de haan y loader (2002) on the emotions on crime

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DE HAAN, WILLEM; LOADER, IAN (2010) “On the emotions on crime, punishment and social control”. University of Groningen, the Netherlands and Keele University, UK. Theoretical Criminology © 2002 SAGE Publications. London, Thousand Oaks and New Delhi Artículo enmarcado en el debate acerca de la relación entre emociones y crimen, castigo y control social, donde la hipótesis intuitiva es que existe un vínculo cercano entre unas y otros. En específico, el comprender que el comportamiento criminal se encuentra atravesado profundamente por una variada gama de sentimientos, entre los que se incluyen vergüenza y culpa. Criminales seres morales en pugna reflexiva por dotar de sentido sus acciones, antes, durante y después de cometerlas. (3) A partir de lo anterior, los autores proponen este tópico como relevante para el desarrollo de la teoría criminológica, a partir de las siguientes interrogantes: ¿Qué nos dice sobre la teoría criminológica, el abandono relativo de las emociones por parte de los principios dominantes de la misma? ¿Qué sucede con varias de las perspectivas teóricas, una vez que la pregunta por las emociones es introducida? ¿Puede un foco sobre las emociones, ayudar a generar una explicación más adecuada/precisa sobre el crimen en tanto a acción social? ¿Podrían los recientes encuentros entre criminología y teoría social, verse enriquecidos por la suma de una perspectiva ligada a lo emocional? Emociones vinculadas al castigo y al control social del crimen Nombran algunos ejemplos de situaciones en las que se materializa la presencia de fuertes emociones, ancladas en el contexto social y criminal al que se trata (ejemplo del juez

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resúmen del texto original de De Haan y Loader. iNCLUYE REFERENCIA BIBLIOGRAFICA

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DE HAAN, WILLEM; LOADER, IAN (2010) On the emotions on crime, punishment and social control. University of Groningen, the Netherlands and Keele University, UK. Theoretical Criminology 2002 SAGE Publications. London, Thousand Oaks and New Delhi

Artculo enmarcado en el debate acerca de la relacin entre emociones y crimen, castigo y control social, donde la hiptesis intuitiva es que existe un vnculo cercano entre unas y otros. En especfico, el comprender que el comportamiento criminal se encuentra atravesado profundamente por una variada gama de sentimientos, entre los que se incluyen vergenza y culpa.Criminales seres morales en pugna reflexiva por dotar de sentido sus acciones, antes, durante y despus de cometerlas. (3)

A partir de lo anterior, los autores proponen este tpico como relevante para el desarrollo de la teora criminolgica, a partir de las siguientes interrogantes:Qu nos dice sobre la teora criminolgica, el abandono relativo de las emociones por parte de los principios dominantes de la misma?Qu sucede con varias de las perspectivas tericas, una vez que la pregunta por las emociones es introducida?Puede un foco sobre las emociones, ayudar a generar una explicacin ms adecuada/precisa sobre el crimen en tanto a accin social?Podran los recientes encuentros entre criminologa y teora social, verse enriquecidos por la suma de una perspectiva ligada a lo emocional?

Emociones vinculadas al castigo y al control social del crimen

Nombran algunos ejemplos de situaciones en las que se materializa la presencia de fuertes emociones, ancladas en el contexto social y criminal al que se trata (ejemplo del juez que llora, durante la lectura de sentencia en un caso de abusador sexual de menores).

Garland (2001): Estudio donde documenta un aumento en el tono emocional de los discursos angloamericanos, cuando se habla sobre poltica pblica criminal. Laster; OMalley (1996): Documentan aumento en la receptividad de las instituciones legales, con respecto al clamor apasionado por el reconocimiento de las vctimas. Es decir, comienza a generarse una mayor preocupacin por la menormente explorada categora miedo o temor al crimen, a partir de la ms reiterada y vehemente exigencia de rden, por parte de la ciudadana. En este sentido, Richard Sparks (1992) reporta el cmo los medios de comunicacin de masas articulan su discurso, con los sentimientos la opinin pblica dirige hacia la temtica de orden/desorden y justicia. Otro aporte importante al respecto, es el que revela la relacin entre las ansiedades de los individuos en relacin a la criminalidad, con su sentido de ubicacin espacial o simblica (Girling et. Al., 2000); as como a un conjunto de temores y deseos biogrficamente incrustadas a nivel inconsciente (Hollway y Jefferson, 2000).

Primera conclusin: Las emociones se encuentran inapelablemente implicadas, tanto en la complicada y voltil obligacin de penalizar (la criminalidad), como en los esfuerzos de la criminologa por entenderla y explicarla (OMalley, 1999). Ello cobra sentido ante una realidad en la que confluyen dos elementos: Primero, el resurgimiento de ciertas prcticas de castigo que otrora gozaban de cierta popularidad entre la gente (las llamadas medidas punitivas populistas[footnoteRef:1]), caracterizadas por hacer eco de y dar expresin legislativa al clamor emocional de la ciudadana, en relacin a un tipo de crimen particular (e.g. Simon, 1995; Pratt, 2000). Segundo, la generacin de polticas criminales, junto a medidas policiales y legislativas, orientadas a contener y separar los vaivenes emocionales de la poblacin, del proceso de justicia criminal[footnoteRef:2]. Producto de la interaccin de ambas variables, amerita mencionar la introduccin de programas basados en los principios de la justicia restaurativa, proporcionando un lugar ms central y apropiado para las emociones, dentro del sistema de justicia criminal[footnoteRef:3]. [1: Refiere a medidas como: Creacin de campos de trabajo forzado para criminales; la notificacin pblica sobre la presencia de un individuo con prontuario por algn delito sexual; el encarcelamiento masivo de personas; la Ley de Tolerancia 0, por mencionar algunas.] [2: Algunos ejemplos en esta materia, son: Introduccin de anlisis estadstico como herramienta; nuevas administraciones pblicas; vigilancia policial orientada por labores de Inteligencia; etc. ] [3: Menciona las Comisiones de Verdad y Reconciliacin en Chile y Sudfrica, las que han permitido situar el enojo, remordimiento y perdn, al centro de los procesos de resolucin de conflicto.]

Retomando el objetivo de profundizar la teorizacin acerca de la interseccin entre emociones, castigo y control social, se plantean las siguientes interrogantes:Cmo es que las emociones han ido creando formas contemporneas de control social?Qu o cules emociones son las que estn siendo involucradas en ese proceso, y cules estn siendo dejadas de lado?Estaremos viviendo un proceso de emocionalizacin de los sistemas de justicia criminal, en las sociedades modernas?Qu rol deben jugar las emociones, en la humanizacin y democratizacin de los sistemas de justicia criminal?

Inevitablemente, estas reflexiones se ven cruzadas por otros debates paralelos, sobre cmo definir las emociones, cmo caracterizarlas y cul sera la mejor estrategia para estudiarlas. Jack Katz (1998; 1999) difiere profundamente con las teoras tradicionales sobre le crimen (teoras demogrficas o las que explican el aumento en las tasas de delincuencia, a partir de la inequidad social), no porque las variables que plantean no sean relevantes, sino porque estas teoras tienden a disociarlas de los comportamientos observables (como las emociones directamente involucradas al momento de cometer un crimen), creando la ficcin de que slo los datos sociodemogrficos son suficientes para explicar el fenmeno criminal. En respuesta, Katz desarrolla una estrategia de investigacin alternativa, basndose en tres aspectos de la vida social: La interaccin simblica; los aspectos pragmticos de la comunicacin; y la expresin concreta de la accin social. Esta estrategia impulsa a los investigadores a describir el cmo la conducta social es creada mediante la interaccin simblica, constituida como parte del curso prctico de una accin, y personificada (o figurada) por procesos corporales. (7)

Con respecto a aquellas emociones involucradas de manera indirecta, existen estudios enfocados a dar cuenta de las emociones vinculadas a la censura social ejercida sobre un comportamiento delictivo, cuyo punto de partida lo da un elemento fundamental en la teora de justicia criminal clsica: El supuesto de que los sentimientos -como la ira y el deseo de venganza-, deben ser reprimidos para el correcto funcionamiento de las instituciones; y canalizados mediante mecanismos institucionales racionales. Desde esta vereda, tenemos a Jack Barbalet (1998) y a Susanne Karstedt () plantean sus aportes: El primero establece una conexin entre estructura y agencia, a partir de las emociones asociadas a las precarias condiciones de la clase media-baja; la segunda, habla de que la permeabilizacin del sistema de justicia criminal a mano de las emociones o, como le llama, la emocionalizacin de dicha institucin- genera ciertos problemas estructurales en la relacin entre moral, crimen y sistema penal.

La paradoja resultante de este ejercicio, es que todo pareciera indicar que para alcanzar un debate ms racional en cuanto al crimen y a la justicia criminal, es necesario que prestemos ms atencin a la variable emocional del fenmeno en cuestin. Las emociones tal como los diversos autores que contribuyen a este volumen, demuestran- son una dinmica estructurante, importante dentro del sistema de justicia y castigo. Deben ser reconocidas como tales, dentro de cualquier proyecto poltico que busque alternativas de control social que sean ms razonables y ms justas. (8)