las fronteras geopolíticas: algunas...

6
ISSN: 2007-3880 PP. 100-105

Upload: vuongmien

Post on 20-Oct-2018

213 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

ISSN: 2007-3880

PP. 100-105

101Imaginario Visual Investigación • Arte • Cultura

Año 3 No. 6 Noviembre 2013 - Abril 2014

Las fronteras geopolíticas:

Geopolitical borders: Some observations from the perspective of an artistic practice

Algunas observaciones desde la perspectiva de una práctica artística

Abstract. Border areas, the geopolitical spaces

that delimit the territory of a country, are a

visible repertoire of evidence of mobility of

people, things and events animals. In the fol-

lowing paper is argued that the borders, rather

than being the beginning or end of a country,

a nation-state, are areas of convergence and

consensus endless social practices quotas. On

the other hand will be evident that the borders

are not only mark the boundaries of countries,

but through this form of systemic organization

and rank differences occur between people and

groups generating exclusion, racism and hatred.

Keywords: hegemonic, racism, survival, legiti-

mated system, speech.

Marcela Quiroga Garza

Resumen. Las zonas fronterizas, es decir los espacios geopolíticos

que delimitan el territorio de un país, son un repertorio visible de

evidencias de la movilidad de personas, animales cosas y aconte-

cimientos. En el siguiente escrito se argumenta que las fronteras,

mas que ser el principio o el fin de un país, de un estado-nación,

son territorios de confluencia y concertación de un sin fin de prac-

ticas sociales contingentes. Por otro lado se evidenciará que las

fronteras no solo marcan los limites de los países, sino que por

medio de esta forma de organización sistémica se producen y je-

rarquizan diferencias entre las personas y los grupos generando

exclusión, racismo y odio.

Palabras clave: hegemónica, racismo, supervivencia, sistema le-

gítimo, discurso.

Imaginario Visual Investigación • Arte • Cultura102

Año 3 No. 6 Noviembre 2013 - Abril 2014

Las observaciones se hacen a partir de

la necesidad de construir sentidos para

algunos fenómenos contemporáneos

que han pasado a ser parte de la forma

visible que ha adquirido nuestra rea-

lidad tanto individual como colectiva.

Fenómenos como la violencia, el con-

trabando, la trata de personas y la cri-

minalización de la migración han coloni-

zado nuestro espacio común, son parte

de los discursos en los que sistemática-

mente nos emplazamos y ocupan los

principales lugares en la construcción

de nuestra subjetividad.

La perspectiva desde la cual se han

hecho estas observaciones es aquella

creada a partir de la mirada y la práctica

artística desarrollada tanto en algunos

lugares de frontera norte como en otros

puntos de la frontera sur de México.

Esta práctica tiene su genealogía en la

necesidad de entender diversas dinámi-

cas sociales y culturales de la ciudad de

Monterrey, que sin ser fronteriza geo-

gráficamente, lo es en términos ideo-

lógicos y culturales por ser co-depen-

diente económica y socialmente del los

Estados Unidos, específicamente del sur

del estado de Texas. Las personas que

aquí viven se emplazan en formas de

vida norteamericanizadas con la nece-

sidad de construir el sentido de un ejer-

cicio artístico en el seno de esta ciudad.

Algunas prácticas

sociales contingentes

El tráfico de personas, armas, gasoli-

na, animales y las diversas formas que

adopta para llevarse a cabo desde una

frontera a la otra, son el producto y la

consecuencia del establecimiento de

diferencias —de nacionalidad, fisionó-

micas, culturales, étnicas, de género y

económicas, entre otras— de tal forma

que, exacerbando estas diferencias, se

niegan los rasgos que como personas

tienen en común.

Paradójicamente y tal como lo afirman,

por un lado, Michel De Certeau (2001)

en el texto La invención de lo cotidiano y,

por otro en el texto Multitude, Michael

Hardt y Antonio Negri (2004), coexisten

bajo estas condiciones prácticas que se

han mantenido a través del tiempo a

pesar de las delimitaciones territoriales

y de la exacerbación de las diferencias,

que demuestran que es posible la crea-

ción de redes de comunicación y formas

de acción común.

La globalización, sin embargo, es

también la creación de nuevos

circuitos de cooperación y colabo-

ración que se extienden a través

de las naciones y continentes, y

permiten un número ilimitado de

encuentros. Esta segunda cara de

la globalización no es un asunto de

todos en el mundo convirtiéndo-

se en el mismo, sino que ofrece la

posibilidad de que, sin dejar de ser

diferente, descubrimos el carácter

común que nos permiten comuni-

car un acto juntos (Hardt and Negri,

2004, p. 84/trad. a.).

De Certeau (2001) sostiene que sobre

las estrechas mallas de los sistemas le-

gítimos se conforman, y lo han hecho

desde siempre, redes parasitarias en

donde se instalan las personas para sa-

car provecho para sí mismos con el fin

de llevar a cabo otros trabajos de índole

creativo y sin finalidad de lucro; a este

modelo de prácticas de Certeau lo lla-

ma “escamoteo” (pp.30-31).

El racismo es un fenómeno social que se

articula en la identificación de la otredad,

en el estereotipo y la clasificación homogenizante.

Su práctica se manifiesta en todo tipo de

formas de exclusión

Las fronteras geopolíticas: Algunas observaciones desde la perspectiva de una práctica artística

103Imaginario Visual Investigación • Arte • Cultura

Año 3 No. 6 Noviembre 2013 - Abril 2014

El trabajador se las ingenia para sus-

traer de la fábrica materiales o usa las

máquinas para hacer un trabajo libre

sin más finalidad que expresarse. “Esta

vía, relativa a nuestra economía, se

deriva de una economía diferente;

compensa a la primera aunque sea

ilegal y —desde este punto de vista—

marginal” (De Certeau, 2001, p. 32).

Para de Certeau ya no existe una divi-

sión entre la diversión y el trabajo pues

dice:“Estas dos regiones se homogeni-

zan. Se repiten y se refuerzan una a la

otra” (p. 35). Este sentido tienen las prác-

ticas de contrabando de cosas—ropa,

despensa, entre otras— que se llevan a

cabo comúnmente y que de alguna for-

ma proveen de bienestar al coadyuvar

a la economía familiar. Esta posibilidad

es mas evidente en franjas fronterizas

con menos blindaje como por ejemplo

la del cruce fronterizo de Ciudad Hidal-

go, Chiapas y Tecún Umán, Guatemala.

Exagerar la diferencia como

práctica generadora de racismo

El racismo es un fenómeno social que se

articula en la identificación de la otre-

dad, en el estereotipo y la clasificación

homogenizante. Su práctica se manifies-

ta en todo tipo de formas de exclusión:

violencia, humillación, intolerancia y

explotación. Su inscripción se legitima

en teorías y prácticas intelectuales he-

gemónicas cuya función, en un primer

momento, es buscar la representación

identitaria —nacionalidad, género, et-

nicidad, entre otras— para atrincherar

diversos discursos de pureza y norma-

lización y, con ello, proceder a la mar-

ginalización de todo lo que no cumple

con el estándar.

Esto se corporeiza hasta en la más in-

significante práctica cotidiana, desde

un dicho popular, pasando por el hecho

de enunciar diferencias por cualquier

característica física o genética, hasta la

común práctica de generar subempleo

de menores o indígenas para la limpie-

za de las casas, el cuidado de los niños,

etcétera. El control de las personas no

sólo los saca de la vida política, justifica

acciones irracionales, de dominación,

esclavitud, inequidad, que se declaran

en el nombre de toda clase de objetua-

lizaciones y exotizaciones de lo que es

ajeno e irreconocible.

Foucault (1992) propone que el naci-

miento del racismo se dio a raíz de la

historización de la guerra de las razas

—toma como ejemplo la invasión de los

normandos a los sajones o la invasión

de los francos a la Galia romana— lo

cual configuró un nuevo campo de sa-

ber que, al ser socializado, se convierte

en el conocimiento histórico de la do-

minación de unos pueblos sobre otros.

Las fronteras geopolíticas: Algunas observaciones desde la perspectiva de una práctica artística

Imaginario Visual Investigación • Arte • Cultura104

Año 3 No. 6 Noviembre 2013 - Abril 2014

1. No hay bases científicas para creer

que el patrón de variación genética

humana apoya categorías organizadas

jerárquicamente de raza y etnicidad.

2. Reconocemos que individuos de dos

poblaciones definidas por su geografía,

pueden diferir más en un lugar concre-

to del genoma que dos individuos de la

misma población.

3. Instamos a quienes emplean infor-

mación genética para reconstruir la as-

cendencia geográfica de un individuo,

a que presenten los resultados en un

contexto más amplio de su ascendencia

general.

4. Reconocemos que las categorías étni-

cas y raciales se crean y se mantienen

dentro de contextos sociopolíticos, y

han cambiado en su significado a lo lar-

go del tiempo.

5. Advertimos contra el intento ingenuo

de aplicar una justificación genética a

las diferencias entre grupos en rasgos

complejos, especialmente para los ras-

gos de comportamiento como coeficien-

tes de inteligencia, tendencias violentas

o aptitud para el deporte.

6. Animamos a los investigadores que

utilizan categorías étnicas o raciales a

describir cómo estas se asignan a las

muestras individuales, a explicar por

qué estas etiquetas se incluyeron en el

estudio y a declarar si las categorías son

variables de la investigación.

7. Desaconsejamos el empleo de raza

como representación de similitud bioló-

gica y apoyamos los esfuerzos para mi-

nimizar el uso de las categorías de raza

y etnicidad en medicina clínica, mante-

niendo el enfoque en el individuo antes

que en el grupo.

8. Alentamos el financiamiento de estu-

dios multidisciplinares de la diversidad

genética humana, que incluyan una

amplia gama de expertos en ciencias

sociales, naturales y humanidades.

9. Instamos a los investigadores, me-

dios de comunicación y otros implicados

en la transmisión de los resultados de

investigación, para que colaboren en el

esfuerzo de no sobreestimar la contribu-

ción de la variación genética a la varia-

ción fenotípica.

Tal discurso del más fuerte sobre el más

débil termina constituyéndose en la di-

ferenciación de las especies, la pureza

de la raza y la supervivencia del más

fuerte en términos biológicos.

Creo, justamente, que el racismo

nació cuando el tema de la pureza

de la raza sustituyó al de la lucha

de las razas, o mejor aún, en el mo-

mento que estaba operándose la

conversión de la contrahistoria en

un racismo de tipo biológico (Fou-

cault, 1992, p. 58).

Para definir el racismo no es suficiente

hablar de razas humanas; el estudio de

la genética ha demostrado que en la

especie humana no hay razas, hay con-

diciones genéticas determinadas, entre

otras cosas, por la adaptación ambien-

tal. Un grupo multidisciplinar de cien-

tíficos, liderado por Sandra Soo-Jin Lee

(2008) de la Universidad de Stanford en

California, realizó un decálogo contra el

racismo genético publicado por la revis-

ta científica Genome Biology¹ el cual se

expone en seguida:

Las fronteras geopolíticas: Algunas observaciones desde la perspectiva de una práctica artística

¹Versión en Inglés en:http://genomebiology.com/2008/9/7/404

105Imaginario Visual Investigación • Arte • Cultura

Año 3 No. 6 Noviembre 2013 - Abril 2014

10. Recomendamos que la enseñanza

de la genética incluya información his-

tórica y social sobre la utilización de la

ciencia en el pasado para fomentar el

racismo, así como sobre el impacto

potencial de futuras políticas; aconse-

jamos que se financie el desarrollo de

tales materiales y programas para la en-

señanza secundaria y universitaria.

Las formas en que el racismo se ha di-

versificado, radican en inscripciones de

índole cultural. La exclusión y la violen-

cia mayoritariamente refieren a prác-

ticas culturales de identificación poco

flexibles relacionadas con estereotipos

homogenizantes, proyectados sobre el

deber ser y utilizados para ejercer con-

trol y poder por medio de administrar

los cuerpos.

Estas identificaciones culturales no pue-

den explicarse en términos biológicos

sino de pertenencias a determinados

grupos con prácticas culturales específi-

cas. La violencia se manifiesta en todo

tipo de significaciones que puede ser

hacia adentro de las fronteras de un

mismo país, una misma ciudad, entre

grupos que comparten la cultura, y pue-

de manifestarse con más crudeza en los

fenómenos de inmigración, en los ám-

bitos del trabajo, entre otros, así como

en todo tipo de prácticas de exclusión

o diferenciación o cualquier distinción

BIBLIOGRAFÍA

De Certeau, M. (2001). De las prácticas cotidianas de oposición en: Modos de hacer: Arte crítico, esfera pública y acción directa. Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca.

Foucault, M. (1992). Genealogía del racismo. Trad. Alfredo Tzveibely, Madrid: Las ediciones de la piqueta.

Hardt, M. y A. Negri. (2004). Multitude, war and democracy in the age of empire. New York, N.Y.: The penguin press.

Soo-Jin L. (et al) (2008). “The ethics of characterizing difference: guiding principles on using racial categories in human genetics”. Genome Biology.

aplicada a extranjeros o foráneos. La

discriminación es una práctica coyun-

tural producida por medio de exacerbar

las diferencias para con ello controlar

las redes políticas que pudieran ges-

tarse. Ésta es pues una herramienta

de control que pretende individualizar

y mantener a las personas fuera de la

acción y de las prácticas que pueden

proveer experiencias que provoquen

emplazamientos en otras formas de

subjetivación.

Las fronteras geopolíticas: Algunas observaciones desde la perspectiva de una práctica artística

Recibido: febrero 2014

Aceptado: abril 2014

MarcelaQuiroga Garza

Es Doctora en Creación y Teorías

de la cultura por la Escuela de Ar-

tes y Humanidades, Universidad

de las Américas Puebla (UDLAP).

Maestría en Artes Visuales por la

Facultad de Artes Visuales, Univer-

sidad Autónoma de Nuevo León.

Mención honorífica por el estado

de Nuevo León en la X Bienal Mon-

terrey FEMSA, Museo de Arte Con-

temporáneo de Monterrey en 2012.

En el año 2010 ingreso al Sistema

Nacional de Creadores de Arte

con el proyecto: “¿Cuál realidad?

Seis visiones de la frontera sur”.

Es catedrática de tiempo comple-

to en Licenciatura y Posgrado de

la Facultad de Artes Visuales de la

Universidad Autónoma de Nuevo

León.en Ciencias, Artes y Huma-

nidades de Monterrey CICAHM.