peruanos de ambicion

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    Nios, nias y adolescentes

    en las zonas cocaleras del

    VRAE y el Alto Huallaga

    Fabin NovakSandra Namihas

    Milagros HuamnLuis Garca - Corrochano

    2011

    Documento 13:

    Autores:

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    ndice

    1. Aspectos generales de la investigacin 71.1. Denicin de la metodologa y del enfoque de la investigacin 71.2. Caractersticas del trabajo de campo en el VRAE y el Alto

    huallaga 91.2.1. Alto Huallaga: Monzn y Leoncio Prado 91.2.2. Valle del Ro Apurmac y Ene (VRAE) 10

    1.3. Entrevistas a autoridades e instituciones 11

    2. Caractersticas generales del VRAE y el Alto Huallaga 132.1. Ubicacin geogrca 132.2. Poblacin 142.3. Situacin socio-econmica 172.4. Niveles de produccin cocalera 18

    3. Participacin de nios, nias y adolescentes en actividadesvinculadas al narcotrco en ambas regiones 223.1. Perl de los nios, nias y adolescentes y entorno

    en el que se desarrollan 223.1.1. Edad y sexo 223.1.2. Grado de instruccin 233.1.3. Lugar de residencia 243.1.4. Lugar de procedencia 253.1.5. Composicin familiar 263.1.6. Propiedad de las parcelas que trabajan 283.1.7. Cultivos que producen 29

    3.2. Caractersticas de la utilizacin de los nios, nias yadolescentes en los valles cocaleros 313.2.1. Formas de captacin 313.2.2. Medios utilizados para la captacin: la autoridad

    familiary la remuneracin 323.2.3. Tipo de actividades que realizan 363.2.4. Periodos en el que realizan sus actividades 433.2.5. Condiciones en las que realizan sus actividades 43

    a) Salud 43b) Alimentacin 47c) Educacin 48d) Seguridad 52e) Cultura y valores 55

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    3.2.6 Perspectivas a futuro 583.2.7 La situacin particular de los nios soldados 59

    a) Antecedentes 59

    b) Situacin actual 624. Calicacin o condicin jurdica de los nios, nias y

    adolescentes involucrados 654.1. Derecho Internacional Laboral: Trabajo infantil, edad

    mnimay peores formas de trabajo infantil 654.2. Derecho Internacional de los Derechos Humanos: 70 4.2.1. Trata de personas 70 4.2.2. Desarrollo integral del nio 73

    4.3. Derecho Internacional Humanitario: Nios Soldados 74

    5. Conclusiones y recomendaciones 78

    Bibliografa 83

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    1. Aspectos generales de la investigacin

    1.1. Denicin de la metodologa y del enfoque de lainvestigacin

    La utilizacin de los nios, nias y adolescentes1 en actividadesvinculadas al narcotrco en las zonas cocaleras como objeto deestudio, es relativamente reciente dadas las dicultades geogrcas yde seguridad existentes en las regiones donde se desarrolla con mayor

    intensidad la actividad cocalera, que complican y en algunos casosanulan el acceso a la informacin. Sin embargo, es un fenmenoque se desarrolla en nuestra realidad social y que por tanto, debemosconocer en profundidad si queremos transformarlo y darle solucin.

    Por estas razones, para el presente estudio era necesario emplear elmtodo cientco de investigacin, esto es, la interaccin continuaentre la experiencia de campo y la teora;2iniciando la investigacin con

    el abordaje de toda la documentacin existente, para luego vericar lainformacin con la observacin emprica de la realidad. En este sentido,para la presente publicacin se han aplicado dos tcnicas de investigacinen forma paralela a efectos de consultar todas las fuentes disponibles:

    a) Investigacin de gabinete, mediante la cual se hanconsultado las diversas fuentes normativas, bibliogrcas

    y hemerogrcas ya publicadas sobre la temtica (normasinternacionales e internas, libros, revistas, peridicos, medioselectrnicos, informes, documentos, etc.).3

    1 En relacin a estas tres denominaciones que se emplearn en el presente trabajo, se debeprecisar que este asume la posicin contenida en el artculo 1 de la Convencin sobrelos Derechos del Nio de 1989, que entiende por nio todo ser humano menor de 18aos. La utilizacin del trmino adolescente responde ms bien a una especicacincronolgica y de caractersticas fsicas y psicolgicas del menor, sin que ello impliquedesconocer su condicin de nio o nia. Solo como referencia, la Ley N 27337 Nuevo

    Cdigo de los Nios y Adolescentes, promulgada el 2 de agosto de 2000, precisa queadolescente es toda aquella persona desde los 12 hasta los 18 aos de edad.2 SIERRA BRAVO, Restituto. Ciencias Sociales. Epistemologa, lgica y metodologa. Teora

    y ejercicios. Madrid: Paraninfo, 1984, p. 208.3 ORTZ, Frida y Mara del Pilar GARCA.Metodologa de la investigacin. El proceso y

    sus tcnicas. Mxico D.F.: Limusa Noriega Editores, 2000, pp. 100-102.

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    b) Investigacin de campo, mediante la cual se ha obtenidoinformacin basada en fuentes primarias, esto es, a travsde la observacin directa del fenmeno y la realizacin deentrevistas -a autoridades, vctimas, testigos y pobladores-

    estructuradas (sustentadas en un cuestionario preestablecido)y semi-estructuradas (conversaciones basadas en ideas-fuerza) en el valle del ro Apurmac y Ene (VRAE) y el AltoHuallaga.4

    En cuanto al mtodo de investigacin aplicado al presente estudio,debemos precisar que ste ha sido el analtico-sinttico, es decir, seha observado y analizado cada uno de los componentes o elementosconstitutivos del fenmeno, para posteriormente reconstruirlo en untodo.5

    El enfoque de esta investigacin ha sido el cualitativo, con elpropsito de comprender a cabalidad cmo se comporta el fenmenoen estas regiones, lo que incluye determinar el perl de los nios,nias y adolescentes, las caractersticas de su utilizacin y empleo en

    actividades vinculadas al narcotrco, as como las condiciones desalud, alimentacin, seguridad y educacin a las que se encuentransometidas.6

    Toda esta informacin recabada nos ha permitido establecerla calicacin o condicin jurdica de este grupo poblacionalparticularmente vulnerable, sealar los derechos que vienen siendovulnerados y tambin plantear un conjunto de recomendaciones a serimplementadas por el Estado peruano, a efectos de recuperar a estosnios y adolescentes e integrarlos a una vida lcita que respete sudignidad.

    4

    ORTZ, Frida y Mara del Pilar GARCA.Metodologa, pp. 120-129.5 ORTZ, Frida y Mara del Pilar GARCA.Metodologa..., pp. 63-64.6 HERNNDEZ, Roberto, Carlos FERNNDEZ y Pilar BAPTISTA.Metodologa de la

    Investigacin. Mxico D.F.: Mc Graw Hill, 2006. POSADA, Jos Luis y Rafael LPEZ-FEAL. Mtodos de Investigacin en Ciencias Humanas y Sociales. Madrid: ThompsonEditores, 2003, pp.114-127.

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    2. Caractersticas generales del VRAE y el AltoHuallaga

    El presente estudio, como ha sido sealado, se ha desarrollado enlas principales provincias y distritos que conforman el Valle del RoApurmac y Ene (VRAE) y el Alto Huallaga, buscando estableceren cada caso las caractersticas de la participacin de nios, nias yadolescentes en actividades vinculadas al narcotrco.

    Por esta razn, nos parece un punto de partida necesario abordarlas caractersticas generales de estas dos regiones, como son suubicacin geogrca, su poblacin, su situacin socio-econmica, losniveles de produccin cocalera, as como las dicultades geogrcasy de seguridad que presentan ambas regiones, para de esta maneracomprender cmo el mbito en donde se desarrollan estos nios yadolescentes facilita su captacin e incorporacin a la cadena-narco.8

    2.1. Ubicacin geogrca

    El Alto Huallaga se encuentra ubicado entre los departamentos deSan Martn y Hunuco. En esta gran cuenca se pueden distinguir dosescenarios siogrcos: el primero de ellos corresponde a la margenderecha e izquierda del ro Huallaga, entre las localidades de Tingo Maraen la zona sur y la localidad de Plvora en la zona norte. El segundo

    escenario corresponde exclusivamente a la subcuenca del ro Monzn.

    8 La cadena-narco alude a que el narcotrco implica la existencia de una cadena quecuenta con mltiples eslabones, todos enlazados entre s. Una cadena en donde cadaeslabn tiene un rostro y una responsabilidad especcos. En esta cadena se encuen-tran desde los grandes tracantes, crteles y elementos del crimen organizado, hastalos pequeos productores de coca-narcotrco y los consumidores nales, objetivoltimo del comercio ilegal. Por tanto, uno de los eslabones de esta cadena es el

    agricultor cocalero que produce la hoja de coca, materia prima indispensable parala produccin de cocana y que vende dicho producto al narcotrco, alimentan-do este negocio ilcito. MNDEZ, Mara. El impacto del narcotrco en el mbitopoltico. La cadena narco: amenaza para la democracia y la gobernabilidad. En:INSTITUTO DE ESTUDIOS INTERNACIONALES.Amenaza a la Seguridad. El Mapadel Narcotrco en el Per. Lima: IDEI-PUCP, 2009, p. 57.

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    solo el 2.99%. La poblacin econmicamente activa (PEA) es de130,580 habitantes, esto es, el 33.58% de la poblacin total.

    Existe una fuerte migracin de otras regiones aledaas, principalmente

    altoandinas, producto de la demanda de mano de obra en la zona paralas distintas actividades vinculadas al narcotrco, como tambin porlos mayores ingresos que ofrecen las rmas narco.11Asimismo, se dala presencia de grupos indgenas como los ashninkas y matsigenkas.

    En cuanto al Alto Huallaga, la composicin de la poblacin es tambinmayoritariamente joven. As, la poblacin de 0 a 14 aos constituyeel 41.9% del total, la de 15 a 64 aos es el 55.6% y la de 65 aos oms representa nicamente el 1.7%.12En consecuencia, al igual queel VRAE, se trata de una regin que en trminos poblacionales resultaatractiva y fcil de captar por el narcotrco.

    Adicionalmente, existe tambin en esta regin una poblacin migranteesencialmente serrana, estimulada por el boomde la coca, as comopor la crisis agrcola y sequas ocurridas en las zonas altoandinas.13

    2.3. Situacin socio-econmica

    La zona del VRAE se caracteriza por sus elevados niveles de pobreza, limitadapresencia del Estado as como por su escasa y deciente infraestructura bsica(agua, saneamiento, electricacin, carreteras, hospitales, colegios, etc.).

    As, el 92% es pobre y el 46.8% pobre-extremo.14Asimismo, el 80% delas viviendas no tienen agua potable, el 77% carece de energa elctrica,el 75% de las muertes maternas pudieron ser evitadas, el 62% de lapoblacin es afectada por la falta de vas de comunicacin, el 51%

    11 Las rmas son grupos familiares maosos que no llegan a tener la dimensin, es-tructura y organizacin de un crtel.

    12 UNICEF. Nios en zonas cocaleras. Un estudio en los valles de los ros Apurimac y Alto

    Huallaga. Lima: Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia en el Per, 2005, p. 11.13 UNICEF. Nios en zonas cocaleras. Un estudio en los valles de los ros Apurimac y AltoHuallaga. Lima: Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia en el Per, 2005,pp.44-45.

    14 UNICEF. Nios en zonas cocaleras. Un estudio en los valles de los ros Apurimac y AltoHuallaga. Lima: Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia en el Per, 2005, p. 5.

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    tiene desnutricin crnica, el 30% es analfabeta y el 31% de losestablecimientos de salud se encuentran en mal estado de conservacin.15

    De otro lado, las provincias y distritos que conforman el VRAE

    muestran ndices de desarrollo humano medio-bajo o bajo.

    En lo que respecta al Alto Huallaga, las provincias que la conformantambin muestran ndices de pobreza con signicativos porcentajes denecesidades no satisfechas (agua, electricidad, salud, educacin, nutricin,etc.), todo lo cual evidencia ndices bajos de desarrollo humano. En estaregin, el 54.3% de los habitantes es pobre y el 7.7% es pobre extremo.16

    2.4. Niveles de produccin cocalera

    Lo sealado en los tres puntos anteriores explica, en gran parte, losaltos niveles de produccin cocalera y de narcotrco presentes enel Alto Huallaga y el VRAE. En efecto, las complicadas condicionesgeogrcas de estas zonas, que hacen difcil su control por parte de

    las autoridades del Estado; las favorables condiciones climatolgicaspara el cultivo de la hoja de coca; la composicin mayoritariamentejoven de la poblacin; los elevados niveles de pobreza y la escasapresencia del Estado sumada a una deciente infraestructura bsica;amn de una fuerte migracin alto andina en bsqueda de trabajo;todo ello acompaado de una deciente y a veces nula aplicacinde una estrategia antidroga explican por qu estas dos regiones sonlas ms importantes zonas de produccin de coca y cocana del pas,representando juntas casi el 60% de la produccin cocalera nacional.

    En el ao 2009, en el Alto Huallaga, la produccin cocalera alcanzlas 17,497has, 351has menos que la registrada en el 2008, ao enque alcanz las 17,848has. Esta produccin, que representa el 29.66%de la produccin cocalera nacional, se encuentra distribuida de lasiguiente forma:17

    15 Informacin proporcionada por la Secretara General del Ministerio de Defensa del Per.16 UNICEF. Nios en zonas cocaleras. Un estudio en los valles de los ros Apurimac y Alto

    Huallaga. Lima: Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia en el Per, 2005, p. 5.17 OFICINA DE LAS NACIONES UNIDAS CONTRA LA DROGA Y EL DELITO (ONU-

    DD). Per. Monitoreo de Cultivos de Coca 2009. Lima: ONUDD DEVIDA, junio 2010, p. 33.

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    El cultivo de la coca en el Alto Huallaga tiene predominancia tanto enlos espacios de uso agropecuario como en los ingresos de las familiascampesinas, las que directa o indirectamente dependen de la economagenerada por el comercio de la hoja o de sus derivados. Ello explica la

    cerrada defensa de la poblacin y de los gremios de productores antecualquier medida que intente afectar las reas de produccin o romperla cadena delictiva del narcotrco.20

    Finalmente, sobre la presencia subversiva en el Alto Huallaga sepuede armar que estas organizaciones armadas se han hecho notarprincipalmente en las zonas de mayor produccin cocalera.

    En el caso del VRAE, la produccin cocalera para el ao 2009 fuede 17,486 has, superando en 4.6% la produccin cocalera en el 2008.Esto signica que el VRAE, por s solo, representa el 29.64% de laproduccin cocalera nacional, distribuyndose de la siguiente forma:21

    Grco 4

    Fuente: UNODC, 2009.Elaboracin: IDEI.

    Los distritos o sectores que presentan una mayor concentracin decultivos son: LLochegua, Palmapampa, Santa Rosa, Alto Pichari,

    Monterrico, entre otros.20 OFICINA DE LAS NACIONES UNIDAS CONTRA LA DROGA Y EL DELITO

    (ONUDD). Per. Monitoreo de Cultivos de Coca 2009, p.35.21 OFICINA DE LAS NACIONES UNIDAS CONTRA LA DROGA Y EL DELITO

    (ONUDD). Per. Monitoreo de Cultivos de Coca 2009, p. 42.

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    3. Participacin de nios, nias y adolescentes enactividades vinculadas al narcotrco en ambasregiones

    3.1. Perl de los nios, nias y adolescentes y entorno en elque se desarrollan

    Durante los meses de ejecucin del proyecto, se ha podido obtener lainformacin necesaria para determinar el perl y/o rasgos generales

    de los nios, nias y adolescentes en actividades vinculadas alnarcotrco en el VRAE y el Alto Huallaga, as como el entorno querodea sus actividades.

    En este sentido, se ha podido establecer las edades y sexo de los niosy adolescentes mayormente involucrados; los lugares de procedenciade sus familias; su lugar de residencia; la estructura y composicinde sus familias; la titularidad de las tierras en las que desarrollan su

    trabajo; as como los cultivos lcitos o ilcitos que estn presentes endichas tierras.

    Esta informacin resulta de vital importancia no solo por la ausencia deinvestigaciones y de data sobre esta materia sino tambin porque nospermitir identicar mejor el universo de menores de edad utilizadosen diversas etapas de la cadena-narco, lo que a su vez facilitar la

    formulacin de estrategias y planes de accin a favor de estos gruposvulnerables de nuestra poblacin.

    3.1.1. Edad y sexoNo es posible establecer una regla general en relacin a la edad ysexo de los nios, nias y adolescentes utilizados para actividadesvinculadas al narcotrco, pues existen diferencias en funcin de laactividad especca que estos realizan e incluso en atencin a la zona

    o espacio geogrco donde esta se desarrolla.

    As, en el caso del Alto Huallaga, se encontr que aproximadamente el60% de los nios y adolescentes que trabajan en la actividad cocalera

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    (cosechando coca) son mujeres, cuyas edades uctan entre los 10 y 17aos. Contrariamente a lo que pueda pensarse, existe una preferencia porla participacin de este sector en la actividad sealada.

    En el caso del VRAE, la situacin es muy similar en lo que respectaal sexo de los nios y adolescentes dedicados a la cosecha de lacoca, en tanto el 50% son mujeres. Este grupo est conformado pornias y adolescentes cuyas edades oscilan entre los 10 y 17 aos,aproximadamente, y por madres solteras jvenes y adultas quienesson las ms solicitadas para el trabajo de jalar coca.23

    En el caso de los adolescentes varones de ambos valles, que se dedicana pisar coca,24trabajar en las pozas de maceracin y a traquetearla droga,25 suelen tener como mnimo 16 a 17 aos. Esto debido almayor esfuerzo fsico que estas actividades requieren, as como a lasposibilidades de enfrentamiento armado que la ltima actividad implica.En todo caso, en ninguna de estas actividades participan mujeres.

    Finalmente, tratndose de labores como la comercializacin de la droga

    en la zona, en algunos casos suele recurrirse a menores entre los 16 y 17aos como mnimo. No obstante, se reconoce que para estas actividadeshay una prevalencia en los hechos de jvenes mayores de edad.

    3.1.2. Grado de instruccinLos niveles educativos alcanzados por los pobladores del VRAE y delAlto Huallaga son visiblemente menores que el promedio nacional,no obstante que las tasas de matrcula de los nios en edad escolar,segn algunos estudios, superan el 90%.26

    23 El trmino jalar alude a la cosecha de hoja de coca y ms especcamente a la re-coleccin de las hojas de la coca con las manos.

    24 El trmino pisar coca se reere al acto fsico de pisar la hoja de coca con los piesrepetidas veces, con el propsito de extraer el alcaloide.

    25 El trmino traquetear alude al traslado de la droga de un lugar a otro y es usado

    en la zona del Alto Huallaga. Traquetero es sinnimo de mochilero o carga-cho en el VRAE, que son los que transportan la droga en los caminos de herraduraen este valle.

    26 UNICEF. Nios en zonas cocaleras. Un estudio en los valles de los ros Apurimac y AltoHuallaga. Lima: Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia en el Per, 2005,pp.80-81.

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    Y es que el problema fundamental radica en que a medida que la edadaumenta, las tasas de matrcula disminuyen; as, hasta los trece aos,estas son cercanas al 99%, pero de 14 a 17 aos, la tasa disminuyeprogresivamente.

    Todo esto determina un atraso escolar bastante elevado, observndoseque alrededor del 45% de los nios y adolescentes se encuentranen situacin de extra-edad. Ms especcamente, el 43.9% de lasmujeres y el 47.7% de los varones en el VRAE se encuentran en estasituacin; mientras que el 36.6% de las mujeres y el 50.9% de losvarones lo est en el Alto Huallaga. Estas cifras son mayores que elpromedio nacional y la situacin empeora a medida que los escolaresse acercan a la mayora de edad.27

    Sobre este punto en particular, la presente investigacin pudo vericarque, en el Alto Huallaga, tanto en el Monzn como en Leoncio Prado,los nios y adolescentes tienen un retraso escolar con respecto a suedad, culminando la secundaria entre los 18 y 20 aos.

    3.1.3. Lugar de residenciaOtro rasgo de los nios, nias y adolescentes que laboran en el VRAEy el Alto Huallaga est referido al lugar de residencia.

    As, en el caso del Alto Huallaga, la mayora de los nios y adolescentesque trabajan en actividades vinculadas a la produccin cocalera, hannacido y residen (es decir, que tienen su vivienda y familia o parte deella), en el mismo valle del Monzn y en los distritos de la provinciade Leoncio Prado. All, simultneamente, estudian y trabajan. Lasnicas excepciones encontradas fueron dos jvenes de Ramal deAspuzana (Tocache) y otro de Ricardo Palma (distrito Padre FelipeLuyando), que no radicaban en estas zonas.

    En el caso del VRAE, la totalidad de los nios y adolescentesentrevistados son naturales y radican en las respectivas localidades

    donde se les encontr. No obstante, de acuerdo a los testimoniosobtenidos, se sabe que en el perodo de vacaciones escolares, hay

    27 UNICEF. Nios en zonas cocaleras. Un estudio en los valles de los ros Apurimac y Alto Hua-llaga. Lima: Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia en el Per, 2005, pp.84-85.

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    El nmero de migrantes en el Alto Huallaga es tan alto, que en algunoscasos deciden agruparse por zonas segn su origen, creando una nuevacomunidad. Esto ha ocurrido en zonas de La Morada, Yanajanca,Plvora y otros lugares del Huallaga. Un caso particularmente

    destacable es el de la comunidad de Nueva Cajamarca, conformadaprecisamente por migrantes de esa regin.

    En lo que respecta al Valle del Ro Apurmac y Ene VRAE, lasfamilias son en su mayora migrantes provenientes de Ayacucho(fundamentalmente de las provincias de Huanta y La Mar), Cusco (enparticular de la provincia de Quillabamba), Apurmac (especialmente delas provincias de Andahuaylas y Chincheros) y Junn (en particular deHuancayo y Satipo). A estas familias las llaman colonos. Tambin hayfamilias de otras regiones (como Arequipa y Lima) pero son minoritarias.

    Precisamente, en esa situacin minoritaria, se encuentran lascomunidades nativas Ashninkas y Machiguengas, que se ubican enalgunas comunidades del valle ro Apurmac (particularmente enKimbiri y Pichari) y el valle del ro Ene, en los distritos de San Martn

    de Pangoa y Ro Tambo, ambos distritos ubicados en la regin Junn.Algunos de ellos incluso han sido contactados por los remanentesde Sendero Luminoso en la zona, a efectos de incorporarlos en susactividades criminales.

    3.1.5. Composicin familiar

    Si bien el levantamiento de informacin llevado a cabo por esteproyecto no nos permite establecer estadsticas, si posibilita inferirtendencias y hasta clculos aproximados.

    En este sentido, de acuerdo a los datos y entrevistas obtenidas en lazona del Monzn, podramos inferir que aproximadamente el 20%de los nios, nias y adolescentes dedicados a actividades vinculadasal narcotrco viven con padres separados, el 10% vive con otrosfamiliares (tos, primos, u otro familiar) y el 70% viven como una

    familia constituida (pap, mam y hermanos). Sobre esto ltimodebemos aportar un dato adicional cual es que la mayora de estasfamilias constituidas son convivientes. En las zonas cocaleras deLeoncio Prado la situacin es, ms o menos, parecida.

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    Este ltimo dato es de particular importancia, pues si bien laconvivencia es un estilo de vida muy aceptado y generalizado enestos valles, esto trae consecuencias:

    Por un lado, se presenta la posibilidad de que un nio o nia crezcaen un hogar inestable, donde los padres tiendan a separarse y arehacer su vida sentimental con otra persona. Si la nueva pareja tienedescendencia la dinmica familiar cambiar, tanto en lo emocionalcomo en lo econmico. No solo deben aceptar a nuevos integrantes enla familia y acostumbrase a la nueva situacin, sino que la distribucinde los ingresos y los gastos tambin se ver afectada. El tamao de lafamilia es un elemento importante en la administracin domstica ysi por aadidura los ingresos de la familia son bajos, la tensin en elhogar aumentar, pudiendo darse episodios de violencia intrafamiliarque perjudica directamente a los nios, nias y adolescentes.28

    En el Valle del Ro Apurmac y Ene, un importante porcentaje dehogares (segn conversaciones con algunos funcionarios) sondisfuncionales. Prcticamente el 25 o 30% de los nios, nias y

    adolescentes de la zona viven solo con el padre, solo con la madre osin ninguno de ellos.

    En consecuencia, se mantiene la tendencia sealada en investigacionesprecedentes.29Adicionalmente, quizs sera pertinente aadir que enestas zonas el embarazo precoz y la unin entre adolescentes, ya seapor matrimonio o convivencia, se producen con mucha frecuencia.Por lo general, estas uniones no son duraderas y existen muchos casosde segundos compromisos.

    Asimismo, hay una fuerte incidencia de maltratos fsicos y psicolgicosde los esposos o convivientes a sus parejas. Estudios previos sealanque en el VRAE el porcentaje de mujeres maltratadas por susparejas supera el 35%, mientras que en el Alto Huallaga la cifra seramenor, llegando a 15.6%. No obstante, las cifras reales pueden ser

    28 UNICEF. Nios en zonas cocaleras. Un estudio en los valles de los ros Apurimac y AltoHuallaga. Lima: Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia en el Per, 2005, pp.25-26.

    29 UNICEF. Nios en zonas cocaleras. Un estudio en los valles de los ros Apurimac y AltoHuallaga. Lima: Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia en el Per, 2005, p. 26.

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    an mayores si se tiene en cuenta que la mayora de las vctimas demaltrato ocultan lo que les sucede. Si a esto agregamos que el castigofsico como medida disciplinaria es bastante comn en el hogar y enla escuela (61.4%), la violencia se constituye en el entorno inmediato

    de los infantes. Esta caracterstica resulta tremendamente importantepara comprender la situacin de los nios, nias y adolescentes deambos valles, pues tales conictos debilitan el entorno familiar y elestado emocional de este grupo vulnerable de nuestra poblacin.30

    Finalmente, el nivel educativo o grado de instruccin de los padresde los nios, nias y adolescentes de estos dos valles suele serbastante bajo. De acuerdo a las cifras de UNICEF, el promedio deaos de educacin alcanzado por los jefes de hogar en el VRAE yel Alto Huallaga es de 4.9 aos, es decir, no terminaron los estudiosprimarios. Dicha cifra es bastante ms baja que el promedio nacionalque se ubica en 7.9 aos de educacin, equivalentes a secundariaincompleta.31 Esto se pudo comprobar con los alfabetizadores delas zonas materia de investigacin, los mismos que indicaron lasdicultades que se les presentaba para llevar adelante su tarea debido

    a la resistencia que la poblacin en edad escolar ofreca e incluso dealgunos padres de familia, pues dicha actividad les restaba tiempopara trabajar y ganar dinero.

    3.1.6. Propiedad de las parcelas que trabajan

    En el caso del Alto Huallaga, y ms especcamente en el Monzn,se puede concluir que no menos del 80% de los jvenes cosechadoresde coca trabajan en sus propias parcelas, es decir, en terrenos que sonpropiedad de sus padres.32Un menor porcentaje de nios y jveneslaboran en tierras que no son de su propiedad.

    30 UNICEF. Nios en zonas cocaleras. Un estudio en los valles de los ros Apurimac y AltoHuallaga. Lima: Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia en el Per, 2005, pp.34-35. Esta misma investigacin reere que el maltrato fsico no es la nica ni la msgrave forma de violencia que sufre la niez en esta zona. As, en la Comisara de To-cache ms del 30% de las denuncias recibidas corresponden a violaciones sexuales y

    el 25% de las mujeres entrevistadas declar conocer casos de violaciones a menoresde edad en la Comunidad.31 UNICEF. Nios en zonas cocaleras. Un estudio en los valles de los ros Apurimac y Alto

    Huallaga. Lima: Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia en el Per, 2005, p. 27.32 Aunque en trminos formales son en realidad poseedores, pues carecen de ttulo de

    propiedad sobre sus parcelas.

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    Sin embargo, cuando los nios y jvenes culminan las labores en suspropias tierras, suelen dirigirse a predios vecinos a efectos de trabajaresas tierras, cultivar coca y obtener un ingreso adicional por ese trabajo.En consecuencia, existe una cierta movilidad de la mano de obra

    aunque bsicamente concentrada en lugares vecinos o aledaos.

    En lo que respecta al VRAE, la situacin es radicalmente diferente.As, el 100% de los nios y jvenes contactados por este proyecto notrabajan en parcelas de coca propias. Los dueos son otros quienestercerizan el servicio.

    Adicionalmente, se pueden encontrar jvenes que trabajan endiferentes tierras a lo largo del valle. Se trata de personas que soloviven de cosechar coca.

    3.1.7. Cultivos que producen

    Un primer aspecto a destacar es que en el Alto Huallaga y el VRAEno solo existen plantaciones de coca sino tambin cultivos lcitos, queen algunos pocos casos llegan a constituir la produccin mayoritaria.

    En el Alto Huallaga y ms especcamente en el valle del Monznse produce casi exclusivamente coca. Otros cultivos, como yuca,pltano, frijol, cacao y arroz, se producen en pequeas cantidades,bsicamente para consumo familiar. Algunas familias tambin cranalgunas reses.

    En las zonas de la provincia de Leoncio Prado la situacin esnotoriamente diferente. En esta parte del Alto Huallaga, la poblacinsiembra coca y simultneamente cultiva caf, cacao, pltano y ctricos.La produccin de coca por tanto no es la mayoritaria en esta zona.

    Por su parte, en el VRAE, la produccin de coca es predominante.Sin embargo, en algunas zonas, la produccin cocalera coexistecon otros cultivos lcitos como el caf, cacao, barbasco y frutales

    (pltano, papaya, pia, etc.). La presencia de estos cultivos esmayor en la zona sur del valle; mientras que en el norte, es menor y,en el caso de Llochegua, casi inexistente. En ambos lados del valle,estos cultivos tienen que enfrentar la carencia de mano de obra pues

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    muy pocos quieren trabajar como peones en esas zonas debido aque el jornal es muy bajo respecto al que obtienen de trabajar enlos cocales. Esa situacin est llevando a que muchos campesinosreduzcan sus cultivos lcitos o simplemente dejen de sembrar.

    De esto se desprende que si bien por un lado, los cultivos ilcitos decoca resultan predominantes en gran parte de las dos regiones objetode estudio, tambin existen otras alternativas lcitas de desarrollo quepor diversos factores (precio del producto, mercado cautivo de la hojade coca, productividad, facilidad para el cultivo de los cocales, etc.)no son las ms extendidas. Esto explica en parte, porque la mayorade los nios y adolescentes del VRAE y del Alto Huallaga terminanincorporndose en la cadena de produccin de la coca-narcotrco.Conrmando lo dicho tenemos los siguientes tres testimonios:

    Soy una chica que me gusta estudiar, pero lamentablemente en estelugar donde vivimos no hay progreso, porque tenemos que caminar

    para llegar al colegio y a mis padres no le alcanza la plata para todosnosotros. Solo tenemos plata cuando vendemos coca. Producimos ms

    coca porque es ms fcil y da ms plata. Yuca y cacao en pequeascantidades; solo para comer nosotros.33

    All en tres das hago hasta 250 soles mximo, pero cuando llueve,que es ms difcil jalar coca, logro 200 soles. La coca es como nuestracaja chica, cualquier cosa que necesitamos, vamos al comprador dela carga y nos da adelanto. Producimos coca, porque crece fcil ysiempre nos la compran. Es un buen negocio.34

    Vivo con mi mam, mi hermana, mi ta y su esposo. Todos trabajamoscosechando coca y tambin cacao. Nadie quiere trabajar en cacao, esmus trabajoso; en cambio la coca es ms rpido. Cosechamos un n desemana y ya se tiene para la semana.35

    33 Testimonio de Ca, menor de 13 aos de Filadela, Monzn (Alto Huallaga).34 Testimonio de Gi, menor de 16 aos en Ramal, San Martn (Alto Huallaga).35 Testimonio de Ele, menor de 16 aos natural de San Francisco y residente en La

    Mar, Ayacucho (VRAE).

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    3.2. Caractersticas de la utilizacin de los nios, nias y adoles-centes en los valles cocaleros

    Ms all de las caractersticas generales y del entorno en el que

    se desarrollan los nios, nias y adolescentes en las regionescocaleras objeto de estudio, resulta de vital importancia establecerlas caractersticas de los nios y jvenes que suelen ser captados porla cadena narco, as como de las labores que desarrollan para estaactividad delictiva y las consecuencias nocivas que de ellas se derivanpara dicho grupo vulnerable de nuestra poblacin.

    3.2.1. Formas de captacinSon diversas las formas de captacin de nios y adolescentes en laslabores vinculadas a la produccin de coca-narcotrco.

    As, en primer lugar, tanto en el Alto Huallaga como en el VRAE,la primera y ms comn forma de captacin se produce a travs delos propios padres de familia, que al igual que el resto de campesinosdel Per, involucran a sus hijos en las labores de produccin agraria.

    Como lo sealamos anteriormente, a medida que los nios crecen, vanabandonando las escuelas para dedicarse a apoyar y colaborar con suspadres en el campo.

    En segundo lugar, existe un grupo de adolescentes de chacras vecinaso que pertenecen a la comunidad que son captados directamentepor los campesinos propietarios de sus parcelas o por los hijos deestos, para trabajar en sus tierras. As sucede, por ejemplo, en el AltoHuallaga, especcamente en el valle del Monzn como tambin en elVRAE. La captacin muchas veces se produce por propia iniciativadel menor de edad que acude a las chacras vecinas ofreciendo susservicios para laborar en ellas.

    En tercer lugar, los campesinos propietarios o parceleros acuden aveces a terceras personas (intermediarios) para que sean estos los que

    les consigan la mano de obra. As, en el VRAE ocurre que algunosparceleros se contactan con las denominadas jefas (pues mayormenteson mujeres provenientes de Ayacucho, Apurmac y Cusco) de gruposde jaladores, que estn vinculados por amistad o parentesco familiar.

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    Dichas jefas son las que proveern los peones y negociarn con losparceleros el pago de estos. As, nos lo explica Vi:

    El trato con los dueos de las chacras lo hace la coordinadora del

    grupo. Ella acuerda con el dueo cuanto nos va a pagar por kilo decoca jalada. Todos conamos en ella. Al nalizar la cosecha, delantede cada uno se pesa y cada quien sabe cunto va a recibir. El dueodel cocal entrega el dinero de todo el grupo a la coordinadora. Ella seencarga de darnos lo que nos corresponde a cada uno.36

    Finalmente, en el Alto Huallaga se observ la presencia de algunostransportistas de la ruta Tingo Mara-Monzn, quienes trasladan aadolescentes provenientes de la provincia de Leoncio Prado a laschacras cocaleras.

    3.2.2. Medios utilizados para la captacin: la autoridad familiar y la

    remuneracin

    Los nios y adolescentes que participan en la produccin de coca-narcotrco as como en el pisado de la coca y en el trabajo en pozas

    de maceracin, son captados bsicamente por dos motivos.

    El primer grupo, lo conforman los nios y adolescentes que soncaptados por sus propios padres en atencin a la autoridad que estosejercen sobre aquellos. En otras palabras, como sucede comnmenteen el sector campesino de nuestro pas, el motivo fundamental decaptacin en este caso tiene como base la relacin familiar, latradicin, la solidaridad y cooperacin en la construccin de unaeconoma familiar, as como el respeto a la jerarqua y autoridadde los padres, cuyas decisiones se respetan y cumplen. Al respecto,tenemos el testimonio de Ma:

    Mis padres son cocaleros, solo se dedican a producir coca. Notenemos otros cultivos. Todos apoyamos a mis padres. Es un negociofamiliar. Mis hermanos son los que trabajan en la chacra. Todos los

    das trabajan. Ellos no estudian.37

    36 Testimonio de Vi, menor de 16 aos de Villa Virgen, centro poblado del distrito deVilcabamba, provincia de La Convencin, Cusco (VRAE).

    37 Testimonio de Ma, menor de quince aos, oriunda de Cachicoto (Monzn, Alto Huallaga).

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    la comunidad. Ellos trabajan para costear despus la matrcula de sucolegio.40

    Yo trabajo en la chacra desde muy nia. Empec en la chacra de mi

    pap y despus, en las de otras personas que me pagaban algunossoles por deshojar la coca. Ahora trabajo con mi esposo. Tenemos solomedia hectrea, es chiquita nuestra chacra. Lo que ms sembramos escoquita, porque con eso entra siquiera algo de plata para la casa.41

    Tengo 7 hijos con los que trabajo en nuestra chacra de caf, cacao, yucay coca, pero tambin trabajamos en otros cocales porque la plata no nosalcanza. Al da gano hasta S/.25.00. A mi me pagan diez soles y a mishijos, quince. Con esa plata compro azcar, sal y el resto lo guardo paralas medicinas y para los estudios de mis hijos.42

    Es la primera vez que Juan Carlos trabaja en el cultivo de la hojade coca. Hasta diciembre del ao pasado vivi en Huanta, consu mam Narcisa y su hermana Carla. A inicios de este ao, el

    propietario de una chacra en Carmenpampa (San Francisco) los

    contrat para que deshojasen la coca. Desde entonces, Juan Carloshace su mayor esfuerzo para acostumbrarse a la faena, pues de esodepende su matrcula escolar, pero no puede evitar que sus dedos seadormezcan. Cuando se acostumbre, sus manos sern duras comolas de un adulto y las hojas de coca ya no le harn heridas. Narcisadice que con lo que ahorre Juan Carlos y Carla podrn asumir losgastos de matrcula.43

    Los scar han trabajado en la chacra de sus paps toda su vida, peroun da, alertados por el trabajo remunerado en el valle cocalero delos ros Apurimac y Ene, aceptaron la propuesta de un propietario dechacras en Sivia (Ayacucho) y abandonaron su natal Huancavelica

    40Testimonio de Virgilio Pizarro, Jefe de la Comunidad Ashninka de Sampantuari.En: En Puntos: Testimonio de una realidad olvidada. Diario El Comercio, 4 de fe-

    brero de 2007.41

    Testimonio de Marta de 16 aos, menor de Llochegua. En: En Puntos: Testimoniode una realidad olvidada. Diario El Comercio, 4 de febrero de 2007.42 Testimonio de Wenceslao Lpez, agricultor de Palmapampa. En: En Puntos: Testi-

    monio de una realidad olvidada. Diario El Comercio, 4 de febrero de 2007.43 Testimonio recogido de Juan Carlos, menor de 10 aos de Huanta. En: En el paraso

    o el inerno. Diario El Comercio, 4 de febrero de 2007.

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    para trabajar por tres soles diarios. Ellos deshojan, secan y embolsanlas hojas.44

    Estos testimonios fueron corroborados por la presente investigacin.

    As, seala Le:

    Los jvenes preeren cosechar coca. Ah ganan ms. Nadie quieretrabajar en cacao, es muy pesado, todos ven lo fcil en cambioque es trabajar con coca. En coca es ms rpido. La demanda decosechadores ha crecido los 2 ltimos aos por toda la zona. Te estn

    pagando S/.1.00 hasta S/.1.20 por kilo. Sale a cuenta, por eso muchosdejan el colegio por trabajar con la coca.45

    La remuneracin suele ser tambin el medio de captacin empleadopor las rmas del narcotrco, para incorporar a menores de edad enlas labores de transporte y comercializacin de la droga.

    Todos estos testimonios constatan la oferta de la cadena-narco: unamejora de ingresos momentnea pero un deterioro signicativo de

    la calidad de vida y el ingreso del joven a la cadena delictiva con laanuencia del grupo familiar y la comunidad.

    En cuanto a las remuneraciones, la presente investigacin haconstatado que estas varan en funcin de la zona de trabajo as comoen relacin a la actividad que se va a desempear.

    As, en el Alto Huallaga, especcamente en el Monzn, los niosy adolescentes, no participan generalmente en la elaboracin de lapasta bsica de cocana, dedicndose principalmente a la cosecha dela coca; en este caso, los parceleros les pagan S/.0.50 cntimos porkilo de hoja de coca cosechada. Por su parte, los jvenes mayores de17 aos son los que trabajan en el pisado de la coca; el jornal paraellos oscila entre los S/.80.00 y S/.100.00 nuevos soles al da. Enotros lugares del Alto Huallaga, el monto vara de acuerdo a la zona,

    44 Testimonio recogido de los scar, menores de 12 y 15 aos de Huancavelica. En: Enel paraso o el inerno. Diario El Comercio, 4 de febrero de 2007.

    45Testimonio de Le, menor de 17 aos, oriunda de Lechemayo (distrito de Anco,provincia de La Mar en Ayacucho, VRAE).

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    por ejemplo en Leoncio Prado (Ricardo Palma, Pendencia, Aucayacu,Madre Ma) y Tocache (La Morada y Ramal) los pisacoca gananentre S/.60.00 y S/.80.00 nuevos soles por da.

    Por otro lado, tambin en el Monzn, los dueos de las pozas de maceracin,generalmente ubicadas en los alrededores de los campos de cultivo, pagana los qumicos (varones con conocimiento tcnico dedicados a laelaboracin y procesamiento de la droga) S/.250.00 por da.

    En lo que respecta al Valle del Ro Apurmac y Ene- VRAE, en elcentro poblado de Villa Virgen (en el distrito de Vilcabamba, provinciade La Convencin, Cusco), los parceleros pagan S/.0.80 cntimospor kilo de hoja de coca cosechada, mientras que desde Lechemayohasta San Antonio, distrito de Anco, se paga S/.1.00 por kilo. EnVilla Kintiarina (distrito de Kimbiri) hasta Llochegua, el kilo de cocacosechada se paga entre S/.1.00 y S/.1.20 nuevos soles, aunque cuandohay demasiada demanda, se llega a pagar hasta S/.1.50 por kilo. Encuanto a lo pisa coca y a los qumicos, las remuneraciones suelenincluso superar los montos indicados para el caso del Alto Huallaga.

    Finalmente, los traqueteros, mochileros o cargachos, delAlto Huallaga y del VRAE, respectivamente, reciben U$.100.00 aUS$.200.00 por viaje.

    3.2.3. Tipo de actividades que realizan

    El 90% de los nios, nias y adolescentes que habitan en el VRAEy el Alto Huallaga participan en diversas actividades vinculadas ala produccin de coca destinada al narcotrco como tambin a sutransporte y distribucin. Esto signica que los menores de edad enuna gran proporcin de ambas regiones han sido incorporados en elprimer eslabn de la cadena-narco (produccin de hoja de coca), perotambin existe un porcentaje de ellos que participan en eslabonesintermedios (procesamiento y renamiento de la coca, transporte ytraslado, comercializacin).

    Una primera actividad, sin duda la principal, en la que participanlos nios y adolescentes del Alto Huallaga y el VRAE consiste en lacosecha de la hoja de coca, debido a la demanda de gran cantidad de

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    mano de obra que sta requiere. En este caso, los menores de edadarrancan las hojas de coca, las seleccionan e introducen en sacos deyute (embolsado). Veamos el testimonio de Y:

    Ac a las 12:30 de la tarde es la faena. Saliendo del colegio, a veces sinalmorzar tengo que ir a cosechar coca para poder alcanzar siquiera 20 a 30soles. Por eso no me alimento bien. Los sbados y domingos desde las 6 dela maana hasta las 2 de la tarde, cosecho aproximadamente 70 a 80 kilosde coca. Una vez llegu a 85 kilos. Termina la faena, el dueo del cocal

    pesa los costales y paga de acuerdo al peso, los hombres a veces hacenmenos que yo. Yo cosecho ms rpido por eso llego a esa cantidad.46

    En este mismo sentido, tenemos los siguientes relatos:

    Al norte del valle, en el distrito de Sivia, dos nios llamados scar,menores de 15 aos, tienen las manos secas como las hojas de coca queahora embolsan. Sus ojos disparan esa timidez revestida con miedo queacompaan los rostros de quienes son arrancados de su tierra. Ambos

    provienen de un pueblo que llaman Secclle, en Huancavelica, que no

    gura en los mapas ociales.

    Fueron contratados por una familia del VRAE para que por tres solesdiarios deshojen, sequen y embolsen las hojas que despus comprar elnarcotrco en la puerta de la casa donde ahora duermen.

    Desde las cuatro de la maana sus pequeas sombras [de los nios] semueven en el paradero central del distrito de Kimbiri, en el Cusco. Unacamioneta Station Wagon los recoger para llevarlos a las chacras adeshojar, secar y embolsar la hoja de coca. Al nal de la jornada, cercade las cuatro de la tarde, habrn juntado unos 20 kilos, que es igual acinco soles.47No ms, tal vez mucho menos. Sus manos adormecidas ydedos ennegrecidos recibirn las monedas del acopiador.

    Esta rutina se repite todos los das, menos los domingos. Con los aos

    la relacin de esta niez y el narcotrco se har ms estrecha.48

    46 Testimonio de Y, menor de segundo de secundaria en el Huallaga.47 Precio al 2007.48 LUNA, Nelly y Norka PERALTA. Per. Los Nios del VRAE.En: CIBERJURE. Portal

    Jurdico, 4 de febrero de 2007.

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    En tal sentido, en el Alto Huallaga, generalmente los niosacompaan y cooperan con sus padres en la cosecha de la hoja decoca, en particular en el valle del Monzn.49La cantidad de hoja quelos nios (normalmente de 10 a 17 aos) cosechan se junta a la de sus

    padres para formar un solo monto. En el Monzn y las zonas de laprovincia de Leoncio Prado, el trabajo de jalar la coca, lo realizanprincipalmente madres solteras, adolescentes y jvenes quienes sonoriundas del lugar. Tambin hay mujeres, adolescentes y jvenes,particularmente para la cosecha, que vienen o son tradas de afuera.

    En el periodo de vacaciones escolares hay un incremento de jvenes,que vienen de las zonas alto andinas de Hunuco, San Martn yYurimaguas (Ucayali), los mismos que migran con el propsito dededicarse a la cosecha de hoja de coca.

    En cuanto al VRAE, son los nios y adolescentes (entre 10 y 17 aos)que radican en los distritos de ambas mrgenes del ro Apurmac yEne, los que trabajan en las labores de cosecha.

    En relacin a esta actividad y a la predominancia de las mujeres enella, tenemos el testimonio de Vi:

    Soy cosechador de coca. De acuerdo a la zona donde se va a trabajarsalimos a trabajar. Si es cerca salimos a las 5 y si es lejos salimos alas 4 de la maana. Cuando llueve tenemos que salir ms temprano

    porque el carro no sube. Salimos ms o menos 10 personas, 7 sonmujeres. La mayora son bien chibolitas que ya son mams. Ellassaben cosechar mejor la coca.50

    Lo anterior no niega que parte de los nios y adolescentes del VRAE y elAlto Huallaga participen tambin en una actividad previa, consistente enla siembra de la hoja de coca. Sin embargo, debido a que no se requierede gran cantidad de mano de obra y a la tecnicacin de la siembra, lautilizacin de menores de edad es mnima. En esta etapa, los nios son

    49 En otras zonas, como en Leoncio Prado, los padres preeren que sus nios no traba-jen en estas actividades.

    50 Testimonio de Vi, menor de 16 aos de Villa Virgen, centro poblado del distrito deVilcabamba, provincia de La Convencin, Cusco (VRAE).

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    normalmente destinados a abrir zanjas, transplantar almcigos, cuidarlas plantaciones de las plagas, fumigar y realizar labores de desyerbe;51mientras que las nias se ocupan sobretodo de la preparacin de losalimentos, del cuidado de sus hermanitos menores, del acarreo de agua

    y del cuidado de los animales domsticos.52 Respecto de esto ltimo,veamos el testimonio de Ge:

    Aqu la coca se cosecha cada tres meses. En cada cosecha yo apoyoen la cocina y en los trabajos de mi casa. En esas fechas mientrasmi mam y mi pap salen temprano y regresan tarde de la cosecha,yo me quedo a cargo de la casa. Yo no participo de la cosecha. Mimam no quiere. Para eso mis padres contratan peones de las demscomunidades y tambin traen de fuera.53

    Una tercera actividad que los menores de edad de ambas regionesrealizan es el pisado de la coca. Esta actividad comienza con secaral sol la hoja de coca, y luego literalmente pisarla reiteradas vecespara extraer el alcaloide, como lo seala Le:

    Las mujeres no se meten en el procesamiento de droga. Por pisar cocapagan ms, pero no permiten mujeres. Ese trabajo es para los varones.Muchos jvenes trabajan en esta actividad. Algunos llevan droga aCusco y Ayacucho.54

    Una cuarta actividad en la que no muchos adolescentes de estas zonasse involucran, es la transformacin de la hoja de coca, la mismaque se realiza en las denominadas pozas de maceracin. En estecaso, algunos de los poceros laboran en las pozas de sus padres oparientes ubicadas en lugares cercanos a las plantaciones de coca,otros laboran en pozas ajenas. En ellas se dedican a macerar y pisar la

    51 MEJA FRITSCH, Mara del Pilar. Los nios de la coca: agrante violacin de losderechos humanos de la infancia. En: Boletn Narcotrco y Gobernabilidad, Ao 4, N36, Lima: Instituto de Estudios Internacionales de la PUCP, setiembre de 2010.

    52 MEJA FRITSCH, Mara del Pilar. Condenados a la exclusin. Nios y nias perua-

    nos que trabajan en la coca. En: Boletn Encuentros, Ao VIII, N 10, Lima: ProgramaInternacional para la Erradicacin del Trabajo Infantil de la OIT, mayo de 2010.53 Testimonio de Ge, menor de 16 aos, oriunda de la comunidad de Manchuria

    (Alto Huallaga).54 Testimonio de Le, menor de 17 aos, oriunda de Lechemayo (distrito de Anco,

    provincia de La Mar, en Ayacucho, VRAE).

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    hoja de coca con diversas sustancias qumicas como el kerosn, cidosulfrico, cal, etc., a efectos de producir pasta bsica de cocana y, enalgunos casos, el producto terminado: clorhidrato de cocana.

    Esto fue corroborado en el VRAE, donde se observ que de cada 10adolescentes entre 17 y 18 aos, al menos 2 laboraban en las pozas demaceracin. Esto tambin se comprueba, por ejemplo, en el Alto Huallaga,particularmente en Leoncio Prado (regin Hunuco) y Tocache (reginSan Martn); sin embargo, para estas faenas generalmente se solicitanjvenes mayores de 18 aos, debido a que el trabajo requiere de mayorfuerza y resistencia. Sobre esto ltimo, tenemos el testimonio de D:

    Ac se vive de la coca. Mi padrastro lo procesa, hace pasta. Para esol tiene su gente. Yo solo apoyo en la cosecha de la coca. No me metoen el procesamiento de la pasta. Tampoco mis hermanos. Se procesaadentro, lejos, donde est el cocal, al lado de la quebrada donde hayriachuelos. Tenemos nuestras campanas [vigilantes]. La gente quetrae a chambear viene de todos lados; hasta de Lima. Preeren a losmayores porque dicen que ellos saben hacer esta chamba. Los das

    sbados y domingos es cuando hay ms chamba.55

    Una quinta actividad es el transporte y traslado de la droga.Efectivamente, si bien los denominados cargachos o mochilerossuelen ser mayores de edad, tambin se ha podido constatar la utilizacinde algunos menores, aunque circunscritos en el bloque de 16 a 18aos. El atractivo de estos menores para participar en esta peligrosaactividad delictiva es que sern recompensados con US$.100.00 aUS$.200.00 dlares, por viaje, en Alto Huallaga. Mientras que enel VRAE, cada mochilero o cargacho lleva entre 15 a 20 kilospor lo que en promedio recibe entre US$.300 a US$.400 dlares.

    La gura del mochilero ha cobrado relevancia durante la ltimadcada, a raz del cambio en el modelo de salida de la droga desdelos valles cocaleros hacia los puntos de embarque en la costa y zonas

    de frontera con Bolivia, Brasil y Ecuador. Las caravanas de jvenescargadores que movilizan la droga en sus mochilas, transportndolas

    55 Testimonio de D, menor de 14 aos, oriunda del distrito de Padre Felipe Luyando(provincia de Leoncio Prado, regin Hunuco, Alto Huallaga).

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    a pie por trochas y senderos, son un fenmeno que describe como elnarcotrco incorpora la fuerza laboral juvenil para la consecucin desus objetivos criminales. Como lo seala Mndez:

    En el VRAE los mochileros se encargan de transportar PBCdesde las pozas de maceracin hasta los centros de acopio en lasciudades intermedias como Huanta o Andahuaylas, donde ladroga es procesada por rmas regionales, que la derivan a su veza las rmas nacionales que la embalan y camuan para venderla(normalmente a travs de testaferros) a los crteles mexicanos enlos puertos o a las maas brasileas o bolivianas en la frontera.

    Los mochileros transportan entre 8 y 10kg de PBC en cada viaje.56

    Incluso, algunos menores de edad han sido capturados cumpliendofunciones de burrier.57As, en el 2006, dos menores de 17 aosfueron apresados cuando trasportaban pasta bsica de cocana, segnregistros de la Fiscala Provincial Mixta de Ayna-San Francisco,siendo derivados a centros juveniles de Lima.58

    Lo expuesto nos lleva a concluir que si bien la mayora de nios yadolescentes participan en los tramos iniciales de la cadena narco(cultivando, cosechando y pisando coca, y en menor medida,trabajando en las pozas de maceracin), cuando estos alcanzan lamayora de edad, un porcentaje de ellos se incorpora a las demsactividades del narcotrco, casi como parte de una carrera (criminal).La proporcin que se ha podido vericar en esta investigacin es quede cada 10 nios y adolescentes que trabajaron inicialmente jalandococa, 5 se dedicaron al trco de droga, al cumplir la mayora deedad. Y es que como seala Mndez:

    El nio que crece en un entorno marcado por la produccin de cocailegal, tender a seguir el ciclo de empleo de la industria del narcotrco:

    56 MNDEZ, Mara. Serie Amenazas a la Seguridad: El Narcotrco. Documento 11: Drogas,pobreza y derechos humanos: el impacto social del narcotrco. Lima: IDEI-PUCP, 2010, p.28.

    57 Trmino que deriva de la unin de dos palabras: burro (animal de carga) y cour-rier (servicio de mensajera).

    58 LUNA, Nelly y Norka PERALTA. Per. Los Nios del VRAE.En: CIBERJURE.Portal Jurdico, 4 de febrero de 2007.

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    primero cocalero, luego pocero y ms adelante mochilero. Nosera extrao que este recorrido laboral temprano lo lleve tambin aconvertirse en un acopiador de drogas, tracante o sicario.59

    Sobre lo mismo, el testimonio de Chi es particularmente revelador,pues nos indica como un nio puede atravesar por las diferentesetapas de este negocio ilcito, desde la cosecha de hoja de coca hastael transporte de la droga misma:

    Yo soy cosechador de coca desde los 13 aos. Jal coca hasta los 16aos. Desde chibolo con mis hermanos salamos todos los nes desemana. Muchas veces mis hermanos mayores eran contratados para

    pisar coca. Ellos me llevaban. Yo solo ayudaba a pisar. Era un trabajomuy agotador. Yo ya no me dedico a pisar coca ni a transportar droga.60

    Una actividad conexa al narcotrco es la prostitucin infantil. Enefecto, muchas menores de edad son captadas por jaladores61(redmaosa que opera en todo el Alto Huallaga) para trabajar en bares,normalmente de propiedad de narcotracantes, donde las nias no solo

    sirven a los clientes sino que tambin las prostituyen. La permanenciade estas menores de edad es por poco tiempo, pues la lgica es irrenovndolas constantemente.

    En la comunidad de Manchuria (Monzn), por ejemplo, el encargadode la Alcalda y el Teniente Gobernador conrmaron el incrementode la prostitucin adolescente y juvenil. Las menores de edad tienendiferentes orgenes, aunque particularmente provienen de Pucallpa,Uchiza, Aucayacu, Aguayta, Tingo Mara y la ciudad de Hunuco.Los clientes pagan entre S/.50 y S/.100 soles por un servicio, perosi se desea un servicio de 24 horas, el precio es de US$.100.00dlares. Estos montos han atrado incluso a estudiantes universitariasde estas zonas que han buscado trabajar por un tiempo en dichos

    59MNDEZ, Mara. Serie Amenazas a la Seguridad: El Narcotrco. Documento 11: Drogas,pobreza y derechos humanos: el impacto social del narcotrco. Lima: IDEI-PUCP, 2010,

    p.29.60 Testimonio de Chi, joven de 19 aos en el distrito de Pichari, provincia de La Con-vencin, Cusco (VRAE).

    61 En este caso el trmino jalador no se reere al cosechador de hoja de coca, sino ala persona que capta a otras personas para una actividad ilcita como la prostitucinde menores de edad.

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    bares a efectos de hacerse de un capital. En los ltimos aos, estosbares llamados caletas han tenido un crecimiento alarmante,producto tambin del crecimiento del narcotrco en la zona.

    3.2.4. Periodos en el que realizan sus actividadesEn el Alto Huallaga y el VRAE, las cosechas de coca son trimestrales.Los nios y adolescentes, por encontrarse en las escuelas, participanms en estas actividades en los perodos vacacionales. Sin embargo,como ya lo sealamos, a medida de que los nios van creciendo,abandonan progresivamente la escuela para incorporarse de lleno aesta actividad.

    Los adolescentes que estn estudiando tambin suelen trabajar porla tarde en sus chacras a la salida del colegio, aunque su presencia esmayor y por ms tiempo los sbados y domingos.

    En cuanto a las labores de pisado, transformacin en pozas y transportede la droga, se tratan de actividades permanentes que se llevan a caboa lo largo del ao.

    3.2.5. Condiciones en las que realizan sus actividades

    a) Salud

    En las visitas efectuadas en el VRAE y en el Alto Huallaga se pudovericar los diversos daos a la salud para los nios y adolescentesque se derivan de su trabajo en los campos de cultivo de coca, en laspozas de maceracin y en otras etapas del proceso.62As:

    - Muchos de los nios que participan en las labores de cultivoy cosecha de la hoja de coca, utilizan herramientas punzo-cortantes (machetes, palas, azadones, ganchos, rastrillos, etc.)para el trabajo de la tierra o hacer zanjas, lo que les provocacon frecuencia heridas y accidentes mayores.

    62 Sobre el particular, la OIT establece un conjunto de efectos negativos para la sa-lud que se derivan del trabajo agrcola, todos los cuales se aplican tambin para elcultivo de hoja de coca. ORGANIZACIN INTERNACIONAL DEL TRABAJO.Trabajo Infantil en el Per. Magnitud y perles vulnerables. Informe Nacional 2007-2008.Lima: OIT, INEI, 2009, p.86.

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    - En otros casos, cuando deshierban la maleza, que es losay pegajosa, les origina cortes o erupciones alrededor delos dedos de las manos, lo que les ocasiona picazn yposteriormente infecciones. Por esta razn es frecuente ver a

    muchos nios con tintura de yodo en las manos, a efectos decurar tales infecciones. Sobre este punto seala Ruth:

    Despus de sacar las hierbas me salen unos chupos que me picanharto, me rasco tanto que me infecta mi mano y sale pus.63

    En el mismo sentido tenemos el caso de Marta, una nia deLlochegua a la que convirtieron en madre a los 15 aos yel de Juan Carlos, un nio de 10 aos que labora en SanFrancisco, luego de ser arrancado de Huanta, su tierra natal:

    Siempre te cortas cuando deshojas la coca, pero teacostumbras.64

    La semana pasada trabaj deshojando la coca y no me fue bien.

    Era la primera vez que lo intentaba y apenas recog 8 kilos,por eso quienes me contrataron me enviaron antes a sacar lamala hierba que impide el crecimiento de estas plantas. Haceresto tambin me corta los dedos porque la maleza es losa y

    pegajosa.65

    Por ltimo, tenemos el testimonio de E:

    En los cocales, los patrones no nos dan ningn tipo de medicina.Varios de mis compaeros se han hecho heridas en las manos yno les han dado ni alcohol. En ningn sitio te dan nada.66

    63 MEJA FRITSCH, Mara del Pilar. Condenados a la exclusin. Nios y nias perua-nos que trabajan en la coca. En: Boletn Encuentros, Ao VIII, N 10, Lima: ProgramaInternacional para la Erradicacin del Trabajo Infantil de la OIT, mayo de 2010.

    64

    LUNA, Nelly y Norka PERALTA. Per. Los Nios del VRAE.En: CIBERJURE. Por-tal Jurdico, 4 de febrero de 2007.65 LUNA, Nelly y Norka PERALTA. Per. Los Nios del VRAE.En: CIBERJURE. Por-

    tal Jurdico, 4 de febrero de 2007.66 Testimonio de E, menor de 16 aos de Villa Virgen, centro poblado del distrito de

    Vilcabamba, provincia de La Convencin, Cusco (VRAE).

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    - Los nios y adolescentes que tienen contacto directo conplaguicidas, pesticidas y fertilizantes foliares, sufren normalmentede infecciones a la piel as como problemas respiratorios. Incluso,informes anteriores dan cuenta de algunos nios que han muerto

    por oler o probar en exceso dichas sustancias.

    - En el caso de los nios que pisan coca, como lo hacendescalzos, les provoca picazn y ronchas y luego heridasseveras a los pies.

    - Asimismo, los que trabajan en las pozas de maceracin,manipulan insumos qumicos como kerosn, cido sulfrico,permanganato de potasio, entre otros, lo que les provocatambin problemas respiratorios y a la piel (dermatitisalrgica, hongos, micosis, acariosis y lesiones diversas).

    - En general, los trabajos en el campo y en las pozas se realizanbajo altas temperaturas y por largos perodos de tiempo, loque genera en los nios deshidratacin, cansancio y dolores

    de cabeza. Sobre esto nos reere Mi:

    El trabajo de la chacra es muy duro, se trabaja en fro, lluvia ocalor. El patrn no nos da nada para taparnos. Salgo a la 1 de latarde del colegio de ah tenemos que ir a la chacra, los vecinosme pagan 150 soles mensuales. A veces me enfermo, me daebre y gripe cuando llueve. Me canso mucho. Y en la [bis]calor me da dolor de cabeza.67

    - Tambin, la presencia de insectos y reptiles (serpientes)provocan problemas de salud. As nos lo cuenta Ele:

    Ac, en la chacra, te puedes enfermar de muchas cosas. A veceste puede picar una culebra o ser picado por algn insecto comola manta blanca. Menos mal que mis tos saben que hacer

    contra la picadura de la culebra.68

    67 Testimonio de Mi, menor de 13 aos de la comunidad Las Palmeras.68 Testimonio de Ele, menor de 16 aos, oriundo de San Francisco, provincia de La

    Mar, Ayacucho.

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    - Adicionalmente, la salud de estos nios y adolescentes se veperturbada porque muchos de ellos se baan o lavan su ropaa orillas de los ros, con el agua utilizada en la produccinde pasta bsica y cocana; es decir, el agua que consumen

    diariamente contiene numerosos residuos como sales,cal, amonio, kerosn, etc., lo que eleva el porcentaje deenfermedades infecciosas en las zonas, como la diarrea y elclera. Esta situacin se agrava cuando se comprueba queel 40% de los hogares no trata el agua antes de beberla yque el 46% tiene malas prcticas en la eliminacin de lasdeposiciones de los nios. Esto hace que la incidencia deenfermedades infecciosas en las zonas cocaleras sea una delas ms altas de las zonas rurales del pas.69

    - Los nios y adolescentes que sufren estas heridas omalestares no suelen recibir atencin mdica, pues solo sonconducidos a postas mdicas cuando su vida peligra. En lamayora de los casos dejan que las heridas y los malestarespasen solos.70

    - Finalmente, otro impacto nefasto y directo a la salud de losnios y adolescentes utilizados en ambos valles cocalerospor el narcotrco, est referido al consumo de drogas.Recientes encuestas elaboradas por DEVIDA ponen enevidencia el incremento del consumo de drogas en escolaresde los valles cocaleros y de distritos que sirven de ingresoo salida a estos valles. As, por ejemplo, en el caso deHunuco, la prevalencia del consumo de drogas ilegales seha elevado entre el 2005 y el 2007 en 134.3%.71 Tambinresulta preocupante comprobar cmo el consumo de drogasen estos valles se inicia cada da a edad ms temprana,

    69 MNDEZ, Mara. Serie Amenazas a la Seguridad: El Narcotrco. Documento 11: Drogas,pobreza y derechos humanos: el impacto social del narcotrco. Lima: IDEI-PUCP, 2010,p.26.

    70

    MEJA FRITSCH, Mara del Pilar. Condenados a la exclusin. Nios y nias perua-nos que trabajan en la coca. En: Boletn Encuentros, Ao VIII, N 10, Lima: ProgramaInternacional para la Erradicacin del Trabajo Infantil de la OIT, mayo de 2010.

    71 DEVIDA. II Estudio Nacional: Prevencin y Consumo de drogas en estudiantes de secunda-ria 2007. Resultados nacionales Per. Lima: DEVIDA / ONUDD / Ministerio de Educa-cin / Cooperacin Belga al Desarrollo, 2010, p. 88.

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    fundamentalmente, de pasta bsica de cocana y clorhidratode cocana.

    b) Alimentacin

    A los problemas de salud referidos en el punto anterior, habra queagregar las malas condiciones de alimentacin a las que se encuentransometidos los nios y adolescentes involucrados en actividadesvinculadas al narcotrco.

    En este sentido, en el caso del Alto Huallaga, los alimentos quereciben los menores de edad son de baja calidad proteica y pocodiversicada, con una dieta normalmente compuesta de atn conarroz, sopa de arroz, arroz con yuca, etc. Al respecto, tenemos lossiguientes testimonios:

    Los das sbados y domingos trabajo todo el da cosechando coca enlas chacras de los vecinos. Por ese trabajo me pagan diario 25 soles.Cosecho unos 40 kilos. En mi casa, solo algunas veces comemos carne

    cuando salimos a Cashapampa. All compramos. Lo que s comemostodos los das es pltano, frejol, yuca y sopa.72

    El almuerzo que nos dan es bien tela. Con su pen nos manda casisiempre arroz con yuca o sopa de arroz o arroz con atn. Ese almuerzono nos alcanza pues trabajamos hasta las 2 3 de la tarde A veces,cuando la comida que nos da es mala, por ejemplo el atn, nos dadiarrea.73

    En el caso del VRAE, de acuerdo a los testimonios obtenidos en losdistritos de Santa Rosa, Pichari y Llochegua, estos son los que tienenla mejor alimentacin en comparacin con la zona de Villa Virgen, SanAntonio, Lechemayo y Patahuasi, cuya dieta es similar a la descrita parael Alto Huallaga.

    72 Testimonio de A, menor de 13 aos de la comunidad de Filadela, Monzn (AltoHuallaga).

    73 Testimonio de Vi, menor de 16 aos de Villa Virgen, centro poblado del distrito deVilcabamba, provincia de La Convencin, Cusco.

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    De otro lado, durante la faena, los nios y adolescentes que trabajanen el campo o en las pozas de maceracin, normalmente cargan unpequeo costalito que contiene agua y galletas o fruta de la zona, loque no compensa la deshidratacin y la eliminacin de caloras.

    c) Educacin

    Como se ha podido apreciar en el punto 3.1.2 del presente trabajo,en el VRAE y en el Alto Huallaga, los nios y adolescentes vanabandonando la escuela con el correr del tiempo. Este abandonoprogresivo de la escuela responde a mltiples factores, la mayora deellos vinculados a la presencia del narcotrco en la zona. As, porun lado, el abandono es consecuencia de que la oferta educativa anivel secundario en los valles se encuentra en algunos casos distante74y, por otro, a que la valoracin de los padres por la escuela declinaconforme crecen los estudiantes, preriendo que sus hijos trabajen enla chacra que seguirlos manteniendo.75

    Otra razn por la cual los nios y adolescentes abandonan el colegio

    es que el trabajo de los cocales hace que estos lleguen tarde ycansados, no logrando concentrarse en sus estudios y no contandocon tiempo para hacer las tareas.76Sobre esto, un testimonio de unprofesor reere:

    El trabajo en los cocales les deja sin tiempo para estudiar, jugar ydescansar. Por eso al da siguiente vienen agotados, malhumorados ycon las tareas incompletas hechas al vuelo.77

    74MNDEZ, Mara. Serie Amenazas a la Seguridad: El Narcotrco. Documento 11: Drogas,pobreza y derechos humanos: el impacto social del narcotrco. Lima: IDEI-PUCP, 2010,p.26: Solo el 24.5% de las escuelas secundarias se encuentran en los poblados, mien-tras que el 50% se ubica en las capitales distritales.

    75 UNICEF. Nios en zonas cocaleras. Un estudio en los valles de los ros Apurimac y AltoHuallaga. Lima: Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia en el Per, 2005,

    pp.81-82.76 CEDRO. Educacin: Estrategia de prevencin del trabajo infantil en la zona del Valle del RoApurmac Ene (VRAE). Lima: CEDRO / OIT / IPEC Sudamrica, 2005, p.15.

    77 MEJA FRITSCH, Mara del Pilar. Los nios de la coca: agrante violacin de losderechos humanos de la infancia. En: Boletn Narcotrco y Gobernabilidad, Ao 4, N36, Lima: Instituto de Estudios Internacionales de la PUCP, setiembre de 2010.

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    El testimonio de J conrma lo anteriormente expuesto:

    Todos los hermanos nos dedicamos a apoyar en la chacra. Pero ms mehacen trabajar a m. Los hijos de mi padrastro no hacen nada. Son unos

    vagos, no estudian. Ellos se drogan con el dinero que les da mi padrastro.Yo hago toda la chamba (vigilar el trabajo de los peones en la cosecha de lacoca). En pocas de cosecha no tengo tiempo; por eso no voy al colegio.78

    Otra causa de desercin escolar en ambos valles, aunque menosfrecuente, obedece a embarazos precoces, lo que determina que lospadres retiren a sus hijos de la escuela como castigo, para evitar lavergenza y no dar un mal ejemplo al resto.79 Sobre lo mismo, nosreere Ge:

    Tengo amigas que han dejado el colegio. Ellas dejan los estudios porquesalen embarazadas de muchachos que tambin estudian en el colegio.Luego ellas se dedican a criar a sus hijos, a servir a sus parejas y ayudaren la chacra. Desde los 13 aos la mayora de chicas ya ha tenidoexperiencia sexual. Muchas veces como sus parejas son chibolos, ellos

    se buscan a otra y las embarazan. O se meten con otros ms viejos.80

    Lo antes dicho se ha podido vericar en cada uno de los vallescocaleros materia de investigacin, encontrndose un elevado ndicede desercin estudiantil. Efectivamente, en los diferentes distritos yprovincias visitadas se observ que de cada 10 nios, entre 6 y 7 vana cosechar coca y no entran a clase.

    Como lo seala Meja Fritsch seguir educndose implica que losadolescentes tengan que viajar [trasladarse a escuelas no muycercanas] y por ende dejar de trabajar y ello es imposible para familiascarentes de recursos como las que estn asentadas en estas zonas.81

    78 Testimonio de J, menor de 15 aos, oriundo de Cachicoto (Alto Huallaga).79 MEJA FRITSCH, Mara del Pilar. Los nios de la coca: agrante violacin de los

    derechos humanos de la infancia. En: Boletn Narcotrco y Gobernabilidad, Ao 4, N

    36, Lima: Instituto de Estudios Internacionales de la PUCP, setiembre de 2010.80 Testimonio de Ge, menor de 16 aos, oriunda de la comunidad de Manchuria(Alto Huallaga).

    81 MEJA FRITSCH, Mara del Pilar. Los nios de la coca: agrante violacin de losderechos humanos de la infancia. En: Boletn Narcotrco y Gobernabilidad, Ao 4, N36, Lima: Instituto de Estudios Internacionales de la PUCP, setiembre de 2010.

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    De esto se comprueba que la presencia del narcotrco en ambosvalles cocaleros acta como un elemento perturbador que alienta ladesercin escolar. Las familias, al dedicarse a actividades productivasvinculadas con la coca, reposan en el trabajo infantil y adolescente

    para asegurar y en algunos casos incrementar los ingresos familiares.Los nios y adolescentes son inducidos a trabajar en la cadena-narco, lo cual genera un crculo vicioso de: desercin / atraso escolar/ ingreso a actividades ilcitas / pocas o nulas oportunidades deinsertarse nuevamente en el sector lcito por bajo nivel educativo.82

    A lo expuesto hay que agregar otros problemas que agravan lasituacin, como la psima infraestructura existente en las zonas, laescasez de materiales educativos, la baja calicacin del personaldocente,83 sistemas de escuelas unidocentes, polidocentes y/omultigrados, con profesores sin ttulo pedaggico ni capacitacinadecuada,84 y muchas veces con escaso compromiso con la tareaeducativa. Sobre esto ltimo, Meja Fritsch nos reere que:

    Muchos de los maestros que trabajan en las zonas cocaleras consideran

    que trabajar en estas zonas es un castigo de Dios, otros deenden aultranza el trabajo de los nios en los cocales y en las pozas de maceracin,

    lo alientan y lo justican. Al igual que los padres, los maestros sealan que

    mediante los ingresos de la coca los nios pueden ir a la escuela y pueden

    comer, que no hay otra salida. Desde la escuela se postula pues a la coca

    como nico destino posible.

    82MNDEZ, Mara. Serie Amenazas a la Seguridad: El Narcotrco. Documento 11: Drogas,pobreza y derechos humanos: el impacto social del narcotrco. Lima: IDEI-PUCP, 2010,p.26.

    83 Sobre este tema, seala MEJA FRITSCH, Mara del Pilar. Condenados a la exclu-sin. Nios y nias peruanos que trabajan en la coca. En: Boletn Encuentros, AoVIII, N 10, Lima: Programa Internacional para la Erradicacin del Trabajo Infan-til de la OIT, mayo de 2010: Las escuelas son unidocentes, es decir, un profesoratiende diversos grados de estudio []. Los profesores que trabajan en estas zonas

    tiene poca experiencia laboral, menor calicacin y la mayora no posee ttulos pe-daggicos e incluso algunos solo tienen educacin secundaria. Como la supervisinde parte de los organismos de control del Estado es limitada, estos maestros solotrabajan dos o tres das por semana.

    84 CEDRO. Educacin: Estrategia de prevencin del trabajo infantil en la zona del Valle del RoApurmac Ene (VRAE). Lima: CEDRO / OIT / IPEC Sudamrica, 2005, p.15.

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    Hay maestros que han comprado pequeas parcelas donde cultivancoca y emplean a sus alumnos en los tiempos de siembra y cosecha yhay quienes juntos con los alumnos y con la anuencia de los padresde familia hacen faenas de recoleccin masiva de hoja de coca para

    solventar viajes de promocin, algn paseo recreativo o la compra dematerial educativo.85

    Esto ltimo pudo ser vericado in situen algunas zonas del VRAE porlos investigadores del IDEI, encontrando testimonios de que existanalgunas promociones de las instituciones educativas que trabajan losnes de semana en los cocales para obtener fondos para sus viajes depromocin:

    Nosotros salimos a trabajar todos los sbados y domingos a los cocales.Nos organizamos un grupo de 10 compaeros de la promocin de esteao para ir a la cosecha de coca y de esa manera estamos recaudandofondos para nuestra esta de promocin.

    Nos pagan un sol por kilo de hoja de coca cosechada. Los dueos de

    las chacras nos pagan el mismo da, apenas terminamos de jalar. Eldinero de todo el grupo se lo dan al coordinador del grupo. A vecesese dinero nos gastamos en alguna esta o actividad de n de semana.Con dos arrobas de coca ya tenemos para el n de semana. Ahora quelleg la luz a la zona, con ese dinero compramos chelas heladitas enlas discotecas.86

    Sobre lo mismo, veamos el testimonio de O:

    A veces no asisto a clases por trabajar para comprarme mi ropa,zapatilla y cosas que necesito. A veces los profesores me jalan, si nole llevamos a chupar. Les llevamos a chupar y nos aprueba. A mis

    padres no les interesa.87

    85 MEJA FRITSCH, Mara del Pilar. Los nios de la coca: agrante violacin de los

    derechos humanos de la infancia. En: Boletn Narcotrco y Gobernabilidad, Ao 4, N36, Lima: Instituto de Estudios Internacionales de la PUCP, setiembre de 2010.86 Testimonio de E, menor de 16 aos en Villa Virgen, centro poblado del distrito de

    Vilcabamba, provincia de La Convencin, Cusco (VRAE).87 Testimonio de O, menor de 15 aos de San Antonio (distrito de Anco, Ayacucho,

    VRAE).

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    d) Seguridad

    La situacin de los nios y adolescentes avocados a actividades vinculadasal narcotrco no solo es precaria desde el punto de vista de la salud,

    alimentacin y educacin, sino tambin en lo que toca a su seguridad.

    En primer lugar, el trabajo en el campo y en las pozas de maceracinse desarrolla en un ambiente donde estn presentes armas de fuego88destinadas a ahuyentar a los extraos o eventualmente repeler alas fuerzas del orden que realizan operativos contra las pozas demaceracin. Se trata de un sistema de seguridad impuesto por lasmaas del narcotrco destinado a proteger su negocio. Veamos lostestimonios de Chi e Y:

    En una oportunidad, tres gringos nos encontraron haciendo la drogaen una poza. El patrn dijo que los amarrramos y que vean el trabajo.Les quitamos su cmara. No opusieron resistencia. Estos gringosestaban con su ambre: tenan galletas en bolsa y conservas en lata.Luego de dos das y una noche, cuando termin el procesamiento de

    la merca, los soltamos y dejamos ir, pero el patrn les advirti quesi hablaban con alguien de lo que vieron los mataran. Se fueron demiedo; no sali por ninguna radio.89

    En la chacra el trabajo es inseguro. A la cosecha van muchos hombresy tengo miedo que me pueda pasar algo. A veces me voy con la vecina,me siento insegura, me puede pasar algo, la mayora son hombres yalgunos tienen armas [] a veces mi vecina trabaja hasta el medioda, de ah tiene que ir a cocinar para sus hijos. Yo me quedo dos horasms, por eso tengo miedo.90

    A esta situacin de inseguridad tambin contribuyen, lamentablemente,algunas malas autoridades ltradas por la corrupcin, como nos locomenta Ele:

    88

    Sobre este particular, de los testimonios recogidos se advierte que un revlver en elmercado negro de Lima se compra por S/.200 S/.300 soles; pero si logra llegar alVRAE, el valor del arma se incrementa a S/.800 S/.1,000 soles.

    89 Testimonio de Chi, joven de 19 aos en Pichari, provincia de La Convencin,Cusco (VRAE).

    90 Testimonio de Y, menor de segundo de secundaria en el Huallaga.

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    Varias veces, sobre todo en pocas de cosecha, la polica nos haquitado nuestra coca en la ruta. Ellos se llevan no ms. Y nos dejancon una parte [de 50 a 30 arrobas] para venderlo. Pero los policas noinforman el decomiso de nuestra coca. Ellos lo revenden al mercado

    negro y todos sabemos que terminan en las pozas. De nuestro trabajoganan dinero. Nosotros trabajamos, cultivamos y cosechamos coca yellos vienen y nos decomisan nuestra coca. Eso mismo hacen con lamerca [droga] que decomisan.91

    En el caso especco del Monzn, existe todo un sistema de comunicacina travs de celulares que funciona desde la entrada misma del valle y quesirve para advertir a los campesinos cocaleros la llegada del CORAH, dela polica antidroga o el ingreso de personas desconocidas al valle. Otraforma por la que se alerta a las comunidades del Monzn es lanzandocohetes de tres tiempos (que se utilizan en las estas patronales).

    Recibida la alerta, los campesinos cocaleros empiezan a descampar lazona y guardar o encaletar los insumos qumicos para producir droga.Las pozas de maceracin en el Monzn y tambin en el VRAE, tienen

    sus propias campanas y su seguridad interna, y la mayora de lospoceros estn armados.

    En segundo lugar, la situacin de seguridad es an ms crtica para losmenores de edad dedicados al transporte de la droga.

    Esta labor pone en riesgo su vida pues implica atravesar intrincadoscaminos de herradura (inaccesibles para la polica) y correr el riesgo

    de ser asaltados por otros tracantes de drogas que buscan robarle lacarga. La situacin es tan riesgosa que los jvenes son resguardados

    por columnas de sicarios contratados por sus empleadores. Segntestimonios de la zona, al mes mueren asesinados entre 7 y 10 jvenesmochileros a manos de los tracantes-asaltantes. El mochilero recibeentre 100 y 200 dlares por viaje. Al iniciar su recorrido recibe ladroga, un arma y una exhortacin (que es ms bien una amenaza) a no

    traicionar a su empleador.92

    91 Testimonio de Ele, menor de 16 aos, oriundo de San Francisco, provincia de LaMar, Ayacucho.

    92 MNDEZ, Mara. Serie Amenazas a la Seguridad: El Narcotrco. Documento 11: Drogas,pobreza y derechos humanos: El impacto social del narcotrco. Lima: IDEI-PUCP, 2010, p.28.

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    Sobre esto tenemos el testimonio de Mn:

    Al inicio, cuando empec a hacer ruta, la gente empez a verme deotra manera: pensaban que era sopln [inteligencia]. Llegu a recibir

    amenazas. Mi to tuvo que hablar con ellos para que no me maten. Mito tena que demostrar que yo no era de inteligencia y para eso mehicieron cargar droga. Yo nunca he trabajado haciendo la droga, solo hetransportado. Con eso me compr este carrito de segunda, ahora es mo.

    Ac la vida no vale nada. Siempre hay ajustes de cuentas, sobre todo en

    las rutas de los mochileros. Tambin hay muchos asaltos en la carretera de

    Palmapampa-San Francisco y de Ayacucho al valle. Ahora ya no trabajo

    en la cosecha de coca.93

    En el caso del VRAE se ha producido un incremento de las bandasde asaltantes a mano armada. Estas bandas operan en la carretera SanFrancisco-Ayacucho y en las rutas de la droga, en particular en loscaminos de herradura. La ausencia policial favorece su presencia yaccionar.

    En tercer lugar, tenemos tambin la presencia en ambos vallesde remanentes del grupo terrorista Sendero Luminoso, hoyincorporado a la red criminal del narcotrco, los mismos que,desde los aos 2004 y 2005, vienen ejecutando actos de violenciaarmada en ambas zonas, ocasionando la muerte de diversosmiembros de las fuerzas del orden a efectos de controlar las rutasde la droga y, en el caso del Alto Huallaga, proteger los cultivosde coca ilegales.

    En cuarto lugar, como consecuencia de todo lo anterior, ambos vallespresentan una fuerte presencia policial y militar, con el objetivo determinar con el narcotrco y con el terrorismo que, si bien tienetodo el respaldo de la ley, tambin incrementa la sensacin de temoren la poblacin.

    93 Testimonio de Mn, menor de 17 aos, oriundo de San Miguel, provincia de LaMar, Ayacucho (VRAE).

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    Sobre esto ltimo, no cabe duda que la presencia de narcotracantes

    y terroristas armados, las acciones de los sicarios, los ajustes de

    cuentas,94la actuacin de soplones, entre otras acciones de violencia,

    implantan en la poblacin y, ms an, en los nios y adolescentes

    de ambos valles una cultura del miedo. Y es que el narcotrcosiempre establece la disyuntiva al poblador y hasta a la misma

    autoridad de la zona, de vivir a favor de l o en contra de l.

    La cultura del miedo qued evidenciada en dos encuestas realizadashace algunos aos en determinadas zonas cocaleras del Per, dondenios y jvenes de 10 a 30 aos, establecieron su mayor temor a lamuerte o a ser herido, a perder un familiar o a conar en los dems,debido precisamente a la presencia del narcotrco en su localidad.Las cifras que a continuacin se muestran mantienen plena vigenciaen el VRAE y en la mayora de zonas del Alto Huallaga.

    Cuadro 2Cultura del miedo

    TIPO DE RIESGO TOCACHE LEONCIO

    PRADO-MONZN SATIPO-ENE

    MS IGUAL MENOS MS IGUAL MENOS MS IGUAL MENOS

    MUERTE 75.2% 23.1% 1.7% 62.3% 23.0% 14.8% 70.1% 22.6% 7.3%

    HERIDAS 72.5% 24.1% 3.5% 50.7% 34.1% 15.2% 67.3% 25.1% 7.5%

    PREOCUPACIONES 72.6% 14.4% 12.9% 55.3% 25.9% 18.8% 57.6% 34.3% 8.1%

    DELINCUENCIA 78.2% 17.9% 4.0% 52.4% 28.7% 18.9% 71.8% 22.4% 5.8%

    PROSTITUCIN 79.2% 18.6% 2.2% 59.3% 22.6% 18.1% 71.9% 23.6% 4.5%

    ROBOS 67.7% 25.1% 7.2% 51.0% 32.2% 16.8% 63.8% 26.9% 9.3%

    Fuente: DEVIDA

    e) Cultura y valores

    El nefasto impacto del narcotrco en los nios y adolescentes delas zonas cocaleras se extiende tambin al campo cultural. As, un

    94 En el valle del Monzn, por ejemplo, durante el desarrollo de la presente investiga-cin, se encontr que haba ocurrido un ajuste de cuentas entre rmas que operabanen dicho valle a plena luz del da y en una avenida principal. Segn rerieron lasfuentes consultadas, se trat de un enfrentamiento entre las dos maas ms fuertesde la zona. El ajustado era conocido con el sobrenombre de Tacuchi, buscadopor la polica y por los Tos (narcoterroristas) que haba cerrado una cuenta deUS$.90,000.00 dlares. l termin siendo asesinado por sicarios a 100 metros de sucasa; los medios de comunicacin de Tingo Mara no reportaron el hecho.

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    componente fundamental de la expansin de la industria delictiva delnarcotrco es el conjunto de ideas, creencias, mitos y contravaloresque busca introducir en la sociedad como parte de su proceso delegitimacin social. El inmenso poder econmico de la cadena de la

    droga va de la mano con un proceso a partir del cual se proponenmodelos sociales o culturales que van congurando en los niosy jvenes una visin del mundo que respalda la consolidacin yexpansin de sus intereses criminales.95

    En este sentido, los nios y adolescentes del VRAE y el Alto Huallagaestn diariamente expuestos a conos o estilos de vida tales como elculto al dinero fcil, el cortoplacismo, la violencia, el reto permanentea la legalidad, a la autoridad y a las instituciones, el facilismo y lagraticacin inmediata, que los lleva a internalizar un patrn de vidadonde ms vale vivir cinco aos como rey que cincuenta comobuey.96 En otras palabras, un trabajo lcito, duro y escasamenteremunerado es rechazado como alternativa de vida por la ideologanarco, promoviendo en los nios y adolescentes ms bien una apuestapor la vida ilcita, con altos niveles de riesgo y de corrupcin, pero

    con rendimientos econmicos inmediatos. Al respecto, tenemos lossiguientes testimonios que conrman lo dicho:

    Yo no pienso estudiar en la universidad. Aqu estoy bien. Preerotrabajar en la coca y tener plata, moto y casa. Adems si me voy aAyacucho a estudiar, quin me va mandar plata para cubrir misgastos? Mis padres no me van a dar. Ellos tienen que ver a mishermanos menores. Ellos estn estudiando. Yo tengo que ver por mmismo. Yo mismo me compro mi ropa, mis cosas. Mis padres no medan nada.97

    95MNDEZ, Mara. El impacto del narcotrco en la cultura. La contracultura nar-co. En: INSTITUTO DE ESTUDIOS INTERNACIONALES.Amenaza a la Seguridad. El

    Mapa del Narcotrco en el Per. Lima: IDEI-PUCP, 2009, p.99.96 SILI, Elisa. Elmer Mendoza explora los efectos del narcotrco en la cultura mexi-

    cana en El Amante de Janis Joplin. En: El Pas, Madrid, 18 de febrero de 2003. Citadopor: MNDEZ, Mara. El impacto del narcotrco en la cultura. La contraculturanarco. En: INSTITUTO DE ESTUDIOS INTERNACIONALES.Amenaza a la Seguri-dad. El Mapa del Narcotrco en el Per. Lima: IDEI-PUCP, 2009, p.100.

    97 Testimonio de E, menor de 16 aos de Villa Virgen, centro poblado del distrito deVilcabamba, provincia de La Convencin, Cusco (VRAE).

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    Pienso dejar el colegio, no tiene sentido estudiar, para qu, paraganar un sueldo mnimo. Si cosechando se gana ms que un profesor.Muchas veces nosotros invitamos a chupar a los profesores. Enel valle la vida es cara, no se puede vivir de un sueldo de profesor.

    Preero dedicarme a la coca.98

    Por si esto fuera poco, la informalidad reina en todo el Alto Huallagay el VRAE. Es muy difcil sino imposible encontrar restaurantes,hospedajes, etc., que brinden al consumidor facturas o boletas deventa. La evasin campea en la zona, advirtindose como una prcticaextraa que alguien solicite papeles o documentos cuando realizaalgn tipo de transaccin.

    De esta manera, se produce progresivamente una pauperizacin moralde los jvenes, hacindolos primero tolerantes ante el crimen (comopor ejemplo, cuando justican la produccin de hoja de coca paravenderla al narcotrco, utilizando como pretexto la pobreza) y luegosiendo partcipes del mismo. Ms an, s