oswaldo karam presenta el instituto médico la floresta: en busca de un modelo para manejar un...
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Oswaldo Karam Macia cuenta como creó un modelo para manejar un hospital privado a través de su liderazgo y visión gerencial en el Instituto Médico La FlorestaTRANSCRIPT
Instituto LaF:
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para manejar un hospital privado
O,waldo Karam Matiá nad,l ell
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El Instituto Médico La Floresta:
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Hecho el depósito de ley
Depósito Leg~llf25220019004 75
ISBN 980-0H 4 38-6
Sulf~to Mix CA.
Diana Chollett
Edgar Vergara
Imagen Color
Engrupo Comunicación
Gráficas Acea
Agradecimientos
Misión, Visión y Valores
El Instituto Médico la Floresta o la visión de un hombre
la década de los 90: tiempo de crisis y oportunidades
En busca de un modelo para manejar un hospital privado
Gerenciar para beneficio del paciente y la comunidad
narra no sólo la historia de la clínica desde que abrió sus puertas por primera
vez en marzo de 1971. A través de la historia de la institución, este libro, con el
que hoy celebramos nuestro XXX Aniversario, relata la historia de tres genera
ciones de la familia Karam, desde que mi abuelo Julián Karam llegara a tierras
venezolanas siendo apenas un niño, y rinde tributo al hombre cuya visión sigue
guiando nuestros pasos.
Tras hacer un recorrido por esos primeros 25 años transcurridos entre 1971 y
1996, el libro describe la crisis por la que atravesó el Instituto Médico La Flo,res
ta a mediados de los 90, la toma de control que protagonizamos en 1996, y más
en detalle el modelo gerencial que aplicamos para reflotar la institución.
Con esta edición queremos además testimoniar nuestro agradecimiento a todos
aquellos quienes confiaron y creyeron en nosotros y nos apoyaron para refundar
La Floresta a partir de 1996: al cuerpo médico, al personal para médico, a las
compañías de seguro y a nuestros proveedores, gracias por acompañarnos en es
ta aventura.
Y, finalmente, a ese primer equipo de trabajo que respondió entusiasta al reto
que nos impusimos hace 5 años cuando nadie creía y todo parecía imposible,
gracias. A quienes con su constancia y dedicación demostraron que todo es po
sible, gracias. A ustedes infatigables compañeros de trabajo, para quienes la leal
tad es un modo de vivir, mi más profundo y sincero agradecimiento y la certe
za de que ninguno de los sacrificios que hicimos fue en vano.
Oswaldo Karam M. A mi esposa e hijos,
quienes han sido mi gran apoyo
en estos 5 años.
Proveer asistencia médica de la mejor calidad y ser reconocidos como la insti
tución privada de mayor prestigio en el sector salud en Venezuela.
Preservar y restituir la salud de los pacientes, en un medio de trabajo carac
terizado por la excelencia, en el que nuestro eje es el usuario, nuestra clave la
calidad de servicio, y nuestras estrategias la eficiencia y la tecnología de
vanguardia.
N Creemos en la responsabilidad y confiabilidad como la base de nuestro prestigio.
Creemos en la ética como pilar de nuestra actuación, que asegura la trans
parencia en nuestros procesos.
Creemos en la confianza y respeto a nuestro personal, por lo que procuramos
su desarrollo integral y reconocemos su labor.
Creemos en la calidad de servicio como la mejor estrategia para competir.
Creemos en la innovación tecnológica y por ello invertimos para mantenernos
a la vanguardia.
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Ion
El Instituto Médico La F _ •• ¡aC1.r
Los orígenes del Instituto Médico La Floresta se remontan al año 1965 cuando
un grupo de jóvenes médicos, la mayoría compañeros de promoción de mi pa
pá, Oswaldo Karam Isaac, comenzó a reunirse diariamente en la casa de mi
abuelo,Julián Karam, en Lomas de Las Mercedes.
Mi padre había estudiado año y medio de preme
dicina en Fordham University, en Nueva York.
Luego completó sus estudios de medicina a los 21
años de edad en Georgetown University, en Was
hington, DC Corrían por entonces los tiempos
de la Segunda Guerra Mundial. Para optar por el
título de doctor se requerían cuatro años de estu
dio. Mi padre, sin embargo, se graduó en menos
tiempo: la emergencia que suponía la contienda
bélica demandaba la incorporación de nuevos
profesionales de la salud al servicio de las fuerzas
aliadas y en tiempos de guerra los estudiantes no
tenían vacaciones. A su regreso a Venezuela en
1947, no pudo revalidar su título y tuvo que cur
sar de nuevo toda la carrera en la Escuela de Me
dicina de la Universidad Central de Venezuela.
En 1951, a los 25 años, se graduó por segunda vez
y egresó como miembro de la promoción "Dr. Pas
tor Oropeza".
M 1 PADRE . OSWALDO KA RAM 1 SAAC.
CUANDO SE GRADU6
EN FORDHAM UNIVER S IT Y. NEW YORK
A mediados de la década de los 50 volvió a los Estados Unidos y en 1957, tras es
pecializarse en Urología en el Long Island College Hospital, y trabajar como in
vestigador en el Bellevue Hospital y en el New York Hospital de la Universidad
de Cornell, regresó a Caracas. Entonces, por primera vez, tuvo conciencia de que
mientras los hospitales del Estado eran un modelo y un ejemplo para América
Latina yel mundo -con el Hospital Clínico Universitario y el Hospital Militar a
la cabeza- no existía en el país un instituto médico privado moderno.
"Los servicios de salud privados eran prácticamente inexistentes" recuerda pa
pá, quien trabajaba en el Grupo Médico Caracas, ubicado en la esquina de Puen
te Mohedano, y tenía que cargar de un lado a otro los equipos e instrumentos
que requería para su ejercicio profesional -y que se había traído de Nueva York
porque la clínica no estaba dotada.
Fue entonces cuando mi abuelo, un empresario de origen libanés quien se ca
racterizó por ser un verdadero visionario y hombre de progreso, decidió cons
truir una clínica en Caracas.