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  • 7/25/2019 Novu Ordo Naturae

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    Significado y alcance filosfico-poltico del Novus ordo naturae

    en el poema de Lucrecio De rerum naturaPhilosophical-political mean and range of Novus ordo naturae

    in the Lucrecios poem De rerum naturaProf. Dr. Jos Ricardo PIERPAULI1

    Resumen: El objeto del presente estudio es subrayar dos ideas a saber, que el novus ordo naturae, quesubyace en la poesa de Lucrecio, es el punto de partida para la reconstruccin de una Filosofa Polticay que la misma, en sus lineamientos fundamentales, constituye el anticipo de los grandes temas de laFilosofa Poltica Moderna y Contempornea. La intencin del poema es bsicamente poltica, auncuando a primera vista, se nos presenta apenas como antirreligiosa y cosmolgica. En efecto, la antireligiosidad de Lucrecio tiene la finalidad poltica de suprimir las guerras para garantizar la paz. Sucosmologa, traducida como novus ordo naturae, constituye el fundamento de una Filosofa Polticaautnoma por completo respecto de la Metafsica y de la Teologa Natural. Sin perjuicio de ello, laretrica lucreciana nos conduce a levantar la hiptesis acerca de la existencia de una nueva religiosidad,cuya diosa sera la Madre Tierra o Naturaleza, y cuyo catecismo seran las Ciencias Naturales.

    Palabras clave:Novus ordo naturae placer dolor accin reaccin

    ***

    1Investigador Independiente-CONICET

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    COSTA, Ricardo da(coord.).Mirabilia 13As relaes entre Histria e Literatura no Mundo Antigo e Medieval

    Las relaciones entre Historia y Literatura en el Mundo Antiguo y MedievalRelations between History and Literature in Ancient and Medieval World

    Jun-Dez 2011/ISSN 1676-5818

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    IntroduccinA. Actualidad del poema de Lucrecio

    Lucrecio (aprox. 96 al 15 de Octubre de 55 a. C.) no escribi propiamente una FilosofaPoltica, sin embargo su poema ofrece las coordenadas en cuyo interior bien puedenreconstruirse buena parte de los lineamientos fundamentales de la Filosofa Polticamoderna y aun de la contempornea. Mas dado que la Filosofa Poltica permaneceimplcita en el poema y en su argumentacin estrictamente filosfica, no solo la FilosofaPoltica reconstruida en el De rerum natura es actual, sino que tambin lo es aquellaFilosofa de base epicureista en que la primera se sustenta. Con todo, solo pocosfilsofos polticos orientaron su atencin hacia la obra de Tito Lucrecio Caro. Entreellos debe destacarse ante todo, a Leo Strauss. Ello parecera indicar que la condicinpara descubrir el mensaje poltico en el marco de la poesa lucreciana, est dada por lacomprensin de la Poltica a la luz del punto de vista teolgico -poltico. Como se sabe,el problema teolgico- poltico constituy el problemapor excelencia al que Strauss dedicla totalidad de su obra filosfico-poltica. Claro est que otros filsofos polticoscontemporneos como Strauss, el caso de Carl Schmitt y de Donoso Corts, entre otros,tambin han abordado el problema teolgico -poltico, sin embargo el nombre deStrauss merece ser destacado, pues detrs de la reconstruccin del pensamiento deLucrecio, el autor alemn escondi sus propias posiciones, ya sea en contra o en favordel proyecto moderno.

    B. La recepcin de la doctrina del poema operada por Leo Strauss

    Strauss ha detectado dos elementos subyacentes en la poesa, que lo indujeron a echarluz sobre la oscuridad que caracteriza el pensamiento de Lucrecio. Ellos son, en primerlugar, la hipcrita invocacin de Venus, diosa de la Naturaleza2. En segundo lugar, lasentido de aquella racionalidad en virtud de la cual consideramos, segn el mensajeexplicito de Lucrecio, el trnsito desde Roma a Atenas3comoprogresoy por tanto, comosuperacin.En efecto, Lucrecio nos propuso el progreso, pero como retornodesde la Romaoscurantista a la Atenas luminosa. He aqu precisamente la luminosidad del De rerumnatura. A ttulo meramente introductorio, me permito discutir, ante todo, la primeracuestin. Solo desde un punto de vista puede ser hipcrita la invocacin a Venus conque se abre el poema, vale decir, en la hiptesis que Lucrecio en rigor, no hubiera tenidola intencin de vulnerar la religiosidad romana y, por tanto, hubiera optado por escondersu mensaje revolucionario detrs del sentimiento religioso de su patria y de su poca.Como intentar demostrar, el poema de Lucrecio ofrece elementos de juicio como paralevantar la hiptesis siguiente: La invocacin a Venus bien podra significar entre lneas,la invocacin a una nueva diosa, la diosa naturaleza a la que el poeta romano le pideluces para descubrir lo inmutable en lo mutable a saber, las leyes eternas de la

    2STRAUSS L., op. cit., ps. 77-783STRAUSS L., op. cit., p. 76

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    COSTA, Ricardo da(coord.).Mirabilia 13As relaes entre Histria e Literatura no Mundo Antigo e Medieval

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    naturaleza4. Sin duda alguna, Lucrecio diviniz la naturaleza y por tanto, su invocacin aVenus cobra un significado completamente diferente que el de una mera hipocresa.

    En cuanto al significado del retorno desde Roma a Atenas corresponde distinguir dosposibles interpretaciones. La primera de ellas, en virtud de la que retorno significara

    progreso5y, la segunda, segn la cual retorno implica retrocesocultural. En efecto, sostenerque el retorno de Roma a Atenas significa progreso, como el mismo Lucrecio nos lo da aentender, implica suponer la oposicin entre Atenas irreligiosa y Roma religiosa. Sinembargo, nada est ms alejado de la realidad, pues es ya un lugar comn destacar elsentido religioso ateniense desde sus mismos orgenes6. Una primera confrontacin entreel pensamiento de Lucrecio y la tradicin pre-socrtica y Socrtica posterior en cambio,permite concluir que la propuesta del poeta romano es sin duda alguna, audaz y original.

    Audaz, en la medida en que propone un retorno a la pura inmanencia y original, en lamedida en que ofrece el complemento potico de que la tradicin atomista aun nodispona. Lucrecio puso una bella retrica al servicio del proyecto atomista deDemcrito y de Epicuro. De este modo Lucrecio se asoci a la originalidad de ambosautores griegos, pues si bien no es original subordinar la Retrica a la Filosofa, si lo eraen cambio, operar una profunda transformacin del sentido mismo de la Filosofa.

    En cuanto a los lineamientos estrictamente filosficos, su retorno a Atenas luminosaimplica el retorno a la mera racionalidad. No obstante, Lucrecio nos es conocido como

    el poeta oscuro. En efecto, si para Platn y para Aristteles, la luminosidad provena delascenso de la racionalidad a la supra racionalidad, el caso de Lucrecio es diferente, dadoque su luminosidad proviene de la misma razn inmanente. Hasta entonces muydifcilmente dicha propuesta poda ser pacficamente aceptada por el mundo griego y porel romano (bsicamente religiosos). Tal vez pueda concluirse a partir de la tesisstraussiana, la de subrayar el retorno de Roma a Atenas, aun cuando de este asunto meocupar en otro lugar, que en verdad Strauss se propuso confrontar, detrs de laexposicin a propsito de Lucrecio, la Razn con la Fe, tomando como marco dereferencia la oposicinAtenas versus Roma.

    De hecho, los trminos de la confrontacin son muy similares al gran tema straussiano asaber, Atenas de la razn versus Jerusaln de la fe religiosa. Estoy totalmente de acuerdo conStrauss al postular que el poema de Lucrecio es algo as como el caballo de Troya en el

    4Para una breve y completa resea del status questionisrespecto del sentido y alcance de la invocacin aVenus en el poema, cfr. FARRINGTON B., Scienza e poltica nel mondo antico, Feltrinelli, Milano, 1960,ps. 156 y sgts.5STRAUSS L., op. cit., p. 806El ateniense se diferencia del romano y del espartano en mil rasgos del carcter y del espritu; pero se les parece en el

    temor a los dioses. Un ejrcito ateniense jams entra en campana antes del sptimo da del mes, y cuando una flota se va adar a la mar, se tiene gran cuidado en volver a adorar la estatua de Palas. FUSTEL DE COULANGES, trad. alcastellano y estudio introductorio de Rubn Caldern Bouchet, Ciudad Argentina, Buenos Aires,1998P. 395

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    COSTA, Ricardo da(coord.).Mirabilia 13As relaes entre Histria e Literatura no Mundo Antigo e Medieval

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    interior de la Roma Eterna 7 . Lucrecio pretendi dejar a Roma en su lugar, no sininducirla a abandonar la fe religiosa. El propsito del poeta permanece pues, tan

    revolucionario como audaz, debido a que su autntica intencin es hacer descender losdioses a la tierra y, consecuentemente, proponer, en nuestro lenguaje, la Ciencia de laNaturaleza como un nuevo credo religioso. Tal vez su verdadero propsito puedeexpresarse mejor de este modo: Grecia y Roma deben abandonar la Fe como el ms alto criteriode legitimidad de la Razn.As las cosas, Memio no sera el nico interlocutor del poema,sino que representara la humanidad entera. Lucrecio se dirige al buen lector de modogenrico, pero la adjetivacin de buen lectores apenas una lisonja por anticipado que nosanima a comprender con benevolencia y aun aceptar su nueva Filosofa y su Teologainmanentista. El buen lector de nuestros das sabe que Grecia y Roma fueron los pilarespoltico-culturales de la Cristiandad naciente y que, por tanto, el mensaje de Lucrecio noestuvo dirigido tan solo a los hombres de su tiempo, sino que Memio es tambin elhombre de todos los tiempos. No sin fundamentos Diderot y Rousseau8rehabilitaron,en la teora el primero y en los hechos el segundo, la irreligiosidad lucreciana y el ataquesolapado a Roma, como presupuestos de la Filosofa Poltica iluminista.

    C. El carcter complementariodel poema respecto de la Filosofa atomista de Epicuro

    El poema de Lucrecio no es tan solo la exposicin bella y dulcificante del crudo mensajeracional de Epicuro. Se trata en verdad de su puesta en acto. Segn parece, Epicuro no

    fue tan cruel con la religin como Lucrecio. Mientras que Epicuro se mantuvo dentro dela lnea del respeto por la religiosidad ancestral, el poeta romano en cambio, llev a lapraxis los lineamientos explcitos y tambin los que, implcitamente subyacan en la obrade Epicuro. Su poesa, en especial el libro V, donde se ofrecen los lineamientos de unesbozo de Filosofa Poltica, nos recuerda, por el orden expositivo, al Gnesis.

    Su mensaje como una totalidad, nos ensea que hay solo un camino para alcanzar laredencin a saber, la relectura de la naturaleza en clave atomista.He aqu el significado gnsticode su poesa. Aun cuando Lucrecio no menciona ni una sola vez a Aristteles, suargumentacin habla muy bien del Filsofo. En efecto, la naturaleza del hombre segn

    Aristteles, es poltica solo porque ante todo es racional y religiosa por naturaleza. Dichareligiosidad est presente aun en la negacin de la religin. As pues, el propsito deechar luz sobre las tinieblas de la fe de los romanos, solo podr ser exitoso si, enatencin a la naturaleza humana, somos capaces de sustituir un dios por otro. De estemodo, el mensaje potico de Lucrecio, no solo esconde una intencin filosfica, sino

    7STRAUSS L., op. cit., p. 898Cfr. VIZIOLI F., Appunti ad uso di un buon lettore d oggi, en: TITO LUCRECIO CARO, De rerumnatura, edizione integrale con testo latino a fronte, Grandi Tascabili Economici Newton, Roma, 2008,

    p. 32. El texto latino utilizado a los fines del presente estudio es el establecido por Ernout M. A., de1920. El mismo corresponde al texto latino que aparece en la edicin citada. Los lugares en el poema deLucrecio a os que aqu se har referencia, sern indicados por el libro (ej.: I, Libro primero) y l o los

    versculos (ej. I, 244)

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    COSTA, Ricardo da(coord.).Mirabilia 13As relaes entre Histria e Literatura no Mundo Antigo e Medieval

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    que dicha Filosofa es primariamente gnstica y por tanto teolgica, para recin tornarsepoltica. El hecho de plasmar la nueva Teologa como Politicidad, no implica otra cosa

    que, en pleno acuerdo con el Gran Griego Epicuro, invertir por completo el orden delsaber considerado legtimo desde Scrates en adelante. En efecto, la Filosofa Prcticaepicureista y tambin la lucreciana, vinieron a ocupar el lugar de la Filosofa Especulativade Aristteles. La Filosofa se torn fundamentalmente praxis, antes que theoria, porimperio de la lgica interna de su orientacin rigurosamente atomista9

    D. Intencin general del presente estudio: Hay una nueva Teologa en la base delnovus ordo naturae?E.La idea central que orienta el presente estudio puede resumirse de este modo: El novusordo naturaepropuesto por Lucrecio, aun cuando excluye explcitamente la fe religiosa, lasugiere tcitamente. Lucrecio endios la naturaleza a tal punto que una reconstruccincabal de su Filosofa Poltica solo es posible sobre el trasfondo de la oposicin entreinfinitud-finitud. A su vez, infinitud, que objetivamente solo es compatible con ladivinidad, no alude a lo inconmensurableen trminos supra racionales, sino la mera infinitud,opuesta a lafinitud, ambos conceptos entendidos como lugares fsicos.

    Se tratara en ms, de un objeto de contemplacin, pero no segn la perspectiva de latheoria aristotlica, sino del clculo utilitarista, orientado al control de la naturaleza.

    Lucrecio parece haber elevado el infinito a la categora de sustancia en su ms altaexpresin. En efecto, la infinitud est presente tambin en la finitud de las cosas que nosrodean, desde que hay en cada una de ellas lo elemental y eterno que garantiza sucontinua aparicin, desaparicin y mutacin. Con la finalidad de desarrollar las ideasprecedentes, expondr primeramente (2) el marco potico en su relacin con loselementos filosficos ofrecidos en el De rerum natura.

    Posteriormente (3) ser reconstruido el novus ordo naturae sobre el trasfondo de suteologa resultante. Ms adelante (4) se pondrn de relieve las lneas emergentes para unatambin nueva Filosofa Poltica. El prrafo reservado a las conclusiones (5) servir parasituar la contribucin filosfico-poltica del poeta romano en el contexto de mis tresparadigmas de la Filosofa Poltica.

    9La teora atomista acerca de la estructura de la materia, creada por Leucipo y por Demcrito, juntocon la Medicina de Hipcrates, se cuentan entre los ms grandes descubrimientos cientficos delperiodo pre-socrtico. No obstante la confesada incompatibilidad con la fe religiosa, la doctrinaatomista reclamo, desde sus orgenes, mas fe que razn. En efecto, debido a la falta de instrumental

    tcnico y cientfico adecuado, los procesos empricos se tornaban inverificables. Se ha dicho que enrigor el atomismo originario se apoyaba sobre fenmenos incontrolables. Cfr. FARRINGTON B., p.49. De hecho Lucrecio afirma, respecto de las causas invisibles, que es necesario creer. Cfr.LUCRECIO, De rerum natura,I, 265-328

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    Tito Lucrecio Caro. Poesa como marco esttico de la Filosofa de EpicuroA. Retrospectiva y prospectiva del poema de Lucrecio

    El poema fue escrito 50 aos antes de Cristo y, en virtud de su intencionalidad polticatcita, el mismo se inscribe en el recelo que el poder poltico dominante mantena frentea la posibilidad de que la fe religiosa pudiera ser considerada como criterio de legitimidady por tanto, reguladora de la vida poltica. En este sentido Lucrecio fue un visionariopues, antes del nacimiento de Cristo, ofreci los argumentos, no meramente polticos,sino cientficos, para rechazar las enseanzas del Mesas.

    Por regla general, la crtica filosfica ha considerado el poema como la exposicinartstica del sistema filosfico de Epicuro. No obstante, me parece que se trata, antes quede una simple exposicin, del lgico complemento potico dirijido prioritariamente alcorazn , que una doctrina orientada bsicamente al placer y al dolor como la deEpicuro, aun no dispona. Si se observa a Lucrecio en retrospectiva, entonces sutentativa es tan soloformalmente semejante a la de Platn. Vale decir, as como este ltimose propuso redimir al hombre limitado en el fondo de la caverna, mediante una katharsisorientada hacia la luz del Bien ms alto, el poeta romano intent redimir al hombresumergido en la oscuridad de la creencia religiosa, mediante una purificacin-katharsis-que resulta de la atenta lectura y comprensin de su mensaje potico. Si, en cambio, semira a Lucrecio en prospectiva, su intencin anticipa la de Baruj Espinosa.

    En efecto, tanto para uno como para el otro, la autntica redencin solo se alcanzaabandonando la fe religiosa, para entregarse a la placentera aceptacin de una nuevaFilosofa. Ambos, Lucrecio y Espinosa, advierten a sus lectores acerca de la complejidadde sus respectivos mensajes y les piden que no abandonen la lectura y el esfuerzocomprensivo, aun cuando dicha tarea parezca rdua al principio10. La comparacin enretrospectiva nos ofrece una imagen valiosa para comprender la radical transformacinque la doctrina del poema sugiere. En efecto, mientras Platn se propuso elevar alhombre desde la tierra hacia el Cielo, Lucrecio fue mucho ms modesto, pues solo sepropuso retornarlo desde Roma hacia Grecia. Como se demostrar, el retorno, en elmarco de nuestra comparacin, significa permanencia en la finitud y por tal motivo lamodestia de Lucrecio se torna en audacia.

    B. Los seis libros que componen el poema De rerum natura

    Acerca de la constitucin y cronologa de los libros que componen el poema,disponemos al menos de dos orientaciones crticas. La primera es aquella que defiende latesis que los seis libros del poema deben ordenarse segn la numeracin cronolgica deluno al seis. La segunda en cambio, supone que el orden de los libros sera el siguiente: 1-

    10I, 50-52. Cfr. DUJOVNE L., en: Spinoza. Su vida-su poca-su obra-su influencia, Buenos Aires, 1941, ps.155-156.

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    2-5-6-4-311. De uno u otro modo, el libro I est dedicado a la alabanza de Venus y a laexposicin de la intencin del autor, a saber, la liberacin del hombre de las cadenas de

    la fe. El II, a la exposicin de los elementos primarios que se combinan para dar lugar alos movimientos, el III, al alma, a su unin con el cuerpo y a la condicin mortal delhombre. El libro IV trata acerca de los sentidos y su actividad.

    El V, versa acerca del origen del mundo y la negacin de la creacin divina. Por ltimo,el libro VI explica cientficamente aquellos fenmenos naturales a los que el simpleobservador no encuentra respuesta, atribuyndoselos por tanto, a la voluntad de losdioses. Sin embargo, el final del libro VI, que pareca anunciarnos un final feliz en manosde la Ciencia Natural y la nueva Filosofa, nos deja exhaustos frente a la irreversibilidadde la catstrofe, por caso, la epidemia que azot a Atenas en el ao 430 a. C. En loscasos de una u otra ordenacin del poema, vale decir, A: 1-2-3-4-5-6 o bien, B: 1-2-5-6-4-3, cabe destacar que siempre se mantuvieron ntimamente conectados los temas delibro I con los del II y los del V con los del VI. Vale decir, Lucrecio comienza su poemacon la invocacin a los dioses, luego muestra el origen de todas las cosas, parafinalmente, en los libros V y VI, desmitificar la creacin divina, demostrandocientficamente aquello que antes se atribua a los dioses por pura ignorancia.

    C. Intencin general del poemaD.

    En cuanto a la intencin general del argumento afirma Lucrecio: Hubo un tiempo en que loshombres vivan una existencia infeliz, oprimidos por las falsas creencias (pero) fue un griego entretodos los mortales el primero en osar levantar la vista(quien) sin cuidarse de los mitos, ni de lascontinuas amenazas de puniciones celestialeslogr superar los lmites hasta ahora jamssuperados12Ese tiempo estuvo caracterizado por los crmenes ms atroces producidospor causa de la religin13. Sin embargo aquel griego ilustre (Epicuro) pudo no obstante,alcanzar la victoria definitiva 14 De este modo Lucrecio da por resuelto, de modoantifilosfico15, el debate filosfico acerca del origen de todas las cosas. Al parecer y enorden a sus dichos, su poema era al respecto, la ltima palabra.

    Propongo sublimes argumentos para eliminar del corazn toda infausta creencia y para poder obtener deesta oscura materia un poema lcido, colmado de gracia y de arte16. La poesa lucreciana est alservicio de la Filosofa, desde que se propone dulcificar con bellos paisajes la aspereza

    11Cfr. PRAECHTER K., Die Philosophie des Altertums, Berlin, 1926, p. 44512I, 65-7113I, 83-8514I, 79-8015Eric Voegelin ha puesto de manifiesto el carcter inicitico y dogmatico de la escuela epicureista de la

    que Lucrecio es el poeta por excelencia. De all posiblemente el tono dogmtico de esta afirmacin. Cfr.VOEGELIN E., History of Political Ideas, Vol. I, University of Missouri Press, Columbia-Chicago, 1997,p. 81.16I, 931

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    del mensaje filosfico de Epicuro. El poema de Lucrecio se nos ofrece como dulcemedicina para nios17. Lo dicho supone que la humanidad se encontrara en estado de

    inmadurez, tanto intelectual como espiritual, siempre que no se purifique de las falsascreencias. As pues, el regreso de Roma religiosa a la Atenas de las luces de la raznimplica sin ms, crecimiento y maduracin.En cuanto a los recursos utilizados para inducir asus lectores a la madurez, posiblemente el ms controvertido sea la reiterada apelacin ala diosa Venus. En efecto, la primera invocacin se encuentra nada menos que en lasprimeras lneas Venusque concedes la alegra a los dioses y a los hombres18Tu sola bastas pararegir el mundo y solo por tu gracia nos es dado admirar todo lo que existe de dulce y amable19teruegoconcede a los romanos una estacin de paz20

    Lucrecio piensa que la redencin del hombre es el resultado del descubrimiento de lasleyes inmutables de la naturaleza. Venus, diosa de la naturaleza, es la diosa msimportante entre los dioses. La afirmacin de que si los dioses existen, en todo caso nose ocuparan de las cosas de los hombres. Ello contrasta con la invocacin a Venus, perosolo a primera vista, pues en rigor, algunos argumentos expuestos en el poema refuerzanla hiptesis de la identificacin de la naturaleza con una nueva deidad, sin perjuicio desubrayar la presencia de otros elementos dignos tambin de veneracin.

    Por lo pronto, nada menos que en los primeros versos del libro III (dedicado al almahumana) Lucrecio nos propone la Filosofa atomista de su maestro Epicuro como

    camino de purificacin y al mismo Epicuro como el nuevo profeta redentor: tu, ohpadre! nos has dejado con tus enseanzas, muchos sabios preceptos. Quiero volar sobre tus escritos para extraer una ciencia que es preciosa y para nosotros creo que eterna21.Ahora bien, dado queLucrecio y Epicuro encuentran en los sentimientos-path-de placer y de dolor que nacendel corazn, las fuente de todo conocer y de obrar, entiende el primero, que el crudomensaje de la razn, o bien la cruda argumentacin delpadreEpicuro, no puede alcanzara transformar el corazn, que es fuente verdadera de nuestra existencia 22 . Por eso,recurre al mensaje dulcificante de la poesa, dirigido ante todo al corazn. Refirindose aMemio, que representa a los hombres de todos los tiempos, le dice: Pero yo, para tornarlaaceite, te presento la doctrina con la forma sonriente de la poesa como cobertura de la miel de una arte

    pleno de gracia23.

    17IV, 2018I, 1-219I, 21-2320I, 3921III, 9-13. He aqu la figura de Epicuro, a quien se llama padre (!), elevada a objeto de veneracin, puessu doctrina esperpetua22En terminologa aristotlica, puede decirse que el corazn, como rgano corporal, es el sustituto delalma espiritual en su funcin directiva. En efecto, del corazn nacen no solo los afectos de placer y de

    dolor, sino la misma vida del intelecto. Dice Lucrecio: Alma y mente ... estn unidas entre si y son partetambin del todo del hombre. Cada parte del cuerpo est guiada y dirigida por aquel nuestro poder que llamamospensamiento cuya sede se encuentra propiamente en el centro del pecho. III, 136-14023I, 945-947

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    As pues, en tanto que la poesa de Lucrecio nos abre el corazn, la Filosofa de Epicuroser encargada de transformarlo. He aqu el sentido complementario del poema y no

    meramente reiterativo de la Filosofa de Epicuro.

    E. Intencin especficamente poltica del poema

    Lucrecio se propone finalmente la paz poltica, pero para lograrla nos ofrece el suaveconocimiento de la naturaleza, al que, en clave poltica, entiende, ya no solo comoprincipio de purificacin y de placer, sino ahora como fuente de todo poder dedominacin. Si con estas palabras alcanzo a penetrar en el fondo de tu corazn, entonces podrsconocer la naturaleza de todas las cosas y el modo en que se gobiernan24 . De este modo, laFilosofa, dirase especulativa, que Lucrecio expone al comienzo del poema, se ordena,como en el caso de Epicuro, finalmente a lapraxispoltica. Si aquel conocimiento de lanaturaleza incluye el conocer el gobierno de todas las cosas, un poco ms adelante e l

    poetaafirma que dicho conocimiento acrecienta nuestropropio poder25. Dicho pasaje, unidoa los dos que a continuacin har referencia, permiten levantar incluso la hiptesis de laaceptacin tcita de parte del poeta romano, de la guerra como recurso para alcanzar lapaz poltica. En este sentido, sera Lucrecio y no Herclito el inspirador temprano de ladialctica materialista que conduce a la guerra.

    De hecho Herclito postula la oposicin de los contrarios, pero la subordina a la regla y

    medida del logos26

    que es en definitiva el ms alto criterio de legitimidad de todo lo real.El caso de Lucrecio es diferente. Para ponerlo en evidencia considerar dos pasajes de supoema. El primero de ellos, tomado del libro I, postula otra divinidad subordinada a ladiosa Venus: Es Marte quien rige las crueles batallas27Ahora bien, ms adelante afirma,desde el punto de vista no poltico, sino cosmolgico, que los componentes del mundo estnempeados en lucha violenta, en una batalla feroz que un da debe acabar28Finalmente, lanominacin de Marte acaba con esta sugestiva afirmacin: (Marte) ama seguido retornar a tuvientreacogedor29Marte conduce las guerras que finalmente se proponen la paz, esa pazinvocada antes frente a los pies de Venus. Luego, Marte es servidor de Venus, poniendola guerra feroz a su servicio.

    El nico camino para identificar el movimiento cosmolgico con la guerra entre loshombres me parece ser el siguiente: En las filosofas de Lucrecio y de Epicuro, elhombre es solo corporeidad y por tanto, pura materia, sujeta a las leyes de accin yreaccin, descritas en sede cosmolgica. En esa lnea interpretativa, la oposicin, y

    24I, 94825Cfr. II, 1326Cfr. Cfr. MONDOLFO R., El pensamiento antiguo. Historia de la Filosofa Greco-Romana. I, Desde

    los orgenes hasta Platn, Losada, Buenos Aires, 1983, p. 4727I, 3128V, 37629I, 33

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    tambin la guerra entre los hombres se tornaran necesarias, pues la guerra, comooposicin de voluntades contrapuestas, obedece a la misma lgica que el movimiento de

    accin y reaccin de los tomos. No es este el lugar de resolver el enigma que abre el findel libro VI y del poema en su totalidad. No obstante, el texto anteriormente examinadopuede ofrecer una clave valiosa. En efecto, cuando el climax de la poesa nos induca apensar en un final feliz, bajo el control de las cosas naturales, el poeta termina sus versos,describiendo las calamidades de la peste que azot a Atenas.

    Debemos pue emprender la guerra con la finalidad de dominar la naturaleza, para finalmente alcanzarel placer y el bienestar? En todo caso, el final del poema parece subrayar dos cosas, laprimera, la inevitabilidad del conflicto feroz, y la segunda, la urgente necesidad de poseerla naturaleza, la humana incluida, en nuestras manos, a fin de que la guerra y las pestes,como todas las cosas finitas, acaben un da. Dado pues que la Filosofa Prctica deLucrecio est impostada en el interior de su Cosmologa, reconstruir a continuacin (3)el novus ordo naturae como sistematizacin de dicha Cosmologa. Se ver con ocasin deello, que en rigor la Cosmologa lucreciana es tambin Cosmogona. Luego (4) seintentar reconstruir el esbozo de una Filosofa Poltica emergente del novus ordo naturae.

    El Novus ordo naturaey la nueva Teologa materialistaA. Examen de los presupuestos histrico-filosficos del novus ordo naturae

    La reconstruccin del novus ordo naturae ser examinada, en primer lugar, desde suspresupuestos histrico-filosficos, para posteriormente dar lugar, a su tratamientosistemtico. Desde el primer punto de vista cabe preguntarse: De qu Filosofa esportadora la poesa de Lucrecio? Dos aporas contenidas en el texto de Lucrecio nospermitirn comprender los verdaderos lmites del novus ordo naturae, as como de la

    Teologa que lo sustenta. Mas antes de abordar la reconstruccin de los lineamientoscentrales del poema, convendr reconstruir el contexto doctrinal del mismo, desde elpunto de vista externo.

    Ello ser desarrollado segn dos niveles. El primero corresponde a la herencia filosficaque el poema recoge, a saber la Filosofa de Epicuro. El segundo nivel externocorresponde a la confrontacin de dichos lineamientos filosficos con el pensamiento deaquellos filsofos que son objeto de polmica por parte de Lucrecio, ya sea de modotcito (Platn y Aristteles) o bien explcito (Como es el caso de Herclito de Efeso).Una vez delineados dichos niveles, abordar el poema desde el punto de vista interno,mas solo limitndome aqu a sus contenidos cosmolgicos, pues los mismos servirn debase para la posterior reconstruccin de los elementos propios de una Filosofa Poltica(4). Primeramente me ocupar de exponer muy sumariamente el pensamiento filosficode Epicuro, sin el cual, la lectura del De rerumnatura se tornara posiblemente aun ms

    oscura.

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    COSTA, Ricardo da(coord.).Mirabilia 13As relaes entre Histria e Literatura no Mundo Antigo e Medieval

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    La Filosofa de Epicuro (341-270 a.C.) est orientada hacia una felicidad que, vista a laluz del concepto latino de la beatitudo, debe ser entendida, por contraste, apenas como

    bien-estaren la inmanencia. Su objeto es alcanzar la felicidad en el goce de los placeres yen la ausencia de los dolores. Antes que una actividad estrictamente contemplativa-theoria- reservada a una elite, Epicuro, fundador de un Jardn para el aprendizaje, ensemximas apropiadas para un modo de vivir.

    De hecho en su Jardn, a diferencia de lo que ocurra en la Academia de Platn y luegoen el Liceo de Aristteles, podan ingresar, no solo hombres, sino mujeres y aun nios30.La vida en el Jardn de Epicuro y las mximas de vida que all se enseaban lepermitieron a Eric Voegelin defender la tesis que aquellas normas eran en rigor iniciticasy que, por tanto, se trataba ms bien de una secta religiosa, antes que de una escuelafilosfica31. Puede justificarse pues, partiendo de la tesis de Voegelin, el carcter gnsticoque el poema de Lucrecio refleja. No obstante los elementos filosficos delpensamiento de Epicuro implican, como se dijo, una completa subversin del orden delas disciplinas filosficas defendido por Platn y Aristteles.

    Por imperativo de la lnea de su pensamiento, la Filosofa se divida en tres grandesramas a saber: La Canonca (Lgica), la Fsica y por ltimo la tica32. Toca la prioridad ala Canonca, pues la misma ofrece el camino y las reglas del pensamiento que tiene, en elplacer y en el dolor, su ms alto criterio de legitimidad. Como en el caso de Lucrecio, la

    Teora del Conocimiento de Epicuro postula el acto del conocer como resultado delimpacto fsico de las partculas emergentes del objeto de conocimiento sobre nuestrossentidos. Dicha colisin nos produce impresiones que oprimen el corazn, dando origena las sensaciones de placer o de dolor que sirven de motor y gua al obrar moral ypoltico. Tales impresiones son el producto del influjo de las eidola-figuras-quereconstruimos como copias fieles de la realidad, luego de producido el choque entre laspartculas mencionadas.

    B. Reconstruccin sistemtica del novus ordo naturae

    Como escribe Lucrecio, la Lgica del placer y del dolor nos conduce al conocimiento dela naturaleza corprea y por tanto, a la liberacin de todo temor ante una vida en un msall inexistente. El conocimiento de las leyes eternas del devenir natural nos otorga podery tranquilidad de espritu-ataraxia. Vale decir, las condiciones de partida para una tica yuna Filosofa Poltica. De modo muy coherente Epicuro entiende que el acto de conocerno ofrece como resultado formalizacin Matemtica alguna de lo real y tampoco se sirvede la Matemtica, como era el caso en Tales de Mileto y en Pitgoras. Ello debido a que

    30Cfr. VOEGELIN E., op. cit., p. 8131

    Por tal motivo, la recepcin del epicuresmo en la Roma religiosa en que vivi Lucrecio, no fuepacfico. Se cuenta que en el 173 a. C. el senado expulso de la ciudad a dos discpulos de Epicuro porpracticar costumbres licenciosas. Ellos eran Alceo y Filisco. Cfr. FARRINGTON B., op. cit., p. 14732Cfr. PRAECHTER K., op. cit., p. 446

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    COSTA, Ricardo da(coord.).Mirabilia 13As relaes entre Histria e Literatura no Mundo Antigo e Medieval

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    conocer es simplemente resultado de la accin de unas partculas exteriores queimpactan sobre otras interiores a la persona humana y a que, tomando como punto de

    partida los eidola, no tiene lugar proceso alguno de reflexin, sino que nace del coraznun cierto impulso orientador de la voluntad. El acto del conocimiento tiene lugar debidoa que en el mismo se confrontan dos realidades igualmente fsicas, a saber, el alma y losobjetos del conocer. Dado pues que el atomismo epicureista, como el democriteo en elque se inspira, excluyen toda orientacin trascendente, la Canonca constituye un saberinstrumental al servicio de la nueva Metafsica que es, en verdad, la Cosmologamaterialista de Epicuro y de Lucrecio.

    El todo del cosmos es infinito, mas bajo el arco del sol se mezclan lo infinito con lofinito. Ello en virtud de que los tomos chocan en el vaco infinito 33, descendiendo a lacondicin de finitud, toda vez se produce el encuentro con otros tomos34. A su vez,segn dijimos, en el interior del movimiento continuo que dinamiza el Cosmos, tienelugar la articulacin de la vida moral y poltica. La ley de accin y reaccin entre lostomos se traduce en la vida Moral y la Poltica como la oposicin entre el placer y eldolor. Desde el punto de vista de la dinmica accin-reaccin, Epicuro sostiene que elDerecho Natural es el que, resultante de un pacto, nos permite defendernos de lasagresiones de terceros35. Desde el punto de vista de la moral del equilibrio entre placer ydolor, sostiene que el placer en exceso debe ser evitado pues, puede ocasionar sucontrario a saber, el dolor. Se trata por tanto, de una Moral de la austeridad, basada en

    una norma superior de corte estrictamente material y mecanicista.

    C. Recapitulacin: Hacia una nueva contextualizacin de las ideas de Lucrecio

    Ahora bien, con la finalidad de acercarme a la delimitacin de las aporas a que hicereferencia, ofrecer a continuacin, algunas consideraciones en orden al contextofilosfico que de un modo u otro se opone a las tesis fundamentales de Lucrecio. Debopartir ahora de aquella semejanza formal que establec entre el pensamiento de Platn yel de Lucrecio. El lugar del Bien sumo de Platn lo ocupa, en la poesa lucreciana, elInfinito. Paradjicamente el infinito no es, al menos explcitamente, divinidad, auncuando desempea un rol generativo-creativo de todas las cosas. Lo finito no es creado,sino generado por el choque de las partculas-tomos- que se encuentran de modocasual, en el vaco infinito. La tentativa de Lucrecio va orientada, como toda la tradicingreco-romana, en direccin a la comprensin de las complejas relaciones entre lomltiple y lo uno. Lucrecio discute las diversas posiciones atomistas, encontrando enalgunas de sus variantes, que el taln de Aquiles estara dado por la reduccin de lo

    33

    II, 15734II, 216-22435 Cf. MONDOLFO R., op. cit., El pensamiento antiguo. Historia de la Filosofa Greco-Romana. II Desde

    Aristteles hasta los Neoplatonicos, Losada, Buenos Aires, 1983, p. 106

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    mltiple al uno casi divino 36 . Desde esa perspectiva, no acepta las posiciones deHerclito37pues, las mismas conduciran necesariamente, a una Metafsica y aun a una

    Teologa del tipo aristotlica. Platn y Aristteles, por ser explcitamente defensores deuna Filosofa de base teolgica, no son siquiera tenidos en cuenta. Sus respectivossistemas resuelven la reduccin de lo mltiple a lo uno en trminos de un Bien y un Serde carcter onto- teolgico.

    La Filosofa de Platn parte del prerrequisito de la contemplacin-theoria- como hiloconductor de la vida filosfica y poltica. La de Aristteles por su parte, descubriendo loeterno en lo perecedero, propone un camino de ascenso y descenso como criteriosorientadores por antonomasia. La theoria aristotlica no es la condicin a prior paraconocer lo real y mltiple, sino su resultado. Por su parte, la Filosofa epicureista quedescribe Lucrecio, propone la katharsiscomo liberacin de toda creencia en la divinidad.

    Dicha purificacin acaba en la ataraxia38. La misma tiene en Epicuro y en Lucrecio, dossentidos diferentes, aun cuando complementarios. Para Epicuro ataraxiaes el estado depasividad, de quietud y de renuncia absolutas. En cambio para Lucrecio, ataraxiasignifica activa participacin en el proceso de comprensin y dominio de la naturaleza(aun mediante la guerra) El problema del dominiode la naturaleza ser ms tarde un temacrucial para la Filosofa Poltica renacentista. Tanto Hobes como Maquiavelo parten delpresupuesto que la naturaleza humana no es apta para la vida poltica y por tanto, se

    torna necesaria su dominacin y transformacin. Como se ver ms adelante, lospresupuestos lucrecianos en sede cosmolgica constituyen, igual que en el caso de estosdos ltimos filsofos, el fundamento para la postulacin de un cierto estado de naturalezadel tipo moderno.

    D. Dos aporas en torno del problema de la divinidad en el interior del poema deLucrecio

    Corresponde ahora orientar la atencin hacia las dos aporas sealadas como la clavehermenutica para comprender el significado del novus ordo naturae. En efecto, el libro Vpuede ser considerado como el lgico correlato de los anteriores. En efecto, en losprimeros libros Lucrecio describe la aparicin del Cielo, de la Tierra, de los Mares y delHombre. Al hombre le dedica el libro IV donde se ocupa de describir, en trminosexclusivamente materialistas, las potencias superiores e inferiores del alma humana. Elhombre, como en el caso del relato bblico de la Creacin Divina, solo aparece despusde creados el Cielo, la Tierra y los Mares. Las cosas visibles aparecen por causa de laaccin de las cosas invisibles. Dichas cosas invisibles no son otras que los tomos que se

    36Cfr. STRAUSS L., op. cit., ps. 90-91. Se pueden nombrar entre los atomistas y segn sus variadas

    vertientes, a Anaximandro, Anaxmenes, Anaxgoras, Pitgoras, Tales de Mileto, Parmnides, Zenn deElea, Melisso, Empdocles, y, los ya citados, Leucipo y Demcrito.37Cfr. I, 635-64038Cfr. VOEGELIN E., op. Cit., p. 81

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    mueven, chocndose en el vaco infinito. Los tomos se desplazan dando origen almovimiento que les permite encontrarse los unos contra los otros, en razn del

    movimiento que se produce debido a su mayor o menor liviandad. Lucrecio supone quedichos tomos deberan ser muy pequeos y con formas curvas que faciliten los rpidosdesplazamientos. As pues, el novus ordo naturaepropuesto por Lucrecio, est constituidopor tres grandes mbitos a saber, lo infinito, el vaco y lo finito. Lo finito nace, perdura yun da se extinguir por causa de los movimientos, solo filosficamente comprensibles,que tienen lugar en la esfera de la infinitud. A su vez, dichos movimientos solo sonposibles debido a que existe el vaco en el que se despliegan los desplazamientos de lostomos ms y menos livianos.

    De la recproca relacin entre infinitud y finitud pueden extraerse los siguientes axiomas:1-Nada nace de la nada39, sino del movimiento de accin y reaccin, vale decir, delchoque entre los tomos. 2-El movimiento de los tomos es de carcter perenne40, noobstante su finitud. 3-Nada puede resolverse en la nada pura41, pues ello conducira a lapostulacin en el origen, de una divinidad creadora ex nihilo, cuanto menos, de losprimeros elementos. 4-Dado que todo se reduce al choque entre los tomos, todas lascosas son de naturaleza rigurosamente corprea42. En punto a lo dicho hasta aqu,corresponde sealar el aporte que en el nivel de la Metafsica, pudo recoger la CienciaModerna del sistema de Epicuro y por qu no, de la poesa de Lucrecio. Dicho aportepuede circunscribirse a la completa in-manentizacin de la sustancia. En efecto, aunque el Bien

    supremo de Platn solo pueda concebirse como un a priori, el mismo desempea un rolsemejante al de la sustancia aristotlica. Aristteles, como se sabe, reconstruy lasustancia, desde lo perenne que hay en cada cosa. Ambos, maestro y discpulo, pudieronreconstruir la sustancia partir del eidosque est, ya sea antes, o en las cosas mismas. Aspues, sus respectivos proyectos metafsicos, son claramente trascendentes. La sustancialucreciana es, en cambio, material e inmanente, al menos desde el punto de vista de lasdeclaraciones explcitas del poeta romano.

    Desde el punto de vista del contexto cosmognico en que sita al Infinito, se tratara deuna sustancia eterna y divina de la que emergen los primeros elementos, igualmente eternosy divinos.Ahora bien, dado que estos tomos contienen en si la potencialidad de la vidade todas en todos sus niveles, luego, se les atribuye un carcter generativo y aun creadorde todas las cosas. Los movimientos imperceptibles de los tomos, los que no podemoscomprobar empricamente debido a su pequesimo tamao, son por tanto, objeto de fey no de la razn. As la teora atomista en la que parecen mezclarse lo infinito con lofinito, se torna por momentos Teologa, aun a pesar de la incompatibilidad de dichadoctrina con la Teologa. Desde el punto de vista crtico puede decirse que es errnea la

    39

    I, 150-15140II, 157-15841I, 24842I, 450

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    interpretacin de Farrington cuando afirma que el propsito de Lucrecio eradesenmascarar tan solo la religin impuesta coactivamente por el poder poltico de los

    romanos43

    . La cosmologa epicureista del poema es en cambio, radicalmente contraria atoda Teologa (filosfica y/o supra racional) y a toda religin. Sin embargo, y esta es laprimera de las grandes aporas del sistema, el poeta romano parece postular la Teologa deltomo infinitocomo sustituto y al movimiento de los tomos como objeto de fe religiosa44.Delimitar a continuacin la segunda gran apora. A partir de la reconstruccin de loscuatro axiomas precedentes, debe delimitarse la apora a que hice referencia.

    En efecto, dice Lucrecio: los elementos perennes comenzaron a unirse a causa de su propio peso. Lohicieron de modos muy diversos. Hubo combinaciones infinitas. As llegaron a establecer un movimiento

    perpetuo, en virtud del cual el mundo puede existir y gobernarse a s mismo en un renovarse continuo45

    Todo lo que nace y se observa debajo del arco del cielo est subordinado a unmovimiento perpetuo y a combinaciones de carcter infinito que posibilitan unacontinua renovacin. Los elementos inmortales se uniran para dar lugar al movimientode los elementos y de las cosas mortales. Ahora bien, de qu modo puede puesentenderse, habida cuenta de la presencia de lo eterno e infinito en lo finito, la previsiblemutacin de la materia a que alude el poeta? La mutacin es el producto del movimientopero no obstante, afirma Lucrecio que el movimiento tubo comienzo y tendr fin46,luego tambin la mutacin?

    Ms aun, con la finalidad de evitar la conclusin de que el hombre debe su existencia a loeterno y divino, dice Lucrecio, en el mismo sentido que venimos reseando, que si elalma humana fuese inmortal, cambiara de cuerpo cuando este muere, tal como la serpiente cambia de

    piel47La unin estrecha de lo infinito con lo finito es tan clara, que Lucrecio utiliza elejemplo de las letras del alfabeto para ensearnos que del mismo modo en que las letras,siempre las mismas, se combinan de infinitos modos para dar origen a palabras distintas,as, los elementos eternos e infinitos se combinan entre s, para dar lugar a cosas muydiversas. Resulta pues suficientemente claro que, en primer lugar, Lucrecio diviniza lainfinitud. En segundo lugar, dicha divinidad es con todo una divinidad constituida demateria y por tanto, en orden a la lgica lucreciana, debera ser tambin mutable e

    43Cfr. FARRINGTON B., op. cit., p. 15644Al respecto afirma Sikes, refirindose al estudio de Mommsen (Lucretius, Poet and Philosopher, 1936)los tomos contienen la potencialidad di toda la vida, sea la humana como la de los vegetales y los animales. Eltexto que, tomado del poema de Lucrecio,(I, 250-256) sirve de base a estas afirmaciones, a saber, elcarcter eterno e infinito de los tomos, es tambin til para reforzar la compatibilidad del atomismocon las teoras evolucionistas. Cfr. FARRINGTON B., op. cit., nota aclaratoria 1 de p. 213-21445V, 187-194. En el mismo sentido afirma Lucrecio: toda especie dispone de un semen que le es propio y por elcual alcanza la luz con fuerza espontanea propia a cada cosa le compete un poder creativo propioI, 169 y sgts. Lapresencia de lo infinito en lo finito se ve reforzada por la siguiente afirmacin: Todo cuanto existe esta hecho

    de elementos eternos unidos entre spor la fuerza del choque en el infinito se unen dando origen a as cosas y susmovimientos. I, 22146V, 23947III, 1090

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    inmutable al mismo tiempo. No obstante, el poeta romano la constituye enimperecedera, como surgi claramente de sus textos. Tal vez una salida coherente del

    absurdo frente al que la argumentacin del poeta nos condujo, estara dada por laaceptacin contextual del carcter con que Lucrecio adorna a la diosa Venus. En efecto,Venus es la madre de la naturaleza.

    Pero, para Lucrecio la Madre Tierra o Naturaleza no puede ser otra cosa quecorporeidad. Luego su diosa, o bien no existe o bien, es tambin materia corruptible. Asmismo, la invocacin a Venus parece asumir el carcter de invocacin a la meramaterialidad. Luego, el novus ordo naturaepropuesto por Lucrecio est constituido por lacombinacin mecnica de lo eterno e infinito con lo finito. Dicho novus ordosera as, unasuerte de orden derivado de unpantesmoal estilo espinosiano, en el que la divinidad seconfunde con la pura materialidad. Del mismo modo se confunden tambin, desde elpunto de vista epistemolgico, la Cosmologa materialista con la Teologa inmanentista.Por su parte la fe religiosa, en el caso concreto de Lucrecio, se torna finalmente en credocientfico. Msera estirpe de los hombres que por esto han credo en un poder divino!48...No es piedad el

    postrarse en un altar!...Existe solo una piedad: La del corazn sereno!...49Serenidad-ataraxia- es elestado de perfeccin que se alcanza mediante el riguroso conocimiento de la Ciencia dela Naturaleza.

    Coordenadas filosfico-polticas emergentes del De rerum natura. Perspectivas

    en vistas del proyecto moderno

    A. La continuidadhistrico-filosfica de la Filosofa Poltica del poema de Lucrecio

    La orientacin por excelencia del poema no es otra que redimir al hombre de lasoscuridades y los temores que provienen de las falsas creencias. He aqu pues, la puestaen acto de la intencin de Epicuro. Lucrecio se propuso independizar al hombre de lasujecin a los dioses. En este aspecto su proyecto es anticipatorio de la modernidad.Pero tambin la lgica de dicha empresa es antigua y moderna al mismo tiempo.

    Es antigua porque Lucrecio es el autor de un poema que refleja el propsito de laautonoma pre-moderna, retomando los intentos de Demcrito y de Epicuro, pero es almismo tiempo moderna debido a que, la autonoma del hombre, primero respecto de losdioses de la antigedad y ms tarde, del Dios Bblico del Medioevo, abri la etapa de unnuevo tipo de sujecin a saber, respecto de la voluntad humana del prncipe. Los casosde Maquiavelo, de Hobes y de Espinosa son, a este respecto, paradigmticos. Epicuro,Lucrecio, Maquiavelo, Hobes y Espinosa, no se propusieron destronar a Dios de modo

    48

    V, 119549V, 1203 La concepcin de Epicuro acerca de dios se encuentra en Cicern De natura deorum, I-19-51 yMONDOLFO R., op. cit., T II, p.110. Epicuro admite la existencia de dios, pero le resta el gobierno detodas las cosas.

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    frontal, sino a travs de una nueva comprensin del concepto de naturaleza. Todos losfilsofos mencionados vieron en la Lex naturaeun trasunto racional de la Lex divinae. El

    atesmo de todos ellos es fundamentalmente de origen y de intencin filosfico-poltica.Si se tiene en cuenta que fue Epicuro quien subvirti la Filosofa, tornndolaesencialmente prctica, luego podr afirmarse que el proyecto filosfico-poltico de laModernidad es fundamentalmente epicureista. De all la actualidad y el alcance del novusordo naturae.

    Ms aun, si se tiene seriamente en cuenta que, siguiendo a Epicuro y a Lucrecio, elhombre es fundamentalmente volicin y sentimiento, no solo el mensaje de Epicuro esactual, sino que tambin lo es su envoltorio esttico que es la poesa de Lucrecio. Elnovus ordo naturae ofrecido por los bellsimos versosdel poeta romano, contienen ante todo,un mensaje bsicamente mecanicista y materialista. Por tal motivo, el poema esnecesariamente anti-religioso. Su orientacin es ideolgico- poltica en la medida en quese propone sustituir radicalmente no toda creencia, sino tan solo aquella que caiga fueradel alcance de la cannica-lgica- mecanicista, y que ponga en peligro la paz y,naturalmente, la posibilidad de alcanzar el justo equilibrio entre un placer y un dolorestrictamente humanos.

    B. Movimiento cosmolgico y libertad poltica

    Dos son los mbitos en los que deben recogerse los elementos necesarios parareconstruir la Filosofa Poltica que subyace en el De rerum natura.El lugar por excelenciaes el libro V, en tanto que los libros anteriores ofrecen aquellas tesis mecanicistas ypantestas que condicionan la Filosofa Poltica del libro V. Existen dos tipos demovimientos. Ellos son, el de la masa infinita de elementos materiales que se unen obien permanecen alejados50y el movimiento de los hombres, vale decir, el movimientode la libertad, que responde solo al impulso del corazn. Por su parte, el movimiento delcorazn est sometido al movimiento de accin y reaccin dado por la resistencia que elmismo opone a la presin que, proveniente del exterior, lo oprime.

    El corazn humano se comportara de modo semejante a un fuelle que, mediantepresin en un sentido u otro, se dilata o se encoge. As tienen lugar los sentimientos dedolor y de placer, pues el dolor nace de la opresin y el placer de la dilatacin. Por causade tales movimientos pueden producirse modificaciones de dos tipos. A saber, aquellasque modifican la substancia material y aquellos que no la modifican. El fuego que arde,por ejemplo, produce las modificaciones del primer tipo, mientras que el ser rico opobre, las del segundo tipo 51 . El primer tipo de movimiento produce modificacinradical de la substancia mientras que el segundo no. Resumidamente, los hechos de la

    50II, 52751I, 455

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    vida en general acaecen en el marco de la dinmica natura versus eventa. El acaecer de lavida moral y poltica se desenvuelve en la esfera del eventus.

    Otro elemento de particular relevancia viene a condicionar la Filosofa Polticaepicureista. En efecto, segn expone Lucrecio, la libertad de cada uno se explica a travs dela fuerza de la voluntad que estdifundida por todo el cuerpose mueve el hombre con mayor o menor

    presteza debido a que hay partes de la materia ms lentas en obedecer aquella orden que, saliendo delcerebro, tuvo su origen en la pasin del corazn52Luego, el obrar moral y poltico es tan sololibre en apariencia, pues se tratara ms bien de un autmataen el ms estricto sentido dela palabra. El cuerpo, del que el alma humana es una parte, se asemeja al motor de un

    vehculo, constituido por partes diversas. De este modo, puede doler el pie, pero estas bien de lacabeza53cada parte del cuerpo juega un rol diverso para dar lugar a la vida54

    En el caso concreto del alma humana, un placer o un dolor pueden afectarnosmortalmente por opresin del corazn. Ahora bien, si podemos morir por causa de losplaceres o de los dolores desmedidos, ese solo hecho sirve para postular, como Lucreciolo hace, la completa mortalidad del alma humana55, pues nada hay en ella que escape almovimiento de accin y reaccin de los tomos. Los efectos de tal movimiento recibenaqu el nombre de estmulos-impulsa.Punto de partida para la vida moral y poltica no esla racionalidad, sino el impulso mecnico.

    C.

    El estado de naturalezay la articulacin de la vida poltica

    Sin perjuicio de otros elementos relevantes para la Filosofa Poltica, luego de subrayadoslos precedentes, conviene ahora volver la atencin al contexto central del libro V delpoema. All se ocupa Lucrecio de repasar la formacin de todas las cosas hasta porltimo, llegar al hombre y la formacin de la comunidad poltica. Desde el primer

    versculo hasta el 924 el relato parece seguir la cronologa del libro del Gnesis. Desde925 a 1160, la semejanza tiene lugar respecto de la temtica del Libro I de la Poltica de

    Aristteles. Desde 1160 a 1240, el autor retoma el tema central, a saber, de cmo nacila divinidad en nosotros y el temor en el alma humana.

    Desde 1241 hasta el final del libro V, se trata acerca del desastre que produjeron, en elmbito de los eventa, la codicia humana y los nuevos inventos. La Poltica tiene lugar en elinterior del movimiento de la madre tierra. Conocer sus leyes inmutables es lo que noshace verdaderamente pasibles de gozo. Por tanto, vale ms que contentarse concontemplar la naturaleza56, hacernos cargo de aquella sabia y redentora doctrina57, la de

    52II, 261 y sgts.53

    III, 11054III, 12555III, 18556II, 7 y 13

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    COSTA, Ricardo da(coord.).Mirabilia 13As relaes entre Histria e Literatura no Mundo Antigo e Medieval

    Las relaciones entre Historia y Literatura en el Mundo Antiguo y MedievalRelations between History and Literature in Ancient and Medieval World

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    Epicuro, el Griego58, que nos garantiza solo ella, el placer medido y el gobierno de lascosas en vistas de ese placer. En cambio, la ciega religin es la causa de los crmenes ms

    atroces contra la Madre Natura.

    El origen de la vida poltica no es la naturaleza humana, sino la convencin que, con lafinalidad de desviar los desequilibrios de aquella, estableci un principio de concordia.Lucrecio intenta dejar a salvo a la naturaleza, afirmando que al principio los hombreseran fuertes, robustos y virtualmente autosuficientes59. Haba en aquel estado de naturalezaoriginario un cierto comunismo de bienes en el que cada cual solo tomaba aquello que leera necesario60. No conocan el fuego y por tanto, para protegerse del fro, vivan en laforesta y en las cavernas de las montaas61Las uniones entre machos y hembras se producan o bien, por imposicin de Venus, obien por la fuerza mediante la que los machos sometan a las hembras 62 Pero, laaparicin del fuego vino a modificar progresivamente el estado originario de naturaleza.En efecto, cuando los hombres advirtieron que el fuego les permita protegerse del fro yal mismo tiempo, gozar de un cierto bienestar, comenzaron a procurarse casashabitaciones en cuyo interior el fuego tornaba la vida ms confortable.

    La casa habitacin propia dio lugar a la necesidad de establecer, con el uso corriente, lamonogamia63 Pero, el nuevo estado de bienestar condujo a los hombres a la prdidaprogresiva de la robustez inicial. A su vez, la vida en los hogares no solo trajo consigo la

    monogamia, sino la necesidad de establecer criterios de convivencia tanto entre losesposos como respecto de los vecinos. La interrelacin humana tubo entonces doscauses.

    El del Lenguaje para la comunicacin cotidiana y el de la Poltica para la vidacomunitaria. El lenguaje es producto de exclamaciones que expresan los sentimientos dedolor o de placer. No hay pues relacin alguna con la cosa en s, sino con lo que emergeinstintivamente del corazn. Fue la naturaleza la que ense a los hombres a emitirsonidos diversos, y no el hombre64Por qu no pensar pues que un da el lenguaje se someti a la

    pura convencin de modo de facilitar las comunicaciones y la satisfaccin de las necesidades?65

    57Este temor del alma, esta tiniebla oscura, no la disuelve el sol ni la luz del da, sino solo el saber aquello que sucede enla naturaleza.VI, 3958He aqu la implcita alusin al retorno desde Roma a Atenas. Cuando Lucrecio habla de la Filosofagriega se refiere de modo excluyente a la de Epicuro. pero fue Atenas gloriosa que por primera vez sembr

    para los dolientes mrateles, la semilla de la cultura que mejoro la vida, dando su fuerza a la leyAtenas trajoconsolacinVI, 1-559V, 925-93060V, 96061V, 95562

    V, 96263V, 101064V, 102865V, 1090

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    Impulsados por el deseo de bienestar, los hombres buscaron ser cada vez ms ilustres ypoderosos, a fin de lograr una vida serena en la opulencia 66 Dado pues que todos

    buscaron lo mismo, fue muy necesaria la amistad,entendida como el respeto recproco yla ausencia de agresiones.

    Tambin naci el Derecho como garanta frente a las agresiones de los dems y fuefundada la ciudad bajo el gobierno de un rey. No obstante, el mismo impulso ambiciosonacido por la codicia y la envidia humanas, hizo que los sbditos destronaran al rey. Lagente viva en el odio y la violencia y por tales motivos languideca67Lucrecio postulauna doble salida de esta situacin. Por un lado, justifica la presencia de los magistradosque hagan valer el Derecho de cada uno y, por el otro, su doctrina parece sugerir elretorno al estado de naturaleza originario o, lo que es lo mismo, la restauracin de laNaturaleza daada por la codicia y la envidia humanas.

    Cabe destacar que en la hermenutica epicureista, la paz y la serenidad del corazn no sepuede alcanzar, mediante la obtencin ilimitada de los placeres pues, son portadores dedolores, como se dijo, sino a travs del equilibrio entre pacer y dolor, que se puedealcanzar mediante laphronesis. La Prudencia nos permite equilibrar el dolor con el placer,mas solo en el marco de un contrapeso fsico. Dicho contrapeso se manifiesta en un abrirsey cerrarse del fuelle que es el corazn, segn medida equilibrada. Solo en este sentidorestringido puede afirmarse que la Filosofa Poltica de Lucrecio y de Epicuro descansa

    sobre la base de una tica de la moderacin y de la austeridad. Es el temor a sufrir elexceso el que nos induce a conformarnos con lo poco, pero no tan poco que hagadolorosa la existencia.

    D. El dbito que la Filosofa Poltica posterior mantiene con Lucrecio

    De este modo la Filosofa Poltica expuesta en el De rerum naturaparece sugerir que suobjetivo central sera la restitucin del estado originario de la naturaleza para loshombres. La misma adquiri a lo largo del poema un carcter divino, reforzado por lasreiteradas invocaciones a Venus, diosa de dioses y diosa de la Naturaleza.

    Algunas consecuencias, no extradas textualmente por Lucrecio, permanecen abiertas a laFilosofa Poltica posterior, como lgicas consecuencias de su argumentacin. En primerlugar, la inclusin del movimiento de la voluntad humana, motor de la vida poltica, en elmovimiento de accin y reaccin, la afirmacin de la continua mutabilidad de todas lascosas y su irreductibilidad a la nada, permiten compatibilizar en principio, el atomismode Epicuro con las teoras evolucionistas posteriores68. En segundo lugar, mediante el

    66V, 112067

    V, 11368Afirma Farrington que la originalidad de Epicuro en el campo de la Fsica, consisti en haberdefendido la idea de libertad humana nacida de la voluntad, como producto de la evolucin. Cfr.FARRINGTON B., op. cit., p. 155

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    retorno al estado de naturaleza originario debera suprimirse el Estado y la propiedadprivada. En tercer lugar, si el conocimiento de la naturaleza se ve obstaculizado o

    deformado por las falsas creencias en las divinidades, luego deben suprimirse las mismas,pues seran algo as como el opio de los pueblos.

    En cuarto lugar, si bien Lucrecio se propona evitar la violencia emergente de las falsasreligiones, parece sugerirnos otro tipo de violencia, con la finalidad de defender la Madre

    Tierra. En efecto, afirma, siempre vemos a la Madre Tierra en medio de hombres armados puespretende de nosotros determinaciones y coraje cuando proceda defenderlay emular en tal modo lasgestas gloriosas de los padres69

    Conclusiones: La Filosofa Poltica del poema lucreciano y su ubicacin dentro

    del tercer paradigma de la Filosofa Poltica

    La Filosofa Poltica expuesta en el poema de Lucrecio pertenece, en virtud de loexpuesto, al tercer paradigma de la Filosofa Poltica. Por tanto, puede considerarse aLucrecio, no solo como el poeta de Epicuro, sino tambin de la Modernidad. Lo propiodel Tercer paradigma de la Filosofa Poltica estaba dado, por la radical autonoma delhombre respecto de la Lex aeternay por la radical autonoma de la Poltica respecto de laMetafsica y de la Teologa platnica y aristotlica. Los modelos modernos que se ubicanen la esfera del Tercer Paradigma se caracterizan, antes que por haber subordinado la

    Filosofa Poltica a una Teologa cuyo objeto es un Dios trascendente, por habergenerado un nuevo dios laico, en virtud de la necesidad de justificacin de un nuevoorden poltico, apenas sustentado en la voluntad del soberano, antes que en el racionaldiscernimiento de la lex naturae y del ordo naturae. El caso de Lucrecio es parcialmentediferente y novedoso. En efecto, Lucrecio no gener una nueva deidad por exigencias desu orientacin poltica, sino como complemento necesario de un proyecto mucho msamplio y omni-abarcante a saber, del novus ordo naturae de carcter mecanicista.

    Lucrecio llevo el sistema epicureista hasta su mxima expresin pues, coherente con elmismo, advirti que la pura racionalidad de la doctrina de Epicuro y de Demcrito nollegara al alma material del autmata humano. Si esta responda tan solo al impulso motrizdel corazn, ms apropiada sera sin duda, una bella y dulcificantepoesa, como de hecho loes el De rerum natura. En virtud de su materialismo se anticipan en Lucrecio, al mismotiempo, las Filosofas Polticas del Liberalismo Poltico y del Marxismo. Ambas buscan elbien-estar, aunque por caminos diversos. En todo caso el odio por la religin ancestralacerque ms a Lucrecio al Marxismo. Lucrecio nos propone pasar a la accin y aun aemprender las guerras ms feroces, a ttulo de defensa de la Madre Tierra. De este modoLucrecia pudo anticiparse al importante problema del Ecologismo en sus diversasexpresiones. En la base de todas las posiciones filosfico-polticas anticipadas en el

    poema, se encuentra una Filosofa nominalista y al mismo tiempo pantesta. Si Baruj

    69II, 640

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    Espinosa fue considerado con razn por Leo Strauss como el ltimo medieval y elprimer moderno, Lucrecio debe ser considerado el ltimo antiguo y el primer moderno.

    Antiguo, desde que sus temas son antiguos en origen. Moderno, en razn de que lassoluciones a sus problemas no son antiguas, sino radicalmente modernas. As pues, elfinal del libro VI del poema no es, de hecho, un final feliz. El mismo solo puede ser felizen el sentido atomista, si asumimos una de dos variantes. La primera, si comprendemosque, aun destronada la divinidad ancestral que infunde miedo en los hombres, queda enpie otra divinidad inmanente a la que tambin debemos temer y suplicar, o bien, lasegunda hiptesis, si comprendemos que el modo de dominar los eventa, en nuestro casola peste que azot a los atenienses, no es otra cosa que un acicate que nos impulsa aabandonar la fe religiosa ancestral y reemplazarla por el conocimiento y el dominio delacaecer csmico. He aqu el mensaje enigmtico de Lucrecio y el reto de la CienciaModerna.