madroñero -multinaturalismo y estéticas de alteridad

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Calle14: revista de investigación en el campo del arte ISSN: 2011-3757 [email protected] Universidad Distrital Francisco José de Caldas Colombia Madroñero Morillo, Mario MULTINATURALISMO Y ESTÉTICAS DE ALTERIDAD Calle14: revista de investigación en el campo del arte, vol. 6, núm. 8, enero-junio, 2012, pp. 102-118 Universidad Distrital Francisco José de Caldas Bogotá, Colombia Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=279024126009 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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Madroñero -Multinaturalismo y Estéticas de Alteridad

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  • Calle14: revista de investigacin en el campodel arteISSN: [email protected] Distrital Francisco Jos de CaldasColombia

    Madroero Morillo, MarioMULTINATURALISMO Y ESTTICAS DE ALTERIDAD

    Calle14: revista de investigacin en el campo del arte, vol. 6, nm. 8, enero-junio, 2012, pp. 102-118Universidad Distrital Francisco Jos de Caldas

    Bogot, Colombia

    Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=279024126009

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  • 102 // CALLE14 // volumen 6, nmero 8 // enero - junio de 2012

    MULTINATURALISMO Y ESTTICAS DE ALTERIDADArtculo de reflexin

    Mario Madroero MorilloUniversidad de Nario / [email protected]

    Licenciado en Filosofa y Letras. Magster en Etnoliteratura de la Universidad de Nario. Estudiante del Docto-rado en Antropologas Contemporneas de la Universidad del Cauca, Tercera Cohorte. Docente del Programa de Antropologa de la Universidad del Cauca (modalidad: beca de trabajo). Docente de la Maestra en Peda-goga de la Universidad Mariana. El presente texto hace parte de las reflexiones y construccin del proyecto de doctorado: Estticas de la donacin. Arte y donacin de sentido en las estticas amerindias. Regin sur Occidente.

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  • Multinaturalismo y estticas de alteridad // Mario Madroero Morillo // 103

    RESUMENLa propuesta de una esttica de alteridad problematiza la concepcin de representacin y su historia. Los conceptos de mimesis, formacin y figuracin sern aqu removidos del lugar habitual que ocupan en la teora esttica y la prctica artstica, buscando una etno-grafa y esttica de alteridad que permita una aproximacin y ahondamiento de una relacin vital con la alteridad de la tierra. Tal relacin se aborda desde las mrgenes que permiten los conceptos de la antropologa pos-estructural propuestos por Eduardo Viveiros de Castro, multinaturalismo y perspectivismo, referidos a experiencias chamnicas y del pensar amerindio, como trazo y rasgo de modos de ser diferentes, de procesos de alteracin diferencial, que tendrn en algunas acciones artsticas su exposicin y donacin de sentido.

    PALABRAS CLAVESAntropologa, esttica, chamanismo, multinaturalismo, perspectivismo, tica, ecologa, poltica

    MULTINATURALISM AND THE AESTHETICS OF ALTERITY

    The proposal of an aesthetic of alterity hopes to make problematic the concept of representation and its history. The concepts of mimesis, training and figuration will be removed here from the usual place they occupy in aesthetic theory and artistic practice, in the search of an ethno-graphy and aesthetics of alterity that allow an in depth approximation to the vital relationship with the otherness of earth. This relationship is approached from the margins allowed by the concepts of post-structural anthropology proposed by Eduardo Viveiros de Castro, multinaturalism and perspectivism, which are referred to shamanic experiences and the Amerindian worldview, as traces and traits of different modes of being, of processes of differential alteration, which will receive their exposition and meaning in certain artistic endeavors.

    KEYWORDSAnthropology, aesthetics, shamanism, multinaturalism, perspectivism, ethics, ecology, politics

    MULTINATURALISME ET ESTHTIQUES DE LALTRIT

    Lide dune esthtique de laltrit problmatise la conception de la reprsentation et de son histoire. Les concepts de mimesis, de formation et de figuration seront dplacs du lieu habituel quils occupent dans la thorie esthtique et la pratique artistique, pour chercher une ethno-graphie et une esthtique de laltrit qui permette une approche comme un approfondissement de la relation vitale avec laltrit de la terre. Une telle relation est aborde partir des concepts de lanthropologie post-structurelle proposs par Eduardo Viveiros de Castro dans Multinaturalisme et perspectivisme, faisant rfrence aux expriences chamaniques et la pense amrindienne, en tant que traces de diffrentes faons dtre, de processus daltration diffrentiels , qui trouveront dans certaines actions artistiques leur exposition et lexpression de leur sens.

    Hombre espectro verde azul cuyo rostro es la inconsciente muerte. Grabado. Dimensin: 20 cm x 15 cm. Autor: Juan Carlos Espaa

  • 104 // CALLE14 // volumen 6, nmero 8 // enero - junio de 2012

    MOTS CLSAnthropologie, esthtique, chamanisme, multinaturalisme, perspectivisme thique, cologie, politique.

    MULTINATURISMO E ESTTICAS DE ALTERIDADE

    RESUMOA proposta de uma esttica de alteridade problematiza a concepo de representao e sua histria. Os conceitos de mimeses, formao e figurao sero aqui removidos do lugar habitual que ocupam na teoria esttica e a prtica artstica, buscando uma etnografia e esttica de alteridade que permita uma aproximao e afundamento de uma relao vital com a alteridade da terra. Tal relacionamento se aborda desde as margens que permitem os conceitos da antropologia ps-estrutural propostos por Eduardo Viveros de Castro, multinaturalismo e perspectivismo, referidos a experincias xamanistas e do pensar amerndio, como trao e rasgo de modos de ser diferentes, de processos de alterao diferencial, que tero em algumas aes artsticas sua exposio e doao de sentido.

    PALAVRAS-CHAVEAntropologia, esttica, xamanismo, multinaturismo, perspectivismo, tica, ecologia, poltica

    IMASAMI NUKANCHIPA ALPA RUNAKUNAMANDA IUIAI IUKANKUNAI SUMA TRRUKAIMANDA

    PISIYACHISKASumamanda Iuiaskata nii sugkunasina kai piachirrimi sug iuiaikunaua kauachirrispa kikinkunapa ugpamanda kaugsaita. Asipaiai, iachaikui, kauachirri iuiaikuna iukankunami kaimanda anchuchiska kangakuna suma iuiaikunapi kaskakuna, maskaspa kauangapa sug kunasina kaska sakichu tuparringapa ugpangapa rrimanakuspa alpaua. Kai ainichii rrurrarrimi ugpa rrunakunapa rrigsii iuiaskamandaua, Eduardo Viveiros de Castropa iuiaiua, imasami nukanchipa alpa runakunamanda iuiai iukankuna imasami alpapi sugrrigcha iuiai tiankuna, parrlaska nukanchipa iachakunapa kaugsaita nukanchipa purrakunapa iuiaikuna, sugrrigcha kaugsaikunata iukankuna maikan rrurraskakunapi kauachinga iukachingapa, uachusina kikin sugrrigcha kagsina sugrrigcha rrigsii trruka, Iukangapakankuna ima rrurraikunata iukachi rrigsichingapa.

    RIMAYKUNA NIYRrunakunapa rrigsii, suma, iachakunamanda rrimai, imasami nukanchipa alpa runakunamanda iuiai iukankuna, imasami alpapi sugrrigcha iuiai tiankuna, imasamika, kaugsakunamanda iachaikuna, poltica

    Recibido el 05/07/2011Aceptado el 13/10/2012

  • Multinaturalismo y estticas de alteridad // Mario Madroero Morillo // 105

    1. La inconstancia del pensamiento salvaje

    Lo salvaje tiene una manifestacin que trae a la memoria el recuerdo de formas de comunidad anti-guas, de lo que se suele evocar bajo la figura de lo ancestral y lo aborigen. Lo salvaje conlleva una anam-nesis de modos de ser an-rquicos1, sin un mundo nico como referente para las relaciones comunitarias y que permite comprender una relacin con la natura-leza de magnitudes cosmognicas, que hace posible pensar en el mito como forma de exposicin de un pensar salvaje y que se caracterizara por su diacrona, dialogismo y equivocidad, elementos presentes en lo que Eduardo Viveiros de Castro propone en relacin al modo de ser amerindio, como una inconstancia del alma salvaje a partir de la forma en que en la Conquista y Colonia se identificaba y tipificaba a los pueblos de la Amrica expuesta. Desde lo que expone tal carcter, dice Viveiros:

    1 Lo an-rquico conlleva una comprensin del tiempo, de

    las relaciones de alteridad, referida a la apertura de la suspensin

    histrica, que expone el concepto de poca y que se relaciona con la

    forma de comprensin del mito y la historia, que en el presente texto

    se relaciona con el tiempo de la experiencia exttica evocado por

    una accin chamnica y que se relaciona adems con el tiempo de la

    accin artstica.

    Entre los paganos del Viejo Mundo, el misionero saba las resistencias que tena que vencer: dolos y sacerdotes, liturgias y teologas religiones dignas de ese nombre, igual aunque extraamente exclusivas como la suya propia. En el Brasil, en cambio, la palabra de Dios era acogida alegre-mente por un odo e ignorada con displicencia por el otro2. El enemigo aqu no era un dogma diferente, mas s una indiferencia al dogma, su

    2 Tal como en los dichos y refranes se suele decir del necio,

    que es aquel a quien lo dicho, le entra por un odo y le sale por el

    otro, en referencia sobre todo a concejos y pautas particulares de

    comportamiento. El necio tambin se relaciona, en este contexto,

    con el concepto andino-amerindio de lo upa, que seala la sordera,

    el ser tonto, pero que, relacionado con lo Illa, constituye el sentido

    de quien escucha lo otro, el misterio, es decir lo upalla. El carcter de

    este escuchar en el pensamiento andino-amerindio se evidencia en

    la figura del entundado o enduendado; estar enduendado es estar en

    una relacin otra con la totalidad. Sobre este aspecto particular Jos

    Mara Arguedas escribe en Diamantes y pedernales un relato en el que

    lo upa, se expone en tanto escucha-creadora de sentidos inaugurales,

    expuestos luego en las canciones donadas por el agua de las casca-

    das y tocadas en la fiesta del Sol. En relacin a las citas de Viveiros de

    Castro, para la composicin del presente texto se toman de los ensa-

    yos La inconstancia del alma salvaje, La inmanencia del enemigo,

    Imgenes de naturaleza y sociedad del libro de Viveiros de Castro

    La inconstancia del alma salvaje y otros ensayos de antropologa. La

    traduccin parcial es ma.

    rbol de los mundos. leo sobre madera.

    Dimensin: 1.20 cm x 90 cm. Autor: Javier Lasso Meja

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    rechazo premeditado. Inconstancia, indiferencia, olvido: la gente de estas tierras es ms bruta, ms ingrata, ms inconstante, ms aveza y ms difcil para ensear de cuanta hay en el mundo des-cribe y desdice el desencantado Vieira. Es por eso que Santo Tomas fue designado por Cristo como patrono del Brasil; justo castigo para el apstol de la duda, el de llevar a la creencia a quienes son incapaces de creer o capaces de creer en todo, que es lo mismo: otros pueblos son incrdulos hasta creer; los Brasileos, despus de creer, son incrdulos (Viveiros de Castro, 2006: 185).

    El desencanto colonial bien puede reflejar el carcter paradjico de la re-presentacin que de s hace el ind-gena del Brasil y que bien podra extenderse al resto del Nuevo Mundo, pues es una singularidad de las comunida-des amerindias el no identificarse con un slo principio o fundamento. Esto problematiza la formacin de una ontologa amerindia y permite comprender que se trata de la necesidad de una consideracin ms atenta de las dimensiones intensivas de las ontologas amaznicas, esto es de los procesos de alteracin diferencial, ms que de las figuras de la alteridad diferenciada debido a que, como seala Viveiros: se trata de esbozar una teora amaznica de lo virtual que conlleva entre otras cosas, una rediscusin en regla de la cuestin de lo continuo y lo discreto en el pensamiento indgena, temas que todos recordaran, son directrices de la contribucin lvi-straussiana a la etnologa amerindia (Ibd., 19). El sentido de esta contribucin provoca la remocin de la dimensin esttica de la re-presentacin, que impulsa una esttica inconstante, no figurativa ni formal, que expone una dimensin en que el sentido no hace parte de la articulacin de lo imaginario, lo simblico y lo esttico, sino que correspondera a la experiencia de una desarticulacin del sentido, de los sentidos, que puede observarse en el chamanismo, en tanto comprensin de lo real, como multinaturalismo, perspectivismo (Viveiros, 2002: 176-196) y cosmoreferencialidad (Tarapues, 2011)3,

    3 Efrn Tarapus es taita de la comunidad indgena de los Pastos

    y es quien en la actualidad ha resaltado la importancia del pensa-

    miento propio y la educacin propia, para comprender el lugar del

    indgena en la contemporaneidad; ha hecho grandes contribuciones

    al dilogo intercultural y es desde esta perspectiva que propone la

    concepcin de la cosmo-referencialidad, en tanto comprensin del

    lugar y apertura del territorio de Pasto. El desarrollo de este concepto

    se encuentra en el trabajo: La danza del espacio, el tiempo y el poder

    en el sur de los Andes Colombianos, tesis de grado de la Maestra en

    Historia de la Universidad el Valle (2005). Indita, del Profesor Dumer

    Mamin y recientemente en el trabajo indito de Vicki Lpez y Diana

    Carolina Espaa, Memoria, nacimiento y camino: Una aproximacin a

    la palabra mayor del resguardo indgena de Pann (2011).

    que soporta la comprensin de que () el multicultura-lismo occidental se refleja en el relativismo como poltica pblica, mientras el chamanismo pers-pectivista amerindio es el multinaturalismo como poltica csmica. (Viveiros, 2006: 358).

    Dimensin en la que el hacer-chamnico expone el sentido incondicional de la relacin de alteridad; por ejemplo en la praxis de la curacin de otro, y que en palabras de Luis Flores, taita yagecero de Mocoa en el Putumayo, comportara la asuncin del presente como el acontecer de vivir el instante de tal relacin, es decir, tener la experiencia de la inconstancia de la realidad a partir de la apertura de la dimensin sim-blica del sentido del encuentro con otro, al asumir el smbolo. En el relato visionario de las comunidades yageceras que tienen correspondencia y alter locucin con plantas maestras, ese smbolo se denomina pinta e implica el ver-or-hablar-hacer-sentir-pensar entre una concordancia re-presentativa de alteridad que abre la totalidad; pues se trata de un trato y tacto esttico con la alteridad de la tierra, que sobrelleva en su praxis la relacin incondicional con lo otro que se da como naturaleza, que sera donacin de alteridad, lugar de la exposicin incondicional de una totalidad abierta. De ah que la comprensin de la naturaleza que esboza el mito no sea teleolgica, pues no pretende comprender la naturaleza en trminos de causa-efecto, sino desde una relacin de particin que permitira ser-parte-de-la-creacin, revelando una vivencia hetero-gentica de lo originario, que desde la confluencia de la multipli-cidad de principios de creacin, permite pensar en el multinaturalismo de la relacin con lo otro de la tierra, el cosmos, la vida.

    En esta dimensin de las relaciones heterogenticas de alteridad, se presenta el esbozo y aproximacin a lo que conllevara una praxis perspectivista del multinatu-ralismo, a travs de relatos visionarios sobre la Gente Jaguar, referidos a experiencias con el yag (baniste-riopsis caapi), expuestas en el texto de Jean Langdon: Mueren en realidad los chamanes?: narraciones de los Siona sobre chamanes muertos (1996) y los conceptos de perspectivismo y multinaturalismo de Viveiros de Castro y los mrgenes ticos, ecolgicos y polticos que promueven.

    Gente Jaguar

    Las experiencias con yag permiten experimentar una remocin ontolgica de los fundamentos del ser; tal

  • Multinaturalismo y estticas de alteridad // Mario Madroero Morillo // 107

    puesta en movimiento provoca un cambio de natura-leza, que se puede relacionar con la muerte de s, e inaugura una vivencia que motiva la comprensin de la existencia, desde una perspectiva fenomenolgica de la experiencia exttica4, que tendr en lo visionario su forma de representacin ms prxima y que evi-denciar adems un pensar diferente que expone una relacin tica con el yag, con su espritu, en trminos de una experiencia entegena que activa lo que Viveiros de Castro propone como un proceso de alteracin diferencial que tendr unas formas particulares de exposicin en la pintura, en la escritura, en tanto po-ticas entegenas de alteridad, presentes en lo que la etnoliteratura delimita como narrativas chamnicas. En la presente reflexin esta etnografa se relaciona con el texto de Jean Langdon sobre la muerte de los chamanes Siona, donde se plantea una serie de anli-sis dedicados a pensar si la muerte, como interrupcin de los fenmenos, de la vida en tanto acontecer, se puede concebir en relacin a la muerte de un chamn.

    4 Para la comprensin de esta fenomenologa singular, se

    propone la propuesta de Henry Corbin, referida a la comprensin

    hermenutica de los relatos visionarios en la experiencia de creacin

    presente en las prcticas de ascesis del islam iran.

    Langdon propone, a partir de una relacin de alteridad entegena y natural, que es posible realizar una etno-grafa de la muerte: El anlisis de estas narraciones demuestra que los chamanes en realidad no mueren, pero s sufren una metamorfosis y se convierten en otras entidades que siguen influenciando la vida de los siona (Langdon, 1996:62). Expresando que la com-prensin de esta influencia continua conlleva la com-prensin de categoras de entidades que se esbozan, desde lo que podra corresponder a una experiencia de contacto de alteridad. Segn Langdon: No es fcil traducir las designaciones de los seres de este universo a categoras mutuamente excluyentes, tales como sobrenatural, versus natural o humano versus animal debido a que Esto se debe a la doble naturaleza de la realidad y a la posibilidad de transformacin de una entidad en otra(Ibd., 63).

    La particularidad de estas menciones radica en la suspensin del pensamiento categrico que permite pensar la presencia de otro como entidad, y que conlleva, a partir de los procesos expuestos por Viveiros de Castro en relacin a las experiencias chamnicas, a reflexionar sobre las consecuencias de un pensamiento

    Sol Jaguar Femenino. leo sobre lienzo. Dimensin: 1.40 cm x 1.05 m. Autor: Javier Lasso Meja

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  • Multinaturalismo y estticas de alteridad // Mario Madroero Morillo // 109

    acategrico5, expuesto en las ontologas intensivas del pensamiento amerindio, que permite asumir la nocin de metamorfosis, como el tropo exttico de lo que se concebira como un proceso de encarnacin de alteridad. Esta accin que permitira comprender la propuesta del multinaturalismo como la praxis de una esttica de las relaciones de alteridad, las cuales, referi-das al concepto ban (gente) de los Siona, destacan tal experiencia:

    Bin: bin es traducido como gente, pero no necesariamente seres humanos. Los siona se identifican ellos mismos y a otros grupos indge-nas como bin. Sin embargo, hay tambin otras gentes en otros reinos del universo, que no son visibles para una persona comn. El Sol tiene su gente, los nsg bin, as como la Luna y el Trueno. En la Luna, viven los wa kara bin, la gente bonita del flamenco dorado. Uno de los pueblos ms importante son los yag bin o hwinha bin, los aliados espirituales de los chamanes, y el bin del jaguar a los que el chamn visita cuando toma yag. En todos estos casos, bin es una identifi-cacin positiva, que indica un grupo tnico y una relacin positiva como aliados o personas que son admiradas (Langdon, 1996: 63).

    La referencia anterior expone la concepcin del pensa-miento amerindio, de la inconstancia del alma salvaje correspondiente a la comprensin del tropo exttico del pensamiento que se precipita al contacto de alteridad provocado por una remocin ontolgica, que conlleva la inauguracin de relaciones de alteridad y vivencias mul-tinaturales, que se extienden en las imgenes, smbolos, dolos e iconos que tiene lugar en el intervalo tempo-ral de una representacin de las relaciones con una naturaleza de alteridad universal que evoca la mani-festacin del otro en el presente a lo largo de las narra-ciones. Todo esto permite pensar en una etnografa de alteridad como forma de aproximacin a una alteridad esttica de las relaciones que conlleva, por ejemplo, la asuncin de la analtica de Viveiros de Castro referida a la muerte del otro dirigida a la relacin de alteridad que se instaura a partir del poder de quien mata, el cazador, y de quien muere, el cazado, entre los arawet:

    Se puede observar una clara progresin en las relaciones entre la vctima y su ejecutor. Estas van de la alteridad mortfera a la alteridad fusional:

    5 Propuesto por Michel Foucault en: Theatrum Philosophicum,

    texto introductorio a Diferencia y repeticin de Gilles Deleuze.

    alguien que era un enemigo puro, un awin, se transforma primero en un tiwa, alguien con quien establecer una afinidad potencial; luego de este reconocimiento se transforma en una amigo ritual, una especie de doble social y afectivo del Yo que representa en realidad una no afinidad, pues se trata de alguien con quien se compartira esposas, en lugar de hermanas. Finalmente, con la muerte del ejecutor, la vctima se consubstancializa en la persona de ste: se fija para siempre con {-rehewe} o en {-re} el ejecutor, tornndose en un apndice suyo, que se distingue del comn de los mortales en el mundo celeste (Viveiros de Castro, 2006: 273-274).

    Segn Viveiros, entre los arawet, la relacin de alteri-dad de esta vida diferente se expone en la celebracin de la muerte del enemigo, de ah que:

    Durante la danza que cierra la restriccin al moropina y celebra la muerte del enemigo, el espritu de este ocupa inmediatamente un lugar al lado de su ejecutor, quien es el cantor de la ceremonia. El enemigo es su profesor de canto (maraka memo o-ha), soplndole, susurrndole al odo las palabras de la cancin que debe profe-rir, las cuales son retomadas y recordadas, por la comunidad masculina de la aldea reunida a su regreso. De esta manera, si el enemigo vena adelante6 del ejecutor durante la restriccin, lo que tornaba las relaciones sexuales peligrosas, en la danza guerrera pasa a ocupar una posicin posterior. Si antes, se daba una especie de com-petencia de los cuerpos, por los cuerpos entre el enemigo y su ejecutor (presente en el riesgo de la mezcla de semen), en la danza se da una cola-boracin entre los dos, que se manifiesta en una comunin de palabras.

    Los enemigos suelen recibir por lo general dos eptetos muy sugestivos: ka un nahi, molho de cauim (una cerveza de mijo servida durante la danza conmemorativa), e maraka nin, msica

    6 El otro muerto es quien adquiere la posibilidad de regresar,

    re-venir, antes de su ejecutor, en lo cotidiano, se propone por eso que

    es quien viene adelante, es decir tal como se concepta el tiempo

    de los ancestros en Amrica, donde los ancestros son quienes van

    delante de los que estamos en el presente. No se habla entonces de

    una historia en tanto lugar del pasado, sino de un tiempo de los de

    adelante, que se relacionara ms con el por venir, que con el futuro.

    De ah que haya un re-venir de lo ancestral a la presencia en los ritos,

    en tanto prcticas extticas de donacin de sentido.

    Tigre mojano. leo sobre lienzo. Dimensin: 1.20 cm x 1.00 m. Autor: Javier Lasso Meja.

  • 110 // CALLE14 // volumen 6, nmero 8 // enero - junio de 2012

    futura. El primero es una clara alusin canbal. Si los arawet no comen a sus enemigos, pues la antropofagia es propia de los dioses, los utilizan al menos para dar gusto a la bebida, infundirle esp-ritu. El segundo indica la funcin principal de los enemigos: traer nuevos cantos. Vistos por su lado bueno el estar muertos, los enemigos son aque-llos que traen nuevas palabras al grupo, o al menos son quienes vienen a dar un plus de sentido a las palabras de la tribu. (Viveiros, 2006: 275).

    De esta manera se expone una dimensin en que se puede comprender la relacin entre la hospitalidad y la invisibilidad y la forma de su exposicin: la de una lucha simblica que manifiesta a la vez una esttica de alteridad referida a la inconstancia de la presencia, cuya manifestacin se dar en una equivocidad de la relacin con el otro, sea vivo o muerto y del reconocimiento, que conlleva no solo la identificacin del otro, sino la apertura de la identificacin a partir de la relacin de consubstancialidad con el otro, en esta perspectiva el enemigo, y que revela una concepcin de comunidad dexistencial, no ontolgica y atravesada por el derecho incondicional de presencia, que se refleja en una pol-tica de la hospitalidad, de la donacin, que conlleva la comprensin de una relacin justa con lo desconocido de un don y que expone la praxis del perspectivismo de las relaciones de comunidad en el universo multi-natural, como forma de exposicin del pensamiento y asuncin de esas relaciones, que precipita la pasin de una transformacin tica que corresponder a la accin poltica de alteridad, presente en el pre-potencial de fluidez, plasticidad, transformacin de s y el entorno, que afecta a la dimensin performativa del pensa-miento salvaje.

    Multinaturalismo y nomadismo cultural

    La comprensin del universo multinatural del pensa-miento salvaje y su inconstancia abre la concepcin sobre la comunidad y su ontologa cerrada sobre s, afincada en la soberana de lo humano como estruc-tura cegada a toda diferencia y alteridad, expuesta por ejemplo en lo que Elias Canetti concibe como cristal de masa, en tanto formacin cultural (Weltanschauung) de la comunidad moderna y contempornea que se aborda desde la filosofa de la diferencia a partir de los presupuestos de la manifestacin de alteridad de una singularidad y de una comunidad, desde donde se pro-pone una serie de posibilidades sobre la asuncin de la alteridad y sus consecuencias entre las que se destaca

    la de impulsar lo que la historia de la filosofa a delimi-tado como posestructuralismo y que tiene respuesta por parte del pensamiento, la filosofa y la antropolo-ga latinoamericana, creando muchas veces un meta-relato en los estudios poscoloniales y decoloniales, una alteracin en la formacin del posestructuralismo mismo y que tiene una de las formas de concepcin de las ciencias humanas y naturales ms vitales, en la expuesta por Eduardo Viveiros de Castro, quien expone en Metafsicas canbales (2010), un pensamiento ame-rindio, caracterizado por la posicin perspectiva y la accin multinatural, dirigida sobre todo a deconstruir la antropologa, que motiva:

    una antropologa indgena formulada en tr-minos de flujos orgnicos y de codificaciones materiales, de multiplicidades sensibles y deveni-res-animales, antes que expresada en los trmi-nos espectrales de nuestra propia antropologa, tan abrumada en comparacin por la monotona jurdico-teolgica - y que conlleva adems: entrever algunas de las implicaciones tericas de ese estatuto no marcado o genrico de la dimen-sin virtual (el alma) de los existentes, premisa capital de una poderosa estructura intelectual indgena, capaz inter alia, de contra-describir su propia imagen dibujada por la antropologa occidental, y por esa va devolvernos de noso-tros mismos una imagen en la que no nos reco-nocemos Pues lo que se da en la remocin ontolgica del ser, de la presencia en un proceso de alteracin diferencial, conlleva una doble torsin, materialista y especulativa, aplicada a la representacin usual, pscicologista y positivista, del animismo (Viveiros de Castro, 2010: 32-33).

    Dimensin que permite pensar las acciones evocadas en la praxis de la esttica de alteridad amerindia como formas y figuras de la representacin multinatural del contacto con la alteridad del cosmos, que constata el hecho de que:

    La etnografa de la Amrica indgena est poblada de referencias a una teora cosmopoltica que describe un universo habitado por distintos tipos de actuantes o de agentes subjetivos, huma-nos y no humanos los dioses, los animales, los muertos, las plantas, los fenmenos meteorol-gicos, con mucha frecuencia tambin los objetos y los artefactos, dotados todos de un mismo conjunto general de disposiciones perceptivas, apetitivas y cognitivas, o dicho de otro modo,

  • Multinaturalismo y estticas de alteridad // Mario Madroero Morillo // 111

    de almas semejantes. Esa semejanza incluye un mismo modo, por as decirlo performativo, de apercepcin: los animales y dems no-humanos dotados de alma se ven como personas, y por consiguiente son personas; es decir, objetos intencionales o de dos caras (visible e invisible), constituidos por relaciones sociales y existentes bajo el doble modo pronominal de lo reflexivo y lo recproco, o sea de lo colectivo. (Viveiros de Castro, 2010: 35).

    De este modo la esttica amerindia, expone la mate-rializacin de la remocin ontolgica de la presencia (singular, comunitaria), inaugurando una relacin de alteridad multinatural con la materia del cosmos; de ah su carcter cosmopoltico y an-rquico, que desajusta los tiempos de la aparicin y la presencia de lo humano, al provocar una remocin del ser en la representacin antropolgica, impulsada por la praxis de una antropologa caracterizada por: ser la teora-prctica de la descolonizacin permanente del pensamiento (Viveiros de Castro, 2010: 14), que hace posible una apertura del horizonte humanista, que en la re-presentacin de alteridad, provoca una

    comunicacin en la que la pluralidad de las relaciones hace evidente la interpretacin, la creacin del otro a partir de una relacin de desconocimiento reciproco; que permite pensar en unas ciencias multinaturales dirigidas a construir relaciones de alteridad cosmo-polticas; evidentes en obras, en acciones artsticas, polticas, en tanto meta-modelizaciones7 de las relacio-nes cotidianas. El perspectivismo, el multinaturalismo, seran los mrgenes de una analtica diferencial de la relacin con lo impersonal, con lo que se presupone irrepresentable del otro, que en la dimensin de la comunicacin de alteridad se expone en carne viva y que en relacin a la dimensin esttica de la plurali-dad de las artes amerindias, provoca la emergencia de una antropologa de la encarnacin artstica, que hara pensar en la aparicin de lo humano otra vez, cada vez, como nica y de las relaciones de comunidad como formas de exposicin de un nomadismo cultural conti-nuo, como forma prctica de la poltica csmica.

    7 Para esta proposicin ver: El nuevo paradigma esttico

    de Flix Guattari, en La ciudad subjetiva y pos-meditica. La polis

    reinventada. (Seleccin de textos). Fundacin Comunidad. Cali,

    Colombia. 2008. Pginas 71-91.

    Hombre Canasto verde azul cuyo rostro es el ave devastador.

    Autor: Juan Carlos Espaa

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    Perspectivismo y cosmonaturalismo8

    La presencia de Amrica en el horizonte de Europa traza una fisura en su historia, en su paisaje y concep-cin de las relaciones con el cosmos. Este, observado como el templum del sentido del ser, permite concebir la naturaleza desde la razn mtica, que por ejemplo el idealismo alemn expone en la concepcin romn-tica de la relacin del ser con la naturaleza, pero que aparte de delimitar el cosmos, produce buenos salvajes, no solo americanos, sino tambin africanos, asiticos, para excluirlos de la historia del cosmos. Desde los postulados de una antropologa cosmovisionaria que reduce el cosmos a la concepcin de un anthropos nico que funge como punto de referencia desde el que se observa la totalidad y frente a cuya visin csmica el perspectivismo provoca un desplazamiento del referente antropolgico y antroposfico, que remueve el ser y desmonta su estructura. As, expone en su lugar una fisura en el cosmos, una lnea de fuga por la que el ser se disuelve en un devenir que altera la constitucin ontoteolgica del ser, pues dirige su conmocin a lo que fundamenta las relaciones del ser con lo sagrado y sus formas.

    La antropologa cosmovisionaria infundada en el idea-lismo alemn de corte kantiano9, clausura la relacin con el otro al concebirlo como fenmeno, racionali-zando las relaciones con la totalidad a partir de una fenomenalizacin de la naturaleza. Dimensin terica y prctica que se somete a crtica a partir del perspecti-vismo y la apertura de la mirada cosmovisionaria, que permite por ejemplo a Viveiros de Castro exponer la forma en que ha cambiado la mirada dirigida al conti-nente menos conocido:

    Cuando el Annual Review of Anthropology public su ltima revisin general del campo (Jackson 1975), la antropologa de la Amazona estaba en el comienzo de un crecimiento sin precedentes:

    8 La presente reflexin se ha inspirado en gran medida en el

    texto Imgenes de naturaleza y sociedad de Eduardo Viveiros de

    Castro. El texto toca directamente las formas de representacin

    de la Amazonia tal como ha sido abordada por la etnologa, pero

    debido a su importancia en relacin a los dispositivos conceptuales

    que expone, se extiende su alcance a la reflexin del presente texto.

    El texto es el captulo 6 de La inconstancia del alma salvaje y otros

    ensayos de antropologa. Para ofrecer un campo de consulta sobre

    los autores y referentes tericos mencionados por Viveiros de Castro,

    conserv el modo de cita que presenta el texto original.

    9 Para esta mencin se propone la relectura de Antropologa

    en sentido pragmtico de Emmanuel Kant, que cimenta las bases

    conceptuales y prcticas de la etnografa cosmovisionaria colonial.

    en trminos comparativos, la literatura sobre la regin aumento de manera considerable en los ltimos veinte aos. El fenmeno fue celebrado por varios autores (Taylor 1984; Urban & Sherzer 1988; Descola 1993; Rivire 1993; Henley 1996), quienes participaran en una coleccin subtitulada: el continente menos conocido (Lyon [org] 1974) para concluir que el panorama, felizmente, cam-bio. (Viveiros de Castro, 2006: 319)

    La emergencia del continente desconocido implicaba la inauguracin de una relacin de alteridad comen-zando con la praxis de una remocin ontolgica que asumira la dimensin poltica de la antropologa desde la conciencia crtica de la relacin con una naturaleza que cumpla las veces de lo que Viveiros de Castro llama un Gran Otro trascendente (2006: 336), en la construccin etnogrfica de las imgenes de la natu-raleza y la sociedad de lo que se conceba como lo indgena, que permitira asumir no el cosmos del ser y su constitucin ontoteolgica cerrada, sino el cosmos del otro, en este caso la Amazona, y por extensin la Amrica como constatacin de un mundo nuevo, que implicara no solo un continente desconocido, sino la alteracin de la idea de lo continental y por tanto del ideario cosmovisionario del idealismo antropolgico, cuyo modelo patrn fue infundado en una sntesis que segn Viveiros se relaciona con el Handbook of South American Indians, que crea races profundas en el imaginario etnolgico, debido a que:

    En la poca en que la bella sntesis fue producida, la etnologa del subcontinente estaba dominada por una combinacin de difusionismo y determinismo geogrfico, en consonancia con una tradicin his-trico cultural alejada, constituida bajo su inspira-cin (Viveiros de Castro, 2006: 321),

    Que provocara concepciones como las de proponer una imagen en la que La Amazona en especial, era perci-bida como un medio hostil a la civilizacin, de ocupacin reciente, demogrficamente enrarecido, sociolgica-mente rudimentario y culturalmente tributario de reas ms avanzadas. Adems se estimaba que las sociedades indgenas que mantenan su modo de vida tradicional caminaban a pasos agigantados hacia la asimilacin de la poblacin nacional (Ibd., 321). Imagen alejada de la comprensin de las relaciones con el espacio y el tiempo de una naturaleza en la que, por ejemplo, la presencia de lo humano se asumira desde una posicin cosmoreferencial desde los suelos antropognicos (Viveiros, 2006: 325), como lugares en que las figuras de

  • Multinaturalismo y estticas de alteridad // Mario Madroero Morillo // 113

    la comunidad tendran lugar, no solo desde la adaptacin o asimilacin, sino desde la construccin del espacio de la relacin, que permiti el cambio del modelo patrn que diriga la etnografa ms tradicional, para proponer: La reformulacin de la imagen tradicional de la Amazona, y de la Amrica precolombina, que implic la consolida-cin de una antropologa tericamente renovada de las formaciones sociales nativas. Esto tiene relacin con un cambio y reordenamiento intelectual ms amplio, en el que se destaca: [I] la crtica de los paradigmas clsicos de la teora del parentesco, en la medida en la que estos fueran percibidos como dependientes de una concepcin regulativa y mecanicista de la vida social; [2] el rechazo generalizado de un concepto de socie-dad como entidad ontolgicamente fija e internamente estructurada; [3] las insistentes tentativas de escape de las dicotomas clsicas, como las llamadas teoras del Gran divisor, la oposicin entre Naturaleza y Cultura, o el antagonismo entre enfoques materialistas y mentalistas, la antinomia entre estructura y proceso, y dems parti-cularidades. (Viveiros, 2006: 324-325).

    Remocin y crtica subrayada por Viveiros que le per-mite destacar en la antropologa posestrucutralista, cambios expuestos en las siguientes dimensiones:

    Ecologa humana, a partir de la comprensin de ecosistemas fuertemente hetergeneos y sue-los antropognicos en los que surgen formas de comunidad que componen espacios donde se presentan: asociaciones vegetales de extrema importancia para la economa indgena, como las palmeras, los castaos y otras, que representaran bellas florestas de capoeira (arrested succesio-nal forest) sobre sitios arqueolgicos, incluyendo tanto rocas pre-histricas como aldeas y campa-mentos, y que se singularizan por ser resultado de una larga manipulacin humana pues: la naturaleza amaznica es parte y resultado de una larga historia cultural. Lectura que fundamenta en los trabajos de William Bale, quien segn Viveiros propone que: la naturaleza amaznica es parte de una larga historia cultural, y que las economas indgenas tomadas como ejemplos de respuestas adaptativas (Hames & Vickers [org] 1983) a un ambiente primitivo y trascendente son, en ver-dad, meta-adaptaciones en y de la cultura, o el resultado histrico de una transformacin cultu-ral de la naturaleza (Bale 1988, 1989, b, 1990, 1992, 1994). Al contrario de lo que se imagina, los bosques o florestas antropognicas son las que presentan mayor biodiversidad que los bosques

    no perturbados (id. 1993, b). (Viveiros de Castro, 2006: 326). Hecho que permite subrayar la nece-sidad de una comprensin de la ecologa humana a partir de lo que se podra proponer como la relacin de alteridad con la tierra, el bosque, como alteridad natural y que esboza los principios de una praxis perspectivista en la ecologa humana de alteridad, o de un multinaturalismo ecolgico esttico de alteridad, que permita comprender y provocar el ethos perspectivista, como modo de respectar la tierra, debido a que se tratara de repensar la ecologa cultural y humana, teniendo en cuenta: estudios sobre las estrategias del manejo de recursos implementados por los pueblos indgenas (Posey & Bale [org.] 1989), que resaltan las conceptualizaciones nativas de los ecosistemas (Bale) y permiten, por primera vez, que la expresin ecologa cultural no solo signifi-que aspectos ecolgicamente provocados por la cultura, sino, aspectos culturalmente construidos por la ecologa (Viveiros de Castro, 2006: 327).

    Lo que implica la asuncin de la relacin de alteridad con una historia de la naturaleza y una arqueologa de la natu-raleza, que permita pensar en el cosmos como el espacio abierto en el que lo biodiverso, expone la multinaturaleza de las formas de relacin con lo otro del mundo.

    Arqueologa, en relacin a la comprensin arqueo-lgica de tales mociones, Viveiros infiere, a partir de los trabajos de Anna Roosevelt y Betty Meggers (cuya diferencia radica en la concepcin de la Amazona como espacio en el que pudiese surgir la figura de la cultura; en el caso de Meggers) que: la regin no podra sustentar (y sobre todo generar) formaciones sociopolticas estratificadas y com-plejas, atribuyendo los registros arqueolgicos (referidos a piezas de cermica encontradas en el bajo amazonas) a una influencia o una migra-cin andina (Viveiros, 2006: 328), mientras en contraposicin Roosevelt propone que: las tierras bajas fueron capaces de sostener poblaciones muy densas, gracias al cultivo de mijo u otra plantas en sementera (Roosevelt, 1980) o a una intensifica-cin de la produccin ms amplia Sugiere que en relacin al mijo, no habra razn para concebir que se difunde desde los Andes o desde Mesoamrica en direccin a la Amazona, pues se tratara de comprender que su cultivo domstico surge en la regin de manera independiente, y que en general los Andes no fueron un factor de difusin cultural para la Amazona, y si lo inverso: por ejemplo, si

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    en las sociedades de tierras bajas surgi de forma tarda un nivel de complejidad, ya presente en el mundo andino, ciertos trazos y rasgos culturales panamericanos (cermica, sedentarismo, agricul-tura), habran surgido primero all. Las formaciones prehistricas tardas de tales tierras, en particular la sociedad que surgi en isla de Maraj entre el 400 y 1300 AD, eran jefaturas complejas al igual que estados de origen autctono, exponiendo estratificacin social, manufacturas especializadas, sacerdotes, culto a los ancestros y otras caracters-ticas avanzadas (Viveiros de Castro, 2006: 328).

    Viveiros destaca que esta posicin dio gran impulso a la arqueologa suramericana, que permite una relectura de los enfoques adaptacionistas y a las concepciones en que los amerindios del bosque tropical son repre-sentados como: el tipo por excelencia del Hombre Natural caracterizado por ser o estar incapa-citado para asumir una autonoma civilizacional por la sujecin a una naturaleza hostil y limitante (Viveiros de Castro, 2006: 329), haciendo referencia tambin a los presupuestos sobre estas relaciones, presentes en los trabajos de Philippe Descola y Donald Lathrap, para concluir, en relacin a lo que podra proponerse como un perspectivismo arqueolgico, que: parece cada vez ms claro que la emergencia y persistencia de las estructuras sociales simples o complejas valoradas o que valoran estas caracterizaciones, que evocan el bello evolucionismo social no pueden ser explica-das por factores ambientales tomados en abstracto y alejados de las dinmicas histricas y las interacciones societarias de larga escala, sino como la respuesta de procesos de decisin poltica guiados por sistemas de valores, ms que problemas ambientales definidos de manera extrnseca y objetivista (Viveiros de castro, 2006: 331).

    Evocando de esta forma que se trata de comprender desde el perspectivismo de la ecologa de alteridad la dimensin arqueolgica del multinaturalismo, que en la praxis de la cosmo-referencialidad permite establecer el lugar del ser en la naturaleza como accin poltica de alteridad.

    Antropologa social en referencia a esta dimensin Viveiros expone tres estilos analticos referidos de la siguiente forma: i) la economa poltica del control, desarrollada en los trabajos de Terence Turner y Peter Rivire, influenciada por la distin-cin estructural funcionalista entre los dominios domstico y poltico-jurdico (Viveiros de Castro,

    2006: 333) y que en el caso de Rivire expone: una economa poltica de las personas fundada en la distribucin y control de las mujeres; punto desde el que el autor procura explicar las varia-ciones morfolgicas presentes en las tierras bajas amaznicas a travs de un examen de la correla-cin entre los modos de gestin de los recursos humanos y la presencia o ausencia de instituciones supra domsticas (334). ii) la economa moral de la intimidad, presente en la obra reciente de Ove-ring () Influenciada por la crtica feminista de la oposicin pblico/domstico y las ideas de Marilyn Strathern. Destacada por ser: una vertiente res-ponsable por contribuciones decisivas a nuestra comprensin de la filosofa social y la prctica de las relaciones sociales cotidianas en la Amazonia indgena. Los trabajos de este grupo hacen nfa-sis sobre la complementariedad e igualdad entre los gneros y el carcter ntimo de la economa nativa, rechazando una sociologa de la escases objetiva (natural o social) a favor de una fenome-nologa del deseo como demanda intersubjetiva (334), que valoriza tericamente la produccin sobre el intercambio, las prcticas de mutualidad sobre las estructuras de reciprocidad, y la tica de la consanguinidad sobre la simblica de la afini-dad, que conlleva la produccin de una falla en la analtica de la economa moral de las relaciones que se expone en una reduccin de la sociedad al nivel domstico, y en una asimilacin indebida de la nocin de socialidad y sociabilidad (335). Reduccin que desplaza a favor de una sociologa de las relaciones con la naturaleza la alteridad de la relacin misma, pues lo otro de la naturaleza se racionaliza en la domesticacin de la alteridad, ms no en la pasin de sus consecuencias.

    Para terminar se exponen los presupuestos de la economa simblica de alteridad, que se caracteriza por un anlisis de sistemas multi-comunitarios complejos (), distincin entre las redes endogmicas locales y las estructuras poltico-rituales de la articulacin interlocal, y que no dejan de exponerse como una versin amaznica de la concepcin bidimensional de la estructura social presente en la etnologa centro-brasilera. Viveiros enfatiza en que estos estudios estn Interesados en las interrelaciones entre las sociologas y las cosmologas nativas, concen-trados en los procesos de intercambio simblico (guerra, canibalismo, caza, chamanismo, rituales funerarios) que atraviesan fronteras sociopolticas,

  • Multinaturalismo y estticas de alteridad // Mario Madroero Morillo // 115

    cosmolgicas y ontolgicas () Que precipi-tar una crtica de la nocin de Sociedad como mnada fija y autosubsistente, contrapuesta a mnadas anlogas que le serviran como espejo sociolgico (Viveiros de Castro 1986a, 1993a) y a una Naturaleza como funcin de Otro trascen-dente (Descola, 1996) - La perspectiva de los anlisis de esta economa simblica de alteridad, permite destacar: los significados mltiples de la categora de afinidad en las culturas amaznicas () sugiriendo su valor como operador sociocos-molgico central () buscando determinar la ten-sin entre identidad y alteridad que estara en la base de los regmenes sociopolticos amaznicos (Viveiros de Castro, 2006: 336)

    Luego de esta descripcin destaca la importancia de la reflexin de Philippe Descola, quien asume una posi-cin que permite replantear las perspectivas ecolgi-cas y sociolgicas sobre la relacin entre naturaleza y sociedad en la Amazona, expone que: desarrolla un modelo general de ecologa simblica que pro-cura de-sustantivar la oposicin entre naturaleza y cultura, diferencindola en modos prctico-cognitivos distintos conforme a los regmenes sociales en los que se halla inmersa. El autor contrasta, en particular, el modo naturalista caracterstico de la tradicin Occidental (en la que prima una relacin metonmica y natural entre naturaleza y sociedad), y el modo tot-mico privilegiado por el estructuralismo clsico (en donde la relacin es puramente diferencial y meta-frica), desde el modo anmico que prima en las culturas amaznicas (en las que la relacin naturaleza/cultura es metonmica y social). La nocin de modo anmico permitira elucidar algunos de los problemas etnolgicos tradicionales, como la ausencia de domes-ticacin animal en la Amazona. Todo esto relaciona el dilogo de las propuestas con las ideas de Bruno Latour y Tim Ingold.

    La historia es la ltima dimensin a la que alude Viveiros, concebida a partir de la asuncin crtica que provoca el examen de conciencia moti-vado por el quinto centenario de la invasin de Amrica, que permite revalorar el contenido etnogrfico de las fuentes antiguas y resaltar la importancia de una conciencia propiamente hist-rica en las culturas amaznicas, problematizando la imagen tradicional que tiende a sumergir (y reducir) la memoria indgena en el mundo intemporal del mito, - que permite comprender que la antropo-loga: comienza a escapar de la antinomia entre

    una concepcin de las sociedades indgenas como actualizaciones mecnicas de principios estructura-les atemporales, que nos obligaba a reconocer que la transformacin era algo tericamente inexplica-ble, que sostena una concepcin de cambio social como el resultado inexorable de determinaciones externas a las sociedades indgenas, o que sim-plemente substitua la trascendencia estructural intrnseca por una trascendencia histrica extrn-seca, resultando una imagen nada ms mecnica, si posible, de las sociedades nativas - Para exponer a partir de la asuncin de la alteridad multinatural de la presencia de un pensamiento distinto una antropologa atenta a la subjetividad histrica de las sociedades, una actitud decididamente pre esencialista, al paso que la divisin del trabajo anteriormente referida era dominada, al contrario, por perspectivas igualmente a-histricas, esto es, por una idea de las sociedades indgenas como entidades pasivas o reactivas, y por una orientacin extensiva del presente: sea para un pasado de ple-nitud adaptativa, sea para un futuro de desagrega-cin y anomia. (Viveiros de Castro, 2006: 338-339).

    La comprensin del cambio de la dimensin histrica de la reflexin antropolgica depende, en el anlisis refe-rido, del viraje o giro histrico de la etnologa regional que centra sus intereses en comprender la interac-cin entre las sociedades indgenas y las estructuras sociopolticas occidentales (ibd., 338). Que permite la correspondencia de la exigencia tica que se sostiene en la relacin entre el multinaturalismo, el perspectivismo y la accin chamnica, como acontecimientos que podran precipitar la asuncin de una posicin poltica csmica (Viveiros de Castro, 2006: 358), como dimensin tica y esttica de una prctica ecolgica de alteridad.

    La poltica csmica de la tica ecolgica

    Cmo asumir la exigencia poltica de la experiencia esttica y exttica de la remocin ontolgica de los fundamentos del ser, que provoca la experiencia chamnica en sus diferentes rdenes?

    La pregunta anterior sera la mdula sobre la que han girado las anteriores reflexiones y que conllevan una puesta en abismo de la propia percepcin que de s y los otros, del cosmos y la naturaleza, se tiene en el momento de asumir de igual forma y con la intensidad que corresponde, la remocin ontolgica, como un proceso de alteracin diferencial cuyas

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    consecuencias han tenido lugar en diversos tiempos y espacios, pero que se sintetizan en un presente que en los acontecimientos que lo componen, fluye como instante, como vida y que remarca la exigen-cia en un deber que corresponde a una accin, que no transforme al chamanismo en una causa a seguir, sino en una mocin a evocar y provocar, y que cons-tituye la base, el fondo de la dimensin ecocrtica de la experiencia esttica, que permite proponer adems tal toma de posicin y precipitacin de accin. En las artes esto se da como formalizacin de una tica ecolgica, es decir, de un modo de ser creativo que corresponda a las exigencias multinaturales de una poca que se abre a la multiplicidad de saberes y que permita presentir las consecuencias de una tica de la poltica csmica, que no conlleva solo la experien-cia chamnica de la ingesta de yag u otras plantas maestras, sino de la toma de conciencia histrica de la experiencia exttica comunitaria, que en la singulari-dad de la experiencia, no corta la relacin con otro, ni la transforma en metafsica de las relaciones de alte-ridad, sino que constituye una experiencia de comu-nidad a partir de un proceso de alteracin diferencial comunitario y minoritario a la vez, pues conlleva com-prender la relacin entre el saber, la salud y la libertad de la accin chamnica y la dimensin esttica que

    inaugura. En relacin a esta praxis poltica, Viveiros de Castro dice:

    La revaloracin del impacto de la conquista me parece perfectamente justo, pero la consecuente victimizacin de las poblaciones indgenas puede causar una visin degeneracionista de los grupos actuales, que les niega cualquier capacidad de autodeterminacin histrica y, en el lmite, puede desembocar en la absurda conclusin (que nin-guno de nosotros subscribira, aunque a los indios no les faltan los enemigos poderosos) de que las sociedades contemporneas, siendo no-represen-tativas de la plenitud original, son descartables, esto es, pueden ser asimiladas por la sociedad nacional sin mayores prdidas para la humanidad. Si la proyeccin etnogrfica tiene ciertamente sus peligros, no se puede despreciar el riesgo inverso, el de una perversin arqueolgica, sobre todo en un momento en el que los pueblos nativos vienen utilizando su unin histrica con el pasado para justificar su presencia en la escena poltica mun-dial, y as asegurar su futuro. (2006: 341)

    La poltica csmica de la tica ecolgica de esta forma, conlleva la praxis cotidiana de la remocin del ser, de su lugar, en aras de una apertura a la vivencia de una

    Sin ttulo. Autor: Juan Carlos Espaa

  • Multinaturalismo y estticas de alteridad // Mario Madroero Morillo // 117

    relacin de alteridad con lo otro del cosmos, como forma prctica de la comprensin de la hospitalidad, de la donacin, que exponga el modo de ser creativo a partir de una accin minoritaria en la que la praxis de las acciones chamnica y artsticas, como confluencias del saber, la salud y la libertad, tengan un lugar inaca-bado de exposicin hoy.

    Referencias

    Langdon, Jean (1996). Mueren en realidad los chamanes?: narraciones de los siona sobre chamanes muertos, en: Revista Alteridades. Vol. 6, Nmero 12. Mxico: Universidad Autnoma Metropolitana.

    Lasso Meja, Javier (2010). Viajeros del caro ancestral. Pasto: Tipografa Cabrera.

    Lpez, Vicki y Diana Carolina Espaa (2011). Memoria, nacimiento y camino: Una aproximacin a la palabra mayor del resguardo indgena de Pann (trabajo de grado para optar al ttulo de Licenciadas en Lengua Castellana y Literatura de la Universidad de Nario - indito).

    Madroero, Mario (2011). Huacakiruna. Formas de con-ceptualizacin filosfica presentes en el pensamiento amerindio en XIV Congreso Internacional de Filosofa Latinoamericana: Re-habitar la Tierra. Tecnologa, Naturaleza y Vida. Universidad Santo Tomas. (Bogot, 29 y 30 de junio, 1 y 2 de julio).

    Mamian, Dumer. La danza del espacio, el tiempo y el poder en el sur de los Andes Colombianos. Indito.

    Viveiros de Castro, Eduardo (2006). A inconstancia da alma selvagem. E outros ensaios de antropologa. Sao Paulo: Cosac Naify.

    (2010). Metafsicas canbales. Buenos Aires: Katz editores.

    Obras presentadas

    1. Hombre espectro verde azul cuyo rostro es la incons-ciente muerte. Grabado. Dimensin: 20 cm x 15 cm. Autor: Juan Carlos Espaa.

    2. leo sobre madera. Dimensin: 1.20 cm x 90 cm. Autor: Javier Lasso Meja.

    Vuelo del Jaguar. leo sobre lienzo. 70 cm x 70 cm.

    Autor: Javier Lasso Meja

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    3. Sol Jaguar Femenino. leo sobre lienzo. Dimensin: 1.40 cm x 1.05 m. Autor: Javier Lasso Meja.

    4. Tigre mojano. leo sobre lienzo. Dimensin: 1.20 cm x 1.00 m. Autor: Javier Lasso Meja.

    5. Hombre canasto verde azul cuyo rostro es el ave devastador. Grabado. Dimensiones: 20 cm x 15 cm. Autor: Juan Carlos Espaa.

    6. Vuelo del Jaguar. leo sobre lienzo. 70 cm x 70 cm. Autor: Javier Lasso Meja.

    7. El ltimo vuelo del Yai Bin. 70 cm x 70 c.m Autor: Javier Lasso

    El ltimo vuelo del Yai Bin. 70 cm x 70 c.m Autor: Javier Lasso

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