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eont~~~.~~torias 9

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Contrahistorias 9

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  • eont~~~.~~torias

    9

  • Director:

    CARLOS ANTONIO AGUIRRE ROJAS

    Comite de Redacci6n:

    AMERICA BUSTAMANTE PIEDRAGll

    VANDARI MANUEL MENDOZA SaLlsCARLOS ALBERTO Rlos GORDILLO

    KARINA VAZQUEZ BERNAL

    NORBERTO ZUNIGA MENDOZA

    Difusi6n y Relaciones:

    LAURA TORT VELASCO

    COMITE CIENTfFICO INTERNACIONAL:

    BolIvar Echeverria Andrade (U niversidadNacional Auronoma de Mexico), CarloGinzburg (Scuola Normale de Pisa),Immanuel Wallerstein (Yale University),Edeliberto Cifuentes Medina (Universi-dad de San Carlos de Guatemala), Mi-guel Angel Beltran (Universidad Nacio-nal de Colombia en Bogota), JurandirMalerba (Universidade Estadual de SaoPaulo), Claudia Wasserman (Universi-dade Federal de Rio Grande do Sul), Da-rio G. Barriera (Universidad Nacional de

    ,Rosario), Pablo Pacheco (Cuba), Francis-co Vazquez (Universidad de Cadiz), Ofe-lia Rey Castelao (Universidad de Santiagode Compostela), Ricardo Garda Carcel(Universidad Autonoma de Barcelona)Massimo Mastrogregori, (Revista Sto-riografia), Steffen Sammler (Leipzig Uni-versitaet), Maurice Aymard, (Ecole desHaures Etudes en Sciences Sociales), Lori-na Repina (Instituto de Historia Univer-sal, Academia de Ciencias de Rusia), ChenQineng (Instituro de Hisroria Universal,Academia de Ciencias de China).

    Contrahlstorlas. La atra mlr .da de aioKevista semestral, No.9, septlembre ZOO7~febrero Z008.

    Pagina web: www.contrahistorias.comCorrea electr6nico: [email protected]

    ISSN, 1665-8%5ContTah/storias es una ReselVa para usa exclusivQotorgada por la Direcd6n de Reservas del Instituto-Nacional del Derecho de Autor, bajo el numero:

    04- ZOO4-04141 106Z500-1 OZ

    Se autoriza la reproducci6n de 105materialescon el- simple permiso de la Dite

  • C Ja I tI09 THEODOR W. ADORNO QO- I aN VIT TR ~A A H HI I2 Volviendo a considerar el tema 5T Ta a!I de la Industria Cultural* RI IA A2 5

    E 1[t~rmina industria cultural fue utilizada, quiza par primera vez,en ellibro La Dialectica delIluminismo, publicado por Horkhei-mer y por mi en Amsterdam en el ano de 1947. En nuestros borradoreshablabamos mas bien de "cultura de masas". Pero reemplazamos esaexpresion con la de "industria cultural" con el fin de excluir completa-mente la interpretacion aceptada por los defensores de esa "cultura demasas": es decir, la de algo asi como una cultura surgida esponranea-mente desde las masas mismas, la forma conremporanea del arte popu-lar. Pero la industria cultural debe ser distinguida radicalmente de estaultima. Ya que la industria cultural fusion a 10 viejo y 10 familiar paradarle una nueva cualidac.. En todas las ramas, los productos que fueronhechos para el consumo masivo, y que en gran medida determinan lanaturaleza de este consumo, son producidos mas 0 menos con arreglo aun plan. Asi, las ramas individuales poseen una estructura similar, 0 por10 menos se encuadran denrro de otra forma que posea dicha estructu-ra, ordenandose de este modo dentro de un sisrema casi homogeneo.Esto es posible gracias tanro alas capacidades tecnicas conrempora-neas, como tam bien a la concentracion economica y administrativa.

    Enronces, la industria cultural inregra in-tencionalmente a sus consumidores desdearriba. En detrimento de ambas, esta indus-tria cultural reline forzadamenre alas esferasdel arte elitista y del arte popular, que estu-vieron separadas durante miles de anos. Conello, la densidad del arte elitista es destruidacon vistas a su eficacia; mientras la densidad

    del arte popular se extingue a causa de las Ii-miraciones civilizatorias impuestas sobre larebelde resistencia que Ie ha sido inherente aeste arte durante la larga etapa en la que elconrrol social no era todavia total. As!, aun-que la industria cultural medita innegable-mente sobre el estado concienre e inconcien-te de los millones de personas hacia las cuales

    ,;.1iI;.E'M"'2E'!! e.eSi'''S'!'''ih''''SiS'id",s',IF''''FF'F 9+ ~

    * El texto siguiente ha sido tornado dellibro de ensayos de Theodor Adorno, TEe CuLture Industry, Ed. Rout-ledge, Londres-Nueva York, 2002, pp. 98-106. Hasta donde sabemos, se trata de un texto que, siendo unrexto fundamental, es aun inedito en espanol, raz6n por la cual Contrahistorias 10 entrega ahora a la conside-raci6n de todos sus lectores. La traducci6n del ingles al espanol es obra de Norberto Zuniga Mendoza.

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    bL vtra minlr.!tl de Clio (..o~ [ 7 ] ~~oJ" lit ntra minu!a de CLio

  • esti dirigida, las masas no son para ella 10pri-mario, sino mas bien algo secundario, puesson simplememe un objeto de dlculo, unsimple apendice de la maquinaria.

    EI clieme no es el rey, como la industriacultural quisiera hacernos creer, pues eI no essu sujeto. sino solameme su objeto. Por eso,ya el propio concepto de mass media, acufia-do especialmeme por la industria cultural,coloca el acemo en un terreno inofensivo. Yaque aquf la cuesti6n principal no son tampo-co las masas, ni el tema de las tecnicas de co-municacion, sino mas bien el espfritu queanima a todo el proceso, es decir, la voz delos que mandan. La industria cultural abusade su vinculacion con !as masas para dupli-car, reforzar y conso[idar su menralidad, laque segun presume esta dada y es inmutable.Pero el modo en que esta menralidad podriaser cambiada, es algo que se evade todo eltiempo. Las masas no son la medida de laindustria cultural, sino mas bien su justifica-cion ideologica, a pesar de que esta industriacultural diffcilmenre podria existir sin adap-tarse alas masas.

    Las mercancfas 0 producros culruralesde esta industria estin gobernados, comoBrecht y Suhrkamp 10expresaron hace trein-ta afios, por el principio de su realizacioncomo valores de cambio, y no por su propioconrenido espedfico y su configuracion ar-moniosa. La totalidad de la practica de estaindustria cultural transforma el descarnadomovil de la obtencion de ganancia en diver-sas formas culturales. Porque desde el mo-mento en que estas formas culturales habiancomenzado a tener una vida independienrede sus creadores, al convertirse en mercan-das dentro del mercado, empezaron tambiena poseer algo de esta ultima cualidad. Pero enaquel enronces, ellas buscaban esa ganancias610 de manera indirecta, por encima y masalia de su esencia autonoma. En cambio aho-ra, 10 innovador de la industria cultural es la

    primada directa y abierta de una exacta y biencalculada utilidad en sus productos mas co-munes. La autonomfa de las obras de arte,que por supuesto solo en raras ocasiones hapredominado en una forma enteramentepura, y que estuvo siempre permeada por todauna constelacion de efectos, es tendencial-menre eliminada poria industria cultural, cono sin !a voluntad conciente de aquellos queejercen el control social. Y estos Ultimos in-cluyen tanto a los que ejecutan las 6rdenescomo a los que ejercen el poder.

    En terminos economicos, estos grupos queejercen el poder eStan y han estado siempreen busqueda de nuevas oportunidades parala realizacion del capital, en los pafses econo-micamente mas desarrollados. Pew las viejasoportunidades se fueron volviendo cada vezmas precarias, como resultado del mismo pro-ceso de concentracion que solo ahora haceposible a la industria cultural como un feno-menD omnipresente. Ya que la cultura, en suverdadero sentido, no era simplemenre algoque se adaptaba a los seres humanos, sino tam-bien algo que simultaneamente e1evaba unaprotesta en contra de !as relaciones cosifica-das bajo las cuales esos seres humanos vivian,dignifidndolos de este modo. Pero en el mo-mento en que esa cultura es completamenteasimilada e integrada a esas relaciones cosifi-cadas, los seres humanos son una vez mas de-gradados.

    Pues los productos 0 creaciones

  • ...Ahora, como siempre, la industria cultu-ral estd al "servicio" de terceras personas,

    manteniendo su afinidad con el decadentepromo de la circulaci6n de capital y con el

    comercio del cual ella naci6 ...

    han hecho independientes de la compulsi6nde vender las mercandas culturales que ten-drian que ser vendidas de cualquier man era.De este modo, la industria cultural se vuelcamas bien sobre el campo de las relaciones pu-blicas, sobre la fabricacion de una "buena vo-luntad" per se, sin preocuparse de las 'empre-sas particulares 0de los espedficosobjetos vendi-bles. El resultadode esto es la ins-tauraci6n y la uti-lizaci6n de unconsenso acriticogeneral, de una publici dad producida para elmundo emero, de modo que cada productode la industria cultural se convierte en su pro-pia publici dad.

    Sin embargo, es de hacer notal' que las ca-racteristicas que marcaron originalmente latransformaci6n de la literatura en una mer-canda, son conservadas dentro del procesogeneral de la actual industria cultural. Yaquemas que cualquier otra cosa en el mundo, laindustria cultural posee su propia ontologfa,es decir, una suerte de armazon de categorfasbasicas rfgidamente conservadoras que pue-den ser rastreadas, par ejemplo, como ya pre-sentes desde las novelas comerciales inglesasde finales del siglo XVII y principios delXVIII. De modo que 10 que se muestra antenosotros como el progreso de la industriacultural, como 10 incesantemente nuevo yenconstante ascenso que ella ofrece, no es masque el disfraz de una eterna permanencia; asf,por todas partes, esos supuestos cambios s6loenmascaran a ese esqueleto 0 armazon queen realidad ha cambiado muy poco, igual queha cambiado casi nada el propio movil de laobtenci6n de la ganancia, desde aquellos tiem-pos en que pOl' primera vez dicho m6vil sevolvio predominante demro de este ambitode la cultura.

    POI'10 tanto, la expresi6n industria, den-tro del termino de industria cultural, no debeser tomada demasiado literalmente. Ella hacereferencia mas bien a la estandardizaci6n dela cosa misma -como sucede en el caso delgenero del Western, tan familiar a todo afi-cionado al cine-, y a la racionalizaci6n de

    las tecnicas dedistribuci6n,pero no estric-tamente al pro-ceso de la pro-duccion. Puesaun en el cine,que es el sector

    central de la industria cultural, y en donde elproceso de producci6n se asemeja cada vezmas al modo de operaci6n tecnica caracterfs-tico de la muy extendida divisi6n del trabajo,y donde observamos igualmeme el empleode maquinas, junto ala separaci6n de los tra-bajadores respecto de sus propios medios deproducci6n -separaci6n que se expresa enel eterno conflicto entre los artistas activosdemro de la industria cultural, y aquellos quecontrolan esta misma industria- aun aqufse mantienen, sin embargo, las formas indi-viduales de producci6n.

    Cada producto conserva y ostenta asf unaire individual, y esta individualidad en sfmisma sirve para reforzar la ideologfa, en lamedida en que se suscita la ilusi6n de que unambito que ya ha sido completamente reifi-cado y mediatizado, es en cambio falsamemepresemado como un santuario aun vigentede cercanfa y de vida. Ahora, como siempre,la industria cultural esta al "servicio" de ter-ceras personas, manteniendo su afinidad conel decadente proceso de la circulaci6n de ca-pital y con el comercio del cual ella nacio. Suideologfa, por encima de todo, utiliza el sis-tema de la 'estrella', del 'idolo', del personajeque concentra todos los reflectores, sistemacopiado del arte individualista y de su explo-

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  • taci6n comercial. Asi, mientras mas y mas sedeshumanizan sus metod os de operacion yde contenido, mas diligente y exitosamenteesa industria cultural propaga y difunde a unconjunto de supuestas grandes personalida-des, operando tambien supuestamente segunlas emociones del corazon.

    Entonces, la industria cultural es industrialen un sentido mucho mas sociologico, es de-cir en cuanto a la incorporacion de formasindustriales de organizacion incluso en el casoen el que nada esta siendo producido 0 ma-nufacturado realmente -como sucede tam-bien con la racionalizacion del trabajo de ofi-cina-, mucho mas que en el sentido de quealgun objeto, estuviese siendo real y verdade-ramente producido bajo una espedfica racio-nalidad tecnologica. Por 10 tanto, las malasinversiones dentro de la industria cultural sonconsiderables, lanzando a sus distintas subra-mas a la condicion de obsolescencia en cadasituaci6n de crisis economica, obsolescenciadictada por las nuevas tecnicas, las que sin em-bargo, solo muy raramente provocan cambiosque constituyan una verdadera mejora.

    El concepto de tecnica en la industria cul-tural es el mismo solo en cuanto al termino,respecto de 10 que es la tecnica en las obras dearte. Ya que en estas ultimas, esa tecnica serefiere a la organizacion interna del objetomismo, de acuerdo a su propia logica inter-na. En cambio, la tecnica en la industria cul-tural es, desde el principio, la de la distribu-cion y la reproduccion mecanica de la obra, ypor 10 tanto es algo que permanece siemprecomo externo al objeto. La industria culturalencuentra su apoyo ideologico precisamenteen la medida en que ella se aleja y resguardafrente al enorme potencial de las tecnicas con-tenidas en sus propios productos. POl'que ellavive parasitariamente a expensas de la tecnicaextra-artistica propia de la produccion mate-rial de las mercandas, sin tomar en cuentapara nada las obligaciones que impone la pro-

    pia funcionalidad (Sachlichkeit) del todo ar-tistico intrinseco, ni tampoco las leyes de laforma requerida pOI la autonomia estetica.

    El resultado de esto para la fisonomia de laindustria cultural, es que ella se presenta comouna extrma mezcla, de un lado, de fluidez,rigor fotografico y precision, y del Otro, deciertos residuos individualistas, de sentimen-talismo y de un romanticismo siempre racio-nalmente predispuesto y adaptado. Si segui-mos entonces la idea de Walter Benjamin, quecaracteriza a la obra de arte tradicional a par-tir del concepto de aura, es decir de una pre-sencia de aquello que no esta presente, enton-ces la industria cultural se define por el hechode que ella no contrapone, estrictamente ha-blando, ningun otro principio al principio delaura, sino mas bien por el hecho de conservaresa aura en proceso de decadencia como unabrumosa niebla. Con 10 cual, esa industria cul-tural traiciona sus propios abusos ideologicos.

    Recientemente, se ha vuelto comun entrelos funcionarios culturales asi como entre lossociologos, advertirnos en contra de la subes-timacion de la industria cultural, sefialandosu gran relevancia para el desarrollo del co-nocimiento de sus consumidores. Y esto debeser tornado seriamente, sin ninguna presun-tuosidad culta. Porque en la actualidad, la in-dustria cultural es importante como uno delos momentos del espiritu que hoy nos do-mina. Asi que seria ingenue cualquiera que,mas aHa de todo escepticismo derivado de laevaluacion frente al tipo de cosas con las queesta industria cultural atiborra a la gente, pre-tendiera ignorar su influencia. Con todo, hayun destello falaz en este reclamo de tomar se-riamente a la industria cultural. Ya que deb i-do a su funci6n social, las preguntas molestassobre su cualidad, sobre su verdad 0 falsedad,y sobre el nivel estetico de las emisiones de laindustria cultural son acalladas, 0 por 10me-nos son excluidas denno de la as! llamada so-ciologia de la comunicacion.

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  • El critico es acusado de refugiarse en unesoterismo arrogante. Pero antes de realizaresta acusacion, seria recomendable indicar laimportancia del doble significado que estaindustria cultural va filtrando lenta e inadver-tidamente. Pues incluso si ella afecta las vidasde innumerables personas, hay que recordarque la amplitud de una funcion no es paranada garantia desu calidad particular. Lamezcla estetica que caracteriza a esta indus-tria cultural, con sus residuales aspectos co-municativos, coloca al arte, en tanto fenome-no social, no en su legitima postura de con-traposicion frente al esnobismo pseudoartis-tico, sino como una simple variante mas de lalegitimacion de las nocivas consecuencias so-ciales de esa industria cultural. La importan-cia de la industria cultural para la constitu-cion espiritual de las masas, no la exime en-tonces de la reflexion acerca de su legitima-cion objetiva, de su ser esencial, al menos porparte de una ciencia que se auroconcibe comopragmatica. Por el contrario: dicha reflexionse vuelve necesaria precisamente por esta ra-zon. Asi, tomar a la industria cultural tan se-riamente como su incuestionable papello exi-ge, significa tomarla en serio criticamente, sinasustarse frente a su caracter monopolista.

    Entre ciertos intelectuales, que esran im-pacientes por reconciliarse con este tipo defenomenos de la iridustria cultural, y tambienansiosos por encontrar una formula que lespermita al mismo tiempo expresar algunasreservas en contra, pero a la vez, su respetopor estos poderes dominantes, se ha desarro-llado un cierto tono de tolerancia ironica, apesar de que ellos mismos crearon los nuevosmitos del siglo veinte desde todas estas regre-siones que nos han sido impuestas. Ya quedespues de todo, estos intelectuales reprodu-cen, como es bien sabido por todos, una talclase de horribles novelas de bolsillo, de ago-biantes peliculas, de programas familiares detelevision lanzados como grandes series y su-

    puestos programas de exitos, 0 aconsejan acolumnas periodisticas de horoscopos 0 deenamorados y despechados de todo tipo.

    Sin embargo y de acuerdo con esos mis-mos intelectuales, todo esto es inofensivo eincluso democratico, puesto que responde auna demanda, e incluso a una demanda cre-ciente. Y tambien es algo que acarrea todotipo de beneficios, segun afirman, por ejem-plo a traves de la mayor difusion de la infor-macion, y de las opiniones, y de patrones deconducta menos violentos. Desde esta logi-ca, naturalmente, cualquier estudio sociolo-gico que pretenda medir algo tan elementalcomo que tan informado politicamente estael publico, obtendra como resultado que di-cha informacion es escasa 0 indiferente. Yaunmas, ya que la opinion que se desprende apartir de las manifestaciones de la industriacultural sera siempre vada, banal e inclusoalgo peor, mientras que los patrones del com-portamiento seran siempre desvergonzada-mente conformistas.

    La falsa ironia de la relacion de esos inte-lectuales serviles con la industria cultural nose restringe entonces unicamente a ellos. Po-demos suponer que la conciencia de los pro-pios consumidores esta dividida entre la di-version prescrita que les es provista por la in-dustria cultural, y una dud a solo a mediasoculta acerca de sus ventajas. La Frasede que'el mundo desea ser engafiado', ha llegado aser hoy mas verdadera que nunca. Porque lagente, como reza el dicho, no solamente estacayendo en esa estafa; ya que si esta caida lesgarantiza a ellos incluso la mas fugaz de lassatisfacciones, entonces ellos mismos deseandicho engafio, aun cuando el mismo sea trans-parente y claro a sus propios ojos. De estemodo, ellos obligal) a sus propios ojos a man-tenerse cerrados y fuerzan a su propia voz aemitir sonidos de 'aprobacion, en una suertede aversion auroinducida, respecto de aque-110 que se les oculta, aunque sabiendo com-

  • pletamente los prop6sitos para los cuales es-tas mercancias de la industria cultural han sidofabricadas. Porque aunque no 10 admitan, ellossienten que sus vidas se volverfan totalmenteinsoportables en el momenta mismo en quedejasen de estar vinculados a estas satisfaccio-nes que provee esa industria cultural, satisfac-ciones que en el fondo no son tales.

    La mas ambiciosa defensa de la industriacultural, es aquella que celebra su espfritugeneral -el que bien podemos calificar, sinduda, como una simple ideologfa- como unfactor impulsor del orden. Pues en un mun-do supuestamente ca6tico, esa industria pro-veerfa a los seres humanos con algo aS1comopatrones de orientacion, 10 que serfa algo dig-no de aprobacion. Sin embargo, 10 que susdefensores imaginan que es preservado poresta industria cultural, es de hecho aquelloque mas cabalmente es destruido por ella. Yaque la pelfcula de color destruye a la clasica ygenial vieja tabema en un grado mucho ma-yor en el que podrfan hacerlo las mismas bom-bas: simplemente, esa pelfcula extermina laatmosfera y la adecuada representacion de suimagen. As!, ningun lugar particular puedesobrevivir a este procesamiento realizado porlas peliculas que pretenden exaltarlo, pues ellastransforman el caracter unico que en dichoslugares florece, en una vulgar semejanza prac-ticamente intercambiable.

    Lo que podrfa ser llamado legftimamentecomo cultura es aquel esfuerzo que intenta,en tanto expresi6n del sufrimiento y de lacontradicci6n, mantener una conexi6n realcon la idea de una vida aceptable y buena.De modo que la cultura no puede represen-tar ni 10 que simplemente existe, ni tampocolas convencionales y compulsorias categorfasdel orden con las cuales la industria culturaltrata de revestir a esa idea de la vida buena,como si la realidad hoy existente fuera esa vidabuena, y como si esas categorias fueran suverdadera medida. Y si la respuesta de los re-

    presentantes de la industria cultural, es queesta ultima no pretende para nada damoscomo su producto al arte, esta es en S1mismala ideologia con la cual ellos evaden la res-ponsabilidad por aquello que mantiene vivosu negocio. Pero con una tal explicaci6n nose corrige para nada la fechoria cometida.

    De esta manera, la referencia al orden, sinninguna especificaci6n concreta, se vuelvealga vano; igual que la referencia sobre la di-fusi6n de ciertas normas, sin que ellas hayansido nunca probadas dentro de la realidad 0antes de su propia asuncion conscienre. Laidea de un orden objetivamente compulso-rio, que se intenta vender a la gente porqueella carecerfa del mismo, no tiene ningun fun-damento si el mismo no se comprueba comouna necesidad verdaderamente inrema, y enconfrontacion can los propios seres humanos.Pero esta confrontacion es precisamente aque-lla en la que ningun producto de la industriacultural quiere involucrarse 0 comprometer-se. Porque los conceptos de orden con los quela industria cultural machaca constantemen-te a los seres humanos son siempre los del sta-tus quo. Esos conceptos permanecen comoincuestionados, sin analisis ninguno y asumi-dos como dados de manera totalmente adia-lectica, incluso si ellos no poseen ya sustanciaalguna para aquellos que los aceptan. En con-traste con la postura de los kantianos, el im-perativo categ6rico de la industria cultural notiene nada que ver con la libertad.

    Ese imperativo categorico de la industriacultural proclama: usted debe conformarse,aun sin demasiado conocimiento de a que;conformarse con aquello que de todas mane-ras es 10 que hoy existe, y que cualquiera pien-sa, de igual modo, que es el reflejo del poder yde la omnipresencia de esa industria cultural.Yel poder de la ideologia de esa industria cul-tural es tal, que el conformismo ha sustituidoa la conciencia. El orden que deriva de todoesto no es nunca confrontado con 10 que el

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  • , ...Las maquinacionesde la industria cultu- I~ ral no son niguias para una vida feliz, Ii ni un nuevo arte de la responsabilidad mIfc moral, sino exhortacionespara acatar I~ I1\ una disciplina... ~

    mismo reclama y pretende ser, ni tampoco canlos intereses reales de los seres humanos. Y decualquier manera, el orden no es algo que seabenefico pOl'si mismo. Solo 10 es aqueI que seafirma como un orden buena. Asi, el hechode que la industria cultural olvide precisamen-te esto y exalte al orden en abstracto, testimo-nia claramente acerca de la debilidad y la fal-sedad de los mensajes que ella transmite.

    Pretendiendo esta industria cultural, guiara los confusos, en realidad los engafia can fal-sos conflictos,que ellas debenponer en el lu-gar de sus pro-pios problemas.De modo queella resuelve di-chos conflictossolo en apariencia, de una manera en que di-ficilmente poddan ser resueltos en la vida real.Ya que en los productos de esta industria cul-turallos seres humanos enfrentan problemassolamente de una forma en la cual siemprepueden ser rescatados sanos y salvos, y resca-tados generalmente pOl'representantes de unacolectividad benevola; y de este modo, en unaarmonia vada, esos seres humanos se presen-tan como reconciliados con 10 general, a pe-sar de que en la vida reallas exigencias de esenivel de 10 general han sido experimentadaspor elias, desde el principia, como irreconci-liables con sus propios intereses. Para estospropositos, la industria cultural ha desarro-lIado ciertas formulas que incluso abarcan aareas no conceptuales, como la superficialmusica de entretenimiento. Pues incluso enesta ultima, uno puede encontrarse en 'aprie-tos', en problemas dtmicos, que sin embargopueden ser instantaneamente desenmarafia-dos por el simple uiunfo del compas principal.

    Sin embargo, incluso los defensores de estaindustria cultural, podrian dificilmente con-tradecir abiertamente a Platon, quien afirmo

    que 10 que es objetiva e intrinsecamente fal-so, no puede ser al mismo tiempo subjetiva-mente buena y verdadero para los seres hu-manos. Las maquinaciones de la industria cul-tural no son ni guias para una vida feliz, niun nuevo arte de la responsabilidad moral,sino exhortaciones para acatar una disciplina,detras de la cual estan los intereses mas pode-rosos. EI consenso que esta industria propagafortalece a una autoridad ignorante y oscura.

    Entonces, si medimos a la industria cultu-ralno pOl'su pro-. .

    pia sustanC1ay sulogica, sino parsu eficacia, y parsu posicion real ysus pretenslOnesexplicitas; si nosconcentramos se-

    riamente enla cuestion de su eficacia a la cualella siempre apela, el potencial de sus efectosse muestra como doblemente grave. De cual-quier manera, este potencial se apoya en lapromocion y explotacion de la autodebilidada la cuallos miembros mas debiles de la so-ciedad contemporanea, con su caractedsticaconcentracion del poder, estan condenados.Su conciencia se desarrolla aun mas amplia-mente de una manera regresiva. Par eso, noes una casualidad escuchar que los dnicos pro-ductores norteamericanos de peliculas, afir-men que sus cintas deben ser consideradascomo producidas para una persona del nivelde once afios de edad. Haciendo 10 cual, nosmuestran que su ideal seria el de generar adul-tos de once afios de edad.

    Es verdad que la investigacion global nocuenta, hasta el momento, con un caso cerra-do que pudiera probar los efectos regresivosde los productos particulares de la industriacultural. Pero no hay duda de que un experi-memo imaginativameme disefiado, podrialograr esta comprobacion' con un grado deexito mucho mayor al que seria confortable

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  • para los poderosos intereses financieros in-volucrados en esta misma industria cultural.En todo caso, se puede asumir sin dudar queuna gota continua es capaz de perforar inclu-so una piedra, especialmente cuando obser-vamos que el sistema de la industria culturalque hoy envuelve a las masas, tolera dificil-mente cualquier desviacion, y martilla ince-santemente los mismos patrones de compor-tamiento. Y solamente su profunda descon-fianza inconsciente, el ultimo residuo de ladiferenciacion entre arte y realidad empfricaque aun permanece dentro del actual carac-ter espiritual de las masas, explica el porqueestas ultimas no han percibido y aceptado elmundo tal y como es construido para ellospor parte de la industria cultural.

    Incluso si sus mensajes fueran tan inofen-sivos como pretenden ser -aunque obvia-mente, en numerosas ocasiones dichos men-sajes no son tan inofensivos, como es el casode las peHculas que se hacen eco de !as actua-les campanas populares de odio hacia los in-telectuales, retratando a estos ultimos con loshabituales estereotipos-, las actitudes queinduce la industria cultural, son todo men osinofensivas. Ya que si un astrologo aconseja asus lectores a conducir con cuidado en un dfaen particular, con ello ciertamente no dana anadie; pero en cambio, sf es un dano paratodos sus lectores la estupidizacion que in-tenta enganarlos al tratar de convencerlos delhecho de que esas opiniones que se prescri-ben como vilidas dia con dia, y que por 10mismo son idiotizantes, son opiniones querequieren la aprobacion de los astros.

    La dependencia y !a servidumbre huma-nas, este punto evanescente dentro de la in-dustria cultural, apenas podda ser descritomas fielmente que como 10 fue en el caso

    de aquel norteamericano entrevistado,qui en afirmo que los dilemas de la epocacontemporanea terminadan si la gente si-guiera simplemente elliderazgo de las gran-des personalidades. En la misma medidaen que la industria cultural despierta el sen-timienro de que el bienestar del mundoradica precisamente en el orden que ellamisma sugiere, en esa medida la satisfac-cion substituta que ella prepara para losseres humanos, les estafa esa misma felici-dad que dicha industria cultural proyectatramposamente.

    EI efecto global de la industria cultural esel de la anti-ilustracion, en la cual, comoHorkheimer y yo hemos mostrado, la Ilus-tracion, que es el progresivo dominio tec-nico de la naturaleza, se convierte en unembaucamiento generalizado y en un me-dio de encadenamiento de la conciencia.Esto imp ide el desarrollo de individuos au-tonomos e independientes, que sean capa-ces de juzgar y de decidir concientementepor sf mismos. Pero esa autonomfa e inde-pendencia sedan, no obstante, las condi-ciones previas para el desarrollo de unasociedad democratica, la que requiere deadultos que han madurado hasta el puntode ser capaces de autosostenerse y de desa-rrollarse. Si las masas_han sido injustamentedegradadas desde arriba hasta reducirlas aesa condicion como tales masas, la indus-tria cultural no es la menor de los respon-sables de esta conversion en tales masas, yluego, de su desprecio hacia elIas, en la pre-cisa medida en que dicha industria cultu-ral obstruye la emancipacion para la cuallos seres humanos han ya madurado tantocomo 10 permiten !as enormes fuerzas pro-ductivas de nuestra epoca.

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    la our-! fni1i:ldtl fie Clio v [ 14 ] "'", fa otnr mil'f1t.l7 de Cliu

  • I ~ MAX HORKHEIMER Ql- I

    Fragmentos dellibro Qcaso*

    c uanto mas incierra es la suerre de lasideologfas necesarias, mas terribles son10smedios con 10s que hay que defenderlas.El grado de celo y de terror con que son de-fendidos 10s fdolos vacilantes, muestra hastaque punto ha avanzado ya el ocaso. EI enten-dimiento de las masas en Europa ha aumen-tado con la gran industria, hasta el punto deque 10s bienes mas sagrados tienen que serdefendidos. Quien los defiende bien ya hahecho su carrera. Pero, jay de quien dice laverdad con palabras sencillas!: ademas de laestupidez general y sisrematicamente explo-rada, con la amenaza de la ruina economica,el desprecio social, la circel y la muerre, seimp ide que el entendimiento atente contra10s supremos instrumentos concepruales dedominio. El imperialismo de 10sgrandes es-tados europeos no tiene nada que envidiar almedievo con sus hogueras; sus sfmbolos sonproregidos con aparatos mas sofisticados ycon guardias mejor dotados que 10ssantos de

    la Iglesia medieval. Los enemigos de la In-quisicion convirrieron aquel ocaso en el albade un nuevo dfa: el ocaso del capiralismo noanuncia necesariamente la noche de la hu-manidad, que hoy parece amenazarla.

    EI siglo XX es la epoca de las posibilidadesilimitadas. Los 10gros de la tecnica crecen dedfa en dfa. Capacidades que con frecuenciase admiraron como anormales, se encuentranhoy entre 10 normal. Incluso las fuerzas hu-manas de produccion se superan a sf mismas.La habilidad de los obreros ha crecido en unsiglo por encima de cualquier expecrariva. EIgasto de energfa, la puntualidad, la resisten-cia del individuo, se han multiplicado, no soloen el ambito de la industria, sino en todos losimbitos. Las ejecuciones virruosas en el cello,que antes solo podfan realizar 10s mas gran-des arrisras, consrituyen hoy norma en lashabilidades consolidadas de cualquier alum-

    * El rexeo siguiente emi compuesto por una selecci6n de fragmentos dellibro de Max Horkheimer ritulado enaleman Diimmerung, libro consrituido, segun su propio autor, por noras escriras en Alemania entre 1926 y1931, es decir 'antes de la victoria definiriva del nacionalsocialismo' aleman. Dicho libro fue edirado en espa-fiol en 1986, por la Editorial Anrhropos de Barcelona, con el titulo de Ocaso, edici6n que hoy es dificil-mente accesible. Conscientes de la imporrancia de estas reflexiones criticas de Horkheimer, rescaramosentonces esta breve selecci6n de fragmentos, selecci6n realizada por Carlos Antonio Aguirre Rojas, paranuestros lectores de Contrahistorias.

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  • no que sale del conservatorio. Los momen-tos culminantes del pasado son superados, nosolo en el deporte, sino probablemente tam-bien en la versificacion. El compositor juegaironicamente con melodias que habian cons-tituido el momento culminante de una sin-fonia antigua. Ford construye en un dia nue-ve mil coches, y los muchachos los conducena traves del trafico de Nueva York. Lo insos-pechado se ha convertido en cotidiano. Lossiglos han hablado con espanto de las nochesde San Bartolome, y el martirio de un indivi-duo constituye el objeto de toda una religion.Hoy las noches de San Bartolome del impe-rialismo, asi como el heroismo del individuoque las contradice, constituyen 10 cotidiano,de 10 que la prensa habla en las "miscelaneas".Hay tantos Socrates, Tomas Munzer y Gior-danos Brunos, que sus nombres estan en losultimos lugares del periodico local. Por unsolo Jesus de Nazaret apenas se producen eno-jos especiales. "Jerusalen, a tantos de tantos ...el caudillo de la revolucion, del cual hablaba-mos ayer, ha sido hoy condenado a muerte einmediatamente ejecurado". Hay ciertamen-te gente que en el cine ha llorado por SunnyBoy, mientras que, al mismo tiempo, hom-bres reales, al servicio de los mismos inte-reses que los primeros, son torturados len-tamente hasta la muerte, solo porque caye-ron en la sospecha de luchar por la libera-cion de la humanidad. La fotografia, la te-legrafia y la radio han vuelto cercano 10 queestaba lejos. Todo el sufrimiento de la tie-rra sucede ante los ojos de los habitantesde las ciudades. Cabria pensar que ahorase exigiria su reparacion; pero, al mismotiempo, la cercania se ha convertido en le-jania, pues ahora el horror de los propiosconciudadanos se sumerge en el sufrimientogeneral, y se esra ocupado en las relacionesmatrimoniales de los artistas de cine. Elpasado es superado en todos los aspectospor el presente.

    Tan pronto la teoria de un hombre genial al-canza suficiente fuerza como para que nece-sariamente se hable de ella, comienza el tra-bajo de su acomodacion a 10 existente. Entreotros, una serie de especialistas se esfuerzanen poner las nuevas ideas en consonancia consus propositos cientificos, integrando en susexposiciones los conceptos de la teoria revo-lucionaria como evidentes, yal mismo tiem-po, sirviendose de ellos en sus afanes ideolo-gicos. Asi nace la apariencia de que 10 positi-vo y Mil ya ha sido aceptado por esos pensa-dores progresistas, y mejor conservado en ellosque en el mismo autor 0 en sus seguidores.

    En las concepciones de los llamados "orto-doxos", por el contrario, que con anteojerasrepiten la doctrina del maestro, esa doctrinapierde su sentido originario, debido al cons-tante cambio del contexto espiritual del mun-do. Los principios rigurosamente mantenidospueden ser distorsionados, equivocados, 0 por10 menos irrelevantes, por el hecho de que larealidad, y con ella el estado del conocimien-to, se estructura de un modo distinto.

    No obstante, la forma hoy preferida deneutralizar una teotia no es tanto la ortodo-xia cuanto la asuncion descuidada y ligera desus categotias en un contexto 'que contradiceal autor. A diferencia de este, a qui en se Ieguarda un respeto formal, particularmente siesra muerto, los ortodoxos, que en cualquiercaso se esfuerzan en conservar cuidado samen-te las ideas, son despreciados como espirituspobres e ineptos.

    Se Ie tiene por tanto mas respeto al autor,que al contenido de su pensamiento. Esto semanifiesta de modo especialmente llamativoen la actitud frente a los predecesores revolu-cionarios del espiritu burgues. El nombre deaquellos 'que [ueron pioneros del orden bur-gues, por la lucha contra el medioevo en lasideas de la gente, y que tambien despues de

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  • la victoria de este orden -despreocupadosde los nuevos deseos de la burguesia, conver-tida en poder economico- continuaron es-forzandose por servir a la liberacion del espi-ritu, a la verdad, ese nombre ha alcanzadodemasiado brillo para que se les pueda hacercallar. As!, Voltaire, Rousseau, Lessing, Kanty sus seguidores, hasta la literatura y cienciamodernas, son considerados grandes cabezas,pensadores profundos y espirirus brillantes;pero sus sentimientos, los motivos e impul-sos que los animaron, el sentido de sus doc-trinas, su caracter irreconciliable con la in-justicia reinante, son rechazados y escarneci-dos, valorados como pobres, superficiales, ysi cabe, perseguidos yaniquilados dondequie-ra que se les encuentre. Si el medioevo habiacondenado al infierno a los difuntos auto resde opiniones hereticas, el capitalismo desa-rrollado es en esto mas tolerante: glorifica lagrandeza, la productividad, la personalidad,la potencia en si, pero rechaza sus efectos.Idealiza las cualidades puras. Las efigies delos filosofos y literatos, cuyos seguidores ver-daderos son despreciados y hostigados por laburguesia, son admitidas en la sala de honor.

    El visitante del Pantheon de Paris se puedesorprender de ver juntos a los defensores dela libertad y a los dirigentes de la reaccion.Homenajear las manos de quien estigmatizola hipocrita glorificacion de Juana de Arco,en un recinto cuyos muros estan dedicados asu santa leyenda, parece un escarnio. Se enal-tece la supersticion junto con quienes quisie-ron librarnos de ella. Si protestaramos, losdefensores de la espiritualidad dominante nosexplicarian que Voltaire y el santo discursode Juana de Arco, Robespierre y Chateau-briand son perfectamenre compatibles. Elformalismo del pensamiento actual, su rela-tivismo e historicismo, la adaptacion a la con-ciencia dominante, que se instala inmediata-menre despues de que aparece un gran pen-samienro, la cosificacion de toda la vida como

    un capitulo de la historia y de la sociologia,han inrroducido la cosrumbre de tomar loscontenidos, no en su pureza, sino formalmen-te, de modo que todo sea compatible con lassituaciones actuales, es decir, con la ideologiacapitalista.

    En nuesrros dias hay un polifacetico escri-tor, absoluramente incapaz para la compren-sian de la historia, que con comica diligenciaescribe libros de comodo Formato sobre Bis-marck y Napoleon Bonaparte, Guillermo IIy Jesus de Nazaret, y se imagina que el lesenriende mejor que ellos a si mismos. Deten-ta sobre ellos idenrica Sllperioridad que elenrerrador sobre los hombres en su ultimahora. Lo que acontece con la mayoria de loshombres desde el mom en to en que yacenmuertos en la cama hasta que son enrerra-dos, tiene poco que ver con las diferencias desu exisrencia. Las maneras de sus entierros noson muy variadas. Los hombres, con los ca-racteres y metas mas diversos, con la vida masdistinra, en la muerte son objeto de un pro-cedimienro primitivo. En los libros de eseautor ya no se Ie da valor al senti do distintode la vida de las personas esrudiadas por el.Los hechos, es decir, los acontecimientos, cuyarelacion con la vida de sus heroes sefiala, sonpresenrados con amabilidad, pero inclusoaqui los modos del entierro no son muy am-plios. Para el escritor, Napoleon y Bismarckson grandes hombres, del mismo modo quepara el sepulturero son hombres difuntos KarlMarx y mister Miller. Son objetos de la cere-monia del sepelio. El presente rriunfa.

    EI sistema capitalista, en la fase actual, es laexplotacion organizada a escala mundial. Sumantenimiento es condicion de sufrimienrosinfinitos. En realidad, esta sociedad poseemedios humanos y tecnicos para suprimir la

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  • miseria en su forma material mas grosera. Noconocemos otra epoca en la que existiese estaposibilidad en la medida en que hoy existe.5610 el orden de la propiedad impide su rea-lizaci6n, es decir, la circunstancia de que elinmen so aparato de producci6n de la huma-nidad tiene que funcionar al servicio de unapequefia capa explotadora. La totalidad de lateOlfa econ6mica oficial, de las ciencias delespiriru y de la filosofia, de la escuela, la igle-sia, el arte y la prensa, consideran como sutarea principal encubrir, empequefiecer, es-conder 0 negar este hecho monstruoso. Si unose sorprende del gran reconocimiento socialde cualquier teoria manifiestamente err6nea,o pOl' ejemplo, de la continuaci6n de un ab-surdo como la historiografia al uso, y va alfondo del asunto, normalmente se pone demanifiesto que incluso la causa de manifesta-ciones tan insignificantes de la reacci6n, con-siste en la desviaci6n de aquella verdad.

    Pero la ideologia es una imagen refleja dela base material. Si esta se caracteriza pOl' elhecho de la explotaci6n ya no justificable, s610quien coopera en su perperuaci6n puede es-perar recompensa. Ciertamente, las relacio-nes son mui complicadas. Un orden socialanticuado y deteriorado cumple, aun a costade sufrimientos innecesarios, las funciones demantener y renovar la vida de la humanidaden un determinado nivel. Su existencia esmalaporque tecnicamente seria posible una me-jor; es buena porque representa la forma realde la actividad humana e incluye tambien loselementos de un futuro mejor. De este esta-do de cosas dialectico surge el que, pOl' unaparte, en un periodo semejante la lucha con-tra 10existente parezca al mismo tiempo unalucha contra 10 necesario y 10 util; por otraparte, el trabajo posirivo dentro del marco de10 existente es tambien cooperaci6n positivaen la persistencia del orden injusto. Puestoque la mala sociedad, aunque mala, se ocupade los asuntos de la humanidad, quien ame-

    naza su existencia trabaja tam bien contra lahumanidad: su amigo aparece como su ene-migo. En la realidad no se puede separar ellado bueno del malo, y pOl'ello la lucha con-tra 10ya superado tiene que parecer tambienlucha contra 10 necesario, y la voluntad deun trabajo digno y humano es obligada a pre-sentarse como huelga, como obstrucci6n,como lucha contra el trabajo "positivo"; y alconnario, el salario pagado por un obrar so-cialmente importante constituye al mismotiempo el pago por una colaboraci6n con esteorden malo. Las relaciones estan tan imbri-cadas que el hambre del paria indio y el ser-vicio del culi chino se convierten en factor deexplotaci6n del obrero textil ingles, y la apor-taci6n de Bac6n y Galileo a la ciencia favore-ce hoy a la industria de guerra.

    Se han formado, ciertamente, mecanismossutiles para determinar que trabajo posee unvalor especial para la explotaci6n, y la escalade los salarios corresponde, en esta circuns-tan cia, no tanto al valor real de un trabajopara la existencia de la humanidad como a susignificado para la supervivencia del sistema.La circunstancia de que el trabajo al serviciode la clase dominante sea habitualmente uti!,no imp ide que existan obras que poco 0 nadasirven al conjunto de la sociedad, sino prin-cipal 0 exclusivamente al mantenimiento dela mala sociedad.

    El socialismo no "se sigue" de las leyes eco-n6micas descubiertas pOl'Marx. Hay, cierta-mente, bastantes predi~ciones cientificas quetienen el caracter de alta probabilidad; pOl'ejemplo, cuando se dice que manana saldrael sol. Estas son el resultado de una enormecantidad de experiencia. Pero ~quien creeraque los supuestos del socialismo hay que plan-tearlos asi?

  • ...EI reconocimientoescepticamente restringidode la teoria marxiana,su inclusion piadosa enla historiade la filosofia,es vista con complacencia

    por la burguesia ...

    EI socialismo es una forma mejor, masadecuada, de sociedad, cuyos elemenros encieno modo estan presenres ya en el capita-lismo. Existen "tendencias" en el capitalismoque empujan hacia un cambio del sistema.Pero es muy pobre el material de experienciasobre cuya base aceptamosque las tendencias se im-pondran realmenre. Nadiese confiaria, sin ser cons-cienre de correr un gran pe-ligro, al atravesar un puen-te, sobre el abismo, cuyosprincipios de construccionno estuviesen basados enexperiencias mas exactasque las del advenimienrodel socialismo.

    Esta reflexion en su conjunro, a pesar desu exactitud, puede conrar con la aprobacionde todos los amigos burgueses afectos al so-cialismo, asf como con la rolerancia de susenemigos. Se puede confesar uno marxista sise tiene la dosis necesaria de escepticismo.Ahora bien, la rolerancia y la benevolenciadesaparecen tan pronto como a la metaforadel puenre afiadimos que del riesgo de llegara la otra orilla depende que desaparezcan 0no la mayor pane de las injusticias, la muti-lacion de las capacidades humanas, la menri-ra, la humillacion sin senrido; en una pala-bra, el sufrimienro innecesario, material yes-piritual. Dicho de otra manera, que hay queluchar por el socialismo. EI reconocimienroescepticamenre restringido de la teoria mar-xiana, su inclusion piadosa en la hisroria dela filosoffa, es vista con complacencia por laburguesfa; el correlaro de este tratamientocontemplativo del marxismo, en la practica,es la instalacion en 10 existente. La constata-cion de que de la teoria marxista no "se si-gue" el socialismo, aunque en sf misma debe-ria ser deseable, opera sin mas afiadidos comofundamentacion cientffica y moral del capi-

    talismo. Se manifiesta como expresion del es-cepticismo social.

    Pero, en realidad, de la afirmacion de queMarx y Engels no han "demostrado" el socia-lismo no se sigue pesimismo alguno, sino elreconocimiento de la praxis de la que esta ne-

    cesitada la teoria. Marx hadescubieno la ley del ordeninhumano dominante, yha sefialado la palanca deque hay que servirse paracrear uno mas humano.

    Lo que para los inrelec-tuales de la burguesia es unrransiro de un miembrodel sistema a ouo, inclusoun "problema" como cual-quier ouo, una cuestion de

    la que trataran adecuadamente en algunas pa-ginas llenas de comprension en un manual,la solucion al interrogante de si conrimia lasociedad de clases, 0 de si, en su lugar, se lasustituye por el socialismo, es 10 que decidesobre el progreso de la humanidad 0 sobre sucafda en la barbarie. La posicion que unoadopte respecro de ella determina no solo larelacion de su vida con la vida de la humani-dad, sino tambien el grado de su moralidad.Un sistema filosofico, una etica, una doctri-na moral, que se limite a "clasificar" las viejasrelaciones de propiedad vigenres, que impi-den el progreso, la persistencia de la sociedadde clases y la tarea de su superacion, en lugarde identificarse con esa tarea, es 10 contrariode la moral, pues la forma que esta ha roma-do en el presenre es la realizacion del socialis-mo. Con el uatamienro esceptico del socia-lismo, los intelectuales sirven al orden socialdominanre. Los profesores y literaros que sa-borean el halago, el reconocimienro y la glo-ria en el mundo tal como es, estan rodos deacuerdo en la condena "moral" de un robocriminal. Permiten tranquilamente el roborolerado a innumerables nifios, mujeres y

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  • hombres en los estados capitalistas, y todaviamas en los estados coloniales, participandoen el borIn. Protegen el sistema cuando tra-tan la doctrina de la sociedad socialista conlenguaje "cientifico", junto a otros temas, enlibros y revistas eruditos, y con gesto escepti-co pasan al orden del dfa.

    Es sabido que la burguesia puede "discu-tir" sobre todo. Esta posibilidad forma partede su fortaleza. En general defiende su liber-tad de pensamiento. Solo cuando el pensa-miento toma la forma de empujar inmedia-tamente a la praxis, cuando en la esfera aca-demica es considerado como "acientifico",entonces se acaba tambienla tolerancia amis-tosa. El escepticismo es esencialmente unaexpresion para garantizar los limites de la cien-cia. Lo conn'ario de este escepticismo no es eloptimismo ni el dogma, sino la praxis prole-taria. Si el socialismo es improbable, tantomas necesaria es la decision desesperada dehacerlo verdadero. Lo que se Ie opone, no sonlas dificultades tecnicas para realizarlo, sinoel aparato de fuerza de los que dominan.

    Pero si el escepticismo es malo, no es me-jor la certeza. La ilusion de la introduccion,con necesidad natural, del orden socialistapone en peligro la accion correeta, no men osque la incredulidad esceptica. Aunque Marxno ha demostrado el socialismo, si ha mos-trado que en el capitalismo hay tendenciasevolutivas que 10 hacen posible. Los interesa-dos en ello saben donde agarrarse. EI ordensocialista no es impedido poria historia mun-dial; es historicamente posible; pero se haceefectivo, no por una logica inmanente, sinopOl' hombres decididos pOl' 10 mejor, forma-dos en la teoria, 0 no se hace en absoluto.

    [ ... J EI modo de pensar burgues es adecuadoal sistema economico con el cual ha surgido.

    ]untamente con el pensamiento politico queaspira a sustituir la actual forma de sociedadpOl' una mejor, dejan de ser validas las for-mas de pensar dominantes, porque en el ca-pitalismo se encuentran bajo el poder de lasleyes economicas solo de manera impropiay mediatizada. En el capitalismo hay unmecanismo automatico que regula toda em-presa mal gestionada: la constatacion de quela direccion es incapaz. La confirmacion deque la direccion es incapaz se patenrizacuando el negocio cae en bancarrota y sufuncion economica futura es desempefiadamejor por otros, Hay, pOl' tanto, una me-dida objetiva, independiente de los criti-cos, para juzgar la realizacion de las activi-dades sociales. Esta medida tiene su baseen que, dondequiera que en el sistema ca-pitalista haya un trabajo pOl' hacer, se en-cuentran siempre personas que 10 hacen demodo adecuado al estado de las fuerzas deproduccion. Cuando se produce un fallo,se encuentra inmediaramente al sustituto.Para los dirigentes proletarios, en cambio,este mecanismo de sustitucion no funcio-na. La plaza de los que han sido abatidos 0ya no pueden luchar es ocupada, bien 0mal, pOl' los que provienen de las filas decombatientes; mal ocupada en general, por-que el enemigo conoce a los que son maspeligrosos para d. El mundo donde crecela elite proletaria no son las academias, sinola lucha en las fabricas y en los sindicatos, lasrepresalias, los duros enfrentamientos dentroo fuera de lospanidos, las condenas a prisiono la ilegalidad. Para esto no se aglomeran losestudiantes, como en las clases y en los labo-ratorios de la burguesia. La carrera revolucio-naria no conduce a los banquetes y rItuloshonorificos, a investigaciones interesantes ysueldos de profesor, sino ala miseria, a la ca-lumnia, que sol~ una fe casi sobrehumanapuede iluminar. La gente de mediana apti-tud no sigue esta carrera.

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  • Objetat que una ftase razonable es primaria,trivial, banal, sirve para avergonzar a quien lapronuncia, sin que sea necesaria una discu-sion. No se dice que la Frasesea erronea 0 queeste insuhciemememe probada. El atacado,por tamo, no puede oponerse al objetame conargumemos. Solo se Ie dice que cualquier ninosabe hace tiempo 10 que el ha ahrmado; ade-mas senala que la cuestion tiene otros mu-chos aspectos. ~Que puede presemar comrasemejame objecion? Cierramente, no hayduda de que la cosa muesrra tambien otrosaspectos, y 10 que el ha dicho 10 saben hastalos gatos. Es derrotado.

    Cierto: si esta breve liquidacion se rehrie-ra a una ahrmacion que cons tate la depen-dencia universal de la situacion actual delmantenimiemo, tecnicameme innecesario, delas relaciones de explotacion, 0 tambien a quese relaciona solo a una parte determinada deesta relacion de dependencia, entonces es sim-plememe una impertinencia; pues si los acon-tecimiemos actuales en el mundo podrianmostrar siempre otra cara, ninguna es tandecisiva como esta, y de ninguna de ellas estan importame el que sea conocida por to-dos. Si en realidad fuera tealmeme conocidoque la prosecucion de la explotacion, que solofavorece a un pequeno numero de personas,es la fueme de la miseria social actual, si cual-quiet lector de periodico, en las noticias so-bre la guerra, sobre los crimenes de justicia,de miseria, sobre la desgracia y la muerte,emendiese el mamenimiemo del orden ac-tual como la causa de tales desgracias; si estastrivialidades, que gracias al aparato de estu-pidizacion social perfectameme organizado,no emiende la geme que posee solo una ex-periencia media del mundo, y mucho men osnuestros imelectuales, si dichas trivialidadesimpulsaran hasta la comprension a los masinhmos guardianes de este orden, entonces

    se Ie habria ahorrado a la humanidad un fu-turo temible.

    Naturalmeme el juicio sobre cualquiera delos acomecimiemos actuales puede resaltartambien otros aspectos, distintos a su co-nexion con el dominio de clase. Pero 10 quehoy imeresa es el conocimiento de esta co-nexion. Es diflcil evitar la sospecha de que elrechazo de la unilateralidad, primariedad, tri-vialidad, banalidad, incluso mas, en generalel rechazo de la explicacion, de la deduccion,de la investigacion de las causas, de la teoriaunitaria, proceda del miedo de que la causasocial del retroceso actual salga a la luz de laconciencia general. Tambien esta hipotesis estrivial y unilateral.

    _ EL ESFUERZO DESINTERESADO _POR LA VERDAD

    Para analizar la ahrmacion de que hay unaaspiracion desinreresada, pura, por la verdad,que poseemos un impulso hacia el conoci-miemo completameme independieme de losdemas impulsos, es convenieme hacer el si-guieme experimento mental: borrese el amorpor los hombres, asi como el propio deseo denOtoriedad hasta en sus formas mas suriles;destruyase en el pensamiemo incluso la posi-bilidad de todo tipo de deseo, y con ello laposibilidad de cualquier dolor 0 alegrfa; ima-ginese el completo desimeres por el destinode la sociedad y de todos sus miembros, detal modo que no quede amor u odio alguno,miedo 0 vanidad, ni siquiera la mas minimachispa de compasion 0 incluso solidaridad;asumase, por tanto, el papel del muerto qLlese manihesta como espectro, (con la sola di-ferencia de que no solo se es impoteme comoun fanrasma, sino tambien absolutamemecareme de relacio'n con el pasado y con el fu-turo, por 10 que tampoco se tiene motivo parahacer apariciones); emonces se enconrrara

  • que, bajo las condiciones del experimentomental, se instala una inquietante indiferen-cia en relacion con todo tipo de saber. Elmundo se presenta como el cuerpo femeninoal anciano cuyos instintos se han extinguido.La anrmacion de la busqueda desinteresadade la verdad -hermanada con la patrafia delas personalidades suprasociales- es una ilu-sion filosonca, que se ha convertido en ideo-logicamente encaz. En su origen, la doctrinaburguesa del puro impulso por la verdad pudoser proclamada como opuesta a la subordi-nacion del pensamiento al establecimientoreligioso de nnes. Hoy, los profesores capita-listas niegan en general que en su trabajo hayaalguna motivacion humana, con el nn de queno se descubra que se dedican ala ciencia parahacer carrera.

    Si bien es cierto que no existe una busque-da desinteresada de la verdad, si existe, sinembargo, algo asi como un pensamiento porel pensamiento mismo, un pens ami en to feti-chizado, un pensamiento que ha perdido susentido, que es el de ser medio de mejora-miento de las relaciones humanas. No se Ieconfunda con el placer que se siente en el ejer-cicio del pensamiento, que es propio de losespiritus ilustrados y muy interesados en elambiente de las corrientes historicas masavanzadas. Esto es una caricatura del pensa-miento correcto, y por ello no puede ser con-siderado como busqueda de la verdad, por-que en su lugar hay que poner necesariamen-te un fantasma, es decir, la verdad absoluta,supraterrenal.

    La capacidad de trabajo, el destino, el exito,dependen en gran medida, entre otras cosas,del grade en que un hombre consigue identi-ncarse con los poderes realmente existentes.Su camino transcurrira de muy distinta ma-

    nera segun se sienta identincado con la socie-dad existente y acepte sus normas, 0 bien seidentinque con los grupos de la oposicion, 0bien permanezca espiritualmente aislado demodo completo. POl'que los fundamentos dela diversidad caracterologica residen principal-mente en la infancia, porque los procesos de-cisivos se producen en el seno de la familia,por todo ello las causas espiritualmente masimportantes de que uno "este enla realidad",de que en 10 esencial se adecue 0 se rebele,pareceran tan semejantes entre si, en las dis-tintas epocas de la historia, como las relacio-nes familiares en la sociedad de clases. Por elloel psicoanalisis puede sacar conclusiones fun-dadas en el desarrollo del "caracter" en cuestion.

    Pero sus juicios afectan solo a los aspectossubjetivos de las acciones y del "caracter".Desde ellos pueden parecer semejantes lascausas que los hombres han utilizado, en epo-cas historicas distintas, para identincarse 0 nocon las capas sociales de las cuales proceden;es decir, las causas que los hicieron "sociales"o "asociales". En este asunto la psicologia nopuede distinguir. AI contrario, el signincadoobjetivo de una vida cambia segun la conn-guracion de la colectividad con la que unoaprende a identincarse, y esta connguracionno se descubre en la psicologia, sino por elanalisis de la situacion social en un momentohistorico dado. Por tanto, el juicio sobre unhombre, en base alas categorias psicologicas,afecta solo a un aspecto -y cuando se tratade la historia, en general es irrelevante- desu existencia, yel vicio actual de comprenderlas personalidades historicas unicamente conconceptos que provienen de la psicologia, dela biologia 0 de la parologia, demuestra laindiferencia intencionada respecro del signi-ncado de la personalidad historica para eldesarrollo de la h~manidad.

    En verdad ambos puntOS de vista solo oca-sionalmente pueden mantenerse separados. EIconocimiento exacto de la situacion historica

  • ...1 conocimiento exacto de la situacionhistorica modificard y profundizard fa

    comprension psico16gica de fo! individuosque en ella viven. Y viceversa, una accionhistorica no es claramente explicable sin lapsicologfa de las personas que actuan ...

    modificara y profundizad la comprensionpsicologica de los individuos que en ella vi-Yen. Y viceversa, una accion historica no esclarameme explicable sin la psicologla de laspersonas que actuan. Del mismo modo quepara la psicologfa de Robespierre es determ i-name, no solo la preguma general pOl' el pa-pel social de los jacobinos, sino tambien elproblema espedfico de en que medida favo-redan sus acciones a las capas mas avanzadasdentro de la burguesfa, de igual modo su in-fluencia en los acomecimientos historicos hayque emendeda basandose en sus instintos yen las aspiracio-nes de las masasconducidas pOl'd. Si un hombrese ha idemifica-do con la socie-dad de los impe-rialistas magna-tes de los trustesde 1928,0 con el capitalismo aleman de 1880,o con la revolucionaria burguesla francesa delsiglo XVIII, si uno actualmeme se sieme uni-do con la pequefia burguesla, con la nobleza,o con el proletariado, todo ello podrfa ser re-conducido a experiencias infamiles totalmemesemejames; es decir, corresponden a renden-cias pSlquicas semejames. Un concepto de ca-dcter que desconoce la diversidad de los roleshistoricos de cualquier colectividad, que re-une los caracteres de los hombres que se iden-tifican con ella, porque todos aceptan la co-lectividad en la que han crecido, seda ran va-do como un pacifismo que condenase igual-meme como violencia una guerra colonial yuna rebel ion en la drcel. El modo en que lateoda materialista de la historia y la psicolo-gla, en la presemacion de la vida historica, senecesitan mutuamente, no es obviameme elmismo. Una historiografla materialista sin unapsicologla suficieme es deficieme. Una histo-riograHa psicologista es erronea.

    POl'su naturaleza, la lengua une, crea comu-nidad, es urbana. La formulacion de un en-fremamiento es ya el primer paso para su su-peracion. Es posible ilustrar las causas, re-flexionar sobre las circunstancias atenuantes.POl'su generalidad la lengua parece convertirel motivo del enfremamiemo en problemauniversal. Pone en cuestion su justificacion.

    La traduccion del marxismo al estilo aca-demico obro en la Alemania de la postguerracomo un paso dirigido a romper la volumad

    de los obreros ensu lucha comrael capitalismo.Los profesores,como represen-tantes intelectua-les autorizadosde la humani-dad, se ocupa-

    ron del problema. Ciertameme esta traduc-cion solo era un paso, y como los obreros es-tan cansados e impotentes pOl' causas muchomas reales, ya no necesitan de esta lireraturamediadora, y aquellos traductores son recha-zados, como 10 son los mediadores en la poll-tica real. En el concepto de ideologla es don-de se muestra especialmeme clara la fun cionde la traduccion. No es que Marx haya exa-minado extensamente este concepto. Lo uti-lizo, por aSldecido, como una mina explosi-va subteminea contra el edificio de memirasde la ciencia oficial. Su total desprecio del en-cubrimiento de la explotacion, querido 0 que-rido a medias, instintivo 0 reflexivo, pagadoy no pagado, en el cual se apoya el sistemacapitalista, se concemraba en este concepto.Ahora 10 han formulado mucho mas cuida-dosameme, como relatividad del conocimien-to, como historicidad de las teodas de las cien-cias del esplritu y otras mas. ASl, ha perdidosu peligrosidad .

  • Pero, pOl' otra pane, la claridad del len-guaje es imprescindible para la lucha de losoprimidos. Tienen razones para sacar a la luzdel dia los secretos de esta sociedad y expre-sarlos de modo tan comprensible y banalcomo sea posible. No pueden dejar de expre-sar las contradicciones de este orden en unlenguaje comprensible para todos. La difu-sion de la oscuridad siempre fue utilizadacomo medio en las manos de la reaccion. AelIos, a los oprimidos, no les queda otra al-ternativa que preservar al lenguaje de simu-lar una universalidad que no existe en la so-ciedad de clases, y usarlo conscientementecomo un instrumento de lucha hasta que launificacion del mundo este realizada, desdedonde la palabra, en la boca de sus luchado-res y manires, parece resonar ya hoy.

    _ QUiEN NO QUiERE TRABAJAR _TAMPOCO DE BE COME.R

    Esta sentencia biblica es una maxima popu-lar. Deberia decir: "todos deben comer, y tra-bajar 10menos posible". Pero incluso esto esdemasiado general. Hacer del trabajo elconcepto supremo de la actividad humanaes una ideologia ascetica. jCuan armonicaparece la sociedad bajo el aspecto de quetodos, sin distincion de rango y patrimo-nio, "trabajen"! Mientras 10s socialistasmantengan este concepto general, se hacensostenedores de la propaganda capitalista.En realidad, el "trabajo" del director de untrust, del pequeno empresario y del obrerono especializado, se distinguen entre si nomenos de 10 que se distingue el poder fren-te a la pena y el hambre.

    La aspiracion proletaria se dirige a la re-duccion del trabajo. No tiene como fin el queen una sociedad futura se Ie impida a unohacer 10 que Ie plazca, sino que se proponeracionalizar y repanir pOl' iguallos quehace-

    res exigidos poria vida de la sociedad. Quie-re poner freno a la coaccion y no a la liber-tad, al sufrimiento y no al placer. En una so-ciedad racional cambia su sentido el concep-to de trabajo.

    "Quien no quiere trabajar, tampoco debecomer" es referido hoy, secretamente, no alfuturo sino al presente. La sentencia clari-fica el orden dominante: justifica a los ca-pitalistas, pues ellos trabajan; afeeta a losmas pobres con un juicio condenarorio,pues ellos no trabajan. La burguesia consi-gue siempre conciliar los pensamientos re-volucionarios, originariamente concebidospOl' ella misma, mantenidos en su genera-lidad pOl' los socialistas, con la moral reac-cion aria de la clase dominante. Pero la pa-labra apunta hacia una sociedad futura, yla consecuencia para el presente no es la glo-rificacion del trabajo, sino la lucha contrasu forma actual.

    El fabricante de municiones, su politico y sugeneral dicen: "mientras exista el mundosiempre habra guerras, no hay progreso". Loprimero que reconocemos en esta afirmaciones el deseo, padre de la idea, y ademas, la vo-luntad de que debe mantenerse esta convic-cion tambien en las masas. Esto es compren-sible; se trata de una estupidez abierta, fran-ca. Pero los servidores literarios de los pode-rosos tienen todavia la desvergiienza de pre-guntar, con la pose de hombres imparciales,de hombres que todo 10 saben acerca de lasdificultades teoricas: "2Que es el progreso? Lamedida del progreso solo puede consistir enun acercamiento ala realizacion de cualquiervalor individual y relativamente accidental.Pero considerar la totalidad de la historia bajoeste punto de vista significaria absolutizar algoque es relativo, hipostasiar algo que es subje-

  • rivo, en una palabra, incroducir en la cienciala estrechez y la unilateralidad". De su rabiacontra la lucha socialista por un mundo me-jor, lucha que nutre su esperanza desde losresultados de las luchas anceriores, sobre todode las revoluciones del siglo pasado, ellos cons-truyen su llamada filosofia de la historia.jComo si no estuviese claro que encienden lossocialisras por progreso, y que es 10 que la re-accion combate teorica y practicamence: elmejoramiento de la existencia material, me-diance una configuracion mas adecuada delas condiciones de vida de los hombres! Parala mayoria de los hombres, sean consciencesde ello 0 no, este mejoramiento no significasolamente la realizacion de un valor relativa-mence accidental, sino 10 mas importance delmundo. Pudiera ser que la historia, en esteconcexto, se estanque 0 retroceda durance lar-gos periodos; pudiera ser que la ocultacionde este hecho en los ultimos cien afios hayasido utilizada con frecuencia como medioideologico de engafio de las masas; no obs-rance, la referencia al progreso es clara y justi-ficada. Si, en la boca de los dominadores, laafirmacion de que bajo su dominio se realizael progreso era ya desde hace tiempo unamentira, de la cual sus mismos literatos se ale-jan, es igualmence notorio que ellos quisie-ran abandonar el concepto para conservar eldominio. Pues igual que las demas ilusionesburguesas, la libertad y la igualdad, tam pocoel progreso funciona ya como defensa ideo-logica, a causa de la dialectica de la historia,sino como critica a la situacion actual y comoestimulo para su cambio.

    Ademas, en el momenco actual, de ese pro-greso en sencido materialista -por ranco, deuna nueva organizacion socialista de la socie-dad- depende no solo la mas inmediata yproxima meta deseada, de provision de lahumanidad con 10 mas necesario, sino tam-bien la realizacion de todos los valores llama-dos culturales 0 ideales. Que el progreso so-

    cial no se tiene que dar necesariamente tienesu justificacion de hecho, pero que no puededarse es una mencira grosera; decir que seriaunilateral medir la historia por la medida enque ofrezca a sus miembros una existencia so-portable, no es mas que charlataneda fliosofica.

    Nota: EI progreso social es siempre unatarea historica, y no una necesidad mistica.Que el marxismo explique la teoria de la so-ciedad como teOrla de la realidad es mas com-prensible. Las masas, que sufren bajo la for-ma ancicuada de la sociedad y todo 10 espe-ran de su organizacion racional, tienen pocosencido para considerar su pobreza, bajo elpunto de vista de la eternidad, como un he-cho junco a muchos otros, y que la cons ide-racion del mundo desde este punco de vista,sea eso, un punto de vista. Del mismo modoque para el hombre individual parece que elmundo gira a su alrededor, de la misma ma-nera que su muerte coincide para eI con ladestruccion del mundo, de igual modo la ex-plotacion y la miseria de las masas son paraellas la miseria sin mas, y la historia gira alre-dedor del mejoramiento de su existencia. Perola historia no se orienca necesariamente eneste sencido, a no ser que se la obligue.

    ___ EL IDEALISMO DEL _

    REVOLUCIONARIO

    La concepcion de que el marxismo propagasimplemence la sarisfaccion del hambre, dela sed y del impulso sexual del individuo, enmodo alguno se concradice con la afirmacionde que el marxismo es mas refinado, noble,profundo, incimo. Puesto que la indignacion,la solidaridad, 0 la abnegacion, son tan "ma-terialistas" como el hambre;l la lucha por elmejoramiento de la humanidad incluye alegoismo yal altruismo, al hambre y al amor,como miembros naturales de la cadena decausas. Cierto: la teoda materialista no tiene

  • fundamento logico alguno para el sacrificiode la vida. No inculca el heroismo, ni con laBiblia ni con el baston. En lugar de la solida-rid ad y del conocimiento de la necesidad dela revolucion no pone "filosofia poetica" al-guna, ningun fundamento del sacrificio. Masbien es 10 contrario de cualquier moral "idea-lista". Libera de ilusiones, desvela la realidady explica el acontecer. No tiene los fundamen-tos logicos que prueben los valores "superio-res", pero tampoco tiene, en verdad, funda-mentos para 10 conrrario, es decir, para queuno, con el sacrificio de la vida, coopere arealizar los valores "inferiores", esto es, unaexistencia material soportable para todos. EI"idealismo" comienza precisamente alii don-de esta conducta no se contenta con una ex-plicacion natural de si misma, sino que bus-ca la muletilla de los valores "objetivos", delos deberes "absolutos", 0 de cualquier orroseguro ideal y "santificacion"; por tanto, co-mienza alii donde la transformacion de lasociedad se hace depender de la metafisica,en lugar de hacerla depender de los hombres.

    Si uno esta profundamente caido, expuesto auna eternidad de tormentos que los demas

    hombres Ie inflingen, entonces eleva, comouna ilusion liberadora, la idea de que vendriuno que esra.en la luz y Ie permitiri de nuevoconocer la verdad y la justicia. No es necesa-rio que ello ocurra mientras eI vive, ni si-quiera durante la vida de aquellos que 10torturan a muerte; pero un dia, no impor-ta cuando, todo esto se arreglari. La men-tira, la falsa imagen que de eI se da, sin quehoy se pueda defender, desaparecerin antela verdad, y su vida real, sus pensamientosy sus fines, asi como los sufrimientos in-flingidos, al final se conoceran publicamen-te. Porque es amargo morir difamado y enla oscuridad.

    Iluminar tal oscuridad es el merito de lainvestigacion historica. Pocas veces se hanolvidado los historiadores de homar esta ta-rea tan decididamente, como en los esfuer-zos actuales por devolver "comprension" his-torica alas anteriores clases dirigentes y a susservidores torturadores. Los suefios de here-jes y brujas de que un siglo mejor y mas hu-mana les podria reconsiderar, se han cumpli-do en el hecho de que nuesrros sabios ac-tuales y poetas suefian en volver a aquellaoscuridad, pero no por la inquietud juve-nil de liberar alas victimas, sino para pre-sentar como modelo para el presenre aque-lias epocas venturosas.

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  • I -D9 WALTER BENJAMIN eo- I

    Conversaciones con Bertold Brecht *

    Julio 4 de 1934. Una larga conversacion, que tuvo lugar ayer, en elcuarto de la clinica en donde se encontraba Brecht, en Svendborg,giro en torno de mi ensayo "El Autor como Productor". Sobre la teoriaque este ensayo mio clesarrolla -la de que un criterio decisivo, a lahora de juzgar la funcion revolucionaria de los trabajos literarios, estavinculada con el grado de progreso tecnico en la literatura, progresoque lleva a la revision de la funcion de las formas de arte, y por 10 tanto,de los medios intelectuales de produccion-, Brecht la consideraba comovalida solo para un tipo de escritor, el de clase media-alta, categoriadentro de la cual se incluiria el mismo. "Tal escritor," dice, "es solidariocon los intereses del proletariaclo, en un punto preciso: en aqueJ que serefiere al desarrollo de sus propios medios de produccion. Pero al sen-tirse solidario respecto de este punto espedfico, el escritor se ve, entanto que productor, proletarizado, y adem as completamente. Esta to-tal proletarizacion en torno de este punto singular, sin embargo, 10 con-duce a una solidaridad con el proletariado en todos los frentes".

    Brecht considero demasiado abstracta micritica a los escritores proletarios del tipo deBecher. Trato de enriquecerla con un analisisdel poema de Becher, publicado en uno delos ultimos numeros de una de las revistas pro-letarias oficiales de literatura, bajo el titulo"Digo Con Toda Franqueza ... ". Brecht 10comparo, de un laclo, con su poema didacti-

    co sobre eI arte de la actuacion escrito paraCarola Neher, y por eI otro, can eI poema"Bateau lvre" de Rimbaud.

    "Le ensene a Carola Neher algunas casas"deda; "conmigo aprendio no solo la forma deactuar, sino tambien como lavarse, por ejem-plo. Pues ella se lavaba solamente para no es-tar sucia. Y no se cuestionaba nada respecto

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    * Este texto emi constituido por las notas escritas por Walter Benjamin, respecto de algunas de las conversacio-nes que sostuvo con Bertold Brecht, primero en 1934, en Svendborg, y luego en 1938, en Dinamarca. Dada lacalidad del dialogo que se proyecta en estas notas, a partir de sus excep'tionales participantes, y de los temasabotdados, Contrahistorias decide rescatarlo ahora para sus lectores. El texto original se encuentra en ellibroReflections. Essays, Aphorisms, Autobiographical Writings, Ed. Schocken Books, Nueva York, 1986, pp. 203-219. La traducci6n del ingles al espanol es obra de Jose Carlos Aguirre Barrera.

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  • continuum entre el ser humano y el ser natu-ral; en t(~rminosantropologicos, el "Hombre"no es "la coronacion" de la "historia de laNaturaleza", la hominizacion no es un "pro-greso" dentro de la misma Hnea de desarrollode la "armonfa natural", sino una interrup-cion de la misma y el inicio de una diferente;es la "hufda hacia adelante", el salto desespe-rado del animal desobediente, que con "ungrito de terror" (p. 37) se experimenta conde-nado a sucumbir (dada su "anomalfa") bajo la"ley natural" de la supremada del mas fuerte.

    Como trascendencia que es de 10 otro "na-tural", y particularmente como "trans-anima-lizacion" del "animal proto-humano", esta hu-manizacion del ser en general 0 de 10 otro esnecesariamente una negacion determinada;es una separacion respecto de 10 animal peroes tambien, en igual medida, una animaliza-cion de aquello que se separa de el: una ani-malizacion de la sujetidad. Es "re-formacion"de 10 natural, pero es tambien "naturalizacion"de la forma; es "cosmificacion" que violenta a10 otro, pero es tambien reactualizacion de laotredad a traves del cosmos.

    La trascendencia, como "trans-naturaliza-cion" no es una accion violenta que solo per-tenezca al pasado; es una accion que esta siem-pre sucediendo 0 teniendo lugar en el presen-te, que no termina nunca.

    La violencia fundamental del ser humanoal trascender al ser en general desata entre ellosun conflicto que no tiene solucion, un "eno-jo" 0 "enemistad" que no acepta "reconcilia-cion" (versohnung), si "solucion" 0 "reconci-liacion" deben significar un regreso al estadoanterior a la autoafirmacion del sujeto, unarenuncia al ejercicio de la libertad. Como severa mas adelante, para Horkheimer y Ador-no, una verdadera "reconciliacion" 0 deseno-jo entre 10 humano y 10 otro solo puede con-sistir, paradojicamente, en una insistencia eneso "nuevo" que ha aparecido en medio de 10otro, es decir, precisamente, en el ejercicio re-

    novado de la libertad. (Para ellos, la libertadno es, como para Kant, "mas mala que bue-na", sino que esta "mas alla del bien y el mal",de la concordancia 0 la discordancia con unaarmonfa natural, que, como se desprende de10 anterior, solo tiene vigencia en tanto que"reconstruida") .

    La posibilidad de la Ilustracion se encuen-tra en esta "violencia" ontologica fundamen-tal que esta en la auto-afirmacion (selbstbe-hauptung) del sujeto respecto de 10 otro; queconstituye al "sf-mismo" (selbst), en su sujeti-dad concreta 0 identidad (selbstheit) determi-nada "trans-naturalmente" (0 "meta-ffsica-mente"). En ciertos pasajes, el texto de Dia-lectica de fa Ilustraci6n parece entender la vio-lencia de la Ilustracion exc1usivamente comouna violencia de agresion y no de trascenden-cia, como un "pecado" contra la "Creacion",como una hybris contra el orden natural, queel ser humano moderno repite de manera po-tenciada y por la que, dialecticamente, con-vertido el mismo en "naturaleza" u hostilidada 10 humano, recibe un castigo terrible. "Lacivilizacion es un triunfo sobre la naturalezacon el que la sociedad convierte todo en sim-ple naturaleza" (p. 216). Sin embargo, el con-junto de la obra permite reconstruir un con-cepto de Ilumacion segun el cual, la violenciade esta respecto de 10 otro puede ser vista nosolo como un pecado 0 una hybris, sino tam-bien como una peculiar manera de respeto yexaltacion a traves del desaffo.

    La constitucion de la sujetidad sobre el sus-trato de la naturalidad animal trae consigo elconato 0 tendencia del sujeto a "perseverar ensu ser", a repetirse como identico a sf mismoen situaciones diferentes en el curso del tiem-po, en la extension del esp~cio. Ser sujeto esafirmarse en una identidad. Esta tendencia delsujeto a seguir slendo "el mismo" puede efec-tuarse sin embargo de dos maneras comple-tamente diferentes entre sf, con 10 que "perse-verar", al igual que "Ilustracion", pueden sig-

    O.,.-

  • nificar dos cosas total mente contrapuestas. Setrata de una diferencia que es de importanciadecisiva en la argumentacion de Dialectica dela llustracion.

    Y es que, en efecto, la perseverancia en elpropio ser como realizacion espacio-tempo-ral de la autoafirmacion 0 selbstbehauptung delsujeto no tiene necesariamenteque ir por el camino de la selbs-terhaltungo autoconservacion. Laperseverancia es ella misma am-bigua; se lleva a cabo de dos mo-dos 0 con dos tendencias contra-puestas. Su insistencia en ahrmarla identidad la puede llevar a cabo de dos ma-neras que siguen sentidos encontrados: a)como una auto-puesta en peligro (selbstpreis-gabe) 0 b) como una "auto-conservacion"(selbsterhaltung) .

    La auto-afirmacion puede ser simplemen-te una fidelidad a la forma que debio inven-tarse el sujeto al trascender a 10otro, y que 10identifico como tal: al pasar por la experien-cia de una "trans-naturalizacion" que aceptay asume la huella de la animalidad negada y"superada" en ella. Una fidelidad que consisteen el intento de alcanzar una meta-morfosis 0traslacion de esa forma a cualquier substanciadiferente aportada por el curso del tiempo 0la extension del espacio (Ovidio: in nova mu-tatae firmae corpora). Perseverancia es aqui elesfuerzo de rescatar una forma, una entidadvobitil, de la amenaza de desaparicion queaparece cuando es puesta a prueba 0 en peli-gro en una migracion 0 cambio de situacion.Como metamorfosis, la perseverancia no res-guarda ningun "terreno ganado", no protegeuna herencia 0 una integridad sustancial: noes capaz de fundar destino alguno ni es aptapara someterse a d. Es un acto gratuito,contingente, sin fundamento, de insistencia enuna forma que debe aun demostrar su vigencia.

    La perseverancia en el propio ser puede,sin embargo, tomar otro camino, aquel queHorkheimer y Adorno yen desembocar en suepoca en la macabra apoteosis del "estado au-toritario".7 La auto-afirmacion del sujeto pue-de consistir en una consolidacion 0 susbstan-cializacion de su forma identitaria, en el res-

    ... Ser sujeto es afirmarse en una identidadEsta tendencia del sujeto a seguir siendo "elmismo" pued~ eftctuarse sin embargo de dosmaneras completamente diferenies entre st...

    guardo 0 la conservacion de esa substanciacomo "terreno ganado" 0 "coto de poder" arre-batado a 10 otro (convertido ya en un mero"caos"). Perseverancia es aqui el empefio enproteger la "mismidad" del sujeto como unpoder equip arable al poder que se suponecomo 10esencial de 10otro. Es una perseveran-cia que acumula esa "mismidad" -poder y que,por 10tanto, funda un destino y 10obedece.

    El primer modo de perseverar en el pro-pia ser comienza con un desafio que respetala "sujetidad otra" de 10 otro en la vigenciaque esto otro mantiene al estar presente comofysis (natura) 0 creacion perpetua; avanza porla afirmacion del caracter contingente y alea-torio de la identidad del sujeto y de su cos-mos en medio de 10 otro. El segundo modoavanza por la anulacion de 1a otredad de 10otro y su conversion en un "caos" 0 natura1e-za sa1vaje por conquistar y domesticar; pasapor 1aafirmacion del car:kter abs01utamentenecesario de la identidad del sujeto y su cos-mos y por la subordinacion de la realidad de10otro a esa necesidad. E1primero se encami-na a encontrar para el sujeto y su cosmos unlugar propio en medio de 1001:rO,mientras elsegundo se dirige a someter 10otro a1sujeto ya integrarlo dentro del cosmos .

  • EI tono desconsolado y "pesimista" que pre-valece a 10 largo del texto de Dialeetica de LaIlustraci6n expresa sin duda las condicionespoliticas de la epoca en que fue escrito. Erantiempos que s610ofredan a sus auto res moti-vos para dudar de la posibilidad misma delprimer modo de la perseverancia del sujetoen su ser 0 su identidad; todo les conduda aidenti6car esa perseverancia con el segundomodo, el de la auto-conservaci6n (selbsterhal-tung) del sujeto identico a sf mismo y a cons-tatar desilusionados la dialectica negativa quellevaba a esa Ilustraci6n 0 autoaBrmaci6n a"morderse la cola" y conduir en la devastado-ra anulaci6n del sujeto. De todos modos,como destellos casi borrados por el examende esa dialectica, no dejan de aparecer espora-dicamente aseveraciones segun las cuales unaIlustraci6n "buena", de perseverancia pormetamorfosis de la identidad, resulta posible.Para Horkheimer y Adorno, s610la Ilustraci6nreaduefiada de sf misma, es decir, retomandoseen la practica real como la auto-aBrmaci6n con-tingente del sujeto humano, "podrfa romper loslimites de la Ilustraci6n" (p. 238).

    2. La Ilustraci6n como el "destino"de Occidente.

    "La proposici6n IV, XXII cor. de la Etica deSpinoza -escriben Horkheimer yAdorno (p.52)- contiene la verdadera maxima de la ci-vilizaci6n occidental: conatus seseconservandiprimum et unicum virtutis estfundamentum(el empefio en autoconservarse es el funda-mento primero y tinico de la virtud)". Inten-

    tan asf localizar un modo de comportamien-to civilizado que fue "elegido" tempranamente(unos ocho siglos antes de nuestra era) en elmundo mediterraneo centrado en torno aGrecia y que, saliendo airoso una y otra vezde duras pruebas, se fue consolidando e im-poniendo ala manera de un "destino" que hadominado en la historia de Occidente. Es elmodo de comportamienw de la Ilustraci6npor autoconservaci6n (selbsterhaltung) 0 de lacivilizaci6n liberada de la magia que asegurala vigen cia de sus formas mediante la cosi6-caci6n de la vida de las mismas en la dinimi-ca del intercambio mercantil. Un modo decomportamienw que Occidente "eligi6" re-petidamente freme a otro suyo alternativo-el de la Ilustraci6n por auto-puesta en pe-ligro (selbstpreisgabe)-, el mismo que, ven-cido y dominado, 10acompafia desde enton-ces desobedeciendo a ese "destino" desde losangulos mas variados.

    2.1 La Ilustraci6n que hay en el mito.

    Segllil Horkheimer y Adorno, la presencia dela Ilustraci6n como autoaBrmaci6n conserva-dora del sujeto no corresponderia exdusiva-mente a la civilizaci6n moderna; ellos la reco-nocen ya en el comportamiento magico y enel discurso mftico.8 "Ya los mitos que [en laepoca moderna] caen victim as de la Ilustra-ci6n eran producto de esta" (p. 30).

    Segun ellos, el comportamiento magicodespliega una astllcia muy peculiar como armade conservaci6n de la identidad de un sujetohumano: el mago se mimetiza con una 6gurainventada de 10otro todopoderoso y "hostil"

    8 Y 10 hacen con imenci6n polemica, en comra de ciena tendencia de la filologfa cIasica alemana que vela enHomero al iniciador del racionalismo ilustrado e imaginaba los riempos pre-homericos 0 de la mirologfaarcaica como tiempos de armonfa con la naturaleza a traves de los dioses teluricos. La ideologfa antirraciona-lista del nacionalsocialismo, con la que esa filologfa simpatizaba, proponia regresar a esos tiempos pre-raciona-listas mediante una depuraci6n de los elementos politico-raciales ("judeo-bolcheviques") que habrian imrodu-cido el racionalismo ilustrado en el seno del pueblo aleman.

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  • para, en representaci6n de ella, enrablar undialogo con la comunidad humana y entrarcon esta en un conttato mediante el cual ac-cede a hacer una excepci6n en su "hostilidad",a cambio de recibir un sacrificio con el que lacomunidad Ie ofrend a una parte de si misma.La astucia del mago consiste en comportarsecomo si la existencia humana tuviese algunaimpartancia para 10 otro; en tratar a 10 otrocomo si ello se atuviera a 10que el ser huma-no hace 0 deja de hacer, y en adjudicar asi a 10que acontece en 10otro una necesidad que Iees ajena, que es una proyecci6n de la cohe-rencia interna de la identidad comunitaria. Deesta manera, si 10 que acontece en 10otro re-sulta desfavorable a 10humano, ello no seriaalgo casual 0 fortuito sino una acci6n delibe-radamente hostil provocada par 10 otro, unaacci6n que puede entonces ser materia de ne-gociaci6n. Elevado ala jerarquia de fuerza to-dopoderosa, 10 otro queda sutilmente some-tido al poder de 10 humano. En la mimesismagico-mitica hay una peculiar impostura:aquello que va a ser imitado se crea en el actomismo del imitar (p. 73). El comportamien-to magi co imprime en 10 otro la necesidadque corresponde a su propio cosmos identifi-cado; Ie otorga una figura terrorifica con laque el ser humano puede mimetizarse paraexigirse a si mismo, en bien de la repro duc-ci6n de su identidad, un sacrificio al que deotto modo no se someteria.

    El mira, por su parte, al darle un nombre ala figura en que 10 otro se presenta, hacerlepersonaje de su relato y mostrarla en una re-laci6n de reciprocidad con 10humano, poneen palabras el comportamiento mimetico queesra en la magia y justifica asi la necesidad delsacrificio en bien de la conservaci6n de la iden-tidad. La magia y el mito documentan unproceso de doble filo que se impone en lascondiciones hist6ricas de la escasez absoluta,el del sometimiento de la naturaleza, de unlado, y de autorrepresi6n, "renuncia"

    (entsagung) 0 sacrificio sociales, de otro. Peresta raz6n, para Harkheimer y Adorno, "elmito es ya Ilusttaci6n [autoconservadora]",mas aun, el mira pone en marcha ese "procesosin fin de la Ilustraci6n" que, en lugar de inte-rrumpirse como era de esperar con la llegada delos tiempos modernos, habria de continuarsehasta nuesttos dias, y de manera exacerbada.

    La Ilustraci6n moderna vive de "desencantarel mundo", de combatir al mito en 10que estetiene de expresi6n y apologia del comporta-miento "mimetico" propio de la magia, cuan-do recurre al sacrificio humano como instru-mento para someter a la naturaleza. Pero, ir6-nicamente, su combate 10 lleva a cabo desdeuna posici6n que es la misma del mito, s610que "mas desarrollada".

    EI "destino" de la Ilustraci6n occidental 0moderna comenz6 a tener vigen cia cuando elsujeto se desentendi6 de la administraci6n desu cosmos, funci6n que ponia en peligro suintegridad pues 10enfrentaba al conflicto en-tonces irresoluble entre justicia social y sobre-vivencia de la comunidad, y pas6 a asegurarla-y de este modo a resguardarse a si mismo-encomendandola a la "mano invisible" (A.Smith) del mercado; cosificandola como unafunci6n que dejaba de requerir de su inter-venci6n y pasaba a cumplirse casual 0 "auto-maticamente" en el entrecruzamiento de la in-finidad de "procesos de realizaci6n del valor"de los bienes convertidos en mercandas. Estacosificaci6n 0 cesi6n de sujetidad, esta mer-ma de autarquia politica es el sacrificio, simi-lar al del comportamiento magico-mitico, quehace el sujeto ilusttado en la epoca precapita-lista de la modernidad, a cambio "de la bene-volencia de 10 otto hacia su identidad comopropietario del "mundo de las mercandas",como tesaurizador 0 acumulador de valor eco-n6mico abstracto.

  • Pero el destino de la Ilustraci6n occidentalo moderna se impone sobre ella incluso cuan-do, ya en la modernidad capitalista, el meca-nismo merca