quadernos de criminologÍa nÚm. 1. revista de criminología y ciencias forenses, 2008

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7/30/2019 QUADERNOS DE CRIMINOLOGÍA NÚM. 1. Revista de Criminología y Ciencias Forenses, 2008 http://slidepdf.com/reader/full/quadernos-de-criminologia-num-1-revista-de-criminologia-y-ciencias-forenses 1/33 suRgImIEnTO Y APOgEO DEL TERRORIsmO 5 BREVE REFEREnCIA hIsTóRICA DEL TERRORIsmO El enómeno terrorista no es un hecho exclusivo de la era moderna sino que tiene sus antecedentes en la historia de humanidad –al menos que se pueda constatar– con más de 2000 años de antigüedad; sin embargo, y a pesar de ser un comportamiento social con muchos siglos de existencia, todavía –en el siglo XXI– nuestros gobernantes no se han puesto de acuerdo sobre qué se entiende por terrorismo, no existiendo un concepto aceptado universalmente. De todos modos, la denición más comúnmente aceptada, desde un punto de vista general, es “el uso –o amenaza de uso– de la violencia clandestina con fnes políticos rea- lizado por un grupo organizado”. Este énasis en los “fnes políticos” es, precisamente, lo que va a dierenciar al terrorismo de otros tipos de violencia criminal. Dierencia a la que habría que añadir la necesidad de “presión psicológica”; Presión que no sólo iría dirigida a las posibles víctimas sino a los ciudadanos y los poderes públicos, en general. Lo cual, supone –desde el punto de vista criminológico– un cambio cualitativo en el estudio de la criminalidad, dado que el terrorismo no se centra exclusivamente en la denominada pareja criminal –agresor y víctima– sino que el objetivo de sus acciones tendría por na- lidad amedrentar y aterrorizar al conjunto de ciudadanos. Los primeros grupos terroristas estaban motivados por un anatismo religioso”. Con orme a David Rapoport, se constata que –antes del siglo XVIII y el nacimiento del nacionalismo, el francisco javier oterino durán suRgImIEnTO Y APOgEO DEL TERROR

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suRgImIEnTO Y APOgEODEL TERRORIsmO

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BREVE REFEREnCIA hIsTóRICA DEL TERRORIsmO

El enómeno terrorista no es un hecho exclusivo de la era moderna sino que tiene susantecedentes en la historia de humanidad –al menos que se pueda constatar– con másde 2000 años de antigüedad; sin embargo, y a pesar de ser un comportamiento socialcon muchos siglos de existencia, todavía –en el siglo XXI– nuestros gobernantes no sehan puesto de acuerdo sobre qué se entiende por terrorismo, no existiendo un concepto

aceptado universalmente.

De todos modos, la de nición más comúnmente aceptada, desde un punto de vistageneral, es “el uso –o amenaza de uso– de la violencia clandestina con fnes políticos rea-lizado por un grupo organizado”. Este én asis en los “fnes políticos” es, precisamente, loque va a di erenciar al terrorismo de otros tipos de violencia criminal. Di erencia a la quehabría que añadir la necesidad de “presión psicológica”; Presión que no sólo iría dirigidaa las posibles víctimas sino a los ciudadanos y los poderes públicos, en general. Lo cual,supone –desde el punto de vista criminológico– un cambio cualitativo en el estudio dela criminalidad, dado que el terrorismo no se centra exclusivamente en la denominadapareja criminal –agresor y víctima– sino que el objetivo de sus acciones tendría por na-lidad amedrentar y aterrorizar al conjunto de ciudadanos.

Los primeros grupos terroristas estaban motivados por un “ anatismo religioso”. Con ormea David Rapoport, se constata que –antes del siglo XVIII y el nacimiento del nacionalismo, el

francisco javier oterino durán

suRgImIEnTO Y

APOgEO DEL TERROR

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anarquismo y la ideología marxista– la reli-gión proporcionaba los únicos argumentos“aceptables” para el terror. En el siglo I, gru-pos como los zelotes judíos, los hashashins musulmanes y los thugs hindúes, se con-virtieron en los terroristas de naturalezareligiosa más conocidos de la era posteriora Cristo. Su modus operandi consistía en elasesinato y sacri cio de personas.

El surgimiento del nacionalismo, elanarquismo y el marxismo a ectó de ma-nera decisiva a la naturaleza del terrorismo,de orma que, en el siglo XVIII, en el marcodel Estado jacobino rancés, es la primeravez que se utiliza el término terrorismo ensentido político. En esta época, Francia, através de Robespierre, utilizando la prácti-ca terrorista “virtud y terror”,ejecutó a másde 30.000 personas en todo el país.

Con posterioridad –siglo XIX– naceel terrorismo como estrategia revolucio-naria en su lucha contra el Estado. Así en el denominado Congreso Internacio-nal Anarquista celebrado en Londres en1881, se describió el terrorismo como“un deber de todos los comités anarquistasnacionales con objeto de explorar todos losmedios para la aniquilación de todos losgobernantes, la nobleza, el clero, los capita-listas y otros explotadores”.

En esta época se orientaba a la utiliza-ción de la química y la preparación de ex-plosivos como métodos adecuados paraatentar contra sus objetivos; sin embargo,la ideología que ha inspirado a las organi-zaciones terroristas durante los siglos XIXy XX ha sido la liberación de los puebloscontra sus colonizadores, emanadas delanarquismo y de la loso ía marxista-leni-nista. Fuente inspiradora de grupos comoEuskadi Ta Askatasuna o los GRAPO.

El punto decisivo que incide en lapropia naturaleza del terrorismo de esta

época, se con gura en torno a 1968. LaGuerra de Vietnam y el surgimiento demovimientos de izquierda –marxistas yanarquistas– en Europa y EEUU, así comola Guerra de los Seis Días –en Palestina– dalugar a nuevas oleadas de terrorismo quese contextualizan desde el nacionalismohasta los confictos étnicos o políticos.

En los años 70 y 80, las aproximaciones

radicales al Islam, unido a una serie de ac-tores pluridimensionales, han avorecido elsurgimiento del terrorismo religioso. En-tre las causas más signi cativas de este re-surgimiento, destacan: colapso de la UniónSoviética (descrédito ideología comunistay marxista), el proceso de descolonizacióndel mundo árabe, conficto palestino–israe-lí, triun o de la revolución islámica en Irán(1979), surgimiento del régimen Talibán

(tras la victoria sobre la URSS), o la infuenciade la ideología de los “Hermanos Musulma-nes de Egipto” en los países del Magreb.

En la actualidad, la amenaza terroristade origen religioso se ha intensi cado conel surgimiento de la denominada jihad global, auspiciada y amparada por la red AlQaeda. La nota distintiva de este nuevo te-rrorismo religioso respecto al desarrolladoen los años 70 y 80 –conceptuados como

terrorismo internacional– son:1. Sus objetivos: Cali ato Universal y lu-

cha contra EEUU,Occidente y Cru-zado;

2. La utilizaciónde la jihad per-sonal –martirio–como elementode lucha;

3. Uso de armas de des-trucción masivay no convencio-nales;

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4. Propaganda de su ideología y accionesterroristas a través de los medios decomunicación, especialmente el usode internet.

TIPOs DE TERRORIsmO

Sin duda alguna, uno de los elemen-tos que más nos acerca al conocimientode esta actividad delictiva, es analizar lasdi erentes clases de terrorismo en unciónde los actores o motivaciones que subya-cen al surgimiento del mismo.

En criminología se suelen distinguir,al menos, tres grupos distintos de terro-rismo:

· Represivo: Practicado por un Estado;· Étnico: Relativo al hecho de que grupo

étnico trate de aterrorizar a otra etnia

–Ruanda (hutus y tutsis)– y· Revolucionario: Que pretende sus-

tituir un sistema político por otro me-diante la violencia clandestina.

En este marco re erencial, habría queañadir –sin duda– el terrorismo islamistade naturaleza religiosa y política.

Como se puede observar, el enómenoterrorista requiere un en oque integral siqueremos desarrollar estrategias e cacesde política criminal, a cuyo n debemosadentrarnos en el análisis de los motivos,causas o actores explicativos de esta vio-lencia criminal.

En este artículo, trataremos de explo-rar –desde las perspectivas biológica,social, cultural y política– las posiblescausas del terrorismo de ETA, así como elper l de sus integrantes, dejando el aná-

lisis del terrorismo islamista y su cotejocon el resto de terrorismos –especial-mente el independentista vasco– paraun artículo posterior.

ETA: FACTOREs ExPLICATIVOs

En los últimos 40 años de la historiade España, el grupo terrorista ETA es –yha sido– uno de los mayores problemasde nuestra democracia. ETA, a través dela violencia terrorista, ha ido con guran-do en la sociedad un clima de terror y

coacción, generando una enorme alarmasocial, atentando contra las libertades pú-blicas e infuyendo de modo decisivo enel devenir político de España.

En consecuencia –y con orme a la im-portancia de este enómeno– estimo ne-cesario que la criminología debe abordar elterrorismo desde un en oque pluridimen-sional, de orma que, analizando su etiolo-gía, se puedan articular respuestas e cacesen el ámbito de la política criminal.

A) El primer acercamiento racional quenos debe plantear este problema, es tra-

tar de conocer la propia historia de ETA o –al menos– saber por qué surge y enqué contextos se ha desarrollado y per-durado en el tiempo. Para ello, debemos

“En criminologíase suelendistinguir, al menos, tres

grupos distintosde terrorismo:Represivo, étnico y revolucionario.”

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tener presente que, si bien, este análisistiene por objeto conocer hechos históri-cos y sociopolíticos, jamás debe de inter-pretarse como una justi cación a la vio-lencia etarra, pues ésta –como cualquierotro tipo de violencia criminal– carece delmínimo sentido de la comprensión.

En líneas generales se podría decir quela organización terrorista ETA surge en el

País Vasco y Navarra bajo el pretexto de ladictadura ranquista y en el advenimientodel nacionalismo vasco, que se estructurahacia el año 1956 en la ormación de unaorganización nacionalista –de izquierdas–denominada EKIN y su posterior usióncon las juventudes del Partido Naciona-lista Vasco –PNV–, denominada ANJ, cuyaruptura –tras el intento de instrumentali-zación del PNV– da lugar a la ormación de

una nueva organización, en el año 1959,que se autodenomina Euskadi Ta Askata-suna (País Vasco y Libertad): ETA.

Esta nueva organización, integrada pordiversos colectivos de la izquierda nacio-nalista radical, comunistas y sindicalistasde orientación marxista y troskista, trasdiversas asambleas de carácter orgánicoy uncional y, más concretamente, en eltranscurso de su quinta asamblea –co-

nocida como ETA V, en 1967– se proponecomo objetivos re erenciales de este nue-vo movimiento independentista: la territo-rialidad (cuatro provincias españolas y tresrancesas, como territorio de Euskal Herria),la independencia de los Estados español yrancés, el socialismo marxista y la euskal-

dunización; propósitos que, tras la muertede Franco y el paso a la España democráti-ca, las uerzas políticas y sociales con gu-radas en torno a la “izquierda abertzale so-cialista”, asuman como propio el programapolítico rupturista de ETA, con gurado conel nombre de “Alternativa KAS”.

En torno a este programa político, ETAasume la vanguardia política y militar –lu-

cha armada / rente militar– diseñandouna estructura político social que, hacia1980, quedaría con gurada por cinco or-ganizaciones –HASI, JARRAI, LAB, ETA yASK– que, con el desarrollo posterior, seconvertirían en los distintos rentes de lu-cha (político institucional, mediático cul-tural, masas, makos ...) a través de los cua-les y, por medio de una organización conunciones de control y coordinación de

actuaciones (KAS/EKIN), se convertiríanen el denominado MLNV –Movimiento deLiberación Nacional Vasco– con gurandoel Movimiento Revolucionario que libera-ría a “Euskal Herria” de la opresión de losEstados español y rancés, instaurando unnuevo régimen de orientación marxista y justi cando, en su nes independentistas,la utilización de la lucha armada.

B) Si conocemos su origen y cómo

se estructura, la siguiente pregunta quedebemos hacernos es ¿qué enómenossociales, psicológicos y/o biológicossubyacen al terrorismo etarra?

Desde la perspectiva de las teorías socio-lógicas de la desviación, se hace necesarioabordar este enómeno criminal como un

¿Cuándo y por qué surgió ETA?

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enómeno más dentro del ámbito de ladelincuencia organizada, si bien di eriría deésta en su nalidad política (y/o religiosa).

Si tenemos en cuenta la clasi caciónde los “modelos de sociedad” de nidospor Szabo (1), debemos considerar que, enaquellos tipos de sociedad donde aparecencontraculturas en el seno de la subculturasparcialmente toleradas, surge la con ronta-

ción. La consecuencia de ésta es una polari-zación de opiniones y actitudes que impideel acuerdo, la tolerancia y el más elementaldiálogo, siendo el terrorismo una de las or-mas más violentas de discrepancia.

Esta misma línea argumental es reco-gida desde las teorías subculturales (Al-bert K. Cohen) para explicar la desviaciónsocial –si bien dirigido al ámbito de la de-lincuencia común– al considerar que enla sociedad existen distintos sistemas devalores, de orma que cuando estos gru-pos de valores son divergentes respectode la “normalidad”, en torno a ellos se or-ganizarían los grupos de desviados.

Un proceso socio-cultural similar a lo es-grimido por Cohen tendría lugar en el senode la Izquierda Abertzale respecto a la cultu-ra de la violencia. En este supuesto, la des-viación se presenta como una opción colec-tiva hasta el punto de poder considerar quelos desviados no serían los individuos sinolos colectivos. No en vano, ETA y su entornorepresenta en cada individuo que lo integraun sistema de valores y creencias que o-menta y justi ca todo tipo de comisión deactos violentos –quema de contenedores yautobuses, lucha callejera, atentados contrabienes y personas, asesinatos, etc.– en prode sus objetivos políticos.

En un intento de pro undizar más en elanálisis de la desviación social, Cloward yOhlin, en su obra “Delincuencia y oportuni-

dad, una teoría de las bandas” (1960), noso recen la visión de que lo importante noson tanto las “tensiones socioculturales”como las oportunidades reales que lossujetos tengan para desviarse. E ectiva-mente, si trasladamos esta idea al entornodel MLNV / ETA, observamos con claridadque los jóvenes que nalmente practicanla violencia, previamente han compartido

ideas, valores y principios en la amilia, elcolegio, el grupo de amigos, etc. que, conel tiempo, vienen a constituir la esenciade los actores que potencian la cohesióngrupal y legitiman todo tipo de actos vio-lentos, dando lugar a la constitución deuna especie de “subcultura criminal”.

Asimismo, Adol Tobeña (2), desde unaperspectiva multi actorial –especialmen-te desde las bases biológicas del com-

portamiento humano y los enómenosdel contexto político y cultural en el quese desarrolla el terrorismo de ETA– tratade buscar las causas o motivaciones quehan hecho posible el desarrollo de estaviolencia criminal en una sociedad demo-crática como la nuestra.

En el análisis realizado por Tobeña –so-bre una muestra de 600 militantes de ETAcondenados a prisión– considera que se

pueden describir una serie de actores co-munes a todos ellos:

1. Se trata de una tropa autorreclutadade varones jóvenes en alianza ago-nística. La proporción de varones esde 9 rente a 1 mujer de cada 10 mili-tantes, a los que atribuye una serie deatributos temperamentales: impulsi-vos, aventureros, necesitados de emo-ciones uertes, alta de compasión y desimpatía por el su rimiento ajeno, etc.

2. Los militantes de MLNV / ETA obtienenun benefcio a “corto plazo” por per-

“(...) observamos(...) que los jóvenes quefnalmente practican laviolencia, previamente hancompartido ideas,valores y principios en la

amilia, el colegio,el grupo deamigos, etc. (...)”

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tenecer a este colectivo. Los sujetosvan adquiriendo prestigio en la medidaque se implican en actividades que re-viertan en bene cio del objetivo políti-co, especialmente en aquellas accionesde naturaleza violenta (lucha callejerao colaborar/integrarse en ETA). Segúnalgunos testimonios: “integrarse en ETAes como fchar por el Athletic de Bilbao”.

3. El objetivo perseguido por ETA y suentorno es “el cambio de la elite gober-nante”; es decir, sustituir las actualesinstituciones por otras –gobernadaspor ellos (MLNV /ETA)– impregnándo-las de un marcado carácter nacionalistavasco, cuya estrategia, si bien en susinicios pasaba por derrocar militar-mente al Estado español, actualmentese articula en la necesidad de obligar

al Estado a “negociar” la situación deltraspaso del poder político, a base deextorsiones, amedrentamiento social,altercados callejeros, asesinatos selecti-vos, etc.; siendo su nalidad el desgastepolítico y social del Estado hasta con-seguir sus objetivos establecidos en la“Alternativa KAS”, que, a partir del 1995,ue denominada como “Alternativa De-mocrática”.

4. Un actor esencial –explicativo de la vio-lencia terrorista de ETA– sería el papeldesempeñado por la doctrina abert-

zale. Se trata de una ideología donde sedesarrolla un en ervorización automá-tica del etnocentrismo y la xeno obia,cuya máxima expresión se encuentra enla consolidación de los indicadores dela “etniciad combativa”. Esta etnicidadcombativa –según Tobeña– vendría ex-

plicada por un etnocentrismo aglutina-dor cuyos cimientos se asientan sobrelos señuelos de la semejanza biológicay de la identidad cultural.

En de nitiva, en este estudio de Tobe-ña, viene a constatar que en el País Vasco–y Navarra– se dan todos los parámetrosy requisitos necesarios para los etnocen-trismos y nacionalismos excluyentes,cuyas características esenciales vendríancon guradas en torno a:

· Una lengua autóctona altamente di e-renciada (euskera),

· La deriva endogámica sustentadas enper les genéticos (RH –),

· Rituales y costumbres propios (música,danza, juegos...),

· Religiosidad acentuada y· Fuerte implantación de movimientos

de comunicación grupal (propagandanacionalista).

PERFIL DEL TERRORIsTA DE ETA:

CARACTERísTICAs DEL mILITAnTELos estudios sociológicos realizados

sobre el per l de las personas y amiliasque se integran en la masa social de laizquierda abertzale y, especialmente, deaquellos jóvenes que – nalmente– pa-san a ormar parte de la estructura de ETAmilitar, ponen de relieve algunos puntoscomunes que de nen su posible per l so-cio-psicológico:

· En la última década se constata (3) queel 60% de los reclutados por ETA tienenmenos de 20 años, procediendo en unporcentaje importante de áreas urba-nas y metropolitanas;

· Pertenecientes – en un 33% – a las nue-vas clases medias que procesan estu-dios no universitarios

· En su mayoría –proporción de 9:1– va-

rones, intelectualmente inmaduros yácilmente infuenciables;· Comparten una ideología nacionalista

excluyente de orientación marxista;

¿Cuáles son lascaracterísticasque defnenel perfl de losetarras?

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· La implicación en actos delictivos (lu-cha callejera...) aumenta el prestigiosocial (en el marco del MLNV) de losindividuos, sirviendo –a su vez– comoun actor de cohesión grupal;

· En la instrumentalización de la violen-cia se utilizan poderosos mecanismosde neutralización derivados del apren-dizaje social. Entre los métodos utili-zados por los integrantes del MLNV, la“kale borroka” y militantes de ETA para justi car los actos terroristas y eliminarel sentimiento de culpa, se incluyen:

– La deshumanización de las víctimas[“son unos perros” (txakurras)];– La justi cación de la violencia en ideo-

logías utópicas (“lucho para liberar ami pueblo de la represión española”);

– La negación de la víctima (“se lo me-recía”);

– La descali cación de quienes repro-chan el hecho criminal (“son unos as-cistas españoles”); etc.

Todos estos actores comunes que ca-racterizan al colectivo del MLNV / ETA, tie-ne como resultado que las personas que lointegran de endan constelaciones o or-

mas de entender la realidad de orma muydistinta al resto de la sociedad, en general.

Para concluir –coincidiendo con F. Re-

ninares– podemos a rmar que el per lsociológico de los sujetos que han ingre-sado en ETA en la última década coincideen muchos aspectos con la naturaleza delradicalismo juvenil, anómico y urbanoobservables en otras partes del mundo,que tienden a mani estar su descontentosocial en el marco de movimientos tota-litarios de orientación neonazi. Radicalis-mo, que en el contexto sociopolítico del

País Vasco, se canalizaría a través la o ertaque proporciona el MLNV /ETA.

(1) Szabo, D. “Violence collective et processus poli-tique: peut-on de ender la démocratie”. RevueInternational de Criminologie. T.- XXXV (1982), pp. 242-247.

(2) Tobeña, A. “Mártires mortí eros”. Valencia, Publi-caciones de la Universidad de Valencia (2005) / Toch, H. “Reinventing Prisons” en A. Liebling y S. Maruna, “The e ects o imprensonment” (pp. 465-473). Cullmpton, Devon (Reino Unido).Willan Publishment (2005).

(3) Estudio de F. Reinares Desatares. “Rasgos socio-demográfcos de los integrantes de ETA”. CienciaPolicial, 3, pp. 103-116 (1998).

AUTORÍADE ESTE ARTÍCULO:

Francisco JavierOterino Durán.

Es Inspector de Policía;licenciado en psicología;diplomado superior en

criminología y diplomadoen ciencias policiales yprofesor ayudante dela asignatura deCriminología II en la UEMC.

[email protected]

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PsICOPATíA

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Este artículo tiene como objetivo pro undizar en aquellas personas a quienes la psicologíay la psiquiatría han dado en llamar psicópatas, sociópatas y, a algunos de ellos, la crimina-lística y el grueso de las personas llaman delincuentes, en algunos casos hasta crimina-les. Haremos una aproximación al estudio de su personalidad, dejando de lado, en estaoportunidad, a todos aquellos que padecen adicciones, trastornos del sueño, patologíasorgánicas comprobables tales como demencias, oligo renias, epilepsias; y también a las al-teraciones pro undas de la personalidad como esquizo renias, psicosis delirantes crónicas,trastornos bipolares o alguna otra en que la psicopatía no sea la base primaria.

Puede ocurrir que la in ancia del psicópata haya estado colmada de vivencias de te-

rror y desamparo. Sabemos que lo ocurrido en la in ancia será recordado toda la vida yes uno de los ejes que ormará nuestra personalidad.

Nuestra memoria almacena absolutamente todo, hasta lo traumático. Prueba deesto es la ley de Ribot, basta escuchar los relatos de los ancianos, cuya memoria anteró-gada –es decir, inmediata– es casi nula, pero la retrógrada no. Recuerdan hasta el másmínimo detalle de su in ancia y juventud. Este enómeno hace sospechar que, proba-blemente, las vivencias in antiles traumáticas hayan sido reprimidas originariamente, loque no signi ca que no infuyan en la adultez a modo de secuela, como el haber padeci-do abusos ísicos, sexuales o emocionales en la in ancia.

DIFEREnTEs POsICIOnEs REsPECTO A LA ETIOLOgíA· Posición intrínseca: Algunas sostienen la predisposición genética para este des-equilibrio, como por ejemplo algunas de las corrientes anatomistas sostienen que

TRAsTORnO AnTIsODE PERsOnALID

PsICOPATí

maría laura quiñones urquiza

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PsICOPATíA

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se puede dar por una insu cienciasubcortical, alteraciones del lóbulorontal primarias o por traumatismos,Síndrome de Alcoholismo Fetal, etc.

· Posición extrínseca : Establece quela sociedad contribuye a la emer-gencia de sus criminales; incluye, porsupuesto, a los actores ambientales,así como también a los vínculos pri-marios y secundarios.

· Posición psicoanalítica: Nosográ ca-mente coloca a la psicopatía dentro delas perversiones sexuales, no genitales,si no más bien en relación al “LIEBEN”,al a ecto hacia las otras personas. Exis-tiría una no superación del complejode Edipo, una no asunción del comple- jo de castración y una negación de la

prohibición del incesto, internalizandouna resolución edípica patológica. Hayun ideal del Yo Narcisista.

Para otras corrientes psicológicas, elpsicópata busca un complementario, lotrata de encontrar en su víctima, al noconseguirlo le sobreviene tensión, pro-bablemente angustia, por lo que la haceculpable de esta alta y a modo retaliativodescarga en ella su desprecio.

EL Dsm IV(1)

Manual Diagnóstico y Estadístico delos Trastornos Mentales (APA) 2

La “Biblia” de la psiquiatría establececuatro grupos de criterios generales paradiagnosticar al Trastorno Antisocial dePersonalidad:

“Nuestramemoriaalmacenaabsolutamentetodo, hasta lotraumático.”

TABLA 1.CriTerios diAgnósTiCos pArA eL TrAsTorno de

personALidAd AnTisoCiAL según eL dsM-iV

CriTerio desCripCión

Criterio A

A1. No hay adaptación a las normas en torno al comportamiento legal.

A2. Desprecian deseos, derechos y sentimientos de los demás.

Engañan y manipulan para sacar provecho propio.

A3. Incapacidad para planifcar el uturo.

A4. Irr itables y agresivos (pelea ísica).

A5. Despreocupación por la propia seguridad y la de los demás.

A6. Continua y extremadamente irresponsables.

A7. Tienen poco remordimiento por las consecuencias de sus actos.

Criterio B El individuo debe tener, por lo menos, 18 años.

Criterio C

El individuo debe tener algunos síntomas de trastorno disocial de personalidad

antes de los quince años.

Criterio DEl comportamiento antisocial no debe aparecer exclusivamente en el transcurso deuna esquizo renia o de un episodio maníaco.

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PsICOPATíA

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Estos rasgos se observan de modoacotado en la in ancia, mostrando su es-plendor en la adolescencia, pudiendo sercon undidos con la rebeldía que se espe-ra en este estadio.

El efecto en los niños

Para conocer ese mecanismo, imagine-mos un padre sádico, un padre perverso,que ata a su hijo de 5 ó 7 años en una silla

para golpearlo brutalmente porque derra-mó el vaso de leche o simplemente olvi-dó hacer la tarea de la escuela. Sometidoa esta vivencia de desamparo –donde elpresunto padre protector lo golpea por co-meter un error propio de la in ancia– esteniño a tanta humillación no puede ponerlepalabras y por su minusvalía ísica no pue-de de enderse. El único modo de evadirsees a través de sus antasías y comienza a

imaginar que viene alguien a rescatarlo, asalvarlo, a protegerlo, agrediendo a su abu-sador y redimiéndolo. Supongamos queestas antasías con el tiempo se conviertan

en uno de los mecanismos de de ensa deeste niño ante alguna rustración; es decir,repite el patrón que él padeció. Muchasvíctimas de estos abusos en la adultez lle-van a la realidad estas antasías de cruel-dad y de venganza, pasando de víctimas aser victimarios. Muchos de esos niños hanvivido episodios similares al descripto nouna vez, sino durante toda su in ancia.

Poniendo en activo lo quevivieron pasivamente

Siguiendo esta suposición, el e ectoresidual de ser víctima de pedo lia, demaltrato ísico o verbal de extrema cruel-dad durante la in ancia, podría contribuiren algunos casos a cometer crímenes, so-matizar el dolor, escindir la personalidad,continuar el dolor eligiendo el masoquis-mo o el sadismo como modo de relacio-narse con las personas o como pre eren-cia sexual, repetir estos episodios con lospropios hijos o buscar ayuda.

Reconocemos como atípicas a aquellaspersonas que salen de la norma; es decir,cuyos requerimientos no son los del comúndenominador. No cualquiera decide vivirdel es uerzo de los demás de modo parasi-

tario, ni se regocija con el dolor ajeno aquí excluyo al par antitético del sado-maso-quismo, en el que hay ya un acuerdo tácitoentre cada uno de los integrantes adultos .Me re ero más bien a aquellas personascuyo estilo de vida es causar conciente-mente malestar a su alrededor, sin impor-tar las consecuencias y, en muchos de loscasos cotidianos, como el de los psicópatasque en unción de su poder económico

hacen sentir a sus empleados como lacrasinservibles, sometiéndolos a rigurosidadesque denotan su crueldad e in ringen la ley,o los acosan sexualmente, etc.

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PsICOPATíA

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En un principio la mayoría suelen serpersonas encantadoras, sobre todo los es-ta adores: serios, caballeros, sumamenteinteligentes, tal es así que pueden lograrsus objetivos y reconocen las personas ylos medios para llegar a ellos. Saben cómohacer para sacarle a alguien lo que poseehasta dejarlo sin nada; también cómo a-gocitar a sus semejantes, corromperlos

logrando que cometan actos ajenos a sueducación o principios éticos. Son perso-nas muy duchas en el arte de la observa-ción, que se valen de un “ol ato” especialpara encontrar a aquellas personas quevan a envolver con sus encantos, ya seadesde el sometimiento, la seducción, oaparentando “mala suerte en la vida”, so-los, sin un amigo de la in ancia o amigode “toda la vida”, se presentan en la vida de

las personas. Muchas de sus víctimas pien-san: “pobre, se ve que en la vida no ha tenidosuerte”, “qué raro que en la amilia nadie loquiere, debe ser como él dice: no lo compren-den”, una vez que él ha logrado ésto, es us-ted bienvenido a su circuito psicopático.

El prestigioso Psiquiatra y escritor ar-gentino Dr. Hugo Marietan sostiene quelos atípicos tienen entre sus rasgos la ha-bilidad de saber lo que el otro necesita,de ponerse en el lugar del otro, de lograruna empatía utilitaria.

Esto posibilitaría entrar en la vida de suelegido, tal es así que sus victimas suelentener determinado per l: mujeres solte-ras, hombres mayores, niños, etc.

Con el tiempo, el delincuente puedeper eccionar cada vez más su destreza, sutécnica.

En el caso de algunos asesinos en masapuede ser importante la etnia, religión,clase social; es decir, el grupo de perte-

nencia de sus víctimas, pero para otros laidentidad es irrelevante.

Caso di erente es el de los criminalesasesinos itinerantes para quienes no esimportante el per l de sus víctimas y laseligen al azar.

La simulación es un arte para ellos:simulan ser parte del común de la socie-

dad, ya sea como amigos, pro esores, sonexcelentes actores y sobretodo son an-tásticos improvisadores; es decir, una vezque entran en contacto con las personas,es di ícil que el otro se dé cuenta de susverdaderas intenciones, ya sea dejarlo sinnada, o en el caso de los psicópatas per-versos: abusar de los niños, etc.

“Son personasmuy duchasen el arte de la

observación, quese valen de un“olfato” especial para encontrar aaquellas personasque van aenvolver con susencantos (...)”

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En la es era a ectiva su ren como todosnosotros, pero sólo si no han logrado suobjetivo o porque han cometido un error.No sienten remordimiento por el daño oca-sionado a las personas. No hay registro deculpa por sus impulsos, por el su rimientoque pueden causar a los otros: robos, esta-as, abusos, violaciones, asesinatos, etc.

Para poder captar instrumentos parasus nes –es decir, personas cosi cadas–se valen de su encanto e inteligencia quemuchas veces tiene un coe ciente inte-lectual por sobre la norma. En ocasionessu nutrida cultura les sirve de ARMA paradeslumbrar y manipular. Las personas soncosi cadas tal como muebles, objetos a

los que se puede romper o una vez utili-zados desechar. Ni piense en tener enti-dad de persona para el psicópata, ustedno es igual a él, usted es in erior.

“Ellos se lo merecen por confar en mí”,“ellos me provocaron”, “sí, ya sé que tiene 4años, pero la niña me sedujo” son algunasde las cosas que llegan a responder alser descubiertos. El remordimiento anteel su rimiento ajeno no se observa, peroesto es porque simplemente nunca huboculpa para estos hechos. Todo ue unagran mentira. “Ellos se lo buscaron”.

Con los años se van especializandoen el delito, lo que podría probar que sí aprenden de sus errores en cuanto a sumodus operandi, sin embargo su relacióncon las personas será utilitaria.

El psicópata, tarde o temprano, se mos-trará tal cual es, esa mascara de la cual sevalió para envolver a su víctima se caerá,dejando en evidencia su verdadero ros-tro, una vez que la víctima está comple-tamente dominada por el psicópata. Todaesa comprensión simulada, la bondad,generosidad, el cariño, la preocupaciónhacia los otros, su ayuda permanente yde la cual probablemente han hecho de-pender a sus víctimas desaparece y de lapeor manera: con el plus de placer que leda el ver desestabilizada a su victima. Porsupuesto que sí existe la posibilidad de ira en rentarlo, el psicópata negará todoy hará ver que el otro –la víctima– es elculpable de todo lo acontecido, y hasta élpuede recurrir a la violencia o le cerrará lapuerta en sus narices, por supuesto todolo hará sin una pizca de vergüenza.

Muchos psicópatas suelen tener lasangre ría necesaria para ejecutar actosarriesgados con un mínimo error. Las situa-

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ciones de presión que pondrían nervioso otenso a cualquier persona como por ejem-plo, robar, mentir o las de depredacióncomo torturar sexualmente hasta matarpara luego diseccionar el cadáver o utilizarun arma para matar un niño inde enso , aellos los hace sentir como “en casa”, porqueson los amos y señores de la situación, sa-ben imponer el miedo a los otros.

Aquí es notoria la alta de límites queposeen algunos, por ejemplo en las neu-rosis es el neurótico quien no se puedeadaptar al mundo externo, lo cual puedecausarle síntomas o angustia; en las psico-sis, el psicótico adapta el mundo externoa su realidad interna mediante el delirio,pero en las estructuras psicopáticas, no sedesea adoptar los límites porque el placerestá en sortearlos, en no respetarlos por-que hay un desprecio hacia las leyes com-partidas y que regulan la vida en sociedad,mas no a las propias, si en algún momentohubo apego a las leyes, solo ue a modode simulación para transgredirlas poste-riormente y en una mejor oportunidad.Es una estructura aparte de las neurosis opsicosis, no hay represión o orclusión. Sonconcientes de sus in racciones; es decir nolas cometen por ignorancia, simplementela ley es un obstáculo para ellos. Transgre-dir y salir airoso, ése es su verdadero éxito,cumplido esto podrán pasar a otro capítu-lo, es decir a otra víctima.

La adrenalina para el común de laspersonas implica una reacción de ten-sión, un desequilibrio de la homeostasis.En el psicópata, la descarga de adrenalinaes sinónimo de sensaciones placenteras y

es por eso que se adapta a las situacionesarriesgadas sin temor por la incertidum-bre. Muchos durante la tormenta psico-pática descargan toda su crueldad y todo

su odio, por ejemplo algunos psicópatasmientras vejan a sus víctimas sin pene-trarlas llegan al orgasmo, tal es el caso dealgunos antropó agos, a quienes comer asu víctima les produce el vaciamiento desustancias genésicas.

Para ser considerado psicópata, los Ras-gos Psicopáticos descriptos deben ser per-sistentes, deben ormar parte de un patrónde conducta: El psicópata siempre ue así.

Los rasgos psicopáticos son egosintó-nicos; es decir, tienen sintonía, armoníacon el yo del psicópata, no se vivenciancomo extraños, por lo tanto no existeconciencia de la anomalía, razón por lacual no acuden voluntariamente a recibirayuda terapéutica. Los tratamientos psi-cológicos dependerán del abordaje que

decida hacer el pro esional. En algunoscasos el tratamiento no sólo debe ser parael psicópata, sino también para su entor-no primario, a modo de contención.

BIBLIOgRAFíA

· DSM IV. Valdez. 1995.

· Hugo Marietán. “Semiología psiquiátrica y psicopatía”. Curso sobre psicopatía 1,2005.

· Raúl Osvaldo Torre y Daniel HéctorSilva.“Perfles criminales”. DosyunaEdiciones Argentinas. 2006.

· Héctor R. Fischer y Colaboradores.“Conceptos undamentales de psicopatología II”. Centro EditorArgentino. 1997.

AUTORÍADE ESTE ARTÍCULO:María LauraQuiñones Urquiza.

Psicóloga, diplomadaen criminología por elInstituto Universitario de laPolicía Federal Argentina yhabitual colaboradora dediversos portales.

“En el psicópata,la descarga deadrenalina essinónimo desensaciones placenteras y es por eso quese adapta a lassituaciones

arriesgadas sintemor por laincertidumbre.”

1DSM IV. Siglas de la 4.ª edición del “Manual diag-nóstico y estadístico de los trastornos mentales”.

2 APA. “American Psychriatric Association” (Asocia-ción Psiquiátrica Americana).

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EL CInE JuRíDICOEsPAÑA

En términos generales, podemos hablar de cine jurídico para re erirnos a aquellas pe-lículas en las que juega un papel importante el abogado, el juicio o cualquier cuestiónque encierre un matiz jurídico. La mayor parte de los títulos sobre este género (si es quelo podemos considerar como tal) son de nacionalidad norteamericana. No obstante, ad-mitiendo la abundancia y maestría del cine jurídico estadounidense, podemos extraerun buen puñado de lmes que reseñar dentro de la cinematogra ía patria.

Durante una época, la censura únicamente permitía hacer alusión a la Justicia pararefejar hechos del pasado, históricos o literarios, eludiendo re erencias a institucionesdel momento. Así, podemos citar algunos ejemplos como“El clavo” de Ra ael Gil;“Pro-ceso a Gibraltar” de Eduardo Manzano, en la que un grupo de estudiantes de Derecho juzgaban el Tratado de Utrech y sus consecuencias; o“Proceso a Jesús” de José LuisSáenz de Heredia, que abordaba el tema que el título indica. Este mismo director lmóunos años antes “El indulto”, inspirándose en un cuento de Emilia Pardo Bazán, dondese cuestiona esta gura jurídica. En otros casos, se introduce en la trama el elementoolklórico, como en las dos versiones de“Morena Clara” de Florián Rey y Luis Lucia o en“Juicio de faldas” de J.L. Sáenz de Heredia.

Será a partir de las Conversaciones de Salamanca cuando se apueste por un cine másrealista y de calidad, que se verá refejado en algunas producciones como el díptico costum-brista dirigido por Fernando Fernán Gómez que es“La vida por delante” y “La vida al-rededor” , una mirada crítica a la gura del abogado y su entorno. Fernán Gómez protago-

carmen castilla agudo

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nizaría con posterioridad“Stico” de Jaimede Armiñán, una película insólita en cuantoque plantea la aplicación del Derecho ro-mano en la actualidad e invita a la refexiónsobre la auténtica libertad, la doble moral ylas condiciones sociales y laborales.

Hemos de hacer también una breve re-erencia a aquellas producciones que han

abordado la pena capital. Comenzaremospor “El verdugo” de Luis G. Berlanga,con guión de Ra ael Azcona, consideradapor muchos historiadores y críticos cine-matográ cos como la mejor película delcine español. En ella, los elementos jurí-dicos constituyen el punto de partida dela trama, y el núcleo, la honda refexiónsobre el compromiso y sus consecuen-cias, además del eroz alegato contra la

pena de muerte. Unos años después, Ba-

silio Martín Patino rodó sobre la mismacuestión “Queridísimos verdugos”, un

excelente documental-análisis con tresejes undamentales: la pena de muerte;la personalidad de sus ejecutores, los ver-dugos; y las distintas clases de víctimas:las de los crímenes y las de las sentencias judiciales. Una de las secuencias con másuerza de la película pero también másduras es en la que se proyecta la miradaperdida y el horror en el rostro del padre

de Pedro Martínez Expósito,el asesino deGandía, lmado en la tensión de la esperadel posible indulto para su hijo. “Asun-to interno”, dirigida por Carlos Balagué,está basada precisamente en ese caso, elde Pedro Martínez Expósito, el último u-silado en España por delito civil.

“El proceso de Burgos” de ImanolUribe describe por su parte, los aconteci-mientos desencadenados por el juicio en1970 contra dieciséis miembros de ETA yla sentencia de nueve penas de muerte,narrada por los propios acusados y portres de sus abogados. La más recienteproducción española con pena capitalde por medio ha sido “La espalda delmundo” de Javier Corcuera, documen-tal que nació para conmemorar el 50 ani-versario de la Declaración de DerechosHumanos. Consta de tres partes, en unade las cuales, aparece Thomas Miller, unpreso condenado que permaneció en elcorredor de la muerte de Texas, viendocómo su ejecución se retrasaba en nu-merosas ocasiones. La última apelaciónno tuvo éxito, ue ejecutado poco antesdel estreno.

En 1979, Pilar Miró dirige“El crimen deCuenca”, película que denuncia unos he-

chos ocurridos a principios del siglo vein-te, cuando se acusó a dos personas de uncrimen no cometido pero que la Justiciadel momento, y con ella todos los eslabo-

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nes dela cade-

na procesal, seencargaron de crear,haciéndoles “reconstruir” los

hechos mediante torturas encaminadasal reconocimiento de su culpabilidad, loque se consideraba como “la mayor de laspruebas”. Se antepone con ello, un proce-dimiento “ejemplarizante” al principio depresunción de inocencia. Se trata de unbuen documento para la refexión acerca

de lo que supone la desviación de podery la prevaricación judicial, lo repudiablede la tortura, el error judicial, incluso paraestudiar el pensamiento de Dorado Mon-tero, al que en un momento del lme citauno de los abogados de ensores y, sobretodo, para analizar la gura de la presun-ción de inocencia.

“Jarrapellejos” de Antonio Giménez

Rico narra la historia previamente nove-lada por Felipe Trigo del llamado “crimende Don Benito” y que es casi el negativode la película anteriormente mencionada,porque aquí el crimen sí se cometió perose echó tierra sobre el asunto. También eneste caso se denuncian los abusos en unasociedad caciquil en que se instruyen lascausas arbitrariamente, sin garantías paralos ciudadanos y donde el margen de ac-

tuación del abogado es escaso cuando loque prevalece es la presunción de culpa-bilidad, todo ello, eso sí, envuelto en una“aparente legalidad”.

“El casoAlmería”, dirigida porPedro Costa Musté, propone la crónica delo sucedido en el mes de mayo de 1981en Almería, cuando tres jóvenes ueronmuertos por la Guardia Civil al con undir-les con etarras. Comienza con el atentadoperpetrado contra el General Valenzuelaen Madrid y naliza con la lectura de lasentencia condenatoria de los tres acusa-dos, condenados no por asesinato comopretendía la acusación particular, sinopor homicidio con diversas atenuantes.El guión, basado en el sumario del juicio,explota las contradicciones presentes enlas declaraciones de los procesados y tes-tigos, apartándose del considerando dela sentencia, yendo más allá, intentandodiscernir lo realmente ocurrido, comoaparece en el sueño del letrado, casi altérmino de la película, cuando casi todoslos datos disponibles son conocidos porel espectador, que se contraponen a losalsos fash-back que ilustran algunas delas con esiones de los miembros de la

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Guardia Civil. “El caso Almería” documen-ta la primera vez en que un Tribunal or-dinario juzgó a militares, comparecientesde paisano.

A inales de la década de los noventacomienza a ser habitual en las noticiaslas denuncias de acoso laboral, tantosexual como psicológico. Es la cuestiónque a ronta José María Forn en “Sub- judice”, un intento de denuncia socialdel delito de acoso sexual en el trabajo.La novedad de la película es que se en-oca desde el punto de vista de la abo-gada de ensora de una joven, que dicehaber sido víctima de acoso sexual porparte de un empresario y candidato alas próximas elecciones. Éste se niegaa someterse a las pruebas de ADN, locual junto a la irmeza y buena inter-pretación de dicha joven durante unpopularísimo juicio, parecen con irmarsu culpabilidad. Nos invita con ello, alestudio de la jurisprudencia sobre lainversión de la carga de la prueba quesupone negarse al sometimiento a laspruebas de ADN.

En 2003, Ángeles González-Sinde dirige“La suerte dormida”, cuyo guión nace deuna conversación con un abogado sobreun caso real: un hombre cae con su camiónen una mina de sepiolita y muere; pocodespués la amilia lleva a juicio a la em-presa. La trama se completa con la historiapersonal de la letrada. La película suponeuna denuncia de las condiciones persona-

les y económicas de los trabajadores, así como de los abusos empresariales y de laine cacia del sistema legislativo y judicial, ala vez que nos lanza una refexión sobre laactuación individual ante tales problemas:la opción que tenemos entre denunciar oguardar silencio, entre buscar la justiciamayor o con ormarse con la menor y acep-tar una indemnización.

Una de las aportaciones más sobre-salientes del cine jurídico español de losúltimos años es la que hace “De niños”, el documental de Joaquín Jordá sobre el“caso de los pederastas del barrio del Ra-val de Barcelona”. El título viene a ponerde relieve el comportamiento de todoslos que de algún modo intervienen en

“Subjudice (...)nos invita (...)al estudio de la jurisprudenciasobre lainversión dela carga d ela prueba quesupone negarse

al sometimientoa las pruebas de ADN.”

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el proceso: el tribunal, la prensa, las ad-ministraciones, la policía, todos, como siestuvieran en un “juego de niños” ante untema tan serio y delicado. Muestra comoargumento undamental, el desarrollo dela vista del juicio oral y supone una críticaa la estructura, ormas y nes del sistema judicial, así como al papel que juega laprensa, su contaminación de los hechos,

el continuo despropósito en el uso de laterminología jurídica, etc., lo que sitúan a“De niños” como una excelente propuestapara lanzar una mirada refexiva sobre losvalores de nuestro sistema judicial.

En los últimos años, por desgracia, unode los temas jurídicos y sociales más pre-ocupantes es el de la violencia de géneroy ello, por supuesto, ha tenido su refejoen nuestro cine. De las producciones quese han acercado a esta cuestión, la másdestacable es “Te doy mis ojos”, de IcíarBollaín, en la que, dejando intenciona-damente de lado a abogados, jueces ydemás, ésta pretende llegar al núcleo delo que pasa en la pareja protagonista, ensu hogar, entre esas dos personas, inten-tando vislumbrar los lados ocultos del serhumano, en un equilibrio para entender(no justi car) a ambas partes, víctimay verdugo. Una película que sirve parasensibilizarnos y comprometernos sobrela gravedad del problema, para que setransmita el valor de la no violencia, a lavez que nos lanza una pregunta sobre si,con la actual legislación, puede hacerse judicialmente más de lo que se hace o siparece necesario aún un mayor es uerzopor parte de todos los que intervenimos

en este tipo de procedimientos para quela protección a las víctimas de malos tra-tos sea lo más e caz posible y podamosprevenir riesgos para ellas.

Este recorrido por las películas delcine jurídico en España, nos revela queel modelo procesal romano-germánicotambién es interesante para ser llevado ala gran pantalla, pese a no ser tan teatralcomo el anglosajón. Además, existen enla actualidad numerosos asuntos intere-santes para posar el objetivo de la cáma-ra en ellos. Y es que, no olvidemos que,desde su nacimiento, el cine ha mos-trado que puede ser el “Séptimo Arte”,industria, espectáculo y sobre todo, ungran arma para la Política, incluso com-ponente esencial de ésta. Pero antetodo, el cine en su unción testimonial,como medio de expresión, tiene la tareade estar presente, de recoger la actuali-dad y mostrarla para ayudarnos a com-

prender el mundo en que vivimos, así como servir de vehículo para la refexiónlos problemas jurídicos que en el mismoacontecen.

AUTORÍADE ESTE ARTÍCULO:CarmenCastilla Agudo.Abogada y críticacinematográfca.

[email protected]

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roberto carro fernández

Cuando nos re erimos al delito, a todo su perimundo, a sus ranquicias, pero más cuandonos re erimos técnicamente “al malo”, solemos acuñar una expresión a mi modo de verdesacertada. Parece que necesariamente éstos –los malos– tienen que dejarnos en claradesventaja. No del todo. Es más correcto decir que, cuando ellos han salido, nosotrostodavía nos estamos calzando las alpargatas. Pero no preocuparse, todo es cuestión detiempo y de cómo se desarrolle la carrera. Ya les pillaremos. Y si no, la venganza divinaserá nuestra carta de salvación en la bocamanga: “les castigará Dios”. Al re erir la utopíaquiero decir que, a quien tiene encomendada tan ardua labor, no le puede vencer el

desmayo que da el verse sin pistas, sin vestigios, sin nada de lo que tirar. Aun con pocaso nulas posibilidades de éxito, aun cuando la suerte se alía con el desánimo, haremosbuena la pro ecía; el exitus del delito per ecto estará más cerca. Quizás, así quiso verloEdmond Locard cuando propuso su a amado principio de intercambio: “Quiscunquetactus vestigia legat” (*), y a él debemos a errarnos cuando la persistencia en busca dela milimétrica parte de un indicio que en tercera o cuarta generación, per ectamenteengranado en la cadena otros indicios, dé lugar a una evidencia y, de ésta, salga la sen-da que nos lleve a la prueba inculpatoria. Precisamente, estos mínimos conceptos quehacen grande la Criminalística y su razón de ser, son el ansiado tro eo a disputar porquienes con obstinación la distraen u ocultan, y por quien con a anoso es uerzo las es-

crutan entre brozas.

mERCI,mOnsIEuR LOCAR

(*) “Cada contacto deja un rastro”.

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Dentro de la Criminalística –y másconcretamente dentro de la Policía Cien-tí ca– encontraremos salvoconductos delegalidad para cada situación de desventa- ja. El truco, el ardid, no son nuestras bazaspero sí de nuestros contrincantes. Nuestroproceso investigativo ha de estar escrupu-losamente guiado por principios de e -cacia, pero sobre todo por principios que

acaten nuestro manual de juego: La Ley deEnjuiciamiento Criminal. Así, la Criminalís-tica a través de la Policía Cientí ca, articulamétodos y soluciones de legalidad que, asu vez, son ciencia porque se vale de otrasciencias para tratar el delito y esclarecerlo.

Vayamos por partes. El delito nace con suideación, se prepara, se ejecuta y en el mayornúmero de casos naliza con el aprovecha-miento en orma de tangible o simple satis-acción por haber hecho –aunque reproba-ble– lo que se tenía que hacer. Si hablamosde Criminalística, salvo la primera, cada unade estas etapas escrupulosamente analiza-das, deben darnos algún rédito indiciario. Sino, estamos abocados a dejar dormir el casohasta que otras líneas de investigación –o un

nuevo hecho– introduzca nuevas vestigiosque amplíen el horizonte ciego de los quedescansan. Hay vida, hay esperanza. Cosadistinta es que, dado que la Ciencia Policial–por ser ciencia tiene limitaciones– tenga-mos que innovar la técnica o evolucionarla,por ejemplo. Para el resto de casos tendre-mos las especialidades, tan amplias como elpropio espectro de habilidades y posibilida-

des delictivas. Conozcámoslas.

LA LOFOsCOPIA FOREnsEDesde que se inició con el rigor cien-

tí co necesario en la segunda mitad delsiglo XIX, no ha parado de dar sus rutos.Las crestas papilares son el código de ac-ceso, la clave secreta que da innatismo acada persona y eso lo agradece el técnicode policía cientí ca que localiza huellaso ragmentos de éstas en la escena delcrimen. Acumular la experiencia y la pe-ricia su ciente para determinar aquellossoportes que mejor las contengan y, loque es más di ícil, ponerlas de mani es-to para tratarlas convenientemente en ellaboratorio con el n último de ponerles

“(...) laCriminalística(...), articulamétodos y soluciones delegalidad que,a su vez,son ciencia (...)”

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erci,o ie r locard

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nombre y apellidos, es labor que requierelaboriosidad y paciencia benedictina. Porsu destacada utilización, la dactilosco-pia (estudio de las crestas papilares quese asientan en las alanges distales de lasyemas de los dedos de las manos) es la joya de la corona dentro de la lofoscopia(estudio de las crestas papilares). Un es-tadio menor ocupan las ramas re eridas

a la pelmatoscopia (estudio de las cres-tas papilares que se asienta en la plantade los pies), y la quiroscopia (estudio delas crestas papilares que se asientan enlas palmas de las manos). Para quienesno crean en sus muchas posibilidades,un dato: Teóricamente, sólo se podríanencontrar dos huellas idénticas en un es-pacio de siglos representados por la ci ra1 seguida de 48 ceros.

BIOLOgíA FOREnsESi mucha es la abilidad identi cati-

va que presenta la lo oscopia, no lo esmenos extraer y analizar ADN de rastroscedulados como son los de la sangre,saliva, esperma, pelos, mocos, caspa, te- jido epitelial, muscular, visceral, óseo, deuñas, de dientes, etc.; indicios biológicosabundantes en muchas ormas delictivas,pero sobre todo en aquéllos que atentancontra la vida, la integridad ísica de laspersonas o su libertad sexual.

QuímICA FOREnsE También la quí-

mica desarrolla unaactividad orense si las

muestras de indicios que trabaja-mos son explosivos o sus restos, tierra,fora, vidrios, sustancias estupe acien-

tes, ármacos, bebidas, bras de papel,

tintas, los restos de pólvora y la recupe-ración de números de serie en aquelloshechos en los que intervengan armas deuego.

BALísTICA FOREnsEDentro de esta especialidad que a su

vez se divide en balística operativa, de-dicada al estudio técnico de amas, cartu-chería y distancias de disparo; y balística

identicativa, dedicada al estudio y rela-ción de elementos balísticos (vainas y car-tuchos), encontramos otra especialidaddenominada instrumentoscopia (trazasinstrumentales), quizás tan desconocidacomo su propio nombre, pero de vital im-portancia en la actividad identi cativa. Sutécnica se aplica en el estudio de huellasdejadas por herramientas, calzado, armasblancas, neumáticos… También amplíasu actividad a las distintas racturas quese producen en objetos, susceptibles deser cotejados –unos y otros– en el mi-croscopio de comparación inventado porHenry Goddar.

gRAFOsCOPIA Y DOCumEnTOsCPara todos aquellos delitos en los que

de un modo u otro intervenga el soportepapel, como e ectos de manipulación, al-seamiento o para asentar de orma latentela radiogra ía de la personalidad de quienlo maneja, con un propósito claramenteespurio, se cuenta con estas dos ciencias

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erci,o ie r locard

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que buscan, por una lado, la gra ía intrusae ilegítima y, por otro, escrutan la origina-lidad y o cialidad maltrecha. También losinstrumentos de impresión son otra puer-ta de trabajo para esta pericia.

EnTOmOLOgíA FOREnsEY qué hacer cuando –por una razón u

otra– nuestra actividad comienza en el

momento que atravesamos la puerta queda acceso a una crepuscular habitación,al ombrada por tres generaciones decoleópteros y dípteros que estallan bajonuestras calzas, a medida que nos acerca-mos al cadáver tendido sobre un jergón ydesbordado de auna cadavérica. ¿Puedeque lo tengamos todo perdido? Tambiénen estos casos rentabilizamos al máximolos recursos existentes. El estadio de la co-

lonización o su alimento base nos seránde gran interés a la hora de determinar ladata de la muerte y su posible causa.

AnTROPOLOgíA FOREnsESus tareas más habituales son el estu-

dio de cadáveres, restos óseos, esquele-tos, etc.; unas veces ruto de la actividadcriminal y otras de su hallazgo puntualdesconocido o por razón de algún sinies-

tro sobrevenido. Aquí juegan sus bazaslas descripciones sonómicas, el retratorobot o identy kit, las superposiciones cra-niométricas, la regeneración de pulpejoso la propia odontología orense.

mEDICInA FOREnsE También rescatamos para nuestra

labor criminilástica el buen hacer de lamedicina orense. De esta orma, tratará

de resolver todas las interrogantes quese asientan sobre una anatomía agotada. Tratará de resolver problemas tanatológi-cos médico-legales; establecerá diagnós-

tico di erencial entre las lesiones vitales yposmortales; hará lo propio respecto dela etiolgía de la muerte violenta…. Y así,en un sin número de enómenos que cir-cundan a la víctima en el preciso momen-to en que es acometida, volcará periciaen su inspección ocular más especializa-da –la autopsia– acotando con metódi-ca precisión, el vínculo que hay entre las

causas y los e ectos a que dieron lugar suintervención especializada.

ACúsTICA FOREnsE, ImAgEn FOREnsE EInFORmáTICA FOREnsE

En el siglo de la in ormación y las co-municaciones, no podemos obviar lasnuevas ormas de delito que surgen alabrigo del progreso. Se hacen un sitio ennuestras vidas con un claro propósito de“sabotear”, en primera instancia, el sen-timiento de seguridad que da estar ro-deado de “tecnología inquebrantable” encada una de nuestras acciones cotidianas.Por lo tanto, especialización versus espe-cialización debe ser el caballo de batallarente a nuestro objetivo a batir.

Como vemos, las posibilidades quenos brindan las ciencias en su propósito

decidido de ayudar a esclarecer el cri-men, son muchas y para nada las aquí descritas con guran un registro cerrado. Todo lo contrario. Por ser la Criminalís-tica una ciencia multidisciplinar comotambién lo es su cabeza de amilia –laCriminología– las nuevas aportacionesy la interacción entre todas ellas, tieneque ser una máxima. Pero seamos humil-des, en nuestro trabajo de investigación

criminal, nada sería igual si cada accióncriminal no se re rendase con un princi-pio. El principio de intercambio. Merci,Monsieur Locard.

“En el siglo de lainformación y lascomunicaciones,no podemosobviar las nuevasformas de delitoque surgen al abrigo del progreso.”

AUTORÍA

DE ESTE ARTÍCULO:Roberto CarroFernández.

Diplomado Superior enCriminología y SeguridadPrivada; Graduado enCriminalística por laUniversidad de Valladolid.Profesor de Criminalística eInvestigación de la UEMC yprofesor de Criminalísticaen Ciencias de la Seguridad(CISE), Universidad deSalamanca; miembrofundador y articulistade la revista QdC.

[email protected]

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En noviembre de 2003, un grupo de pro esionales del heterogéneo y multidisciplina-rio mundo de la criminología: médicos orenses, psicólogos criminalistas, pro esores uni-versitarios, juristas e investigadores de campo del ámbito criminal, creamos la SociedadEspañola de Criminología y Ciencias Forenses –SECCIF– con el ánimo y, sobre todo,con la erviente ilusión de hacer cosas y ahí está el resultado de más de cuatro años dees orzada dedicación.

Nos llevaría largo tiempo desgranar tantas intensas y, a veces interminables, horas detrabajo; explicar y transmitir tantos momentos de pensamiento, investigación, docen-

cia y vertiginosa actividad divulgativa criminológica, pero sería imperdonable eludir laoportunidad que nos brinda el nacimiento de nuestro último hijo –“Quadernos de Crimi-nología”– para, aunque solo sea en un simple boceto, hablar de lo que SECCIF ha llegadoa hacer en tan poco tiempo de singladura.

SECCIF, nace con la vocación de ser un punto de encuentro de pro esionales del en-torno criminológico; con la intención de compartir experiencias, refexionar sobre losconocimientos y vivencias en sus respectivos campos de trabajo –tanto en el ámbitoacadémico o estrictamente cientí co, como en la práctica diaria de las di erentes disci-plinas criminológicas– con la única nalidad de contribuir a la mejora de la ormaciónde todos, aportando desde la experiencia, ideas que contribuyan a la mejora de nuestrasociedad y de la justicia como instrumento a su servicio.

Para ello, la actividad de SECCIF se ha centrado –desde su nacimiento– en tres direccio-nes undamentalmente: la técnico pro esional, la cientí co académica y la divulgativa.

antonio ignacio cela ranilla

VERsus sCEL

sCIEnTIA IusQsECCIF, unA APROxImACIón B

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áREA TÉCnICO PROFEsIOnALSECCIF participa en la actividad pro e-

sional de todos y cada uno de sus miem-bros, policías, investigadores criminales,médicos orenses del ámbito público yprivado que ejercen su actividad en elentorno judicial, tanto en ámbito penal,como civil, laboral o social; psicólogos

especializados en el tratamiento a vícti-mas de delitos violentos como agresionessexuales, delitos contra las personas osu patrimonio, análisis de conductas au-tolíticas o de riesgo como toxicomanías,tanto en su prevención como en la inves-tigación de campo de supuestos realespara los cuales han sido requeridos porlos amiliares, y participación en procesos judiciales en los tribunales que siguen

procesos en los que la participación deperitos resulta imprescindible.

Además SECCIF –a través de su servicio jurídico y de sus asociados de este ámbi-to– también participa activamente en losprocesos que siguen prácticamente todaslas jurisdicciones de nuestro ordenamien-to procesal, del mismo modo que a travésde la aportación de nuestros especialistasen el ámbito pericial penal (gra ología,

documentoscopia y di erentes especiali-dades criminalísticas), cuando SECCIF hasido requerida como Sociedad Cientí capor los tribunales de justicia.

áREAs CIEnTíFICO ACADÉmICA YDIVuLgATIVA

Son, quizás, las parcelas en las que nues-tra actividad se ha convertido en un au-

téntico torbellino de ideas que se han idoconvirtiendo sucesivamente en realidadescriminológicas, innovadoras, pioneras y enalgunos casos absolutamente originales.

Desde SECCIF, y mediante la estrechacolaboración con la Fundación Generalde la Universidad de Valladolid, se progra-maron y desarrollaron durante los años2003 y 2004, sendos cursos de Criminolo-gía y Ciencias Forenses, desarrollados enlas aulas del Palacio de Congresos CondeAnsúrez de Valladolid, en los que partici-paron como ponentes pro esionales de

reconocido prestigio universitario y pro e-sional, y cuya asistencia desbordó todas lasprevisiones, con más de 180 alumnos, queobtuvieron el título de Graduado en Crimi-nalística, tras culminar más de doscientashoras de ormación teórico práctica, en de-recho penal, criminología, criminalística ymedicina legal y psicología criminal.

Fruto de esa experiencia enriquece-dora, estimulante y enormemente positi-va, en noviembre de 2004 SECCIF da unpaso más en la docencia criminológica,

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mediante el diseño del plan de estudiosy aportando el equipo de pro esores,creando los títulos propios de criminolo-gía de la Universidad Europea Miguel deCervantes, de Valladolid, en cuyas aulasha ormado tres promociones de crimi-nólogos que obtendrán con todas lashabilitaciones o ciales, las titulaciones deDiplomado en Criminología y Diplomado

en investigación privada.Gracias al empeño del antiguo rector

–el ilustre pro esor Dr. José María de Jua-na Sardón– y del sacri cio, competenciae ilusión de todos los que con ormamosel equipo docente de SECCIF, se crea unatitulación nueva, con modos, medios ymétodos docentes innovadores, que hansido premiados con la mejor de las cali-caciones de los alumnos a través de lasencuestas docentes, así como el hechoobjetivo de ser el área con más interés ge-nerado en una universidad que a pesar dedisponer de nueve titulaciones o ciales,tiene en criminología –nuestra criminolo-gía– sin lugar a dudas, su principal y másvalorado re erente.

SECCIF y su equipo docente ormanparte de los cuadros académicos de la

Universidad de Salamanca, CISE; de la li-cenciatura de Criminología de la Universi-dad Camilo José Cela, de Madrid; la Escue-la de Criminología de Cataluña y participaen el Curso de Criminología Psicosocialde la Universidad Complutense de Ma-drid. Recientemente, ha creado el Aulade Criminología Francisco Pérez Abellánen colaboración con la Fundación Gene-ral de la Universidad de Valladolid, con lo

que queda más que patente la dimensióny es uerzo correspondido de SECCIF enesta breve, pero como puede observarse,más que intensa singladura.

En la primavera de 2007, se producequizá el punto de infexión más importan-te en la actividad docente de SECCIF, conla organización junto a la Universidad deSalamanca del I Congreso Internacionalsobre Violencia Criminal celebrado enZamora en la segunda quincena de abrildel pasado año, en el que más de 300 asis-tentes de nueve países, se dieron cita para

exponer sus experiencias pro esionales,

cientí cas y académicas, desde la Unidadde Ciencias del Comportamiento del FBIcon la presencia de uno de sus miembros–el agente especial Mark Sa arik– y losrecientes estudios de la Universidad deLiverpool, el pro esor David Canter, sobremetodología de investigación de asesinosen serie. homicidios en Ciudad Juárez, se-cuestros en Colombia, terrorismo, agre-siones sexuales y modelos hispanoameri-canos y europeos sobre política criminal,con ormaron el grueso de los paneles que,bajo la presidencia de honor de su Majes-tad el Rey Juan Carlos I, convirtieron enun verdadero acontecimiento nacional elevento que quizá marcará un antes y undespués en la historia de SECCIF.

Exposiciones, conciertos, publicacionesy participación en medios de comunicación,

“SECCIF haormado tres

promociones decriminólogosque obtendrán–con todas lashabilitacionesofciales– lastitulaciones de

Diplomado enCriminología y Diplomado eninvestigación privada.“

SOCIED AD ESP AÑOLA DE CRIMINOLOGÍAY CIENCIAS FORENSES

;".03"r&41"º"Z EF BCSJM

$POHSFTP *OUFSOBDJPOBM

TPCSF 7JPMFODJB $SJNJOBM

Bajo la Presidencia deHonorde S.M. El Rey D. Juan Carlos I

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con orman la actividad divulgativa, quecompleta la intensísima actividad técnicopro esional, cientí ca y docente de SECCIF.

Además de la elaboración del materialdidáctico de todos y cada uno de las titula-ciones en las que SECCIF mantiene su pre-sencia, destacamos por su particular curio-sidad la publicación en edición acsímil del“Atlas criminal de Lombroso”, disponi-ble en la librería Maxtor de Valladolid, y enel que su autor, Santiago Martínez Bautis-ta, criminólogo y director de la Escuela deCriminología de Cataluña, disecciona conla precisión de un taxidermista, median-te notas e imágenes, las investigacionesy conclusiones a nales del Siglo XIX deCésar Lombroso sobre el comportamientocriminal, en una publicación magní ca encuanto a contenidos y ormato.

Es di ícil elegir después de tanta e in-tensa actividad, alguna entre todas ellasque nos haga sentir más orgullosos, peroes quizá por su innovadora originalidad, elque sea el ciclo de exposiciones crimino-lógicas que bajo el título “Los sentidosdel crimen”, aproxima el enómeno de lacriminalidad a nuestra sociedad, con todossus protagonistas e ingredientes, sus cau-

sas y sus remedios, y con la exhibición deobjetos, imágenes, sonidos y propuestasgastronómicas, nos acerca a la criminolo-gía y su entramado de autores, víctimas yactores del control social, con los instru-mentos del crimen y los de su investiga-ción, desde un punto de vista di erente.

Nuestra exposición –que ha sido visi-tada por más de 25.000 personas– tuvo

su punto de partida en enero de 2005en el Palacio de la Alhóndiga de Zamora,para continuar su andadura por Vallado-lid, Salamanca y Logroño y que se com-

plementa con un ciclo de cine, otro decon erencias y conciertos criminológicosdidácticos con el “Quinteto de metales dela Orquesta Sinfónica de Castilla y León” y la “Pixie & Dixie Band” que recorren lasmejores bandas sonoras de cine y seriesde cción de la serie negra y policíaca denuestra historia.

Esta alabada muestra –que ha recibidolos más encendidos elogios de visitantes,especialistas y medios de comunicación–tiene su secuela en una nueva apuestaque trata de explicar todo lo relacionadocon lo criminológico en todas las culturasy momentos históricos del hombre, des-de el neolítico hasta el siglo XXI, en un or-mato que vincula arte, cultura y crimino-logía, y que hemos bautizado con el título“CriminaliZarte”.

En nuestra Sociedad de la Comunica-ción, nada de lo que comentamos tendríaimportancia –o casi no existiría– sin que

“SECCIF organizó, junto a laUniversidad deSalamanca,el I CongresoInternacional sobre ViolenciaCriminal al queasistieron, en

Zamora, más de300 asistentes denueve países.”

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los medios de comunicación hicieranre erencia a tanto es uerzo. Durante casidos años, SECCIF ha participado en dosmedios de comunicación acercando lacriminología y sus apasionantes discipli-

nas a la sociedad, en dos secciones crea-das expresamente para ese n. En Canal4 Castilla y León, cada martes a las diezde la noche, tras la sintonía de la seccióndel magazine “Más madera” – “Madera decriminólogo”, expertos de SECCIF en lasáreas medicolegales, jurídicas, crimino-lógicas y psicológicas, con apoyo audio-visual, desgranan con vocación cientí cay divulgativa, cuestiones como enóme-nos cadavéricos, métodos cientí cos deinvestigación, estrategias de entrevistasa víctimas o repaso por la historia del cri-men y sus protagonistas.

La experiencia en los medios, ha pro-yectado la imagen de SECCIF con talcoherencia y rigor cientí co, lo que hasupuesto que programas de repercusiónnacional hayan puesto sus miradas ennuestro trabajo: Recientemente, el pro-

grama “Cuarto Milenio”,de Cuatro, mostrósu interés por el trabajo de SECCIF y –enmayo de 2007– dedicó casi una hora dereportaje grá co a nuestra exposiciónCriminaliZarte, que con motivo de la cele-bración del Congreso Internacional sobreViolencia Criminal de Zamora, permane-ció en la sala de exposiciones del Conven-to de la Encarnación de esta ciudad cas-tellanoleonesa durante los meses de abril

y mayo. Fue tan grata la experiencia deCuatro que el director de “Cuarto Milenio”–el conocido presentador Iker Jiménez –seleccionó ese reportaje para ormar par-

te de la colección de libros DVD, que lle-garon a los quioscos con el diario “El País”, lo que mani esta la dimensión de calidady rigor de nuestro trabajo y ha supuestoque la participación de SECCIF en otras

ediciones de “Cuarto milenio”, se haya idoconsolidando cada vez más.

Son muchos los retos que nos quedanpor abordar, en el Aula de CriminologíaFrancisco Pérez Abellán en la FundaciónGeneral de la Universidad de Valladolidtienen su sede los cursos de InvestigaciónCriminal y Pericia Caligrá ca, del mismomodo que los cursos monográ cos a dis-tancia gratuitos para socios sobre crimi-

nología y dactiloscopia, un convenio decolaboración con la licenciatura con laUniversidad Camilo José Cela, y una publi-cación que se nos antoja apasionante: “ElCrimen en Clave”: un libro disco en cola-boración con el “Quinteto de metales de laOrquesta Sin ónica de Castilla y León”, en elque crímenes, autores, víctimas y agentesde la ley podrán leerse y escucharse a na-les de esta primavera en una publicación

avalada por la Fundación Siglo para las Ar-tes y las Ciencias, donde el rigor, la calidadinterpretativa y el buen gusto, serán susseñas de identidad más reconocibles.

Son muchas cosas en muy poco tiempopero es quizá la suerte de haber conocidoy contado con el aliento, cariño y dedica-ción de una interminable lista de amigos,lo que sin duda signi que que SECCIF, jun-to con nuestra amilia, sea uno de los mo-tores más importantes de nuestras vidas.

AUTORÍADE ESTE ARTÍCULO:Antonio IgnacioCela Ranilla.Agente del CNP, miembrofundador de la SECCIF,

dilomado superior encriminología y profesorde la Unviersidad deSalamanca y EuropeaMiguel de Cervantes.

[email protected]

(*) Ciencia y justicia contra el crimen.

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In ALBIs

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In ALBIscarlos pérez vaquero

LA TIERRA DE LOs COnVICTOs

En 1770, después de navegar por todala costa oriental de Australia, el capitán

James Cook reclamó aquellas tierras ennombre del rey Jorge III de Inglaterra y lasllamó Nueva Gales del Sur. Nueve años mástarde, el especialista en botánica que loacompañó en aquella exploración, JosephBanks –presidente de la Royal Society – ueel primero que sugirió la idea de trasladara los convictos de las hacinadas cárcelesbritánicas hasta las antípodas.

Como resultado de aquella propuesta,entre 1788 –cuando llegó la primera fotade 11 barcos a Botany Bay– y 1868 – echaen que el Hougoumont arribó al puerto deFremantle, junto a Perth– se calcula queunos 160.000 convictos ueron embar-cados con destino a Australia; especial-mente, a la ciudad de Sydney y a la islade la Tierra de Van Diemen; un lugar que,inevitablemente, se asoció desde enton-ces con las siniestras historias de prisione-ros maltratados y sádicos castigos y quepara superarlo, en 1855, decidió cambiarsu nombre por el actual de Tasmania, enrecuerdo al explorador Abel Tasman.

Los primeros convictos pensaron quese les trasladaba a una nueva Tierra Pro-metida, de prados verdes y colinas llenasde bosques, muy alejada de las insalubrescárceles fotantes donde se les encerraba

en Londres –a nales del siglo XVIII lascárceles británicas estaban tan atestadasque los criminales eran con nados en vie- jos barcos-prisión anclados en el Támesis

o en el puerto de Portsmouth– de ormaque hubo muchos que decidieron con-mutar su pena de prisión o la de muertepor la deportación a la nueva colonia pe-nal; sin embargo, la realidad ue muchomás dura y comenzó nada más salir deGran Bretaña.

Las condiciones del viaje desde lametrópoli hasta la costa australiana delPací co eran terribles y muy cercanas ala esclavitud (abolida en Inglaterra, o -cialmente, desde 1807): sin apenas quécomer, se les castigaba duramente conel látigo, amarrándoles con cadenasy encerrados en condiciones in rahu-manas. Sólo cuando empezó a boni-carse a los capitanes de los navíos porcada uno de los prisioneros que lograbadesembarcar en condiciones de poner-se a trabajar, empezó a mejorar la si-tuación de los viajes en barco.

Aún así, la situación en tierra rmetampoco era mucho más halagüeñay, al menos, una tercera parte delos que sobrevivieron a los pri-meros traslados, perecieronpoco después de llegar vícti-mas de la hambruna, la dureza

del trabajo o los latigazos deunos o ciales y carceleros que–en la mayor parte de los casos–no eran mucho mejores que los pro-pios convictos. Según cuenta la tradi-ción australiana, los presos llegabana verse en condiciones tan extremasque se juraban entre ellos un “pactode muerte” que consistía en que unoponía n al su rimiento del otro acaban-

do con su vida y, como consecuenciadel crimen, el primero era condenado amorir colgado de la horca. De esta orma,ambos descansaban en paz. La degrada-

“Las condicionesdel viaje (...) eranterribles y muy cercanas a laesclavitud (...)”

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i albi

3737

ción llegó a tal extremo que incluso se handocumentado casos de canibalismo entrelos convictos que huían desesperados porun terreno completamente inhóspito habi-tado tan sólo por los hostiles aborígenes.

Para los reincidentes que volvían adelinquir, las autoridades de la coloniahabilitaron un presidio especial en la islade Nor olk –en medio de la nada en elOcéano Pací co, a unos 1.500 kilómetrosde la costa de Sydney– donde los índicesde mortandad de los prisioneros alcanza-ron todavía sus cotas más altas.

De los 160.000 prisioneros que llega-ron a Australia en aquella época –a losque se vestía con degradantes uni ormesde cuadros negros y amarillos, por el colorde la humillación– la gran mayoría proce-

día de las Islas Británicas: desde inglesesque cazaban ilegalmente en las ncas delos nobles para tener algo que comer has-ta irlandeses revolucionarios a los que seencerraba por motivos políticos; además

de prostitutas, ladrones, timadores, ase-sinos y toda una ralea de criminales.

Lo único que les di erenciabade los esclavos era que, al nal,algunos presos lograban sobre-vivir a su condena y eran pues-tos en libertad pero, aun así, losdemás colonos dedicados a la

agricultura, la minería, la cría deovejas merinas o la búsqueda de

oro, siempre los miraron como aciudadanos de segunda dan-

do lugar a tres clases deaustralianos: libres, libe-

rados y condenados.

Desde princi-pios del siglo XIX,

algunos de aquellos

convictos lograron huir de los presidiosy adaptarse a las di íciles condiciones devida en el “outback” (el árido y desérticointerior de esta isla-continente que cubrecasi un 80% de la super cie australiana).Allí, muchos acabaron convirtiéndose enverdaderas leyendas como orajidos y sal-teadores de caminos que robaban ove- jas y mataban canguros para vender sus

pieles. Eran los llamados “bushrangers”.A partir de 1850, aprovechando la ebredel oro y la llegada masiva de emigrantes,la delincuencia de estos bandidos alcan-zó su mayor apogeo pero entonces ya noeran expresidiarios británicos ugadossino jóvenes nacidos en la propia Austra-lia que se hacían conocer por románticosalias como “Capitán Luz de Luna”, “César Negro”, “Capitán Rayo” o “Medianoche”. Su

aventura concluyó con el siglo, cuando lamayor de parte de ellos murieron por losdisparos de la policía o juzgados y conde-nados en la horca.

Probablemente, uno de los más amo-sos ue la banda de Ned Kelly (1855/1880),un audaz “Robin Hood” que el pueblo ele-vó a la categoría de mito y que –como su-cedió con Billy el Niño,en Nuevo México(Estados Unidos)– se ganó el a ecto de suspaisanos hasta el punto de que, unos díasantes de ser ahorcado en Melbourne conapenas 25 años, se llegaron a reunir 32.000rmas pidiendo su indulto. Con su ejecu-ción, Ned entró de lleno a ormar parte delas canciones, poemas e incluso películasde esta joven nación.

Un país que, nalmente, alcanzó suindependencia el 1 de enero de 1901;

convirtiéndose, en la actualidad, en unade las 10 mayores potencias mundialesa pesar de que, en su origen, se undaracomo una lejana tierra de convictos.

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tilidad cri i ol icadel ad : act alizaci

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El ADN –ácido desoxirribonucleico– cobró gran interés y repercusión mediática en nuestropaís a raíz de la conexión entre dos crímenes muy conocidos por la opinión pública comoueron los de Coín y Mijas pero, cada día, demuestra su utilidad y son innumerables loscondenados gracias a esta técnica. Recientemente, el ADN ha vuelto a estar de nuevo deactualidad por la tan esperada Ley Orgánica 10/2007, de 8 de octubre, reguladora de la basede datos policial sobre identi cadores obtenidos a partir del ADN (BOE de 9 de octubre).

Muchos han sido los comentarios avorables a dicha ley y muchos han ensalzado suslogros y maravillas llegando a estimarse que se podrían tomar al año unas 20.000 nue-vas muestras indubitadas, lo que podría permitir que se clari caran entre 4.000 y 5.000hechos delictivos graves. En este artículo pretendemos situar el contexto de las bases dedatos y realizar un breve análisis crítico de dicha ley; una norma que nos parece mejo-rable, a pesar de sus aportaciones positivas. Nuestra conclusión –ya adelantada en estemomento– es que se ha desaprovechado una gran oportunidad de legislar bien y depermitir que el ADN sea, realmente, la clave y el arma undamental del investigador enla resolución de los delitos más graves. Sentimos mucho ser la voz discordante pero, enEspaña, como le oí una vez a un muy buen amigo y excelente pro esional de la investiga-

ción “tocamos mucho de oídas” y, en algo tan importante, debemos acudir a la partituraoriginal y analizarla en pro undidad para poder ser justo en la valoración y no dejarnosllevar por un optimismo desmesurado y que debemos cali car de irreal si analizamospormenorizadamente en todos sus puntos el texto de la ley.

aitor m . curiel

uTILIDACRImInOLógICA

ADn: ACTuALIZA

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LOs BAnCOs DE DATOs

Hasta el pasado mes de octubre enEspaña no existían bases de datos legisla-das y eran muy pocos los países que aúnno la tenían.

En estudios realizados en Gran Breta-ña se han obtenido series en las que el80% de los delitos violentos presentabanantecedentes. Un hecho que potenciabaclaramente la idea –generalizada entrelos cientí cos– de la necesidad de crear,en determinados casos, bases de datosgenéticas. Podemos a rmar sin equivo-carnos que todos los cientí cos del cam-po de la identi cación genética y de lainvestigación estábamos completamentede acuerdo en la necesidad de la creaciónde una base de datos bien legislada.

Siempre hemos considerado un pun-to undamental la posibilidad de crearbancos de datos de ADN de delincuen-tes convictos de delitos contra la libertadsexual y otros delitos violentos, en los quese barajan ci ras de reincidencia próximasal 80%. El potencial del ADN como mediode identi cación hizo que pronto se pro-pusiese la realización de bancos de datos

de delincuentes para delitos graves y conaltas tasas de reincidencia, como el delitode violación. En algunos países, en estasbases de datos se han incluido un grannúmero de individuos, como ha sucedidoen el Reino Unido.

Las bases de datos de ADN de indivi-duos pueden emplearse para identi cara personas desaparecidas o a individuosque han allecido víctimas de una catás-

tro e, accidente o acto terrorista y suscuerpos sean irreconocibles; con el ob- jeto de obtener y almacenar in ormacióngenética que acilite la determinación de

confictos relativos a la liación, con nesmédicos y armacéuticos o con objeto deidenti car a los autores de hechos delicti-vos y criminales.

España no contaba con una base de da-tos genética o cial y correctamente legis-lada. Es cierto que se había desarrollado unprograma de desaparecidos denominadoFÉNIX –de la Guardia Civil– encaminado ala identi cación de amiliares desapareci-dos mediante el estudio de polimor smosde ADN en comparación con los amiliaresvivos y el programa Humanitas de la Poli-cía Cientí ca, pero carecíamos de una clararegulación legal. También existía una Or-den Ministerial de 26 de julio de 1994 queregulaba los cheros con datos de carác-ter personal gestionados por el Ministerio–entonces uni cado– de Justicia e Interiorpero no regulaba los de ADN; posterior-mente, el 7 de marzo de 2000, se elaboróuna nueva Orden Ministerial que reguló elchero automatizado de identi cación ge-nética de vestigios biológicos (ADNIC), dela Dirección de la Guardia Civil, pero adole-cía de las mismas carencias.

El Ministerio de Justicia constituyó en1998 un grupo de trabajo ormado por

expertos nacionales de cada una de lasdisciplinas implicadas en este asunto parala elaboración de una ley sobre todas es-tas cuestiones ruto del cual se elaboróun borrador de Anteproyecto de Ley re-guladora de las bases de datos de ADN,pero se continuó discutiendo la situación judicial de los sujetos, la edad, posiblesderechos, utilización de la base, personalencargado, valor probatorio, tiempo de

permanencia, titularidad, gestión, con-trol, cesión e intercambios nacionales einternacionales, e cacia, uncionamiento,etc. Durante los últimos años parecíamos

“Siempre hemosconsiderado un punto fun-damental la posibilidad decrear bancos dedatos de ADN de delincuentesconvictos de

delitos contra lalibertad sexual y otro delitosviolentos.”

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vivir un importante parón en este aspectohasta que –como consecuencia de la ca-tástro e del 11-M– se produjo un avancecon su Comisión de investigación.

LA nuEVA LEY

Si analizamos la nueva regulación ha-ciendo hincapié en sus de ectos, puestoque las virtudes – undamentalmente la decrear la base de datos uni cada que ya hasido comentada– debemos señalar comoprimera de ciencia que la ley señala que:“la policía judicial procederá a la toma demuestras y fuidos del sospechoso detenidoo imputado, así como del lugar del delito. Latoma de muestras que requieran inspeccio-nes, reconocimientos o intervenciones cor- porales, sin consentimiento del a ectado,requerirá en todo caso autorización judicial mediante auto motivado, de acuerdo conlo establecido en la Ley de Enjuiciamiento

Criminal.” Esta redacción no deja claro, enningún caso, que la toma de muestra decavidad bucal rotando un hisopo contrala cara interna de la mejilla no sea un re-conocimiento o intervención corporal. Loque sería en todo caso bastante discuti-ble y nos dejaría casi en similar situacióna la anterior a esta ley y, lo que podría sermás grave, ¿se supone, por tanto, que se

necesita un auto motivado del juez pararealizar una inspección ocular en el lugarde un delito y recoger los indicios y noserá su ciente que lo adopte y ordene ala Policía Judicial como señala el artículo326 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal?Y si no existiera el auto motivado ¿se pue-de invalidar toda prueba recogida?

Otro hecho quizá más preocupante to-davía es el de la cancelación. La Ley seña-la que: “La conservación de los identi ca-dores obtenidos a partir del ADN en la base

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de datos objeto de esta Ley no superará: El tiempo señalado en la ley para la prescrip-ción del delito (…) cancelación de antece-dentes penales (…) sobreseimiento libre osentencia absolutoria rme (…)”. ¿Cuántosdatos debemos borrar de la base de datossi seguimos la interpretación más estrictade este apartado? ¿Vamos a tener más omenos datos en la base después de esta

legislación?Es un acierto que “la inscripción en la

base de datos policial de los identi cadoresobtenidos a partir del ADN (…) no precisaráel consentimiento del a ectado, el cual seráin ormado por escrito de todos los derechosque le asisten respecto a la inclusión en di-cha base, quedando constancia de ello enel procedimiento”. Muy probablemente lainmediatez de la entrada en vigor de la Ley–un mes después de su publicación– haimposibilitado la creación de estos proto-colos de consentimiento in ormado por loque me surge una duda undamental: ¿Seestá in ormando a los sospechosos de su

derecho a negarse al reconocimiento cor-poral e intervención que supone introdu-cir un hisopo y rotarlo contra el lateral dela cavidad bucal? Y, lo que es menos discu-tible, ¿se le in orma de su derecho a la can-celación de los datos si no es condenadoo el delito o los antecedentes penales hanprescrito? ¿Se va a borrar el dato de o cioo tendrán que solicitarlo? Creo que la in-

de nición de lo que es un reconocimientoe intervención corporal conllevará necesa-riamente muchos recursos judiciales y laalta de un consentimiento in ormado es-crito correcto (“quedando constancia”) enel que gure toda la in ormación pudierainhabilitar muchas investigaciones.

Por todo ello y muchos más detallesque nos llevaría demasiado tiempo ex-plicar considero la Ley un avance, perode citaria. Con todo lo que hemos tenidoque esperar para una regulación de basesde datos genéticas nos merecíamos unanorma mucho mejor y, probablemente,una ley no tan apresurada.

AUTORÍADE ESTE ARTÍCULO:

Aitor M. Curiel.

Licenciado en medicinay cirugía, especialista enmedicina legal y forense,diplomado superior encriminología, graduado encriminalística y capacitadoen genética forense.Coordinador del diplomasuperior en criminologíade la UEMC (Valladolid)y director del Laboratoriode Criminalística de laUniversidad Camilo JoséCela (Madrid).

[email protected]@ucjc.edu

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