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  • 7/27/2019 BARRIO 15 OK

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    El nio de la cuatrimotopasea en Santa CatarinaMARGARITO CUELLAR

    6_Crnica Local

    /ELBARRIOANTIGUO

    @ELBARRIO

    ELBARRIOANTIGUO.COM

    Ao Uno/Nmero QuinceDel 11 al 17 de agosto de 2013

    Made in Monterrey

    Los vaquerosque s bailanDANIEL MELCHOR

    10_Crnica Local 14_Opinin

    NONFICTION

    ! EMERGENCY

    EXIT

    POR EDGARDO GARCA

    LA POLICA BICICLETERA

    La colombia

    JUAN SORDO

    EL MAPA DE LO QUE NOS DUELECOMO UN CINE NORMAL VICIOS CULTURALES

    UN ELOGIO AL TACOSE BUSCAN HISTORIAS PARA CINE Y TELEVISIN

    Contina en la pgina 4

    LA BIBLIOTECA DEL DOC SOLIS

    Pueden unos vehculos de propulsin humana volver ms confablesa los desprestigiados representantes de la ley?

    La alarma del despertador suenacon precisin marcial anunciandoel comienzo de la jornada para elComandante Pinal: son las cinco y

    media de la maana y la rutina demanda movi-

    miento. En media hora el hombre se ha aseado yle ha dado mantenimiento a su impecable bigote;su forma de rasurarse es una muestra evidente de

    lo metdico que resulta su actuar cotidiano. Mien-tras su esposa prepara el almuerzo, el oficial seviste con el uniforme de la polica de Monterrey.Un atuendo temido e incluso repudiado por laciudadana durante la guerra. Las botas se pulen

    con esmero, el vehculo se enciende y coloca a lamano su pesado chaleco a prueba de balas, listopara prestar servicio.

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    VICIOSCULTURALES

    Por pri-m e r avez en la historiade nuestro pas seasocian volunta-riamente el Estadoy los empresariospara fomentar lacreacin de difu-sin de las obras ar-tsticas y literarias,fueron las palabrasque dijo OctavioPaz hace 24 aos,refirindose a lacreacin de Cona-culta en Mxico.Mientras que enNuevo Len, Co-narte fue creadopara que el gobier-no se desprendierade la obligacin depromover la cul-tura, el rgano na-cional de culturafue ideado con otraintencin. No exen-to de controversia

    durante su sexenio, el presidente CarlosSalinas de Gortari se enfrent a las crticasde los artistas que cuestionaban su formade gobernar, sus malos manejos y abusode poder. Se trataba de un presidente quegobernaba como lo haca el antiguo PRI:con mano dura y sonrisa cmplice. Conel fin de acallar las crticas que le llovandel mbito cultural, Salinas de Gortari seacerc al escritor Octavio Paz en busca deuna solucin. Si quieres que los artistasse dejen de pelear contigo, ponlos a pelear

    entre ellos se rumorea en los bajos fondosliterarios que dijo el escritor al presidente.En lugar de alzarse contra el gobierno ylas autoridades, los artistas se concentranen obtener becas, obtener apoyos y finan-ciamientos para sus proyectos, demasiadoconcentrados en las situaciones y rumoresque se esparcen dentro del mbito culturalpara alzar la vista y ver que los problemasque acogen a la poblacin y a la cultura,son en realidad ocasionados por las auto-ridades. Antes de iniciar su trabajo comovocales del Conarte, Flix Guerra y AuroraBuensuceso se dieron un encontrn con

    el monstruo burocrtico: los miembros delconsejo se negaron a aceptar la solicitudde candidatura de Flix. No tiene la edadnecesaria, le respondi uno de los maes-tros cuando trat de convencerlos de suidoneidad para el cargo. Eso no es excusa,aleg Flix: en los reglamentos estableceque basta slo con ser mayor de 18 aosy yo tengo 40. Indignado, el director delBallet Folklrico de Monterrey intent porotros medios convencerlos, cumpliendocon las excntricas peticiones que le hacael consejo. Flix, quien empez su carreraen la danza cuando a los 13 aos ingresal grupo de baile de su escuela, mantuvodurante su administracin como vocaluna relacin cordial con el resto de los vo-cales. Claro que nos enterbamos de losproblemas que tenan los dems vocalesque eran uff, muchsimos, comenta

    mientras se mueve de un lado hacia otroy de adelante hacia atrs, denotando suenerga de bailarn. Karla Arredondo, porejemplo, la vocal de cine, fue una de lasque ms controversias tuvo durante su vo-cala: mala administracin de los recursos asu disposicin, entrega de becas a personascercanas a ella o de su mismo crculo so-cial e incluso, participacin de sus propiosproyectos en concursos cuando por regla-mento de Conarte, los vocales no puedenhacerlo. Durante su gestin se perdieron

    importantes apoyos al gremio de cine, pre-sencia de los cineastas locales en festivalesnacionales y concursos que servan a loscreadores para financiar sus trabajos. Losecos de los malos manejos y abusos de po-der dentro de los gremios resuenan. Segnel poeta Ivn Trejo, Xavier Araiza recibi20 mil pesos de apoyo para una antologade los escritores locales. Tras casi tres mesesde trabajo, el literato se acerc a su amigoy vocal de literatura, Armando Alans para

    mencionarle que no podra terminar elproyecto. Cuando el vocal le pidi que re-gresara el dinero que le haba dado parala elaboracin, Araiza le explic que nopodra devolverlo ya que lo haba gastadoen otras actividades. Termin regresan-do el dinero en supuestos talleres y clasesde literatura que imparta en nombre delgremio de literatura. Mediante las redessociales, los artistas tambin se han hechoescuchar, por ejemplo, cuando los gana-dores del Programa de Alto Rendimiento

    de Artes Plsticas, organizado por DaminOntiveros y Eleonora Garza fueron anun-ciados. Siempre son los mismos proyectoslos que ganan. Ambos vocales buscan im-pulsar al arte moderno, y ambos lo practi-can, por lo que dejaron fuera todos los pro-yectos que no estuvieran relacionados condicha rea. Tambin el gremio de teatro sealz en las redes sociales cuando aparecibajo el anonimato de una cuenta falsa una

    queja ante los vocales Carlos Gueta y JavierSerna. Ambos buscaron reelegirse a pesarde tener inconformes a muchos de susagremiados con el trabajo y la labor quehan realizado a lo largo de los pasados tresaos. Slo becan a sus ex estudiantes, suexperiencia en teatro es limitada y pobre.El atrevido annimo invit entonces a losdems agremiados a acercarse a las urnas avotar para evitar que el par de vocales ac-tuales contine con esas prcticas.

    -Daniela Garca

    EL MAPA DE LO QUENOS DUELE

    Los ma-pas se utilizan parano perderse, para mar-car los lugares donde se vi-vi algo, se dej algo, se escondialgo. Los mapas acotan las distancias ylas hacen menos temibles. El mapa delo que duele se llama radiografa. Losrayos gamma logran una imagen ennegativo que muestra lo roto, lo des-viado, lo tumefacto por la infeccin. Elmapa de lo que duele se llama verdad.Y es difcil encontrar ese tipo de mapas.Sin embargo, hay por all algunos quemuestran en la ccin toda la verdad.

    Es el caso del libroAmars a Dios sobretodas las cosas de Alejandro Hernndez,periodista y escritor que viaj por todoel territorio nacional y confeccion elmapa de lo que nos duele. A travs delespejo mimtico de la ccin, AlejandroHernndez cuenta la historia de Wal-ter, migrante hondureo que intentallegar a Estados Unidos y en el caminoencuentra toda la maldad y la bondadque tiene el ser humano. Con la descrip-

    cin de cadapoblado, ciudado rancho, el au-tor da tambin

    la radiografa de

    t o d ala podredumbre: policas corruptos, au-toridades migratorias abusivas o ven-didas, coyotes, narcotracantes, mexi-canos indiferentes; as como encuentrala columna vertebral que mantienevivo el peregrinaje de los migrantes: lossueos, el amor, el pensamiento de unavida mejor, los cientos de personas quea travs de albergues, comida y hasta

    palabras hacen menos doloroso su paso.En un pas que vio el horror de los 72muertos en un galpn de San Fernando,Tamaulipas, se vuelve necesario tratarde acercar las realidades que muchosignoran o minimizan. En palabras delautor En tiempos difciles, como los quevive el pas en materia de inseguridad yviolencia, la literatura debe adquirir uncarcter documental. Justamente es laestructura que sigue el libro: se puede

    apreciar que cada ancdota o persona-je tuvo su contraparte en la realidad yAlejandro Hernndez estuvo para pre-senciar todo. A pesar de que el lenguajese vuelve en momentos pesado o repe-titivo y en ocasiones se nota el afn casididctico en la narracin,Amars a Diossobre todas las cosas es herramienta paraentender una de las peores crisis huma-nitarias de nuestra historia reciente: lahistoria de los migrantes centroamerica-nos que pasan por el pas y son asesina-dos, secuestrados, violados o mutilados.Amars a Dios sobre todas las cosas es unespejo de nuestra crueldad: un mapa delque deberamos reconocer como nuestrodolor.

    Amars a Dios sobre todas las cosas (Tusquets

    Editores). Alejandro Hernndez Edicin: 1 2013.

    -Por Caracol Colunga

    UN ELOGIO AL TACOEs difcil hacer un censo exhaustivode la variedad de tacos en Mxi-

    co, pues existen tantos tipos de tacos comoregiones en el pas. El consumo de tacos

    refleja la riqueza de la variedad gastron-mica en Mxico y el apego culinario delos mexicanos a supatria chica. Podemosclasificarlos en funcin de la guarnicincon la que se preparan: feculentos (papa,frijol); verduras (quelites, chiles, nopales);insectos (gusanos, escamoles, chinicuiles);pescado o mariscos (camarn, pulpo, lan-gosta); carnes blancas (cerdo, pollo, ternero)y rojas (borrego, cabrito, res). Mientras queen el norte del pas existe una preferenciahacia los tacos a base de carne. Segn la so-ciologa clsica podramos explicar las pre-ferencias del consumo crnico en funcin

    de la posicin social del consumidor. Laperspectiva histrica nos permite relativi-zar esta postura, pues esta marcacin socialobedece igualmente a la geografa del pas.Sin embargo, la carne sigue siendo uno delos principales marcadores sociales en M-

    xico, pues su consumo sigue jerarquizando,clasificando y dividiendo a la sociedad. Esdifcil negar que el mercado de tacos se de-linee en el espacio urbano en funcin de lasegregacin social preexistente. Los puestosde tacos existen en los barrios residencialescomo en los barrios populares. En los pri-meros encontramos tacos ms sofisticadosy de mejor calidad. Mientras en los segun-dos encontramos tacos ms comunes demenor calidad. Los grupos acomodadosprefieren tacos preparados con cortes finoscomo el filete, el filet-mignon, el ryb-eyeo eventualmente el sirloin o la arrachera.

    Mientras los grupos intermedios presen-tan una preferencia por los tacos de bistec,de vsceras (machito, molleja) y los tacosde carne de cerdo ya sea asada (tacos alpastor) o frita (chicharrn, carnitas, etc.).En n, los consumidores situados en la

    parte inferior de la pirmide social tienenun mejor acceso a los tacos llamados alvapor (estos se preparan con carne des-hebrado de menor calidad, con frijol, papao chicharrn de cerdo). Paradjicamente,los tacos de carne asada aparecen en elmercado como tales hacia nales del siglo20. Esto se debe sin duda al elevado costode la carne para asar (que son bocadosms nobles) y al hecho que el mercadose diversic tardamente. No fue sinohasta fechas reciente que el mercado delos tacos conoci un aumento cualitativo.La prueba de ello es la multiplicacin de

    taqueras de lujo en los ltimos aos (Ta-cos El Califa en la Cd. de Mxico; TacosEl Buey, Las Brazas, Uff: Tacos & Salsas yCabo Grillen Monterrey).

    -Domingo Garca

    Del 11 al 17 de agosto de 2013Monterrey, N.L.

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    _Ornitorrinco Del 11 al 17 de agosto de 2013Monterrey, N.L.

    SE BUSCAN HISTORIAS PARACINE Y TELEVISIN

    La Agencia Bengala otorgar du-rante el Festival Internacional deCine de Baja California un premio de 50mil pesos a una historia escrita, la cualtendr la posibilidad de ser adaptada alcine o la televisin. Dicha historia, juntoa otras cuatro que resulten seleccionadas,sern publicadas en un libro del sello dela Casa del Libro de la Universidad Au-tnoma de Nuevo Len. Magaly Ugarte,coordinadora de proyectos de Bengala,explic que la agencia decidi crear estepremio porque ha visto la forma de tra-bajar de las casas productoras de Mxico,las cuales no se enfocan en la elaboracinde un libreto y en la estructura del guin,ya que prestan ms atencin en la pro-duccin por lo que la mayora de los pro-yectos mexicanos carecen de calidad. (Elconcurso) es una buena forma de encon-trar buenas historias y de impulsar a lagente que escribe para que hagan buenosargumentos para desarrollarlos despus

    porque normalmente, en Mxico, no sedesarrolla un proyecto desde el argumen-to hasta el guin. No hay mucha genteque haga este tipo de trabajo. La mayorade los premios que se entregan en Mxi-co en el gnero de cine, explic Ugarte,son para guiones, por lo que es necesariocontar ya con el script. Nosotros busca-mos la idea. La semilla de una historia.Este premio es para eso, para premiar alos argumentos que podran convertirseen guiones. La convocatoria iniciar este14 de agosto y se recibirn historias hastael 1 de octubre; el ganador ser anunciadoen el festival internacional de cine de BajaCalifornia, que se llevar a cabo del 13 al16 de noviembre en Los Cabos. La exten-

    sin de la historia deber de ser de 10 a 20pginas y no hay temas o gneros espec-cos. Slo buscamos una buena historia,seal Ugarte. Como miembros del jura-do participarn Gerardo Naranjo, KyzzaTerrazas, Gael Garca Bernal, Diego Osornoy Yuri Herrera. En la pgina www.agen-ciabengala.com puede consultarse msinformacin.

    -Daniela Garca

    LA BIBLIOTECA DEL DOC SOLIS

    Ami padre, el DocSols, siempre leenorgulleci ver que regresabaa casa con alguno de sus libros dedicado.Disfrutaba enormemente que le contara lareaccin de los escritores ante las primerasediciones que metdicamente buscaba enrecnditos lugares de la ciudad de Mxico,Buenos Aires, San Antonio o Nueva Or-leans. Nuestras charlas siempre concluancuando el Doc colocaba nuevamente ellibro en su biblioteca y acto seguido recibaun abrazo grande de l, acompaado deuna sonrisa donde sin mencionarlo medaba a entender que algn da ese libro

    podra ser mo. El Docfalleci hace algunosaos. A la familia nos leg mucho ms queuna impresionante coleccin de libros; sinembargo es fecha que sigo sin consumarel atraco para tener La Tumba o De Perfil

    en mi biblioteca personal; lo anterior nose debe a rencillas de herencias familiaresentre mis hermanos o a otro tipo de ca-lamidades igualmente complicadas. Lacuestin del por qu no pude hacerme delos volmenes es simple y bella. En con-senso con mi madre, el Docdecidi antesde morir donar a su amada UniversidadAutnoma de Nuevo Len su bibliotecaliteraria y psicoanaltica; de esta ritual ma-nera mi padre terminara de consolidar supensamiento liberal humanista, no slo

    otorgando novelas insignes de la narrati-va mexicana contempornea a la UANL,sino donando volmenes tan trascenden-tales como la primera edicin de Fervorde Buenos Aires con correcciones a mano

    del propio Borges y dedicada por el insig-ne autor argentino al pensador domini-cano Pedro Henrquez Urea. Jams meatrevera a retirar mis amadas novelas delAgustn de la coleccin de mi padre. Todoha concluido: La Tumba y De Perfilahorason patrimonio pblico universitario. LaTumba fue terminada de imprimir en lostalleres de la editorial Novaro el 15 de juliode 1966; en das pasados cumpli 47 aosde vida. Espero que cuando celebre sus 50pueda encontrarme con el ondero univer-

    sal nuevamente, y ahora s poder tomarnosunosChivas. Para esta ocasin tendr que iral Acervo-Coleccin Hernn Sols Garza dela Biblioteca Magna Ral Rangel Fras dela UANL y pedir un permiso especial para

    que me permitan sacar la novela La Tumbacon el objetivo de que el autor la dediquepor tercera vez. Posteriormente regresarcon mi hija Almudena al acervo universi-tario, caminaremos en la coleccin explo-rando los libros de su abuelo y finalmentecolocaremos conjuntamente La Tumba ensu estante. Sucedido esto, me sentar conella en el divn donado por mi madre, y lecontar esta ancdota de cmo nunca puderobarle un libro a mi padre.

    -Jos Luis Sols

    COMO UN CINE NORMAL

    Caminando por el centro de laciudad me topo con el mtico

    cine Aracely. Coneso que siemprehaba escuchado hablar de l peronunca lo haba tenido enfrente, por loque decido sacar la cmara de la mo-chila y tomar algunas fotos. De pron-to, un hombre robusto y de barba decandado sale de una puerta de cristal,

    se para en la orilla de la banqueta yme hace un ademn levantando lasmanos y parando el cuello; como pre-guntando Qu quieres?. Guardola cmara en el bolsillo de la camisa,cruzo la calle y me acerco extendin-dole la mano, explicndole que las fo-tos son para una pequea crnica quesaldr la prxima semana en un pe-ridico: Un artculo en el que hablosobre construcciones emblemticasde Monterrey. Ah, perdn, pero esque uno ya no sabe las intenciones dela gente, compadre, me dice, serenoy sonriente; y entonces entramos enconanza.

    El hombre Hctor, se llama medice que el boleto de entrada cuesta60 pesos. El precio lo conrma unacartulina anaranjada con plumn ne-gro que est pegada en el vidrio de lataquilla. Abrimos todos los das: lossbados de 10am a 10pm. Es como uncine normal. Hctor recalca siemprela palabra normal, como si con estolimpiara la reputacin de los cines deeste gnero. Tenemos una dulcera,como los cines normales, pero obvia-

    mente las medidas de higiene de lasala son mayores. Preero no ahon-dar en eso de las medidas de higie-ne, pues supongo a lo que se reere,y me limito a sonrer.

    Hctor tambin me platica quelleva varios aos trabajando ah, yque siguen conservando los proyec-tores de 35mm unas reliquias quehan de valer una lana, a pesar deque la mayora de las pelculas queproyectan ya son en formato DVD.

    En eso, el telfono de la taquillasuena. Hctor me pide que lo discul-pe. Mete la mano por una abertura ysaca el auricular. Cuelga minutos des-pus. Si quieres otro da te doy un rolpor adentro, ahorita ya me tengo que

    ir a unos mandados, compadre. Note preocupes, le digo. Te agradezcomucho tu tiempo. Antes de estrecharsu mano para despedirme, me diceque quienes acababan de llamar sonlos dueos del cine: Es una pareja deviejitos. Unas reliquias: como los pro-yectores. Remos. Cruzo la calle y mequedo con la imagen de una pareja dems de 70 aos usando ropa de ltex yltigos negros.

    El Aracely es de los pocos cinesporno que sobreviven en la ciudad.Est ubicado en la calle Isaac Garza,casi esquina con Villagmez, en elcentro de Monterrey. Lo rodean edi-cios de fachadas desgastadas -algu-nas baleadas- y salas de masajes concalambre. Tambin varias leyendasurbanas. Una de ellas dice que si vassolo y alguien se sienta en la butacade enfrente, te est invitando a te-ner sexo; otra cuenta que los nes desemana el cine permanece cerradoporque hacen orgas. Cuando le men-cion esto ltimo a Hctor, se ri y loneg; aunque la cuenta de Twitterdel cine @CineAracely, creada el 25

    de mayo y abandonada el mismo da,parece decir lo contrario.Me acuerdo que hace ms

    de 20 aos los peridicos todavapublicaban entre sus pginas unalarga lista de pelculas pornogrcasen exhibicin; incluso ms larga quela cartelera infantil, que se limitaba alas matins de dibujos animados delTeatro Montoya.

    Lo recuerdo porque a esa edadme llamaban mucho la atencin losnombres de estas salas Sala Rex,Cine Chaplin, El Adelita, Cine En-canto, Vistarama, Lrico I y II y laspelculas que proyectaban: ColegialasArdientes, Sexorama 2000, La Gua-rra y el Vagabundo, La Ninfmana

    que se vino del Espacio, por mencio-nar algunas. Tambin me llamabala atencin que a estas pelculas lespusieran tres letras equis, que para meran tachitas y las relacionaba conlas tachas que pona con tinta roja mimaestra en los exmenes para los queno haba estudiado muy bien. Por lotanto, en mi cabeza deduca que lastachas tambin eran algo malo enel mundo de los adultos; algo prohi-bido pero permitido al mismo tiem-po. Un misterio inquietante para miedad.

    Hasta que un da dejaron de pu-blicar la lista de pelculas porno enlos dos peridicos que haba en eseentonces, a pesar de que los cines se-guan funcionando. Imagino que fuecuestin de negocios y de doble mo-ral, defectos que siempre han carac-terizado a esta ciudad. Segn Hctor,los cines porno dejaron de ser negociocuando empez el auge de las ante-nas parablicas, los establecimientosde renta de videos y la piratera, poreso muchos cerraron; pero eso paraEl Aracely fue una ventaja, pues ha-

    ba menos competencia. Hasta que sedesat la ola de violencia y los cinesporno no fueron los nicos negociosque se vieron obligados a cerrar, puesmanzanas enteras de zonas comercia-les se convirtieron de un da para otroen pequeos pueblos fantasma.

    Pero El Aracely ha sobrevivido.Segn Hctor, nunca ha cerrado suspuertas, aunque acepta que ha baja-do la auencia de clientes. El Aracelysigue de pie, a pesar de las nuevastecnologas, las crisis econmicas y laviolencia. El Aracelysigue ah, rodea-do de abandono; recordndonos quehubo un tiempo en que esta ciudadera menos mocha y un mejor lugarpara vivir.

    -Por Guffo

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    La carrera del Comandante Pi-nal comenz en el taller deimprenta del peridico El Norte. Alldescubri que andar en bicicleta le eraindispensable para disfrutar su da ada. En aquel empleo ley con avidezlas columnas y crnicas policiacas dela ciudad, por lo que poco a poco se fueenamorando de la labor que hacan los

    hombres y mujeres uniformados paraproteger el bienestar de los civiles. Du-rante un ao se mantuvo trabajandocon las imponentes prensas del peri-dico antes de ingresar a la academia depolica. En 1997 fue testigo de la inicia-cin del servicio que ahora presta comouno de los ociales con ms experien-cia en la polica de la capital de NuevoLen.

    Por ser un hombre de accin, sesinti poco satisfecho al principio de sureclutamiento. Notaba que algo hacafalta en su vida. Descubri que esto sedeba a que le fue asignada una laboren la que se mantena esttico. Como sien lugar de ser ocial fuese un guardia

    de seguridad. Aunque fuese un novatorecin ingresado, saba que un puesto deesa naturaleza no era compatible con sucarcter, lo que le hizo pedir su transfe-rencia a un servicio ms dinmico.

    Intensidad en las calles era lo que leesperaba; en la cuarta compaa dio unsalto: de trabajar de vigilante a metersede lleno en la deteccin y detencin delcrimen, militando en el grupo encarga-do de las operaciones anti pandillas enlas colonias del rea metropolitana. LaSeguridad Extrema no es algo que de-seara cualquier uniformado, pues sig-nica enfrentarse a una parte de la po-blacin que ms que un par de aos traslas rejas, necesita una aproximacin de

    dilogo. La polica de proximidad nollegara sino hasta aos despus, trasdarse cuenta la institucin que al sloencarcelar a los delincuentes y permi-tir la corrupcin dentro de sus las, se

    creaba enemigos dentro de la propiaciudadana. Pero el comandante apren-dera eso mucho tiempo despus de susprimeros das en la bicicleta.

    II

    Un pequeo cuarto de concreto hasido testigo de la evolucin de El Ba-rrio Antiguo y ha resistido al combateurbano entre autoridades y comandosdel crimen organizado. Padeci la mis-ma degradacin y abandono que losCondominios Constitucin, los restau-rantes locales y los lugares de reuninde los jvenes regiomontanos. Estapequea caseta de vigilancia carecede ventanas, cuenta con protectoresdobles de forja, y en una ocasin fuerediseada para que contara con unasola puerta que diera cara a los Condo-minios Constitucin. Estas medidas deseguridad se implementaron despusde un ataque con explosivos en contradel pequeo edicio durante los dasms violentos en la ciudad. Dentro deesas cuatro paredes sobrias hay unascuantas sillas plegables, dos escritoriosbastante castigados por el uso y unasceldas que en tiempos ms paccos seusaban para contener a los buscaplei-tos y borrachos problemticos de lascalles aledaas. Este reducido espaciosirve ahora como improvisada habita-

    cin para que un grupo de jvenes po-licas dormite una o dos horas durantesu turno de 24 horas. En ocasiones, ago-biados por el calor, los ociales inclusopreeren descansar en el techo de laedicacin, tratando de captar una queotra brisa fresca que les regale el inmi-sericorde clima regiomontano.

    Los distintos acentos de los policasestn acompaados en todo momentopor el zumbido del trco de la aveni-da Constitucin y las claves del cdigomilque salen con un tono elctrico delradio que se maneja hora tras hora. Elacento del sur y centro de Mxico senota a leguas cuando uno habla conestos servidores pblicos. Pero el da detrabajo para estos uniformados no co-mienza en el barrio, sino en una forta-leza que no tiene nada que ver con lahumilde pero funcional caseta de losCondominios Constitucin. El parqueAlamey, donde se encuentra el cuartel,ha cambiado varias veces durante suexistencia. Fue fundado en 1979 comoun parque de diversiones el cual eramuy frecuentado por las familias re-gias. Con el paso del tiempo cay en elabandono y se convirti en el esconditepredilecto para ladrones y pandilleros.La tragedia que termin por cerrar elparque fue el asesinato de una joven

    en 1987; su cuerpo fue encontrado jun-to a una de las pirmides de la extensapropiedad. Largos aos pasaron hastaque en ese lugar se estableci el cuartelgeneral donde la polica pasa lista.

    Por la puerta de la caseta entraun hombre alto y delgado, de miradainquisitiva. Se trata del ComandantePinal, que ha llegado a organizar a losociales bajo su mando para empezarel patrullaje. El rea dominada por es-tos policas en bicicleta se llama C18 yse extiende desde Flix U. Gmez hastaJuan Zuazua, sumando unas cuadrasextra que sus superiores les han con-ado gracias al buen resultado que hatenido su esfuerzo para mejorar la segu-ridad. Comienza el movimiento. Las bi-cicletas se alistan, las ltimas tuercas seaprietan, y para mi sorpresa, el Coman-dante toma un casco de ciclista y meseala que l mismo me acompaardurante el recorrido. Temo que mi no-vatez al volante de una bicicleta retraseel patrullaje de los veteranos.

    III

    Con un impulso y una corta pero

    potente descarga de adrenalina, el o-cial comienza su recorrido al bajar consu bicicleta por una rampa de tierra quese ha formado en las derruidas escale-ras de un pequeo parque cercano a lacaseta de polica, ese modesto ediciocontiguo a la avenida Constitucin. Elritual marca la entrada diaria del brazode la ley al clido laberinto que son losCondominios Constitucin. Quien leda la bienvenida a estos servidores p-blicos no es uno de los habitantes delbarrio, sino los sonidos, colores y aro-mas que les ofrece la ciudadela cultu-ral de Monterrey. La vida regres a ElBarrio Antiguo y hay un nuevo gru-po de policas que participan en la re-cuperacin de las calles para la gente.Aunque parezca extrao, poca gentehabla mal de ellos. Parecen tener unabuena aceptacin entre los vecinos.

    El camino nos lleva a travs de losapretados callejones de los Condomi-nios Constitucin. Los perros ladran alescuchar el sonido de las ruedas mien-tras un aroma a tierra y plantas recinregadas nos gua hasta la escuela y el

    jardn de nios. Este es el primer puntode vigilancia de la pareja de uniforma-dos. Adems del Comandante Pinal,me acompaa El marino, un ocial ta-maulipeco que antes de venir a Mon-

    terrey serva en la Marina Armada deMxico. Con la completa preparacinmilitar que recibi y su acin por lavelocidad en dos ruedas practicabaBMX como hobby all en Tamaulipas-es idneo para perseguir y localizar acriminales por el empedrado de El Ba-rrio Antiguo y el laberinto de los con-dominios, cosa que resulta imposiblepara una patrulla con equipo pesado.Es por esta razn que este modelo deaproximacin al crimen no funcionaraen zonas ms peligrosas del rea metro-politana; al trabajar en bicicleta el poli-ca intercambia su propia seguridad porla capacidad de maniobrar ms fcil-mente por espacios estrechos o en luga-res inaccesibles para un automvil.

    Adems del joven ocial que meacompaa, para nales del ao 2012llegaron a la Sultana del Norte 504elementos de la marina con el n decrear el nuevo cuerpo municipal dela ciudad, esto despus que la pobla-cin dejara de creer en la Polica Re-gia sobre todo por la fama que tena lainstitucin de caer en la corrupcin. Ala presentacin de la nueva fuerza deseguridad por la alcaldesa Margarita

    Arellanes le siguieron reacciones en-contradas. Por una parte parecera quela gente confa ms en el ejrcito comoinstitucin que en la polica, por lo quepodra darse una mayor cooperacincon las autoridades, pero por otro lado,el organismo Ciudadanos en Apoyo alos Derechos Humanos seal que loselementos navales carecen de capacita-cin para ejercer el ocio debido a quela experiencia en un ambiente civil esen ellos inexistente.

    Los sentidos de estos policas de-muestran estar siempre alerta desdelos primeros minutos del recorrido.Con movimientos lentos y miradaperdida, un hombre alcoholizadointenta levantarse del suelo; se man-tiene oculto a simple vista al dormi-tar entre dos autos a la sombra de unrbol, pero no escapa a la concentra-cin de mis acompaantes ciclistasla botella de jugo medio llena de be-bida embriagante que esconde a sulado. El Comandante y El Marino seacercan a hablar con el indigente de-mostrndole que van desarmados yasegurando al mismo tiempo que enla desgastada mochila negra no llevealgo con lo que pueda herir a alguieno a s mismo. Un tanto molesto, elhombre sube a la patrulla que lleg

    Viene de portada

    Adems delComandante Pinalme acompaaEl

    marino, un ofcialque antes de venira Monterrey servaen la Marina.Con la completapreparacinmilitar que recibiy su afcin porla velocidad endos ruedas practicaba BMXcomo hobby allen Tamaulipas-es idneopara perseguiry localizar acriminales por elempedrado deEl Barrio Antiguo

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    para apoyar a los de a bicicleta; comoa todo vagabundo que pueda agraviaral peatn o a los pocos negocios que semantienen trabajando, lo llevarn alicnico comedor del Padre Infante. Apesar de que corren rumores e historiassobre la manera en la que estos policashan despojado de sus pertenencias a al-gunos de sus arrestados o los han arro-

    jado a la celda en lugar de llevarlos alcomedor, ha sido imposible encontrar

    un rastro legal de este tipo de hechos.Esto es un problema de la sociedadme dice el Comandante Pinal mientrasve cmo se aleja la patrulla por la calleFelipe Berriozbal. Seala que aunquesu cuerpo combata la inseguridad y elcrimen, la situacin de los indigentesen El Barrio Antiguo es para l unacuestin a la que no le encuentra unn claro. A nadie parece importarle, ytampoco hay una dependencia que seencargue de atender a esta gente pro-nuncia antes de continuar pedaleando.

    IV

    Muchas y de distintas naturalezasson las situaciones que se presentan aestos policas en bicicleta: pleitos veci-nales, reportes de inquilinos ruidosos,autos abandonados que despiertansospechas, borrachos problemticos,asaltos a tiendas de conveniencia,cristalazos, vandalismo a propiedadprivada, atender a ciudadanos paraencontrar direcciones, cumplir el pa-trullaje diario e incluso convertir lacaseta en refugio temporal para pe-rros extraviados. Una vez una seo-ra nos pidi ayuda para cambiar unfoco me cuenta antes del patrullajeuno de los ociales, quien no puedecontener una sonrisa cuando lo dice.La mayora del tiempo lo que se lespresenta para resolver es rutinario,unas veces es agradable, y otros pocos

    casos son meramente ttricos.Nos movemos por una de las lti-mas calles de El Barrio Antiguo, es-peccamente por Raymundo Jardn,cuando me informan que nos deten-dremos a hacer una inspeccin a unacasa abandonada, donde hace un parde semanas se encontr el cuerpo sinvida de un indigente, presuntamenteasesinado.

    La fachada del edicio es semejan-te a las muchas casonas en abandonodel barrio: tiene la pintura desgasta-da, los detalles decorativos se empie-zan a caer, hierbas surgen victoriosasentre las grietas de la banqueta y losprotectores de hierro refuerzan ven-tanas sin vidrio. Lo nico que rompe

    con lo cotidiano es que en lugar de laspuertas antiguas de madera, el pasoes resguardado solamente por las cin-tas amarillas que sealan una escenade crimen con la directa leyenda NoPase. El marino me guiar dentrode la casa mientras el Comandantevigila las bicicletas que se quedantumbadas en el suelo a falta de dndeasegurarlas.

    La luz que entra por las ventanasslo tiene fuerza durante los dos pri-meros metros por los que avanzamos,luego todo es obscuridad. No s si Elmarino es supersticioso, pero por supaso constante no parece demostrar-lo; con la mano izquierda ilumina elcamino, mientras que en la derechalleva alzado y pegado a su cuerpo elbastn metlico que se usa en casode combates cuerpo a cuerpo. Avan-za de forma metdica, evitando lasmontaas de basura y superando laalfombra de desperdicios que cubreel suelo. Cubre cada esquina y rincncomo uno slo lo ve en las pelculas,dando vueltas cerradas en los pasillosy resguardando puertas para evitarser sorprendido por un atacante quenunca se deja ver.

    El segundo piso es menos catico. Uncuarto pequeo, que estara completa-mente vaco de no ser por un espejo deco-rado con estampas de futbol y de San JudasTadeo, da la bienvenida a un espacio queparece pertenecer ms un Sarajevo postapocalptico que a una casa en el centro deMonterrey. Una parte del techo se habacolapsado, lo que nos ayuda para ver laseccin que los indigentes usaban comorefugio; en una esquina hay un colchnrepleto de cables usb, monedas antiguasy cajas de chicles vacas. Debajo del traga-luz creado por el olvido, est instalada unaolla sobre un montn de carbn apagado.Aparte de esto no hay mucho ms, unacubeta aqu y all llena de instrumentosvarios y una caja llena de ropa.

    Ah lo encontramos, estaba bien hin-chado; al parecer cuando paso junto almarco de la puerta estoy pisando el mis-mo suelo donde aquel hombre fue encon-trado tres das despus de haber muerto. Eloficial avanza sin inmutarse.

    Tras guardar el bastn extensible, medi cuenta que pas por alto el hecho deque al oficial le faltaba algo que el civil es-

    pera ver como parte del equipo del polica:un arma de fuego.No le han dado el permiso de porte,

    me responde el Comandante cuando lecomunico mi duda mientras instintiva-mente se lleva la mano a su arma enfun-dada. Al parecer los trmites para posesiny porte son tambin un dolor de cabezapara los uniformados, no slo para los ci-viles. Aunque el trmite de porte lo debehacer Municipio con la Secretara de De-fensa, es el polica quien debe de acercarseal Estado para que sean dados de alta en la

    Plataforma Mxico y que as les apliquenlos exmenes de confianza correspondien-tes. Muchos de los oficiales de esta nuevadependencia patrullan acompaados de

    los contados elementos que sobrevivierona la depuracin de la Polica Regia y ques cuentan con el equipo correspondiente.

    V

    Los descansos que tenemos son decinco minutos, tiempo que a las cinco ymedia de la tarde me parece glorioso. Es-tos minutos que me sirven para tomaraire son en realidad para ellos paradasen puntos estratgicos para vigilar luga-res como tiendas de conveniencia, muygolpeadas por asaltos rpidos, sobre todoen el centro de Monterrey. Un buenastardes acompaado de una sonrisa hansido durante todo el da parte reglamen-taria del comportamiento de los ociales.Desde los pasillos alambrados de los Con-dominios hasta la calle Juan Zuazua, lagente parece reaccionar positivamentea los policas en bicicleta, la cual tal vezsea una de las razones de este ms fcilacercamiento. Hace un par de aos noera extrao para el neoleons sentirseamenazado o inquieto slo con estar enel mismo lugar que una camioneta llenade elementos de la Polica Regia. La con-anza me queda clara cuando, al ver alComandante Pinal recorrer las calles endos ruedas en lugar de en la unidad, unhombre de mediana edad le grita Qupas compadre, ya lo degradaron?!.

    De la labor urbana que fui testigocomo polica encubierto -de esta formame seal un hombre que descansaba enuna de las bancas de la Macroplaza-, slo

    una cosa me parece de dudosa legalidad,o por lo menos no ha de parecer correctopara alguna parte de la ciudadana. Unade las caractersticas de los ociales querecorren El Barrio Antiguo es que co-nocen, por lo menos de vista, a la granmayora de los residentes y dueos de ne-gocios, debido a que cumplen con largosturnos de servicio y su rea de trabajo esbastante reducida y especca. Por estarazn los ociales detienen sus bicicletaspara revisar a un par de individuos porparecerles sospechosos, lo que a mis ojosno se present como algo fuera de lugar.El primero en ser revisado fue un jovende unos 20 aos de edad. Llevaba unamochila negra pero no traa consigo suidenticacin, lo que aument la sospe-cha de los policas. Una hora despus y

    a varias cuadras de distancia la revisinde rutina se le aplic a un hombre de me-diana edad el cual nunca haba sido vistopor los de a bicicleta. El Comandante meexplica que estas revisiones las hacenpues que los representantes de la ley seles acerquen repentinamente pone ner-viosos a los asaltantes y carteristas, lo queha logrado que sean detenidos crimina-les minutos despus de sus atracos, unasveces incluso confesos. El conicto queencuentro es: Qu pasa con quienes soninocentes de todo delito? Estas revisiones

    por sospecha aparentemente violan el ar-tculo 16 de la Constitucin, el cual dictaque ninguna persona puede ser moles-tada en su persona sin una orden escrita

    de la autoridad competente. Pero si a lavez esto ha sido parte de que en barriose haya reducido la criminalidad, cmoafectara a la lucha contra la inseguridadque los uniformados dejasen las revisio-nes? y, cul sera la postura de los bene-ciados por esta medida, como lo son loshabitantes de El Barrio Antiguo y Con-dominios Constitucin?

    No creo que yo pueda responder aeste debate, as que al n decido seguir pe-daleando. El calor ha sido vencido por elviento que traen consigo las nubes grises,y ya domina en la ciudad el ambientehmedo que se hace sentir antes de lalluvia.

    El 26 de mayo del 2008, en el DistritoFederal dio inicio el programa de la poli-ca de proximidad con el n de fomentar

    la participacin ciudadana al estrecharla relacin entre el civil y los elementosuniformados. La distribucin de esta po-lica es por cuadrantes. No slo en el dase hace notar el esfuerzo por dialogar conla gente, durante la noche que se vive enEl Barrio Antiguo queda trabajo porrealizar. Aunque la delincuencia y laviolencia ya no son las que se vivieronhace un par de aos, el polica debe deestar alerta para cualquier eventualidad,tanto por su seguridad como para cum-plir con la misin de hacer del barrio unlugar seguro; con lo que normalmente setopan los ociales hoy en da es con per-sonas alcoholizadas bebiendo en la calleo creando problemas. Puede que la inclu-sin de esta polica de proximidad como

    estrategia de combate a la delincuenciasea parte de la disminucin general enactividades criminales que la alcaldesacomunic a nales del ao pasado, mis-ma disminucin que neg se debiese a laentrada de la Marina al cuerpo policiacoy atribuy a la buena coordinacin exis-tente entre los tres niveles de gobierno.En lo que s coinciden los ociales en bi-cicleta y la alcaldesa de Monterrey es quese debe mantener el trabajo en las calles yno conarse de lo que dicen los nmerosde las estadsticas.

    En Mxico se est planteando la posi-bilidad de crear una gendarmera nacio-nal con cinco mil elementos, inspiradaen la gendarmera francesa, de corte mi-litar pero que patrullara en las ciudades,realizando labores policiacas. Aunque al

    respecto, han llovido crticas asimilndo-la a las brigadas fascistas que represen-taron en algn momento los carabinierichilenos.

    De vuelta en la caseta no me quedams que preguntarle al Comandante Pi-nal qu futuro pronostica para El BarrioAntiguo y su gente. Con los brazos cru-zados, recargado contra una de las mesasplegables y con una sonrisa, dice al nEsto va parriba, como se expresa el re-giomontano cuando est convencido deque el porvenir ser ms brillante.

    Una de las

    caractersticas delos ofciales querecorren El BarrioAntiguo es queconocen, por lomenos de vista,a la gran mayorade los residentesy dueos denegocios, debidoa que cumplen

    con largos turnosde servicio y surea de trabajo esbastante reduciday especfca

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    EL NIO DE LA CUATRIMOTOPASEA EN SANTA CATARINA

    Nosotros los de entonces ya no somos los mismos?POR MARGARITO CULLAR

    Hace un calor de la chinga-da en la ciudad. Es sbado yni modo de irse de rol: no esquincena. Aunque eso de

    irse de rol es asunto del pasado, cuando enquincena o como se llamara el da, luz y os-curidad eran lo mismo.

    Mientras corrijo mi novela El enano yyo, pasa una unidad de Proteccin Civil. Ah,nuestras fuerzas de lite, libres de la tentacindel robo, la usura y el abuso de autoridad? Nisiquiera se sabe si tienen rostro. Traen unostrajes como de astronauta y atrs de esos len-tes negros debe haber un par de ojos.

    Y atrs de ese casco unas orejas. Y en esabola de sesos no s qu. Quiero pensar queno son nebulosas tan oscuras como las de laantigua Polica Regia y de los encargados delorden de otros municipios, Santa Catarinaentre ellos, que no pocas veces entregaban alos detenidos, sobre todo si eran jvenes, a susotros jefes: la maa. Ahora mismo que corrijoestas notas veo que dos pilotos de la FuerzaCivil subieron a unas morras al helicpterode la corporacin. Medina dice que no, quelos batos trabajan para una empresa privada.En las fotos de Facebooklas chicas lucen son-rientes en las alturas.

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    Pasa una cuatrimoto con treshuercos. El mayor tendr ochoaos, el de en medio la mitad y el mschavo dos. Pasan vertiginosos por lacuadra.

    Vivo en una colonia de dos cua-dras cuyas calles se llaman lamo, En-cino, Araucaria, Cerdea y Sicilia. Estoes a orillas de lo que en otros tiemposfueran los linderos de la Hacienda debregos, hoy La Fama. Una congrega-

    cin que en los tiempos en los que Je-ss Salvador Esparza era un aguerridoopositor al cacicazgo de la CTM quisoindependizar llamndola RepblicaIndependiente de La Fama.

    En el corazn de La Fama naci en1854 la que fue la primera industria deNuevo Len: la Fbrica de Hilados yTejidos La Fama. Frente a los vestigiosde la antigua edicacin, que se quemen 1895, est todava un portn que res-guarda la ltima morada textilera.

    De la Estacin ms prxima a laFama hasta la Fbrica se extenda unavalla de nios y nias de las escuelasociales del Municipio de Santa Cata-rina y de la escuela especial que la F-brica sostiene por su propia cuenta. Lasnias llevaban banderas tricolores y losnios presentaban las armas al paso dela comitiva presidencial. Al comienzode la formacin se levantaba un her-moso arco triunfal, dice una crnicade poca respecto a la visita que hicie-ra Porrio Daz a la fbrica textil en di -ciembre de 1898.

    Lo que antes eran las casas de misvecinos forman de jueves a domingouna especie de mol del taco, con todo loque ello signica: multitudes vidas dedarle gusto a la panza, un arroyo de gra-sa por la calle, basura, trocas chillandollanta, olores a tacos de trompo, carnechamuscada, barbacoa, salsas con loscolores de la ensea patria, humaredas,pollos descuartizados, chicharrones,burritos, hamburguesas, colesterol para

    llevar o comer aqu.Alzo la cabeza para ver a los de la

    cuatrimoto, que llevan ya un rato sinpasar despus de dar como diez vueltas.Pasan tan rpido que de primero no al-canzo a identicar la msica. Entre ran-chera y corridos. Despus de parar lasorejas me doy cuenta que oyen msicanortea pero como de Sinaloa, Sonorao de por aquellos rumbos. Pienso queson muy chavales para or esa msica.Igual, la msica no tiene edad, las ge-neraciones crecen rpido y reproducenlos hbitos de sus padres, hermanos,tos, padrinos.

    Si estiro la cabeza un poco puedo verla caja de agua. La construyeron los ve-cinos de la colonia Protexa hace mediosiglo. Parece un cohete que no despeganunca. Ahora la cuatrimoto slo cargaal mayor. La rola es la misma de hacerato: La Hummer de Sonoyta. Canta ElTigrillo Palma. A todo volumen, paravariar: Un Hummer sali cargado/del desierto de Sonoytaaa , ademscuatro suburbans/ bien retaacadas de

    mota,/ dicen que iban con el gero / elde Phoenix Arizona.

    El depsito de enfrente ya abri.Estuvo cerrado unos das. Casualmentedurante los das en que hicieron unarevisin de depsitos, cantinas y girosnegros en Santa Catarina. Cerca hayuna Farmacia del Pueblo con la msicaa todo volumen. A veces tienen ede-canes que ensean hasta el alma. Hoyno. El alma de una edecn tiene mucho

    que ensear. Quin se va a poner mora-lista a estas alturas de la vida. Las almasgenerosas no vinieron hoy, pero la m-sica estruendosa s.

    Cundo lleg la modernidad a estepueblo? En los aos 90? Con el siglo21? Cuando llegu a vivir aqu, Ana sepona verde si le deca que por qu noshabamos venido a vivir al monte. Y esque lo primero que vi en 1984, cuandopis por primera vez las calles de LaFama, fue un maizal a un lado de laJohn Deere, donde a los pocos aos cre-ci una Soriana. Lo deca por molestar.Quin era yo para burlarme de esasverdes matas si era nativo del Valle delMaz?

    Yo creo que la modernidad no hallegado, aunque a la salida de Santa Ca-tarina, o a la entrada, segn por dndese les vea, un pequeo ejrcito en aspasde camisa transforma el aire en ener-ga elica. Pero aunque la modernidadno haya llegado ahora hay farmaciasBenavides, Oxxos y Sevens por todaspartes. Bancos, un paseo comercial yescuelas privadas. Y los fraccionamien-tos y las altas torres y los comercios, conValle de Reyes y sin Valle de Reyes,terminaron devorando los brazos de laSierra Madre Oriental, Huasteca afuera.

    El nio de la cuatrimoto vuelvea pasar. A un lado del cohete que nodespega hay otro depsito-carnicera-tienda de abarrotes. La viuda que loatiende perdi a su marido en una ex-traa persecucin en Gonzalitos. Todo

    acab cuando la camioneta en queviajaba con un amigo qued calcinadamientras eran perseguidos por-no-se-sabe-quin. Uno de los ayudantes de lamujer, estuvo una temporada en la cr-cel por cambiar los cortes de carne porla entrega de mercanca o el halconeo.A veces vena a traer algn garrafn deagua.

    Muy cerca est El Blanqueo, mu-seo cuya vocacin es la historia y laindustria, hecho con dinero de losIndustriales del Poniente, puesto encomodato en la administracin de Ar-turo Ayala Martnez y manejado porun patronato. Ahora es un cascarnen el que despacha el escritor GersonGmez. Despacha es un decir. El alcal-de Vctor Prez le dio un puesto, por asdecirlo, honorco, pero sin presupues-to qu ejercer y sin equipo de trabajo.O bueno, yo era su equipo de trabajopero simplemente me pusieron de pa-titas en la calle sin explicacin de pormedio despus de estar un par de me-ses como asesor de cultura.

    La ltima exposicin de El Blanqueo,

    que contena obras de emisiones pasadasde la Resea de la Plstica, fue desmonta-da por Marisol Castro, directora de Cultura,un da despus de haber sido montada.

    Otra vez La Hummer de Sonoyta yel nio de la cuatrimoto, puedo escucharcon mayor atencin la letra:

    Ese gero es muy valientey trabaja bien pesadocon gente de Californiade Detroit y Chicago,anda en puras trocas nuevaspor supuesto bien armado.

    Frente al Blanqueo todava est ElTexano, depsito en el que el seis de sep-tiembre del ao pasado mataron a trespersonas.

    Hace dos semanas que levantaronal de los tacos de al lado. Se pona por las

    maanas frente al Pollito, quien proveede piatas y dulces a La Fama y sus alre-dedores.

    En el gimnasio que est el frente hicemi debut hace ms de diez aos, cuandosal del closet de los sedentarios. Nada hacambiado. Los aparatos y el entrenador

    son los mismos. Yo he ido y venido, no ssi soy el mismo o no, creo que no, aunqueno s si para bien o para mal. O que lo des-mienta el poeta Pablo Neruda: nosotros

    los de entonces ya no somos los mismos.O Herclito: nadie se baa dos veces en elmismo ro.

    Me asomo a la ventana. Estoy empa-pado de sudor pese a que el abanico esten su nivel de mayor fuerza. Me deslum-bran lo que parecen ser unas enormes alasde piedra, una cabeza, es el Pico del gui-la erguido sobre el Cerro de Las Mitras. Sihago un esfuerzo mayor y me estiro unpoco ms asoman las manchas de casas decolonias como Carlos Salinas de Gortari, LaFama 3, Lomas del Obispo, San Pedro 400,Famas 2 y 3, y hasta los enormes huecosde la piedra robada al cerro durante aos.

    Aparte de la otra violencia, en SantaCatarina se dieron el ao pasado un nadahonroso 30 por ciento de casos de violen-

    cia intrafamiliar denunciados. Respectoa la otra violencia las cosas se han cal-mado un poco. Hasta el ao pasado nocesaban persecuciones, fusilamientos,ejecuciones, levantones, robos a casashabitacin. Y es que la maa se haba me-tido hasta la cocina.

    Hago las correcciones finales a estasnotas y veo el impacto de la detencin delZ-40. Ese bato tena a mucha gente bajo sumando aqu. Ya se va a meter el sol y elde la cuatrimoto no volvi. Se estaba vol-viendo parte de este paisaje de karaokes atoda marcha, tumultos en el mol del taco,veloces camiones de transporte, polvo dea madre y un calor de la chingada. Hastalas notas del Tigrillo Palma se quedaroncolgando del aire caliente, que ya nada

    ms le falta bufar para ser animal:Su compadre lo acompaa

    porque es su fiel compaeroson igual de enamoradosy tienen mucho dinerosus gustos son las mujeres,las armas y carros nuevos.

    Yo creo que lamodernidad no hallegado, aunque ala salida de SantaCatarina, o a laentrada, segn pordnde se les vea,un pequeo ejrcitoen aspas de camisatransorma el aire enenerga elica

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    Naes tiene en su voz el tim-bre entusiasta tpico del va-quero. Cuenta que el primer propie-tario del Far West Rodeo, FernandoTorres, acudi a l y a su hermano en1994 para que ambientaran el nuevorodeo de Monterrey.

    Las satisfacciones ms grandesque se llevan en la memoria es cuan-do la raza grita... o cuando se hacen

    parejas que aqu se conocen y regre-san en seis aos para que le pongasla cancin con la que se conocieron.Te piden: oye ponme la de Pilares deCristal que con esa cancin conoc ami novia y ahora es mi esposa y ten-go tres hijos con ella...

    Historias similares son las queguarda Luis en su memoria. As comolas dos ocasiones en que pudo tomar-se fotografas junto a Selena, la reinadel tex-mex, quien fue asesinada tresmeses despus de una presentacinen el Far West Rodeo. A Luis lo im-pact su manera de irradiar felici-dad en el escenario. Naturalmente,en aquellas dos presentaciones, el

    rodeo jams haba estado tan lleno,que es mucho decir en un lugar endonde caben 4 mil personas. Pero loque ms le gusta al animador es in-citar a la raza a bailar. Luis concedelas canciones que el pblico le pidesin dudarlo.

    Siendo pocos quienes trabajanen el Far West desde sus inicios, escomplicado encontrar testimoniosque relaten lo que sucedi durantela captura del narcotracante Carlos

    Partida El Partida el 19 septiembredel 2009. Noto que a Luis le incomo-da hablar de aquella noche en dondesegn la nota publicada por el diarioEl Norte se incautaron cinco armas,dos kilos de mariguana, 350 dosisde cocana y 80 dosis de enervante.Segn relata, los hechos ocurrieroncon tal sigilo que ni se dio cuenta delo que estaba sucediendo en ese mo-mento. A pesar de haber sido un ope-rativo militar, el animador dice norecordar quines entraron aquel daa aprehender al narcotracante.

    Qu pensaste cuando te ente-raste?

    En ese momento pasaban tan-tas cosas en todos lados que pues nosabas qu pensar, y como uno ni espolica ni nada de eso, no puede ha-cer nada.

    Cuando me dirijo a conversar conlos encargados de la seguridad del lu-gar, me sorprendo de sus edades. Tie-

    nen menos de 26 aos y menos de unao de trabajar dentro del rodeo. Dehecho, no hay ninguno de seguridadque tenga toda la vida trabajandoen el Far West Rodeo. Y es que siem-pre ser difcil estar encargado dela seguridad, pero lo es ms en unaciudad en donde la vida nocturnaqued prcticamente destruida, conexcepcin del idlico y blindado SanPedro Garza Garca. Por precaucin,los dos jvenes guardias no dan susnombres. Me cuentan que desde quetrabajan ah, lo nico a lo que se hanenfrentado es a los tpicos borrachosque se pelean. Hay que cuidar de nocalentarse con los insultos. Cuen-tan que a veces tienen que soportar

    amenazas:Ya sabes, te dicen: no sabes

    quin soy... yo soy de aquel crtel odel otro, y pues uno se queda pen-sando, qu tal que si es cierto, unonunca sabe.

    En un lugar donde los crteles dela droga han arrasado con muchasvidas, a los imprudentes les parecebuena idea amenazar en nombre deellos. Sin embargo, hace tiempo queno tienen que separar a nadie afortu-nadamente. Los jueves en promedioasisten mil 500 personas mientrasque el sbado mil o mil 200. Cuandose tom la decisin de slo abrir dosdas, tuvieron que hacer un estudiode cundo asistan ms personas ydescubrieron que los jueves y lossbados tenan ms clientela. La de-cisin se tom en 2009, cuando Sal-vador Guajardo se hizo propietariodel Far West Rodeo, luego de que losdueos lo vendieran a causa de laaprehensin del narcotracante den-tro del local.

    El empresario Salvador Guajardoexplica las medidas de seguridad quese tomaron despus del incidente.Adems de prohibir las minifaldas,porque nunca falta algn borrachoque quiera propasarse, Guajardoles pide a las bandas que amenizanlos jueves y sbados que no toquennarcocorridos. Piensa que la msicaque habla de violencia genera ms

    violencia. En el Far West se escu-chan canciones norteas y texanas,pero de corte romntico. Sin embar-go, ahora son mucho menos estrictoscon la vestimenta porque antes delao 2000 ningn hombre poda en-trar sin botas ni sombrero vaquero.

    Le pregunto a Salvador si supode aquel jinete, Jos Hiplito Ibarra,quien cay del toro y muri en el es-tacionamiento del Far West Rodeoen diciembre del 2001. Me comentaque antes los jinetes venan con me-nos seguridad. Bromeo sobre lo locoque debes estar para montar un torode 800 kilogramos. Nombre -medice- a esos les puede pasar una peleade perros entre las patas.

    Lo curioso es que el rodeo fueun proyecto nacido de dos personasacostumbradas a vestir siempre detraje y corbata, alejados completa-mente del mundo vaquero. Uno esJavier Gonzlez Pars - hermano delex gobernador Natividad GonzlezPars- quien apoy al empresarioFernando Torres cuando lo invit acrear un rodeo como los que l habaconocido en el sur de Estados Unidos.No es que no hubiera sit ios semejan-tes, pero ninguno con la calidad delos del pas vecino. As han pasado19 aos y a pesar de que el lugar hacambiado de dueo tres veces, el FarWest Rodeo sigue siendo punto de re-ferencia obligada en Monterrey.

    La gente, principalmente muje-res, comienza a aglutinarse mediahora antes de las nueve debido a queles cobran 25 pesos. Se ven mujeresde todas las edades, desde universi-tarias que quiz acaban de salir declases o incluso seoras junto conamigas que decidieron darle un giro

    al cafecito de las tardes. Incluso haymesas reservadas para aquellos quecumplen aos y a quienes Luis Na-es, el animador, no olvida felicitarah por eso de la media noche, cuan-do ya todos estn con la disposicinde felicitar a quien sea.

    Mientras ms platico con losclientes, me percato de lo ajeno quesoy al mundo norteo. La msicade Intocable, Bobby Pulido, EmilioNavaira, El Recodo, Pesado, DavidOlivares y un sin n de bandas nor-teas y texanas, se van intercalandoa lo largo de la noche. Parece que soyel nico que no puede distinguir ladiferencia. Me acerco a una joven-cita cuyo nombre es Wendy. Ella ysu amiga, quien platica con un va-quero, me explica que asisten al FarWest Rodeo desde hace tres aos.De hecho, los padres de Wendy so-lan ir a bailar ah cuando eran ms

    jvenes. Parece que el gusto por lamsica nortea es algo que se trans-mite genticamente. Siguen yendo abailar porque es un lugar tranquilo yespacioso, donde se puede platicar y

    bailar. La mayora de los antros, meexplica Wendy, siempre suelen estartan llenos que resultan incmodos.Cuando pregunto por las diferenciastcnicas entre la msica nortea y lamsica texana, las amigas se quedanpensando.

    Siempre serdicil estarencargado dela seguridad,pero lo es msen una ciudad

    en donde la vidanocturna quedprcticamentedestruida, conexcepcin delidlico y blindadoSan Pedro GarzaGarca

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    Creen que la diferencia es quelos norteos utilizan mucho ms elacorden. No obstante, sin ningunadicultad saben reconocer la cancin

    texana que suena en ese momento.El rodeo, es decir, el espectculo

    donde los vaqueros montan caballossalvajes y lazan novillos, es de origentexano, sin embargo, la msica se ges-t en las dos partes de la frontera. Laparte sur de Texas fue la que origin amsicos como Bruno Villarreal, Nar-ciso Martnez y Valerio Longoria. Al-guna vez, el msico Roberto Pulido,mencion que la gran problemticaque enfrentan los msicos texanoscomo l es el rechazo por parte del p-blico mexicano por el simple hechode haber nacido del otro lado del ro.Y es que para los texanos siempre fuems difcil posicionar su msica en el

    mercado mexicano.De la frontera mexicana, el m-sico creador de la cumbia nortea esBeto Villa, oriundo de Nueva Rosita,Coahuila. Para l, la diferencia entre lamsica nortea y la texana es sencilla.No sin irona responde con un vocabloingls que la nortea tiene feeling.La mera palabra demuestra que inclu-so los mismos msicos no explican conprecisin las diferencias. El socilogoy profesor de Universidad Regiomon-tana, Jos Juan Olvera, quien ha estu-diado ambas expresiones musicales,

    estableci lo siguiente: Es imposiblehacer un resumen de las diferencias ysimilitudes (...) en este engaoso juegode espejos cada quien toma los ele-mentos de identidad que puede aco-modar mejor en su trama narrativao la reacomoda para poder incluirlossegn la posicin en la que est.

    Sin embargo a David, estudiantede derecho, parece no preocuparle lasdiferencias tcnicas. Lo cierto es que

    tambin reconoce sin ningn pro-blema las canciones. l y sus amigosestn ataviados con el tpico atuendovaquero. Botas, cinturn con hebillaostentosa, camisa con cuadros y som-brero desaante. Pero no, no siempreson as. El Far West Rodeo les otorgaa los hombres la oportunidad de con-vertirse en su lter ego: un vaquero.Algunos caballeros se desplazan conesa tpica pose de perdonavidas espe-rando ligarse a alguna vaquera queest sedienta de baile. Aunque Davidy sus amigos dicen que los verdaderosvaqueros se dedican a criar y a mon-tar caballos, y que nadie se vuelvevaquero por el simple hecho de venircon intenciones de serlo. Ni modo.

    Lo mismo me dice Mnica quepreere no decirme cuntos aos lle-va visitando el Far West: Mira, al va-quero, vaquero, lo vas a ver en una ca-mioneta, con jeans, cinto y sombrero.Ella es originaria de Ciudad Victoriadonde sola visitar rodeos. Ya no voyporque ah la violencia s est ms ca-brona que en Monterrey. El comen-tario me retumba con tristeza porquees uno de los muchos que escuchasen el norte con pretensiones barom-tricas de violencia. La guerra del nar-cotrco puso al norte al revs. Aqu,como en todos lados, la gente compitehaciendo alarde de sus experiencias,pero en el norte se trata de ver quincuenta la historia ms trgica.

    Nayeli, la de los jochos (Afue-ra del Far West Rodeo)

    Tengo 19 aos viniendo a venderjochos. Desde que estaba yo nia,como a los ocho aos, mis paps metraan a que los ayudara. Vendo 60jochos cada noche, eso es lo que cadauno de los cinco carritos que estamosaqu traemos. Todos somos de la mis-ma familia. Psele, psele, qu va allevar? Aunque competimos.

    Los batos salen por ah de la unade la maana cuando ya se terminala barra libre. A veces s llegan bienborrachos. Los sbados he visto mspeleas. Una vez atropellaron a uno,se quiso cruzar pero sin jarse. Y tests preguntndoles a todos? Ah, ya.Y s te gust all adentro? No, fjateque no, jams he entrado. Yo voy abailar, pero al que est en Guadalupe,se llama El Corral, pero a este nunca

    se ha dado la oportunidad. Tambinvendemos en otro lado, pero maanano voy porque estos das nos termina-mos yendo por ah de las cinco de lamaana.

    Pablo, el del toro mecnico

    Pues yo slo tengo unos po-cos meses trabajando aqu. Ya me estempezando a gustar ms mi trabajo.La mquina tiene varios niveles, estesirve para que el toro repare, este paraque gire, este para la velocidad quellega al 6. Este botn es el que apagade volada el toro cuando la gente secae. Porque si t no lo apagas rpidopuedes pegarle. Sobre todo se suben

    ms las morras, s, al rato, ms noche,empezars a ver cmo se forma lagente, pero las nias s te dicen quecon cuidado y pues t le das despacio.Hay batos que s aguantan todo lo queda el toro, tambin luego se suben los

    jinetes para empezar a calentar antesdel rodeo. Cuando vienen muy borra-chos y quieren subirse pues s tengoprohibido subirlos. Nah, pues luegoluego se ve quin est borracho, ni sepueden subir al toro. El chiste del toromecnico es seguir el movimiento. Siquieres al rato te subes y te tomas lafoto con tu cmara. Yo termino de tra-bajar a las tres de la maana. S, tam-bin tengo otro jale, pues aqu nomsson dos das. As no sale. Maana o

    ms bien al rato, empiezo a trabajar alas siete. Pero como no tomo, las des-veladas no me cuestan trabajo. Peros, cada vez me gusta ms mi trabajo.

    Alberto Torres, el del toro decarne y hueso

    Uy no, yo inici a jinetear... haceya como unos cuatro aos. Pero des-de chavito ya tena la mentalidad, megustaba mucho ir a los rodeos, andaren el mbito de los caballos, ranchos,

    todo ese rollo. De ah naci la espi-nita por montar toros, andar arribaechando brincos, hasta que Dios medio la oportunidad de montar toros.Mi primer toro fue en mi rancho enCoahuila. Unas semanas antes de Se-mana Santa, hubo un rodeito y metrep al toro, pos me gust el rollo.Ahorita me estoy untando pomadapa calentar la ingle y el hombro quetraigo un poquito dolido. Me lastim

    pues en el mismo mbito. Yo tengo mitrabajo, esto lo hago por diversin, porhobby. Es como si t te pones a jugarfutbol, pues te diviertes. Y fjate queel peligro est donde quiera, amigo.Cuando te toca, pues te toca, aunquete quites. A m me gusta mucho esterollo. He jineteado como 200 toros.La tcnica es permanecer en el puntodulce del toro. Es arriba, en el lomo,donde menos se mueve y tienes msestabilidad. Vas a escuchar vaquerosque dicen me sac a un lado, me quitdel centro, y pues se van de lado y tie-nen problemas. A partir de que el torosale del cajn empiezan a contar ochosegundos, y tienes que ir con una solamano, si tocas con tu mano alguna

    parte del toro, ests descalicado. Hevisto revolcadas, trapeadas, pero co-sas gachas gracias a Dios no. Un ami-go perdi en los toros un ojo. Luegohay vaqueros que hacen trampa, hazde cuenta que amarran las espuelasal pretal y pues es como si estuvierasamarrado al toro, y es ms difcil quete caigas. O cuando aprietan muchoal toro pues lo sofocan. Cunto mepagan? No, amigo, esto no es de pago.Si ganas, te ganas la lanita, si no, pueste ganas el camino a tu casa. Si Diosquiere que me vaya bien, y gano unprimer, segundo lugar, pues agarro la-nita. Pero a m lo que me importa esechar corva.

    Rosy Contreras y Coco Esco-bedo, maestras de baile en el FarWest Rodeo

    Desde hace 18 aos damos las cla-ses aqu en el Far West. Yo por ejemploya tengo unos 25 enseando a bailar.Es que antes haba otros lugares y puesCoco tambin tiene su historia. Igualyo empec en otros rodeos tambinen el Lienzo Charro, y ah empezamoscon la msica texana. Y es que el FarWest utiliz una logstica para atraer a

    Guajardo les pidea las bandas queamenizan losjueves y sbadosque no toquennarcocorridos.Piensa que la

    msica que hablade violencia generams violencia.En el Far Westse escuchancanciones norteasy texanas, pero decorte romntico

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    los grandes bailadores de este gnero.Adems, este rodeo nos qued muy cer-ca de donde vivimos, haba otro rodeo enlas afueras del rea de Monterrey, estaba

    lejsimos, verdad Rosy? Tenemos genteque ha venido a las clases durante diez o12 aos, pero forman parte del ballet o alos grupos de ayuda para dar clases a lasnuevas generaciones. Ms o menos unestimado de alumnado, pues fcilmentepasa a los 70 mil alumnos. Aqu hemos te-nido de todo, corazn. Desde doctores muyprestigiados, dueos de negocios, conduc-tores de televisin, verdad, Rosy? Para losque son nuevos como t, pues le decimos:aqu te enderezamos el guarache. Olvdatede los dos pies izquierdos. Pero tiene quenacer ese gusto, y nosotras te enseamosa que lo aprecies, o no, Coco? Claro, mirahemos tenido gente que sale depresionesfuertes por divorcios, dicen que les cambiala perspectiva de las cosas y ya estn espe-

    rando a la clase de la semana siguiente. Lagente debe de darse la chanza de venir. Ascomo yo pongo en Facebook: el baile noscrea una sana adiccin y aparte nos alegrael corazn. Ahorita, los lunes, tenemos 110alumnos. Pero mira, para hacerte un mas-tertienes que seguir practicando. La prcti-ca hace a un buen bailarn, verdad Rosy?Adems aqu no tienes que traer pareja,aqu te conseguimos. De hecho, corazn,hemos formado familias. Vienen chavosy chavas solas y se casan y luego nos traena los hijos. O sea mande? Me entiendes?Luego vienen los hijos llegan y te cuentanla historia de que t se la presentaste. Ysentimos mucho orgullo, la verdad. Mira,corazn, todo esto empez como hobby,pero ahora ya es un estilo de vida. A pesarde que hubo mucha violencia, es uno de

    los lugares que ha permanecido, y graciasa Dios, aqu nunca ha pasado nada. Lo pa-dre es que ahora ves al Far Westcomo ensus inicios: con la pista de baile llensima.Como cuando vino Selena, no podas ir albao, ni por un refresco, nadie se poda mo-ver. Ese da fue excepcional, no, Rosy? Yel segundo da que vino, porque ella pidiregresar, estuvo mejor. Haba un poquitoms de espacio. Uy y cuando vino BobbyPulido, o el Grupo Ms, cuando vino LaBanda El Recodo, o Ramn Ayala, y hastaotro tipo de artistas como Garibaldi, Pro-yecto Uno. Muchsimos, hasta de msica

    country. Imagnate, cuntos aos!, cora-zn, as como tambin Coco lo menciona,para m el Far West Rodeo es mi segundacasa.

    ***

    El rodeo es un ritual agridulce.Vacila entre las carcajadas que propicianlos payasos de rodeo y la posibilidad depresenciar un accidente grave. La ejecu-cin de la jineteada es tambin la conten-cin del aliento de cientos que miran emo-cionados. Ocho segundos, no ms. Uno delos payasos de rodeo se llama Rififi. Su la-bia es tanta que podra ser tambin locutorde radio. Adems de poseer el histrionismoexacto, claro, de un payaso. Antes de salir aactuar, me dice una frase que se me quedagrabada: La gente no sabe lo que hay trasbambalinas. La frase ya la haba escu-chado, pero no en el lugar correcto. El Far

    West Rodeo es ese lugar. Los clientes quebailan los jueves y los sbados ignoran porejemplo que la mayora de los empleadostienen otros trabajos. O que Alberto Mart-nez es el encargado de mojar la arena delrodeo y el cuidador del estacionamientodesde hace 19 aos. O que el compaero deRififi, Chacharitas, fue campen nacionalde payasos de rodeo en el 2005. Adems deque sus payasadas lo han llevado a viajarpor Estados Unidos y Centroamrica. Yque los dos payasos llegaron a ser lo queson por mero accidente. Ya le pas un da aChacharitas que un tipo le avent una bo-tella cuando trabajaba porque hay perso-nas que creen que para eso est el payaso.Para ser ofendidos. Rififime platica, entrela emocin y el coraje, que todos, absoluta-

    mente todos vienen aqu con la intencinde ganarse unos pesos. Y hacen su mejoresfuerzo.

    Poco antes de las tres de la maana,Luis Naes, el animador, empezar a des-pedir a la gente. Me marcho antes de queeso suceda para poder alcanzar un taxi. Altomarlo parece que todos en Monterreytienen relacin con el Far West Rodeo.

    Usted tambin ha venido bailar alFar West?

    Nombre si yo trabaj ah durantesiete aos, junto con Alberto, en el estacio-namiento.

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    [email protected]

    Aqu recibimos sus crnicas,

    comentarios y quejas.

    Pesealap

    resencia...

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    Desde la Calle Rojo

    LA COLOMBIA

    JUAN SORDO

    Mitad sonorense, mitad regio.Sloterdijkeano.Estudiante [email protected]

    Sonidos

    de Monterrey

    Del 11 al 17 de agosto de 2013Monterrey, N.L.

    de la nueva unidad ciclista de Polica

    de Monterrey, se siguen cometiendocerca de 5 asaltos diarios a comerciosdel centro de la ciudad.

    El termmetro marca 35 gradoscentgrados en Monterrey. Yas ha sido durante los ltimos dasdespus de todo, estamos en plenacancula. Los abanicos trabajan ince-santemente para mantener los regio-

    montanos relativamente frescos y lasventanas permanecen abiertas en unintento de atraer alguna brisa al inte-

    rior de los cuartos. Y si no estn abiertas,

    se puede escuchar el rugir de los climaso aires lavados dentro de las casas. Pero

    hay veces que ni el clima ni la venta-na abierta pueden ayudarme a sofocarel abrasante calor que se siente en la

    ciudad; caminar a la tienda ms cer-cana en busca de un bote de agua fraparece una travesa pica. Como bien

    dice Margarito Cullar en su crnica deesta semana: Hace un calor de la chin-gada en la ciudad. Y pensar en andar

    en bicicleta en El Barrio Antiguo

    como los policas ciclistas o metermea nadar en un mar de gente en el FarWest, con botas y sombrero vaquero,slo me hace sudar y sentir bochornoscuasi menopusicos. Las historias quese han reunido esta semana en ElBa-

    rrio Antiguo se centran ms bien endiferentes culturas y estilos de vida,pero sin querer o sin querer querien-

    do, todas han sido sobre el calor que

    entorpece, adormece y sofoca a losregiomontanos en estos ltimos das.

    Recomiendo una cerveza fra, o unacoca con muchos hielos mientras sedisfrutan las historias que con tanto

    calor se cuentan en este nmero quin-ce del Barrio Antiguo.

    DGG

    1.Cada fin de semana, orgullosa de suextraa elegancia y de la vitalidadconservada tras el paso de las dcadas, lamsica colombiana descenda por la laderanorte de la Loma Larga y se instalaba en ellecho seco del ro Santa Catarina. Por un parde das la sencillez de su instrumentacin ysus composiciones retumbaban en los po-tentes equipos de audio de los ex soniderosconvertidos en comerciantes de discos pira-tas en la pulga del Puente del Papa. Sin guar-dar ningn rencor por los aos de indiferen-cia, o incluso franca exclusin, la colombia

    instalaba su epicentro justo en la histricafrontera que separa a los locales de los recinllegados a Monterrey de San Luisito, a la Ma-croplaza de la colonia Independencia. Todoseran bienvenidos en la esfera sonora que ahse generaba. Todos eran inmersos por igualen sus ritmos cadenciosos.

    Llegu tardamente a ese ritual semanaly a la escucha de esta msica. A finales de los90 rechac sin inters invitaciones al bar deMax, entonces en apogeo y menos inseguro.Las pocas referencias que tena del mundocolombiano me sonaban lejanas. No tengoningn pasado en la Indepeni en la NuevoRepueblo; tampoco frecuentaba el Puente.Pasara casi una dcada desde mi llegada ala ciudad antes que comenzara a ir en buscade discos de vinil. Eran, sin embargo, otrossonidos los que me interesaban; el Nashvi-

    lle Skyline de Dylan y el debut de The Stoo-ges fueron de mis primeras compras. Pero lacumbia, ah, me result fascinante. Recuer-do con toda claridad cmo al cruzar el tramodel puente que, sobre Morones Prieto, une elmercado Daz Ordaz con el ro; era invadidopor un bajeo montono, profundo; por elflujo sonoro de la respiracin irregular delacorden, que se distiende y luego se contraeun momento, slo para volver a distenderse,una y otra vez, imprevisiblemente. Todo ellosalpicado por el rasgueo sin pretensiones,cumplidor y metlico de la guacharaca.

    2. Para 1960, y en tan slo 20 aos, la ciu-dad haba triplicado su poblacin. Casi un30 por ciento vena de otros estados del pasbuscando un trabajo en la pujante industria.Un sector de estos migrantes iba a elegir lasgrabaciones comerciales del folclor de la cos-

    ta atlntica de Colombia, antes que las adap-taciones que ofreca la radio y el mercadoformal, como la banda sonora de su arraigoen una urbe segregadora. stas habran depermitirles, al tiempo que reciban la revis-ta Trabajo y ahorro en las empresas paralas que laboraban, cantarle a la parranda yal ocio y, haciendo eco a la voz de LisandroMeza, llamar hijoeputa al patrn. Aos des-pus, ahora junto a las interpretaciones loca-les de este gnero, acompaaran a muchosde sus hijos -en casetes grabados y en recuer-dos sonoros- en una nueva migracin haciael norte en busca de los empleos que aqu yacomenzaban a escasear.

    3. Las colecciones que los sonideros ha-ban reunido aos atrs en discos de vinilobtenidos trabajosamente (gestionando su

    envo desde Houston o Miami; viajando aesas ciudades, al DF o a Colombia) conver-tidas en repertorios digitales, se ofertaban enelPuentey en el mercado Daz Ordaz en dis-cos compactos quemados caseramente. Paraindicar su contenido bastaba pegar sobre lafunda de papel una fotocopia con la lista delas canciones, acaso decorada con la imagende una palmera de trazos poco refinados.

    Uno de los herederos del sonido Muri-llo, que tomaba cerveza camuflada con unvaso de plstico mientras atenda su puesto,me orientaba entre los nombres y los ttulospara m poco conocidos.

    Pronto pudo descifrar mi gusto y ha-cerme recomendaciones atinadas. Tambinlleg a ofrecerme en venta algunos LPs, algoextraado por el inters en el antiguo forma-to.

    4. Un buen da falla la tornamesa. El pla-to gira ms lento y se altera profundamentela sonoridad de una cumbia. La guacharacaas raspa ms rico. Las percusiones se vuel-ven cavernosas. El bajo tiene ahora ecos hip-nticos y la voz de Landero, aunque sigueinconfundible, pierde todo resto criollo al

    tornarse tan grave como la de un patriarcanegro. Cualquier soplo alegre salido del fue-lle del acorden se disuelve en una resonan-cia melanclica. Todo se prolonga y se hacedenso. La meloda se simplifica y evoca unbaile de esclavos.

    Estirar la cinta de los casetes o usar pilascon poca energa en las grabadoras puedehacer surgir otra vez ese hermoso sonido.Son los 80 y en el panorama, para algunos,slo hay crisis. Pero en Monterrey se ha de-velado un secreto que pareca estarle desti-nado. Ha nacido la rebajada.

    5. Hace tres aos que ya no hay pulgadel Puente. Tras el paso del ltimo fuertehuracn no se permiti a los puesteros reins-talarse. Pero la colombia es hoy parte coti-diana del paisaje sonoro regiomontano. Ha

    penetrando todos los sectores sociales, se haexpandido en la regin y es reconocida in-ternacionalmente. CONARTE y Garca Mr-quez, hace ya ms de un decenio, le dieronsu aprobacin.

    La cumbia rebajada, su productoms original y caracterstico, conserva sinembargo un lugar ambivalente en esteproceso de legitimacin. Basta ver, porejemplo, los comentarios que reciben enYoutube los videos que la incluyen. Apre-ciada intensamente por algunos, es des-deada y denigrada por otros (colombiasy no-colombias, dentro y fuera de la ciu-dad). Una cosa es segura: no la escucharsen la radio a pesar de la ya normalizadapresencia del gnero en varias emisoraslocales. Quizs, adems de la clara discri-minacin hacia los jvenes ms identi-fcados con su escucha, no se le perdone

    optar abiertamente por lo lento a contra-pelo del discurso industrioso y progresistaofcial. Tal vez la intensifcacin de la ne-gritud de su sonido resulte inaceptable enesta sociedad.

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    El da catorce de junio del ao del 2006en la plaza de Oaxaca se puso el mundoal revs, temprano por la maana al punto

    de amanecer nadie hubiera imaginado

    lo que iba a suceder.

    La huelga del magisterio tena la plaza

    tomada mientras el pinche gobierno

    preparaba la celada antes que amanezcael da quitamos este plantn, gritaba

    la polica y empez la represin.

    Qu de dnde son, qu de dnde son?Que son de la barricada

    Y de dnde, donde de dnde son, qu de

    dnde son?

    Que son de la barricada

    Son de la barricada

    En mayo de 2006, la Seccin 22 delSindicato Nacional de Trabajadores de laEducacin inici un plantn en el centrode Oaxaca. Cerca de 80 mil maestros se ma-nifestaron buscando cosas aparentementesimples: calidad en las escuelas oaxaqueas,mejora en los numerosos institutos educati-vos rurales, justicia del gobierno estatal fren-te a casos de represin contra integrantesdel magisterio. Pero las cosas no pueden sersimples en un estado que concentra 25 porciento de los municipios del pas, tiene alre-dedor de 16 grupos tnicos en su territorio yha sufrido el embate de grupos militares, pa-ramilitares y guerrilleros. Tampoco podanserlo ya que el gobernador de ese entonces,Ulises Ruz, haba llegado al poder haca dosaos a travs de un proceso electoral dudosoy violento. Fue justamente el gobernadorquien, en cumplimiento de una promesade campaa, decidi mandar las fuerzaspblicas para desalojar el centro histrico.El choque fue violento ya que los maestrosresistieron el embate de la polica. A partirde ese da inici un conicto que habra de

    durar el resto del ao y que todava tieneecos en Oaxaca. Despus del intento de des-

    alojo por parte del gobierno estatal, vino untibio intento de dilogo con una comisinque fracas ante el enorme descontentopopular que exista. Ante esto, diferentesgrupos sociales se unieron a los reclamos delos maestros y el 17 de junio conformaron laAsamblea Popular de los Pueblos de Oaxa-ca (APPO), organizacin que luch por ladestitucin de Ulises Ruz y enfrent la per-secucin, el asesinato de sus miembros, larepresin y el desprestigio. Fueron muchaslas historias que surgieron durante el con-icto; dentro del espectro que fue de la trage-dia al herosmo, la resistencia y la paranoia,las risas y los llantos, la msica y las balas,surgi una voz que se volvi medular parala resistencia: la voz de Radio Universidad,llamada tambin Radio APPO, Radio Cace-rola o Radio Plantn; nombres dados segncada opinin, favorable o no a la lucha de laAPPO. All tambin surgi la voz de BerthaMuoz Mier, locutora, doctora, luchadora.

    ***

    El movimiento social tuvo que trasla-darse cerca de las instalaciones de la Univer-sidad Autnoma Benito Jurez de Oaxaca(UABJO), donde el rector Francisco MartnezNeri permiti y apoy la toma de la estacinuniversitaria de radio. Hasta ese momentono haba ningn medio de comunicacinque apoyara los reclamos populares. Lasopiniones pblicas fueron parciales y aun-que muchos periodistas independientesapoyaron a la APPO, sus reclamos no en-contraron una manera efectiva de llegar alresto de la poblacin que se mantuvo infor-

    mada por los medios ociales y comercialesaliados a los intereses del poder. En este es-cenario surgi Radio Universidad. Con milwatts de potencia, desde 1400 de AM, y conalcance a 80 por ciento del estado de Oaxaca,la estacin de radio que se proclam la vozdel pueblo present resistencia y gua parael movimiento. Durante ms de siete meses,en una barra programtica ininterrumpida,(a pesar de que casi a diario era atacada porsicarios vinculados al poder) alrededor de50 estudiantes, maestros y ex alumnos dela UABJO transmitieron mensajes de alerta,discursos revolucionarios, canciones popu-lares, canciones de protesta, cuentos e inclu-sive arengas incendiarias. La importanciade la radio durante el conicto fue indiscuti-ble: fungi como un instrumento estratgi-co que permiti la organizacin e inclusivela dirigi durante el enfrentamiento deldos de noviembre de 2006, cuando la Poli-ca Federal Preventiva pretendi tomar las

    instalaciones de la universidad. Durante eseencuentro reson la voz de la doctora Ber-tha Muoz, quien bsicamente encabezla resistencia desde los micrfonos y tuvoque ser rescatada de las fuerzas federales ysacada de la radio en urgencia. Ella siempreagradeci la valenta de quienes gratuita-mente arriesgaron su vida para protegerla.El dos de noviembre fue cosa de minutos.Apenas dijimos por la radio nos van a ata-car y quin sabe de dnde sali tanta gente.Este fenmeno de participacin popular enOaxaca, en un momento de tanto peligro, lovan a tener que estudiar socilogos y polit-logos durante mucho tiempo, declar pos-

    teriormente.

    ***

    Bertha Elena Muoz Mier no naci enOaxaca. Pero se hizo oaxaquea: despaci-to, muy despacito, sin darme cuenta, amoOaxaca por encima de todas las cosas, lle-g a decir. Naci en Morelia, Michoacn, elcinco de julio de 1945. Estudi y vivi enesa ciudad hasta que se gradu con unaespecialidad en epidemiologa. En 1975emigr a la capital de Oaxaca y empeza dar clases en la Facultad de Medicina yCiruga de la UABJO. Tambin trabaj enel Hospital Civil, Aurelio Valdivieso. Lavocacin social de su prctica y su docen-cia fueron claros desde el principio: Soyde Morelia, pero oaxaquea por eleccin yconozco a fondo el estado. Yo suelo llevara mis estudiantes a prcticas en zonas dealta marginacin. Ah creo que podemos

    encontrar la explicacin de todo lo que estpasando. Tuvo tres hijos, Vctor, Alejan-dro y Jos. Durante el conicto de 2006 se

    involucr ayudando a los heridos por lasfuerzas pblicas. Segn sus propias decla-raciones, La Cruz Roja oaxaquea se neg acurar a los heridos por bala y ella no pudo

    aguantarlo ms. Cuando el movimiento serepleg en la universidad, decidi entrar ala locucin. Se le poda escuchar previnien-do a las personas para que no cayeran enprovocaciones de la polica, mas tambinarengando para continuar la resistencia.Quiz por eso fue apodada la Doctora Es-copeta, sobrenombre puesto por allegadosa Ulises Ruz que pretenda desprestigiarlapor violenta, sin embargo, el mote fuereivindicado en muchas ocasiones y ahoraqueda como muestra de la accin que Ber-tha Muoz tom durante el conicto. Hay

    otras versiones que dicen que el apodo fuepuesto por sus estudiantes desde 1998, de-bido a la franqueza y frontalidad con la quela voz de la doctora se proyectaba. El poderno le perdon la resistencia. Empez a seracosada; Te vamos a cortar la lengua, Tevamos a violar con el micrfono, la ame-nazaban. Luego del enfrentamiento delDa de Muertos, decidi exiliarse de Oaxacay del pas. En diciembre de 2006 sali conrumbo a Bolivia.

    ***

    En noviembre de 2009 volvi a Oaxa-ca y retorn a su trabajo en la universi-dad y el hospital. Todava senta miedo,pero le hizo frente: no se puede estarpermanentemente movindose en razndel miedo. Me cans. Estoy harta de vivircon miedo. As que volvi, aunque susalud ya estaba deteriorada debido a unensema pulmonar. Muri el 26 de julio

    de 2013 vctima de un paro respiratorio.

    ***

    A todos les pedimos que traigan bo-tellas, trapos, clavos, hay que defender-nos de estos malditos, ladrones, violado-res! dijo alguna vez la doctora. Se le juzgpor ello y quiz de all viene su polmicareputacin. Su hijo Vctor explic que aBertha Muoz la quisieron utilizar comobandera poltica y que por eso no asis-ti al homenaje que en vida le hicieron.Habl en contra, igualmente, de Marce-lino Coache Verano, lder de la APPO, yde Flavio Sosa que segn ella vendieronal movimiento. Quedan, sin embargo,sus palabras al despedirse y tal vez sea launvoca manera de recordarla: Si estnviendo esto es porque ya no estoy, mue-ro tranquila la vida no me debe nada,ni yo le debo a la vida amo Oaxaca porencima de todas las cosas.

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    LA DOCTORA ESCOPETAPOR CARACOL COLUNGA

    _Obituario Del 11 al 17 de agosto de 2013Monterrey, N.L.

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    Del 11 al 17 de agosto de 2013Monterrey, N.L.