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  • Capitalismo y Revolucin Industrial en Gran Bretaa(1780-1850)

    Alejandra Giuliani

    1. Introduccin

    La Revolucin Industrial britnica (RI) fue el primer proceso de industrializa-cin de una sociedad que, a travs de l, consolidaba relaciones capitalistas ylas impona en otras latitudes con mercancas e inversiones, con la difusin delas ideas liberales y el aparato militar imperial. Aquel despegue fabril de In-glaterra de fines del siglo XVIII constituy un momento clave en la formacinde la sociedad capitalista, de modo que su anlisis slo cobra pleno sentidoenlazado a la gestacin de las relaciones salariales, a las formas de acumulacinoriginaria de capital, a la expansin colonial britnica, al despliegue del capitalhacia amplias regiones del mundo.La RI suele considerarse ajena a nuestra sociedad y a nuestro tiempo. Sin em-bargo, su estudio posibilita la comprensin de los inicios del rgimensocioeconmico bajo el cual an vivimos, as como sus primeras modalidadesde penetracin en Amrica Latina. Su abordaje permite historizarla, reflexio-nar sobre su carcter no natural. Porque durante las dcadas de la RI much-simas personas debieron dejar de procurarse el sustento como lo hacan tradi-cionalmente y emplearse como trabajadores asalariados. Muchos de ellos ha-ban sido expulsados de las tierras y privados del uso de los recursos naturales;sus formas de vida se transformaron: debieron comenzar a vender su trabajo,recibir a cambio dinero para intentar obtener lo necesario para vivir, tal comose ven obligados a hacerlo los trabajadores de hoy en daPor otro lado, la actualidad de la RI tambin se torna evidente en sociedadescomo la nuestra, porque precisamente aqu la industrializacin es una cuestinpendiente. De hecho, a lo largo de nuestra historia, la industria ha sido primerodesdeada, luego impulsada parcialmente y finalmente destruida y desechadapor los proyectos dominantes. En parte por ello, las formas de produccin yde apropiacin de bienes han venido generando fuertes desigualdades, exclu-

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    sin social y relaciones de dependencia con sociedades que s profundizaronsu industrializacin.Adems, la conquista en todos los continentes y el sometimiento de nume-rosos pueblos fueron inherentes al despliegue industrial de las potencias eu-ropeas: mientras crecan barrios proletarios londinenses, marinos britnicosintentaban la conquista del Ro de la Plata. Y mientras en Gran Bretaa lasmquinas de vapor revolucionaban la produccin, Amrica Latina rompalazos coloniales con Espaa y Portugal, en buena parte debido a la previaafirmacin de los intereses britnicos aliados a prsperas burguesas comer-ciales criollas. As, el estudio de la RI permite visualizar los inicios de laconfiguracin del mundo dividido en centro y periferia, en la que las perife-rias lo son al adecuarse a las lgicas, las ideas y los intereses del capitalismocentral. En aquel entonces Gran Bretaa mont un escenario en el cual aAmrica Latina le fue asignado un lugar. Aceptarlo implic en nuestros pa-ses, por mucho tiempo, la desvalorizacin y la derrota de proyectos benefi-ciosos para la mayora de los latinoamericanos.La RI implic una clara ruptura con el pasado. Pero a la vez fue una etapa(1780-1850) del largo proceso de industrializacin iniciado siglos antes y quecontina hasta hoy. Tambin constituy un momento muy peculiar en el desa-rrollo de las relaciones capitalistas ya existentes. El capitalismo, basado en lapropiedad privada de los medios de produccin, en el trabajo asalariado, en lamercantilizacin extendida de productos y servicios, y en la acumulacin yconcentracin de capital, se desarroll y comenz a consolidarse con el despe-gue de la industrializacin britnica, a fines del siglo XVIII. Sin embargo, suorigen es anterior, no como orden dominante de las relaciones socioeconmicas,sino en el sentido de existencia de relaciones de subordinacin de productoresa capitalistas. Como afirma Maurice Dobb, la fase inicial de la historia del capi-talismo se sita en Inglaterra en la segunda mitad del siglo XVI y los inicios delXVII, cuando el capital comenz a impregnar la produccin en considerableescala, ya bajo la forma de una relacin evolucionada entre capitalistas y obre-ros asalariados, o bien bajo la forma menos desarrollada de la subordinacinde artesanos domsticos que trabajaban en sus hogares por parte de uncapitalista, propia del as llamado sistema de encargos o putting out system (Dobb,1971: 33).

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    2. Las condiciones internas de desarrollo del capitalismo ingls

    2.1 La propiedad privada y el trabajo asalariado

    La expansin del capitalismo requiri que la tierra y el trabajo humano se vol-viesen mercancas, lo que implic profundos y violentos procesos de imposi-cin de nuevas relaciones sociales, porque las existentes distaban de dirigirsenaturalmente hacia el comercio.Hasta el siglo XIV en la sociedad britnica primaba el orden feudal. Tambindenominada sociedad tradicional, en la Gran Bretaa medieval el 90% de lapoblacin era campesina, la agricultura de subsistencia constitua la principalactividad econmica y, en consecuencia, la industria, el comercio y el uso deldinero eran muy restringidos. Era un espacio predominantemente rural, salpi-cado por aldeas y ciudades de mercaderes, artesanos e intelectuales.El feudalismo se caracterizaba por la difusin de relaciones serviles entre pro-ductores directos campesinos siervos poseedores de parcelas de labranza yseores de las tierras. La servidumbre consista en la obligacin de los campe-sinos de cumplir con exigencias econmicas de un seor, impuestas militar olegalmente. Los siervos, adems de producir con instrumentos de labranzapropios para su consumo, lo hacan para tributar a seores feudales. Este gru-po minoritario se apropiaba del excedente de la produccin campesina a travsde tributos (bajo la forma de servicios a prestar o de obligaciones a pagar enespecie o en dinero), de modo que el control de las tierras constitua la princi-pal fuente de riqueza. El excedente circulaba hacia los enclaves urbanos a loscuales tambin afluan productos exticos de zonas lejanas.Queremos resaltar que en las sociedades tradicionales el desarrollo de la indus-tria entendida como actividad econmica dirigida a un mercado era suma-mente limitado y acotado a las dispersas ciudades. Y ello era as, principalmen-te, porque la inmensa mayora de la poblacin viva sujeta a la tierra y con sutrabajo excedente elaboraba muchos de los productos que usaba cotidianamente.En consecuencia, la divisin del trabajo era reducida, la necesidad de cambiotecnolgico, escasa y el comercio, ocasional.A partir del siglo XI Europa occidental comenz una expansin feudalhacia el Este del continente. El resurgimiento del comercio trajo consigouna creciente influencia de mercaderes en el espacio rural, si bien an noquebraban las relaciones serviles: lo que no era consumido por los campe-sinos o por los seores tomadores de tributos poda ser llevado al mercadode otro lugar y cambiado por productos excedentes. Esto les permita a loscomerciantes quedarse con las diferencias de precio obtenidas en la opera-cin. Las ganancias mercantiles solan ser cuantiosas, a costa de los pro-

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    ductores de sociedades lejanas, privados de acceder al conocimiento de lascondiciones de venta.El orden feudal se fue debilitando con una profunda crisis en el siglo XIV ydesde comienzos del siglo XVI en Gran Bretaa se inici un largo procesomediante el cual los propietarios rurales fueron cercando las tierras comunales,que venan siendo cultivadas por campesinos desde el feudalismo y durante elsiglo XVIII obtuvieron la aprobacin estatal con las Leyes de Cercamientos.Como afirma Mori, los cercamientos eran un conjunto de operaciones me-diante las cuales un determinado espacio de una comunidad hasta entoncessubdividido en numerosas y a menudo numerossimas parcelas de terreno quepertenecan, con distintos ttulos, a cultivadores o arrendatarios, pero que jur-dicamente eran propiedad de uno o ms propietarios de tierras y frecuente-mente entre ellas se encontraban partes de common lands o de tierras incultivadas,se una en una sola entidad y era rodeada con setos para ser posteriormentecultivada: con frecuencia, segn criterios radicalmente distintos, tanto desde elpunto de vista tcnico-productivo, como desde el punto de vista contractual,respecto del perodo anterior. El cercamiento era el signo, incluso fsico, deeste cambio (Mori, 1987: 91).En ese proceso gran parte de los campesinos perdi la posesin de las tierras ydebi comenzar a vender su fuerza de trabajo para subsistir. Segn el historia-dor Trevelyan, citado por Mori, el campesino, a quien no miraban con simpa-ta esos sectores que estaban haciendo las leyes de cercamiento, era incapaz deexponer sus razones con eficacia. Si haba perdido su parcela en campo abierto(...) reciba como compensacin algunas guineas (...) aun cuando con muchasuerte el comisario parlamentario le asignaba una minscula y distante parcelaa cambio de sus derechos sobre las tierras comunales, dnde encontrara losmedios para cercarla y secarla? Lo nico que poda hacer era venderla a bajoprecio a los grandes interesados en redondear sus posesiones (...) Slo elloseran capaces de roturarlas y ponerlas en condiciones de cultivo a su costa (...)Desde entonces, para cultivar el suelo ingls, hara falta, o bien tener capitalespropios o disponer de capitales ajenos (Mori, 1987: 92-93).El largo y traumtico proceso de cercamientos llev a una paulatina diferencia-cin al interior del campesinado. Un grupo minoritario logr la propiedad dela tierra y conform el sector de pequeos y medianos propietarios. Sin em-bargo, la mayora fue perdiendo los medios de produccin y su condicin demiembros de una comunidad. Una parte de stos permaneci en las campiasen carcter de arrendatarios, los ms contaron exclusivamente con su fuerzade trabajo y la necesidad de venderla para subsistir, transformndose en asala-riados rurales, aunque tuvieron serias dificultades para insertarse en el merca-do de trabajo rural resultante. Los progresos tcnicos en la agricultura au-

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    mentaron la productividad del trabajo y la produccin para el mercado se rea-lizaba siguiendo nuevas lgicas de racionalidad que no incluan las necesidadesde las familias campesinas. De modo que muchos no conseguan trabajo, situa-cin que se agrav durante el siglo XVIII, cuando el proceso de apropiacin seintensific con los cercamientos parlamentarios. En ese siglo, el xodo hacialas ciudades se torn casi la nica posibilidad para amplios sectores de trabaja-dores rurales, lo que generaba en los campesinos fuertes resistencias por suapego al suelo, a sus formas tradicionales de vida. Reflejo de ello es la abun-dancia de documentos que muestran la existencia de un gran nmero de cam-pesinos pobrsimos (small cottagers), aferrados todava a la tierra de la que ya nopodan extraer el sustento, as como la proliferacin de vagabundos y de cam-pesinos desesperados que se lanzaban por los caminos.La poblacin rural excedente deba migrar a las ciudades. El proceso de urba-nizacin se aceler durante el siglo de la RI. Si bien ms adelante analizaremos lasituacin de los migrantes rurales en las ciudades al momento de la industrializa-cin, debe tenerse en cuenta que hasta entrado el siglo XIX no hubo sincronicidadentre la expulsin de trabajadores del campo y la demanda de obreros industria-les en las ciudades, de modo que tambin en stas la mendicidad fue en aumento.En cuanto a la situacin de la propiedad rural, en el siglo XVIII la mayor partede la tierra cultivable perteneca a propietarios capitalistas y haba una tenden-cia clara a la concentracin de la propiedad. La alta nobleza, la monarqua y laiglesia oficial posean alrededor del 20% de toda la superficie agraria de Ingla-terra y Gales. La media y baja nobleza, los comerciantes ricos, los hombres deleyes y los antiguos militares sectores agrupados bajo el nombre de gentryalrededor del 50%; el 30% restante perteneca a los freeholders (campesinos pro-pietarios libres). Gran parte de las tierras de la nobleza y de la gentry se alquilabaa arrendatarios farmers, varios de los cuales eran capitalistas, que pagaban uncanon de alquiler y contrataban mano de obra asalariada. El proceso de arren-damientos se fue intensificando a medida que se concentraba la propiedad. Seestima que para la dcada de 1780 casi el 90% de la tierra era cultivada porarrendatarios (Mori, 1987: 23 y 90). Destacamos que el modelo de propiedadlatifundista y de arrendamientos se implant un siglo ms tarde en pases deLatinoamrica, como Argentina, al calor de la expansin de un tipo de capita-lismo agrario subsidiario del capitalismo industrial britnico. En Argentina, elproceso equivalente al de cercamientos fue el despojo de tierras que el Estadonacional impuso a los pueblos aborgenes mediante campaas militares.En el campo britnico, como consecuencia de las transformaciones en las rela-ciones de trabajo y en la propiedad, aumentaron la produccin y la productivi-dad agrcolas. Los terratenientes y campesinos propietarios produjeron lo quealgunos historiadores han llamado revolucin agrcola implementando nue-

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    vas tcnicas de produccin, como la rotacin continua de cultivos en desme-dro del barbecho, y el uso de herramientas ms eficaces. Una novedad signifi-cativa fue la difusin de la agricultura basada en la alternancia en un mismoterreno de pastos y de cultivos que requeran arado.Inglaterra, que era ya exportadora de granos, duplic sus ventas al exteriorentre 1700 y 1766. Se desecaron reas pantanosas poniendo en cultivo nuevastierras, precisamente cuando aumentaba el empleo de fertilizantes. Estos cam-bios permitieron incrementar el pastoreo y de este modo la ganadera ovina.La revolucin agrcola se articul de diversas formas con las actividadesindustriales previas a la RI. El aumento del volumen de la produccin agrcolaestimul a las industrias que utilizaban materias primas de ese origen: molinos,cerveceras, destileras, fbricas de velas. Los cercamientos incentivaron las in-versiones en herramientas, cercas y caminos, as como el crecimiento de pe-queas industrias metalrgicas de hierro. La exportacin de granos desarrolllas construcciones navales, el trabajo en los puertos y la excavacin de canales.Para comprender las condiciones que posibilitaron la RI hemos llevado la mi-rada hacia el mundo rural, pues para que el capitalismo industrial surgiera fuenecesario que primero cambiara la sociedad feudal en varios sentidos. La pro-piedad de la tierra haba sido transformada en propiedad privada y as la mayo-ra de los campesinos perdi sus posesiones debiendo trabajar como asalaria-dos. La consecuente monetarizacin del mundo rural cre un potencial merca-do de consumo de productos industrializados. Las nuevas lgicas de acumularriqueza y las nuevas tcnicas aumentaron la productividad del trabajo campesi-no y la produccin agraria. Como consecuencia descendi el porcentaje depoblacin que produca su propio alimento. Tales cambios desplazaron traba-jadores del agro proporcionando potencial mano de obra para nuevas activida-des econmicas. Adems, la expansin de las relaciones salariales en el campoabri definitivamente el camino hacia la transformacin del trabajo humanoen mercanca, hacia una sociedad que por primera vez en la historia naturalizel hecho de vender y comprar trabajo humano.Como afirma Eric Hobsbawm, hacia el siglo XVIII la agricultura estaba pre-parada (...) para cumplir sus tres funciones fundamentales en una era de indus-trializacin: aumentar la produccin y la productividad para alimentar a unapoblacin no agraria en rpido y creciente aumento; proporcionar un vasto yascendente cupo de potenciales reclutas para las ciudades y las industrias, ysuministrar un mecanismo para la acumulacin de capital utilizable por lossectores ms modernos de la economa (Hobsbawm, 1997: 38).La tercera de las funciones que menciona Hobsbawm remite a un problemacentral, tanto del origen de la RI como del sistema capitalista mismo: el de laacumulacin originaria de capital.

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    Qu significa que la agricultura proporcion mecanismos para la acumulacinde capital y cmo se relacionan esos mecanismos con los capitales invertidosen la industrializacin de fbrica? En el capitalismo acumular capital implicaacrecentar la propiedad de medios para producir. Pero en aquella poca deformacin del capitalismo fue necesario iniciar el proceso de concentracin dela propiedad de los medios de produccin existentes. Es decir, obtener la pro-piedad privada, por ejemplo de la tierra cultivable, privndosela a otros; o de lostelares, vedndoselos a los artesanos. De modo que para comprender el proce-so de acumulacin originaria debemos centrar la mirada en los cercamientos ylas leyes que los legitimaron. Dicho proceso provoc, como vimos, una diso-ciacin entre los productores y sus medios de produccin. Ello redund en latransferencia de tierras, de patrimonio y de derechos de pequeos poseedores-propietarios hacia una burguesa agraria en formacin y en ascenso. En pala-bras de Maurice Dobb: Este hecho, tan comnmente ignorado, es la justifica-cin del inters que mostr Marx por fenmenos como los cercamientos, entanto (...) acumulacin primitiva: inters que se le ha reprochado muchas vecescon el argumento de que sta era slo una entre numerosas fuentes de enri-quecimiento burgus. Empero, no basta con el solo enriquecimiento: deba sertal que implicara la desposesin de un nmero de personas varias veces mayordel que se enriqueca. (Dobb, 1971: 223-224).Tal mecanismo de acumulacin de capital agrario es el que menciona EricHobsbawm como uno de los aportes fundamentales que la agricultura hizo ala Revolucin Industrial. Y el tiempo en el que se fue desplegando fue muylargo, durante los trescientos aos previos a ella.A la vez que se hacan nuevos cercamientos y consecuentemente se difunda lapropiedad capitalista en el campo, la burguesa agraria aumentaba sus benefi-cios tanto a travs de la expansin del trabajo asalariado como de la consolida-cin de un mercado de tierras, mercado signado por una creciente valorizaciny concentracin de esas tierras. Sectores de la burguesa rural se capitalizabanya sea vendindolas despus de haberlas cercado, o a un precio ms alto que elque haban pagado al comprarlas.Ahora bien, hasta qu punto la burguesa agraria dirigi parte de esos capita-les a las inversiones para la puesta en marcha de la industria de fbrica, a finalesdel siglo XVIII? Los historiadores coinciden en que las necesidades de inver-sin de esas primeras iniciativas industriales fueron ms bien modestas. Demodo que, en todo caso, los latifundistas promovieron indirectamente el iniciode la RI, financindolo a travs del sistema bancario y crediticio, al depositarall parte de sus beneficios. Y los empresarios que invirtieron capital directa-mente, protagonizando el comienzo de la industrializacin mecanizada, fue-ron los yeomen, integrantes de la mediana y pequea burguesa rural.

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    Como contraparte de aquel proceso de acumulacin originaria de capital, seproduca en el continente americano el saqueo masivo de metales preciosos alos pueblos aborgenes por parte de las potencias imperiales europeas duranteel largo perodo de conquista y colonizacin. La etapa de extraccin de metalespor parte de Espaa tambin funcion como acumulacin originaria al esti-mular que el oro y la plata fluyeran hacia los centros comerciales y bancarioseuropeos.Considerar otras formas de acumulacin originaria de capital nos lleva al an-lisis de las transformaciones de dos actividades complementarias de la econo-ma britnica, la industria y el comercio, y de las mltiples relaciones entre susprotagonistas, los productores artesanales y los mercaderes.Cuando se habla de industria durante el feudalismo debe entenderse, enprimer lugar, la produccin textil. Haba otros sectores, sin duda, pero de me-nor importancia, ya que en una sociedad con alto grado de autoabastecimiento,gran parte del tiempo de trabajo sobrante de los campesinos, luego de cubrirsu alimentacin y las exigencias seoriales, era empleado en satisfacer otra desus necesidades bsicas: la vestimenta. Eran ellos mismos quienes tejan lastelas que necesitaban: en el Medioevo los campesinos eran tejedores. Lo mis-mo suceda con amplios sectores de la poblacin de las ciudades. La principalfuente de provisin de textiles, tanto del campesinado como de las mayorasurbanas se hallaba en la produccin domstica artesanal de subsistencia, fueradel circuito comercial.Exista, adems, produccin en talleres urbanos de propietarios-artesanos. Ytambin en las reas rurales, bajo relaciones de produccin que seran muyimportantes en la futura transicin hacia el capitalismo industrial: los mercade-res-empresarios de las ciudades utilizaban el trabajo de campesinos, quienesproducan en sus domicilios.Desde el siglo XI se haban creado nuevas ciudades y ampliado otraspreexistentes. Fue un proceso relacionado con la expansin del comercio delarga distancia pero, fundamentalmente, producto del crecimiento de la pobla-cin rural y de la productividad de la agricultura. El mundo rural comenz anecesitar de las ciudades para vender su excedente; tambin como centros deredistribucin, consumo y produccin artesanal, de modo que se ahond ladivisin del trabajo entre las ciudades y el campo.Si bien dentro de la economa campesina se siguieron elaborando objetos deuso esenciales, bsicamente vestimentas y herramientas agrarias, las ciudadesse especializaron en la produccin artesanal. El maestro artesano trabajaba ensu taller domiciliario junto a oficiales y aprendices sobre los que ejerca unpoder patriarcal y a quienes alojaba y alimentaba, y no buscaba la acumulacinde un excedente tal como para ampliar la escala productiva. El producto pasa-

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    ba por las manos de un solo artesano hasta su terminacin; las herramientaseran simples y adecuadas al oficio que haba ido adquiriendo el trabajador, loque redundaba en una slida unin entre l y sus medios de produccin. S seobservaba una amplia divisin de oficios, organizados cada uno de stos engremios de asociacin obligatoria. Estas corporaciones reglamentaban el tra-bajo de los artesanos, controlaban severamente el ingreso de nuevos integran-tes a los oficios y pautaban los salarios. Afirma Peter Kriedte: Los gremiosfijaban la capacidad de produccin y la cantidad de la oferta, limitaban la com-petencia de precios y calidad entre sus miembros, obstruan la introduccin denuevos productos y procesos productivos, restringan el acceso al mercado ytrataban de aparecer como monopolios tanto en los mercados de suministrocomo en los de venta (Kriedte, 1986: 19). Una de las consecuencias relevan-tes fue que los comerciantes permanecieron alejados de la mayora de las deci-siones acerca de las formas de produccin artesanal urbana.Ms bien los mercaderes medievales coordinaban y organizaban la economaresultante de la nueva divisin del trabajo entre el campo y la ciudad. Interme-diarios entre productores y consumidores, obtenan beneficios vendiendo mscaro de lo que haban comprado. Su enriquecimiento provena de que el cam-bio se realizaba entre no equivalentes, de la imposibilidad de los productoresde intercambiar sus productos en una escala ms amplia que la local, de laseparacin de la materia prima respecto del artesano y de los derechos demonopolio otorgados por las coronas. De modo que en el feudalismo el capi-tal mercantil fue ms funcional al sistema socioeconmico que disolvente delas relaciones sociales.Esta realidad comenz a cambiar a partir del siglo XVI, cuando Europa iniciun amplio proceso de expansin mediante la colonizacin, la conquista y elexterminio de pueblos lejanos. Como desarrollaremos ms adelante, con laexpansin ultramarina, Europa logr la formacin de una periferia internacio-nal funcional a los intereses de su capitalismo. Ello implic el paulatino incre-mento de las riquezas y del nmero de miembros de la burguesa comercial.Guiados por nuevas lgicas de intercambio desigual, los comerciantes empe-zaron a transformar su rol tradicional en el mundo rural, introducindose deotras maneras en las relaciones laborales y desplegando estrategias mediantelas cuales los productores y los seores de las tierras se tornaron dependientesde ellos.Desde el siglo XVII en adelante, la competencia cada vez mayor entre loscapitalistas para extraer recursos naturales y otras riquezas de las colonias im-puls al capital comercial a romper las estructuras corporativas de la produc-cin artesanal de las ciudades, trasladando la produccin al campo y desarro-llndola all en gran escala. Muchos ms productos textiles comenzaron a ser

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    elaborados por los campesinos en sus domicilios, pero ya no seran de su pro-piedad, sino de los mercaderes.Hacia el siglo XVIII, entonces, la sociedad britnica iba dejando atrs supasado feudal en la mayor parte de las relaciones sociales establecidas alrede-dor de la agricultura todava principal actividad econmica, y atravesabatransformaciones clave en los procesos de trabajo de las actividades artesanalese industriales.Transcurra en estas ltimas una transicin basada en el vuelco del capital co-mercial a un control cada vez ms ntimo de la produccin. Por aquel entoncesla actividad artesanal ms difundida en Inglaterra segua siendo la textil, espe-cialmente la elaboracin de lana, materia prima local. Anclndose en las for-mas tradicionales de produccin de tejidos, la creciente presencia del capitalmercantil intensific el desarrollo de talleres, muchos en las propias viviendasde los campesinos tejedores o hiladores, que deban hacer este trabajo paracompensar la cada de sus ingresos provocada por la prdida de parte de sustierras causada por los cercamientos.Segn las relaciones entre empresarios-mercaderes y trabajadores, la produc-cin se organizaba de tres modos, de mayor a menor grado de difusin: elputting out system, la industria domstica y la manufactura.El putting out system consista en que los campesinos reciban lana bruta o hilode un mercader-empresario, elaboraban el producto hilo o tejido en susdomicilios con sus propios instrumentos de trabajo, entregndolo luego alcomerciante a cambio de dinero. Para los campesinos era un complementode sus trabajos agrcolas. La situacin cambiar con la introduccin del algo-dn en la campia inglesa. La industria domstica era practicada por campesi-nos propietarios o arrendatarios de tierras: comprando o produciendo lana,instalaban un taller en el que trabajaban los miembros de la familia y obrerosasalariados, para luego vender los tejidos en mercados urbanos. Finalmente,la manufactura consista en la produccin en talleres urbanos, dotados de tela-res manuales, cuyos propietarios eran a menudo mercaderes que ocupabantrabajadores asalariados.Estamos aqu ante otra va de acumulacin originaria de capital basada en laseparacin de los productores artesanales de sus medios de produccin. Eltrabajo a domicilio, en sus diferentes modalidades, prepar una mano de obraapta, destinada a constituir, junto con la proveniente de la manufactura, elprimer proletariado de la industria capitalista. Alej a los campesinos de sutotal dependencia de la tierra y comenz a separarlos de sus medios de pro-duccin. Los acostumbr a manejar dinero, a trabajar a destajo, los aisl delproceso de produccin global y los endeud con el mercader. A esa va se lesum, como veremos, un proceso externo a la sociedad britnica: la acumula-

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    cin de capital mercantil derivada de los altsimos beneficios del gran comercioligado al dominio colonial ultramarino que comenz a desarrollarse a partir delsiglo XVI.

    2. 2 Los trabajadores como consumidores

    En principio, tengamos presente que en una sociedad plenamente capitalista queel discurso neoliberal llama economa de mercado, los productos deben serdestinados a la circulacin comercial, porque es en el momento de la ventacuando el capitalista obtiene la ganancia. De modo que los primeros capitalis-tas necesitaron que se extendiera el universo de compradores, es decir, consu-midores que dispusiesen de dinero para comprar productos. Este proceso hoyen da aparece como natural; sin embargo, implic traumticos cambios en losque la enorme mayora de los trabajadores debi dejar de producir para elautoconsumo y vender su trabajo por un salario, a fin de transformarse enconsumidores, y que, adems, los propios sectores capitalistas derivasen partede sus ingresos al consumo. A este entrelazado de procesos suele llamrseloconformacin del mercado interno.Cul era la situacin de la sociedad britnica del siglo XVIII? Gran Bretaa,justamente, consolid su sistema capitalista como consecuencia de la RI. Sin em-bargo, exista ya un cierto desarrollo de las relaciones capitalistas en el mundorural, de monetarizacin de la burguesa mercantil y de otras capas urbanas, ydel desarrollo manufacturero de las ciudades.En cuanto a los productos que se elaboraban para ser vendidos a amplias ca-pas de la poblacin, citemos, en primer lugar, los textiles. A la tradicional acti-vidad lanera se le sumaron la elaboracin del lino, la seda, y el hilado del algo-dn. La organizacin de la produccin inclua el putting out system, el trabajoartesanal, la manufactura y la protoindustria. En todas ellas la produccin sedestinaba al mercado, los productores obtenan dinero y la figura del empresa-rio-comerciante tena una posicin de predominio. Sin embargo, divergan lasrelaciones que ste estableca con los productores, el mbito de produccin yel grado de desarrollo del trabajo asalariado. La protoindustria era industriaurbana a domicilio, centrada en la economa y en el trabajo familiar en generaltejedores, y que escapaba ya al control de los gremios. El objetivo de la fami-lia no era expandir su empresa sino cubrir su subsistencia, y lo haca a travsdel dinero que obtena de vender su produccin al comerciante-empresario. Lamanufactura, en cambio, se caracterizaba por la difusin de establecimientoscentralizados grandes talleres no mecanizados y empleaba asalariados. Enellos se concentraban los procesos que requeran mayor capital fijo, como los

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    preparatorios y de acabado de la industria textil (por ejemplo prensado, carda-do, tintura y estampado). Estas manufacturas del siglo XVIII estaban dirigidasms al consumo interno que a la exportacin.A los productos textiles les seguan en importancia los mineros el carbn depiedra, la sal y los derivados de la extraccin de hierro, plomo y cobre y lasindustrias de la alimentacin. En ellas predominaba el trabajador precapitalistay el trabajo domiciliario. Slo se desarroll el trabajo asalariado en las manufac-turas que tenan gran concentracin de capital fijo, como las cerveceras, laelaboracin del papel y del vidrio, las refineras de sal y de azcar.Un sntoma de la expansin del consumo interno fue el abrupto crecimientoen la primera mitad del siglo XVIII de la extraccin de carbn para el abasteci-miento de energa. El carbn desplaz a la lea para usos domsticos y lapoblacin de Londres era la principal consumidora. Tambin creca la indus-tria del hierro y se reflejaba en la demanda urbana de enseres domsticos. Msall del consumo urbano, Hobsbawm muestra la importancia del desarrollodel capitalismo agrario a la vez que los lmites de la industrializacin cuandoafirma que el mayor mercado civil para el hierro era quiz todava el agrcolaarados y otras herramientas, herraduras, coronas de ruedas, etc. que aumen-taba sustancialmente, pero que apenas era lo bastante grande como para poneren marcha una transformacin industrial. De hecho (...) la autntica revolucinindustrial en el hierro y el carbn tena que esperar a la poca en que el ferro-carril proporcionara un mercado de masas no slo para bienes de consumo,sino para las industrias de base (Hobsbawm, 1988: 46).Otros autores se inclinan por presentar al mercado interno britnico con unalto grado de evolucin en las dcadas previas a la RI. Tal el caso de LouisBergern, quien asevera: No slo la alimentacin del conjunto de la pobla-cin aument en cantidad y en variedad justificando as la imagen, tradicionalpor aquella poca, del ingls harto de pan blanco, de roastbeef, y de cerveza,sino que adems los hogares britnicos comenzaron a disfrutar de una varie-dad creciente de artculos de utilidad domstica: muebles, vajilla, tejidos, relo-jes (...) Los cambios en cuanto a la distribucin responden a esta intensifica-cin del consumo: las ferias, donde se efectuaban peridicamente las compras,principalmente despus de la recoleccin, decaen muy pronto, en beneficio delmercado semanal y de la tienda; las compras, antes marginales e intermitentes,se vuelven continuas, indicio de disponibilidades monetarias acrecentadas(Bergern, 1986: 13).De modo que el origen de los consumidores se encuentra en el largo procesode paulatina desaparicin del campesinado y del artesanado tradicional, que alir siendo desposedos de sus medios de produccin fueron estableciendo rela-ciones de trabajo mercantilizadas. En cuanto a la parte decisiva de la pobla-

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    cin, la que viva en el campo, su condicin de asalariados, arrendatarios opequeos propietarios capitalistas los llevaba a estar en el mercado como con-sumidores, incluso los integrantes de la clase pobre eran obligados a reducirsu autoconsumo debido a las remuneraciones monetarias que reciban comobraceros, obreros de la industria domstica o minera. La urbanizacin y elcrecimiento demogrfico ahondaron el proceso.Por otro lado, las necesidades de los intereses comerciales ligados tanto almercado externo y colonial como al interno, llevaron a la burguesa mercantil yal propio Parlamento a dirigir inversiones hacia empresas de infraestructura.Mejoraron los transportes fluviales, construyeron canales, puertos, caminos ypuentes. Hacia 1780 existan vas terrestres y de navegacin que conectabanlos centros urbanos ms importantes conformando una red amplia, fortaleci-da por la ausencia de fronteras aduaneras internas y de antiguas cargas feuda-les, como lo haban sido antao los pagos de permisos de paso a los seores delas tierras.A este importante grado de expansin de las vas de comunicacin se sum eldesarrollo alcanzado en las tcnicas, leyes e instituciones financieras y comer-ciales. El dominio de la burguesa mercantil en las polticas estatales a partir dela Revolucin Gloriosa se vio reflejado tambin en la creacin del Banco deInglaterra en 1694. A travs de esta institucin el Estado tom la delanteraante los particulares imponiendo un nuevo orden monetario al emitir billetes yal transformarse en el primer organismo oficial de crdito.De modo que en el anlisis de los factores que motivaron la RI debe subrayarseel hecho de que en Gran Bretaa las relaciones serviles ya se haban diluidohacia fines del siglo XVIII, dando lugar a la existencia de un nmero conside-rable de asalariados, potenciales compradores de productos industrializados.Adems, la economa mercantilizada de Inglaterra se trasluca en un firme pro-ceso de urbanizacin, en cambios sustanciales en los transportes y en una de-sarrollada produccin de carbn, que tambin conformaron el piso necesariopara la economa industrial.

    3. Las condiciones externas del desarrollo del capitalismo ingls:expansin colonial y origen de la dualidad centro-periferia

    Desde el siglo XVI Europa form una amplia periferia, proveedora funda-mentalmente de recursos naturales y subordinada a las lgicas de sus coronas,mercaderes y nobles. La expansin ultramarina europea y la conquista de ex-tensas regiones del mundo constituyen procesos centrales de la transicin de lasociedad feudal a la capitalista. Fueron los inicios de un rgimen internacional

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    que redund en la diferenciacin de pases centrales y perifricos, dualidad sinla cual el capitalismo no poda ni puede desarrollarse.Desde mucho antes del ao 1500, mercaderes europeos comerciaban pro-ductos de lujo en amplios territorios. Eran especialistas en obtener provechomediante intercambios entre productores que, aislados y lejanos entre s, seencontraban en franca desventaja para negociar precios y reglas de mercado.El comercio de larga distancia fue un fenmeno frecuente en la Europa feu-dal, que les permiti acumular fortunas a los sectores mercantiles. Sin em-bargo, ese circuito no trastoc la economa feudal sino hasta el siglo XVI. Eldominio de los mares y la conquista de Amrica y de amplias regiones de losotros continentes formaron un mercado asimtrico basado en el saqueo lafiebre de los metales preciosos es claro ejemplo de ello y en la explota-cin abierta del trabajo de los nativos en las haciendas, las minas y las planta-ciones coloniales. As, el llamado mercado mundial que result de ningn modopuede ser entendido como un espacio econmico equitativo ni acordado enel que se ofreca y demandaba libremente y en condiciones de ecuanimidad,sino como un sistema mercantil reflejo de relaciones de dominacin entremetrpolis y colonias.En los inicios de la expansin, Inglaterra tuvo una posicin secundaria conrespecto a Espaa y Portugal, que lideraron el proceso durante los siglos XV yXVI. En el siglo XVII logr un lugar central en el control y el provecho de lacomercializacin en las posesiones americanas, especialmente las espaolas yportuguesas. Tambin fue el siglo de la conquista y colonizacin inglesa deAmrica del Norte.El gobierno britnico haba adoptado el mercantilismo, una poltica sistemti-ca de expansin econmica basada en el comercio monoplico y en la regula-cin estatal a travs de la guerra y el dominio colonial, concentrando esfuerzosen asegurarse privilegios comerciales y en proteger a sus mercaderes yarmadores. Al mismo tiempo, Gran Bretaa desarroll una marina mercanteagresiva, y las instituciones financieras necesarias para mantenerla.A travs de estrategias polticas controlaba destinos de exportacin de otrospases y destrua la competencia interior en sus dominios coloniales a travs decondiciones monoplicas. El Reino Unido encontr en sus colonias america-nas un primer espacio de relaciones mercantiles ventajosas, ligado a las econo-mas fundadas en la esclavitud. Las economas de Europa Oriental, basadas enla servidumbre, se constituyeron en un segundo espacio.Las compaas comerciales britnicas, junto a las holandesas, reestructuraronel comercio intercontinental con el intercambio de bienes masivos, especial-mente textiles. El Estado trat de controlar el comercio de ultramar dndoleuna organizacin monoplica. Otorgaba la exclusividad de determinadas ra-

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    mas del comercio exterior a sociedades a las que les conceda, adems, dere-chos de soberana en las colonias. Estas compaas sumaron, a lacomercializacin, la explotacin de plantaciones y factoras en las colonias.De modo que las polticas estatales de dominio colonial posibilitaron la expan-sin del capital mercantil britnico. Lo mismo ocurra en las otras potenciasimperiales europeas. Lo que distingue al caso ingls es que justamente en esapoca produjo un cambio profundo en su orden poltico, lo que acarre con-secuencias muy importantes tanto en cuanto a su posicin en el comercio in-ternacional como en las relaciones de fuerza entre diferentes sectores al inte-rior de su sociedad. Hasta mediados del siglo XVII, Inglaterra, al igual que elresto de los pases europeos, era gobernada por una monarqua absolutista.Ello implicaba que la burguesa mercantil, en ascenso econmico, vea traba-das sus aspiraciones polticas por la nobleza terrateniente, sector dominanteligado a la tierra que, aliado a la monarqua, controlaba el Estado. Entre 1642 y1649 se produjo una guerra civil en la que se ejecut al rey y a muchos noblesy se tomaron medidas precapitalistas, tales como la abolicin de la esclavitud.Posteriormente, en el ao 1688, tras siglos de poder poltico exclusivo de losnobles, los britnicos depusieron al rey Jacobo II durante la Revolucin Glo-riosa. A partir de ese momento el Estado abandon la monarqua absoluta yadopt un sistema de gobierno novedoso para la poca: la monarqua parla-mentaria. El nuevo rey fue obligado a aceptar la Declaracin de Derechos, quesubordinaba el Poder Ejecutivo al Poder Legislativo. El Parlamento estaba con-formado por dos cmaras, la de los Lores y la de los Comunes. La burguesamercantil afirm su poder en la Cmara de los Comunes, logrando all el dere-cho a legislar en materia de polticas econmicas.Los cambios polticos crearon espacios estatales de negociacin entre la noble-za relacionada con los tradicionales intereses agrarios internos y la burguesamercantil, que miraba hacia el mercado externo. Adems, subordinaron polti-cas econmicas estatales a la voluntad de los dueos del dinero y proporciona-ron plena proteccin jurdica a las nuevas formas de propiedad y demercantilizacin. De ese modo, el rgimen poltico cre condiciones para laconstruccin del capitalismo industrial.Durante el siglo XVIII, Inglaterra logr la hegemona en el mercado interna-cional. Si bien otras potencias europeas consolidaron imperios coloniales, suexplotacin pas cada vez ms a manos del capital comercial ingls que impor-taba productos de colonias ajenas y los reexportaba. Gran Bretaa controlabaun comercio triangular, en el que frica proporcionaba esclavos, Europaproductos manufacturados y Amrica metales preciosos y recursos naturales yagrarios. En Asia, Gran Bretaa conquist India, forzando as su integracin alas reglas capitalistas. Paralelamente increment el comercio directo con Am-

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    rica del Norte, que pas a ser su principal destino de exportacin y, en la se-gunda mitad de la centuria, abastecedor de algodn para la industria britnica.El mercado colonial britnico desempe un rol central en la RI. Las coloniasbritnicas en Asia, Amrica y frica eran centros de venta de productos ingle-ses y de abastecimiento de algodn y de otros bienes primarios como t ytabaco. Hobsbawm sostiene que para revolucionar la industria haba sido ne-cesaria una demanda creciente del mercado externo ingls. Y que de hecho, lasexportaciones fueron el principal destino de las telas de algodn, primeras enindustrializarse y el ms claro aliciente para la inversin de capitales en esesector productivo. Giorgio Mori, por su parte, considera que la demanda ex-terna de productos britnicos no fue decisiva para la puesta en marcha delsistema de fbrica, pero que una vez iniciado lo garantiz y consolid.Podemos afirmar que la conformacin y consolidacin del mundo colonial, enel que Gran Bretaa fue asumiendo una posicin cada vez ms dominante, fueclave en el desarrollo y afianzamiento del capitalismo ingls y mundial, porquela acumulacin de capital requiere tanto del valor generado por el trabajo asa-lariado como de la apropiacin de cada vez ms recursos naturales. Es en estepunto que el sistema britnico de colonias y dominios, denominado mercadoexterno britnico, fue el escenario adecuado para las posteriores necesidadesde exportaciones e importaciones de la industria. Y por otro lado, consolid auna clase mercantil poderosa, que si bien no protagoniz los inicios de la RIcon inversiones en la produccin fabril, actu disolviendo las relaciones socia-les precapitalistas y a la vez brindando un slido marco crediticio y financiero.Como resume Peter Kriedte: Haba sido precisamente el capital comercialquien, obedeciendo a las leyes de su acumulacin, haba creado en el mundosubdesarrollado y colonial los mercados cuya demanda contribuy a poner enmarcha en Inglaterra el proceso de industrializacin (Kriedte, 1986: 171).En plena RI, hacia principios del siglo XIX, Amrica Latina inici el procesopara independizarse de Espaa y Portugal. El gobierno britnico haba realizadodistintos avances desde inicios del siglo XVIII contra el imperio espaol y elportugus para romper el monopolio e imponer su predominio en estas regio-nes. Fomentar la independencia fue una modalidad de esos avances. El momen-to culminante de la creciente presin britnica fue 1806: luego de acordar enGran Bretaa, desembarcaron Miranda en el Caribe y Popham en el Ro de laPlata. El primero con planes polticos para independizar las colonias y el marinocon claros fines de conquista (Beyhaut, 1986: 11). El proceso independentista seextendi, segn las regiones, durante la primera mitad del siglo XIX. Las clasesaltas criollas pretendan una alianza profunda con el capital britnico, como modode acrecentar sus riquezas, hasta ese entonces restringidas por Espaa. De allque se apresuraron a adoptar el librecambio, con la esperanza de atraer inversiones

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    del viejo continente. Sin embargo, durante ese perodo los britnicos vean aLatinoamrica principalmente como espacio de colocacin del excedente demercancas. Ello no quita que se opusieran vehementemente a los planes deunidad latinoamericana de Simn Bolvar y fomentaran la fragmentacin polti-ca. As, fueron las burguesas comerciales criollas, en detrimento de los produc-tores, las que lideraron el proceso poltico en el perodo.

    4. La Revolucin Industrial

    Entre las ltimas dcadas del siglo XVIII y las primeras del XIX se produjeroncambios que impactaron a los contemporneos. Las importaciones de algodnbruto de Gran Bretaa desde sus colonias aumentaron de 6 millones de librasen 1775 a 132 millones en 1810. Su elaboracin se realizaba en novedososestablecimientos, las fbricas, que oscurecan las ciudades con el humo de lasflamantes mquinas a vapor. La produccin del carbn que utilizaban se dupli-c entre 1760 y 1790. En una sociedad tradicionalmente campesina, hacia 1801la agricultura slo ocupaba al 35% de los trabajadores, mientras que manufac-turas y fbricas absorban ya el 30%. Las relaciones de trabajo tambin habancambiado: hacia 1833 la industria algodonera empleaba cerca de un milln ymedio de obreros (hombres, mujeres y nios). La poblacin total del pas au-ment de 6 millones de habitantes en 1750 a 28 millones en 1850. En esteltimo ao, surcaban el territorio unos 10.000 kilmetros de rieles de ferroca-rril, el invento que ms impresion en la poca y que haba hecho triplicar laextraccin de hierro en slo dos dcadas.Del anlisis de los datos estadsticos sobresalen dos rasgos caractersticos delperodo 1780-1850. Uno, el ritmo del cambio econmico. Su aceleracin fueabsolutamente anormal si se la compara con la de los siglos anteriores en laestructura de la industria, el volumen de la produccin y la expansin del co-mercio. El segundo: ese escenario econmico trasluca el desarrollo de unasociedad capitalista. Perodo de profundos cambios tcnicos, durante el cualaumentaron rpidamente el nmero de asalariados y la productividad del tra-bajo; se ampliaron los espacios de venta, de inversin y de acumulacin decapital en una escala sin precedentes. Tales cambios transformaron profunda-mente las percepciones que la mayora de los hombres tena acerca de su lugaren la sociedad y de la sociedad misma. De una imagen esttica apegada a latradicin como lo deseable y natural, al cambio incesante como norma de vida.De la idea de que generacin tras generacin cada uno estaba destinado apermanecer en el rol que se le haba asignado con su nacimiento, a una nocinde progreso como innovacin y perfeccionamiento continuos.

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    En qu se diferenci la industrializacin de ese perodo de la de pocas pre-vias? Por qu se la considera una revolucin? El factor revolucionario consis-ti en la transformacin del proceso de trabajo industrial, con la utilizacin demquinas impulsadas por energa inanimada que exigi que los obreros se con-centraran en la fbrica como nico lugar de trabajo. Esto determin que elproceso de produccin fuera colectivo, como actividad de un equipo enparte humano y en parte mecnico, en el cual los trabajadores deban adecuarseal ritmo y a los movimientos de las mquinas. La ruptura con respecto a lasformas de trabajo anteriores fue profunda ya que, como explica Giorgio Morisiguiendo a Marx, en la manufactura y en el artesanado el obrero se sirve delinstrumento mientras que en la fbrica es el obrero el que sirve a la mquina(Mori, p. 19).De modo que la produccin de fbrica implic el paso de una fase an inmaduradel capitalismo a otra plenamente capitalista. Sobre la base del cambio tcnico,ese especfico proceso de produccin en gran escala provoc la separacintotal entre el productor y la propiedad de sus instrumentos, establecindose asrelaciones directas entre capitalistas y obreros asalariados. En consecuencia,mientras que la divisin del trabajo en la manufactura y en el artesanado tenda amantenerse, en la gran industria se profundiza constantemente, ya que el tipode beneficio buscado por el capitalista lleva a revolucionar la tcnica del procesode trabajo de manera continua.

    4.1 La primera fase de la Revolucin Industrial: el algodn

    La fbrica se constituy entonces en smbolo de la RI. Y junto a ella, las telasde algodn y las mquinas a vapor. En la primera mitad del siglo XVIII, GranBretaa expandi su dominio colonial y adquiri preeminencia en la disputapor el comercio con otras potencias europeas, lo que proporcion a las com-paas mercantiles la oportunidad de vender cada vez ms textiles de algodn.Ello a su vez actu como incentivo para aumentar la productividad en la indus-tria textil. Desde mediados del siglo XVIII el tejido de algodn haba logradomayor productividad que el hilado al aplicar a los telares un instrumento msgil, la lanzadera volante. El hilo se torn escaso para las nuevas necesidadesde los tejedores, aument su importacin y con ello su precio, as como eldescontento de los tejedores y la bsqueda de soluciones al desequilibrio. Fueentonces la necesidad de adecuar la oferta de hilos a lo requerido por los teje-dores lo que llev a que la primera industria que adopt el sistema de fbricahaya sido la del hilado del algodn. Como resume Hobsbawm: Tres invencio-nes conocidas equilibraron la balanza: la spinning-jenny de la dcada de 1760,que permita a un hilador a manos hilar a la vez varias mechas; la water-frame de

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    1768 que utiliz la idea original de la spinning con una combinacin de rodillosy husos; y la fusin de las dos anteriores, la mule de 1780, a la que se aplic enseguida el vapor (Hobsbawm, 1988: 55).Inicialmente estas mquinas tenan dimensiones reducidas y fueron empleadasdentro de la organizacin del trabajo existente, principalmente en la industriadomstica o protoindustria. Su difusin fue rpida: hacia 1788 haba ms de20.000 jennies en Inglaterra y Escocia. Sin embargo, la afirmacin del sistemade fbrica se produjo cuando se combinaron dos hechos de importancia. Porun lado, en 1774 el Parlamento aboli la prohibicin de elaborar en Inglaterratelas totalmente de algodn (es decir, sin mezclar con hilos de lino, seda uotros materiales). Lo novedoso fue que con esta medida el Estado comenzabaa responder a los intereses de los primeros inventores-empresarios en detri-mento de los de la tradicional Compaa de Indias Orientales, importadora detelas de algodn hindes (los calics), empresa monoplica del comercio colo-nial con India y smbolo del podero del capital mercantil. De modo que elcamino quedaba despejado para la produccin interna de un tipo de telas muydel gusto del consumidor local. Pero ahora seran ms baratas y permitiran laacumulacin de capital a otro sector social; como contrapartida implicara ladecadencia tanto del artesanado britnico como de los tejedores hindes. Ensegundo lugar, para aumentar la productividad y para lograr la finura de loshilos hindes se invent la mule. Capacitada para superar la calidad de los calics,pero de dimensiones y complejidad tales que era imposible su utilizacin enlos talleres ya instalados, se hizo necesario la construccin de las primeras f-bricas. El proceso de produccin fabril se complet con el acople de la mqui-na a vapor a las mquinas hiladoras. En 1781 James Watt patent su invento yentre 1785 y 1790 fueron instalados quince de sus enormes aparatos para pro-veer de energa a los mecanismos de las hilanderas. As se revirti la relacinentre hilado y tejido, ya que el aumento de la oferta de hilo generado por estasprimeras fbricas fue tal que llev a transformar el tejido artesanal en fabril. Sibien los telares mecnicos se difundieron despus de 1815, ya en 1787Cartwrigth invent el primero de ellos y en 1803 estaban funcionando 2.400en Inglaterra.De modo que la primera fase de la RI que se extendi hasta la dcada de1820 consisti fundamentalmente en la instalacin del proceso de produc-cin fabril en la industria algodonera. Y dicho proceso, en trminos de desa-rrollo del capitalismo, equivale, no slo a fbricas con mquinas, sino tambina trabajadores asalariados y a capitalistas. Sin embargo, en la abundantehistoriografa de la RI, muchos son los ejemplos de especialistas que han pues-to el nfasis en las innovaciones tecnolgicas como esencia de las transforma-ciones y la han definido como una revolucin tcnica. Es decir que han visto

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    al cambio tecnolgico como variable independiente causante de transfor-maciones sociales y producto de inventos geniales y fortuitos. Sin embargo, lasinvenciones son productos sociales, responden a necesidades sociales y econ-micas de una poca. Y en el caso que nos ocupa, acordamos con los historia-dores que relativizan el significado de la innovacin tecnolgica en aquellaprimera fase de la RI. Porque los primeros inventos tcnicos como la jenny ola mquina a vapor fueron sumamente modestos y no necesitaron nuevosavances cientficos, ms all de los producidos durante el siglo XVIII. La inno-vacin consisti, ms bien, en trasladar recursos y saberes a nuevas actividadesproductivas cuando stas lo requirieron, y tal requerimiento provino de la ex-pansin de la propiedad privada de los medios de produccin. No obstante,entre necesidad social (capitalista) y cambio tecnolgico se fueron tejiendorelaciones complejas de mutua influencia. Durante la RI, poco despus de suinicio, la aplicacin de la fuerza de vapor dot de mayor complejidad a lasmquinas y les permiti nuevas operaciones. Cada adelanto en la maquinariaprovocaba mayor especializacin del trabajo humano. Y la mayor divisin deltrabajo simplific los movimientos individuales por obrero, lo que a su vezposibilit que fueran imitados por una nueva mquina. Uno de los resultadossociales fue el inicio de la concentracin del capital industrial.Centrmonos ahora en los protagonistas sociales de la Revolucin Industrial,es decir, en los empresarios que dirigieron la transformacin del proceso detrabajo industrial y se beneficiaron con ella, y en sus trabajadores, el nuevoproletariado de las fbricas.Mucho se ha escrito acerca del origen social de la primera generacin de laburguesa industrial. Una visin difundida lo remite linealmente a los sectoresricos de la poca. Segn este enfoque, habran sido los terratenientes y losgrandes mercaderes de la burguesa mercantil los propietarios de las primerasfbricas hiladoras de algodn. La imagen que se desprende de tal interpreta-cin es la de poderosos que haban acumulado metales preciosos, objetos dearte y otros bienes lujosos como mansiones y castillos y que habran vendi-do buena parte de stos para luego comprar las maquinarias y las instalacionesfabriles. Sin embargo, no se registran fluctuaciones en el mercado de talesbienes en la poca previa a 1780. Y, fundamentalmente, no tuvo por qu existiruna identificacin entre los sectores beneficiarios de la acumulacin originariade capital y quienes primero invirtieron en el sistema de fbrica. Si entende-mos el proceso de acumulacin originaria no como una acumulacin demetales preciosos sino como la concentracin de derechos sobre la propiedadde los medios de produccin existentes, vemos que mercaderes y terratenien-tes jugaron otros roles en los inicios de la RI. Como ya sealamos, ellos crea-ron las condiciones sociales necesarias que posibilitaron la posterior existencia

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    de las fbricas. Adems, ellos financiaron con crditos comerciales o banca-rios los emprendimientos de los pioneros de la industria fabril. Y, finalmente,formaron parte de las generaciones posteriores de empresarios industrialesuna vez que se consolidaron y expandieron las posibilidades de beneficios.La primera generacin de propietarios de fbricas tuvo orgenes sociales msmodestos. Muchos de sus hombres provenan de la mediana y pequea bur-guesa rural, los yeomen, acostumbrados a desarrollar actividades vinculadas alsector textil y con tierras que pudieron hipotecar para obtener fondos adicio-nales. Tal fue la condicin de los industriales ms representativos de la indus-tria algodonera como Peel, Strutt y Ashton. Asimismo, las nuevas tcnicas enlos telares comenzaron a ser aplicadas por antiguos patronos de la industriadomstica, en especial tejedores que pudieron generar ahorros beneficindosecon la alta demanda de trabajo cuando las mquinas se aplicaron al hilado.Otros haban sido arrendatarios rurales que como actividad secundaria se de-dicaron al hilado o al tejido, e incluso hubo maestros relojeros, sombrereros yzapateros entre los primeros industriales fabriles.Hacia principios del siglo XIX esta burguesa industrial se estaba consolidandocomo clase y lograba un alto margen de beneficios. Ello se deba a muy diver-sas razones. Algunas de orden externo al proceso de produccin, como laamplitud del mercado disponible, el hecho de estar libres de impuestos a laproduccin, y el bajo riesgo inicial, dada la modestia del capital monetarionecesario para montar la empresa. A stas se sumaban las inherentes al tipo deproduccin fabril inicial. La mecanizacin implic una creciente productividaddel trabajo y, dado el bajo costo de la mano de obra, un consecuente aumentodel valor del trabajo que quedaba en propiedad del empresario, que a su vezredundaba en una renovada acumulacin de capital. Cuando el sistema de f-brica empez a expandirse, la competencia y la siempre renovada mecaniza-cin dejaron a muchos empresarios en el camino y comenz la concentracindel capital industrial. Mientras tanto, no parece haber sido escaso el espritude iniciativa de los primeros industriales como factor que los llev a la pros-peridad. Muchos lograron adaptarse al nuevo rol de empresario que la fbricarequera. Ya no era el trabajador, sino l quien organizaba y planificaba el pro-ceso de produccin, coordinando y controlando las operacionesinterrelacionadas entre obreros y maquinarias. En relacin a ello es que cobransentido cualidades que usualmente se les asignan, como voluntad de triunfoo impulsos entusiastas.A la vez se conformaba el proletariado. Hacia 1801 en Inglaterra haba alrede-dor de 1.700.000 empleados en agricultura, bosques y pesca y 1.400.000 enfbricas, minas y construccin. Por qu haba crecido tanto el nmero deproletarios industriales en los veinte aos transcurridos desde la apertura de

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    las primeras fbricas? Una explicacin tradicional encuentra la respuesta en loscambios demogrficos de la segunda mitad del siglo XVIII. Si bien a partir de1750 hubo un claro aumento de la poblacin, asociado a una disminucin de lamortalidad, no parece haber sido ste el factor principal de reclutamiento de lamano de obra fabril. Teniendo en cuenta que en los inicios de la RI la demandade trabajo asalariado fabril era mayor que la cantidad de personas dispuestas avender su fuerza de trabajo, las fuentes de origen de la primera generacin deproletarios fueron la emigracin rural y el reclutamiento forzoso en los ba-rrios-prisiones de las ciudades. Hobsbawm considera que la emigracin ruralfue la principal va de incorporacin de mano de obra a las fbricas. El historia-dor afirma que los pequeos productores y los campesinos pobres debieronde verse atrados hacia las nuevas ocupaciones o, si como es lo ms probablese mantuvieron en un principio inmunes a esa atraccin y poco propicios aabandonar sus tradicionales medios de vida, obligados a aceptarlas(Hobsbawm, 1997: 57). As, muchos de los primeros obreros que trabajaronen conjunto con las jennies provinieron de la industria domiciliaria rural y deltrabajo domiciliario urbano. Como la atraccin del trabajo en la fbrica eramuy dbil, los empresarios recurrieron a la oferta de salarios ms altos que losingresos que obtenan en el trabajo a domicilio, y tambin se sola ofrecer vi-vienda. Otra fuente de reclutamiento de mano de obra fueron los hospedajesde los barrios-prisiones subvencionados por el Estado. Denominados workhouses,asilaban a vagabundos y a menores de edad pobres o hurfanos. Segn Mori,la masa de mano de obra esencial y decisiva, es decir, la que dio un carcterpropio al factory system, estuvo representada por grupos de mujeres y de mucha-chos reclutados de las workhouses... Eran dciles, como entonces se deca, de-bido a sus caractersticas fsicas y a su dura experiencia anterior, y eran adqui-ridos (...) en base a una transaccin que los obligaba, lo quisieran o no, a per-manecer, en general, durante siete aos en la fbrica con horarios cuyo lmiteen la prctica estaba marcado por la resistencia fsica al cansancio, pues cierta-mente alcanzaba las 14, 16 e incluso ms horas diarias, y con salariosreducidsimos (Mori, 1987: 111).Sin duda, a la variedad de orgenes sociales de los obreros se sumaba la caren-cia de mano de obra en esos tiempos iniciales. Mientras se desarrollaban lasprimeras fbricas, los beneficios del trabajo a domicilio disminuan debido a lafuerte competencia que encontraban sus productos por la aparicin de los quese elaboraban en las fbricas. No obstante, durante la RI el trabajo a domiciliocoexisti con las fbricas, pero termin siendo desplazado al aumentar la me-canizacin. Por otro lado, se calcula que en la dcada de 1830, en las fbricasde tejido una cuarta parte de los trabajadores eran varones adultos, ms de lamitad mujeres y el resto varones menores de 18 aos.

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    Son numerosas las crnicas que muestran las serias dificultades de los obre-ros para adaptarse al ritmo de trabajo de las fbricas, signado por la sirenay el reloj, muy diferente al marcado por la naturaleza en las tareas rurales, oal del trabajo a domicilio. Por otro lado, cambi radicalmente la relacinobrero-producto. Una divisin del trabajo mucho ms profunda haca quecada obrero aportara slo algo al acabado de la pieza, de modo que na-die poda reconocerse como el autor del producto. Ello implicaba un cam-bio revolucionario para la mentalidad y las costumbres de la poca. Asi-mismo las crnicas dan cuenta de los padecimientos por las transforma-ciones radicales en sus modos de vida fuera de la fbrica. A la difcil adap-tacin que implicaba vivir de un salario se sumaban las condiciones deextremo hacinamiento en los barrios obreros. El contraste con la vida an-terior era muy fuerte. El trabajador domiciliario se impona su propio or-den de trabajo y gozaba de cierta libertad de movimientos. Su huerta lepermita una produccin bsica de legumbres para subsistir en perodos deescaso trabajo textil. Ese margen de seguridad desapareci cuando sus horasfueron absorbidas por la fbrica y tuvo que radicarse en barrios cercanos ala misma.De modo tal que para lograr ductilidad de la mano de obra los empresariosimpusieron una frrea disciplina sobre los obreros, a la que sumaron accionescoercitivas respaldados por los cdigos laborales y salarios pobrsimos queobligaban a los trabajadores a cumplir jornadas muchas veces de ms de 15horas de lunes a sbados inclusive. En las fbricas de algodn de Manchesterambientes totalmente cerrados y con ms de 30 para favorecer el trata-miento de la tela estaba prohibido usar agua para beber o refrescarse fuerade la media hora de descanso diario.Los obreros pronto comenzaron a tomar conciencia de su nueva situacin y aactuar en consecuencia. Los primeros movimientos, a fines del siglo XVIII,fueron de resistencia. Por entonces se producan episodios de repudio en losque se destruan jennies, a las que consideraban mquinas ladronas de traba-jo. Adems, comenzaban las primeras luchas reivindicativas; por ejemplo, en1795, braceros del condado de Norfolk se unieron con el objetivo de llevar acabo una accin en defensa del salario. Un grado mayor de organizacin deno-taba el nacimiento de las primeras asociaciones de obreros de algunas hilanderasen la dcada de 1790, en general de ayuda mutua y en defensa del salario. Larespuesta patronal no se hizo esperar. En 1799 y 1800 el Parlamento dictleyes las Combinations Acts (Leyes de Asociaciones) que prohiban todaforma de asociacin obrera a la vez que impulsaban la consolidacin de asocia-ciones de tipo mutualista, las Friendly Societies ya existentes, como manera deencauzar y diluir la lucha obrera.

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    De las actitudes mutualistas muchos obreros pasaron a la ofensiva. Hacia 1811-1812 se produjo el momento culminante de los movimientos luddistas. Lostrabajadores destruan mquinas de manera ms organizada y sistemtica queen los primeros episodios; era clara la intencin de afectar las propiedades y losbeneficios del empresario, y no slo daar el instrumento de trabajo. Estasprotestas fueron duramente reprimidas por el Estado mediante el uso del ejr-cito regular.La huelga fue otra de las formas que adoptaron las protestas. La primera granhuelga de obreros fabriles fue en Manchester en 1810, en la que varios miles dehiladores de algodn se distribuyeron el fondo de huelga. Otro momento sig-nificativo en las luchas por las reivindicaciones obreras fue en 1819, con lallamada masacre de Peterloo, cuando en Manchester se congreg una mani-festacin de ms de 100.000 personas que tambin sufrieron la represin delas fuerzas estatales.Leyes, represin y coercin empresarial no pudieron, sin embargo, eliminarla fuerte presin de los trabajadores ingleses. Las Leyes de Asociaciones losllevaron a crear sociedades secretas, como las que dieron origen a las accio-nes de los luddistas. El movimiento luddista se prolong por varios aospara luego dejar lugar a otro tipo de resistencia obrera que responda a lanecesidad de una organizacin social propia. Ello se concret con la apari-cin de los primeros sindicatos (las trade-unions). Comenz entonces a de-sarrollarse el sindicalismo y su lucha por la abolicin de las Leyes de Asocia-ciones. Lo lograron en 1825, conquistando los derechos de asociacin, dereunin y de huelga, pero en la prctica no se aplicaron hasta la segundamitad del siglo XIX.Sobre la base de las trade-unions, en la dcada de 1830 comenz a organizarseel movimiento cartista, el primer movimiento poltico de la clase obrera, conalcance nacional e independiente de la burguesa. Tom su nombre de la Car-ta del Pueblo, documento que sintetizaba su programa, y que inclua la luchapor el sufragio universal, el voto secreto y otros derechos polticos. Fue en susinicios un movimiento de reforma de carcter moderado que se radicaliz enla dcada de 1840, concentrando sus esfuerzos en las reivindicaciones polti-cas. Muchas de las conquistas laborales de esa poca se debieron a la agitacincartista. Las condiciones de vida del proletariado haban mejorado en algo porla sancin de una serie de leyes protectoras del trabajo, una en 1844 quelimitaba el trabajo de los mineros a seis horas diarias; otra, de 1847, impuso lajornada de diez horas en las fbricas hiladoras de algodn. Por otro lado, losinicios del librecambio determinaron una cierta baja en el precio del pan y deotros alimentos. Era ya el momento en que Marx y Engels redactan el Mani-fiesto Comunista.

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    Si volvemos ahora la mirada hacia la estructura industrial britnica veremosque a comienzos del siglo XIX la industria algodonera sobresala entre lasrestantes. Entre 1784 y 1813 el valor de la produccin de las telas de algodnpas de 5 a 28 millones de libras esterlinas y hacia el final del perodo losproductos de algodn constituan casi la mitad del valor de las exportacionesde mercancas de Gran Bretaa. En ese lapso, la media de las importaciones dealgodn en bruto subi de 7.200 a 29.250 toneladas, lo que representaba un20% de las importaciones.La industria del algodn creci, entonces, ms rpidamente que otras, trans-formndose en el sector dinmico de la economa britnica. Es el momento depreguntarnos por qu motivos esa y no otra rama industrial se revolucionprimero y se transform en sector dinmico. En primer trmino cubra unanecesidad bsica: la del vestido. Por otro lado, el traslado de sus productos erafactible con los medios tcnicos de la poca, ya que an no se haba aplicado elvapor a los medios de transporte. Asimismo se favoreca con un contextointernacional en el que, como tambin dijimos, Gran Bretaa tena una presen-cia central. Los calics que la compaa monoplica britnica importaba de laIndia se reexportaban al gran mercado europeo, por lo que ya exista una redcomercial que pudo ser utilizada para sustituirlos por la venta de gneros dealgodn producidos en la metrpolis.La materia prima que elaboraban las hilanderas flua a Gran Bretaa en condi-ciones sumamente ventajosas, tanto por el desigual comercio con las coloniascomo por la explotacin de mano de obra esclava. El cultivo del algodn serealizaba en plantaciones esclavistas de las Indias Occidentales, Brasil y en losEstados del sur de Estados Unidos. De modo que la base de la abundancia y elbajo precio del algodn de la RI era la explotacin abierta de los trabajadoresen el nuevo mundo.Finalmente, y en relacin con lo anterior, Inglaterra contaba con aceitadosmecanismos de llegada y de control en los mercados coloniales propios y aje-nos, y en ellos encontr la industria del algodn espacios que le permitieronuna expansin sin precedentes. Valga como ejemplo uno significativo: Losesclavos, comprados en parte a cambio de telas de algodn en las costas africa-nas, y vestidos con telas de algodn compradas por los plantadores en las islasen las que fueron desembarcados, determinaron la fortuna de una industriaalgodonera que haba comenzado por constituirse en el mercado metropolita-no (Bergern, 1986: 15).Las oportunidades para los fabricantes algodoneros se tornaron ms ventajo-sas aun cuando Gran Bretaa entr en guerra contra Francia en 1793, situa-cin que se prolong hasta 1815. La penetracin de los textiles ingleses seacentu tanto en las desprotegidas colonias francesas como en las de su aliada

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    Espaa. En este contexto cobran sentido las invasiones inglesas de 1806 y1807 al Ro de la Plata. La primera expedicin tuvo como objetivo inmediato lacaptura de un cargamento de oro y plata concentrado en Buenos Aires para sutraslado a Espaa. Aunque ello no excluy la implantacin del comercio librecon Gran Bretaa mientras dur la ocupacin de la capital del Virreinato. Lasegunda invasin comenz por la toma de Montevideo, a la que los inglesesatiborraron de telas de algodn. Durante los ocho meses en los que se prolon-g la conquista, la ciudad fue transformada en base de una penetracin mer-cantil hacia el Virreinato. Cuando finalmente termin la ocupacin y la flota semarch vencida, dejaba llenos de productos britnicos los depsitos de loscomerciantes montevideanos.El desarrollo del proceso fabril en el algodn produca un efecto desencadenantesobre otras industrias. Estimulaba la elaboracin mecanizada de otros produc-tos, como la lana, el carbn y el hierro.La tradicional manufactura de la lana se vio presionada por la calidad y losprecios competitivos de los nuevos hilos y telas de algodn. Con un retrasosignificativo y un ritmo menor, las maquinarias se fueron incorporando tam-bin en este sector. Hacia 1800 existan unas veinte fbricas de hilos de lana enInglaterra que convivan con las formas de produccin habituales. De todosmodos, los productos de lana perdan en la competencia con las telas de algo-dn, ms baratas y manuables para su uso cotidiano, y especialmente aptaspara los climas clidos y templados de las colonias.Ms importantes fueron las transformaciones y el crecimiento de la industriaminera, debido al aumento de la demanda de carbn requerido por las fbricasalgodoneras. Cambiaron las tcnicas de extraccin y de transporte del material.La mquina a vapor de Watt se comenz a aplicar a fines del siglo XVIII. Aprincipios del XIX era notable el incremento de las inversiones y de las dimen-siones de las empresas mineras. Un proceso similar atravesaba la metalurgiadel hierro. En 1783 se cre el procedimiento del pudelado, que permita con-vertir el hierro en bruto en hierro maleable. La demanda creci en el rea civilpara la construccin de mquinas textiles y a vapor, y de mquinas para fabri-car las mquinas, lo cual constituy el inicio de la industria pesada. No obstan-te, las relaciones sociales de produccin en estas industrias an distaban de serclaramente capitalistas.Al observar el conjunto de la economa britnica durante la primera fase de la RIdebemos relativizar el impacto de la mecanizacin. El boom del algodn no ocul-taba que hacia 1820 el nuevo sistema de fbrica estaba limitado a una estrechafranja del sector industrial. Tengamos presente que la mayora de los productosalimentos elaborados, enseres domsticos, calzado, construccin se siguieronproduciendo de modo tradicional hasta la segunda mitad del siglo XIX.

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    Hacia la dcada de 1820 la presin que ejerca la valorizacin del capital llev asortear la barrera del transporte: expandi la RI a lmites no previstos con laaplicacin de la mquina de vapor. Nos encontramos ante la invencin delferrocarril.

    4.2 La segunda fase de la Revolucin Industrial: el ferrocarril

    Las fbricas de tejidos de algodn demandaban una creciente produccin decarbn. Ello haba provocado ya la difusin de mquinas a vapor en el procesode extraccin, al interior de las minas. Hacia la dcada de 1820 la industriacarbonfera necesitaba un medio de transporte gil y potente para llevar elcarbn desde las minas hasta los puntos de embarque. Se origin as la traccinpor rieles, que luego de aos de perfeccionamiento deriv en la locomotora deGeorge Stephenson. La primera lnea frrea, de 1825, uni una zona minera(Durham) con la costa. A partir de ese momento, el novedoso transporte seexpandi rpidamente provocando un verdadero furor. Durante las dcadasde 1830 y 1840 se extendieron numerosas lneas cortas de carcter local queconformaron hacia mediados de siglo una red nacional de ms de 8.000 kil-metros.La difusin del ferrocarril tuvo una importancia estratgica en la economa dela poca. Profundiz el desarrollo capitalista en diversos sentidos. Absorbicapitales en enormes proporciones, convirtindose en la principal fuente de lasinversiones. Impuls la extensin del sistema de fbrica a la industria pesada yconsecuentemente generaliz el trabajo asalariado. A la vez, provoc cambiosradicales en las formas de comunicacin existentes. Ello llev a una significati-va transformacin del mercado externo britnico y, poco despus, del merca-do mundial. La era del ferrocarril gener un clima entusiasta en quienesconfiaron en un progreso que les pareci ilimitado y eterno. No slo en elplano econmico. El tren conmova, trastocaba las percepciones del espacio ydel tiempo al reducir las distancias y abrir nuevos rumbos, y fortaleca la con-fianza en las potencialidades humanas frente a la naturaleza. Sus lmites sepercibieron recin en la Gran Depresin de 1873.Cules fueron las causas de su desarrollo? Hacia 1830 las primeras generacio-nes de la burguesa industrial algodonera haban acumulado capitales en talesproporciones que excedan toda posibilidad de reinversin rentable en las acti-vidades textiles. Adems, el fin de las guerras napolenicas redujo los mrge-nes de inversin en la industria blica y en el Estado. En un principio, parte deese capital fue derivado al sistema financiero con prstamos a gobiernos sud-americanos que en general terminaron en fracaso para los inversionistas. Fueen ese momento que el Ro de la Plata, luego de una visita de Bernardino

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    Rivadavia a Londres en 1824, tom un prstamo de Baring Brothers, la casa debanca mercantil britnica, por un milln de libras.De modo que, ante una primera crisis de rentabilidad capitalista, el ferrocarrilse present como una oportunidad en la que, como dice Hobsbawm, su cos-to era su principal ventaja. A la instalacin de las propias compaas ferrovia-rias se sumaba la posibilidad de inversin en acciones de bolsa que prontogeneraron un boom especulativo financiero. Adems, la demanda de maquina-ria y de hierro que se gener, orient inversiones hacia la instalacin del siste-ma de fbrica en las industrias minera, metalrgica y mecnica.El mercado de trabajo sufri fuertes cambios. La construccin de ferrocarrilesabsorbi buena parte de la emigracin rural. Hacia 1847 empleaba ya el 4% dela poblacin activa masculina. El efecto multiplicador que produjo en otrasindustrias profundiz la urbanizacin y la poblacin urbana pas a ser enton-ces tres veces ms grande que la campesina.El ferrocarril aumentaba la velocidad y la capacidad de transporte de mercan-cas, a la vez que abra caminos hacia zonas no mercantilizadas hasta ese enton-ces. Ello influy en otros medios de comunicacin, que para competir debie-ron modernizarse, como las empresas que explotaban la navegacin de loscanales. As, los buques de vapor acompaaron el proceso de expansin de losmercados que se iniciaba.Esta segunda fase de la RI fortaleci aun ms la posicin de Gran Bretaa enel mercado mundial. El ferrocarril estimul la exportacin de bienes de capital,pues los pases del continente europeo, a partir de la dcada de 1840, acudie-ron a la siderurgia britnica para la construccin de sus propios rieles y trenes.La expansin ferroviaria pronto continu en Estados Unidos, Canad, Amri-ca Latina, India y Australia. Por otro lado, los altos beneficios que obtenan lascompaas ferroviarias britnicas derivaron en la ampliacin del mercado decapitales en forma de crditos al extranjero.En conclusin, la diseminacin del ferrocarril por el mundo fue producto delas presiones del capital por valorizarse y redund en un espacio de inversin yde rentabilidad de enorme magnitud. A la vez les proporcion a los capitalistasindustriales y financieros europeos excepcionales formas de valorizacin en elnuevo mundo porque a travs de las locomotoras se export capitalismo.Para Latinoamrica su llegada signific un antes y un despus: el ferrocarril nose instal siguiendo la distribucin de la poblacin tradicional ni de acuerdo alos sistemas econmicos vigentes, sino que obedeci a los fines de rentabilidadde las empresas britnicas y de los sectores mercantiles dominantes locales. Laexpansin vigorosa del sistema ferroviario de los pases latinoamericanos co-rri a la par de las economas de exportacin primaria y de su integracin condiversos tipos de inversin de los capitalistas britnicos y de otras regiones

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    europeas. De modo que signific la ruina de numerosas economas regionalesy el empobrecimiento de amplios sectores de las sociedades tradicionales. Lacontracara fue el avance de burguesas locales que se tornaron dominantes alestablecer alianzas con quienes traan el ferrocarril.Y si la ocupacin militar haba sido instrumento poltico y el ferrocarril instru-mento tcnico de los britnicos para aduearse de nuevos mercados, el triunfodel librecambio fue su instrumento ideolgico. Para llegar a ese punto la bur-guesa industrial tuvo primero que imponerse en sus conflictos con los terrate-nientes britnicos. stos haban logrado mantener las Leyes de Granos (Corn-Laws) que gravaban la importacin de cereales como proteccin de la produc-cin agrcola local. Desde la perspectiva de los industriales que pretendanaumentar sus ganancias bajando costos a travs de una reduccin de los sala-rios estas leyes encarecan el precio de los cereales y con ello el de la mano deobra, que no poda descender ms all del lmite de la subsistencia. De modoque la burguesa industrial manifestaba su liberalismo presionando por la de-rogacin de las Leyes de Granos. Pero no contaba con representantes propiosen un Parlamento dominado an por la burguesa agraria y mercantil, y lasleyes citadas se mantenan. La situacin se prolong hasta 1832, cuando losindustriales lograron legisladores propios mediante una reforma electoral. Apartir de ese momento la presin anti Corn-Law se intensific pero ya con msargumentos: las leyes no slo encarecan el precio de los cereales sino quetambin impedan el aumento de las exportaciones inglesas. Los industrialessostenan que era necesario que el mundo no industrializado pudiera vendersus productos agrcolas a Gran Bretaa para poder, a su vez, comprar los pro-ductos industrializados britnicos. Finalmente, durante la dcada de 1840 lo-graron imponerse en alianza coyuntural con el movimiento cartista. Las leyesfueron derogadas y con ellas los aranceles, no slo sobre la importacin decereales sino tambin de otros productos alimenticios y de materias primas ymanufacturas. De este modo, el librecambio le permita a la burguesa indus-trial britnica procurarse materias primas a precios ventajosos mientras que sudesarrollo fabril la protega de cualquier competencia en los productosindustrializados.Con el librecambio, Gran Bretaa estableci una divisin internacional del tra-bajo a la medida de su RI. Abri puertos y demand alimentos y materiasprimas a los pases no industrializados, aumentando, a su vez, la posibilidad devenderles sus nuevos productos. La expansin del capitalismo signific, en-tonces, la expansin de un sistema econmico que domin a otros modos deproduccin. Transform la lgica de acumular riquezas, de producir y de inter-cambiar productos no slo en Inglaterra sino en el mundo. Las economasexportadoras de materias primas, al adherir al librecambio, no iniciaron su de-

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    sarrollo industrial. Confiaron en el progreso que la insercin en la divisininternacional del trabajo pareca proponerles.Esto signific, para buena parte de Amrica Latina, la entrada abrupta a uncapitalismo que le asignaba el rol de productora primaria exportadora agrco-la, ganadera o minera, segn los recursos de cada regin y de consumidora debienes industrializados importados. Las burguesas locales nacientes loprohijaron y lograron consolidarlo como identidad nacional. En las sociedadeslatinoamericanas el comercio exterior pas a ser el eje de la vida econmica,generalmente basado en relaciones bilaterales con Gran Bretaa. De all llega-ban, adems, emprstitos para los Estados de Amrica Latina, que poco des-pus, a fines del siglo XIX, pasaron a formar parte del nuevo Imperio Britni-co, como colonias informales. Eran los inicios de una lgica de enriqueci-miento propia de las burguesas latinoamericanas que, aun habiendo variadolos centros capitalistas, se consolid y todava perdura.

    5. Consideraciones finales

    La RI ha sido y es tema continuo de estudio. Contamos con mltiples interpre-taciones que responden a muy diversas motivaciones ideolgicas ymetodolgicas. Es importante destacar que cada enfoque construye su propioobjeto de estudio; es decir, que difieren los sentidos otorgados a la RI. Algu-nos encuentran su esencia en la aplicacin de nuevas tecnologas a la indus-tria. Otros en la apertura y expansin de la denominada economa de mercado. Yotros destacamos la RI como momento esencial en la consolidacin del capita-lismo. Segn la perspectiva adoptada, varan la naturaleza y la profundidad delos cambios percibidos. Inclusive hay visiones que descartan que la categorarevolucin sea apropiada para comprender aquello que aconteci en GranBretaa hacia fines del siglo XVIII.En consecuencia, cada interpretacin privilegia una dimensin de anlisis, es-tablece relaciones y las jerarquiza. As, los primeros historiadores liberales usual-mente se limitaban a relacionar la serie de progresos tecnolgicos que per-mitieron un aumento autosostenido de la produccin. Hacia el siglo XX, nu-merosos investigadores han puesto especial nfasis en analizar los factores queimpulsaron el despegue de las sociedades industriales. Es decir, en conside-rar detenidamente las causas que motivaron la expansin continuada de la in-dustria. Su inters no ha sido exclusivamente una cuestin terica, en l hainfluido el intento de encontrar y promocionar la va ms rpida de desarrollocapitalista para que los pases no industrializados o subdesarrollados deja-ran de serlo. De modo que, frecuentemente, los diversos argumentos de esos

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    historiadores y economistas pretenden ser contribuciones para los problemasde atraso econmico de sociedades que an hoy no se han industrializado.Muchas veces esas miradas desarrollistas han visto en el proceso ingls unmodelo. Un modelo que se destaca por el protagonismo de la iniciativa empre-sarial como gestora e impulsora de las transformaciones socioeconmicas, ypor un Estado que acta como su instrumento. Lectura e interpretacin de loshechos que de modo alguno expresa el espritu de nuestro trabajo.

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