septem artes liberales - abril 2011
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Revista de difusión cultura humanista y filosofía, teología, literatura, ciencia. Septem Artes Liberales - abril 2011TRANSCRIPT
Artes liberales, Filosofía,
Cultura, Literatura, Teología, Ciencia, Pensamiento, Humanismo,
Renacimiento<
La manifestación del
espíritu
Número 1 | año I | ejemplar gratuito de difusión cultural humanista | marzo 2011 | hecho en México
Ubi spiritus ibi libertas |
Una calurosa Bienvenida |
Trascendencia de la
argumentación en la
actualidad | [Por Sebastián
Gómez Sámano]
La educación musical en la
Polis | [Por Carlos
Jiménez]
Entre la dulce miel | [Por
el doctor Ezequiel Téllez]
Director – Editor
Ramón Ayala Vieyra
Consejo Editorial
Lic. Miguel Ayala Ortiz
Carlos Jiménez
Diseño editorial
Ramón Ayala Vieyra
Colaboradores
Dr. Ezequiel Téllez
Maqueo
Sebastián Gómez Sámano
Carlos Jiménez
Septem Artes Liberales – México
es una publicación mensual de
divulgación cultural, filosófico y
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Ubi spiritus ibi libertas
«¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el erudito? ¿Dónde el
filósofo?» Con estas palabras Basilio de Cesarea
pregunta por aquél que está dispuesto a dar la vida
por la verdad, sin encontrarlo; y hace un homenaje a
un hombre sencillo de nombre Barlaam que fue
capaz de sufrir tormentos antes de negar su fe en
Cristo, la verdad que él creía. Por eso Basilio
concluye su poema diciendo «Hoy, un hombre de
campo es para nosotros insuperable maestro de piedad».
Hoy se replica aquella inquietud con urgencia:
¿Dónde está el sabio, erudito, filósofo?
Las artes liberales, entendidas como las artes del
espíritu, pretenden reparar aquella falta donde el
sabio temió el compromiso y prefirió su vida antes
que perderla por la verdad.
Septem Artes Liberales es el medio del que nos
servimos para promover las artes del espíritu en sus
diferentes manifestaciones: filosofía, teología,
ciencia, artes, pensamiento, en sus múltiples
dimensiones. De igual modo, este medio es el que
ponemos a disposición de cada uno de los lectores,
colaboradores y simpatizantes con el único fin de
contribuir a la edificación de un mundo más
humano.
Una calurosa Bienvenida: Cuando la persona está preparada, la oportunidad aparece. No quisimos dejar pasar más tiempo, y lo que comenzó como un espacio personal, se convirtió en comunidad y compañerismo; lo que fue un deseo, ahora es un trabajo compartido. Septem Artes Liberales es la revista del portal Artes Liberales MX, que vio la luz hace apenas un mes –en marzo del 2011– y que recibió una buena acogida por parte de amigos, profesores, familiares y conocidos. Sin más preámbulo, nos interesa dar comienzo a la difusión de buen contenido, en la medida de nuestras posibilidades, pero que refleje el carácter propio de esta publicación y empresa: la resignificación de las humanidades clásicas en nuestro tiempo, con el fin de colaborar en la humanización del hombre nuevo. Ofrecemos, por tanto, la primera editorial que apareció en nuestro portal durante sus primeros días de vida. Sirva de enseñanza y de motivación para profundizar e interiorizar las herramientas que colaborar con la edificación del hombre que buscamos:
San Isidoro de Sevilla escribió en una ocasión: Omnis profectus ex lectione et meditatione procedit. Quae enim nescimus, lectione discimus; quae autem didicimus, meditationibus conservamus (Sententiarum III, VIII, 3).Todo el aprovechamiento procede de la lectura y de la meditación. Porque por la lección aprendemos lo que ignoramos y por la meditación conservamos lo que hemos aprendido.
Hoy, nosotros hacemos eco de aquellas palabras, y las completamos con aquellas otras que dan la clave del objetivo del aprendizaje mediante la lectura: Lector strenuus potius ad implendum quae legit, quam ad sciendum erit promptissimus. Minor enim poena est nescire quid appetas, quam ea quae noueris non implere. Sicut enim legendo scire concupiscimus, sic sciendo, recta quae didicimus implere debemus (Sententiarum III, VIII, 6). El lector diligente está prontísimo más bien para cumplir lo que lee, que para saberlo. Porque menos pena es no saber qué apetezcas, que el no cumplir lo que hayas conocido. Pues así como leyendo deseamos saber, así sabiendo lo que es recto, debemos cumplir lo que hemos aprendido.
Trataremos, pues, de ayudar a cumplir estos dos objetivos: la enseñanza de la buena lectura y la aplicación de lo aprendido.
“La naturaleza misma de la deliberación y de la argumentación se opone a la necesidad y a la evidencia, pues no
se delibera en los casos en los que la solución es necesaria ni se argumenta contra la evidencia. El campo de la
argumentación es el de lo verosímil, lo plausible, lo probable, en la medida en que este último escapa a la certeza
del c{lculo”.
Chaïm Perelman y Olbrechts-Tyteca en Tratado de la argumentación
La argumentación se encuentra presente
en nuestra vida cotidiana, constituye un
elemento de carácter esencial para
nuestros días; se argumenta en
múltiples escenarios y lugares, de
diversas formas, en distintos tiempos y
lugares. El pensador que argumenta de
la necesidad de un cambio social; el
legislador que se alza en tribuna para
solicitar la aprobación de una reforma;
el político que busca convencer a su
auditorio; el juzgador que resuelve un
determinado caso.
El hombre como un ser social por
naturaleza; al tener que vivir y convivir
con sus semejantes; al ser un animal
político –como diría el Estagirita–,
genera la necesidad de la comunicación
en el hombre. El ser humano se realiza
con y a través de sus semejantes y el
medio con el que convive con los demás,
es a través de la comunicación. La
comunicación a su vez descansa y se
encarna justamente a través de la
argumentación, pues cuando un sujeto
interactúa con otro, surge el diálogo
derivado de la aceptación o rechazo de
la tesis propuesta por uno de los
interlocutores, y es en ese preciso
momento cuando nace la
argumentación, ya que cada uno de los
sujetos en comunicación presenta
diversas tesis para sustentar su postura.
La importancia de la
argumentación se refuerza con el
advenimiento de la modernidad, y la
consecuente llegada de la democracia
como un régimen político en los estados
constitucionales y democráticos de
Derecho, pues esta forma de gobierno
opera a través de un incesante devenir
de argumentos. El ciudadano, en
términos ideales, vota por aquel
candidato que presente las mejores
propuestas –léase mejores argumentos–;
el legislador como representante
Dialéctica
Trascendencia de la argumentación en la
actualidad
Por José Sebastián Gómez Sámano
[Estudiante de la carrera de Derecho en la Universidad
Panamericana]
popular discute con sus compañeros
para aprobar la ley más oportuna; el
ejecutivo aplica las leyes, y busca
convencer a los ciudadanos de que su
actuar es el mejor, y así sucesivamente.
En semejantes términos, con el
privilegio de la razón como un método
de progreso –como paradigma de la
modernidad–, ha producido igualmente
el resurgimiento de la argumentación.
Los ciudadanos, en términos generales,
ya no siguen las órdenes si no van
acompañadas de razones –léase
argumentos–; el comportamiento de los
hombres ya no se determina por la
imposición, sino por la convicción; los
sujetos se han quitado las cadenas del
imperio, para dar lugar a las alas de la
razón; la argumentación ha roto los
paradigmas de la fuerza. El hombre ha
dejado de ser un esclavo para
convertirse en un señor –racional–.
Sin ser exhaustivos en los
argumentos referidos puede advertirse la
importancia de la argumentación en
nuestros días; nótese que se ha
argumentado sobre la argumentación.
El hombre de nuestros días es un
ser argumentativo.
La tradición humanista dividió el estudio de
las artes en dos tipos principales: las artes
serviles, que se caracterizaban por ser
trabajos manuales y las artes liberales, que
eran las que buscaban hacer del hombre un
ser libre –de ahí su nombre– que ejercitara
su capacidad de pensar. Las artes liberales
se dividían, a su vez, en dos: las tres
primeras relativas a la lengua y las cuatro
restantes relativas a las matemáticas. De
este modo, se enunciaban como gramática,
dialéctica, retórica, aritmética, geometría,
astronomía y música.
INTRODUCCIÓN.
En el libro VIII de la Política
Aristóteles plantea que la legislación de
una polis ideal debe regular la
educación, tanto en la materia de la
misma como en su forma, es decir, cuál
debe ser ésta y cómo se debe
desarrollar.1 La música es una de estas
herramientas que propone y analiza
cuáles son razones por las cuales no se
puede educar por medio de la música –
dificultades que con base en la
experiencia son difíciles de refutar-,
pero también da razones de por qué la
música sirve para educar, sobre todo a
los niños, y ser un facilitador para vivir
la virtud.
Aristóteles defiende el estudio y la
ejecución de instrumentos, pero en lo
que no está de acuerdo es que se
dediquen a ella profesionalmente, sobre
1 Cfr. ARISTÓTELES, Política, Edición bilingüe, y traducción
de Julián Marías y María Araujo, Centro de Estudios
Constitucionales, Madrid,1989. 1337a 32-35.
todo aquellos que son hombres libres
(ya que dejarían de serlo); la música es
un pasatiempo que es bueno tener
cuando uno es joven y se debe
abandonar conforme la persona vaya
creciendo.2
Hoy en día podemos observar que
los estudios hechos por los clásicos
sobre la música han tenido una
repercusión enorme, sean concientes o
no, los músicos que han estado
implicados en este desarrollo. Algo que
es digno de hacer notar, aunque
Aristóteles no haya desarrollado esto, es
que el director de orquesta, el maestro,
es quien enseña a llevar la batuta, y si es
un buen músico y director también hará
que sus subordinados lleven el tempo
correcto y hagan sentir al público lo que
deben de sentir cuando sea oportuno.
Hasta ahora no hemos encontrado
alguna referencia histórica que haga
mención de la existencia de un guía o
líder de músicos, llámesele como se le 2 Cfr. Op. Cit. 1340b 25-40.
Música
LA EDUCACIÓN MUSICAL EN LA POLIS Y
EL PORQUÉ DE SU IMPORTANCIA
Por Carlos Jiménez
[Estudiante de la carrera de Filosofía en la Universidad
Panamericana]
llame. Pero en esta breve consideración
podemos ver que sí hay una influencia
en una especie de segundo nivel de
interpretación y experimentación de
musical no ya leída o escrita sino
interpretada.
En la primera parte de la
investigación exponemos brevemente y
sin entrar en grandes detalles las
doctrinas pitagórica y platónica sobre la
música en cuanto que son antecedentes
de la concepción aristotélica de la
música; no en cuanto a la constitución
misma de los sonidos o la fabricación de
los instrumentos musicales sino como
parte fundamental de la educación en la
edad temprana. Después entramos en
materia exponiendo la doctrina de
Aristóteles respecto a la música y su
papel en la polis, en concreto con su
influencia en la paideia. Y en tercer lugar
pasamos a explicar porqué sirve la
música como instrumento para educar
en las pasiones echando mano de teoría
musical que, funcionando como guía de
interpretación musical sobre las
palabras de Aristóteles, ayuda a
comprender de fondo las causas de las
emociones que el estagirita no comentó
precisamente porque él no era músico.
Podríamos divagar de cómo la
música, incluso en nuestra idiosincrasia,
ha ayudado a educar a los ciudadanos,
pero la música mariachi –tan rica en
tradición, técnica, y bella arte- nos
desviaría mucho del tema haciendo
consideración de cómo es que se debe
sentir un hombre cuando ama su tierra o
quiere olvidar a una mujer. Pero
precisamente como es un tema
discutible y sumamente extenso sólo nos
limitaremos a dar un acercamiento
general para después, si se desea, seguir
con un análisis de esta teoría que se
propone en el caso concreto del
mexicano.
Hoy en día existen muchas fuentes
sobre filosofía de la música y
apreciación estética, pero se olvidan de
los orígenes de ésta y parten de una
concepción mucho más desarrollada y
compleja; pero la intensión de este
escrito es mostrar cómo la música es una
ciencia que puede ser a la vez noble y
dura –no sólo como piensa Aristóteles
que sirve para descansar y fomentar el
ocio tan importante para los hombres
libres- mostrando que la teoría musical
puede ir más a fondo en lo que
Aristóteles omite, pero que a su vez
puede tener cierto grado de complejidad
a pesar de explicar la música y sus
efectos a un nivel sumamente básico.
1. ANTECEDENTES PITAGÓRICO-
PLATÓNICOS.
Desde la consideración pitagórica
de la música como ciencia se ha hecho la
división de la misma como teórica (que
implicaba la música física y la técnica) y
práctica. En el primer rubro, es decir la
música teórica, se le estudiaba como
música de la naturaleza, o sea, números
de la música, proporciones que
determinaban intervalos en las escalas y
música sonora. Y la música física, siendo
parte de la teórica, trataba sobre la
constitución musical del universo, los
cuerpos y el alma. En la técnica se
estudiaba la producción humana y las
leyes que rigen el arte musical; esta se
dividía en armonía, rítmica y métrica.
Por otro lado, la música práctica era la
música que se utilizaba para la
educación. En efecto, en la música
práctica se incluían elementos que hacía
el autor con objetivos éticos. Estos
elementos éticos eran combinados entre
sí en el uso y expresión musical donde
lo ético se daba más a notar en la
composición poética, interpretación
vocal y representación escénica.3
Podemos decir que el objetivo de la
música práctica es la educación del éthos
mediante la utilización de las melodías
adecuadas. La división del alma en
racional (que se encarga de la sabiduría)
e irracional (que se ocupa del cuerpo)
que muestra Arístides Quintiliano nos
hace ver con mayor claridad que en la
parte irracional se da una tensión
3 Arístides QUINTILIANO, Sobre la música, introducción,
traducción y notas de Luis Colomer y Begoña Gil, Editorial
Gredos, Madrid,1996. pp.21-22. Este autor, de cuya fecha no
se tiene ninguna referencia certera en su cronología, se ha
vuelto una fuente imprescindible para la explicación de la
música como ciencia desde la concepción pitagórica. Su
tratado musical abarca en gran medida lo que era la música en
aquellos tiempos y lo que sigue siendo hoy en día.
desmedida o impulsiva que es justo la
que se educa con la música. Claro está
que a los niños no se les comienza
educando a través de la razón, pues su
naturaleza misma no los lleva a ser
educados por medio del hábito
intelectual, y para hacer eso hay que
educar primero al cuerpo, que incluso se
encuentra más inclinado al canto y a los
movimientos alegres. Por eso la música
es rectora ya desde la infancia de la éthe
por medio de las melodías y hace más
armonioso al cuerpo mediante los
ritmos.4 Esto lo tenían tan claro las
maestras de educación temprana –
hablamos con certeza sobre todo en
colegios de educación marista- que por
eso existía la materia de “cantos y
juegos”; materia que hoy en día
desconozco si se sigue impartiendo de
igual manera.
Aristóteles echa mano, claramente,
de la filosofía platónica respecto a su
teoría de educación en la polis. En la
República Glaucón es persuadido por
Sócrates de que la educación a los
jóvenes en las artes es de gran provecho,
y la educación musical es de suma
importancia por su ritmo y armonía;
estas son las que más penetran en el
alma y le afecta vigorosamente creando
gracia en la persona que está
debidamente educada, alabará las cosas
hermosas y se regocijará en ellas.5
4 Cfr. Op. Cit. pp.115-117.
5 Cfr. PLATÓN, República, introducción, traducción y notas de
Conrado Eggers Lan, Editorial Gredos, Madrid, 2008. 401b-d.
2. EDUCACIÓN DE LA POLIS CON
MÚSICA.
En concreto el filósofo señala cuatro
disciplinas que se suelen enseñar. Estas
son: lectura y escritura, gimnasia,
música, y a veces el dibujo. Estas deben
ser enseñadas en cierta medida, ya que
el exceso o el defecto en ellas puede
llevar a la persona libre a “descarriarse”
por decirlo de algún modo; es decir,
dejar de ser un hombre libre para
comenzar a ser alguien servil. Lo que
vale la pena resaltar es que no son
actividades del todo útiles, pero
tampoco es propio del hombre libre y
magnánimo el preguntares por la
utilidad de todo lo que hace.6
Aristóteles se da cuenta que la
música, como tal, muestra algunas
dificultades; esto es que no resulta fácil
saber cuál es su naturaleza ni tampoco
porqué debe cultivarse. Lo que nota
también el filósofo es que la música
incita de cierta manera a la virtud, es
decir, que repercute en el carácter
haciendo que la persona pueda
recrearse rectamente.7 Ya en los
Problemas, y concretamente aquellos
sobre la música8 se vislumbra que la
audición es una sensación que tiene
6 Cfr. Pol. 1337b 22 - 1338a 4.
7 Cfr. Op. Cit. 1339b24.
8 ARISTÓTELES, Problemas, Sección XIX, Relativos a la
música, 919b 26-35 – 920a 4-6.
carácter moral. Esto porque los ritmos y
las melodías se parecen a los estados
anímicos.9
La música tiene una característica
peculiar, esta es que resulta divertida.
Por eso Aristóteles ve dificultades, pues
la educación no debe ser el juego. No se
aprende jugando, sino que se hace con
dolor. Incluso para los niños no es
adecuada la diversión, pues no les
conviene un fin imperfecto.10 Empero,
también considera que todo aquel que
no canta por necesidad se divierte
cantando; incluso, cuando se cantan
temas de antemano conocidos se
disfrutan más, pues exige una especie
de meta, y los demás se complacen al
escuchar el canto logrado como una
superación de la persona en el arte que
practica.11
Resulta importante recalcar que en
los tiempos de Aristóteles no se
9 El libro de los Problemas son una fuente que muy pocos
filósofos confrontan por su carácter dudoso en cuanto a su
legitimidad. Dentro de la tradicional división de obras de
Aristóteles a ésta se le agrupa en el conjunto de memoranda
que son escritos en grupo de trabajo dentro del Liceo
encargados y bajo la dirección del propio Aristóteles. Los
problemas que citamos en el presente trabajo probablemente
no corresponden a él mismo sino a uno de sus discípulos. Pero
los demás problemas musicales que tienen un carácter
pitagórico, es decir, más matemático y melódico sí son
atribuidos al propio Aristóteles cuando éste se encontraba
estudiando en la Academia. Sin embargo, ni Aristóteles ni sus
alumnos son expertos en música, por lo que sus problemas se
enfocan más a una visión en conjunto de lo que era la música
griega. De cualquier manera, haya sido de la misma pluma de
Aristóteles o haya sido escrito por un discípulo suyo bajo la
dirección de éste no resulta relevante en esta cuestión ya que
no se sale de la doctrina que pregona el Estagirita (Cfr. Op.
Cit. Introducción, Ester Sánchez Millán, Editorial Gredos,
Madrid, 2008, pp. 9-30.). 10
Cfr. Pol. 1339a 25-30. 11
Cfr. Op. Cit. 920a 32-37.
entendía lo que hoy en día cuando se
habla de música, en aquél entonces
significaba mucho más. Como ya vimos
en la aportación de Arístides
Quintiliano, había imitación en la
música (característica que hoy en día
suele ser una excepción). Ésta se
representaba y tenía un carácter. El
Estagirita también habla de esto en la
Poética haciendo alusión a lo que expone
en su Política; a saber, que los artistas
(entiéndanse también aquí músicos)
imitan individuos en acciones buenas o
malas, haciendo al representado mejor,
igual o peor de como realmente es.12
El placer que proporciona la música
no es como aquellos nocivos que son
vergonzosos por su objeto de censura.
La pasión que despierta el músico va
acompañada de la acción de ejecutar su
instrumento. Tampoco el placer es un
bien en sí mismo, sino que a lo que
acompaña el placer de la música puede
llevar al bien. En el caso concreto de la
música vemos que sirve y es parte de la
educación, no porque alcance un fin
determinado sino porque son útiles los
descansos que nacen de ésta.13
12
Cfr. ARISTÓTELES, Poética, traducción, introducción y notas
de Salvador Mas, Editorial Biblioteca Nueva, S.L., Madrid,
2006, 1448a 1-15. 13
Cfr. Pol. 1339b 25-40.
3. DISTANCIAS TONALES Y SU EFECTO
EN LAS PASIONES.
Como ya habíamos dicho, a
Aristóteles no se le recuerda en especial
por ser un gran teórico de la música,
sino más bien por ser un filósofo
universal. La parte expositiva es clara
hasta donde llegan sus límites, pero la
pregunta obligada, que Nuestro filósofo
no contesta es ¿por qué mueve a la
persona a sentir alegría o tristeza la
música cuando no hay palabras en ella?
O ¿cómo es que sabemos que una
representación escénica o letra de una
canción concuerda con el estado de
ánimo que la melodía causa en quien la
escucha? La respuesta se limita a la
parte acústica de la música misma, es
decir, a un fenómeno meramente físico
que nos hace sentir un placer bastante
peculiar, pues no es del todo físico sino
que es más bien anímico, o tanto del
cuerpo como del alma.
Aún así la pregunta hasta ahora se
ha quedado sin responder, y todavía no
satisface nuestra inquietud. Podríamos
utilizar la elegancia de un caballero
como analogía con respecto a esta
situación. No es la simple ropa lo que lo
distingue de entre los demás, sino más
bien su porte y carácter que vienen
desde su interior que es expresado por
su actitud y transmite un mensaje con su
sola presencia. En la música lo que da el
carácter tonal en un acorde cualquiera es
la relación entre la primera nota con la
quinta haciendo énfasis en su distancia
con la tercer nota; estos son meros
intervalos en los que se resume el
carácter tonal de cualquier acorde; pero
precisamente estos intervalos entre
notas son lo que hace sentir la nostalgia
o la alegría por la tensión que se da
entre ellas. Los grados o notas de una
escala no guardan entre sí las mismas
distancias. La distancia mayor que hay
entre dos notas se le llama tono y a la
distancia menor se le llama semitono
(que equivale a la mitad de un tono).
En un acorde simple, es decir, un
acorde conformado por tres notas,
guarda una distancia tonal determinada
para sonar alegre o melancólico. La
relación tonal entre estas tres notas es,
como ya habíamos dicho, de primera,
tercera y quinta; por ejemplo, el acorde
de do está conformado por las notas do,
mi, sol. Para ser más precisos: lo que
hace que el acorde de do suene con mas
“luz”, es decir, alegre, o que suene
“opaco” o triste es la distancia tonal que
se da entre do y mi (léase con mayor
precisión primera y tercera). Cuando se
da un acorde do con carácter alegre la
distancia tonal do y mi está conformada
por un intervalo de dos tonos; pero
cuando se da el acorde de do menor la
distancia tonal entre la primera y tercer
se ve afectada en su distancia tonal –que
hará que suene distinto el acorde-, ya no
será de dos tonos sino de un tono y un
semitono, es decir, de un tono y medio,
do menor no estará conformado por do,
mi, sol, sino por do, re#, sol.
Pero la expresión musical y su
transmisión de emociones no se reduce
solamente a la teoría dura de armonía,
sino que el músico que esta relacionado
con la pieza debe sentir la emoción
también para poder transmitirla
fielmente. Federico Monjeau transcribe
una discusión que se da entre Arnold
Schoenberg y Ferruccio Busoni que
comenzó en 1909 cuando Schoenberg le
pide a Busoni dos composiciones para
piano para que este las dirigiera con la
orquesta de Berlín. En una parte de la
discusión le dice Busoni a su
interlocutor:
Mi música debe ser breve.
¡Concisa! En dos notas: ¡¡no
construir, sino expresar!! Y el
resultado que yo espero: nada
de emociones estables,
estabilizadas y estériles. Eso
no existe en las personas: es
imposible que una persona no
experimente más de una
emoción a la vez14
Incluso hoy en día, aunque el
sistema musical occidental sea distinto
al oriental, se han mantenido las teorías
14
SCHOENBERG-BUSONI/ SCHOENBERG-KANDINSKY, 1995: 35,
Apud. Federico MONJEAU, La invención musical. Ideas de
historia, forma y representación, progreso, Paidós, Buenos
Aires, 2004, p.19.
griegas de los modos de las escalas. Es
así, pues, que podemos decir sin temor a
equivocarnos que cuando Aristóteles
habla de las melodías y sus modos
musicales, acierta al distinguir que el
modo mixolidio es más triste (y más
grave) y que el modo frigio inspira el
entusiasmo. 15
Habiendo visto la relación tonal
que se da en un acorde simple podemos
ahora imaginar lo que sucede con el
tiempo que se lleva en una melodía que
también influye en la exaltación del
espectador. Los tiempos (que se miden
en bits por minuto bpm) incluso llegan a
tener el nombre de la emoción que se
quiere trasmitir, independientemente de
las notas que se ejecuten. Ejemplos de
ello son los tiempos andantino, larghetto,
andante, allegretto, etc.
En estos elementos de la música
reside el secreto del cómo y el porqué
exalta la música o tranquiliza, de cómo
alegre o entristece. Por eso es que
contribuye de algún modo a la
formación del carácter y del alma. Por
eso comenta Aristóteles que las
melodías de Olimpo entusiasman a las
almas16
CONCLUSIÓN.
Es un sentir común el que
compartimos con el Estagirita cuando
15
Cfr. Pol. 1340b 1-5. 16
Cfr. Op. Cit. 1340a 5-10.
sostiene que la música es agradable y
que en sus ritmos y melodías se dan
imitaciones fieles de la verdadera
naturaleza de las pasiones, por lo que es
un buen instrumento de la educación
pues enseña a la persona a juzgar con
rectitud y padecer con la intensidad
debida según el estímulo recibido por
parte de la música.17
Aristóteles tiene una concepción de
la educación como dura y es
precisamente por eso que pone en duda
si la música, precisamente por ser
placentera y parecerse al juego por ser
divertida, puede ser parte de la
educación. Pero precisamente por tener
una influencia clara en el alma se puede
utilizar para la recreación y el
esparcimiento, como un pasatiempo,
para poder seguir con la educación
ardua.
Las melodías tienen una especie de
carácter imitativo de las pasiones de un
modo muy fiel; es casi idéntica a la
pasión misma que evocan, pero esto se
da por la naturaleza del sonido que se
da entre notas por la distancia tonal que
existe en los acordes que se tocan con
algún instrumento.
Conforme más sepa una persona
de música irá adquiriendo gusto por
melodías más complejas e irá
modelando mejor sus pasiones para
sentir con la intensidad que y de la
17
Cfr. Op. Cit. 1340a 15-25.
manera correspondiente al carácter al
que invita la música en ejecución.
No podemos reducir a una parte
meramente armónica la trasmisión de
pasiones, ya que si esto fuera así, el solo
hecho de ver una partitura haría que la
gente tuviera una experiencia estética y
sólo muy pocas personas tienen acceso a
ese grado de conocimiento musical. Sin
embargo se debe considerar también la
ejecución, el tempo, el ánimo mismo del
intérprete y el contenido musical para
poder asegurar que se enseña en la
virtud por medio de esta bella arte.
BIBLIOGRAFÍA
Arístides QUINTILIANO, Sobre la música, introducción, traducción y notas de Luis
Colomer y Begoña Gil, Editorial Gredos, Madrid, España, 1996.
ARISTÓTELES, Poética, traducción, introducción y notas de Salvador Mas, Editorial
Biblioteca Nueva, S.L., Madrid, España, 2006.
ARISTÓTELES, Política, Edición bilingüe, y traducción de Julián Marías y María Araujo,
Centro de Estudios Constitucionales, Madrid, España, 1989.
ARISTÓTELES, Problemas, Sección XIX, Relativos a la música, Introducción, Traducción y
notas por Ester Sánchez Millán, Editorial Gredos, Madrid, España, 2008.
Federico MONJEAU, La invención musical. Ideas de historia, forma y representación,
Paidós, Buenos Aires, Argentina, 2004.
PLATÓN, República, introducción, traducción y notas de Conrado Eggers Lan, Editorial
Gredos, Madrid, España, 2008.
ENTRE LA DULCE MIEL
POR EL DOCTOR EZEQUIEL TÉLLEZ MAQUEO
Ovidio dijo alguna vez que “A veces los venenos m{s letales se esconden
entre la miel m{s dulce”. Sus palabras son m{s vigentes que nunca. Todos tenemos
la experiencia de no saber con seguridad si las cosas son tal como las pensamos o si
estaremos haciendo lo correcto. Esto es así porque en un mundo de contrastes, en
que se mezclan dolor y alegría, fortuna y miseria, el bien cohabita con el mal y no es
tan sencillo «coger la flor, las cosas, sin clavarse las espinas». Dios mismo ha
querido dejar que el trigo conviva con la cizaña, y pudiendo remover el mal lo ha
permitido. ¿Qué esperabas? ¿Un mundo perfecto? Permíteme decirte que un mundo
en el que sólo hubiera espacio para el bien sería el más imperfecto de los mundos.
Las imperfecciones han sido divinamente decretadas, para que los buenos, se hagan
buenos entre los malos y para que aprendamos a percatarnos que detrás de muchas
cosas inofensivas por su apariencia, se ocultan cosas perjudiciales en la realidad.
¿Sabía acaso Sansón que al enamorarse de Dalila, perdería su cabellera y con ella la
fuerza que brotaba de ésta? ¿Sabía acaso la mujer de corazón sencillo, que detrás de
la «prueba de amor» que le pidió su amado, se ocultaba la perversa intención de
abandonarla, como aquel que disfruta una naranja, cuya pulpa hoy se disfruta y
mañana se desecha? Los ejemplos abundan. Pero de cada uno cabe extraer una
enseñanza: que la bondad sin inteligencia es desastrosa. Por eso previno Cristo a sus
apóstoles diciendo: «sean sencillos como palomas, pero prudentes como serpientes»
(Mt 10 16).
Las buenas obras no quitan la necesidad de actuar con inteligencia, algo
especialmente difícil de aplicar si continuamos suponiendo como bajo un
sentimentalismo ramplón y blandengue que «el corazón tiene siempre la última
palabra». El corazón es necesario, pero no es criterio de verdad, y la verdad es la que
guía la acción, es el termómetro de la caridad, y donde hay más verdad hay más
amor. Más aún, sin verdad, de poco serviría amar (también el avaro ama el dinero
ajeno y el drogadicto su narcótico). Porque el corazón humano fue hecho para la
blandura y la cabeza humana fue creada para la dureza. Pero si los cerebros se
ablandan, nuestros corazones se endurecerán. Y entonces con el pretexto de tener un
gran corazón, y de amar a nuestros hijos sin corregirlos, sin buscar la verdad sobre
cómo educarlos, acabaremos fabricando seres inútiles y desgraciados. Cristo dijo
que nos amáramos los unos a los otros, pero también dijo que la verdad nos haría
libres (Jn 8 32).
La verdad convive silenciosamente con el error. Y por eso el mal nunca se presenta
“con bombo y platillo”: es algo m{s bien discreto. Procede con cautela, sabe
disimular; incluso sabe cómo anidar en el bien hasta nutrirse a expensas de él. De
hecho eso es el mal, según Tomás de Aquino: un parásito del bien. El mal entra por
los sentidos, ejerciendo una fascinante seducción sobre ellos. Por eso la publicidad es
tan poderosa y el cultivo de la imagen es hoy tan apreciado: porque se presenta
exhibiendo los ropajes de algo aparentemente bueno, bello y verdadero, que nos atrae
gradualmente y que si no se rechaza desde el principio, puede tomar fuerza y
conducirnos por caminos de extravío y perdición. Por eso gusta tanto lo prohibido:
porque si el mal se presentara en sus peores fachas, desgarbado y maloliente como es
realmente todo lo feo, nadie lo cometería. Pero sólo el verdadero sabio percibe las
cosas tal como son, sin dejarse deslumbrar por «falsos silogismos de colores», sin el
engaño de los sentidos incapaces de detectar que tras un instante de opereta, viene la
desolación y el desconsuelo. Como decía Publio Siro, un gran romano: «fortuna
vitrea, cum splendet frangitur»: la fortuna es de vidrio, cuando brilla, se rompe.
Abril 2011