comentarios.

    19

    H aca dos meses que Elias le haba p edido que las leyeracon n imo crtico. Wilson le aconsejaba publicar e l libro simultneamenteen Inglaterra y Estados Un idos. Segn parece, los comentar ios de quienhaba sido alumno suyo y cuya opinin apreciaba extraordinariamentellenaron a Elias de un alegre optimismo.

    El editor Frank Cass lo comp arta en parte. Tambin l se convencide que lo que originalmente se haba pensado como introduccin a loslibros de Lvy-Bruhl haba cobrado un tama o excesivo como para p oderaparecer en un mismo volumen con el texto de How Natives Think. Lasconsideraciones de Cass eran, ante todo, las de un empresario. Crea queun libro demasiado abultado iba a resultar demasiado costoso para loseventuales comprad ores. Los elementos de juicio de Elias, naturalmente,eran otros. Pensaba que tal vez su libro no se convertira en un bestsellerinmediatamente, pero que con el tiempo podra haber varias ediciones.Por un instante, Elias se arm de valor para p roponerle a Cass un ttuloms apropiado que An Essay on Lvy-Bruhl, para indicar qu era lo queestaba haciendo realmente y en qu contexto le interesaba referirse a Lvy-Bruhl. Quer a que su libro se publicara bajo el ttulo On the Developmentof Human Thought.20 Hasta donde se puede ver actualmente, Elias slo

    se atrevi una vez a proponerle a Cass este ttulo, que habra sido el msadecuado. En todo caso, adverta de antemano que Frank Cass iba a objetar

    18 N. Elias a F. Cass, mayo 27 de 1965, DLA, A: Elias, 909/II .19 Estos comentarios se conservan en DLA, A: Elias, Lvy-Bruh l etc. 22. La identifi-

    cacin de su autor se basa en informacin de la correspondencia, la comparacin de laletra m anuscrita y notas intercambiadas entr e Elias y Wilson.

    20 N. Elias a F. Cass, agosto 9 de 1965, DLA, A: Elias, 909/II .

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    ideas formuladas en la versin publicada de dicho texto y habra queleerlo como continuacin del manuscrito sobre los Fundamentals.24 Encaso de que tengan razn quienes afirman que Was ist Soziologie? es de

    todos los trabajos de Elias el que ms se acerca a lo que sera un texto pro-gramtico para una sociologa procesual (Quilley y Loyal, 2004: 12), serainteresante reconstruir del modo ms amp lio posible el plan del conjunto.Es preciso reconstruir qu tuvo en men te Elias como fundam entacin deuna sociologa cientfica. sta es una condicin, entre otras cosas, paraconsiderar con el debido detenimiento las reflexiones presentadas porQuilley y Loyal a propsito de una teora central para las ciencias hu-manas (Quilley y Loyal, 2004 y 2005, Skakolczai, 2005). Habra queintegrar el conjunto am plio de los textos publicados y de los fragm entos

    y borradores inditos del cual Was ist Soziologie? slo deja ver un seg-men to para establecer con mayor claridad la program tica que adviertenQuilley y Loyal.25

    El hecho de que Elias vea su p ropia labor como una continuacin delgiro iniciado por Comte se conoce ampliamente. El tema suscita ciertaincomodidad, que en ocasiones se confunde con una franca aversincontra Elias. Posiblemente resultara ms difcil eludir los problemas defondo concernidos si se lograran superar ciertos vacos en la visinestablecida de Elias. Los comentaristas cuya visin de las cosas resultintegrada a dicha imagen ap enas se han ocupad o de los nexos entre losdebates franceses de los primeros decenios del siglo XX y la obra de Elias.Como quiera, Elias en Lvy-Bruhl etc. es explcito sobre algunos de lospuntos de inters a este respecto. Se hace eviden te, entre otras cosas, quea Elias adems de las de Comte le merecan mucha atencin las reflexionesde Lvy-Bruhl sobre los planteamientos comtianos. Antes de escribir suprimer libro sobre la m entalidad primitiva, Lvy-Bruhl se ocup m uydetenidamente de Comte. Constancia de ello son su compilacin de lacorrespond encia entre Auguste Comte y Stuar t Mill (1899) y su libro sobrela filosofa de Comte (1900). Elias, por su parte, p uso atencin extrema

    en cmo se ubic exactamente Lvy-Bruh l en relacin con el pensamiento

    24 Vase nota 9. H ay partes de Was ist Soziologie? que ya se encuentr an elaboradas enlos Fundamentals. ste es el caso, por ejemplo, del tercer captulo (en la versin espaolaModelos de juego).

    25 Esto complementara la sugerencia de Kuzmics (2001: 228-229), que apunta auna lectura que integre los trabajos publicados bajo el tem de la sociologa delconocimiento, incluyendo La teora del smbolo.

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    de Com te y en qu pun to y con qu argum entos tom distancia. El librosobre La philosophie d Auguste Comte (1900) figuraba ciertamente entre losproyectos editoriales de Elias. No cabe dud a de que lo conoca muy bien.

    Le insisti mucho a Frank Cass en que adquiriera los derechos del libropara su casa editorial.26

    Las traducciones que forman parte del material reunido en Lvy-Bruh l etc. las hizo Anthony Giddens. Un a es la de la Spencer conference,dictada por Lvy-Bruh l en 1931.27 Elias quera incluirla en la nuevaversin inglesa deLa mentalidad primitiva.28 Apreciaba la claridad con queen ella Lvy-Bruhl haba formulado los problemas cuya investigacin sehaba propuesto, el resumen que de sus trabajos ofrece y las reflexionesque presenta acerca de las crticas que se le haban formulado. La otra

    traduccin que Elias le haba ped ido a Giddens era la de la resea dobleen que Durkheim haba comentado simultneamente Les fonctionsmentales dans les socits infrieures (1910)de Lvy-Bruhly su propio librosobre Les formes lmentaires de la vie religieuse (1912). Este texto formaparte integralmente de los manuscritos para el Ensayo sobre Lvy-Bruhl.En algn mom ento Elias lo haba previsto para una comp ilacin en inglsde artculos y reseas del temprano Durkheim difciles de conseguirfuera de Francia. La haba planeado junto con Antony Giddens. Otrolibro cuya publicacin en ingls propuso en este contexto fue un anlisisde la nueva sociologa fran cesa, cuyo origen haba sido una tesis doctoralalemana dirigida por Ren Knig (Gugler, 1961). En opinin de Elias,el contenido de este estudio, ante todo las partes que se ocupan de losaos veinte, poda ser especialmente provechoso para la sociologa yantrop ologa britnicas.

    1964-1965:AN ESSAYONLVY-BRUHL

    Como se deduce del material reunido en Lvy-Bruhl etc. y de la

    correspondencia, a mediados de los aos sesenta Elias estuvo trabajandocon cierta intensidad en un libro sobre el desarrollo del pensamiento

    26 Vase N. Elias a F. Cass, octubre 20 de 1964. DLA, A: Elias, 909/I.27DLA, A: Elias, Lvy-Bruh l etc., 23. Publicacin original Lvy-Bruh l, 1931.28 Esto es objeto de su correspondencia con Cass en varias ocasiones. As puede obser-

    varse en noviembre 24 de 1964, marzo 15 de 1965 y septiembre 5 de 1966. En esta ltimafecha Elias le envi a Cass copia de la traduccin. DLA, A: Elias, 909/I-II.

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    humano. El ttulo Ensayo sobre Lvy-Bruhl, que fungi finalmente comoreferente d el trabajo en curso, en realidad indica slo un a p arte d elos conten idos que Elias estaba elaborand o. En esta p arte, en la que

    conciern e a Lvy-Bruh l, est centrado el inters del presente artculo. Noobstante esta delimitacin, es preciso tener presente que Elias se ocupade Lvy-Bruhl en razn del proyecto ms amplio. ste es el que p ropor-ciona el hilo rojo que enlaza las piezas que se encuentran en Lvy-Bruhletc. entre ellas, y a stas con los dems trabajos en los cuales Eliasiba elaborand o una teora procesual (histrico-gentica) del conocimiento.

    Las condiciones para la tarea pendiente en los aos sesenta

    En la visin de Elias, la contribucin de Lvy-Bruhl al desarrollo de lareflexin sobre el pensamiento corresponde a una fase en la que losavances decisivos en la comprensin del mbito humano dependen engran med ida de la conceptualizacin del conocimiento como un procesode desarrollo que se puede hacer inteligible. Lo ms probable es que Eliastuviera esta conviccin cuando escribi sus primeros libros. Pruebasdirectas de ello hay para finales de los aos treinta, y es igualmenteevidente que la conservaba a mediados de los aos sesenta. Durante elcuarto de siglo que m edia en tre am bos per iodos Elias haba seguido

    atentamente los resultados de las investigaciones empricas relacionadascon la percepcin, el pensamiento y las emociones. Uno de los argu-men tos que esgrime Elias a med iados de los aos sesenta a favor d e unaamplia reconsideracin de Lvy-Bruhl es la confirmacin en lo esencialde sus observaciones sobre las investigaciones de aquellas disciplinascientficas que se ocupan del estudio emprico de cmo ocurren en laspersonas reales los procesos de aprendizaje. Encontraba que los resultadosde esas investigaciones sealaban a la misma direccin establecida porLvy-Bruhl. Elias le atribua un papel central en este proceso de paulatina

    consolidacin del cuadro a los estudios de la percepcin. Studiesin perception escriba undoubted ly hold a key position in the picturewhich begins to emerge from these convergent advances in know-ledge, particularly studies in visual perception. 29 En este contexto, Eliasse refiere a la introduccin del concepto de la organizacin percep-tual por la escuela Gestalt; Wertheimer y Khler son mencionados

    29DLA, A: Elias, Lvy-Bruhl etc., 2, pp. LB.32 A.

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    explcitamente.30 Pero las consideraciones que form ula a este respecto vanms all que las de los pioneros de esta corriente de la psicologa. Sussucesores han buscado de manera m s decidida averiguar en qu m edida

    participa lo aprendido en la configuracin de las pautas de la percepcin,es decir, de qu y cmo se percibe. Son esas averiguaciones empricas elterreno donde Elias encuentra la confirmacin a la que aludamos. Unode los casos que le merecen especial atencin es el de las personas quehan aprend ido a orientarse en el mundo bajo la condicin de una ceguerainnata y que ya siendo adultos adquieren bases fisiolgicas de la visinmediante ciruga. Remitiendo al libro Space and Sight de Von Senden(Londres 1960), Elias se detiene, por ejemplo, en el hecho de que la tardaadquisicin de la visin les suele generar fuertes sufrimientos a las per-

    sonas inter venidas. Se observa que las personas operadas no slo tienenque ap rend er a ver cosas delimitadas, sino que esta tarea de organizar lapercepcin visual afecta tod a la arquitectura de las orientaciones apren -didas por ellas. De ah la sensacin d e extrema incomodidad que acusan.La organizacin perceptual adquirida en el curso de los aos vividos porellas ofrece notorias resistencias al cambio.31

    Entre los psiclogos cuyas investigaciones Elias consideraba relevantespara las ciencias sociales tambin figuran Heinz Werner y Jean Piaget.32

    Gracias a la estrategia de investigacin representada por estos estudiosos,desde los aos veinte se haban producido notables avances en el conoci-miento del desarrollo ontogentico. Que Elias estuviera familiarizadocon ellos amerita cierta aten cin porque complementan los datos conoci-dos sobre su horizonte intelectual. De Piaget, se supone que Elias loconoci muy tardamente y que no tuvo injerencia sobre su desarrollointelectual (Oesterdiekhoff, 2000) A Werner, quien en aos recientes hasido redescubierto como un o de los grand es pioneros de una ciencia deldesarrollo hum ano (Valsiner, 2005), no se le suele men cionar en relacincon Elias. Como quiera, l vea en ciertos avances empricos producidosen disciplinas como la psicologa, la psiquiatra y la medicina un reto

    para las ciencias sociales, a la vez que una gran oportunidad para que

    30 Se confirman las ideas esbozadas hace aos por Niestroj (1989: 154-157) acercade la relacin de Elias con la psicologa de la Gestalt.

    31 Para las reflexiones sobre este tema, vase DLA, A: Elias, Lvy-Bruhl etc., 2, pp.LB. 35 A-38 A.

    32DLA, A: Elias, Lvy-Bruhl etc., 1, pp. LB. 1; acerca de Piaget, tambin Lvy-Bruhl etc., 6, pp . LB. 16aaa.

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    stas asumieran y desarrollaran finalmente la orientacin programticaplanteada por Lvy-Bruhl.

    Con esta idea Elias buscaba animar la reedicin inglesa de los libros en

    que la haba presentado originalmente. stos se haban publicado hastaentonces slo una vez en dicho idioma, en 1923 y 1926, respectivamente.Elias pensaba que era conveniente que estas obras estuvieran disponiblesespecialmente en Gran Bretaa, donde si bien se contaba con una fuertetrad icin an tropolgica, la form acin de socilogos a un nivel ms ampliose haba demorad o y estaba apenas en p roceso de consolidacin.

    Por otra parte, Elias no era demasiado optimista acerca del curso queregistraban las ciencias sociales en los aos sesenta. Vea en ellas el ascensode una tenden cia que consideraba ms bien retardataria, relacionada con

    el peso imp onente de las emociones vinculadas a sistemas de creenciasy doctrinas ideolgicas. Esta tendencia le pareca sintomtica de desa-rrollos ms generales en aquel tiempo en las sociedades ind ustriales.33 Elclima de conflicto y amenaza de guer ra que embargaba al mundo echabasu sombra sobre el queh acer d e los cientficos sociales. Elias vea perfec-tamente que era un clima general poco propicio para que la sociologadesarrollara su funcin de cazadora de mitos (Elias, 1971). Crea, noobstante, que ciertas evidencias acum uladas en unas ciencias ms du raspodran eventualmente ejercer a lguna presin sobre las ciencias sociales.Para ellas poda tornarse ms difcil seguir elaboran do interp retacionesdel mundo que ignoraran esas evidencias.34 En este contexto, no resul-taba del todo utpico buscar que las ciencias sociales reconsideraran elprograma de Lvy-Bruh l, que como or ientacin estratgica le pareca tanrelevante a Elias en los aos sesenta que como le haba parecido un cuartode siglo antes. De paso es necesario anotar que Elias era evidentemente

    33 Entre las personas con quienes Elias intercambiaba con cierta franqueza impre-siones sobre la situacin figur a Reinhard Bendix. A l le escribi, por ejemplo: I am not

    quite certain at present how far one can speak of a decline of ideology in industrialsocieties of the west. Sometimes one has the feeling that the emotional impetus behindone type of ideology is lessened and that behind other types of ideology have increased.En otra ocasin: If there is fault, I feel it is not with natural science but rather withsociety and social science. N. Elias a R. Bendix, junio 6 de 1962 y agosto 24 de 1965,ambas DLA, A: Elias. 32.6.3.

    34 Elias las pensaba en los mismos trminos en que se refiere, en su Teora del smbolo,a la informacin bsica precisa para un modelo bsico de los seres humanos (Elias,1994: 37), y ms especficamen te a La informacin p arad igmtica que exige el comp lejoconocimiento, lenguaje, memoria y pensamiento (Ibidem: 38).

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    consciente de que su p ropia m arginalidad guardaba relacin con elhecho de que el camino propuesto por Lvy-Bruhl haba quedadoenterr ado y de que l no haba participad o en este entierro.

    De la sensacin de extraeza al estudio del espritu humanoen una perspectiva de desarrollo

    Nacimiento en 1857, filosofa en la cole Normale Sup erieure , tesis doc-toral sobre La idea de la responsabilidad(1885), docencia y libros sobre lahistoria de la filosofa moderna francesa y alemana. Elias apenas sedetiene en los datos biogrficos de Lvy-Bruhl. Lo que le interesa researen primer lugar es cmo lleg a la hiptesis que est en la base de todo

    el trabajo que realiz en el terreno de las mentalidades. En segundolugar, le interesa saber cmo fue que la man tuvo, no obstante la lluvia decrticas y de una serie de correcciones y ajustes que iba produciendo asus resultados iniciales. Forman parte de este anlisis algun as reflexionesacerca de la naturaleza de estas crticas. Los apar tes que se p resentan acontinuacin resumen lo que Elias elabor sobre estos puntos para elEnsayo sobre Lvy-Bruhl.

    La exposicin d e Elias par te de la idea que tiene d e Lvy-Bruh l comorepresentante de la filosofa mod ern a. Lo que le inte resa ejemp lificar es

    por qu la visin del hombre que ella encarna entra en crisis. En suesquema se encuentran primero unas suposiciones sobre la naturalezahumana tomadas como certezas, y luego entran en el campo de visinde quienes viven con esas certezas unas sociedades que no las comparten .Esto consti tuye u na dificultad p rctica d e incomp ren sin, con lasdificultades de comunicacin que ello implica.

    La experiencia de extraeza que Lvy-Bruhl comparte con muchosde sus contemporneos alimenta la hiptesis de que debe haber unasdiferencias en las maneras de experimentar el mundo responsables de

    esta sensacin. Elias ilustra el tema a travs de la trayectoria personalde Lvy-Bruhl.El impulso decisivo para su bsqueda de mtodos empricamente

    ms confiables que los que le eran familiares como filsofo lo debe Lvy-Bruhl a un encuentro concreto con un pensamiento que experimentcomo extrao e inasequible para l. En cierta oportunidad se refiri aesto con algn detenimiento. Fue en el contexto de la conferencia conque abri en 1923 el debate de la Sociedad Filosfica Fran cesa en tor no

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    a su libro sobre La mentalidad primitiva. Elias integra a su propio ensayoextensas citas de aquella presentacin.35

    mmanuel-douard Chavann es (1865-1918), el padre de la sinologa

    fran cesa, le haba enviado a su antiguo comp aero de la cole Normaletres volmenes traducidos por l de la monumental coleccin de me-morias de Se-ma Tan . Dice Lvy-Bruhl que fue la lectura d e estos libroslo que le suscit aquellas preguntas, que en adelante determinaran ladireccin d e su trabajo. Los volmenes en cuestin contienen abundan tematerial sobre los ritos, la msica, los sacrificios, la astrologa, las tablasde tiempo, las crnicas de emperadores y los linajes de los grandesherederos de la antigua China. Lvy-Bruhl se explicaba el papel clave quela obra jug par a su tr ayectoria con la sensacin de profunda extraeza

    en que lo haba embargado. No obstante las repetidas lecturas, le habasido imposible hacerse una idea clara acerca de cmo entender lanarrativa oriental. Bajo las premisas de la lgica que le era familiar, decaLvy-Bruhl, no hallaba cmo entenderla. Como filsofo haba sentido laobligacin de buscar las razones de aquella sorprenden te exper iencia. Porun tiempo insisti en comprender el material de Chavannes, pero luegole pareci que no lograra aden trarse en el pensamiento chino si no p odaestudiar las fuentes directamente. Ello habra demandado el dom inio delidioma original. En todo caso, Lvy-Bruhl ya no estaba convencido delo que haba aprendido acerca del pensamiento como filsofo. Debahaber unas diferencias que el modelo al que estaba habituado no recoga,y se propuso la tarea de averiguarlo. Para ello, finalmen te, aprovech unasposibilidades fruto d e la multiplicacin de los contactos de occidente conotras culturas. La informacin etnogrfica disponible estaba creciendorp idam ente. H aba en algunos pases un gran inters por otras cultu-ras, por sus costumbres, religiones, economa e instituciones. Haba des-pegado la antropologa moderna y estaban circulando numerosos librosy revistas cientficas con abundante informacin etnogrfica. sta seofreca para p robar la hiptesis de que haba al menos un modo d istinto

    de experimentar el mundo al que la filosofa consideraba universal, elque describa como racional, lgico o cientfico. Si esta hiptesis eraacertad a, el mater ial acumulado sobre las sociedades ms simp les debaser el primero en confirmarla. Las diferencias entre stas y el modelo

    35 Las extrajo delBulletin de la Socit Franaise de Philosophie, 1923, Sance de 15imeFvrier 1923.

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    familiar, si se presentaban realmente, deban ser grandes y poder serregistrad as de man era m s clara que p ara otros casos.

    No er a par ticularmente extra o que alguien como Lvy-Bruh l desa-

    rrollara un inters por las sociedades ms simples. Lo comparta, porejemplo, el crculo de Durkheim. En general, fueron tiempos en los quede todos modos era normal que las sociedades simples formaran par te delcampo de investigacin de los socilogos, especialmente de los de la tem-pran a sociologa fran cesa. Era as, entre otras cosas, porque como partede la exper iencia colonial se haba mu ltip licado du ran te mucho tiempo,y en diversos lugares del mundo, la peticin de asistencia para la solucinde los problemas de comunicacin que acusaban sus relaciones con laspoblaciones nativas muchos misioneros y funcionarios coloniales. Pero

    tambin eran tiempos en los que la identificacin de determinadasdisciplinas acadmicas con pocas especficas todava no se haba dadoen la forma en que ms tarde llegara a imponerse. Haba preferencias,pero en general las disciplinas sociales no se definan por la respon-sabilidad exclusiva sobre uno u otro trozo de la historia humana. Lossocilogos no se haban atr incherad o an en el presente (Elias, 1998) ytenan en men te si no el tiemp o del universo, al menos el de la existenciade la hum anidad.

    Elias insiste en que la bsqued a de las caractersticas estructurales delas distintas esferas de la organizacin social temprana, entre ellas lasde la experiencia, era una preocupacin recurren te entre estos socilogos.A man era de ilustracin, Elias recuerda que Durkh eim publica la reseaarr iba mencionada con toda n aturalidad en la seccin Condiciones So-ciolgicas del Conocimiento delAnuario deSociologa. Para Elias as debaser, porque una teor a del desarrollo social ms acorde con las realidadesdependa, desde su punto de vista, en gran medida de que el conoci-miento se pensase en trm inos sociolgicos y porque consideraba que laconfrontacin de los supuestos epistemolgicos de la tradicin filos-fica con la constitucin mental empricamente observable de las socie-

    dad es ms simples mejora las condiciones para lograr esto.Bajo este prisma se ubican las consideraciones de Elias acerca de la

    obra de Lvy-Bruh l y tambin sus reflexiones sobre la crtica que se ocupde ella. Lo ms importante de Lvy-Bruhl para Elias es, pues, el hecho deque haya planteado el problema del conocimiento como un problemade desarrollo y que lo haya convertido en una estrategia de investigacinemprica, de la cual asumi l mismo, haciendo gala de una notable

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    disciplina intelectual, una determinada parte. Esto lo distingue deComte y marca un importante paso ms all del modelo todava muyespeculativo concebido por ste.

    La centralidad de la hiptesis de unas diferencias significativas

    Lvy-Bruhl se propuso probar empricamen te la hiptesis de que las socie-dades ms simples presentan un modo de percibir y pensar el mundodistinto al de su propia sociedad. Esta hiptesis contradice el supuestorecur rente d e que el espritu hum ano es bsicamen te idntico en todoslos tiempos y lugares. Lvy-Bruh l la expuso con toda claridad ya en 1910(Lvy-Bruhl, 1951: 16).

    Es cierto, la sola hiptesis de que el pensamiento no sigue siempreuna misma lgica no imp lica que ya se sepa algo concreto sobre las dife-rencias que tal hiptesis simplemente supone posibles. No obstante, Eliasla consider a absolutamen te crucial, pues en la medida en que dicha hip-tesis surja y sea tratada como razonable abrir camino a la averiguacinemprica. Adquiere sentido, entonces, investigar qu es lo que vara exacta-mente y por qu. ste es el horizonte estratgico de Lvy-Bruhl comp artidopor Elias, en el cual se torna posible escapar de los callejones sin salidade la espistemologa filosfica.

    Concuerda tambin Elias con Lvy-Bruh l en la idea de que la pr isinde sta y del hermetismo con que protege las creencias implicadas en ellano se pueden superar mientras el problema acerca del conocimiento nose plantee de un modo que permita que las averiguaciones empricasincidan en las respuestas. Se trata del viejo problema acerca de cmo sepuede constatar empricamente algo que contradice aquello en lo quese cree. Lvy-Bruhl era consciente de este problema; saba que los hbitosmen tales dominantes en su prop ia sociedad forzaban la preclusin de lainvestigacin. Saba perfectamente que no los gobernaba la racio-

    nalidad que se supona y que haba unos elementos afectivos que hacandifcil abandonar la creencia-costumbre de concebir el modo propio dever las cosas como atributo natural de la especie.

    Lvy-Bruhl reconoci la centralidad de la hiptesis de la no-identidady dedic tod os sus esfuerzos a consolidarla. Para Elias fue un gran acierto.La desarroll a travs de una paciente labor de sistematizacin ycomparacin. Al igual que Elias, el mismo Lvy-Bruhl concuerda con laidea de Comte acerca de que el problema del conocimiento ha de ser

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    enfrentad o como un problema sociolgico, es decir, med iante el mtod ocomparativo; pero no con la idea que ste tena respecto a que con sumodelo de los tres estadios todo lo importante para el caso ya se haba

    logrado. En opinin de Lvy-Bruhl, no se poda obviar de ningunaman era el estudio emprico ms a fondo de las funciones mentales, sinoque en realidad el estud io sistemtico comp arativo en tre d istintos tiposde sociedades era una tarea pendiente (Lvy-Bruhl, 1951: 13-14). A estoprecisamente se dedic. Se puso a reunir el material factual disperso sobrelas sociedades simples y empez a compararlo para establecer qu serepeta, cules eran las regularidades. Quiso encontrar las propiedadesestructurales del modo de pensar d e esas sociedades. Elias considera d esup rema importan cia la decisin d e Lvy-Bruh l de buscar lo recurrente

    en sociedades similares comparando sistemticamente grupos humanosubicados en partes diversas y con frecuencia muy distantes entre ellas.En el mismo contexto, Elias destaca la estrategia desplegada por Lvy-

    Bruh l para aprehender el modo d e entender el mundo de las sociedadessimples en sus prop ios trminos. No es una u otra idea o concepto lo quetiene en la mira, ni el pensamiento como asunto de espritu puro e inde-pendiente de los organismos que perciben, sienten y piensan. PensabaLvy-Bruhl que la clasificacin de las representaciones como fenmenointelectual o cognitivo n icamen te, al menos para el grupo de casos quetena al frente, no era apropiada, porque las actividades mentales entrelos primitivos son demasiado poco diferenciadas como para que lasideas o imgenes pudieran ser consideradas en s mismas, es decir, sepa-radas de las emociones que evocan esas ideas o que son evocadas por ellas(Lvy-Bruhl, 1951: 30). Por esta razn, Lvy-Bruhl no articula sus estu-dios como bsqueda de ideas o conceptos, sino que tiene en la mira elconjunto de dispositivos psquicos de las personas. Desde el comienzode su trabajo de sistematizacin comparada sobre la mentalidad primitivaconcibe los elementos afectivos y motores como elementos integrales delos dispositivos psquicos a investigar. Por la misma razn, conserva la uni-

    dad de la percepcin y el pensamiento, relacionados con las emociones.Esto es lo que recoge su concepto de mentalidad o hbito mental. Conesta visin y con las correspondientes implicaciones para la organi-zacin del estudio emprico se conectan visiblemente los trabajos deElias (Zabludovsky, 2007: 37). Es, ciertamente, una visin que tiene suparalelo en el programa formulado para una psicologa gentica ya enlos aos veinte (Werner, 1953). La manera de enfocar el problema del

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    conocimiento en cuestin no da lugar, evidentemen te, a una h istoria con-vencional de las ideas ni de las costumbres.

    Elias considera a lo largo d e su Ensayo desde diversos ngulos el tema

    de cmo logr Lvy-Bruhl mantener su hiptesis de trabajo. El proble-ma centr al es que el estud io emprico pueda cumplir una funcin crticafrente a la visin que tiene la sociedad del investigador de l espritu hu -mano. Como ya se lee en la carta que le escribi a Aron en 1939, Elias creeque lo observado por Lvy-Bruhl hay que tomarlo en serio. A su juicioestuvo bien hecho. Para elaborar este punto Elias se sirve de la compa-racin con Durkheim, quien no habra logrado resolver el problemade fondo. En consideracin de Elias, Durkheim queda atrapado en elcrculo vicioso en que la observacin y la reflexin qued an atadas la un a

    a la otra, siempre de nuevo. La sin salida de Durkheim, de acuerdo con l,se debe a que coloca a la base de su trabajo sobre el pensamiento p rimitivoel concepto de religin, que representa un grado d e d iferenciacin socialrelativamente avanzado. Con este concepto como orientador trata decomprender sociedades en las que no se ha generado an la diferen-ciacin en una esfera religiosa y otra no religiosa, que es una condicin delsurgimiento del concepto mismo que organiza el estudio de Durkheim,de modo que su bsqueda sigue el mismo molde que Lvy-Bruhl habaidentificado como aquel que conduce inevitablemente a un cuadro en el quelas actividades mentales de los primitivos se piensan como una varie-dad inferior de nuestro prop io mod o de pensar, en lugar de p oder ap a-recer ante nosotros en sus propios trminos (Lvy-Bruhl, 1951: 61).

    No carece de inters que Elias haya reconocido con claridad elproblema subyacente siendo an estudiante de filosofa. De esto quedregistro en un artculo de 1921 que presenta sus reflexiones tempranasacerca de los cambios ocurridos en la percepcin de la naturaleza (Elias,2002a: 11, 15, 16; 1990: 76). El mismo problema lo trat a p ropsito deldebate sobre la p onen cia de Th urn wald arriba men cionad a en 1928(Elias, 2002b: 114). Al igual que Lvy-Bruhl, que en todos sus libros sobre

    la mentalidad primitiva se enfrenta a nuestra dificultad para admitirque haya existido una mentalidad caracterizada por una orientacindistinta a la nuestra, Elias volvi una y otra vez sobre el problema, lo queindica que le atribua el mismo peso decisivo p ara conseguir una salidade la ep istemologa circular.

    Lvy-Bruhl enfrent ms efectivamente que otros, a juicio de Elias,la dificultad que representa para el avance de nuestro conocimiento lapropensin d e los hum anos a proyectar su visin actual de las cosas, en

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    particular la que tienen de s mismos, sobre todas las cosas, incluidas lasdel pasado. Como ya se ha dicho, Lvy-Bruhl estuvo consciente delproblema y trat de evitar la imposicin a las sociedades simples de un a

    organizacin conceptual surgida en una fase del desarrollo histricoposterior. Esto es de sumo inters, porque de ello depende la posibilidadde m antener abierta realmente la hiptesis de trabajo y de que la averi-guacin emprica resulte efectivamente relevante para la respuesta. Laconservacin de la hiptesis de Lvy-Bruhl exige, en este sentido, queaquello que al men os hipotticamen te pudo h aber surgido a lo largo deltiempo no se conciba como condicin de su propia aparicin. Esto ocurre,por ejemp lo, cuando se inten tan explicar los cambios en el mbito de lasideas que hoy nos parecen innegables en un esquema de iden tidad que

    induce a pensar lo que devino como su propia premisa. Es el mismoesquema que busca un a y otra vez el anclaje del espritu en algo absoluto,que se vuelve, por lo dems, con igual regularidad, base estructural detoda Historia. En tal esquema, no puede haber nada realmente nuevobajo el sol, slo qued an variaciones de algo que es, en esencia, etern o ysiempre lo mismo.

    La causalidad habitual suspendida

    De las precauciones que tom Lvy-Bruhl par a p reservar su hiptesis deconclusiones anticipadas del tipo que el molde aludido suele propiciarforma parte el intenso cuidado que tuvo en relacin con el esquema decausalidad, que es uno de los pilares en que se sostiene. Elias ilustra elpunto d e la siguiente m anera. Dice explcitamen te que considera de enor -me importancia que Lvy-Bruhl hubiera definido para s una tarearigurosamen te delimitada y que se hubiera atenido estrictamen te a ella.No se propuso nada ms que establecer las regularidades estructuralesdel pensamiento p rimitivo. Y, en efecto, una vez definida esta tarea Lvy-

    Bruhl se dedic enteramente a comparar y sistematizar la informacindisponible sobre las sociedades ms simples. Revis un enorme volumen dematerial ya acumulado buscando las propiedades que se repiten en los ml-tiples casos que tena ante s.

    Para explicar las razones por las cuales esta estrategia le parece afor-tunada, Elias recurre de nuevo a la comparacin con Durkheim. ste,dice, trat de resolver dos pasos en uno. Quiso establecer las caractersticasde la mentalidad primitiva y al mismo tiempo explicar cmo estara

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    relacionada con la de su prop ia sociedad. Para Elias, en sentido estricto,an no haba nada que relacionar. En estas condiciones, advierte, la ma-nera habitual de concebir unas conexiones entre distintas experiencias inter-

    viene en la constitucin misma de lo que se concibe como mentalidad pri-mitiva, es decir, en la constitucin d el objeto a estud iar. Ya se mencionque Elias encuentra que Durkheim piensa el objeto que nos interesa deun mod o tal que no es posible que escape d el esquema de iden tidad, delde nada nuevo bajo el sol, porque en su caso el objeto de inters resultaprecisamente una extensin de este esquema.

    Lvy-Bruhl vea claramente el problema. Desde el comienzo de su tra-bajo sobre la mentalidad primitiva haba reconocido que las explicacio-nes apresurad as sobre las relaciones entre los moldes mentales de uno

    y otro tipo de sociedad tienden a perpetuar la creencia habitual en laeterna identidad del espritu humano (Lvy-Bruhl, 1951: 15-16). Poresta razn consider absolutamente necesario establecer las caractersticaspropias de la mentalidad de las sociedades simples antes de intentarexplicacin alguna sobre sus relaciones con cualquier otra. A juicio deElias, fue una decisin sabia que permiti estudiar la mentalidadprimitiva como objeto autnomo. Habra facultado a Lvy-Bruhl apercibir d iferen cias significativas entre la mentalidad pr imitiva y la desu propia sociedad. En su opinin, Lvy-Bruhl logr avanzar en elreconocimiento em prico de este objeto gr acias a que dej suspendida laman era familiar para su sociedad y para su filosofa de conectar las diver-sas experiencias hum anas. Para decirlo en otras palabras, la estricta deli-mitacin de su tarea evit que el esquema habitual de causalidad inter-viniera en la construccin d el objeto men talidad primitiva. El tema desu conexin con la mentalidad propia qued fuera de esta labor. Eliasreconoce en la estrategia de Lvy-Bruhl un esfuerzo deliberado dedisciplina intelectual por sustraer la constitucin del objeto en cuestinde la prisin del tipo de causalidad del que le haba insinuado a Aron queobstaculiza la percepcin de los hechos que no concuerdan con l.

    No carece de inters que Clestin Bougl, el contacto institucionalms imp ortan te p ara Elias a su p aso por Pars, recin salido al exilio, ensuBalance de la sociologa francesa reciente (de 1935) a p ropsito del puntoen discusin fije una posicin claramente opuesta a la de Elias. Bouglexalta como de mayor vuelo intelectual lo que a los ojos de Elias y a losde Lvy-Bruh l eran conclusiones apresuradas d e Durkh eim (Bougl,1935: 32, 37-38). La idea de que de tales conclusiones depende la utilidaddel tipo de investigaciones emprendido por Lvy-Bruhl era una idea

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    bastante generalizada entre sus colegas. Haban percibido no sin raznque Lvy-Bruhl dejaba en suspenso los problemas prcticos desde el libroen que p lante el estud io cientfico de la moral y de las costum bres (1903)

    (Keck, 2003: 173). Elias, en cambio, vea que la frm ula de suspender lamanera h abitual de generar conclusiones era una cond icin par a pasara otra, que sera finalmente la procesual, de la cual espera que permitala consecucin de unas orientaciones prcticas ms realistas.

    Acerca de las crticas formuladas contra Lvy-Bruhl

    Una parte del Ensayo sobre Lvy-Bruhl de Elias est dedicada a las crticasque condujeron a que el programa de Lvy-Bruhl quedara suspendido

    casi por completo en las ciencias sociales. Sin duda, la apreciacin d e esteprograma p or parte de Elias implica una visin tambin del rechazo rela-tivamen te generalizado con que ste finalmente se encontr. No sorpren-der , en consecuencia, que donde se refiere explcitamente a las crticasElias trate de h acer ver que en ellas term in imp onindose la proyeccinconservadora del modo habitual de pensar de la sociedad a la cualpertenecen los crticos. Elias no cree de ninguna manera que Lvy-Bruhlestuviese libre de errores, pero en su opinin sus resultados no fueronabandonados slo por deficiencias reales y errores secundarios corregibles,

    sino por el reto emocional que representa para nuestra autoimagen lareorganizacin d e la percepcin emp rendida p or l. El hecho de queautor idades de renombre de las ciencias sociales, en p articular de la antro-pologa, sistemticamente le pusieran en la boca unas afirmaciones contra-rias a lo que l realmente formulara le parece a Elias muy ilustrativo dela ir ritacin que p rovocaron las observaciones de Lvy-Bruh l.36 Aprecia-ba Elias la postura algo excepcional de Evans-Pritchard, que no obstantesus diferencias con Lvy-Bruhl haba develado precisamente esa moda-lidad err tica de emp lear en contra del autor criticado un os argumentos

    ajenos a l como si fuer an suyos.37

    36 Vase especialmente DLA, A: Elias, Lvy-Bruhl etc., 9. Elias seala que sepr esentan p eridicamente intentos bastante similares de despachar a Lvy-Bruh l de un avez por todas. Elias menciona, a modo de ejemplo, a Goldstein, en Concerning theConcept of Primitivity (1960).

    37 En este punto Evans-Pritchard concuerd a con Elas. En la conferencia de 1962 enque se ocup de Lvy-Bruhl dijo: I think I may claim to be one of the few anthro-pologists here or in America who spoke up for him, not because I agreed with him, but

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    Elias analiza el tipo y la intensidad de las resistencias presentes en lascrticas de mayor impacto. En su opinin, provienen de dos corrientesbsicas, que se presentan como rom ntica una y racionalista la otra. Elias

    recurre a una serie comparativa de citas para sostener su tesis de que ambasaparecen como op uestas entre ellas slo a p rimer a vista.38 En el fond o,dice, comparten una misma orientacin del pensamiento. Pertenecenpar a l a la misma comun idad p arad igmtica porque perciben las cond i-ciones de la prop ia sociedad y de la prop ia constitucin men tal de mod oparcial y toman por el todo la realidad reducida en este esquema. Lossignos opuestos que aparecen en la superficie los considera manifes-taciones de preferencias emocionales, secundarias frente a dicho esquema.De acuerdo con su diagnstico, tanto en la idealizacin r acionalista como

    en la romn tica se mantiene la resistencia a la integracin de la totalidadde las facetas de la propia sociedad y mentalidad. Elias la ve emparentadacon lo que dificulta que de Lvy-Bruh l sea admitido lo que observ correc-tamente y lo que ha sido confirmado por otras investigaciones. Quieredecir que, en su opinin, la situacin en las ciencias sociales a este res-pecto no es a mediados de los aos sesenta muy distinta a la que le habacomen tado a Raymon d Aron en 1939.

    CONCLUSIONES

    Para Norbert Elias, Lvy-Bruhl marc un hito en la transicin entre el modofilosfico y el sociolgico de concebir el mbito socio-humano (Kilminster,1998), porque sus estudios apuntan decididamente a la sustitucin delsujeto filosfico por el conocimiento de los sujetos empricos, cambiantesen el curso de su vida y diversos a lo largo de la historia. Elias disea supropia labor considerando acertada la tesis de Lvy-Bruhl de lano-identidad de los hbitos mentales de las sociedades histricas dedistintos niveles de desarrollo. La existencia de diferencias significativas

    entre los hbitos mentales de las sociedades primitivas y los de lasmod ernas sociedad es industriales la trata como un hecho que debe serintegrado y explicado por la teora social a cuya elaboracin dedica suspropios esfuerzos.

    because I felt that a scholar should be criticized for what he h as said, and n ot for what heis supposed to have said (Evans-Pritchard, 1965: 81).

    38 Vanse par a ejemp los Lvy-Bruhl etc. 8, pp . LB.D. 3-LB.D 19 y Lvy-Bruh l etc.9, pp. LB.D.16 ss.

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    En op inin de Elias, la adecuacin de la teora a la realidad human aha de construirse en una lgica procesual, que depende de la eman-cipacin del mbito objeto del esquema subjetivista de causalidad. Elias

    no cree que la sola existencia de las diferen cias en d iscusin y el recono-cimiento de que ellas de hecho se p resentan generen automticamentesu conceptualizacin en trminos procesuales, pero su registro sistemticohace ms difcil seguir p ensndolas en un esquem a de identidad en quetodos los fenmenos se conciben como derivados de un or igen que ya loscontiene en esencia. En este sentido, considera que Lvy-Bruh l nos obligaa concebir el problema del conocimiento en una perspectiva de d esarro-llo, cuya elaboracin ha de enten der se central p ara tod a la sociologa deElias.

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    FUENTESNO PUBLICADAS

    Fondo A: Elias del Deutsches Literaturarchiv Marbach (DLA). El archivose encuen tra en Marbach am Neckar (Alemania).

    Recibido: 17 de enero de 2008.Aceptado: 12 de agosto de 2008.