Tu RastroPedro Peix

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Tu Rastro Pedro Peix

El enterrador avanzaba lentamente en su carreta, subiendo los cadáveres que habían

sucumbido a la peste de la influenza. Todos los días pasaba para recogerlos rápidamente,

incinerándolos en una fosa común. El enterrador iba y venía por las calles y los barrios

acordonados, viendo como la gente sacaba los cadáveres y los recostaba contra los muros de

sus casas para evitar la contaminación.

Al llegar al domicilio de la familia Venables, advirtió el negro crespón en la puerta, señal de

prevención y dolor, pero se dio cuenta de que no había ningún cadáver a la vera de la casa. Se

bajó de la carreta y tocó la aldaba, ruidosamente y molesto por el tiempo perdido.

__ ¿Cuántos han muerto aquí? __preguntó, al ver a una pareja de ancianos que entreabría la

puerta con suspicacia.

__Sólo nuestra hija __le respondieron con voz trémula __Murió ayer en la tarde, pero a media

noche la pusimos en la acera.

__¿Están seguros?

__Yo mismo la saqué __insistió el anciano__, y la coloqué ahí mismo, debajo de la ventana.

__Pues fíjense que no está ahí __replicó el enterrador__, y yo soy el único que se encarga de

montarlos en la carreta.

__Yo le cerré los ojos __afirmó el anciano.

__Y yo incluso le puse unas flores en el pecho __agregó la anciana.

__Bueno… __repuso el enterrador __, si la encuentran… avísenme.

Los ancianos Venables cerraron la puerta calladamente.

Pensaron en su hija y se tomaron de las manos, mirándose a los ojos, realmente preocupados

de que le hubiese pasado algo más grave que la muerte.

Pedro Peix

Nació en Santo Domingo el 20 de marzo de 1952. Cuentista, novelista y poeta. Se graduó de Licenciado en 1976 en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña. Se desempeñó como director interino de la Biblioteca Nacional y posteriormente, como subdirector de cultura de la Secretaría de Estado de Educación.

Fue columnista del periódico Listín Diario. Ha recibido varios galardones en el concurso de cuentos con La despedida, “Responso para un cadáver sin flores”, “Los hitos” y “La quimera de la muerte”. También obtuvo el Premio Nacional de Cuentos en 1977, con el libro “Las locas de la Plaza de los Almendros”. En 1981 publicó la antología de cuentos dominicanos “La narrativa yugulada” considerada uno de los compendios más completos del género en el país. La indiscutible calidad de su estilo lo ha convertido en uno de los principales cuentistas dominicanos de las últimas décadas.