parra al 100
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En el cumpleaños # 100 de Nicanor Parra: Marcelo Samska / Daniel Gorosito Aurelio Macó / José Manuel González Martínez Gabriela Zebách / Romina Cazón REVISTA Y EDICIONES EL HUMO www.revistaelhumo.comTRANSCRIPT
PARRA AL 100
En el cumpleaños # 100 de Nicanor Parra
eBook # 3
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A la caza del último
poeta
Me moría de ganas de entrevistar a Parra, ese señor ancianito que
se ganó el Cervantes y que por miedo a morirse de un infarto en
medio del Atlántico se quedó en este lado del charco, así que,
igual que un dios ladino, envió a su nieto Cristóbal a buscar su
premio, quien encantó a la realeza con los antipoemas de Parra.
¿Qué por qué quería entrevistarlo? Porque todo poeta que se
respete quiere conocer al mejor poeta vivo a su alcance. Hemos
visto fotos de Oscar Hahn y Enrique Lihn sonriendo angelicales
junto a Parra; hemos sabido de innumerables poetas más o menos
reconocidos que han ido a rendirle pleitesía, a pedirle favores, a
solicitarle su apoyo para iniciativas culturales, e incluso a conocer
su opinión sobre sus propios escritos. Imaginamos a Parra
vagamente complaciente y levemente severo con tales demandas.
Pues no cualquiera ha de entrar en su santuario. Parra es toda una
institución en Chile. En Estados Unidos todavía ubican a Parra
como el hermano poeta de Violeta, y esto lo contó el propio Parra
un poco muerto de la risa.
Debe ser difícil entenderle su humor tan chileno en inglés.
Ustedes saben que tuvo un hermano extraordinario, el Roberto, el
de La Negra Ester, que dicen que dicen que nunca leyó nada, y fue
como la prueba única de que se puede ser un buen escritor o al
menos autor de teatro sin haber leído nada jamás en la vida.
¿Por qué fascina tanto Parra? El mismo en su recordado
Manifiesto se acusa de haber hecho bajar del Olimpo a los poetas,
aunque es probable que haya puesto el Olimpo a la altura de sus
pies. Y esto, porque descubrió que era posible hacer poesía con
un material deleznable: las palabras de la calle, del pueblo, del
campo, con sus jergas incluidas, o sea, hasta con los garabatos
que usamos cada día, lo cual fue toda una novedad y una
provocación. Todavía Parra incomoda. No es fácil pensar en él
para regalarle un libro de poemas a nuestras amadas. Los mismos
españoles pensaron que Parra era poca cosa para el Cervantes,
pero que a falta de nadie mejor entonces se lo dieron a él, como
antes se lo habían dado a Jorge Edwards y a Gonzalo Rojas.
¿Pero Parra? ¿El Cervantes? Este premio destaca precisamente el
uso excelso y sublime de la lengua, ése que nos viene de
Góngora, de Calderón de la Barca, de Quevedo, de Lope de Vega y
del propio Cervantes cuando la lengua española alcanzó su
innegable Edad de Oro con el esplendor de las palabras.. Pero
dicho sea de paso, lo de Parra se parece a veces a lo de Quevedo
por la sátira, la ironía y el sarcasmo. El humor de Parra a veces es
despiadado, como cuando poetiza a la muerte en unos versos que
han hecho reír a cientos de estudiantes universitarios en ese
poema El poeta y la muerte, que se ha ganado un espacio junto a
sus celebrados Un hombre y El hombre imaginario. Parra tiene
una voz increíble para leer sus propios versos. Lo hemos visto en
tiempos de su Cristo del Elqui incomodando a la burguesía
capitalina, que no sabía para dónde mirar cuando, en tiempos de
la dictadura, Parra les leía sus cuatro verdades.
La palabra de Parra ha sido juguetona, rebelde, sarcástica, pero
también inequívocamente sentimental, con un desencanto que a
veces roza lo romántico cuando más se ha parecido a García
Lorca, que para muchos, siguen siendo los poemas más bellos de
Nicanor Parra, en los tiempos de sus célebres Poemas y
Antipoemas, entre ellos Es Olvido y Autorretrato. Por éstas y otras
razones es que muchos poetas e investigadores peregrinan hacia
su casa en El Quisco, donde suele abrirles la puerta una mujer que
tiene una semejanza inconcebible con la Violeta. Con suerte, el
poeta estará disponible para invitarte a un mate con sopaipillas o
pan amasado y sentir durante el tiempo que te sea concedido que
has estado en el Olimpo.
Marcelo Samska
Escritores Chilenos Et Als
El premio Cervantes Fue para la Antipoesía
Cercano al siglo de edad (97 años) el poeta chileno Nicanor Parra fue
distinguido con el Premio Cervantes de Literatura el cual es
considerado por la crítica como el Nobel de las letras españolas.
La razón que motivó esta elección por parte del jurado del certamen
fue: “su capacidad para crear e investigar nuevos lenguajes poéticos y
ofrecer una poesía tan variada y distinta, y por su iniciativa en crear la
llamada antipoesía”.
De origen humilde, nace en el seno de una familia que al decir del poeta
y editor compatriota Marco Antonio Campos, “la familia Parra es en
Chile una de esas familias en las que el que no es bueno es muy bueno
en lo que hace en el arte”. El poeta laureado es hermano de la
extraordinaria cantante Violeta Parra.
En su juventud estudió Física y Mecánica Avanzada en los Estados
Unidos gracias a una beca que obtuviera en 1940. Unos años antes en
1937 había publicado su primer obra literaria; Cancionero sin nombre.
Pero será hasta 1954 con la publicación de Penas y antipoemas una
obra que marcará a parte de la poesía latinoamericana del siglo XX, más
que nada en su país donde esta era dominada por la tonalidad solemne
y grandiosa de Neftalí Reyes (Pablo Neruda).
Su hijo mayor, Juan de Dios, al enterarse de la noticia dijo sentirse
“extrañado y feliz”, ya que “el escribe antiliteratura y creí que estos
premios se les dan a escritores más formales”.
Otro connotado escritor y diplomático chileno, me refiero a Antonio
Skármeta, quien se encontraba de visita en México participando de la
Feria Internacional del Libro de Guadalajara, externo sobre Nicanor: “Es
un poeta que le saca resplandores inusuales al español”.
“Es hombre de una gran cultura que juega con la tradición literaria, sus
procedimientos poéticos son inmensamente originales. Parra se mueve
bien en la contradicción, la contradicción es vida”.
“Es un poeta inteligente, lleno de humor, no adicto a construir
mitologías, busca la verdad desnuda, clara. Un poeta que rechaza la
afectación y el embellecimiento artificial. Me alegro mucho que Parra
esté sentado a la diestra del Dios Padre Todopoderoso que es el autor
de Don Quijote de la Mancha”.
Pero además a lo largo de su prolífica carrera, Nicanor entre otros
premios ha obtenido: el Nacional de Literatura de su país en 1969, el
Internacional de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo
(1991), y el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2001).
Nicanor Parra es considerado el último poeta grande de la nación
trasandina. Ha tenido la felicidad de poder compaginar sus dos amores
a lo largo de su vida, la docencia y la literatura. En 1996 dejó sus clases
de Mecánica Teórica después de 51 años en la Universidad de Santiago
de Chile.
En la facultad de Ingeniería, fue el fundador del Instituto de Estudios
Humanísticos junto al poeta Enrique Lihn.
El poeta Nicanor Parra, significa la antisolemnidad; su coloquialismo
introdujo un modelo alternativo con su estilo abierto a la ironía y al
humor, con compromiso político y rompedor de mitos hizo que se le
empezara a conocer como el antipoeta. Aceptemos la invitación de
Nicanor Parra y hagamos su Poema test: Qué es un antipoeta.
POEMA TEST
Qué es un antipoeta
Un comerciante en urnas y ataúdes?
Un sacerdote que no cree en nada?
Un general que duda de sí mismo?
Un vagabundo que se ríe de todo.
Hasta de la vejez y de la muerte?
Un interlocutor de mal carácter.
Un bailarín al borde del abismo?
Un narciso que ama a todo el mundo?
Un bromista sangriento.
Deliberadamente miserable.
Un poeta que duerme en una silla?
Un alquimista de los tiempos modernos?
Un revolucionario de bolsillo?
Un pequeño burgués?
Un charlatán?
un dios?
un inocente?
Un aldeano de Santiago de Chile?
Subraye la frase que considere correcta.
Qué es la antipoesía
Un temporal en una taza de té?
Una mancha de nieve en una roca?
Un azafate lleno de excrementos humanos.
Como lo cree el padre Salvatierra?
Un espejo que dice la verdad?
Un bofetón al rostro.
Del Presidente de la Sociedad de Escritores?
(Dios lo tenga en su santo reino)
Una advertencia a los poetas jóvenes?
Un ataúd a chorro?
Un ataúd a fuerza centrífuga.
Un ataúd a gas de parafina?
Una capilla ardiente sin difunto?
Marque con una cruz.
La definición que considere correcta.
Lic. Washington Daniel Gorosito Pérez
Armadura exceptiva
¿Con que objeto escribir y no morirse entero?
Sin que nuestra figura se queme,
sin efectos fatales
o mecanismos bruscos para no violentarse
dilucidar lo exacto en los versos uniformes
labrar todas las sílabas hasta el alejandrino
alejarse sin luz de toda la penumbra.
Abstenerse de caer en estados de shock
o pulir la locura con métodos oníricos,
lunáticos, malditos y libres del abismo
de este modo inocente llegar a la catástrofe
de palabras nocturnas y de absurdos eróticos
dormir sin la costilla, es decir, falta de Eva,
en la soledad atroz…poner ave al revés
sobre el papel negro con gis y siete veces.
Estar y escribir ausente sin complejos místicos,
llegar hasta el parpado y cerrarlo de golpe
para abrirlo una vez y causar la ceguera
destruir el eclipse de la pupila entera
incinerar el llanto en lotos irisados
y salvarse de lo sacro en el enigma muerto,
ser un escritor cíclope, soldado Polifemo.
Llevarse en este canto la escéptica armadura,
dicho de otra manera, herir al leviatán
y sacarle los huesos para construir acero
luego sobre este yunque forjar este cuchillo
con el único fin de rajar postmodernos,
mejor dicho, rayarme hasta afilar mi ira.
Escribir por necedad lo inútil de la forma
los rostros del vacío y la penumbra ciega
el mito derramado sobre tierra y las aguas
la creación de los hombres, la puerta de la vida,
la vagina estrecha, la fuente de la vida,
eterno cromosoma, información humana,
los ojos de Shivá y la sangre de Kali,
la fruta prohibida, el arado de Caín,
la llaga virgen de Abel, los triángulos púbicos,
la unión atemporal y la vía láctea,
los labios de afrodita, el árbol de la vida
con sus doce frutos: un símbolo del tiempo,
amar y ver universos en los instantes cortos
de la memoria sombra y sus murmullos púrpuras,
los espejos del sexo, conexión del andrógino,
una alquimia del verbo…la poesía.
José Manuel González Martínez. Escritor y poeta (Tuxtla
Gutiérrez, Chiapas, 1989). Reside en Tuxtla Gutiérrez,
Chiapas, México, desde hace 25 años. Estudió la
licenciatura en lengua y literatura hispanoamericanas en la
Universidad Autónoma de Chiapas y la licenciatura en
educación artística en la Universidad Simón Bolívar en
Tixtla, Guerrero.
Gabriela Zebách
Gabriela Zebách
Revisita a Nicanor
Y tú siempre tan inquieto,
tan endemoniadamente sarcástico,
tan tú con esa cruz de a mentiritas
para espantar la solemnidad apestada de amor.
Tú tan hecho siempre a la altura de tu carcajada malévola,
susurrándole a los jóvenes poetas latinoamericanos
ese chiste buenísimo, ese chiste sutil
que nadie entiende,
pero —¡ah!— cuánta risa, cuánta incomodidad
provoca a todos.
Chiste o dura verdad
que no tiene fecha de vencimiento.
Chiste o dura verdad
que tú, viejo Nicanor,
inventaste para que volvamos a sonreírte siempre,
porque nunca falta una adolorida dentadura,
una falsa careta para espantar vividos y desvividos,
y porque, además,
tienes un pacto con el diablo,
y a todos nos gustan los tipos
que tienen pacto con las fuerzas oscuras,
y eso es innegable,
eso es descaradamente cierto
(si no, he ahí las editoriales modernas,
y los adoradores de la mitología underground).
Pero qué importa eso de ti, viejo Nicanor,
si leyéndote creo descubrir
que has inventado ese chiste
—ese largo y prolongado chiste—
para dejar en ridículo a ese señor tan serio,
a ese señor poeta
que no entiende a veces de malas intenciones.
Y es por esa misma razón
que extiendes ahora una mano
y te llegan centenares
dispuestos a imitarte el gesto,
a servirte, de buena manera,
un traguito de licor para aminorar el azufre,
o para pasar ese gargajo
que tantas veces escupiste
contra nuestra recatada y venerable poesía.
A eso se debe, viejo Nicanor,
de que tú tengas la culpa de todo.
Y es que nos has enseñado
a faltarle al respeto a esa estúpida musita caprichosa,
y has dicho bien:
"Búrlense, carajo, búrlense:
olviden escribir sobre rosas
y atardeceres hiperluminosos".
Y así, nuestros versos —tan sólo algunos—
se han vuelto un ácido artefacto,
mientras tú, viejo Nicanor,
sigues riéndote en tu mecedora,
porque aún te sobran miles de pretextos
para vernos la cara,
y para chiflar a mitad del anfiteatro,
si el ridículo cameo con nuestra sombra
es un fraude definitivo.
Aurelio Macó (Distrito Federal, 1988). Licenciado en Letras
Hispánicas. Ha asistido a los talleres de Héctor Carreto y Raùl
Renán. Ha publicado la plaquette Viaje al centro del poema y el
tríptico Pasos y pausas (Cartonera Noes, 2010)
PARRA AL 100
Marcelo Samska
Daniel Gorosito
Aurelio Macó
José Manuel González Martínez
Gabriela Zebách
Romina Cazón
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