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Años antes de llegar a Al‑Anon, me sentía perseguida, primero por mis propios pensamientos negativos y segundo por el abuso verbal al que me sometía mi esposo alcohólico. El abuso continuó durante 18 años. Nos conocimos durante el último año de la escuela secundaria y, al principio, éramos mejores amigos. Fuimos a la universidad juntos y nos íbamos de fiesta juntos, pero años más tarde, tras nacer nuestro hijo, el efecto de la enfermedad se manifestó en cada decisión y discusión que teníamos. Yo sentía que vivía en una institución mental, y me estaba apegando emocional y mentalmente a la locura de esta enfermedad. Llegué a Al‑Anon 13 años después, rota mental, emocional y físicamente. Aunque era responsable en mi trabajo, mi vida personal era un desastre. Yo no quería serenidad, pues pensaba que era aburrida. Yo no tenía un sentido de quién yo era o de lo que necesitaba o quería en la vida. Durante mi primera reunión, escuché una historia que era más desastrosa que la mía, y me sentí atraída por las palabras espirituales de la Oración de la Serenidad y los Doce Pasos. Me sentí aceptada. Escuché: «Toma lo que te agrada y desecha el resto». Por primera vez, sentí que lo que hacía y quien yo era como persona estaba bien. Yo no sentí que era juzgada ni que debía encajar, gracias a lo cual tuve la disposición de seguir viniendo. Por Judy T., Oregón The Forum, julio de 2018 YA NO ME SIENTO ROTA Pasajes traducidos de la revista mensual The Forum de los Grupos de Familia Al‑Anon Julio y agosto de 2018 2018 Vol. 51 N. o 4 EN Al‑Anon y Alateen Puede reimprimir este artículo en su sitio web o en su boletín junto con la nota de reconocimiento siguiente: Reimpreso con el permiso de The Forum, Al‑Anon Family Group Headquarters, Inc., Virginia Beach, Virginia.

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Años antes de llegar a Al‑Anon, me sentía perseguida, primero por mis propios pensamientos negativos y segundo por el abuso verbal al que me sometía mi esposo alcohólico. El abuso continuó durante 18 años. Nos conocimos durante el último año de la escuela secundaria y, al principio, éramos mejores amigos. Fuimos a la universidad juntos y nos íbamos de fiesta juntos, pero años más tarde, tras nacer nuestro hijo, el efecto de la enfermedad se manifestó en cada decisión y discusión que teníamos. Yo sentía que vivía en una institución mental, y me estaba apegando emocional y mentalmente a la locura de esta enfermedad.

Llegué a Al‑Anon 13 años después, rota mental, emocional y físicamente. Aunque era responsable en mi trabajo,

mi vida personal era un desastre. Yo no quería serenidad, pues pensaba que era aburrida. Yo no tenía un sentido de quién yo era o de lo que necesitaba o quería en la vida.

Durante mi primera reunión, escuché una historia que era más desastrosa que la mía, y me sentí atraída por las palabras espirituales de la Oración de la Serenidad y los Doce Pasos. Me sentí aceptada.

Escuché: «Toma lo que te agrada y desecha el resto». Por primera vez, sentí que lo que hacía y quien yo era como persona estaba bien. Yo no sentí que era juzgada ni que debía encajar, gracias a lo cual tuve la disposición de seguir viniendo.

Por Judy T., OregónThe Forum, julio de 2018

YA NO ME SIENTO ROTA

Pasajes traducidos de la revista mensualThe Forum de los Grupos de Familia Al‑Anon

Julio y agosto de 2018

2018Vol. 51 N.o 4

EN

Al‑Anon y Alateen

Puede reimprimir este artículo en su sitio web o en su boletín junto con la nota de reconocimiento siguiente: Reimpreso con el permiso de The Forum, Al‑Anon Family Group Headquarters, Inc., Virginia Beach, Virginia.

Vol. 51 N.º 4 20182

Aunque me ha tomado muchas 24 horas, he trabajado en mí misma y he compartido mi recuperación de esta enfermedad familiar. A través de todo el camino, mi Poder Superior ha estado a mi lado de formas en las que nunca pude haber imaginado. Además de toda la gente que comparte mi viaje de recuperación, uno de los beneficios más grandes ha sido ver a mi hijo brillar con fe en su recuperación y en su amor por la vida. Me siento tan afortunada de que hayamos podido andar por este sendero, compartiendo lo que

la recuperación significa para ambos de manera individual y juntos en nuestros programas de Doce Pasos.

Nos ha permitido tener una relación única. Es maravilloso ver todas las opciones que Dios me da a medida que estoy dispuesta a vivir este programa, a escuchar y a abrazar las oportunidades. Hoy tengo amor, alegría, fe, recuperación y esperanza por la vida que Él me ofrece.

Por Julie B., FloridaThe Forum, julio de 2018

DE HIJO A MADRE

Mi historia comenzó cuando llegué a una reunión, la cual siguió una visita al centro de rehabilitación donde estaba mi hijo. Ese día encontré esperanza, aunque no me daba cuenta, al estar en medio de todas las lágrimas que derramaba. Mi esposo me había dicho: «Ve, si quieres. Pero no hay nada equivocado contigo». ¿En serio? ¡Hablemos de adicción! Yo era adicta a mis seres queridos, y adicta a cada uno de una manera especial. Creo que no podía confiar en mi instinto porque yo quería creer que cada día sería distinto. Por suerte para mí, esa primera reunión me ofreció esperanza, fe y un futuro. ¡Todo lo que tenía que hacer era cambiarme a mí! Aprendí que este no es un programa de soluciones rápidas. Yo tenía que hacer todo el trabajo y a veces recaía. Sin embargo, aprendí a abrirme para compartir, a sacudirme la vergüenza y el aislamiento, y a encontrar mi lugar y mi voz. La gente me abrazada, me amaba y respetaba, y yo vi que podía aprender a ser la persona que Dios tuvo la intención que yo fuese.

Yo quería creer que cada día sería distinto.

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Hace poco experimenté un problema que daba vueltas en mi mente, y mi vida se volvió

ingobernable. Mi Madrina me ayudó a obtener gran alivio para las emociones tensas que surgieron con el problema. Cuando nos encontramos para almorzar, le conté todo mi problema. Siempre he apreciado a mi Madrina y a nuestra relación, pero, hasta esa semana, no me había dado cuenta de cuánto alivio podía sentir al hablar con ella y compartir mi problema. Con tan solo dejarlo salir, me sentí muchísimo mejor. En casos como este, he aprendido a depender de mi inteligencia más que depender de mis emociones. Cuando estoy demasiado sensible, esas emociones están a cargo y mi inteligencia no está accesible para mí. Mi Madrina me escuchó atentamente y entendió mi problema. Ella pudo escucharme de manera objetiva y sin estar involucrada emocionalmente.

En Al‑Anon he aprendido que mi Poder Superior habla a través de la gente. Mi Madrina pudo guiarme para que yo me preparara para mirar los asuntos que me causaban tanta tensión. Debido a que ella pudo compartir acerca de sus propias experiencias sobre cómo trabajar la

aceptación y separar aquellas cosas que se pueden cambiar, ella me ayudó a ver que la aceptación y la claridad mental toman tiempo y paciencia. Yo he estado más dispuesta a recolectar la información que voy a necesitar para tomar una decisión sabia para mí misma. Usar esta herramienta me permitió acercarme más a la meta de

tomar buenas decisiones cuando sea el momento correcto. Estoy agradecida de haber aprendido que puedo crecer en mi programa y usar a un Poder más grande que mí misma para que me guíe a tomar una decisión con la que esté más a gusto. Cuando acabamos nuestro almuerzo, regresó mucha de la serenidad que tenía antes.

Por Hope P., ConnecticutThe Forum, agosto de 2018

Encontrando el balance por medio del padrinazgo

Cuando estoy demasiado sensible, esas emociones

están a cargo y mi inteligencia no está accesible para mí.

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El miedo me ha perseguido durante toda mi vida. El miedo nació como resultado de haber crecido en un hogar alcohólico que giraba en un caos constante, y creció hasta convertirse en un monstruo al que yo aprendí a

esconder en un armario virtual. Yo no conocí el nombre del temido adversario hasta que ya era adulto y muy adepto para esconderlo como mejor podía, incluso de mi Poder Superior, a quien

llamo Dios.Siempre que algo pasaba que

resultaba en una gran pérdida, yo le decía a Dios: «No puedo confiar en Ti. Tú no me rescataste del abuso y la violencia en mi hogar alcohólico. No solamente le tengo miedo a la vida... sino que Te tengo miedo a Ti». Consecuentemente, escondí todos mis pensamientos, sentimientos y emociones en ese armario virtual, donde permanecieron como un ejército enemigo esperando a hacerme una emboscada. Se desarrolló un patrón en el que algún evento no bienvenido activaba mis alarmas y, en medio de mi miedo paralizante, yo corría hacia Dios diciendo: «Si me amas, vas a arreglar esto, y así es como yo creo que lo debes hacer. Después de todo,

Fuera del esconditeFuera del esconditeFuera del escondite

Mi vida parecía ser tan alarmante como la de un

alcohólico funcional.

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Tú me debes por esa niñez que yo no pedí, pero soporté». Esa fue la mejor teología que pude elaborar cuando era niña. Tristemente, esa teología me siguió hasta mi vida adulta y hubiese continuado hasta mis años de jubilación, de no haber sido por la enorme gracia de que Al‑Anon llegó a mi vida.

Irónicamente, mi vida parecía ser tan alarmante como la de un alcohólico funcional. Yo podía sonreír, trabajar, enseñar, hacer amistades, hablar y escribir sobre cualquier cosa, excepto sobre la verdad. Yo vivía todos los días con miedo de todo y de todos. Ya no podía gobernar mi vida. Un día, cuando toqué fondo, emboscado por ese ejército enemigo virtual que yo pensé que había escondido, finalmente me di cuenta de que las únicas cosas

que había logrado encerrar habían sido a mí misma y a todo aquello que se pareciera a una vida sana. La locura gobernada no es un modo de vida, pero yo no tuve ese despertar espiritual hasta que encontré a Al‑Anon. Ya no me escondo con miedo. Ahora, al trabajar los Pasos, ir a reuniones y escuchar la esperanza que otros han encontrado en el programa, sé que Dios me ama. Él siempre me ha amado y Él conoce el camino hacia la recuperación. Aunque esto no ha ocurrido de la noche a la mañana, Él, junto con mis nuevos amigos, viajará conmigo siempre.

Por Caroline V., FloridaThe Forum, julio de 2018

Fuera del esconditeFuera del esconditeFuera del escondite

Vol. 51 N.º 4 20186

Soy la esposa de un alcohólico activo y he sido despertada cientos de veces por las noches tras escuchar el estruendo de vidrios rotos, gritos desde la otra habitación o irrupciones en la habitación donde yo trataba de dormir. Por lo regular, estos incidentes ocurrían entre las tres y las cuatro de la mañana, y yo con frecuencia reaccionaba con gritos, los cuales eran usualmente insultos o amenazas. Salía furiosa a la entrada principal de la casa sintiendo que mi actitud de soltar veneno tenía justificación. Pero todo lo que estas acciones lograban era garantizar que yo me mantuviese despierta, afectando el resto de mi noche y mi día siguiente. Mi solución fue hacer el siguiente letrero y ponerlo en mi mesa de noche:

Una paz recién descubierta

El poder de la literaturaAl principio de mi recuperación, leer

Literatura Aprobada por la Conferencia de Al‑Anon era la parte más importante del programa para mí, en parte porque se me hacía difícil compartir durante las reuniones. La literatura también fue muy importante para mí cuando estuve en las garras de la adicción activa. El folleto titulado Desprendimiento emocional (SS‑19) me ayudó a

atravesar una situación espantosa y me ayudó a encontrar el valor, por primera vez, para no rescatar o manipular la situación. Me alentó a dejar que el alcohólico experimentara el dolor de sus acciones. Ese momento marcó el nacimiento de mi recuperación y eso no hubiese podido ocurrir si yo no hubiese leído ese folleto.

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Otra literatura que ha tenido mucho significado para mí es el pasaje del 25 de marzo en el libro Valor para cambiar (SB‑16). Llegué a entender las cosas por las cuales yo era responsable y por las cuales yo no era responsable. Todavía me río cuando leo la línea que dice que yo no soy responsable por su «higiene dental». Este pasaje puntualizó el grado extremo al cual yo había estado

tratando de controlar cada aspecto de mi vida y la vida del alcohólico. Cuando releo estos pasajes me sorprendo, porque su profundidad y significado cambian a medida que mi recuperación avanza. Estoy muy agradecida porque la literatura es parte de este programa excepcional.

Por Jennie A., OhioThe Forum, julio de 2018

Una vez el alcohólico comienza a beber, ya no es él mismo, por lo tanto, estoy desperdiciando mi aliento y destruyendo mi serenidad al hablarle a la botella.

Esta estrategia funciona la mayoría de las veces, aunque a veces todavía tengo mis descuidos. Eso me recuerda que nuestro programa se trata de «progreso, no perfección».

Por Karlyn P., FloridaThe Forum, julio de 2018

Puede reimprimir este artículo en su sitio web o en su boletín junto con la nota de reconocimiento siguiente: Reimpreso con el permiso de The Forum, Al‑Anon Family Group Headquarters, Inc., Virginia Beach, Virginia.

Vol. 51 N.º 4 20188

Al principio de mi experiencia en Al‑Anon, yo no intentaba hacer cosas nuevas porque tenía

miedo de cometer errores. Solía pensar que yo era tonta o discapacitada mentalmente porque no podía recordar las cosas. Sin embargo, hoy en día reconozco eso como miedo. Por eso es que el servicio ha sido tan importante para mí durante todo mi proceso de

recuperación. A través de los años, he ocupado posiciones de servicio en mi grupo, para el Servicio de Información

de Al‑Anon y ahora para mi Zona. Cada compromiso de servicio me ha enseñado cosas diferentes acerca de mí misma, incluyendo mis fortalezas y mis defectos de carácter. Pero lo más importante es que me ha ayudado a crecer para llegar a ser la persona que soy hoy en día.

Gracias a que tengo más confianza en mis habilidades, puedo dejar ir la fachada que solía ponerme antes para que la gente me quisiera. También puedo admitir mis debilidades más rápidamente sin temer a ser ridiculizada o avergonzada, porque sé que en Al‑Anon estoy rodeada de amigos amorosos que siempre me apoyan y me alientan, sin importar qué. Están dispuestos a ayudarme cuando me quedo estancada o no sé cómo hacer algo. Mis Madrinas de servicio han sido maravillosas porque siempre han sido generosas al compartir su experiencia, fortaleza y esperanza, especialmente si

Llegando a ser yo

mismamediante el servicio

Comenzaba proyectos con mucho entusiasmo,

pero tenía problemas dándoles seguimiento y

terminándolos.

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han ocupado esa posición de servicio en particular. ¡Qué gran regalo!

Siempre he podido hacer varias cosas al mismo tiempo, pero el problema de eso es que a veces mis energías se esparcen y se me olvidan muchos detalles. Mis miedos de que debía complacer a los demás eran un obstáculo, sobre todo cuando yo estaba rodeada de demasiadas personas. Además, comenzaba proyectos con mucho entusiasmo, pero tenía problemas dándoles seguimiento y terminándolos. No obstante, de alguna manera, el trabajo de servicio permite que mi Poder Superior me guíe a través de todo el proceso y yo sea útil de todos modos.

Por ejemplo, mi puesto más reciente como Secretaria de Zona me ha ayudado a aprender cómo concentrarme más y prestarles atención a los detalles. He aprendido a escuchar mejor para poder documentar

las actas de nuestra Asamblea de Zona y las llamadas de conferencia de nuestra Zona de manera más eficiente para que otros las puedan revisar. He aprendido a trabajar mejor como parte de un equipo, y he podido dejar ir la necesidad de ser perfecta o de estar en control, pues, ¡que haya más de un cerebro es verdaderamente mejor que uno solo! Además, he llegado a ver que, cuando varias personas hacen un poco cada una, se hace mucho trabajo sin esfuerzo y de manera eficiente. Ningún trabajo ha sido más importante para mí que el asegurarme de que Al‑Anon está disponible para los recién llegados que aún sufren.

Por Suzanne M., NevadaThe Forum, agosto de 2018

mismamediante el servicio

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DENTRO DE LOS GRUPOS DE FAMILIA AL‑ANON

De vuelta al libro Un día a la vez en Al‑AnonCuando llegué a Al‑Anon, no lo hice

por las razones que se escuchan con frecuencia en las reuniones, como por ejemplo, un cónyuge o compañero alcohólico cuya enfermedad me estuviese afectando de manera negativa. En vez de ello, llegué porque yo sabía que yo era el problema. Reconocí que había crecido en un hogar alcohólico y que había perdido la esperanza. Por lo tanto, cuando miré en la pequeña caja que contenía la literatura de nuestro grupo para comprar mi primer tomo de la Literatura Aprobada por la Conferencia de Al‑Anon, no me atrajo el libro Un día a la vez en Al‑Anon (SB‑6), sino el libro Esperanza para hoy (SB‑27), con su tono más amable y su público más amplio. Ya que me encantaba la literatura de Al‑Anon y tenía demasiado miedo como para pedirle a alguien que fuera mi Madrina, compré muchos libros durante el siguiente año, incluyendo Un día a la vez en Al‑Anon, con el propósito de asimilar todo lo que pudiese en este programa que salva vidas. Pero cuando

traté de leer Un día a la vez en Al‑Anon, el cual este año celebra su aniversario número 50, lo encontré anticuado y no podía identificarme con lo que decía. De hecho, es justo decir que el libro verdaderamente me desagradó. Durante esa etapa de mi recuperación, yo creía, más bien yo sabía, que el libro Un día a la vez en Al‑Anon no tenía nada que ofrecerme.

Así que este pequeño libro profundo se quedó recibiendo polvo en mi librero. Hoy me lo imagino, al igual que el Dios de mi entendimiento, esperando pacientemente a que yo estuviera lista para escuchar su sabiduría, tal y como nosotros los miembros de Al‑Anon esperamos que el recién llegado tenga suficiente desesperación como para estar dispuesto a asistir a su primera reunión. Tras haber trabajado mis Pasos y las Tradiciones, tuve la oportunidad de sacar del librero este poderoso libro de lecturas diarias para convertirlo en parte de mi rutina matutina de lectura, meditación y oración. Al igual que lo he experimentado con el resto de nuestra

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DENTRO DE LOS GRUPOS DE FAMILIA AL‑ANON

al‑anon.org

literatura, las joyas de sabiduría de pronto comenzaron a saltar de las páginas ante mis ojos, cuando, años antes, sentía que nada de eso me aplicaba a mí. Lo que una vez entendí como irrelevante porque yo estaba enfocada en las diferencias, de pronto me pareció increíblemente relevante. Esta guía sencilla pero profunda de nuestro programa de Al‑Anon me pareció estar escrita en un lenguaje

sencillo, tal y como se puede leer en la página 28: «Sé que soy incapaz de resolver solo mi problema. Cuanto más lo intento, más difícil se pone. Estoy seguro de que el Poder Divino es capaz de allanar dificultades a las cuales no puedo hacer frente. Trataré de apartar

de mí todo temor». También descubrí todo el potencial de tener fe en el Dios de mi entendimiento mediante pasajes tales como los que encontré en la página 131: «Lo que deseamos saber lo sabremos sin realizar ninguna acción inquisitiva».

Con los años, me he dado cuenta de que el Dios de mi entendimiento (a quien llamo Ella) tiene sentido del humor, y me La imagino riéndose mientras me ve escribiendo este anuncio acerca de la disponibilidad del libro Un día a la vez en Al‑Anon, edición del aniversario número 50 (SB6‑50), con su hermoso diseño y su marcador de libros. Como parte del equipo de trabajo de Al‑Anon, solo podemos esperar que le hayamos hecho justicia al capturar la belleza y el poder de las palabras que contiene, y que hayamos honrado lo suficiente el regalo increíble que el libro Un día a la vez en Al‑Anon ha sido para los miles de miembros que han encontrado consuelo, sabiduría y esperanza en este libro pequeño pero profundo.

Por Vali F., Directora Ejecutiva, Oficina de Servicio Mundial

The Forum, agosto de 2018

Las joyas de sabiduría de pronto comenzaron a saltar de las páginas ante mis ojos,

cuando, años antes, sentía que nada de eso me aplicaba a mí.

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Mi padre era un alcohólico y mi familia estaba plagada con alcoholismo y adicción. Varios amigos me habían sugerido a Al‑Anon a través de los años. Finalmente, decidí ir a mi primera reunión cuando llevé a mi sobrina a una reunión de Alateen. Pensaba que, al menos, llenaría el tiempo de espera mientras esperaba por ella. Yo era la persona más joven en el salón de reunión y no sentía que tuviera nada en común con la gente que estaba allí, así que no regresé.

Muchos años después, había intentado todo lo que estaba en mis manos para detener la espiral descendente de mi hija. Nada había funcionado, y yo solamente quería que

el dolor se acabara a toda costa. Un día, cuando regresaba de mi trabajo a mi casa, consideré estrellar mi vehículo en la pared divisoria de la autopista para acabar con el dolor. Cuando llegué a mi casa, simplemente colapsé y sollocé en los brazos de mi esposo. Él me sugirió una vez más que intentara Al‑Anon.

Así que llegué a mi segunda reunión. No hay explicación más allá de la existencia de un Poder Superior para justificar mi llegada a esa reunión. Me perdí, no podía encontrar un espacio para estacionarme y llegué diez minutos tarde. Yo estaba totalmente segura de que esto no sería de ayuda, que no me gustaría nada acerca de Al‑Anon, incluyendo la gente, pero no tenía ningún otro lugar a dónde ir. Sin embargo, mientras escuchaba a cada persona compartir, mi cerebro se aquietó y mi corazón comenzó a oír la misma confusión, coraje, culpa y vergüenza que me habían acosado todos los días. Pero, además, escuché risas y me sorprendí cuando yo misma me reí en voz alta también.

Mi hija aún no está sobria, y todavía a veces me consume el miedo. Pero con la ayuda de Al‑Anon, mi Madrina y un Poder Superior de mi entendimiento, ahora tengo esperanza. Ahora puedo, incluso en el peor de mis días, reírme en medio de mis lágrimas.

Por Donnell B., WashingtonThe Forum, agosto de 2018

DIOS TUVOQUE

LLEVARMEHASTA

ALLÍ

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Encontré consuelo mediante la Oración de la Serenidad

La Oración de la Serenidad fue una herramienta que adopté de inmediato durante mi primera reunión. La usé todo el tiempo, todos los días. Calmó mi corazón acelerado y me proveyó un consuelo que no había encontrado en más ningún otro lugar. Me di cuenta de que no tenía que ser la madre, hija, esposa o amiga perfecta. Aprendí a pausar y a considerar aquello que sí me tocaba controlar o cambiar. Me alentó a aceptar lo que era verdadero y real. Más aún, me guio hacia mi Poder Superior. Una vez mi mamá me dio un cuadro bordado en el que se podía leer: «Dos cosas para darles a tus hijos: una es raíces y, la otra, alas». Estoy mejorando en eso de desprenderme con amor y dejar a otras personas en manos de su Poder Superior para que puedan seguir su propio viaje mientras yo sigo el mío. Hago esto con amor y amabilidad, gracias al programa de Al‑Anon y la Oración de la Serenidad.

Por Cindy T., AlbertaThe Forum, agosto de 2018

Está bien ponerme a mí mismo en el primer lugar hoy

Mantenerme concentrado en mí mismo no era parte de mi experiencia de vida antes de encontrar a Al‑Anon, pero ha sido el factor de cambio más importante de mi recuperación. Gracias a esta idea, he encontrado mi verdadero ser, porque he descubierto que soy la persona más importante en mi vida. Antes de Al‑Anon, yo pensaba y actuaba como si todo el mundo fuera más importante y merecedor que yo, y yo quedaba relegado al último lugar. Yo sentía que los demás necesitaban y merecían cosas antes que yo, y que era egoísta pensar en mí mismo primero, en lo más mínimo.

Ahora estoy listo para concentrarme en mí mismo, para ser responsable y rendir cuentas por mi propio comportamiento. Esto no es fácil para mí porque a veces todavía me distraigo y me pierdo en las vidas de los demás. Me pregunto si esto ha sido difícil para mí debido a que tengo miedo de las cosas que pueda descubrir sobre mí mismo. O quizás sea que tengo miedo de ser juzgado cuando el verdadero yo emerja, o que sea demasiada responsabilidad descubrir quien realmente soy día a día. Tal vez lo sea, pero estoy dispuesto a arriesgarme, porque creo firmemente que soy único y que merezco que mis necesidades y deseos sean satisfechos en esta corta vida, una vida que solamente me pertenece a mí. Quizás me criaron para ser de esta manera, pero ahora que soy un adulto maduro, puedo dejar atrás esta forma distorsionada de pensar. ¡Puedo comenzar de nuevo!

Por AnónimoThe Forum, agosto de 2018

¿Sabe un padre

Vol. 51 N.º 4 201814

Soy relativamente nuevo en Al‑Anon. Cuando era niño, yo no sabía que mi padre bebía, aunque

años después descubrí que se bebía una quinta parte de una botella de vodka todos los días. Lo que sí conocía muy bien era el miedo en el que yo vivía. Recuerdo que me estremecía cada vez que escuchaba a alguno de mis padres levantarse en alguna otra parte de la casa. Me preparaba para lo peor, y nunca sabía qué me esperaría. Llevé conmigo ese miedo, odio y amargura hasta mi vida adulta. Sentía que yo era malo o defectuoso de alguna manera, simplemente porque yo estaba allí. Por lo tanto, yo no sentía que podía amar alguien, mucho menos a mí mismo. Pero un día mi Poder Superior puso a un amigo de confianza en mi vida, quien me invitó a una reunión de Al‑Anon. Recuerdo que me sentí sobrecogido durante esa primera reunión. Traté de recordar todo lo que se había dicho. Me sentí de manera muy similar durante mi segunda reunión, pero vi que había consistencia en la repetición de los Pasos, las Tradiciones y los Conceptos. Comencé a enfocarme en los primeros tres Pasos porque sabía

instintivamente que, si tan solo pudiera enfocarme en una sola parte del programa, quizás podía experimentar algún beneficio. Hace algunos meses, decidí conscientemente dejar de tratar de dirigir y controlar la vida. Decidí que iba a salirme de mi propio camino al implementar el Paso Tres en cada encuentro de mi vida. No había pasado mucho tiempo antes de que surgiera una oportunidad.

Recientemente, mi hijo me dijo que había decidido mudar a su novia con él. Mi instinto inmediato fue decirle que no, por su propio bien, pensaba yo. Después de todo, ¿acaso no sabía yo más que él? En vez de ello, recordé el Tercer Paso y decidí callarme la boca. Varios días después, él me dijo que su novia había decidido que no era el momento correcto para mudarse y que ella quería esperar. Tras esa conversación, me di cuenta de que la vida va a transcurrir, sin importar cuánto yo trate de controlarla. Mi Poder Superior me había estado empujando amablemente para que yo simplemente soltara la situación. Así que, lo hice y decidí aceptar lo que viniera.

Por Adam R., KentuckyThe Forum, julio de 2018

lo que es mejor?

Al compartir mi inventario del Cuarto Paso con una Madrina, reconocí las tardanzas como uno de mis defectos de carácter. Yo había valorado las «tardanzas elegantes» como una virtud, como una manera de ser eficiente con mi tiempo. Sin embargo, en el Sexto Paso, estuve enteramente dispuesta a que Dios eliminase este defecto de carácter.

Primero, mi Poder Superior me enseñó que una tardanza es una decisión. Puedo decidir si valoro una conducta o si la devalúo. Durante años, había decidido que llegar tarde no era un problema, pero mi Poder Superior me reveló amablemente cómo mis tardanzas afectaban a los demás. Si llegaba tarde para abrir la cerradura de un salón de reunión de Al‑Anon, la reunión comenzaba tarde

y los miembros perderían momentos de poder compartir experiencia, fortaleza y esperanza. Si yo llegaba tarde a una reunión de trabajo, esto resultaba un inconveniente para aquellos que estaban esperando por mí y para todas

las personas con quienes ellos se suponía que se reunieran ese día. Si me presentaba 15 minutos tarde a una cita con el dentista a las 7:00 de la mañana, retrasaba a todas las personas que iban después de mí.

Mi Poder Superior también me reveló cuánto me afectaban a mí las tardanzas. Aunque disfrutaba del efecto de dopamina que experimentaba al correr de un evento al próximo, sacándole el jugo a cada momento de mi día, esto me creaba estrés. También enviaba un mensaje sutil, o no tan sutil, de que mi tiempo era más importante que el tiempo de los demás y que mis necesidades e intereses eran más importantes que sus necesidades e intereses. Con la ayuda de mi Poder Superior, estoy progresando un poco para liberarme de este defecto. Recientemente, decidí llegar 30 minutos más temprano a una reunión que yo había planificado. Descubrí que las mesas y las sillas estaban puestas incorrectamente. Si me hubiese presentado tarde como de costumbre, hubiese sido imposible reorganizar el salón antes de que llegaran los participantes. ¡Estaba muy agradecida por la oportunidad de comprender los beneficios de la puntualidad!

Por Terese T., KansasThe Forum, julio de 2018

Al compartir mi inventario del Cuarto Paso con una Madrina, reconocí las tardanzas como uno de mis defectos de carácter. Yo había valorado las «tardanzas elegantes» como una virtud, como una manera de ser eficiente con mi tiempo. Sin embargo, en el Sexto Paso, estuve enteramente dispuesta a que Dios eliminase este defecto de carácter.

Primero, mi Poder Superior me enseñó que una tardanza es una decisión. Puedo decidir si valoro una conducta o si la devalúo. Durante años, había decidido que llegar tarde no era un problema, pero mi Poder Superior me reveló amablemente cómo mis tardanzas afectaban a los demás. Si llegaba tarde para abrir la cerradura de un salón de reunión de Al‑Anon, la reunión comenzaba tarde

y los miembros perderían momentos de poder compartir experiencia, fortaleza y esperanza. Si yo llegaba tarde a una reunión de trabajo, esto resultaba un inconveniente para aquellos que estaban esperando por mí y para todas

las personas con quienes ellos se suponía que se reunieran ese día. Si me presentaba 15 minutos tarde a una cita con el dentista a las 7:00 de la mañana, retrasaba a todas las personas que iban después de mí.

Mi Poder Superior también me reveló cuánto me afectaban a mí las tardanzas. Aunque disfrutaba del efecto de dopamina que experimentaba al correr de un evento al próximo, sacándole el jugo a cada momento de mi día, esto me creaba estrés. También enviaba un mensaje sutil, o no tan sutil, de que mi tiempo era más importante que el tiempo de los demás y que mis necesidades e intereses eran más importantes que sus necesidades e intereses. Con la ayuda de mi Poder Superior, estoy progresando un poco para liberarme de este defecto. Recientemente, decidí llegar 30 minutos más temprano a una reunión que yo había planificado. Descubrí que las mesas y las sillas estaban puestas incorrectamente. Si me hubiese presentado tarde como de costumbre, hubiese sido imposible reorganizar el salón antes de que llegaran los participantes. ¡Estaba muy agradecida por la oportunidad de comprender los beneficios de la puntualidad!

Por Terese T., KansasThe Forum, julio de 2018

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Justo a tiempo

Mi Poder Superior me enseñó que una tardanza es

una decisión.

REUNIÓN INSTANTÁNEASÉPTIMO PASO

Vol. 51 N.º 4 201816

Esta es una reunión instantánea sobre el Séptimo Paso: «Humildemente pedimos a Dios que nos librase de nuestras culpas».

Helga S.: Trabajar mi Séptimo Paso me ha demostrado que mi hábito de complacer a los demás surge de no ser honesta conmigo misma. A menudo, mis respuestas hacia los demás están fundamentadas en hacer lo que ellos quieren que yo haga o decir lo que yo creo que ellos quieren que yo diga. No obstante, gracias al programa, estoy aprendiendo a ser un poco más egoísta y a estar pendiente a las cosas que necesito. Por ejemplo, me pregunto a mí misma: ¿Realmente quiero firmar estos papeles para un préstamo más? ¿O estoy haciendo esto porque es lo que mi esposo quiere y eso es lo que siempre he hecho? Si paso mis días preocupándome de dónde va a salir el próximo pago, entonces no estoy cuidando de mí misma. No estoy en paz. Y si no estoy en paz conmigo misma, no soy de bienestar para nadie a mi alrededor. Ahora estoy tratando de cambiar este comportamiento.

Patricia K., Wisconsin: Mi esposo se fue hace casi diez años. El conflicto y el dolor fueron constantes en los últimos años de nuestro matrimonio. He descubierto que esos sentimientos todavía están en mí. Al principio de mi duelo, me sentía muy perdida. Tal parecía que solamente podía concentrarme en mis defectos de carácter. Sin embargo, a través del Séptimo Paso, comencé a ver más allá del dolor y la culpa que había sentido por no haber podido salvar a mi esposo del alcoholismo. Humildemente, comencé a pedirle a mi Poder Superior que eliminase mis defectos de carácter de autopena, arrogancia y autocastigo. Pese a que la enfermedad ha extendido sus brazos para desmoralizarme, Al‑Anon ha tenido brazos —tanto humanos como espirituales— de esperanza, consuelo y amor para ayudarme a levantarme y a salir de los sentimientos negativos que me estaban consumiendo.

Cosas para reflexionar sobre el Séptimo Paso

¿Juega la humildad un papel importante en este

Paso para mí? ¿Cómo?

¿Cuáles son al menos dos de los defectos de

carácter que yo quisiera que mi Poder Superior

eliminase en este Paso?

¿De qué maneras me ha preparado el Sexto Paso

para tomar el Séptimo Paso?

Lea los relatos proporcionados y comparta sus propios pensamientos y reacciones...

REUNIÓN INSTANTÁNEAOCTAVO PASO

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al‑anon.org

Esta es una reunión instantánea sobre el Octavo Paso: «Hicimos una lista de todas las personas a quienes habíamos perjudicado, y estuvimos dispuestos a reparar el mal que les ocasionamos».

Jody: Cuando llegué a Al‑Anon por primera vez, no escuché a la gente hablar de manera positiva acerca del Octavo Paso. Escuché a la gente compartir que no le habían hecho daño a nadie y que solamente estaban dispuestos a ponerse a sí mismos en la lista. Creo que esa hubiese sido la misma actitud que yo hubiese asumido si no hubiese prestado ningún servicio en la hermanad. Me hubiese quedado en mi propia mente mágica y magnificadora, creyendo que me había hecho daño a mí misma, por ejemplo, al no preparar unos sándwiches maravillosos para un pícnic maravilloso. El servicio intensificó mi inventario y vi cuáles eran mis patrones en las relaciones. Trabajar con una población de Al‑Anon y servir me enseñó a participar de manera apropiada en una relación, ya fuera que el alcohólico estuviese bebiendo o no.

Rosemary B., Arizona: En mis esfuerzos para vivir un programa honesto, estoy aprendiendo cómo amarme a mí misma. Yo pensaba que estaba amándome a mí misma y siempre creí que yo era una persona honesta. Sin embargo, ahora me estoy haciendo las preguntas difíciles, a medida que me alejo de ser una mujer excesivamente dependiente a ser una mujer independiente. Encontraba que era fácil justificar por qué yo estaba haciendo las cosas que hacía, pero, en resumidas cuentas, yo estaba haciendo por él lo que él debía hacer por sí mismo. Terminé esa relación por todas las razones correctas. No obstante, debo reparar el mal causado, no por acabar la relación, sino por permitir que fuera tan fácil para él practicar su enfermedad y tan fácil para mí practicar la mía. Él está en mi lista del Octavo Paso y, sí, estoy dispuesta a reparar el mal causado, pues estar dispuesta es todo lo que necesito hacer. No me voy a preocupar acerca de cómo, cuándo o dónde; eso lo sabré en el tiempo que decida mi Poder Superior.

Cosas para reflexionar sobre el Octavo Paso:

¿Estoy dispuesto a ponerme a mí mismo en

mi lista del Octavo Paso?

¿A cuáles de las personas en mi lista

estoy dispuesto a reparar el mal causado? ¿Tal vez

estoy dispuesto? ¿No estoy dispuesto en lo

absoluto?

¿Cómo puedo usar este Paso para crecer en

vez de golpearme a mí mismo?

Lea los relatos proporcionados y comparta sus propios pensamientos y reacciones...

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NUESTROS TRES LEGADOS

Ya no tengo que aceptar la manipulación Séptimo Paso: Humildemente pedimos a Dios que nos librase de nuestras culpas.

Recientemente asistí a una reunión acerca de entregarle nuestras deficiencias a nuestro Poder Superior en el Séptimo Paso. A medida que escuchaba a los miembros compartir su propia experiencia, fortaleza y esperanza, me asombró ver cómo mi Poder Superior me había dado oportunidades para ver que algunas de mis deficiencias se estaban disolviendo. Me reí cuando compartí que, antes de trabajar este Paso, esperaba que, tras pedirle humildemente a mi Poder Superior que eliminara mi lista de deficiencias, él las atacaría con un relámpago. Pero desde que he trabajado en este Paso, realmente he podido ver mi crecimiento personal. Antes, mi baja autoestima hubiese evitado que yo estableciera

límites saludables. Con demasiada frecuencia, los alcohólicos en mi vida podían manipularme con facilidad para que participara en el drama de su propia enfermedad. Al trabajar los Doce Pasos, comencé a amarme más a mí mismo, y pude decirles que no a estos seres queridos. En una ocasión, tras haber aceptado una invitación para salir con un amigo en particular, él añadió: «Cuando vengas de camino, haz una parada en la tienda y tráeme dos tragos y una cerveza». No obstante, con el tiempo, esta persona aceptó el nuevo límite que yo había establecido con amor. Incluso creo que él ahora considera mi decisión reconociendo la fortaleza que requirió enfrentarlo a él.

Por Chris D., IndianaThe Forum, julio de 2018

Esperaba que, tras pedirle humildemente a mi Poder

Superior que eliminara mi lista de deficiencias, él las atacaría

con un relámpago.

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Algo más que pasar la canastaSéptima Tradición: Cada grupo ha de ser económicamente autosuficiente y, por lo tanto, debe rehusar contribuciones externas.

Mientras leía nuestra literatura acerca de la Séptima Tradición, la palabra integridad seguía apareciendo. Aunque esta palabra tiene varios significados, en parte significa que algo no sea perjudicado o esté salvo, y también significa estar completo y sin divisiones. Pensé acerca de mis primeros días en el programa y me di cuenta de que yo había actuado de una manera opuesta a la integridad. Mis pensamientos eran cualquier cosa menos sanos. Me sentía verdaderamente perjudicada, pues me sentía incompleta sin el alcohólico. Mi mundo estaba fragmentado y dividido.

Nuestra literatura dice que una de las piedras angulares del programa es el entendimiento de que los miembros individuales y los grupos son responsables por su propia supervivencia y su progreso. Nadie

puede hacer este trabajo por mí. El pensar «si tan solo ellos hubiesen» pone mi felicidad en manos de los demás. La falta de integridad yace en la creencia irresponsable de que, si tan solo mis seres queridos hicieran lo que yo digo, todo iría bien en el mundo. Al cuidar de mis propias necesidades, me fortalezco y me valoro. Con la ayuda de mis grupos, mi Madrina, la literatura y mi Poder Superior, hoy en día estoy tomando decisiones sanas que unen, en vez de dividir, mi mundo.

Por Vonda D., MontanaThe Forum, julio de 2018

Mis pensamientos eran cualquier cosa

menos sanos.

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NUESTROS TRES LEGADOS

La confianza me liberaSéptimo Concepto: Los administradores (custodios) tienen derechos legales, mientras que los derechos de la Conferencia son tradicionales.

Conocer los límites de lo que me toca hacer en cada situación es algo que me da libertad. En mi hogar, mi compañero maneja nuestros asuntos financieros porque esta es su área de pericia. Pero yo sí tengo un papel. La última aportación que hice fue decir que no apoyo invertir en ninguna acción que implique tabaco o alcohol. Tengo acceso a nuestra información financiera y he aprendido a manejarla en línea. Aun así, no creo que necesite comprender todo el funcionamiento legal detrás de ello. Creo que esto es similar a cómo nuestra Junta de Administradores trabaja para Al‑Anon. Yo soy un miembro de Al‑Anon, pero confío en que la Junta trabajará con los aspectos legales de los Grupos de Familia Al‑Anon, Inc.

También he cambiado completamente la forma en que manejo mi vida profesional. En el pasado, yo les decía a las personas lo

que hacían mal y corregía su trabajo. Nadie aprendía mucho. Hoy en día, solamente les proveo información acerca de los recursos disponibles y les ofrezco aliento. Los individuos toman sus propias decisiones y hacen sus propios cambios. Por lo tanto, yo no propicio comportamientos ni tampoco causo menoscabo. ¡Qué diferencia! He aprendido a confiar en otros miembros responsables de Al‑Anon. Sé que los miembros de la Junta velan por nuestras tradiciones y conocen las leyes y los principios legales que afectan a nuestra hermandad. Yo no necesito saber toda esa información. Esa confianza me permite tener tiempo para disfrutar de quien soy, sentirme segura de que Al‑Anon está en buenas manos y que otros también están en las manos de su Poder Superior.

Por Judy K., NevadaThe Forum, julio de 2018

En el pasado, yo les decía a las personas lo que hacían mal y corregía su trabajo. Nadie

aprendía mucho.

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NUESTROS TRES LEGADOS

El Octavo Paso en etapasOctavo Paso: Hicimos una lista de todas las personas a quienes habíamos perjudicado, y estuvimos dispuestos a reparar el mal que les ocasionamos.

Comencé a asistir a reuniones de Al‑Anon durante el mes de agosto, así que había muchas reuniones acerca del Octavo Paso. Tras escuchar un poco acerca de lo que se requería para trabajar en este Paso, estuve a punto de irme. Me parecía muy agobiante reflexionar acerca de cada persona a la que yo había herido. ¡Podía pensar en algunas personas a las que había herido ese mismo día! Pero me quedé. Alguien me tranquilizó diciéndome que lo único que tenía que hacer en ese preciso momento era considerar el Primer Paso.

El Octavo Paso es un Paso que cambia vidas, ¡pero da mucho temor! Estaba agradecida por la guía de mi Madrina y la sabiduría de la literatura. Una vez comprendí que solo se trataba de hacer una lista, me calmé un poco. Me gustó el pasaje de la página 162 del libro Valor para cambiar (SB‑16) en el cual se sugiere dividir en tres categorías la lista de personas a quienes les debo una reparación de daños: aquellos a quienes estoy dispuesta a reparar el mal causado, aquellos a los que podría reparar el mal causado y aquellos a los que nunca jamás repararía el mal causado. Al‑Anon se trata de aquello que puedo hacer hoy y, si hago únicamente aquello que es manejable, entonces es un programa de «progreso, no perfección».

Un amigo mío dice: «mueve un músculo; cambia un pensamiento».

Eso fue verdad para mí durante el Octavo Paso. Si no hubiese reparado algunos de los daños que causé antes de estar dispuesta a repararlos todos, aún estaría estancada. Comencé por las reparaciones de daños que eran más fáciles, y poco a poco estuve dispuesta a reparar daños a todas las personas, instituciones y grupos que estaban en mi lista del Octavo Paso. Es por esa misma razón que mi Octavo Paso y mi Noveno Paso están entrelazados. También aprendí que puedo hacer reparaciones parciales de daños.

Cuando criticaba a una persona, pero no estaba dispuesta a reparar daños de manera directa, descubrí que podía comenzar orando por ellos y dejando de juzgar sus palabras y acciones. Eso me ayudaba a suavizar mis actitudes hacia esa persona, y descubrí que poco a poco fue posible hacer una reparación de daños directa.

Por Claudia M., ArizonaThe Forum, agosto de 2018

Me parecía muy agobiante reflexionar

acerca de cada persona a la que yo había herido.

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NUESTROS TRES LEGADOS

Dar un paso atrásOctava Tradición: Las actividades prescritas por el Duodécimo Paso en Al‑Anon nunca debieran tener carácter profesional, pero nuestros centros de servicio pueden contratar empleados especializados.

La Octava Tradición me recuerda la importancia de la rotación de servicio. A veces, cuando un miembro se siente bien haciendo una labor de servicio, él o ella no querrá dejar de hacerlo cuando el término se haya acabado. Yo experimenté esto en mi grupo base anterior. Una de las miembros fundadoras llevaba a cabo muchas de las tareas y no las cedía incluso cuando se le pedía que lo hiciera. Esto significaba que los nuevos miembros no tenían la oportunidad de servir al grupo y aprender acerca de los beneficios del servicio. Una de las tareas de servicio para el grupo estaba relacionada con la profesión de esta persona, y por tal razón, ella parecía sentir que era la única que debía tener esta posición. Además, los miembros más nuevos cedían ante ella porque

aún no conocían nuestros principios de igualdad ni cómo se tomaban las decisiones mediante la consciencia grupal.

Uno de los miembros que había ofrecido servicio realizando muchas funciones me explicó que la rotación es un principio espiritual, el cual nos enseña «dejar ir y dejar a Dios actuar». Entendí lo que quiso decir únicamente cuando roté fuera de una posición que tomaba mucho de mi tiempo, pero por la cual sentía mucho entusiasmo. ¡Fue muy difícil dejarla ir! Le dejé saber a la próxima fiel servidora que yo estaba disponible en cualquier momento si ella tenía preguntas, pero debía permanecer callado y dejar que ella trabajara sin interferencias.

Por AnónimoThe Forum, agosto de 2018

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NUESTROS TRES LEGADOS

Todo lo que tenía que hacer era pedirOctavo Concepto: La Junta de Administradores (custodios) delega total autoridad a sus comités ejecutivos para la administración de rutina de la Sede de Al‑Anon.

El Octavo Concepto ha sido de gran importancia en mi crecimiento como una fiel servidora en Al‑Anon, como dueña de un negocio y como miembro de mi familia. Para mí, el Octavo Concepto se trata de delegar y comprender mi papel en todas estas áreas. Cuando serví como Representante Grupal para mi grupo hogar, una miembro con más experiencia me dijo que, si las cosas se ponían demasiado difíciles, quizás era que estaba tratando de hacerlo todo yo sola. Muy pronto comprendí lo que ella quería decir, cuando descubrí que yo no quería ir a las reuniones. Al tratar de descifrar por qué pasaba esto, me di cuenta de que lo estaba haciendo todo yo sola: acomodando la literatura, abriendo y cerrando la reunión, y limpiando y cerrando el lugar después de que todos los demás se iban. Sin embargo, con el tiempo, le pedí a otros miembros si cada uno de ellos podía encargarse de una de las tareas y estuvieron de acuerdo.

Soy dueña de un negocio que está

en múltiples lugares. Cuando añadí una nueva localidad, descubrí que estaba haciéndolo todo yo sola y sintiéndome sobrecargada una vez más. Más adelante, durante una reunión con los administradores de todas las localidades, les asigné muchos de mis deberes y delegué en ellos la autoridad para operar a nombre mío. Los administradores eran como mi Comité Ejecutivo.

También ha sido una experiencia milagrosa ver los efectos de mi comportamiento nuevo en la dinámica de mi familia. Al ver a mis hijos crecer y criar a sus propias familias, puedo darles la dignidad y la gracia de funcionar como ellos entiendan. Los principios del Octavo Concepto me enseñan que no tengo que hacerlo todo.

Por Judy P., TexasThe Forum, agosto de 2018

Estaba haciéndolo todo yo sola y sintiéndome sobrecargada

una vez más.

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Encontré consuelo en AlateenDurante el tiempo en el que he estado asistiendo a reuniones de Alateen,

he aprendido que no es mi responsabilidad cuidar a mis padres, quienes son alcohólicos. También he aprendido que no puedo controlar su alcoholismo. Es una enfermedad. Me da mucho consuelo saber que hay otros adolescentes en la misma situación, y que ellos entienden. Alateen me ha ayudado a dejar ir mi coraje hacia mis padres debido a su alcoholismo. Aunque no he asistido a Alateen por mucho tiempo, se lo sugiero a otros adolescentes que están en la misma situación.

Por Anónimo, Nuevo MéxicoThe Forum, agosto de 2018

AL ATEEN

Saliéndome de mi propio caminoLa primera vez que llegué a Alateen, pensé que sería algo así como la

consejería escolar, y que yo iba a odiarlo. Pero cuando todo el mundo comenzó a compartir, era como si ellos supieran que Alateen estaba bien, y tuve la sensación de que estaba segura. Antes de Alateen, yo no solía hacer nada que fuera a avergonzarme. Yo era esa chica en la parte de atrás del aula de clases. Yo solamente hacía lo que necesitaba hacer en la escuela y luego me iba. Pero en Alateen, me sentía útil y sentía que yo importaba. Hoy en día, me gusta decir: «Sí, estoy aquí para ayudar. ¿Qué puedo hacer?». Puedo exponerme y hacer cambios. Hoy yo sé que sí importo. Sé que a la gente sí le importa lo que está pasando en mi vida y que está dispuesta a ayudarme con mi vida.

Por Lilyan, IndianaThe Forum, julio de 2018

Al‑Anon y Alateen en acción es publicado en español seis veces al año por Al‑Anon Family Group Headquarters, Inc., 1600 Corporate Landing Parkway, Virginia Beach, VA 23454‑5617.Número para llamadas gratuitas para solicitar información sobre las reuniones:En los EE.UU. y el Canadá: 1‑888‑4Al‑Anon.Suscripciones anuales: Estados Unidos y el Canadá: Suscripción Individual US$10.00. Para el resto de los países: Individual US$13.00.Este boletín contiene noticias, guías y comentarios provenientes de miembros de Al‑Anon, de voluntarios, del personal y de lectores que comparten sus experiencias de crecimiento espiritual, individual y de grupo por medio del servicio.