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    Hablemos de buenagastronoma regiaDANIELA GARCA

    5_Crnica Nacional

    /ELBARRIOANTIGUO

    @ELBARRIO

    ELBARRIOANTIGUO.COM

    Ao Uno/Nmero DieciochoDel 1 al 7 de septiembre de 2013

    Made in Monterrey

    La carne asadaes culturaLEONARDO GONZLEZ

    7_Crnica Local

    NONFICTION

    ! EMERGENCY

    EXIT

    ELOGIO A KISS CONCIERTO PARA ARAAS Y FUEGOPANCHO CAHUILA QUIERE UN SEIS DE TECATE ROJO

    EL PERIODISTA TRAIDOREL ALCALDE DE SANTIAGO NO ES TELPATA

    por MELVA FRUTOSAPENAS ERA LUNES

    EL REGRESOCOSMICO DE

    POR GABRIEL NUNCIO

    En qu reencarnarel mejor pizzero de la ciudad?

    LOS AMIGOS SON RIQUEZA

    Monterrey es una pinchepelcula de accinJAVIER IBARRA

    11_Crnica Local

    Contina en pgina 4

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    _Ornitorrinco

    elbarrioantiguo.c

    om

    Del 1 al 7 de septiembre de 2013Monterrey, N.L.

    EL PERIODISTA TRAIDOR

    Todo periodistaque no sea de-masiado estpido o

    demasiado en-gredo para

    no advertir

    lo que entraa su actividad sabe que loque hace es moralmente indefendible.El periodista es una especie de hombrede conanza, que explota la vanidad, laignorancia o la soledad de las personas,que se gana la conanza de estas paraluego traicionarlas sin remordimientoalguno. Lo mismo que la crdula viudaque un da se despierta para comprobarque se ha marchado el joven encantadorcon todos sus ahorros, el que accedi a

    ser entrevistado aprende su dura leccincuando aparece el artculo o el libro. Losperiodistas justican su traicin de variasmaneras segn sus temperamentos. Losms pomposos hablan de libertad de ex-presin y dicen que el pblico tiene dere-cho a saber; los menos talentosos hablansobre arte y los ms decentes murmuranalgo sobre ganarse la vida. Inicio de El pe-riodista y el asesino

    - Janet Malcolm

    ELOGIO A KISS

    Nunca enmi vidame haba disfrazadode algo, salvo en losbailables de la es-cuela. Una vez orga-nizamos una fiestade disfraces con lafamilia y decid ma-quillarme de GeneSimmons. Por qu,si yo s que no tiene

    nada que ver con lastradiciones mexica-nas? Fue por el nioque an a mis 40aos sigo teniendodentro de m -y es-pero que nunca meabandone-. Vern:conoc a Kiss por lasrevistas y la radioall en 1978. Habaun programa que sellamaba Radio xi-tosy tocaban a Kiss,Queen y Beatles, losms populares enaquel entonces. Mellamaban la aten-

    cin los ritmos de la

    msica diferentes entre s y cuando ponan aKiss su ruido era mspesado, de ms desma-dre y daban ganas de subirle. Pero el sonidose distorsionaba con la baja potencia del ra-diecito marca Citlali que mi mam compren abonos.

    A los de Liverpool yo los conoca por latelevisin.Queenno me interesaba mucho,

    pero de Kiss se hablaba; tena compaerosde tercero de primaria que contaban cosasy hablaban del gato, del demonio, del espa-cial y el de la estrella como si fueran super-hroes.Batman, Superman y Ultraman setuvieron que hacer a un lado para dejar pa-sar a los verdaderos hroes, los cuales tenanguitarras. En la escuela los nios metan lasrevistas Conecte y Sonido a escondidas ytodos esperbamos el recreo con emocinpara desplegar ese pster gigante de cuatropginas. Despus fueron discos: primero elKiss alive I, el Destroyery el Kiss alive II,que aunque yo no tena tocadiscos, se lospeda prestados nada ms para que al cami-nar de la escuela a la casa, que eran comocinco kilmetros de distancia, la gente meviera con un disco de Kiss bajo mi brazo yal llegar a la casa, despus de hacer la tarea,tirarme en el suelo a mirar las fundas porlargo rato, repasando los nombres de lascanciones.

    Aos ms tarde, cuando ya tenamosestreo, mi mam lleg a la casa con el dis-co Dinasty. Eso nunca lo olvidar porquetenamos carencias y mi madre no noscompr leche, ni pan, ni tortillas: nos ali-ment el alma. Para que mi mam vierala satisfaccin de haber hecho un sacricio,lo puse una y otra vez hasta el cansancio, yms cuando mis padres se iban a trabajar yme quedaba a cargo. Entonces me pona loszapatos de plataforma de la jefa y me pin-taba la cara de manera burda. Tomaba unaescoba que simulaba ser el bajote en formade hacha ensangrentada de Simmons y mechutaba todo el disco o hasta que se me dur-

    mieran los brazos de tanto air bass.

    Precisamente a ese nio quise ho-menajear cuando me disfrac. Nunca heido a un concierto de Kiss; estuve a pun-to en el 92 cuando vinieron por primeravez a Mxico, pero sin pintura, como queno era lo mismo ver a Gene Simmons sa-car la lengua sobre su barba y con botasvaqueras; despus vino la reunin, no

    alcanc boletos. Despus siguieron vi-niendo, pero ya con chalanes.De hecho apenas acaban de tocar en

    tierra azteca, pero ya no es lo mismo. En-tonces me qued con la mejor etapa deser fan de Kiss, que fue precisamente del78 al 82. Despus, los verdaderos dueosde la franquicia corrieron alAs Espacialy al Gato por borrachos. Metieron a otrosen su lugar y se despintaron. Entoncesse acab la magia porque entr a la pu -bertad y supe quines eran en realidadlos reyes magos; por eso yo siempre hedicho que los Kiss son mi Beatles, thatis true!; por eso no me importa que GeneSimmons sea un sper mamn, bisnero,arrogante, ambicioso, presumido y quecada vez que viene a Mxico amenacecon cobrarle regalas a cada expendedor

    de mercanca pirata que se gana la vida

    afuera de los recintos donde han tocado.Lo nico que me importa es que, comoa miles de fans, toc algo en nosotros.Siempre he dicho que cuando un artistalogra lo inimaginable en un fan, su obraestar completa. Por eso no saben cmose siente maquillarse de l. Eso slo yo los, as que cuando me levant de la silla

    y me mir al espejo, un par de lgrimasse escurrieron por mis mejillas. La ma-quillista se dio cuenta y me dijo: Estllorando seor?. No contest nada, le pa-gu, sal de su negocio, tom mi bajo, agi -t mis alas de vampiro, salud de beso a20 groupies que me encontr en mi reco-rrido por el pasillo y me dieron su nme-ro telefnico anotado en sus pantaletas;y me dirig al escenario donde una turbade gente de todas las edades gritaba en-loquecida, pintada como yo y el resto dela banda; que exiga nuestra presencia.Entonces una voz en off grit a la concu-rrencia: GOOD NIGHT, DETROIT! YOUWANNA THE BEST, YOU GOT THE BEST,THE HARDEST BAND OF THE WORLD:KISS!!!!!

    - Subteniente Hernndez

    PANCHO CAHUILA QUIERE UN SEIS DE

    TECATE ROJO

    Te llamas Francisco y eres de Coahui-la, pero te conocen como PanchoCahuila; vives en Monterrey, en la parte altade la colonia Topo Chico, pero t no pedisteestar ah, tus padres te llevaron cuando erasun nio y ellos crean en esa historia llamadaprogreso.

    Te dicen Pancho Cahuila y trabajas enla obra; s, es una chinga, de lunes a sbado(y a veces los domingos) levantas bultos decemento, apilas bloques, haces mezclas, cri-bas arena, clavas maderas, acarreas cascajo,

    escarbas.Te dicen Pancho Cahuila y tu jale esuna chinga; el sol te quema y tu piel morenaahora es morada, tus manos correosas y lapiel partida, tu panza grande y brillosa comouna gran hernia, tus pies apestan y tus axilaspeor.

    Te dicen Pancho Cahuila y es un da deverano, un domingo por la tarde, hace calory tienes sed; sabes que para la sed no hayms remedio que un seis de Tecate Rojo.

    Te dicen Pancho Cahuila y caminasbajo el sol intenso y 37 grados en el aire; peroal final de esas seis calles te esperan las cerve-zas fras y espumosas.

    A tu paso te encuentras con el pueblo, tesaludan y te dicen Pancho Cahuila; t tam-bin saludas y finges quererlos.

    Ests a 100 metros de la tienda, y mirascomo slo puede ver Pancho Cahuila, queparece estar cerrada; te acercas para confir-mar que s est cerrada. Tocas la puerta ynadie responde, tocas otra vez, ms fuerte ynadie responde.

    Maldices y entre dientes emites la sen-tencia del da: te dejarn de decir Pancho Ca-huila si no consigues ese seis de Tecate Rojo.

    Regresas a tu casa, en lo alto del cerro;hurgas en tus herramientas: desarmadores,sierras, martillos, todo para abrir la puerta,pero te dejarn de decir cmo te dicen si no

    haces algo digno dePancho Cahuila.Regresas a la tienda; has caminado el

    doble de la distancia que habas programadodesde que pensaste en ese seis de Tecate Rojo;en el trayecto la gente vio la herramientaque llevabas para abrir la puerta y te sigui.Te dicen Pancho Cahuila.

    A quin le importa abrir una puertacuando se pueden derrumbar paredes: gol-peas con tu mazo hasta que abres un hoyoen una pared de la tienda; ahora tienes mssed y ms calor que en el inicio; un 24 de Te -cate Rojo para apaciguar a la fiera, te dicenPancho Cahuilay tu intencin era pagar por

    ese seis de Tecate Rojo; y hoy eres el hroe dela rapia. La tienda queda vaca, pero nadade eso es tu culpa.

    -Daniel Anguiano

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    _Ornitorrinco Del 1 al 7 de septiembre de 2013Monterrey, N.L.CONCIERTO PARA ARAAS Y FUEGO

    El estado mental ideal de un pia-nista sera que, mientras sus ma-nos bailan como un par de araas al ritmode la msica que crean al posarse sobre lasteclas, l pudiera observar colores y tona-lidades, el ir y venir de formas cromati-zadas. En lugar de eso, Christian Bideause enfoca en la parte que est tocando,

    visualiza el momento en el que inicia laparte que ms dicultad le sugiere, tomaun respiro casi imperceptible y ataca con-centrado para no equivocarse, mientrasMelissa Purnell canta.

    Entre una pieza y otra agradecen alpblico, charlan un poco sobre la piezaque tocarn a continuacin, explican elcontexto de la cancin y sobre lo que tratala letra. El concierto para piano y voz esofrecido en la Casa de Cultura de NuevoLen, que antes fue usada como estacinde tren. Las canciones son como pasajerosque llegan y se van. Slo el pblico per-manece en silencio, escuchando atenta-mente, mirando el brillo en los ojos de la

    soprano Melissa Purnell que contrastancon las esquinas gastadas del piano. Laidea que se tiene de pera sugiere laconjuncin de la mayora de las Bellas Ar-tes, donde se unen la poesa, el teatro, la

    msica y el canto, basadas en un reperto -rio vocal de los siglos 19 y 20, incluyendocanciones liricas, arias de pera y algunaspiezas para piano solo. El concierto sugie-re algo ms simple: una voz y un pianopara ofrecer un ave que vuela cerca denuestros odos; la cantante solo se cen-tra en cantar, no imagina ninguno de lospaisajes sobre los que canta, slo se enfocaen la voz. El pianista toca concentrado enla parte que ms se le diculta. La cantan-

    te inhala y exhala las ltimas notas de lacancin. Ambos agradecen al pblico: ella,con una sonrisa se retira del escenario de lamano de su amado.

    -Oscar Hernndez

    APENAS ERA LUNES

    Llegamos temprano al bar. Comenzamos con unas botanas y unpar de caguamas Indio. Nos pusimos alcorriente como cada semana. Qu tal eltrabajo?, Y tu nio?, Otra caguama? Laschavas llegaran tarde como siempre, unamedia hora, chance un poco ms. La azoteadel bar estaba repleta de tunantes distribui-dos segn el nmero de mesitas de Coca-

    Cola. En los rincones se apilaban sillas rotas,baldes y tablas de madera. El borde estabaadornado de macetas hechizas con botes deyogurt y mantequilla.

    -Quionda locos?- La sonrisa de Adria-na se le adelantaba. Seguida por abrazos ybesos en la mejilla.

    -Sintate morra, ahorita pedimos mscheves.

    Las caguamas llegaban estratgica-mente de tres en tres, para despus ser va-ciadas en vasitos rojos desechables. Estba-mos felices de poder tomar juntos, haca unpar de meses que no nos podamos ver loscuatro.

    -La semana pasada hubo redada, locos.Se llevaron al Marquillos y a su novio; lesbajaron una feria y todava alcanzaron cos-corrones.

    -No mames, Adriana, si hasta subieronfotos bien abrazaditos con unos cholos.

    -Pues yo creo se cotorrearon, no?-Y eso, cundo fue?-Hace dos semanas, al bato le tuve que

    prestar dos mil pesos pa sacarlo.-Entonces la feria te la bajaron a ti, mo-

    rra, ese bato qu chigaos te va a pagar.

    -Y ya se regres a Matamoros, o era

    Reynosa?-Reynosa gey, pues vamos a caerle,

    no? No vaya a ser el diablo y regreAl sonido de la puerta le sigui un ba-

    rullo general. Nos asomamos por la baran-dilla de la azotea, hacia abajo, a la entradaprincipal. Ya pudimos ver los destellos rojosy azules.

    -No mames, ya ves por burlarnos, gey.

    -Deja veo qu pedo.

    Baj las escaleras mareado y vigorizadopor el alcohol. Me acerqu a la barra, peroDon Chucho no estaba, atraves la pista ysal por el pasillo. A la entrada estaban cua-tro uniformados con las macanas en las ma-nos. Una pared liderada por Don Chucho yun par de sus ms eles y fornidos clientescontenan a los azulados ociales del orden.Me acerqu y pregunt en voz alta:

    qu pas?. Un polica alarg lamano y me empuj levemente el hombro.

    -Ey clmala, no pasa nada.De nuevo me empuj y por reejo le

    hice la mano a un lado. Me mir con el ceofruncido y las voces se elevaron al tiempoque se acercaba a m.

    -Ocial no pasa naSent toda fuerza huir de m en una

    sola exhalacin. Una rodilla al suelo, unamano al estmago y al ver el piso tan cer-

    ca decid arrastrarme de regreso por el pasi-llo. Un gordo sudoroso se acerc a m y metom de la axila, me levant. Mir hacia lasescaleras y all estaban los tres vindome,serios y confundidos.

    Babeando y con piernas de corderome les acerqu balbuceando algo as comovmonos a la verga. Afortunadamente,Adriana record la puertita detrs de la ba-rra. Nos acercamos. Aldo me apoy contrala pared mientras abra su mochila y seacercaba a la hielera. En media fuga el ca-brn se rob unas chelas. Bien hecho. Es-capamos del bar tropezando. La diminutasalida trasera no era usada con frecuencia,Aldo la pate tres veces antes de poder abrir-la. Las chicas me sostenan mientras gritabaCerdos, puercos azules que nos comen pordentro!, un clich andando. Dentro, los polis

    enfilaban a las rockeras obesas y a sus noviosgreudos. Panzones de bigote y playeras deTransmetal y Iron Maiden. Los polis reanmientras se pasaban el churro y las guamas.Nosotros salimos volando. Llegamos a uncallejn cerrado, rodeado por locales aban-donados y tiraderos inundados por las ratas.Y apenas era lunes.

    - Herbet Ibarra

    LOS AMIGOS SON RIQUEZA

    Aregaadientes, apresurado y dis-plicente, el gobernador EnriqueCrdenas Gonzlez recibe a Proceso en elPalacio de Gobierno de Tamaulipas. Labreve charla, grabada, ocurre en el recibi-

    dor de su despacho al que el mandatariolleva a solas al reportero:

    Lo que t quieres le dice es publi-cidad.

    Publicidad de qu?Digo, publicidad, no? insiste el go-

    bernador.No se le responde.Digo... entonces qu es lo que quie-

    res?Una entrevista con usted.Pero es preferible que todos los datos,

    la informacin vaya bien estructurada deacuerdo a los proyectos que nosotros tene-mos.

    Lo que queremos es una entrevistacon usted. Cmo ha sido su gobierno?Cul es la situacin poltica?

    Mira: en s, la situacin de obra en elestado ha sido el plan caminero. Hemosvenido trabajando en todos los niveles.Est otro, la alianza para la produccin, osea la revolucin verde donde tenemosel rea de fertilizacin, o sea un patronatode fertilizacin o una empresa descentra-lizada como quieran llamarle, donde nosest permitido incrementar la produccin.Ahora, te voy a decir una cosa: yo tengomucha gente, no puedo dedicarte muchotiempo; por eso, en prensa que te den to-dos los datos.

    Respecto a la situacin poltica, en elfondo de todos estos problemas, qu con-sidera usted que hay?

    Pues esto no fue ms que uno de losmovimientos de extrema izquierda que sedesplaz al Mante. T lo viviste

    El mandatario nos interrumpe paramandar llamar a un empleado de la oci-na de prensa.

    Hay caciquismo en el estado?, sele pregunta.

    No, aqu no tenemos caciquismo.

    Hay una absoluta democracia.Se ha acusado a su gobierno de tole-

    rar la corrupcin. En qu sentido?Policiaca, por ejemplo.No, en qu consiste la corrupcin?

    No existe. Es una polica como todas lasqu hay en el pas, deseosa de servir y ha -cer justicia.

    Es usted millonario?Toda mi vida he sido millonario. T

    no eres millonario?Yo no.Pues qu mal andas, fjate. Por qu?Porque no tienes amigos. Usted cmo se hizo millonario?Tengo muchos amigos. Los amigos

    es riqueza. Las cosas materiales... o mehablas t de dinero?

    S, de dinero.No, en la cuestin de dinero siempre

    me he esforzado por trabajar. Yo principicon una estacin de radio. Vendiendo pu-blicidad como t.

    Yo no estoy vendiendo publicidad. Entons qu ests haciendo?

    Reporteando, nada ms.-Ah, reporteando. Pues ya ves. Fjate

    la diferencia... me he dedicado a trabajartoda mi vida. Y limpiamente. Me conoceel estado.

    Crdenas Gonzlez acepta que tiene ene-migos polticos, porque no es uno moneditade oro, verdad? y dice seguir una lnea po-ltica mexicana totalmente Ordena al em-pleado de prensa que atienda al reportero.Despus, se va. Proceso No. 0063- 03 -16 deenero de 1978

    - Francisco Ortiz Pinchetti

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    Viene de portadaALalo Palau lo conoc hace unos15 aos y desde entonces nos

    saludamos con una media sonrisa acom-paada de un discreto movimiento de ca-beza. l no sabe mi nombre y yo acabo depreguntar por Facebook el suyo.

    La primera vez que lo vi fue en eldepartamento de Jos Luis Arcaute, pre-

    cisamente arriba de su Galera Arcaute,cuando estaba ubicada en El Barrio An-tiguo.

    Por aquellas pocas yo acababa dedescubrir las tachas y es posible que mirecuerdo est ligeramente distorsionado,pero la primera imagen que tengo deLalo es esta: bailando frente a una pintu-ra hiperrealista de un hombre apuntan-do a la nada con una pistola. La cancinera una de Raphael o de Los Polivoces:Mi gran noche o Gordolfo Gelatino. Lle-vaba una camisa azul doblada de los pu-os, y el cabello lacio degralado como seusaba a nales de los 90, principios de los2000.

    En todo caso, apuesto un brazo a quel no se acuerda de m. No tanto porque(creo) esa noche todos andbamos en

    tachas, sino porque no cruzamos pala-bra. Seguramente comenz a saludarmecomo lo haca con otros clientes frecuen-tes de la pizzera que fund unos cuantosaos despus.

    Hace unas semanas me lo encontren la recin inauguradaPizzaGuana, lealcompaera del Caf Iguana, ahora en elcentro de San Pedro Garza Garca, NuevoLen. Nos reconocimos con entusias-mo. Dos viejos veteranos que coincidanentre una nueva generacin que crecicomunicndose con los pulgares y emo-ticones. Aunque en ese momento medi cuenta que haba perdido cabello (yotambin, maldita sea), ahora que escriboestas lneas me vuelve la misma imagende l que en el departamento de Arcaute.

    Cual veterano, Lalo me cont su pe-riplo despus de haber sobrevivido altrgico ataque al Caf Iguana ocurridoen 2011: Me fui a Contry. All estuve unrato. Horrible. Apenas oscureca y co-menzaban las balaceras. Luego me fui aCumbres. Peor.

    La PizzaGuana finalmente aterrizen la paradisiaca playa de Sayulita, donde

    encontr paz y comensales que descubrie-ron la armona entre una rodaja de tomatey una hoja de acelga sobre queso derretidoy harina tostada.

    Luego me llam El Foni-el legenda-rio dueo del Iguana-, me cont de esteproyecto y le dije: Cuenta conmigo. Em-paqu y me vine. Y pues aqu estoy.

    Mi amiga Melissa y yo nos termi-namos nuestras rebanadas. Estbamos apunto de pagar y entrar al Caf Iguana.Era el plan original, pero Lalo nos ofreciotra tanda y como senta que la conversa-cin estaba a medias, acept.

    En la fachada del nuevo Caf Iguanahay un letrero que dice La Pizza juntoa un parche que cubre el resto del lumi-noso anuncio. El gobierno municipal deSan Pedro cuenta Lalo- nos pidi queno pusiramos el nombre Iguana. Porseguridad. No queran que se repitiera loque ya sabes.

    Me pregunt sobre m. La realidades que nunca habamos cruzado ms deun par de oraciones y eran todas rela-cionadas a Qu vas a querery Cunto vaser. Le dije que tena aos viviendo en elDF, pero volv brevemente a Monterrey.

    Le coment que debera considerar abriruna PizzaGuana en el DF, que hay mu-chos regios all que identicaran la mar-ca, que hay mucha demanda y creo quemencion a los Food Trucks.

    Mi entusiasmo era genuino. S queeste es un comentario de gordito, perodurante mucho tiempo yo slo iba alCaf Iguanapor las pizzas. Me sentaba enel escaloncito de al lado o entraba al calu-roso espacio de atrs y aunque tena mispredilectas, la primera que me coma erala que estuviera recin salida del horno.

    La PizzaGuana fue la primera enofrecer las rebanadas como una opcincallejera, la salsa era codiciada y la hari-na tronaba. Lleg a Monterrey en tiem-pos en que dominaban las desafortuna-

    das franquicias de Dominos, Pizza Hut,Caesars Pizza...

    Y bueno. All estaba yo, un hombreque jams ha multiplicado un peso ha-ciendo un business plan. Lalo me paren seco. No, mira, a m el dinero no meinteresa. Yo ahorita estoy concentrado enprepararme para mi siguiente vida.

    Tengo todas mis energas en eso.

    No s si t sabas que nosotros somosel resultado de una vida anterior. Y esavida, a su vez, es el resultado de otra vidaanterior.

    Suena bien respond- Me encanta-ra creer en eso pero soy ateo. Para ser mspreciso,Ateo no testa. Lo acabo de leer enun post de CNN.

    Lalo dio unos pasos atrs y buscalgo entre los trastes. Yo me termin mipizza, mi amiga tambin, y me pareci

    ahora s el momento de marcharnos.Pero antes de sacar mi cartera, Lalopuso dos libros frente a m. Eran sobre es-piritualidad y reencarnacin. O algo as.Los conoces?. Melissa dijo que s, queella tena uno, pero que no lo haba ledo.Son libros escritos por sabios. El escritores un sabio. El padre es un sabio. El abue-lo es un sabio. Una dinasta de sabios.

    Slo respond OK. Luego Lalo pro-fundiz sobre la trascendencia, el cos-mos, la vida.

    Se abri un silencio apenasinterrumpido por una cancin delos Babasnicos cuando alguienabri la puerta del Caf Iguana.Quieres uno?, me pregunt.Acept el libro con elconocimiento deque eso podacambiar mi per-l de No testa aAteo ritual.

    Se abri otro silencio que conclu-y cuando pedimos la cuenta: cuatrorebanadas, dos aguas y el mentadolibro de espiritualidad que cost 35pesos.

    Lalo nos record que tienen servi-cio a domicilio y su precio vara segnel rea. nicamente dentro de San Pe-dro. Le agradec mientras nos bamos,ya sin conocer el interior del nuevoCaf Iguana.

    De regreso a casa yo hablaba ma-ravillas de la pizza, consciente de quela nostalgia era ms fuerte que mipaladar. Mi amiga slo torci la boca,indiferente.

    Por cierto, me dijo: ese libro delsabio a m me lo vendieron en el cen-tro a diez pesos.

    El gobiernomunicipal de San

    Pedro cuentaLalo- nos pidi que

    no pusiramos elnombre Iguana.

    Por seguridad. Noqueran que se

    repitiera lo que yasabes

    Del 1 al 7 de septiembre de 2013Monterrey, N.L.

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    Son las tres de la tarde y afuera al me-nos diez personas esperan paciente-mente, sentadas en bancas de madera o para-das en una ordenada fila, su turno para poderingresar al local ubicado en la esquina de lascalles Mrida y Tabasco de la Colonia Romaen la Ciudad de Mxico. Belmondo es uno delos locales ms frecuentados de la zona. Cele-bridades y clientes de todas las clases socialesvienen a degustar sndwiches preparadospor el chef Israel Mata.

    En la cocina, el chef Mata prepara con es-mero la comida del da: sndwiches de roastbeef, atn, verduras asadas o cremas finas,mientras que la tambin chef Adriana Lima,adems, una de las dueas de Belmondo, sedesvive en la cocina preparando e ideandonuevos platillos que ofrecer a los comensales.

    SOBRE EL PLACER DE COMEREn la entrada se puede leer el men del

    da, pegado en un rstico pedazo de maderaen hojas blancas y letras negras; desde snd-wiches de lechn, tortas de atn y de verdu-ras con queso gratinado a la parrilla, hasta

    cremas, sopas y pasteles (el ms famoso: el dezanahoria). Tambin aparece la lista de bebi-das, como mojitos y bloody marys. Aunquetodos los comensales tienen derecho a unajarra de agua natural para acompaar su co-mida, en caso de que no quieran alguna be-bida preparada o un refresco. Adriana Lerma,o Miwi como le dicen sus amigos, se paseaentre los comensales y hace recomendacio-nes sobre la carta. Sus favoritos: el sndwichde lechn o el London Broil, un sndwichde carne de res con alioli de aguacate y ger-minado de cebolla que se puede acompaarcon papas a la francesa, ensalada verde ade-rezada con vinagretas, o de papa.

    Y claro, el pastel de zanahoria, espe-cialidad de su socia Gabriela. Recomiendaacompaarlo con un caf negro. Las por-ciones son grandes, rastro del origen regiode sus dueos; una crema, un sndwich deatn y el postre, que sumarn una cuenta de

    aproximadamente 340 pesos, sin contar labebida, fueron la eleccin de comida de unajoven de no ms de 25 aos que platica consu compaero, ambos vestidos de maneraformal, en la mesa junto a la ventana queda a la calle Mrida. La mitad de su comidaest intacta cuando dejan el dinero sobre lamesa, se levantan y salen por la puerta prin-cipal de Belmondo.

    En el letrero de la entrada se lee: Eneste establecimiento no se discrimina pormotivos de raza, religin, orientacin se-xual, condicin fsica o socioeconmica nipor ningn otro motivo. No existe consumomnimo, ni la modalidad de barra libre.

    Y el al mensaje, en Belmondo se pue-de encontrar todo tipo de personas: desdejvenes vestidos al ltimo grito de la moda,parejas jvenes y mayores, familias y ejecu-tivos que cargan sus portafolios o maletasde viaje, ya sea que estn apenas arriban-

    do a la ciudad o despidindose de ella conun bocado en el popular sitio. La coloniaRoma est ataviada con jvenes que bus-can sentirse a la moda; las galeras de arte,los restaurantes y los bares han converti-do al sector en un punto de atraccin paraellos. Belmondo, sin embargo, ha manteni-do su tradicin familiar.

    Las parejas con nios son bienvenidas,al igual que el joven que pasea a su perroy decide pararse para disfrutar un bocado.Afuera hay un sabueso que reposa junto aun balde de agua de color plateado, acomo -dado ah especcamente para los clientescaninos como l.

    HABLEMOS DEBUENA

    GASTRONOMIA

    REGIA

    Por qu algunos de los mejores bares y restaurantesdel DF son de regiomontanos en el exilio?

    POR DANIELA GARCA

    Amedioda, Belmondose encuentra semiva-

    co. Slo dos mesas es-tn ocupadas por gru-pos de cuatro personas y los meserosse pasean en el interior del restau-rante con tranquilidad mientras elhost, un joven de no ms de 25 aosataviado con unos jeans deslavados

    y una camiseta blanca de botones, serecarga sobre un mueble de madera

    en la entrada del local. Tan slo unpar de horas despus, al momentode la comida, todas las mesas estarnocupadas, los meseros corrern deun lado a otro levantando rdenes yentregando platos llenos de comida.Belmondo estar a reventar.

    Del 1 al 7 de septiembre de 2013Monterrey, N.L.

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    SOBRE ESTAR PENDIENTE DE UNNEGOCIO

    Adriana Lerma, Gabriela y AlejandroRomero abrieron en 2009 las puertas de suprimer negocio: Flix, un bar ubicado enla misma colonia Roma. Se trata de un pe-queo espacio con mesas y sillas altas tantodentro como fuera del establecimiento queatrae a grandes cantidades de jvenes los -nes de semana, y no es extrao verlo atibo-rrado hasta altas horas de la noche con m-sica y risas. Adriana, chef de profesin, lleg

    primero al Distrito Federal para trabajar enuna casa de bienes races, con la ayuda deuna amiga. Ah labor durante dos aos,reuniendo el dinero que necesitaba parainvertir en la pequea sociedad que habaplaneado con los hermanos Romero, con lanalidad de abrir el bar Flix.

    La popularidad de su pequeo negocioes tal ahora que revistas como Chilango oTime Out resean elogiosamente el con-cepto del sitio, cuya cocina incluye desdedeliciosas tapas o la tradicional hambur-guesa de ribeye que sirven junto con lasbebidas del bar Adriana no lo sabe. Perosirvi para que tan solo dos aos despus,los tres jvenes pudieran abrir su segundolocal a unos metros de ah: el Belmondo.

    En una resea realizada por la revistaTime Out, el autor atribuye el xito de Bel-mondo y el Flix a la manera en que los

    propietarios manejan sus negocios: Quizla historia de sus dueos nos d una pista:son los mismos que llevan El Flix, el sim-ptico y agradable barecito que est a solouna cuadra de distancia. Los dueos sonde Monterrey y estn muy pendientes desu negocio, escribi el tambin novelista,Felipe Soto Viterbo. Es interesante que elautor haya decidido sealar en su reseaque los dueos son regiomontanos, comosi eso fuera parte de la explicacin del xitodel lugar, a pesar de la presunta enemistadlatente entre dos de las grandes ciudadesdel pas: se reere quiz ms al extraoconcepto que se tiene de que los regiosson gente trabajadora y emprendedora.

    Cuando uno ve a Adriana corrien-do por el restaurante, saludando a losclientes, vericando las rdenes, diri-giendo a sus empleados y revolvien-

    do ollas de comida en la parte traserade la cocina mientras planea con sussocios la apertura de su siguiente res-taurante con su acento norteo, jeans,lipina de chef y cabellos rubios, sepuede creer la referencia de Soto Viter-bo en su resea.

    Histricamente hay una razn porla cual se tiene esa nocin de los regio-montanos. Segn el mito, durante la gu-bernatura de Bernardo Reyes surgieron enMonterrey las primeras grandes empresasque se convirtieron en el sostn econmicodel Estado de Nuevo Len: militares, polti-cos, propietarios, inversionistas extranjeros,jvenes intelectuales y cientcos empren-dieron arriesgados e innovadores proyec-tos con apoyo de Reyes, en la industria tex -til o del acero. Como muestra, permanecenmonumentos a estos tiempos en la antigua

    Fundidora de Acero, cerca del corazn deMonterrey. Los regiomontanos se enorgu-llecen de su presunta cultura trabajadora.

    Adriana Lerma y los Romero, en supequeo ensamble de empresarios, se ase-mejan de alguna manera a esos primerosempresarios regiomontanos, a pesar de quepoco ms de un siglo los separa; ese reduci-do grupo form sus negocios y los bas casial cien por ciento en la familia. Esta red derelaciones interpersonales les permiti cre-cer ms, simulando los matrimonios realespara formar alianzas polticas mediante la-zos sanguneos. Las ms grandes empresasregiomontanas fueron poco a poco convir-tindose en propiedad de algunos cuantos.Como si se trata de una pequea burguesa,estas familias permanecen en el estadohoy en da, con sus riquezas y mansiones,respaldados por sus apellidos en la parteelitista y de nivel socioeconmico alto dela zona metropolitana de Monterrey: SanPedro Garza Garca.

    All fue justamente donde AdrianaLerma naci y pas los primeros 20 aos desu existencia, antes de viajar a Espaa paraterminar su carrera, titularse como chef ytrabajar por primera vez dentro de una co-cina.

    SOBRE IRTE DE LA CIUDAD DONDENACISTE

    En el pequeo rinconcito de la colo-nia Roma donde se encuentra Belmondo,tambin se puede hallar a una pequea

    comunidad regia. Adriana Lerma nacien Monterrey y vivi hasta los 20 aos enla colonia Fuentes del Valle en San PedroGarza Garca.

    La cocina nunca fue algo a lo que pen-sara dedicarse: ingres a la escuela Arte A.C.a estudiar diseo de interiores y a los 20 aosdecidi hacer un intercambio en Barcelonapara especializarse en diseo de aparadores.Fue en ese pas cuando descubri su amorpor la cocina, y con el apoyo de sus padres,cambi de carrera. Durante cuatro aos tra-baj y estudi en Barcelona, laborando enpequeos restaurantes a pesar de no contarcon los papeles legales para su oficio. En suestatus de inmigrante, Lerma sufri abusospor parte de sus patrones, como horas extrasde trabajo sin paga y ausencia de vacaciones.Finalmente, decidi regresar a Monterreydonde intent buscar trabajo como chef enun restaurant que se llamara El Negro, peroel proyecto no prosper. Ya con la idea de irsede la ciudad, de viajar, conocer otros lugaresy vivir en una urbe diferente, una amigasuya le coment que poda darle trabajocomo agente de bienes races en el DistritoFederal. Sin pensarlo, aprovech la oportu-nidad. Hace poco ms de siete aos que su-cedi eso.

    El chef de Belmondo, Israel Mata, habatrabajado como banquetero en Monterrey,en el rea de catering en el Granero Grillycomo cocinero en la Casona de Santa Lucaantes de obtener un trabajo enel Pepper Kitchen Bar,donde se ocupdurante ochomeses.

    Fue ahdonde co-

    noci a GabrielaRomero, hasta que lajoven renunci. Supo despusque Romero se haba ido a la capital del pas,a probar suerte con restaurantes propios all.Por eso, cuando recibi una llamada de lajoven para invitarlo a trabajar en aquellaciudad, tampoco lo pens y empac sus ma-letas, aunque con un poco de nerviosismo:dej atrs el Cerro de la Silla, la comida re-giomontana y los chiles piquines que tantoama, para dedicarse a preparar sndwiches ytortas en Belmondo.

    SOBRE PREPARAR BARBACOA CONNOSTALGIA

    La fama y el bienestar econmico pu-dieron haber llegado para Adriana Lermauna vez que decidi cambiar de residencia ymigrar al centro del pas, pero lo cierto es que

    la joven de cabellos rubios nunca ha dejadode sentirse regiomontana. A lo largo de lossiete aos que ha vivido en la capital, Ler-ma se ha rodeado de otros coterrneos quetambin han decidido hacer de la Ciudadde Mxico su hogar, ya sea por decisionesde trabajo, como ella, o porque se han aleja-do de Monterrey a causa de la violencia delos ltimos aos. Lo cierto es que en ltimostiempos la cantidad de regiomontanos allha crecido considerablemente. Cada vez quese renen con el pretexto de asar carne, unatradicin que han conservado casi religiosa-mente, parecen enfocar sus platicar hacia unmismo lugar comn: la comida regia.

    Queremos taquitos de barbacoa, conaguacate, limn. El chicharrn deaqu es horrible, es asqueroso es comouna gelatina con grasa, no es el chicha-rrn prensado, crujiente como el de laRamos. No cabe duda de que la nostal-gia siempre mejora el sabor de la comida.O los tamales sin tanta masa y solo unatira de carne o cualquier guiso de prefe-rencia, o las tortillas de harina caseras, olas salsas molcajeteadas con un chorritode cerveza Tecate. Y eso que no todos losamigos regios de Lerma son cocineros oestn involucrados en el rea gastron-mica. Es por eso que los domingos porla maana en Belmondo, la pequeacomunidad regia ha impuesto la tradi-cional barbacoa pero al estilo regio, deres, cachete y lengua que preparan ellosmismos. Claro, lo preparan en olla exprsy no en atad, eso sera demasiado com-plicado y no cuentan con espacio paraenterrar el la carne. La que se consumeen DF es de borrego, es caldosa y no sabebien.

    Lo impresionante es que, a pesarde que la barbacoa es algo diferente a loque sus clientes habituales estn acos-tumbrados, los domingos por la maanaBelmondo tambin est a reventar. Y nonecesariamente por regios que aoran lagastronoma de sus tierras.

    SOBRE SER EMPRENDEDOREso a lo que se le llama

    pomposamente lacultura regia,

    est basadoen las

    creencias religio-sas catlicas que predomi-

    nan en Nuevo Len, donde las personasse enorgullecen de trabajar bajo un rgimenhumanista, de acuerdo con un estudio delInstituto Tecnolgico y de Estudios Superio-res de Monterrey (ITESM), aunque muchosya no practiquen el catolicismo como re-ligin, o no practiquen religin alguna enocasiones. El crecimiento de un empleadose ha demostrado por su sueldo y los benefi-cios que recibe de sus empleadores. Hay queanotar tambin que el duelo entre el Estadocentral priista y el empresariado regio que sedesarroll durante algunas dcadas en estaregin del pas fue uno de los grandes moto-res que incentivaron a los patrones localespara tratar con especial cuidado a sus em-pleados, buscando conservar el dominio de

    sus firmas y de los sindicatos en pugna de lasprincipales compaas.En entrevista, el periodista Juan Cedi-

    llo aade que se debe advertir tambin unavariacin en este modelo empresarial regio,ahora que los negocios ms importantes dela ciudad han empezado a perder sus virtu-des locales para convertirse en trasnaciona-les, con el consecuente trato a los empleadosque esto acarrea; y la desvinculacin entrelas diferentes capas socioeconmicas de lasociedad que se acentuaron con el auge dela violencia en el estado.

    Sin embargo, el regio se enorgullecede ser empleado de confianza, aunque eso

    signifique jornadas de trabajo ms largasy a veces no poder disfrutar de sus das dedescanso. Los regiomontanos emprendedo-res de Belmondo en el Distrito Federal hanllevado esa particular manera de pensar asus propios negocios en la capital del pas,en donde el chef contratado por las jvenesAdriana y Gabriela participa activamenteen la elaboracin del men y creacin de losnuevos restaurantes, nuevos proyectos, lle-gando a tomar a veces papeles hasta geren-ciales y en donde la chica que busc trabajo

    como mesera rpidamente logr ascender alpuesto de gerente.

    Existe un chiste que se cuenta tantodentro del estado de Nuevo Len comofuera del mismo: cada vez que llueve en laciudad, Monterrey se vuelve una sopa decoditos. Las excusas ms normales que da unregiomontano cuando se le acusa de codo otacao son: es que ac las cosas son ms ca-ras o esto es un desierto, nuestros antepa-sados aprendieron a vivir en condicionesinhspitas, por eso somos as.

    Pero lo codo de los regios se puede in-terpretar tambin fcilmente a partir de lasinfluencias anglosajonas de la regin, fron-teriza con Estados Unidos, que ha adoptadolas influencias gringas en muchas cosas: eltrabajo, el ahorro, y la generacin de riqueza,el carro, el telfono celular, el tamao de la

    casa y la colonia en donde se vive hastala Universidad a la que asisten los hijos sonsmbolos de poder, riqueza y aceptacin so-cial. Y si se tuvo la oportunidad de estudiaren el extranjero, la admiracin de aquellosque lo rodean crece an ms. El estatus sociales lo que importa por encima de cualquierotra cosa y para lograrlo, es preciso ahorraral mximo. Tan arraigada est la nocin delemprendedurismo del regiomontano, quehasta las universidades privadas han imple-mentado en su repertorio de licenciaturasalgunas enfocadas especficamente en eso.

    SOBRE EL ARTE DE ABRIR UN NUE-VO RESTAURANTE

    Los tres regiomontanos, Adriana,Gabriela y Alejandro, han conseguidoel crecimiento de su negocio. En la co-lonia Roma, a tan slo unas cuadras deBelmondo, el grupo de se ha hecho deun pequeo local al que el prximo mesde noviembre bautizarn como Linares,un bar con inspiracin nortea. Ah, fi-nalmente podrn consumir la comida

    que tanto extraan: asado de puerco, tor-tillas de harina y chicharrn en salsa ver-

    de. E incluso, anuncia Lerma a una Mataemocionada, ya consiguieron permiso por

    parte de la Cervecera Cuauhtmoc Mocte-zuma para vender la tradicional Carta Blan-ca, para sentirse realmente en el norte. Porfin, comenta alegre el chef que abandonarBelmondo para encargarse de la comidaen Linares; despus de dos aos de rogarles,por fin aceptaron. Tambin vendern aguamineral Topochico (en el Distrito Federal, seconsume Peafiel) y tortillas de harina quesern llevadas desde Monterrey. El men

    an no est definido, ya que por lo prontodeben enfocarse en otro bar que tambinestn por inaugurar y que llevar por nom-bre Sallinger. Pero una vez que se hayanquitado ese peso de encima, Lerma, Romeroy Mata, planean realizar un viaje a NuevoLen para recorrer los municipios aledaoscomo Santiago, El Carmen, Bustamanteprobando platos tpicos de la zona, buscan-do inspiracin para su men y tal vez, consuerte, incrementar el pequeo huerto quetienen en el techo de Flixcon alguna semi-lla de chiles.

    SOBRE DESCANSAR

    En la caliente cocina de Belmondo, Ler-ma siente la presin de los15 das que tienepara terminar el diseo del men de su nue-vo proyecto, Sallinger. Sabe que despus de

    ah tendr que ocuparse del resto de sus loca-les: verificar que todo est bajo control en F-lixantes de que oscurezca y el pequeo barse abarrote de jvenes ansiosos por una no-che de fiesta, hacer cuentas, y claro, pasear aLzaro. Una vez que se quite la filipina blan-ca, deber lanzarse nuevamente al caos dia-rio de la Ciudad de Mxico, ocupar su mentecon la lista de platillos que necesita quedarlista en algunos meses y planear su viaje aMonterrey. Despus regresar a su casa, quecomparte con su novio, en la colonia RomaSur, cerca de la Condesa, para relajarse en latranquilidad.

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    _Crnica Nacional

    Adriana Lerma,o Miwicomo le

    dicen sus amigos,se pasea entre los

    comensales y hacerecomendacionessobre la carta.

    Sus favoritos: elsndwich de lechn

    o el London Broil

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    _Crnica Local

    LEONARDO GONZLEZ

    LA CARNE ASADA

    ES CULTURA

    Puede un rcord Guinness participar enel renacimiento de una ciudad agraviada?

    El jueves 25 de agosto de2011, Monterrey vivi unade las peores masacres de suhistoria moderna. El Casino

    Royale fue incendiado intencionalmentepor una clula del crimen organizado, loque provoc la muerte de 52 personas.

    Casi dos aos despus, el 18 de Agos-to de 2013, la ciudad de Monterrey parece

    haber olvidado el ataque y celebr unacarne asada masiva, de hecho, La carneasada ms grande del mundo. El even-to reuni a ms de 45 mil 200 personasque pagaron 80 pesos para formar partede una de las pginas del libro de recordsGuinness.

    Esta es la crnica de lo que sucediese da histrico.

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    I

    En la maana del domingo 18 deagosto, la ciudad despert a la expecta-tiva. Las redes sociales bullan con dis-tintas opiniones sobre La carne asadams grande del mundo. Los detractorescuestionaron una y otra vez utilizan-do los mismos argumentos ecologis-tas, polticos y animalistas de algunasguras pblicas como la columnista

    Ximena Peredo. En el peridico El Nor-te, escribi un texto titulado Qu br-baros!, en el cual explicaba que jugara romper un rcord de tamao nos re-trata como una sociedad frvola, que nisiquiera comprende los problemas deprimer orden que la aquejan como sonla contaminacin ambiental, la obesi-dad y la epidemia de cncer. Es tiempode que advirtamos que podemos elegirlos elementos que nos representan. Esdecir, que pasemos del rol de actores alde autores de nuestro futuro.

    Sin embargo, en las redes sociales,y sobre todo en la realidad, muchoscompraron la idea y se mostrabaronorgullosos de romper un rcord que loscatapultara mundialmente a ser losciudadanos ms carnvoros del mun-

    do. Otros pensaban que este era ungran evento para la ciudad y vean laoportunidad de mostrar su identidadregiomontana.

    Las puertas del Parque Fundidoraabrieron a las nueve de la maana. Aesa hora comenzaron a llegar los pa-rrilleros y empacadores, en su mayora

    jvenes estudiantes de preparatoriascomo el Instituto Tcnico en Alimen-tos y Bebidas (ITAB) y Colegio Nacio-nal de Educacin Profesional Tcnica(Conalep). Llegaron los madrugadores,los que corrieron la carrera 5k y obtu-vieron los boletos. Llegaron los verda-deros carnvoros, expectantes ante unode los pocos eventos en el que ellos se-ran los titulares. Algunos desinforma-

    dos llegaron con su propia carne paraasar, y hubo quien llev su propio asa-dor. Pero el evento no consista en quela gente asara su propia carne, sino quese trataba de una carne asada a la quedeba asistir el mximo nmero de per-sonas, participando pasivamente.

    La humareda desprendida por los240 asadores de tres metros cada uno,cortaba el extraamente limpio cieloazul de esa maana en Monterrey. Elolor caracterstico de la carne al fuegoinund la ciudad. Aquellos que tenanel olfato entrenado podan oler la carneasada desde varios kilmetros a la re-donda. El taxista con en el que viajabapara llegar a Fundidora, lo not en Ave-nida Revolucin con Jos Alvarado,

    aunque se sorprendi de que

    el evento tuviera costoy eso lo desanim

    de asistir.

    II

    Eduardo Lalo Plascencia, investi-gador gastronmico con estudios delicenciatura y periodista del mismorubro, viaj desde su residencia en M-rida para asistir a La carne asada msgrande del mundo. l mismo se hacellamar un defensor de las causas im-posibles y est sumamente interesadoen la reivindicacin de la cultura culi-

    naria norestense.En un principio, su charla gira entorno a desmentir la frase que en su mo-mento dijo Jos Vasconcelos: La civili-zacin termina donde comienza la car-ne asada, en clara alusin a la culturagastronmica de los estados del nortedel pas. Esa frase es el error ms graveque se puede haber cometido remarcaPlascencia; segn l, la carne asada es elreejo de una serie de variables que ledan identidad a la regin, tanto en sugente como en las condiciones del terri-torio. Cuenta Plascencia que en Mon-terrey existe una reminiscencia de lacultura de los judos sefarditas, quienes,aseguran algunos expertos, fueron losprimeros pobladores de la ciudad. Otroselementos gastronmicos como el ca-

    brito, la carne al pastor y la carne seca,son tambin parte de esta inuencia.

    Se puede decir que la cocina a fue-go vivo no se puede controlar, slo res-ta entenderla, y esta frase inventadapor Plascencia y escrita en el restauran-te Neuqun en la ciudad de Monterrey,puede hacer al fuego vivo equiparablecon el carcter del regio comn. El re-giomontano es directo como el fuegocon el que se cocina un trozo de carneen el asador, no se anda con rodeos ytiende a hacer las cosas rpido. El regio-montano a la vez es familiar y buscahacer amigos, para l, la carne asadarepresenta la convivencia con las per-sonas.

    Edna Alanis, directora acadmica

    de Roccati, escuela de cocina en Mon-terrey, explica que la carne asada es elreejo de cmo alguien puede cocinarsus alimentos con slo 20 o 30 minutosde coccin. A diferencia de otros tiposde cocina, como los del sur y centro delpas, donde la gente se puede pasar msde tres horas junto al fuego, en el nor-te y en Monterrey especcamente, lasaltas temperaturas y la mentalidad deque entre menos tiempo se use para co-mer, ms se tiene para trabajar, hacenque la carne asada sea el platillo tpicoregiomontano por excelencia.

    Plascencia concluye con una re-exin, pues dice que el uso del fuegovivo para cocinar la carne asada reme-mora la primera forma de coccin uti-lizada por los humanos. El hombre de

    la prehistoria y el regiomontano queahora prende el carbn y coloca la carnepara cocinarla, utilizan prcticamentela misma tcnica. Tcnica milenaria yancestral que ha cambiado muy pocodesde entonces. Se puede decir que elregiomontano moderno y el neandertal

    consumen casi el mismo platillo.

    III

    Para las 11 de la maana, el lugaran pareca vaco: largas hileras de me-sas y sillas se encontraban desocupa-das, los organizadores con sus gafetessiempre bamboleando, corran de unlado a otro encontrando desperfectospara arreglar. Los chicos de las cami-sas amarillas que ms tarde fungirancomo repartidores, todava no encon-traban nada que hacer y se divertanentre ellos, viendo cantar al artista deturno, Pablo Montero o Los Cadetes deLinares. Eran casi el nico pblico deestos artistas de renombre en el pas.Martha, una chava parte del club defans de Pablo Montero, dijo sentirsecontenta por estar tan cerca de su dolo,pero a la vez desanimada tras el fracasode los artistas dispuestos en los escena-rios que mont la organizacin de Lacarne asada ms grande del mundo.

    Los Cadetes de Linares de RosendoCant se desgaitaban tocando sus msgrandes xitos. Tal vez en otro evento,a otra hora, o con otro pblico, los acor-des de Una pgina ms hubieran he-

    cho vibrar, bailar y hasta sentir nostal-gia a miles de hombres y mujeres. Estedomingo no fue as. Algunos curiososse acercaban para grabarlos con sustablets, celulares y cmaras digitales.Otros slo se quedaban ah, vindolosinterpretar sus canciones, pero nuncalograron juntar un gran pblico.

    Lo mismo pas con Pablo Mon-tero: los escenarios dispersos y la nulacomunicacin por parte de los organi-zadores hacia el pblico del evento hi-cieron que la mayora de los nmerosmusicales pasaran desapercibidos.

    No obstante estos problemas en laorganizacin, Patricia Aguirre, titularde la Corporacin para el Desarrollo

    Turstico de Nuevo Len, desta-c la convivencia familiarque hubo ese domingoen el Parque Fundi-dora, donde los asis-tentes disfrutaronlas actuaciones deEdith Mrquez,Dana Paola y losm e nc io nad o sCadetes de Lina-resy Pablo Mon-tero, entre otros.

    A partir de launa de la tarde, Lacarne asada msgrande del mundo

    comenz a llenarsede gente; miles de per-sonas transitaban por losandadores principales delparque. Cientos de personas espe-raban afuera, enojadas por el alto costodel boletaje: 80 pesos para los adultos y30 para los nios. Gran parte de ellos no

    saba que era tan caro y por tanto se tu-vieron que conformar con ver el eventopor encima de las bardas, teniendo elolor de la carne asada como recordatoriode su permanencia afuera.

    La desilusin de algunos otros fuepor el nulo acceso a las parrillas, puesse sintieron excluidos de participar enel evento. Su aportacin consisti en es-perar sentados, bajo una pobre sombra

    a una temperatura de 40 grados, paraque les trajeran las ansiadas cajitas querellenas con un buen pedazo de carne,salchicha asada, papa y cebolla.

    El calor lacer la piel de muchos delos asistentes que no encontraron unasombra para poder resguardarse. La lade los refrescos gratuitos super a las 200personas y el agua embotellada tuvo uncosto de 15 pesos, mientras que la cerve-za Bud Light, patrocinadora del evento,se vendi en 50 pesos. De un momentoa otro empezaron a hacerse las intermi-nables. Los encargados de las puertas yaccesos trataron con prepotencia a todoaquel que se acerc con una peticin ycuando el evento ya estaba por termi-nar, an haba gente formada para po-der llevarse ms carne a su casa.

    Para las cinco de la tarde, durante elconcierto de Joan Sebastian, quien fuellamado el padrino de La carne asadams grande del mundo y ante un p-blico de 400 personas, Amanda Mochan,representante de los Record Guinness,anunci lo que los presentes esperaban.La carne asada ms grande del mundo ,realizada en Monterrey, tuvo un total de45 mil 252 comensales, superando porms de mil personas al record anteriorobtenido en Sydney, Australia, en el aode 1993, donde se congregaron 44 mil158 carnvoros australianos.

    8 _Crnica Local

    El regiomontanoes directo como el

    fuego con el que secocina un trozo de

    carne en el asador, nose anda con rodeosy tiende a hacer las

    cosas rpido

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    MANIFESTACION DE IMPACTO AMBIENTAL MODALIDAD PARTICULARDEL PROYECTO FRACCIONAMIENTO HABITACIONAL LA ESPERANZA

    La empresa DETREX DESARROLLOS, S.A. DE C.V., pretende la urbani-zacin y construccin de un Fraccionamiento Habitacional denominado LaEsperanza con un total de 509 lotes habitacionales y 1 lote comercial, el cualpretende ser habilitado en un perodo de 57 meses, contemplando iniciar enEnero del 2014 y concluyendo en Septiembre del 2018 ya que el desarrollode las diversas actividades del proyecto se realizar en 4 etapas, realizandolas actividades de desmonte y despalme en diferentes fechas a lo largo delperiodo, sin afectar especies de ora y fauna nativas o enlistadas en las normas

    ociales mexicanas, tratndose de un terreno inmerso en la mancha urbanadel rea Metropolitana de Monterrey. La ejecucin de este proyecto ayudar apromover el crecimiento urbano del Municipio, de acuerdo a lo establecido enlos planes de desarrollo estatal y municipal; ampliar la infraestructura existen-te; atender la demanda de bienestar social, y ayudar a mejorar el nivel de lacalidad de vida de la zona. El terreno a desarrollar cuenta con una supercietotal de 141,908.55 m2 y se localiza en el municipio de Apodaca, Nuevo Lenal Oriente de la Colonia Rinconada Colonial. La altura geogrca del predioes de 422 metros sobre el nivel medio del mar. El predio fue georeferenciadomediante un sistema de posicionamiento global (GPS) utilizando el sistema decoordenadas. Las coordenadas UTM en la Zona 14-N asignadas al DATUMWGS84 que aplican para la ubicacin del sitio bajo estudio son: Latitud Norte2854009.07 m N (Y) Longitud Este 380641.55 m E (X)

    La metodologa utilizada para la identicacin de los impactos ambientaleses la de Listas de Control adems de la evaluacin de una tcnica matricial.La etapa ms crtica en cuanto a impactos al ambiente negativos, por can-tidad e intensidad ser la de preparacin del sitio, introduccin de serviciosy construccin de edicaciones. Durante los procedimientos constructivos, elmedio ambiente del sector del estudio se modicar provisionalmente mientrasduren las actividades de construccin, para una vez terminado el proyecto yya constituido como sector habitacional, se altere en forma permanente.La Reforestacin con Especies Nativas, permitir compensar favorablementeel impacto sobre la ora existente en el predio antes de la implementacin delproyecto. Conforme madure el dosel arbreo, se ofrecer tambin un mejorpaisaje y una mejor calidad de vida a los futuros habitantes, elevando adems,el valor de la propiedad en la cual se desarrollar el proyecto. En cuanto a losbenecios sociales del proyecto destacan la generacin de empleos tempora-les y permanentes, derrama econmica por la necesidad de diversos serviciose insumos, pago de impuestos y derechos municipales y estatales adems quese ofrecern a las familias que desean habitar en el Municipio de Apodaca,Nuevo Len, los benecios de una vivienda digna y con todos los servicios.

    Empresa Responsable del Proyecto: Detrex Desarrollos, S.A. de C.V.

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    IV

    Las brasas arden en su mximoesplendor: el asador construido de la-drillo con todo y su chimenea, se en -cuentra en el tercer piso de esta casaubicada en la colonia Roma en el surde la ciudad de Monterrey. Juan ponela parrilla utilizando un dispositivode poleas y una manija para darlevueltas; se nota que ha invertido enesta parte de su casa. Desde aqu sepuede ver el Cerro de la Silla y el airecorre fresco si uno se retira un pocodel asador. Es que aqu pasamos granparte de la convivencia familiar, res-ponde cuando se le pregunta al res-pecto del bien ubicado sitio.

    El seor Juan Martnez es el tpicoregiomontano, acionado a los Raya-dos del Monterrey, bebedor de CartaBlanca, de esos regios cuyas activida-des favoritas son estar con su familia

    y asar carne los domingos, o en dasde partido. Una o dos veces por sema-na, Juan toma la batuta alimenticiafamiliar. En su patio nunca falta unaarpillera de carbn. El asador hechoespecialmente para l, luce como unelemento ms de la pequea estanciaexterior de su casa.

    Toma una cebolla y la parte porla mitad, la incrusta en unas pinzasy comienza a limpiar la parrilla pa-sando la cebolla por cada uno de losrecovecos metlicos de esta. Juandice que la parrilla es su sartn: debeestar bien limpia para que la comidasalga bien. Despus de cerciorarsede que todo est limpio, toma variostrozos de arrachera y los coloca cual

    rompecabezas en la parrilla. Tsschh,el sonido de la carne al entrar encontacto con el calor es msica paralos odos de este seor regiomontano,slo equiparable con el sonido de lalata de cerveza al ser abierta. Costi-llas, ribeye, salchichas para asar, dostomates y tres chiles serranos (para lasalsa) completan la primera tanda dela parrillada que Juan ofrecer a su fa-milia. Entre los carbones previamen-te coloc papas y cebollas envueltasen aluminio.

    Lo acompaa su esposa Gloria ytres de sus hijos, su compadre LaloJurez, su comadre y los hijos de ellos,familia Tigre a morir. Sentados alre-dedor de una mesa previamente dis-puesta, con el televisor sintonizandoSky, la charla de futbol se vuelve aca-lorada. Se destapan otras tantas cerve-zas. Gloria prepara elpico de gallo.

    Son las 6:40 de la tarde y en 20minutos empezar el juego: los Raya-dos se enfrentan a los Tigres en el Es-tadio Universitario. No importa qutan mal est su equipo, los Martnezlo deenden a ultranza. Juan saca laprimera tanda de arrachera y costillas,colocndola en un sartn con tapa devidrio. La carne vuela a manotazosde los comensales ansiosos, mientrasven el juego. En platos desechables sesirven de todo: carne, tortillas, pico degallo, media salchicha, papa y cebollaasada. Toman su refresco.

    Juan tiene en su vida muchasancdotas de carnes asadas. As havisto cmo se han conocido amigos,pedido matrimonios y hasta se volvicompadre de alguien con quien tuvouna carne asada. A la vez, la carne asa-da es una forma de escape para l.

    Una vez, Juan lleg a su negociopor la maana y con sorpresa vio quehaba sido robado. A pesar de la triste-za y la indignacin de l y sus trabaja-dores, sorprendi a todo mundo cuan-do despus de haber ido a levantar ladenuncia ante el Ministerio Pblico,lleg con carne y carbn para haceruna carne asada. Ante el mal tiempo,hay que poner buena cara, dice. Dehecho tambin recuerda una carne

    asada que hizo justo despus del hura-cnAlex.

    Mientras Juan toma los bistecstipo T-bone para asarlos en una se-gunda vuelta, Alan Pulido mete elprimer gol para los Tigres. Los Juarezse levantan de sus asientos, gritando ychocando sus manos entre ellos. El Ce-rro de la Silla es testigo del clsico y laspasiones que despierta. Juan echa unvistazo a la repeticin, maldice y sigueacomodando la carne cual rompeca-bezas en la parrilla.

    V

    La desorganizacin y la falta delogstica en La carne asada ms gran-de del mundo fue algo que a nadie le

    pas por alto. Se convirti al ParqueFundidora en una mega cantina dondese consumi carne asada, en un even-to estirado en el que se pudo disfrutarpoco de la tradicin real. Tania, una jo-ven maestra de preparatoria, critic alevento pues considera que careci dems difusin y espacios ms cercanos.Para ir de un escenario a otro tena quecaminar como cinco o diez minutos. Laverdad no estaba padre eso.

    Aunque l fue la gura principal,Joan Sebastian critic en su Twitter ala organizacin de La carne asada msgrande del Mundo. FALT LOGSTICASe rompi el rcord cant bajo un IM-PO SOL! Para gente muy linda!, escri-bi el cantautor, luego de que le cues-

    tionaran su participacin.Aun cuando los organizadores de-

    fendieron a La carne asada ms grandedel mundo como un evento para pre-servar la cultura de Monterrey, paraJuan Martnez fue todo lo contrario. liba con la esperanza de poner su asadory trasladar su tradicin familiar a otroescenario como lo era el Parque Fun-didora, rodeado de miles de familiasregiomontanas ms para romper el re-cord. Lo que encontr fue totalmente loopuesto. No pudo acercarse ni siquieraa 50 metros de los asadores, slo tuvoque sentarse a esperar a que los chicosde amarillo llegaran con su caja dondevena todo envuelto en aluminio.

    VI

    Una semana despus de La carneasada ms grande del mundo, el 25 deAgosto de 2013, se cumplieron dos aosdel atentado del Casino Royale. Alre-dedor de 200 deudos de las 52 personasfallecidas en el incidente, se reunieronen la iglesia del Carmen no slo parallorar a sus seres queridos, sino para lu-char contra la ignominia de la que hansido objeto.

    El obispo Rogelio Cabrera Lpezdirigi la misa. Adems de los deudos,muy pocas personas asistieron a esteevento religioso para conmemorar elataque que tanto impact a la comu-nidad regiomontana. El obispo llama los familiares a actuar dentro de lasleyes, pues la violencia irracional noes propia de la humanidad. Su muer-te no ser en vano, pues es una muerteque nos recordar a la sociedad lo queno se debe hacer, es una muerte querecordaremos en el futuro. Despusde esta misa, los deudos iniciaron unaprocesin hacia las ruinas del CasinoRoyale que se encontraban a escasos500 metros de la Iglesia del Carmen.Se abrazaron y prometieron continuarla lucha, ahora olvidada por la mayorparte de los regiomontanos.

    Pero las cortinas de humo siguen.El domingo del aniversario de la ma-sacre, la maa casinera de la ciudad

    reparti a los medios de comunicacinuna grabacin que buscaba desviar laatencin. En ella se oye cmo, supues-tamente, Samara Prez Muiz, madrede uno de los jvenes fallecidos en elincendio, sostuvo una conversacincon Francisco Fernndez, representan-te legal de los casineros. La intencinera desprestigiar a una de las pocaspersonas que no han olvidado lo quesucedi mediante la difusin editadade una negociacin por la reparacinde los daos a la que estn obligadoslos propietarios del inmueble y los po-lticos locales que los respaldan.

    Hicieron algn homenaje las au-toridades? Alguien hizo una mencinde esto, el presidente, el gobernador, la

    alcaldesa?, pregunt Samara a los re-porteros que la abordaron para cues-tionarla sobre la ltracin hecha porla maa casinera. Mientras eso ocurra,era respaldada con porras por los deu-dos del incendio del Casino Royale.

    La carne asada ms grande delmundo, un domingo atrs, despedagrandes cantidades de humo, mien-tras que el domingo siguiente una gra-bacin hizo lo mismo.

    El Renacimiento de la ciudad si-gue en marcha...

    Pero las cortinasde humo siguen. El

    domingo del aniversario

    de la masacre, la maacasinera de la ciudadreparti a los mediosde comunicacin una

    grabacin que buscabadesviar la atencin

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    MONTERREY

    ES UNA PINCHEPELICULA DEACCION

    Cmo sobrelleva el drama de una tragediaun fantico de Hollywood?

    POR JAVIER IBARRA

    L

    as mejores estrellas deaccin: Willis, Stallone,Schwarzenegger, Van

    Damme, Chan, Lee, Sea-gal, Norris, Ford, Bronson. Tambin:la ciudad perfecta. De la que todoshablan, observan cosas, sienten mie-do o quieren conocer, porque ah

    existen. Se preparan las escenas deaccin.

    Es la ciudad de todas esas pelculas

    donde estas estrellas del cine, con unasolitaria bala de cualquier calibre,matan a manadas enteras de despia-dados forasteros y expertos en morirnaturalmente, en una sola toma.

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    Corte!Los dobles personajes seencuentran aqu y all, por todos lados,en el bien y el mal.

    Policas. Narcotracantes. Solda-

    dos. Halcones. Gobernadores. Nios(Sicarios). Empresarios. Federales. Sica-rios (Profesionales). Futbolistas Profe-sionales. Sicarios (Piratas). PresidentesMunicipales. Alcaldes. Guardias de Se-guridad. Luchadores. Conductores deTV. Cantantes. Conductores de Radio.Actrices. Periodistas. Infantes de la Ma-rina etctera, etctera, etctera.

    Por supuesto, todo eso es necesarioen esta ciudad. Es la ciudad perfecta.

    Accin!La gente de la ciudad huye, pero

    deseara no hacerlo. As es como los do-bles personajes vienen y residen en estegran set de grabacin, en esta calienteciudad.

    Nota: no se dice Caliente Ciudadpor el infernal calor regiomontano

    ***

    Los dobles personajes saben todolo que sucede aqu. Pero igual da lomismo y guardan silencio. O es que al-guna de esas estrellas de cine los tienesujetos entre sus brazos y amenazadoscon deslizar un loso cuchillo de unlado a otro, en la parte ms sensible desus cuellos o con jalar el gatillo delarma. Todo depende del director de es-cena; Cronenberg elegira el cuchillo ymucha sangre. Spielberg se ira por elgatillo del arma, pidiendo rayos lseramablemente.

    Alguien haba dicho que en estaciudad no eran necesarios los efectosespeciales.

    Contamos con lavado de dinero.Existe el cuento que el dinero

    desaparece en las manos de algn po-ltico durante una maana cualquiera.Al da siguiente, sucede lo mismo, peroahora aparece o desaparece en las ma-nos de un narcotracante con toda lasangre ya seca de algn extrao en susmanos. Otro doble personaje ha cadopor jales a los que se envan sicarios acobrar ciertas cantidades de billetes ver-des. As logran llevar a cabo la historiade esos pequeos cuentos cotidianosy nalizan realizando trucos de magiacomo Beto el Boticario. Dinero que vesy luego desaparece.

    El dinero se ensucia, pierde el valorque nunca ha tenido y pierde a la genteque lo ha intentado tener.

    El poder: lo manitico, lo adictivo.Hablamos de los que se visten impeca-

    bles para gobernar y tener que aparecera dar la cara en los medios de comuni-cacin, y decir Ya Basta! una y otravez.

    Lo mejor sera grabar uno de esosya cotidianos enlaces del gobierno.Memorizarlo sin quererlo. Apagar lostelevisores y simple y sencillamenteproyectarlo cada vez que se escuchenlas balas, las explosiones, las sirenas, losgritos y todo lo que hace que la ciudadsea una estupenda escena de accin.

    ***

    El da que ese rumor lleg a mivida, yo ya no poda seguir viendo msTerminator, Misin: Imposible, El Fu-gitivo o Duro de Matar 1, 2, 3 & 4.

    Me haban dicho que un misilAIM-9 Sidewindertocaba la puerta deuna camioneta 2010 Chevrolet Tahoe yla calcinaba junto a los dobles persona-

    jes que se encontraban dentro. Siguiuna inmensa explosin por el sitio endonde otra escena fue realizada. Unagasolinera. Cul fue el costo de esa es-cena de accin? Nada.

    La mejor escena de accin nacionalde la que me haban platicado. Misilesa plena luz del da y ritos de dolor sindoblaje alguno. Slo que en vez de loscaractersticos crditos nales de aba-

    jo hacia arriba, los crditos aparecanen mantas movindose para donde elviento quisiera llevar sus letras y con-signas. Las amenazas y prximos roda-

    jes de accin en la ciudad se encuen-tran siempre en continuar. Parecenno tener nal. Y de tantas continuacio-nes, uno ya dice vivir en Hollywood.

    Ser famoso: tener cirugas estticasy hacer yoga o pilates es la solucinpara no perder la calma.

    Compr mi boleto a Monterrey.Me advirtieron blindar mi cuerpo y

    mi equipaje.Viajar de da, si era posible.Mi cuello ahora lo entiende. Tres

    horas varado en el autobs a causa deun retn. De los buenos o los malos?Qu miedo, qu intriga. Como si lascarreteras en el pas ahora fueran el ca-mino de los lamentos, la travesa con

    rumbo a donde los muertos de esos do-bles personajes peregrinan a intentardescansar en paz. Miedo? Para nada.Amo las pelculas de accin! Slo espe-ro conseguir todos los autgrafos que

    me sean posibles. Mi trauma y mi obse-sin van ms all de lo normal. En reali-dad de quien soy, un enfermo fanticoy desquiciado de esos dobles personajesde los que hablaba. Los dobles persona-

    jes de Willis, Stallone, Schwarzeneggery las otras estrellas del cine que, en rea-lidad, estn en sus camerinos. Refugia-dos en lujosos stanos portando chale-cos antibalas, con diamantes talladospara nunca dejar de lucir bien e implo-rando vuelos privados de regreso a susmansiones en Beverly Hills.

    Lo siento mucho si esas estrellasdel cine son unos completos junkies ypiden porciones blancas en bandeja deplata, que adornen sus camerinos. Hoyen da, y por cmo est la ciudad, eso seconvierte en un peligro: conseguir mi-ligramos de estupefacientes, pequeascantidades de dosis. Ocasionan desapa-riciones de gente que ni siquiera sabequ es un papel, un toque, una grapao ungallo.

    Sera ms fcil descolgar esas pia-tas humanas de los puentes peatonales,llevarlas a sus mansiones, nadar juntocon ellas, conocerlas y dedicarles unpoco de atencin durante algn rato,y romperlas sintindose en alguna do-minical carne asada, para inhalar todala cocana posible que llover de sus tri-pas. Mientras esperan el llamado paraaparecer en escena, decir unos cuantosdilogos y salvar al mundo o a esta ciu-dad comenzando a incendiarse.

    Las escenas son perfectas y a ningu-no de los ciudadanos le he descubiertoesas bolsitas con la combinacin delquidos que hace una sustancia simi-lar a la sangre. Si alguien est herido,cranlo.

    Es peculiar, es nico. Las escenascontienen risas juveniles, risas perdi-das. Bebs delirantes en carriolas llo-rando por esos muertos aunque no loquieran y no lo sepan.

    Ayer estuve tan cerca de dos loca-ciones y por algn momento pareca seruna escena de comedia, una stira di-bujada en un peridico, con un humonegro en tercera dimensin brotandode las maquinitas del Casino Royale.

    La burla sigue.

    El muerto que vi en el centro de laciudad se quit esa bolsa negra, se pusode pie y golpe a los forenses antes derafaguearlos con una lluvia de balas.Se fue caminando, porque en realidades otro doble personaje y todos siguenandando como si nada hubiera pasado.

    Transcurren las horas, las cifras deesos dobles personajes calcinados, as-xiados o como sea, suben y bajan: 53,32, 12, 100 mil. Nadie sabe. Todos sondobles personajes. Todos son estrellasde accin en la ciudad.

    Mi fanatismo llega a su xtasis. Yano volver a comprar ms pelculas deaccin. Le prender fuego a esa colec-cin en honor y recuerdo de lo que meest pasado en la ciudad.

    Me siento una estrella de cine.Podra hacer los mejores trucos. Saberkarate, usar paracadas, arreglar mishuesos, esquivar balas, desactivar bom-bas. Ahora y en realidad soy un doblepersonaje desde mi interior fanatiza-

    do con explosiones y nales cardacos.Ojal algn da la bandera de Mxicono se encuentre a media asta y ondeecomo lo patritico de un Bruce Willissalvando al mundo en la enorme bocade Steven Tyler, cantando la cancin deArmageddon.

    Ahora es adictivo. Aparece el Presi-dente de Mxico en la ciudad. Madru-ga, se ve impecable y dice: Ya Basta!,seguido de aplausos y gritos de espe-ranza. Despus da los buenos das peroya no importa. Ya dijo: Ya Basta! Auny cuando baja la cabeza y todos le sacanfotos. Est triste? Piensa que l no tieneni una pizca de culpa.

    Quin la tendr?Mejor todos escondamos los bille-

    tes en nuestros bolsillos e inhalemos,fumemos o inyectemos esas dosis dedroga que tambin traemos entre laropa. As ya nadie nos creer que es tal -co lo que maquilla nuestras narices oque siempre tenemos ojos de mapacheo mordidas de roedores en nuestros an-tebrazos.

    Los noticieros adornan sus emisio-nes con un moo negro y nuestras pan-tallas tambin. Van a pausas comer-ciales y cambian esa msica noticiosapor un silencio tan pleno que es triste.Mientras Mara Julia de la Fuente o elArquitecto Benavides tambin bajan lacabeza, intentando estar tristes.

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    _Entrevista

    El fundador de Los Cavazos estenojado por la inseguridad y elalcalde de Santiago dice que no es te-lpata para saberlo. Homar AlmaguerSalazar arma no tener conocimientode la situacin de inseguridad que de-nuncian los comerciantes de la princi-pal zona comercial fuera del rea me-tropolitana.

    En entrevista con La Razn/El Ba-rrio Antiguo, el alcalde de Santiagoasegura que una de las causas de estefenmeno puede ser el hecho de quelos locatarios no se han acercado a ma-

    nifestar su preocupacin por la inse-guridad suscitada en el rea.

    Platicando con el secretario deSeguridad Pblica del municipio, mecomenta que l ha estado en repetidasocasiones con comerciantes de los Ca-vazos o con el seor Rivera, atendin-dolo o viendo si haba una situacinque quisieran informar. Hasta el mo-mento, el seor no ha hecho nada y noha denunciado nada, entonces la tele-pata todava no se nos da. Si alguienlo est intimidando o los est extor-sionando, no tenemos conocimiento,aclar.

    Para el lder de los comerciantesy propietario de la Talabartera El Ca-ballito, Jos ngel Rivera Mignn, lasarmaciones del edil, acerca de queSantiago es un municipio seguro, soncompletamente falsas, porque el mie-do se reeja en las bajas ventas. Distin -tos vendedores de la zona, con ciertomiedo relataron una serie de historias,en las que ellos, sus familias e inclu-so sus empleados, han sido blanco desobornos y raptos desde el 2005 a lafecha. La mayora de los casos no sondenunciados por miedo a represalias,lo que para Homar Almaguer hace im-posible enterarse de la situacin.

    Don Jos ngel acus al muncipede no querer atender sus demandasal no recibirlos en la ocina pblica,cosa que niega el alcalde: Dice que el

    gobierno municipal no ha tenido vo-luntad para recibirlo, pero cmo? si elseor no ha hecho una solicitud for-mal a nosotros, para que se le d unaaudiencia. Mi secretaria no ha tenidoninguna solicitud de audiencia. Laprueba fehaciente de que Santiago ysus comunidades son una zona segu-ra en Nuevo Len, es que su labor hasido reconocida por el secretario de Se-guridad estatal, Alfredo Flores Gmez,arma el edil.

    Para Homar Almaguer, la cuestinde la inseguridad en Santiago podrareducirse al peligro que representauna persona alcoholizada conducien-do un vehculo, el robo a casa habita-cin o un asalto, mas no cuestiones de

    delincuencia organizada. Debe existiruna corresponsabilidad, advirti, por-que los comerciantes de Los Cavazostienen un adeudo de aproximada-mente 7 millones y medio de pesosen el pago de permiso y limpieza. Sihemos fallado en algo, pues bueno,trataremos de corregirlo. Hay gente deah de los comerciantes de los Cava-zos, que desde 1998 no le han hechoun pago al municipio por el permiso,el refrendo de su negocio. A pesar deello la administracin municipal ha

    seguido brindando el servicio de lim-pia y de arreglo de luminarias, cuandoas se ha solicitado, aade.

    Los comerciantes tambin hanvisto mermadas sus ventas por la pre-sencia de vendedores ambulantes per-mitidos por la autoridad.

    Almaguer Salazar asevera quepara las arcas municipales el que pa-gue es bienvenido. Permiten ubicarsus puestos en las banquetas del reacomercial a quienes llegan con susproductos a cambio del pago de unacuota de 20 pesos: nosotros tenemosgastos y costos que cobrar, entonces si

    ellos no pagan nada al municipio porla recoleccin de la basura y a nosotros,el vendedor informal nos genera unaentrada al municipio, pues a quinquiero ms, al informal o al formal? alformal que no paga o al informal quenos ayuda?. Incluso Homar Almagueracus a los mismos propietarios derentar espacios a los informales.

    El alcalde dijo desconocer la can-tidad de deudores, a pesar de quesolicit la entrevista argumentandoque contaba con documentacin querefera datos precisos al respecto. Unade las soluciones para incrementar las

    ventas del lugar sera la unin de loscomerciantes para elaborar campaaspublicitarias, mismas que slo les re-dituara a ellos mismos, alude: al nalde cuentas es una inversin que ellosvan a estar recibiendo de benecio,porque no podemos privatizar las uti-lidades y socializar las perdidas, y queel municipio est gastando en darlepromocin a Los Cavazos, cuando losbeneciarios van a ser los comercian-tes, concluy el alcalde, en respuestaa los sealamientos presentados enla crnica El fundador de los Cavazosest enojado.

    El alcalde de Santiago

    no es telpataPOR MELVA FRUTOS

    Debe existir unacorresponsabilidad

    -advirti el alcalde HomarAlmaguer-, porque los

    comerciantes de LosCavazos tienen un adeudo

    de aproximadamente 7millones y medio de pesos

    en el pago de permiso ylimpieza

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    Soy fan del 7-Eleven desde antes deexistieran los Community Mana-gerque, en resumidas cuentas y para este caso,son los que defienden en primera instanciaalguna queja expresada en redes sociales. Soyfan del 7-Eleven porque pertenezco a una ge-neracin que los socilogos, amigos de los mer-cadlogos, compadres de los editores de librosy vecinos de los directivos de medios de comu-nicacin, llamaron Generacin X: chicos, hijosde padres trabajadores, medio educados por laMTV, amantes del grunge y la comida rpida,

    de la literatura basura y ropa cmoda; jvenesque vimos en una tienda abierta las 24 horas aun integrante de la familia que nos deca quecomer rpido era lo correcto.

    Hace unos das, por rdenes de mi odon-tloga, la Dra. Colmillo, compr gelatinaspues mi alimentacin durante 48 horas seradieta suave debido a la extraccinde la muela del juicio. Acud al7-Eleven ms cercano a micasa para comprar por 12pesos un par de gelati-nas de marca propia.Hasta que no tuve lacuchara en la bocasupe que estabanechadas a perder,lo que el saboramargo y olor fuer-te terminaron decomprobar. Eran

    gelatinas caducas.Agarr el iPad

    y tom dos fotografas:una de la fecha de cadu-cidad y otra de la gelatinacon moho. Sub la primeraa mi cuenta de Twitter. Variaspersonas iniciaron un debate sobre losproductos de esta tienda e inmediatamen-te el Community Managerde la tienda se pusoen contacto conmigo, va mensaje directo (DM),para ofrecer una disculpa y pedir ms informa-cin del caso. Antes de charlarcon la tienda, leped a mi novia que me llevara a cambiar lasgelatinas. Cierto: haba hecho un coraje, perocon el dolor de muela, la anestesia y los medi-camentos haba encontrado una nueva drogaen las gelatinas caducas, pues con singular par-simonia dije: amor, vamos a cambiar las gela-tinas por otras, llvame al 7-Eleven. Todo sin

    mostrar todava alguna molestia mayor.Llegamos a la tienda, y a pesar de queno haban pasado ni 20 minutos de mi com-pra, el encargado no quiso devolverme el di-nero pues el despachador que me las habavendido termin su turno y como no me die-ron ticket, no tena manera de comprobar quelas gelatinas haban sido compradas en esasucursal, a pesar de tener el logotipo pegadoen el producto.

    Le dije al encargado que haba subido lafoto de la gelatina caduca a las redes sociales.Con una breve charla, el encargado, un pocosacado de onda, me devolvi los 12 pesos. Nosenfilamos al 7-Eleven siguiente, que casi est acuatro cuadras. Me baj del coche, dispuesto acomprar la misma cantidad de gelatinas, puessoy un amante de la marca, pero al empujarla puerta me di cuenta que la tienda estaba ce-rrada. No cumplieron la poltica de abrir las 24horas. Eran las 23:00 hrs.

    Muy molesto por la doble decepcin, pedir al Oxxo que est an ms cerca de mi casa.Con el mismo dinero, 12 pesos, complet cuatrogelatinas marca Yomi Lala.

    Al llegar a casa tuve una charla va redessociales con empleados del 7-Eleven, quienesme pidieron datos como mi correo electrnicoy telfono, pues se pondran en contacto al dasiguiente. Eran muchas las disculpas que acep-t hasta que me hart, les dije que me habandecepcionado y creo que les dije que hasta mehaban roto el corazn. Me desahogu y los dejde seguir en Twitter.

    Al da siguiente, el gerente de la tienda secomunic conmigo pero no saba mi nombre y

    le colgu. Me van a seguir pidiendo disculpasy no saben mi nombre, llguenle les dije, sinpensar que mi cuenta de Twitter tiene un pseu-dnimo y no mi nombre de pila, pero lo queimportaba era que en verdad estaba enojado.Me haban decepcionado. 7-Eleven haba rotoel corazn de consumidor que tengo.

    Como dije al principio, 7-Eleven es una demis marcas favoritas. Crec cerca de una tiendaabierta las 24 horas, seguramente algo de mifuerza adolescente fue gracias al contenidoazucarado de los Big Gulp o el cerebro se me

    acomod o desacomod con un brain freezedel Slurpee; esta tienda con su Big Bite ayud aquitarme lo mareado una noche de fiesta parapoder manejar y llegar a mi casa; me levantpara estar lcido en algn examen con un CafSelecty muy seguramente me sac de apurospues no recuerdo si mi primer condn lo com-

    pr con ellos, pero creo que s.Estaba decidido a mandar-

    los al carajo y nunca com-prarles algo, cuando me

    llam un gerente dezona o regin, con

    quien charl comouna hora sobremercadotecnia. Vi-mos el alcance quetiene el venderproductos en malestado. Imagina-mos mi muerte por

    intoxicacin puesun pedazo del moho

    de la gelatina pudohaber entrar en el hueco

    que dej la muela. Me sen-t en confianza que hasta ofre-

    cieron darme un regalo que desdeluego no acept. No estaba dispuesto a

    pararme en un 7-Eleven a recoger una gorrao una taza de caf con refillde por vida. Ama-blemente le dije al Licenciadoque me llamaradentro de un mes y me preguntara si de nuevoestoy enamorado de la marca, que me entrevis-tara sobre compras realizadas en su lugar, puessin llegar a ser un inspector o empleado de estatienda haba decidido seguir haciendo algunascompras para checar su servicio y le exig quepor favor no cerrara la tienda a las 23:00.

    De eso han pasado unos das y admito queya no compro lo mismo que antes. Quiz deje

    de ser un usuario de esta tienda y me mude alDark Side, como llamo yo a los Oxxos, pues nome gusta su logo ni sus productos ni ese afn dequerer que todo Mxico sea territorio Oxxo: hacedos meses me toc ver una de estas tiendas a doso tres cuadras de la playa, no mames!

    _Opinin14

    [email protected]

    Aqu recibimos sus crnicas,

    comentarios y quejas.

    Pesealafaltade...

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    Desde la Calle Rojo

    7-ELEVEN: AMOR Y DECEPCIN

    Del 1 al 7 de septiembre de 2013Monterrey, N.L.

    ReporteInfrarrealistaEL GATO RARO

    Locutor. Cuentista. Rebelde de la CROC.

    elgatoraro.com

    organizacin en el evento, se recaudaron aproximadamente3 millones y medio de pesos en el evento de La carne asadams grande del mundo, cuyo destino no ha sido hechopblico hasta el momento.

    La fascinacin por la crnica lle-g a mis sentidos hace tres meses. Ala Calle Rojo de El Barrio Antiguo,entraron una maana un par de Die-gos. Me inyectaron este gnero en lasmanos y el cerebro. Aprend. Ahoraes como el da cero, en el que reinicio,me muevo de lugar, y aunque voy adonde mismo, me voy para otro lu-gar. Los motivos siempre son ajenos a

    nosotros, tienen que serlo cuando setrata de separarse de algo tan grande yentraable como es esta revista.

    Mis historias no se van conmigode forma total, porque algunas se que-daron en la memoria de los lectores,como la del avin desaparecido de Ga-mesa, la de la gran ciudad que existedentro de los Condominios Constitu-cin o la del mundo de los chinos enMonterrey. Los compaeros de aqu,que se volvieron hermanos y que a ve-ces la hicieron de hijos, o yo de mam,se mantendrn en mis corazones como

    parte de mi familia, porque es con la fa-milia con quien se crece y yo con ellos,he crecido. Ahora, apartndome de lossentimentalismos, es mi deber anun-ciarles que esta edicin nos trae, comosiempre, buenas historias, como la delrestaurante Belmondo del Distrito Fe-deral, contada por Daniela Garca, enla que habla de los emprendedoresregios que lo atienden. Leonardo Gon-zlez nos muestra un record Guinnesslogrado con una mega carne asada. Y

    hablando de comida, Gabriel Nunciohace una crnica del resurgimientode la Pizza Guana. Una pinche pelcu-la de accin es otro de nuestros temas,a cargo de Javier Ibarra. En este nme-ro el alcalde de Santiago jura que losuyo lo suyo, es ser gobernante y noclarividente. Incansables Gracias To-tales a la tinta y al papel de el Barrio,elementos indispensables para la ma-terializacin de mis relatos. El tiempoes cambio y la vida es una mudanzaeterna.

    MF

    Estaba decidido amandarlos al carajo

    y nunca comprarles

    algo, cuando me llam

    un gerente de zona oregin, con quien charl

    como una hora sobremercadotecnia

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    _DireccinDiego Enrique Osorno

    @diegoeosorno

    _AdministracinAlejandro Regalado

    _ComercialAdrin Gallegos

    Una publicacin de:

    Grupo Editorial La Razn

    Jos Mara Rojo 440 Sur

    Barrio Antiguo

    Monterrey, Nuevo Len.

    Tel. (0052)(81)83429697/98

    _Editor AdjuntoDiego Legrand@legranddiego

    _Arte y DiseoOscar Hernndez

    @Ouscher

    _WebDenise Alamillo@denisealamillo

    _Correccin y VerifcacinCaracol Colunga

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    _CronistasAlma Vigil

    @almillavigilDaniela Garca@d_garcia91Melva Frutos

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    _FotografaVictor Hugo Valdivia

    AsistenteElisa Badillo

    _ColumnistaEl Gato Raro

    _DistribucinSergio Ramos

    _ConsejerosAndrs Ramrez

    Celso Jos GarzaGuillermo Osorno

    Julio V. Chang

    RICARDO ELIZONDO ELIZONDO26/01/50 - 24/07/13

    EL HOMBRE QUE NARR EL DESIERTOPOR CARACOL COLUNGA

    _Obituario

    Arriba est la noche, cansaday sin una nube. Abajo est latierra, que reseca y a terrones respira.

    Su aliento alcanza hasta el horizonte.Ningn rbol interrumpe la vista; es

    en el piso donde se arrastran gober-

    nadoras y candelillas, movindose

    despacio con el poco aire que sopla,

    mecindose como estrellas marinas

    en el agua. El desierto es un momento

    suspendido.

    Guy Debord, el lsofo acusado

    de borracho que escribi sobre psico-

    geografa, crey, al igual que muchas

    personas desde milenios atrs, que el

    desierto es monotesta. Lo dijo porque

    las tres mayores religiones monotes-

    tas de la actualidad se gestaron entre la

    arena, pero tambin por la imponen-

    cia monoltica de su paisaje. El sol feroz

    de da y el fro inmvil de la madruga-

    da sugieren una deidad de dos caras.

    Quiz es por eso que la obra de Ri-

    cardo Elizondo Elizondo quiso ocupar-

    se de esa parte del pas, de sus contras -

    tes geogrcos, sociales y lingsticos.

    Para este escritor nacido en una de las

    principales ciudades del norte, el de-

    sierto fue tema inevitable, tanto que

    en los 80 fue etiquetado por los crticos

    como uno de los principales escritores

    de la narrativa del desierto o narra-

    tiva del norte, junto con Daniel Sada,

    Gerardo Cornejo y Jess Gardea. Fuera

    de taxonomas impuestas por otros, lo

    cierto es que Elizondo logr recrear su

    tierra y le dio un peso digno de estu -

    diarse ahora que el Plan Nacional de

    Desarrollo del actual gobierno no con-

    templa demasiados apoyos para re-

    giones como la candelillera, sino que

    enfoca sus bateras a zonas boscosas o

    tropicales.

    ***

    Ricardo Elizondo Elizondo fue,

    entre muchas cosas, narrador: sus li-

    bros Setenta veces siete y Narceda-

    lia Piedrotas son novelas realistas

    y elaboradas que dan cuenta de un

    buen oficio a la hora de contar. Eli-

    zondo, nacido en Monterrey el 26 de

    enero de 1950, conoci bien a la gente

    de su regin.

    Fue maestro en Humanidades y

    doctor en Historia, aunque los viajes

    le mostraron mejor la realidad del nor-

    te. Segn la periodista Andrea Rivera

    Villegas, casi durante 40 aos, RicardoElizondo hizo recorridos por Coahuila,

    Nuevo Len y Tamaulipas: Conozco

    todos los pueblos... Me fui con un saco

    de dormir a juntar palabras y era yo

    muy discreto para que la gente no se

    diera cuenta de que las andaba cazan-

    do, dijo alguna vez el escritor. Como

    director del Archivo General del Estado

    de Nuevo Len, de 1975 a 1979, tuvo

    acceso a materiales que le permitieron

    acrecentar su conocimiento. Es por eso

    que muchas veces se le calica como

    relator de lo ntimo; en sus libros es

    capaz de describir un paisaje exterior a

    travs de los hechos de una casa o las

    cotidianeidades.

    Retrat sobre todo a las mujeres,

    ejes de la vida en el mbito domsti-

    co de esa poca. Antes de morir el 24

    de agosto de 2013, Ricardo Elizondo

    tambin public los libros de cuentos

    Relatos de mar, Desierto y muerte, y

    Maurilia Maldonado y otras simple-

    zas. Adems se adentr en la drama-

    turgia con las obras El indio muerto y

    Chanclas de oro.

    ***

    Se le consider un historiador de la

    vida privada, pero tambin de la vida

    pblica. Aparte de su trabajo en el ar-

    chivo, recopil las memorias fotogr-

    cas Historia grfca del Tecnolgico de

    Monterrey, 1943-1973 y Lecumberri:

    ngel y escorpin. Como historiador

    pudo darle un contexto dedigno a su

    novela Setenta veces siete, con la cual

    logra al mismo tiempo una descrip-

    cin de la frontera y la vida en ambos

    lados de ella. Cuenta las relaciones co-

    merciales que se establecieron entre el

    norte mexicano y el sur estadouniden-

    se, germen de la desigualdad econmi-

    ca y el deseo de imitacin que siempre

    han sentido los mexicanos fronterizos.

    De esta forma explica los orgenes de la

    modernidad en el no