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SHOTSELECCIÓN POESÍA
Diego Lacazette
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Este libro fue hecho en taller Cizarro. Tapas pintadas por cizarros trashumantes en la calle Arturo Medina 41144 Depto 26, Nuñoa, Santiago
Titulo Original: Shot, selección de poesía
Autor: Diego Lacazette Chau
Primera edición: Cizarra Cartonera, Octubre 2010
Agradecemos al autor por la autorización de la publicación de este libro
Editor: Cizarra Cartonera
Contacto: [email protected]
www.cizarracartonera.blogspot.com
Editorial cartonera Cizarra Cartonera, Arturo Medina 4144 Depto 26 – Ñuñoa, Santiago
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I Tres disparos 6 - 24
II A caminantes 25 - 36
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Espero que esto sea como un disparo en la
frente o como un dolor de cabeza
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Tres disparos
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Lucky Strike o para leer fumando solo en una banca
suerte nuestra la de no estar en callejones oscuros pegándole a robots duros que no mean ni follan ni cantan ni sufren las consecuencias de ser hombres duros de calles negras y heladas como un culo negro y helado como el beso negro y helado que da dios.
hombres duros de los que fuman cigarrillos duros y mean duro y oscuro como resina hirviendo.
pero esa es una cuea tremenda la cuea nuestra de ser hombres duros pegándole duro a las paredes y a los tarros de basura y meando las paredes y follando duros fumando duros siendo duros y hasta pegándole a otros hombres duros porque no hay razón para pegarle a -otros hombres- y porque los –otros hombres- no se ven por las calles duras no se mueven de su piso veinticinco no se pintan las uñas no se hacen pichi ni se hacen caca: el hombre blando tiene el potito delicado por eso es mejor ser duro y pintarse la cara y patear las paredes y sentarse solo a fumar pensando en la suerte que tuvimos de no haber nacido duros en el futuro como esos poetas duros que hacen tiroteos
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fantasma contra robots duros que no mean ni follan ni culean ni se hacen cigarrillos ni se hacen caca ni pajas ni menos poemitas.
Disparo en la plaza
suele pasar que uno está solo fumando en una plaza que baja la cabeza y quema un poquitoque la baja un poco mas y lee escrito a liquid en la banca: vales callampa.
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La grandiosa soledad, una carniceríaI
nadie quiere morir tendido de las patasnadie merece morir tendido de las patasnadie quiere morir tendido como vacanadie quiere morir tendido como hombrenadie merece morir como hombre nadie quiere morir como hombre
de a tres tiros en la frente se matan las vacas tres tirosen la frente son un tercer ojo bien marcadodelineado con gracia
nadie quiere morir como vaca nadie merece morir como vaca nadie quiere chorrear de sangre paredes blancas de carnicería paredes blancas de hospital
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se anuncia cacería nocturna se trenzan los alambrados se encienden las luces se limpian las armas y sin embargo nadie quiere morir como vaca morir tendido de las patas
II
1. la sangre seca es tinta seca en los tubos halógenos del hospital
2. los tubos halógenos son matrices, úteros sangrando, manos meciendo vacas, meciendo un murmullo de carniceras
3. una vez me contaron que la mejor escena de fassbinder es puros murmullos
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III
Como 2 puchos después de pisar: pisoteados
para P.V
Verdad es aquello que es útil – S.Gautama
tu soledad es una carnicería un juego de navajas suizas con las puntas abiertas dos de la mañana:hora de sentarme bajo el techo salido de tus piernas y prender un cigarrillo para calmar el gusto a vacío.
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si no hayentonces con la propia saliva tragarlo de un tirón de unade a dos sábanas sucias en la mañana: pienso en tu habilidad de hacerlo todo tan artístico tu facilidad para discutir esos temascon la soltura con que dices tener sabanas recién lavadas
ahora pienso en una de tus dos tetas grandes las dossábanas sucias dando a la calle y tu bocahablándome huevadas justo después de acabarjusto dos segundos después de acabar
pienso finalmente - yo también soy puro juego de navajas suizas-y fumo lo último y lo lanzo por la ventana para que se reviente en la calledespués me prendo otro para tener el gusto a vacio calmado por otro rato
IV
de amanecida son bonitas las ciudades pero son feas las mujeres
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y las luces se proyectan en cada grieta en cada herida
de los rostros y las calles
y las mismas luces encienden a las mujeres que se guardan
dentro de anuncios publicitarios y las hacen brillar
como diosas de cada calle de cada grieta
comienzan a pasar los primeros automóviles
los primeros peatones y tú me dices hay que bonito
esto es tan estético…
1 mi problema fue no haberte sacado de esos anuncios
2 la belleza siempre es de cosas que no existen
Naturaleza muertaA mi hermano y a mi abuela y a
su amiga
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“Cuando yo era chico jugábamos a darnos un paipe cada vez que aparecía un negro en la calle, ahora ya no se puede jugar está lleno de negros en la calle”. (cosa que me dijo Pablo mi hermano de 11 años el día que escribí esta cosa)
En verdad si se puede respondí.
Cuando chicas las amigas iban a comprar las tiendas a calle Prat con caminada de gacela de estatua naval sacando pecho
Ahora van a los remates del puerto a mirarseen espejos viejos en muebles viejos.con el pecho como nunca pujando con el brazo de una escoltando a la otra que se cae al piso por la artrosis de hocico al piso porque no la vio un colectivo que venía pasando
“Mira qué bonito ese cuadro, que expresión, que estético […] Mira si parece que las uvas fuesen de verdad” (cosa que dijeron las amigas al mirar un cuadro bien picante en un remate bien picante, el mismo día que escribí esta cosa)
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Like boxers, we are trained to be fast
fast thinking, fast hearing,
fast reactions {…}the ability to perceive
what seems to be coming
M.iles Davis
no fuimos entrenados para ser rápidos
fuimos entrenados para distinguir un buen golpe de un dolor
de muelas
allá afuera la ciudad es un refrigerador donde se congelan
las carnes donde se congelan los autos, de noche
alguien deja la puerta abierta
y una que otra carne se pudre
después de todo –Venus es un pudridero- no fuimos entrenados
para ser bellos sino para distinguir un montón de líneas rayadas
de un montón de líneas pintadas
allá afuera hay un refrigerador que hace aguas
hay gente que cree que nosotros fuimos
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los que abrimos la puerta los que pusimos los puños
tiramos las mechas pero con cuea
le sacamo las muelas a dos tres palabras
no fuimos entrenados para amar sino para separar las piernas separar las bocas abrir las guatas y chupar las guatas
allá afuera es un refrigerador y la gente cree que somos profetas que somos poetas
yo digo, trepen a los techos que ya viene la muerte en pelota
porque de otra forma, no calienta
ni flaca ni calaca
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a una mina de hoy día
oye, yo no sé porque te estoy culiando ahora si yo debi haber nacido en los cuarenta en la épocade los benny goodman los thelonious monk los duke ellington los que sufrían ataques de epilepsia en las calles en los escenariospor eso tengo tanta energía acumulada por eso cada cierto rato me vuelvo loco y giro como las minas de los cuarenta…no es nada personal.
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Monk’s Mood
Jazz en un día de verano:
1 hay veleros en el mar pero él no ve los veleros en el mar
2 las gafas gruesas como su verga no apuntan hacia el mar
3 la audiencia tampoco ve los veleros en el mar
por unos segundos - hubiese dicho él mismo-la necesidad de domar lo indomable se vio contenida
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II
la alegría no está en otro lugar que en boca de los negros:en los labios estirados y en los dientes asomados iluminando como dioses negros disfrazados de blancos.
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Disparo
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(L.Battaglia)
Huyes de esta imagen
y este instante dura lo que dura tu huida
II
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1- un buda recibe tres balazos en el pecho
2 -la helada parece un fierro pegado al cuello y el alba es blanca como el color de las narices
3 -tengo un fierro en el cuello y un pendejo flayte me quiere filetear,
si fuese la plata, paso
si fuese la pasta, paso
pero es la violencia.
Caballito blanco llévame de aquí
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Una niña juega en la calle
una niña blanca juega en la calle porque está cayendo nieve
se están cayendo los techos
los farolitos las mesas de la ciudad están blancas de tanto
nevar.
yo soy una niña que juega en la calle
En mis mejores noches
soy una niña blanca con vestido blanco jugando en la nieve
pruebo la nieve pruebo el gusto a la nieve
,niña jugando con vestidos blancos en la nieve
montando caballitos de nieve por la ciudad que se cae.
no hay techos no hay mesas no hay niña no hay nada
es también parecido el gusto a la muerte
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(Battaglia)
II
Las tres hilanderas las tres veces apuntan de frente.
Satie muerto a las tres de la madrugada
rodeado de paraguas y muebles viejos
de un piano viejo que ha abandonado la infancia
que ya no recuerda las bestias de marfil
ni su memoria de elefante
porque todo piano es irremediablemente un elefante
y toda fotografía es irremediablemente un niño que busca
reflejar el cielo en charcos de agua
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III
Somos como las criaturas que sangran de narices
como las que adornan interiores
intactas, esperando el regreso de los cazadores.
Dime como se sienten los elefantes que se pierden
en el fondo de los cuadros que escapan
de la vista y solo los pájaros los siguen en lo alto
Que se siente haber descubierto este cementerio de elefantes
que se siente descubrir a la bestia
que toda pieza de decoración lleva dentro
como memoria de sus buenos tiempos,
esa que se camufla con los años con las generaciones
para no asustar cuando van naciendo los niños.
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(Battaglia)
La violencia es como la poesía, no se corrige.
R.B.
A M.R
La helada las primeras luces del día
El cuchillo cortando pan duro y la sensación
de estar decapitando algo con cada pasadita del cuchillo
con cada cruce de calle con cada mirada de poto
con cada besito de buenos días.
De niño también usé pantalones cortos.
Al fin y al cabo el espejo no es mi rostro
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y el pan tampoco es mi cuello.
Esa proyección a mis espaldas –eso es lo que busco decir- no tiene relación alguna con mis actos.
…
Esa noche me contaste
que querías matar a alguien y darte a la fuga
pero que antes te publicara en alguna parte
y que antes nos diéramos juntos una última subidita al carrusel
vamos, ya hemos dicho suficiente y bebido suficiente,
amado suficiente nos hemos drogado suficiente
basta, ya no deberíamos pedir nada más.
Algo nos bendijo con nuestro manejo
de la violencia y los objetos cortantes.
Suelo despertar clavándome agujas en las mejillas
Sufriendo fuertes infecciones
Cortando pan francés con cortaplumas
Tejiendo homicidios peligrosos
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1-La carne en los alambrados siempre fue un espejo
2-De carne siempre tuvimos espejos de asfalto3-Afuera es un gran refrigerador averiado.
a caminantes
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A Guillermo Carov e Isidro Martínez, Panguipulli, 26/02/10
Juegan los niños a la gallina ciega como enamorados que se buscan en
sueños.
J.T
El fin de este mundocomenzaría con tus palabras- rocío dilatando la leña tras el fogón-Las señoras,bajarían al lago con baldes vacios. Los niños, jugarían a la gallina ciegaotra vez, como en los últimos días
En tu nuevo viejo mundo de palabras me enseñaste a distinguir el giro lento de los navíosque el tiempo ha desechado a la deriva de los añoscomo dos viejas botellas consumidaspor el fuego de los últimos días.
Ya no se lucha si no es contra las noches de desesperanza,
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tus puños ya ni si quiera sostienen tu columna de leños.
Pero el rocío acabaría con este ramal saciado,Y tú, el joven boxeador de tu pueblo, volveríasa arrancarles las muelas, a dos tres palabraspara juntarlas en las cuchas incendiarias.
Los que reímos ahora somos nosotros,tus fieles caballeros de la mariconada los que pelamos ahora los leños los puños de la lucha.
Y el rocío acabaría con este ramal saciado,para que despertases con las trompetas del viejo circo,saludándote desde los extramuros de otros sueños aún más tristes
La felicidad es hablar en forma de ramales y humo.es fundirse, con los íntimos recodos de un lago que amanece
La despedida que fuimos, mitigando entre las hogueras, se esparce siguiendoel lenguaje de las cigarras, allí,donde los niños juegan consternados,la gallina ciega, intenta en vano morderse las plumas.
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II
Una sola substancia resuelta en un manantial de transparencias.
O. P.
El monte del oso nunca ha estado más vivo,pero el mio es el monte de oroextendido desde el lago a Pullumén,naciente en los cantares giratoriosde los borrachos de las mariconadas,
Híspido, en las puntudas manos,el monte hace al lago infinito.Urdámoslo, de a quince trenzas amarillentas,
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como si las viésemos esparcidas en la ruta. Como un camino hecho de atajos, la felicidad, una sola sustancia resuelta en un manantialde transparencias. Tú sabías desenterrarla entre los rostros abisales que te despedían.Pullumén, los barcos pesqueros.La madera, es la línea de la rompiente.Las palabras, que se desprenden a si mismas, con cada giro de los navíos estancados.
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Carta relativa y de mente abierta
al señor
Nicolás Malagueño
caminando a 12’ por la autopista
en dirección norte
Presente
solía levantarme a cualquier hora del día y enfrentarme al espejo. a los millones de espejos que hacían mi carne y las cosas. solía pararme frente a ellos, uno a uno; los pies helados sobre las baldosas, la piel maltratada y tanteando desde lo húmedo, de cara a la soledad. así como suena, bien trillado y para algunos vaciado eyaculado, derramado, cuál de los tres más, o menos, lugar común, no lo sé. mi escritura, dijiste, es una maseta de lugares comunes, un cementerio a veces (bah, otra vez). y así fue también ese día: helado húmedo hediondo hastalpico y los pies feos sobre las baldosas, y las manos feas abrazándome, constriñéndome de a poco las costillas. parado, a veces sentado frente al espejo, y entre medio, la soledad, la grandiosa
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soledad, esa carnicería, habría escrito si esto fuese un poema o si quisiese que esto fuese poesía. hay días cualquiera en los que suelo levantarme y correr desnudo hacia el espejo. habían días cualquiera en los que solía levantarme desnudo y aguardar que lo espejos viniesen, estaban por todos lados. me volvía loco, pensé muchas veces. un gran error que se comete, a diario, es mirar la locura sobre un pedestal. la locura se mira al espejo. se mira frente a frente, a los ojos y a la manera de notas tinta gotas de lluvia desparramándose sobre pentagramas o ventanas (mejillas igual sirven, por si las moscas). bien pude no haber contestado el teléfono bien pude haberme encerrado en el baño a escribir poemitas bien pude haberme masturbado toda la vida y haberme jalado toda la vida. o llamar a la paola y tomar el metro hasta Irarrázaval para que fumásemos yerba y culiásemos en el balcón, con su culito al aire, y de fondo los andes y el ruido, los vecinos de la paula, míos las soledades, las locuras, las cocaínas las marihuanas los condones. pero contesté y me hablaste de tu felicidad bailando bajo la lluvia y de tu felicidad follando quinceañeras
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y sobre los buenos días en que te encontraba desprevenido un cogollo en la vereda y sobre los malos días que solían ser tus días de poeta retirado retirado de la literatura de las literaturas porque en ti, como en pablo el piedra, ya era la noche en la literatura, era demasiado tarde y no existían más cuerdas ni pastillas ni pistolas.
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salí del baño para acompañarte a las carreteras: otro largo espejo. y es en este momento cuando, (da igual el orden de los números) 1) te conviertes en personaje (que también es otro espejo) 2) te acuerdas que yo escribiría sobre el episodio del acoplado a conce, donde minarración estaría más lograda o túnarración estaría más lograda en el fondo para ver quien ganaba esta carrera de caballos que es la literatura quien era mas buk, o mas jack (para ti mas will) o henry y ciertamente, quien era más espejo, mas pedestal, menos vanguardia mas payasería. y comienza todo esto: a la estación de servicio llegamos (basta de mamarla- dirías - gasolinera) a pie con frío sin comida sin cigarrillos punto. Esperé un buen rato sobre la mochila, fumando las colillas del piso y leyendo libritos de poesía, arrugados y cochinos. releídos, mas que arrugados y cochinos (al menos eso me importaba mas aquella noche). habíamos avanzado poco, casi nada, menos de cincuenta kilómetros* en autoestop y varios tramos a pata. la tarde nos había pillado hambrientos y desalojados, como esperábamos.
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Claro, tú siempre has sido tú, y eso yo no lo tenía claro. yo fumaba mas colillas del piso y releía mas poemas cochinos y tu preguntabas ventanilla por ventanilla, mandadalachucha por mandadalachucha y yo sentado, releía, ahora quizás otro poema, o el mismo, quien sabe. el macho anciano es bastante largo. *cincuenta o sin cuenta. porque me rio de mis propios lugares comunes y porque todo esto ES un lugar común, hasta esta nota a pie o mitad de página. -levanta la raja nos lleva el weón de allá- dijiste. -y los cigarros, toma la ultima quina- dije. -pasa pasa, anda a hablar con el camionero por mientras que los culiaos se van- dijiste. -ya conchatumadre, pícala, rojos- dije. corriste hacia la tienda (dije) y yo avancé donde Julio (sigo diciendo), o César, o hasta japhy (los nombres no tienen real importancia). Julio, ¿nos va a llevar? dije –dale tío, Viene altiro fue a comprar cigarrillos, dije, y seguí diciendo cosas hasta que llegaste con los cigarrillos, una caja de diez o de veinte, da igual (podrían ser hasta de treinta). nicolás se enganchaba el cigarrillo al hocico (parecía un auténtico colocado a estas alturas de la vida) y descuidaba tras las ruedas quizás un boleto de micro o quizás una botella de cerveza mediovacía -posiblemente- su propia inminencia de hombre urgente.
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cesar decía que nos abrigásemos, ya que llevaba la cabina llena y nosotros viajaríamos en el acoplado. Acto seguido, encendía un pucho, o bien pisaba uno bajo los zapatos y se subía al camión, nos deseaba suerte encendía los motores. La máquina (que es otro personaje-espejo) comenzaba a rugir y a calentar motores, en una noche fría, de esas noches frías de las que suelen escribir los escritores-comunes. y entre caladas al cigarrillo, que de seguro compartíamos, íbamos lanzando al camión el equipaje , que en el caso de nicolás se constituía de al menos seis bolsos llenos de cosas guardables: ropa hedionda, condones, letreros escritos a tinta china, libros y hasta lubricante. finalizado, exterminado, concluido satisfecho el cigarrillo, nos dispusimos sobre el cobertizo que cubría la carga: toneladas de yeso, que bien pudo haber sido coca. y así seguía la cosa, la literatura: yo, el que escribe, Nicolás, el que viaja y bueno el camión y su chofer , Japhy, saliendo de la gasolinera en una noche fría y nosotros acomodándonos en el acoplado y asegurando las mochilas para no caer, ellas ni nosotros a la carretera firme cuando las cosas se dispusiesen un poco mas animosas. Cesar aceleró al salir a la carretera y las cosas se pusieron buenas; las mochilas comenzaron a rodar y el viento a raspar las caras y cantábamos charlygarcía entre pucho y pucho que nos fumabamos… fumabamos a medias, porque a cien y al aire libre los cigarrillos duraban con cuea cinco o
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seis caladas. y siguió el camión andando y nosotros ahora recitábamos poemas, y fumabamos y nos cagabamos de frio. cuando no cantábamos ni improvisábamos poesía y sí fumabamos, pero en silencio, yo me dedicaba a observar la noche. esa noche que fue nueva para mí, para mis ojos que veían estrellas, asfalto, bosques falsos y reflectores pasar a cien kilómetros y para mis labios que botaban saliva como si me estuviese corriendo. y ya cuando habían pasado unas horas encima del camión, la cosa se ponía más cruda y no se podía conversar sino era a gritos, por el vendaval desenfrenado al que éramos íntegros, y no se quería conversar, ni fumar, ni mirar, porque el frio congelaba el llanto que había en los ojos, y los quemaba (como lo hubiese escrito kerouac, quien por lo leído nunca viajó en el acoplado de un camión). tenía los pies dormidos y me dormí también (es un chiste) para despertar luego con la cabeza frente al asfalto –y recordaría a Julio advirtiéndonos sobre amarrarnos a las cuerdas del cobertizo para no caer al abismo- y para seguir cagándome de frío e inventando poemas que ahora ya olvide y fumando cigarrillos que ahora ya fumé y pisé. y pensándolo bien debí haberme masturbado o haberme subido al techo y tras un ataque superheróico, haber saludado a Japhy desde el parabrisas. o por último, haber lanzado a Nicolás a la carretera, para haber visto que sucedía.
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Y BIEN, se acaba esta narración espontánea y los personajes están con hipotermia y al fin llegan a Concepción, descargan el cobertizo toman café fuman y se despiden o arrancan de Julio, en un acto poético de rebeldía al rehusarse a la descarga de los yesos. O BIEN, haciendo mérito a lo común de mi escritura, decir: Llegamos de madrugada a Concepción y con tanto frio en el cuerpo que fue como si nos hubiesen metido en un refrigerador. Bajamos a despertar los pies y Julio nos pidió que destapásemos la carga. Lo hicimos, y bebimos café también. Pero debido a que la carga era formada por una escuadra de no menos de cien kilos de yeso, decidimos huir, para evitar que Julio se aprovechase de nuestras caras inocentes de santos vagabundos y nos pidiese descargar el camión. FIN, colorín colorado por el poto te han dado.
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Y así con los lugares comunes. Escribir cielorraso o vientre fecundo o a la manera de una estación de ferrocarriles, y hasta por último Las perlas de tu boca. Pero escribir, con eso basta. concluyo este texto Nicolás, sin antes agradecerle a los que lo han escrito (bien pudo haber sido lira o lihn o miller o buk o las universidades desconocidas o los quijotes, gracias) le agradezco al camionero por haberme facilitado el resfrío que me tuvo ahueonao el resto de viaje en concepción, gracias Cesar. y dentro de la trama ahora estamos en concepción. en pocos días estaremos de vuelta en el asfalto y después tu viajarás a castro y yo a chillán viejo y dormiré por quinta vez en el año en el pronto copec de esa ciudad-carretera (que manera de hacer frío por la chucha). en fin, ahora estamos en el centro de conce, en un tercer piso leyendo al marqués o inundando el baño. en fin, ahora estamos en la casa de una profesora, en el centro de conce, comprando puchos americanos en el mercado o buscando marihuana en la facultad de música. en fin, ahora estamos en concepción. estamos en concepción estás en concepción Como un feto peligroso en la pelvis naturaleza o tal vez un feto peligroso cara de oso en el tran vía vagínico.
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análico bucálico alcohólico anfetamínico literatico poyetico idiota y esta literatura que es un ametrallado y esta literatura que es de nadie qués más común que ser vagabundo y dárselas de charles Bukowski
Carpa en el Pronto Copec Chillán viejo – 24/5/10
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Cizarra Cartonera
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