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Semana del 23 Feb al 01 de Mar 2015
[E. Libro] [E.M.T] [R. Servicio] [Atalaya]
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cl cap. 20 párrs. 16-21 y recuadro de la pág. 207
(30 min.)
Cómo demuestra Jehová que es razonable
16. ¿Cómo demostró Jehová una actitud razonable
por la forma de tratar a Lot antes de destruir
Sodoma y Gomorra?
[ 16 ] [Textos] Pensemos de nuevo en la destrucción
de Sodoma y Gomorra. Lot y su familia recibieron
órdenes claras del ángel de Dios: “Escapa a la región
montañosa”. Sin embargo, a Lot no le atraía esa
perspectiva, de modo que suplicó: “¡Eso no, por favor,
Jehová!”. Convencido de que huir a la sierra significaría
la muerte, imploró que les permitiera a él y a su familia
refugiarse en la cercana ciudad de Zóar. Ahora bien,
Jehová se proponía aniquilar aquel lugar. Además, tales
temores eran infundados, pues sin duda el Altísimo
podía mantenerlo vivo en las montañas. Con todo,
accedió a sus súplicas y no destruyó aquella población.
“Mira que verdaderamente te muestro consideración
hasta este grado también”, le dijo el ángel (Génesis
19:17-22). ¡Qué actitud tan razonable de parte del
Todopoderoso!
17, 18. ¿Cómo se demostró en el caso de los
ninivitas que Jehová es razonable?
[ 17 ] [Textos] Jehová también reacciona ante el
arrepentimiento sincero y actúa siempre con
misericordia y justicia. Recordemos qué sucedió cuando
envió a Jonás a la perversa y violenta Nínive. El profeta
marchó por las calles de la metrópoli anunciando un
mensaje inspirado muy simple: sería destruida al cabo
de cuarenta días. Pero se produjo un cambio radical.
Inesperadamente, los ninivitas se arrepintieron (Jonás,
capítulo 3).
[ 18 ] [Textos] Podemos establecer una comparación
muy instructiva entre cómo reaccionó el profeta ante el
giro que tomaron los acontecimientos y cómo lo hizo el
Altísimo. En esta ocasión, Jehová se adaptó, haciendo
que él mismo llegara a ser Perdonador de pecados en
vez de “persona varonil de guerra” (Éxodo 15:3) Nota.
Jonás, por el contrario, fue inflexible y demostró un
grado de misericordia muchísimo menor. No reflejó el
espíritu razonable del Creador, sino que respondió como
el tren de mercancías o el superpetrolero que
mencionamos antes. ¡Había proclamado destrucción, y
tenía que haberla! Pero Dios tuvo paciencia con aquel
impaciente profeta y le enseñó una memorable lección
de razonabilidad y misericordia (Jonás, capítulo 4).
Nota: Salmo 86:5 dice: “Jehová, eres bueno y estás listo para
perdonar”. En la versión griega de este pasaje se tradujo la
expresión “listo para perdonar” con el término e·pi·ei·kés
(“razonable”).
19. a) ¿Por qué estamos seguros de que Jehová es
razonable en lo que espera de sus siervos?
b) ¿Cómo muestra Proverbios 19:17 que es un Amo
‘bueno y razonable’, así como profundamente
humilde?
[ 19 ] [Textos] Por último, Jehová es razonable en lo
que espera de sus siervos. Como indicó el rey David, “él
mismo conoce bien la formación de nosotros, y se
acuerda de que somos polvo” (Salmo 103:14).
Comprende mejor que nosotros mismos nuestras
limitaciones e imperfecciones, y no nos pide imposibles.
La Biblia contrasta a los amos humanos “buenos y
razonables” con los “difíciles de complacer” (1 Pedro
2:18). Pues bien, ¿qué clase de Amo es él?
Observemos lo que indica Proverbios 19:17: “El que
muestra favor al de condición humilde le presta a
Jehová”. Es obvio que solo un amo bueno y razonable
se fijaría en todos los actos caritativos que se realizan a
favor de los necesitados. Lo que es más, este pasaje
indica que el Creador del universo se considera en
deuda con los insignificantes hacedores de tales obras
de misericordia. ¡No hay humildad más profunda!
Jehová es razonable y entiende nuestras limitaciones
20. ¿Qué certeza tenemos de que Jehová escucha
nuestros ruegos y los contesta?
[ 20 ] [Textos] Jehová sigue siendo igual de dulce y
razonable con sus siervos actuales. Si acudimos a él
con fe, nos escucha. Aunque no nos envía mensajes
directamente a través de ángeles, nunca pensemos que
no contesta nuestros ruegos. Recordemos que cuando
el apóstol Pablo pidió a sus hermanos cristianos que se
‘ocuparan en orar’ tocante a su liberación de la cárcel,
añadió que el objetivo era ‘que fuese restaurado a ellos
más pronto’ (Hebreos 13:18, 19). Por consiguiente,
nuestras súplicas pueden impulsar a Dios a obrar como
de otro modo no lo hubiera hecho (Santiago 5:16).
21. ¿A qué conclusión no deberíamos llegar en vista
de la humildad de Jehová, y qué deberíamos
apreciar tocante a él?
[ 21 ] [Textos] Claro, ninguna de estas
manifestaciones de la humildad de Jehová —su
apacibilidad, su disposición a escuchar, su paciencia y
su razonabilidad— implica que renuncie a sus justos
principios. Los clérigos de la cristiandad tal vez crean
que demuestran esa misma cualidad cuando, a fin de
regalarles los oídos a sus rebaños, desvirtúan las
normas morales divinas (2 Timoteo 4:3). Pero la
tendencia humana a dejarlas a un lado por conveniencia
no tiene nada que ver con la razonabilidad del Altísimo,
quien es santo y nunca quebrantará sus justas normas
(Levítico 11:44). Por lo tanto, aceptemos la
razonabilidad de Jehová como lo que es: una prueba
más de su humildad. ¿No nos llena de satisfacción
pensar que el Ser más sabio del universo es también un
dechado de humildad? Es un placer acercarse a un Dios
tan imponente y, al mismo tiempo, tan dulce, paciente y
razonable.
Preguntas para meditar
Éxodo 32:9-14 ¿En qué sentido fue humilde Jehová al acceder a la súplica de Moisés a favor de Israel?
(Éxodo 32:9-14) Y Jehová siguió diciendo a Moisés: “He
mirado a este pueblo, y he aquí que es un pueblo de dura cerviz. 10 Así que ahora déjame, para que se encienda mi cólera contra ellos y los extermine, y déjame hacer de ti una nación grande”. 11 Y Moisés procedió a ablandar el rostro de Jehová su Dios y a decir: “¿Por qué, oh Jehová, debe encenderse tu cólera contra tu pueblo, a quien sacaste de la tierra de Egipto con gran poder y con mano fuerte? 12 ¿Por qué deben decir los egipcios: ‘Con mala intención los sacó, para matarlos entre las montañas y para exterminarlos de la superficie del suelo’? Vuélvete de tu cólera ardiente y siente pesar respecto al mal contra tu pueblo. 13 Acuérdate de Abrahán, de Isaac y de Israel tus siervos, a quienes juraste por ti mismo, por cuanto les dijiste: ‘Multiplicaré su descendencia como las estrellas de los cielos, y toda esta tierra que he designado la daré a su descendencia, para que verdaderamente tomen posesión de ella hasta tiempo indefinido’”. 14 Y Jehová empezó a sentir pesar respecto al mal de que había hablado que haría a su pueblo.
Jueces 6:36-40 ¿Cómo demostró Jehová una actitud paciente y razonable al responder a las peticiones de Gedeón?
(Jueces 6:36-40) Entonces Gedeón dijo al Dios [verdadero]:
“Si vas a salvar a Israel por medio de mí, tal como has prometido, 37 aquí voy a mantener expuesto un vellón de lana
en la era. Si llega a haber rocío sólo sobre el vellón, pero sobre toda la tierra hay sequedad, entonces tendré que saber que salvarás a Israel por medio de mí, tal como has prometido”. 38 Y resultó así. Cuando él se levantó temprano al
día siguiente y exprimió el vellón, logró escurrir del vellón suficiente rocío como para llenar de agua un gran tazón de banquete. 39 Sin embargo, Gedeón dijo al Dios [verdadero]:
“No se encienda tu cólera contra mí, pero déjame hablar sólo una vez más. Déjame, por favor, hacer una prueba solamente una vez más con el vellón. Quede seco, por favor, el vellón sólo, y sobre toda la tierra llegue a haber rocío”. 40 De modo
que Dios lo hizo así en aquella noche; y llegó a haber sequedad solo sobre el vellón, y sobre toda la tierra hubo rocío.
Salmo 113:1-9 ¿De qué manera revela humildad el trato que da Jehová a la humanidad?
(Salmo 113:1-9) ¡Alaben a Jah! Ofrezcan alabanza, oh siervos de Jehová, alaben el nombre de Jehová. 2 Llegue a
ser bendito el nombre de Jehová desde ahora y hasta tiempo indefinido. 3 Desde el nacimiento del sol hasta su puesta ha de ser alabado el nombre de Jehová. 4 Jehová ha llegado a
ser alto sobre todas las naciones; su gloria está sobre los cielos. 5 ¿Quién es como Jehová nuestro Dios, aquel que está haciendo su morada en lo alto? 6 Está condescendiendo en tender la vista sobre cielo y tierra, 7 y levanta al de condición
humilde desde el polvo mismo; ensalza al pobre del mismísimo pozo de cenizas, 8 para hacer que se siente con nobles, con los nobles de su pueblo. 9 Él está haciendo que la estéril more
en una casa como gozosa madre de hijos. ¡Alaben a Jah!
Lucas 1:46-55 ¿Cómo ve Jehová a las personas humildes y de pocos recursos, tal como creía María? ¿Qué efecto debe tener en nosotros Su forma de verlas?
(Lucas 1:46-55) Y María dijo: “Mi alma engrandece a Jehová, 47 y mi espíritu no puede menos que llenarse de gran gozo a
causa de Dios mi Salvador; 48 porque él ha mirado la posición
baja de su esclava. Pues, ¡mira!, desde ahora todas las
generaciones me declararán feliz; 49 porque grandes obras me
ha hecho el Poderoso, y santo es su nombre; 50 y por
generaciones tras generaciones su misericordia está sobre los
que le temen. 51 Poderosamente ha ejecutado con su brazo,
ha esparcido a los que son altivos en la intención de su
corazón. 52 Ha rebajado de tronos a hombres de poder, y
ensalzado a los de condición humilde; 53 a los que tenían
hambre los ha satisfecho plenamente con cosas buenas, y ha
despedido sin nada a los que tenían riquezas. 54 Ha venido en
socorro de Israel su siervo, para recordar la misericordia, 55 así
como dijo a nuestros antepasados, a Abrahán y a su
descendencia, para siempre”.
[E.M.T] [Inicio]
[P.S] [Nº1] [Nº2] [Nº3]
Lectura de la Biblia: Jueces 19 a 21 (8 min.)
Respuestas a preguntas bíblicas:
20:17-48. ¿Por qué permitió Jehová a los benjamitas que derrotaran dos veces a las demás tribus, si ellos merecían castigo? Al permitir que las tribus fieles sufrieran enormes pérdidas inicialmente, Jehová ponía a prueba su determinación de erradicar la maldad de Israel.
Lecciones para nosotros:
19:14, 15. La negativa de los habitantes de Guibeah a brindar hospitalidad era señal de debilidad moral. A los cristianos se les exhorta a que “sigan la senda de la hospitalidad” (Romanos 12:13).
Repaso de la Escuela del Ministerio
Teocrático (20 min.)
Las siguientes preguntas se analizarán en la
Escuela del Ministerio Teocrático la semana del
23 de febrero de 2015.
1. ¿Cómo sabemos que las ciudades de refugio del
antiguo Israel no servían para proteger a los
delincuentes que escapaban de la justicia? (Jos.
20:2, 3.) [5 de en., w10 1/11 pág. 15 párrs. 4-6.]
(Josué 20:2, 3) “Habla a los hijos de Israel, y diles: ‘Den para ustedes las ciudades de refugio de que les hablé por medio de Moisés, 3 para que huya allí el homicida que sin intención hiera mortalmente sin saberlo a un alma; y estas tienen que servirles como refugio del vengador de la sangre.
En la antigüedad, muchos delincuentes y fugitivos se escondían en templos paganos para evitar que los capturaran. Y lo mismo sucedía en la Edad Media en las iglesias y monasterios de la cristiandad. Sin embargo, en el antiguo Israel, las leyes impedían que los delincuentes aprovecharan las ciudades de refugio para escapar de la justicia. Según la Ley mosaica, los únicos que podían pedir asilo en una de esas ciudades eran quienes mataban a alguien sin intención (Deuteronomio 19:4, 5). Como el familiar varón más cercano a la víctima tenía derecho a vengarse, al homicida se le permitía huir a la ciudad de refugio más próxima, donde presentaba el caso ante los ancianos. Entonces lo llevaban a la ciudad bajo cuya jurisdicción había ocurrido la muerte para someterlo a juicio. Aquella era su oportunidad para probar que era inocente. Los ancianos analizaban la relación entre la víctima y el acusado, a fin de determinar si este último actuó movido por el odio (Números 35:20-24; Deuteronomio 19:6, 7; Josué 20:4, 5). Si se establecía que fue un homicidio involuntario, el acusado debía regresar a la ciudad de refugio y no salir de sus límites. Esto no significa que viviera como prisionero, pues trabajaba y se integraba con normalidad en la comunidad. Finalmente, cuando moría el sumo sacerdote, tenía libertad para abandonar la ciudad (Números 35:6, 25-28).
2. ¿Por qué pudo Josué afirmar con total
convicción lo que está escrito en Josué 23:14?
¿Por qué podemos nosotros confiar plenamente
en las promesas de Jehová? [12 de en., w07 1/11
pág. 26 párr. 19.]
(Josué 23:14) ”Ahora, ¡miren!, hoy me voy por el
camino de toda la tierra, y ustedes bien saben con todo
su corazón y con toda su alma que ni una sola palabra
de todas las buenas palabras que Jehová su Dios les ha
hablado ha fallado. Todas se han realizado para
ustedes. Ni una sola palabra de ellas ha fallado.
Por nuestra propia experiencia, podemos afirmar con plena convicción lo mismo que Josué: “Ni una sola palabra de todas las buenas palabras que Jehová su Dios les ha hablado ha fallado. Todas se han realizado para ustedes. Ni una sola palabra de ellas ha fallado” (Josué 23:14). No hay duda de que Jehová libera, protege y alimenta a sus siervos. ¿Sabe de alguna promesa divina que no se haya cumplido a su debido momento? Seguro que no. La Palabra de Dios es fidedigna, por eso confiamos plenamente en ella.
3. ¿Por qué se designó a Judá para que fuera la
primera tribu en tomar posesión de la tierra que
le tocaba? (Juec. 1:2, 4.) [19 de en., w05 15/1 pág.
24 párr. 5.]
(Jueces 1:2) A lo cual dijo Jehová: “Judá subirá. ¡Miren! Ciertamente daré la tierra en su mano”.
(Jueces 1:4) Con esto subió Judá, y Jehová dio en manos de ellos a los cananeos y a los perizitas, de modo que derrotaron a estos en Bézeq, a diez mil hombres.
Lo normal hubiera sido que le correspondiera este privilegio a la tribu de Rubén, el primogénito de Jacob. Pero en la profecía que pronunció en su lecho de muerte, Jacob predijo que, por haber perdido su derecho a la primogenitura, Rubén no iba a sobresalir. Como Simeón y Leví habían actuado con crueldad, sus hijos serían dispersados por Israel (Génesis 49:3-5, 7). Por tanto, el privilegio le correspondía al cuarto hijo de Jacob, que era Judá. La tribu de Simeón, que subió con la de Judá, recibió pequeñas porciones de tierra distribuidas por todo el enorme territorio de Judá (Josué 19:9).
4. ¿Por qué insistió Barac en que le acompañara
la profetisa Débora al campo de batalla? (Juec.
4:8.) [19 de en., w05 15/1 pág. 25 párr. 4.]
(Jueces 4:8) Ante esto, Barac le dijo: “Si tú vas conmigo, entonces ciertamente iré; pero si tú no vas conmigo, no iré”. Al parecer, Barac se sentía incapaz de enfrentarse solo al ejército de Sísara. La presencia de la profetisa les daría a él y a sus hombres la seguridad de que contaban
con la guía de Dios, y eso les infundiría confianza. Por tanto, la insistencia de Barac en que Débora lo acompañara no era indicativo de debilidad, sino de fe fuerte.
5. ¿Qué indica el nombre que Gedeón dio al altar
que había construido? ¿Qué aprendemos de ese
relato? (Juec. 6:23, 24.) [26 de en., w14 15/2 pág.
22 párr. 9.]
(Jueces 6:23, 24) Pero Jehová le dijo: “Tuya sea la paz.
No temas. No morirás”. 24 De modo que Gedeón edificó
allí un altar a Jehová, y continúan llamándolo Jehová-
salom hasta el día de hoy. Todavía está en Ofrá de los
abí-ezritas.
Lo que entonces ocurrió fortaleció la fe de Gedeón y lo acercó más a Dios. Él preparó una comida y se la sirvió al ángel. Cuando este hizo que un fuego consumiera milagrosamente la comida al tocarla con su vara, Gedeón supo que aquel ángel era en verdad un representante de Jehová. Alarmado, exclamó: “¡Ay, Señor Soberano Jehová, por causa de que he visto al ángel de Jehová cara a cara!” (Juec. 6:17-22). Pero ¿levantó aquel encuentro alguna barrera entre Gedeón y su Dios? ¡Por supuesto que no! Más bien, fue al contrario. Gedeón llegó a conocer a Jehová de tal manera que se sintió en paz con él. Así lo demuestra el nombre que le dio al altar que construyó en ese lugar: “Jehová-salom”, que significa “Jehová Es Paz” (lea Jueces 6:23, 24; nota). En nuestro caso, cuando meditamos en lo que Jehová hace por nosotros todos los días, nos damos cuenta de que es un verdadero Amigo. Y orarle regularmente aumenta nuestra paz y fortalece nuestra amistad con él.
6. ¿Qué aprendemos de la manera como Gedeón
respondió a los ofendidos efraimitas? (Juec. 8:1-
3.) [2 de febr., w05 15/7 pág. 16 párr. 4.]
(Jueces 8:1-3) Entonces los hombres de Efraín le dijeron: “¿Qué clase de cosa es esta que nos has hecho, de no llamarnos cuando fuiste a pelear contra Madián?”. Y vehementemente trataron de armar riña con él. 2 Por fin él les dijo: “¿Pues qué he hecho yo en comparación con ustedes? ¿No son mejores las rebuscas de Efraín que la vendimia de Abí-ézer? 3 En mano de ustedes Dios dio a los príncipes de Madián, a Oreb y Zeeb, ¿y qué he podido hacer yo en comparación con ustedes?”. Fue entonces cuando el espíritu de ellos se calmó para con él, cuando habló esta palabra.
Incluso después de esta victoria, Gedeón sigue siendo modesto. Cuando los efraimitas, ofendidos porque no se les invitó a la batalla, intentan armar riña con él, Gedeón responde con apacibilidad, lo que logra aplacar su furia y tranquilizarlos (Jueces 8:1-3; Proverbios 15:1).
7. ¿Pensaba Jefté en realizar un sacrificio humano
cuando hizo su voto? (Juec. 11:30, 31.) [9 de febr.,
w05 15/1 pág. 26 párr. 1.]
(Jueces 11:30, 31) Entonces Jefté hizo un voto a
Jehová y dijo: “Si tú sin falta das a los hijos de Ammón
en mi mano, 31 entonces tiene que suceder que el que
venga saliendo, que salga de las puertas de mi casa a
mi encuentro cuando yo vuelva en paz de los hijos de
Ammón, tiene que llegar a ser entonces de Jehová, y
tengo que ofrecer a ese como ofrenda quemada”.
Nada estaría más lejos de su pensar, pues la Ley estipulaba: “No debería hallarse en ti nadie que haga pasar por el fuego a su hijo o a su hija” (Deuteronomio 18:10). Pero lo cierto es que Jefté pensaba en una persona, no en un animal, pues no era común que en las casas israelitas se guardaran animales para sacrificio. Además, ofrecer un animal no sería nada extraordinario. Jefté sabía perfectamente que podría ser su hija quien saliera de su casa para encontrarse con él. En tal caso tendría que ofrecerla “como ofrenda quemada” en el sentido de que ella se dedicaría al servicio exclusivo de Jehová en el santuario.
8. Según Jueces 11:35-37, ¿qué ayudó a la hija de
Jefté a cumplir con el voto de su padre? [9 de
febr., w11 15/12 págs. 20, 21 párrs. 15, 16.]
(Jueces 11:35-37) Y aconteció que, cuando él alcanzó a verla, empezó a rasgar sus prendas de vestir y a decir: “¡Ay, hija mía! Realmente has hecho que me doble, y tú misma has llegado a ser la que yo estuve obligando a extrañamiento. Y yo... yo he abierto mi boca a Jehová, y no puedo volverme atrás”. 36 Pero ella le dijo: “Padre mío, si has abierto tu boca a Jehová, haz conmigo conforme a lo que ha salido de tu boca, puesto que Jehová ha ejecutado para ti actos de venganza sobre tus enemigos, los hijos de Ammón”. 37 Y pasó a decir a su padre: “Que se me haga esta cosa: Déjame por dos meses, y deja que me vaya, y ciertamente descenderé sobre las montañas, y déjame llorar mi virginidad, yo y mis compañeras”.
Veamos un ejemplo más. Años más tarde, cuando Israel se vio obligado a luchar contra los ammonitas, “el espíritu de Jehová [...] vino sobre Jefté”. Tanto ansiaba
este caudillo obtener una victoria que glorificara a Dios, que le hizo un voto que exigiría un gran sacrificio de su parte. Le prometió a Jehová que, si le concedía la victoria, le entregaría como posesión suya a la primera persona que fuera a recibirlo. Cuando volvía de derrotar a los ammonitas, quien salió a su encuentro fue su hija (Jue. 11:29-31, 34). ¿Lo tomó totalmente por sorpresa este desenlace? Es probable que no, pues no tenía más hijos. En cualquier caso, cumplió su palabra y la llevó a Siló para que prestara servicio exclusivo en el santuario de Jehová. Como ella era una mujer leal a la adoración verdadera, comprendía que su padre debía llevar a cabo el voto (léase Jueces 11:36). Con la ayuda del espíritu santo, los dos tuvieron las fuerzas necesarias para hacerlo. ¿Cómo llegó a tener tanta fe y abnegación la hija de Jefté? Seguramente, fijándose en el celo y devoción de su padre. Padres, ¿qué lección pueden extraer? La importancia de dar un buen ejemplo. Los hijos han de ver que ustedes creen lo que les están inculcando. En efecto, debe resultarles obvio que aman a Jehová de todo corazón, no solo por sus oraciones fervientes y sus esfuerzos por enseñar, sino también por su fiel conducta. Al observarlos a ustedes, es muy probable que vaya creciendo en su interior el deseo de ofrecerse para servir a Jehová. ¡Qué alegría tan grande!
9. ¿Promovía la anarquía el que cada uno
acostumbrara hacer “lo que era recto a sus
propios ojos” cuando no había rey en Israel?
(Juec. 17:6.) [16 de febr.,w05 15/1 pág. 27 párr.
7.]
(Jueces 17:6) En aquellos días no había rey en Israel. En cuanto a todos, lo que era recto a sus propios ojos [cada uno] acostumbraba hacer.
No necesariamente, pues Jehová dio guía a su pueblo de muchas maneras. Les dio la Ley y el sacerdocio para educarlos en sus caminos. El sumo sacerdote podía consultar a Dios sobre asuntos importantes por medio del Urim y el Tumim (Éxodo 28:30). En cada ciudad había ancianos capacitados que daban valiosos consejos. Cuando el israelita se aprovechaba de estas provisiones, obtenía guía acertada para su conciencia. En tal caso, el que hiciera “lo que era recto a sus propios ojos” tenía buenos resultados. Por otra parte, si la persona pasaba por alto la Ley y tomaba sus propias decisiones en asuntos relacionados con la conducta o la adoración a Dios, las consecuencias eran malas.
10. ¿Qué nos enseña en cuanto a la oración el
relato de cuando los israelitas sufrieron dos
derrotas a manos de la tribu de Benjamín? (Juec.
20:14-25.) [23 de febr., w11 15/9 pág. 32 párrs. 1-
4.]
(Jueces 20:14-25) Entonces los hijos de Benjamín fueron
reuniéndose de las ciudades a Guibeah para salir en batalla
contra los hijos de Israel. 15 De modo que los hijos de
Benjamín llegaron a estar reunidos con fines militares en aquel
día desde las ciudades, veintiséis mil hombres que sacaban
espada, aparte de los habitantes de Guibeah, de quienes se
reunió con fines militares a setecientos hombres escogidos. 16 De toda esta gente había setecientos hombres escogidos,
zurdos. Cada uno de estos podía tirar piedras con la honda a
un cabello y no erraba. 17 Y se reunió con fines militares a los
hombres de Israel aparte de Benjamín, cuatrocientos mil
hombres que sacaban espada. Cada uno de estos era hombre
de guerra. 18 Y procedieron a levantarse y subir a Betel e
inquirir de Dios. Entonces dijeron los hijos de Israel: “¿Quién
de nosotros debe subir en el puesto delantero a la batalla
contra los hijos de Benjamín?”. A lo cual dijo Jehová: “Judá en
el puesto delantero”. 19 Después de eso los hijos de Israel se
levantaron por la mañana y acamparon contra Guibeah. 20 Los
hombres de Israel ahora salieron en batalla contra Benjamín; y
los hombres de Israel procedieron a disponerse en orden de
batalla contra ellos junto a Guibeah. 21 De modo que los hijos
de Benjamín salieron de Guibeah y echaron a tierra arruinados
en aquel día a veintidós mil hombres de Israel. 22 Sin embargo,
la gente, los hombres de Israel, se mostraron animosos y de
nuevo fueron disponiéndose en orden de batalla en el lugar
donde se habían dispuesto en orden el primer día. 23 Entonces
los hijos de Israel subieron y lloraron delante de Jehová hasta
la tarde e inquirieron de Jehová, diciendo: “¿Vuelvo a
acercarme para batalla contra los hijos de Benjamín mi
hermano?”. A lo cual Jehová dijo: “Sube contra él”. 24 En
conformidad, los hijos de Israel se acercaron a los hijos de
Benjamín el segundo día. 25 A su vez Benjamín salió a su
encuentro desde Guibeah el segundo día y echó a tierra
arruinados a otros dieciocho mil hombres de los hijos de Israel;
todos estos sacaban espada.
Con los años, Finehás llegó a ser sumo sacerdote del pueblo elegido. Sin duda, su valentía y prudencia le habían ayudado a encarar las dificultades desde que era relativamente joven. Pero su éxito se debía, sobre todo, a su confianza en Jehová. En cierta ocasión, los hombres de Guibeah, ciudad de la tribu de Benjamín, violaron y asesinaron atrozmente a la concubina de un levita. Como represalia, las demás tribus salieron a combatir contra Benjamín (Jue. 20:1-11). Aunque oraron antes de ir a la batalla, sufrieron dos derrotas y grandes pérdidas (Jue. 20:14-25). ¿Caerían en el error de pensar que sus oraciones eran inútiles y que Jehová no deseaba que castigaran ese atropello?
Sin perder por un momento la confianza en Dios, el sumo sacerdote Finehás asumió nuevamente un papel decisivo. Le preguntó a Jehová: “¿Vuelvo aún a salir en batalla contra los hijos de Benjamín mi hermano, o ceso?”. Jehová respondió a su oración permitiendo que el ejército derrotara a los benjamitas y que incendiara y arrasara Guibeah (Jue. 20:27-48). ¿Qué pueden aprender de este episodio los ancianos que lidian con problemas persistentes en su congregación? Cuando vean que no logran solucionarlos a pesar de sus esfuerzos y continuas oraciones, no deben desesperarse. Más bien, han de recordar este consejo de Jesús: “Sigan pidiendo [en sus oraciones], y se les dará; sigan buscando, y hallarán; sigan tocando, y se les abrirá” (Luc. 11:9). Tal vez les parezca que la respuesta de Jehová tarda en producirse, pero llegará en el momento que él vea más oportuno.
[R. Servicio] [Inicio]
Tema del mes: Sea “celoso de obras excelentes”
(Tito 2:14).
Canción 75
10 min. Necesidades de la congregación.
10 min. Imite el celo por la adoración verdadera de
Jesús. Discurso basado en La Atalaya del 15 de mayo
de 2013, página 8, párrafo 2, y La Atalaya del 15 de
diciembre de 2010, páginas 9 a 11, párrafos 12 a 16.
Explique que la predicación es una de las “obras
excelentes” que los cristianos tienen el privilegio de
realizar (Tito 2:14). Explique cómo nos impulsa a
predicar las buenas nuevas y a dirigir cursos bíblicos
conocer la verdad. Felicite a la congregación por el
celo con el que efectúan tantas obras excelentes.
(Tito 2:14) que se dio a sí mismo por nosotros para
librarnos de toda clase de desafuero y limpiar para sí un
pueblo peculiarmente suyo, celoso de obras excelentes.
La Atalaya del 15 de mayo de 2013, página 8, párrafo
2
2 Los testigos de Jehová tenemos ese honor tan
singular. Por orden de Dios y de Cristo suplicamos al
prójimo que se reconcilie con Dios (2 Cor. 5:20).
Jehová nos utiliza para atraer a la gente hacia él, y así
es como millones de personas en más de 235 países y
territorios han llegado a disfrutar de una buena
relación con él y a abrigar la esperanza de vivir para
siempre (Tito 2:11). Con el celo que brota de un
corazón sincero, invitamos a “cualquiera que desee [a
que] tome gratis el agua de la vida” (Rev. 22:17).
Debido a que atesoramos esta misión tan especial y la
llevamos a cabo con empeño, se puede afirmar con
razón que somos un pueblo “celoso de obras
excelentes” (Tito 2:14). Veamos ahora cómo ese celo
contribuye a que las personas se acerquen a Jehová.
Un primer campo en el que podemos demostrarlo es
la predicación.
La Atalaya del 15 de diciembre de 2010, páginas 9 a
11, párrafos 12 a 16
Defendamos con celo la adoración verdadera
12 El panorama religioso actual es igual de malo que
en el siglo primero, o incluso peor. Pensemos en la
actitud que se tiene hacia el nombre divino. Cuando
Jesús les dio a sus discípulos un modelo de oración, la
primera petición que incluyó fue: “Santificado sea tu
nombre” (Mat. 6:9). Pero ¿qué están haciendo hoy día
los líderes religiosos y, en particular, el clero de la
cristiandad? En vez de enseñar a sus feligreses a
dirigirse a Dios por nombre y a tratar como santo
dicho nombre, distorsiona la imagen del Creador con
doctrinas falsas como la Trinidad, la inmortalidad del
alma y el infierno. El resultado es que la gente piensa
en Dios como alguien misterioso e incomprensible, o
cruel y hasta sádico. Además, con su conducta
escandalosa e hipócrita, el clero deshonra el nombre
divino (léase Romanos 2:21-24). Asimismo, hace todo
lo posible por ocultarlo, quitándolo incluso de sus
traducciones de la Biblia, con lo que dificulta que las
personas se acerquen a Jehová y disfruten de su
amistad (Sant. 4:7, 8).
13 Jesús también enseñó a sus discípulos a orar así
por el Reino de Dios: “Venga tu reino. Efectúese tu
voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra”
(Mat. 6:10). Aunque el clero repite vez tras vez esa
petición, anima a sus feligreses a apoyar los
organismos políticos y demás instituciones creadas
por el hombre. Y no solo eso, sino que desprecia a
quienes se esfuerzan por predicar el Reino. Como es
lógico, el Reino de Dios no es un tema que traten con
frecuencia los miembros de la cristiandad, pues en
realidad no creen en él.
14 Al orar a su Padre, Jesús lo dijo muy claro: “Tu
palabra es la verdad” (Juan 17:17). Y antes de
regresar al cielo, indicó que designaría a un “esclavo
fiel y discreto” para que sirviera alimento espiritual a
su congregación (Mat. 24:45). Sin dudarlo un
instante, los líderes de las iglesias afirman que son
ellos los que han sido nombrados servidores de la
Palabra de Dios. Pero ¿han cumplido fielmente con la
comisión del Amo? Todo lo contrario. Muchos de ellos
aseguran que la Biblia contiene fábulas y mitos. Y en
vez de brindar a sus rebaños alimento espiritual que
los consuele e ilumine, les enseñan filosofías
humanas con las que les “regal[an] los oídos”, o sea,
les dicen lo que quieren oír. Además, rebajan los
principios bíblicos en un intento por adaptarlos a la
“nueva moralidad” (2 Tim. 4:3, 4).
15 Al enterarse de todo lo que han hecho los líderes
de las iglesias —supuestamente en el nombre del
Dios de la Biblia—, mucha gente sincera se lleva una
gran decepción o incluso pierde la fe en Dios y en su
Palabra, quedando así en manos de Satanás y su
malvado mundo. ¿Cómo se siente usted al ver que se
repite esta situación día tras día? ¿Cómo reacciona al
observar que se blasfema contra nuestro amado
Padre y se lanza lodo contra su santo nombre? ¿No es
cierto que quiere hacer todo lo posible por remediar
la situación? Al ver a tantas personas de buen
corazón sufriendo los engaños y abusos de sus
pastores, ¿verdad que desea consolarlas? Cuando
Jesús notó que las muchedumbres estaban
“desolladas y desparramadas como ovejas sin
pastor”, no se limitó a compadecerse de ellas, sino
que “comenzó a enseñarles muchas cosas” (Mat. 9:36;
Mar. 6:34). ¡Cuánto celo demostró por la adoración
verdadera! Sin duda, tenemos sobradas razones para
imitar su actitud.
16 Cuando tenemos esa actitud hacia nuestra obra,
cobran sentido especial las palabras que escribió el
apóstol Pablo en 1 Timoteo 2:3, 4 (léase). En efecto,
no solo nos esforzamos al máximo en el ministerio
porque estamos en los últimos días, sino, sobre todo,
porque comprendemos cuál es la voluntad de Jehová.
Él quiere que la gente conozca la verdad, aprenda a
adorarlo y reciba sus bendiciones. Sin lugar a dudas,
nuestra principal motivación no es que haya una
fecha límite, sino el deseo de honrar el nombre divino
y enseñar al prójimo la voluntad de Jehová. En otras
palabras, nos mueve el celo por la religión verdadera
(1 Tim. 4:16).
10 min. “Proclamemos con celo la verdad sobre
Jesús.” Análisis con el auditorio. Que un publicador
demuestre la primera situación descrita en La
Atalaya del 15 de mayo de 2014, página 8, párrafo 8.
En la conversación, debe incluir la ilustración de la
página 9, párrafo 13.
Proclamemos con celo la verdad sobre Jesús
Si sabemos explicar bien a otros la verdad sobre Jesús, nuestro celo aumentará. Jesús es la piedra angular sobre la que se edifica nuestra fe (Efes. 2:20). Sin él, no tendríamos ninguna esperanza de vivir para siempre (Hech. 4:12). Por lo tanto, es importante que valoremos el papel que desempeña Jesús en el propósito de Dios. Debido a creencias sobre Jesús que no tienen base bíblica, muchas personas están totalmente confundidas y, lamentablemente, pueden acabar perdiéndose las bendiciones que Dios promete a los que ejercen fe en Jesús. Nuestro celo por la verdad nos impulsará a ayudar a las personas de buen corazón a obtener un entendimiento correcto sobre Jesús, su relación con Dios y el papel que cumple en el propósito de Jehová. Por eso, ¿proclamaremos con celo la verdad sobre Jesús durante la época de la Conmemoración? (Efesios 2:20) y han sido edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular de fundamento.
(Hechos 4:12) Además, no hay salvación en ningún otro, porque no hay otro nombre debajo del cielo que se haya dado entre los hombres mediante el cual tengamos que ser salvos”.
La Atalaya del 15 de mayo de 2014, página 8, párrafo 8
8 Primera situación. Encontramos a alguien que cree que Jesús es igual a Dios. ¿Con qué textos bíblicos podríamos ayudarle a razonar? Podríamos invitarlo a
leer en Juan 6:38 estas palabras de Jesús: “He bajado del cielo para hacer, no la voluntad mía, sino la voluntad del que me ha enviado”. Tras explicar este versículo, podríamos usar el siguiente argumento: “Si Jesús es Dios, ¿quién lo envió desde el cielo? ¿No sería ese Alguien mayor que Jesús? Al fin y al cabo, el que envía es superior al que es enviado, ¿verdad?”.
(Juan 6:38) porque he bajado del cielo para hacer, no la voluntad mía, sino la voluntad del que me ha enviado.
La Atalaya del 15 de mayo de 2014, página 9, párrafo 13
13 Las ilustraciones sencillas suelen ser las mejores. Por ejemplo, al explicar que Dios es superior a Jesús, tal vez podamos seguir la siguiente línea de razonamiento. En primer lugar, podemos mencionar que tanto Dios como Jesús compararon su relación a la de un padre y un hijo: Dios dijo que Jesús era su Hijo, y Jesús dijo que Dios era su Padre (Luc. 3:21, 22; Juan 14:28). Luego podemos preguntar: “Si usted quisiera explicarme que dos personas son iguales, ¿qué comparación usaría? ¿La de un padre y un hijo, o la de dos hermanos, tal vez gemelos?”. Es probable que la persona responda que la de los hermanos. En ese caso, podríamos seguir diciendo: “Si usted y yo llegamos a esa conclusión tan fácilmente, ¿no se le podría haber ocurrido a Jesús, que era el Gran Maestro, emplear la ilustración de dos gemelos? Pero en vez de eso, dijo que Dios era su Padre, es decir, alguien mayor y con más autoridad que él”.
(Lucas 3:21, 22) Ahora bien, cuando todo el pueblo se bautizó, Jesús también fue bautizado y, mientras oraba, el cielo se abrió 22 y el espíritu santo bajó sobre él en forma corporal como una paloma, y salió una voz del cielo: “Tú eres mi Hijo, el amado; yo te he aprobado”.
(Juan 14:28) Oyeron que les dije: Me voy y vengo [otra vez] a ustedes. Si me amaran, se regocijarían de que sigo mi camino al Padre, porque el Padre es mayor que yo.
Canción 5 y oración
Cántico 89 [Atalaya] [Inicio]
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¿Qué significa para ti lo que has recibido?
“Nosotros recibimos [...] el espíritu que proviene
de Dios, para que conozcamos las cosas que Dios
nos ha dado bondadosamente.” (1 COR. 2:12)
Cántico 135
¿QUÉ DIRÍAS? ¿Qué debemos valorar todos los cristianos, incluidos los jóvenes? Menciona algunos personajes bíblicos que valoraron su herencia espiritual. ¿Qué significa para ti lo que has recibido? 1. ¿Qué dicho refleja lo que le pasa a mucha
gente?
[ 1 ] [Textos] ¿CONOCES el dicho: Nadie sabe lo que
tiene hasta que lo pierde? ¿Te ha pasado eso alguna
vez? Lo cierto es que tendemos a dar por sentado lo
que hemos tenido toda la vida. Por ejemplo, alguien
que se haya criado en una familia rica tal vez no
valore muchas de las cosas que posee. En el caso de
los jóvenes, como no tienen experiencia en la vida,
puede que no sepan qué cosas tienen verdadero
valor.
2, 3. a) ¿Qué deben esforzarse por hacer los
jóvenes? b) ¿Qué puede ayudarnos a valorar lo
que tenemos?
[ 2 ] [Textos] Si estás en la adolescencia, o tienes
unos 20 años, ¿qué cosas son importantes para ti? En
este mundo, lo que le interesa a la mayoría de la
gente son los bienes materiales: ganar mucho dinero,
tener una casa grande y lo último en tecnología. Pero
se pierden lo más importante: las riquezas
espirituales. Por desgracia, a millones de personas ni
siquiera les interesan. Si has sido criado en la verdad,
debes esforzarte por no subestimar la herencia
espiritual que has recibido de tus padres (Mat. 5:3).
La falta de aprecio podría hacer que te vaya mal el
resto de la vida.
[ 3 ] [Textos] Está en tus manos evitar que eso
suceda. ¿Cómo lograrlo? Analicemos varios ejemplos
de la Biblia que pueden ayudar, no solo a los jóvenes,
sino a todos los cristianos, a valorar su herencia
espiritual.
NO VALORARON SU HERENCIA ESPIRITUAL
4. ¿Qué explica 1 Samuel 8:1-5 sobre los hijos de
Samuel?
[ 4 ] [Textos] La Biblia menciona a algunas personas
que recibieron una enorme herencia espiritual pero
no supieron valorarla. Ese fue el caso de los hijos del
profeta Samuel, quien sirvió a Jehová desde pequeño
y siempre le fue fiel (1 Sam. 12:1-5). Samuel les dejó
un excelente ejemplo a sus hijos, Joel y Abías, pero
ellos no lo apreciaron, y se hicieron malos y
corruptos. La Biblia dice que, a diferencia de su
padre, ellos “pervertían el juicio” (lea 1 Samuel 8:1-
5).
5, 6. ¿Cómo terminaron los hijos y el nieto de
Josías?
[ 5 ] [Textos] Algo parecido ocurrió con la familia del
rey Josías, un excelente siervo de Dios. Cuando el
libro de la Ley fue encontrado, y Josías escuchó su
lectura, él se esforzó de inmediato por poner en
práctica los mandatos de Jehová. Eliminó la idolatría
y el espiritismo del país, y animó al pueblo a obedecer
a Jehová (2 Rey. 22:8; 23:2, 3, 12-15, 24, 25). ¡Qué
enorme herencia espiritual recibieron sus hijos! Sin
embargo, aunque tres de ellos y un nieto llegaron a
ser reyes, ninguno demostró que apreciaba lo que él
les había transmitido.
[ 6 ] [Textos] Jehoacaz, uno de sus hijos, le sucedió
en el trono, pero “se puso a hacer lo que era malo a
los ojos de Jehová”. Solo reinó por tres meses antes
de que el faraón de Egipto lo capturara, y murió
siendo prisionero (2 Rey. 23:31-34). Entonces su
hermano Jehoiaquim ascendió al trono y reinó por
once años. Pero él también demostró falta de aprecio
por lo que su padre le había enseñado. Jehoiaquim
fue tan malo, que Jeremías profetizó: “Con el entierro
de un asno será enterrado” (Jer. 22:17-19). Los otros
reyes que sucedieron a Josías, su hijo Sedequías y su
nieto Joaquín, no fueron mejores que los anteriores,
pues ninguno siguió el buen ejemplo de Josías (2 Rey.
24:8, 9, 18, 19).
7, 8. a) ¿Cómo echó a perder Salomón su herencia
espiritual? b) ¿Qué lección aprendemos de
quienes no valoraron su herencia espiritual en
tiempos bíblicos?
[ 7 ] [Textos] El rey Salomón también recibió una
preciosa herencia espiritual de su padre, David.
Aunque este le enseñó a amar a Jehová, con el tiempo
Salomón dejó de apreciar lo que había recibido. La
Biblia dice: “Y al tiempo en que envejeció Salomón
aconteció que sus esposas mismas habían inclinado el
corazón de él a seguir a otros dioses; y su corazón no
resultó completo para con Jehová su Dios como el
corazón de David su padre” (1 Rey. 11:4). Debido a
ello, Salomón perdió el favor de Jehová.
[ 8 ] [Textos] Todos estos hombres tuvieron la
oportunidad de amar a Jehová y de hacer lo correcto
pero, por desgracia, no la aprovecharon. Aun así, la
Biblia habla de otros jóvenes que sí valoraron su
herencia espiritual, como muchos hoy en día. Veamos
algunos buenos ejemplos que los jóvenes cristianos
de la actualidad pueden imitar.
VALORARON LO QUE HABÍAN RECIBIDO
9. ¿Por qué fueron un buen ejemplo los hijos de
Noé? (Vea la ilustración del principio.)
[ 9 ] [Textos] Los hijos de Noé fueron buenos
ejemplos. Su padre había recibido la orden de
construir un arca para salvar vidas. Sin duda, ellos
comprendieron que debían hacer la voluntad de
Jehová y ayudaron a su padre en la construcción. Y
como dice el relato, entraron en el arca cuando llegó
el Diluvio (Gén. 7:1, 7). ¿Cuál fue el resultado?
Génesis 7:3 dice que metieron animales en el arca
“para conservar viva prole sobre la superficie de toda
la tierra”. Y la raza humana también sobrevivió.
Gracias a que valoraron lo que habían recibido de su
padre, los hijos de Noé tuvieron el privilegio de evitar
que desapareciera la humanidad de la Tierra y de
restablecer la adoración verdadera en un planeta
completamente limpio (Gén. 8:20; 9:18, 19).
10. ¿Cómo demostraron cuatro jóvenes hebreos
que valoraban lo que habían recibido?
[ 10 ] [Textos] Siglos después, cuatro jóvenes
hebreos demostraron que sabían qué cosas tienen
verdadero valor. Hananías, Misael, Azarías y Daniel
fueron llevados a Babilonia en el año 617 antes de
nuestra era. Eran inteligentes y atractivos, y podrían
haber adoptado el estilo de vida de los babilonios.
Pero no estuvieron dispuestos a hacerlo. Sus acciones
dejaron claro que valoraban su herencia espiritual, lo
que sus padres les habían enseñado. Jehová los
bendijo mucho por no haber olvidado las lecciones
espirituales que recibieron de pequeños (lea Daniel
1:8, 11-15, 20).
11. ¿Cómo se beneficiaron otras personas de la
herencia espiritual de Jesús?
[ 11 ] [Textos] No podríamos hablar de buenos
ejemplos sin mencionar a Jesús, el hijo de Dios. Él
aprendió innumerables cosas de su Padre, y tenía
mucho aprecio por ellas. Se ve claramente por sus
palabras: “Hablo estas cosas así como el Padre me ha
enseñado” (Juan 8:28). Y quería que otros llegaran a
beneficiarse de lo que él había aprendido. Le dijo a la
gente: “También a otras ciudades tengo que declarar
las buenas nuevas del reino de Dios, porque para esto
fui enviado” (Luc. 4:18, 43). Ayudó a las personas que
le escuchaban a darse cuenta de la importancia de
“no [ser] parte del mundo”, pues el mundo en general
no valora los asuntos espirituales (Juan 15:19).
¿VALORAS LO QUE HAS RECIBIDO?
12. a) ¿En qué se parece la situación de muchos
jóvenes a la de Timoteo? b) ¿Qué preguntas
deberían hacerse los jóvenes cristianos?
[ 12 ] [Textos] Al igual que los jóvenes que acabamos
de mencionar, quizás a ti también te criaron padres
que aman a Jehová. Si ese es tu caso, tu situación
podría parecerse a la de Timoteo (lea 2 Timoteo 3:14-
17). Tus padres te enseñaron sobre el Dios verdadero
y cómo agradarle. Seguramente empezaron a
enseñarte desde bebé, lo que te ha ayudado a
“hacerte sabio para la salvación mediante la fe
relacionada con Cristo Jesús” y a estar
“completamente equipado” para el servicio a Dios.
¿Agradeces lo que has recibido? Piensa un poco en
este tema. Pregúntate: “¿Cómo me siento por formar
parte de la larga lista de siervos de Dios fieles? ¿Estoy
orgulloso de contarme entre los relativamente pocos
que Dios considera sus amigos? ¿Aprecio el enorme
privilegio de conocer la verdad?”.
¿Estás orgulloso de formar parte de la larga lista de
siervos fieles? (Párrafos 9, 10, y 12)
13, 14. a) ¿A qué tentación se enfrentan algunos
jóvenes cristianos? b) ¿Por qué vale la pena
resistirla? Dé un ejemplo.
[ 13 ] [Textos] Algunos jóvenes criados en la verdad
no se dan cuenta de la gran diferencia que hay entre
nuestro paraíso espiritual y el mundo de Satanás. A
algunos hasta les atrae probar el mundo. Pero ¿qué
opinas? ¿Te lanzarías delante de un vehículo en
marcha para ver cuánto duele el golpe o si es capaz
de matarte? ¡Por supuesto que no! Del mismo modo,
no tenemos ninguna necesidad de experimentar la
decadencia moral de este mundo para descubrir
cuánto daño puede causarnos (1 Ped. 4:4).
[ 14 ] [Textos] Gener, un joven de Asia, fue criado en
un hogar cristiano y se bautizó a los 12 años. Pero
cuando entró en la adolescencia, empezó a atraerle el
mundo. Él cuenta: “Quería experimentar la ‘libertad’
que el mundo ofrece”. Comenzó a llevar una doble
vida, y para cuando tenía 15 años, iba por el mismo
mal camino que sus amigos. Bebía y decía palabrotas
como ellos. Llegaba a casa tarde después de jugar en
los billares y a videojuegos violentos. Con el tiempo,
se dio cuenta de que nada de eso lo hacía feliz. Se
sentía vacío. Ahora que ha vuelto a la congregación,
Gener dice: “Todavía me cuesta hacer frente a las
tentaciones del mundo, pero las bendiciones de servir
a Jehová hacen que valga la pena luchar”.
15. ¿En qué deben reflexionar quienes no han
sido criados por padres cristianos?
[ 15 ] [Textos] Otros jóvenes de la congregación no
han sido criados por padres cristianos. Si tú eres uno
de ellos, piensa en el magnífico privilegio que tienes
por conocer y servir al Creador. Hay millones y
millones de personas en la Tierra, pero solo 1 de cada
1.000 tiene un conocimiento exacto de la verdad. ¡Y
tú eres una de ellas! Es una verdadera bendición
estar entre quienes Jehová ha atraído y revelado la
verdad de la Biblia (Juan 6:44, 45). ¿No es esta una
razón para estar muy contentos, independientemente
de cómo hayamos conocido la verdad? (Lea 1
Corintios 2:12.) Gener comenta: “Se me pone la piel
de gallina cuando lo pienso. ¿Quién soy yo para que
Jehová, el Señor del universo, se fije en mí?” (Sal. 8:4).
Y una hermana de la misma zona añade: “Si un
estudiante se siente orgulloso cuando un profesor se
acuerda de él, ¡imagínate el privilegio de que el Gran
Instructor, Jehová, te conozca!”.
¿QUÉ VAS A HACER?
16. ¿Qué sabia decisión pueden tomar los jóvenes
cristianos?
[ 16 ] [Textos] Es maravilloso estar entre los
relativamente pocos que han elegido el mejor modo
de vivir. ¿Te resolverás más que nunca a no perder
ese privilegio? Si lo haces, te unirás a la larga lista de
siervos leales de Dios. Eso es mucho mejor que seguir
a la mayoría de los jóvenes, que en realidad no
aprovechan la vida y no tienen ningún futuro en este
mundo que va a ser destruido (2 Cor. 4:3, 4).
17-19. ¿Qué te ayudará a no sentirte mal por ser
diferente?
[ 17 ] [Textos] Claro, ser diferente a los demás no
siempre es fácil; pero en realidad, es lo más
inteligente. Por ejemplo, piensa en un deportista de
los Juegos Olímpicos. Sin duda, si alcanzó ese nivel es
porque fue diferente al resto de sus compañeros.
Probablemente tuvo que privarse de muchas cosas
que le quitaban tiempo para los entrenamientos. El
que estuviera dispuesto a ser diferente le permitió
entrenar más y alcanzar su meta.
[ 18 ] [Textos] La mayoría de la gente no piensa en
las lamentables consecuencias que podrían venir de
sus malas acciones. Pero si tú meditas en eso, si eres
diferente del mundo y si no participas en actividades
que puedan dañarte en sentido moral y espiritual,
lograrás alcanzar “la vida que realmente [es vida]” (1
Tim. 6:19). La hermana que mencionamos
anteriormente dice: “Cuando defiendes lo que crees,
al final te sientes genial. Demuestras que tienes la
fortaleza para ir contra la corriente del mundo de
Satanás. Es como si pudieras ver a Jehová sonreírte,
orgulloso de ti. Ahí es cuando te sientes bien por ser
diferente”.
[ 19 ] [Textos] No malgastes tu tiempo centrándote
solo en lo que puedes conseguir en el presente (Ecl.
9:2, 10). Si entiendes el propósito de la vida y sabes
que Jehová te ofrece un futuro eterno, ¿no crees que
es sabio evitar andar “tal como [la gente de] las
naciones”? Si eliges servir a Jehová, disfrutarás de
una vida llena de sentido (Efes. 4:17; Mal. 3:18).
20, 21. a) Si tomamos buenas decisiones, ¿para
qué nos prepararemos? b) ¿Qué espera Jehová de
nosotros?
[ 20 ] [Textos] Si tomamos buenas decisiones,
viviremos felices ahora y nos prepararemos para
disfrutar de la vida eterna en el nuevo mundo. No
podemos ni imaginarnos cuántas bendiciones
maravillosas nos esperan (Mat. 5:5; 19:29; 25:34).
Ahora bien, no las recibiremos de manera automática.
Jehová espera algo de nosotros (lea 1 Juan 5:3, 4).
Pero servirle con lealtad definitivamente vale la pena.
[ 21 ] [Textos] ¡Cuánto hemos recibido de Jehová!
Tenemos conocimiento exacto de su Palabra y
entendemos la verdad sobre él y su propósito.
Tenemos el privilegio de portar su nombre y de ser
sus Testigos. Y Dios nos asegura que está a nuestro
lado (Sal. 118:7). Que todos, tanto jóvenes como
mayores, demostremos aprecio por nuestra herencia
espiritual y un profundo deseo de darle a Jehová “la
gloria para siempre” (Rom. 11:33-36; Sal. 33:12).
Textos del Libro
Párrafo 16
(Génesis 19:17-22) Y aconteció que, tan pronto como
los hubieron sacado a las afueras, él empezó a decir:
“¡Escapa por tu alma! ¡No mires atrás y no te detengas
en todo el Distrito! ¡Escapa a la región montañosa por
temor de que seas barrido!”. 18 Entonces les dijo Lot:
“¡Eso no, por favor, Jehová! 19 Ahora, por favor, tu siervo
ha hallado favor a tus ojos de modo que estás
engrandeciendo tu bondad amorosa, la cual has ejercido
conmigo para conservar viva mi alma, pero yo... yo no
puedo escapar a la región montañosa por temor de que
la calamidad se mantenga cerca de mí y yo ciertamente
muera. 20 Ahora, por favor, esta ciudad está cerca para
huir allá, y es cosa pequeña. Permítaseme, por favor,
escapar allá —¿no es cosa pequeña?— y mi alma
seguirá viviendo”. 21 Así que él le dijo: “Mira que
verdaderamente te muestro consideración hasta este
grado también, al no derribar la ciudad de la cual has
hablado. 22 ¡Apresúrate! ¡Escapa allá, porque no puedo
hacer nada hasta que llegues allá!”. Por eso él llamó la
ciudad por nombre Zóar.
Párrafo 17
(Jonás 3:1-10) Entonces la palabra de Jehová le ocurrió
a Jonás por segunda vez, y dijo: 2 “Levántate, ve a
Nínive la gran ciudad, y proclámale la proclamación que
te voy a hablar”. 3 Ante aquello, Jonás se levantó y fue a
Nínive según la palabra de Jehová. Ahora bien,
resultaba que Nínive misma era una ciudad grande ante
Dios, con distancia de tres días de camino. 4 Finalmente
Jonás comenzó a entrar en la ciudad por distancia de un
día de camino, y siguió proclamando y diciendo: “Solo
cuarenta días más, y Nínive será derribada”. 5 Y los
hombres de Nínive empezaron a poner fe en Dios, y
procedieron a proclamar un ayuno y a ponerse saco,
desde el mayor de ellos aun hasta el menor de ellos. 6 Cuando la palabra llegó al rey de Nínive, entonces él
se levantó de su trono y quitó de sí su prenda de vestir
oficial y se cubrió de saco y se sentó en las cenizas. 7 Además, mandó que se hiciera el pregón, e hizo que
este se dijera en Nínive, por el decreto del rey y sus
grandes, diciendo: “Ningún hombre ni animal doméstico,
ninguna vacada ni rebaño, debe probar cosa alguna en
absoluto. Ninguno debe tomar alimento. Ni siquiera
agua deben beber. 8 Y que se cubran de saco, hombre y
animal doméstico; y que clamen a Dios con fuerza y se
vuelvan, cada uno, de su mal camino y de la violencia
que había en sus manos. 9 ¿Quién hay que sepa si el
Dios [verdadero] se vuelva y realmente sienta pesar y se
vuelva de su cólera ardiente, de modo que no
perezcamos?”. 10 Y el Dios [verdadero] llegó a ver las
obras de ellos, que se habían vuelto de su mal camino;
y por eso el Dios [verdadero] sintió pesar en cuanto a la
calamidad de que había hablado que les causaría; y no
[la] causó.
Párrafo 18
(Éxodo 15:3) Jehová es persona varonil de guerra. Jehová es su nombre.
(Jonás 4:1-11) A Jonás, sin embargo, esto le desagradó sumamente, y llegó a estar enardecido de cólera. 2 Por lo tanto, oró a Jehová y dijo: “Ah, pues, oh Jehová, ¿no era este un asunto mío, mientras yo estaba en mi propio suelo? Por eso proseguí y huí a Tarsis; porque sabía que tú eres un Dios benévolo y misericordioso, tardo para la cólera y abundante en bondad amorosa, y que sientes pesar en cuanto a la calamidad. 3 Y ahora, oh Jehová, quita, por favor, mi alma de mí, porque mejor es mi morir que mi estar vivo”. 4 A su vez, Jehová dijo: “¿Es con razón que te has enardecido de cólera?”. 5 Entonces Jonás salió de la ciudad y se sentó al este de la ciudad; y gradualmente se hizo allí una cabaña, para sentarse bajo ella en la sombra hasta ver lo que llegaría a ser de la ciudad. 6 De consiguiente, Jehová Dios asignó una calabaza vinatera, para que subiera sobre Jonás, de modo que llegara a ser sombra sobre su cabeza, para librarlo de su estado calamitoso. Y Jonás empezó a regocijarse mucho por la calabaza vinatera. 7 Pero el Dios [verdadero] asignó un gusano al ascender el alba al día siguiente, para que hiriera la calabaza vinatera; y esta gradualmente se secó. 8 Y sucedió que, tan pronto como el sol brilló, Dios también procedió a asignar un viento abrasador del este, y el sol siguió hiriendo la cabeza de Jonás, de modo que él se desmayaba; y siguió pidiendo que su alma muriera, y repetidamente decía: “Mejor es mi morir que mi estar vivo”. 9 Y Dios procedió a decir a Jonás: “¿Es con razón que te has enardecido de cólera en cuanto a la calabaza vinatera?”. Ante aquello, él dijo: “Con razón me he enardecido de cólera, hasta el punto de la muerte”. 10 Pero Jehová dijo: “Tú, por tu parte, sentiste lástima por la calabaza vinatera, por la cual no te afanaste, y que no hiciste crecer, la cual resultó ser el simple crecimiento de una noche y pereció como simple crecimiento de una noche. 11 Y, por mi parte, ¿no debería yo sentir lástima por Nínive la gran ciudad, en la cual existen más de ciento veinte mil hombres que de ningún modo saben la diferencia entre su mano derecha y su izquierda, además de muchos animales domésticos?”.
Párrafo 19
(Salmo 103:14) Pues él mismo conoce bien la formación de nosotros, y se acuerda de que somos polvo.
(1 Pedro 2:18) Que los sirvientes de casa estén en sujeción a [sus] dueños con todo [el debido] temor, no solo a los buenos y razonables, sino también a los que son difíciles de complacer.
(Proverbios 19:17) El que muestra favor al de condición humilde le presta a Jehová, y Él le pagará su trato.
Párrafo 20
(Hebreos 13:18, 19) Ocúpense en orar por nosotros, porque confiamos en que tenemos una conciencia honrada, puesto que deseamos comportarnos honradamente en todas las cosas. 19 Pero los exhorto más particularmente a que hagan esto, para que yo sea restaurado a ustedes más pronto.
(Santiago 5:16) Por lo tanto, confiesen abiertamente sus pecados unos a otros y oren unos por otros, para que sean sanados. El ruego del hombre justo, cuando está en acción, tiene mucho vigor.
Párrafo 21
(2 Timoteo 4:3) Porque habrá un período en que no soportarán la enseñanza saludable, sino que, de acuerdo con sus propios deseos, acumularán para sí mismos maestros para que les regalen los oídos;
(Levítico 11:44) Porque yo soy Jehová su Dios; y ustedes tienen que santificarse y tienen que resultar santos, porque yo soy santo. De modo que no deben hacer inmundas sus almas por medio de ninguna criatura enjambradora que se mueve sobre la tierra.
Textos Atalaya
Párrafo 1
Párrafo 2
(Mateo 5:3) 3 “Felices son los que tienen conciencia de
su necesidad espiritual, puesto que a ellos pertenece el
reino de los cielos.
Párrafo 3
Párrafo 4
(1 Samuel 12:1-5) 12 Por fin Samuel dijo a todo Israel:
“Miren que he escuchado su voz respecto a todo lo que
me han dicho, de que debiera hacer que un rey reinara
sobre ustedes. 2 ¡Y ahora aquí está el rey andando
delante de ustedes! En cuanto a mí, he envejecido y
encanecido, y mis hijos, aquí están con ustedes, y yo...
yo he andado delante de ustedes desde mi juventud
hasta este día. 3 Aquí estoy. Contesten contra mí
enfrente de Jehová y enfrente de su ungido: ¿El toro de
quién he tomado, o el asno de quién he tomado, o a
quién he defraudado, o a quién he aplastado, o de
mano de quién he aceptado dinero con que se compra
el silencio para que cubriera mis ojos con él? Y yo les
haré la restitución a ustedes”. 4 A esto dijeron: “No nos
has defraudado, ni nos has aplastado, ni has aceptado
cosa alguna de la mano de siquiera uno”. 5 De modo
que les dijo: “Jehová es testigo contra ustedes, y su
ungido es testigo este día, de que no han hallado nada
en mi mano”. A esto dijeron: “Es testigo”.
(1 Samuel 8:1-5) 8 Y aconteció que tan pronto como
Samuel hubo envejecido hizo nombramientos de sus
hijos como jueces para Israel. 2 Ahora bien, sucedió
que el nombre de su hijo primogénito fue Joel, y Abías
el nombre de su segundo; ellos estuvieron juzgando en
Beer-seba. 3 Y sus hijos no andaban en los caminos de
él; antes bien, se inclinaban a seguir tras ganancia
injusta, y aceptaban sobornos y pervertían el juicio. 4
Con el tiempo todos los ancianos de Israel se juntaron y
vinieron a Samuel, a Ramá, 5 y le dijeron: “¡Mira! Tú
mismo te has hecho viejo, pero tus propios hijos no han
andado en tus caminos. Ahora bien, nómbranos un rey
que nos juzgue, sí, como todas las naciones”.
Párrafo 5
(2 Reyes 22:8) 8 Más tarde Hilquías el sumo sacerdote
dijo a Safán el secretario: “He hallado en la casa de
Jehová el mismísimo libro de la ley”. De modo que
Hilquías dio el libro a Safán, y él empezó a leerlo.
(2 Reyes 23:2-3) 2 Después de aquello el rey subió a la
casa de Jehová, y también todos los hombres de Judá y
todos los habitantes de Jerusalén con él, y también los
sacerdotes y los profetas y todo el pueblo, desde el
pequeño hasta el grande; y él se puso a leer a oídos de
ellos todas las palabras del libro del pacto que se había
hallado en la casa de Jehová. 3 Y el rey se quedó de pie
junto a la columna y ahora celebró el pacto ante Jehová,
de andar tras Jehová y de guardar sus mandamientos y
sus testimonios y sus estatutos con todo el corazón y
con toda el alma, por medio de poner por obra las
palabras de este pacto que estaban escritas en este
libro. Por consiguiente, todo el pueblo se levantó en
apoyo del pacto.
(2 Reyes 23:12-15) 12 Y los altares que estaban sobre el
techo de la cámara del techo de Acaz, que los reyes de
Judá habían hecho, y los altares que Manasés había
hecho en dos patios de la casa de Jehová, los demolió el
rey, después de lo cual los trituró allí, y echó su polvo en
el valle torrencial de Cedrón. 13 Y los lugares altos que
estaban enfrente de Jerusalén, que estaban a la derecha
del monte de Arruinamiento, que Salomón el rey de
Israel había edificado a Astoret, la cosa repugnante de
los sidonios, y a Kemós, la cosa repugnante de Moab, y
a Milcom, la cosa detestable de los hijos de Ammón, el
rey los hizo inservibles para adoración. 14 E hizo
pedazos las columnas sagradas y pasó a cortar los
postes sagrados y a llenar sus lugares de huesos
humanos. 15 Y también el altar que estaba en Betel, el
lugar alto que había hecho Jeroboán hijo de Nebat, que
hizo pecar a Israel, aun aquel altar y el lugar alto los
demolió. Entonces quemó el lugar alto; [lo] molió hasta
que quedó hecho polvo, y quemó el poste sagrado.
(2 Reyes 23:24-25) 24 Y también a los médium
espiritistas y a los pronosticadores profesionales de
sucesos y los terafim y los ídolos estercolizos y todas las
cosas repugnantes que habían aparecido en la tierra de
Judá y en Jerusalén, Josías los eliminó, a fin de
realmente poner por obra las palabras de la ley que
estaban escritas en el libro que Hilquías el sacerdote
había hallado en la casa de Jehová. 25 Y resultó que no
hubo rey como él antes de él que se volviera a Jehová
con todo su corazón y con toda su alma y con toda su
fuerza vital, conforme a toda la ley de Moisés; tampoco
después de él se ha levantado uno semejante a él.
Párrafo 6
Párrafo 7
Párrafo 8
(2 Reyes 23:31-34) 31 Veintitrés años de edad tenía
Jehoacaz cuando empezó a reinar, y por tres meses
reinó en Jerusalén. Y el nombre de su madre era
Hamutal hija de Jeremías de Libná. 32 Y él se puso a
hacer lo que era malo a los ojos de Jehová, conforme a
todo lo que habían hecho antepasados suyos. 33 Y
Faraón Nekoh logró ponerlo en cadenas en Riblá, en la
tierra de Hamat, para que no reinara en Jerusalén, y
luego impuso al país una multa de cien talentos de plata
y un talento de oro. 34 Además, Faraón Nekoh hizo rey
a Eliaquim hijo de Josías en lugar de Josías su padre, y le
cambió el nombre al de Jehoiaquim; y a Jehoacaz lo
tomó y luego lo llevó a Egipto, donde por fin murió.
(Jeremías 22:17-19) 17 Con toda seguridad tus ojos y tu
corazón están puestos solamente sobre tu ganancia
injusta, y sobre la sangre del inocente para
derramar[la], y sobre el defraudar y sobre la extorsión a
fin de ocuparte en [estos].’ 18 ”Por lo tanto, esto es lo
que ha dicho Jehová respecto a Jehoiaquim hijo de
Josías, el rey de Judá: ‘No lo plañirán: “¡Ay, hermano
mío! Y ¡ay, hermana [mía]!”. No lo plañirán: “¡Ay, oh
amo! Y ¡ay, su dignidad!”. 19 Con el entierro de un asno
será enterrado, con un llevar arrastrando y un echar
afuera, más allá de las puertas de Jerusalén’.
(2 Reyes 24:8-9) 8 Dieciocho años de edad tenía
Joaquín cuando empezó a reinar, y por tres meses reinó
en Jerusalén. Y el nombre de su madre era Nehustá hija
de Elnatán de Jerusalén. 9 Y él continuó haciendo lo
que era malo a los ojos de Jehová, conforme a todo lo
que había hecho su padre.
(2 Reyes 24:18-19) 18 Veintiún años de edad tenía
Sedequías cuando empezó a reinar, y por once años
reinó en Jerusalén. Y el nombre de su madre era
Hamutal hija de Jeremías de Libná. 19 Y él continuó
haciendo lo que era malo a los ojos de Jehová,
conforme a todo lo que había hecho Jehoiaquim.
(1 Reyes 11:4) 4 Y al tiempo en que envejeció Salomón
aconteció que sus esposas mismas habían inclinado el
corazón de él a seguir a otros dioses; y su corazón no
resultó completo para con Jehová su Dios como el
corazón de David su padre.
Párrafo 9
(Génesis 7:1) 7 Después de eso Jehová dijo a Noé:
“Entra, tú y toda tu casa, en el arca, porque es a ti a
quien he visto justo delante de mí en medio de esta
generación.
(Génesis 7:7) 7 De modo que entró Noé, y con él sus
hijos, y su esposa, y las esposas de sus hijos, en el arca
antes de [que empezaran] las aguas del diluvio.
(Génesis 7:3) 3 también de las criaturas voladoras de
los cielos de siete en siete, macho y hembra, para
conservar viva prole sobre la superficie de toda la tierra.
(Génesis 8:20) 20 Y Noé empezó a edificar un altar a
Jehová y a tomar algunas de todas las bestias limpias y
de todas las criaturas voladoras limpias y a ofrecer
ofrendas quemadas sobre el altar.
(Génesis 9:18-19) 18 Y los hijos de Noé que salieron del
arca fueron Sem y Cam y Jafet. Más tarde, Cam fue
padre de Canaán. 19 Estos tres fueron los hijos de Noé,
y de estos se esparció la población de toda la tierra.
Párrafo 10
(Daniel 1:8) 8 Pero Daniel se resolvió en su corazón a
no contaminarse con los manjares exquisitos del rey ni
con su vino de beber. Y siguió solicitando del oficial
principal de la corte no contaminarse.
(Daniel 1:11-15) 11 Pero Daniel dijo al guardián que el
oficial principal de la corte había nombrado sobre
Daniel, Hananías, Misael y Azarías: 12 “Por favor, pon a
tus siervos a prueba por diez días, y que nos den
algunas legumbres para que comamos, y agua para que
bebamos; 13 y que nuestros semblantes y el semblante
de los niños que están comiendo los manjares
exquisitos del rey se presenten delante de ti, y, según lo
que veas, haz con tus siervos”. 14 Finalmente él les
escuchó respecto a este asunto y los puso a prueba por
diez días. 15 Y al fin de diez días el semblante de ellos
pareció mejor y más nutrido en carnes que [el de] todos
los niños que estaban comiendo los manjares exquisitos
del rey.
(Daniel 1:20) 20 Y en lo que respecta a todo asunto de
sabiduría [y] entendimiento que el rey inquiría de ellos,
hasta llegó a hallarlos diez veces mejores que todos los
sacerdotes practicantes de magia [y] los sortílegos que
había en toda su región real.
Párrafo 11
(Juan 8:28) 28 Por lo tanto, dijo Jesús: “Una vez que
hayan alzado al Hijo del hombre, entonces sabrán que
yo soy [ese], y que no hago nada por mi propia
iniciativa; sino que hablo estas cosas así como el Padre
me ha enseñado.
(Lucas 4:18) 18 “El espíritu de Jehová está sobre mí,
porque él me ungió para declarar buenas nuevas a los
pobres, me envió para predicar una liberación a los
cautivos y un recobro de vista a los ciegos, para
despachar a los quebrantados con una liberación,
(Lucas 4:43) 43 Pero él les dijo: “También a otras
ciudades tengo que declarar las buenas nuevas del reino
de Dios, porque para esto fui enviado”.
(Juan 15:19) 19 Si ustedes fueran parte del mundo, el
mundo le tendría afecto a lo que es suyo. Ahora bien,
porque ustedes no son parte del mundo, sino que yo los
he escogido del mundo, a causa de esto el mundo los
odia.
Párrafo 12
(2 Timoteo 3:14-17) 14 Tú, sin embargo, continúa en las
cosas que aprendiste y fuiste persuadido a creer,
sabiendo de qué personas las aprendiste, 15 y que
desde la infancia has conocido los santos escritos, que
pueden hacerte sabio para la salvación mediante la fe
relacionada con Cristo Jesús. 16 Toda Escritura es
inspirada de Dios y provechosa para enseñar, para
censurar, para rectificar las cosas, para disciplinar en
justicia, 17 para que el hombre de Dios sea
enteramente competente [y esté] completamente
equipado para toda buena obra.
Párrafo 13
(1 Pedro 4:4) 4 Porque no continúan corriendo con
ellos en este derrotero al mismo bajo sumidero de
disolución, ellos están perplejos y siguen hablando
injuriosamente de ustedes.
Párrafo 14
Párrafo 15
(Juan 6:44-45) 44 Nadie puede venir a mí a menos que
el Padre, que me envió, lo atraiga; y yo lo resucitaré en
el último día. 45 Está escrito en los Profetas: ‘Y todos
ellos serán enseñados por Jehová’. Todo el que ha oído
de parte del Padre, y ha aprendido, viene a mí.
(1 Corintios 2:12) 12 Ahora bien, nosotros recibimos, no
el espíritu del mundo, sino el espíritu que proviene de
Dios, para que conozcamos las cosas que Dios nos ha
dado bondadosamente.
(Salmos 8:4) 4 ¿qué es el hombre mortal para que lo
tengas presente, y el hijo del hombre terrestre para que
cuides de él?
Párrafo 16
(2 Corintios 4:3-4) 3 Ahora, si las buenas nuevas que
declaramos están de hecho veladas, están veladas entre
los que están pereciendo, 4 entre quienes el dios de
este sistema de cosas ha cegado las mentes de los
incrédulos, para que no pase [a ellos] la iluminación de
las gloriosas buenas nuevas acerca del Cristo, que es la
imagen de Dios.
Párrafo 17
Párrafo 18
(1 Timoteo 6:19) 19 atesorando para sí con seguridad
un fundamento excelente para el futuro, para que
logren asirse firmemente de la vida que realmente lo es.
Párrafo 19
(Eclesiastés 9:2) 2 Todos son lo mismo en lo que tienen
todos. Un mismo suceso resultante hay para el justo y el
inicuo, el bueno y el limpio y el inmundo, y el que
sacrifica y el que no sacrifica. El bueno es lo mismo que
el pecador; el que jura es lo mismo que cualquiera que
ha temido un firme juramento.
(Eclesiastés 9:10) 10 Todo lo que tu mano halle que
hacer, hazlo con tu mismo poder, porque no hay trabajo
ni formación de proyectos ni conocimiento ni sabiduría
en el Seol, el lugar adonde vas.
(Efesios 4:17) 17 Esto, por lo tanto, digo, y de ello doy
testimonio en [el] Señor: que ya no sigan ustedes
andando tal como las naciones también andan en la
inutilidad de su mente,
(Malaquías 3:18) 18 Y ustedes ciertamente verán de
nuevo [la distinción] entre uno justo y uno inicuo, entre
uno que sirve a Dios y uno que no le ha servido.”
Párrafo 20
(Mateo 5:5) 5 ”Felices son los de genio apacible, puesto
que ellos heredarán la tierra.
(Mateo 19:29) 29 Y todo el que haya dejado casas, o
hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o hijos, o
tierras, por causa de mi nombre, recibirá muchas veces
más, y heredará la vida eterna.
(Mateo 25:34) 34 ”Entonces dirá el rey a los de su
derecha: ‘Vengan, ustedes que han sido bendecidos por
mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes
desde la fundación del mundo.
(1 Juan 5:3-4) 3 Pues esto es lo que el amor de Dios
significa: que observemos sus mandamientos; y, sin
embargo, sus mandamientos no son gravosos, 4 porque
todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo. Y esta es
la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.
Párrafo 21
(Salmos 118:7) 7 Jehová está de mi parte entre los que
me ayudan, de manera que yo mismo pondré la vista
sobre los que me odian.
(Romanos 11:33-36) 33 ¡Oh la profundidad de las
riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios!
¡Cuán inescrutables [son] sus juicios e ininvestigables
sus caminos! 34 Porque “¿quién ha llegado a conocer la
mente de Jehová, o quién se ha hecho su consejero?”.
35 O, “¿Quién le ha dado primero, para que tenga que
pagársele?”. 36 Porque procedentes de él y por él y
para él son todas las cosas. A él sea la gloria para
siempre. Amén.
(Salmos 33:12) 12 Feliz es la nación cuyo Dios es
Jehová, el pueblo a quien él ha escogido por herencia
suya.
Cántico 21
Feliz el misericordioso
(Mateo 5:7)
1. Aquel que muestra compasión
alegra el corazón de Dios.
Jamás se cansa de contar
que Él muy grande es en bondad,
que a su Unigénito mandó
a rescatarnos por amor
y que, cual Padre tierno y fiel,
se apiada del que polvo es.
2. Feliz es quien, igual que Dios,
demuestra honda compasión;
sus faltas perdonadas son,
pues Cristo aboga en su favor.
El misericordioso va
diciendo a todos la verdad,
que el Reino de Dios ya nació,
que cerca está la salvación.
3. Al manso se le tratará
con gran clemencia, con piedad;
de otros se compadeció,
de él tendrá Dios compasión.
A diario, pues, hay que mostrar
misericordia a los demás.
Si practicamos tal virtud,
copiamos a Jehová y Jesús.
(Véanse también Luc. 6:36; Rom. 12:8; Sant. 2:13.)
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Cántico 75
Los motivos de nuestro gozo
(Mateo 5:12)
1. El pueblo de Dios está alegre,
su gozo es mayor cada vez:
“las cosas deseables” del mundo
acuden a Dios con gran fe.
La base de tanta alegría
está en la divina verdad,
sustento precioso del alma
y guía segura al andar.
El gozo que Dios nos ofrece
es llama de luz celestial,
por duras que sean las pruebas,
jamás la podrán apagar.
(ESTRIBILLO)
Mi gozo es un don de Jehová,
la fuente infinita de paz.
No lo perderé, eterno será
si obro con fidelidad.
2. Con fascinación observamos
el libro de la creación:
los cielos, la tierra y los mares
que Dios con su mano formó.
El Reino triunfante anunciamos
con júbilo a la humanidad,
las nuevas de su nacimiento
llevamos a todo lugar.
Tal como la luz de la aurora
disipa la oscuridad,
Jesús, el Lucero del Alba,
hará la justicia brillar.
(ESTRIBILLO)
Mi gozo es un don de Jehová,
la fuente infinita de paz.
No lo perderé, eterno será
si obro con fidelidad.
(Véanse también Deu. 16:15; Isa. 12:6; Juan 15:11.)
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Cántico 5
Cristo, nuestro modelo
(Romanos 5:8)
1. Al hombre pecador,
Jehová mostró su amor:
envió a su Hijo, quien nos redimió.
Él es pan celestial
que vida al mundo da;
por él tenemos paz y salvación.
2. Jesús nos enseñó
a orar así a Dios:
“Oh, santifica tu nombre, Jehová.
Tu Reino venga ya,
sí, haz tu voluntad
y, por favor, danos hoy nuestro pan”.
3. Jesús fortaleció
a todo el que le oyó,
le dio consuelo, su fe renovó.
Sembremos, como él,
semillas por doquier;
cosecharemos gran satisfacción.
(Véanse también Mat. 6:9-11; Juan 3:16; 6:31-51; Efe.
5:2.) volver
Cántico 89
Jehová te exhorta: “Sé sabio, hijo mío”
(Proverbios 27:11)
1. Oh, ven, hijo amado, y dame el corazón;
ven, hija querida, entrégame tu amor.
La flor de tu vida regálame feliz,
al mundo demuestra que vives para mí.
(ESTRIBILLO)
Me alegrarás, querido hijo,
si lo mejor de ti me das.
Si me sirves con toda el alma,
prometo amarte sin final.
2. Sé sabio, hijo mío, aférrate a mi ley,
así al que me insulta, la boca taparé.
Si un día tú caes, yo te levantaré,
y si te abandonan, a tu lado estaré.
(ESTRIBILLO)
Me alegrarás, querido hijo,
si lo mejor de ti me das.
Si me sirves con toda el alma,
prometo amarte sin final.
(Véanse también Deu. 6:5; Ecl. 11:9; Isa. 41:13.) volver
Cántico 135
Aguantemos hasta el fin
(Mateo 24:13)
1. El fin ya pronto llegará;
hay que perseverar.
En las promesas de Jehová
debemos siempre confiar.
A diario hay que recordar
que el gran día cerca está.
Al mantener integridad,
la fe se refinará.
2. En la batalla de la fe
tenemos que vencer.
El celo por servir al Rey
jamás queremos perder.
Librémonos con decisión
de las dudas y el temor.
Nos fortalecerá el Señor;
él es nuestro Salvador.
3. Dios en su libro anotará
el nombre del leal.
La vida eterna le dará
si aguanta hasta el final.
Si vigilamos con tesón
nuestra mente y corazón,
Jehová nos colmará de amor,
tendremos su bendición.
(Véanse también Heb. 6:19; Sant. 1:4; 2 Ped. 3:12; Rev.
2:4.) volver
Jueces 19 a 21
19 Ahora bien, sucedía que en aquellos días no había rey en Israel. Y aconteció que cierto levita estaba residiendo por un tiempo en las partes más remotas de la región montañosa de Efraín. Con el tiempo tomó por esposa a una concubina de Belén de Judá. 2 Y su concubina empezó a cometer fornicación contra él. Por fin se fue de él a la casa de su padre en Belén de Judá, y continuó allí cuatro meses completos. 3 Entonces su esposo se levantó y se fue tras ella para hablarle consoladoramente para traerla de vuelta; y estaban con él su servidor y un par de asnos. De modo que ella lo hizo entrar en la casa de su padre. Cuando el padre de la joven llegó a verlo, en seguida se regocijó de recibirlo. 4 Por consiguiente, su suegro, padre de la joven, se asió de él, de modo que él continuó morando con él tres días; y comían y bebían, y él pasaba la noche allí.
5 Y al cuarto día, cuando se levantaron muy de mañana como siempre, aconteció que él se levantó ahora para irse, pero el padre de la joven dijo a su yerno: “Sustenta tu corazón con un poquito de pan, y después pueden irse”. 6 De modo que se sentaron, y ambos se pusieron a comer y beber juntos; después de lo cual el padre de la joven dijo al hombre: “Ven, por favor, y pasa aquí la noche, y que tu corazón se sienta bien”. 7 Cuando el hombre se levantó para irse, su suegro siguió rogándole, de modo que volvió a pasar la noche allí.
8 Cuando se levantó muy de mañana al quinto día para irse, el padre de la joven entonces dijo: “Por favor, toma sustento para tu corazón”. Y se demoraron hasta el desvanecimiento del día. Y los dos siguieron comiendo. 9 Ahora se levantó el hombre para irse, él y su concubina y su servidor; pero su suegro, padre de la joven, le dijo: “¡Ea, mira! El día ha declinado hacia anochecer. Por favor, pasen aquí la noche. Aquí el día va asentándose. Pasa aquí la noche, y que tu corazón se sienta bien. Y mañana tienen que levantarse temprano para su viaje, y tendrás que irte a tu tienda”. 10 Sin embargo, el hombre no consintió en pasar la noche allí, sino que se levantó y se puso en marcha, y llegó hasta enfrente de Jebús, es decir, Jerusalén; y con él estaban el par de asnos aparejados, y su concubina y su servidor.
11 Al hallarse cerca de Jebús, puesto que la luz del día había bajado considerablemente, el servidor ahora dijo a su amo: “Ven, sí, por favor, y desviémonos a esta ciudad de los jebuseos y pasemos la noche en ella”. 12 Pero su amo le dijo: “No nos desviemos a una ciudad de extranjeros que no son parte alguna de los hijos de Israel; y tenemos que pasar adelante hasta Guibeah”. 13 Y pasó a decir a su servidor: “Ven, y acerquémonos a uno de los lugares, y tendremos que pasar la noche en Guibeah o en Ramá”. 14 De modo que pasaron adelante y siguieron caminando, y el sol empezó a ponérseles cuando se hallaban cerca de Guibeah, que pertenece a Benjamín.
15 Por consiguiente, se desviaron hacia allá para entrar a pasar la noche en Guibeah. Y procedieron a entrar y sentarse en la plaza pública de la ciudad, y no hubo nadie que los acogiera en la casa para pasar la noche. 16 Con el tiempo, ¡mire!, un hombre de edad venía de su trabajo en el campo, al atardecer, y el hombre era de la región montañosa de Efraín, y estaba residiendo por un tiempo en Guibeah; pero los hombres del lugar eran benjamitas. 17 Cuando este alzó los ojos llegó a ver al hombre, al viajero, en la plaza pública de la ciudad. De modo que el hombre de edad dijo: “¿Adónde vas y de dónde vienes?”. 18 A su vez, él le dijo: “Estamos de paso desde Belén de Judá hasta las partes más remotas de la región montañosa de Efraín. De allí soy yo, pero fui a Belén de Judá; y es a mi propia casa adonde voy, y no hay nadie que me acoja en la casa. 19 Y hay tanto paja como forraje para nuestros asnos, y hay tanto pan como vino para mí y tu esclava y para el servidor que está con tu siervo. No hace falta cosa alguna”. 20 Sin embargo, el hombre de edad dijo: “¡Que tengas paz! Simplemente deja que lo que te falte esté
sobre mí. Solo que no pases la noche en la plaza pública”. 21 Con eso, lo introdujo en su casa y echó una mezcla de granos molidos a los asnos. Entonces ellos se lavaron los pies y se pusieron a comer y beber.
22 Mientras estaban haciendo que su corazón se sintiera bien, ¡mire!, los hombres de la ciudad, hombres que simplemente no servían para nada, cercaron la casa, empujándose unos a otros contra la puerta; y siguieron diciendo al hombre de edad, dueño de la casa: “Saca al hombre que entró en tu casa, para que tengamos ayuntamiento con él”. 23 Con eso, el dueño de la casa salió a donde ellos y les dijo: “No, hermanos míos, no hagan nada malo, por favor, puesto que este hombre ha entrado en mi casa. No cometan esta locura deshonrosa. 24 Aquí están mi hija virgen y la concubina de él. Déjenme sacarlas, por favor, y fuércenlas y háganles lo que sea bueno a los ojos de ustedes. Pero a este hombre no le deben hacer esta cosa deshonrosa y loca”.
25 Y los hombres no quisieron escucharle. Por lo tanto el hombre asió a su concubina y la sacó afuera a donde ellos; y ellos empezaron a tener coito con ella, y siguieron abusando de ella toda la noche hasta la mañana, después de lo cual la enviaron al ascender el alba. 26 Entonces la mujer vino al despuntar la mañana, y cayó a la entrada de la casa del hombre donde estaba su amo..., hasta la luz del día. 27 Más tarde su amo se levantó por la mañana y abrió las puertas de la casa y salió para seguir su camino, y, ¡mire!, ¡la mujer, su concubina, caída a la entrada de la casa con las manos sobre el umbral! 28 De modo que él le dijo: “Levántate, y vámonos”. Pero no hubo quien contestara. Por lo cual el hombre la puso sobre el asno y se levantó y se fue a su lugar.
29 Entonces entró en su casa y tomó el cuchillo de degüello y asió a su concubina y la cortó según sus huesos en doce trozos, y la envió a todo territorio de Israel. 30 Y ocurrió que todo el que lo veía, decía: “Cosa semejante a esta nunca se ha efectuado ni se ha visto desde el día en que los hijos de Israel subieron de la tierra de Egipto hasta el día de hoy. Fijen su corazón en ello, tomen consejo y hablen”.
20 Por consiguiente, todos los hijos de Israel salieron y la asamblea se congregó como un solo hombre, desde Dan abajo hasta Beer-seba junto con la tierra de Galaad, a Jehová, en Mizpá. 2 De modo que los hombres clave de todo el pueblo y todas las tribus de Israel tomaron su puesto en la congregación del pueblo del Dios [verdadero], cuatrocientos mil hombres de a pie, que sacaban espada.
3 Y los hijos de Benjamín llegaron a oír que los hijos de Israel habían subido a Mizpá.
Entonces los hijos de Israel dijeron: “Hablen. ¿Cómo ha llegado a efectuarse esta cosa mala?”. 4 Ante esto, el hombre, el levita, el esposo de la mujer asesinada, contestó y dijo: “Fue a Guibeah, que pertenece a Benjamín, donde llegué, yo y mi concubina, para pasar la noche. 5 Y los terratenientes de Guibeah procedieron a levantarse contra mí y a cercar la casa contra mí de
noche. Era a mí a quien tenían calculado matar, pero fue a mi concubina a quien forzaron, y por fin murió. 6 Por lo tanto, eché mano de mi concubina y la corté en pedazos y la envié a todo campo de la herencia de Israel, porque se habían ocupado en conducta relajada y locura deshonrosa en Israel. 7 ¡Miren! Todos ustedes los hijos de Israel, den aquí su palabra y consejo”.
8 Así que todo el pueblo se levantó como un solo hombre, y dijo: “No irá ninguno de nosotros a su tienda, ni se apartará ninguno de nosotros a su casa. 9 Y ahora esta es la cosa que haremos a Guibeah. Subamos por sorteo contra ella. 10 Y tenemos que tomar diez hombres de cien de todas las tribus de Israel, y cien de mil, y mil de diez mil, para procurar provisiones para la gente, para tomar medidas yendo contra Guibeah de Benjamín, en vista de toda la locura deshonrosa que hicieron en Israel”. 11 Así todos los hombres de Israel estuvieron reunidos contra la ciudad como un solo hombre, como aliados.
12 Por consiguiente, las tribus de Israel enviaron hombres a todos los miembros de la tribu de Benjamín, diciendo: “¿Qué es esta cosa mala que se ha efectuado entre ustedes? 13 Y ahora entreguen a los hombres, los hombres que no sirven para nada, que están en Guibeah, para que les demos muerte, y eliminemos de Israel lo que es malo”. Y los hijos de Benjamín no quisieron escuchar la voz de sus hermanos, los hijos de Israel.
14 Entonces los hijos de Benjamín fueron reuniéndose de las ciudades a Guibeah para salir en batalla contra los hijos de Israel. 15 De modo que los hijos de Benjamín llegaron a estar reunidos con fines militares en aquel día desde las ciudades, veintiséis mil hombres que sacaban espada, aparte de los habitantes de Guibeah, de quienes se reunió con fines militares a setecientos hombres escogidos. 16 De toda esta gente había setecientos hombres escogidos, zurdos. Cada uno de estos podía tirar piedras con la honda a un cabello y no erraba.
17 Y se reunió con fines militares a los hombres de Israel aparte de Benjamín, cuatrocientos mil hombres que sacaban espada. Cada uno de estos era hombre de guerra. 18 Y procedieron a levantarse y subir a Betel e inquirir de Dios. Entonces dijeron los hijos de Israel: “¿Quién de nosotros debe subir en el puesto delantero a la batalla contra los hijos de Benjamín?”. A lo cual dijo Jehová: “Judá en el puesto delantero”.
19 Después de eso los hijos de Israel se levantaron por la mañana y acamparon contra Guibeah.
20 Los hombres de Israel ahora salieron en batalla contra Benjamín; y los hombres de Israel procedieron a disponerse en orden de batalla contra ellos junto a Guibeah. 21 De modo que los hijos de Benjamín salieron de Guibeah y echaron a tierra arruinados en aquel día a veintidós mil hombres de Israel. 22 Sin embargo, la gente, los hombres de Israel, se mostraron animosos y de nuevo fueron disponiéndose en orden de batalla en el lugar donde se habían dispuesto en orden el primer día. 23 Entonces los hijos de Israel subieron y lloraron
delante de Jehová hasta la tarde e inquirieron de Jehová, diciendo: “¿Vuelvo a acercarme para batalla contra los hijos de Benjamín mi hermano?”. A lo cual Jehová dijo: “Sube contra él”.
24 En conformidad, los hijos de Israel se acercaron a los hijos de Benjamín el segundo día. 25 A su vez Benjamín salió a su encuentro desde Guibeah el segundo día y echó a tierra arruinados a otros dieciocho mil hombres de los hijos de Israel; todos estos sacaban espada. 26 Con eso, todos los hijos de Israel, aun toda la gente, subieron y vinieron a Betel y lloraron y se sentaron allí delante de Jehová y ayunaron en aquel día hasta la tarde y ofrecieron ofrendas quemadas y ofrendas de comunión delante de Jehová. 27 Después de eso los hijos de Israel inquirieron de Jehová, puesto que allí era donde estaba el arca del pacto del Dios [verdadero] en aquellos días. 28 Ahora bien, Finehás hijo de Eleazar, hijo de Aarón, estaba de pie delante de ella en aquellos días, y dijo: “¿Vuelvo aún a salir en batalla contra los hijos de Benjamín mi hermano, o ceso?”. A lo cual dijo Jehová: “Sube, porque mañana lo daré en tu mano”. 29 Entonces Israel colocó hombres en emboscadas contra Guibeah todo en derredor.
30 Y los hijos de Israel procedieron a subir contra los hijos de Benjamín el tercer día, y a disponerse en orden contra Guibeah lo mismo que las otras veces. 31 Cuando los hijos de Benjamín salieron al encuentro del pueblo, se les hizo alejarse de la ciudad. Entonces, lo mismo que las otras veces, estos comenzaron a derribar a algunos del pueblo, hiriéndolos mortalmente en las calzadas, una de las cuales sube a Betel y la otra a Guibeah, en el campo, a unos treinta hombres de Israel. 32 De modo que los hijos de Benjamín empezaron a decir: “Están sufriendo derrota ante nosotros lo mismo que la primera vez”. En cuanto a los hijos de Israel, dijeron: “Huyamos, y ciertamente los haremos alejarse de la ciudad [y venir] a las calzadas”. 33 Y todos los hombres de Israel se levantaron de sus lugares y fueron disponiéndose en orden en Baal-tamar, mientras los de Israel que estaban en emboscada fueron lanzándose con ímpetu desde sus lugares en la vecindad de Guibeah. 34 Así diez mil hombres escogidos de todo Israel vinieron enfrente de Guibeah, y el combate fue pesado; y los benjamitas no sabían que la calamidad pendía sobre ellos.
35 Y Jehová procedió a derrotar a Benjamín delante de Israel, de modo que en aquel día los hijos de Israel echaron abajo arruinados en Benjamín a veinticinco mil cien hombres; todos estos sacaban espada.
36 Sin embargo, los hijos de Benjamín se imaginaban que los hombres de Israel se encaraban a la derrota cuando siguieron cediendo terreno ante Benjamín porque confiaban en la emboscada que habían puesto contra Guibeah. 37 En cuanto a los que formaban la emboscada, ellos actuaron rápidamente y fueron lanzándose con ímpetu hacia Guibeah. Entonces la emboscada se desplegó e hirió a toda la ciudad a filo de espada.
38 Ahora bien, los hombres de Israel habían convenido con los que formaban la emboscada en que
estos hicieran subir como señal una gran humareda desde la ciudad.
39 Cuando los hijos de Israel volvieron la espalda en la batalla, Benjamín comenzó a derribar a unos treinta hombres a quienes hirió mortalmente entre los hombres de Israel, pues decían: “Indisputablemente no están sufriendo otra cosa sino la derrota delante de nosotros tal como en la primera batalla”. 40 Y la señal comenzó a subir de la ciudad como una columna de humo. Por lo tanto, cuando Benjamín volvió el rostro, ¡mire!, la entera ciudad subía hacia el cielo. 41 Y los hombres de Israel dieron media vuelta, y los hombres de Benjamín quedaron perturbados, porque veían que la calamidad los había alcanzado. 42 Por lo tanto, se volvieron delante de los hijos de Israel en dirección al desierto, y la batalla los siguió de cerca, mientras los hombres que habían procedido de las ciudades estaban echándolos abajo arruinados en medio de ellos. 43 Cercaron a Benjamín. Lo persiguieron sin lugar de descanso. Lo hollaron directamente enfrente de Guibeah hacia el nacimiento del sol. 44 Por fin cayeron dieciocho mil hombres de Benjamín, todos estos hombres valientes.
45 Así se volvieron y se fueron huyendo al desierto, al peñasco de Rimón. Y ellos hicieron una rebusca de cinco mil hombres de ellos por las calzadas, y continuaron siguiendo de cerca tras ellos hasta Guidom, y así derribaron a otros dos mil de sus hombres. 46 Y todos los de Benjamín que cayeron en aquel día ascendieron, al cabo, a veinticinco mil hombres que sacaban espada, todos estos hombres valientes. 47 Pero seiscientos hombres se volvieron y se fueron huyendo al desierto, al peñasco de Rimón, y continuaron morando en el peñasco de Rimón cuatro meses.
48 Y los hombres de Israel se volvieron contra los hijos de Benjamín y se pusieron a herir a filo de espada a los de la ciudad, [desde] hombres hasta animal doméstico hasta todos los que fueron hallados. También, todas las ciudades que fueron halladas las entregaron al fuego.
21 Ahora bien, los hombres de Israel habían jurado en Mizpá, diciendo: “Ni un solo hombre de nosotros dará su hija a Benjamín por esposa”. 2 Por consiguiente, el pueblo vino a Betel y se quedaron sentados allí delante del Dios [verdadero] hasta el atardecer, y continuaron alzando la voz y llorando con gran abandono. 3 Y decían: “¿Por qué, oh Jehová el Dios de Israel, ha sucedido esto en Israel, que falte hoy de Israel una tribu?”. 4 Y al día siguiente aconteció que el pueblo procedió a levantarse temprano y a edificar allí un altar y a ofrecer ofrendas quemadas y ofrendas de comunión.
5 Entonces los hijos de Israel dijeron: “¿Quién hay de todas las tribus de Israel que no haya subido en la congregación a Jehová?, porque hay un gran juramento que se ha hecho respecto al que no haya subido a Jehová en Mizpá, que dice: ‘Que se le dé muerte sin falta’”. 6 Y los hijos de Israel empezaron a sentir pesar a causa de Benjamín su hermano. Así que dijeron: “Hoy una tribu ha sido cortada por completo de Israel. 7 ¿Qué haremos con los que quedan en lo que toca a esposas,
ya que nosotros mismos hemos jurado por Jehová no darles ninguna de nuestras hijas por esposas?”.
8 Y pasaron a decir: “¿Cuál de las tribus de Israel es la que no ha subido a Jehová en Mizpá?”. Y, ¡mire!, nadie de Jabés-galaad había entrado en el campamento, a la congregación. 9 Cuando se contó la gente, pues, ¡mire!, no había allí hombre alguno de los habitantes de Jabés-galaad. 10 Por lo tanto la asamblea procedió a enviar allá doce mil de los hombres más valientes y a mandarles, diciendo: “Vayan, y tienen que herir a los habitantes de Jabés-galaad a filo de espada, aun a las mujeres y a los pequeñuelos. 11 Y esta es la cosa que deben hacer: A todo varón y a toda mujer que haya tenido la experiencia de acostarse con varón los deben dar por entero a la destrucción”. 12 Sin embargo, de los habitantes de Jabés-galaad hallaron a cuatrocientas muchachas, vírgenes, que no habían tenido coito con hombre acostándose con varón. De modo que las trajeron al campamento de Siló, que está en la tierra de Canaán.
13 Y toda la asamblea ahora envió [mensaje] y habló a los hijos de Benjamín que estaban en el peñasco de Rimón y les ofrecieron la paz. 14 Por consiguiente, Benjamín volvió en aquel tiempo. Entonces les dieron las mujeres que habían conservado vivas de las mujeres de Jabés-galaad; pero no les hallaron suficientes. 15 Y el pueblo sintió pesar a causa de Benjamín, porque Jehová había hecho una ruptura entre las tribus de Israel. 16 En consecuencia, los ancianos de la asamblea dijeron: “¿Qué haremos con los hombres que quedan en lo que toca a esposas, por cuanto las mujeres han sido aniquiladas de Benjamín?”. 17 Entonces dijeron: “Debe haber una posesión para los que han escapado de Benjamín, para que no sea borrada de Israel una tribu. 18 En cuanto a nosotros, no se nos permite darles esposas de nuestras hijas, porque los hijos de Israel han jurado, diciendo: ‘Maldito es el que dé esposa a Benjamín’”.
19 Por fin dijeron: “¡Miren! De año en año hay fiesta de Jehová en Siló, que está al norte de Betel, hacia el oriente de la calzada que sube de Betel a Siquem y hacia el sur de Leboná”. 20 Así que dieron orden a los hijos de Benjamín, diciendo: “Vayan, y tienen que ponerse al acecho en las viñas. 21 Y tienen que mirar, y, pues bien, cuando salgan las hijas de Siló para bailar en danzas de corro, entonces ustedes tienen que salir de las viñas y llevarse a la fuerza cada cual su esposa de las hijas de Siló, y tienen que irse a la tierra de Benjamín. 22 Y tiene que suceder que en caso de que vengan los padres o los hermanos de ellas para conducir una causa judicial contra nosotros, entonces ciertamente les diremos: ‘Hágannos un favor por bien de ellos, porque no hemos tomado para cada cual su esposa mediante guerra, pues no fueron ustedes quienes se las dieron en un tiempo en que ustedes se hubieran hecho culpables’”.
23 Por consiguiente, los hijos de Benjamín lo hicieron justamente así, y procedieron a llevarse esposas, para el número que había de ellos, de las mujeres que danzaban en derredor, a quienes arrebataron; después
de lo cual se fueron y volvieron a su herencia y edificaron las ciudades y se pusieron a morar en ellas.
24 Y los hijos de Israel empezaron a dispersarse de allí en aquel tiempo, cada uno a su propia tribu y a su propia familia; y fueron saliendo de allí, cada cual a su propia herencia.
25 En aquellos días no había rey en Israel. Lo que era recto a sus propios ojos era lo que cada uno acostumbraba hacer.
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