tres miradas.-tres sujetos

167

Upload: victor-ramirez-montes

Post on 09-Feb-2016

491 views

Category:

Documents


5 download

TRANSCRIPT

  • ,. ra *irada elel s*rnitic*- explonae$er incansehle e*el rffiunc$o c*elcs significadns y [T* ob]et,*n {*}runa}es, d*}:ene F}er*ctr}^$tr cedav*z *u aI hacer rJe eqlrrel suj*t* cmriq:se:

    -v *uor*Lrrar]E: ant* e]despliegue de ]os sign*s, Ims text#s v lc,s dsilLlr$$ qL]* Ia cultu-tra rumasla pr#duce incesarnt*rnente" ffi,sf* li}:r*, &Srilpacin rieen$l'/os alo*d*dor c{* ur: t*ma cent ral, pretemr}u *tn**, *l }ecfq}rhacia el univer$ ele }u:s sigmms y #I senticic d* Ia pnt:clqicc:iffi C*Idiscun$ eH-I t*clas sLr$ rn{ttrrie* v sstamcies: visuI, plstica, S*s-fra[, litereri* y $ffic]r&, [Jne inten *irt atraviesa hueftx pr{"re C*estas prpuestas: rev{"{[mras" ]a m"lirada $evnitica c#ry] L]r] ru'iaj*,un frnsit* erque$lgico de ast:mhr"m ffirs {:ffie }a c*mf-lrrnaci#sr d*uru fnrlmql cier"lrfrcu. La rniracl* rief s*xniticr: s* &L-'erc* al d*scLI*hrinnient* c{el viaj e v at ditr##'{} c*:ru etr s*ntir {iue aarir{a effi $r:stextos c{e la cultura.

    frnangieri, n*q:nut**t* {umiv*rsiciaa$ C*} ffiw}im,Rslcc*Maracaiho) y enp*cialista #rx ,**s,T:hd tia.w { Ljreiv*nmiefad *[:]ol*gna), curs& eX fficlctmrar]* #x? ,i*rn*am $*lcia[*s {q-T#biCaracas) y es hece'im c{etr ffi*a:trc: Ce hingr}*ti*my $*midrice deia LJniversidaij Ce ur-&:irum. []mctmr effi Fi$Lterga {.u*iversidaC c.eMurci*), f"*rrne parfe c$el cslryii{d * le l-eSS {Xuw,*rneti*r:eiAs*m*iaticin f*r Sesffii*tic Sraxdi*s)

    -v *s inv* *tigmt*r w*tiurr*de} frI}flHT c{e la Univ*rsidad o}u-f-,ffiffi Andes {Ver?enLr*lia}-Actuelmente ensefia H,stdtice Sernidr-i*e C* las /hrfe* y $ermi t:ha,det tine. Hs eutcn Ce ffiurffier#sff$ {"er,vf*s y trffisav{}$ c}1 revistasr:acionales e internaciqlnales y Cirige e[ prffi#rerr]*r Kncu*mtrcsImter-necionelen de 's*mi$tiaa.

    ffi rnlro,Hm#ffi nas ffi u6:r,.ns

    lsBN 84 - 9742 - 485 - I

    ,ililIlillilt[[illtlill

    W

    Y;ltr )":*r'.Y'"'

    I ir-{" {,,t l'Jf,vh

  • Rf PLICA TOLIVANIANA DT VCNTZUEL''TrlN15fRlo Df lNAf'lzA5

    @ Rocco Mangieri,2006 gitotid Bi6lioteca Nueva, S' L'' Madrid' 2006

    Almagro,3328010 Madridwww.bibliotecanueva' es

    ISBN: 84-9742-485-9Depsito legal: M-20 '079-2006

    Impreso en Rgar, S' A'Impreso en EsPaa - Unin EuroPea

    Quedaprohibida,salvoexcepcinprerlistaenlaley,cualquierformaderepro-duccin, distribucin, comunica"iO".piii." y ttl.formaiitt de

    esta obra sin

    contar con la u.r,ojrl.iJr, " ror titul;; d; propiedad intelectual' La infraccinde los derechos mencionados puede-so .o"Jtittiti"a de delito

    contra la propie-

    dad intelectual (arts. 270 y sgs., cdigo P;;t. El Centro Espaol de DerechosReprogrfico, t*u.."Jr.otil veh pr el respeto de los citados derechos'

    INTRODUCCIN

    La mirada semitica: del sujeto curiosoy del sujeto transdisciplinar

    En los lmites y las fronteras del texto est la;alvacin...

    (R. M.)

    ste no es un libro temticamente organizado sobre un nico ejesino ms bien una agrupacin de ensayos sobre semitica y hermenu-tica de varios objetos o fenmenos culturales. Pero su finalidad es pro-gramtica. Pretende en cierto sentido volver a reorientar la mirada delsemitico sobre el sentido de su hacer y sobre la naturaleza de sus obje-tos. Objetos que han demostrado ser no slo objetos epistemolgicos ode conocimiento sino sobre todo objetos elegidos y seleccionados a tra-vs de tcticas emotivas y pasionales o en relacin con lo que Barthes de-nominaba como el placer y el goce del texto.

    Los primeros captulos se proponen como la referencia permanentee implcita a un conjunto de propuestas e hiptesis fundamentales en re-lacin con lo que debera ser Ia mirada del semitico.TJnamirada analticay sensible alavez hacia la complejidad, impureza ehibridacin de los obje-tos y los signos culturales. Por tanto, ms que un metadiscurso sobre laeficacia de ley o la ubicacin tctica en el interior de esta o aquella escue-la semitica, me he propuesto (al igual que en otros textos monogrficosescritos en otras oportunidades) la idea de difundir implcitamente laposibilidad y necesidad de ver y organtzar Ia semitica como un cnmpotransdisciplinar del saber y de sus prcticas.

    Sigo creyendo que en el fondo los sujetos construidos a menudo enlas lecturas y trnsitos ms valiosos de la semitica y la teora de la cul-tura se asemejan mucho a esa figura del sujeto curioo del barroco a me-dio camino entre la erudicin de las enciclopediot y la sensibilidad per-ceptiva de las metforas. Al mismo tiempo, se dibuja en las lecturas msextendidas de Greimas, Lotman, Eco, Bakhtine, Kristeva, vern, Lan-

  • Rocco MNcmru

    dowski, Fabbri, steimberg y tantos otros semionautas contemporneos la

    tr aza fisonmica de1 su lt tr ans- disciplinario atento -y-

    atrapado Por esa

    condicin casi ineludibie de los objets y los textos del mundo: la multi-direccionalidad del sentido, la hiridain de sus sustancias y formasconstitutivas, la complejidad significante, lo trans-genrico y la impurezasemitica de sus elementos'

    La mayora de estos ensayos proceden de apuntes e ideas surgidas

    en el contexto de seminarios y .orrf"t"t cias deJarrollados entre 7999 yel ao 2003 en varios momentos y lugares: en Venezuela, Sao Paulo'Murcia, Alicante y t"". ia (1999-2000J, Urbino, Ciudad de Mxico yBolonia(2001-2003).Algunostextosprocedendeideasysegmentosapuntados mas no desaiollados to*p1"tu*"ll: "" libros anteriores y'especialmente, en El saber del texto ogil), El objeto cultural y sus sentidos(1gg8),Las fronteras del texto (2001) y en un ensayo an indito titulado

    /lpincere di una ostinazione'

    PiensoqueunaTeoraSemiticaGeneraldeberearticularsecontinua-merrte en funcin rle los hallazgos de las semiticas regionales' Los.defenso-rcs r ultranz.r cle las grandes teras semiticas (en el mismo sentido de Iat'it'nr'i mtxlcrtra) ,,lr',ln,"t con tlemasiada frecuencia Ia multiplicidad pro-tlilt.tivr tlc las l.',.t.,rnfi y la dcnsiclad semtntica de los obietos culturales por

    el

    ilPt.g1 itl rigor r.iclltif it'i.st clc sus nociones y modelos de partida' No creotrrt, l,r st.nliritit'a clcba funtlarse nicamenie en la construccin de modelos

    l),rrit lx)ll('r ir pruclrr su efectividad si bien sta es una labor necesaria' Los

    vit'jtrs lRiltos rlt' la tttist: ctt scene del relato de la ciencia occidental consoli-tlrtlos ('n (.1 siglo xvtt siguen siendo apetecibles'.for |o generai fijamos unnrgtirlenuajc y unas reglas internas e operabilidad: hacemos lucg' estas semiticas iasi exclusivamente Por rec,nocimiento: Re-conoci-miento y auto-reconocimiento de un moelo fundamental, re-conoci-miento de una taxonoma, re-conocimiento de un sistema clasificatorio'

    En estos ensayos no me consid,ero completamente libre de culpa' El

    reeno a los modelos y esquemas de las tebras semiticas sigue siendonecesario. La mism ur*6n" r", del campo disciplin1l lo."dg"; Pero mehe movido con erta libertad y con crettahueia metodol|i'o, ms en fun-cin de Io que to, i"*tot y los b;etos.de lectura me motivaban y sugeran'

    Compartolaidea"etasemiticacomottnespaciotransterritorialotransdisciplinnr del saber y sus prdcticas,espacio de interconexiones heursti-cas qveest vedado u bsttrldo en muchas otras disciplinas' Siempreme gusta r"p"tit q* ha ha-bid9 Y e1is1"n excelentes semiticos sin saber-lo o sabindolo a medias (Gombrich, Calvino' Aristteles' Diderot' Bor-ges, yelzqu"r,rri.0, panowsky, wlfflin, Goffman, etc.). Historiadores,pintores, ro.iojor, arquelogr,

    "r.titores,,fil1og-os, confructores de

    una mirada atenta sobre et mudo ,I'Lna mirada sensible y terica alavez'

    TNES MIRADAS/ TRES SLIJEToS

    Las tcticas y estrategias de una sunitica inter-transtextual siguery poras decirlo y en buena parte, reposando en eI desudn apesar de las propues-tas surgidas dentro de la disciplina en los aos 70.Hay que reivindicaq,en buena medida, la mirada de Barthes, de Kristeva, de Genette, deBakhtine, de Lotman, de Eliseo Vern, semilogos atpicos, aagabundosde Is textutilidad. La semitica, en este sentido, debe retomar en lo posibleuna funcin de interconexin entre las ciencias y entre las cienciqs y las artes.Su carcter comparatiastico y heurstico se identifica con la revaloracinde la nocin de traduccin.La frase implcita en este trabajo parafrasean-do a Greimas:

    "[...] slo en la frontera del texto est la salvacin>, tieneuna implicacin positiva tanto poltica como epistemolgica.

    He sostenido en otros lugares que la semitica bien podra verse comouna prdctica hermenutica de las traducciones interculturales. No slocomo un registro de la dinmica de la traduccin sino tambin una de-fensa del valor cultural de su existencia: la semiosis, la vida de los sig-nos, el movimiento de los textos como dinmica de Ia traduccin; la (s)semiticas (s) como campo disciplinar fronterizo. Los semiticos deberanparecerse mucho ms a los exploradores a los etnIogos y a los artistas quea los juristas o a los cientficos de laboratorio.

    Creo que la semitica puede y debe permitirse dudaq, poner en crisissus modelos, retomar su papel de interconexin y multidiscplinariedad.

    EI grupo de los tres ensayos iniciales sobre Umberto Eco, furi Lot-man y Algirdas J. Greimas exploran fundamentalmente la figura del su-jeto contruido dentro de sus teoras y sus miradas y semiticas. El traza-do o perfil implcito de un sujeto interno aI discurso terico: llmese sujetointerpretante enEco, sujeto generatizo o sujeto tico en Greimas, o bien sz-ieto de las traducciones intersemiticas en Lotman. Una primera versin deeste trabajo fue publicada en mi libro Las fronteras del texto (Mangieri,2001). El asunto en cuestin es dibujar la forma posible de un puente In-ter y transdisciplinario. Recordando a Simon & Garfunkel bridge oaertroubled waters.

    Si bien hay en este trabajo el asomo de una cierta voluntad pedag-gica orientada a un lector modelo, he intentado abarcar al mismo tiem-po algunos problemas tericos fundamentales ms internos a la discipli-na y hacia un conjunto de objetos culturales que puedan resultaratractivos para los lectores interesados en el campo de la significacin yla comunicacin. He denominado con el nombre de Tbseo postmoderno alpersonaje-sujeto de Eco, con el de extranjero fronterizo alde Lotman y conla figura visual del jardinero japons al sujeto que constituye el relato fun-damental de la mirada deA. J. Greimas. Sobre esta figura textual del me-tarrelato semitico no se ha dicho mucho y creo necesario hacerlo con lafinalidad de construir algunos puentes de conexin. Su ubicacin no es

  • Rocco MaNcmru10

    tanto estratgica sino ms bien tctica en cuanto constituye un Pequeno

    movimiento que no implica necesariamente que todos los dems ensa-

    yos sigUientes deban r"girr" por las conclusiones o hiptesis que de allse deriven. Ms bd;;tetende disponerlosall a la manera de vn espa-cio general de referencias-y como ,rrru ,rr".te de motivacin

    global tanto

    p" A lector interesado como Para Ia bsqueda del semitico'si alguno, ou 1,o, ensayos siguientes hcen uso de un despliegue

    de

    nociones y *oa"n, de alisislien a nivel interpretativo' generativo o

    simplemente textual y lgtT9lutico' ha sido mi por lo'que d.e19mino

    la densidad ,ignifiranti aet objeto mismo qug por una predisposicin a la

    comprobacin d.lfuncionoirnto de unmodeioen sentido estricto' De all

    quisiera r"*u.*LI senUdo de vnamirqda que recorre todo este libroms que cualquier otro conceglo que_lo

    "r.rpui"nte por ahora demasiado

    con la idea de una tesis disciplinai o la demostracin de la funcionabili-dad de.rrr.rr"rfrr " teoras. En este sentido el espritu de este libro

    es

    una continuacin deLas fronteras del texto'El trabaio sobre elLetor in urbisest embebido tanto en el

    modelo de

    Greimas como en el de Eco y considera a las actuales ciudades comoma-

    crrrstructrro, trituoles y retricas cuyo anlisis n:? Pogra conducir a re-

    formulaciones, i.,rrencones de categoras y models dentr" 1:.1-1*mi-tica. Sc trata de vnasefttitiro aa tip1ii, p"o tambin de una semitica

    del

    ttxto yrbrmo. All se enfocan particuhrente los efectos de sentido y losrccrrrricl., int".fi"iativos e tas ciudades actuales europeas y lati-n.rmericanas. Eidis..rrro rr.bano como cruce de lectores y de

    sentidos'

    Flag passion y Quin,caza a quin? son, evidentemente, trabaios de se-

    mitica aisualatutiottados "r,

    ot momentos independientgg y que so-

    lamente guuraur en comn la reflexin sobre la rganuacin plsticadel signifi.ur,t" p"to resultan diferentes en cuanto a los resultados

    y a su

    utilidad terica.tEn ui.uro au fu p"q"ea semitica de las banderas se de-

    limita ,-rr, .u*po a" investiga.io y se Precisan algunos asPectos encuanto ala semitica del color,*i"t ui qn"b estudio de las pinturas de ca-cua deRrb"r',s pr"t"rld" descubrir algnos sentidos que s:an extensiblesms all a.f .utipo de Ia pintura hac ool tipos de configuraciones ar-tsticas y, en especiaf eI intercamPg que vincule las mal denominadas..ciencias duras, con las ttciencias blandas"'

    El trabaio sobre la semitica delttulo enla obra de arte se basa funda-

    mentalmente en una visir, diactOttica y transformativa de las maneras de

    titular y de nombrar apartir del siglo * yI], hasta los eiemplos notablesdel arte oaietutal y- ,iirrptuol de-l_Js anos 70 y 10, incluyendo luego algu-

    nas tcticas semiopragmticu, " h P-ostmo.dernid'ad' El trabajo surgidespus de releer una obra de Michel'Butor titulada Las palabras

    enlapin-

    tura,yal mismo tiempo, pot uig.;o, t ubu;os de investigacin que reali-

    Tnss MTRADAS, TRES strJETos

    c conjuntamente con artistas y pintores latinoamericanos en diversosperodos de mi actividad. Lateralmente este ensayo quiso profundizarsobre la indexicalidad de las pinturas y sus posibilidades.

    El estudio sobre los neo-mendigos urbanos de las urbes europeas ac-tuales me pareci una suerte de tarea obligada despus de observar du-rante algn tiempo la aparicin reiterada de figuras-estatua que se confi-guran como una nueva forma urbana de comunicacin y significacinde alto poder potico y plstico. Este trabajo podra desembocar en unasuerte de semitica visual y plstica de Ia inmoailidsd: una reflexin so-bre todas aquellas representaciones antropomorfas o figurativas en lascuales la isotopa del cuerpo inmail o esttico es el eje fundamental deldiscurso, como en las artes marciales,la danza, la escultura y la fotogra-fa, el arte del zen y otras prcticas de la cultura oriental siempre influ-yentes en occidente.

    LaBreae semiofilosofa del monstruo es un juego mental, un gedankenex-periment a medio camino entre una filosofa analtica del lenguaje y unasemitica de la cultura. Un trabajo que desarroll a partir de un conjun-to de poemas deAnglica Garca Castillo sobre la figura de Frankensteiny del Hombre Elefante del homnimo filme de David Lynch. La figurasemitica del monstruo es tambin un buen ejemplo de un objeto cultu-ral hbrido e impuro.

    El ensayo sobre la organizacin y sentido del espacio en las novelas deUmberto Eco nace de la conviccin de que el diseo de las cartografas es-pacinles y arquitectnicas es un elemento muy relevante en la obra ficcio-nal de este autor y adems por la necesidad de probar en cierta forma eIuso de sna semitica sincrtica amoldada a la complejidad del objeto. Co-rresponde a una seccin de mi tesis doctoral sobre el estudio de las rela-ciones entre la teora semitica y la ficcin de U. Eco y puede leerse con-juntamente con el primer captulo o seccin de este libro.

    Las nociones de liminaridqd, apertura, complejidad,hibridncin se repro-ponen como algunos elementos sustanciales y optativos de una miradasemitica contempornea orientada, fundamentalmente, a la construc-cin de puentes tericos y metodolgicos entre las teoras actuales y debidoa la riquezay complejidad de los objetos y textos.

    Resulta evidente que me inclino ms por una miradaa traus que poruna mirada desde un lugar legitimado en el vrtice de las ciencias institu-cionales. Comparto esa necesaria presin de ruptura epistemolgica quepuede hacer de la mirada semitica algo ms que construfu una serie demetodologas o un campo terico y disciplinar que nicamente convivadigna y tranquilamente en el claustro de las ciencias. La semitica nodebe preocuparse nicamente por sostenerse en ese lugar sino, como haindicado Eliseo Vern al referirse a la semiosis socinl, mostrar las estrate-

    11

  • 12 Rocco MNcmru

    Rocco MeNcmruValencia-Bolonia-Mrida, 2005

    gias de objetividad y uyvesalidad del discurso de la ciencia y abrirsepaso ffansversu"it", bordeando las fronteras de los campos epistemol-gicos legitimados.

    Reinscribo la imagen del semitico como unlector itinerante'unlectorde espacios fronterizrr, lrunrgresor e inaasor desde un espacio

    externo Pero

    que gracias a esa ubticacin-garantiza una interpretacin de los discursos

    y tas prcticas semiticas'Reitero una frase de Lotman: *[...] slo la dislocacin del punto de

    vista hacia afuera permite atrapar la especificidad de aquello que aPare-

    ce como regularr.La semitic deber corresponder a la imagen de unurpu.io deisaber al cual podran acudir los estudiosos de otros camPos:,rri ,ru."rurio lugar de coiexin multi y transdisciplinaria'

    Finalmente,'Jeseo agrad,ecer a Jeiaro Thlens el inters mostrado por

    este nuevo proyecto y, l mismo tiempo, a Antonio Roche, director deEditorial Biblioca Nu'el:r,n de Madrid, pbr aceptar la publicacin de estelibr., as c9nr6, promover y cofinanciar esta edicin entre Venezuelay lisrirrra. A tlsc.ir Aguilera, Gregori V"y?:"!o de nuestro Consejo del)t,srrr0ll., ('i,'lltf i,.,'y I lumanst'ico de la Universidad de Los Andes ySilv io Villt.3s tlt, l.r '/,trrit l ,ibre y Cultural de Mrida' A mis amigos y co-It,1,rs tlt,l St,rrrirrirrig rlt'Scrni(ltiia tle las Artes de la Escuela de Artes Vi-slt,rlt,s y | )ist.n0 tlt, lr l,-llrivt'rsirlad de Los Andes, y al Centro de Investi-,.,rt'it rtt's I lsttltit'.ts, tllt sitrccrtl agradecimiento'

    TRES MIRADAS, TRES STIJETOS:ECO, LOTMAN, GREIMAS

    [...] no creo en los signos pero volal, vuelan.

    ENcIct opEDIAS, ISLAS, LABERINTos:Tona sEMrTrcA y Esrrce EN LA oBRA or Urrsnro Eco

    Umberto Eco: de Ia semitica a la literatura y aiceaersa

    Afinales de los aos 50, despus de obtener la licenciatura en Filoso-fa en la Universidad de Trn, Eco se da a conocer por sus trabajos y susreflexiones ensafsticas sobre el problema de la lectura e interpretacinde la obra de arte. Uno de sus primeros trabajos se titula EI problema est-tico en Santo Toms de Aquino (7957) pubcado por la editorial Bompianide Miln y, posteriormente, Suiluppo dell'estetica medieaale (7959). La trilo-ga inicial sobre esttica concluye con Opera aperta (1962).

    Eco vincula desde el comienzo la labor cientfica con la del periodis-mo y la difusin del pensamiento a travs de los medios de comunica-cin social. En un pero intenso perodo al inicio de los aos 60colabora con algunos entes radiotelevisivos en la investigacin y pro-duccin de materiales culturales, en especial con la neI (Radio Televisio-ne Italiana). Se acerca y contribuye con enfusiasmo con las experimenta-ciones sonoras de la msica experimental y electroacstica de LucianoBerio y la cantante y artista Kathy Berberian. Promueve reuniones, con-gresos y seminarios entre cineastas, operadores culturales, directores deteatro, investigadores.

    El objetivo implcito: redefinir el espacio de la cultura contempor-nea italiana a raz de las transformaciones del pblico, los estilos y for-mas de recibir los mensajes, la necesidad de transforrnar tambin losmismos contenidos de Ia enseanza de la esttica y la comunicacin, ge-nerar debate y discusin sobre tpicos que de otro modo se considera-ran cerrados o concluidos.

    Paralelamente, uno de los puntos focales de esta actividad es lade crear la Asociacin Italiana de Semitica y consolidar la Asocia-

  • Rocco MNcmru14

    cin Internacional de semitica junto a otros colegas y-":lydiosos dela disciplina. EI primer congreso- e h IASS se realiia en Miln en1974'Algunos aos ;i;; ;r;i:y: la revista versus (Quaderni di studi se-miotici) que divulga sus ediciones hasta hoy, no dejando de partici-

    laedicindeungruponotabledeproyectosderevis-Par y ausPlclartas y libros' a

    -,----:L^^r..ga ^- ro ,,.na en el ' :al, enSeinternaenlaarquitectura/enlamoda,enelfenmenomusl(

    elkitschy en la culturi popular, mostrando 1a versatilidad de los mode-

    los y nociones de la r"*iii.u y, al mismo tiempo, ttdeconstruyendo> al-gunos criterios y concePto.ltue obstaculizaban eI desarrollo y

    elaggior'

    namentode Ia mirada semitica en el marco de las transformaciones del

    gusto y los modos de recepcin' - ^.--:.

  • Rocco Mexcmru16

    Kant y eI ornitorrincocentradas en eI problema del reconocimiento Per-ceptivo y en una revisin de la nocin del esquema kantiano

    del cono-

    cimiento y elpercepto desdela mirada de la smitica interpretativa de

    Charles Sanders Peirce'

    El problema esttico

    Lapoticadelaobradeartetiende/comodicePousseu'aPIo-mover en el intrprete actos de libertad consciente, a colocarlo

    como

    centro activo d.e una red. de relaciones no finitas entre las cuaies l

    instaura su propia forma, sin ser determinado por una necesidad que

    l" prescrib" io, i,.odo, defi-nitivos de organizu.itt de la obra percibida(U. Eco, OPera aPerta,1962)'

    A partir de una revisin de la nocin debellezay de obieto.esttico en

    los textos de santo Toms de Aquino y Ia hermenutica medieval hasta

    la temti.u uboruda en Obrn nbiertq, l inters de Eco se desplaza pto-

    grcsivamente principio de indeterminacin

    Eco reivindica la imagen de las estructuras como procesos sbiertos eincluso contradictoriosy ejerce una crtica sobre los estructuralismos al es-tilo de Lvy-Strauss o presentes en cierta medida en otros semilogoscomo A. j. Greimas que parecan suponer la existencia de un orden fun-damental universal y trascendente. Eco no comparte completamente la

    77

  • 18 Rocco MeNcmnt

    idea de que los hombres son hablados por los mitos.A Io sumo podra estarde acuerdo si por ello se entendiera que la cultura como espacio de orga-nizacin y *unif"stacin de los cdigos determina en cierta forma la co-municaci"n y significacin de los signos y los mensajes. En este-aspectosu estilo coincid en muchos modos y aspectos con el de Roland Barthes,sobre todo en lo que resPecta al ejericioconstante y ldico de una mira-daldicay hermenZutica lobrelos objetos y mensajes qu9 una cultula Pro-duce.orrro signos emergentes. Es ia cultura, como coniunto camb.iante deestructuras que se construyt y desaparecen,lo que-determina en ltima ins-tancia la constitucin del sentido.Un sentido del signo que no se "cierra'y que se sostiene precisamente por su condicin de interconexin cuasi-infinita con otros signos.

    A partir de esta ptica la obra de Eco se orientar al dibujo de unateora semitica que pueda constituirse siendo fiel a una suerte de prin-cipio de indetermiiaciln del signo y de Ia semiosis, en forma anloga a comoe entendido en el mbito de la fsica y las ciencias contemporneas,donde una vez sufrida la conmocin a travs de teoras como la de la re-latividad o elprincipio de entropa en termodinmica, se reorienta progre-sivamente todo el parato categorial para ir aceptando el azar y eI caos.

    Ahora bien,la indeterminain planteada por Eco no es una indeter-minacin sin mds sino que est sultantiaqdn, referida y ubicada funda-mentalmente en la crtiia a Ia falacia ontolgica de los estructuralismosclue se orientaban nicamente al hallazgo de modelos ltimos y constan-tls. Es una crtica (y que nunca abandonat) alas semiticas que se cen-tran en lq delimitncin de lo idntico:

    En conclusin, la falacia ontolgica de la predicacin estructural noconsiste en intentar elaborar modelos constantes para profundizar lue-go las diferenciaciones situacionales (que pueden Provocar las dudasJobre las constantes)' Consiste en elegir las presuntas constantes comoobjeto nico y fin ltimo de la investigacin, punto de llegada y no-deputAdu para nuevas contestaciones. Tener en mano una hiptesis sobreio identiio para profunduar el estudio unificado de lo diaerso no es enabsoluto trl"g.t"u falacia. En cambio es una falacia saquear el almacn delo diaersopa descubrir siempre, en seguida y con certeza absoluta, loidntico (La estructura ausente,pg' 467)'

    Este aspecto es muy importante y trazaLa obsesin siempre presenteen Eco de incluir unalgica ialcticapor encima o junto u tla lgica estruc-turalla cultur ainteroiene los textos y los mensajes: efecta lecturas y usos

  • Rocco MNcmnt

    cuaridadvanguardistavqueexig::ffr :",ir1if5:,i::"ff ilB:;-Ef ;.,"l'*Hll:X11"t#i.ffi':L"'u1o'ucionesprJpiast"-lq":tnivet debe ser."^;i;;;;o'feo' Gin que por ello "*r:?browd'Y

    pue-

    den darse prod"ttoJ l*bno*''destinads a ser apreciados por un vas-

    tsimo pblico, que Pr:sent1 :i:i::;rsticas de riginalidad estnrctu-

    ral [...] que nos p"t"tit"" juzgarlos ;; obras Je arte dotadas de

    absoluta valid'ez (Apocalpticos e integ-Ati' pag 73' edicin castellana)'

    Elproblemaconsistefundamentalmenteenqueelcrticooelanalis-ta de los mediosr",o n"Uiu sabido ;i;;t" suficintemente

    en el campo

    del receptor o a"ir".i* .u',ao-Ji"" "r pesado coniunto de valora-

    ciones apriorsticas, para inientar eiercer unaiectura ms abierta y sensl-

    o* t"#: Kfr#tk der lad.o de ros consumidores de la cultura de ma-

    SaS pelo sin transigir desde:1qll.o de vista metodolgico y terico, Eco

    reforzarla idea (ya presente tambin en otros estudisos de la cultura

    de masas como Edgar Morin g ""a Barthes) de que en tiras cmicas

    o tebeos como snoopy o stne coryir,en los textos melodramticos tele-

    visivos, en Ia msica popular "p;ili;"rrt. bu,tul y, en definitiva' en el

    Kitsch,existen elemento, proprol^" r" f.mcin potca o esttica del len-

    guaje por ms q'" 1"' n;:Y:^turd a los supuestos especialistas y

    crticos ,,drr.or"^de la comu^itulO" " *'u' dei siglo xx' omo los de-

    ;i;; de h Escuela de Frankturt'Comomximo'debemantenerseunasospechi?"::lualquierin-

    ,r"rtigu.in sobre lo" *orr")r)i/q"" 99"da a establecer conclusionesdefinitorias. En el interior d la situacin

    antropolgsca'cultura de ma-

    sns, es|na la orden del da mediacion", y,",,"i,ions; el polo de la re-

    cepcin puede .oorigururl"^J" t".a" tui-1rr" modifiquela fisonoma

    ae U "misin

    y viceversa (ob' cit'' pg'137)'

    El Signo: aida, pasin y muerte de una nocin semitica

    Sindesecharelvalorepistemolgicodeotrascorrientes,Ecosead-hiere al concepto de signo y i;';:r*8r " Charles

    sanders Peirce y aI

    mismo ti"*p; ;"i"1" i"ri.; J" u glosemtica de Hielmslev cuya

    base fundamental, d,eriv"d-" i;1" [ngutia estructural europea' es

    'a

    nocin de funtiuo y de correry:;"-;"t"-dos pl'nos del lenguaie (expresin y

    contenidol'gt"'iit"ii'arlanocinde"erstatz>>osustitucinilimita-d.a de todo signo y conduci';;;" parte d:'* obra

    hacia una comple-

    ta

  • Rocco MNcrsnt22

    Elproyectodeesteltimotextoeselderearticulartodoslosaspec-tos y probremar-tu;i;;entales ;"i ;tgr;" fq"fT:in,

    umbrales' tipolo-

    ga): to que pare."riu rr, "intertexto riarxis ta> capaz de encuadrar ho-

    mognea*"^r" uiloucroproyef#; ""op"f9ga reneral de los signos:

    Traba.o d, *on pirt*r;;h ,rtni,,-dr--oiiraain"de pranos, trabaio para

    producir *! i!p{J#i!_unoo de la semitica y an no bastante estima-Es un caso ldo: una suerte l"loiuttt' u ru "iit"ti"i"tit

    a" tu nociones de trabaio

    y de mate'o 'ui"iiaas

    al univetJ't?d;? iu?:2':!mismo tiempo expresa

    -"1 dur"o a"

    "i^.rr".io* ,onio".*odos hipotticos dela ciencias

  • 24

    Un mo delo t etr adimensional

    Si miramos la propuesta base del Tratado de semitica general (1975),ve-remos como la parte nuclear de todo el metalenguaje se construye sobreun bosquejo de las posibles y variables relaciones que pueden establecer-se entre los diferentes niveles del modelo glosemtico de Hjelmslev: mate-ria-sustancia-forma del contenidolmaterin-sustancin-forma de Ia expresin:

    Materia de la expresin (continuum)Sustancia de la expresinForma de la expresin t

    Forma del contenidoSustancia del contenido

    pertinencia semitica

    Materia del contenido (continuum)

    Los diversos modos de produccin de funciones sgnicas que componeneL Trqtndo podran ubicarse a diferentes niveles de relacin entre lostlnnos del modelo de Ia semitica estructural. De hecho, las categorasclasificatorias o modos de produccin sgnica se establecen por Ia formade trabajo sobre el continuutn o materia, y por eL modo general de srticula-cin ent-re el plano de la expresin y el plano del contenido. Pero es inte-resante observar el uso de categoras provenientes de otros espacios: ladicotoma ..horizontal" textual-gramatical es una cita a la teora de Lot-man, mientras que la otra dicotoma tipo-espcimen (type-token)es una cita al modelo pragmtico de Peirce.

    Sintetizando, dos macro-dicotomas, una textual-gramaticql y otratipo-espcimen rtos permiten desplegar vertical y horizontalmente el cua-dro de tipologas. Ms internamente al modelo, se definen los,,grados,de trabajo fsico requerido para producir una expresin y la naturalezadel continuum o materia utilizada en la constitucin del signo (homog-nea o heterognea).

    Trminos tales como reconocimiento, ostensin, reproduccin e imten-cin, significan el tipo de trabajo requerido para

    "producir la expresino.Los diversos modos (nunca reencontrables en estado de mximapurezasemitica) tales como huellas, sntomas, indicios, muestrns, muestrqs ficti-cins, rsectores, estilizaciones, unidades combinatorias, estmulos programndos,grafos, proyecciones, se definen adems por una diversa relacin entre loque Eco denominarntio facilislratio dfficilis, es deciq, Por su menor o ma-yor dificultad de rplca, sustitucin o reproduccin.

    As, por ejemplo, una impronta digital (impresa sobre una hoja) esuna huella definida y tipificable al mismo tiempo como signo por

    Rocco MNcrru

    Umberto Eco

  • Rocco MNcmru

    r econocimiento, cott un continuum heteromntrico motiaado I :oTo unidadgramaticaliznda lmuy codificada) de ratio dfficilis (replicable' simulableion dificultaa). p#otro-d", unbilletebancario es un siglg que fun-ciona bsicament" p. ,r" outuo le repr,odl.tccin,.rec.onocible

    bien sea

    comounidadcombinatoriaoseudounidadcombinatoria,conuncon-tinuum heteromatZ;;;t " rntio fncilis (replicable con facilidad)

    (cfr'

    Tratado de semitica general, pg' 288)'

    El model o es cuatridimmsional: unadimensin hace Plrtinent9l9s sig-

    nos en,,vertical,, ;"i;t'"o;rtres dimensiones en sentido "horizontal>' Los

    tipos de signos (inventario no cerrado) se disponen en un espacio gradua-;il;;i;"J .las'funciones sgnicas (y no considrables como signos enel sen-tido saussuriano) pueden colresponder a varias modalidades de trabaio:

    relacin tiPo/esPcimen(ratio facilis /ratio difficilis)

    trabajo para Producir ei signo

    tipologa sgnica

    tipo de materia formada

    ru*fiil*l':':'lDeseamos hacer notar aqu la simbiosis y el sincretismo produc.tiuo

    que

    Eco d.esea togrur "r,

    tre, i) el modeto de la smitica estructural (Saussu-re, Hjelmslev), iil la rcLaci1n tipo I esp 1iy9.n.de procedencia anglosajona(la semitica pragmtica de Peir), iii) la rlacin textuallgramnticalDroveniente de lalemitica de la cultura de Lotman y' finalmente'

    ia) laiffi;;";r;;;i reencontrabte en semilogos cuyo discurso posee unintertexto o cita al materialismo dialctico como en el caso

    de Ferruccio

    Rossi-Landi.

    tlna pequea cnrtogrffipuntualizaremos ahora otros aspectos importantes del Tratado y am-

    pliaremo, ot ur r",o.i*t ya indicau, .orr la finalidad de poder dibujari"nu prqura cartografa, un mapa para el lector'

    Tnrs vnnaDAS, TRES sLrJETos 27

    En principio podramos considerar, aunque no de una manera de-iinitiva, elTratsdo de semitica como el lugar en el cual se exponen lascategoras, nociones y modelos de una teora semiticq general a la cualdeberan remitirse las semiticss locales o regionales, es decir, las se-nticas aplicadas al estudio de los lenguajes o sistemas semiticosconcretos.

    Eco habla en otros mornentos de que mientras una teora semiticageneral establece el marco de lo que podra denominarse una suerte degramdtica general,las semiticas aplicadas o locales se apiican a ios ,,len-guajes>, a los diversos y cambiantes sisfmas semiticos hnbilitados por Inculturn: la semitica visual,la biosemitica,la semitica del espacio y del.rmbiente construido, la semitica de los lenguajes musicales y sonoros,las semiticas de los lenguajes verbales, la cinsica y la kinsica, la se-rnitica de las artes,la narratologa, etc.

    Aunque Eco no se sujeta tericamente a marcos muy fijos y establespodramos considerar este libro como un importante espacio de refle-xin terica. Un centro focal de su teora sobre el signo y la cultura so-lrre el cual se apoyan o solapan casi todas sus obras anteriores y poste-riores.

    E\Tratado se compone de cinco secciones o captulos: sus tfulos de-ltan el orden del discurso seguido por el autoq,la estrategia terica quesc dibuja sobre unaTeorn de los cdigos y una Teora de los modos de produc-t'in sgnica.Este es el objetivo central de la obra.

    Despus de establecer los lmites de la disciplina y de rearticular elrrrodelo de la comunicacin con las nociones de informacin y significa-,'i(rn, elkqtado desarrolla las secciones ms voluminosas dedicadas a laIt.crra de los cdigos y a los modos de produccin. El tema de la referen-, ir se incluye en esta seccin as como tambin la revisin del concepto,,lt' icono y la reflexin sobre eI texto esttico como proceso semitico de in-,,t,nci/r. Tias incluir dos anexos ms sobre la retrica y las ideologas, elIt'xto concluye con un corto pero denso captulo titulado

    "EI sujeto de la,,t'mitica>:

    Hay indudablemente que admitir que la semitica est quizsdestinada a aiolar tambin los propios lmites naturales para transformar-se (ms all de una teora de los cdigos y de la produccin de los sig-nos) en una teora del origen profundo e individual de ia pulsin dela significacin [...] Pero no podemos olvidar el hecho de que, desdeel punto de vista de este libro, la nica garanta sobre esta actividadcreativa se apoya todava sobre una teora de los cdigos ya que el suie-to de cualquier actiuidad semitica no es otra cosa que el resultado de Iasegmentacinhistricay social del uniaerso... (ob. cit., trad. italiana, p1i-na37D (la cursiva es nuestra).

  • Rocco MeNcmnt

    l.Ina teora de Ia mentira

    Del primer captulo destacaremos dos cosas: la primera acerca de ladefinicin de la smitica como una teora de la mentira y en segundo lu-gar el discurso del autor acerca de los lmites de la disciplina.

    -.

    Considerar la semitica como una teora de la mentira o afirmar queun signo es tal si puede ser usado para mentlr es un buen artificio retrico yuna fiase que podra asombrar aprimera vista, pero que se ajusta perfec-tamente a la nocin de signo y de semiosis que Eco desea puntualizarantes de exponer progresivamente el resto de la teora:

    La semitica se ocupa de cualquier cosa que pueda considerarsecomo signo. Es un signo cada cosa que pueda ser asumida como sustitutosignificaite de cualquier otra cosa.Esta otra cosa no tiene necesariamenteqe existiq, ni debe subsistir de hecho en el momento en el cual el sig-no ocupe su lugar. En este sentido la semitica, en princip.i2, es la disci-plina qie estudn todo aquello que pueda ser usnd.o para mentir (katado de se-mitica general, p9. 17).

    En vez de asumir el signo como ente bifacial indisoluble entendidocomo resultado d.e una equiaalencia (Saussure, Greimas, Barthes) sehar nfasis en los procesls inferenciales y en la idea de sustitucin. Elsigno sustituye a las cosas y es a la aez sustituido por otros signos. En efec-to, como Ec seala en seguida "si algo no puede ser usado Paramentir, entonces no puedeier usado tampoco Para decir la verdad:de hecho, no puede usarse Para decir nadar. La mentira del signo ra-dica puer, ur,ir" otras cosas, en que puede funcionar (significar y co-municar) prescindiendo de los referentes entendidos como cosas uobjetos dei mundo real al cual remitira. Por eso, durante el desarro-llo del texto se abordar el problema de la referencia Para intentar po-ner a punto una nocin de signo y de semiosis que excluya conve-niente^mente al referente como cosa y se base casi por entero en ladinmica del cdigo o, lo que es lo mismo, en las reglas de.convencinque la cultura

    "Jtubl".": esto se define como funcin sgnica o correla-

    ii, qu" et cdigo establece entre un plano de la expresin y un pla-no del contenido.

    Sin embargo, el problema queda abierto y el autor lo seala en variasoportunidade, pero por amor al rigor de la_disciplina y Pata solventarpioblemas epistmolgicos nada fciles, elTratado remite, en principio,il proble-u^d" la referencia hacia una teora de la mencin inclwida en lasecin correspondiente a la teora de la produccin sgnica.

    Tnrs MIRADAS, TRES strfETos

    Los lmites del campo semitico

    EI otro aspecto, sobre loslmites de la disciplina, no es menos impor-tante. Eco seala tres tipos de lmites para la semitica. Lmites que nodeben considerarse ni absolutos ni infranqueables:

    1,. Lmites naturales.'Son aquellos lmites ms all de los cuales lasemitica no podra avanzar porque en principio, entrara en territoriosno-semiticosy donde no podra hablarse propiamente de la existencia defunciones sgnicas. Es un lmite, sin embargo, no absoluto y perennepues lo que pueda ser hoy un territoo aetado naturalmente a la miradasemitica puede con el desarrollo de la disciplina formar parte de su es-pacio terico. Es lo que ha ocurrido, por ejemplo, con la reciente biose-mitica o con los fenmenos o procesos de percepcin visual y sonora.

    2. Lmites polticos.'Los lmites polticos pueden ser acadmicos, enel sentido de que otras disciplinas hayan realtzado investigaciones sobrelos mismos fenmenos u objetos del conocimiento, como es el caso de laantropologa,la sociologa, la filosofa del lenguaje, la lgica formal, etc.Pero el semitico alberga la esperanza de que estas investigaciones pue-dan llegar a formar parte (como de hecho ha venido ocurriendo) de ra-mas especficas de una teora semitica general. Pueden ser lmites coope-rntiaos: varias disciplinas utilizan nociones y modelos de la semiticacomo la lingstica y la teora de la informacin. La tarea es entonces Iarle proponer conjuntos ms unificados de categoras para consolidarcstas posibilidades de colaboracin interdisciplinaria. Puede tratarsetle lmites empricos ms all de los cuales existen territorios an inex-rlorados, observados como potencialmente semiticos, pero para lost'uales an no se dispone de un desarrollo adecuado de instrumentosrle anlisis.

    3. Lmites epistemolgicos: Eco hace notar que la bsqueda semi-lica

  • Rocco MeNcmru30

    semitica debe tambin asumir la conciencia interna de ejercer una crti-

    ca de la cultura sino tamb in sobre sus mismos instntmentos de andlisis'

    Inf or m a cin- c omunica cin- si gnif ic a cin :ties procesos imbricados

    Lasegundaseccinseorientaaunaredefinici1..yarticulaci?,:^Y:cional de las nociones de informacin, significacin y comu.nrcaaon'Despus de exponer un modelo simplificado de la comunicacin'

    se es-

    tablece la diferen cla sistema-cdigo y se prlPone la nocin de s-cdigocomo estructura o sistema (conju?t e

    "t"tid"t organizadas segn re-

    laciones combinatorias). La informacin es vuelta a definir como uq""-11medida de libertnd de eleccin poriiio en la organizacin internq de un

    s-cdi-

    go. Al introducir un cdigoropiamente clilho se restringe esta cantidad

    a veces "nor*u

    d" posiUitiaa", p".o-ut mismo tiempo se hace.posible la

    comunicacin a trvs del recurio a la economa de transmisin-recep-cin de los mensajes'

    LostresProcesosquedanimbricadosaunqueaquselostratelineal-mente : ru .,rtto.l-o ;;;{i;^, -, a di{o iil t * ih o r m o t ia o s P T.a : al mismotiempo, correlacionrlos a travs de cdigos propiamente a.l-1.o'

    q::""11

    ,", irlr:rpretadoscomo textos o mensajes generan los fenmenos de *qru-

    ficacin o de sentido'Eco ha reiterado en muchas oportunidades el hecho de que los

    fen-

    menos de significacin presuponn fenmenos y procesos de comunica-

    cin:

    La teora de los cdigos

    Las nociones principales de la teora de los cdigos son' sin- duda'

    i) la d,e funcin sgnica, i :\significado rea{1i1do cmo unidad cultu-

    ral, iii) el interprtante,lu) Ias ulteriores precisiones sobre eI cdigo yotras posibilid";; .tegoriutt', i 4go T"I importante dentro delTratado es o) la definici-n del oiaAo"sem'niico yf9ylodo.(e\ MSR)'Este modelo toma como base de desarrollo al Mo'delo Quillian:

    un sis-

    tema de representacin de los recorridos semdttticos de un trmino cuya

    Tns vtneDAS, TRES slrlETos

    forma, contrariamente a los modelos en forma de drbol o bidimensio-nales, motiva en el intrprete una nueva formulacin de una hiptesissemntica: el llamado Sistemq Semdntico Global de Eco (SSG) concebidocomo una red polidimensional donde cada trmino o sentido puedeocupar lugares diferentes de acuerdo a las circunstancias y los contextosde comunicacin.

    Es esta imagen de un espacio semntico como red polidimensional laque concluir finalmente en la idea de la Enciclopeda semitica. Este esuno de los focos tericos ms importantes y permanentes en eI pensa-miento de Eco.

    Ln t'uncin sgnica

    La funcin sgnica, partiendo de la teora de Louis Hjelmslev se esta-blece ,,cuando una expresin es correlacionada a un contenido y cuandormbos elementos correlacionados se vuelven funtivos de la correlacin'(TSG, p9.73). Un signo estar constituido siempre por elementos delplano de la expresin asociados a elementos del plano del contenido.Cada vez que se produce una correlacin semejante estaremos en pre-sencia de una funcin sgnica y de una cultura o algn tipo de organiza-cin semitica qwe produce signos, textos, mensajes. Pero es aqu dondeconviene hacer una distincin importante.

    En realidad, Eco produce una suerte de desmarcaje terico del signopues la nocin de funcin sgnica si bien cercana a las de Saussure yl{jelmslev, se distancia al formularse en otros trminos:

    Una funcin sgnica se realiza cuando dos t'untioos (expresin ycontenido) entran en correlacinpero el mismo funtiuo puede entrar enotras mItiples correlaciones con otros elementos, transformndose enun funtiao distinto que d.ar origen a otra funcin sgnica (TSG,p9.74).

    Como vemos se trata de la introduccin "dbil" de los principios de

    ,tlantoriedad y de permutabilidad en el interior del modelo cldsico del signo.lrste itimo experimenta un cambio notable porque se acenta el carc-tt'r proasional y temporal de la asociacin significante-significado y, al mis-rrro tiempo, se coloca ala tendencis a Ia combinqtoria por encima del lazo,;t'miolgico entre las dos categoras o planos.

    Este rasgo de proaisionalidsd se enlaza con el nfasis de Eco en la no-, rtin del interpretante dela teora de Peirce que pone en crisis las nocionesnrgenuas del signo que implcita o explcitamente se basan en el nexo

    31

  • J/-

    casi indisoluble de los dos planos de un lenguaje. Como el mismo Ecoseala, el signo se disuelv" ".urutiamente enuna red de relsciones mlti-ples y cambiqntes:

    La semitica nos hace entrever entonces una suerte de paisajemolecular en el cual 1o que la percepcin cotidiana nos presentacomo formas concluidas son en realida d el resultado transitorio deagregaciones qumicas y las denominadas ( son la aparienciarp"ifi.id deLna red iubyacente de unidades miuoscpicas [...] la se-miticu, como la teora musical, nos dice que Por debajo de la melo-da reconocible hay un iuego compleio de interaalos y de notas, y pordebajo de las notai existen haces de formantes (Tratado de semiticageneral, pg.75).

    En la obsesin por desmontar el signo y mostrar que n91 debljo o Porencima de las estructuras que encuentra el anlisis ontolgico de-los fe-nmenos, se encuentra la necesidad terica depulaerizar el campo de an-lisis de la semitica: cmo, pues, dar cuenta de esos paisaies ,molecularesy de esa trnnsitorieda det seitido tan propia de la dialctica cultural entrecdigos y mensajes?

    Driblar el signo

    Digamos que el ,,desmarcaje> o dribling del sgno clsico podra com-prendrs" pof h combinacin de al menos dos elementos tericos que?ormaran parte de las obsesiones de Eco: porun lado, elprincipio de in-determinari, yumencionado y que tendra en la nocin de entropa infgr-matiaa una d sus imget'tes mr fuertes; por otro lado, la idea de losmensajes y los textos como una obra abierta alas determinaciones de los con-textos y tt circunstancias de la comunicacin. Dos problemas ineludiblespara ,ir,u ,"-itica que no desea encorsetarse en la nocin de signo.o*o ente > (Saussure) o en la nocin de estruc-tura como relacin jerrquica de elementos cuya posicin est fijada deantemano Por un .Odigo ?undamental y que adems se proPone abordarel problema del componente semtntico sin renunciar a ese principio de in-determinacin y de entroPa.

    Al igual que el jugadbr de ftbol, Eco intenta driblar el modelo deSaussu dislvienao n rehcin significante-significado en un juegod.e combinacionesy permutaciones posibles: es la introduccin del sujeto re-trico y aristothlo, sujeto semitico del juego de posibilidades y de per-mutaciones sgnicas.

    Rocco MexcIsnt 'l'rrns vtrneDAs, TRES stIETos aaJJ

    Ln falacia referencial

    como sealamos, cada vez que _se

    nos presenta una posibilidad dettrcntir estamos en presencia de una funcin igyica. y la funcin sgnica(luiere decir, entre otras cosas, la posibilidad e significar y comunicar'rlgo que no corresponda a ningn eslado de cosas del mundo real.paraEco elropium de la semitica es-esta permanente posibilidad de m.eiti; i;exhi-ben los.textos y signos de las culturas y lo procesos de comunicacin ytle significacin que aqullas prodrr."rr.

    As que, desde la perspectiva del funcionamiento del cdig o, elreferen_/r'entendido como-objeto o cosa del mundo debe recolocarc"' for enten-tfcrse como urta clase a ra cual corresponden o pertenecen (del mismorrrodo que lo entiende una teora de conjuntos) los'miembros uocurrencins,r)cro en definitiva asimilables en su tothdad al plano del contenido.Aunque los referentes pueden ser ps oujgt s nombrados o designadoslx)r una expresin en el momento en el cual el lenguaje es utilizadl paratttt'ttcionar los estndos del mundo, se.asume que h &piurin del signo notl.t'.signy un objeto sino que trnnsmite u, ,orlrnido. sitomamos (co"mo in_,lica el Tratado) algunos modelos del signo como el de ogden y'ni.nura,v cl de Charles sanders peirce hay_que partir de la postura terica segnl'r cual tanto eI referente como su hbmlogo el objeto deberan conside-r''rrse en todo caso como Ia clase de objetos psibtes u lot cuales se refiere el:;igno-I du types en el sentido perciano o e contenido del signo.Afirma4 puel, que el significado de un signo corresponde a un obje-lr r o a un estado de cosas del mundo es una actltud ingenuaque ni siquiera.s erceptada por una teora de los valores de verdad.

    De hecho, como sabemos, hay signos que corresponden a entesrrrcxistentes en el mundo real para los-cuales la lgica y lu filorofa del1:':Ellt.l"*ren habla r de mndos posibres o de ,i-g?; "y" ;;; ,lron

    "

    r,ltisofos del lenguaje). Es et "ju-pto de unidades ,"ttiiolii;;J n.or_

    'ri,,t/, /caperucitarcja/, /Aurehno Buenda /, /Batman/ o /pitufo/...,1::-::,llta ?ue "1:l nlarco de una reora de los cdigos no es nece_

    ;]l.l^TlTl :]l nocin de estensin o a la d,e mundo p;;ibl;;;Jjo, .o_"'r rv r.LL'r' .' rd rrucru' se estensron o a Ia de mundo posible pues los c_i' f,?.t-:,":::nt_o son .aceptados po: -""1 sociedad consrruyen un mundo, rltural que no es ni-acuat ru posible, armenos

    "*i;;;;;;;;;-r,,lt' lll12 onfnlnoa frqrli-i^-^luna ontologa tradicional.Una teora de los cdigos se interesa por Ia naturaleza cultural de estos

    'tttrtdos y se pregunta cul es su sentido y cmo se estrucfuran. Eco recal_, , r tlu el plano semntico de una semiLica es el contenido delsigoo y ,ro''l |eferente como cosa sino como unidad culturar semiotizadalo. ur-ra

  • ^iJ+ Rocco MNcmnt

    cultura o el idiolecto de un artista o un emisor. En este sentido el referen-te de la unidad cultural ftransmutacinl o lbomba atmicalno interesa tan-to como su propie d,ad. intensional, es deci, como organlzacin de rasgossemnticor

    ^o contenido. No incumbe a la semitica orientada al cdi-

    go si el signo f caperucita rojaltiene un concreto o no, real o fic-ional, ,i.o ,n cnstitucin a nivel de rasgos del contenidor su relacincon otras unidades culturales en el interior de las enciclopedias. Por ello, Ecoacua el trmino de falacia referencial'

    Lafatacia referencial consiste en el hecho de "asumir que el significan-te de un significado tenga que ver con el objeto corresPon{ienie" (TSG,ob. .it., pai. OZl.Las cos y tor objetos del mundo (real o ficcional) cir-culan yi" conocidas o ,eionocidas como unidades culturales creadas yoigun;uAas dentro del universo de la comunicacin social. La culturaprdrr." signos y mensajes que ocupan, sustituyen el lugar de las clsas'

    Et significado como unidad cultural

    Para salir del impasse referencial elTratado insiste en la idea de quecualquier intento de definir el referente de un signo nos conducir inevi-tablemente a considerarlo como tnente abstracto que representa unauni-dad cultural.

    [...] una unidad cultural es simplemente algo que la cultura ha definidocomo unidad distinta de otras y que por lo tanto puede ser una Perso-na, una localidad geogrfica, una cosa, un sentimiento, una esperanza/una idea, una alucinacin (ob' cit', pg'9'

    La nocin de unidad cultural es un enriquecimiento y una compleji-zaci1nde la nocin clsica de significado poique introduce la nocin deinterpretante dePeirce y adems loiqt" dsvicdala denotacin de cual-quier relacin con los ieferentes io*b cosas reales-empricas. Las unida-des culturales de Eco (unidades de contenido o unidades inter-culturales)slo pueden .,leerse> a travs de su remisin a cadenas de interpretantes, aotros signos en una

  • Lq estructurn del espacio semdntico:des estructur ar las estructur as

    Siguiendo el discurso se comprende la iugada terica que Progresiva-mentJse va dibujando: el punto neurlgico de llegada de la teora de loscdigos es la defnicin d,l espacio semntico como una red n-dimensionalde cigos y subcdgos que va mucho ms all del concepto de una gram-tica.

    Esto es as porque siguiendo la definicin deinterpretante o deunidadcultural cada rig.tifi.a^te est articulado simultdneamente con varios omuchos rrbolesTo*pontnciales o sistemas semnticos. Sus significados,mltiples e incluso contradictorios, dependen de lns diaersas posicionesLTuc ntiottn simultdneamente en uarios campos semnticos. El espacio s,emn-iice (fiell a ese principio de indeterminacin y de aleatoriedad "dbil" dellcs) cs la unitn, intigracin de campos semdnticos cuyas fronteras o lmitesson ctmbiantes y modificables.

    Err princip ioita interpretacin de una sola unidad cultural puede moailiznr eIt,tttt,ro ispacii semtntico, tal vez una porcin del mismo o varios campossernnticos implicados en el recorrido. Como hemos sealado, partien-tlo clel modelo Quillian se reelabora esta imagen proponiendo un mode-lo semntico reformulado (el MSR) que culmina en la nocin de Enciclo-pedia globnl o maximal.' L;metfora de la caja de canicas magnetizadas resulta entonces di-dctica y nos recuerda muchas formulacines tericas sealadas con an-terioridad en La estructura ausente:

    Rocco MeNcmru

    Significado -+ Unidades culturales -+ h'rterpretantes + Campos semncos -+ Encidopedia

    Regresemos a la metrfora de la caja con las canicas-. Hemos dichoque si ls canicas en libertad representan un modelo de fuente informa-c^ional de olta entropn, el cdigo es la regla que magnetiza las canicas se-gn un sistema de atraccin y repulsin. Ahora bien, sostener que exis-te una estructura del espritu humano que es la estrucfura misma decualquier comunicacin, significa que la magnetzacin es inherente alas canicas como una de sus propiedades. Si, al contrario, el cdigo esuna convencin social que puede mutar en el tiempoy en el espacio,Lamagnetizacin es una cndici1n transhistrica del sistema' Rechazar elestructuralismo ..ontolgico" significa entonces entender las magneti-zaciones como fenmenos culturales y ver al mimo la caja-fuentecomo el lugar de una combinatoria, de un iuego altamente indeterminado

    'l'r

  • 38

    Materia de la expresin (continuum)Sustancia de la expresin (sistemas)Forma de la exPresin

    Forma del contenidoSustancia del contenido (sistemas)Materia del contenid o kontinuum)

    Rocco MeNcruru

    correlacin de funtivos(cdigos)

    Eco explo ra eltrabaio efectuado en el Proceso de producir -e

    interpretar

    signos y mensajes. El efuerzo fsico-menial necesario Para el proceso decomunicacin se vuelve una nocin que podra articular y reorganizarlas reas de competencia de varias diiciplinas integrad?t 9 "Tqarenta-das con la semioiica: Ia teora de la informacin, Ia fonologa, la lings-tica, la estilstica y la retrica,la iconologa, Ia semntica filosfica, etc'

    Para ello, Eco habla de tres grnndes tlpos de tralaio semitico: el trabajoefectuado sobre eL continuum expresiao o materia de Ia expresin' eJ traba-jo efectuado sobre elcontinuu* dd contenido o materia del contenido y eI'trabajo

    realizado a nivel de los cdigos'Estos grandestipos de trabajo t*itiro conducen hacia una tipologa

    de los modos de prouccin delos signos. Los diversos modos de manipulary orgrniror ln mat:eria de la expresini del contenido, de correlacionar ambosptuio, y de conectar estos signos lot,

    "rr"tttos o hechos del mundo, ori-

    ginan vna gama de funciones sTgnicas que- van d9sd,e lashuellns,Ias impron-io, y los iidicios hsta las estilizacionis,los estmulos programados,las pro-rt:ccioncs y los grafos'

    si visemor lu accin de los personajes de las novelas de Eco a travsdal'l'rnfnd,, .orr",pr"nderamos ef sentido del trabajo semitico: Guillermotlt, Ilrskcrville, asaubon, Roberto de la Grive o Baudolino/ se reconoceny rccollocen al mundo que los rodea a travs de un progresivo trabajo se-nriritico que va clesde ul rrconorimiento (de huellas, improltu:, indicios)lrasta la inaencinde signos (conjeturas, Proyecciones, trazadas)'

    pero Eco aclaru "rr"r"g,rida

    que "aquelios que eran denominados

    ti-pos de signos no son el reiultado claro inequvoco de estas operacionessino el resultado de su compleia interaccin" (ob. clt-, pg' 20g)'.

    De nuevo queda expuesta esta voluntad persistente de de-construirlanocin clsica de signolNo hay realment e signos en el sentido de unionesindisotubles y unitar|ns sinom bien funcionls sg.nicas que sgn el productode diuersos tipos simultnexs o procetuoltt de trabiio semitico. Las variadasy mltiples maneras de articular el trabajo semitico, cumplido en cadanivel del modelo glosemtico, genera una nueva tipotoga zun{aa311unatensin dialctica"tr" solidaridad y autonoma de los planos' Es decr:

    TngS MIRADAS, TRES SUJEToS 39

    El modelo completo del trabajo semitico expuesto en el Tratado es unaampliacin y complejizacin de este esquema general. Si a nivel del tra-bajo semitico cumplido desde el punto de vista de la sustanci.a dela expre-sin se habla de organizacin o de transformacin de sistemas (por ejem-plo, los sistemas visuales implcitos en la imagen fotogrfica o pictricaen relacin con tramas, colo4, formatos, etc.), desde el plano de la sustan-cia del contenido se nos hablar no propiamente de sistemas sino de juiciosy proposiciones: all se produciran los juicios semiticos y los juicios factua-/cs. Los juicios y las proposiciones seran sistematizaciones del contenido (os-cdigos) antes de entrar a formar parte de cdigos propiamente dichos.

    "Juicios semiticos, juicios factuales>

    Lo interesante de esta propuesta no es el esquema general (el cual, dehecho, procede de la semiologa de Saussure y del modelo glosemticocle Hjelmslev) sino las hiptesis que el modelo postula de la generacin-produccin de los signos. En efecto, al rearticular el signo clsico en unasuerte de planos estructurados pero a Ia aez autnomos, cada nivel delfunti-rro puede poner en crisis el cdigo anterior o posfular la creacin de unorluevo. Thnto en cuanto al plano de Ia expresin como al del contenidoy, concretamente, desde el punto de vista de la sustancin ("primera, seg-rnentacin-organizacin del continuum o materia del signo) los mensajesrroducidos por la culfura pueden no tener asideros parciales o, sencilla-rnente, no corresponder a ningn cdigo conocido. Esto ocurre de hechocn el caso de los juicios sintticos que, como sabemos, son aquellos quetredican atributos o propiedades nueaas de un sujeto, como en los juicios derraturalez a esttica o potica. Si esto es as en el plano del contenido lo mis-rno podemos afirmar con respecto al plano de Ia expresin, como en elt'jemplo de determinados sistemas sonoros o uisuales donde la cultura ar-tstica organtza sistemas de la expresin, que todava no encuentran, en elnromento de su produccin-emisin-recepcin, ningn cdigo que los in-t'luya sino que, por el contrario, inducen a la formulacin de uno nuevoo desconocido por los destinatarios y a la reformulacin de un cdigo.rnterior.

    ,, La dialctica cdigo-mensaje>

    En definitiva, se trata de sostener tericamente una obsesin por eItttoaimiento tensional y dialctico como motor del signo. La necesaria dia-lctica entre cdigos y mensajes introduce de hecho un principio de entro-

  • 40 Rocco MNcmru

    pa alque nos referimos antes y ProPorcionara un apoyo legtimo Paraque la semitica pueda d,ar ia2n de los procesos de uestiaidnd,losfro."ror poticos y estticos inherentes a todos los lenguajes o sistemassemiticos.

    Luego, si nos fijamos detenidamente en el modelo, las funciones sg-nicaspu"eden producirse a partir de s-cdigos o sistemls que al emitir un*uttr" nuevo ponen en crisis las expectatiuas de los destinatarios y queinduciran a concebir un contenido o una expresin correspondiente eindita.

    Es una forma tericamente que se organiza espacialmente de acuer-,lo al juego de cuatro variables o elemenios fundamentales. Todos ellosrrrrplican la nocin !9tr1baio o esfuerzo, gasto fsico o psquico: el traba-r I semitico a nivel del plano de la expresin,la relacin ritio facilis-ratio,lifficilis,el tipo de continuum o materia que hay que formar y el modo de,u'f iculacin Despus de .,demolep el signo, e[Tiotado proprr" un mar_r o semitico general en el cual las unidades operativas nciones que lo( ( )rlforman no son en realidqd signos aunque ro parezcan. Eco es muy xpl-( tto en este punto:

    [...] son conjuntos de rasgos que pueden o no vehicular un contenidodependiendo del sistema en el cual estn inscritos. ocurre entoncesque puedan funcionar por s solos como signos o talvezno. [...] ellossonproducidos para significnr y el modo en el cual son producidos losvuelve-aptos para significar contenidos especficos t...] por lo tantoentidades como aector y proyecci1n no son tipos de signos como eranconsiderados los indices e iconos... (ob. cit., p g.2g71.

    No vienen clasificados tipos de signos sino tipos de actiaidad producti-'// que por sucesivas interacciones y combinatorias pueden dar lugar a

    , l rversas funciones sgnicas:

    47

  • Rocco MANcISRI

    Tiabajofsico Para Reconocimientoproducir

    Rno improntas vectores ;::ro:il',iil:DrRcns

    ejemplos patrones Ts:il"j estitizaciones *T;H*h, o*o'

    Rno sntomas indicios unidades Seudounidades

    combinatorias combinatorias

    continuum heteromatricomotivado

    Moclos dc unidades gramaticalizadasarticulrcin

    se trata de un espacio clasificatorio no rgido sino muil de tipo para-

    mtricoen el cuallas-funciones sgniiasse artiulan segn La dindmica cdi-

    so -mens a|, y, "

    g"; \{ ; ;;i;;;; it'mpo'ul' histrica) de los contexto scomunicativos y las circunstancils'de eiuncincin

    de los mensaies' Todo

    este marco correspond.era u tlesarrollo al nivel del plano de la expre'

    sin.Lateoradeloscdigoseshrnd.amentalmenteunapropuestadesde

    "if"rr," de vista delplanodel contenido'

    Los cuatro, gr;;;, m*dos de p,roduccin sgnica.merecen aqu ser recor-dados y definid";;i" expectativ-" poa"iexplicarnos

    su fundamento

    o razn ePistemolgica :El Recono cimiento se ProcLuce:

    Cuandounobjetoouneventoproducidopor.lanaturalezaoporla accin humana ("'ro,*ui,,tencinal o no) v 1.*u::]". un he-cho en un mundo "

    "rr"^ior, es entendido poi el destinatario como la

    "*p,"'it J" t"'' contenido' sea debido u ""u correlacin

    codificada

    pr"*url"^r, ,"u po, "r "rifr".tt"iento

    de una posible correlacin de

    parte "ialtti""trio (TSG' ob' cit'' pg'289)'

    ParaqueeseobjetoSea.elfuntiaodeunafuncinsgnicndebe.servis-to comosl hubiese sdo prod.r.iao fo*t"*io't, rptic o invencin

    y de

    Tnrs MIRADAS, TRES sLITETos 43

    acuerdo con una mayor o menor dificultad de produccin o replicabilidad(ratio facilis o dfficilis). El acto de reconocimiento reconstituye al objetocomo impronta, como sntoma o como huella. Fijmonos que reconocer eILtbieto significa correlacionarlo con una posible causa ftsica que funcionacomo su contenido. En el caso de las improntas (Ias huellas de todo tipocomo las dactilares o corporales pero tambin las impresiones grficasy fotogrficas o cualquier otro tipo de objeto similar) Eco seala que laexpresin est preformada y su contenido es Ia clase o type de los posi-bles impresores. Hay que aprender a leer o ver las improntas (como lasmscaras) porque suponen reglas y procesos de transformacin y tam-bin porque generalmente proceden de types diversos y con diversascomplejidades y modos de articulacin: comparemos la complejidadformal de una huella de un aae aunahuella de un calzado femenino actualo comParemos tambin todos los tipos o modelos formales que formanparte de las huellas de los mamferos o los vehculos. O las huellas e im-prontas delbody-art.En todo caso Eco sugiere que las improntas no sonrealmente signos sino objetos que participan de una funcin sgnica.

    Tmbin en el reconocimiento de los sntomas la expresin est pre-formada y su contenido es la clase de todas las posibles causas. Los sn-tomas (como los sntomas mdicos) pueden falsificarse con relativa facili-dad porque Ia presencia del referente no es necesaria para su funcionamiento yporque adems bastan algunas marcas morfolgicas para transmitir elsemema o conjunto de significados correspondiente.

    En el reconocimiento de indcios se relacionan trazas o huellascomo efectos de un agente que las haya podido producir. usadoscomo actos de referenciq los indicios funcionan de manera opuesta alos sntomas.

    La Ostensin tiene lugar cuando,

    un objeto o evento producido por la naturaleza o por la accin huma-na (intencionalmente o no) y existente como un hecho en un mundode hechos, es seleccionado por alguien y mostrado como la expresinde la ciase de objetos de la cual es miembro (TSG, ob. cit., pg.29Q.

    Un ejemplo de lenguajepuramente ostensiao lo encontramos en el mun-tlo posible de Jonathan Swift en Los uiajes de Gulliaer en el cual los liliprr-tienses a la hora de comunicarse se mostraban unos a otros los objetos ot't)ss provenientes de un saco. Las ostensiones pueden funcionar de dosItrodos, como nombres o expresiones codificadas de una unidad culfuralv como descripciones intensionales. Es el nico caso de produccin sgnicat'rr

    l cual aparecen los dobles como signos. Todas las diversasmodalidadestsf ensirtAs indicadas en el modelo (los patrone-s o ejemplos, los patrones fic-

  • Rocco MeNcmru44

    ticios) funcionan segn este mecanismo semitico basado en unidadesgio*otirrlizadas.ry pertinencia debe establecerse de antemano o du-rante eI proceso *rob de h comunicacin: es el caso de los muestrariosde color de telas, pero tambin de las notas musicales utilizadas como pa-trn de afinacin,de muchos proced.imientos semiticos a nivel de las ar-tes visuales o teatrales dond se muestran o exhiben objetos nicos u orga-nizados en series.

    La Rptica es un modo de produccin basado en la articulacin deunidades expresivas combinubi"t como ocurre en la realizacin de lasunidades foniticasde los lenguajes naturales (dotada de la doble articula-cin), pero que de hecho.*pt"t'tde muchos otros fenmenos semiti-cos no verbales como es el cas de los ideogramas,los emblemas y bnnderas'las notas muricalrs, mltiples elementos e la comunicacin visual' los,i*Uotor empleado, .on metalenguaje en lalgica formal; Los sistemasempleado, pu.u describir kos ten{uais gestuales y proxtnicos (Laban'Birdwhistell), etc.

    Estemododeproduccinenglobaununiversomuylmpligdefun-ci.nes sgnicas po'riblur en las cirales las modalidades de articulacinvrrr l/rrs all del linguaie aerbqly esto suPone que Ia nocin de unidad com-

    ltirtnf orin sea ms flexible: uectores, estillzaciones, unidades combinatorias, es-

    lttulos trogramatlos, son algunos tipos propuestos en el modelo de Eco

    para eemptifi.u. estos divrsos -aoJAe articulacin de unidades ex-prcsivas que pued en replicarse conmayor o menor dificultad oatio facilistt ratio dfficilis).

    En la Inaencin:

    El productor de la funcin sgnica selecciona un nuevo continuummaterial an no segmentado y rn*gi"t" una nueva manera de darle for-ma para transformr los eleents pertinentes de un tipo de conteni-do (ob. cit., Pg.309)'

    Es el caso ejemplar de ratio dfficilispot:lhecho de que no existen mo-delos o tipos anterioresque Permrinpreaer la correlacin entre expresin ycontenido. Por 1o tant, hy que instltuif, establecer la correlacin y "9l-verla aceptable. En todos ls nteriores modos se inserta de algn modo(de manera ms o menos intensa) el reconocimiento de una correlacin an-terior, de un modelo o de un tipo perceptivo: el reconocimiento suponeuna cierta experiencia anterior;

    "rtiut rplicas se suPone tambin el reco-

    nocimiento de un conjunto d,e rasgos eipresia-os pertinentes; en la osten-sin se supone t*ie" que el objeio mostrado pertenece a una clase'Entodos ellos eI mecanismo semitilo se basa en una relacin entre untipoy su ocurrencia ftype-token),y esta relacin codificada est de algn modo

    I ril,s H,IIRADAS, TRES SLIJETOS

    l.riitimada por la culfura. Como seala Eco: en estos casos eL type (sea,lt'sde el punto de vista del plano de la expresin como del contenido) esIrtttrcformado en una ocurrencia determinada.

    Pero en la Inaencin (bien sea en su forma radical o moderada) se,lt'[re siempre proponer un nuevo cdigo, unanLter)n correlacin.Sise tra-l,rsc de una inaencin radicalla transformacin hecha a partir de los est-rnulos da lugar a un modelo perceptivo que debera trastocar un mode-I, serrrhtico anterior para proponer otro en su lugar. En el caso de lasttti,t'ttciones moderadas se parte de un modelo perceptivo que es transfor-rrr.lrlc) para introducir modificaciones en un modelo semntico. Una del,rs consecuencias ms notorias de este modo de produccin sgnica es(lrl('estimula o induce al destinatario areformular sus cdigos o modelosl,t'r'ptiuos con respecto a determinados hechos o fenmenos del mundo.I '.r rrr que esto pueda lograrse toda inaencin moderada (como es el caso deIrruchas propuestas en los textos artsticos) incluye otros modos de pro-,lrccin

    "perifricos'y no

  • Rocco MaNcmnt

    producido constituye al mismo tiempo :una rplica, una estilizacin ytrna es t imul a cin Pr o gr ama d a.

    Cuando ",

    ,rruo en el transcurso de una representacin teatralpara sugerir una situacin liturgica es tanto una estimulacin programfr-da coma un patrn ficticio.

    lJna sonrisa puede ser un shttoma, una replica, una estilizacin o unaector 1...1

    TJn mapa geogrtifico es el resultado de una transformacin (a mediocamino entre ,r.u pioy"ccin y un grafo), que se vuelve una estilizaciny como tal objeto "rtpliro(Tsc, ob. cit., pg.325) (la cursiva es nuestra)'

    Los procesos snitcos son por regla general (aunque no nicamente)movimientos que generan teitos ciyas unidades Pueden estar simult-neamente hipo-o hfiercodificadas, es ecit, con mayor o menor grado deconvencion;[dad.'Et cudro de modos de produccin incluye tambinla posibilidad de recono cer no-signos, esdecir, unidades que.n0 disponen deuio n mds cdigos nl cual relacionlrlas, de tal modo que las funciones sgni-cns puedcn posularse aun cuando no existe una correlo?:" frycfica entre uni-dn,llcs tlal pi,1yn tle la expresin y del plano del contenido.'Este es uno de losrlsg()s nrs constitutivos del modelo de Eco pero menos sealados.

    l)or otra parte, la cultura determinara concretamente la aparicin defuncioncs sgnicas que debido a las circunstancias de comunicacin y aIos contextos son el resultado de la combinacin de aarios modos de pro-duccin:

    Ostensin

    I

    VReconocimiento

    ---> funcin sgnica

    La inaencin es un modo de produccin muy especial dentro del mo-,lclo. Est colocado all precisamente porque complica la teora generaly, en cierto modo,la reafirma en sus postulados fundamentales:

    a) La necesaria dialctica cdigo-mensaje y el principio de indeter-rrrinacin de la semiosis.

    b) Reformular la idea acerca de la pertinencia de la semitica en( ulnto al universo de la materia o continuumy sus lmites.

    c) Poner en crisis la nocin del signo y de cdigo.La inaencin es definida como el caso ms > de ratio dffici-

    /rs (dificqltad de reproduccin o replicacin) y donde una vez seleccio-r r,rdo vn continuum material an no segrnentado por la cultura , se sLtgiere, setttdica o seala una nueva posibilidad de forma, instituyendo al mismoIrt'mpo una nueva correlacin, un cdigo.

    Mientras en los otros tres grandes modos de produccin se reconoce, f t'algn modo (parcial o totalmente) un cdigo debase o la corresponden-r i,r entre el tipo y su ocurrencia, en las invenciones el tipo es una unidad,lt'c--ontenido (o semema) que no est preformada. Ocurre entonces que lacrpresin misma debe contener en el momento o acto de su produccin-rct'epcin algunas t para conformar un tipo o modelo per-r t'tf iuo posible, una traza que permita al intrp rete nferir el modelo de par-lrr lrr y algunas reglas de transformacin.

    Como Eco seala, en estos casos la complejidad toposensitiaa de la ex-I'n'sin requiere de una determinada colaboracin del destinatario paraI ', rcler abducir un modelo de referencia.

    La inrsencin radical supone efecfuar una transformacin sobre rn mo-,1,'lo perceptiao que induce a la modificacin sustancial de un modelo se-ttttttttico.La naencin moderada trabaja a partir de la transformacin de unrrrorielo perceptivo que preexiste, para inducir luego a cambios en un mo-, l,.lo semntico. Eco insiste en el hecho de que las inaenciones son siemprettrrtlvsflss pues deben partir de esquemas, tipos o cdigos prefigurados, !,' .rlgn modo por la culfura:

  • Rocco MNcmru

    En este esquema de la inaencin moderqdn el destinatario puede "irhacia atrs> partiendo de los artificios expresivos paT inferir el conjun-to de reglas de similitud y poder reconstruii el percepto'Para ello, las inaen-ciones moderadas incluy adems d'e trans'formaciones norsedosas otros*Attipt", modos de poduccin paralelos que puedan apoyar la inter-;;;i" (estilizacio^.r"r, patrons ficticios, estimulaciones programa-das, etc.). Es en funcin d estas combinaciones semiticrts cuando puedeprogresivamente establecerse la convencin:

    AquelloqueerauntoscocontinuumorganzadopercePtivamen-te por el pintor, poco a poco se vuelve. rganizacin. cultural delmundo. U'na funcin sgnica emerge del trabjo de exploracin y delatentativadeinstituiruncdigo,yeneseProcesode;1fblecersegcnera hbitos, sistemas de expeltativas, manierismos"' (TSG' ob' cit''

    rg. 317) (la cursiva es nuestra)'

    | ,os rlt,stitrrttrios cle las invenciones o de los textos estticos Se Perca-tiur .r trrvt,s rlc litlcllas y trazas de la expresin algo queno correspondgir .irrgtr. Itlp( (.) rnoclelc cultural ,".ot o.id o y apoyndose en 1o conoci-tl, cl.bc^ clcclucir o gbtlucir algunas reglas d trnsformacin que les per-lnita corrclrcionar progresivarente h expresiones con algunos conte-nidos.

    Los textos artsticos son un notable ejemplo de invencin porque lm-plican untrabaio semiticomuy particular, una manipulacin dela expresin

    que provoca un reordenamiento del contenido y,finalmente un cambio o

    mutacin de cdigos. Los textos artsticos producen o inducen a formu-Iar nuevas visionls del mund o'. proT)ocan, ieducen, inaitan aI lector' al es-

    pectadoq, a ejercer un trabajo,interpretalivo:or-nPlejo que r"gt*T su vi-sin sobre las cosas. Dotdo di ambigedad y autorreflexiaidad (en eImismo sentido del modelo de Roman Jt oUson y los. formalistas rusos)el texto artstico funciona en principio como "desviacin de la norma' yreclama al mismo tiempo h tencibn del intrprete sobre su misma for-ma exPresiva.

    Pero uno de los rasgos ms relevantes del texto esttico es Para el au-

    tor ln exploracin a niael"del continuum 0 msterin.La exploractt:::::'struc-tural anivel del contenido o de la forma genera nuevos espacios perti-nentes para Ia semitica. El trabajo semico qrre ejercel lgs artistas' lastendencia s, sobrelamqteria(del contenido y a",b g"qresin) es una inda-gacin constante y a varios niveles delas posibilidades mismas de segmen-

    I'liris HTRADAS, TRES sLrJETos 49

    tttcin del uniaerso de la materia. Los textos artsticos manifiestan especial-rrtcnte esa tendencia a volver semiticamente relevante cualquier anria-, tttt microestructural de la materia trabajada:

    En el texto esttico no existen variantes facultativas: cada diferenciaasumeoalor formal (en donde el trmino /formal/ debe entenderse en elsentido tcnico propuesto por la teora de los cdigos). Esto significaque tambin aquellos rasgos individuales de las ocurrencias concretasque el discurso semitico normal no toma en consideracin, asumenaqu una importancia semitica: la materia de ln sustancia signit'icante seauelae un aspecto de la forma de la expresin (TSG, ob. cit., pg. 333) (lacursiva es nuestra).

    El texto esttico produce hipercodificaciones en los planos de la expresinv tlel contenido de tal manera que la materin estara siempre disponiblel),rra convertirla ensustanciny staa su vez enforma. Eco insiste en que, du-r,rttte los procesos de produccin de textos estticos , el continuum 0 mnterin,1,' lt expresin es asitado una y otra aez para generar nuevas unidades y siste-uil$ expresizos. Finalmente, uno de los rasgos fundamentales del hacer est-I rt't r ser& para Eco, este continuo trabajo de exploracin y hnllazgo de unidades y,t:;lrot en el seno de la materia, eu tienden a ser significantes.

    Amedida que la semica se desarrolla,elcontinuutnsevuelve siem-pre ms segmentado y la experiencia esttica proporciona una oportuni-dad particularmente preciosa para la comprensin de esteproceso de orga-nizacin miuomnterial (TSC', ob. cit., pg.336) (la cursiva es nuestra).

    I I lcxto y el Lector in fabula: eI rol del intrprete

    En Lector in fabula (1979) reconstruye y aborda desde una ptica no-,,'tlt)sa el problema de Ia relacin entre el texto y el lector haciendo usoIrrrdamentalmente de la teora de los Mundos Posibles.

    Dentro de una visin fundamentalmente pragmdtica de la semitica, r,rtsider el texto como un artificio, una mdquina semdntico-pragmdtica,lrl(' requiere inevitablemente de la participacin del lector para cons-trrrit'el sentido. Las relaciones autor-texto-Iector son consideradas como, 'l,rcios de juegos interpretativos sobre la base de una o ms fbulas (ol,r,,tori fundamental) que deben ser finalmente reconocidas atravesan-lr i f 1l6fur las tramas o intrigas tejidas por el narrador.

    lr.co traza los lineamentos para una integracin de la representqcin en-t, lotdica en el trabajo de Ia cooperacin textual y elabora una teora del tex-

    rr, r f rr pueda englobar la nocin de enciclopedia. Esto es lo que considera

  • 50

    como uno de los objetivos de las teoras textuales de segunda generacinlas cuales incorporan definitivamente el componente pragmtico y eltrabajo de la interpretacin como una de las hiptesis que configura todotexto: visual, literario, musical, etc.

    Segn esta propuesta una teora semitica del texto debe incluir ade-ms de una teora de los cdigos una teora de Ia competencia enciclopdicade tal manera que pueda ofrecer un listado de las previsiones y actuali-zaciones discursivas de los lectores o destinatarios y los usos en diversoscontextos y circunstancias.

    Las teoras textuales de segunda generacin van ms all de la oraciny de la frase para tomar en consideracin lo textual dentro de una teoradel discurso que supere los lmites semnticos de los enunciados fuera decontexto. El texto, como

    "mquina o artificio semntico y pragmtico"debe incluir en su marco la informacin enciclopdica (un trazado de losposibles itinerarios interpretativos) y sta a su vez debe registrar de modonccptable una cartografa semitica de los contextos y circunstancias po-sibles de enunciacin.

    Un tcxto es un artificio sintctico-semntico-pragmtico cuya in-tt'rprt'tat'itin cst prevista en su propio proyecto generativo [...] Sin em-lrrrgo prr rclrrar esta definicin conviene representar un texto comorn sistt'nrr dc rrudos o articulaciones e indicar en cuies de esos nudossc cspcra y se estimula la cooperacin del lector modelo (Lector in fabu-ln, pg.96).

    Hay otra serie de reflexiones que derivan de esta definicin del textoy que es una crtica al modelo generativo de Greimas. Sobre todo la afir-macin de que un texto en realidad no tiene niaeles porque

    "lo que hayen 1ya ha sido generador. Lo que interesa en todo caso no es partir delesquema metatextual de niveles generativos sino explorar el moaimientoco oper atia o -int erpret ntiao del lector:

    Nosotros nos enfrentamos con el plano de la expresin textual y noest probado que las frases generativas que elegimos para actualizarlaexpresin como contenido reflejen en sentido inverso las fases generati-aas atravs de las cuales un proyecto de contenido se ha convertido enexpresin [...] En realidad la nocin de nivel textual slo puede ser unanocin terica, un esquema metatextual [...] En nuestro caso nos intere-san los moaimientos cooperatiaos que realiza el lector de un texto escrito(Lil ob. cilt.,pg.97).

    En este marco terico el juego de Ia lectura, visto como tensin dialcti-ca y ldica obra-Iector, parece siempre plantearse como un reto de antici-

    Rocco MeNcmnt I'IiEs IrmADAS, TRES SI,IIETOS

    l)rciones, acoplamientos y retardos entre 1o que Eco denomina los tresniveles de las intenciones del texto: intentio autoris, intentio textualis, inten-lio lectoris, las intenciones del autor, las intenciones del texto, las intencio-ncs del lector.

    El texto contiene las cartografas codificadas de un autor modelo y dettrlector modelo, nociones homlogas a las de autor implcito y lector impl-, ifo de Wayne Booth. Es ms: est hecho de esta cartografa. En este sen-ticlo todo (casi todo lo necesario) est dado en el texto y le toca al lectorru'cptar el juego, el riesgo o el placer de internarse en el bosque narratiuo conl.r finalidad de poder capturar y actiaar el sentido.

    Pero a diferencia del modelo cannico del texto en la ptica greima-:;iirnd, la lectura no es (al menos necesariamente) la llegada tout court atta estrtctura minimal de la significacin.Indirectamente Lector in fabula est.rmbin una propuesta de comprensin del fenmeno textual casi com-rletamente opuesto a la idea de una hermenutica radical como inter-lrretacin infinita y no sujeta a cdigos. Eco retomar este tema enLos L-ttifes de la interpretscin.

    El movimiento interpretativo de Eco no est construido sobre el mo-.lelo de la trascendencia del signo ni tampoco sobre nociones cercanas al deriuas derridianas, sino sobre el problema de la interpretacin comorrrovimiento abductiao del lector modelo. Es una visin pragmtica y pro-t Nal del texto ms que semntica y sistmica o hermenutica en sentidor',rdical. Por otra parte, se recurre a la nocin de mundo posible pero en-It'ndida como un proceso de significaci1n interna a ls semiosis y nor't)rro correspondencia del texto con estados de cosas del mundo real: Iosl)crsonajes, sus propiedades, sus objetos y espacios, conformanmundostttttueblsdos o small worlds, previamente delimitados por la verosimili-ttrd del texto mismo.

    El lector emprico y real debe confabularse con las tramas del texto alr"rvs de un movimiento interpretativo que implica la aceptacin de unIt'ctor modelo,implcito de antemano en la estructura texfual. Al

  • EsrnucrunsIdeolgicasActancialesDiscursivasNarrativas

    Muloos PoSIBLESI

    YPnsusloNEs Y

    PASEOS INFERENCIALES

    Cttnu;cx Y sutlcotcos(('ompctencia enciclopdica)

    52 Rocco MNcreru

    Estensin

    das y reordenadas porel lector confabulado y, por otro lado, es tambin un

    espacio donde siiueganecesariamente a hs nticipaciones y los retardosespaciotemPorales.

    En un "rquunru

    simplificado podramos caractetizar estas ttfasestt o

    momentos de 1o que Ec denomina como cooperacin textual:

    Eco utiliza un texto noaelesco paraejemplificar el uso de este modelo(Lln clrnme bien parisiende Atphonse Aliais) p"to-podramos utilizar otrotipo de texto con una sustaniia diversa, una ciudqd como texto:

    Una ciudad, un espacio urbanopueden considerarse como texto y e|usuario o visitante de esta ciudad como lector emprico (nosotros como,"r"r r"ul"s).En seguida, si somos turistns que Por?rimera vez la visi-tamos, recurrimos a una suerte de con un lector

    modeloq,,"p'oponeesaciudad:esteseraaquelquedecideadquirirprogr"rirru*enie la serie o conjunto de datos, informaciones/ maPas,nombres, etc., que le permitat hu.", ciertos recorridos,llegar a algunos*orrrr*"ntos, reconocer sitios, reconocer estilos arquitect--nicos, mover-se con relativa facilidad entre ia trama de la ciudad. Decide Pues, expl-

    cita o i*fti.itu*"nte adquirir una competencia enciclopdica (cdigos ysubcdigios de .,usoo de eia ciudad) que le permitan desplazarse'inter-pretar la"ciudado un sector urbano. Cmo sbemos, las ciudades dispo-

    nen para ello de un conjunto de metalenguaies (mapas, nombres, avisospublicitari*,

    -uqrr"tas de museos, foto"grafas, discursos orales' etc')'

    Er., "rt"

    u soia manifestacin textual io "t lineal

    como en 1a novela

    sino que tiene varias dimensiones: en principio cuatro,las tres dimen-

    siones J"iurpu.io contenidas y dosificadas Por la formaarquitectnica y urbana. El lector puede, cooperando, formarse unaimagen del autor modelo o implcito reconducible a la idea de estilo otendencia (en este caso estilos y tendencias arquitectnicas y urbanas).Laciudad-textole oculta y le muestra por partes un conjunto deinforma-ciones sobre el emisor del mensaje (epocales, sociales, histricas) y aspredetermina su lectura a travs de circunstancias de enuncincin.

    l)rndo un paso adelante, vinculando la teora del texto con la teora, 1,. los modos de produccin, este lector in fabula de la ciudad debe reco-tt,,t t't', ostentar,replicar e inaentar funciones sgnicas a medida que se desa-rrr,ll.r su itinerario. Realiza:ut trabajo de produccin, de reconocimiento'

    nr\'('nCin de signos.I'oco a poco (asciende, hacia las fbulas urbanqs y reconoce topics eli-

    f 'l,.lf (lo algunas isotopas en vez de otras: comenzar por el recorrido iso-r' )l )('() de la ciudad gastronmica y luego seguir con la ciudad secreta o la' ttttltttl rle los mercados. Finalmente si coopera con el texto-ciudad podrt, rr 1rr" una idea global de la estructura de la ciudad como contenido:larr,rnlrrdr con una etiquetn proaisional como ciudad de las luces o ciudadrr.r t'lisiC o ciudad del mar. Si prosigue con la densidad de inferencias yrl

    ', lr rcciones ser capaz incluso de percibir la

    "ideologa" de esa ciudad,, lr'r , scmejante a lo que la cultura alemana denomin a el zeitgeist, el signi-

    r, ,rr l() de la ciudad como lugar. Ya no seruna ciudad turstica cualquie-!,r ',nl() eSA CiUdad.

    t,t r r r lcrpretqcin y sus lmites

    l'rrtiendo de una idea del texto como artificio, como mundo ficcional,'r,' tlcmarca sus lmites interpretativos, se construye un discurso que, ,

    ' r I I r',rsta en cierto sentido las teoras texfuales apoyadas en la nocin de

    .t, tt,,it radical. Concepto que podemos ubicar en las propuestas de jac-, t, i, :; l)errida y algunas tendencias de la cultura postmoderna entre fina-1,. , , lt' los 70 y los 80.

    l,rr contra de una hermenutica radical del texto, entendida como' '

    ttrlitritA e inconmensurablemente incontrolada posibilidad de lectura e in-, ,t,,,'tttcin, se repropone ms bien un modelo que promueve una se-, ,, ,l(' interpretaciones en vez de otras. En este sentido Eco vuelve,rr'rL'd@uticamenterr a la necesidad de valorar Ia semntica de pri-

    ,,i, r lrivel o denotatiua del texto, criticando todas aquellas propuestas

    53

  • 54 Rocco Maxcmru

    6. El lector debe ,Jrp"nut que ada lnea esconde un secreto' Las palabras esconden lo no dicho'

    T.Ellectorrealeselquecomprendequeelsecretodeuntextoessvaco.

    que saltan inmediatamente al nivel connotatiao o Peor an, a las teo-ras hermenuticas radicales que sin atender las marcas o de estructura con el

    "temPoral" de historia y de cultura.

    ! tr tttopa de las lenguas perfectas

    Entre 1,990 y 7992 conduce una investigacin sobre los proyectos de, ( )nstruccin de una lengun perfecta en el contexto cultural de Europa,,lt.sde las primeros documentos que hablan de ,,lenguas nacionales enro-l)(..rs>>r los Serments de Srasbourg (842 d.C.) y la Carta Capuana (960 d.C.)lr.rsta los proyectos de finales del siglo xuII.

    Eco historicizatodo el amplio debate que se desarrolla a partir de las, I r versas (y a veces opuestas) interpretaciones sobre el Crdtilo de Platn y,.1 rclato bblico del Gnesis acerca de Ia nominacin del mundo y de los'.r.r'rs. En una palabra, el origen del lenguaie y su valor como signo.

    Se abarca todo un amplio espectro de proyectos de lenguas perfec-r,rs: desde el debate sobre el lenguaje y la convencin en el pensamientor,ricgo antiguo hasta las doctrinas de lenguas universales en el Barroco,l,,rsando por la semitica cabalstica, el humanismo neoplatnico del Re-,',r,'imienlo,las lenguas mgicas de los rosacruces, los proyectos de Wil-I rrrs )z Francis Bacon.

    Eco muestra cmo Europa, nacida a partir de un ncleo unitario de, ultura (el modelo grecolatino) enfrenta gradualmente la fragmentacin, tr, lr lengua y de los estados nacionales. En este punto Europa redescu-

    55

  • 56 Rocco MeNcmru

    bre el mito de la Torre de Babel e inicia la bsqueda de un sistema de co-municacin uniaersal a travs de dos movimientos o estrategias' hacia .,loaltor, intentando redescubrir la lengua hablada por Adn o "hacia ade-lante>, construyendo una lengua racional que Posea los rasgos de la per-feccin perdida de esa lengua primigenia-

    Lo que permite esta bifurcacin es precisamente la ambigedad in-terpretatirru d"l texto del Gnesis (punto de partida del proyecto lingsti-,to-Ltpirode la cultura occidental): ste promueve precisamentepensar eIIenguaje como artificio que nace ad placitum, y al mismo tiempo prefigu-ruti" la idea de un lengiajeprimigenio y

    "divino> cuyos nombres (sonido,sintaxis, morfologa) seran acordes o consustanciales a Ia misma natura-leza de las cosas y su.es nombrados. Lateralmente toca una problemti-ca actual aunqueno 1o parezca, pues de hecho el probleml de la inter-pretacin textual cotts*a an esta dicotoma si bien bajo formasi'rrrurrur. No es difcil reencontr ar, balo los metadiscursos actuales de al-gunas hermenuticas-hermticas del texto o de la literatura/ un concep-io de potica cercano a la postura de Hermgenes o a la de Crtilo: es de-cir, el lenguaje como convencin humana (nomos) o como expresin dela naturaleza de la cosa nombrada (physis).

    Todos los proyectos de la cultura occidental ocupados en el hallazgode una lengui perfecta o de cdigos secretos y uniuersales seran proyectosculturaler ! titrgsticos basados en la teora de Crtilo (referidos al rela-to bblico-cristiano) o a la imagen de Adn como notnoteta, como Posee-dor de una lengua primigenia, reveladora de la esencin de las cosas. Acasono se consider an al poeta, al discurso potico, como viaje hermenu-tico-hermtico que nos conduce al encuentro de esa ocultn aerdad del len-guaje, al poeta que er, determinados momentos es el nico capaz de reae-lqrnos el misterio, el secreto oculto tras la

    "cifra>?Eco muestra indirectamente cmo la estrate