encuentro con ocho escritoras mexicanas

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Encuentro Con Ocho Escritoras Mexicanas

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    http://www.jstor.org

    Encuentro con ocho escritoras mexicanas Author(s): Giovanna Minardi Source: Hispamrica, Ao 23, No. 68 (Aug., 1994), pp. 61-71Published by: Saul SosnowskiStable URL: http://www.jstor.org/stable/20539787Accessed: 09-07-2015 04:16 UTC

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  • Encuentro con ocho escritoras mexicanas

    GIOVANNA MI?ARD?

    A mediados de los 80 la historia de la literatura mexicana dej? de ser el libro de los escritores y la participaci?n de la mujer dej? de ser marginal al ingresar casi masivamente en la literatura. El nuevo panorama es sumamente

    rico y variado; ha convocado debates y suscitado la necesidad de confrontar

    perspectivas y definiciones. En la narrativa hay dos constantes que se han dado en llamar "femeni

    nas": un obsesivo ensimismamiento y el tema amoroso, un yo desenfrenado que se pregunta una y otra vez por s? misma y la imposibilidad de la relaci?n amorosa son los pivotes alrededor de los cuales gira buena parte de los rela tos. Es com?n encontrar en textos de investigadoras de la escritura femenina latinoamericana, como Celia Correas de Zapata, Aralia L?pez, Sara Sefcovich y Claridad Silva Vel?squez,1 que la escritura de mujeres en Latinoam?rica atraviesa tres etapas. En la primera etapa los temas predominantes son el

    matrimonio, el hogar, los hijos, la pasividad de la mujer, la represi?n sexual, el amor no correspondido, la soledad, la vejez, etc. En cuanto a las t?cnicas, se usa con frecuencia una voz narrativa en primera persona del singular, la

    protagonista es siempre mujer y el tono es confesional o dram?tico. En gene ral existe un cierto apego a los c?nones tradicionales. Seg?n estas investiga doras, las escritoras mexicanas que podr?an ser inscritas en este etapa son

    Amparo D?vila, Guadalupe Due?as y Josefina Vicens. En la segunda etapa se conservan los temas anteriores, pero se agregan preocupaciones como la

    participaci?n activa de la mujer en la sociedad, la indagaci?n metaf?sica, la pol?tica, los problemas sociales, la necesidad de expresar y experimentar la

    Palermo, Italia, 1958. Ha publicado Silvio nel roseto (traducci?n de cuentos del peruano Julio Ram?n Ribeyro), as? como numerosos art?culos sobre Julio Ram?n Ribeyro y sobre literatura de mujeres. Actualmente ejerce funciones docentes como profesora de espa?ol en F.P. de Palermo.

    1. Celia Correas de Zapata, Detr?s de la reja, Caracas, Monte Avila, 1980; Aralia L?pez, De la intimidad a la acci?n. La narrativa de escritoras latinoamericanas y su desarrollo, M?xico,

    UAM-Iztapalapa, 1985; Sara Sefcovich, Mujeres en espejo 2, M?xico, Folios, 1985; Claridad Silva Vel?zquez, Puerta abierta, M?xico, Joaqu?n Mortiz, 1986. Adem?s, entre las autoras que han escrito sobre la literatura producida por mujeres, hay que mencionar a Helena Ara?jo, Luc?a Guerra Cunningham y Amy Kaminsky.

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  • 62 ENCUENTRO CON OCHO ESCRITORAS MEXICANAS

    sexualidad, etc. Las t?cnicas son m?s elaboradas, ya no hay una autoridad manifiesta del narrador, se usa la parodia, la iron?a, el humor; en fin, el lenguaje se vuelve m?s creativo. Las escritoras representativas de esta etapa son Rosario Castellanos, In?s Arredondo, Luisa Josefina Hern?ndez. La tercera etapa abarca muchos de los temas anteriores, pero los transforma en cuestiones

    m?s completas que admiten m?ltiples interpretaciones y, al mezclar g?neros literarios diferentes, se mueven dentro de la exploraci?n interdisciplinaria. Se utiliza la desmitificaci?n como estrategia subversiva y se incita al lector con el uso frecuente de la fragmentaci?n espacial y temporal y de la metaficci?n. Curiosamente, las investigadoras que proponen este modelo no mencionan a

    ninguna narradora mexicana que pueda ser inscrita dentro de esta etapa. Si se

    aceptara sin reservas esta clasificaci?n, creemos que en esta ?ltima etapa podr?a incluirse a Esther Seligson, Angelina Mu?iz, Julieta Campos y a Brianda Domecq, entre otras.

    Como bien afirma Martha Robles, en las ?ltimas generaciones "es claro el salto de la improvisaci?n al cultivo del oficio".2 Desde Nellie Campobello (1900), la ?nica mujer que ha escrito sobre la revoluci?n mexicana (Cartucho, 1931), pasando por Rosario Castellanos, Elena Garro y Elena Poniatowska,

    hasta llegar a las m?s j?venes Ethel Krauze y Regina Cohen, mucho se ha conquistado en el campo de la participaci?n de la mujer en el mundo cultural y en la conciencia literaria de la propia mujer. Hoy en d?a se la considera una literatura diferente; su territorio ocupa un espacio diferente al cual hay que reconocerle y otorgarle su "poder". Como con todo ejercicio de escritura, la eficacia de las ideas y del discurso conlleva un triple compromiso: asumir la escritura como un acto vital y necesario, llegar a los l?mites posibles de la funci?n est?tica, y dotar a la expresi?n de la mujer de un poder tal que no permita su exclusi?n.

    No cabe duda que la direcci?n de la escritura femenina se amolda a la estructura de la sociedad. Al igual que en muchos pa?ses, la mujer en M?xico ha tenido que luchar para abrirse camino en el mundo de la cultura. Hoy ya le resulta relativamente f?cil publicar ?y quiz? a?n m?s tras el gran ?xito obtenido en el extranjero por Angeles Mastretta y Laura Esquivel?, pero a pesar de toda explicaci?n sociol?gica o ideol?gica, una preocupaci?n parece ser com?n entre las mujeres que escriben hoy d?a en M?xico: como Virginia

    Woolf lo se?alara en 1929,3 la mujer ya no escribe para expresar su rabia, su amargura y su protesta individual; puede concebir la escritura como arte.

    2. Martha Robles, La sombra fugitiva. Escritoras en la cultura nacional, M?xico, Diana, 1989, vol. II, p. 120.

    3. Virginia Woolf, Las mujeres y la literatura, Barcelona, Lumen, 1981, p. 56: "...Parece que el mayor cambio que ha experimentado la literatura femenina es un cambio de actitud. La escri tora ya no est? amargada. Al escribir, ya no se dedica a protestar o hacer valer sus derechos [...]

    Las mujeres comienzan a respetar su propia conciencia de los valores [...] Y la novela femenina ser? una obra de arte cual otra cualquiera, por lo que se estudiar?n sus recursos y sus l?mites".

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  • GIOVANNA MI?ARD? 63

    Las ocho escritoras que he entrevistado comparten esta concepci?n del arte, seg?n la cual lo m?s importante es encontrar y trabajar el lenguaje adecuado para expresar sus deseos, sus temores, sus dudas, sus esperanzas. Estas son: Aline Pettersson, Silvia Molina, Ethel Krauze, B?rbara Jacobs,

    Mar?a Luisa Mendoza, Angelina Mu?iz, Brianda Domecq y Beatriz Espejo. Ninguna de ellas es militante feminista y ninguna ?excepto Brianda Domecq y en parte Ethel Krauze? considera que su literatura sea de reivindicaci?n feminista, a pesar de que todas se declaran a favor del feminismo y que su obra narrativa nos presenta casi exclusivamente a personajes femeninos.

    Mar?a Luisa Mendoza (1930) ha escrito novela y cuento. ?ltimamente casi ha dejado su quehacer literario para dedicarse casi completamente a la labor period?stica (su gran pasi?n de siempre, como ella dice). Sin embargo, su novela De Ausencia (M?xico, 1974) marca un hito en la narrativa mexica na. Angelina Mu?iz (1936) es novelista, cuentista, poeta y ensayista, adem?s de ser maestra de la UNAM. Ha publicado varios libros y su obra, como ella

    misma la define, no es f?cil, pero es indudablemente fascinante e inquietante por sus transgresiones dentro del mundo m?tico.4 Aline Pettersson (1938), nacida en M?xico de padre sueco y madre mexicana, es novelista y cuentista. Ella parece no creer en la posibilidad de vivir feliz, sino en una angustia que jam?s termina. Casi todos sus personajes se encuentran solos; la exploraci?n de esta soledad, la creaci?n de su identidad, la elecci?n del ser y la fuerte conciencia de la muerte son los temas de su obra. Beatriz Espejo (1938) es la ?nica de estas ocho autoras que no ha escrito novela; sus cuentos, sin

    embargo, se pueden considerar casi como novelas, porque est?n relacionados entre s? de tal forma que alcanzan a producir una cohesi?n interna. Espejo explora el mundo interior de sus personajes con sutileza sicol?gica y, a veces, con una profunda y sorprendente iron?a. Brianda Domecq (1942) escribe no vela, cuento y ensayo, y es la que m?s se preocupa por la esencialidad del ser femenino y la necesidad de una literatura y cr?tica femeninas. Silvia Molina

    (1946) se dedica al cuento y a la novela; trabaja, adem?s, en una editorial y ella misma ha fundado otra que publica biograf?as de escritores mexicanos. Su narrativa nos presenta el mundo interior de la mujer que se debate por obtener una libertad y una identidad propias en el universo de las pasiones humanas. Recoge los estados de ?nimo que permiten enfrentar, no siempre

    4. Martha Robles afirma que, junto a Elena Garro, Luisa Josefina Hern?ndez, Josefina Vicens, Rosario Castellanos, Julieta Campos, Mar?a Luisa Mendoza y Esther Seligson, Angelina Mu?iz es una de las precursoras posteriores al medio siglo de quienes podr?amos considerar escritoras

    profesionales. "... A ellas debemos nuevas b?squedas de la identidad, una com?n preocupaci?n por el lenguaje y voluntad art?stica", op. cit., p. 325.

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  • 64 ENCUENTRO CON OCHO ESCRITORAS MEXICANAS

    con fortuna, un futuro fr?gil, una reconciliaci?n con la vida o una decisi?n de vivir con intensidad, sea cual fuere el resultado. B?rbara Jacobs (1947) se dedica a la novela, al cuento y al ensayo. Su narrativa presenta cierto tono ir?nico, transgresor y burl?n que hace f?cil, ?gil y reconocida su lectura.

    Ethel Krauze (1954) se dedica a la novela, al cuento, a la poes?a y a su trabajo de guionista en Televisa. Pertenece a la que en un momento se llam? literatura "de la onda" por su tono rebelde, ?nimo de inconformidad, b?s

    queda de novedades ling??sticas o tem?ticas que denoten peculiaridades de la realidad inmediata, frente a los

    '

    'humanistas' '

    encargados de avivar valores

    perdurables. Lo que sigue es un resumen del texto de las entrevistas, y se basa esen

    cialmente en las tres preguntas concernientes al origen de su acercamiento a la literatura, sus temas b?sicos y su consideraci?n de la relaci?n entre lite ratura y g?nero femenino.

    Mar?a Luisa Mendoza: Yo nac? escritora

    Pienso que la literatura es un ser natural, que as? nace, como se nace

    mujer, como se nace mexicana. Esta virtud para m? fue subrayada y apuntalada por mi amor a la lectura. Yo he le?do toda mi vida desde que nac?, porque siempre estuve enferma y eso me recluy? mucho en mi cuarto y a un contacto directo y continuo con los libros. La labor period?stica y el compromiso pol?tico me han retra?do mucho de la literatura que es soledad, que es silencio, que es disciplina; eso no me lo perdono, porque Dios me hizo buena escritora y yo no le respondo con la obra.

    Yo estoy atada al pasado, por desgracia soy una cl?sica guanajuatense educada por unos padres antiguos. Mis novelas tratan del pasado, de

    Guanajuato, que es mi Macondo, y del tema del amor, de sus penas y morti ficaciones.

    La definici?n "literatura femenina" es inmunda, tiene que ser una escritura, nada m?s escribir y escribir bien, no importa el sexo, es una caracter?stica evidente que no se puede hacer a un lado, pero que tampoco es

    gen?rica. A m? no me gusta estar con ciertas mujeres, y para ellas no existo, pero existo para las que me leen, para mis lectoras mujeres, porque saben que hablo como mexicana, que escribo como mexicana.

    Mar?a Luisa Mendoza ha publicado narrativa: Con ?l, conmigo, con nosotros tres (M?xico, Joaqu?n Mortiz, 1971), De Ausencia (M?xico, Joaqu?n Mortiz, 1974), El perro de la escribana (M?xico, Joaqu?n Mortiz, 1982), Ojos de papel volando (M?xico, Joaqu?n Mortiz, 1985); autobiograf?a: De cuerpo entero (M?xico, Corunda, 1991).

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  • GIOVANNA MI?ARD? 65

    Angelina Mu?iz: El juego de escribir

    Estando una vez en Cuernavaca mi primo y yo hab?amos estado todo el d?a jugando y ya no sab?amos a qu? jugar. Entonces se me ocurri? jugar con un cuento. Entramos en el comedor y nos pusimos a escribir, de ah? me gust?

    much?simo escribir. Yo escribo de todo, desde la poes?a hasta el ensayo, siempre tengo que tener la mente alerta hacia qu? es lo que quiero escribir.

    Tengo adem?s un diario, "ideario" lo llamo yo, y un "somnario", que es donde anoto mis sue?os.

    Yo creo que toda mi literatura transgrede mucho, pero no de una manera escandalosa; es una transgresi?n mucho m?s profunda que va hacia lo esen cial del hombre, a los mitos. Me interesan mucho los mitos, la religi?n, pero si alguien estudiara con profundidad mis textos ver?a c?mo voy en contra de toda convenci?n, c?mo soy muy iconoclasta, pero siempre dicho con el len

    guaje po?tico que yo uso. Para m? es importante que el lenguaje sea algo trabajado, que se descubra, que no sea com?n, aunque es cotidiano. Veo a la gente muy conformista en literatura, acepta los libros m?s f?ciles que s?lo

    quieren divertir por encima. Yo no s? si divierto m?s o menos; lo que quiero es hacer pensar. Yo simplemente dejo salir lo que llevo adentro, me estoy revolviendo continuamente, porque pienso que si uno no se conoce a s?

    mismo a fondo no puede dar nada a los dem?s. Todav?a no tengo muy claro eso de literatura femenina, pero lo pienso

    mucho y me preocupa. Forzosamente la visi?n del mundo masculino y la vi si?n femenina son diferentes; probablemente eso se refleje en la literatura, pero yo no las aislar?a en cotos, m?s bien las ver?a en el contexto general de literatura que hace el hombre, que hace la mujer. Sin embargo, s? creo que, bien explotado, el mundo creativo femenino es mucho m?s amplio que el masculino. Yo veo que la mujer tiene posibilidades en todos los momentos. Ahora esto se ha puesto de moda, pero lo ?nico que no quisiera es que la

    mujer se dejara llevar por el mundo f?cil, en vez de realmente aprovechar esta oportunidad para sacar a la luz las cosas profundas del mundo.

    Angelina Mu?iz ha publicado narrativa: Tierra adentro (M?xico, Joaqu?n Mortiz, 1977), La guerra del unicornio (M?xico, Art?fice, 1983), De magias y prodigios (M?xico, FCE, 1988), El libro de Miriam (M?xico, UAM, 1990), Serpientes y escaleras (M?xico, UNAM, 1991),

    Dulcinea encantada (M?xico, Mortiz, 1992), Huerto cerrado, huerto sellado (M?xico, Oasis, 1985); poes?a: Vilano al viento (M?xico, UNAM, 1982), El ojo de la creaci?n (M?xico, UNAM, 1992); ensayo: La lengua florida. Antolog?a sefard? (M?xico, FCE, 1989), Las ra?ces y las ramas. Fuentes y derivaciones de la cabala hispanoebrea (M?xico, FCE, 1994); autobiograf?a:

    El juego de escribir (M?xico, UNAM y Corunda, 1991).

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  • 66 ENCUENTRO CON OCHO ESCRITORAS MEXICANAS

    Aline Pettersson: El mundo de la memoria

    Desde ni?a tuve la fortuna de estar muy cerca de los libros y escrib? toda mi vida sin pensar nunca que hab?a un oficio de escritor, hasta que un buen d?a, con mis tres hijos ya, decid? encarar la escritura de una forma m?s p?blica, ya que nunca hab?a parado de escribir.

    En general, me interesa hablar de las preocupaciones del ser humano, no concretamente ni s?lo de la mujer, porque si una mujer se siente sola yo creo que un hombre tambi?n se siente solo, y si una mujer se enfrenta a la muerte, un hombre igual se enfrenta a ella. Adem?s, para m? es algo fundamental que el hombre es sus memorias; somos aquello que vivimos, nuestra subjetividad es el resultado del enfrentamiento con la realidad y la memoria. Otra de mis

    preocupaciones es la diferencia de los distintos tiempos, el interior y el exterior, y aun en el exterior hay distintas velocidades del tiempo crono

    m?trico. Esta concepci?n del tiempo es bastante autobiogr?fica. Yo soy una

    persona brutalmente emotiva y noto que las cosas m?s est?pidas me pueden causar cambios de alegr?a o de angustia espantosos. Cuando me pasan estos estados de ?nimo pierdo mi ubicaci?n en el tiempo y en el espacio, entonces el tiempo exterior y el tiempo interior se alejan much?simo el uno del otro para abreviarse o extenderse en una medida que no tiene mucha relaci?n con

    el tiempo real. Yo creo que el punto de vista de la mujer es por lo menos un poco distin

    to al del hombre, pero me niego a pensar que son opuestos. El acceso de las

    mujeres a una vida de desarrollo profesional m?s amplio es bastante reciente, entonces pienso que es razonable que este inconsciente colectivo femenino aflore muchas veces en cosas que no se han dicho, porque la mujer no ha tenido mucho acceso a la palabra escrita, y menos a la publicada. Sin embar go creo que en este momento las mujeres escriben de muy distintas cosas y que englobarlas s?lo por el hecho de g?nero me parece muy empobrecedor para quienes escriben. Yo creo que tambi?n se tendr?a que buscar el enorme

    lugar com?n de la buena literatura y la mala literatura o ciertos intereses comunes, ciertas sensibilidades, ciertos manejos del idioma, cierta b?squeda formal, y no solamente por ser mujer las echamos todas en un costal.

    Aline Petterson ha publicado narrativa: C?rculos (M?xico, UNAM, 1977), Casi en silencio (M?xico, Premia, 1980), Proyectos de muerte (M?xico, Mart?n Casillas, 1983), Los colores ocultos (M?xico, Grijalbo, 1986), Sombra ella misma (Xalapa, Universidad Veracruzana, 1986), Piedra que rueda (M?xico, Joaqu?n Mortiz, 1990), Querida familia (M?xico, Diana, 1991), M?s all? de la mirada (M?xico, Joaqu?n Mortiz, 1992); poes?a: Tres poemas (M?xico, Oasis, 1985), Cautiva estoy de mi (M?xico, Plaza y Vald?s, 1988); autobiograf?a: De cuerpo entero (M?xico, Corunda, 1991).

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  • GIOVANNA MI?ARD? 67

    Beatriz Espejo: Yo amo a los hombres

    Empec? a escribir a los doce a?os y fue la monja de la escuela quien descubri? esta vocaci?n en m? y me empuj? para que estudiara letras.

    Tengo cierta tendencia en que todos mis cuentos est?n interrelacionados el uno con el otro; eso forma una cohesi?n interna al texto. En ellos analizo la burgues?a mexicana en decadencia. En El cantar del pecador, mi ?ltimo libro, el sentimiento que prevalece es el sentimiento de p?rdida, p?rdida en el sentido de que muchos valores de esa clase est?n fuera del mundo, por ejemplo el mito de la virginidad, de la aristocracia de los apellidos, etc. Sin embargo, el libro empieza con la visi?n de un ni?o y se cierra con la visi?n de otro ni?o que se salva por medio de la poes?a.

    La literatura es una sola: es buena o es mala literatura. Creo en la visi?n femenina en la literatura, porque cuando uno escribe tiene que ser terri blemente aut?ntico, pero no creo en la literatura escrita por mujeres que no saben puntuar, que son unas improvisadas, que no tienen cultura. Yo creo que la mujer tiene que estar igual de preparada que los hombres. La figura

    masculina no es antag?nica, yo creo que para poder vivir hay que vivir en armon?a. Mi feminismo consiste ?nicamente en la superaci?n intelectual de la mujer. Adem?s, a m? me gustan los hombres, me relaciono bien con ellos, tengo grandes amigos, y en el campo literario tenemos los mismos deberes

    que ellos, los deberes que te exige tu oficio.

    Beatriz Espejo ha publicado narrativa: La otra hermana (M?xico, 1958), Muros de azogue (M?xico, Diogenes, 1979), El cantar del pecador (M?xico, Siglo XXI, 1993); ensayo: Breve biograf?a de Leonardo da Vinci (M?xico, SEP, 1967), La prosa espa?ola en los siglos XVI y

    XVII (M?xico, UNAM, 1971), Julio Torri, voyerista desencantado (M?xico, UNAM, 1986), Evocaci?n de mujeres ilustres (M?xico, Delegaci?n Benito Ju?rez del Departamento del Distrito Federal, 1980), Diego Rivera y los escritores mexicanos (M?xico, UNAM, 1986), Oficios y menesteres. Cr?nicas (M?xico, UNAM, 1987); autobiograf?a: De cuerpo entero (M?xico, Corunda, 1991).

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  • 68 ENCUENTRO CON OCHO ESCRITORAS MEXICANAS

    Brianda Domecq: El "Posneonismo" marginal de las mujeres

    El instrumento de la literatura es lo que me permite vincular lo consciente con lo inconsciente. Necesitamos salimos de este mundo cient?fico, racional, fr?o, l?gico, lineal del patriarcado para empezar a tocar fondo: c?mo somos en el fondo como mujeres. Esto es lo que te permite la literatura anudando

    mi otra gran pasi?n que es la psicolog?a. Yo creo mucho en la espiritualidad, en el sentido de tocar mi centro, expresar esta voz interior que no tiene que ver con la conciencia; inclusive muchas veces no habla, sino que es una voz

    que puede presentarse en forma de conocimiento intuitivo. Yo ingres? a la literatura fundamentalmente con dos temas que se me

    juntaban: mujer y mito, este ?ltimo tambi?n en su forma de mentira que tiene el estereotipo, o sea las creencias anquilosadas que tenemos, sobre todo, acerca de la mujer. En mis cuentos de Bestiario dom?stico abordo muchos

    mitos, desde el mito de que la mujer no tiene alma hasta el mito de la p?rdida del ed?n por la serpiente. Hay mucho proceso de desmitificaci?n, ver donde nos toca, por qu? estos mitos. Tenemos que buscar

    ' 'nuestro propio

    ser"; somos seres humanas, no humanos. Y esto viene de Rosario Castellanos, otro modo de ser humanos.

    Yo creo que es necesario el t?rmino "literatura femenina". Tengo todo un ensayo donde defiendo la importancia de establecer un corpus de literatura femenina de manera que tengamos un contexto propio dentro del cual poda

    mos trazar nuestras propias l?neas de deducci?n, nuestras propias categor?as de calidad, nuestras propias clasificaciones de escuelas, si es que existen.

    ?Por qu? hemos de estar a la fuerza dentro de un modernismo, por ejemplo, que nunca nos perteneci?? Yo he creado un t?rmino que es el "posneonismo

    marginal", o sea, somos todo lo anticuado, lo nuevo, y al margen. Las

    mujeres tenemos otro tiempo, inclusive yo creo que las mujeres estamos m?s instaladas en el espacio que en el tiempo. El hombre se preocupa much?simo

    del progreso, de estar llegando; yo en cambio siento que estoy mucho m?s

    preocupada por el estar regresando, recogiendo, reestructurando y recupe rando, m?gicamente e intuitivamente. Es un movimiento c?clico, circular.

    Brianda Domecq ha publicado narrativa: Bestiario dom?stico (M?xico, FCE, 1982), La ins?lita historia de la Santa de C?bora (M?xico, Planeta, 1990), Once d?as y algo m?s (M?xico, Har?a, 1991); ensayo: Acechando al unicornio. La virginidad en la literatura mexicana (M?xico, FCE, 1988); autobiograf?a: De cuerpo entero (M?xico, Corunda, 1991).

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  • GIOVANNA MI?ARD? 69

    Silvia Molina: Creo en la armon?a de la pareja

    Yo fui muy mala lectora, como mucha gente de mi generaci?n, porque el sistema educativo mexicano es p?simo para la literatura. Pero en la

    preparatoria descubr? a Jos? Agust?n, que es el escritor que ha encabezado el movimiento "de la onda", el cual ten?a la virtud de usar un lenguaje muy fresco y de hablar de los j?venes. En 1976 particip? en un taller de creaci?n, all? escrib? mi primera novela, La ma?ana debe seguir gris, y a partir de entonces segu? escribiendo.

    En muchas de mis obras est? el tema de la b?squeda de la identidad. Todas las mujeres o los personajes quieren saber qui?nes son y de d?nde vienen. Adem?s, me interesa mucho buscar en la vida cotidiana el problema, es decir en una vida en la que aparentemente no sucede nada y todas las cosas marchan bien siempre se da la ruptura de un ser humano, esa ruptura puede estar dentro de la familia, dentro de la pareja o en una oficina. En fin, en esta vida diaria me gusta destacar ciertos elementos que en apariencia pueden escapar a nuestra atenci?n por no tener ninguna importancia.

    A m? me choca la discusi?n entre literatura masculina y literatura feme nina. Yo pienso que los dos s?lo hacemos una literatura, pero no puedo dejar de aceptar que cuando escribe una mujer a veces hay cierto punto de vista de mujer, porque la que est? escribiendo y reflejando all? un mundo es necesa riamente una mujer. Casi todos mis personajes son mujeres porque pienso que puedo explotar mejor la problem?tica de la mujer por ser mujer, pero nunca he tenido una intenci?n feminista en mi trabajo, creo en la igualdad de la pareja y siento que las cosas funcionan mejor en pareja.

    Silvia Molina ha publicado narrativa: La ma?ana debe seguir gris (M?xico, Joaqu?n Mortiz, 1977); Ascensi?n Tun (M?xico, Mart?n Casillas, 1981); La familia vino del norte (M?xico, Cal

    y Arena, 1988); Dicen que me case yo (M?xico, Cal y Arena, 1989); Imagen de H?ctor (M?xico, Cal y Arena, 1990); Un hombre cerca (M?xico, Cal y Arena, 1992).

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  • 70 ENCUENTRO CON OCHO ESCRITORAS MEXICANAS

    B?rbara Jacobs: La esquizofrenia del buen escritor

    Como la mayor?a de los escritores, empec? a acercarme a la literatura como lectora, y como todo el mundo tambi?n un d?a comenc? a probar si yo tambi?n pod?a escribir como los autores a los que le?a. Posteriormente entr? a un taller de cuento que impart?a Augusto Monterroso en la UNAM, y eso

    me vincul? con otros j?venes escritores y con lo que es un trabajo de taller donde te tienes que enfrentar con otras personas. He sido muy lenta en

    publicar, nunca he tenido prisa, me ha importado m?s estar muy bien

    preparada. Yo me llamo a m? misma "realista"; me preocupan los temas de la vida

    diaria, me encanta retratar a la gente que conozco a mi alrededor, a la gente que veo, las experiencias que me cuentan o que yo tengo. Todo lo que despierta en m? una emoci?n, una idea, un sentimiento, un miedo, una duda, etc., pues, le quiero dar una forma, pero soy completamente realista. Me

    angustia mucho el paso del tiempo y lo que creo que merece la pena lo

    quiero conservar en una forma que espero permanezca, aspirando a un

    tratamiento art?stico de los temas. Un escritor es bastante esquizofr?nico, tiene muchas personalidades (o debe tenerlas) y, digamos, su trabajo est? en desprenderse de ellas al mismo tiempo en que las asume.

    Asumo todos los principios b?sicos del feminismo y, en cuanto a la literatura, bueno, soy mujer, y por supuesto que lo que veo lo veo como

    mujer, pero como soy escritora, tenemos que ser esquizofr?nicos, y entonces si estoy tratando un tema masculino tengo que sentirlo como hombre. En la

    literatura, no tomo partido ni por el hombre ni por la mujer; en la vida s?. Mi aspiraci?n es que lo que escribo suene neutro, que suene como lo que debe sonar; si es un personaje masculino que suene como tal.

    B?rbara Jacobs ha publicado narrativa: Un justo acuerdo (M?xico, La m?quina de escribir, 1979); Doce cuentos en contra (M?xico, Era, 1982); Escrito en el tiempo (M?xico, Era, 1985);

    Las hojas muertas (M?xico, Era, 1987).

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  • GIOVANNA MI?ARD? 71

    Ethel Krauze: "Literatura femenina" siempre y cuando se hable de "literatura masculina"

    Desde muy peque?a comenc? inventando versos a los que les pon?a m?si ca y les cantaba, incluso desde antes de empezar a leer y escribir. A los trece a?os escrib? un poema ya consciente de que estaba haciendo poes?a o inten tando hacerla. Hacia los dieciocho a?os entr? a trabajar a Canal 11 de

    Televisi?n, y all? tuve que aprender a escribir guiones. Comenc? a publicar mis primeros poemas en revistas, a escribir en suplementos culturales, y de ah? ya continu?.

    Manejo mucho el tema de la relaci?n entre hombre y mujer, los proble mas de la comunicaci?n, el di?logo, la posibilidad de encontrarse uno en otro. El tema de la mujer que lucha entre dos aguas, la imagen antigua y la imagen nueva de ser mujer y que se abre paso es tambi?n algo que me apasiona y, dir?a, que permea toda la obra que he escrito.

    Siento que en el mundo hay dos g?neros y que as? est? constituido el ser humano. Yo no he conocido a una persona que se defina s?lo como un ser humano, sino como ser hombre o mujer, de manera que el concepto de ser humano es una abstracci?n; la concreci?n es ser hombre o ser mujer, y esta diferenciaci?n sexual implica otras diferenciaciones que van desde lo biol?

    gico a lo psicol?gico y lo cultural, de manera que la literatura, como

    expresi?n de la condici?n humana, tambi?n es sexual. Acepto que se hable de literatura femenina siempre y cuando se hable de literatura masculina: la literatura que escriben los hombres ser? masculina, la literatura que escriben las mujeres ser? femenina y la suma de ambas literaturas ser? literatura universal. Lo que ocurre es que se le llamaba literatura a secas a la que escrib?an los hombres, porque las mujeres no lo hac?an de manera p?blica y es apenas en este siglo cuando est?n surgiendo de forma bastante masiva las escritoras. Es algo nuevo, es algo diferente y por eso se le ha puesto la

    etiqueta de "femenina" a esta literatura como contrapartida a la literatura universal que era la que manejaban los hombres. Pero hay que red?finir estos conceptos, yo creo que s? hay diferencias que merecen ser largamente estu diadas, la ?ptica masculina de ver el mundo y la ?ptica femenina de ver el

    mundo son complementarias y en conjunto dan la visi?n total de lo que es la condici?n humana. Soy feminista, pero trato de no ideologizar mi obra literaria, porque la literatura es un arte, no es propaganda.

    Ethel Krauze ha publicado narrativa: Intermedio para mujeres (M?xico, Oc?ano, 1982), Donde las cosas vuelan (M?xico, Oc?ano, 1985), El lunes te amar? (M?xico, Oc?ano, 1987), Mujeres en Nueva York (M?xico, Grijalbo, 1993); poes?a: Poemas de mar y amor (M?xico, UNAM, 1982), Para cantar (M?xico, 1984), Fuegos y juegos (M?xico, UAM, 1985); autobiograf?a: De cuerpo entero (M?xico, Corunda, 1991).

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    Article Contentsp. 61p. 62p. 63p. 64p. 65p. 66p. 67p. 68p. 69p. 70p. 71

    Issue Table of ContentsHispamrica, Vol. 23, No. 68 (Aug., 1994), pp. 1-136Front MatterEl cuerpo de la patria: Espacio, naturaleza y cultura en Bello y Sarmiento [pp. 3-20]Hacia el vanguardismo peruano: Prehistoria y perfil de "Amauta" [pp. 21-48]EntrevistasJulio Ramn Ribeyro [pp. 49-59]Encuentro con ocho escritoras mexicanas [pp. 61-71]

    TestimonioSolidario o Solitario [pp. 73-78]

    RecuperacionesCuentos de Roberto Arlt: Una potica de la reescritura [pp. 79-86]S.O.S.! Longitud 145 30, latitud 29 15 [pp. 87-94]

    PoesaInscripcin al fondo de una post-card [pp. 95-96]La fijeza [p. 96-96]Si Dios quiere [pp. 96-97]Dicen las malas lenguas que soy [pp. 97-98]

    "La condesa sangrienta": Notas sobre un problema musical [pp. 99-110]Homogeneizacin/Balcanizacin: Guayaquil y los espejos en "Nunca ms el mar" [pp. 111-121]ReseasReview: untitled [pp. 123-125]Review: untitled [pp. 125-126]Review: untitled [pp. 126-129]Review: untitled [pp. 129-130]Review: untitled [pp. 131-135]

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