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N o 4320 del Año CXIX del Segundo Centenario www.diariocolatino.com El Salvador, miércoles 24 de marzo de 2010 MÁS DE UN SIGLO DE CREDIBILIDAD ¢ 2.19 $ 0.25 Diario Co Latino Una edición de la Sociedad Cooperativa de Empleados de Diario Latino de R. L. El Presidente Funes pide perdón por magnicidio de Monseñor Romero Foto Diario Co Latino/Melvin Rivas Foto Diario Co Latino/Melvin Rivas Foto Diario Co Latino/Melvin Rivas Foto Diario Co Latino/Melvin Rivas Foto Diario Co Latino/Melvin Rivas Pág. 16 DEVELAN MURAL EN MEMORIA DE MONSEÑOR ROMERO En el marco del 30 ° Aniversario del asesinato de Monseñor Óscar Arnulfo Romero, y a iniciativa de la Primera Dama de la Nación y Secretaria de Inclusión Social, Vanda Pignato, se elaboró un mural dedicado a Monseñor Romero, en el Aeropuerto Internacional de El Salvador, el cual fue develado por el Presidente de la República, Mauricio Funes. La obra fue encomendada al pintor Rafael Varela. Monseñor Vive

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  • No 4320 del Año CXIX del Segundo Centenario www.diariocolatino.com

    El Salvador, miércoles 24 de marzo de 2010

    MÁS DE UN SIGLO DE CREDIBILIDAD

    ¢ 2.19 $ 0.25Diario Co Latino

    Una edición de la Sociedad Cooperativa de Empleados de Diario Latino de R. L.

    El Presidente Funes pide perdónpor magnicidio de Monseñor Romero

    Foto Diario Co Latino/Melvin RivasFoto Diario Co Latino/Melvin RivasFoto Diario Co Latino/Melvin RivasFoto Diario Co Latino/Melvin RivasFoto Diario Co Latino/Melvin Rivas

    Pág. 16

    DEVELAN MURAL EN MEMORIA DE MONSEÑOR ROMERO

    En el marco del 30° Aniversario del asesinato deMonseñor Óscar Arnulfo Romero, y a iniciativa de laPrimera Dama de la Nación y Secretaria de InclusiónSocial, Vanda Pignato, se elaboró un mural dedicado a

    Monseñor Romero, en el Aeropuerto Internacional de ElSalvador, el cual fue develado por el Presidente de laRepública, Mauricio Funes. La obra fue encomendada alpintor Rafael Varela.

    Monseñor Vive

  • 2 Diario Co Latino Miércoles 24 de marzo de 2010Monseñor Vive

    Zoraya UrbinaRedacción Diario Co Latino

    En la colonia Las Delicias, San-ta Tecla, Departamento de La Li-bertad, entre dulces típicos, unpan relleno de ciruela y un aro-mático café, las hermanas Elviray Leonor Chacón recuerdan los

    Hermanas Chacón: “Fue una gran dichaconocer a Monseñor”

    Elvira Chacón y Leonor Chacón guardan una sotana de Monseñor Romero, comorecuerdo del Arzobispo mártir. Foto Diario Co Latino / Josué Parada

    momentos que compartieron consu amigo, el que se considerabauno más de la familia: MonseñorOscar Arnulfo Romero.Leonor explica que hace 52 años,

    doña Carmen de Chacón, su madre, fundóel negocio, una venta de comida típica sal-vadoreña; los tamales chorreando sabor, elespeso chocolate o los sabrosos panes conpollo son parte del menú que ha hecho fa-moso el lugar. “Las delicias de las Chacón”ha recibido a presidentes de la República,a sacerdotes, obispos y a su más célebrecomensal: Óscar Arnulfo Romero.

    Según Leonor, su difunto esposo, Raúl Ro-mero (el apellido es coincidencia), oriun-do de San Miguel, departamento natal delArzobispo, lo conoció cuando por los añoscincuenta, siendo un niño pertenecía al coro

    de la parroquia, donde el otro estaba en losalbores de su sacerdocio. La amistad cre-ció desde entonces.Raúl y Leonor se hicieron novios y él siem-pre le contaba de su buen amigo “el padreRomero”. Cuando decidieron casarse, ellasin decirle nada, le escribió una carta al re-ligioso pidiéndole que oficiara la ceremo-nia nupcial. Mostrándose honrado por la in-vitación, aceptó de buena gana.“La homilía fue bien linda, estaba llovien-do y él dijo que esa agua que caía, era comolas bendiciones que mi matrimonio ten-dría”, recuerda. Las palabras de Romerofueron un buen augurio porque su vida decasada fue plena y feliz.En medio de la fiesta, el padre les pidió quelo acompañaran a San Miguel y los llevó aun hotel, donde antes de retirarse para se-guir con sus compromisos, pagó la estan-cia para que los recién casados tuvieran su“luna de miel”.Romero siguió visitando a la familia, “eramuy amigo de todos, mi mamá le tomógran cariño y su amistad con mi hermanaElvira fue creciendo”, relata. Romero de-cía que ese era su segundo hogar y que esa,era también su familia.Elvira recuerda que una vez después de lamisa dominical, fueron a almorzar y des-pués a Los Planes de Renderos, en cadacasa que visitaban los recibían con refres-cos, con bocadillos o con café. Después desaborear los platillos con los que lo agasa-jaban, entre risas, Romero le dijo: “nece-sitamos tener barriga de músico para comertanto”.Con el paso de los años, la amistad se for-taleció, ni cuando fue nombrado Auxiliardel entonces arzobispo, Monseñor LuisChávez y González o asumió como obispode la diócesis de Santiago de Santiago deMaría, Romero dejó de visitar “su segun-do hogar”.“Le encantaban los frijolitos volteados”,

    dice Elvira.Con cada visita de Monseñor la casa se en-galanaba para recibir a tan digno invitado,preparaban mesa y las viandas que sabíana él le gustaban. A veces, con la confianzaque sólo la amistad da, llegaba sin avisary la familia entera se movilizaba para aten-der a su amigo.“A él le gustaba que mi papá y yo le con-táramos chistes, pero como sabía que mimamá se enojaba, esperaba que ella fuerapor las tortillas o por algo que faltaba enla mesa, para escucharnos”, narra Elvira.Si estaban contando algo jocoso y de re-pente aparecía doña Carmen, Monseñor ledecía a Alfonso, padre de las Chacón: “te-nemos semáforo rojo”.Entonces esperaban a que se retirara y elArzobispo reía divertido ante las ocurren-cias de sus anfitriones.Cada vez que salía de viaje, no faltaban lastarjetas o las postales para que sus amigossupieran que siempre los tenía presente. Enestas ocasiones, le solicitaba a Elvira, lerealizara alguna diligencia personal.El 24 de marzo de 1980, el esposo de Leo-nor pasó por la Iglesia del Carmen, de San-ta Tecla, ahí encontró al Arzobispo, quiendijo iba a confesarse.“Como a veces venía de sorpresa cuandoandaba cerca, pensamos que ese día seríaigual y mi mamá preparó comida y arre-gló la mesa”, pero nunca llegó porquementes asesinas decidieron matarlo.Las Chacón le decían que tuviera cuidado,que no saliera solo porque recibía muchasamenazas, pero él argumentaba que si al-guien quería hacerle daño, no quería queotra persona resultara afectada.Treinta años después, entre una sotana, unacamisa, varias cartas y postales y los re-cuerdos entrañables del obispo mártir, lasChacón no dudan en afirmar que fue unadicha conocer a Monseñor Romero, suamigo y hermano.

    Treinta años después, entre una sotana,una camisa, varias cartas y postales ylos recuerdos entrañables del obispo

    mártir, las Chacón no dudan en afirmarque fue una dicha conocer a Monseñor

    Romero, su amigo y hermano.

    Entre los muchos recuerdos que las hermanas Chacón guardan de MonseñorRomero, destaca una camisa del Arzobispo. Foto Diario Co Latino / Josué Parada

  • Diario Co Latino 3Monseñor Vive

    Merlin VelisEugenio Castro

    Redacción Diario Co Latino

    Había amanecido aquel domingo 30 demarzo de 1980, los pájaros y el cieloparecían entumecidos de tristeza, altiempo que ríos de gente llegaban des-de el más recóndito lugar de El Salva-dor para entregar sus últimas lágrimasde dolor al hombre que en su últimahomilía había llamado a las fuerzasdel ejercito a cesar la represión.Las personas que llegaban a la PlazaCívica para acompañar su funeral aunno podían creer que les habían arreba-tado al más preciado pastor de la igle-sia, “ y ahora que vamos hacer si hanmatado a Monseñor,” decían unas an-cianas, como presintiendo que estalla-ría la guerra provocada por la muertedel obispo OscarArnulfo Romero.Sus palabras fue-ron pronunciadaspor última vez alas 6:15 de la tar-de mientras alzabaal cielo el cuerpo yla sangre de Cris-to, “este cuerpo in-molado y esta san-gre sacrificadapor los hombresnos alimente tam-bién a dar nuestrocuerpo y nuestrasangre al sufrimiento y al dolor comoCristo, no para si, sino para dar con-sejos de justicia y de paz a nuestropueblo”.Aquellas palabras parecían anunciar elmomento de su partida, el momento detomarse “el trago amargo”, como lohizo Jesucristo para salvar a su pueblo.De pronto, una bala estalló en su co-razón, el cáliz se desprendió de susmanos, derramándose y entremezclán-dose con su propia sangre. Gritos aho-gados de dolor inundaron la capilla LaDivina Providencia, el francotiradorescapó de inmediato, sin dejar rastroalguno.La mañana de aquel domingo del fu-neral era la más triste que el pueblosalvadoreño había experimentado, peroa la vez era el día más desafiante parael ejército, quien con rabia y despre-cio observaba como el pueblo se con-gregaba por miles para expresar suamor a quien los había defendido de lainjusticia y la violencia institucionali-zada.“Estábamos tristes como todo el mun-do con el asesinato de Monseñor Ro-

    “Ni siquiera respetaron el dolor”

    La agonía del pueblo en un funeral del pueblomero y había un sentido de frustra-ción, impotencia, de dolor, de llantoen tantísima gente y con ese espíritullegamos a los funerales”, rememoraMonseñor Ricardo Urioste.Quien también anida recuerdos esNidia Díaz, quien junto a otros“compas” asistieron clandestinamenteal funeral. “Las organizaciones revo-lucionarias acompañaron el dolor delpueblo sin protagonismo alguno, éra-mos uno más dentro de la poblacióny estábamos acudiendo al sepelio deun pastor”. Eran pasadas las once dela mañana y el cardenal mexicano,Ernesto Corripio Ahumada, represen-tante del Papa, inició la misa de cuer-po presente en las gradas de Catedral,la Plaza estaba llena, habían unas 50mil personas aproximadamente. Erala concentración más grande nunca

    antes vista en ElSalvador.Justo cuando el car-denal comienza laeucaristía con laslecturas bíblicas“estalla la primerabomba y después lasegunda y despuésla tercera”.Nidia Díaz sostieneque en ese momen-to “la Intoleranciade los sectores delpoder quedó evi-denciada, ni siquie-

    ra respetaron el dolor”.Además, “no toleraron que el pueblose expresara y sufriera de esa formala agonía de Monseñor, fue como se-guir matando a Romero al matar a supueblo”.Monseñor Urioste describe lo queaquel ataque provocó: «Fue despar-pajo en la gente que quería resguar-darse en Catedral y en unos pocosminutos, yo vi tirados en la catedral,ya muertos, a unas 15 personas, mu-jeres todas, ancianas, débiles, pobres.El ataúd lo llevamos hacia adentroprecipitadamente, la misa se termi-nó”.El Obispo luterano, Medardo Gómez,recuerda que “lo único que pudimoshacer es tendernos allí en el piso delandén del parque enfrente de Cate-dral, allí estuvimos hasta que había

    Frente al Palacio Nacional habían miles de personas, fue desde el mismo Palacio de dondevinieron las primeras balas. Foto Diario Co Latino/Cortesía

    Las exequias de Monseñor Romero produjeron una de las más grandes concentracionespopulares en el país.

    De pronto, unabala estalló en sucorazón, el cálizse desprendió de

    sus manos,derramándose y

    entremezclándosecon su propia

    sangre.

    Miércoles 24 de marzo de 2010

    pasado todo”. Gómez reafirma que fue “sin-tomático que a partir de su asesinato se le-vanta en una forma declarada la guerra”.Ese día del funeral habían llegado obisposde Centro América y de diversas partes delmundo, “todos estaban con los rostros des-encajados”, recuerda Ricardo Urioste, quien

    en momentos después del pánico preguntóa los sacerdotes invitados, “bueno ahoraquien quisiera ser arzobispo de San Sal-vador en este momento”, y nadie contes-tó nada, se quedaron callados…” Con la masacre perpetrada el día del se-pelio, Romero fue asesinado por segunda

    vez y volvería a ser asesinado y torturadodurante los venideros doce años de guerracivil. La oligarquía le tenía miedo porque re-presentaba un peligro a sus intereses, y so-bre todo, porque su figura era la “expresiónde un factor dialogante” para conciliar lapaz.

  • 4 Diario Co Latino

    Monseñor Vive

    Gloria Silvia OrellanaRedacción Diario Co Latino

    Al evocar su recuerdo lo llama con mucho res-peto, “Monseñor Romero”. Se trata de SantosGaspar Romero Galdámez, hermano menor delArzobispo Mártir, quien confiesa queel legado más importante que le diosu hermano fue “aprender a perdo-nar”.Como depositario directo de las ale-grías, tristezas y esperanzas de su her-mano mayor, Santos Gaspar guardaun cúmulo de experiencias familiaresy del trabajo de Monseñor Romero“Yo comencé a dar testimonio de suvida, por un comentario de un señorque en un acto público se me acercóy me dijo, que mi deber era divulgarla vida de Monseñor Romero, esto meimpresionó mucho, creo que ese es mimérito”, reveló.

    La vida en familia“Éramos una familia modesta”, men-ciona Don Gaspar, al recordar su ho-gar en su natal Ciudad Barrios, mu-nicipio de San Miguel, que a esas fe-chas carecía de muchas cosas comola educación.“Mi padre era Santos Romero,telegrafista originario de Jocoro, Mo-razán; y mi madre Guadalupe de Je-sús Galdámez, de Ciudad Barrios, allíse conocieron, se casaron y vinierondespués siete hijos: Gustavo, ÓscarArnulfo, Zaida, Rómulo, Mamerto,Tiberio Arnoldo y su servidor”.Y agrega, “La escuela tenía hasta tercer gradoen ese tiempo, era un pueblo muy pobre y él(Monseñor Óscar Arnulfo Romero) después, dehaber pasado los tres grados de escuela oficialtuvo una profesora que lo instruyó personalmen-te, -porque déjeme decirle- desde esos tiem-pos él mostró mucha inteligencia para las ma-temáticas, los profesores decían que debíanmandarlo a otra escuela”, contó.Su entrada a la vida religiosa se dio de formanatural, atestigua Don Santos. Siendo un niñoMonseñor Romero, iba a tomar sus clases encasa de la maestra y luego, dirijía sus pasos ala iglesia.Ahí ayudaba al sacerdote a barrer, trapear o enotras diligencias del párroco, estando en esa di-námica llegó Monseñor Dueñas, Obispo de SanMiguel, y supo por primera vez de él, por co-mentarios del alcalde.“Mire aquí hay un cipote que es una maravilla,deberían de llevárselo al seminario, -luego Mon-señor Dueñas- habló con mis padres para quelo mandaran, pero mi papá se negó porque eco-nómicamente no estábamos bien. Por sus refe-rencias le otorgaron una beca para que fuera alSeminario Menor de San Miguel … así fuecomo a sus 12 años, Monseñor Romero salió porprimera vez de Ciudad Barrios”, recordó.

    «Monseñor Romero me enseñó aperdonar»: Santos Gaspar Romero

    Monseñor Óscar Arnulfo Romero destacó entre todos losalumnos del seminario, lo que le permitió pasar con sol-vencia al Seminario Mayor San José de la Montaña, en SanSalvador, y posteriormente su oportunidad de formarse enel Colegio Pío Latinoamericano, en Roma, Italia, para re-cibir su orden sacerdotal.

    Su vida en el VaticanoSiendo seminarista lleva una vida de estudio riguroso, has-ta el estallido de la Segunda Guerra Mundial en Europa,que lo recluyó en el Vaticano, esa situación de violencia re-trasó su regreso al país; su padre, Santos Romero, no vol-vió a verlo, ya que falleció en 1937.“Él mantuvo correspondencia con nuestra madre, pero per-dimos comunicación con él por la guerra y como El Salva-dor rompió relaciones con Alemania e Italia no sabíamosnada de él”, rememora Don Gaspar.Iba cada uno o dos meses y preguntaba a Monseñor Ma-chado ¿han sabido de los muchachos?, (eran variosseminaristas salvadoreños), y me respondía –No, no he-mos sabido nada, están completamente incomunicados y esmás, no sabemos si existen-.Esto lo decían porque con la guerra los bombardeos habíandestruidos ciudades enteras esas eran las noticias que lle-gaban al país”, narró.Mientras, en Ciudad del Vaticano, Monseñor Óscar Rome-ro, recibido ya de sacerdote, pidió un permiso especial paravisitar los archivos de la Santa Sede, anuencia que obtuvode inmediato..“Monseñor Romero formó una intelectualidad –perdón quelo diga así- superior a cualquier sacerdote, era respetado ytemido en sus discusiones y en su discurso porque no ha-bía quien le igualara.Él se había empapado de los documentos del Vaticano, se

    alimentó de las fuentes que habían ahí, de la histo-ria de la iglesia, eso lo supe muy después, cuandovolvió”, compartió.El regreso a El Salvador fue una odisea para losseminaristas, quienes enfrentaron dificultades porpaíses como España y Cuba, donde fueron retenidos

    varios meses, para establecer que no fueran espías,recordó Don Santos Gaspar.“Vino bien delgadísimo, ni lo reconocíamos… todoel pueblo lo recibió (Ciudad Barrios) en la calle, ¡Ahíviene el Padrecito!, gritaban, porque era bien joven,iba arriba en los brazos de la gente y le preguntaron– quiere ir a la casa o a la iglesia- y respondió: a laIglesia, y allí lo llevaron. Nuestra madre lo recibiódespués y muy felices se abrazaron, se dio un granalmuerzo para todos.Un tiempo después, en privado –me dijo- “pasamosmuchas necesidades durante la guerra, hemos vivi-do el hambre, este comentario fue después de lamuerte de un seminarista que enfermó gravementeen su viaje de regreso”.En su vida sacerdotal se caracterizó por un dinamis-mo innato para trabajar con la comunidad, por elbienestar de la familia, en comunión con la Iglesia,trae a su memoria Don Gaspar, que acompañó a suhermano cuando se convirtió en párroco de Anamo-rós, La Unión“Me dijo, ¿Quieres irte conmigo a la parroquia? , deinmediato le dije ¡vámonos!, recuerdo que la gentenos estaba esperando con unas bestias (caballos),nunca habíamos cabalgado, fue toda una aventura,ese pueblito era más pequeño que Ciudad Barrios.Nos íbamos a bañar en la madrugada en el río, por-que no había agua en las casas, ni luz eléctrica, pero

    Santos Gaspar Romero, hermano de Monseñor Oscar Arnulfo Romero. Foto Diario Co Latino / Josué Parada.

    Miércoles 24 de marzo de 2010

  • Diario Co Latino 5Monseñor Vive

    él comenzó a trabajar con la gente y lo llegó a querer tantoque muchos lloraron cuando lo trasladaron, pero él fue siem-pre muy obediente”, señaló.Nombrado Obispo de la Diócesis de Santiago de María,Usulután, Monseñor Romero calificó este período de su vidasacerdotal “como la más feliz”, refirió Don Gaspar, ya quecompartió mucho de su vida pastoral con la gente del cam-po.“La gente lo invitaba a sus bautismos, casamientos, comu-niones, -me decía- acompañame, la gente le daba atol, ta-males, bebíamos café, Monseñor Romero se sentaba ahí enlos troncos, en el zacatal, en el suelo con los campesinos,compartiendo esas horas, eso lo hacía muy feliz”, dijo.Encontrarse con una gran cantidad de mujeres y hombresdurmiendo a la intemperie en el parque central de Santiagode María, a la espera de las 4 de la mañana, para ir a lascortas de café, impactó a Monseñor Romero.“Se fue al Palacio Episcopal, desocupó una galera y –medijo- a partir de mañana te vas a traer a esa gente, toda laque quepa aquí, luego, pidió de favor a las señoras de lasagrupaciones sociales, que dieran café, leche, agua, atol,frijoles o arroz, lo que se pudiera a estas personas que lle-gaban cansadas de trabajar desde las seis de la tarde … loque se podía se les dio, ahí se fue encariñando más con lagente”, recordó.Fue a finales de la década de los años setenta, luego que elArzobispo de San Salvador, Luis Chávez y González, ter-minara su período, nombraron a Monseñor Óscar ArnulfoRomero Arzobispo de San Salvador, era el 23 de febrerode 1977.Don Gaspar recordó que su hermano mayor lo llamó y lecomentó, en algún momento: “Es un alto honor, pero, tam-bién, un alto sacrificio”. “¿Vas a ir? –le respondí- “Ah, esque yo tengo que obedecer”, “y pasó a pedirme que le ayu-dara a mudarse, porque era bien humilde, no le gustaba mo-lestar a nadie, así que, llegué en un pick up subimos su cama,sus muebles, armamos la carga y nos venimos para San Sal-vador”.

    Monseñor Óscar Arnulfo Romero, Arzobispo de San Sal-vadorEn un escenario de intolerancia política y represión estatal,Monseñor Romero asume el Arzobispado de San Salvador,las tomas de embajadas o iglesias, la represión a manifes-taciones de maestros, estudiantes y obreros eran frecuen-tes y aumentaba la violencia política.“Le juro ante Dios que me escucha, Monseñor Romero nofue político, pero estando aquí ya no lo dejaron en paz, iban(a visitarlo) gentes de todas clases sociales -me contó- quellegaba gente adinerada a decirle que le ayudara porque le ha-bían secuestrado a un familiar y llegaban altos miembros dela guerrilla para pedirle por sus jefes capturados, no se sabíanada de esto públicamente, no existía la libertad de prensa,a veces consiguió buenos resultados, otras veces llegó tarde”,señaló.Don Gaspar agregó que esa situación le llevó a pronunciarsus primeras palabras proféticas: “La única manera de solu-cionar este problema, es en una mesa de diálogo, no hay otrasolución, porque ya está muy encaminada esta guerra y nopodrán detenerla sino hacen una negociación”, citó.Las posturas anteriores generaron, a su vez, toda una guerracontra Monseñor Romero, lo que lo hirió profundamente ylo hizo sufrir: los anónimos y hojas volantes con amenazasllegaban de todos lados.“Monseñor Romero –me decía- no les hagás caso, pero eraimposible no preocuparse por él… una vez, me llegó un anó-nimo que me impresionó mucho, estaba bien redactado quedecía –dígale a su hermano que no pasa de esta noche, noha querido hacer caso entonces, se le va a ajusticiar- fuicon él y se lo enseñé, me dijo –no vengás con esos papeles-y me respondió con unas palabras proféticas que aún guardoen mi memoria: “Mira, no me está pasando nada, el día queme pase algo, de la familia vos vas a ser el primero en saber-lo”Posteriormente llegó al país, procedente de Costa Rica, el

    Nuncio Apostólico, con un mensaje grave para Monseñor Ro-mero, le dijo que tenía informes de fuentes fidedignas quesería asesinado.Y tenía dos caminos: irse con él a Costa Rica, o la gestiónde un traslado a otro país, a lo que Monseñor Romero res-pondió: “No le tengo miedo a la muerte y si voy a morir porJesucristo, resucitaré en el pueblo”, comentó Don Gaspar.“Eso fue un viernes, aquel lunes yo trabajaba en una oficinade ANTEL, cuando a las 6 y unos minutos -me dice mi jefe-váyase para la Policlínica porque su hermano está malheri-do, salí volado para allá, pero cuando llegué, estaba muerto,habían tres gentes y ahí me recordé … que de la familia sóloyo estaba ahí, fue doloroso ese momento”, recordó Don Gas-par.Media hora después del asesinato de Monseñor Óscar ArnulfoRomero, en la Capilla del Hospitalito de la Divina Providen-cia, -cuenta Don Gaspar- era imposible caminar por los pa-sillos del centro médico.-Se humedecen sus ojos-, al recordar que asistió a la autop-sia, pese a la negativa, en un principio, de los médicos fo-renses, de ese informe recuerda que la bala recorrió todo elcorazón y pulmones, estallándole adentro.“Desde esa noche no dejaron de sonar los teléfonos.. eran deItalia, Argentina, Inglaterra, Estados Unidos, Centroamérica,y del interior del país, y la pregunta era ¿Es ciertoque asesinaron a Monseñor Romero?, fue un tremen-do quehacer, recuerdo que iba junto a otros sacer-dotes a comprar el ataúd, cuando se anunció oficial-mente su muerte, se comenzaron a oír detonacionesen varias partes de la ciudad.A la medianoche, llegamos a la funeraria que teníacerrado, al principio no nos dejaban entrar por te-mor, pero luego, nos identificamos y optéprovidencialmente por un ataúd que era caro, pesea que me decían, que Monseñor Romero había sidohumilde y quizás no querría ese féretro”, contó.

    Las exequias de Monseñor RomeroLa discusión de principio fue entre varias comitivaspara definir el lugar donde se enterraría a Monse-ñor Romero. “Monseñor Romero ya no les perte-nece a ustedes, es un ciudadano del mundo, es detodos”, dijo alguien.“Se terminó llevándolo a la Basílica del Sagrado Corazón,luego partimos a Catedral, recuerdo que esa procesión fue unmar de llanto de las miles de gentes que fueron a su entierro,esa gente que lo veló tantos días -que no tengo ya ese recuer-do- porque de tanto llanto perdí la noción del tiempo.Ese domingo, en la mañana había terminando de dar unosdatos biográficos de Monseñor Romero y su ataúd sobre lasgradas, se comenzaban a oír las palabras del sacerdote quevino en representación del Papa Juan Pablo II, era el Carde-nal de México, Monseñor Ahumada, cuando se oyó la bala-cera y no le puedo decir de dónde se vino, pero vimos el es-tampido de la gente, miles huían por la plaza (Barrios), ni-ños, adultos, mujeres.En ese tumulto se comenzó a forcejear con el ataúd para in-gresarlo a Catedral, mucha gente quería entrar a catedral adefenderse, nunca sabremos cuánta gente murió ese día, seenterró a la carrera, estuvimos, con todos los altos dignata-rios de la iglesia tirados en el suelo por la balacera”, recordódon Gaspar.

    Trigésimo Aniversario de muerte martirialDon Gaspar comenta que siempre acude a la cripta a versu tumba y al hospitalito la Divina Providencia entre lu-nes y miércoles porque observar a la gente humilde quecon mucha fe ora ante él y pone velas a su hermano pi-diendo que interceda ante Dios, le impactará siempre.“Se cuentan milagros y hay tantas cosas de Monseñor Ro-mero que no tienen lógica alguna, parece imposible decreer que no se explican. Los milagros que las monjitasdel hospitalito cuentan.A veces amanecen sin un cinco para mantener a sus en-fermitos de cáncer que están ingresados, porque ese hos-

    pital es de caridad y de repente llegó una dele-gación de Suecia que visitó su habitación y lesdejan dinero que sirve para comprar los medica-mentos.En otra ocasión, me contaron que estaban oran-do a Monseñor Romero, porque no tenían mu-chos alimentos para esa semana, cuando de lanada se apareció un camión lleno de arroz y fri-joles para donarlos sin mayor explicación todoeso me impacta”, dijo.Don Gaspar agradeció a las Iglesias Históricasel reconocimiento mundial a Monseñor Óscar Ar-nulfo Romero, “ya sólo quedamos Tiberio y suservidor, de la familia, quiero agradecer a todaslas personas u organizaciones que desean com-partir la vida de mi hermano”, y aclaró que norecibe ninguna remuneración por estas acciones.“Quiero aclararlo por comentarios que se han he-cho sobre una pensión a mi persona, nada másalejado de la verdad”, sostuvo.

    Monseñor Romero en el colectivo salvadore-ñoDon Gaspar agradeció también, al Presidente de

    la República, Mauricio Funes, y su esposa Van-da Pignato de Funes, por el gesto que calificó de“inigualable” de visitar la tumba de MonseñorRomero, antes de tomar posesión en la primeramagistratura del país.“Quiero en el nombre de mi familia rendirlemis más expresivos agradecimientos, no loesperaba ese 1o. de junio, estaba viendo la te-levisión cuando anunciaron su visita, al verque bajó las gradas y se arrodilló, me hubie-ra gustado decírselo personalmente”, expresó.Para Don Gaspar, su hermano mayor es des-de ya un “Santo”, y no espera –reiteró- quelo ratifiquen, pero de llegar a los altares pordecisión de la Santa Sede, espera que se honresu memoria.“Monseñor Romero ha recibido tantos reco-nocimientos alrededor del mundo, como es-tar en la Abadía de Westminster, junto a otrosmártires, lo que es un gran honor para todoslos salvadoreños, que uno de sus hijos mere-ciera tal honor”, mencionó “Ahora sigo sus enseñanzas, la del perdón esla más importante, me decía Monseñor Rome-ro -vos tenés que perdonar- aunque me fas-tidien -decía yo- aunque te fastidien me res-pondía él.Por eso lo considero un Santo, porque con an-ticipación perdonó a los que le hicieron daño,me lo dijo en una ocasión, cuando ya presen-tía la muerte, “Si me han de matar desde yalos perdono”, recordó.

    Miércoles 24 de marzo de 2010

  • 6 Diario Co Latino

    Monseñor Vive

    Zoraya UrbinaRedacción Diario Co Latino

    El seminario San José de la Mon-taña fue su hogar desde que nació,sus padres trabajaban y vivían enel lugar y junto a sus cinco herma-nos, Ángela Morales, creció ro-deada de un ambiente católico.Desde pequeña conoció a Monse-ñor Óscar Arnulfo Romero.Aunque su comunicación no pasa-ba de un “buenos días Monseñor”,que el Obispo respondía siemprecon una sonrisa; al graduarse, a los17 años, de secretaria comercial,con un poco de temor, pero con eldeseo de trabajar, solicitó empleoa Monseñor Romero, quien fungíacomo auxiliar del entonces Arzo-bispo Luis Chávez y González.“Claro, Angelita, venite el lunes”,le dijo. Las labores eran sencillas:vender vino de consagrar para lasparroquias, llevar laagenda de Romero, recibir la co-rrespondencia, atender a las visitas,entre otras. “No era gran cosa laque me tocaba hacer, solamenteatender la pequeña oficina”, recuer-da Angelita.Con la cotidianidad del trabajo, laconfianza creció y aunque era de“poco platicar”, era un hombre en-tregado a la oración, refiere.Cuando lo nombran obispo de San-tiago de María, Angelita lo sigue,“estuvimos por tres años en la casaepiscopal del lugar”. Ahí, Romero cambia y se acerca ala gente pobre, a los campesinos yestaba pendiente de las necesidadesde ellos, “se volvió más sensible”,dice.En el pueblo, Angelita continuabacon sus labores secretariales: ir albanco, ir a Catedral, atender re-uniones, “me gustó mucho esetiempo”, cuenta.Cuando Romero es nombrado Ar-zobispo de San Salvador, “yo mehabía unos días antes para San Sal-vador porque tenía permiso y supela noticia, recuerdo que la toma deposesión fue bien sencilla”.Con más responsabilidades, co-mienza a trabajar en las oficinasdel Arzobispado de San Salvador.En este lapso, “ le fui tomando tan-

    “Monseñor fue un gran apoyo para mí”:Secretaria de Monseñor Romero

    to cariño que la gente me decía que siera sobrina de él”, rememora.No era una relación de jefe y emplea-da, sino de confianza, respeto y mutuocariño. El obispo confiaba en ella, “ahípregúntele a Angelita”,“Ella sabe de mis cosas”, decía cuan-do le solicitaban documentos o trámi-tes.“La gente a mi me buscaba y yo sabíael teje y maneje de las oficinas, de lascosas de él”. Al visitar el hospital de“La DivinaProvidencia”, la madre Teresita, queatendía a Romero, le dijo que queríaconocerla porque el pastor siempre serefería a ella, “al fin te conocimos”, ledijo contenta.Para Morales, el obispo era más que

    un jefe, era un consejero, un confesoral que le contaba sus cosas personalesy de quien recibía consejos y orienta-ciones para la vida.El día del asesinato, el obispo le dijoa Angelita, quien ya era madre, que ha-bía que bautizar a la recién nacida, perotodo se quedó en planes. “Pero eso yano se llevó a cabo porque lo mataron”,relata Morales. “Estaba en mi casa preparando la le-che para mi hija que estaba bien tier-nita, cuando oí la noticia por la radio,han matado a Monseñor Romero”, dice. No lo podía creer, la noticia le cayócomo un balde de agua, pues aunque yasabía de las amenazas de muerte, quese recibían por teléfono o por telegra-ma en las que anunciaban que los días

    del prelado estaban contados, Mo-rales jamás creyó que las haríanrealidad.Monseñor Romero no se dejabaamedrentar y sólo pedía que archi-varan lacorrespondencia con la que queríansometerlo al temor para que ya nodenunciara las injusticias. “Nomostró temor”, manifiesta.“Cuando lo mataron sentí que ha-bía muerto como mi papá, fue muyduro”,reflexiona. Romero fue su guía es-piritual, a quien consultaba para to-mar decisiones, porque sus conse-jos eran siempre atinados, “él fueun gran apoyo para mí”, manifies-ta, por eso Romero marcó su vida.

    “ le fui tomando tanto cariño que la gente medecía que si era sobrina de él”, rememora.

    ÁngelaMorales,

    secretariade la

    ParroquiaNuestra

    Señora deGuadalupe

    de laColonia LasDelicias, en

    Santa Tecla.Foto DiarioCo Latino /

    JosuéParada.

    Miércoles 24 de marzo de 2010

  • Diario Co Latino 7 Miércoles 24 de marzo de 2010Monseñor Vive

    Josué ParadaRedacción Diario Co Latino

    Sentada en una silla de ruedas, por su avanzadaedad, la Hermana Luz Isabel Cuevas, de la con-gregación religiosa de Las Carmelitas Hermanasde Santa Teresa, se desplaza por el hogar de ni-ños, Divina Providencia, en Santa Tecla, dondeha pasado gran parte de su vida.Treinta años atrás, la hermana Lucita, como ca-riñosamente la llaman, presenció uno de los acon-tecimientos más impactantes de la historia salva-doreña, el asesinato de Monseñor Oscar ArnulfoRomero, siendo la única de las religiosas que es-tuvieron ese día.La mañana del 24 de marzo de 1980, después dedesayunar con la comunidad, Monseñor Romerofue a la parroquia El Carmen, en Santa Tecla, aconfesarse con un sacerdote jesuita que era suconsejero espiritual. Luego, tenía una reunión conalgunos obispos y sacerdotes. Cerca de las seisde la tarde regresó al hospitalito Divina Providen-cia, para celebrar una misa con motivo del pri-mer aniversario de fallecida la madre de JorgePinto hijo.A cuatro metros del altar, en la segunda banca dela izquierda, en la parroquia del Hospitalito Di-vina Providencia, la hermana Lucita escuchaba lahomilía de Monseñor Romero. “No nos imaginamos que iba a ser en ese mo-mento, cuando estuviera celebrando el evange-lio”, expresa.Eran las seis de la tarde, con 15 minutos, cuan-do un estruendo rompió la tranquilidad del lugary el cuerpo del arzobispo se desplomó al suelo,a los pies del altar, imagen que ha quedado im-borrable en la mente de la religiosa.“Después de la homilía pasó al centro del altar,a extender el corporal (mantel sobre el cual seponen las hostias y el cáliz), para empezar elofertorio, en el momento que dejó de ver haciala puerta principal, que se supone que ahí estabael asesino; en ese momento precisamente dispa-raron el proyectil, fue un estallido como si hu-biera sido una bomba”, Recuerda la hermanaLucita.En el instante, las personas se tendieron al piso,llenas de miedo, y Lucita trató de localizar al ase-

    “Lo llevaron a la policlínica con laesperanza que Dios hiciera un milagro”

    Testimonio de un martirio

    sino con la vista, pero ya era tarde, lo que susojos sí presenciaron fue como el arzobispo seaferró al altar, haló el mantel donde se dispersa-ron las hostias, y luego cayó a los pies del Cris-to crucificado. Ese Cristo que Monseñor habíaseguido como modelo toda su vida.“Luego corrí a quererlo auxiliar, pero era una he-morragia tan fuerte, por ojos nariz y boca, queno se pudo hacer nada”, manifiesta la religiosa.Entonces, fue a la oficina, para llamar a un mé-dico, pero cuando regresó ya se habían llevadoa Monseñor.“Se lo llevaron a la policlínica con la esperanzade que Dios hiciera un milagro y le salvara lavida, pero ese no era el plan de Dios”, añade lamonja.La Hermana Lucita y la Hermana Betina Flores,ya fallecida, eran las únicas de la congregaciónque presenciaron el hecho, las demás se encon-traban en el comedor, ya que era hora de cena.Pero al oír el disparo, acudieron inmediatamen-te a la capilla.“Siempre hago la aclaración que no fue en el mo-mento de la elevación del cáliz ni de la hostia,como se cree o aparece en las películas y cua-dros, sino que fue en el momento que iba a ini-ciar el ofertorio, fue cuando extendió el corpo-ral en la mesa, en ese momento le dispararon”,explica la hermana Lucita.Pese a las frecuentes amenazas que Monseñor re-cibía, siempre denunció las injusticias, a pesarque sabía que podía ser asesinado. “Algunas per-sonas me preguntan si él, después de ese momen-to dijo alguna palabra, pero no. Estoy segura quesi la hubiera podido decir hubiera sido para per-donar a quienes lo habían asesinado”, dice se-gura la religiosa.A treinta años del martirio de Monseñor OscarArnulfo Romero, el legado y las palabras de estesalvadoreño aun viven, “Si me matan, resucita-ré en mi pueblo”, dijo en vida. Para la hermanaLucita él no ha muerto, él vive.“En la comunidad interpretamos que Dios le ha-bía dicho a Monseñor, hoy no quiero que meofrezcas el pan y el vino como siempre, hoy ofre-ce tu vida, por eso fue en el momento delofertorio que ofrendó su vida al señor”, conclu-ye la hermana Luz Isabel Cuevas.

    “Algunas personas me preguntan si él, despuésde ese momento dijo alguna palabra, pero no.

    Estoy segura que si la hubiera podido decirhubiera sido para perdonar

    a quienes lo habían asesinado”.La hermana Luz Isabel y otras monjas auxilian aMonseñor Romero. Foto Cortesía

    La hermana Luz Isabel Cuevas, estuvo presente, el día enque asesinaron a Monseñor Óscar Arnulfo Romero.Foto Diario Co Latino / Josué Parada.

  • En el 30º Aniversario del martiriode nuestro Profeta MonseñorOscar Arnulfo Romero, distintasparroquias, comunidades, iglesiasprotestantes, organizaciones ygrupos, creyentes o no,nacionales e internacionales,volvemos al recuerdo agradecidode su palabra.

    Con esta pintura se rinde tributoa la memoria de MonseñorRomero, y mediante ella se envíaun mensaje de paz desde lasjuventudes, cuestionadasconstantemente yresponsabilizadas por el clima deviolencia que impera en nuestrospaíses.

    Como un pastor amoroso, sinduda, Monseñor Romerointerpelaría no solo a las y losjóvenes involucrados en hechosviolentos, sino a toda la sociedad;pero también denunciaría a losresponsables del pecadoestructural que sostiene, empujay explica la situación de violenciaactual. Como lo hizo el 27 deoctubre de 1978, nos recordaríaque “Solo la justicia puede ser laraíz de la Paz”.

    ¿Un paso para desmontar la impunidad?Recientemente se han difundido nuevos elementos enrelación con otros nombres de familias ricas, expresidentesy más miembros del ejército, involucrados en la autoríamaterial e intelectual del asesinato de nuestro queridoObispo. Felicitamos a los medios que han tenido la valentíade seguir el ejemplo de denuncia de Romero, difundiendoy profundizando sobre el caso, pero instamos al gobiernode nuestro amigo Mauricio Funes, a que tome cartas en elasunto, y haga las gestiones necesarias para empezar a

    Comunidad Romeriana e Interparroquial“P. Ernesto Barrera”

    Miembros de CEIPES – Coordinación Ecuménica de la Iglesia de las ylos Pobres de El Salvador, Centroamérica

    desmontar la estructurade impunidad y abrir elcamino a la justicia y lapaz.

    Esta es una nueva yvaliosa oportunidad,para que se hagajusticia, en el caso deMonseñor Romero y sedé cabal cumplimiento alas principalesrecomendaciones de laC o m i s i ó nInteramericana deDerechos Humanos(CIDH).

    Por tanto le solicitamosal Presidente de laRepública:

    1) Que vuelva a instarla Fiscalía General de laRepública a unainmediata y justainvestigación sobre elcaso Romero.

    2) Que incida en laAsamblea Legislativapara que sea derogadaal más corto plazo la Leyde Amnistía.

    A quienes se arrepienten de su participación en elmagnicidio, les decimos que la nuestra fue siempre unaaspiración de justicia, nunca de venganza, por lo que lesabrimos nuestro cristiano corazón, siempre que se cumpla,sin enredos ni trampas la lógica de verdad, arrepentimientoy justicia, para sobre esa base perdonarles, puesto quecomo el mismo Monseñor Romero hizo, les queremosperdonar, pero solo si se arrepienten y reparanverdaderamente sus culpas.

    “Los pobres y los jóvenes constituyen la riqueza y la esperanza de América Latina”.

    (Monseñor Romero, 12 abril 1979)

    ¡¡¡Viva Monseñor Romero!!!¡¡¡Vivan todas y todos los mártires!!!

    Ciudad Delgado, 24 marzo de 2010.

    Comunidad Romeriana e Interparroquial “P. Ernesto Barrera”Miembros de CEIPES – Coordinación Ecuménica de la Iglesia de las y los Pobres de El Salvador, Centroamérica

    8 Diario Co Latino Miércoles 24 de marzo de 2010

    ¿Un paso para desmontar la impunidad?

  • Diario Co Latino 9Miércoles 24 de marzo de 2010

    Sonia EscobarRedacción Diario Co Latino

    Treinta años han transcurrido desdeel asesinato de Monseñor Óscar Ar-nulfo Romero. En su memoria, sonmiles de historias las que se cuentan,y que detallan su estilo de vida, elque lo caracterizó como un hombretransparente y sencillo.Alguien que fue uno de sus colabo-radores más cercanos, Monseñor Ri-cardo Urioste, lo recuerda como “unobispo comprometido y preocupadopor los pobres del país”.Desde niño, el pequeño Óscar ayuda-ba a su padre que era el telegrafistadel pueblo en su natal Ciudad Ba-rrios, San Miguel, a repartir los tele-gramas, no sin antes entrar a la igle-sia del pueblo a hacer una oración.Sus actitudes de compromiso con lospobres, según Urioste, se manifesta-ron desde los inicios de Romero enla vida sacerdotal.“Recuerdo que una vez cuando él es-taba en San Miguel, salió durante al-gunos días y en ese tiempo unas se-ñoras (colaboradoras) le compraronmuebles nuevos y cama nueva ycuando él regresó se molestó y pidióque le devolvieran sus cosas viejas yque vendieran lo que habían compra-do y que eso se lo dieran a la gentepobre”, relata Urioste.Monseñor Urioste asegura que otracaracterística de Monseñor Romeroeran sus tres grandes amores: un granamor a Dios, un gran amor al magis-

    terio de la iglesia y un gran amor al pue-blo, especialmente al pueblo pobre.

    El primer contactoEl primer contacto entre Monseñor Rome-ro y Monseñor Urioste, fue a través de unacarta enviada por el primero mientras elotro estaba en Roma.“La primera vez que tuve contacto conMonseñor Romero fue porque él me escri-bió una carta cuando yo estaba estudiandoen Roma, para pedirme que escribiera unartículo acerca de un tema relacionado conRoma, así que lo escribí y se lo mandé, esefue mi primer contacto” comenta Urioste.El segundo acercamiento entre Urioste yRomero fue en San Miguel, durante unviaje, en donde el segundo lo conoció per-sonalmente y que tuvieron la oportunidadde conversar cara a cara.La relación entre Monseñor Romero yMonseñor Urioste se estrechó siete mesesdespués de que “el pastor de los pobres”fuera nombrado arzobispo, ya que luegode ese tiempo nombró a Urioste como Vi-cario General, lo cual les permitió tenermás contacto.

    Un salvadoreño reconocidointernacionalmenteLa determinación de Romero y su entre-ga a Dios, fueron otras dos característicasque llamaron la atención de Urioste y quele marcaron, a tal grado de decir “a estehombre hay que seguirlo”.“Monseñor Romero no seguía a ningúnhombre, no seguía ninguna ideología, niseguía ningún partido político. Él seguíalo que Dios le indicaba desde el evange-

    Monseñor Romero: unObispo comprometidocon los pobres

    lio, que tenía que hacer ydecir. Así era ese ObispoSanto que nos dio el señor.Porque yo digo que Mon-señor Romero fue un rega-lo de Dios para el país, queno ha producido mayorcosa. Él es el salvadoreñoque más se conoce en elmundo”, relata con orgulloel prelado Urioste.Ejemplo de lo anterior esque en Londres, Inglaterra,la Reina Isabel develó hacealgunos años una estatuade Monseñor Romero. EnJapón, también es conoci-do, al punto que una pinto-ra de ese país plasmó en uncuadro el momento en quefue asesinado.

    Importancia de su legado“Nadie es profeta en su tie-rra” reza un dicho, mismoque se adapta a la situaciónde Monseñor Romero aquíen el país.Su actuar ha sido siempreadmirado por muchos, perorechazado y criticado dura-mente por otros. Sin embar-go, Monseñor Urioste reco-noce que a pesar de algunosaspectos negativos, el lega-do de Romero ha seguidovigente gracias a las perso-nas que siguen trabajandopor su causa.

    MonseñorRicardoUrioste,presidentede laFundaciónRomero.Foto DiarioCo Latino/EugenioCastro.

    Monseñor Vive

  • 10 Diario Co Latino Monseñor Vive

    Zoraya UrbinaRedacción Diario Co Latino

    Cuando Monseñor Romero era unmiembro más del seminario menor enSan Miguel, María de los Ángeles deBermúdez jamás imaginó que ese mu-chacho al que le lavaba y planchabala ropa sería Arzobispo de San Salva-dor, menos que sería asesinado sinasomo de compasión y que a sus 99años estaría en el jardín de su casa llo-rando porque su recuerdo aún le due-le.“Ahí, en la casa le lavaban a él y to-dos los sábados iban a dejarle la ropa,porque el seminario estaba cerquita,ahí en el barrio La Cruz”, narra congran lucidez. Un Romero de quinceaños, vivió y estudió por un tiempo enel lugar, “hasta que se fue paraRoma”. Se vieron de nuevo, cuandoél era ya sacerdote y ella ya era ma-dre. “Él era un gran amigo de la fa-milia”, dice.Al traer a la mente recuerdos de suamigo, sin querer se le escapa y ha-bla en presente de él, pero inmedia-tamente se corrige, “ve, yo hablandocomo si estuviera vivo”. No puedecontener las lágrimas que con discre-ción se asoman al recordar los días enSan Miguel.Su hija, Alba de Castillo, habla de unRomero que nunca se convirtió, “esque él ya era generoso, caritativo, en-tregado con su feligresía, no le gus-taba la ostentación, era bien servi-cial”, tenía una palabra de aliento o ungesto de bondad para todos, aunqueno fueran católicos, explica, y agregaque su tío era rosacruz, no obstante,jamás recibió una crítica o un desairede parte de Monseñor Romero.Esto lo sabe bien, Monseñor MartínBarahona, líder de la iglesia Episco-pal Anglicana de El Salvador, comoun ex sacerdote católico, en muchasocasiones era discriminado por la je-rarquía de la iglesia romana, muy apesar del rango que ostenta en la co-munidad a la que guía.Un día recibió una invitación inusual,Romero quería reunirse con los quehabían sido religiosos católicos, puesquería acercarse a ellos.En el encuentro, el pastor sonriente ycordial recibió a sus invitados, en tan-to Barahona participaba como un asis-tente más; de pronto, Monseñor lo in-vitó a sentarse a su lado.Para él, este gesto representó el reco-nocimiento de Romero a su cargo en

    la iglesia Episcopal Anglicana, con esto de-mostró humildad y un espíritu ecuménico,afirma. Esta postura la comparte el reveren-do William L. Wipfler, miembro del Con-sejo Mundial de Iglesias de Estados Uni-dos, quien fue amigo personal de obispoasesinado.Según recuerda, siempre fue un férreo de-fensor de los Derechos Humanos del pue-blo salvadoreño, razón por la que hizoamistad con Romero, quien retomó su in-forme sobre las violaciones que se come-tían en el país, para retomar las denunciasque ahí se plasmaban.Wipfler visitaba frecuentemente El Salvadory en cada ocasión era recibido por su amigo.El 23 de marzo, un día antes del asesi-nato, participó en la eucaristía que re-ligiosamente, Romero oficiaba cada do-mingo en la Catedral Metropolitana.Ese día, posaron para una fotografía queahora guarda como un tesoro, en la imagenquedaron plasmadas las sonrisas de Rome-ro, Wipfler y de otro mártir: Ignacio Ella-curía. El religioso anglicano siempre sintióel apoyo de su amigo, “él fue una gran ins-piración para mí y lo sigue siendo”, dice.Inspiración para hombres, mujeres, jóvenes,

    salvadoreños o para los que se sientan ciu-dadanos del mundo, tal es el caso del Em-bajador de El Salvador en la República Bo-livariana de Venezuela, Román Mayorga,quien conoció personalmente al obispo yque en 1979 perteneció a la Junta Revolu-cionaria de Gobierno que asumió despuésdel derrocamiento del Presidente CarlosRomero.Cuando decidió participar en la junta, Ella-curía y el Arzobispo fueron sus consejeros.En esos días, el esfuerzo era mucho, casino descansaba, recuerda, y el cansanciominaba su estado de ánimo, su salud y surendimiento. En una ocasión en que lleva-ba varios días sin dormir, al finalizar unareunión al filo del mediodía, le comentó aRomero lo cansado que estaba.El obispo, en un gesto de solidaridad leofreció que descansara en el Arzobispado.Esa tarde, durmió tan profundamente, queni siquiera recordó avisar a su familia don-de estaba. Como en reiteradas ocasiones lohabían amenazado de muerte y no apare-cía por ningún lado, se armó un revolutoporque creyeron lo peor. Romero no ima-ginó lo que su acto de bondad iba a provo-car y Mayorga lo que su cansancio.

    Todavía ahora, cuando recuerda esaanécdota, no puede dejar de reír. Elembajador cree, como muchos otros ycomo una canción lo afirma, que conMonseñor Romero, Dios pasó por ElSalvador, porque fue un profeta, unhombre bueno, solidario sencillo comoningún otro.La familia Bermúdez comprobó la sen-cillez de Romero cuando vivía enSan Miguel, “mi tía Elia estaba muycercana a él”, recuerda Alba, Monse-ñor dormía en una habitación dispues-ta con lo mínimo necesario, las seño-ras que colaboraban en la parroquiaquisieron sorprenderlo y un día, sin queél se enterara, sacaron el mobiliario delcuarto y amueblaron a su gusto.“La tía Elia, las hermanas Asturias”,creyeron que el obispo se sorprendería,pero las sorprendidas fueron ellas, por-que él se enojó mucho, les pidió queno volvieran a tocarle sus cosas porqueél quería vivir con sencillez y no conostentación, relata.Pese a que las familias adineradas deSan Miguel, a veces le ofrecían dádi-vas, Romero jamás aceptó nada, aun-que la amistad los uniera.Es que para el obispo, la sobriedad eraparte de su vida diaria, tanto como lafidelidad para los más necesitados. Deeste ejemplo aprendió de Castillo,quien afirma que conocerlo, oír de suslabios un mensaje de reconciliación, deentrega, le permitió ser una mujer cons-ciente de la realidad.Esto lo reflejó en la educación que in-culcó a sus hijos, en su desempeño la-bora; durante la Guerra Civil tuvo untaller de costura en el que a pesar deestar ahogada por las deudas, contrata-ba personal para ayudarles a que tuvie-ran prestaciones laborales y un salarioque les permitiera una vida digna, pesea que esto le restaba a sus utilidades.Sin embargo, no le pesa porque el le-gado de Romero es que si se puedeayudar al prójimo, es un deber cristia-no hacerlo.El obispo dejó huella, no sólo en doñaMaría o en Alba, sino en su familia.“Marcó nuestras vidas en que el Evan-gelio se vive”, sostiene Alba. Enterar-se de su homicidio fue “algo espanto-so”.Madre e hija lloraron a Romero, quiencon la devoción con que hacía todo, laentrega a su pueblo, su sentido de jus-ticia, grabó en el corazón de los que loconocieron su mensaje de esperanza yde paz porque con Monseñor Romero,Dios pasó por El Salvador.

    Con Romero, Dios pasó por El Salvador

    Miércoles 24 de marzo de 2010

    María de los Ángeles de Bermúdez, de 99 años, conoció a Monseñor ÓscarArnulfo Romero. Foto Diario Co Latino /Josué Parada

    Ese día, posaron para una fotografía queahora guarda como un tesoro, en la imagen

    quedaron plasmadas las sonrisas de Romero,Wipfler y de otro mártir: Ignacio Ellacuría. El

    religioso anglicano siempre sintió el apoyo desu amigo, “él fue una gran inspiración para

    mí y lo sigue siendo”, dice.

  • Diario Co Latino 11 Miércoles 24 de marzo de 2010Monseñor Vive

    Beatriz CastilloRedacción Diario Co Latino

    El enorme parecido con su hermano ladelata como una D´Aubuisson. A pesarde eso y de los señalamientos públicosen contra de su hermano, quien fuerafundador del partido de derecha, y es-tar vinculado al asesinato de MonseñorÓscar Arnulfo Romero, Marisa de Mar-tínez se declara fiel creyente y seguido-ra de la palabra del Arzobispo mártir.En una entrevista a este vespertino ha-bla de su trabajo en la “Fundación Os-car Arnulfo Romero” y la necesidad detener justicia en este caso.

    - ¿Cómo llega Romero a la vida deMarisa?Como todos los salvadoreños conocí aMonseñor Romero en esos años tantumultuosos en los que él fue Arzobis-po, era un hombre que entusiasmaba acualquier persona que estuviera en la lí-nea de esa iglesia que se estaba reno-vando, teníamos la teología de la libe-ración y teníamos deseos de cambios…no solo en la Iglesia, sino en el país…entonces Monseñor Romero entusias-maba, por supuesto; pero también, an-tes de Monseñor Romero tuve la suer-te de tener una trayectoria de trabajocon la iglesia que estaba en aquellosmomentos muy pujante con las comu-nidades de base y las mismas comuni-dades… y claro, Monseñor Romero erauna voz que sonaba fuerte.

    - ¿Cuál fue el impacto al saber de suasesinato?Igual que toda la gente que lo quería.Para mí fue un golpe muy fuerte, sonde los golpes más fuertes que han man-dado en la guerra. Causó indignación,dolor y tristeza… pero a la vez nos di-mos cuenta que en verdad era un pro-feta. Él murió como mueren todos losprofetas bíblicos, nos dimos cuenta queMonseñor era de esos profetas de estepaís y que le tocó la suerte que le tocaa los profetas auténticos que denuncianla injusticias, que denuncian todo aque-llo que se opone al reino de Dios. Elquería instaurar ese reino de Dios en elpaís... los pocos… poderosos que seoponían a ese reino de Dios, que esigualdad, que es justicia, que es ver-dad… ellos se confabularon para matar-lo. Claro, el dolor fue fuerte, pero a lavez, reconocemos que tuvimos un pro-feta en el país.

    - No ha sido fácil... Usted creyente deRomero y, se señala a su hermanocomo el responsable del crimen...No, no ha sido fácil, definitivamente noha sido fácil, y justo después de 30 años

    «Pasaron 30 años y sus enemigosno lo han logrado matar»

    de este asesinato, nos estamos dando cuentade nuevas cosas. Primero la Comisión de laVerdad nos dijo en su investigación quiéneseran los sospechosos clave del asesinato; peroeste lunes, El Faro publica declaraciones delcapitán Álvaro Saravia, uno de los asesinosde Monseñor Romero, quien es prófugo de lajusticia luego de ser condenado en un juiciocivil en Estados Unidos, y allí se menciona-ron otros nombres…

    - ¿Se excluye a D´Aubuisson?No, Saravia ratifica eso… acepta que Rober-to estuvo en el grupo de los que lo mataron,pero estuvieron otros… se menciona a otraspersonas y muchos de ellos están viviendo enEl Salvador… son empresarios y es gente quetiene participación, que tiene vida política enel país. Ahora estas declaraciones nos daránmás argumentos para pedirle a la Fiscalía queabra el caso de Monseñor, nunca se hizo unjuicio. A Monseñor lo mataron un 24 de mar-zo y nadie llegó a acordonar el lugar, no lle-garon a recoger el cartucho de la bala… seaparecieron a los nueve días… Claro que es-taban confabulados, les daban protección.

    - Se mencionaba que los gobiernos deARENA, porque su fundador, RobertoD´Aubuisson, estaba mencionado en el cri-men, no se hacía nada. Ahora con el nue-vo gobierno puede existir la posibilidad deconocer la verdad y que exista justicia.Ahora tenemos nuevos espacios, indudable-mente es otro contexto que no se ha dado enestos 20 años de gobierno de ARENA. Jamáslos gobiernos de ARENA iban a homenajear,hacer los reconocimientos, y ahora tenemosun gobierno que lo reconoce, pero le falta unpaso a este gobierno. No puede seguir repi-tiendo lo que los gobiernos de ARENA han

    dicho: «No se puede derogar la ley de Am-nistía porque eso es abrir heridas o dañar lademocracia». Porque no es cierto. Las heri-das no han sanado y la democracia no debeasentarse sobre bases de desconocimiento dela verdad.

    -Tendría que existir mayor apertura…Mayor transparencia de este gobierno y unamayor definición. Si tanto admira el señorPresidente a Romero que facilite todo lo queél pueda para que la Fiscalía abra el juicio,el asesinato lo prescribe. La iglesia, la pobla-ción y las mismas organizaciones estamos enun contexto para pedir justicia y conocer laverdad. No queremos venganza, solo quere-mos cerrar la herida cuando se sepa, estos sonlos que asesinaron a Romero.

    - Romero sigue vivoRomero está más vivo que nunca. En la Fun-dación nos hemos llevado grandes sorpresas,convocamos a un concurso de pintura de ni-ños y creíamos que nos llegarían unos cuán-tos, y mire, llegaron más de mil 200 dibujosque están expuesto en el Palacio Nacional;convocamos a un concurso de pintura en co-ordinación con la Secretaría de Exclusión So-cial y 123 artistas plásticos han participado;mire cuánta gente en la Cripta, mire cuántosextranjeros que han venido a conmemorarlo,entonces él está más crecido que nunca. Creoque para sus enemigos es una bofetada, 30años y no lo lograron matar en este pueblo.

    - En la actualidad ¿no se politiza la ima-gen de Romero?No. No creo. Romero es un hombre proféti-co, un santo y no debemos tener miedo de quelos políticos lo admiren. Aunque creo que sedebe ir demostrando con hechos y no sola-

    mente con reconocimientos simbólicos.

    - Pero los pasos que se están dandocomo el cumplimiento del Estado enlas recomendaciones de la CIDH y lapetición de perdón…Son buenos, porque por primera vez ungobierno lo reconoce... al reconocer elgobierno eso favorece el reconocimien-to internacional y el respeto a MonseñorRomero, además facilita que el pueblo losiga queriendo y conociéndolo.

    - Pero es válido que se conozca la ver-dad y que se juzgue.Que se sepa y que se investigue. Yo pien-so que se debe juzgar; creo que el pue-blo se sentiría satisfecho de saber quié-nes fueron y cómo fue que lo hicieron.Algún castigo tendrán… no sé si será unjuicio civil o penal, pero lo más impor-tante es decir oficialmente esto se que-dó cerrado y decir fueron ellos… no haylugar a dudas. Ojalá pidieran perdón…la iglesia los perdonaría.

    - ¿Si no se hace?Seguirá la deuda y sería un error no sal-darla.

    - A pesar de todo. ¿Sigue creciendo lacredibilidad de Romero?Después de 30 años son multitudes losque se reúnen en la Cripta, la plaza noda abasto para toda la gente que viene arecordar a su pastor, para mí es un agra-decimiento profundo que le tienen y quelo han transmitido a las generaciones pe-queñas. Hay varias organizaciones quehemos mantenido levantada la voz, nohemos permitido que nos lo callen.

    Desde laFundaciónRomero,MarisaD´Aubuissonha dedicadobuena partede su vida arescatar lamemoria deMonseñor.Foto Diario CoLatino/Rodrigo Sura.

  • 12 Diario Co Latino Monseñor Vive

    Daniel TrujilloRedacción Diario Co Latino

    Muchos fueron los mensajes de Mon-señor Romero durante sus homilías,pero, el verdadero cada vez que se di-rigía a la feligresía durante su servi-cio como Arzobispo de San Salvadorera uno: indignación ante la injusticiacontra el pueblo.Esa es la interpretación del pastor dela Iglesia Bautista de Cuba, Raúl Suá-rez, a quien le cautivó la pasión deRomero cuando defendía a su pueblo,durante los años previos de iniciar elconflicto armado en el país.“El mensaje de él tiene mucha indig-

    nación ética. A ese hombre se le mirabaen el rostro la indignación cuando le ma-taban a sus hermanos sacerdotes, a lasmonjas; cuando mataban a los campesi-nos, cuando asesinaban en masa comuni-dades enteras”, expresó el pastor bautistaquien se encuentra en El Salvador para elXXX aniversario del magnicidio del “Pas-tor de América”.Para Suárez, el nivel máximo de indigna-ción de Monseñor Romero se plasma enla homilía del 23 de marzo de 1980 cuan-do le ordenó a las autoridades cesar la re-presión contra el pueblo salvadoreño.Este pastor Bautista conoció a Monseñorel 26 marzo de 1980, dos días después desu asesinato, cuando la noticia llegó a

    Cuba. En la Universidad de La Habana serealizó un encuentro por la muerte del Ar-zobispo, convocada por los profesores y es-tudiantes para condenar el hecho.Suárez comentó que ese día se habló largoy tendido de la obra de Romero, incluso,el Consejo Ecuménico de Cuba participó dela reunión.Desde ese entonces, el Centro MartinLuther King en La Habana ha editado doslibros, que recogen todo el mensaje del pro-feta mártir.“A partir de la cultura política y teológicaque adquiere uno, cada día aprecio más elministerio profético de ese hombre, queestá arraigado en la conciencia de este pue-blo salvadoreño”, señaló el pastor Suárez.Él describe al “Santo de América” comouna persona cuyo rostro refleja una “irasanta”, arraigada por un sentimiento decompasión por la sociedad salvadoreña.“La compasión y la indignación crea elhambre de justicia y de ahí el compromisode echar la suerte con el pueblo de Dios”,sostiene el religioso quien también es dipu-tado del Parlamento Cubano.El hambre de justicia de Monseñor, denun-ciando las violaciones a los Derechos Hu-manos, le provocaron la muerte. Por eso,Suárez expresó: “Cuando tocas el pecado,cuando enfrentas el pecado es como tocarun cable de alta tensión. Él cogió ese ca-ble”. No obstante, eso no imposibilitó que

    la gente siguiera amando al Arzobis-po mártir, ya que el pastor bautistapercibe que las personas “respiran aRomero”. El religioso bautista sostu-vo que el mensaje de Monseñor plas-ma la necesidad de una nueva Iglesia,además, la sociedad sea una signo dela voluntad de Dios.“En sus escritos habla de otra Igle-sia”, subrayó Suárez quien lo acom-pañaba Estela Hernández, tambiénpastora bautista.Ella sostuvo que el mensaje del Ar-zobispo de San Salvador tiene queretomarse construir un mundo mejor,donde exista justicia, amor y entendi-miento.“Un verdadero ecumenismo”, diceella; luego añade: “Si no vamos a vi-vir a la altura de lo que él enseñó,mejor, dejemos de celebrarle. La me-jor celebración es hacer lo que él en-señó y llevarlo a la práctica”.La pastora dijo que los jóvenes sal-vadoreños no hay que verlos como lanueva generación, sino, la continui-dad del mensaje del mártir, de ahí elreto para que exista un cambio inter-no en el país.El pastor Suárez concluyó que elmensaje de Monseñor Romero lo aco-gen para perfeccionar la sociedad cu-bana.

    Sus palabras reflejan indignación ante la injusticia

    El nivel máximo de indignación de Monseñor Romero seplasma en la homilía del 23 de marzo de 1980, cuandole ordenó a las autoridades cesar la represión contra el

    pueblo salvadoreño

    Yanira AparicioRedacción Diario Co Latino

    Ha visitado por muchos años al paísy fue testigo de los cambios políti-cos ocurridos en América Latina. Ensu exilio obligado en Costa Rica, porel dictador chileno Augusto Pinochet,el sacerdote Pablo Richard, Teólogode la Liberación, conoció a Monse-ñor Oscar Arnulfo Romero.Con una grata sonrisa, el sacerdo-te recordó que en abril de 1979,Monseñor Romero llegó a CostaRica y conversó con él sobre laTeología de la Liberación.En noviembre de ese año fue in-vitado al país y regresó el 2 deenero de 1980, en los inicios delconflicto armado. “Estuve quincedías reunido con un grupo gran-

    “Romero ya está canonizadopor el pueblo”: Sacerdote Pablo Richard

    de de curas, quienes discutían el rol dela iglesia durante la guerra”, dijo.Richard manifestó que la idea de Mon-señor Romero era que los sacerdotes sequedaran acompañando al pueblo. Lue-go de estas reuniones, relató que se fuea Europa y fue ahí donde conoció la no-ticia del asesinato. Esto “fue un impac-to grande. Todos sabíamos que algo ibaa pasar, porque en los últimos mesestuvo un discurso radical y de enfrenta-miento”. El sacerdote aún le sorprendela manera en como un escuadrón de lamuerte asesinó Monseñor Romero, enla capilla del hospitalito la Divina Pro-videncia, el 24 de marzo de 1980.A partir de ello, sostiene que en todaesa década se vivió la represión y per-secución en contra de la Teología de laLiberación, que ya tenía 12 años de serpromulgada.

    En ese periodo de sumergimiento se es-tableció una cercanía con los movi-mientos de jóvenes, mujeres, popularesy de resistencia. “Es decir que se demo-cratizó y se extendió porque creció deforma expansiva”, añadió.Hay que recordar que la “Teología dela Liberación es la búsqueda de Diosal interior de una práctica política de li-beración”, sostuvo.Explicó que al igual que Romero, mu-chos sacerdotes fueron asesinados porproteger al pueblo ante las incesantesinjusticias que este sufría.También lamentó que el proceso de es-clarecimiento de su asesinato se haya tar-dado, pero, que será simbólico en la histo-ria del país.Aunque el proceso de canonización del ar-zobispo mártir está lento, para Richard “elpueblo ya lo canonizó”.

    Padre Pablo Richard. Foto Diario CoLatino/Rosa Campos

    Reverendo Raúl Suárez, religioso y diputado de la Asamblea Popular de Cuba.Foto Diario Co Latino/Rosa Campos

    Miércoles 24 de marzo de 2010

  • Diario Co Latino 13 Miércoles 24 de marzo de 2010Monseñor Vive

    Mirna JiménezRedacción Diario Co Latino

    Los doctores le dictaminaron cánceren la matriz, gracias a la ayuda dela Iglesia Católica pudo ingresar alHospital Divina Providencia, ahí co-noció a Monseñor Oscar ArnulfoRomero, luego de ser asesinado, elsacerdote se convirtió para DionisiaVásquez, en un Santo a quien todoslos días lo incluye en sus plegarias.Ella está convencida que «monsito»,como le llama a Monseñor, la libróy la mantiene sana y alejada de laenfermedad del cáncer, que hace 30años estuvo a punto de quitarle lavida y la llevó por un calvario.«Era un dolor tremendo, horribleque no se lo deseo, pero ni al peorenemigo, la gente llegaba a visitar-me, yo no podía pararme porque alhacerlo me llegaba la hemorragia,me iba en sangre», comenta.Esta mujer, originaria del municipiode Chilanga, Cantón Lajitas, Mora-zán, asegura que Monseñor Rome-ro le ha hecho una serie de milagros,pero dice que no le gusta hablar deeso, lo guarda como un secreto per-sonal entre «monsito y ella».«Tú eres un santo para mí, le dije,aunque sea la puntita de tu dedo,ponme en la llaga que tengo, van 30años de no padecer, me dejan lacitología cada año. Yo le tengo unagran fe, es decir, que cuando yo lepido a él todo me lo concede», re-lata esta señora de 70 años de edad.Vásquez vive ahora en la capilla,haciendo algunos oficios domésti-cos, comenta que el día del asesina-to, unas monjas le dijeron que nofuera a la misa porque, iba a llegargente de dinero, que mejor se que-dara y fue así que entró al parqueode la capilla pero cuando escuchólos balazos pensó que alguien se ha-bía caído de un árbol de aceitunaque está frente a la pequeña iglesia«Alguien se subió a sacudir las ra-mas del aceituno y se cayó, pensé,pero luego vio cuando llegaban alreligioso (Monseñor) con hemorra-gias por todas partes, muchos en esemismo instante pensaron que yaagonizaba, pero hicieron lo último

    «Lo soñé en medio de flores y estrellas»

    El Santo de muchos feligresesse llama Monseñor Romero

    para salvarlo», dice.«El murió por los demás y él nunca vio anadie de menos, trataba a la gente porigual a todos», opina. Una noche de lastantas, de plática con él, Vásquez le pidióque le revelara adonde estaba y como es-taba, el haber muerto asesinado le hacíapensar que Monseñor podría ser un almaen pena.No obstante, se quedó boca abierta, cuan-do lo vio de la cintura para arriba con unagran sonrisa y en medio de jardines, mu-chas, muchas flores de colores y muchas,muchas estrellas. «Cuando desperté le pedí perdón por in-crédula», relata.Pero Vásquez no es la única que habla demilagros, Silveria Sánchez, de Tonacate-peque, quien era seguidora de las misas deMonseñor, le ha pedido al sacerdote queinterceda por su nieto, para que pueda es-tar con sus padres que viven en EstadosUnidos.«Yo le supliqué a Monseñor, y siento quetodo está saliendo bien, yo le he estado pi-diendo», comentó Sánchez, quien recuer-da que el día de su asesinato escuchabansu homilía y de pronto la misa salió delaire, solamente se escuchó un zumbido.

    La última monja testiga del asesinato,también habría recibido milagrosLuisa Cueva, la única monja que vive delas hermanas Carmelitas que el día de lamuerte de Monseñor se encontraban en la

    Capilla Divina Providencia, afirma queella le pide a Romero, cuando ha tenidomuchas dificultades económicas para se-guir con su proyecto de niños huérfanos.

    ¿Hermana hay muchos que dicenque Monseñor les ha hecho mila-gro, desde su punto de vista estoes posible?, fue la pregunta que sele hizo a la monja, y contestó: «Sí,es posible, porque a mí me ha he-cho muchos también», contestó.«Yo tenía una deuda muy grandepor la protección del hogar (Huér-fanos), debía más de 300 mil co-lones, ya me habían dicho: lo sen-timos, pero no seguimos porquenos debe bastante,yo estaba muy pre-ocupada porque soyenemiga de dejar lascosas a medias»,confiesa.Luisa narra que porla noche le pidió aMonseñor, luego demuchas horas de sú-plica lo vi que pasó,yo estaba despierta,eran las 3 de la ma-ñana, aclara, trasagregar que el sa-cerdote le dijo quesu problema seríaresuelto.

    «Yo no me aguantaba porque ama-neciera, yo pensé que iba a llegar al-guna personas con la maleta de di-nero, pero nada, cuando pasaron va-rios días le reclame a Monseñorfuertemente. Monseñor Usted meengañó le dije, el problema no se re-solvió, pero de pronto la empresame dijo que tenía un excedente queiba a seguir con la construcción yluego algunas instituciones dondehabíamos solicitado ayuda, y nos lahabían negado, escribieron para de-cir que darían el respaldo», sostienela religiosa.En el museo ubicado dentro delHospital Divina Providencia, dondeasesinaron a Romero, existen por lomenos 70 placas de agradecimientopor los milagros recibidos, aunque laIglesia en Roma no ha canonizadoal pastor, cada día más feligreses leoran a Monseñor Romeo y aseguranque él les escucha e intercede anteDios, por ellos.

    «El murió por losdemás y él nunca

    vio a nadie demenos, trataba a

    la gente porigual a todos»

    Luz Isabel Cuevas es la única de las monjas sobreviviente que estuvo con Romeroel día de su muerte. Foto Diario Co Latino/Eugenio Castro

    Dionisia Vásquez, asegura haberse curado del cancer graciasa San Romero. Foto Diario Co Latino/Eugenio Castro

  • 14 Diario Co Latino Monseñor Vive Miércoles 24 de marzo de 2010

    Daniel TrujilloRedacción Diario Co Latino

    No cabe duda que cuandoMonseñor Óscar Arnulfo Romeroaseguró que resucitaría en el pueblosalvadoreño no fueron sólopalabras. El mensaje de esa homilíafue profético.Su obra trascendió las décadas yahora el Obispo mártir está másvivo que hace 30 años, al punto quesu espíritu se robusteció y estáarraigado en el corazón de lasociedad salvadoreña.Quien no sale del asombro ante lafuerza de la obra de MonseñorRomero es el sacerdote jesuita yrector de la UniversidadCentroamérica (UCA), José MaríaTojeira.

    El religioso define ahora al Arzobispo conunas palabras que enmarcan al Pastor deAmérica en el nuevo siglo: “Se convirtióen un espíritu poderoso que ya no se puededestruir”.“¿Qué pasa en 30 años? Una persona débilque se le puede matar, se convirtió en unespíritu poderoso y que cada día tiene másfuerza”, aseguró el religioso jesuita.La muerte de Monseñor fue capaz detransformar la vida de las personas y estoconvierte el legado del Arzobispo en “unarealidad todavía más poderosa” que cuandovivía, considera el rector de la UCA.El planteamiento de Tojeira radica en queuna persona como cualquiera fue capaz dedar la vida por los demás al punto que susangre es “semilla de libertad”.El sacerdote jesuita reflexionó que el actode entrega “tan generoso y tan espléndido”de Monseñor Romero hace que su

    condición humanidad, trascienda a larealidad espiritual, para cambiar elpensamiento de las personas.“La vida de Monseñor Romero se haconvertido en un ejemplo, en vida paramucha gente. Esto con el pasar de los añosha ido creciendo: a eso le llamamossantidad”, sostuvo Tojeira.Él no titubeó en afirmar que Romero es unSanto, debido a que más gente en el paísy en el mundo lo creen así.Este fenómeno debería considerarlo laIglesia Católica, ya que no sólo lossalvadoreños y las salvadoreñas lo ven deesa forma, sino, muchas personas endiferentes países.Actualmente, el Vaticano tiene un procesode canonización con Monseñor Romero. Elproceso es largo, porque la Iglesiainvestiga bien a lapersonas para no cometererrores.Sin embargo, Tojeira creeque en el caso deMonseñor, las altasautoridades católicasdeberían de acelerarlo.“Es un caso que deberíade ir más a prisa. Losprocesos de canonizaciónson demasiado lentos, esoes una realidad. La Iglesiaquiere tener seguridad,investiga bien, que nosalgan problemasdespués”, explicó elsacerdote jesuita.

    Vigencia homilíasLas homilías de quien fuera Arzobispo deSan Salvador tienen una vigencia en laactualidad que impactan a cualquiera.Son dos puntos los que las palabras deMonseñor Romero denunciaba: losproblemas del país en aquel momento y lasrazones de fondo de los mismos.En aquel entonces, el Obispo mártirdenunció que la guerra y la violencia teníaun problema de fondo: la idolatría a lariqueza.En la actualidad, este pecado se mantieneporque el nivel de exclusión social y lamala redistribución de la riqueza aúnexisten en El Salvador.Tojeira sostiene que la palabra deMonseñor es todavía “una palabracuestionable para la actualidad, sobre todo,en estos análisis de fondo de los problemasdel país”.“Monseñor Romero tocaba el problema delas autoridades, en especial sobre laresponsabilidad social, la violencia, lacorrupción. Esos son temas que todavíaestán en la mesa de la discusión”, sostuvoel rector de la UCA.

    Monseñor Romero: Espíritu poderosoe indestructible

    El sacerdote jesuita valoró que losproblemas se presentan y se ejecutan deotra manera, pero siguen existiendo en esenivel.“El mensaje, en cuanto a denuncia tienetodavía unos niveles importantes. Yoinsisto: más que repetir la mismadenuncia, hay que ver el origen de losproblemas, las causas”, reflexionó.El religioso de la orden de la Compañíade Jesús recomendó buscar los orígenes delos problemas de la sociedad salvadoreñafrente a la autoridad o a la estructuraeconómica o social, para mantener ellegado del Obispo mártir.

    Seguir legado de Romero es difícilTojeira sostuvo que gobernar bajo lospreceptos de Monseñor Romero no es

    nada fácil,p o r q u ei m p l i c au n a“exigenciatremenda”.Al nuevoEjecutivole dijo quesi quieremantenerlas riendasdel país ens i n t o n í acon lapalabra deR o m e r otiene queh a c e r

    “serias reformas” al sistema de salud yeducación, así como mejorar el sistema depensiones y garantizar la transparencia yacceso a la información pública.“Avanzar mucho en la lucha contracriminalidad y poner los mediosadecuados para ofrecer un país másseguro. Basta con leer los discursos deMonseñor Romero para saber que hay queavanzar en temas en los que hay algunosavances, pero, no suficientes”, aseguró elrector de la UCA.Y el sacerdote añade: “Yo creo que en elnuevo gobierno hay buenas intenciones.Hay una gran diferencia con gobiernosanteriores”.A esto le suma el religioso jesuita que elacto público de pedir perdón por elmagnicidio de Monseñor por parte delactual gobierno es un avance dentro de lasociedad salvadoreña.Para Tojeira, negarse a reconocerlo o afestejarlo, es ignorar lo mejor de ElSalvador, porque “hoy en día no se puedepensar qué es un salvadoreño, o, laidentidad de un salvadoreño sin recordara Monseñor Romero”.

    “Monseñor Romero tocabael problema de las

    autoridades, en especialsobre la responsabilidad

    social, la violencia,la corrupción. Esos son

    temas que todavía están enla mesa de la discusión”.

    José María Tojeira, Rector de la Universidad Centroamericana JoséSimeón Cañas, UCA. Foto Diario Co Latino / Juan Carlos Villafranco

  • Diario Co Latino 15 Miércoles 24 de marzo de 2010Monseñor Vive

    Josué ParadaRedacción Diario Co Latino

    El 22 de marzo de 1980, dos días an-tes de su martirio, Monseñor ÓscarArnulfo Romero realizó el gesto máshermoso con la niñez desamparadade El Salvador, donó completamen-te el premio de 10 mil dólares, reci-bido de la Universidad de Suecia, ala Congregación de las HermanasCarmelitas, Misioneras de Santa Te-resa.La Congregación, encargada delHospitalito Divina Providencia, con-vivía junto a Monseñor y compartíanel ideal de construir un hogar paraniños.“Monseñor nos endosó el chequeque le habían dado en Suecia comopremio a las obras que estaba reali-zando a favor de la paz. El valor delpremio era de 10 mil dólares” re-cuerda la hermana Luz Isabel Cue-vas, quien recibió de manos del Ar-zobispo el cheque.

    La idea de crear un hogar para niños,a la orfandad en la que quedaban loshijos de los pacientes que fallecían enel hospitalito.Ante esa situación, las religiosas plan-tearon la idea a Monseñor, quien ensus homilías promovía a la feligresíaayudar a construir el hogar.Pero, sin lugar a dudas, el aporte másimportante fue la donación del Mártirsalvadoreño.“Nosotros lo conocíamos como unhombre generoso, porque cuando co-nocía que alguien tenía una necesidad,estaba dispuesto a quedarse sin nadapor solventarla. Recibimos una grangenerosidad de su parte porque él erapobre, humilde y pudo utilizar ese di-nero para solventar necesidades perso-nales”.Luego de rogar a la Santísima Trini-dad en la búsqueda de un buen terre-no, el milagro se hizo realidad.La congregación compró una fincaubicada en Santa Tecla, que pertene-cía a la familia Guirola, a un precio

    Hogar Divina Providencia

    El último legadode Monseñor Romero

    cómodo y en caridad, regalaron dosmanzanas más.El hogar abrió sus puertas en 1985, acargo de las religiosas y desde enton-ces, ha sido un hogar para miles de ni-ños que han crecido sin una familia,pero que la han encontrado en dicho lu-gar.Los pequeños reciben alimentación,atención psicológica, y educación deforma gratuita. Además, son motivadosa superarse y a ayudar al prójimo.El hogar se mantiene con donaciones depersonas altruistas y de instituciones,así como de actividades propias querealizan. Asimismo, dentro del hogar secultivan hortalizas, y crianza de anima-les, como conejos, tilapias y peli buey,que son para la alimentación diaria.Aunque Monseñor Romero nunca co-noció la obra concreta, la contribuciónque realizó será agradecida siempre porlos niños que gracias a él tienen una fa-milia.

    El HogarDivinaProvidencia,es paramuchosniños suhogar,gracias alaporte deMonseñorÓscarArnulfoRomero.Foto DiarioCo Latino /JosuéParada.

  • 16 Diario Co Latino Monseñor Vive Miércoles 24 de marzo de 2010

    Gloria Silvia OrellanaClaudia Solórzano

    Redacción Diario Co Latino

    Vistiendo sotanas blancas y estolas rojas,que significan el martirio, la veintena desacerdotes concelebrantes participaron enla misa en memoria de Monseñor ÓscarArnulfo Romero, quien es considerado el“mártir de la fe”.La solemne misa conmemorativa se reali-zó a las siete de la mañana, en la Capilladel Hospitalito Divina Providencia, lugardonde Monseñor Romero fue asesinado el24 marzo de 1980. Hace treinta años. Elinforme de la Comisión de la Verdad evi-dencia que el mártir fue asesinado a ma-nos de un francotirador, quien le disparódirecto al corazón. Entre los autores inte-lectuales se señala al fundador del partidode derecha Alianza Republicana Naciona-lista (ARENA), Roberto D´Aubuisson.Las delegaciones extranjeras y cientos defeligreses salvadoreños se dieron cita en lamisa que organizó el “Comité NacionalMonseñor Romero”, la cual culminará conla peregrinación hacia Catedral Metropo-litana.El acto ecuménico recibe especial atenciónpor la participación de todas las activida-des de las Iglesias Históricas en el país,que saludaron a la feligresía católica.El Obispo de la Iglesia Luterana, Medar-do Gómez, testimonió que “él (Romero)nos llamó a todos a vivir el Evangelio y atrabajar por la gente”.Mientras el Obispo de la Iglesia Episco-pal, Martín Barahona, recordó a “Monse-

    El amor de Monseñor Romerose asemeja al de Jesús

    ñor Romero como un pastor de justicia, amore igualdad”.Desde muy tempranas horas, cientos de adul-tos y jóvenes se acercaron a la capilla delHospitalito, lugar que también da cobijo a en-fermos de cáncer, quienes no tienen recursoseconómicos para atenderse.El evangelio fue leído por el Diácono MartínHernández de Saltillo, proveniente de Méxi-

    co, quien destacó que Monseñor Romero lle-vó el amor a Jesús en la misma dimensión deamar a su pueblo.“El nuevo testamento estableció el primermandamiento: Amar a Dios por sobre todas lacosas, y el segundo: Amar a tu Prójimo comoa ti mismo, y Monseñor Romero llegó a esadimensión: amó a Dios y a su pueblo”, dijo elreligioso.

    Mientras, el Obispo Heriberto Ramírez, deChiapas, reconoció que el mártir salvado-reño “interpela y cuestiona en el tiempo,el papel de todos los sacerdotes en el mun-do y en su compromiso y entrega con surebaño”.“Para nosotros es un Santo que vive en to-dos los cristianos alrededor del mundo.Monseñor Romero tenía un empeño por lajusticia y el amor de Dios y que como, aJesús lo llevó también, a sellar su palabracon un pacto de sangre como el Hijo deDios”, predicó Ramírez.Asimismo, expresó que la palabra deMonseñor Romero era un “sendero a se-guir y sus palabras son iluminadoras, por-que tienen su raíz y fuente en los evange-lios, es un camino a la cristianidad”.Al culminar el oficio religioso, cientos depersonas se reunieron para iniciar el pere-grinaje hasta Catedral Metropolitana.En la Cripta habrá actividades culturalesy ecuménicas, así como una manifestaciónen la Plaza D´Aubuisson y una eucaristíapresidida por el Obispo de Chiapas, Méxi-co, en la Cripta de Catedral, a las 5 de latarde.Las actividades en memoria de San Rome-ro de América incluyen una peregrinaciónde farolitos en el municipio de CiudadDelgado, una ponencia del Director deDerechos Humanos de la Cancillería sal-vadoreña en la Cripta de Catedral a las cin-co de la tarde y el cierre se hará con unconcierto nacional en nombre de Monse-ñor Romero, en el Teatro Nacional, con-vocado por la Secretaría de InclusiónSocial.

    La Capilla del Hospitalito La Divina Providencia lucía abarrotada por feligreses ysimpatizantes de Monseñor Romero. La misa conmemorativa por el 30° Aniversariodel martirio de «San Romero de América» se celebró justo en el lugar donde fueasesinado en 1980. Samuel Ramírez, Obispo de Chiapas, ofició la solemne misa.Foto Diario Co Latino/Eugenio Castro

    Leonor CárdenasClaudia Solórzano

    Redacción Diario Co Latino

    Lo que todos los feligreses esperaron delas anteriores administraciones se cum-plió con el actual gobierno. El Presiden-te de la República, Mauricio Funes, pi-dió perdón público, esta mañana, por elasesinato de Monseñor Oscar ArnulfoRomero en 1980.“Pido perdón por ese magnicidio perpe-trado hace 30 años, pido perdón a la fa-milia de Romero, mis más sinceras con-dolencias, también al pueblo salvadore-ños que fue, es y será la gran familia deMonseñor Romero, así como a las milesde familias que fueron dañadas por estetipo de violencia inaceptable”, expresóFunes.El Jefe de Estado denominó al mártir sal-vadoreño como el más grande patriotaque ha tenido El Salvador, tal y como loreseña Monseñor Ricardo Urioste.El Gobierno de El Salvador reconoció suresponsabilidad histórica ante los deplo-rables sucesos que hace 30 años cegaron

    la vida del mártir salvadoreño, quien siemprepromulgó palabra de justicia y verdad hacialos pobres. Durante la develación del mural,en memoria de Monseñor Romero, el Man-datario manifestó su compromiso de que nun-ca más vuelvan a ocurrir en el país crímenessemejantes. El nuevo mural de más de 2x6metros de largo, representa las escenas másimportantes de la vida del mártir salvadore-ño: niñez, oficiando la misa, relacionándosecon los feligreses y su muerte.El mural fue pintado en las salas 8 y 9, delAeropuerto Internacional de El Salvador, enComalapa, donde tanto extranjeros como sal-vadoreños podrán recordar el legado de Ro-mero. El autor de la gigantesca obra fue elpintor salvadoreño Rafael Varela, quien ex-presó su admiración e inspiración humanísti-ca en San Romero de América, de quien to-davía está se lleva un proceso de canoniza-ción.Para los funcionarios públicos consultados esinvaluable legado humanista que la vida yobra de Monseñor Romero representan parala sociedad salvadoreña, tanto para las presen-tes generaciones como para las futuras.El Ministro de Relaciones Exteriores, Hugo

    Martínez, expresó que el Gobierno consideraque “el martirio de Monseñor Romero se haerigido en símbolo del sufrimiento y la per-secución infligidos en nuestro país, no sólo aintegrantes de la Iglesia Católica, sino tam-bién a miles de personas que representaban aotros sectores de la sociedad”.Como jerarca de la Iglesia católica, Monse-ñor Romero también se convirtió en ejemplodel pastor amoroso que trabajó en la defensade la dignidad de todo un pueblo y, especial-mente, de las grandes mayorías empobrecidasde El Salvador.El Gobierno salvadoreño también declaró sucompromiso de cumplir de buena fe y en lamedida de sus posibilidades, las recomenda-ciones de la Comisión Interamericana en re-lación al caso del asesinato de Romero.El Presidente de la República aclaró de queno sólo el Órgano Ejecutivo hará efectivas lasrecomendaciones, sino también, todas las ins-tituciones del Estado.En el marco de la conmemoración del 30°Aniversario del martirio de Monseñor Rome-ro, el Jefe de Estado anunció las siguientesmedidas de reparación moral y simbólica: laconstrucción de una plaza estatal en homenaje

    a Monseñor Romero; un video estatal so-bre la vida y legado moral y espiritual; lapublicación de un comunicado de prensagubernamental, el 24 de marzo de cadaaño, en uno de los rotativos de mayor cir-culación nacional, en el cual se rinda ho-menaje a Monseñor Romero.Asimismo, se contempla que la semanacorrespondiente al 24 de marzo de cadaaño, todos los centros escolares del Esta-do proporcionen a los alumnos y alumnasinformación sobre la vida y legado deMonseñor Romero y recuerden su impor-tancia para la vida cultural, política, reli-giosa y social del país.El Canciller de la República adelantó queya han iniciado el diálogo con las vícti-mas de varios casos de violaciones a losderechos humanos, por ejemplo los fami-liares de Monseñor Romero.“Hemos hablado con la jerarquía de laIglesia y la familia de Monseñor Rome-ro, por lo que el Gobierno está avanzan-do en aspectos de reparación moral y lasactividades que se están realizando enhomenaje de él son parte de ello”, ex-plicó Martínez.

    Presidente Funes pide perdón por magnicidio de Monseñor Romero

  • Diario Co Latino 17 Miércoles 24 de marzo de 2010Monseñor Vive

    Zoraya UrbinaRedacción Diario Co Latino

    Sus manos han forjado, no una, sinomuchas veces, la imagen de Monse-ñor Romero, el obispo mártir, porquea golpes de cincel y corazón quiererecordarlo siempre con su obra.Al subir por la Alameda Roosevelt,en San Salvador, y frente al Monu-mento de El Salvador del Mundo,está la escultura en piedra reconstrui-da del Obispo que Napoleón Alber-to Romualdo creó por encargo de laFundación Monseñor Romero.El artista fabricó primero una escul-tura de bronce para colocar en el si-tio, pero cuenta que por problemastécnicos tuvo que fabricar la de pie-dra, “por no destruir la de bronce lesdije van a tener dos por el mismoprecio”, dice. Para realizar ambas es-culturas, Alberto se llevó alrededorde tres meses.Las obras del escultor con la figura

    Escultor Napoleón Alberto Romualdo:“Romero es un personaje para emular y admirar”

    de Romero están en distintos puntosdel país: un busto en Nejapa, depar-tamento de San Salvador; en la igle-sia de Cojutepeque; en el antiguo pre-dio de la Universidad de El Salvadora un costado de la Catedral Metropo-litana; en la escuela de la ParroquiaSan Francisco de la capital.Asimismo, fabricó la imagen de tresmetros que está en la entrada de SantaAna. Esta última obra no fue del agra-do de algunos, narra que por “inma-durez o por idiotez”, hubo alguienque disparó contra la obra.Alberto es catedrático de Artes Plás-ticas en la Universidad de El Salva-dor, “me he enfocado en la escultu-ra porque tiene suficiente, muchastécnicas”, explica. La palabra escul-tura significa dar forma a golpes, in-dica el artista.Las obras de Alberto son para recor-dar el legado del Arzobispo asesi-nado el 24 de marzo de 1980. “Fueuna lástima, una barbaridad que lo

    hayan matado”, expresa el escul-tor que considera que su trabajoes una de las maneras de mante-ner vigente el recuerdo de Rome-ro.“Él es un personaje para tratar deemular, y me encanta que comodocente de la Universidad escu-char expresiones tan sentidas delos cipotes que no lo conocieron,pero lo respetan