MEXICO: UN SOCIO CON FUTURO

UNIDAD DE INTELIGENCIA DE NEGOCIOSUIN

La cuarta revolución industrial se define por un conjunto de tecnologías que per-miten la transición hacia nuevos sistemas productivos, habilitadas por la infraes-tructura de la revolución digital. De este modo, se crea un nuevo ecosistema de producción, gracias a una simbiosis entre sistemas ciber-físicos. Fábricas inteligen-tes, laboratorios hiper flexibles, clústeres internacionales son sólo algunos de los resultados esperados para la industria 4.0. Se espera que llegue a agregar más de 15 mil millones de dólares a la econo-mía mundial en los próximos tres lustros.

México, como una de las principales eco-nomías del mundo, no es ajeno a estas tendencias disruptivas. Es posible apro-vechar las fortalezas que el país muestra en su sistema productivo de manufactu-ra avanzada, su posicionamiento estraté-gico en las cadenas globales de valor y su capacidad por implementar e innovar en tecnologías industriales.

México cuenta con industrias de manu-factura avanzada que presentan un gra-do madurez suficiente para aplicar solu-ciones de industria 4.0 y formar alianzas estratégicas entre los líderes de la indus-tria, mejorando así los procesos manufac-tureros i4.0 desde su conceptualización y diseño, hasta un after care ajustado a la medida de cada cliente.

Hoy en día, el país cuenta con industrias que son referentes de clase mundial, ta-les como la aeroespacial, automotriz, eléctrica-electrónica, química y TICs. Es posible resaltar que México se encuen-tra preparado para colaborar con líderes internacionales en la innovación indus-

trial, y por ello existen estrategias y vo-luntades de parte de los principales ac-tores del gobierno, la industria nacional y la academia que darán un empuje a la colaboración internacional con el fin de atraer aún más empresas extranjeras de los sectores industriales que cuentan con experiencia en el uso de tecnologías dis-ruptivas y, a su vez, desarrollen la provee-duría local.

Dichas acciones habilitarán la colabora-ción entre empresas del sector en polos de competitividad permitirá eficientar procesos o fases clave de la cadena pro-ductiva y procurarán el emprendimien-to de inversiones conjuntas para fabricar tecnologías industriales y la transferencia tecnológica para consolidar las capaci-dades productivas de las empresas en el país, posicionando a México como un centro de pruebas y de mejoras continuas en este nuevo ecosistema productivo.

De este modo, podemos considerar a México como una puerta de entrada ha-cia América Latina y como una conexión entre continentes, mercados y culturas, dándole el justo atributo de “un socio con futuro”.

México, como una de las principales economías

del mundo, no es ajeno a estas tendencias

disruptivas.