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www.ateneadigital.es PVP: 7 € (7,10 € en Canarias) RICARDO MARTÍNEZ ISIDORO La disyuntiva actual de Pakistán FRANCISCO GALLEGO ARANDA Regulación de los informes personales GUARDIA CIVIL Cada vez más misiones en el exterior SEGURIDAD y DEFENSA tenea A AÑO IV · Nº 23 ENTREVISTA CON GERARDO SÁNCHEZ REVENGA, PRESIDENTE DE AESMIDE ESPAÑA debe ser un ACTOR principal en su futuro OCCIDENTAL

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Número 23 de la Revista ATENA, publicación dedicada a la Seguridad y Defensa en todo el mundo

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www.ateneadigital.es PVP: 7 € (7,10 € en Canarias)

ricardo martínez isidoro

La disyuntiva actual de Pakistánfrancisco gallego aranda

Regulación de los informes personales guardia civil

Cada vez más misiones en el exteriorSeguridad y defensa

teneaAaño iV · nº 23

entrevista con gerardo sánchez revenga, presidente de aesmide

España debe ser unactor

principal en su futuro

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Seguridad en las comunicaciones, para una misión eficaz y seguraEl Ejército de Tierra juega un papel de alta responsabilidad a la hora de llevar a cabomisiones de paz. Por eso, las herramientas de comunicación a su alcance tienen que ser interoperables a muchos niveles, incluso en misiones conjuntas, y ofrecer la máxima velocidad de transferencia de datos: tanto en frecuencia fija como en salto en frecuencia, tanto en modo claro como encriptado. Con el ¸M3AR para los pilotos y el ¸M3TR para las fuerzas de tierra, Rohde & Schwarz ofrece dos soluciones fiables que cumplen con todas las necesidades y requerimientos tanto del cuerpo como de cada soldado.

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Estimado lEctor:

El violento desmantelamiento del campamento saharaui en las proximida-des de El aaiún, que reivindicaba condiciones dignas de vida, que no la inde-pendencia, ha vuelto a poner sobre el tablero de la actualidad el tema de la in-acabada descolonización española del sahara, 35 años después de la dudosa juridicidad de los acuerdos de madrid y de la evacuación del territorio.

Resulta aleccionador comprobar cómo nuestro vecino del sur revitaliza ar-tificial y periódicamente los conflictos con España, aprovechando de forma idónea los momentos de debilidad española para mejorar su posición interna e internacional en campos que no siempre tienen mucho que ver con las relacio-nes bilaterales y sí, en muchas ocasiones, con el viejo sueño del Gran marruecos, el imperio cherifiano de Hassán ii.

se podría enumerar una larga lista de asuntos que recomiendan unas buenas relaciones de vecindad: ceuta, melilla, drogas, emigración, islamismo radical,… pero ello debiera moverse en los límites del mutuo respeto que se deben dos estados soberanos. cooperar no es ceder siempre. la débil estrategia de una permanente cesión excita a la otra parte a redoblar sus futuras exigencias. Nuestros propios nacio-nalismos periféricos son un claro ejemplo de ello.

España tiene una deuda ética con el sahara a causa de una chapucera descolonización inconclusa. Uno de los diez países con mayor peso en el mundo no puede conformarse con una posición ‘buenista’ que permita que la población de un territorio, que ha sido una provincia española, carezca de los derechos humanos más elementales y que tales derechos no puedan ser defendidos por una miNUrso que carece del correspondiente mandato. Y, si bien es cierto que en el consejo de seguridad de Naciones Unidas no es posible actuar en tal sentido por el veto de alguno de los grandes, los distintos Presidentes del Gobierno tienen, año tras año, ocasión de poner de manifiesto la posición que consideran de justicia la mayoría de ciudadanos españoles, así como nuestra diplomacia de obtener los correspondientes apoyos interna-cionales.

En la permanente lucha entre intereses y valores, no siempre deben ganar los primeros, especialmente cuando se trata de derechos humanos elementales. si, por desgracia, los españoles de a pie nos vamos pa-reciendo cada vez más a sancho, bueno sería que alguno de nuestros gobernantes adoptara alguna vez, con dignidad de auténtico estadista, y no sólo de político, el papel de Quijote, y el idealismo se impusiera a un realismo políticamente correcto, para exigir internacionalmente el fin de un statu quo intolerable, del que España es, en parte, responsable.

C A R T A D E L D I R E C T O R

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s u m a r i o

en portada: Sahara occidental 6 El conflicto del Sahara Occidental. Por Santiago Pérez Díaz

8 Aproximación histórico-jurídica. Por Jesús Argumosa

13 ¿Qué fue de los muros de Marruecos? Por S.P.D.

14 Un planteamiento de futuro. Por José M. Peredo Pombo

16 La Agrupación de Tropas Nómadas. Por Antonio Ramos-Yzquierdo Zamorano

18 El entorno africano del conflicto. Por Carlos Echeverría Jesús

22 El Sahel puede ser el próximo Afganistán. Por Manuel de Ramón

30 pakiStán La disyuntiva actual. Por Ricardo Martínez Isidoro

36 irak Lecciones de la intervención de los EEUU. Por Zacarías Hernández Calvo

42 internacional La Guardia Civil más allá de las fronteras. Por Julio Serrano Checa

46 iberoaméricaLa Defensa en el contexto suramericano. Por Javier Ponce Cevallos

50 unión europeaUna estrategia de seguridad marítima. Por Fernando del Pozo García

57 eSpañaLa nueva regulación de los informes personales. Por Francisco J. Gallego Aranda

60 miSioneS de laS faS Los primeros observadores: Angola. Por José Rodríguez Rodríguez

66 inveStigación La estrategia de tecnología e investigación para la Defensa. Por Manuel Pereira Rueda

70 entreviSta Gerardo Sánchez Revenga, presidente de AESMIDE: “HOMSEC es una iniciativa muy valiente, un desafío imaginativo a la crisis”. Por Abel Hernández

75 enSayoLa Tradición, esa permanente modernidad. Por José Luis Bazán

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Atenea · Número 23Febrero 2011

Una mujer saharaui sale de su tienda en el

campamento situado en las inmediaciones de El Aaiún el pasado 6 de noviembre.

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PRESIDENTE DEL GRUPO ATENEAJosé Luis CortinaDIRECTOR DEL GRUPO ATENEAJoaquín Tamarit

DIRECTOR EDITORIAL: Jorge OrtegaSUBDIRECTOR: Santiago Pérez DíazJEFE DE REDACCIóN y áREA DE PATRImONIO: Antonio ManzanoáREA INTERNACIONAL: Jesús ArgumosaáREA NACIONAL: Manuel de RamónáREA TECNOLOGíA/INNOvACIóNFrancisco J. CesterosCOORDINADOR áREA PATRImONIO:Aurelio Valdés COORDINADOR OBSERvATORIO: Julio GaruloDIRECTORA DE ARTE: Isabel BenitoINFOGRAFíA: Julián de VelascoSECRETARíA DE REDACCIóNVirginia Vega e Inmaculada GómezCOLABORADORES: Sonia Alda, Juan Batista, J.M. Blanco Núñez, Alexandre Calvo, Guillem Colom, César Díaz-Carrera, Carlos Echeverría, Ignacio Fuente, Bernabé Gutiérrez, Abel Hernández,José Javaloyes, Ángel Lobo, Julio M. Luqui-Lagleyze, Juan A. Pons, Fernando del Pozo, Ángel TafallaCOLABORACIONES CORPORATIvAS: Asocia-ción Española de Militares Escritores

conSeJo aSeSor del grupo ateneaJose Luis Cortina, José A. García González, Carlos Herrera Ruiz, Alejandro Klecker, Rafael Lorenzo, Fernando Mosquera, Juan Ortuño, Francisco Parra, Ángel Tafalla, Marcos Urarte,Juan Velarde, Rafael YusteDIRECTOR DE ACTIvIDADES ACADémICASJuan [email protected] DE LA CONSULTORíAFernando [email protected] TéCNICO DE LA CONSULTORíAFrancisco [email protected] COORDINADOR GENERAL HOmSECAlfonso López Clavier / [email protected] DE COmUNICACIóNLuján Artola / [email protected] mARKETING y PUBLICIDADGabriel Cortina /[email protected] ' 675 751 733EDITA: Empresa i2v, S.L. C/ José Abascal 18, 1º 28003 Madrid ' 915 945 255 SUSCRIPCIONES: Apartado de Correos nº 3072 fd

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oPiniones exPresadas Por sus colaboradores.

I.S.S.N. 1889-0210Dep. Legal: m-46074-2008

3er SALóN INTERNACIONAL

de TECNOLOGíAS para la SEGURIDAD

y la DEFENSA8 - 11 marzo 2011

madrid, España

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F i r m a s

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io JoSé luiS bazán

Doctor en Derecho por la U. de Navarra. Profesor de la U. Pontificia de Comi-llas. Máster en Dirección de Recursos Humanos y Organizaciones por el ESIC.

carloS echeverría JeSúSDoctor en Ciencias Políticas y Sociología por la UCm y Profesor de Relaciones Internacionales de la UNED desde 2000. Profesor de la ESFAS.

franciSco J. gallego arandaTeniente de Navío Jefe del Centro de Adiestramiento de Seguridad Interior de la Armada; Rota, Cádiz. Licenciado en Derecho por la UNED.

abel hernándezPeriodista. Ex director del diario ya. Fue Redactor-Jefe de Radio Nacional y primer Director de los programas 24 horas y Frontera. Autor de varios libros, entre ellos La España que quisimos.

zacaríaS hernández calvoComandante de Infantería, diplomado en EM. Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología; Diplomado en Liderazgo en Gestión de la Administración Pública por el IESE Business School y en Altos Estudios Internacionales por la SEI.

Julio m. luqui-lagleyzeProfesor Adjunto de las Cátedras de Historia de América Colonial y de Historia Argentina I en la Universidad Católica Argentina en Buenos Aires. Profesor de Estudios Histórico Navales. Armada Argentina.

ricardo martínez iSidoroGeneral de División. Ha sido Segundo Jefe de la División multinacional Centro-Sur en Al Hillah (Irak) en la Operación Libertad Duradera. Director de Doctrina, Orgánica y materiales del mADOC.

JoSé navaS ramírez-cruzadoCoronel de Artillería. Diplomado en EM en España y en Portugal. Director del museo militar de La Coruña. Experto Universitario en museología militar por la U. Complutense de Madrid.

JoSé m. peredo pomboDoctor en Ciencias de la Información. Profesor Titular de Comunicación y Re-laciones Internacionales de la U. Europea de madrid, donde es Director del Departamento de Periodismo y Humanidades.

manuel pereira ruedaContralmirante de Ingenieros de la Armada. Licenciado en Empresariales. Ha sido Subdirector General de Tecnología y Centros, y de Tecnología e Innovación en la DGAm.

Javier ponce ceballoSministro de Defensa Nacional de Ecuador. Periodista, escritor y poeta.

fernando del pozo garcíaAlmirante. Su último destino fue Director del Estado Mayor militar internacio-nal del Cuartel General de la OTAN en Bruselas. Miembro del Wise Pen Team.

antonio ramoS-yzquierdo zamoranoTeniente General. Presidente de la Hermandad de Veteranos de Tropas Nóma-das del Sahara. Ha sido jefe del mando de Canarias y del mALZIR Centro.

JoSé l. rodríguez JiménezProfesor Titular de Historia Contemporánea en la U. Rey Juan Carlos. Especia-lizado en historia militar reciente. Autor del libro De héroes e indeseables. La División Azul, entre otros.

Julio Serrano checaComandante de la Guardia Civil, Diplomado en Estado Mayor. Secretaría de Cooperación Internacional de la Guardia Civil.

78 biografía Teniente general Pablo Morillo Morillo, El Pacificador General realista, Jefe del Ejército Expedicionario de la Costa Firme, buscó moderar los excesos de la guerra. Siempre se mantuvo fiel a sus principios (1775-1837). Por Julio M. Luqui-Lagleyze

84 muSeoS Museo Histórico Militar de La Coruña “...mi deseo e ilusión es que esta colección sea el embrión de un museo que refleje la Historia militar y sirva a todos los ciudadanos, y sobre todo, a la juventud, para conocer su propia realidad”. (Francisco Vázquez, ex alcalde de La Coruña).

Por José Navas Ramírez-Cruzado

88 hiStoriaLa batalla de Krasnyj-BorEl 10 de febrero de 1943 tuvo lugar la última gran batalla de la Infantería española con la División Española de voluntarios, mandada por el general Esteban Infantes.

Por José L. Rodríguez Jiménez

93 el obServatorioPor Julio Garulo

Novedades de material,industria militar, tecnología aplicada y logística:

w Nanosensor de explosivosw Estrés en los operadores de UAVsw El ‘canibalismo’ de aviones, rentable

Atenea · Número 236

E N P O R T A D A

Con arreglo a la legalidad internacional, España debería entregar la administración del territo-rio a la ONU que, a su vez, ejecutaría el acuerdo

al que se llegue en el organismo internacional, sea la independencia, la anexión a Marruecos o la puesta en marcha de una autonomía dentro de este último país. En estos momentos el problema parece que se debería encauzar en los próximos años.

Los 266.000 kilómetros cuadrados del territorio del Sahara Occidental contienen la mitad de las reservas mundiales de fosfatos, una gran riqueza pesquera en las aguas adyacentes y grandes bolsas de petróleo sin explo-tar. En él están censados 96.000 ciudadanos, la mayor parte saharauis, con derecho a voto, aunque viven un

occidentalsaharael conflicto del

España debe ser un actor principal en el futuro del

Sahara Occidental porque ha sido la potencia

administradora de esta colonia, de acuerdo

con las resoluciones de la ONU, desde 1963,

aunque no de facto desde la anexión marroquí

llevada a cabo en noviembre de 1975

por Santiago Pérez Díaz

occidentalsaharael conflicto del

España debe ser un actor principal en el futuro del

Sahara Occidental porque ha sido la potencia

administradora de esta colonia, de acuerdo

con las resoluciones de la ONU, desde 1963,

aunque no de facto desde la anexión marroquí

llevada a cabo en noviembre de 1975

por Santiago Pérez Díaz

Atenea · Número 238

E N P O R T A D A

número indeterminado de colonos marroquíes y unos 50.000 soldados que ocupan el territorio militarmente.

Hasta hace poco no se consideraba la independencia con posibilidades, pero los cambios en el panorama re-gional y la magnitud de las riquezas antes citadas hacen que esta posibilidad cobre cada vez más viabilidad. Los grandes aliados de Marruecos han sido Estados Unidos y Francia. Últimamente Washington ha ampliado sus relaciones con Argelia -el gran sostenedor de la Repú-blica Árabe Saharaui Democrática y del Frente Polisa-rio- y hasta con Libia.

Es decir, que Marruecos ya no es el único gran aliado de los norteamericanos en el norte de África. Además, ya han pasado los tiempos de la guerra fría en los que había que defender a toda costa el Atlántico frente a los soviéticos. Por este problema estratégico, EEUU se puso en 1975 de parte de Marruecos y en contra de España, al organizar de forma encubierta la llamada “marcha verde” que terminó con la ocupación del territorio. Se aprovechaba así la falta de una clara dirección política en Madrid mientras agonizaba el anterior Jefe del Esta-do y en Lisboa triunfaban los aliados soviéticos en la revolución de los claveles.

La ONU insiste en sus resoluciones en celebrar un referéndum en el que se pregunte si los saharauis quie-ren la independencia o la autonomía dentro de Marrue-cos. Rabat se lleva oponiendo muchos años a la primera pregunta, pero el tiempo se acaba y antes o después las urnas tendrán la última palabra. En un referéndum con garantías no cabe duda que ganará la independencia.

En este caso, Marruecos no controlaría la produc-ción mundial de fosfatos, elemento imprescindible para la fabricación de abonos agrícolas en un mundo en el que cada vez se necesita producir más alimentos. Algo parecido puede decirse del petróleo; y la pesca es un apartado de gran interés para España.

Recientemente, funcionarios del Departamento de Estado se han reunido en territorio norteamericano con una delegación saharaui, lo que es un reconoci-miento implícito de su existencia como parte implica-da en el problema y no dependiente de Marruecos. Y al presidente Barack Obama, tan necesitado de un éxito internacional en estos momentos de debilidad política internacional, no le vendría mal que se fuera resolvien-do este conflicto interminable del Sahara. Y sería una manera de compensar la creciente presencia de China y Rusia en el continente africano. n

aproximación histórico-jurídica

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Arriba, en el centro, el coronel Pascual, jefe de la Agrupación de

Tropas Nómadas, en una visita a una patrulla motorizada. Abajo, miembros

del Frente Polisario, armados con antiguos fusiles de cerrojo, realizando

ejercicios en mayo de 1.976.

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Número 23 ·Atenea

por Jesús Argumosa

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La presencia de España en el territorio del Sahara Occidental se remonta

a los inicios del siglo XIV, desde que

Jean de Bethencourt, siendo titular del señorío de Canarias concedido por En-rique III de Castilla, realizó numerosas ‘entradas’ en la costa africana llegando

hasta Cabo Bojador

En el año 1478, Diego García de Herrera, conde de La Gomera, tomó posesión de gran parte de la costa africana frente a Canarias, alzando una

fortaleza artillada y pertrechada en Santa Cruz de Mar Pequeña, que confió a una guarnición mandada por Alonso de Cabrera.

Años más tarde, se establecieron varios enclaves for-tificados que, por una parte, servían de establecimien-tos mercantiles y puntos de apoyo a las pesquerías de Canarias y, por otra, constituían bases de partida para que el conde pudiera realizar ‘entradas’ o ‘cabalgadas’ por el territorio, en el transcurso de las cuales recibió vasallajes de varias tribus litorales al mismo tiempo que conseguía cuantiosos beneficios.

Desde entonces y hasta la Conferencia de Berlín de 1884-1885, y con independencia de los diferentes in-tentos de ocupación del Sahara Occidental, por parte de franceses y británicos, se fundaron en la costa varias factorías pesqueras que, junto a diferentes recorridos por el territorio llevados a cabo por patrullas españolas, establecieron relaciones con las distintas cabilas cuya intensidad y frecuencia atravesaron por periodos alter-nos de amistad y enfrentamiento.

Desde el punto de vista de la legitimidad internacio-nal, los derechos históricos y jurídicos españoles sobre el territorio del Sahara Occidental se derivan de los acuerdos y tratados internacionales dimanantes de la citada Conferencia de Berlín, celebrada desde noviem-bre de 1884 hasta febrero de 1885, sobre el reparto de África entre las grandes potencias. Desde los momen-tos iniciales de ocupación del territorio en la península

aproximación histórico-jurídica

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Atenea · Número 2310

E N P O R T A D A

de Río de Oro, ocurrido en noviembre de 1884, donde posteriormente se fundó Villa Cisneros -hoy Dajla-, se instaló el primer establecimiento español bajo el man-do de Emilio Bonelli.

Lo cierto es que la verdadera ocupación española por el interior del Sahara no se realiza hasta el año 1934, bajo el gobierno de la II República, simultáneamente a la ocupación de Ifni, llegando nuestras tropas a Sma-ra, ciudad santa para los saharauis, el 15 de julio. Entre noviembre y diciembre de 1934 se realiza el recorrido Cabo Juby-Aargub, siendo acompañada la columna por cañoneros que recorren la costa y por patrullas de avia-ción. Antes de finalizar el año 1935, las fuerzas españo-las ya habían reconocido la totalidad del territorio del Sahara.

El territorio gozó de relativa paz hasta que Marrue-cos obtuvo la independencia. En 1957, bandas armadas inspiradas por el entonces príncipe heredero, Mulay Hassán, que más tarde reinaría como Hassán II, ataca-ron las fortificaciones españolas. Con la ayuda de Fran-cia, España consiguió aniquilar a aquellos guerrilleros. Fue la primera vez que Rabat intentó apoderarse del Sáhara.

la marCha vErdEEl segundo intento se produjo en noviembre de 1975 cuando Hassán II envió a 350.000 civiles marroquíes a atravesar la frontera norte del territorio saharui. Era la Marcha Verde. El 14 de noviembre, mediante los de-nominados Acuerdos de Madrid, el gobierno español, presidido por Arias Navarro -Franco se hallaba agoni-zando-, se comprometió a abandonar completamente el territorio del Sahara para el 28 de febrero de 1976, como así se hizo .

La ocupación marroquí se realizó violentamente. Tras 16 años de guerra entre el Frente Polisario y Ma-rruecos, las partes aceptaron en 1991 un alto el fuego auspiciado por la ONU, que se ha respetado desde en-tonces. El compromiso alcanzado en la ONU consistía en celebrar un referéndum de autodeterminación. Con ese fin, Naciones Unidas envió al territorio una fuerza de paz, la MINURSO (Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sahara Occidental). Marruecos torpedeó todos los intentos para llevar a buen puerto la consulta.

Los Acuerdos de Madrid son, en realidad, una decla-ración de principios. En el primero de ellos, España rati-

fica su resolución -reiteradamente manifestada ante la ONU- de descolonizar el territorio del Sahara Occiden-tal poniendo término a las responsabilidades y poderes que tiene sobre dicho territorio como potencia admi-nistradora.

No obstante, el departamento jurídico de la ONU dictaminó, el 29 de enero de 2002, que “los Acuerdos de Madrid no han transferido la soberanía del Sahara Oc-cidental ni han otorgado a ninguno de los firmantes la condición de potencia administradora, condición que España no puede transferir unilateralmente”. Por otra parte, la transferencia de la autoridad administrativa sobre el territorio saharaui a Marruecos y Mauritania, en 1975, no afectó a la condición internacional del Sa-hara Occidental como territorio no autónomo.

De hecho, Marruecos no figura como la potencia administradora del territorio saharaui en la lista de te-rritorios no autónomos de las Naciones Unidas y, por consiguiente, no ha transmitido la información sobre el Territorio prevista en el apartado a) del Artículo 73 de la Carta de las Naciones Unidas.

La República Árabe Saharaui Democrática (RASD) fue reconocida como 51º estado miembro de la Organi-zación para la Unidad Africana (OUA) en la cumbre de Addis Abeba de febrero de 1982. África quedó dividida en dos bandos: los partidarios de Marruecos y los de la RASD. En la actualidad, la RASD es reconocida por la Unión Africana y por algo más de 80 países, la mayoría de ellos africanos, latinoamericanos y de la antigua Eu-ropa Oriental.

En enero del año 2003, el enviado especial de las Naciones Unidas, James Baker, presentó un “Plan de paz para la libre determinación del pueblo del Sahara Occidental” cuyo propósito era alcanzar una solución política al conflicto que prevea el derecho a la libre de-terminación del pueblo de ese territorio, como se esta-blece en el párrafo 1 de la resolución 1429 (2002) del Consejo de Seguridad, de 30 de julio de 2002.

La propuesta de Baker fue apoyada por unanimidad por el Consejo de Seguridad y aceptada por el Polisario. Sin embargo, en abril de 2004, Marruecos declaró que no estaba de acuerdo con cualquier fórmula que inclu-yera la independencia del Sahara Occidental como un posible resultado. A mayor abundamiento, en el año 2007, Marruecos presentó su propuesta de autonomía bajo soberanía marroquí.

Desde junio de 2007, el Frente Polisario y Marruecos

Número 23 ·Atenea 11

han celebrado cuatro rondas oficiales y cuatro sesiones informales de negociaciones auspiciadas por la ONU, sin apenas resultados. Los últimos encuentros informa-les se han celebrado en Manhasset, cerca de Nueva York, el 17 y 18 de diciembre de 2010, otras nuevas reuniones el 21 y 22 de enero y han quedado citadas ambas partes, de nuevo, en marzo, de 2011.

Es evidente que la posición del territorio del Sahara Oc-cidental, situado frente a las costas de las Islas Canarias, tiene una fuerte influencia sobre la seguridad y defensa españolas ya que nuestra discontinuidad territorial pre-senta vulnerabilidades que deben protegerse de forma permanente. Hay que recordar que las Islas Canarias ocupan una posición excéntrica y alejada respecto a la península.

Los recursos naturales, ya sean fosfatos o hierro, junto a otros minerales del terreno sahariano, hidrocar-buros del subsuelo marino y el gran tesoro del banco pesquero sahariano, entre el territorio continental y las Islas Canarias, constituyen un factor multiplicador de primerísima importancia económica y geopolítica, ya que su posesión proporciona un poder e influencia sustancial en el marco de las relaciones de poder tanto regionales como mundiales.

A nivel geoestratégico, parece lógico que el Sahara Occidental sea una nación independiente, toda vez que, por un lado, la capacidad de proyección de otro país en el que se integrara siempre será mayor por su cercanía al archipiélago canario y, por otro, la influencia que pueda ejercer el nuevo país, cualquiera que sea su ten-dencia ideológica, sin duda será más leve y más maneja-ble que si perteneciera a otra nación de mayor ‘peso’

Desde nuestra salida del territorio, el 28 de febrero de 1976, nuestros gobiernos, fueran del color que fueran, nunca tomaron una postura clara y definida en la solu-ción al tema del Sahara Occidental. Todos ellos se han caracterizado por una posición ambigua, amparándose siempre en que acataban la solución que tomaran las Naciones Unidas.

España ha suscrito todas las resoluciones de la ONU que hablan del derecho de autodeterminación del

pueblo saharaui. En su com-parecencia ante la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso, el pasado 15 de di-ciembre, la ministra de Asun-tos Exteriores y Cooperación, Trinidad Jiménez afirmó que el Gobierno de España “no se ha pronunciado” a favor de una u otra solución para el histórico contencioso del Sáhara Occidental.

El grupo dE amigosPara la ministra, la solución más acertada al contencio-so será la que se alcance “fruto del acuerdo y del con-senso”. Mientras tanto, la mejor forma en la que puede contribuir España es actuando de ‘facilitador’ en el pla-no internacional, trabajando con las partes, con el en-viado personal del secretario general de la ONU y con el Grupo de Amigos para el Sáhara del que forma parte España junto a EEUU, Reino Unido, Francia y Rusia.

Mientras Marruecos invoca la legitimidad histórica, apuntalada por una situación de hecho establecida mi-litarmente, el Frente Polisario alega a favor de sus tesis, la legalidad internacional que reconoce el derecho de los saharauis a la independencia.

No parece razonable ni legítimo que Marruecos no acepte ninguna salida que suponga renunciar a la sobe-ranía sobre el Sahara -que nunca ha tenido -, invocando razones de política interna o de posibles implicaciones

la sEguridad dE España

Un oficial español de las Tropas Nómadas, a la izquierda, es agasajado en el interior de una jaima con la ceremonia del té.

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¿E N P O R T A D A

unas importantes repercusiones en nuestra seguridad, en particular en la protección y defensa de la vulnerabi-lidad que representa nuestra discontinuidad territorial con el archipiélago canario.

En tercer lugar, España debería apoyar decidida-mente el derecho de autodeterminación, manifestado en varias resoluciones de la ONU, como vía donde des-cansa la máxima legitimidad de la comunidad interna-cional. En el entendimiento de que el territorio sigue siendo no autónomo y como tal, tiene una condición jurídica y política distinta del estado que lo está admi-nistrando.

dErEChos humanosUn cuarto punto, y particularmente después de los su-cesos ocurridos en la primera quincena de noviembre de 2010, en Agdam Izik y en El Aaiún, se relaciona con la ineludible necesidad de pedir a las Naciones Unidas, en tanto que no se solucione el conflicto, que se inclu-ya, dentro de las competencias de la MINURSO, la vigi-lancia del respeto a los derechos humanos.

Otra consideración a tener presente es que la apa-rición de un estado democrático independiente, con prácticas modernas y occidentales, produce una serie de importantes ventajas en la seguridad del entorno geopolítico del Norte de África y África Occidental, ya que constituye un ‘muro de contención’ contra el yiha-dismo islámico, facilita el equilibrio estratégico de las potencias de la región así como incrementa la estabili-dad en el entorno estratégico cercano español, uno de nuestros principales intereses nacionales.

Por último, y dentro de la neutralidad ‘activa’ que se ha mencionado más arriba, España debería promover la creación de un Comité de Expertos del Sahara, del que formarían parte personalidades del Grupo de Amigos para el Sahara, de la Unión Europa y de Argelia y Mau-ritania que, bajo el liderazgo del enviado del Secretario General de Naciones Unidas, Christopher Ross, impul-saran y agilizaran la solución a esta situación conflicti-va que está afectando gravemente a la estabilidad tanto regional como internacional. n

sobre su posición regional en el Magreb, cuando no res-peta el principio universal de libre determinación de los pueblos, poniendo en cuestión la arquitectura de seguridad mundial.

A modo de conclusiones, y con independencia de la continuidad o no de España como potencia admi-nistradora, por razones históricas, jurídicas, de estado y de prestigio internacional, algunas considera-ciones, entre otras, que debería tener

en cuenta nuestro país en el conflicto del Sahara son las que se relacionan a continuación.

En primer lugar, se impone un nuevo modelo de rela-ciones con el Magreb, de tal manera que siempre se actúe hacia dicha región con una visión de conjunto, no parro-quial. Es preciso postularse por un enfoque global equili-brado en nuestro entorno estratégico cercano en el que se contemple simultáneamente a todos los actores, especial-mente a Argelia y a Marruecos, sin dar ‘bandazos’.

En una segunda consideración, parece lógico que se adopte una neutralidad ‘activa’ en el proceso encami-nado a solucionar el conflicto del Sahara Occidental, ya que, cualquiera que sea el resultado final, va a tener

Los fosfatos de Bu Craa están casi al aire libre y se extraen con

suma facilidad con grandes maquinarias.

Se impone que España actúe en el Magreb con una visión de conjunto, no parroquial, en la que se contemple

simultáneamente a Argelia y Marruecos sin bandazos

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los muros levantados por Ma-rruecos a lo largo de 2.700 kiló-metros en el Sahara Occidental

entre 1981 y 1987 han sido de una gran eficacia. Puede hablarse de uno solo construido en varias fases. Desde entonces, las fuerzas del Polisario ape-nas han podido llevar a cabo acciones militares contra Marruecos. Actual-mente hay tres tramos operativos, al haber rodeado éstos últimos a los pri-meros que se hicieron.

Pero, al mismo tiempo, el muro y su defensa le cuestan una fortuna a Marruecos, dado que requiere una guarnición permanente de 50.000 hombres, lo que significa que tiene desplegado allí a casi todo el ejército.

La idea de contener las incursio-nes de los ‘polisarios’ con este siste-ma partió de los americanos; la fi-nanciación corrió a cargo de Arabia Saudí en buena parte.

Lo primero que se encuentra el atacante al llegar a las proximida-des de la edificación es un campo de minas. Luego se tienen que su-perar barreras de arena, en algunos lugares hasta tres, que alcanzan una altura media de dos metros. En algunos puntos están reforzadas con pequeñas paredes de piedra. A continuación se ha excavado un foso contra carros con un metro de profundidad y otro tanto de ancho. Finalmente, una alambrada prote-

ge a las posiciones de las tropas ma-rroquíes, posiciones que pueden ser o bien un punto de apoyo o bien un observatorio.

A lo largo del muro, cada cuatro kilómetros está desplegada una compañía de infantería que, con patrullas, establecen enlaces entre sí. Cada 15 kilómetros hay puestos de observación y de mando en los que hay un batallón. La vigilancia se completa con tres tipos de ra-dares: de alcance corto (unos tres o cuatro kilómetros), de artillería, con un alcance de 15 kilómetros y, por último, un radar Westinghouse de mucha potencia que cubre casi todo el territorio. n

QUÉ FUE DE LOS MUROS DE MARRUECOS?

Vista aérea de uno de los muros marroquíes y las

posiciones que los refuerzan

regularmente.

por S. P. D.

FOTO: HERMANDAD DE VETERANOS DE TROPAS NÓMADAS DEL SAHARA

Atenea · Número 2314

E N P O R T A D A

s a h a run planteamiento de futuro

en las tumultuosas aguas de la descolonización y que ha servido de fundamento para las constantes reivindi-caciones sobre Ceuta y Melilla y algunos territorios de Argelia, Mauritania y Malí.

En la actualidad, las aguas de la coyuntura regional permanecen igualmente revueltas, pero en este caso por culpa de la crisis económica, el avance del islamis-mo radical en el Sahel y el deterioro de las políticas euromediterráneas y de seguridad comunitarias, lo cual puede ser considerado por Rabat como una corriente idónea para plantear una ofensiva política que permita acceder al país al estatus de potencia. Y hacerlo en un momento de reconfiguración del liderazgo global ha-cia un paradigma multipolar, en el que no parece haber protagonismo nada más que para las grandes potencias globales y para las emergentes.

las Canarias, EsEnCialEsEl error del planteamiento marroquí va de lo global a lo local porque, de entrada, el supuesto debilitamiento del liderazgo occidental no es tal y más bien responde a un

después del violento desmantelamiento en no-viembre del campamento de Agdam Izik, en las inmediaciones de El Aaiún, Marruecos volvió a

activar los mecanismos diplomáticos y de propaganda del régimen alauí para anunciar una revisión de su política exterior hacia España y para intensificar sus dispares rei-vindicaciones territoriales. Una escalada de tensión políti-ca que puede interpretarse como un episodio más del con-flicto bilateral que periódicamente Rabat exterioriza, bien por motivos internos o bien para fortalecer su posiciona-miento ante alguna negociación. Pero sería un error fon-dear en la superficie de los detalles que Marruecos expone y no profundizar en el calado que la región noroccidental africana tiene para la seguridad euroatlántica y global.

Las intenciones de Rabat han quedado al descubier-to por culpa de la desproporción de las actuaciones de sus Fuerzas de Seguridad y de la resonancia de sus soflamas, que rememoran las décadas de los años 60 y 70. Un discurso que parece evocar el proyecto del Gran Marruecos que impulsó la estrategia de los gobiernos de Hassan II para apropiarse de Ifni y el Sahara español

El asentamiento de Auserd muestra

las características orográficas y

habitacionales del Sahara.

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por José María Peredo Pombo

aoccidentals a h a rNúmero 23 ·Atenea 15

democráticos se antoja como la solu-ción más duradera en la lucha políti-ca y social contra el radicalismo.

El definitivo traslado de la sobera-nía a los pueblos es pues la alternativa más recomendable para extirpar la violencia de la convi-vencia regional. La otra alternativa es la férrea dictadura de la que, la mayoría de los países magrebíes, llevan tratando de huir desde hace décadas, con mayor o menor fortuna.

Por último, habría que añadir que la recurrente de-bilidad comunitaria para desarrollar una política exte-rior y de seguridad común, que tiene una importante dimensión euromediterránea, quedaría notoriamente manifiesta en cualquier escenario nacional que alber-gara el fantasma de la desunión institucional y proyec-tara inseguridad en el espacio europeo. Europa no po-dría en ningún caso permitir que una acción violenta y no sujeta a la legalidad contra el territorio de los esta-dos miembros propiciara una sensación de quiebra en la construcción comunitaria.

Ni mercados ni gobiernos están hoy preparados para más sobresaltos. Pero una Europa unida en su soberanía tiene que nacer de unos estados fortalecidos en su sobe-ranía y para ello resulta fundamental que, por ejemplo, en el caso de nuestro país, los principales partidos po-líticos y los órganos de la administración caminen de la mano en unos proyectos, tanto económicos como de seguridad, que permitan afrontar el siglo XXI con deci-sión. Y de igual manera, también resulta fundamental que las opiniones públicas euromediterráneas apren-dan a manifestar sus puntos de vista desde el respeto, la libertad y la voluntad de cooperación, y no a través de las voces de pregoneros trasnochados o al dictado de ideologías caducas. n

cambio de estrategia por el cual la acción diplomática y la seguridad compartida toman el relevo del unilate-ralismo. Esto viene a significar que, en el horizonte del corto y medio plazo, el statu quo del orden aliado tende-rá a reforzarse y a integrar a nuevos actores que contri-buyan a su mantenimiento.

En este contexto, algunas piezas clave en ese orden como son las Canarias o las islas portuguesas, esenciales para la se-guridad multilateral europea en el Mediterráneo Occiden-tal, pero también en la zona subsahariana y la iberoamerica-na, no corren el riesgo de ponerse en cuestión a largo plazo en términos de estabilidad ni mucho menos de soberanía. Por el contrario, cualquier estrategia de defensa en esta am-plia zona pasa hoy por la acción coordinada en Lisboa y Madrid, además de Washington, Londres o Berlín, así como en aquellas capitales norteafricanas e iberoamericanas que sepan aprovechar las crecientes posibilidades del ‘escudo atlántico’. Todo ello, en una sociedad multipolar donde la emergencia de potentes economías globales incrementará la triangulación de intereses y los movimientos de recursos.

Sin embargo, la región mediterránea occidental y el Magreb viven atemorizados por la proliferación de gru-pos islamistas radicales y por la posibilidad de padecer atentados terroristas indiscriminados. Ante este fenó-meno, la única estrategia que se ha convertido en in-dispensable durante la última década es la cooperación internacional, considerada globalmente como priorita-ria y que puede anteponerse a cualquier propuesta de alteración geopolítica en las democracias aliadas.

la mEjor altErnativa Ningún estado, ni pueblo, ni minoría que admita, provo-que o ampare el terrorismo tiene ni tendrá cabida en la sociedad global del siglo XXI y esto debe ser entendido des-de el sur de Francia hasta el sur del Sahara. Pero junto a la efectiva cooperación, el avance progresivo de los sistemas

un planteamiento de futuroUna ‘ferga’, patrulla de nómadas en camello, recogiendo agua en un pozo.

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debus Bastón para dirigir el animal, junto con la acción de los pies y la gesama

zam Protege la cara y el cuello del sol y del polvo

serual Debajo, calzón indígena, corto y muy ancho

candora Especie de camisola típica de las tropas indígenas

gesama Rienda, única, que parte de una anilla inserta en el ollar derecho.

Emblema de tropas nómadas

Marca tribal de los Erguibat Sahel

Número del animal

Fusil de asalto CETME C

Camisa

rÁHala Silla de montar forrada

de cuero rojizo y decorada con líneas rojas y verdes

eQuIPo Atado a la silla:

jersey, bolsas de comida y de

agua, trabas, etc.

erFedDiversas mantas y

tejidos que sirven de

sudadero debajo de la silla

Correa sobrante

de abrochar la ráhala.

correaje Era típico llevar los

tirantes caídos

oTros elemenTosbeId. Bolsa pequeña para los avíos de fumar guIrba. Odre de unos 25 litrosHazab. Bolsita para los amuletos TasuFra. Bolsa grande para las pertenenciasTesaIa. Bolsa para los víveres

alIgüI Vellón de carnero para

mullir el asiento

el anImalmeHara. Dromedario de montaadjam. Color leonado claro

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1700Número 23 ·Atenea 17

Entre todas las Unidades del Ejército es-pañol, la Agrupación de Tropas Nóma-das del Sahara ha tenido características

únicas que la hacían destacar, a pesar de su pe-queño tamaño, por su material y hombres.

En el momento de su creación, octubre de 1959, estaba formada por dos Grupos Nómadas al mando de un teniente coronel; las vacantes de jefes, oficiales y suboficiales eran de varias Armas y Cuerpos, motivo por el cual tenía la convivencia en las unidades tipo compañía un sello especial, añadido el hecho de que también estaban destinados en la unidad numerosos sargentos de pro-cedencia africana. En cuestión de tropa, la mayoría de los soldados eran saharauis en calidad de voluntarios por tiempo indefini-do; el resto estaba compuesto por soldados de reemplazo europeos.

Tanto la variada gama de oficiales y sub-oficiales como las dos clases de tropa daban al mando de esta unidad, fuese al nivel que fuese, una forma de realizarse complicada

pues había que conocer y adaptar la forma de mandar y las decisiones a tomar a las dis-tintas psicologías, posibilidades y necesida-des de tan variado personal humano.

Como es lógico, a lo largo de sus dieciséis años de existencia, la Agrupación, sin perder su nombre, tuvo las reorganizaciones nece-sarias para adaptar su plantilla, no a nuevas misiones, pues siempre fueron las mismas, sino a las diferentes circunstancias que se produjeron en el Sahara Español. Así, en el año 1964 pasó de tener dos Grupos Nóma-das a tener tres y con ello el Mando subió de grado, de Teniente Coronel a Coronel y, aun-que perdió ligeramente el carácter de varias Armas, quedaba aún la suficiente variedad de procedencias en los cuadros de mando para que, junto con las dos fuentes de reclu-tamiento de la tropa, mantener el sello in-confundible que tenía desde su nacimiento.

Si se considera su material, tampoco la Agrupación entraba en ninguno de los tipos de unidades que formaban las Armas; no era

aoccidentals a h a rpor Antonio Ramos-Yzquierdo Zamorano

LA AGRUPACIÓN DE TROPAS NÓMADAS

Orden General Extraordinaria (extracto) del 12 de enero de 1976 del General Jefe del Sector del Sahara, Federico Gómez de Salazar, en la imagen pequeña: “Hoy... ha terminado sin novedad la evacuación de las Fuerzas Armadas destacadas en el sector del Sahara. Todos...han cumplido con su misión, todos han demostrado siempre un gran espíritu de sacrificio.”

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Infantería, pues ni tenía potencia de fuego ni de choque; por descontado no podía incluír-sela como unidad de Artillería o Ingenieros; lo más parecido podía ser una unidad de Ca-ballería algo disminuida en su velocidad y potencia de fuego. Lo que sí estaba claro era que respondía su organización a las misiones que se le encomendaban, vigilancia de am-plias fronteras y control de los movimientos de los nómadas por todo el territorio, con la consecuencia de obtener y proporcionar la información necesaria para esta vigilancia y control, ahora dirían inteligencia.

Dada la gran extensión del Sahara Español y su variedad física, era distinta la manera de cumplir la misma misión en la zona norte -considerando como tal la parte de nuestro

antiguo Sahara por encima del pa-ralelo 25º-, que en la zona sur; la entidad de los núcleos de población, de las guarniciones de los puestos militares, la naturaleza diferente de los países fronterizos -Marruecos y Argelia o Mauritania- y la topografía del terreno motivaban que en el sur las patrullas eran menos numerosas en hombres y con una independen-cia mayor en cuanto a recorridos y tiempos. Estas diferencias se acen-tuaron hacia los años setenta debido

al cambio de circunstancias políticas que afec-taron sobre todo al norte.

Quizás por eso las actuaciones en el sur se acercaban más a la idea romántica del desier-to, principalmente si la patrulla era a came-llo, pues sin olvidar la obligación del cumpli-miento de la misión, el ritmo de la marcha se acomodaba normalmente al paso de las monturas y al ser el Tiris -el núcleo geográfi-co del Sur- una gran llanura recorrida por pe-rezosos ríos de arena y apenas alterada su ho-rizontalidad por las masas negras de batolitos basálticos de formas caprichosas, el oficial al mando veía transcurrir el tiempo lentamen-te. Las referencias lejanas, como las montañas de Leyuad, Auserd, Agüenit o Duguech, iban tomando forma a lo largo de días hasta que

al fin se alcanzaban. Las preocupaciones eran también diferentes, agua para hombres y ga-nado en vez de combustible para los vehícu-los, zonas de pasto donde descansar y reponer las monturas, marchas nocturnas cuando el calor del verano alcanzaba sus máximas tem-peraturas que prácticamente imposibilitaban el movimiento durante el día de hombres y camellos, y finalmente el pausado desfilar de las estrellas con la relativa inmovilidad de la estrella Polar o, en determinados meses y la-titudes, la Cruz del Sur. Tampoco era normal que formaran parte de esas patrullas subofi-ciales o soldados europeos con lo que el con-tacto con los saharauis era más constante y es-trecho que durante la estancia en un puesto y la vida que el desierto permite hacer también se acercaba más a la de los saharauis “hijos de las nubes”. Se aprendía a apreciar una yira de agua con un poco de gofio por encima, una rala para disimular la temperatura del agua y su sabor, y el vaso de té alrededor del fuego del campamento nocturno mientras se con-taban relatos de hechos antiguos o sucedidos modernos protagonizados por los soldados de la compañía; el despertar poco antes del amanecer con el cuerpo aún entumecido por el frío nocturno y, con la gesama en la mano, iniciar la marcha a buen ritmo para que ca-mellos y hombres calentaran los músculos cara a la jornada en perspectiva; o cuando algún macho de gacela y un disparo afortu-nado introducían una variación al monótono menú, el sabor de la carne del animal, aunque fuera un poco mezclada con arena. Todo esto, junto con la extensión del terreno en el que se desarrollaba la misión, que podía alcanzar los 1.000 kilómetros de frontera, hacía que el nomadeo por el sur fuera totalmente distinto a una patrulla por la zona norte.

Es evidente que las patrullas motorizadas tenían una parte más importante en el cum-plimiento de la misión de la Agrupación, pero para los jóvenes oficiales destinados en ella nada igualaba al encanto que el desierto podía ejercer sobre ellos. En una patrulla a camello, se sentía verdaderamente su llamada. n

En una patrulla de diez días

podían recorrerse 1.000 kilómetros haciendo la vida

de los hijos de las nubes

1900Número 23 ·Atenea 19

El hombrE y El dEsiErto

Capitán de nóma-das, hacia 1950, con la indu-mentaria de gala.

Teniente -los oficia-

les eran españoles-,

hacia 1940 con

la indu-mentaria

para el nomadeo.

Lleva la túnica

-derrah-caqui,

entonces reglamen-taria, por

encima.

EL NÓMADAViste normalmente dos túnicas sin mangas -llamadas derrah, la interior blanca y la exterior azul- muy amplias y abiertas por sus lados hasta los picos inferiores, que van cosidos. Con el tiempo, el tinte del derrah azul tiñe la piel, de ahí el sobrenombre de ‘hombres azules’. El saharaui es enjuto, austero y muy integrado en el desierto del que conoce los secretos que le permiten viajar con seguridad y vivir. En general tienen una vista aguda con la que identifican movimientos a gran distancia. Conocen la ubicación de los pozos. Son capaces de distinguir las huellas de los animales, como las gacelas o los chacales, y deducir de las de un camello si tiene sed y va en busca de un pozo, si va cargado, si ha pasado poco antes o si, de varias de ellas, hay que sospechar que sean de un grupo de nómadas rebeldes. Su religiosidad, con ciertos componentes supersticiosos, no era extremada. Estando de patrulla estaban dispensados de cumplir con el Ramadán.

LOS MOVIMIENTOSAdemás de la experiencia y memoria del nómada, desde tiempo inmemorial hay en el desierto unas grandes señales formadas por piedras que pasan desapercibidas -sólo son bien visibles desde el aire- pero que les ayudan a mantener la dirección en las grandes etapas.

LAS TRIBUSHabía una jerarquía entre las tribus -las más guerreras son los Ulad Delim y los Erguibat- que, a veces, causaban pequeños problemas de insubordinación a los cabos y los sargentos de las tribus consideradas de menor rango.

EL CAMELLOEs tranquilo y hasta parece indolente, pero en época de celo puede ser violento; por ello se preferían los castrados. Sus andares son lentos y cómodos para el nómada que, simplemente sentado en la ráhala con las piernas a ambos lados de su resalte delantero, apenas necesita cruzar los pies para sujetarse. Al camello le cuesta mucho trotar y casi nunca galopa porque hace mucho que desaparecieron los animales peligrosos, como los leones. En una etapa normal puede hacer 90 kilómetros,

aunque se le puede forzar hasta los 150, pero después ha de descansar algunos días. Pueden aguantar mucho tiempo sin beber y, cuando pueden, llegan a ingerir hasta 150 litros de agua, aún en pésimo estado. Son extraordinariamente resistentes, aunque el calor extremado puede afectarles hasta quedarse parados.

EL CALORLas temperaturas del desierto -pueden alcanzarse los 60º- condicionan el desarrollo de la etapa; se patrullaba en las horas de menor calor, en la primera parte de la mañana, madrugando, y por la tarde hasta bien entrada la noche.

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E N P O R T A D AAtenea · Número 23

s on tres los Estados africa-nos directamente implica-dos en el conflicto del Saha-

ra Occidental -Argelia, Marruecos y Mauritania- y cualquier fórmula de arreglo tendrá que contar necesa-riamente con ellos.

CLAVES RECIENTES de un con-flicto africano no tratado como tal.

Tras la presentación oficial por Marruecos, en abril de 2007, de la propuesta de autonomía para el te-rritorio en el marco de la soberanía marroquí, y el progresivo acomodo a dicha fórmula de las grandes po-tencias foráneas comprometidas, dicha corriente ha eclipsado las iniciativas locales africanas, en par-ticular la argelina, de apoyo firme a la aplicación del proceso de auto-determinación. Dichas potencias foráneas son las incluidas en el denominado Grupo de Amigos del Sahara Occidental: España, EEUU, Francia, Reino Unido y Rusia. Di-cho Grupo conlleva la presencia de cuatro miembros permanentes del Consejo de Seguridad -el quinto, China, está reforzando progresiva-mente sus vínculos con Marruecos - más España como antigua poten-cia colonial, pero su operatividad se ve limitada al faltarle algo que es

clave en la doctrina de arreglo pa-cífico de controversias de la ONU: su conexión con una organización intergubernamental africana.

La transformación de la OUA en la Unión Africana (UA) no ha su-puesto cambio alguno en lo que al conflicto del Sahara Occidental res-pecta. La ausencia de Marruecos de la única organización continental africana ha restado a ésta capacidad de acción mientras que el segundo escalón en importancia de la diplo-macia multilateral de las Naciones Unidas -el recurso a organizaciones de carácter subregional- encuentra aquí otra limitación añadida ante la ineficacia de la Unión del Magreb Árabe (UMA), creada por el Trata-do de Marrakech de 17 de febrero de 1989 y de la que forman parte Argelia, Libia, Marruecos, Maurita-nia y Túnez. Por otro lado, el pulso que desde hace 35 años mantienen Argel y Rabat en el continente afri-cano por atraer a países del mismo a secundar sus posiciones tiene consecuencias limitadas y no con-lleva cambios estructurales en la situación.

El Frente Polisario ha conseguido en los últimos años algún recono-cimiento espectacular -pensemos en el de Suráfrica en 2007- pero hoy

s a h a rEl Entorno africano dEl conflictopor Carlos Echeverría Jesús

Desde que Marruecos decidiera en 1984 aban-donar la entonces Orga-nización para la Unidad

Africana (OUA), al admitir ésta en su seno

como miembro de pleno derecho a la autoprocla-

mada República Árabe Saharaui Democrática

(RASD), el marco diplo-mático africano ha perdi-do importancia a la hora

de esbozar una posible solución al conflicto

2100Número 23 ·Atenea 21

por hoy los 81 estados que recono-cen a la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), la mayoría países del Tercer Mundo y algunos de la antigua Europa del Este, y el hecho de que esta tenga asiento en la UA no influyen en nada en el des-bloqueo del conflicto. Por otro lado, la dinámica existente en el Consejo de Seguridad de la ONU hace que esfuerzos africanos como la exigen-cia del embajador ugandés ante el mismo, Ruhukana Rugunda, para que se realizara una investigación completa de las circunstancias en las que se produjo el desmantela-miento marroquí del campamento saharaui de Agdam Izik el pasado 8 de noviembre y los incidentes pos-teriores en El Aaiún, no prosperen.

CoNSECuENCIASLo cierto es que, siendo este conflic-to africano e involucrando a acto-res africanos, nadie define para él fórmulas de solución destacables por su africanidad, y ni siquiera las otras dos dimensiones en las que podría ser tratado, la árabe y la is-lámica, cuentan tampoco, encon-trándonos, pues, con un conflicto de alcance y consecuencias subre-gionales cuya posible resolución implicaría directamente a tres par-

tes -los saharauis, Argelia y Marrue-cos-, tendría consecuencias sobre un cuarto, Mauritania, y debería contar con la implicación de un actor foráneo obligado, que hasta ahora no hace sino acumular frus-traciones: la ONU. La muy discreta presencia de la Misión de las Nacio-nes Unidas para el Referéndum del Sahara Occidental (MINURSO) so-bre el terreno, bajo la dirección hoy del egipcio Hany Abdelaziz, es el mejor indicador de éstas, y la inclu-sión del Sáhara Occidental como territorio no autónomo en la lista del Comité de Descolonización, su recordatorio permanente.

Tras la aprobación de la Resolu-ción 690 del Consejo de Seguridad de la ONU, en 1991, Marruecos ha venido maniobrando para que el referéndum de autodeterminación incluido dentro del Plan de Paz no se celebre. En 1997 los Acuerdos de Houston, impulsados por el Repre-sentante Especial del Secretario Ge-neral James Baker III, permitieron recuperar el Plan pero en 2000 Ma-rruecos volvió a bloquearlo pues el rey Hassán II había dejado de consi-derar como aceptable una fórmula, la del referéndum, que antes había aceptado, en el seno de la OUA, en Nairobi en 1981, como parte de la

solución. La redinamización del Plan en la ONU vendría en 2003, impulsada por España: en agosto de 2003 el Consejo de Seguridad apro-baba por unanimidad la Resolución 1495 que daba paso al Plan Baker Modificado, modulado para que pu-diera ser aceptado por Rabat, pero nada se lograría tampoco entonces para doblegar el obstruccionismo marroquí. Luego vendría la progre-siva fatiga de la ONU, evidente des-de 2006, y la susodicha propuesta de autonomía de 2007 para desterrar la fórmula del referéndum.

Dando un salto hasta el presente, en su comparecencia ante la Comi-sión de Asuntos Exteriores del Par-

aoccidental

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s a h a rEl Entorno africano dEl conflicto

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Una saharaui orea una alfombra en el campamento de refugiados de Dakhla (Argelia).

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E N P O R T A D AAtenea · Número 2322

lamento Europeo, el 1 de diciembre, el Ministro marroquí de Asuntos Exteriores, Taieb Fassi-Fihri, ha re-chazado de nuevo el referéndum y ha aprovechado para criticar el que ni el Polisario ni Argelia permitan al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) realizar un censo de los refugiados en la Wilaya (provincia) argelina de Tinduf. En el terreno diplomático, Marruecos viene tratando de arras-trar hacia sus posiciones a países africanos e iberoamericanos, y ello una vez que tiene casi conquistados a los países de Europa Occidental y a los EEUU. La presencia de Marrue-cos por vez primera como observa-dor en una Cumbre Iberoamericana, la celebrada en Mar del Plata el 3 de diciembre de 2010, se explica en el contexto de su pugna tradicional por encontrar partidarios en la re-gión para contrarrestar el empuje en la misma de Argelia y del Polisa-rio. En lo que al continente africano respecta, Marruecos y Argelia com-piten por extender su influencia político-diplomática y económico-comercial, siendo esta última di-mensión la que está permitiendo al primero implantarse con firmeza en estos últimos años eclipsando en buena medida con ello la labor di-plomática que Argelia cultiva en el seno de la Unión Africana.

ENToRNo INmEdIATo del con-flicto y dificultades de su resolución.

Para definir la situación sobre el terreno en su clave subregional -una dimensión puramente geográfica pues en términos diplomáticos la débil gestión del conflicto es extra-africana, la ONU- es preciso referir-se, además de a la especificidad del Sahara Occidental como tal, a tres

países africanos: Argelia, Marruecos y Mauritania. Este último aparece hoy el menos relevante de los tres pero no hemos de olvidar su impli-cación directa en el conflicto al ser parte de los Acuerdos de Madrid, de 14 de noviembre de 1975, al haber librado una guerra convencional con el Polisario hasta que su debili-dad frente a éste le llevó a sellar un acuerdo con él, el 19 de agosto de 1979, y al tener hoy en su territorio a más de 10.000 refugiados saharauis, concentrados en el norte del país.

En suelo argelino, en Tinduf, se encuentra el grueso de los saha-rauis de la diáspora aunque tam-bién hay miles de ellos viviendo en España y en otros países eu-ropeos. En Tinduf unos 90.000 refugiados viven estructurados en cinco campos -denominados 27 de Febrero, Smara, El Aaiún, Dajla y Auserd- bajo la autoridad del Polisario. Este último celebró su último Congreso, el 12º, en di-ciembre de 2007, y hoy, tres años después, muestra dificultades para celebrar el siguiente; dispo-ne en términos militares de unos 15.000 efectivos encuadrados en seis batallones y debe hacer frente a la creciente frustración entre la población dada la falta de expec-tativas de solución del conflicto. El goteo de refugiados que han ido abandonando los campos de Tinduf para dirigirse al Sahara Occidental ocupado -unos 1.500 en 2010, según Marruecos- es un buen indicador de dicha frustra-ción, pero esta realidad, que para Rabat era en un principio instru-mentalizada por su propaganda, comienza a plantear problemas sociales y políticos ante el sola-pamiento de distintas realidades

sobre el terreno como las reivin-dicaciones del campamento des-mantelado de Agdam Izik han puesto de manifiesto.

Las revueltas de 1999 y de 2005 y los incidentes de noviembre de 2010 han dado paso a una nueva fase en el conflicto. Recordemos que Marruecos hace mucho que rechaza la fórmula del referéndum –en 1999, ante el último intento de la MINURSO por avanzar en térmi-nos técnicos hacia el mismo, propi-ció la presentación de 100.000 re-clamaciones de posibles votantes-, propone una autonomía y su firme-za se ha reflejado como nunca antes en el discurso del 6 de noviembre de Mohamed VI con motivo del 35º aniversario de la Marcha Verde. En paralelo, la introducción creciente de tránsfugas saharauis en pues-tos de responsabilidad es un buen indicador de la firmeza marroquí: es el caso de Ahmed Uld Souilem, quien ha recibido las cartas creden-ciales como Embajador en Espa-ña de manos del rey [marroquí] el 26 de noviembre, o el de Jalil Djil, nombrado gobernador civil (wali) de El Aaiún el mismo día. Souilem fue embajador saharaui en Angola, Arabia Saudí y Panamá, y Djil anti-guo miembro del PUNS (Partido de Unión Nacional Saharaui) creado por España para neutralizar en lo posible al independentista Polisa-rio, fue wali de Smara entre fines de los ochenta y primeros de los noventa, además de embajador de Marruecos en Cuba y en Serbia y está en posesión del Wisam Alauí u Orden de Caballero.

Argelia y Mauritania han estado presentes en las rondas de nego-ciaciones entre saharauis y marro-quíes celebradas desde que ambas

partes decidieran, en junio de 2007, ponerlas en marcha. Éstas han ser-vido para tratar de temas técnicos, como las visitas familiares por vía terrestre y aérea entre la zona ocu-pada por Marruecos y Tinduf cana-lizadas por el ACNUR, pero no para superar las desavenencias entre las partes, que se mantienen como al principio. Las más crudas son las que afectan a Maruecos y Argelia, y van más allá del conflicto del Sa-hara Occidental, centrándose en problemas fronterizos y en la pug-na por el liderazgo magrebí. En lo que al Sahara Occidental respecta, Marruecos acusa a Argelia de que-rer hacer fracasar las susodichas negociaciones insistiendo para ello en temas como la ampliación de competencias de la MINURSO a los derechos humanos o en la pro-hibición de explotar recursos sa-harauis. Respecto a esto último, la decisión estadounidense de dejar al Sahara Occidental fuera del ámbito de aplicación del Acuerdo de Libre Comercio firmado con Marruecos en 2004, ponía de manifiesto que tal cuestión no es privativa del régi-men argelino.

En términos de actualidad con-viene destacar que, tras diez me-ses vacante por el fallecimiento del embajador anterior, el general Larbi Belkheir, el 1 de noviembre de 2010 llegaba a Rabat el nuevo embajador argelino, Ahmed Ben-yamina, diplomático de carrera an-teriormente responsable en Argel de la Unión por el Mediterráneo (UpM). Fiel a su posición tradicio-nal, Argelia propició la aprobación, el 11 de octubre en la IV Comisión de la Asamblea General de la ONU, de un proyecto de resolución re-afirmando el derecho del pueblo

saharaui a la autodeterminación y la independencia.

Mauritania, finalmente, fue par-te del conflicto y sigue anclada a él por los refugiados saharauis que alberga y, también, por vínculos tribales -la cabila Erguibat, la más importante entre los saharauis, está también firmemente implan-tada en Mauritania–, uniéndose pues aquí a los aspectos político-diplomáticos y estratégicos del conflicto, los sociales y humanos. Por territorio mauritano pasan

además en los últimos tiempos los saharauis que abandonan Tin-duf para desplazarse a la zona del Sahara Occidental ocupada por Marruecos, reflejándose así tam-bién en este país los obstáculos que hacen de este conflicto uno de los menos luctuosos y mediáticos pero más difíciles de resolver del continente africano. n

2300Número 23 ·Atenea 23

Un componente de las fuerzas de MINURSO conversa con unas mujeres saharauis y sus hijos.

La operatividad de España carece de una conexión con una organización intergubernamental africana

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24 Atenea · Número 2324

Un alto responsable de la seguridad española confe-saba recientemente a un

grupo de periodistas la preocupa-ción que existe en las esferas ofi-ciales por el riesgo de que la región subsahariana de El Sahel pueda convertirse en “el próximo Afganis-tán”. Una opinión compartida con el Departamento de Estado norte-americano, según se puso de mani-fiesto durante el mes de diciembre al hacerse públicos los documentos y cables de la diplomacia de Esta-dos Unidos.

Los temores expresados por el responsable de la seguridad coin-cidían con lo que habría declarado un teniente coronel del Servicio de Inteligencia de la Guardia Civil ante un grupo de fiscales de Estados Unidos. Según los famosos papeles de Wikileaks, el oficial de la Bene-mérita considera que “la organiza-ción terrorista Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI) es la amenaza más seria para España”. Este grupo terro-rista, considerado como la ‘franqui-cia’ de Al Qaeda en África, dispone de unos 800 ó 1.000 hombres arma-dos que se mueven a sus anchas por países del Sahel como Mauritania, Malí o Níger, entre otros, en una área demasiado cercana al Sahara Occidental y también a Canarias.

La vecindad de esta región afri-cana y la debilidad institucional de los estados de la zona parecen

justificar plenamente la preocupa-ción de las autoridades españolas y de todos los países occidentales en general. En pocos años, se ha ido incrementado la preocupación por el Sahel, una región desértica, con unos cuatro millones de kilómetros cuadrados que se extiende a todo lo ancho de África, desde el Nilo Blan-co hasta el Océano Atlántico. El nú-mero de personas que habitan en ella es muy difícil de calcular, aun-que se estima que podría rondar los diez millones.

El Sahel, que en árabe significa ‘borde’ o ‘costa’, atraviesa países con una situación política tan delicada como Mauritania, Senegal, Malí, Argelia, Guinea, Burkina Faso, Ní-ger, Nigeria, Camerún, Chad, Sudán y Eritrea.

Caldo de CUltivo para al Qaeda Las inhóspitas condiciones del Sa-hel, su extensión y la pobreza de sus escasos habitantes, constitu-yen el caldo de cultivo ideal para la aparición de grupos fanatizados que poco a poco van poniendo en jaque a los débiles estados donde se encuentran. Los países industriali-zados ven con estupor cómo el Sa-hel se puede convertir en un vivero para las distintas bandas que com-ponen AQMI.

Al Qaeda del Magreb Islámico tiene su origen en el Grupo Salafis-

ta para la Predicación y el Combate, (GSPC), que, tras ser derrotado en la guerra civil de Argelia, se desplazó entre 2001 y 2002 hacia el sur, con-cretamente a Mauritania, Malí y Ní-ger, llegando incluso hasta Senegal y el norte de Nigeria, y todo ello sin necesidad de salir del Sahel.

El GSPC había surgido en 1998 de una escisión del Grupo Islámico Armado (GIA). En 2006 se unió a Al Qaeda para transformarse en el ac-tual AQMI. Esta alianza constituyó un paso más en la estrategia expan-siva de la organización de Osama Bin Laden para estar presente en numerosos escenarios sin necesi-dad de ser el autor material directo de la violencia.

Se estima que actualmente la mayoría de los jefes de la rama ma-grebí de Al Qaeda siguen siendo argelinos, pero los militantes son reclutados entre jóvenes desespera-dos víctimas de la exclusión social, especialmente en Mauritania. Para los servicios de inteligencia occi-dentales no deja de ser paradójico que Mauritania se haya convertido en la cantera para los grupos radi-cales a pesar de ser un país donde se practica el rito malequita, uno de los más tolerantes del Islam.

El banderín de enganche puede ser una vez más la religión, pero las pésimas condiciones de vida, la corrupción de unos regímenes dictatoriales y el abandono de un

E N P O R T A D A

por Manuel de Ramón

sa h e lel

2500Número 23 ·Atenea 25

territorio que en amplias zonas re-cuerda mucho al de Afganistán, re-sultan decisivos. Como en la mayor parte de África, y también como en el propio Afganistán, los habitan-tes están organizados con una es-tructura tribal en la que pesan más los lazos del clan que las leyes que intentan imponer los funcionarios, a veces inexistentes, del lejano go-bierno central.

Los grupos terroristas en el nor-te de África tienen como segunda ocupación el narcotráfico. El Sahel constituye para ellos un escenario perfecto por la existencia de redes de narcotraficantes y de contra-bandistas en las costas de África occidental. En muchos casos, son los mismos que trafican con inmi-grantes ilegales y que se benefician con la llegada de refugiados que hu-yen de los conflictos interestatales. A todo ello hay que unir el carácter poroso de unas fronteras demasia-do extensas, con un terreno muy di-fícil para las patrullas de vigilancia.

Todo ello determina la mencionada falta de autoridad de los estados.

oCCidente se despiertaLos militares argelinos pueden que-jarse con razón de que tuvieron que afrontar en solitario la larga guerra civil contra el terrorismo islámico en los años 90, pero ahora los países occidentales parecen haber apren-dido la lección y están tratando de anticiparse a los acontecimientos apoyando a los países de la región que están más amenazados por el avance del islamismo radical.

Argelia sigue abanderando la lucha antiterrorista en la región y sus comandos están autorizados a cruzar la frontera sur con Malí para perseguir guerrilleros. El régi-men de Abdelaziz Buteflika cuenta ahora con el respaldo de Occidente y, sobre todo, con el apoyo que Eu-

ropa y Estados Unidos empiezan a brindar a otros países.

En la última Cumbre de la OTAN, celebrada en Lisboa en noviembre de 2010, los aliados decidieron reforzar los programas de cooperación con la Unión Africana para hacer fren-te a la creciente amenaza del Sahel. La Alianza Atlántica ha empezado a centrar su atención en los nuevos peligros como el terrorismo islámi-co, mientras en Lisboa daba por con-cluida la Guerra Fría al proclamar a Rusia “aliado preferente”.

Posiblemente, esta reacción se ha acelerado ante los secuestros de ciu-

sa h e l puede ser el próximo afganistán

SAHEL

26 Atenea · Número 2326

E N P O R T A D A

dadanos occidentales en la región, entre ellos los tres cooperantes es-pañoles que ya han sido liberados. Junto al narcotráfico, los secuestros empiezan a ser una industria muy próspera que ayuda a financiar a las distintas facciones de AQMI. Algu-nos rehenes han sido asesinados, como el británico Edwin Dyer en 2009 y el francés Michel Germa-neau en 2010.

Todos los expertos insisten en que la lucha antiterrorista requiere de una coordinación internacional. En abril de 2010 se creó el Comité de Estado Mayor Operacional Conjun-to entre Argelia, Malí, Mauritania y Níger. El cuartel general está en la ciudad argelina de Tamanrasset, a 2.000 kilómetros al sur de la capital y a poco más de 100 kilómetros de

la frontera con Níger. A estos países habría que añadir el resto del “Gru-po de los siete”, Burkina Faso, Chad y Libia.

Sin embargo, en octubre de 2010 Argelia se negó a participar en la reunión que el G-8 celebró en Bamako, la capital de Malí, para combatir el auge de Al Qaeda en la región. El encuentro fue convocado por el CTAG (Counter-Terrorism Action Group), un órgano del G-8 que invitó a siete países de la zona y a otras tres naciones industrializa-das, entre ellas España.

A pesar de su decidida lucha contra el terrorismo, Argelia no quiso acudir a Bamako porque con-sidera que la lucha “incumbe sólo a

los países de la zona”. Con esta ac-titud, Argel rompió el mensaje de unidad que se quería lanzar. Por el contrario, Marruecos se apresuró a acudir a la capital de Malí, a pesar de que no forma parte del “Grupo de los Siete”.

Desde hace tiempo, Francia y Estados Unidos han incrementado su presencia con instructores que forman a las tropas de elite de los países de la región para que puedan enfrentarse al terrorismo islamis-ta. En mayo, el Pentágono realizó unas maniobras militares antite-rroristas con cuatro países de la zona denominadas Flintlock 10 (el nombre hace referencia a la llave de pedernal de las armas antiguas). Asimismo, desde principios del año pasado, un avión norteameri-

cano despega regularmente desde la base de Rota para buscar las bases de AQMI en Mauritania y Malí. El aparato, un cuatrimotor Lockheed EP-3 con 22 tripulantes, tiene que sobrevolar Argelia para internarse en los dos países subsharianos. Es la primera vez que el ejecutivo de Ar-gel autoriza este tipo de sobrevue-los, lo que demuestra la creciente cooperación antiterrorista en la zona a pesar de su negativa a acudir a la conferencia de Bamako.

Por su parte, Francia no ha du-dado en emplear a algunos de sus comandos en operaciones combi-nadas con las tropas de países de la región en busca de terroristas. Es el caso de la acción del 22 de julio

del año pasado, cuando franceses y mauritanos cruzaron la frontera de Malí para tratar de liberar a Michel Germaneau. Aunque los soldados dieron muerte a siete militantes de AQMI, no lograron liberar al rehén, que como represalia fue asesinado por sus captores.

En septiembre, la partida de Ab-delhamid Abu Zeid, considerado el más sanguinario de los terroristas del Sahel, secuestró en Arlit (Níger) a siete empleados de la empresa francesa Areva, el mismo número que los activistas de AQMI muertos en julio. Areva explota yacimientos de uranio considerados vitales para los reactores nucleares franceses.

la posiCión españolaTodos estos factores han llevado a las autoridades españolas a esta-blecer la teoría de que, en materia de seguridad, “nuestra frontera del sur ya no está en el norte de África, ahora está en el Sahel”, según ma-nifestaba a ATENEA un alto cargo español. Uno de los motivos de pre-ocupación para nuestro país es que el Sahel cubre casi por completo la zona sur del territorio de Maurita-nia y roza ligeramente a Argelia. Mauritania y Argelia son dos países fundamentales para la estabilidad del sur de Europa.

No hace falta recordar que buena parte del gas natural que se quema en nuestras cocinas y que abastece de energía a nuestro país procede de Argelia, un país que en los años 90 sufrió una sangrienta guerra ci-vil entre los islamistas y el gobier-no laico. Se calcula que hubo unos 200.000 muertos. Por su parte, Mau-ritania rodea por completo el este y el sur del antiguo Sahara Español. Una zona caliente que sigue afec-

No extraña que a los expertos españoles en seguridad nacional les preocupe que el

sahel se convierta en un nuevo Afganistán

tando a la vida política de nuestro país con sacudidas periódicas en las que se mezclan los sentimien-tos de mala conciencia de algunos por nuestro pasado colonial y los intereses geoestratégicos y geoeco-nómicos que nos obligan a condes-cender con Marruecos, el actual ocupante del territorio.

Y todo ello, sin olvidar el temor a un posible contagio del radicalis-mo entre los saharauis de Tinduf, que viven en los campamentos ar-gelinos cercanos a la frontera con Mauritania, donde se refugiaron cuando Marruecos ocupó el terri-torio en 1975. Tras el violento des-mantelamiento del campamento próximo a El Aaiún, en noviembre pasado, el ejecutivo de Rabat agitó una vez más el fantasma del isla-mismo al insinuar que podría ha-ber elementos radicales entre los saharauis que habían degollado a varios gendarmes franceses. En de-claraciones a ATENEA Digital (re-vistatenea.es), Mohamed Haddad, representante del Frente Polisario ante la Misión de Naciones Unidas en el Sahara Occidental, MINUR-SO, se apresuró a desmentir la exis-tencia de posibles conexiones con Al Qaeda.

El Plan África, elaborado por el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, establece entre sus objetivos la lucha contra el te-rrorismo al tiempo que señala de manera específica que “la inestabi-lidad en los países africanos afecta directamente a nuestra seguridad”. Desde hace tiempo, la Guardia Ci-vil y la Policía Nacional han veni-do impartiendo a los marroquíes cursos de formación en desactiva-ción de explosivos, lucha contra el blanqueo de dinero y contra la

inmigración ilegal. También han apoyado el fortalecimiento de la Administración de Justicia de Ma-rruecos.

Desde instancias oficiales se ase-gura que el concepto de seguridad frente al terrorismo en la región tiene un concepto más amplio “en el que seguridad, desarrollo y de-rechos humanos están profunda-mente imbricados” según declara-ba Carmen Buján Freire, hasta hace unos meses directora general de Asuntos Estratégicos y Terrorismo del Ministerio de Asuntos Exterio-res, en un seminario del Real Ins-tituto Elcano sobre el terrorismo islamista.

Sin embargo, las buenas palabras pueden chocar con la realidad de la cercanía. Según los mencionados papeles de Wikileaks, los diplomá-ticos estadounidenses consideran

que al Gobierno de Madrid le pre-ocupa la posibilidad de que en el Magreb pudiera surgir un estado fallido, concretamente en Mauri-tania. Así se explicaría la aparente preferencia del ejecutivo español por el gobierno del golpista Moha-med Ould Abdelaziz, que en 2008 derrocó al presidente Cheikh Ab-dallahi, elegido democráticamente un año antes.

Hay que recordar que tres coope-rantes españoles, dos hombres y una mujer, fueron secuestrados en Mau-ritania y trasladados sin grandes problemas hasta Malí, donde, tras liberar a la mujer, los dos hombres permanecieron retenidos durante nueve meses hasta que, supuesta-mente, España pagó el rescate.

A la vista de todas estas conside-raciones, no es de extrañar que los expertos españoles en la seguridad nacional contemplen con preocu-pación la posibilidad de que el Sa-hel pueda convertirse en “el nuevo Afganistán”. Si el estado mauritano sucumbiese, tendríamos un ‘Af-Pak’ a 300 kilómetros de Canarias. Una posibilidad que quita el sueño a los responsables españoles de la segu-ridad.

En todo caso, la solución no pue-de ser exclusivamente militar, en el documento de Naciones Unidas sobre Estrategia Global contra el Terrorismo, España introdujo la teoría de que esta lucha debe plan-tearse desde una “estrategia multi-dimensional” con la que, además de reforzar a los estados locales para que puedan enfrentarse a las bandas, hay que eliminar las condi-ciones y los conflictos enquistados que permiten la radicalización de sectores sociales y, en definitiva, la propagación del terrorismo. n

2700Número 23 ·Atenea 27

Muchos factores confluyen para que en el Sahel el islamismo radical haya encontrado un nuevo asentamiento.

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FORMACIÓN

Atenea · Número 2330

I N T E R N A C I O N A L por Ricardo Martínez Isidoro

El gran país del Indo tiene al menos tres requeri-mientos estratégicos urgentes que resolver: su construcción como nación cohesionada, su polí-

tica con respecto al conflicto de Afganistán y su secular mala relación con la India. Quizás una de las claves que afecta a cada uno de los escenarios descritos sea la ac-titud con respecto al islamismo radical, que fluctúa en una relación cuando menos ambigua, desde el apoyo interesado hasta la oposición armada a sus actividades y expansión.

Sin embargo hay factores actuales que inciden co-yunturalmente en el devenir paquistaní, condicionan-do sus políticas y su compromiso a corto plazo; entre ellos habría que subrayar las relaciones con los Estados Unidos y la marcha de los acontecimientos en el con-flicto de Afganistán.

UN ESTADO SIN COHESIÓNPakistán no es un estado fallido en el que de forma tem-poral o permanente puedan anidar organizaciones ra-dicales que colonicen sus decisiones superiores y que utilicen por afinidad, o por imposibilidad de impedirlo, el territorio soberano. Para ello tiene a su ejército y a los servicios de seguridad, que desempeñan funciones vertebradoras en un estado disperso y falto de objetivos nacionales comunes. La referencia se hace en clara alu-sión a Al Qaeda y al movimiento talibán, con la posibi-lidad de que utilicen el citado territorio para sus fines de expandir el terrorismo global y su ideología religiosa extremista.

Pakistán tiene un problema de fondo y es su iden-tificación clara y uniforme como nación, cuestión di-ficultosa por el número de etnias que lo pueblan y la diversidad y agresividad mutua de las religiones exis-

tentes, en especial la predominante sunita, frutos en gran medida de la desastrosa descolonización y repar-tición de territorios con la India que todavía hoy paga su tributo. El intento de construir un estado religioso unificado, desde el impulso superior de las altas ma-gistraturas, tampoco ha dado los resultados esperados, sino todo lo contrario, ya que ha conseguido radicalizar a muchos individuos que se han sumado al terrorismo yihadista. La islamización de la vida pública paquista-ní, combinando la sharia con la educación, la economía y la justicia, principalmente, han proporcionado un funcionamiento poco productivo del país, sumergido en convulsiones políticas y sociales frecuentes que im-piden a Pakistán a mirar más allá de su horizonte próxi-mo; finalmente, la aparición de un terrorismo antiesta-tal de origen talibán, que atenta contra el corazón del estado, es toda una novedad negativa que produce una gran distorsión en las políticas tradicionales sobre los grupos radicales religiosos.

Con esta base confusa y complicada de realidad inte-rior, Pakistán juega su rol internacional con resultados de un espectro claro obscuro, proporcionales también a la complejidad de su actual coyuntura estratégica.

EL CONFLICTO EN AFGANISTÁNEn el ámbito de su actuación con respecto al conflicto de Afganistán, los paquistaníes tienen tres vectores de actividad de difícil coexistencia. En primer lugar hay un deseo permanente de desempeñar un papel impor-tante en el futuro del país del oeste, cuya afganización se anuncia completada para el año 2014, como así se ha precisado en la hoja de ruta de la OTAN en su reciente cumbre de Lisboa. Por otra parte, y en segundo lugar, Pakistán tiene que gestionar su apoyo a los talibanes re-

LA DISYUNTIVA ACTUAL PAkISTáN

UNA SITUACIÓN ESTRATÉGICA COMPLICADA

Número 23 ·Atenea 31

con éxito de la afganización de la vida pública del país vecino y la retirada de las tropas internacionales, en es-pecial las de Estados Unidos; el segundo escenario se ca-racterizaría por un fracaso de ISAF y Libertad Duradera en la estabilización del país.

Bien es verdad que existe hasta ese momento un colchón temporal de cuatro años, hasta 2014, según las decisiones de la OTAN tomadas en Lisboa y la voluntad del propio Presidente Karzai; pero el trabajo fundamen-tal de la estrategia de contrainsurgencia no parece muy maduro cualitativamente, al menos en lo que se refiere a la capacitación del ejército y las fuerzas de seguridad afganas, y se aprecia sobre el terreno una sensación de

conciliables que viven desde hace generaciones en di-versas zonas fronterizas con Afganistán e impedir que se vuelvan contra las autoridades centrales. Finalmen-te, el país del Indo debe cooperar con Estados Unidos y la Coalición Internacional en la neutralización de los talibanes que actualmente atacan a ISAF y Libertad Du-radera, en orden no sólo de ayudar al Presidente Karzai a estabilizar a su país sino a ser merecedores de la ayuda militar y económica de Estados Unidos, tan necesaria para su maltrecha economía.

Para desarrollar un papel importante en el futuro de Afganistán, Pakistán necesita prever dos escenarios posibles. El primero está configurado por el desarrollo

LA DISYUNTIVA ACTUAL PAkISTáN Nunca como hasta ahora Pakistán se ha debatido entre varias

alternativas estratégicas, en el ámbito de su seguridad y defensa,que puedan ser definitivas tanto para su estabilidad interna comopara desempeñar un papel destacado en el ámbito regional

Tropas de la Compañía Delta

de la 16ª Brigada Aérea de Combate

en Ghazi el 2 de diciembre pasado posan

para el recuerdo tras el fin de los

vuelos de ayuda humanitaria en Pakistán.

FOTO: US ARMy/PFC. JOShUA KRUgER/RELEASEd

Atenea · Número 2332

I N T E R N A C I O N A L

huida hacia adelante por parte de Estados Unidos en la consolidación de cifras cuantitativas que mejoren los indicadores de situación para cumplir los plazos impuestos por el Presidente Obama. A esto habría que añadir las dificultades que está encontrando el general Petraeus para desarrollar la parte de su estrategia más efectiva, las operaciones especiales, con las que se trata de neutralizar a los líderes de la insurgencia con tác-ticas y procedimientos encubiertos, especialmente de noche, aspecto que ha venido constituyendo un asunto

de franca discrepancia con Kar-zai, que pretende que la ‘huella’ de las operaciones norteameri-canas no sea tan intensa.

En cualquier caso, de nada ser-viría que los distritos y provincias sean entregados a las autoridades afganas, aunque sea mediocre su capacitación, si las principales áreas de ‘santuario’ de los taliba-

nes, las zonas fronterizas con Pakistán, no son controladas, y, en este supuesto, Islamabad cobra toda su importancia.

El segundo escenario supone un fracaso de las coa-liciones internacionales, hastiadas por tantos años de lucha sin resultados tangibles, y una movilización de

las opiniones públicas nacionales para salir del avis-pero afgano. En este caso, improbable por lo que signi-ficaría de fracaso para la OTAN, que estrena concepto estratégico y consagra las operaciones de estabilización del mismo tipo que ISAF, Pakistán se encontraría con un país vecino dominado de nuevo por los talibanes, con unas zonas limítrofes infestadas de extremistas con grandes coincidencias ideológicas y religiosas con los propios talibanes pakistaníes, que representarían una grave amenaza para la estabilidad de un país que, ade-más, posee armamento nuclear.

LA RELACIÓN CON LOS TALIBÁN La política ambigua de Pakistán, con respecto a los grupos islamistas radicales que están establecidos en el norte de Beluchistán, las Areas Tribales Adminis-tradas Federalmente (FATA) y la Provincia del Noroes-te (NWFP), tiene su origen, en parte, en el gran olvido estratégico de Estados Unidos al término de la retirada soviética de Afganistán, al desentenderse del conflicto

una vez logrados los objetivos, no con-servando las relaciones necesarias con los paquistaníes que habían realizado un gran esfuerzo apoyando la yihad contra la invasión por parte de la Unión Sovié-tica; recientemente este hecho ha sido reconocido por Estados Unidos, que lle-gan a admitir que los ataques del 11 de septiembre del 2001 son una de las con-secuencias de dicho error estratégico.

La caída del régimen prosoviético en Kabul en 1992 y la llegada de los taliba-nes al poder, después de la consiguiente guerra civil, alimentó la conexión afga-no-paquistaní que vivió todo su esplen-dor, siendo el Servicio de Inteligencia (ISI) un interlocutor máximo con los talibanes de uno y otro lado de la Línea Durand. La ofensiva norteamericana posterior al 11 de septiembre del 2001 provocó el desplazamiento de miles de radicales hacia Pakistán que se estable-

cieron en la frontera común y zonas limítrofes, apro-vechando las relaciones tribales y la coincidencia del origen común, la etnia pastún. Esta situación coincide con el inicio de la exigencia americana, renovada, de cooperación de Pakistán en la lucha contra los talibanes

Paquistaníes de la ciudad de Khyber, víctimas de las riadas, son evacuados en un helicóptero norteamericano el pasado 4 de agosto.

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que utilizan la frontera común para actuar como insurgencia en Afganistán.

En este contexto, el país del Indo se encuentra en una situa-ción muy contradictoria, con-sistente en gestionar su relación con el movimiento talibán dis-tinguiendo entre aquellos que están en condiciones de alimen-

tar la batalla contra ISAF y Libertad Duradera -a los que debería combatir para recibir la necesitada ayuda eco-nómica de Washington- y los que en su momento po-drían establecerse en Kabul si la estrategia AF-PAK del Presidente Obama no obtiene los resultados previstos. Por otra parte, debe hacer frente a los talibanes estable-cidos en Pakistán que amenazan su seguridad interna, entre otras cosas por la reacción ante la relación con Es-tados Unidos y su política de intercambios de inteligen-cia para la determinación de objetivos para los ataques de los UAV, que diezman a los líderes talibanes.

No cabe duda que el instrumento para los compro-misos citados anteriormente es el ISI que, además, ma-nejaría las posibilidades de ciertos grupos religiosos radicales para ejecutar la alternativa de agresión indi-

El Secretario de Defensa Robert M. Gates, acompañado por el Ministro de Defensa afgano, Abdul Rahim Wardak, pasa revista a las tropas.

recta que los países con amenazas graves utilizan con-tra sus enemigos, en este caso contra la India (Cachemi-ra, Mumbay, etc., según se le atribuyen desde Delhi). En algún caso estos grupos presuntamente manipulados por Pakistán se han desenganchado de su patronazgo y actuado de forma independiente (Lashkar-e-Taiba).

LAS OPERACIONES CONTRA LOS TALIBANESEn este sentido baste analizar las operaciones realiza-das por las Fuerzas Armadas paquistaníes en las FATA y NWFP y su significado real, en las que no se debe ignorar la decisión de emprenderlas aunque cada una tenga un objetivo estratégico conforme a los intereses de Pakistán.

Así, la desarrolladas en las agencias de Bajaur y Mo-hmand, áreas de preparación de acciones terroristas contra las fuerzas internacionales que operan en Afga-nistán, no tendrían el objetivo de volver la frontera co-mún menos permeable sino impedir que los talibanes establecieran una administración paralela en esa zona del norte de las FATA, restando el poder efectivo del go-bierno central.

En el caso de la acción militar paquistaní en el valle de Swat del pasado año 2009, el objetivo hay que situar-

FOTO: US AIR FORCE/MASTER SgT. JERRy MORRISON

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Atenea · Número 2334

I N T E R N A C I O N A L

lo en la necesidad de impedir que los talibanes salieran de sus distritos tradicionales y extendieran su acción hacia el interior de Pakistán, operaciones que llegaron a amenazar a Islamabad. Anteriormente, el gobierno central había firmado acuerdos con los extremistas para que detuvieran su expansión, ofreciendo frenar la actividad militar a cambio de la aplicación de la ley islámica (Acuerdo de Malakand); la ruptura del pacto supuso la reanudación de la campaña militar y la dis-persión de los talibanes en la amplia zona de Swat.

La ofensiva militar paquistaní en Waziristán del sur, verdadero santuario de los talibanes que actúan en Afganistán y en Pakistán, tiene como finalidad atacar a los extremistas radicales del grupo Tehrik-e-Talibán (TTP), liderado por Hakimullah Mehsud, con amplias conexiones con los grupos del Punjab y responsables de los atentados recientes que asolan el país. Sin embargo, también se han establecido acuerdos con otras faccio-nes talibán que si bien actúan contra ISAF y Libertad Duradera desde Waziristán del sur y del norte, evitan una unión con TTP que sería muy perjudicial para la seguridad interior de Pakistán.

Se puede admitir que este país solo actúa contra los talibán que puedan significar una amenaza contra su seguridad interior y evita hacerlo contra aquellos que puedan significar una baza en una futura pacificación de Afganistán.

En este sentido, el seguimiento americano de estos aspectos, básico para recibir la ayuda tan necesaria para la economía de Pakistán, está reclamando cada vez con más firmeza la necesidad de ampliar las ofensivas pa-quistaníes a Waziristán del norte y extender los ataques de los UAV a la zona de Queta, en Baluchistán, aspectos que por el momento son rechazados por considerarlos operacionalmente imposibles.

LAS RELACIONES CON LA INDIALa reciente visita del Presidente norteamericano a la In-dia no ha hecho más que avivar aún más el fuego en las difíciles relaciones con Pakistán, que no podría tolerar que sus asuntos fueran vetados por su adversario secular en el Consejo de Seguridad de la ONU si, llegado el caso, se produjera la incorporación de su vecino del este.

En contrapartida, el gran país del Indo ha reforzado su tradicional relación con China adquiriendo sistemas aéreos de vigilancia electrónica, especialmente enfoca-dos a la India.

Todos estos aspectos, y los considerados anteriormen-te, convierten a Pakistán en una encrucijada de solicita-ciones contrapuestas a corto y medio plazo, cuya solu-ción debe posibilitar también el reforzamiento interior del país para consolidarse como potencia regional que junte más que dispute los esfuerzos con su vecino indos-tánico para que esa zona sea especialmente estable. n

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D O C T R I N A por Zacarías Hernández Calvo

lecciones de la intervención de los eeUU en irak

El EmplEo dE la fuErza En El siglo XXi En la década de los 90, la des-aparición de la URSS com-binada con la superioridad

adquirida por los EEUU parecían predecir que el futuro empleo de las fuerzas armadas se realizaría en campañas principalmente aéreas y marítimas en posibles conflictos con China por razón de Taiwán o con Corea del Norte por su pro-grama nuclear, en operaciones de

Irak” (Operation Iraqi Freedom), se inició el día 23 de marzo de 2003. El progresivo deterioro de las con-diciones de seguridad llevó a los EEUU a una situación extrema durante el año 2006, momento en el que se pensaba que no habría posibilidad de evitar la derrota. Tras un difícil proceso interno de discusión a nivel político y mili-tar, el Presidente Bush anunció un

paz como las desarrolladas en la zona de los Balcanes o en opera-ciones de estabilización como las realizadas en Somalia o Timor. En caso de combates terrestres, éstos se realizarían con una abrumadora superioridad tecnológica y táctica sobre el enemigo, en condiciones similares a las encontradas en la Guerra del Golfo de 1991.

La operación “Libertad para

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lecciones de la intervención de los eeUU en irak

cambio de estrategia en Irak, cuyo esfuerzo militar se conoció como el ‘surge’, por el aumento tempo-ral de las fuerzas desplegadas que supondría. Se hizo una profunda revisión de los supuestos políticos, estratégicos, operacionales y tácti-cos empleados hasta entonces. Su comprensión permite entender el cambio de estrategia establecido para Afganistán por la administra-ción del presidente Obama y nos da la clave de cómo se va a emplear el instrumento militar en el princi-pio del siglo XXI.

El pensamiento estratégico americano anterior a la interven-ción de Irak había evolucionado hacia una completa separación en-tre las esferas política y militar. Los militares se concentraban en ganar batallas y campañas, y los políticos se hacían cargo de las acciones di-plomáticas anteriores, concurren-tes y posteriores a la acción militar. El recuerdo de Vietnam produjo la denominada estrategia Weimber-ger-Powell, que propugnaba que la decisión política de iniciar una guerra se debería tomar solamente cuando estuvieran en juego intere-ses nacionales vitales, con claros objetivos políticos y apoyo popu-lar. Una vez iniciada, se debería permitir la utilización de una fuer-za decisiva, abrumadora, que per-mitiera conseguir los objetivos mi-litares con rapidez y rotundidad.

El Secretario de Defensa Rums-feld apartó esta visión de la fuerza abrumadora, favoreciendo la de la transformación de las fuerzas

En la década de los 90, la des-aparición de la URSS com-binada con la superioridad

adquirida por los EEUU parecían predecir que el futuro empleo de las fuerzas armadas se realizaría en campañas principalmente aéreas y marítimas en posibles conflictos con China por razón de Taiwán o con Corea del Norte por su pro-grama nuclear, en operaciones de

Irak” (Operation Iraqi Freedom), se inició el día 23 de marzo de 2003. El progresivo deterioro de las con-diciones de seguridad llevó a los EEUU a una situación extrema durante el año 2006, momento en el que se pensaba que no habría posibilidad de evitar la derrota. Tras un difícil proceso interno de discusión a nivel político y mili-tar, el Presidente Bush anunció un

paz como las desarrolladas en la zona de los Balcanes o en opera-ciones de estabilización como las realizadas en Somalia o Timor. En caso de combates terrestres, éstos se realizarían con una abrumadora superioridad tecnológica y táctica sobre el enemigo, en condiciones similares a las encontradas en la Guerra del Golfo de 1991.

La operación “Libertad para

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armadas basada en el concepto de la “revolución en los asuntos mi-litares” que giraba alrededor de la aplicación de las nuevas tecnolo-gías. Las capacidades abrumadoras serían definidas por la superioridad tecnológica. Tras los atentados del 11-S, apostaron por un estilo agresi-vo de guerra, asumiendo los costes que fueran necesarios. La interven-ción en Afganistán, con una fulmi-nante y relativamente fácil llegada a Kabul, hizo creer que los EEUU poseían una herramienta militar capaz de alcanzar con rapidez los objetivos que se le marcaran, ha-ciendo la guerra con una precisión que dejaba al enemigo completa-mente indefenso, abriéndose la po-sibilidad de un empleo de la fuerza menos limitado.

Desde el nivel político, el em-pleo de la fuerza se contemplaba como un paréntesis de la menor duración posible. Se propugnaba la cooperación entre agencias del gobierno pero con el propósito de devolver las fuerzas a los EEUU lo más rápidamente posible. En este sentido se planeó la invasión de Irak, con una corta fase de estabili-zación, en la que la responsabilidad debería ser rápidamente traspasa-da a manos civiles. Se asumía que, una vez finalizadas las operaciones militares y liberado Irak, el rápido establecimiento de un gobierno democrático llevaría a la estabi-lización, buscando la devolución de la soberanía y el traspaso de las responsabilidades de seguridad con rapidez.

nivEl políticoEl cambio de estrategia supuso la aceptación de una clara evolución del concepto de empleo de la fuer-za cuyas conclusiones en el nivel político, fruto principalmente de la experiencia de Irak, han quedado patentes en la publicación de una guía de contrainsurgencia por el gobierno de los EEUU, que propor-ciona el marco de empleo de sus ca-pacidades. En ella se afirma que “la puesta en práctica del esfuerzo de contrainsurgencia de los EEUU se basa en los siguientes supuestos: el esfuerzo decisivo es en raras ocasio-nes militar (aunque la seguridad es un requisito previo para el éxito); que los esfuerzos deben estar dirigi-dos a la creación de estructuras de gobierno locales y nacionales que, a lo largo del proceso, reemplacen nuestros esfuerzos; que el buen conocimiento de la situación, en particular del ‘terreno humano’, es esencial; y que debemos tener pa-ciencia para perseverar en lo que serán necesariamente largos es-fuerzos”.

De esta manera, el empleo de la fuerza no se sigue concibiendo como un paréntesis en la acción política, “el uso de las fuerzas militares debe estar acompañado de otros instrumentos del poder nacional. La defensa y la diploma-cia no son simplemente opciones alternativas que una se aplique cuando la otra falla, sino que se deben complementar una y otra a través del complejo proceso de las relaciones internacionales”. Como señala el almirante Mullen, actual jefe de la Junta de Jefes de Estado Mayor, “no se debe em-plear la fuerza sólo bajo el con-cepto de fuerza abrumadora, sino

El presidente de los EEuu, Barack obama, seguido por el general petraeus y el vicepresidente Biden.

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con la capacidad adecuada y de una forma precisa y limitada por nuestros principios” .

Sin embargo, el “giro estratégi-co de 2007 en Irak demostró que, incluso si el esfuerzo militar es

secundario o de apoyo en la estra-tegia americana, y los problemas principales en Irak eran políti-cos, la dimensión militar atraería la mayor atención y sería la más controvertida”.

nivEl EstratégicoSe impulsaron las capacidades del Departamento de Estado y se esta-blecieron las estructuras necesarias para la coordinación de la parte civil, liderada por la embajada, de-pendiente del Departamento de Estado, y la militar, liderada por la Fuerza Multinacional-Irak, de-pendiente el Departamento de De-fensa. Esta colaboración entre las estructuras civil y militar dependió en gran parte de la personalidad de sus respectivos jefes, cuya elección supuso una gran parte del éxito de la estrategia.

Una de las lecciones aprendi-das del ‘surge’ es que el progreso del proceso político en Irak, por sí mismo, no era capaz de reducir los niveles de violencia. Desde mayo de 2003 a mediados de 2006, los EEUU se centraron en el progreso político como clave del conflicto, con unas fuerzas americanas en un segundo plano, en una posición de vigilancia y apoyo a las fuerzas de seguridad iraquíes. Como resulta-do, la violencia sectaria aumentó progresivamente. Las soluciones políticas son esenciales para la esta-bilización de un país en un escena-rio de insurgencia, pero deben estar apoyadas por un decidido esfuerzo militar durante un periodo de tiem-po continuado.

Con anterioridad a la guerra de Irak, la dificultad a la que se enfren-taban los EEUU a la hora de buscar aliados para la participación en operaciones era encontrar países con fuerzas armadas tecnológica-mente a la altura de poder integrar-se. La rapidez de la maniobra exigía también unas fuerzas armadas con un buen dominio del idioma inglés, para operar al lado de las america-

Evolución dEl EmplEo dE la fuErza

Separación eSferaS política militar

empleo fuerza abrumadora

empleo fuerza de corta duración

empleo deciSiVo de la fuerza

parénteSiS en la acción política

interrelación aspectos civiles y militares

empleo limitado de la fuerza

concepto de la ‘guerra larga’

esfuerzo militar no decisivo

empleo todos los elementos del poder nacional

nivel político

capacidadeS militareS predominanteS

eSfuerzoS paraleloS

proceSo político mejora Seguridad

liderazgo eeuu

Superioridad tecnológica de eeuu

impulso capacidades civiles

unidad de esfuerzos / coordinación

seguridad mejora esfuerzo político

liderazgo gobierno iraquí

el tamaño de la fuerza importa

nivel estratégico

operacioneS ofenSiVaS/defenSiVaS

eScenario operatiVo fijo

centrado en operacioneS deciSiVaS

derrota del enemigo

mando y control cjtf

operaciones de estabilización

evolución del escenario operativo

importancia de las siguientes fases

consecución de una paz estable

nueva estructura de mando

nivel operacional

operacioneS tácticaS independienteS

grandeS baSeS

liderazgo de laS fuerzaS de eeuu

aSeSoramiento de laS fSi

centralización del mando

operacioneS militareS

integración en nivel superior

pequeñas bases dentro de la población

operaciones con fuerzas de seguridad de iraK

operaciones conjuntas

descentralización del mando

integración civil

nivel táctico

40 Atenea · Número 2340

D O C T R I N A

nas a unos ritmos elevados. Estos requisitos limitaban las posibilida-des a países de habla inglesas, prin-cipalmente Reino Unido, Australia y Canadá.

En la actualidad los dos ejérci-tos que están combatiendo con mayor intensidad junto con el de EEUU son los de Irak y Afganis-tán, tecnológicamente limitados y con una baja capacidad de trabajar en inglés. Los EEUU los equipan y adiestran simultáneamente a su participación en las operaciones en curso. La realización de opera-ciones conjuntas con las fuerzas de seguridad locales son uno de los pi-lares fundamentales de la legitimi-dad de las operaciones que realizan

las fuerzas multinacionales, y nece-saria para que sean bien percibidas por la población local.

La parte que probablemente atrajo más atención hacia el cam-bio de estrategia fue el aumento de fuerzas. En operaciones de estabili-zación, el tamaño de la fuerza nece-saria debe ser calculado con respec-to a la población del país en el que se opera y se debe proteger, no con respecto al enemigo. Este tipo de conflictos requiere unos elevados números de fuerza presente sobre el terreno, predominantemente de infantería, en contraposición con la preferencia de fuerzas reducidas altamente basadas en las últimas tecnologías con las que se inició el

conflicto. Este cambio se ha visto reflejado en una reorganización de las fuerzas que ha afectado tanto a su tamaño, aumentando los núme-ros del ejército y los marines, como a su estructura y equipamiento.

nivEl opErativoLa revisión del manual “FM 3.0 Ope-rations”, en febrero de 2008, ofrece un claro ejemplo de la evolución del concepto de empleo de la fuerza en el nivel operacional. Se afirma que “el escenario operativo requie-re que las fuerzas del ejército eva-lúen y adapten constantemente sus tácticas para asegurarse de que son las correctas” . Establece las opera-ciones de estabilización en la doc-trina del ejército, no sólo al mismo nivel que las operaciones ofensivas y defensivas, sino que afirma que se producirán simultáneamente, con diferente intensidad en función de las características de cada conflicto. Se establece la responsabilidad del comandante militar sobre la situa-ción en que se produce el traspaso de autoridad en la fase de estabili-zación y reconoce la necesidad de que las fuerzas militares continúen realizando operaciones hasta la consecución de una paz estable.

La estructura de la fuerza diseñada para la fase de estabilización tras la invasión de Irak, se realizó en base a una fuerza operativa combinada conjunta. Este tipo de estructura compuesta por un cuartel general, que manda principalmente sobre mandos componentes del ejército, la marina y el ejército del aire y asume todas las responsabilidades del jefe militar en el teatro de operaciones, se reveló rápidamente poco eficaz. El cambio a una estructura dividida entre un cuartel general de nivel es-

Con diferente armamento y uniformidad, un soldado norteamericano, a la derecha, patrulla al sur de Bagdad con otros de recluta local.

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tratégico (Fuerza Multinacional Irak, MNF-I) y otro de nivel operacional (Cuerpo Multinacional Irak, MNC-I), responsable de la conducción de las operaciones en todo el teatro, ambos de carácter conjunto, se ha compro-bado mucho más eficaz en los escena-rios actuales de estabilización. Como consecuencia, esta misma estructura se estableció en Afganistán durante la segunda mitad del año 2009, for-mando parte del cambio de estrategia realizado por el Presidente Obama en este conflicto.

Se recuperó la maniobra, coordi-nando las acciones del nivel táctico para alcanzar los objetivos señala-dos por el cambio de estrategia. En este nivel, sin dejar de coordinar los esfuerzos con otros actores civiles, se centró el empleo de la fuerza. Se rea-lizó un vuelco hacia la protección de la población, pero también hacia la búsqueda de la derrota del enemigo, aspecto abandonando con anteriori-dad al ‘surge’, es decir, a la adecuada combinación de operaciones ofen-sivas, defensivas y de estabilización que el escenario requería.

Se abandonaron las grandes ba-ses por otras de pequeño tamaño en las zonas a estabilizar y se impulsó el trabajo conjunto con las fuerzas iraquíes. El despliegue en grandes bases fuera de los núcleos urbanos demostró ser un error táctico que hizo perder a las fuerzas america-nas el contacto con la realidad de la situación y evitó que los éxitos conseguidos con las operaciones de limpieza pudieran ser mantenidos. El despliegue de numerosas bases de nivel compañía en los centros de población reafirmó el compromi-so de las fuerzas americanas con la protección de la población, permi-tiendo recuperar su confianza y me-jorar su obtención de inteligencia.

La nueva forma de operar supuso una importante descentralización, permitiendo mediante la iniciativa de los mandos subordinados adap-tar la maniobra a las circunstancias específicas de cada lugar y sacar provecho de las diferentes dinámi-cas que se producían a nivel local.

La cooperación entre los esfuerzos civiles y militares en el nivel táctico

se ha convertido en una realidad. La existencia de asesores culturales, de desarrollo, etc., es una constante. El ‘surge’ impulsó el desarrollo de los equipos de reconstrucción provin-cial (PRT,s), que son el ejemplo claro de procedimientos de trabajo civil y militar integrando las distintas ca-pacidades en el nivel táctico.

Como señala Michael O’Hanlon, “la situación en Irak es, por supues-to, todavía compleja, pero princi-palmente en lo que concierne a la situación política, no a la militar. La intervención militar en Irak de-muestra los límites del empleo de la fuerza en el siglo XXI, que como bien señala el general Rupert Smi-th, se debe realizar “con el propósi-to de establecer las condiciones en las cuales el objetivo político pue-da alcanzarse por otros medios y procedimientos. Se pretende crear el espacio conceptual para que las iniciativas diplomáticas, económi-cas, las presiones políticas u otras medidas creen el resultado político deseado de estabilidad, y si es posi-ble de democracia”. n

42 Atenea · Número 2342

LAS CAPACIDADES DEL BENEMÉRITO INSTITUTO

M I S I O N E S por Julio Serrano Checa

Cada vez es más frecuente ver cómo algunos guardias ci-viles se quitan el tricornio,

lo sustituyen por la boina azul de la Fuerza de Gendarmería Europea (EUROGENDFOR) o de Naciones Unidas, y se embarcan para misio-nes fuera de nuestras fronteras en países en conflicto.

Para la mayoría de los ciudada-nos la Guardia Civil sigue siendo un Cuerpo tradicional, plenamente integrado en el paisaje español, que presta servicio impenitente en los campos de España; y no están faltos de razón. Sin embargo también es un cuerpo policial moderno que se ha adaptado a los nuevos desafíos y retos contra la seguridad. Por este motivo un número importante de ellos se preocupan de la tranqui-lidad de los españoles prestando servicio más allá de nuestras fron-teras.

Es de resaltar que este tipo de servicio no es novedoso. Tan solo

once años después de su creación, en 1855, ya se llevó a cabo una mi-sión de asistencia y formación en Perú, seguida de otras en distintos países de Sudamérica. También se prestó servicio en los denominados territorios españoles de ultramar, existiendo destacamentos de la Guardia Civil en Filipinas y Cuba entre otros lejanos lugares, y se for-mó parte de expediciones militares integrándose en contingentes de las Fuerzas Armadas que defendie-ron los intereses de España fuera del territorio nacional.

Ya en la historia reciente, en los últimos años más de 6000 guar-dias civiles han cumplido con su misión en 44 países distintos. En el momento de escribir este artículo, son más de 500 los componentes del Cuerpo, de todos los empleos, que se encuentran trabajando por la seguridad de los españoles fuera de nuestro territorio.

Cada día es una realidad más

asumida que la seguridad de un país empieza más allá de sus fron-teras. Son muchas las comunicacio-nes y directrices de la UE que hacen referencia a este hecho, pero la más reciente se produjo precisamente durante la presidencia española de la UE en la que se trató de la Estra-tegia de Seguridad Interior y se hizo referencia a lo importante que es la prevención y anticipación a las amenazas allá donde se produzcan.

Al mismo tiempo, cada vez se utiliza más el término human se-curity, anteponiendo la seguridad de las personas a la de los países o áreas. Este término, empleado por primera vez en 1994 en el Informe de Desarrollo Humano (HDR) del Programa de Desarrollo de Nacio-nes Unidas (PNUD), hace referen-cia a que los principales aspectos relacionados con la seguridad de las personas en general son: la segu-ridad económica, de alimento, sa-lud, medio ambiente, personal, de

LA GUARDIA CIVIL MÁS ALLÁ DE

LAS FRONTERAS

4300Número 23 ·Atenea 43

LAS CAPACIDADES DEL BENEMÉRITO INSTITUTO

Con sus efectivos integrados en cualquier organización nacional e internacional y en coordinación con cualquier otro cuerpo policial o militar, la Guardia Civil cumple en cualquier circunstancia las misiones que le son asignadas.

Número 23 ·Atenea 43

la comunidad y seguridad política. Entendemos así la seguridad como un concepto global, amplio, que in-cluye la mayoría de los aspectos de la actividad y vida cotidiana de las personas. Es en aplicación de este concepto, y estrechamente ligado al principio de solidaridad, de gran arraigo en el pensamiento occi-dental y por consiguiente español, como deben entenderse las misio-nes que, sean de ámbito militar o civil, se realizan fuera de España.

Naciones Unidas, dentro del

término peace keeping operations incluye las denominadas acciones de prevención, establecimiento, refuerzo y construcción de la paz. Todas estas misiones tienen como objetivo fundamental el de ayudar a un país o región a salir de la ines-tabilidad o de un conflicto violento para volver a la estabilidad o a la deseable paz. Lógicamente este pro-ceso tiene una dimensión temporal variable dependiendo del grado de inestabilidad del área y, aunque no terminará creando una situación

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ideal de seguridad, en todo caso contribuirá a constituir un estado que permita el autogobierno y el desarrollo económico, generando la antes denominada ‘seguridad hu-mana’ o de las personas.

Está claro que en el actual or-den mundial, la línea que limita las misiones civiles y militares es cada vez más borrosa, y en todas las operaciones se deben tener en cuenta factores de estabilización unidos a la seguridad interior y al desarrollo económico. Por parte de los ejércitos son cada vez más las operaciones que incluyen acciones CIMIC (Civil-Military Cooperation) y unidades que trabajan en la recons-trucción del país. Es precisamente en este escenario donde la Guardia Civil puede aportar más. La esencia de la Guardia Civil, cuerpo policial de naturaleza militar, la hace idó-nea para ser empleada en el exte-

rior ante situaciones de crisis, bien sea formando parte de contingen-tes militares o civiles. La adaptabi-lidad, flexibilidad y versatilidad de las capacidades de la Guardia Civil,

hacen de ella un elemento ideal para ser empleado en operaciones de paz y estabilidad.

Desde su creación en 1844, el Cuerpo de la Guardia Civil ha acu-mulado experiencia en gestión de situaciones de crisis dentro y fuera de nuestras fronteras como resulta-do de su naturaleza militar y de su función como cuerpo de seguridad, de sus misiones y su experiencia. La Guardia Civil puede aportar una perspectiva complementaria a los aspectos cívico-militares en el escenario global de la seguridad. Además, la Guardia Civil puede operar en un amplio espectro de escenarios bajo un mando único, con fuerzas disciplinadas bajo una jerarquía que pueden constituir un valor añadido a las operaciones de seguridad .

El propio Consejo de la UE publi-có el 9 de noviembre de este año su

Guía Estratégica para el desarrollo de capacidades cívico–militares, en el que señala que “las situaciones in-ternacionales de crisis en materia de seguridad son cada vez más comple-jas y exigen mayor esfuerzo, lo que supone una llamada para la com-binación de capacidades y medios civiles y militares. La clave es tener acceso a una variedad de recursos. Pasadas experiencias en gestión de crisis a nivel mundial muestran que sólo la acción militar es insuficiente para el manejo de crisis internacio-nales y las misiones civiles, muchas veces autosuficientes, en alguna ocasión necesitan del apoyo de me-dios militares”. Es precisamente en esta línea en la que la Guardia Civil presenta un valor añadido en la co-operación internacional, jugando perfectamente el papel de engrana-je entre el sector civil y el militar y sustituyendo a las fuerzas armadas conforme se va garantizando la es-tabilidad del país.

La Guardia Civil a lo largo de los años ha participado en numerosas misiones de diferente naturaleza, en la mayoría de los casos al am-paro de acuerdos o resoluciones internacionales, normalmente de Naciones Unidas, pero también sobre la base de acuerdos bilate-rales para asistir a otras fuerzas de seguridad. Estas misiones han sido de carácter policial (como observa-dores, policía efectiva, formadores, unidades especiales, etc.) y militar (fundamentalmente como policía militar y en el marco de fuerzas de gendarmería). Un claro ejemplo es el esfuerzo llevado a cabo en Bosnia i Herzegovina, donde un contin-gente de Guardia Civil actuó como observador y formador de la policía civil bajo el paraguas de la UE, otro

M I S I O N E S

Guardia civil ante una concentración de albaneses.

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como policía militar integrado en el batallón español, y un tercero llevando a cabo misiones de seguri-dad encuadrados en una unidad de EUROGENDFOR .

La fuerzas europeas de tipo gen-darmería han demostrado ser un elemento importante en la gestión de las crisis. Su estructura y carác-ter militar combinado con su fun-ción policial, las hace idóneas para gestionar situaciones de inestabili-dad y fomentar el fortalecimiento institucional. Una vez superado el momento de máxima violencia, lo que hace falta en un país es garan-tizar un mínimo de seguridad que permita a sus ciudadanos volver progresivamente a la normalidad y a sus actividades económicas que permitan sacar al país de la crisis.

Quizá las misiones en las que se muestra más la vocación de servicio de la Guardia Civil, y por tanto las que se cumplen con ma-yor satisfacción y resultados, son aquellas en las que se empieza rea-lizando misiones de policía civil,

patrullando al igual que se haría en nuestro país, al mismo tiempo que se llevan a cabo acciones de forma-ción de fuerzas de seguridad; para finalizar realizando actividades de monitorización, mentoring según la terminología internacional, en la que los guardias civiles patrullan conjuntamente con las fuerzas del país, formando equipos en los que se forma no solo técnicamente, sino también moral y deontológicamen-te. Estas acciones de mentoring, pese a que suponen un importante ries-go para quienes las realizan, como tristemente pudimos comprobar el pasado 25 de agosto de 2010 en el que fueron asesinados dos guardias civiles en Afganistán, consiguen unos resultados extraordinarios pues en muchas ocasiones el saber hacer, la seriedad y profesionalidad de los guardias civiles calan más en los policías que todas las sesiones de clase que previamente se les han impartido.

Queda pues demostrado que la seguridad de un país, o de un con-

junto de ellos como es el caso de la UE, empieza más allá de sus fronte-ras, generando seguridad y estabi-lidad allí donde fuere necesario. Al mismo tiempo, esta seguridad debe entenderse como un factor global y, por tanto, las medidas a poner en práctica para garantizarla deben ser multidisciplinares y, en el ámbito de este artículo, cívico-militares, lo que hace de la Guardia Civil un elemento idóneo para este tipo de misiones. Esta idoneidad se mani-fiesta en el cada vez mayor número de guardias civiles que son enviados a trabajar al exterior, lo que ha lle-vado a que en el seno del Cuerpo se cree la Compañía de Reserva y Ac-ción Exterior (CRAEX) entrenada y dotada expresamente para ser des-plegada de forma inmediata fuera de España en situaciones de crisis.

Un adagio popular dice que una de las máximas de la Guardia Civil es “paso corto y vista larga”, paso que, en el mundo global en el que vivimos, nos está llevando verdade-ramente lejos. n

Atenea · Número 2346

El acErcamiEnto dE los sEctorEs civil y militar

I B E R O A M É R I C A por Javier Ponce Cevallos

Desde los gobiernos democráticos de la región estamos mirando las tareas de la defensa vin-culadas cada vez más a los procesos de con-

solidación de la paz. Aquello no es una paradoja que vivimos, una paradoja entre hipótesis de conflictos y voluntad de paz. No es una paradoja. Es una tensión profunda que nos confronta. Ésa es la virtud de las ten-siones: favorecer los crecimientos, la madurez de las sociedades. Allí donde la historia transcurre de manera lineal, sin tensiones, sin contradicciones, las sociedades se empobrecen. Luego de todo lo que la humanidad vi-vió en el siglo XX, difícilmente quienes trabajamos por la construcción de nuestras sociedades en el siglo XXI podemos seguir confiando en aquel progreso concebi-do como un avance lineal que engañó a la humanidad nacida a la modernidad.

Volver la mirada sobre las realidades militares y de la defensa a partir de algunas experiencias latinoamericanas tiene una dimensión particular. Lo hacemos desde una so-ciedad que entendió que debía repasar a contrapelo su historia para palpar las cicatrices, las huellas, las heridas apenas cerrándose. Por tanto, hablar de las polí-ticas de defensa es, para un latinoameri-cano como yo, reflexionar sobre estrate-gias y políticas enmarcadas en el actual escenario subregional de crítica con respecto a nosotros mismos, de transpa-rencia y cooperación entre nosotros.

Estas afirmaciones las hago desde una condición sui géneris: la de un crí-

tico implacable hacia las fuerzas armadas que, por efec-to del compromiso con un proyecto político de cambio, devino en ministro de Defensa. Por tanto, tengo una mi-rada desde afuera, desde los intersticios que un discurso militar tradicional deja, sin ocuparse de ellos.

He comenzado con estas reflexiones porque considero que una de las mayores dimensiones de las políticas de de-fensa que se están trazando en algunos de nuestros países es la de afrontar con honestidad, pero con decisión, lo que en el pasado fueron nuestros cuerpos militares: ámbitos autárquicos, muchas veces con muy limitadas conexiones con las realidades de nuestros países; y, consecuentemente, con políticas que se vertían en los llamados ‘libros blancos’ que constituían formulaciones generales de buenos pro-pósitos vinculadas a una matriz que, en estos momentos, nos corresponde cuestionar, la matriz de occidente; aproxi-maciones, muchas veces retóricas, a un deber ser virginal, puro, inaccesible. De allí que la decisión de construir polí-ticas de defensa en las nuevas condiciones democráticas es

un doble desafío: determinar nuevos referentes y un nuevo paradigma y dar una nueva lectura a los ‘libros blancos’. Yo siempre pensé que la propia denominación de ‘libro blan-co’ contenía un equívoco; el blanco es un color que no favorece las trans-parencias, es un color inequívoco frente al cual no caben dudas, es un color compacto y liso que tampoco permite los matices, las huellas, las cicatrices de las que he hablado.

LA DEFENSA EN EL CONTEXTO SURAMERICANO

El CDS es una instancia orientada

a construir de manera progresiva

una identidad suramericana de

Defensa

El acErcamiEnto dE los sEctorEs civil y militar

económico, social y político, que con una diversidad de agendas de respuesta han generado en oca-siones percepciones negativas, que sólo pueden ser abordadas a través de la cooperación en los espacios multilaterales globales y subregionales, por sobre las dife-rencias doctrinarias.

El Consejo de Defensa Sura-mericano es precisamente una instancia de cooperación orientada a construir de manera progresiva una identidad suramericana en materia de De-fensa. Siendo un hecho inédito en el proceso de integración regional, afronta también el consolidarse como espacio de consulta y coordinación y a promover la acción colectiva en el escenario internacional.

Y aquí quiero destacar lo que ha sido el mayor esfuer-zo emprendido en este año por el Consejo de Defensa Suramericano: la constitución de un conjunto de me-didas de confianza mutua entre los países de UNASUR;

Si lo que buscamos es la construcción de políticas de de-fensa más reales, lo que estamos haciendo en América del Sur puede ser un conjunto de aproximaciones, de puentes, de llamados, destinados a acercar al sector civil y al sector militar. Creo que el nuestro es un esfuerzo de acercamien-to, de diálogo, de reconocimiento mutuo, dentro del cual estamos haciendo una reconstrucción de nuestros escena-rios, una relectura de nuestras fronteras.

En América Latina observamos una variedad de espa-cios que promueven la integración sustentada en la deci-sión de alcanzar autonomía, como la reciente creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y a nivel subregional la Unión de Naciones Sura-mericanas (UNASUR), foro multilateral que ha dado paso a la creación del Consejo de Defensa Suramericano (CDS), este último nacido de la necesidad de incorporar la defensa en la agenda de integración y de responder a la ausencia de instituciones multilaterales que garanticen eficacia y seguimiento a las decisiones.

Estas iniciativas responden además al imperativo de hacer frente a las situaciones de tensión en los ámbitos

reunión en la cumbre de los jefes de estado de UnasUr, celebrada en Georgetown (Guayana) el 26 de noviembre de 2010.

FOTO: REUTERS /CORdON PRESS - JORGE SILVA

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Atenea · Número 2348

I B E R O A M É R I C A

y luego la elaboración y el consenso en torno a mecanismos que permitan que las medidas de confianza mutua sean efectivas. Lo más importante de este hecho no es que se hayan tomado las medidas, sino que el proceso de to-marlas haya constituido un esfuerzo de conjunto para soslayar el conflicto entre Colombia y Venezuela.

Yo destacaría del conjunto de medi-das de confianza las siguientes: primero, la apertura para compartir la informa-ción sobre los gastos militares y las estrategias de defensa, no con la pretensión de homologar las inversiones en ella, dadas las enormes diferencias existentes entre nuestros países, pero sí ajustarlas al margen de cualquier tentación por una carrera armamentista que ciertos sectores de los medios de comunicación de los países del norte quieren endilgarnos y analizarlas en el marco de principios de eco-nomía de defensa que tengan en consideración las enor-mes brechas económicas y sociales que soportamos.

Un segundo elemento, la franqueza para mantener una información abierta sobre maniobras y operacio-nes conjuntas con países por fuera de la región, algo que parece evidente pero que no lo es tanto en una región caracterizada por una secular dependencia militar con respecto a Estados Unidos y su geopolítica.

Tercero, la apertura para actuar ante cualquier ame-naza de conflicto que pueda aparecer en el horizonte dentro de la región. Los estados han puesto de relieve la importancia de superar las situaciones que generen des-concierto y preocupación a través del conocimiento mu-tuo, para lo cual, la elaboración y reforma de las políticas de defensa constituye un requerimiento primario.

Si bien creo que hemos dejado atrás los tiempos en que las inversiones en defensa constituían un secreto de estado, es preciso que las políticas públicas transparen-ten los objetivos políticos del estado referentes a la de-fensa, las estrategias a utilizarse y los medios con los que cuenta. Aquéllo constituye un paso fundamental en el fortalecimiento de la democracia y es un mecanismo de fomento de la confianza, clave para llevar adelante pro-cesos multilaterales de integración.

En América Latina hemos recorrido un corto camino en democracia; se han dado muestras del ánimo y volun-tad de continuar en él, así como la firme determinación de rechazar las acciones que signifiquen un retroceso. Un

filósofo ecuatoriano nos recuer-da que las sociedades de América Latina están a salvo del peligro de regresiones históricas, pues se trata de sociedades que en su gran ma-yoría han vivido su historia en los intersticios dejados por las grandes historias de los otros. Esta condi-ción de exclusión estructural, me parece, nos permite mantenernos con los ojos abiertos hacia nuestras realidades, nos vuelve críticos, nos

salva del exceso de certezas que afectan al mundo desa-rrollado del norte. La verdad es que quien no alimenta dudas, quien no se mira con honestidad al espejo en to-das sus debilidades, se mantendrá anclado en la ceguera.

DesafíoFrente a los factores endógenos y exógenos generadores de riesgo, tenemos el desafío de enfocar claramente las políticas nacionales de defensa, sus objetivos estratégi-cos y las funciones de las Fuerzas Armadas, lo que contri-buirá a avanzar gradualmente en el análisis y discusión de los elementos comunes de una visión conjunta en materia de defensa en Suramérica, como menciona el primer objetivo específico del CDS.

El proceso de elaboración y actualización de las polí-ticas va a robustecer una dimensión que, desde los retor-nos democráticos, tal vez con la excepción del Ecuador que llegó tarde a esta condición, es la dimensión referi-da a la subordinación militar al poder civil. Mi país, por circunstancias particulares del retorno a la democracia en 1979, mantuvo el Ministerio de Defensa bajo la direc-ción de autoridades militares. Sería necesario el inicio del gobierno del Presidente Rafael Correa, para que por primera vez en casi dos décadas, un civil, particularmen-te una mujer, estuviera a su cabeza.

Sin duda el grado de transparencia que visualice la in-formación contenida en unos ‘libros blancos’ de nuevo cuño, que yo personalmente preferiría denominarlos de otra manera, mostrará el nivel de confianza existente y la apertura en el intercambio de información, así como la madurez teórica que se ha alcanzado.

En este contexto, es oportuno observar algunos de los avances que en materia de Defensa se han logrado en el es-pacio subregional, como aporte en la evaluación del entor-no estratégico que debe ser observado en el momento de

Es necesaria la franqueza para que haya una

información abierta sobre maniobras

con países de fuera de la región

Número 23 ·Atenea 49

elaboración o actualización de las políticas de defensa.Desde la primera reunión de Ministros de Defensa

en Santiago de Chile en marzo de 2009, se ratificó la voluntad de cumplir con los objetivos del Consejo de Defensa Suramericano, como son el consolidar Sura-mérica como zona de paz, construir una identidad su-ramericana en esta materia y generar consensos para fortalecer la cooperación regional.

En aquella ocasión se aprobó el Plan de Acción 2009-2010 con actividades específicas contenidas en cuatro ejes que consideramos como emblemáticos de una conducción política de la defensa: 1) Políticas de Defensa; 2) Coopera-ción militar, acciones humanitarias y operaciones de Paz; 3) Industria y Tecnología de la Defensa y 4) Formación y Capacitación. Cada uno de estos ejes contempla activida-des orientadas a generar recomendaciones específicas que se traducen en decisiones políticas y acciones concretas, cuyo seguimiento y evaluación se realiza a través de las re-uniones semestrales de la Instancia Ejecutiva.

A estas actividades hay que añadir dos productos concretos: en primer lugar, la creación del Centro de Es-tudios Estratégicos de Defensa, fue el resultado de un en-riquecedor proceso de consultas en el que se definió como misión la generación del conocimiento y difusión de un pensamiento estratégico suramericano en materia de de-fensa y seguridad regional e internacional. Por voluntad y compromiso del Gobierno argenti-no tendrá su sede en la ciudad de Buenos Aires. Este espacio se alimentará, además, del im-portante aporte de la producción intelectual de los académicos de la región, que durante los últimos 20 años han fomentado el aná-lisis y el debate de la defensa como política pública y la necesidad de construir una con-ducción política acorde a los tiempos.

En segundo lugar, la aprobación de las Me-didas de Fomento de la Confianza y Seguridad y sus procedimientos de aplicación; como ya lo señalé, fue probablemente el mayor desafío del CDS. Las medidas fueron acordadas en la Reunión Extraordinaria de Ministros de Relaciones Exteriores y de Defensa en no-viembre de 2009, en cumplimiento de lo mandatado por las Jefas y Jefes de Estado en San Carlos de Bariloche en agosto de 2009. Se refieren a: intercambio de información y transparencia de los sistemas de defensa y gastos de de-fensa; las actividades militares intra y extrarregionales; las garantías del mantenimiento de la paz y de cumplimiento

y verificación y medidas en el ámbito de la seguridad. El Consejo de Defensa asumió, posteriormente, la responsabi-lidad de elaborar procedimientos específicos de aplicación, que fueron desarrollados en cuatro reuniones entre enero y mayo de 2010 y aprobados en la II Reunión Ordinaria del Consejo de Defensa Suramericano celebrada en Guayaquil el 6 y 7 de mayo del presente año.

Estoy convencido de que el intercambio de informa-ción, establecida en las medidas de fomento de confianza mutua y seguridad, permitirá avanzar gradualmente en una visión conjunta en defensa.

Nos encontramos en un momento clave y decisorio orientado a institucionalizar la cooperación y el diálo-go en defensa y a transparentar la información. Améri-ca del Sur se ha propuesto definir un mecanismo que asegure eficiencia y marque una diferencia con los de-más foros multilaterales, y en este sentido, el Consejo de Defensa ha comenzado a debatir acerca de las posi-bilidades de establecer una instancia permanente que brinde apoyo a la Presidencia de turno y asegure la con-tinuidad y evaluación de los compromisos asumidos.

Desde los márgenes, desde mi condición de ciudadano corriente al que diversas circunstancias le han llevado a presidir de manera temporal el Consejo de Defensa Sud-americano, no puedo sino sorprenderme y emocionarme.

Si la herencia colonial nos dejó fronteras aparentes que de-fendimos ciegos y engañados, hechos como el proceso que he reseñado brevemente nos ratifican en que existe un te-rritorio del espíritu, un territorio de la cultura, un territorio del ejercicio democrático que nos es común, que no tiene fronteras, que desmiente a la retórica y transforma las polí-ticas de defensa de instrumentos para guardar celosamente los falsos límites que hemos heredado, hacia instrumentos de construcción de pueblos hermanos. n

El ministro de defensa de Ecuador, Javier Ponce cevallos, autor del texto mantiene que “frente a los factores endógenos y exógenos generadores de riesgo, tenemos el desafío de enfocar claramente las políticas nacionales de defensa”.

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A N Á L I S I S por Ferrnando del Pozo García

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La Unión Europea manifestó su interés colectivo por los asuntos de seguridad -más

allá de confiar en que la OTAN le resuelva la defensa- con la aproba-ción el 12 de diciembre de 2003 del documento “Una Europa segura en un mundo mejor”, subtitulado “Estrategia Europea de Seguridad” (EES), y lo reiteró exactamente cin-co años más tarde con un informe sobre su puesta en ejecución llama-do “Proporcionando seguridad en un mundo cambiante”.

La combinación de ambos docu-mentos aporta una base conceptual para los diferentes aspectos de segu-ridad que deben ser tratados de ma-nera colectiva, un campo mucho más amplio que la simple defensa, pues nadie en el entorno estratégi-co actual duda seriamente de que amenazas, riesgos, vulnerabilida-des y desafíos de todo tipo existen también en ámbitos alejados de lo

puramente militar, como la des-trucción del medio ambiente, el crimen organizado, la inmigración ilegal, el contrabando de armas, el terrorismo y otros muchos, que requieren una acción combinada en la dimensión internacional y al mismo tiempo en el uso concerta-do de herramientas variadas como la diplomacia, la economía o la política, además de la fuerza, poli-cial o militar, como último recurso,

pero también como soporte de los anteriores.

Sería, sin embargo, excesiva-mente indulgente creer que la exis-tencia de ambos documentos ya ha resuelto el problema; ni siquiera que las bases que proporcionan son suficientes para un simple trabajo posterior de analizar cada tipo de amenaza o riesgo y extraer las re-cetas para contender con ellos. La insuficiencia de la EES para llegar a ser ese milagroso vademécum se debe a varias razones.

En primer lugar, no sólo la EES, sino también su más reciente infor-me de progreso, anteceden al Trata-do de Lisboa que ha supuesto una auténtica y necesaria revolución para los mecanismos de coordina-ción internos de la UE, simbolizada en gran medida por el nuevo con-junto de sombreros que, algunos diferentes a los de su predecesor, adornan ahora la cabeza de la baro-

Una estrategia

de segUridad marítimapara la Unión EUropEa

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El Vicealmirante P. Hudson, jefe de operaciones, en una conferencia ante el Consejo de la Unión Europea.

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nesa Ashton, que le han permitido la creación del Servicio Exterior de la UE y de la Dirección General para el Planeamiento y Gestión de Crisis (CMPD) que hace tabla rasa de la antigua división estricta entre las operaciones de gestión de crisis, seguridad y defensa civiles (DGE IX) y militares (DGE VIII).

En segundo lugar, a pesar del robusto subtítulo que ha reempla-zado en el uso normal el optimista título principal, la EES no es pro-piamente una estrategia, cierta-mente no en su sentido clásico. Para serlo debería poner en rela-ción unos fines políticos, que desde luego no explicita, con los medios para obtenerlos, e identificar los correspondientes antagonistas, y debería asimismo asignar priorida-des a los riesgos y amenazas. Todo ello está ausente en la EES, aunque es fácilmente comprensible el por

qué. Un por qué que se manifiesta aún más claramente en la última y definitiva razón por la cual la EES no es una estrategia: tanto la deci-sión de usar la fuerza, sea militar o policial, como el mando y control

de ella durante la acción, residen en última instancia en las naciones, dueñas y soberanas tanto de la ac-ción exterior (aunque una grieta se acaba de abrir en esta fortaleza con el nuevo Servicio Exterior de la UE) como -sobre todo- del uso legítimo de la fuerza. Ni siquiera la UE tiene, al menos por ahora, una estructu-ra de mando militar como la de la OTAN que pudiera proporcionar

los medios para la necesaria unidad de mando, hoy bastante precaria en las operaciones que ha acometido la UE.

En tercer lugar, la EES padece de una curiosa miopía que le impide

apreciar las singularidades dentro de sus generalizaciones. En una comunidad política de marcado ca-rácter marítimo, como demuestra el hecho de que el 85% de sus fron-teras exteriores son marítimas, que más del 90% de su comercio exte-rior y del 40% del interior se hacen por mar, que abandera el 25% de la flota mercante mundial y contro-la el 40% de ella, que, finalmente,

Una estrategia

de segUridad marítima

La EES no es una estrategia porque la decisión de usar la fuerza y su mando y control residen en las naciones, dueñas y soberanas

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produce el 40% del PIB en las zonas costeras, las palabras ‘mar’, ‘marí-timo’ o sus derivadas no aparecen más que una vez y ello con el tono de una reflexión tardía: “una nueva dimensión del crimen organizado que merecerá mayor atención es el crecimiento de la piratería ma-rítima”. Reflexión tardía y no muy profunda, pues, a no ser que los re-dactores del documento estuvieran pensando en copias ilegales de CDs y el negocio ‘top manta’, no hay más piratería que la marítima, ya que solamente la alta mar proporciona la circunstancia indispensable para calificar un delito de robo a mano

armada como piratería, esto es, que ocurra fuera de la jurisdicción de cualquier estado.

Podrá argumentarse que no es preciso especificar el campo de análisis o acción de la estrategia, sea terrestre, aéreo, marítimo, o in-cluso cibernético, pero hay serias razones para considerar que al me-nos el ámbito marítimo requiere, en cuanto al estudio de riesgos y amenazas y sus contramedidas, un tratamiento diferenciado. No sólo el ámbito pelágico, como se apun-ta más arriba en relación con la piratería, es el único espacio físico existente donde delitos, amenazas, atentados y toda clase de acciones

dañinas deliberadas no pueden ser prevenidas, disuadidas o reprimi-das por la jurisdicción particular de ningún estado, sino que el cuerpo legal documental que soporta la posible acción colectiva se reduce en la práctica al Convenio de Jamai-ca (UNCLOS), casi universalmente aceptado (EEUU es uno de los muy pocos países marítimos que no lo han ratificado, sin embargo), pero notoriamente insuficiente y algo anticuado ya que data del lejano 1982 sin más reforma de sustancia que las ratificaciones necesarias para su puesta en vigor, que ocurrió doce años más tarde.

Pero es que, además de que el he-cho de suceder en el ámbito pelági-co convierte ciertas actividades en algo legalmente diferente, hay otras actividades peligrosas o delictivas, objeto por tanto de la acción de la ley o de la reacción armada, que sólo se pueden dar en la mar. Desde la descarada polución -voluntaria

producida por el achicado de senti-nas o involuntaria por naufragios-, el contrabando -de armas, drogas o simplemente el masivo de produc-tos comerciales-, la pesca ilegal -no regulada o no informada-, los parti-culares problemas de la extracción de hidrocarburos del subsuelo ma-rino, pasando por la piratería -fe-nómeno marítimo donde los haya-, hasta las amenazas en zonas geo-gráficas críticas -como estrechos o puntos focales- debidas a conflictos locales, terrorismo u otros factores, todos ellos comprometen el tráfico mercante mundial. Sin éste no ha-bría vida económica pues no hay sistema de transporte que pueda sustituir la capacidad y economía del marítimo; todo ello, pues, confi-gura un teatro que requiere acción internacional, normas distintivas, organizaciones dedicadas y perso-nal especializado.

Finalmente, la Unión Europea no ha sido ciega a estas circunstancias y, tras encargar a mediados del 2009 un estudio sobre cómo mejorar la vigilancia marítima (ver Atenea núm 14, marzo 2010), en la misma reunión ministerial (Luxemburgo, 26 abril 2009) donde se tomó nota del informe resultante se decidió en-

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Carme Chacón, Ministra de Defensa de España.

La Unión Europea decidió encargar a laVicepresidenta de la Comisión la elaboración

de la Estrategia Europea de Seguridad Marítima

cargar a la Alta Representante y Vi-cepresidenta de la Comisión la ela-boración de una Estrategia Europea de Seguridad Marítima (EESM), ló-gica continuación del anterior, pues la seguridad depende ante todo de una vigilancia eficiente que debería resultar de la correcta aplicación de las recomendaciones incluidas en el informe aludido.

Desafortunadamente el texto apro-bado por los ministros en Luxembur-go dista de poseer la claridad y con-tundencia que deberían presidir un trabajo tan fundamental. Y es que al pasar de criticar el estado de la vigi-lancia marítima y dar recomenda-ciones para mejorarlo, a hablar de una estrategia de seguridad se está ya rozando la nuez de las competencias soberanas de los estados miembros; peor aún, se está amenazando con in-vadir el terreno de las competencias burocráticas de las numerosas y bien pertrechadas Direcciones Generales de la Comisión, que se encuentran en estos momentos librando una batalla de retaguardia contra las que perciben como fuerzas del mal, que con una visión deformada, incluso un tanto paranoica, ven encarnadas por las organizaciones militares, las marinas principalmente, dispuestas a tomar el control de actividades que creen propias.

El texto del mandato de los mi-nistros a la Alta Representante resulta casi jocoso por la cantidad de condicionantes e hipótesis enca-denadas que invitan a abandonar, antes de empezar, una empresa que parece condenada al fracaso, habi-

tual resultado de los documentos redactados por consenso. Cierta-mente la formación de la Task Force necesaria para llevar a cabo el tra-bajo bien pudo haberse hecho a los pocos días de la timorata decisión ministerial pero los recovecos y trampas creados por el alambicado texto han permitido ir retrasándolo hasta diciembre, que es cuando en el momento de escribir estas líneas se espera obtener la decisión… de empezar.

TASK FORCEEntre los primeros trabajos que de-berá acometer la aludida ‘task for-ce’, una vez reunida y puesta bajo la batuta de un director de orquesta, estarán definir qué es exactamente la seguridad marítima, asunto más complicado de lo que parece a pri-mera vista, y seguidamente deter-minar los objetivos de la EESM.

Para lo primero poca ayuda cabe esperar de los textos existentes le-

galmente aprobados, pues son va-rios, no muy compatibles entre sí, y con la única característica común de apuntalar los deseos o aspiracio-nes de la comunidad que los propu-so. Así por ejemplo, la definición de seguridad marítima refrendada por el Parlamento y Consejo Europeos el 31 de marzo de 2004 (Regula-tion EC No 725/2004) “Maritime Security means the combination of preventive measures intended to protect shipping and port facilities against threats of intentional un-lawful acts” fue promovida por la comunidad de transporte, que, ob-viamente, no tenía ningún interés en incluir en la definición ninguna mención de medidas reactivas, que quedan notoriamente fuera de sus competencias, pero que, sin embar-go, deben formar parte integral de cualquier actividad de seguridad. Es, pues, evidente que un conjun-to de definiciones de los conceptos fundamentales compartidas por

Margaret Ashton, Alta Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, en el acto de creación del Servicio Exterior con los altos ejecutivos Pierre Vimont y Davis O’Sullivan.

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todos los actores es imprescindible para delinear las respectivas res-ponsabilidades.

Para determinar los objetivos, segunda de las tareas primordiales, no hay mejor guía que seguir los que establece la EES que, sin em-bargo, deberán analizarse a la luz de esas diferencias que impone lo marítimo, antes mencionadas. Los de la EES son: “Contender con las amenazas”, “Construir la seguridad en nuestra vecindad”, y “Un orden internacional” basado en un multi-lateralismo efectivo. Tal vez el lugar más obvio donde la aplicación de estos principios al ámbito maríti-mo suscita diferencias que sugieren nuevos análisis es en el concepto de vecindad. En el pensamiento tradi-cional, y sin duda en el expresado

en la EES, la vecindad está determi-nada por la distancia física. Pero en el mundo marítimo, la facilidad de transporte y comercio que la mar ofrece, hace vecinas a comunida-des separadas por cientos e incluso miles de millas de mares y océanos. Ello permite que un atentado devas-tador, por ejemplo en Rotterdam o Hamburgo, pueda prepararse acon-dicionando para ello un barco en algún lugar remoto del sudeste asiá-tico o el Índico.

MEDIO AMBIENTEEs preciso también añadir a los prin-cipios del EES cuestiones que perju-dican al medio ambiente pues son

objeto de la acción policial -cuando son deliberadas deben ser reprimidas, y en todo caso deben ser corregidas-, además de que degradan la conviven-cia y son por tanto fuente de tensio-nes sociales y políticas. Por lo tanto, deben formar parte de una seguridad ampliamente entendida. El cambio climático, a su vez, además de ser un factor del medio ambiente, es ya un factor estratégico con los cambios que se están produciendo por la aper-tura de los pasos marítimos del no-roeste y del nordeste, que abren nue-vas líneas al comercio y estimularán nuevos focos económicos.

Pero al incorporar estos ele-mentos a la seguridad se entra in-mediatamente en el terreno de las suspicacias. Las agencias civiles, nacionales o colectivas, que habi-

tualmente están a cargo de tales cuestiones tienen graves reservas frente a un documento tan novedo-so como la EESM que debe aspirar a ser, ante la posibilidad de que las eficaces organizaciones militares, con sus manuales de estado mayor conteniendo recetas para casi cual-quier contingencia, tomen control.

Entre los mecanismos para alla-nar esos recelos hay uno particular-mente simple: el sistema, nacido en el ámbito militar y uso común en la OTAN, llamado en su jerga suppor-ted/supporting, en el que la fuerza responsable de la parte principal de una operación es apoyada por otra, con independencia del tamaño re-

lativo de ambas, es de fácil aplica-ción al caso de, por ejemplo, una agencia policial actuando contra el contrabando de droga y recibien-do para ello el apoyo de una fuerza naval, que, aunque sea más impor-tante, no puede aspirar a dirigir ni tomar decisiones sobre el conjunto de la operación. De hecho, este me-canismo se ha usado y sigue usán-dose en muchas ocasiones, pero para institucionalizarlo habrá que vencer muchas suspicacias más o menos atávicas.

Ellas serán el principal obstácu-lo a solventar por los redactores de la EESM, la task force, y sólo logra-rán solventarlo si cuentan con un decidido apoyo a nivel político, un apoyo basado en una nueva visión de la UE en la que los tres pilares que dificultaban la coordinación interna, socavados por el Tratado de Lisboa pero aún en pie, sean fi-nalmente derribados.

Y sin embargo es imprescindible acometerlo. Sólo un documento de nivel estratégico, aceptado por to-dos los actores, podrá servir de refe-rencia para imponer el orden que es preciso y la voluntad de cooperación necesaria entre los múltiples agen-tes que en Europa y en sus naciones se ocupan de la seguridad marítima: policías, guardacostas, aduanas, pesquerías, salvamento y un largo etcétera. A todos ellos, hoy sólo les une la común desconfianza hacia el actor que en la mayoría de las nacio-nes europeas ha ido perdiendo estos últimos años competencias en favor de los citados, pero que sigue siendo eficaz por su organización, adiestra-miento y material, y perfectamente preparado para la acción internacio-nal: las marinas militares. n

Sólo un documento de nivel estratégicoaceptado por todos podrá servir de referencia

para imponer orden y cooperación

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I Curso superIor de IntelIgenCIa eConómICa LAS herrAmientAS neCeSAriAS pArA AvAnzAr Ante LA CriSiS ACtuAL

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en el IeeIs

lIsBoa”JOrnADA ‘LA CumBre De LiSBOA’

El Instituto de Estudios Estratégicos

Internacionales (IEEI) de la Universidad Católica de Valencia y el Grupo

ATENEA Seguridad y Defensa celebraron el

pasado 16 de diciembre la jornada “La Cumbre de Lisboa y los nuevos

desafíos de la OTAN -nuevo concepto estratégico-”, presidida por el General

de División José Luis Gil-Ruiz, Jefe del Estado Mayor Internacional del

Cuartel General Terrestre de Alta Disponibilidad de Bétera (Valencia).

La jornada dio comienzo con una ponencia de Jesús de Salvador y

Cerdán, Director técnico del IEEI e interventor en

Valencia del Ministerio de Defensa, titulada

Occidente y su defensa. El General de División Jorge Ortega, Director

Editorial del Grupo ATENEA Seguridad y Defensa,

habló sobre la evolución de la OTAN desde su

nacimiento, que ha ido evolucionando “a medida que cambiaba el mundo”.

“Desde los conceptos de destrucción mutua,

respuesta flexible, o los conceptos estratégicos

del 91 y 99”, añadió. Finalmente intervino el teniente coronel Ángel

Adán, miembro del IEEI, que desarrolló el nuevo

concepto estrtatégico de la organización atlántica

aprobado en Lisboa.

Si se toma como referencia la definición de inteligencia económica de la Comi-sión europea: “el esfuerzo coordinado de obtención, tratamiento y difusión, con propósitos de explotación, de in-formación útil para los operadores eco-nómicos, incluyéndose en este esfuerzo la protección de la información con-siderada sensible para las compañías interesadas”, se puede comprender el objetivo del i Curso Superior de inteli-gencia económica que se ha impartido por el Grupo AteneA en colaboración con la universidad Francisco de vitoria de madrid. esta iniciativa es pionera en este sector.

Desde marzo hasta diciembre, los alumnos (todos ellos licenciados supe-riores) han recibido 270 horas lectivas, entre clases prácticas, conferencias y trabajos a desarrollar. Finalmente, el 21 de diciembre, la primera promoción del i Curso Superior de inteligencia econó-mica recibía su merecido diploma. Du-rante el acto de clausura llevado a cabo en las instalaciones de la universidad, organizadores, profesores y alumnos asistieron a la conferencia final ofreci-da por el premio príncipe de Asturias

de Ciencias Sociales y Académico de la real de Ciencias morales y políticas, Juan velarde.

el director de esta primera edición del Curso, Juan narro, y el director de postgrado y Consultoría de la universi-dad Francisco de vitoria, Félix Suárez, abrieron y cerraron, respectivamente, el acto solemne. el director del curso, Juan narro, afirmó que a partir del 24 de enero de 2011 comenzará el segundo Curso Superior de inteligencia econó-mica. narro explicó que actualmente el entorno empresarial en el que vivimos cuenta con “profesionales en general poco especializados, con una visión lo-cal y poca atención a la competitividad cuando aparecen nuevos mercados y otros irrumpen en los propios”. n

Arriba, vista general de la clausura. A la izquierda, el profesor Juan Velarde. Abajo, directivos del Grupo ATENEA.

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F U E R Z A S A R M A D A S por Francisco J. Gallego Aranda

LA NUEVA REGULACIÓN DE LOS

INFORMES PERSONALES

El pasado día 15 de septiembre fue publicada la Orden Ministerial 55/2010 que regulará el siste-ma de informes personales de calificación (IPEC)

por el que se va a evaluar a los militares y que entrará en vigor el próximo día 1 de enero sustituyendo a la derogada O.M. 74/93. La nueva normativa es fruto del desarrollo de la controvertida ley de Carrera 39/2007 y servirá para aportar los datos necesarios para las fórmu-las alquimistas de la OM 17/2009, cuya aleatoriedad ha sido ya demostrada por un organismo dependiente del propio ministerio de Defensa.

En la exposición de motivos de la citada norma se establece que el IPEC “es la valoración objetiva de unos conceptos predeterminados que permitan apreciar las cualidades, méritos, aptitudes, competencia y forma de actuación profesional del militar”. El legislador, si-guiendo la estela de las normas anteriores, continúa confundiendo los buenos deseos o las buenas intencio-nes con la realidad. La valoración de los IPEC, tal y como están configurados, es de todo menos objetiva ya que se califican conceptos puramente subjetivos sin que haya que aportar ningún elemento mínimo de prueba que lo haga comprobable. En cuanto a apreciar las cualida-des, méritos y formas de actuación profesional de una manera comparativa (que es al final el objetivo de los IPEC), basándose en un documento que sólo define cua-lidades humanas o modos de actuar muy genéricos, es poco menos que una quimera.

La norma no introduce apenas nada nuevo, salvo el cambio de un calificador por una junta de tres, el trá-mite de información al calificado, la afectación numé-rica de las discrepancias del superior del calificador y el cambio de formato. Pero en el fondo los vicios del sistema, sus gravísimas carencias, esas que lo han ido

El sistema de calificación de los mandos militares adopta nuevos modos

con la pretensión de ser más justo a la hora de evaluarlos de cara a los ascensos. El autor

opina que, a pesar de las experiencias

de los procedimientos anteriores, tampoco ahora se resuelve la

cuestión.

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F U E R Z A S A R M A D A S

desprestigiando cada vez más y que hacen que la mayo-ría de los militares lo vean como injusto, permanecen con la nueva norma. Hay una importante diferencia, eso sí, respecto a la anterior y es que con el sistema de ascensos de la nueva ley de Carrera, incluidas las fór-mulas de la ruleta rusa de la OM 17/2009, el IPEC es un instrumento muchísimo más determinante que antes en el desarrollo de la profesión.

Empecemos por analizar el cambio impuesto por la propia ley de carrera y que no es otro que la sustitución del calificador único por una junta de tres. El propósi-to de este cambio [que regresa a fórmulas anteriores] es evitar las injusticias que se pueden cometer cuando un superior esté dominado por simpatías o enemistades arraigadas de sus subordinados; o peor aún, por utilizar los IPEC como elemento de coacción para cometer abu-sos de autoridad. La idea del cambio es buena pero su eficacia se me antoja va a ser escasa. Por la propia confi-guración jerárquica de la cadena de mando, cada militar tiene en la práctica un solo jefe directo y éste formará siempre parte de junta. Difícilmente los demás com-ponentes de la misma se opondrán a su criterio, pues solo él tratará a diario con el calificado mientras que los

otros dos apenas le conocerán en la mayoría de los ca-sos. La propia norma prevé además varias excepciones, consciente sin duda de las dificultades de la aplicación de este precepto. Imagínense, en el caso de los oficiales, la lejanía que puede existir entre los superiores que no son jefes directos del calificado y este último. En el caso de la Armada por ejemplo, los oficiales de un barco se-rán evaluados exclusivamente por su Comandante casi con toda seguridad.

El segundo aspecto novedoso, la regulación de las ob-servaciones del superior jerárquico del calificador, llama poderosamente la atención. Curiosamente, lo que se tra-ta de evitar en el caso del calificador no se evita en el del superior jerárquico de éste, ya que su criterio exclusivo puede alterar el resultado un treinta por ciento hasta en siete conceptos, lo que con las diferencias reales de pun-

tuación que se están dando puede ser determinante.El trámite al interesado es sin duda un paso positivo:

obliga a una transparencia que antes sólo era obligada en caso de informes desfavorables, aunque ni siquiera en este caso servía de mucho, ya que en la práctica un informe teóricamente bueno podía ser tremendamente desfavorable. Sin embargo, a pesar de la transparencia, el calificado difícilmente puede hacer nada en caso de estar en desacuerdo por la propia subjetividad del infor-me y porque los informes sólo son buenos o malos por comparación, por lo que pueden proliferar los califica-dos disconformes con informes teóricamente buenos.

notas altasRespecto a los males de la OM 74/93, se siguen repitien-do. Los IPEC, con independencia de lo que diga la Orden que los regula, no son buenos ni malos salvo cuando se comparan con otros en procesos de evaluación. De nada sirve poner en el documento que fulanito es un magní-fico profesional si tiene un punto menos que el resto de los magníficos profesionales con quien se le compara. En la práctica los IPEC de fulanito se comparan con los de muchos como él que desarrollan sus cometidos en

otras unidades y que han sido elaborados por otros calificado-res que, por supuesto, descono-cen cómo se califica a fulanito y a otros muchos. Al final, un cier-to miedo a dejar a alguien por detrás produce un ‘inflamiento’ de las notas que son casi siem-

pre excelentes. Las medias siempre dan por resultado, paradójicamente, puntos muy por encima de la media esperada. Ello produce una constante incertidumbre en el valor real de un IPEC por lo que la tendencia a inflar-se es continua. Con los nuevos sistemas de ascenso el miedo aumentará y el proceso se exagerará aún más. A ello unamos que la nueva norma disminuye los márge-nes de calificación al reducirlos a sólo cinco calificacio-nes posibles (las cinco primeras letras del abecedario que luego se convierten en cifras para su valoración). Adelanto que la inmensa mayoría tendrá A, algunos B y sólo unos pocos desdichados tendrán C. La D y la E posiblemente no se emplearán casi nunca.

Esta deformación del sistema provoca que el calificador no pueda saber de ninguna manera si está siendo justo, be-névolo o severo con el calificado. Y así seguirá siendo. La

Con el actual sistema de ascensos, el IPEC es un instrumento muchísimo más determinante que antes en el desarrollo de la profesión

prueba más evidente de la falsedad del documento está en la considera-ción que hace el calificador del califica-do, cuando afirma que está por encima de la media, cuando la media real le es absoluta-mente desconocida y, de hecho, la inmensa ma-yoría de los calificados están considerados de ese modo, lo que es matemáticamente imposible.

Como decía al principio, el cáncer del sistema sigue campando a sus anchas sin que la nueva norma sirva para otra cosa que para producir metástasis. Éste no es otro que la subjetividad de los IPEC. Los conceptos sobre los que los calificadores pondrán sus valoraciones son tan vagos y ge-néricos como: confianza en sí mismo, captación de ideas, corrección en el trato, imagen y presencia, entrega, orden y método en el trabajo, identificación de tareas a asignar a los subordinados, lealtad y cooperación, prestigio y un larguí-simo etcétera. Difícilmente se puede uno escapar a la tenta-ción de considerarse divino rellenando este documento.

Dudo mucho que un ser humano pueda ser capaz de acertar calificando estos conceptos de otro del que sólo tie-ne un conocimiento relativo. Es tan ambicioso, y al mismo tiempo tan ingenuo, que se queda totalmente fuera de la realidad. Por desgracia, los que llevamos años en la profe-sión sabemos en qué ha ido degenerando la práctica de re-llenar los IPEC. Dado que el producto final es una compa-ración colectiva, el calificador automáticamente establece su escala mental de ordenación y luego rellena los campos con la finalidad de que el producto final sea el deseado. El proceso se limita por tanto a colocar un número de orden a un individuo. El sistema no da para más.

Pero ni siquiera ese número de orden se ajusta a la ver-dad. No se ajusta porque los calificadores no tienen nada concreto en qué basarse, sólo en sus apreciaciones. Nadie objetivamente desde fuera puede tocar o alterar el IPEC porque desconoce de dónde han salido esas apreciaciones. No se valoran, por ejemplo, si un soldado es buen tirador, si hace buenas marcas en determinadas pruebas físicas, si ha dado muestras de valor en situaciones reales o si un militar de carrera tiene los conocimientos teóricos necesa-rios para su puesto. ¿Le han hecho alguna prueba? O, para valorar si tiene ascendencia con sus subordinados ¿le pre-gunta alguien a éstos?

Los IPEC pueden seguir sirviendo más que como una herramienta para valorar, como una herramienta para mandar. Para mandar mal desde luego. El jefe que utiliza el IPEC como coacción o como premio lo desnaturaliza.

Se convierte en un comisariado: “Si no me sirves correcta-mente te hundiré, si lo haces te llevaré a la cúspide”. ¿Son los subordinados mejor preparados aquellos que dicen lo que el jefe quiere oír? Con este sistema parece que sí.

El último brindis al sol de la norma lo constituye la disposición adicional segunda que prevé el estableci-miento de un sistema de orientación profesional basa-do en los IPEC. Difícilmente puede establecerse orien-tación alguna cuando la carrera militar no se desarrolla según la voluntad del interesado sino según las circuns-tancias del momento y las necesidades del servicio, en tanto no se modifique la trayectoria profesional, el re-glamento de destinos o los criterios para la asignación de cursos, aptitudes y especialidades. Por otro lado, los IPEC se limitan a clasificar entre buenos, regulares y menos buenos, lo que desde luego no ayuda mucho a la orientación profesional, salvo que con ese eufemismo se refieran a las escasas posibilidades de ascenso y a irse a la reserva anticipadamente.

Antes de la entrada en vigor de la ley de Carrera la anti-güedad primaba para los ascensos excepto en los empleos más altos, donde los IPEC tenían más peso. Se suponía que estos cargos eran de confianza, menos técnicos y más políticos. Con el nuevo sistema todos los ascensos son ‘de confianza’, meramente políticos, acompañados eso sí, para mayor gloria de la nueva ley, de una buena dosis de aleato-riedad constatada en la recuperación de una herramienta desfasada y en unas fórmulas matemáticas sorprendentes. Pese a todo, la huida hacia adelante continúa. n

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6060 Atenea · Número 23

R E P O R T A J E por José Rodríguez Rodríguez

Cuando pienso en las Opera-ciones de Paz y echo al vista atrás me viene a la memo-

ria uno de aquellos irreverentes chistes que terminaban con “...hay que ver Pedro… y pensar que todo esto empezó con un borriquillo un Domingo de Ramos” y es que, en España, aquéllas empezaron con siete y hoy son miles los soldados que están desplegados por todos los continentes siendo numerosísimas las actuaciones –todas brillantes– que nuestras Fuerzas Armadas han llevado o están llevando a cabo.

Nos encontramos a finales de 1988 en plena guerra fría Pacto de Varsovia/OTAN y con el muro de Berlín en pie y siendo poco previ-sible su derribo. La Unión Soviética expandía sus tentáculos por África manteniendo una política activa de apoyo a las guerrillas de corte mar-xista y utilizando, en muchos casos, a las tropas cubanas como brazo ar-mado.

En ese continente, Sudáfrica, en régimen de apartheid, mantenía una constante presión belicista so-

los primeros observadores

angola

misiones de las fas españolas en el exterior

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bre su, entonces, vecina Angola tra-tando de impedir la consolidación de un régimen marxista apoyando a la guerrilla de UNITA (Unión Nacio-nal para la Independencia Total de Angola) y evitar la acción de la gue-rrilla independentista de Namibia SWAPO (South West Africa People’s Organization). Cuba justificaba su presencia en Angola alegando que era para defenderla del enemigo ex-terior (Sudáfrica) y para apoyar la in-dependencia de un país ‘colonizado’ (Namibia). Mientras tanto, las Nacio-nes Unidas (NNUU) intentaban con-seguir la total pacificación de la zona considerando necesario para ello, y por este orden, la retirada de las tro-pas cubanas de Angola, la retirada de las fuerzas sudafricanas a sus fronte-ras, la independencia de Namibia y la pacificación de Angola.

LA NAVAJA MULTIUSOSEn diciembre de 1988 Cuba acor-daba con Angola retirar sus tropas siempre y cuando Sudáfrica retira-ra las suyas a su país y facilitara la independencia de Namibia. Las Na-ciones Unidas deberían verificar el acuerdo.

Mientras todo esto ocurría, los militares españoles, al margen de cualquier relación con las Naciones Unidas nos centrábamos en ma-niobras militares orientadas funda-mentalmente a lo que, entonces, se consideraban nuestras amenazas fundamentales, siendo las misiones de paz (cascos y boinas azules) unas solemnes desconocidas; solamente a nivel político en los Ministerios fO

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Arriba, el autor, en el centro, acompañado por los oficiales de la

misión española ante la entrada al Cuartel

General de UNAVEM. A la derecha, tropas

cubanas embarcan en Luanda en el

avión soviético que les repatriará,

supervisados por los observadores

de la ONU.

JOSÉ RODRÍGUEZ RODRÍGUEZw General de Brigada de Infantería, Diplomado en

Estado Mayor español y británico, licenciado en Ciencias Económicas

w Jefe del primer contingente español de UNAVEM, el Grupo de Verificación de las Naciones Unidas en Angola en 1988

w Ha participado, además, en las misiones interna-cionales de la ONU en Guatemala (1997) y Kosovo (1999)

610061Número 23 ·Atenea

6262 Atenea · Número 23

fuego antiaéreo en el aeropuerto convirtiendo la noche en las fallas de Valencia y algún que otro fusil disparando próximo a nuestra di-rección de marcha nos hicieron po-ner los pies en el suelo. Estábamos en Angola. Aquello era real y desde luego no se parecía a un campo de maniobras. Posteriormente supi-mos que el fuego antiaéreo era “por si acaso Sudáfrica...” y que lo del fusil era una forma de ‘marcar’ el territorio y de autoprotegerse; pero entonces no lo sabíamos.

Anécdotas aparte, nuestra misión se concretó en comprobar la ausen-cia de tropas cubanas al sur del pa-ralelo 15 y, después, del 13 y su eva-cuación a Cuba desde los puertos de Namibe, Lobito, Luanda y Cabinda, y el aeropuerto de Luanda.

Para cumplirla se montó un ope-rativo basado en equipos multina-cionales que, básicamente, vigila-ban los puertos y aeropuertos así como patrullas móviles que, ade-más de inspeccionar el sur de los paralelos citados, controlaban el terreno y las denuncias sobre posi-bles incumplimientos. El puesto de mando se estableció en Luanda.

RETIRADA EFECTIVACon carácter simbólico y propa-gandístico se anticipó el calenda-rio y el 10 de enero se repatriaban 3.000 soldados cubanos. Ni que de-cir tiene que tanto el régimen cu-bano como el angoleño montaron toda la parafernalia de que eran capaces; desfiles al más puro estilo soviético, discursos llenos de “amor eterno” entre los dos países, etc. La realidad es que tengo mis dudas so-bre ese “amor” ya que era de domi-nio público que Cuba no regalaba nada; se decía que por cada solda-

fue excepcionalmente positiva; en este caso había unanimidad de cri-terio y, como suele ocurrir también, hubo sus anécdotas iniciales.

A la pregunta de qué clase de ar-mamento llevábamos les contesté, en tono más o menos jocoso, que “una navaja multiusos” lo que uni-do a mis declaraciones de que este tipo de misiones no era de ‘rambos’ levantó no pocos comentarios ne-gativos en los ambientes militares más aguerridos (entre los que yo me incluía). ¡Quién diría que, con el tiempo, la mayoría de las FAS españolas tendrían la ocasión de experimentar aquella clase de valor especial al que hacía referencia el SEGEN de las NNUU!

El mismo día de nuestra marcha nos topamos en Barajas con una huelga de técnicos de mantenimien-to de aeronaves. Imagínense el bo-chorno que hubiera supuesto, con la fama que teníamos los españoles del tomorrow, el hecho de llegar tar-de a nuestra primera Misión Militar Internacional con las NNUU. Afor-tunadamente, nuestro Ejército del Aire solucionó el problema pero eso no pudo evitar las consiguien-tes bromas periodísticas.

La llegada a la capital de Ango-la, Luanda, fue impactante; el calor asfixiante -era verano-, la suciedad, el olor, el desencadenamiento del

de Defensa y Exteriores se seguía con seriedad este tema.

¿Cascos azules? ¿Quiénes eran? ¡Ah, sí! Debían ser unos militares extranjeros dependientes de las NNUU a los que recientemente se les había concedido el Nobel de la Paz y que según el Secretario Ge-neral (SEGEN) de este Organismo “para mantenerse serenos frente a la provocación, para no perder la compostura cuando son atacados…deben mostrar una clase especial de valor, que no es el que se conoce corrientemente”.

Eso era todo lo que –salvo, su-pongo, honrosas excepciones- los militares españoles sabíamos del tema; no es de extrañar, por tanto, el escaso interés que puse tanto en las clases como en la documenta-ción que, a finales del Curso de Es-tado Mayor en el Reino Unido en diciembre de 1988, dieron sobre las NNUU y sus Misiones de Paz.

El 20 de diciembre me incorporé al Estado Mayor de la Defensa pro-cedente del curso citado y ese mis-mo día las NNUU dictaron la Reso-lución 626 por la que la República de Angola y la de Cuba acordaban la retirada progresiva de esta últi-ma de Angola supervisada por las NNUU. Una nueva misión veía la luz: UNAVEM (United Nations An-gola Verification Mission).

El día 23, víspera de Nochebue-na, fui requerido por el Estado Mayor del Ejército y aceptaba mi designación como jefe del primer contingente español en UNAVEM y el día 3 de enero aterrizábamos los tres primeros componentes de aquel equipo de siete en este país ... jugarretas de la vida.

La cobertura que, en España, la prensa nacional dio a esta misión

Cuando surgía un problema,los oficiales

españoles eran requeridos con

preferencia a otros

630063Número 23 ·Atenea

do, arma o elemento, recibía una compensación muy elevada en materias primas de las que Angola tenía y tiene en abundancia.

Pero no solamente eran esos 3.000; todavía quedaban otros 47.000 perfectamente pertrechados con material soviético, organizados en brigadas mecanizadas y acoraza-das con sus correspondientes apo-yos logísticos amén de los medios aéreos.

Poco a poco, mientras unos equi-pos anotaban, comprobaban y notifi-caban, dando fe de las salidas -como si fueran notarios- de la repatriación de personal y material, otros recono-cían, en una tarea dura y peligrosa, el sur de los paralelos citados y las denuncias correspondientes.

En el cumplimiento de esta mi-sión dos eran los peligros fundamen-tales que nos acechaban permanen-temente: la guerrilla de UNITA, que, por no haber sido tenida en cuenta en las negociaciones nos declaró fuerza hostil, y las enfermedades.

En relación con el primero, nos dimos cuenta de que la guerrilla era la más interesada en que las tropas cubanas abandonaran Angola; por tanto, nuestros intereses y los su-yos, en este punto, eran coinciden-tes y no parecía lógico que tiraran piedras sobre su propio tejado; sin embargo, debido a la existencia de campos minados debíamos utilizar regularmente medios aéreos perte-necientes al Ejército cubano-ango-leño con el consiguiente riesgo ya que los guerrilleros de UNITA –que no tenían por qué saber quién iba dentro de los mismos- eran autén-ticos especialistas en derribarlos con sus misiles Stinger. No es difícil imaginarse nuestra, llamémosle, precaución.

Arriba, oficiales españoles con los jefes de UNAVEM; delante, el segundo por la izquierda, el actual General de Ejército JEME Fulgencio Coll. A la izquierda, el capitán Gutiérrez llega a Luanda. Abajo, el capitán Rosaleny inspecciona unas fortificaciones .fO

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El otro peligro eran las enferme-dades. Como fui actor principal de este punto no me resisto a narrarles una anécdota real tragicómica.

Cuando tuve el segundo ataque de malaria fui llevado a una especie de botiquín de urgencia (no entra-ré en detalles sobre sus carencias y limpieza) situado próximo a la esta-ción de tren de Benguela al Congo, ferrocarril que era sistemáticamen-te atacado por la guerrilla.

Mis primeros síntomas de luci-dez los tuve cuando, pasados unos días, por la noche escuché una multitud de disparos y explosiones de morteros y cañones. Como ape-nas podía mantenerme en pie, con un tremendo esfuerzo me arrastré hasta una ventana próxima, me subí como pude a una silla y vi las balas trazadoras surcando la noche amén de alguna que otra explosión. Dado mi estado de debilidad me caí y al no poder ponerme nuevamen-te de pie me arrastré hasta la cama resignado a que, en el caso de que la guerrilla ganara, mi futuro sería un tanto incierto; la impotencia es la peor de las sensaciones.

Debido al esfuerzo debí perder el sentido o quedarme dormido –no lo sé–; lo que sí sé es que hubo un día siguiente y cuando discretamente pregunté a un oficial angoleño por el resultado del ataque me respon-dió con cara de extrañeza ¿Ataque? ¡no! Lo que pasa es que aquí al lado están los campos de maniobras de la zona y anoche tuvimos ejercicios de tiro nocturno. Sin comentarios.

Como siempre ocurre, el traba-jo diario se convirtió en rutinario: observar, anotar, patrullar y re-uniones, entre otras actividades. Solamente pequeñas anécdotas rompían la monotonía (activa) de

64 Atenea · Número 2364

R E P O R T A J E

con otras, pusieron de manifiesto que todo lo que ocurre en una mi-sión está íntimamente relacionado y que cualquier actuación, sea po-sitiva o negativa, repercutirá en el cumplimiento de la misma y afec-tará a la confianza y a la credibili-dad -bases del éxito- que las partes tengan en nuestra actuación. Previ-sión del problema y reacción apro-piada ante el mismo son palabras claves a tener muy en cuenta a la hora de planear.

Retomando el hilo, el calendario se cumplió escrupulosamente. En noviembre de 1989 se habían eva-cuado 25.000 cubanos con su mate-rial y el resto lo haría por fases en los dos años siguientes, y todo ello su-pervisado por aquellos equipos for-mados por personal perteneciente a cuatro continentes con sistemas políticos enfrentados, religiones, lenguas y culturas distintas que se-guían operando matemáticamente, con absoluta precisión y eficacia, lo que no dejaba de sorprenderme. Muchas veces me he preguntado cuál sería el secreto.

SINTONÍA MILITAR¿Que los militares del mundo está-bamos muy próximos los unos de los otros? ¿Quizás en aquellos mo-mentos más que de nuestros pro-pios compatriotas? Es posible.

¿Que las características de la mi-sión –cooperar para conseguir la paz donde sólo había sufrimiento– fueran más fuertes que posibles tó-picos políticos o religiosos? Tal vez.

Sea como fuere, lo cierto es que jamás tuvimos el más mínimo pro-blema. La máquina estaba engrasa-da, funcionaba y los sentimientos entre nosotros eran cada vez más fuertes y sinceros. Allí no había

la misión. De entre ellas citaré una muy simple que nos dio la pista de algo importante.

A la vista de las necesidades tre-mendas de la población civil y dada la escasez de organizaciones huma-nitarias se nos ocurrió la idea de aprovechar nuestras posibilidades basadas en nuestra organización, estructura y capacidad de transpor-te para traer medicinas consegui-das a título personal por nuestras familias en las grandes empresas multinacionales (Bayer o Alter) y ropas para distribuirlas entre los misioneros españoles para que ellos, a su vez, lo hicieran a la po-blación (el hacerlo a través de otros elementos significaba verlos al día siguiente en los mercadillos). Los efectos de este mini-esfuerzo pron-to dieron sus frutos: cuando surgía algún problema, los oficiales espa-ñoles, no importaba su rango mili-tar, eran requeridos por los natura-les con preferencia a otros oficiales. Igualmente pasaba cuando en el campo requeríamos algún tipo de información o apoyos.

Evidentemente, cuando monta-mos el sistema no pensábamos en este tipo de rentabilidades sino en el puramente humanitario, pero ese fue el resultado real de la expe-riencia extra-servicio y que, junto

Se aprovecharon las posibilidades

de la organización para traer

medicinas y ropa,a los misioneros

650065Número 23 ·Atenea

buenos ni malos, solamente perso-nas que día a día daban lo mejor de sí mismos en favor de los demás. La realidad es que aprendimos mucho unos de los otros.

Nos encontramos como extranjeroscon todos nuestros tópicos y mitos.Mira cómo las esquinas han perdido sus aristasy cómo nos parecemos los unos a los otros.Y cómo, en la medida que las distancias se reducían,construimos un hogar lejos del nuestro.

TrADUCCIóN DE lA POESíA EN INGléS

DEl lIBrO DE lA MISIóN ESCrITA POr UN MAJOr HINDú

La misión finalizó para nosotros. Volvíamos a casa y experiencias mi-litares reales, distintas y distantes, se iniciaban. La puerta de las FAS es-pañolas había quedado abierta y un aire nuevo y fresco acababa de entrar por ella de la mano de aquellos siete oficiales. Namibia, Centroamérica, Angola nuevamente, Haití, Bosnia, Kosovo y un largo etc. jalonarían, a partir de ese momento, ese hoy ya largo peregrinar por el mundo de las Operaciones llamadas “de Paz”. n

Arriba, documentación sudafricana tomada por tropas angoleñas y la firma de la salida del contingente cubano en presencia del jefe de UNAVEM. A la izquierda, el teniente coronel Rodríguez y dos oficiales cubanos ante un buque soviético. Abajo, la visita del Ministro de Defensa Narcís Serra.

Bosnia herzegovina: Capítulo I y II 5 y 6Misión en naMiBia 7alfa-kilo en kurdistán: Capítulo I y II 8 y 9Minustah en haitÍ 10oPeraCiones en irak: el despliegue 11 el repliegue 12 las brigadas plus ultra 13

sierra kilo kosovo Capítulo I y II 14 y 15la agruPaCión galiCia vii en kosovo 16la legión en osojane (kosovo) 17la iii BPaC en afganistán Capítulo I y II 18 y 19lÍBano: unifil / infanterÍa de Marina 20 y 21BoMBardeos aéreos. oPeraCión allied forCe 22angola: los PriMeros oBservadores 23

CaPÍtulos PuBliCados

PArA SOlICITAr EJEMPlArES ATrASADOS DE lA rEVISTA ATENEA Teléfono: 915 945 255 / E-mail: [email protected]

próximo número: CooperaCiÓn militar en guinea eCuatorial

Nº Nº

Atenea · Número 2366

La EstratEgia de tEcnoLogía e innovación

para la dEfEnsa

I N V E S T I G A C I Ó N por Manuel Pereira Rueda

Este acelerado ritmo de avance científico y tecno-lógico supone una gran oportunidad y a la vez un importante desafío para nuestras Fuerzas Ar-

madas. Ahora más que nunca, resulta esencial disponer de herramientas y mecanismos adecuados que faciliten la incorporación temprana en los sistemas de defensa de las soluciones tecnológicas más avanzadas e inno-vadoras. De ello depende en gran parte que podamos afrontar las misiones que se nos encomiendan con las mayores garantías de éxito.

Consciente de la necesidad, la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) del Ministerio de De-fensa ha emprendido la ambiciosa tarea de elaborar e implantar la primera estrategia nacional de I+T e inno-vación en el ámbito de defensa. Los trabajos los coordina la Subdirección General de Tecnología e Innovación (SDG TECIN). La primera fase de estos trabajos, la de análisis y elaboración, ha culminado recientemente con la promulgación por parte del Secretario de Es-tado de Defensa del docu-

mento Estrategia de Tecnología e Innovación para la Defensa 2010, también conocido por su acrónimo ETID.

OBJETIVOS DE LA ESTRATEGIALos objetivos de la ETID se encuentran totalmente ali-neados con los tiempos que nos toca vivir, donde con-ceptos como la innovación y el desarrollo tecnológico representan un papel protagonista como creadores de riqueza y motores del avance de las sociedades moder-nas. La Estrategia apunta hacia los objetivos que a con-tinuación se enumeran:

Orientar a los agentes proveedores de tecnología (in-dustria, centros tecnológicos, universidad) sobre las nece-sidades tecnológicas de nuestras FAS, estableciendo una re-ferencia pública sobre las actividades de I+T e innovación

que considera prioritarias. Fomentar la coopera-

ción entre todos los agen-tes que participan en la I+T de defensa (tanto del sector civil como del sector mili-tar) promoviendo el acerca-miento entre proveedores y usuarios de tecnología.

La elevada velocidad de los avances científicos y tecnológicos, impulsados por el desarrollo explosivo de las tecnologías de la información y las comunicaciones, lleva al Ministerio de Defensa de España a querer situarse permanentemente en la vanguardia de la innovación para poder adaptarse rápidamente y de manera flexible a los continuos avances tecnológicos, ya que, de otra manera, no sería capaz de incorporar a tiempo los nuevos desarrollos a nuestros sistemas de defensa.

Número 23 ·Atenea 67

La EstratEgia de tEcnoLogía e innovación

para la dEfEnsa administraciones. No somos los primeros en aplicar este enfoque: los Ministerios de Defensa de los países más avanzados de nuestro entorno, EEUU, Canadá, Rei-no Unido, Francia o Suecia ya han elaborado estrategias y documentos con un enfoque similar. Desde este pun-to de vista, la ETID refleja la madurez alcanzada por la organización del Ministerio dedicada a la I+D, situán-dola al nivel de otras organizaciones de prestigio y tra-dición en el desarrollo tecnológico de los ejércitos de sus respectivos países.

El análisis tecnológico realizado en la ETID no es más, pero tampoco menos, que el resultado de traducir las ne-cesidades operativas de nuestras FAS al ámbito de la tec-nología. Es, en definitiva, el resultado de transponer los Objetivos de Capacidad Militar (OCM) establecidos en el Planeamiento de Defensa a Metas Tecnológicas a alcan-zar en los próximos años. El proceso de transposición no ha sido en absoluto fácil. Ha presentado una gran com-plejidad y para acometer esta difícil tarea se diseñó una

Coordinar a todos los agentes que participan en la I+T de defensa, aprovechando al máximo las sinergias entre la I+T civil y militar y aunando esfuerzos en la consecución de objetivos comunes.

Apoyar una gestión eficiente de los recursos y medios dedicados a las actividades de I+T e innovación, maxi-mizando el retorno de la inversión desde los puntos de vista tecnológico, industrial, económico y social.

CONTENIDO DE LA ESTRATEGIALa Estrategia es un instrumento de gran valor para el Ministerio de Defensa ya que le proporciona herra-mientas especialmente diseñadas para posibilitar que nuestras Fuerzas Armadas puedan disponer a tiempo de las tecnologías más avanzadas y las soluciones más innovadoras para el desarrollo de sus futuras misiones.

Así, uno de los aspectos más característicos de esta Estrategia es su alto contenido tecnológico, lo que la di-ferencia de otras estrategias e iniciativas afines en otras

Experiencias con rayo láser sobre un modelo reducido de hélice de propulsión naval para lograr la máxima eficiencia de este diseño.FO

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Atenea · Número 2368

I N V E S T I G A C I Ó N

metodología consistente en dividir el ámbito tecnológico de interés para defensa en seis Áreas Funcionales: Arma-mento, ISTAR (Intelligence, Surveillance, Target Acquisi-tion & Reconaissance,) Plataformas, Protección Personal, Protección de Plataformas e Instalaciones y TICS (Tecnolo-gías de la Información y Comunicación). A continuación se constituyeron seis grupos de expertos (uno por cada Área) formados por técnicos del Ministerio de Defensa y de la Base Tecnológica e Industrial de Defensa. Cada uno de estos grupos realizó un exhaustivo análisis tecnológico que culminó con el establecimiento de las 33 Líneas de Ac-tuación Funcional (LAF) y las 111 Metas Tecnológicas que aparecen en el documento.

Las Metas orientan sobre la necesidad operativa a la vez que definen una vía tecnológica abierta para dar ca-bida a múltiples soluciones. Constituyen los elementos básicos sobre los que se establecerán y planificarán las actividades de I+T futuras de defensa. En definitiva, y en lo que al contenido tecnológico respecta, la ETID refle-ja la visión del Ministerio de Defensa sobre el horizonte tecnológico para los próximos años.

No menos importante que el contenido tecnológico, la Estrategia contiene también medidas destinadas a avanzar hacia una gestión centralizada y coordinada de la I+D del Ministerio de Defensa, así como al fomento de la cooperación con otros organismos e instituciones nacionales e internacionales relacionados con la inno-

vación tecnológica. Cabe decir que, como gestores de la I+D de defensa, parte de nuestro trabajo en la DGAM/SDG TECIN consiste en aportar los instrumentos de co-ordinación y cooperación que permitan gestionar de la manera más eficiente posible los recursos dedicados a la I+D. Dichos instrumentos deben canalizar las capacida-des y actividades de I+D propias del Ministerio de Defen-sa y fomentar la creación de nuevos cauces de colabora-ción con el fin de aprovechar las sinergias existentes con otras actividades de innovación tecnológica realizadas en otros ámbitos. En la ETID las empresas y centros tec-nológicos encontrarán elementos de referencia a partir

de los cuales podrán orientar sus capacidades tecnológi-cas hacia objetivos de interés para defensa.

IMPLANTACIÓN DE LA ESTRATEGIACon la edición del documento y su promulgación por parte del Secretario de Estado sólo hemos cerrado el primer capítulo de la Estrategia. Ya hemos comenzado a trabajar en la segunda etapa: la implantación de la misma. Tenemos por delante un largo camino que reco-rrer y un buen número de actividades que llevar a cabo y que giran en torno a cuatro ejes de actuación:

EL EJE TECNOLÓGICO constituye un eje principal de la Estrategia. Una vez establecidas las Metas, durante los próximos meses se profundizará en su análisis, confeccio-nando hojas de ruta tecnológicas donde se desmenuzarán dichas Metas para definir actividades concretas de I+T a realizar, con el nivel de ambición adecuado a las capacida-des de la industria española, a la coyuntura económica y a los futuros cambios en las necesidades de nuestras FAS.

EL EJE DE COOPERACIÓN es un pilar fundamen-tal en el proceso de implantación de la Estrategia. Trata de potenciar todo tipo de iniciativas conducentes a ali-near recursos hacia objetivos de interés común en todos los ámbitos: militar, civil, nacional, internacional, etc. Entre las actividades futuras a realizar cabe destacar el

establecimiento de convenios de colabora-ción con organismos de la Administración central y autonómica y otras instituciones relacionadas con el desarrollo tecnológico, tanto a nivel nacional como internacional. Un buen ejemplo de este tipo de convenios es el firmado recientemente entre la DGAM y el CDTI (Centro para el Desarrollo Tecno-

lógico Industrial del Ministerio de Ciencia e Innovación) que permitirá apoyar proyectos que desarrollen tecnolo-gías duales de interés para ambos organismos. Del mis-mo modo, la ETID se encuentra incardinada en los obje-tivos de la Estrategia Estatal de Innovación; así, el Plan de Acción 2010 de la Estrategia Estatal de Innovación (E2I) tiene un apartado dedicado a nuestra Estrategia.

EL EJE DE INFORMACIÓN de la ETID es otro de sus pilares fundamentales. Gira en torno al objetivo de poten-ciar la labor de difusión de información para que todos los agentes del sector, en especial aquellos altamente in-

El Ministerio de Defensa es, a la vez,un gran consumidor y un

gran generador de tecnología

Número 23 ·Atenea 69

novadores pero que, por diversas circunstancias, desco-nocen el entorno tecnológico en el que se mueve Defensa, conozcan cuáles son los distintos tipos de programas e iniciativas con los que colaborar en las actividades de I+D en Defensa. La información es un concepto inherente a la Estrategia y ha estado muy presente durante todo el proce-so de elaboración de la ETID a través de varias iniciativas y herramientas tales como una página web, un foro, semina-rios sectoriales, presentaciones, etc.

Durante el periodo de implantación de la ETID se prevé potenciar las herramientas de difusión existen-tes tales como el Boletín de Observación Tecnológica, elaborado en el Sistema de Observación y Prospectiva Tecnológica de la Subdirección General de Tecnologías y Centros (SDG TECEN) y, sobre todo, crear un portal web interactivo a través del cual se fomente la parti-cipación y el conocimiento mutuo entre los agentes proveedores de tecnología. El portal web será una ven-tana abierta desde y hacia el Ministerio de Defensa para comunicar y dar a conocer intereses, iniciativas, así como el fomento y generación de nuevas ideas.

La ETID acaba de nacer y es, por supuesto, flexible y mejorable. Por ello la hemos dotado de mecanismos propios de evolución y mejora que le permitan adaptar-se al planeamiento de Defensa y al escenario tecnológi-co cambiante en el que se mueve.

EL EJE DE MEJORA CONTINUA gira en torno a dos iniciativas. La primera es la creación de la Oficina ETID que será la encargada, entre otras cosas, de vigilar la implantación de la Estrategia y de dirigir la definición de las hojas de ruta, analizando el grado de cumplimien-to de los objetivos propuestos. La segunda se correspon-de con la implantación de métricas que permitan cuan-tificar el retorno obtenido de las inversiones en I+T.

A modo de conclusión, me gustaría compartir con los lectores unas breves reflexiones acerca del significado que adquiere la ETID desde un punto de vista general. La tecnología es uno de los pilares básicos sobre los que se asientan las capacidades de las Fuerzas Armadas más importantes, modernas y eficaces del mundo. Si hoy es importante, en el futuro lo será aún más. Los resultados de la Innovación son poco predecibles y la Estrategia de Tecnología e Innovación para la Defensa (ETID) surge de la necesidad de acotar la incertidumbre, sistemati-zando la gestión de la I+D. Pero no de cualquier forma: la ETID tiene la virtud de ser el resultado de un proceso

pensado, meditado y absolutamente abierto e integra-dor. Su metodología de trabajo permite la participa-ción de todos los agentes involucrados en el desarrollo tecnológico nacional, y sus objetivos principales de ORIENTAR, COOPERAR, COORDINAR y GESTIONAR han estado y estarán presentes durante toda la fase de definición e implantación de la Estrategia.

El Ministerio de Defensa es un gran consumidor de tecnología y también un gran generador de ella. Tiene la DGAM, los Institutos Tecnológico de la Marañosa (ITM) y el Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), y el Canal de Experiencias Hidrodinámicas del Pardo (CEHIPAR) como sus cabezas visibles. Y la elaboración

y publicación de esta Estrategia no es otra cosa que la constatación de que el Ministerio de Defensa tiene una organización madura, capaz de promover y coordinar todas sus actividades de I+D de forma eficiente, lo que lo sitúa a la altura de los países más avanzados

Por último, remarcar que la ETID representa la apuesta del Ministerio de Defensa por la innovación para la mejora de la productividad y competitividad de la economía española. Con esta estrategia, el Ministe-rio de Defensa reivindica su papel protagonista como impulsor del avance científico y tecnológico, alineán-dose con los objetivos nacionales en ciencia y tecnolo-gía expresados en la E2I y promoviendo así el aprove-chamiento de las sinergias existentes entre los ámbitos civil y militar. n

Una especialista del Ejército de Tierra probando nuevas aplicaciones.

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Atenea · Número 2370

E N T R E V I S T A por Abel Hernández

GERARDO SÁNCHEZ REVENGA

Presidente de AESMIDE

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L entrevista con Gerardo Sánchez Revenga, pre-sidente de AESMIDE (Asociación de Empresas Contratistas con las Administraciones Públicas

de España y otros Estados) tiene lugar en la sede de la asociación de Madrid, una sede discreta, silenciosa y austera desde la que se impulsa y se coordina desde hace un cuarto de siglo, con un equipo mínimo, la colabora-ción de la empresa privada con la Administración Públi-ca, especialmente en el campo de la Defensa y la Segu-ridad. La externalización opera mediante el método de ‘llave en mano’ con buenos resultados. Progresivamente AESMIDE ha ido ensanchando su actividad a otras áreas de la Administración y al atractivo campo de los orga-nismos internacionales. El padre de la asociación, que la creó a instancias de la Secretaría de Estado de Defensa, fue José Luis Graullera, al que siguió Julián García Var-gas. Sánchez Revenga se incorporó a la presidencia en 2009, cuando estallaba la crisis económica.

Pregunta.- ¿Qué repercusión está teniendo la crisis en AESMIDE y las empresas que la componen?Respuesta.- La crisis en España ha puesto de manifies-to la necesidad de asignar recursos de manera adecua-da y de ser eficaces en la utilización de esos recursos. El problema consiste en que ministerios como Defensa, Fomento o Interior, que tienen un compromiso impor-tante con la política industrial, están sufriendo en sus

presupuestos una situación que podemos considerar crítica. No se trata sólo de que no haya licitación de nue-vos contratos, sino de que se ha producido un reajuste anulando determinados contratos en marcha. Esto na-turalmente afecta a nuestra asociación y a las empresas que la componen. A las nuestras, un poco menos, por-que no viven exclusivamente del presupuesto.

P. ¿Cuál es la solución?R. Las empresas han hecho su trabajo: han reducido sus plantillas, han mejorado su estructura informática para reducir costes, han buscado salidas en el campo interna-cional y se han esforzado en ser más competitivas. AES-MIDE también está haciendo sus tareas.

P. ¿Cuál es el papel de la asociación? ¿De qué tareas hablamos?R. Interrelacionar a las empresas, procurar que haya menos costes, atender a cada una individualmente, pro-mocionar los productos y servicios de sus asociados en los mercados interior y exterior, facilitar a las Adminis-traciones información sobre el sector industrial y pro-poner soluciones concretas.

P. ¿Quién no ha hecho entonces los deberes? ¿Qué opina de la actuación de la Administración?R. La Administración ha tardado en reaccionar un tiem-

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HOMSEC es una iniciativa muy valiente, un desafío imaginativo

a la crisis

Atenea · Número 2372

E N T R E V I S T A

po y lo ha hecho con miras este año a reducir el déficit, que va a ser difícil porque intervienen las haciendas au-tonómicas y locales. Una vez detectado el problema, no hay que perder ni un minuto más -y eso se lo he dicho yo a las empresas- en lamentaciones. Hay que intentar, en estas condiciones, salir adelante, procurando que la Ad-ministración utilice sus medios, que los tiene, para in-centivar a las empresas y colaborar con ellas con la asig-nación adecuada de recursos en busca de la eficacia.

P. ¿Cuál es el volumen ahora mismo de la deuda de la Administración con las empresas de AESMIDE?R. No demasiado por parte de la Administración cen-tral. El Ministerio de Defensa es un buen pagador.

Gestiona adecuadamente el dinero que tiene. Los pro-blemas existen con la Administración Local, hasta el punto de que hay empresas que no quieren concurrir a licitaciones con los Ayuntamientos, porque carecen de crédito.

P. Pero, en general, ¿se han reducido los concursos cla-ramente?R. Sí, se han reducido por falta de presupuesto. Nuestros contratos en la parte textil, de infraestructuras y de tecno-logía de la información han sufrido una disminución. Y además han bajado mucho los precios en los concursos.

P. AESMIDE nació hace más de un cuarto de siglo con vocación de servicio a la Administración, sobre todo en materia de Defensa y Seguridad. Fue pionera en el tema de la externalización y del método de ‘llave en mano’. Después ha ido ampliando el campo y los objetivos. Há-ganos un breve balance y señale los objetivos de futuro.R. La componen actualmente unas sesenta empresas y mantiene su vocación original de colaborar con la Ad-ministración en la búsqueda de respuestas a sus necesi-dades de externalización. Conviven en la asociación em-presas grandes con empresas medianas y pequeñas y así se evita la subcontratación. Sus principales áreas de ac-tividad son: equipamiento y vestuario, infraestructuras, alimentación, gestión integral de edificios e instalacio-nes, tecnologías de la información y sistemas, sanidad, apoyo logístico integral, logística distributiva, servicios financieros y servicios especiales. Pone a disposición de los distintos departamentos de la Administración, con especial atención a la Seguridad y Defensa, un amplio abanico de soluciones en servicios y suministros llave en mano. Todo esto se llevó a cabo antes de mi llegada hace un año y coincidió con la modernización de las Fuerzas Armadas. El balance no puede ser más positivo.

P. Señale objetivos de futuro. ¿Qué tiene usted entre manos?R. Pretendo dar un impulso importante a la tecnolo-gía de la información y proyectarnos a otras áreas de la Administración, sin dejar, por supuesto, Defensa, que es nuestro principal cliente. Tenemos contactos con la Agencia Tributaria, Correos, Fomento, Presidencia del Gobierno, Exteriores, etcétera. Las expectativas son bue-nas y sería malo que este impulso hacia la externaliza-ción se paralizase por culpa de la crisis.

PERFIL

Gerardo Sánchez Revenga (Toledo, 1947), casado, dos hijas y tres nietos, no representa los 63 años que tiene; tiene aspecto de deportista. Se le da tan bien el fútbol que pudo ser futbolista. Es lo que le hubiera gustado, según confiesa, en vez de interventor del estado, que es su oficio y su gran vocación. Sus aficiones son, como queda claro, el deporte -aparte del fútbol, juega al tenis y al golf-, la música y la lectura. Y es un temible adversario jugando al mus.Licenciado en Derecho por la Universidad de Granada, pertenece por oposición a los cuerpos de Contadores del Estado, Gestión de Hacienda Pública, Cuerpo Superior de Interventores del Estado y Censor Jurado de Cuentas. Para él, si se gasta un euro debe estar anotado y justificado. En AESMIDE desde hace algo más de un año está en el lugar justo de equilibrio entre el estado y la empresa privada. Su sentido del estado y su capacidad empresarial le hace eficaz y súmamente fiable para las dos partes. Lucha por colaborar con el estado, especialmente con defensa y se-guridad, en tiempos de crisis, y ayudar a las empresas a ser más competitivas y con más proyección exterior.En 1980 fue nombrado Jefe de Área de la Subsecretaría de Presupuesto y Gasto Público y en 1983 pasó a ocupar la Secretaría General de la Intervención General del Estado, y de 2003 a 2009, antes de ocupar la presidencia de AES-MIDE, fue delegado especial del Ministerio de Hacienda en RENFE. En la empresa privada ha sido presidente de distintas so-ciedades de inversiones, consejero de varias grandes em-presas y hasta tesorero del Real Madrid de 1997 a 2002. En 2003 fue elegido presidente del Instituto de Auditores Públicos de España y tres años más tarde, presidente de la Federación de Asociaciones de los Cuerpos Superiores de la Administración General del Estado.

P. Defina a AESMIDE en pocas palabras.R. Es una plataforma de capacidades empresariales combinadas, permanente, diversificada y con capaci-dad de respuesta ante cualquier necesidad. El 60% de nuestras empresas son pymes. La combinación de éstas con las grandes empresas utilizando sus capacidades es impresionante. Ahora estamos trabajando en proyectos de operador logístico, de tecnología de la información, de eficiencia energética y transportes. Pretendemos dar soluciones a todo el ámbito de la Administración.

P. ¿En qué medida es una preocupación de AESMIDE impulsar capacidades I+D+i?R. Recientemente hemos informado a nuestros asocia-dos de contactos con el Centro para el Desarrollo Tec-nológico Industrial (CDTI) del ministerio de Ciencia e Innovación y de sus múltiples programas de apoyo a I+D+i. También hemos mantenido conversaciones con la Subdirección General de Tecnología e Innovación de la DGAM. En los dos sitios hemos transmitido la idea de organizar muy próximamente por parte de AESMIDE una jornada para que ambos organis-mos informen a nuestros asociados de sus programas de apoyo y subvención al desarrollo y la innovación. Así que próximamente celebraremos esa jorna-da. Consideramos que es muy impor-tante sobre todo en el ámbito textil, en el de tecnología de la información y en el de la eficiencia energética invertir grandes cantida-des en investigación y nuevas tecnologías.

P. ¿Están abriendo las empresas asociadas nuevos cauces en el exterior aparte de su colaboración en las misiones exteriores de las Fuerzas Armadas?R. Esta dimensión es muy importante. Cuando no se en-cuentran crédito y posibilidades en el mercado interior hay que salir al exterior. La competitividad y la interna-cionalización están previstas en la nueva ley de Econo-mía Sostenible. Nuestras empresas lo han comprendido. Y tenemos, por ejemplo, a ARPA que es un modelo en este sentido, sobre todo en el ámbito iberoamericano. Como proyecto importantísimo para 2011 hemos organizado misiones en las que varias empresas han demostrado sus capacidades en la EDA (European Defence Agency), en la NAMSA (NATO Maintenance and Supply Agency), en la OTAN y en la ONU. Les hemos ofrecido nuestro proyec-

to de operador logístico. Estimo que estas misiones han sido muy valiosas. AESMIDE está utilizando servicios, a los que hasta ahora no había recurrido, como el ICEX (Instituto Español de Crédito Exterior), que nos han pro-porcionado una ayuda importante. Hemos demostrado que este conjunto de empresas puede prestar servicios en cualquier concentración de hombres tanto en tiempo de paz como en situación de guerra en cualquier parte del mundo. Y estamos intentando con el ministerio de Asun-tos Exteriores introducirnos en el campo de las emergen-cias, a la vez que mantenemos contactos con TRAGSA.

P. Este modelo de externalizar ‘llave en mano’ ¿tiene imitadores fuera? ¿Cómo es el modelo que rige en Es-tados Unidos?R. No, no hay apenas imitadores. Somos los pioneros. Las UTEs (Uniones Temporales de Empresas) tal como lo hace AESMIDE no es un modelo extendido fuera. En Es-

“HOMSEC puede reflejar todas las capacidades de las empresas de AESMIDE, especialmente ante las delegaciones iberoamericanas”

Número 23 ·Atenea 73

tados Unidos se inclinan por un contratista único y sub-contratos. Nosotros queremos evitar o limitar la subcon-tratación, creando la figura de proveedores nominados.

P. Hablemos de HOMSEC, una iniciativa de ATENEA. ¿Considera de interés la participación de empresas de AESMIDE en ferias nacionales e internacionales? ¿En qué medida podría colaborar HOMSEC para potenciar las actividades de las empresas de su asociación?R. Hay que buscar la simbiosis. HOMSEC es una iniciati-va muy valiente, un claro desafío imaginativo a la situa-ción de crisis. ATENEA ha dado un paso adelante y yo he dicho hace poco en una conferencia en el Senado que en tiempos de crisis hay que tener imaginación y valor. Y puse como ejemplo la feria de HOMSEC y la Fundación Everest. Creo que HOMSEC es una excelente plataforma. Estoy de acuerdo con el Director General de Armamen-to y Material: las industrias de Defensa deben ser actores en el desarrollo del concepto HOMSEC. Deben ser consi-deradas socios estratégicos de la Administración y tener

un protagonismo en el desarrollo integral del conjunto HOMSEC. A nosotros nos toca de lleno y creemos que podemos ayudar mucho al desarrollo de la Feria.

P. O sea, que considera de interés disponer de una pla-taforma expositiva y de negocios como HOMSEC en España.R. Sí, por supuesto. ATENEA y HOMSEC pueden ser un espejo que refleje todas las capacidades que tienen las empresas de AESMIDE ante las delegaciones ex-tranjeras, especialmente las que tienen que venir de países iberoamericanos. Me parece un acierto la nueva orientación del Grupo ATENEA hacia Iberoamérica. Los proyectos de externalización que se han hecho en España tienen que realizarse forzosamente a lo largo del tiempo en países iberoamericanos. Considero muy importante que haya en España un Salón Internacional que sea un referente en tecnologías y servicios para la Defensa y la Seguridad. Es excelente la idea de ATENEA

y el respaldo que está teniendo del DGAM y del Ministerio del Interior. Y será un éxito si se traen delegaciones que tengan capacidad de decisión o influencia para las futuras compras. Como escaparate es muy importante para las empresas y es también impor-tante para España porque refleja en el

exterior nuestro potencial industrial.

P. En fin, por si no ha quedado claro, ¿qué pretende AESMIDE? ¿Es un lobby?R. No, no es un lobby. Lo que hace AESMIDE es cola-borar con la Administración para buscar soluciones a las necesidades planteadas; y tratamos de impulsar soluciones a los problemas planteados por la crisis. El contrato de colaboración público-privado es un instru-mento importantísimo que tiene la Administración y que todavía no ha desarrollado. A este propósito tengo que reconocer públicamente la importantísima labor de desarrollo del Ministerio de Defensa que está lle-vando a cabo la Dirección General de Infraestructuras. Estamos muy en contacto con esta Dirección General y con la de Armamento y Material para dar solución a los problemas que tiene planteados el Ministerio. Tam-bién hemos firmado un convenio con ISDEFE para los dos principales objetivos de este año: competitividad e internacionalización. n

“Las industrias de Defensa deben ser actores en el desarrollo del concepto HOMSEC y

tener protagonismo en su desarrollo integral”

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e N s a y o por José Luis Bazán

del hombre de su naturaleza creada, negando la existencia de una racionalidad recibida, ínsita en la realidad y en el propio hombre. Dicha emancipación fue una rebelión del hombre contra toda aparente heteronomía, y buscaba una moral autónoma, autogenerada, sin vínculos trascenden-tes, sin necesidad de Dios alguno, una moralidad en la que el hombre era juez y parte, juez de sí mismo, única y últi-ma instancia de apelación de todo juicio moral. Esta pre-tensión sediciosa (no exenta de soberbia intelectual y mo-ral) era del todo incompatible con el principio básico que aportaba la tradición judeocristiana (fundante de nuestra cultura occidental) según el cual la naturaleza humana (y, por tanto, las leyes morales que la rigen) era recibida y exi-gía un respeto incondicionado. Las leyes morales objetivas, inmutables en sus principios, trascendían tiempo y lugar y eran reglas universales no disponibles por voluntad hu-mana. Estos principios que rigieron la sociedad occidental desde que el cristianismo la articuló fueron considerados un obstáculo insalvable para todos los que pretendían la refundación del orden moral, político y social apartando la savia de la religión cristiana de la vida cotidiana del europeo. Había que destruirlos a toda costa, sin piedad ni remilgos: el enemigo era la tradición. Sólo un fanatismo de corte revolucionario como el francés –tan distinto del norteamericano- podía plantearse una guerra sin cuartel contra un enemigo que consideraba mortal, sin importar-le ni el coste ni el resultado de tal amputación sangrienta. La esquizofrenia revolucionaria de mentes henchidas de odio ilimitado permitía conciliar, sin inmutarse, la guillo-tina a los considerados enemigos, con el derecho a la vida de todo hombre y ciudadano, o la libertad de creencias que decían defender con la fervorosa persecución de la re-ligión cristiana y las masacres contra religiosos católicos. Los tiempos presentes son otros, y el silencio por defun-ción ha sido sustituido por el silencio por ostracismo: se borran de la vida pública los discursos disonantes con el paradigma dominante, se apartan a quienes los sostienen y se vituperan a los que defienden la tradición como fuen-te de respeto a la verdad de la persona.

La postmodernidad y La exaLtación deL egoLa Modernidad –ese claroscuro paradigma cultu-ral duradero hasta bien entrado el siglo XX- dio a luz a su insufrible hija, la llamada Postmoderni-

dad, individualista, caprichosa y malcriada, prepotente y disgregadora. La madre quiso –y en buena parte lo lo-gró- construir una verdad –la autonomía moral- a costa de la Verdad, y la hija –bien adoctrinada- ha sabido re-coger el testigo de esa ‘tradición’ aunque sin el impulso vital que tuvo su antecesora.

La realidad humana ha sido ‘deconstruida’, diluyendo la naturaleza humana y construyendo arbitrariamente una cultura contra natura basada en la fugacidad del deseo. No hay verdad sino tu verdad, mi verdad: el faro común de la naturaleza ha sido reemplazado abusivamente por tenues luces contrapuestas que no permiten un discurrir por la vida con plenitud de sentido. Mensajes contradic-torios se superponen y sólo uno parece triunfar mediáti-camente: haz lo que quieras (mientras no contradigas los mandatos del poder, valedor de un creciente totalitaris-mo relativista). Un peliculero carpe diem es el argumento moral supremo de una sociedad que ha apostatado de los principios que la encumbraron y ennoblecieron.

La ‘tradición’ (en sentido moral) fue tiempo atrás dina-mitada por las llamadas ‘Luces’, atribuyéndole al término un sentido peyorativo, asociado a oscurantismo, ignoran-cia, cuando no mera superstición. La razón, se decía, no puede tolerar una verdad no conquistada (y depurada) por ella misma. Desde hace más de dos siglos, hablar de tra-dición en la cultura europea es, paradigmáticamente, un sinsentido para la intelligentsia dominante, que ha bebido del ‘freudmarxismo’, y se ha nutrido, en no pocas ocasio-nes, de ideologías nihilistas. La emancipación del hombre pasaba –ingenuidad devenida tragedia- por la emancipa-ción de toda tradición, a la que se acusaba de irracional por haber sido recibida ‘acríticamente’. En el fondo, las Luces (como gustaban autodenominarse sus inventores y parti-darios) y sus herederos buscaron la plena emancipación

ESA PERMANENTE MODERNIDADLa Tradición

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e N s a y o

¿Qué es La tradición?La palabra tradición se reserva, en la tiranía de la corrección política, para las realidades que no comprometen su dominio, y que están habitualmente relacionadas con el

mundo de lo folklórico (fiestas y celebraciones, gastrono-mía, deportes, etc.). Por el contrario, la cultura dominante no permite apelar a la tradición como fuente normativa, ni moral ni política, y promueve el escarnio de quien osa utilizar el término y dar contenido al concepto vinculán-dolo a la existencia de la verdad. Opone tradición y mo-dernidad, relegando lo ‘tradicional’ al cuaternario, y ensal-zando el progreso que aporta toda ‘modernidad’.

¿Es la tradición necesariamente enemiga del progreso humano, una rémora que hemos de alejar de nosotros para ser capaces de profundizar en nuestra condición racional? ¿Es, acaso, una forma de fanática defensa de un pasado in-tolerante que privilegia el dominio social de una minoría que manipula las conciencias de personas ‘envenenadas’ por el virus de la creencia religiosa, que aun piensan que hay leyes morales objetivas puestas por un Creador?

La tradición es, etimológicamente, un término latino que significa “entrega” o “transmisión” (traditio). El len-guaje jurídico, tributario del Derecho romano, lo utiliza con suma naturalidad, y así nuestro Código civil afirma en su artículo 609 que la propiedad y los demás dere-chos sobre los bienes “se adquieren y transmiten por la ley, por donación, por sucesión testada e intestada, y por consecuen-cia de ciertos contratos mediante la tradición”. Algo similar se observa en otros códigos civiles iberoamericanos, como el chileno, que establece en su Art. 670 que: “La tradición es un modo de adquirir el dominio de las cosas y consiste en la entrega que el dueño hace de ellas a otro, habiendo por una parte la facultad e intención de transferir el dominio, y por otra la capacidad e intención de adquirirlo.”

El sentido etimológico nos muestra un concepto sim-ple y puro, pero de una inmensa riqueza semántica. Cier-tamente entregamos bienes (la economía y el derecho encuentran buena parte de su fundamento en dichas entregas), pero no solo materiales sino intangibles (v. gr., una patente), e incluso espirituales (bienes sociales, mo-rales y religiosos de naturaleza inmaterial). Las personas individuales nos transmitimos bienes, pero igualmente, los damos a la sociedad, a grupos, familias, etc. (y los re-cibimos de ellos).

Pero el concepto de tradición encuentra su máximo va-lor en la transmisión intergeneracional: es el patrimonio

cultural, moral, político, espiritual y religioso que entrega cada generación a la siguiente, y ésta a la que le sucede, formando una cadena continua de entrega-recepción de dichos bienes. Pero la tradición no es la mera entrega de ese patrimonio del pasado, sino la revivificación presente del mismo por cada generación, que no solo lo recibe como objeto, sino que lo vive como parte de sí misma, de su iden-tidad e idiosincrasia. Lo objetivo se transforma en vivencia compartida, y por tanto, transforma el grupo en comuni-dad, al reconocer como propio dicho patrimonio común que es elemento de cohesión social. El pasado es recibido en el presente, que al vivirlo y enriquecerlo, permite la pro-yección hacia el futuro.

La tradición (en sentido moral, sobre todo) es (si res-ponde a la verdad del hombre) un principio estructural de la vida humana individual y social, a la que dota de sentido cotidiana y globalmente. Otorga los necesarios re-ferentes para la propia identidad personal y social, y per-mite el autoconocimiento creativo, hasta el punto de que no hay cultura sin tradición. No existe el ex novo (“de la nada”) cultural, lo absolutamente novedoso, porque toda innovación cultural se entiende a la luz del precedente. El hombre no puede comenzar de cero, decía Zubiri.1

tradición y tradiciones Toda tradición es una apelación a un origen, en el que se reconoce la existencia de una verdad primigenia, fundante, indisponible

y dignificadora, que exige y merece ser transmitida. La recepción de lo transmitido adquiere su verdadero sen-tido tradicional al reconocerse su valía: no es el simple hecho de que así se hizo o pensó algo en el pasado lo que le otorga valor o le da carácter de tradición, sino el he-cho de la aceptación como valioso de lo transmitido. La tradición parte de un acto de reconocimiento en vez de uno de sumisión, como sostiene Gadamer. En tal senti-do, cuando lo transmitido intergeneracionalmente ca-rece de valor o sentido por no responder a la verdad del hombre, se impone su abandono. Así, el apartamiento de las tradicionales prácticas sangrientas de ciertas culturas precolombinas -que evidenciaban una barbarie moral y cultural-, supuso un avance inigualable en su moralidad, gracias a la acción evangelizadora que al transmitir la fe católica creó una nueva tradición de respeto a la persona humana y su dignidad.

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La tradición nos enraiza con nuestra historia pero tam-bién con la verdad –si es auténtica tradición- y nos pro-porciona recursos morales y culturales para afrontar cada nueva situación. Su abandono injustificado es una dilapi-dación que deja al individuo a la intemperie y, en muchas ocasiones, a merced de ideologías interesadas en privar de referencias sólidas a sus potenciales víctimas. Como afirmó Zubiri, la tradición es el modo en que se constituye formal-mente la historicidad, al posibilitar que cada generación desde sí y por sí misma alumbre la verdad. No es un modo de cerrar posibilidad a la existencia humana, sino la forma concreta en que se da dicha existencia. El hombre ‘vive en tradición’ porque nace en una cultura concreta, es educado en ella y decide, por acción u omisión, continuar en ella o apartarse de la misma, enraizándose en otra.

El rechazo a la tradición fundada en la verdad del hom-bre es, en realidad, un desordenado afán de sustituir una tradición por otra, esto es, una visión del hombre (v. gr., trascendente) por otra (inmanente). En tal sentido, no hay cultura que no pretenda ser tradicional, esto es, transmiti-da, vivida y proyectada. Pero las posibilidades de acceso a la verdad varían en función de la tradición de que se trate (unas son más aptas que otras).

En términos morales (e incluso políticos), la tradición es fuente de legitimidad y por ello se busca una u otra tra-dición para dar cobertura ética a decisiones y comporta-mientos. Así, por ejemplo, en el ámbito político se habla de la tradición republicana en Francia o de la tradición de-mocrática norteamericana, para dar a entender que existe una referencia política (con relevancia incluso moral) que sirve de norma de contraste y que forma parte del carácter nacional. Igualmente, en el ámbito ético, la tradición ilu-mina las normas morales que definen la bondad o maldad de los actos y permite un mejor acceso a la verdad moral que podría resultar más dificultosa si tuviera que realizarse sin la aportación de lo transmitido.

Pero el sentido más elevado de la tradición es el reli-gioso (por vincularse a la Verdad en sentido más absolu-to): no en vano, en el catolicismo, la Tradición es, junto a la Escritura y al mismo nivel que ésta, fuente de la Re-velación divina. La Tradición se presenta así como “la que viene de los apóstoles y transmite lo que éstos recibieron de las enseñanzas y del ejemplo de Jesús y lo que aprendieron por

el Espíritu Santo” 2. Diferente a ésta son las ‘tradiciones’ teológicas, disciplinares, litúrgicas o devocionales naci-das en el transcurso del tiempo en las Iglesias locales, que constituyen formas particulares en las que la gran Tradición recibe expresiones adaptadas a los diversos lugares y a las diversas épocas.

Particular atención merece la vida militar -análoga a la vida religiosa en la profundidad de la respuesta y entrega a la auténtica vocación integral de la persona- en la que la tradición desempeña un papel de primer orden, que justifi-ca, anima y aviva el seguimiento de la vocación castrense, incluso en las más dramáticas condiciones. La milicia es testimonio de una verdad –mal comprendida en el pre-sente-: el sacrificio personal, hasta con la propia vida, por el bien común. Y en cuanto ligada a esta verdad (y a los va-lores que la engalanan, como el honor), la tradición militar es de una trascendencia insustituible.

tradición y modernidadLa contraposición entre tradición y moder-nidad (entendida como “lo más actual”) es falaz y esconde una estrategia ideológica

que simplemente busca la constitución de un nuevo para-digma, apartado de la verdad del hombre, del sentido primi-genio de su dignidad como criatura. Esta nueva ‘tradición’ (nombre que nunca aceptaría la Modernidad en el sentido por ella misma criticado) parece haberse instaurado en nuestra cultura occidental y convive muy a su pesar con la auténtica tradición que permite el acceso pleno a la verdad. Al abandonar toda confianza en la razón, sosteniendo que no cabe alcanzar una verdad objetiva, la cultura dominante (que se presenta como heredera de una Modernidad filosó-fica y encarna la Postmodernidad ideológica) no puede mi-rar con buenos ojos a una tradición vinculada a la verdad primera del hombre, ni a las personas e instituciones que la defienden. El grado de radicalidad del combate contra la tradición (y contra la verdad que la hace valiosa) es inversa-mente proporcional a los recursos morales e intelectuales del atacante. Desgraciadamente para el bien común, no podemos afirmar que en las últimas décadas la cultura di-rigente sea moral e intelectualmente excelente. n

notas1-Sobre el hombre, Alianza, Madrid, 1986, p. 201. 2-Catecismo de la Iglesia Católica, ap. 83.

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Pablo Morillo y Morillo,

El PacificadorLuchó para conservar américa unida a La corona

General realista, Jefe del Ejército Expedicionario de la Costa Firme, Conde de Cartagena y Marqués de La Puerta. Buscó

moderar los excesos de la guerra. Se mantuvo fiel a sus principios

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B I O G R A F Í A por Julio M. Luqui-Lagleyze

e alistó en la Armada espa-ñola como soldado de In-fantería de Marina el 19 de marzo de 1791 con 13 años.

Dada su corta edad, sus primeras funcio-nes fueron de asistente y miembro de la banda de tambores y pífanos. En mayo de 1793 participó en el desembarco en la isla de San Pedro en Cerdeña y en el ase-dio del puerto francés de Tolón, durante el cual estuvo en siete acciones hasta ser herido y retirado del combate. Tras re-ponerse, pasó a Cataluña y combatió en Cullera (Valencia) el 13 de agosto de 1794 y en el sitio del castillo de la Trinidad en Rosas (Gerona).

De guarnición en el navío San Isidro, en el ataque inglés del 14 de febrero siguien-te fue hecho prisionero aunque poco des-pués fue liberado. Sufrió el bombardeo de Cádiz por los ingleses, ascendiendo a sargento el 1 de octubre de 1797. Partici-pó en el combate del cabo San Vicente y en la batalla de Trafalgar el 21 de octubre de 1805 a bordo del navío San Ildefonso,

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Lámina que representa a

Pablo Morillo como Mariscal de Campo (General

de División en la actualidad)

en uniforme de campaña.

Teniente general

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donde fue herido y quedó prisionero de los ingleses.

Tras su liberación, volvió a una arma-da que, por la derrota militar y moral de Trafalgar y la desidia del gobierno de Car-los IV, estaba abandonada y abatida. Esos años oscuros duraron hasta la Guerra de Independencia española donde tendría una importante participación.

GUERRA DE INDEPENDENCIAComo otros muchos militares y civiles españoles, se incorporó a la lucha contra los franceses integrándose el 2 de junio de 1808 como subteniente de infantería en el recién creado Regimiento de Volun-tarios de Llerena, con el cual participó el 19 de julio de 1808 en la Batalla de Bailén, primera gran derrota de Napoleón. Por su valor llamó la atención del General en jefe, Francisco Javier Castaños, quien lo tomó bajo su mando como su mentor. Ascendió a teniente y pasó a Extremadu-

ra donde mandó una guerrilla en el sitio y toma de Yelves y en la acción de Alma-raz del 18 de diciembre de 1808, cuando derrotó a 150 dragones franceses, y en el puente del Conde rechazó el ataque de fuerzas muy superiores. Siempre pedía los puestos avanzados en los combates y, así, asistió a la rendición de la escuadra francesa en Cádiz y mandó guerrillas y partidas de descubierta. Sus tropas au-mentaron con soldados dispersos y reclu-tas levantados entre Madrid y Somosierra, donde se hallaba infiltrado para observar los movimientos de los franceses.

Castaños lo recomendó a la Junta Cen-tral para que levantara fuerzas en Gali-cia. Con fecha 22 de enero de 1809 fue promovido a capitán del Regimiento de Voluntarios de España y el 18 de febrero salió para Galicia donde formó guerrillas y luchó activamente contra los invasores franceses. Tras rendir las fuerzas france-sas en Vigo fue ascendido a coronel. Poco

7979000079Número 23 ·Atenea

PRINCIPIO Y FINAL MODESTOSNació en Fuentesecas, provincia de Zamora (España) el 5 de mayo de 1775. Era hijo de Lorenzo Morillo y María Morillo, ambos de humilde condición campesina.A su fallecimiento, aún se le debían sueldos correspondientes a las campañas americanas, lo que dejó a su viuda pobre y con cinco hijos pequeños.

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después se hará famoso en la ba-talla de Puente Sampayo, en los días 7 y 8 de junio de 1809, don-de derrotó a las fuerzas napoleó-nicas del Mariscal Ney.

En 1811 es ascendido a brigadier y en 1813 pasó destinado al ejército inglés del Duque de Wellington y ascendido a mariscal de campo el 3 de julio de ese año. Con ocasión de la batalla de Vito-ria es nombrado teniente general. Por su ejemplar y eficaz trayectoria a lo largo de toda la guerra contra los franceses llegó a ser uno de los generales más conocidos y populares entre los españoles.

PRIMEROS ÉXITOS EN AMÉRICAUna vez finalizada la guerra contra el francés en 1814 y vuelto Fernando VII al trono de España, pudo afrontarse la gue-rra en América, que había estallado cua-tro años antes. A finales de ese año el rey designó a Morillo como general en jefe del ejército que marcharía desde España a la plaza realista de Montevideo, en el Río de la Plata, para desde allí atacar a la insurrecta y vecina Buenos Aires, capital de la revolución en América del Sur.

La expedición partió de Cádiz el 15 de fe-brero de 1815 con unos 65 buques de todo

tipo y el navío de línea San Pedro de Alcán-tara, de 74 cañones, como buque insignia. La expedición sumaba 15.000 hombres y constituyó la mayor que enviaría España, entre otras muchas, para evitar que los te-rritorios americanos se separaran.

A la altura de las Canarias Morillo abrió el pliego de órdenes y se halló con la sorpresa del cambio de destino. Ante las novedades llegadas del Río de la Plata, donde Montevideo había caído en ma-nos de los revolucionarios porteños en julio de 1814, la expedición debía ahora dirigirse a Nueva Granada y Venezuela, que estaba sublevada por, entre otros caudillos, Simón Bolívar.

La expedición llegó el 3 de abril de 1815 a Puerto Santo, al Oriente de Vene-zuela. Allí Morillo se entrevistó con el brigadier Francisco Morales, reembarcó 3.000 hombres y tomó la isla Margarita, que era un importante foco de indepen-dentistas venezolanos, donde además se refugiaban buques corsarios de los revo-lucionarios. Ancló en el puerto de Pam-patar el 7 de abril y derrotó al caudillo lo-cal Arismendi, que fue hecho prisionero, juzgado y condenado a muerte. Pero de-bido a sus protestas de arrepentimiento y a pesar de que el brigadier Morales le

Atenea · Número 23

B I O G R A F Í A

Desembarco de la expedición de Morillo en la isla Margarita. Los buques llevan la bandera de guerra.

Acuarela de la época.

TRATADO SOBRE LA REGULARIZACIÓN

DE LA GUERRA 27 DE NOvIEMBRE DE 1820

“Deseando los Gobiernos de Es-paña y de Colombia manifestar al Mundo el horror con que ven la Guerra de Exterminio que ha devastado hasta ahora estos territorios,… convienen en los siguientes artículos:

1º · La Guerra entre España y Colombia se hará como la ha-cen los Pueblos civilizados…

2º · Todo Militar o Depen-diente de un Egército tomado en el campo de batalla,… se conservará y guardará como prisionero de guerra y será tra-tado y respetado conforme a su grado…

8º · El canje de prisioneros será obligatorio y se hará a la más posible brevedad…

12º · Los cadáveres… recibirán los últimos honores de la sepul-tura…”

GRABADO. MUSEO BOLIVARIANO DE CARACAS. VENEZUELA

había advertido de que era un “tigre san-guinario” y que había sido feroz contra los españoles en Caracas durante la “gue-rra a muerte” de 1813, Morillo lo indultó dejándolo preso.

Morillo, tras dominar Venezuela, se dirigió al antiguo Virreinato de Nueva Granada, declarado independiente con el nombre de Cundinamarca, y montó el asedio a la importante plaza fuerte de Car-tagena de Indias, foco de la independen-cia desde 1811. Desde ella había salido el apoyo con el que Bolívar había hecho en 1813 su “campaña admirable” y tomado el control en Caracas, tras lo cual se había declarado la “guerra a muerte” entre él y los realistas mandados por Boves.

GUERRA A MUERTETras un duro asedio de julio a diciembre de 1815, en el que murieron más de 6.000 de sus habitantes, Morillo conquistó la plaza, lo que le valió ser nombrado Con-de de Cartagena por el Rey. Hubo juicios sumarios a los líderes independentistas y condenas a muerte; por ello ese perio-do de la historia colombiana se conoce como del “Régimen del terror realista”; también funcionaron tribunales de ‘purificación’ para juzgar los delitos de

infidencia de sus habitantes y juntas de ‘secuestro’ de propiedades y bienes de los llamados “caudillos patriotas” para cubrir los gastos del gobierno y del ejér-cito realista, pero los ingresos resultaron insuficientes.

En un principio Morillo adoptó una generosa política de indultos a los con-denados a muerte menos responsables, aunque no a los acusados de actos san-guinarios, pero cambió de idea debido a la violación de la palabra que le había dado Arismendi en isla Margarita cuan-do, tras la partida de Morillo, se rebeló y asaltó a la guarnición española pasándo-la a cuchillo.

Tras ello Morillo instauró un estado militar-policiaco, que no sólo debilitó la maltrecha administración virreinal, sino también al ejército, porque debió dedicar hombres a tareas de vigilancia a costa de su empleo en las campañas militares. Además debió frenar el ímpetu sangui-nario de varios caudillos americanos realistas que se vieron desplazados y no satisfechos en sus expectativas.

Tras la recuperación de Nueva Gra-nada, la toma de Santa Fe de Bogotá y la instalación del nuevo virrey, Juan José de Sámano, Morillo debió regresar a Vene-

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Abajo, la bandera coronela de uno de los regimientos de Morillo, el de infantería peninsular de la Unión, 2º de Ligeros. Los escudos de las esquinas se refieren a la batalla de Puente Sampayo, ganada por Morillo en los días 7 y 8 de junio de 1809 en la Guerra de la Independencia española.

A la izquierda, fusilamientos de los rebeldes de Cartagena de Indias. El artista ha coloreado erróneamente la bandera de las tropas del fondo como la de la marina mercante española. Abajo, vista del territorio desde las fortificaciones de la isla Margarita.

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zuela en 1817 debido a que la guerra se había recrudecido allí pues los indepen-dentistas Simón Bolívar, Piar, Páez y otros reiniciaron su lucha tras la marcha de Morillo a Nueva Granada.

En 1817 los venezolanos invadieron la Guayana y en 1818 Bolívar avanzó hacia Caracas en su campaña central de Venezue-la. No obstante, Morillo logró detenerlo en la memorable tercera batalla de La Puerta ocurrida el 16 de marzo de 1818. En ella, por su hábito de estar siempre en primera línea, Morillo recibió una lanzada en el vientre y hubo de ser retirado a retaguardia dictando una orden que sería un primer paso para fre-nar la guerra a muerte: “Sálvense los prisio-neros y respétense sus vidas”. Su victoria le garantizó la conservación de Caracas por lo que el Rey Fernando VII le concedió el título de Marqués de La Puerta.

Bolívar extendió su ofensiva a Nueva Granada, cruzó los Andes en 1819 y fi-nalmente ocupó Santa Fe de Bogotá tras derrotar al general José M. Barreiro en la batalla del puente de Boyacá el 7 de agos-to de 1819. Días después, el 9 de agosto el virrey Sámano huyó a Panamá y Nueva Granada quedó en poder de Bolívar.

FIN DE LA GUERRA A MUERTEEn enero de 1820, tras la insurrección del Comandante Riego en Las Cabezas de San Juan (Sevilla) -precisamente in-tegrado en otra expedición que se prepa-raba para enviarla a América- se inició el llamado Trienio Liberal en España. El nuevo gobierno envió instrucciones al general Morillo para que firmara un armisticio con los ahora llamados ‘co-lombianos’ y por ello llamó a Bolívar a una entrevista en el pueblo de Santa Ana de Trujillo (estado Anzoátegui) el 27 de noviembre de 1820. Allí, tras una conversación privada y un abrazo entre ambos caudillos, el realista y el inde-pendentista, quedó firmado y sellado el “Tratado sobre la Regularización de la

B I O G R A F Í A

En el Museo de América de Madrid se conserva un cuadro titulado “General San Martín con su estado mayor”. Sin embargo, el cuadro no retrata a San Martín sino al General Pablo Morillo. Se trata de una antigua confusión debida al parecido de ambos caudillos.

Por sus entorchados y faja roja, el uniforme del personaje principal es de teniente general español. Además, lleva en su pecho la Orden Americana de Isabel la Católica, condecoración creada por Fernando VII para recompensar los méritos contraídos en la defensa de la América

española. San Martín no podría haberla llevado nunca.

Las cucardas de los personajes que lo acompañan son las rojas de España y no las celestes y blancas argentinas. Tras el general, un ayudante lleva el uniforme de los Húsares de Fernando VII, con las siglas Fº 7º en el cuello.

Estos detalles uniformológicos han llevado a concluir que los retratados son españoles realistas y no independentistas americanos.Por ello, el cuadro debería titularse “General Morillo y su estado mayor”.

POR EL UNIFORME DEL GENERAL MORILLONUEVA ATRIBUCIÓN DE UN CUADRO

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Guerra” que dio fin al periodo histórico colombo-venezolano conocido como la “guerra a muerte”. Con la humaniza-ción de la guerra la contienda finaliza-rá muy pronto, pero ya sin la presencia del caudillo español.

En efecto, el teniente general Pablo Morillo consiguió su retiro de la Capita-nía General de Venezuela y del ejército pues consideró que su misión se había cumplido con la firma del tratado. Puso al mando de Venezuela al general Miguel de la Torre y regresó a España en diciem-bre de 1820. En menos de un año, el 24 de junio de 1821, Bolívar derrotará a de la Torre en Carabobo, tomando Venezuela que, unida a Nueva Granada, formará la Gran Colombia hasta 1830.

Llegado a España Morillo, el 4 de mayo de 1821 fue nombrado por Fernando VII Capitán General de Castilla la Nueva, cargo que ostentará durante los siguien-tes 18 meses, la época de mayor furor re-volucionario, pero él logrará mantener el orden, aunque acabó dimitiendo por no estar de acuerdo con la radicalización del régimen liberal. En julio de 1823 el gobierno liberal le destinó al mando de Galicia pero lo destituyó en agosto si-guiente de todos sus empleos y honores.

Ante la nueva invasión francesa, de-

nominada los Cien Mil Hijos de San Luis, enviados por la Santa Alianza para reponer a Fernando VII en el trono abso-lutista, Morillo mantuvo la lealtad de las tropas españolas que se le unieron y al mando de una brigada franco-española dominó las plazas de Vigo y La Coruña, restituyendo la paz en toda Galicia.

En 1824 Morillo viajó a Francia por motivos de salud. Estando allí, fue acu-sado ante un “tribunal de purificación” de haber tenido afinidad con el bando li-beral y fue sentenciado a perder otra vez sus cargos y honores.

No obstante, en 1832, pasado el tiempo y olvidados los radicalismos, fue puesto al frente de la Capitanía General de Galicia, pero lo llamarán a Madrid. Participó en la Primera Guerra Carlista en apoyo de la Reina Regente María Cristina, luchando contra los absolutistas del infante D. Carlos de Borbón, pero no llegó a ver el final de la guerra porque por razones de salud se tras-ladó a Barèges de Francia con permiso de la reina y allí murió el 27 de julio de 1837 a los 62 años dejando a su viuda con cinco hijos menores y sin bienes. Sus restos fue-ron enterrados en Paris hasta que en 1843 el gobierno constitucional de la Reina Isa-bel II gestionó su traslado al cementerio de San Isidro en Madrid. n

SU NOMBRE EN LA MEMORIAà La base General Morillo (Pontevedra) alberga la Brigada de Infantería Ligera Galicia VII.à Calles en Zamora, Vitoria, Vigo (Pontevedra) y Mora (Toledo).à Monumentos con su efigie en Pontevedra y Vigo a los héroes de la batalla de Puente Sampayo.

ABRAZO DE BOLÍvAR Y MORILLO“Nos abrazamos un millón de veces y determinamos erigir un monumento para eterna memoria del principio de nuestra reconciliación en el sitio en que nos dimos el primer abrazo”. (DIJO MORILLO).

OPINIÓN DE BOLÍvAR SOBRE MORILLO“… un hombre benemérito de su patria.”Carta fechada el 30 de noviembre de 1820 en Trujillo (Venezuela).

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M U S E O S por José Navas Ramírez-Cruzado

an esperanzadora reflexión fue escrita en 1985 por el en-tonces alcalde de La Coruña Francisco Vázquez, en el Libro

de Honor del Parque de Artillería de la ciu-dad herculina, heredero de la Real Maes-tranza artillera. Unas ilusiones que serían proféticas en 1992 cuando la conversión de dicho Parque en jardines públicos, la disponibilidad del noble edificio de la di-suelta Jefatura de Artillería, la iniciativa de un oficial de artillería, historiador, D.

Leoncio Verdera Franco y el mece-nazgo del Mando Regional convir-tieron aquel sueño del regidor mu-nicipal en la realidad actual de un hermoso Museo Militar ubicado en un recoleto rincón de la Ciudad Vieja coruñesa.

El sello definitivo de aquel compromiso fue el Convenio de Cooperación entre el Ministerio de Defensa y el Ayuntamiento coruñés por el que éste asumió

la mayoría de los gastos ori-ginados en una ampliación

que duplicó su capacidad y lo convirtió en un moder-no centro de titularidad

estatal. Por eso la placa inaugural descu-bierta el 27 de marzo de 2009 sentencia-ba, “Populus cruniensis fecit”, significan-do que el Museo Histórico Militar surgió del cariño del pueblo coruñés.

Al excavar el sótano de aquellas obras de ampliación aparecieron las ruinas del patio del Convento de San Francisco, que enriquecieron la museografía como testigo privilegiado del paso de reyes y soldados durante más de seis siglos de la vida local. Aquí se escribieron páginas memorables de nuestra historia, como aquellas Cortes de principios del siglo XVI, que consiguieron los fondos para que el Rey Carlos I pudiese viajar hasta Alemania para ser coronado Emperador.

VISITASe accede por la fachada de la plaza de Carlos I, que forma conjunto arquitectó-nico con la Iglesia de la Orden Tercera y su torre del siglo XIV. En el zaguán nos reciben los viejos cañones que, desde el siglo XVI, defendieron la ría de La Coru-ña y testimonios de otras piezas de costa que durante el siglo XX constituyeron un despliegue defensivo, modélico a nivel mundial, de las Rías Altas, reflejo vivo de

Museo Historico Militar de La Coruna

“…mi deseo e ilusión es que esta colección sea el embrión de un museo que refleje la Historia Militar

y sirva a todos los ciudadanos, y sobre todo a la juventud, para conocer su propia realidad”

Francisco Vázquez

Armero decimonónico

con una imagen de Santa Bárbara

del siglo XVI.

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que la constante vigilancia de nuestras costas fue el precio de la libertad. Junto a ellos, cañones de campaña de finales del XIX y la maquinaria del reloj de Capita-nía que marcó el pulso de la ciudad vieja coruñesa durante doscientos años.

Destaca la estatua de Diego del Barco, brigadier coruñés que, durante la Guerra de la Independencia y, tras participar en 22 batallas desde Medina de Rioseco al Bi-dasoa, murió en la reconquista de Santo-ña y Laredo cuando la guerra terminaba.

Accediendo a la que fuera Jefatura de Artillería de Galicia nos reciben juguetes y maquetas junto a un guión de la Agru-pación Táctica Galicia en Bosnia.

La escalera principal nos lleva a la pri-mera planta donde lucen, junto a pano-plias con armas de chispa y unas tallas de madera con la historia del Escudo Nacio-nal, una colección de bustos de reyes y militares entre los que destaca el de Fran-cisco de Asís de Borbón, rey consorte de Isabel II, del escultor Francisco Pérez del Valle, y que fue premiado en la Exposi-ción Universal de Londres de 1851 por su perfección estética.

La Sala de Armas muestra coleccio-nes de armas blancas y de fuego con un

recorrido desde la mecha a la chispa y el pistón, con especial interés en los si-glos XVIII, XIX y XX. En lugar destaca-do, junto a la imagen de Santa Bárbara, destacan las banderas de la Guerra de la Independencia pertenecientes al 4º Re-gimiento de Artillería y a los Batallones de Milicias Provinciales de Santiago y La Coruña.

También se muestra la original bate-ría de seis cañones llamada Solfa o Mu-sical, que debe su nombre a la deno-minación de las piezas con las notas del pentagrama. Estas piezas, tras su bautismo de fuego en la guerra de África de 1859/60, fueron a Cuba desde donde vinieron al Parque y Maestranza de La Coruña en la repatriación de 1898.

La Sala María Pita, además del retrato de la heroína del ase-dio del corsario inglés Drake en tiempos de Felipe II, recoge una va-riada colección de uniformes, maquetas, condecoraciones, utensilios y material de transmisiones, y otros muchos recuerdos del Ejército, en especial de las fuerzas ex-pedicionarias en las Campañas de África. La sala, presidida por una imagen de la

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Arriba, la Sala de Armas presidida por Santa Bárbara y con la batería Solfa. Abajo, la máquina alemana de encriptar Enigma.

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Inmaculada, también muestra Banderas pertenecientes a Unidades disueltas.

La Sala de Uniformes reúne una va-riada colección de prendas de diferentes épocas, cubrecabezas y condecoraciones.

La Sala Laboratorio muestra el mate-rial del laboratorio de pólvoras del Par-que y Maestranza de Ar-tillería coruñés, así como una completa colección de granadas y proyectiles.

La Sala de Maquetas está presidida por una gran re-presentación de la batalla de La Coruña, también llamada de Elviña, que su-pone un enorme atractivo para los visitantes britá-nicos –por su importante participación y la muerte de su general, Moore- y que permite un análisis de la uniformología, las tácticas de la época y el ambiente en que se desarrolló. La sala muestra una colección de reproducciones de la Torre de Hércules en sus diferentes épocas, así como las maquetas de todos los castillos

que defendieron la ría de La Coruña desde el siglo XVI. Tal vez la ma-

queta más emotiva, junto a su

bandera rota, sea la del barco Castillo de Olite hundido con 1.200 gallegos en las proximidades de Cartagena durante la última Guerra Civil.

Completan esta sala la maquinaria del reloj y las campanas que pertenecieron al Castillo de La Palma, situado a la entrada

de la ría del Ferrol, así como bargueños, arcones y sillones decimonónicos, junto a maquetas de aviones. También se pue-de admirar una curiosa máquina deno-minada ‘Caballero d’Arcy’ que servía para medir y probar los retrocesos producidos por los diferentes tipos de pólvoras.

La Sala Maestranza, fruto de la recien-te ampliación, presenta un recorrido por

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M U S E O S

La probeta Caballero d’Arcy era una

máquina que en siglos pasados se utilizaba

para probar la calidad de la pólvora

para cañones.

1. Patio de entrada al Museo. 2. Escalera principal. 3. Sala María Pita, presidida por la imagen de la Inmaculada, con recuerdos de Infantería y Caballería. 4. Un ejemplo de las colaboraciones desinteresadas que recibe el Museo.

Banderas de la Guerra de la Independencia: la batallona del 4º Regi-miento de Artillería entre las de Milicias de Santiago y La Coruña.

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Civil, entre los que destaca el mosque-tón del maquis Foucella. Una máquina alemana de cifra Enigma y algunas ar-mas y banderines nos recuerdan la Se-gunda Guerra Mundial.

Para concluir el recorrido histórico,

un recuerdo a las actuales Misiones en el exterior, con un sencillo homenaje a los muertos en estas misiones.

Como complemento a la exposición permanente, el museo cuenta con insta-laciones de conservación, restauración, almacenaje y administración, así como con una sala independiente para exposi-ciones temporales con acceso directo a la plaza de Carlos I. n

la Historia de España a través de testimo-nios de sus soldados. Empieza con unas maquetas primitivas de la Torre de Hér-cules, una armadura de soldado romano y un ánfora, en recuerdo de que hasta aquí llegó Roma.

Luego, a bordo de carabelas, galeones, corbetas y navíos surcaremos la historia desde la proyección americana hasta Trafalgar, pasando por la época de los Austrias y la famosa expedición de Bal-mis y Salvary, dos médicos militares que llevaron a América y a Asia la vacuna de la viruela en una corbeta llamada María Pita. Esta expedición partió de esta ciu-dad y estaba capitaneada por Pedro del Barco, padre del héroe Diego del Barco. La maqueta de un galeón seccionado permite conocer la vida a bordo.

Tras unos expositores con testimo-nios de la Guerra de la Independencia y un diorama de las Guerras Carlistas, una maqueta de la Iglesia de Baler y unos uni-formes de ‘rayadillo’, nos trasladamos a la guerra de Cuba y Filipinas, de la mano de José Martínez Souto, héroe autóctono de los “Últimos de Filipinas”.

Siguen testimonios de las Guerras de África, para terminar con algunos fondos de los dos bandos de la Guerra

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àExposiciones temporales.àPara grupos escolares: vi-sitas, conferencias, talleres de trabajo y lúdicas.àConcentraciones de gru-pos de recreacionismo. àConferencias de Historia militar.

ACTIVIDADES

àDesde su apertura: 416.112àEn 2010: 28.138. Desta-can los grupos de escolares.àTambién destacan los visitantes británicos y portugueses, dado su in-terés en sus antepasados que combatieron en la Guerra de la Independen-cia cerca de La Coruña.

VISITAS

àD. Eduardo Ríos que, a sus 86 años, sigue vinien-do a diario y de forma altruista a construir ma-quetas de aviones.àD. José Fernández. Constructor de todas las maquetas de barcos.àAsociación de Amigos de la Historia MilitaràAsociaciones de Recrea-cionismo Militar, Green Jackets, Asociación Na-poleónica y de vehículos históricos, entre otras.

COLABORACIONES

à104 son depósitos del Museo del Ejército.à136 son depósitos de particulares.

FONDOS DEL MUSEO4.325 objetos

DIRECCIóN: Plaza de Carlos I, s/n. (15001) La Coruña. Teléfono: 981 216 266

HORARIO:àDe lunes a sábado: de 10.00/14.00 h. y de 16.00/19.00 h.àDomingos y festivos. De 10.00/14.00 h.

+i www.revistatenea.es

1. Patio de entrada al Museo. 2. Escalera principal. 3. Sala María Pita, presidida por la imagen de la Inmaculada, con recuerdos de Infantería y Caballería. 4. Un ejemplo de las colaboraciones desinteresadas que recibe el Museo.

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H i s t o r i a por José L. rodríguez Jiménez

ras combatir diez meses en la zona del río Voljov, la División 250, con más de 17.000 hom-bres, fue destinada en el vera-

no de 1942 a reforzar la operación Luz del Norte, el asedio alemán de Leningrado -hoy San Petersburgo-, que había comenzado en el otoño de 1941 y duraría 900 días. Tanto el general Agustín Muñoz Grandes, como su relevo, el general Emilio Esteban-Infan-tes, confiaban en que la División Azul par-ticiparía en el asalto final.

La división española fue asignada al XIV cuerpo de ejército que mandaba el general Hansen y recibió la orden de diri-girse hacia la zona de Pushkin-Slutz para entrar en línea relevando a la desgasta-da 121 división alemana en un frente de veintitrés kilómetros de anchura y de te-rreno llano. Con el puesto de mando esta-blecido en Pokrowskaja, el despliegue fue, mirando a Leningrado: a la izquierda, el regimiento 263, (con puesto de mando en Pushkin); en el centro el 269, (en Slutz); y a la derecha el 262, (en Krasnyj-Bor).

A lo largo de octubre los alemanes acu-mularon nuevas divisiones y artillería de sitio. Oficiales españoles vieron emplazar enormes cañones de 30,5 cm. y el estado

mayor de la división, que llegó a manejar planos de Leningrado con objetivos fija-dos, recibió la visita de Erich von Mans-tein. Éste acababa de recibir el grado de mariscal por la toma de Sebastopol, for-taleza rendida por la artillería de grueso calibre, y se mostraba orgulloso por el despliegue de artillería en torno a la ciu-dad del Neva. Pero los preparativos para el asalto final quedaron detenidos. Ante las pésimas noticias recibidas del frente sur, a finales de noviembre de 1942 Hitler ordenó a von Manstein que asumiera el mando del grupo de ejércitos del Don y desbloqueara al 6º ejército, embolsado en Stalingrado. Con él se fueron divisiones de carros de combate, de infantería y bate-rías de artillería. Las órdenes de Hitler ca-recían de sentido, los alemanes perderían la batalla de Stalingrado y en el norte se vieron obligados a permanecer en situa-ción de asedio a Leningrado.

EL FRENTEEn el sector español la naturaleza, de lla-nura esteparia, ofrece dos ríos, el Ishora, que atraviesa Kolpino, y, a su izquierda, el Sslawjanka, ambos afluentes del Neva, que desemboca en el mar Báltico, pero

El 10 dE fEbrEro dE 1943 tuvo lugar la última gran batalla de la infantería española.

la división Española de Voluntarios, llamada división Azul, la 250 de la Wehrmacht alemana,

hizo frente ese día a un potente ataque del Ejército rojo. resistió a costa de más de 1.100 muertos

El general Esteban-Infantes, jefe de la

División Azul, a la izquierda, departe

con el general Kleffel, jefe del L Cuerpo

de Ejército alemán, al que acompaña su estado mayor.

Escudo que llevaban los

divisionarios en la manga

derecha.

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La batalla de Krasnyj-Bor

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no tienen la importancia estratégica del Voljov; no están ante las líneas españo-las, sino que las atraviesan perpendicu-larmente de norte a sur, al igual que con las posiciones rusas. También destacan los bosques de Sablino, por detrás de la línea española en Krasnyj-Bor, y el de Kolpino, por delante, que oculta algunos movimientos de tropas. Son de gran im-portancia el ferrocarril Octubre y la carre-tera principal que enlaza Leningrado y Moscú y que discurren a un lado y otro de Kolpino y de Krasnyj-Bor.

Regresa el invierno a un frente esta-cionario. Pero no disminuyen los riesgos. Los alemanes están agotando sus reservas y el enemigo está muy próximo, lo que propicia los golpes de mano. De Pushkin a Leningrado la distancia es tan sólo de 6-7 kilómetros (y unos 20 a Kolpino), y de Krasnyj-Bor a Kolpino inferior a tres ki-lómetros. Ambos contendientes contem-plan sus movimientos desde los observa-torios, pero, también, si la climatología lo permite, a simple vista. Más fácil resulta

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en los puntos donde las trincheras guar-dan una distancia entre sí de ciento y pico metros. Los españoles habían heredado un sistema de trincheras incompleto, lineal, no organizado en profundidad; no existía una segunda línea que ofreciera garantías de contención si el enemigo atravesaba la primera, dado que el planteamiento inicial alemán era ofensivo. La falta de materiales de construcción (sólo hay abundancia de madera), las condiciones del terreno (fangoso en primavera y vera-no, y durísimo en invierno) y la presencia enemiga sólo permiten algunas mejoras: se constituyen puntos fuertes donde con-centrar la defensa, a menudo utilizando sacos terreros o simplemente nieve, y en las posiciones avanzadas se buscan cruces de fuegos. Se asigna un grupo de artille-ría a cada sector regimental, quedando el cuarto para acción de conjunto.

En enero de 1943 el frente de la divi-sión se aumenta en nueve kilómetros al este de Krasnyj-Bor. Este alargamiento, hasta treinta y dos kilómetros, y las bajas

sufridas este mes por el batallón II/269 (449 bajas de un total de 500 hombres), en una operación de re-fuerzo a los alemanes, hacen que la división quede casi sin reservas, acentuándose el despliegue en línea, sin profundidad. El mando ruso había ejecutado una ofensiva al este de Leningrado y al sur del lago Ladoga para unir los frentes

del Neva y el Voljov. Fue ésta la primera fase de una compleja operación destina-da a romper el cerco de Leningrado.

OFENSIVA ROJALas noticias que van llegando al cuartel general de Esteban-Infantes no pueden ser peores: el 31 de enero de 1943 los restos de las veintidós divisiones del 6º Ejército alemán se han rendido a los rusos en las afueras de Stalingrado; y en el frente nor-te el mando ruso ha pasado al ataque. Po-

siblemente, la operación principal tendrá lugar al sur del lago Ilmen y Staraja Russa, para desde allí intentar envolver el desplie-gue alemán en dirección norte, hasta el golfo de Finlandia, y varias acciones com-plementarias tendrán como escenario el entorno de Leningrado. Cuando los rusos establecen en Kolpino una base de parti-da, obviamente para tomar la carretera y el ferrocarril Moscú-Leningrado, el estado mayor español evalúa dos opciones de ata-que enemigo: sobre Sablino, que pondría en peligro el subsector de Krasnyj Bor, o so-bre Krasnowardeit, para envolver las líneas españolas por el oeste, poniendo en peligro Pushkin y Pokroskaja. Ante la duda, el ge-neral Esteban-Infantes apenas mueve fuer-zas de un subsector regimental a otro.

Desde comienzos de febrero se dis-pone de información más concreta: el subsector de Krasnyj-Bor, en el flanco de-recho de la división, será atacado por un enemigo muy superior en número y ma-terial. A partir de los informes recibidos, Esteban-Infantes envía a este subsector dos compañías de zapadores bajo el man-do del comandante Alfredo Bellod, dos es-cuadrones de exploración y dos baterías, una de 10,5 y otra de 15 cm. El día 9 orde-na: al jefe del subsector, coronel Manuel Sagrado, que un tercio de sus fuerzas, con todas las armas automáticas posibles, se sitúen a 200 metros a retaguardia para, tal vez, sustraerles a la preparación arti-llera enemiga sobre la primera línea; al jefe del batallón II/269, bastante merma-do, que se reforzara, incluso con personal presto a regresar a España; al jefe del re-gimiento 263, teniente coronel Bolum-buru, que con su compañía de reserva y la plana mayor regimental, organizara dos compañías de fusileros granaderos y una de ametralladoras como reserva divi-sionaria. Además solicita el apoyo de la artillería alemana del cuerpo de ejército y del ejército, así como de la Luftwaffe. Mientras, el grupo de exploración queda

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H i s t o r i a

Arriba, divisionarios españoles en una

pausa de los combates. Curiosamente,

su arma es una antigua Hotchkiss,

de requisa francesa.

El frío extremo y las grandes cantidades de nieve eran los grandes

condicionantes de las operaciones

invernales.

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tando de conquistar posiciones aisladas espoañolas, ya de escaso valor defensivo, en lugar de avanzar.

Una vez machacada, literalmente, la primera línea, las divisiones rusas 63 y 72, con apoyo de carros, atacan Krasnyj-Bor y las defensas sobre el Ishora. Por la destruc-ción de las líneas telefónicas, el general Es-teban-Infantes desconoce la situación del batallón I/262 y del de reserva, que habían sufrido cuantiosas pérdidas. El propósito ahora era mantener la segunda lí-nea aunque el sistema defensivo no era muy fuerte, salvo el conjunto atrincherado conocido como Bas-tión, entre el II/262 y la reserva. Pero por el ala derecha y por la parte de-lantera de la población, los rusos ya penetraban en Krasnyj-Bor. Las compañías de los capitanes Palacios e Iglesias, 5 y 6/262, quedan aniqui-ladas, la defensa anticarro resulta insuficiente, el puesto de mando del II/262 queda destruido resultando muerto el co-mandante José Payeras -muy destacado en la defensa-, y el de artillería queda rodeado y, combatiendo en él, hallan la muerte su teniente coronel, un capitán, tres tenientes y numerosos soldados; el grupo de artille-ría tiene que retirarse; la 3ª de antitanques destruye cuatro carros.

Por estar desplegados hacia el oeste, los regimientos 263 y 269 se han visto menos afectados por el ataque, por lo que hacia las 11.00 Esteban-Infantes les ordena que des-placen dos batallones a Raykolovo, como nueva reserva. Los españoles reconquistan Krasnyj-Bor casa por casa. Se recurre a per-sonal del batallón a punto de ser repatria-do, entre éstos al teniente coronel Robles, a quien el general asigna la defensa de la zona más amenazada. Hay que seguir re-sistiendo con los propios medios pues no llegan los refuerzos alemanes. La aviación rusa sigue atacando impunemente.

Hacia el mediodía quedan pocos hom-bres del I/262 y de la compañía de esquiado-

a retaguardia de la unión entre los bata-llones I y II/262 y los zapadores pasan a posiciones más avanzadas.

LA BATALLALas temperaturas nocturnas bajan de -20 grados y hasta horas después del amane-cer no subirán hasta los -10/12 grados. Los veteranos bromean sobre que este invierno es menos duro que el anterior, aunque ahora todos tienen prendas espe-ciales de abrigo. En la primera línea ape-nas se ha dormido, pues están mejorando sin cesar las posiciones y los refugios. A las 05:30 amanece, hay niebla y un gran manto de hielo y nieve cubre el terreno. Hacia las 06:45 horas la masa artillera rusa emplazada en Kolpino (se refieren 500 piezas) abre fuego. Es un bombar-deo intensísimo y devastador, tanto por la potencia de los fuegos como por la insuficiente fortaleza de las posiciones españolas; además, aviones soviéticos, bombardean y ametrallan sin oponentes alemanes, causando entonces un 40% de las bajas totales españolas.

Los soviéticos también bombardean la segunda línea española causando más bajas, destrucciones e incendios, agravándose la situación cuando, dos horas después, elevan el tiro para que su infantería ataque, aniquilar las posicio-nes españolas de retaguardia e impedir la llegada de los refuerzos. No obstante la preparación artillera, la infantería rusa encuentra resistencia en todas las posiciones españolas de primera línea, incluso en los mal guarnecidos siete ki-lómetros a la derecha del ferrocarril. Los fuegos cruzados de las armas automáti-cas españolas causan cientos de bajas en las oleadas rusas y, cuando se combate cuerpo a cuerpo, se derrocha sacrificio y valentía. Se cumplen las órdenes de conservar las posiciones haciendo que las tropas rusas pierdan un tiempo con-siderable y sufran cuantiosas bajas tra-

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bajas en la batalla españolas: 2.252à1.125 muertosà91 desaparecidosà 1.036 heridosàUnos 300 prisioneros,

casi todos heridos. Padecieron un largo cautiverio por voluntad de Stalin; en 1954 regresaron a España 208.

soviéticas: unas 10.000

ReCOMPensas al ValORCRUCes laUReaDas De san FeRnanDOàCapitán Teodoro Palacios

Cueto. Prisionero; 11 años de cautiverio.

àCapitán Manuel Ruiz de Huidobro; muerto.

àSoldado Antonio Ponte Anido; muerto.

MeDallas MIlItaResàComandante Guillermo

Reinlein.àCapitán Gerardo

Oroquieta.* àTeniente Miguel Altura.*àTeniente Francisco

Rosaleny.*àAlférez José del Castillo.* àSargento Ángel

Salamanca.*àSoldado Victoriano

Rodríguez. * PRiSiOnEROS dURAnTE 11 AñOS.

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res enviada en su socorro, que se repliegan hacia el pueblo o las posiciones alemanas; las compañías del II/262 han sufrido cuan-tiosas bajas; peor le ha ido al batallón de re-serva, con su jefe muerto y sus posiciones rebasadas, pero destaca la resistencia de las dos secciones que manda el capitán Oro-quieta; dentro del pueblo, el comandante Reinlein, del primer grupo de artillería, ha volado las piezas de dos baterías para que no las tomaran los rusos y mantiene con dificultades la tercera; el grupo antitanque carece de municiones eficaces contra los pesados carros rusos. La segunda línea se ha perdido salvo la posición llamada La Cresta defendida por la 3ª de zapadores del capitán Aramburu donde convergen los restos de la compañía de ametralladoras del capitán Arozarena, 8/262, y los restos de la 7/262 del capitán Campos. Mientras tanto, en el Ishora unidades del 263 y el

269 tratan de cruzar el río para recuperar parte del terreno perdido y mantener la po-sición de la Fábrica de papel.

Por fin, sin que cesaran los combates, hacia las 15:30 llega el apoyo esporádico de la Luftwaffe y una hora después llegan refuerzos alemanes, escasos y que apenas se implicaron en la batalla. Otra vez, ante los incesantes ataques soviéticos, casi to-das las posiciones en Krasnyj-Bor han de ser abandonadas; ya sólo pequeños gru-pos de españoles resisten en las últimas casas y el depósito de municiones con el apoyo de una batería española y otra alemana. Horas después se recuperará de nuevo el casco urbano, donde destacan los comandantes Bellod, de zapadores, y Reinlein, artillero. Así acaba el día y la batalla. Hasta el día siguiente no llegaron suficientes reservas alemanas para sellar las brechas sufridas. n

Atenea · Número 2392

H i s t o r i a

OPInIOnes del general

Emilio Esteban-infantes:“La División española se batió al lado del mejor ejército del mundo, sin

desdecir en técnica ni en valor … en sectores de indudable importancia

táctica, en los que rindió tanta utilidad militar

como la que podría rendir la tropa más

escogida. Se le prodigaron citaciones especiales en partes de guerra y se le

cursaron felicitaciones de mandos superiores por su

proceder admirable en el combate,…. Se pidió

repetidamente por Rusia y sus aliados que se retirara

… por considerar que distraía, como en realidad

ocurrió, tres divisiones”.

de los historiadores norteamericanos Kleinfeld

y Tambs:“Los generales del

Ejército Rojo estaban muy sorprendidos de que alguien hubiera quedado

vivo tras la tremenda preparación artillera y

se resistían a aceptar las enormes pérdidas que

les causaron los islotes y las artillerías alemana y

española”.

La batalla tuvo dos fases, ambas de contención y contraataques españoles. La primera, la impor-tante, se desarrolló los días 10 y 11 en torno al ferrocarril, la carretera y el pueblo de Krasnyj-Bor, con los rusos intentando penetrar hasta Sablino. La segunda duró hasta el 19 de marzo y fue una sucesión de combates en el entorno del río ishora, con los que el Ejército Rojo pretendió adelantar al máximo sus líneas.Ante la apisonadora so-viética, dentro del frente alemán, la división 250 fue la que más resistió y menos retrocedió, apenas unos dos kilómetros de terreno casi llano. de las diez compañías de prime-

ra línea, cuatro capitanes murieron (Miranda, Ulzu-rrun, iglesias y Huidobro) y dos fueron hechos pri-sioneros. destacaron los batallones i y ii/262, el de reserva -la Tía Bernarda-, el grupo de exploración, el batallón de zapadores y la artillería. También fueron protagonistas los batallones iii/262, i/263 y ii/269 y la compañía de esquiadores. Estas fuerzas sufrieron los ataques de 38 batallones soviéti-cos de dos divisiones de Tiradores de la Guardia -la infantería de elite rusa-, dos divisiones de infantería, dos brigadas de esquiadores y dos batallones acorazados -unos 80 carros-, cuyos avances fueron apoyados

por el fuego de más de cien baterías y un número indeterminado de lanza-cohetes llamados orga-nillos de Stalin, y de 30 bombarderos y 20 cazas.Como en el Voljov, el man-do quiso dejar bien alto el pabellón español en la lucha contra el comunismo, para “devolver la visita” que hizo durante la guerra civil de 1936 y dio órdenes tajantes: “mantendrá su sector contra todo ataque, sin perder un metro de trinchera”. Las unidades españolas, muy comba-tivas, y su oficialidad, ejemplar, cumplieron hasta el límite de lo imposible, lo que explica el alto número de muertos y heridos. Y así mantuvieron íntegro su sector del frente.

la división azul, la que menos retrocedió

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Atenea93

por Julio Garulo

O B S E R V A T O R I OEl Número 23

Un F-22 Raptor lanzando un proyectil des-de su bodega de armas.

la Agencia de Proyectos de Inves-tigación Avanzada de Defensa (DARPA) ha otorgado recientemente dos contratos para el desarrollo inicial de un sistema denominado “destructor de tres tipos de objetivos” (Triple Target Terminator, T3), cada uno por 21,3 mi-llones de dólares, a Boeing y a Raytheon.

De acuerdo con DARPA, “El programa T3 desarrollará un misil de alta velocidad y lar-go alcance que pueda atacar objetivos aéreos, misiles crucero y defensas aéreas. El T3 será transportado internamente en los aviones

furtivos o externamente en cazas, bombarde-ros y UAVs. Las tecnologías son: propulsión, sensores múltiples, enlace de datos, guía y control digitales, y cabezas de guerra avanza-das. El T3 permitirá a cualquier avión cambiar rápidamente entre las capacidades aire-aire y aire-tierra. La velocidad, maniobrabilidad y capacidades para la guerra centrada en red mejorarían significativamente la superviven-cia de los aviones de EEUU y aumentarían el número y la variedad de objetivos que podrían ser destruidos en cada salida.”

DARPA y la USAF patrocinan programas de misiles polivalentes para aviones furtivos

Desarrollos paralelos de misiles avanzados

T E c n O l O g í A

94 Atenea Número 23 E l O B S E R V A T O R I O

El misilMeteor.

los avances en potencia y en electrónica, está siendo reconsiderado.

La otra tendencia se relaciona con los proble-mas que se están presentando en la capacidad de los aviones furtivos, al llevar sus armas en bodegas internas para mantener sus firmas de radar bajas. Es el caso del F-22 Raptor y del F-35 Lightning II, pero también ocurre con las nue-vas versiones de aviones de generaciones ante-riores como el F-15SE Silent Eagle y el F/A-18 E/F Super Hornet International Road Map, que llevan parte de sus armas en bodegas internas.

Estos aviones no pueden llevar actualmen-te en las bodegas internas armas dedicadas a la supresión de defensas aéreas (SEAD), como el AGM-88 HARM/AARGM, llevando en su lugar armas guiadas por GPS o por láser, de menor alcance y menor precisión.

Con un misil que combinase las capaci-dades aire-aire del AIM-120 AMRAAM y las capacidades antirradar de misiles como el AGM-88E AARGM y de un tamaño similar o muy aproximado al misil AMRAAM, se resolverían muchos problemas para los avio-nes furtivos.

No sólo se les dotaría con un misil SEAD compatible con la capacidad furtiva, sino que se les dotaría de un arma versátil que podría llevarse en el limitado espacio de las bode-gas internas y que permitiría tener opciones contra una amplia variedad de amenazas. Es-pecialmente si utilizase la propulsión ramjet para lograr un aumento del alcance, como tie-nen los misiles aire-aire Meteor de MDBA.

El Laboratorio de Investigación de la Fuer-za Aérea, teniendo en cuenta estas tendencias, parece tener un programa similar al T3, llama-do misil conjunto de misión dual para el do-minio aéreo (Joint Dual Role Air Dominance Missile, JDRADM), contratado en febrero de 2010, que se integraría a comienzos del 2011 y que realizaría vuelos de prueba en el período final del 2011 y 2012.

Boeing ya había sido contratado en 2007 para los sistemas de propulsión y de control, y también está desarrollando una cabeza de carga hueca, un sensor de guiado y la tecnolo-gía de la espoleta. Otra compañía, Aerojet, ha

El programa T3 es muy similar a un proyec-to que se está desarrollando en el Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea y que con-firma la tendencia a desarrollar armas inteli-gentes polivalentes y con múltiples tipos de guía. La coincidencia de los dos programas se debe a dos tendencias.

Una está relacionada con la Ley de Moore y la miniaturización electrónica. Cuando estas tendencias actúan se hace posible mejorar la calidad de sensores, memoria y procesadores, incluso aunque disminuyan de tamaño. El co-rolario lógico es desarrollar armas con múlti-ples formas de guía que pueden ser utilizados por los ordenadores de los aviones.

En su forma más simple, esta tendencia se manifiesta en las bombas guiadas por GPS/láser. Más avanzadas son las armas con tres tipos de guiado como la GBU-53 Bomb II de pequeño diámetro y el próximo misil JAGM que ofrecen diseños y capacidades que no hu-bieran sido posibles antes.

El T3 detectará tipos de objetivos muy diferentes y tendrá una gran ventaja si es capaz de utilizar diferentes tipos de guiado, incluyendo GPS, radar, imágenes infrarrojas o multiespectrales, o guía láser, a la vez que deberá tener bastante potencia y memoria para ser eficaz contra aviones supersónicos, misiles crucero furtivos y vehículos terres-tres, que, evidentemente, son tipos de objeti-vos muy diferentes.

Según informes no confirmados, se estaría considerando un misil estatorreactor (ramjet) lanzado desde tierra o desde aire, diseñado en los años 70 y propuesto, en su momento, como alternativa en el concurso de misil aire-aire AMRAAM, y que fue rechazado. Dados

T E c n O l O g í A

95AteneaNúmero 23E l O B S E R V A T O R I O

Represen-tación del HTV-2Falcon .

En el mes de abril el Vehículo de Tec-nología Supersónica (Hypersonic Technology Vehicle, HTV-2) Falcon, capaz de volar a Mach 20, desapareció en el océano Pacífico, 9 minu-tos después de su lanzamiento en su primer vuelo de prueba. El vuelo se programó para alcanzar 4100 millas náuticas en 30 minutos.

El Falcon es uno de los proyectos del Pentá-gono para atacar a terroristas al otro lado del mundo con un tiempo de reacción mínimo (prompt global strike).

Seis meses después de la pérdida del Falcon, una Junta de Revisión de la Agencia de Proyec-tos Avanzados de Investigación de Defensa, DARPA, ha descubierto las causas del fallo. La Junta identificó la anomalía que provocó la pérdida del vehículo. Esta anomalía se produjo por las limitaciones del control de vuelo para funcionar en el ángulo de ataque a que estaba programado el vehículo para volar a la velo-cidad y altitud del vuelo fijadas. La causa más probable del fallo fue un viraje mayor que el predicho, lo que, unido al balanceo, superó la capacidad de control en el momento del fallo. No obstante, no se tenían conocimientos com-pletos de los parámetros aerodinámicos clave.

El Director del Departamento de Tecnolo-gía Táctica de DARPA, David Neyland, señaló que “Las conclusiones de la Junta de Revisión indican que no se necesitan grandes cambios en el vehículo ni en el software para mejorar

informado haber realizado con éxito pruebas de un estatorreactor de combustible sólido para el JDARDM. Asimismo, hay otros proyec-tos que podrían integrarse en los programas de desarrollo de los sistemas T3/JDARDM, si tuviesen éxito.

En esta etapa de desarrollo, teniendo en cuenta que los costes son menores, realizar es-

la anomalía del primer vuelo. Los ingenieros ajustarán el centro de gravedad del vehículo, disminuirán el ángulo de ataque y utilizarán el sistema de control de reacción a bordo para aumentar los flaps del vehículo cuando el HTV-2 vuele el próximo verano”.

DARPA planea repetir la prueba a finales del 2011, tratando de que complete un vuelo a velocidad hipersónica de 30 minutos, hasta al-

canzar velocidades Mach 20, recorriendo 3.000 millas náuticas sobre el Océano Pacífico.

A pesar del fallo, DARPA considera que el primer vuelo alcanzó objetivos significativos en el área de vuelo hipersónico. Durante el segmento más crítico del vuelo, antes de que se perdiese el vehículo, el HTV-2 transmitió datos de telemetría sobre todas las áreas críti-cas de interés del programa: temperatura del aire, aerodinámica, protección térmica, nave-

fuerzos paralelos no es necesariamente malo. Los programas paralelos ofrecen posibilidades alternativas por si alguno de los desarrollos tec-nológicos no funciona en un programa y sí en otro y pueden permitir diferencias en los alcan-ces y objetivos. DARPA trata de desarrollar solu-ciones tecnológicas muy avanzadas, mientras que la Fuerza Aérea no es tan ambiciosa. n

Tras seis meses de investigaciones, DARPA ha concluidoel análisis de la pérdida del Falcon

Causas de la desaparición del avión Mach 20

T E c n O l O g í A

96 Atenea Número 23 E l O B S E R V A T O R I O

gación, guiado y control en el régimen de vue-lo hipersónico. El vuelo también ha demos-trado con éxito la utilización por primera vez de un sistema de cancelación de vuelo autó-nomo. Asimismo, la prueba supuso el primer lanzamiento del cohete Minotauro IV, que demostró la capacidad de volar con ángulos de ataque extremos, de hasta 89 grados, para satisfacer los requerimientos de lanzamiento del HTV-2.

Cuando se alcance el desarrollo como sis-tema de armas probado, los vehículos tipo Falcon serían un nuevo sistema de armas que permitiría una capacidad de ataque global, de

reacción rápida, frente a amenazas críticas que requieran un tiempo mínimo de respuesta, em-pleando plataformas que no serán confundi-das por Rusia o China como misiles balísticos intercontinentales, evitando que se desenca-denen respuestas ofensivas de estas potencias nucleares.

Inicialmente se había considerado la posibi-lidad de utilizar la tecnología hipersónica para un nuevo bombardero de gran velocidad pero actualmente se piensa que los aviones tipo Falcon conducirán a una nueva generación de misiles que serían llevados por los actuales aviones tripulados. n

Científicos israelitas han desarrollado un detector de explosivos extremadamente sensible. El sensor basado en nanotecnología es capaz de detectar numerosos tipos de explo-sivos y también puede adaptarse para detectar toxinas químicas y biológicas. “El nuevo sen-sor es portátil y es más sensible y fiable en la detección de explosivos que los perros policía”, según la Universidad de Tel Aviv.

Los investigadores se han asociado a una empresa comercial y esperan disponer de un producto operativo en “uno o dos años” afirmó el profesor Fernando Patolsky, jefe del equipo de desarrollo. “Militares estadounidenses e is-raelitas y empresas de seguridad han mostra-do un gran interés.”

Su equipo publicó sus resultados por pri-mera vez en agosto en la revista alemana de química, Angewandte Chemie. El profesor Patolsky dijo que el sensor es particularmente eficaz para detectar explosivos como los utili-zados en los paquetes bomba enviados desde Yemen a Estados Unidos. Las dos bombas con-tenían 300 y 400 gramos de pentrita, uno de los productos de mayor poder explosivo, ocul-

tos en cartuchos de tóner.“La pentrita es muy potente pero no es vo-

látil por lo que difícilmente libera moléculas en el aire. Por ello, los perros tienen muchas dificultades para detectarlo, especialmente si está oculto en el interior de otra cosa”, afirmó Patolsky. “Nuestros experimentos demuestran que nuestro prototipo es lo suficientemente sensible para descubrir la pentrita”, y agregó que otra de las ventajas del sensor es que no necesita estar en contacto físico con el objeto sospechoso para examinarlo.

El sensor emplea matrices de nanohilos de silicio para formar un dispositivo electró-nico altamente sensible al campo eléctrico del entorno. Estas matrices se recubren con compuestos que se unen a los explosivos. Lue-go añadieron 200 sensores individuales para permitir la detección de una gran variedad de explosivos y reducir al mínimo las posibilida-des de error.

“Existe una necesidad de desarrollar un ins-trumento pequeño, barato y portátil capaz de detectar explosivos de forma rápida, fácil, fia-ble y eficiente,” señaló el profesor Patolsky. n

El detector basado en nanotecnología es más sensible que la nariz de los perros policía

Nanosensor de explosivos

T E c n O l O g í A

97AteneaNúmero 23

El fusil M24 ha sido el arma principal de los tiradores selectos del Ejército de EEUU desde que se produjeron los primeros 100 en 1988. Ahora va sufrir una serie considerable de mejoras, incluyendo un calibre nuevo que aumentará su alcance efectivo en un 50% (de 800 a 1.200 m). Estas modificaciones son con-secuencia de una petición del Ejército para proporcionar a los tiradores que actúan en Afganistán mayor capacidad para batir al ene-migo a gran distancia. Podría estar en servicio ya en estas fechas.

Para realizar estas mejoras, el Program Exe-cutive Office Soldier del Ejército ha contra-tado a la empresa Remington, fabricante del fusil, para que lo transforme en el M24 Recon-figured Sniper Weapon System. Mediante este

contrato, se pondrán en servicio a corto plazo 250 sistemas XM2010 (denominación oficial temporal del M24 provisional), de los 3.600 que se modificarán en un plazo de cinco años.

La recámara del fusil se transformará al cartucho .300 Winchester Magnum (7.62 x 67 mm), lo que le proporcionará el aumento de alcance citado. Además, la nueva versión in-corporará más tecnologías nuevas.

El fusil mejorado tendrá un cargador de cinco disparos para hacer más fácil la carga y recarga de munición y estará equipado tam-bién con un chasis, con un raíl Picatinny para accesorios y un cañón flotante1, que permite montar estos accesorios más fácilmente y con mayor precisión.

Sujeto al nuevo raíl, el XM2010 lleva un

S I S T E m A S T E R R E S T R E S

Remington modificará este arma para poder batir objetivos a mayor distancia

Mejoras en el fusil M24 para francotiradores

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98 Atenea Número 23 E l O B S E R V A T O R I O

Lockheed Martin ha realizado una de-mostración de la maniobrabilidad del Squad Mission Support System (SMSS), a la vez que de su capacidad para recargar las baterías de los combatientes con el Portable Power Excursion (PPE) integrado en el vehículo.

Vehículo autónomo

de apoyo al pelotón

SMSS.

menos durante 10 años y que sea el precursor del futuro fusil para tiradores selectos.

(1) Un cañón flotante es aquel que no está en contac-to con la culata en ningún punto . El cañón está sujeto al cajón de los mecanismos, al que a su vez se une la culata, pero “flota” libremente sin más contactos que los visores. Así, se minimizan las distorsiones ocasio-nadas por las presiones que se producen en el alinea-miento del cañón por las deformaciones de la culata, a la vez que le permite que vibre con las frecuencias naturales sin ningún input externo.

visor para fusil Leupold Mark 4 6.5-20x50mm de largo alcance, con retículo de puntería y medición de distancias escalable. También va dotado del visor nocturno AN/PVS-29 para ti-radores selectos.

También se incorpora un apagallamas de suelta rápida, que reduce la huella acústica y visible, con una manga térmica que reduce el efecto de espejismo de los apagallamas sobre-calentados.

Se espera que el XM2010 esté en servicio al

La prueba del PPE es parte de un programa más amplio, el Nett Warrior, que aprovechará las pruebas para obtener datos y diseñar una estrategia para aliviar la carga del soldado, al tiempo que le proporciona potencia duradera y fiable para las misiones actuales.

Este vehículo terrestre no tripulado facilita la movilidad y la recarga de las baterías de los combatientes

Robot autónomo de apoyo al pelotón

S I S T E m A S T E R R E S T R E S

99AteneaNúmero 23E l O B S E R V A T O R I O

Camuflaje tridimen-sional.

En la reunión de la Asociación del Ejército estadounidense celebrada en octu-bre (AUSA 2010, Anual Meeting and Exposi-tion) la empresa ArmorWorks ha presenta-do un material de camuflaje tridimensional, denominado TactiCam, que funciona de forma pasiva y como capa aislante y contri-buye a reducir la firma térmica emitida por el vehículo.

La capa exterior del TactiCam ha sido ge-nerada aleatoriamente, mostrando diferentes formas geométricas, en niveles diferentes de profundidad, patrón de camuflaje que puede coincidir con el camuflaje utilizado por el Ejército o adaptarse a las necesidades opera-tivas.

Esta superficie aleatoria refleja la ener-gía emitida desde el vehículo en un patrón irregular, perturbando su detección por sen-sores electro-ópticos y por radares de onda milimétrica.

“… los SMSS proporcionarán energía y ali-viarán la carga del combatiente,” según Jim Gribschaw, director de Combat Maneuver Systems de Lockheed Martin. “El SMSS repre-senta mucho más que una estación de carga portátil; puede llevar más de media tonelada de suministros y seguir autónomamente al pelotón, permitiendo a los soldados despreo-cuparse del control remoto y concentrarse en el combate”.

Durante la demostración, que se realizará en tres compañías de la Brigada nº 1 de la 1ª División de Infantería, el SMSS maniobrará con los soldados y proporcionará de 2 a 4 kW de potencia, por lo que, montando el número adecuado de cargadores, puede recargar 146 baterías en 10 horas. Un pelotón de fusileros equipado con el Nett Warrior, junto con todos

Asimismo, el material podría incluir una capa de base cerámica para aumentar la pro-tección balística de los vehículos. TactiCam ha demostrado la reducción efectiva de la firma del vehículo en pruebas y está siendo optimizado, pudiendo utilizarse tanto en ve-hículos en producción en serie como en los programas de modernización de los vehículos actualmente en servicio. n

sus elementos consumidores de energía como las radios orgánicas, consumirá el equivalente de 140 baterías al día, con peso para una mi-sión de 24 horas de 70 kg.

Además de seis cargadores y una dotación de baterías, los SMSS integrarán el Mobile Network Integration Kit para mejorar las comunicaciones de la red hasta el nivel pe-lotón, así como podrá transportar hasta 600 kg de carga.

El Nett Warrior, gestionado por el U.S. Army’s Product Manager Ground Soldier, es un conjunto de tecnologías para el soldado, que le proporcionan mayor conciencia situa-cional, menor tiempo de reacción y reducción del riesgo de fuego fratricida.

El Nett Warrior se ha diseñado para las Bri-gadas de Infantería. n

Un camuflaje tridimensional disminuye la firma térmica y radárica

Vehículos terrestres furtivos

S I S T E m A S T E R R E S T R E S

100 Atenea Número 23 E l O B S E R V A T O R I O

horas durante los ejercicios de instrucción que las tropas que van a desplegar en Irak rea-lizan en el National Training Center, en Fort Irwin, California.

“El nuevo equipo hace que la investiga-ción de las personas sea más rápida y más precisa”, dijo el sargento Nike Ferzacca.

Asimismo, durante el curso, los soldados aprenden las mejores formas para investigar y para hacer pregun-tas a los civiles. “Aprendimos cómo y por qué las personas planifican de-tenidamente las cosas y las formas de preguntarles con sentido táctico”, dijo el sargento Luke Kilhullen.

El uso de la biometría ayudará a las tropas a identificar las personas que pueden ser una amenaza. También

las apoyará en el seguimiento de personas cla-ve que pueden estar ayudando a los insurgen-tes o que ellas mismas son insurgentes.

La recopilación de los informes desde las unidades inferiores se realiza en centros de investigación y explotación táctica (Search and Tactical Site Exploitation) que apoyan a todas las unidades, desde el nivel más bajo al más alto. n

Las tropas estadounidenses están recibiendo formación para manejar nuevos equipos de detección de explosivos y de iden-tificación biométrica (Handhelf Interagency Identity Detection Equipment, HIIDE).

El equipo FIDO es un detector portátil de explosivos utilizado para descubrir resi-duos de explosivos en personas, vehículos y edificios.

El sistema de identificación HIIDE es un sistema portátil que ayuda a la identificación e investigación de personas a través de medi-das biométricas.

Esta formación se realiza en cursos de 40

tecnológicas: más espacio para los pacientes, más equipos médicos y más potencia eléctri-ca para ellos y, además, protección adicional para pacientes y tripulantes.

El nuevo prototipo de ambulancia Caiman,

la Oficina del programa conjunto MRAP (JPO MRAP) está trabajando con el Mando Médico del Ejército EEUU y BAE Sys-tems para fabricar una nueva ambulancia MRAP Caiman con numerosas innovaciones

HIIDE, sistema

biométrico de identificación.

Tropas estadounidenses emplean equipos biométricosy detectores de explosivos

Las modificaciones hechas en la variante del MRAP Caimanfacilitan una mejor atención médica

Identificación de insurgentes

Mejores ambulancias para la vanguardia

S I S T E m A S T E R R E S T R E S

101AteneaNúmero 23E l O B S E R V A T O R I O

Ambulan-cia MRAP Caiman.

desarrollado sobre chasis del MRAP Caiman con blindaje y barcaza en forma de V ”…tiene capacidad para transportar cuatro bajas en camilla o seis bajas ambulatorias o dos bajas en camilla y tres ambulatorias. Es la única ver-sión de MRAP que puede transportar tantas camillas”, comentó Kerry Riese, Ayudante del Jefe del Programa JPO MRAP.

“Proporciona una gran calidad de atención a las bajas en movimiento y a la vez proporcio-na una capacidad de supervivencia mejorada”, afirmó Riese. “La versatilidad del vehículo pro-porciona tratamientos de primeros auxilios, monitorización de signos vitales y suministro continuo de oxígeno”.

El prototipo, fabricado por BAE Systems en coordinación con la Oficina MRAP y el Mando Médico del Ejército, es un vehículo Caiman re-configurado. “Es la única MRAP que puede trans-portar cuatro camillas y un enfermero con espacio para moverse en toda la longitud de las camillas para cuidar a las bajas. El interior es confortable, es espacioso y se ha desarro-llado un prototipo muy eficaz. Ha sido desarrollado aportaciones de los usuarios. Hemos estado trabajando codo con codo con el Mando Médico del Ejército para hacerlo totalmente bien”, comentó Chris Chambers, Jefe de Línea de BAE Systems Glo-bal Tactical Systems.

La ambulancia Caiman se entregará a las Compañías Médicas de Ambulancias Terres-tres y de Apoyo de Área, comentó Riese, para la evacuación y transporte de bajas entre ins-talaciones médicas, hospitales de apoyo y ter-minales aéreas.

El interior del prototipo se ha rediseñado completamente y cuenta con las tecnologías médicas más avanzadas “…lleva un monitor de signos vitales, equipo de aspiración, concentra-dor de oxígeno (produce su propio oxígeno), calentador de fluidos y sangre, saturación de oxígeno y pulso y el conjunto de equipo médi-co MRAP (MES). Este conjunto médico ha sido

utilizado en Irak y Afganistán y ha mejorado la capacidad del médico para tratar, estabilizar y mantener una baja cuando los hospitales de campaña están alejados del lugar donde se ha producido la baja”, añadió Riese. “…incorpora un nuevo rack para el equipo de comunicacio-nes, un asiento para el enfermero, un sistema de calefacción, ventilación y aire acondicio-nado con un sistema adicional de aire fresco, un sistema de elevación de camillas y soportes para el equipo médico”.

Incluye también un sistema de iluminación único en la ambulancia, un suelo integrado para la desinfección de bajo nivel y una fuente de ali-mentación de CA para los equipos médicos, con dos alternadores de 570-amp y 36 tomas de ali-mentación. Tener un alternador adicional, dos baterías más y múltiples tomas de CA propor-

ciona la energía a los dis-positivos de evacuación de emergencia médica especial o SMEED, dis-positivo utilizado para el cuidado de pacientes crí-ticos transportados desde un hospital en la zona de operaciones a los hospi-tales en Estados Unidos

por transporte aéreo, explicó Riese. El SMEED tiene varios elementos, inclu-

yendo un tanque de oxígeno portátil para ventilación de los pacientes, un desfibrilador, un dispositivo de aspiración y de dos a cuatro equipos automáticos para goteo que requie-ren alimentación de CA, afirmó Riese, que también señaló “La ambulancia tiene mayo-res necesidades eléctricas que las de un MRAP estándar”.

Otras novedades son asientos para atenuar explosiones, puntos de iluminación localiza-da y la puerta trasera ligeramente más ancha, para facilitar la entrada y salida rápidas.

“El vehículo tiene un motor de 450 HP C9 con transmisión CX28 y caja de transferencia de dos velocidades, todo ello de Caterpillar. La suspensión Arvin Meritor 50 series HMIS [sus-pensión independiente de alta movilidad]”, dijo Riese.

S I S T E m A S T E R R E S T R E S

102 Atenea Número 23 E l O B S E R V A T O R I O

El centro de operaciones las ordena y las re-transmite. Cuando se utilizan varios satélites, se produce un retraso, porque la información tiene que ir al satélite y retornar a tierra un par de veces”, comentó Stephens.

“Con el sistema de BFT 2, hemos cambiado esa arquitectura. En lugar de ir directamente al centro de operaciones de red a través de varios satélites, la información pasa a una estación terrestre. Esto es muy diferente de tener que retransmitir la información a través de varios satélites antes de ser procesados en los centros de operaciones de red”.

Con el BFT 2, la información de la localiza-ción de las fuerzas propias puede ser enviada a través de la red en segundos y también mejora enormemente el tiempo de actualización de la información. El BFT puede tardar minutos en obtener los nuevos datos y en actualizar la información de la posición, mientras que con el BFT 2 el tiempo de actualización es cuestión de segundos, comentó Stephens.

El BFT 2 se entregará a las unidades a fina-les de 2011 y también funcionará con el nue-vo software de localización de fuerzas, el susti-tuto del FBCB2, llamado Programa del Mando de Batalla Conjunto (Joint Battle Command-Platform, JBC-P) diseñado para utilizarse en los nuevos ordenadores JV-5, según el mayor Shane M. Robb, Ayudante del Jefe de Programa del JBC-P, que afirmó que “con el JBC-P lo que estamos haciendo es aprovechar los éxitos del FBCB2 y las inversiones en el mismo.”

de los requisitos originales. Surge de la idea de que si podemos proteger a los médicos así como a nuestros otros soldados, podríamos acercarlos más a la zona de combate y permi-tirles prestar asistencia y salvar vidas más rá-pidamente,” dijo Hansen. n

El Ejército de EEUU está realizando varias actualizaciones en el sistema de loca-lización de fuerzas, el Mando de Batalla de la Fuerza XXI a nivel Brigada y unidades inferio-res (Force XXI Battle Command Brigade-and-Below, FBCB2), para incluir software de nueva generación y una nueva y más rápida red de enlace mediante satélites.

Como parte de esta mejora, el Ejército va a desplegar el sistema de localización de fuerzas propias 2 (Blue Force Tracking, BFT, 2) de alta velocidad y alta tecnología, que será unas 10 veces más rápido que el BFT actual, afirmó el teniente coronel Bryan Stephes, Jefe del Pro-grama BFT.

El BFT es semidúplex, es decir, puede trans-mitir en los dos sentidos, pero no de forma si-multánea. En cambio, el “BFT 2 es dúplex, lo que significa que puede transmitir y recibir al mismo tiempo. Es una arquitectura completa-mente diferente,” dijo Stephens. Y, por ello, su velocidad de transmisión es exponencialmen-te más rápida que el BFT actual.

Además, el BFT 2 acorta la distancia que re-corre la información; los transceptores envían la información a un satélite y, a continuación, a una estación en tierra, que la reenvía a las uni-dades desplegadas.

“Hoy en día, si uno transmite la información de su posición en el teatro de operaciones, esta información va a un satélite y después a la es-tación terrestre. A continuación, se transmite a un centro de operaciones de red [en EEUU].

Hay aproximadamente 700 ambulancias MRAP en servicio, incluida la MaxxPro de Navistar y la HAGA33 (ambulancia blindada terrestre) de BAE, dijo Hansen.

“La ambulancia MRAP Caiman ha estado presente desde el comienzo, ya que fue parte

El Ejército de EEUU actualiza el sistema FBCB2con nuevo software y una mejor red de satélites

Mejoras para localizar las fuerzas propias

S I S T E m A S T E R R E S T R E S

103AteneaNúmero 23E l O B S E R V A T O R I O

El Ejército tiene unos 95.000 de sistemas de localización BFT, la mayor parte de los cuales está instalado en los JV-5 ya en servicio, añadió.

“El ordenador JV-5 está en la mayoría de los vehículos desplegados en el teatro de ope-raciones, como los MRAPs y los HMMWVs. Los helicópteros tienen diferentes variantes de hardware. No queremos sustituir todo el hardware a la vez. Vamos a utilizar el mismo hardware con el nuevo software y las nuevas capacidades. Actualmente, el hardware está utilizando el software del prototipo de JBC-P. Cuando actualicemos el hardware, lo que te-nemos que hacer de todos modos en unos años, lo actualizaremos con equipos tipo Ta-blet PC que cumplirán mejor los requisitos del JBC-P,” dijo Robb.

JBC-P también tendrá requisitos mejorados de precisión: un icono que represente un vehí-culo en una pantalla de JBC-P tiene que estar en unos 200 metros de su ubicación real.

“Si se va por una carretera y se ve un vehí-culo o una persona, puede verla en la pantalla y asociar un icono con lo que se ha visto en el terreno. Ayuda a disminuir el fuego fratrici-da,” afirmó Robb.

La pantalla original del FBCB2, diseñada en los años 90, tiene una interfaz de gráficos antigua, añadió Robb. “El JBC-P tiene una in-terfaz completamente rediseñada, más intui-tiva, más rápida y más fácil de manejar. Tiene gráficos libres mientras que en el pasado tenía que pasar a través del menú general de gráfi-cos. Es un sistema más potente para el jefe de una sección desplegada. Para hacer un cambio de misión sobre la marcha, antes se tenía que realizar a través de un proceso pesado de dibu-jar gráficos y enviarlo, o tenías que enviarlo a alguien por radio. Ahora, se puede dibujar una flecha o un círculo y decir “quiero que nos des-placemos a lo largo de esta ruta. Quiero apoyo de fuegos aquí”. Se pueden enviar fácilmente las cosas y es más fácil colaborar durante el movimiento con chats y mensajes”, explicó Robb.

La interfaz de la JBC-P, que se entregará en 2013 y 2014, está diseñada para integrar infor-mes tácticos terrestres, TIGR, de área, estruc-

turas, capacidades, organizaciones, personas y hechos, conocidos como datos ASCOPE.

“TIGR está diseñado para las unidades inferiores como los jefes de patrulla. Antes, los jefes de patrulla tomaban notas o hacían informes sobre el área en un libro o cuader-no verdes, pero los datos obtenidos no eran fáciles de buscar ni reutilizar. Con el TIGR actualmente empleado en los centros de ope-raciones tácticas de compañía, después de una

patrulla, los jefes pueden escribir sus informes en el sistema TIGR. Cargan fotos o informes de entrevistas u otros hechos. Todos los datos tie-nen la posición geográfica y el tiempo en que se han producido y se integran en una base de datos mayor”, dijo Robb.

Como resultado, la próxima vez que vayan de patrulla, los soldados pueden resaltar su ruta y los hechos que se han producido a lo largo de la misma se mostrarán como iconos, explicó Robb.

“Serán capaces de ver los informes, fotos y otros datos asociados a cada icono y modificar, si fuese necesario, su plan de patrulla. Aunque el TIGR actualmente está desplegado a nivel compañía, con el JBC-P, el TIGR se integrará a nivel inferior y también en los vehículos”, afir-mó el Mayor Robb. n

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104 Atenea Número 23

Flexibilidad de movimientos para volar

cota. De este modo puede observar furtiva-mente puntos concretos de áreas urbanas, en las que hay objetivos que permanecen ocultos al vuelo de aviones de ala fija. La basculación hasta la posición vertical de estos motores eli-minan también la dificultad de su despegue y aterrizaje en ciudades y lo hacen ideal para las operaciones desde buques de guerra.

No se conocen detalles sobre su disponibi-lidad ni precio, pues IAI no los proporcionará hasta que la plataforma no pase las pruebas que certifiquen que el diseño funciona. Hasta ahora, el Panther ha pasado tres pruebas de vuelo y el marketing del producto parece que se ha iniciado.

El inconveniente que presenta hasta ahora es que podría ser hasta un 30 % más caro que los UAVs similares que no integran motores basculantes. n (STraTreGic PaGe, 27 de SePTiembre de 2010).

la empresa de Israel IAI ha desarro-llado un avión no tripulado, UAV, con rotores basculantes eléctricos, denominado Panther.

Los rotores, al modo del avión estadouniden-se V-22 Osprey, giran a la posición vertical para el despegue, aterrizaje y vuelo estacionario.

A partir de este modelo, la empresa tiene de intención de desarrollar otros UAVs de di-ferentes envergaduras, que pueden ir de 2 m a 8 m.

Los motores eléctricos del prototipo, de 6 m de envergadura, son alimentados por células de fuel que le proporcionan seis horas de auto-nomía. Su carga útil es de 8 kilogramos, lo que le permite transportar cámaras de video día/noche y un designador láser.

Gracias a sus motores eléctricos, el UAV es silencioso, lo que constituye una característica importante cuando vuela estacionario a baja

El Panther es un aparato no tripulado que puedevolar como avión o como helicóptero

a é r e o ss i s t e m a s

105AteneaNúmero 23E l O B S E R V A T O R I O

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Atenea

El programa de control tolerante a daños de DARPA ha pasado por varias fases. En abril, se completó una serie de pruebas que culmina-ron en la recuperación de un avión F/A 18 a escala de la pérdida de la mayoría del ala dere-

cha. El avión, con un control completamente autónomo desde el despegue al aterrizaje, se recuperó de la pérdida del 60% del ala derecha y del 30% de los timones verticales y horizon-tales y en los siguientes minutos el sistema de control de vuelo se autorreconfiguró para res-taurar la mayor parte de la calidad del vuelo

La Agencia de Proyectos de Investiga-ción Avanzada (DARPA) ha demostrado que la tecnología de control de vuelo tolerante a fallos (Damage Tolerant Controls, DTC) puede permitir con éxito que un vehículo aéreo no tripulado siga volando incluso después de per-der grandes partes de su ala. Dado que los avio-nes militares se enfrentan a muchas amenazas, como misiles tierra-aire y cañones antiaéreos, entre otros, y que, a pesar de los sistemas que disponen para evadir estas amenazas, a veces pueden sufrir daños, para mejorar la supervi-vencia de los aviones dañados, el programa DTC desarrolla un software que ayuda a com-pensar las superficies de control y los motores dañados de forma que permite a los pilotos de los UAVs aterrizar su avión de forma segura. Esta tecnología se aplicará además a fallos ma-teriales que puedan degradar las prestaciones de vuelo de forma impredecible.

“La tolerancia a los fallos es una capacidad que permite aumentar la fiabilidad de la mi-sión en aviones militares que operan en am-bientes de gran amenaza y también puede beneficiar a aviones comerciales”, afirmó el teniente coronel James McCormick, Jefe de-Programa de DARPA. “La tecnología de control tolerante a daños proporciona una adaptación autónoma en tiempo real del daño y es segui-do por un proceso de adaptación que modifica los sistemas de control de vuelo para compen-sar los efectos del daño”.

RQ-7B Shadow.

Un control de vuelo tolerante a fallos ha sido probado con éxitoy permitirá recuperar aparatos dañados

Aumento en la seguridad de los UAVs

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106 Atenea Número 23 E l O B S E R V A T O R I O

Desde su entrada en combate en 2008, el SNI-PER se ha convertido en una herramienta muy valiosa para el apoyo al personal de la coalición desplegado en zonas hostiles, dijo el capitán Louie. “Su capacidad para proporcionar mate-rial video en tiempo real a las fuerzas terrestres ha salvado sus vidas en numerosas ocasiones. Ha cambiado la forma en que combatimos. El SNIPER es un sistema complementario que nos permite mejorar nuestro adiestramiento y ope-raciones de apoyo aéreo cercano”.

Solicitado por primera vez en julio de 2006, el SNIPER amplió el papel del B-1 para atacar a tierra permitiendo a los oficiales de sistemas de

supervivencia, seguridad y efectividad para nuestros soldados”.

Según McCormick, algunos pilotos han he-cho algunos aterrizajes espectaculares, como un piloto israelita que aterrizó con seguridad un F-15 después de perder un ala entera en una colisión en el aire, pero McCormick indi-có que: “Esta clase de recuperación nunca se ha realizado por un sistema autónomo”.

Por su parte, el Coronel Dan Hazelwood, Jefe de Programa para Sistemas UAV del Ejército, destacó la significación de ese hecho: “Nues-tros soldados confían cada vez más en UAVs en misiones de combate vitales y el impacto de cualquier trastorno es mucho mayor que el coste del avión. Es una capacidad muy buena que mejorará la disponibilidad de los servicios de combate basados en UAVs en caso de daños, fallos de componentes o degradación del siste-ma. La extraordinaria flexibilidad del enfoque de tolerancia a daños reducirá el peso de la formación de nuestros operadores, limitará el impacto de errores de los pilotos y disminuirá nuestra dependencia de equipos preposicio-nados”. n

el 28 Ala de Bombarderos B-1B Lancer recibió las modificaciones para operar el pod de designación de objetivos avanzado SNIPER el pasado 18 de octubre.

El designador de objetivos SNIPER actúa como una cámara de largo alcance que puede localizar con exactitud objetivos para ataques de precisión y misiones de apoyo aéreo cercano.

“Es difícil imaginar realizar misiones de apo-yo aéreo cercano sin él”, dijo el capitán William Louie, Oficial de sistemas de armas del 34 Escua-drón de bombarderos. “El pod SNIPER y el B-1B forman un conjunto muy bueno, sobre todo con las nuevas misiones del bombardero”.

original, permitiendo que el avión realizase un aterrizaje autónomo sin errores.

En octubre, DARPA y el Ejército de EEUU, con el apoyo de Rockwell Collins, han com-probado la tolerancia a fallos en un RQ-7B Shadow durante pruebas realizadas para comprobar el rendimiento del software DTC y determinar cuáles serían los límites de los daños en el avión que podrían compensarse. En estas pruebas se destruyó parte de un ala y se simularon fallos del motor, aterrizando con seguridad el UAV. Los mejores lugares para un aterrizaje se cargan en el sistema de control de vuelo antes del despegue y, si falla el motor, el sistema selecciona el lugar de aterrizaje segu-ro más cercano.

El Jefe de Programa de DARPA, Teniente Coronel James McCormick afirmó: “queremos dar al UAV un ‘sentido aéreo’ que le permita tratar con lo inesperado de la forma en que lo haría un piloto…un sistema completamente desarrollado promete ventajas significativas en términos de respuesta a muchas condi-ciones relevantes (…) con mayor velocidad, fiabilidad y robustez. Y esto significa mayor

El bombardero nuclear B-1B revitaliza su papel almejorar sus capacidades de ataque a tierra

El SNIPER, un nuevo observador en el cielo

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107AteneaNúmero 23E l O B S E R V A T O R I O

El Coronel William Eldridge, Jefe del Grupo de Operaciones del 28 Ala, afirmó que integrar el SNIPER ha revitalizado y ampliado el papel de los B-1 salvando vidas en tierra.

“El pod SNIPER del B-1 ha revolucionado las operaciones de bombardeo”, dijo el coronel Eldrid-ge. “Para un avión que fue desarrollado para lan-zar armas nucleares a baja altitud, realizar ahora el apoyo aéreo cercano como misión primordial es un cambio radical. La combinación del SNIPER y del B-1 está salvando vidas en Afganistán”. n

armas identificar positivamente objetivos, ge-nerar coordenadas, proporcionar a las fuerzas de la coalición videos a distancia y emplear ar-mas guiadas por láser. Estas capacidades, junto con el amplio tiempo que puede estar a la espe-ra el B-1, así como el intenso entrenamiento de su tripulación, le convierte en un activo inesti-mable en el teatro de operaciones actual.

“El adiestramiento que realizamos dismi-nuye la dificultad de la primera misión real, afirmó el capitán Louie. “Desarrollamos una memoria a través del entrenamiento que nos permite actuar perfectamente cuando las cosas se ponen mal y las vidas están en peligro”.

Una vez recibido el último SNIPER, las tripu-laciones son capaces para incorporar sus planes de formación avanzada en todos los aviones del 28 Ala. Estos planes se centran en las distintas misiones de ataque a tierra que puede realizar el B-1, que pueden incluir seguir a las fuerzas terrestres durante una misión para proporcio-nar inteligencia y apoyos vitales cuando sea necesario.

“Cuantos más aviones tengamos disponibles para adiestramiento, más capaces seremos de perfeccionar nuestras habilidades para desple-gar”, señalo el capitán Louie.

El pod SNIPER en el B-1B.

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108 Atenea Número 23 E l O B S E R V A T O R I O

F-111F.

Esta instalación, en la base de Davis-Mon-than de la USAF, en el desierto de Arizona, al-macena casi 5.000 aviones militares, de los que cada año se reforman algunos y se ponen de nuevo en servicio. Pero la mayoría se emplean como fuente de piezas de repuesto, hasta que lo que queda es desguazado y vendido.

Pero AMARC no es el único lugar de alma-cenamiento, simplemente es el más grande del mundo. Muchas otras bases aéreas situa-das en climas secos tiene espacio para algunos aviones que podrían necesitarse una vez más.

Como ejemplo, el Cuerpo de Marines re-cientemente recuperó un viejo caza de des-pegue vertical Harrier AV-8, que había estado almacenado durante dieciséis años en una de sus bases aéreas y lo restauró para emplearlo como entrenador de dos plazas. Los marines no pensaban que volverían a necesitar a ese viejo AV-8. Pero el nuevo F-35B, que reempla-zará al AV-8 tarda en llegar y las operaciones en Afganistán han agotado a los AV-8s exis-tentes. Por lo tanto se está acudiendo a refor-zar la flota con aviones almacenados.

En los dos últimos años, la Fuerza Aé-rea de Estados Unidos ha enviado 252 aviones A-10, F-15 y F-16 a la ”campa de los huesos” (un área de almacenamiento en el desierto, donde se guardan muchos aviones de combate cuando se retiran, por si fuesen necesarios más tarde).

Con el retiro de aviones y su “puesta en alcan-for” la Fuerza Aérea a veces ahorra dinero que puede destinar al mantenimiento del resto de la flota. Por lo tanto no todos los aviones que están en la campa son viejos o agotados. De hecho, casi todos los aviones que envían allí pueden volar de nuevo, pues de lo contrario serían desguazados.

Desde la Segunda Guerra Mundial, la mayo-ría de los aviones terminaron siendo desgua-zados, no derribados. Pero algunas naciones, particularmente los Estados Unidos, tienen un estado intermedio: el almacenamiento.

El principal sitio de almacenamiento en EEUU es AMARC (Centro de Recuperación y Manteni-miento Aeroespacial). Se trata de la “campa de huesos” pero si los aviones que se almacenan en AMARC se armaran y pusieran operativos, serían la tercera mayor fuerza aérea en el mundo.

Las piezas de los aparatos dados de baja y almacenadosalargan la vida de los que están en servicio

El ‘canibalismo’ de aviones, rentable

109AteneaNúmero 23E l O B S E R V A T O R I O

F-117.

La mayoría de aviones de combate se pro-ducen durante diez o menos años. Una vez pa-rada la fabricación, empieza a ser difícil con-seguir piezas de repuesto; las herramientas y equipos empleados para hacer los componen-tes de aviones normalmente se han dado de baja; fabricar las piezas desde cero es tan caro, que a menudo es más barato desechar el avión y comprar un nuevo diseño.

Pero un nuevo avión suele ser más caro de lo que el presupuesto puede permitir. La solución a este problema es la ‘canibalización’. Es decir, usar algunos aviones o bien aquellos que se acciden-taron o los modelos más antiguos almacenados en la campa, como fuente de piezas de repuesto. Esta ha sido una práctica en combate desde el comienzo de la aviación militar, especialmente durante la primera guerra mundial, cuando se perdieron más aviones debido a malos aterriza-jes y despegues que por la acción enemiga, lo que convirtió a los restos en una fuente de repuestos.

La campa más eficiente del mundo es AMARC. Mientras que algunos de los aviones almacenados allí retornan al servicio activo cada año, todos son candidatos a ser desmon-tados para proporcionar piezas para aviones que todavía están volando.

AMARC suministra de 500 a 2.000 piezas al mes. No sólo para aviones militares de EEUU, sino también para los aliados.

Un ejemplo paradigmático es que Australia mantiene volando a sus F-111 de los años 60s con piezas de repuesto de los aviones almace-nados en AMARC. Los aviones de la USAF A-10, construidos en los años 70 también. Incluso cuando las piezas están todavía en producción, si un aumento de peticiones en tiempo de guerra, como ya ha ocurrido en Afganistán, superara la capacidad de fabricación, se recurre a pedirlas a AMARC. Por ejemplo, AMARC ha suministrado piezas para el F-18.

AMARC fue establecido en 1985, consoli-dando las operaciones de almacenamiento de ubicaciones en Estados Unidos. En el primer año, entregó piezas de repuesto por valor de cincuenta mil millones de dólares.

Mientras que los fuselajes, despojados de to-das sus piezas más valiosas, valen sólo unos 50 centavos el kilo como chatarra, algunas de las piezas valen su peso en oro. Los motores, que a menudo constituyen una tercera parte (o más) del valor de un avión, son los elementos más valiosos. Y cada motor consta de miles de pie-zas, algunas de las cuales valen mucho, aunque el motor ya no esté en uso en ningún avión.

Otras naciones ‘canibalizan’ sus aviones de combate retirados u obsoletos, pero pocos han organizado la operación tan eficientemente como Estados Unidos. n STraTeGic PaGe, 20 de OcTu-

bre de 2010

110 Atenea Número 23

Operadorade control de UAV .

zonas de combate como Afganistán y las dirige a distancia, desde EEUU, con enlace satélite. Un sistema Predator puede tener cuatro aviones, una GCS y un terminal de distribución de datos Tro-jan Spirit II, con enlaces radio UHF y VHF, enlace de datos en banda C y enlace de datos por satélite en UHF y en banda Ku.

Los UAVs se dirigen en general con dos conso-las: una por el piloto y otra por el operador de la carga útil. Muchos operadores son antiguos pilo-tos que emplean un ratón y un tablero para diri-girlos. La misión del UAV se carga previamente en el UAV, pero el piloto tendrá que cambiar los planes preestablecidos por imprevistos.

El operador de la carga útil también tiene un papel clave en las misiones. Son entrenados a menudo para analizar la información proceden-te del UAV y, a partir de la misma, alertar rápida-mente a las tropas desplegadas en el campo.

El control desde tierra es un aspecto de-jado de lado en el tema de aviones no tripulados (UAVs). De hecho, UAV es un nombre inapro-piado porque estos aparatos son todo menos no tripulados y su gran empleo en las zonas de combate ha comenzado a resaltar algunas de las limitaciones de su control desde tierra.

El gran valor de los UAVs en combate es que funcionan a distancia, con precisión creciente, realizando misiones sin poner en peligro la vida de las tropas. Estar dirigido a distancia, sin embar-go, supone que no haya puntos de control loca-les, por lo que la toma de decisiones depende de lo que se ve a distancia.

Las estaciones terrestres de control (GCS) tie-nen importancia capital, no sólo como punto de control sino como punto en el que la informa-ción se valora, difunde y con la que se actúa.

La Fuerza Aérea de EEUU emplea UAVs en

La responsabilidad y la visión de los ataques en alta resolución les afectan negativamente

Estrés en los operadores de UAVs

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V A R I O S

111AteneaNúmero 23E l O B S E R V A T O R I O

El papel crucial de los UAVs en Afganistán, Irak y otros conflictos depende de la calidad de las GCS que los manejan. Por ello, el Pentágono está buscando mejorar esta área, particularmente para compatibilizar la amplia variedad de UAVs actualmente en servicio, fomentando el desarro-llo de una arquitectura abierta para las estaciones terrestres, que supondría un sistema operativo principal común y diferentes aplicaciones para controlar diferentes plataformas o sensores. Esto permitiría, por ejemplo, a la Fuerza Aérea usar un avión de un fabricante al comienzo de la misión y otro de diferente fabricante para completarla. Esto ahorraría dinero en adiestramiento y costes de desarrollo, impulsaría la competencia (al bajar esos costes) y conduciría a nuevas aplicaciones.

EstACioNEs DE CoNtrol tErrEstrE No CoMUNEsCada Ejército utiliza un tipo diferente de estación terrestre y de software. La Fuerza Aérea tiene es-taciones terrestres de control de General Atomics Aeronautical Systems para Predators y Reapers, y los otros Ejércitos tienen suministradores y soft-ware de control diferentes para sus UAVs.

Raytheon quiere liderar esta área de desarro-llo con su sistema de control terrestre común (CGCS), el único sistema de control terrestre so-bre el que el Gobierno de EEUU tendrá derechos completos para el núcleo del software e interfa-ces. “…una estación de control terrestre común va claramente en la dirección correcta para maximi-zar la efectividad operativa, permitir capacidad en red y controlar los costes”.

Simultáneamente, se siguen realizando mejo-ras en el diseño de GCS. General Atomics desarro-lla una “cabina avanzada” que mejorará la efica-cia del operador y aumentará el conocimiento de la situación. Incluye mapas 3D, tecnología táctil y diseño intuitivos y visión sintética envolvente.

Estrés DEl CoNtrolADorAunque están a distancia, los operadores de los UAVs están sometidos al mismo estrés psicológi-co que las tropas en el campo de batalla, debido en parte a que están expuestos a imágenes de alta resolución, incluyendo las de las personas mori-bundas.

Los aviadores, en contraste, raramente ven las

consecuencias de sus ataques. En un caza, “cuan-do se va a 900 Km./h o a 1080 Km./h, se lanza una bomba de 500 lb y luego se vuela a la base; no se ve lo que ocurre”, afirma el Coronel Albert K. Aimar, Jefe de la 163 Ala de Reconocimiento de EEUU, licenciado en Psicología. Pero cuando un Predator lanza un misil, el operador lo ve.

Esto explicaría una de las consecuencias in-esperadas del empleo de UAVs: inicialmente se creía que los operadores serían más insensibles que el personal desplegado en el campo de bata-lla; realmente parece que es al contrario. Algunos analistas consideran que los operadores de UAVs pueden estar preocupándose demasiado y que es-tán experimentando niveles de reacción de estrés más altos que unidades en Afganistán, con una fatiga significativamente creciente, agotamiento emocional y síndrome de ‘quemado’.

Los psicólogos consideran que los operadores están sometidos también a un único estrés, co-nocido como “transición brusca” (whiplash tran-sition), que se refiere al cambio que se produce en-tre realizar una misión mortífera y luego ir a casa con sus familias. Otros consideran que el trauma que sufren los controladores está sobreestimado y que no puede ser comparado con el que sopor-tan los que están en el campo de batalla, cuyas vidas están en riesgo.

FUtUroEn el futuro es probable que los desarrollos tec-nológicos hagan irrelevante el debate sobre el control en los próximos 10 a 20 años, porque la Fuerza Aérea, el mayor operador mundial de UAVs, busca aumentar la automatización de los mismos y de las estaciones terrestres. La tenden-cia hacia múltiples cargas útiles es uno de los impulsores de la automatización de las estacio-nes terrestres. El pod de vigilancia Gorgon Stare, preparado para los UAVs Reaper en 2010, permite enviar simultáneamente diez imágenes distintas de video a las fuerzas conjuntas que están en el terreno. Estas aumentarán las imágenes inicial-mente a 30 y luego a 65, un desarrollo que plan-teará grandes exigencias a los operadores o que requerirá elevadas plantillas de operadores para analizar el flujo creciente de información proce-dente de los UAVs. n

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112 Atenea Número 23 E l O B S E R V A T O R I O

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utilizar la tecnología avanzada para proporcio-nar la mejor atención posible a los quemados.”

Los análisis de los resultados obtenidos por el BRDSS en los dos últimos años en los centros para quemados del USAISR y de la Universidad de Texas sugieren que la reanimación ha mejo-rado al reducir el volumen de líquidos adminis-trados a los grandes quemados manteniendo los objetivos clínicos.

“Sistemas de apoyo a la decisión como éste tienen el potencial para cambiar el cuidado de enfermos críticos, no sólo quemados, sino tam-bién para muchos otros tipos de lesiones y enfer-medades aumentando la experiencia médica en tiempo real en la sala”, afirmó el Dr. George Kra-mer, Director del Laboratorio de Reanimación de la UTMB.

Según fuentes del USAISR, el Ejército de EEUU desarrollará un versión móvil del sistema BRDSS para que lo utilicen los proveedores del Depar-tamento de Defensa en el exterior y se utilizará el sistema de adquisición rápida para desplegar unidades móviles en los hospitales de campaña y en los diferentes escalones médicos.

“Idealmente, este sistema se utilizará con gran-des quemados tan pronto como lleguen a un hos-pital de campaña y acompañarán al quemado durante su evacuación desde el hospital inicial al Centro de Quemados del USAISR”, según el Dr. Kevin Chung, Director Médico de la UCI para Quemados del USAISR. n

Reanimar suministrando la cantidad óp-tima de fluidos a quemados críticos es un aspecto clave de la atención médica inicial a los mismos, según miembros del Instituto de Investigación Quirúrgica (USAISR) del Ejército EEUU. Estudios clínicos han demostrado que la administración de demasiado líquido o de muy poco líquido en quemados puede producir un resultado no ópti-mo.

El sistema de apoyo a la decisión para reani-mar quemados (Burn Resuscitation Decision Support System, BRDSS) fue diseñado por el US-AISR y la Universidad de Texas, Departamento Médico (UTMB), en Galveston, Texas, para ayu-dar a sanitarios que normalmente no atienden a quemados. El BRDSS utiliza un algoritmo para generar recomendaciones de las tasas de fluidos intravenosos que hay que suministrar para mejo-rar el equilibrio de líquidos durante las primeras 48 horas y trata de evitar las complicaciones aso-ciadas a estrategias de reanimación insuficientes o excesivas.

El BRDSS fue premiado en un concurso del Mando de Investigación, Desarrollo e Ingeniería (RDECOM) del Ejército como uno de los mejores inventos del 2009. “Ser elegido como uno de los 10 mejores inventos del Ejército en 2009 es un gran honor,” dijo el Dr. José Salinas, responsable del equipo del Instituto; “el premio reconoce el trabajo duro y la dedicación del personal clínico y de investigación del USAISR y del UTMB para

Un sistema automático de regulación óptima de fluidos, clave en la atención médica inicial

Mejoras en la reanimación de quemados

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