universidad de tarapaca - sb.uta.clsb.uta.cl/libros/dossiergeogafíazonasÁridasymontañas-1.pdf ·...
TRANSCRIPT
1
UNIVERSIDAD DE TARAPACÁ
“GEOGRAFÍA DE ZONAS ÁRIDAS
Y DE MONTAÑAS”
Alejandro Tapia Tosetti
Facultad de Educación y Humanidades
Departamento de Ciencias Históricas y Geográficas
Arica-Chile
2014
2
Índice
Presentación 4
Programa de la Asignatura 6
1 Introducción a la Geografía de las zonas áridas y de montañas 9
1.1 Regiones áridas y de altura como tierras marginales 9
Actividades de Aprendizaje 11
2 Las Tierras Áridas: Aridez, causas y distribución 13
2.1 La aridez y tipología 13
2.1.1 La aridez 13
2.1.2 Tipos o grados de aridez 14
2.1.3 Superficie de las zonas áridas en el mundo 16
2.2 Causas que originan Zonas Áridas 17
2.2.1 Circulación General Atmosférica y Altas Presiones Tropicales 17
2.2.2 Corrientes Marítimas Frías en bordes orientales de los Océanos 18
2.2.3 Efecto de barrera montañosa 20
2.2.4 Continentalidad 20
2.3 Variedades climáticas de Zonas Áridas 21
2.3.1 Climas Desérticos 21
2.3.2 Desiertos Cálidos 22
2.3.2.1 Desiertos Subtropicales 22 2.3.2.2 Desiertos Costeros 23
2.3.3 Desiertos de la Zona Templada 24
2.3.4 Distribución de los desiertos en la Tierra 25 Actividades de Aprendizaje 27
3 Características predominantes de las zonas áridas 29
3.1 Procesos morfoclimáticos de las zonas áridas 29
3.1.1 Hidrografía de las Regiones Áridas 29
3.1.2 El modelado de las regiones áridas 30
3.1.2.1 Temperaturas 30
3.1.2.2 Acción del Viento 31
3.1.2.3 Acción de las aguas episódicas 34
3.2 Vida silvestre en Tierras Áridas 35
3.2.1 La Vegetación de las Zonas Áridas 35
3.2.2 Fauna de las Zonas Áridas 37
Actividades de Aprendizaje 38
3
4 El Hombre en las Zonas Áridas 40
4.1 Distribución de la población y actividades económicas 40
4.2 Sistemas de uso de la tierra en zonas áridas 42
Actividades de Aprendizaje 45
5 Desertificación en tierras secas 47
5.1 La Desertificación 47
5.2 Causas de la Desertificación 49
5.2.1 Causas Naturales de la Desertificación 49
5.2.1.1 Cambio Climático 49
5.2.1.2 Escasez de agua 50
5.2.1.3 Retos Energéticos 51
5.2.2 Causas y Prácticas Antrópicas de la Desertificación 52
5.3 Consecuencias de la Desertificación 54
5.4 Medidas contra la Desertificación 57
5.4.1 Países afectados por la Desertificación 58
5.4.2 Los caminos de desarrollo en Tierras Secas 60
Actividades de Aprendizaje 62
6 Las Montañas 64
6.1 La montaña y sus características naturales 64
6.1.1 Origen de las montañas 65
6.1.2 Tipos de Montañas 66
6.1.3 Complejidad geológica y geomorfológica 70
6.1.4 Los climas de montaña 71
6.1.5 Dinámica geomorfológica de las áreas de montaña 73
6.2 Uso antrópico de la montaña 74
6. 2.1 Mirada geoecológica sobre la montaña 75
Actividades de Aprendizaje 77
7 Las Tierras Áridas y de Montaña en el Norte de Chile 78
7.1 El medio natural 78
7.2 Uso de la tierra en el extremo árido norte de Chile 79
Actividades de Aprendizaje 80
Evaluaciones Desarrolladas 83
Bibliografía 91
Anexos 95
4
Presentación
El presente dossier constituye un expediente conformado por un conjunto de
material docente de apoyo a la asignatura “Geografía de las Zonas Áridas y de Montaña”,
que se imparte a los alumnos de Historia y Geografía Ingreso Común de la Universidad de
Tarapacá.
La asignatura señalada, de acuerdo al Plan 2005 en vigencia, corresponde cursarla a los
estudiantes durante el séptimo semestre lectivo de dicho plan. El curso contempla el
estudio de problemáticas globales, regionales y locales atingentes a diferentes espacios
áridos y de altura existente en el planeta; se trata de áreas geográficas que se caracterizan
por sus condiciones de fragilidad ambiental y de difícil habitabilidad para la población que
en ellas se asientan. En estos espacios destaca el papel desempeñado por las sociedades
humanas que las habitan, debido a que en un proceso de interrelación permanente con el
medio natural han instituido en estos lugares sus propios sistemas socioecológicos que
reúnen la sociedad y el medio. En estos lugares, como resultado de una construcción social,
los espacios naturales pasan a constituirse en el espacio de vida, en el territorio de cada
sociedad que los habita.
El dossier aborda desde la óptica de la geografía regional, el reconocimiento de
diferenciaciones internas en el conjunto de las tierras áridas, así como de las montañas,
distinguiéndose espacios de mayor rigurosidad en sus condiciones respecto a otros más
bonancibles, destacando además el hecho que no obstante las condiciones ya señaladas de
estas tierras, constituyen el hogar y/o influyen sobre la vida de porcentajes muy
significativos del total de la población mundial, puesto que alrededor de un quinto de esta
vive en sectores montañosos o en sus borde y aproximadamente la mitad depende de los
recursos hídricos que proporcionan las tierras altas, a su vez cerca de doscientos millones
de personas viven en regiones áridas, pero alrededor de dos mil millones lo hacen en tierras
que, sin constituir desiertos, son deficitarias en la disponibilidad de agua.
Se busca subrayar entre los contenidos del presente dossier los procesos naturales y
antrópicos, que tienen lugar es estos espacios, buscando reconocer las especificidades de las
relaciones hombre – naturaleza que se traducen como expresión en un paisaje geográfico
determinado.
El espacio regional ariqueño desde el ámbito geográfico físico se encuentra bajo
condiciones de dominio de la aridez y su parte oriental conformada por relieves de gran
altitud, de manera que conforma uno de los espacios representativos a nivel mundial de la
conjunción desierto y montaña en el que se pone de manifiesto el papel desempeñado por
las sociedades originarias, que a lo largo del tiempo y como resultado de su permanente
interrelación con el medio natural han desarrollado estrategias territoriales de adaptación
que consideran las diferentes potencialidades y limitaciones del medio, han reconocido los
5
mecanismos y procesos que tienen lugar él, y al mismo tiempo han sido capaces de llevar
a cabo un uso y manejo productivo de los recursos disponibles en la región. En este espacio
desértico y de montaña destaca también la consideración de aspectos subjetivos de la
relación de los habitantes con su territorio que se traducen en un fuerte sentido de
pertenencia y de identidad regional.
El trabajo de dossier incorpora el Programa de la Asignatura, que reúne los estándares y
los contenidos necesarios para que los futuros profesionales adquieran los conocimientos y
desarrollen habilidades en el abordaje de los diferentes contenidos involucradas en la
asignatura, que incluyen las características y dinámicas del espacio geográfico árido y de
montaña a distintas escalas, las relaciones de las sociedades humanas entre sí y con el
entorno propio de éstos espacios, así como para lograr el dominio de herramientas propias
de la disciplina a ser aplicadas en el ámbito espacial considerado.
El contenido del trabajo entrega una visión introductoria respecto a los espacios áridos y de
montaña como tierras con limitaciones medioambientales en el contexto planetario y los
problemas asociados a su explotación; para enseguida tratar los aspectos propios de las
zonas áridas, destacándose en especial el fenómeno de la aridez y sus causas, los procesos
predominantes y el papel del hombre en estos espacios. Importancia especial adquiere el
tratamiento del principal problema a que se encuentran sujetas las tierras secas, como es el
proceso de desertificación, complicación que fundamental mente se debe a la degradación
que sufren desde el punto de vista productivo, tierras que deben sustentar las condiciones
de vida de sus habitantes, considerándose medidas para su superación. Las tierras altas se
abordan destacándose sus particularidades orográficas y geomorfológicas, y desde una
mirada geoecològica se considera el uso de sus recursos y la dinámica transformadora de
sus habitantes.
Finalmente se trata la condición árida y de montaña de la región del extremo norte del país,
en particular el medio físico y antrópico, así como los diferentes procesos que surgen
producto de los cambios a que está sometido el territorio ariqueño.
6
NOMBRE DE LA ASIGNATURA: GEOGRAFIA DE ZONAS ARIDAS Y DE
MONTAÑAS
AREA DE FORMACION: ESPECIALIDAD
SEMESTRE CURRICULAR: SEPTIMO
Nº DE HORAS SEMANALES: CUATRO HORAS
PRE-REQUISITOS: NO TIENE
COMPETENCIAS:
Al término del curso el alumno o alumna será capaz de:
Comprender la dinámica propia de los espacios áridos y de montaña, tanto desde el punto
de vista natural como humano.
Reconocer las particularidades de los fenómenos geográficos propios de espacios de
fragilidad y de condiciones hostiles para la ocupación humana.
Explicar los factores que influyen para la conformación de la aridez a nivel Planetario y
en espacial en la zona norte del país.
Valorar el manejo de los espacios desérticos y de altura de los Andes centrales realizado
por poblaciones originarias.
Reconocer las interrelaciones tanto en el ámbito natural como humano entre la montaña y el
área desértica costera en el extremo norte del país
CONTENIDOS BASICOS:
- Introducción a la Geografía de las zonas áridas y de montaña
- Las zonas áridas: causas que las originan y localización en el planeta.
- Clasificación climática de las zonas áridas
- Tipos de desiertos que se distinguen, características predominantes.
- El hombre en las zonas áridas. Su distribución en las regiones secas.
- Actividades económicas y Uso de las tierras áridas.
- La Desertificación: causas y consecuencias. Medidas para su control
- Las Montañas: Definición, origen y tipos montañas
- Las características de la montaña: la dinámica geomorfológica, complejidad
geológica, diversidad de ambientes
- La mirada geoecológica en la transformación y explotación del territorio.
- La alta montaña y la montaña media y baja. Escalamiento altitudinal de pisos.
- Aridez y montaña en el extremo norte de Chile. El medio físico y uso del territorio
UNIVERSIDAD DE TARAPACA
FACULTAD DE EDUCACION Y HUMANIDADES
DEPTO. CIENCIAS HISTORICAS Y GEOGRAFICAS
7
ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE
Entre las actividades de aprendizaje se incluyen: clases expositivas, trabajos de taller,
salidas a terreno, trabajos de investigación grupal y exposición de resultados.
BIBLIOGRAFÍA
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA
Cunill, P. La América Andina. Editorial Ariel. Barcelona 1978.
Strahler, A y A. Strahler Geografía Física. Editorial Omega. Barcelona. 1994
Morales, C. Pobreza, desertificación y degradación de los recursos naturales.
Cepal. Santiago. 2005
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
Álvarez, L. Etnopercepción andina: Valles Dulces y Valles Salados. Rev.
Diálogo Andino. UTA.
Baker, P. Población humana e interacciones con la biosfera en los Andes
Centrales. UNESCO/PNUMA.
Camino, A. Tiempo y Espacio en la estrategia de subsistencia andina: Un
caso en las vertientes orientales sudperuanas. En: El hombre y
Ambiente en los Andes Centrales. Senri Ethnological Studies
Nº10. Osaka, Japón. 1980
Flores Ochoa, J. Pastores de Puna. Inst. Estudios Peruanos. Lima. 1977
Funnell, D. Mountain geography: a review. The Geographical Journal,
2003
Gómez E. y A. Little. Geoecología de Los Andes. Las Ciencias Naturales como
base para la planificación de las investigaciones” En
Una Visión General de la Región Andina. Informe de los
Conocimientos actuales de los ecosistemas andinos.
UNESCO/PNUMA. 1984.
Huss, Donald La Desertificación y sus causas. Fao. Santiago. 1993
Lauer, W. Human Development in the Andes: A Geoecological Overview.
Mountain Research and Development. 1993
Little, M. Poblaciones Humanas de Los Andes. Las Ciencias Humanas
como base para la planificación de las investigaciones.” En
una Visión General de la Región Andina. Informe de los
conocimientos actuales de los eco-sistemas andinos.
UNESCO/PNUMA. 1984.
8
Murra, J. El control vertical de un máximo de pisos ecológicos en la
Economía de de las sociedades andinas” 1972
Padilla, S. Manejo Agroforestal Andino. Proy. FAO-Holanda. Quito 1995
Ruiz, J.M. Geoecología de Montaña. Geoforma Ediciones. 1990
Troll, C. Las culturas superiores andinas y el medio geográfico.
Allpanchis Nº 15. Cusco. 1980
Weischt, W. Las condiciones climáticas del Desierto de Atacama como
desierto extremo de la tierra” . Norte Grande Vol. I Nº 3-4.
1975
9
UNIDAD I
1 Introducción a la Geografía de las zonas áridas y de montañas
Esta unidad aborda aspectos generales de los espacios áridos y de montaña del
planeta, que tienen relación con la condición de tierras marginales, lo que se asocia a
limitaciones naturales que presentan para el desarrollo de la vida, tanto para las especies
animales y vegetales, como para la población humana que en ellos se asienta.
A partir de los aspectos considerados en esta unidad los alumnos estarán en condiciones de
comprender la concepción de espacio geográfico como resultado de la interacción entre la
sociedad y el medio y reconocer las particularidades de los fenómenos geográficos propios
de espacios de fragilidad (tierras áridas y montañas) y valorar la labor llevada a cabo por las
sociedades que han dado vida a sus territorios a partir de estos espacios naturales.
Tema 1
1.1 Regiones áridas y de altura como tierras marginales
Las limitaciones medioambientales que se manifiestan y acentúan en estas áreas, no
impiden la existencia en estos lugares de vida vegetal y animal, como la presencia
sociedades humanas que al asentarse, debieron adaptarse a las dificultades que les imponen
la rigurosidad de la naturaleza en estos espacios, que se manifiestan entre otros aspectos,
en el déficit de recursos hídricos existente en los desiertos, y en la severidad que expresan
las bajas temperaturas y las fuertes pendientes que se presentan en los relieves de gran
altura. Los cambios naturales y humanos ocurridos en estos sectores han introducido
mayores dificultades a las distintas sociedades, en el uso y manejo de los recursos escasos,
las que deben afrontar con mayores esfuerzos su avance hacia alcanzar una mejor
condición de vida.
.
Las zonas áridas, comúnmente denominadas desiertos, y las áreas de montañas
corresponden a espacios que cubren una parte muy significativa de la superficie terrestre.
Se trata de regiones que escapan de las regularidades climáticas y geomorfológicas que
entrega la zonalidad característica del planeta.
Se les ha catalogado como tierras marginales al comparar sus condiciones de habitabilidad
con otras zonas nucleares del planeta que destacan por presentar escenarios ambientales
más adecuados para su poblamiento, lo que queda demostrado por las altas densidades de
habitantes que presentan y por la explotación intensiva de los recursos de los que se
encuentran dotados.
No obstante las limitaciones que presentan, las áreas desérticas y los espacios de montaña
presentan importantes porcentaje de la población del mundo, la que, a lo largo del tiempo,
10
al asentarse en estos lugares, los han transformando en sus territorios, desde el momento
que han sido capaces no sólo de adaptarse a la condiciones que el medio les presenta, si no
que lo usan y manejan y son capaces de organizar el espacio obteniendo provecho de él.
Sin embargo, se trata de tierras frágiles, que poseen una lenta capacidad de recuperación
ante el desarrollo de actividades humanas de intervención en el medio, centradas en la
agricultura y ganadería; en general se trata de regiones que alcanzan bajos niveles de
productividad debido limitaciones ligadas a las condiciones climáticas predominantes y
por ello estas tierras presentan restricciones respecto a la masa de población que pueden
sustentar, de acuerdo a los recursos disponibles.
Por efecto del gran crecimiento experimentado por la población humana y de los cambios
en los sistemas de utilización del suelo que tal situación conlleva y debido a la mayor
demanda que se debe sostener, en muchos sectores se han utilizado métodos inadecuados
de explotación de la tierra, que han llevado al rápido deterioro del paisaje, la vegetación y
la capa superficial del suelo en estas regiones marginales donde es mucho más difícil
restaurar la fertilidad y la productividad que en otras áreas más favorecidas. Actualmente,
casi todas las tierras marginales del mundo se hallan amenazadas y es una tarea cada vez
más ardua asegurar el mantenimiento de su productividad biológica a largo plazo, situación
que se hace más apremiante si consideramos el hecho que en estas regiones se encuentran
los países más pobres del mundo que ven amenazada la supervivencia de sus poblaciones.
Debido al aumento de la población, el cambio en la cubierta de la tierra y el cambio
climático global, se prevé que aumente la escasez de agua en las regiones ya secas.
Organismos internacionales como la FAO han establecido que desde el año 1960 al 2000,
el uso mundial de agua dulce (tierras secas incluidas) se expandió a una tasa promedio de
25% por década. La disponibilidad en las tierras secas se prevé que disminuya más allá de
la media de 1.300 metros cúbicos por persona al año, valor que se encuentra por debajo del
umbral de 2.000 metros cúbicos requeridos para el bienestar humano mínimo y el
desarrollo sostenible.
El aumento del estrés hídrico deberá dar lugar a una reducción de la productividad de las
tierras de cultivo y la disponibilidad de agua dulce, lo que resulta en un mayor impacto
negativo en el bienestar humano en las tierras secas. También las montañas se encuentran
sometidas a cambio de índole natural y humanos que se relacionan con el cambio climático
global y la pérdida de la vegetación y de los suelos debido a prácticas agrícolas y forestales
inadecuadas y a la acción de industrias extractivas. Las especies vegetales de montaña que
están adaptadas a rangos relativamente estrechos de temperatura, altitud y precipitación,
cuando sufren perturbaciones las que se muestran agravadas por la existencia de fuertes
pendientes y suelos delgados, presentan lenta recuperación y aún en ocasiones no se
produce.
11
Se ha reconocido que el riesgo de degradación de la tierra es mayor en las tierras
semiáridas, donde tanto la sensibilidad a la degradación y la presión de la población se
acentúa ante variabilidades y cambios en las condiciones climáticas, produciéndose
pérdidas de productividad que conducen a migraciones de la población afectada.
El extremo norte del país, región Arica-Parinacota, presenta como base física natural un
espacio constituido por lo que puede denominarse tierras marginales, como son las áreas
desérticas que cubren la parte central y occidental de la región y la montaña que comprende
el sector oriental, montaña que en éste caso también de inserta en la categoría de tierra
árida, aún cuando la ocurrencia de precipitaciones estivales la distinguen climáticamente
respecto al resto de la región que presenta condiciones de hiperaridez
La montaña en este caso cumple un papel fundamental para el poblamiento en la región,
pues al favorecer la ocurrencia de lluvias estacionales, se constituye en la fuente del recurso
hídrico que escurre tanto superficial como subterráneamente hacia el litoral, hace posible la
formación de ríos aloctonos que teniendo sus nacientes fuera del área desértica
propiamente tal logran presentar escurrimientos importantes para la actividad agrícola,
para el uso industrial y doméstico.
A semejanza de las situaciones que ocurren en otros sectores desérticos y de montaña del
mundo, también en el norte del país existe gran presión sobre las disponibilidades de agua
debido al aumento de la demanda por parte de las diferentes actividades que se asocian al
crecimiento de la población, como el mayor crecimiento y desarrollo de centros urbanos
en el litoral, incorporación de nuevos suelos a la actividad agrícola en valles costeros,
surgimiento nuevos proyectos extractivos minero en la zona e instalación de nuevas
actividades industriales.
Actividades de aprendizaje
Lectura, análisis y comentarios sobre los planteamientos presentados en los tres
documentos que se señalan a continuación. Los alumnos en un informe escrito destacarán
la posición de los autores respecto a sus respectivas miradas en cuanto a la situación actual
que viven las sociedades que habitan espacios de montaña y tierras áridas en su relación
con el mundo exterior y las perspectivas futuras que ellos visualizan, entregando, al
finalizar conclusiones personales sobre las situaciones consideradas.
Carta de las Poblaciones de Montaña del Mundo
En:www.condesan.org/aimlac/DeclaracionQuito.pdf
Bruno Messerli y Edwin Bernbaum: “Promoción e integración de la educación, la ciencia y
la cultura en el desarrollo sostenible de las montañas” En:
http://www.infoandina.org/sites/default/files/publication/files/educacion_ciencia_montanas.
12
Julia Martínez Fernández “Agua y sostenibilidad: algunas claves desde los sistemas áridos”
En: http://polis.revues.org/5096
13
UNIDAD II
2 Las Tierras Áridas: Aridez, causas y distribución
En esta unidad se destaca la aridez como condición que presenta sectores del
planeta, las causas que las producen y niveles que se reconocen. Se consideran las diversas
situaciones que favorecen la acción de los procesos que actúan para la formación de
espacios áridos en determinadas zonas del planeta, lo que determina la diferenciación de
las áreas desérticas desde el punto de vista climático, distinguiéndose variedades desde el
punto de vista térmico y de humedad.
A partir de los contenidos tratados en la unidad, los alumnos estarán capacitados para
explicar aspectos relevantes del medio natural en zonas áridas sobre el que se construyen
espacios geográficos específicos, explicando los factores que influyen para la conformación
de la aridez a nivel planetario.
Tema 1
2.1 La aridez y tipología
A nivel del planeta se reconoce la presencia de grandes espacios que se caracterizan por su
condición de aridez, noción que define el estado de ausencia o escasez lluvias. Tal
condición implica la existencia de déficit de humedad ambiental entre los valores de agua
caída y los de evaporación en dichas regiones. Se reconocen grados diversos de aridez en
base a la relación precipitación y evapotranspiración potencial de un área específica.
2.1.1 La Aridez
Como norma general se reconoce como región árida, aquella que presenta menos de 250
mm de agua caída al año. Se consideran en éste tema los aspectos planetarios, circulatorios
oceánicos y atmosféricos que intervienen en la creación de condiciones de aridez.
- El concepto de aridez aparte de considerar los bajos montos de agua caída, tiene presente
aquellos factores que limitan el aprovechamiento efectivo, por parte de la vegetación, del
agua precipitada, entre ellos destacan los valores térmicos que influyen fuertemente en la
intensidad de la evaporación, así como la participación de la frecuencia con que se
manifiesta el viento que también favorece la desecación del medio.
- El tipo de precipitación también interviene en la consideración de la aridez para un sector
determinado, puesto que la forma en que estas se manifiestan pueden favorecer tal
condición, así sucede en regiones en que se presentan caídas rápida, corta y fuerte de lluvia,
(aguaceros), distanciadas en el tiempo e irregularmente; a diferencia de lugares que
14
presentan promedios de agua caída semejantes, pero las lluvias son más regulares, menos
concentradas y mejor distribuidas en el tiempo lo que les permite burlar la condición de
aridez.
- Aparte de los aspectos climáticos, la aridez considera aspectos biológicos e hidrológicos,
como sucede con el hecho que en tales espacios existe la imposibilidad de que se origine un
tapiz continuo de vegetación, y se carezca de escurrimientos permanentes de agua
superficial.
- El papel fundamental para la determinación de la condición de aridez lo desempeña el
vapor de agua, gas variable que se presenta en la atmósfera. Su proporción y cantidad varía
de un lugar a otro debido a la desigual distribución de aguas, tierras y temperaturas en la
superficie de la Tierra, lo que influye en el proceso de evaporación, mecanismo que
favorece la incorporación de vapor de agua a la tropósfera.
- La circulación de vientos próximos a la superficie terrestre participan en la distribución de
la humedad a nivel planetario, sin embargo no se logra alcanzar una homogeneidad en los
valores en que se presentan, de allí que en los distintos continentes existen grandes
sectores en los que se distinguen condiciones deficitarias en la dotación de humedad,
elemento responsable de la lluvia como fenómeno hidrometeorológico.
2.1.2 Tipos o grados de aridez
Aún cuando no existen consenso respecto a límites definidos, se consideran como tierras
áridas aquellas áreas donde el promedio de lluvias es menor que las pérdidas potenciales de
humedad producidas a través de la evaporación y la transpiración.
De acuerdo con el Atlas Mundial de Desertificación (UNEP, 1992), las tierras áridas
presentan una relación menor de 0,65 de precipitación anual promedio (P) respecto a la
evapotranspiración potencial (ETP).
La evotranspiración potencial, es la suma de la evaporación en cuerpos de agua y suelo y la
transpiración de las plantas hacia la atmósfera
- En aquellas zonas en que prevalece el déficit de agua a lo largo de todo el año, las tierras
áridas son clasificadas como extremadamente áridas o hiperáridas, mientras que cuando así
ocurre durante la mayoría del año se catalogan como regiones áridas, o, semiáridas.
15
Figura 1. Gráfico de evapotranspiración
- La aridez se evalúa sobre la base de las variables del clima (conocida como índice de
aridez), o de acuerdo con la FAO, sobre la base de la cantidad de días en que el balance de
agua permite el crecimiento de las plantas (estación de crecimiento). El índice de aridez
utiliza la relación P/ETP para clasificar las tierras áridas en hiperáridas, áridas, semiáridas y
secas subhúmedas.
Fuente: FAO
Cuadro 1. Categorías de tierras áridas
- Las características básicas de las categorías de tierras secas que se distinguen se
relacionan con la acción ejercida por la evaporación.
- Sectores semiáridos, presentan un manto de agua subterránea temporal, con vegetación
del tipo esteparia en la que las distintas especies se agrupan dejando espacios libres y por lo
tanto sin cubrir con un manto continuo el suelo del sector. Esa áreas semiáridas o también
llamados semidesérticas se ubican en los borde de los territorios francamente áridos.
16
- Sectores áridos, en general no presentan precipitaciones, aún cuando pueden existir
lluvias esporádicas, muy variables e irregulares. La vegetación puede presentarse sólo en
ocasiones propicias y por ello es muy escasa en estos territorios.
- Sectores hiperáridos, llamados también desiertos absolutos. En ellos hay una carencia
total de precipitaciones, situación que puede presentarse durante varios años seguidos. Las
masas atmosféricas se caracterizan por ser muy secas, cuestión que explica las fuertes
fluctuaciones térmicas que se presentan entre el día y la noche. Puede existir algunas
especies vegetales poseedoras de grandes raíces pivotantes que arraigadas en el fondo de
quebradas pueden captar algunos recursos freáticos existentes.
El Atlas Mundial de la Desertificación, PNUMA 1997, clasifica a su vez las Tierras Secas
en cuatro categorías, acorde a los valores de agua caída:
- Hiperárido: Define aquellos ambientes que se caracterizan por una gran sequedad
de la atmósfera y una extrema escasez o ausencia de lluvias, una hidrografía
vestigial o ausente, y una cobertura vegetal poco desarrollada o inexistente
- Árido: sectores en los que la condición climática se encuentra determinada por una
precipitación inferior a 200 mm al año
- Semiárido: en ellos las precipitaciones no sobrepasan los 500 mm/año (lluvias de
invierno),o los 800 mm/año (lluvias de verano)
- Subhúmedo seco: Los clima están caracterizado por un régimen de lluvias
estacionales abundantes y una variación de lluvias de menos del 25% de un año al
otro.
2.1.3 Superficie de las zonas áridas en el mundo
Casi la mitad de la superficie terrestre está formada por zonas áridas (47% según el Atlas
Mundial de la Desertificación, PNUMA 1997), lo cual equivale a unos 6.450 millones de
hectáreas, que están distribuidas entre todas las grandes regiones del planeta. Mil millones
de hectáreas son hiperáridas, es el caso de los verdaderos desiertos, como el desierto del
Sahara. Las regiones áridas, semiáridas y subhúmedas secas ocupan por su parte unos 5.450
millones de hectáreas. Estas áreas están habitadas por un quinto de la población mundial, es
decir, 1.200 millones de habitantes en el año 2000. En estas regiones el suelo es
particularmente frágil, la vegetación rara y el clima implacable, aproximadamente el 70%
de los 5.200 billones de hectáreas de tierras áridas utilizadas para la agricultura alrededor
del mundo se encuentran degradadas.
17
© CRU / UEA, UNEP / DEWA.
Figura 2. Zonas de aridez por categorías
Tema 2
2.2 Causas que origina Zonas Áridas
Los desiertos son ambientes azonales ya que existen en todas las latitudes, puesto
que las causas que las originan escapan a fenómenos zonales, como son la circulación
oceánica, la existencia de barreras montañosas y el desarrollo de la masa continental.
Muchos sectores desérticos se explican no sólo por la acción de una de ellas, sino que
pueden actuar combinadamente y producir como resultado condiciones de aridez
Las causas que explican la formación de Desiertos en el planeta básicamente corresponden
a cuatro factores, como son:
- La Circulación General Atmosférica y la presencia de Centros de Altas Presiones
Tropicales;
- La presencia de Corrientes Marítimas Frías en los bordes orientales de los Océanos;
- La existencia de grandes barreras montañosas;
- La continentalidad.
2.2.1 Circulación General Atmosférica y Altas Presiones Tropicales
La formación de la Celda de Hadley, producto del movimiento de las masas de aire de la
atmosfera en la zona comprendida entre los trópicos y el ecuador, se origina por la
18
presencia de los centros de baja presión ecuatorial y de alta presión en las cercanías de los
trópicos, explica el desplazamiento de masas de aire en altura que avanzan desde el sector
ecuatorial hacia mayores latitudes, estas se caracterizan por no presentar humedad, debido a
la descarga del agua contenida ocurrida producto del proceso de convección térmica que
tiene lugar en la zona de bajas presiones del ecuador.
Esas masas, ahora secas y frías alcanzan la zona tropical donde se produce un movimiento
subsidente que trae consigo un aumento de temperatura por calentamiento adiabático.
Debido a ello estas masas atmosféricas no aportan humedad en las zonas tropicales como
para producir precipitaciones, sino que por el contrario por la mayor temperatura alcanzada
poseen la capacidad de captar humedad del medio, otorgando además gran estabilidad a los
sectores bajos de la atmósfera al favorece la formación de una inversión térmica conocida
como “inversión de subsidencia”.
Figura 3. Circulación General Atmosférica.
Se observa en la zona intertropical la formación de la Celda de Hadley, como el aire
desciende en los trópicos donde se presentan centros de alta presión atmosférica y
condiciones climáticas áridas.
2.2.2 Corrientes Marítimas Frías en los bordes orientales de los Océanos
La existencia de corrientes marítimas frías a lo largo de los bordes orientales de los océanos
influye directamente en las costas oeste de los continentes generando desiertos tropicales
litorales. La aridez a lo largo de estas costas se hace presente debido a que el aire en las
capas bajas es enfriado por el afloramiento en superficie de agua fría desde el fondo del
19
océano, fenómeno denominado surgencia costera que entrega estabilidad al aire
atmosférico, e inhiben los movimientos ascendentes que son responsables de la formación
de nubosidad y precipitaciones.
Las corrientes oceánicas frías hacen que la temperatura descienda en las capas bajas de la
atmósfera del sector, con lo cual tienden a saturarse con una baja cantidad de humedad y al
alcanzan el punto de rocío, la humedad contenida se resuelve en la formación de una
cubierta nubosa y alta humedad relativa en los sectores costeros, sin ocurrencia de
precipitaciones.
Figuras 4ª y 4b Corrientes Marinas frías y la existencia de
desiertos costeros en los bordes occidentales de los continentes
20
2.2.3 Efecto de barrera montañosa
Muchos desiertos formados a partir de la influencia climática ejercida por áreas
montañosas, reciben también el nombre de Desierto de Sombra Pluviométrica. Ello sucede
cuando estos grandes relieves se constituyen en un obstáculo o barrera para el
desplazamiento del aire marino húmedo hacia sectores continentales interiores.
En tales circunstancias las masas húmedas se encuentran forzadas a desplazarse
verticalmente ascendiendo por la vertiente de barlovento de la montaña, produciéndose con
ello un enfriamiento que origina nubes y precipitaciones y por lo tanto descarga de la
humedad contenida en esta vertiente; una vez transpuesta la montaña el aire que desciende
por sotavento es mucho más seco y cálido por efecto del calentamiento adiabático que
sufre, escenario en el cual presenta condiciones desecantes para el medio circundante
originándose sectores de fuerte aridez.
Figura 5. Desierto originado una Montaña que se interpone a la dirección de
desplazamiento de los vientos dominantes húmedos.
2.2.4 Continentalidad
La continentalidad define la condición propia de sectores ubicados al interior de una masa
continental y por lo mismo muy alejada de los sectores costeros y de las masas oceánicas,
situación que impide que se haga sentir en tales regiones la influencia del aire húmedo
marítimo, puesto que los vientos cargados de humedad precipitan a lo largo del trayecto
llegando en condiciones de aire seco a las área interiores.
Situaciones como la señalada explican la existencia de áreas desérticas en los sectores
centrales del continente asiático, como lo constituyen los desiertos del Gobi y el
Taklamakan.
21
Figura 6 Desiertos Continentales Asiáticos:
Taklamakan y Gobi fuera de influencia oceánica
Tema 3
2.3 Variedades climáticas de Zonas áridas
Las zonas áridas se agrupan de acuerdo a la localización y las características climáticas que
presentan. La ubicación latitudinal, así como la proximidad o lejanía respecto al océano
originan condiciones diversas en cuanto a la humedad que alcanzan las masas de aire en el
sector e influye en los valores térmicos existentes en los sectores. Un grupo conformado
por las tierras secas que se presenta en los márgenes de ambos Trópicos, son los llamados
desiertos Cálidos o Tropicales y el otro grupo está conformado por las tierras secas que se
localizan al interior de las zonas Templadas.
2.3.1 Climas Desérticos
Como se señaló, regiones con esta condición climática se encuentran sobre los bordes de
los Trópicos, así como también en Zonas Templadas.
En estos climas destaca el hecho que las precipitaciones que presentan son insignificantes y
muy irregulares; en los verdaderos desiertos las lluvias son menores de 100 mm anuales; el
aire es muy seco situación que se expresa en el hecho que la humedad relativa es
normalmente inferior al 50 % y en muchos casos alcanza valores del orden del 20%, lo que
22
favorece que el proceso normal de evaporación sea muy intenso, y que aumenta aún más
cuando se hacen presente vientos desecantes en el sector.
La evaporación potencial alcanza a 3000mm por año, lo que significa que la energía
proveniente del sol podría evaporar el equivalente a una capa de agua de tres metros de
espesor, situación que explica el permanente déficit de humedad existente en estos
espacios.
La falta de vapor de agua en la atmósfera y de nubosidad favorece la alta oscilación
térmica diaria, al no existir humedad ambiental suficiente que permita amortiguar las
variaciones, que alcanzar normalmente valores que superan los 30º C.
La clasificación climática distingue dos grandes grupos de Climas Desérticos: Los
Desiertos Cálidos y los Desiertos de la Zona Templada.
2.3.2 Los Desiertos Cálidos
Propios de latitudes tropicales. Entre ellos se distinguen dos tipos de climas desérticos,
cálidos, pero desiguales en cuanto a los valores térmicos que presentan; se trata de las
áreas de clima Sahariano o Subtropical Cálido y las áreas de Desierto Marítimo o
Subtropical Costero.
2.3.2.1 Desiertos Subtropicales
Corresponden climáticamente a este tipo de desierto, el Desierto de Arabia, el sector sur de
California como es el denominado Valle de la Muerte, Arizona y la parte central del
desierto Australiano, siendo el más representativo el Desierto del Sahara.
Este gran espacio árido tipifica de alguna manera los desiertos híper áridos, dado que en su
área central pueden transcurrir doce meses sin que se produzca precipitación alguna y de
hecho no se manifiesta ningún ritmo estacional de lluvia. Dado que la existencia de estos
espacios áridos constituye una degradación árida de los climas templados mediterráneos,
que se caracterizan por presentar precipitaciones durante la estación de invierno, en las
áreas correspondiente a los bordes ubicados a mayores latitudes se reciben algunas
precipitaciones menores en la estación fría; en cambio en la franja opuesta correspondiente
a bajas latitudes por influencia del clima tropical las escasas precipitaciones ocurren en la
estación de verano.
En general, en los desiertos subtropicales, como los señalados más arriba, los inviernos son
tibios y los veranos muy tórridos, sin embargo otros desiertos subtropicales que
corresponden regiones áridas de México, Sectores interiores de Sudamérica como el Chaco,
Kalahari en el sur de África y áreas periféricas del desierto de Australia, que no se
encuentran tan enclaustrados presentan un clima de menor rigurosidad, pues presentan
lluvias de al menos 100 mm al año.
23
2.3.2.2 Desiertos Costeros.
Se presentan próximos a los trópicos, en las fachadas occidentales de los continentes y
están directamente influidos por las corrientes marítimas fría existentes en los bordes
orientales de los océanos. La cercanía a la masa oceánica le otorga a estos espacios una
tendencia a la homogeneidad térmica, lo que restringe los valores de amplitud existente
entre los meses más cálidos y más frío. Aún cuando la nubosidad litoral está presente muy
habitualmente, ello no se traduce en precipitaciones.
Condiciones como las señaladas son típicas en el área desértica costera, tanto del Perú
como el norte de Chile, que están bañadas por las aguas frías correspondientes a la
Corriente de Humboldt. Situación semejante se presentan en las fachadas tropicales
occidentales de de América del Norte con el desierto costero de Baja California, bañado
por las aguas de la corriente de California; a su vez la corriente fría de Benguela en el
Atlántico oriental actúa sobre el desierto de Namibia. Los desiertos costeros existentes en la
costa marroquí y de Mauritania, así como del Noroeste de Australia también obedecen al
mismo patrón.
Figura 6. Desiertos Cálidos y Fríos.
24
2.3.3 Desiertos de la Zona Templada
Los climas propios de las zonas áridas templadas destacan respecto a los correspondientes a
las regiones tropicales porque poseen inviernos fríos y presentan muy fuertes amplitudes
térmicas, situación que se asocian a la mayor latitud en que estas regiones se encuentran,
pero también se debe a su ubicación en el interior de los continentes y por ello alejadas de
la influencia atenuante que poseen los océanos
El área principales donde se presenta este tipo de regiones áridas corresponden a los
desiertos de de Asia central, que se extienden desde Turquestán hasta Mongolia, se
caracterizan por la existencia de inviernos muy fríos, con valores medios del orden de
-10º C y absolutos de -32º C, como señalan estadística térmicas obtenidas en las
proximidades del Mar de Aral, presentándose condiciones de mayor rigurosidad a medida
que se avanza hacia los espacios áridos del noroeste de China y de Mongolia, donde se
alcanzan amplitudes térmicas superiores a los 40º C. Las precipitaciones fluctúan entre 100
y 200 mm anuales.
Estos tipos de desiertos continentales están muy presentes en extensas áreas
correspondientes al Hemisferio Norte, por corresponder a la parte con más tierras
emergidas del planeta y con presencia de extensos continentes a diferencia del Hemisferio
Sur que presenta mayores extensiones ocupadas por aguas oceánicas y menos superficie
continental, lo que restringe la existencia de este tipo de desiertos sólo al espacio de la
Patagonia oriental, que presenta la característica de estar constituido tanto por efecto de
barrera que presenta la Cordillera de Los Andes, pero también por efecto continental
representado por la distancia de sus áreas centrales con el océano.
En América del Norte los desiertos continentales están representados por las zonas áridas
de las Grandes Llanuras centrales, las depresiones continentales de la cordillera.
También se distinguen al interior de la zona Templada, a menores latitudes, algunos
sectores áridos, que son el resultado de procesos de degradación de árida de climas
mediterráneos, como ha ocurrido en los desiertos de Negev, Siria, Irak, Irán, el sur de
Afganistán en Asia y la Gran Cuenca de Nevada y Desierto de Mojave en California,
Estados Unidos.
25
Características Climáticas de los Desiertos
Características
Tierras Áridas
Mes más frío
Temp. media
° C
Mes m. calor
Temp. media
° C
Desierto
Cálido
43 %
10 – 30 ° C
> 30 ° C
Sahara Central,
Arabia, Sandy
(Australia)
Invierno apacible
18 %
10 - 20 ° C
10 - 30 ° C
Sahara del Sur,
Kalahari, Des.
Mexicano, Simpson
(Austr.)
Atacama Litoral
Invierno fresco
15 %
0 – 10 ° C
10 – 30 ° C
Sahara Norte,
Mojave, Atacama
Interior
Invierno frío 24 % < 0 ° C 10 – 30 ° C Gobi, Turkmenistán
Desiertos chinos
Fuente: (Thomas, 1997)
Cuadro 2. Desiertos: Características Climáticas
2.3.4 Distribución de los desiertos en la Tierra.
Las diferentes regiones áridas cubren un importante porcentaje de la superficie terrestre, es
así como el total de las áreas insertas dentro de la isoyeta de 250 mm de agua caída
anualmente comprenden un total de 22 millones de km2, correspondiente al 15 % de las
tierras emergidas (Gourou y Papy, 1970). Las áreas con montos de precipitaciones
inferiores a 100 mm anuales cubren alrededor de 9 millones de Kms2 de que corresponden
al 6 % de las tierras emergidas y el 41 % del total de las tierras áridas.
La distribución continental de los espacios de climas áridos indican que alrededor de la
mitad de Australia, más de un tercio de África, el 20% de Asia y el 10 % de América se
encuentran bajo condiciones de aridez.
El conjunto desértico más extenso del planeta se presenta en el viejo mundo, se encuentra
conformado por un gran espacio que presenta continuidad en su condición de aridez que
comprende desde la costa atlántica subtropical del Sahara en África hasta la costa Índica
del Desierto de Thar en la India, este conjunto se conecta, a su vez, en el sector árido iraní
con el grupo de desiertos continentales de la zona central asiática que comprende regiones
ubicadas al oriente de Mar Caspio, la zona correspondiente al Mar Aral y alcanza hasta el
Desierto de Gobi en Mongolia.
En el caso del continente americano, tanto en Norteamérica como Sudamérica los desiertos
se encuentran agrupados en su sector occidental y, a diferencia del viejo mundo, se sitúan
en sentido norte sur, próximos o relativamente próximos a las áreas costeras por lo que el
efecto de continentalidad no tiene mayor representación.
26
Figura 7. Diagonal Árida Sudamericana
En Sudamérica la gran cordillera de Los Andes impone su condición de barrera para el
desplazamiento e influencia de los vientos húmedos en los sectores de sotavento, por ello
los espacios deficitarios de humedad se presenta formando lo que ha sido denominado
como Diagonal Árida, que cubre la vertiente occidental andina y costera pacífica en la
zona intertropical y subtropical y la vertiente oriental andina en la zona templada
patagónica.
27
Zonificación de la Aridez (millones de Km2)
Zona
África
Asia
Australia
Europa
América
Norte
América
Sur
Total
Fría 0,0 10,8 0,0 0,3 6,2 0,4 17,7
Húmeda 10,1 12,2 2,2 6,2 8,4 11,9 51,0
Subhúmedo 2,7 3,5 0,5 1,8 2,3 2,1 12,9
Semiárido 5,1 6,9 3,1 1,1 4,2 2,7 23,1
Árido 5,0 6,3 3,0 0.1 0,8 0,4 15,6
Hiperárido 6,7 2,8 0,0 0,0 0,0 0,3 9,8
Total 29,6 42,5 8,8 9,4 21,9 17,8 130,1
Middleton y Thomas 1997
Cuadro 3. Superficie de las Zonas de Aridez por Continente
Actividades de Aprendizaje
Construcción y análisis de climodiagramas de la información obtenida de estaciones
meteorológicas correspondiente a regiones de tierras secas, gráficos que representan los
valores mensuales de temperatura media y precipitación total mediante un sistema de
coordenadas, con doble eje de ordenadas. A partir del análisis, se deberá:
— Justificar la identificación realizada.
— Exponer las características generales.
— Causas que dan lugar a ese clima.
— Localizaciones del tipo de clima, en general, y de los casos propuestos en particular.
También de la información climática obtenida de diferentes estaciones meteorológicas
localizadas en regiones áridas y aplicando herramientas como el Índice modificado de
Fournier y el Índice de Concentración de Precipitación, deberán comparar los resultados
obtenidos con la finalidad de establecer la variabilidad e intensidad que presenta
espacialmente la aridez.
Indicadores de la Variabilidad e Intensidad de Regímenes de Aridez
Índice de Fournier Modificado (IFM)
donde pi es la precipitación mensual (mm) y Pa es la precipitación anual (mm)
28
Este índice está asociado con la capacidad de la precipitación de provocar erosión hídrica.
Por lo tanto, se llama también Índice de Agresividad Climática.
Cuadro 4. Índice de Fournier Modificado
y Agresividad Climática asociada
Índice de la Concentración de Precipitación (ICP)
Este índice permite evaluar la distribución de la lluvia a lo largo del año, define la
estacionalidad de las lluvias. Bajo condiciones de precipitaciones concentradas se complica
el manejo de agua, el control de riego, la prevención de erosión hídrica y la agricultura de
secano.
Para el cálculo de este índice se procede de la forma siguiente:
donde pi es la precipitación mensual (mm) y Pa es la precipitación anual (mm).
Cuadro 5. Índice de Concentración de la Precipitación
y Tipos de Concentración
29
UNIDAD III
3 Características predominantes de las zonas áridas
La acción de determinados procesos morfoclimáticos favorecidos por las
condiciones de aridez existente en las tierras secas del mundo le otorgan características
propias al modelado de los relieves existentes, aridez que también determina los niveles y
mecanismos de adaptación que poseen la vegetación y fauna del sector..
Acorde al tratamiento de los contenidos del tema los alumnos estarán en condiciones de
explicar la interacción y dinámica de los aspectos físicos que ejercen diferentes agentes
ambientales que son responsables de procesos diversos que actúan sobre los relieves en un
espacio árido, los que otorgan características propias a los modelados de esos sectores.
Tema 1
3.1 Procesos morfoclimáticos de las zonas áridas
En las regiones secas se encuentra actuando en el medio natural una serie de agentes que
son responsables de los procesos predominantes de meteorización y de erosión que
modelan el relieve, formas que son característicos en este medio, es el caso de aquellas
originadas por la acción eólica, favorecida por la inexistencia o la débil cubierta de
vegetación que se opone a su trabajo, o las asociadas a la acción destructiva de las
superficies rocosas llevada a cabo por procesos de termoclastía y/ o gelifracción, como
también la importante participación que posee en la labor de transformación del paisaje
árido las aguas episódicas resultante de lluvias esporádicas.
3.1.1 Hidrografía de las Regiones Áridas
El fuerte déficit de humedad y la alta evapotranspiración existente en estas regiones, así
como ocurrencia de lluvias intermitentes explican lo anárquico de los escurrimientos,
existentes en los desiertos; en general los cursos fluviales no presentan escurrimientos
permanentes, salvo cuando se trata de ríos alóctonos que tienen sus nacientes y cuencas de
recepción fuera de los desiertos y por ello reciben los aportes de lluvias regulares propias
de zonas climáticas que disponen de humedad, pero que en su recorrido cruzan áreas
desérticas, como es el clásico ejemplo del río Nilo en el Sahara.
Las redes hidrográficas embrionarias e inconexas de los desiertos, conformadas por cauces
independientes entre si sin constituir un sistema jerárquico de escurrimientos, conducen
agua sólo después de alguna fuerte lluvia esporádica, situación en la cual pueden alcanzar
bruscas crecidas, en especial cuando se trata de cuencas montañosas, para permanecer secos
30
largos períodos que pueden alcanzar años, en cambio los cursos fluviales de las áreas
semidesérticas, pueden conducir aguas en forma intermitente a lo largo del año.
Figura 8. Uadi o cauce seco en zona desértica
En su recorrido los cauces fluviales presentan perfiles sin mayor regularidad, como sucede
en regiones húmedas, se observan resaltes, presencia de hondonadas y en muchos casos el
lecho mismo tiende a diluirse al entrar en contacto con sectores tipo cubetas amplias en las
que el escurrimiento del agua pasa desde tipo lineal a una forma de manto difusa, áreas en
las que se infiltra y evapora sin alcanzar el nivel oceánico.
3.1.2 El modelado de las regiones áridas
En estos espacios con escasez de lluvias, al no existir o presentar una muy baja cubierta de
vegetación y con inexistencia de suelo con capacidad de sustentarla, las rocas se encuentran
expuestas directamente a la acción erosiva del medio atmosférico y sus agentes.
Los principales agentes que participan modificando las estructuras rocosas en las tierras
áridas, a través de la meteorización y de la erosión son la temperatura, el viento y las aguas
episódicas.
3.1.2.1 Temperaturas
Las muy fuertes oscilaciones diarias de temperaturas en los desiertos, favorecidas por la
existencia de una atmósfera seca y límpida que hace posible que durante el día, la radiación
solar penetre con gran intensidad hasta la superficie terrestre, y durante la noche la
irradiación de la superficie se pierda hacia las capas más altas de la atmósfera, explican el
31
hecho que las variaciones de temperatura produzcan una intensa fragmentación mecánica
de las rocas a través del fenómeno de la temoclastía.
En aquellos desiertos que presentan áreas con condiciones climáticas más templadas con
presencia de lluvias esporádicas, en condiciones de temperaturas bajo cero grado, actúa el
proceso de la gelifracción responsable también de fragmentación, en éste caso por acción
de agua en estado sólido.
La rápida evaporación de las aguas en estas regiones de altas temperaturas, explica la alta
concentración de sales existente, de manera que la haloclastía como proceso de
meteorización también se encuentra presente en los desiertos, a través de la cristalización
de sales disueltas que se producen en diaclasas superficiales de las rocas ejercen presión
sobre las paredes que las contienen, produciendo ensanchamiento de la fisura y su posterior
desagregación.
3.1.2.2 Acción del Viento
El viento como movimiento horizontal de masas de aire, está presente en los desiertos a
causa del papel compensatorio que cumple entre diferencias de presión ligadas a las
condiciones térmicas existentes en estos lugares. Su papel es muy activo actuando sobre los
suelos secos y desprovistos de protección vegetal de las tierras áridas.
Mediante el proceso de deflación eólica, verdadero trabajo de barrido de partículas finas
como granos de arena y polvo, el viento desplaza enormes cantidades de material
superficial, extrayéndolos de determinados lugares y depositándolos en otros. Como en
todo proceso erosivo, el viento como agente opera selectivamente, desplaza a grandes
distancias las partículas más finas incoherentes y secas, pudiendo mediante este mecanismo
dar origen a grandes depresiones cerradas desde donde moviliza arenas y arcillas, y a su vez
origina grandes áreas de depósitos de los materiales transportados en suspensión como son
campos de dunas y depósitos de loess.
En muchos lugares el trabajo realizado por el viento ha significado la extracción de todo el
material fino y la permanencia en el lugar de aquellos materiales sedimentarios de mayor
tamaño que por su peso no puede movilizar. El trabajo de transporte del los materiales el
viento lo realiza de tres formas: suspensión, saltación y reptación. La primera lo hace
transportando suspendidas en el aire a grandes distancias las partículas más finas y livianas,
la saltación la lleva a cabo con partículas un poco mayor, las que puede elevarlas pero no
desplazarlas a grandes distancias puesto que debido a su peso no logran vencer la gravedad
y la reptación ocurre con aquellas fragmentos de mayor volumen y peso que no puede
levantar, pero la fuerza eólica puede desplazar por arrastre.
32
Figura 9. Tormenta de arena desplazándose desde el Sahara en Sudán
por sobre el mar Rojo hasta Arabia Saudita
En los desiertos cálidos que presentan una cubierta de arenas se forman tormentas de arenas
debido a que cuando las temperaturas son altas, el aire que está en contacto con el suelo se
calienta y asciende con rapidez hasta las capas medias y altas de la atmósfera. De hecho, las
tormentas de arena no son más que grandes masas de aire que transportan enormes
cantidades de partículas de arena en suspensión
De acuerdo a la predominancia de determinados fragmentos rocosos en la superficie del
terreno, que ha quedado desprovistos de partículas y granos finos por efecto de la deflación,
se reconocen dos tipos de paisajes pedregosos, como son: las denominadas Hamadas, que
corresponden a relieves amesetados con una cubierta de bloques angulosos originados a
partir de la disgregación de roca madre, y los Regs, constituidos por llanuras con cantos,
guijarros y fragmentos de roca en la superficie, los que se encuentran pulidos por la acción
abrasiva del viento, materiales que cuando se presentan entrelazados y unidos forman el
llamado pavimento desértico.
33
Figura 10a y 10b Erg o campo dunario Reg o llanura de superficie rocosa
A su vez el viento cargado de arena participa en los procesos de desgaste de las rocas de
las zonas áridas, en espacial mediante la acción abrasiva que producen las partículas de
arena que están siendo transportadas, este efecto de lija que es un efecto de erosión
mecánica se conoce con el nombre de corrasión y tiende a afectar a las rocas blandas, en
especial en su base dado que el viento al no logra elevar a alturas mayores a los granos de
arena, los moviliza próximos al nivel del suelo, lo que da como resultado que las rocas
modeladas por el viento toman la forma de hongos, llamadas también rocas pedestal; se
originan también los yardangs, formaciones rocosas moldeadas de forma característica
dado que el viento que las afecta sopla habitualmente desde un mismo punto, se forman
depresiones o surcos llamados depresiones de yardang; además en regiones áridas se
encuentran ventifactos, fragmentos de rocas desgastadas, picadas, ranuradas o pulidas por
los granos de arena que están siendo desplazados.
Las arenas desplazadas por el viento se depositan y acumulan donde se presenta obstáculos
para el libre desplazamiento del viento, donde el viento no posee la capacidad de mantener
en suspensión las partículas, lo que forma los llamados campos dunarios o también
conocidos en el Sahara como Ergs. En ellos la arena forma gran cantidad de dunas,
acumulaciones de arena que adoptan diferentes formas de acuerdo a los flujos de aire, su
velocidad, su intensidad, dirección, entre otros. Algunas de las formas más comunes que
adoptan las dunas corresponden a la llamadas Nebkas, constituidas por un montículo de
arena que presentan una vertiente con pendiente suave hacia barlovento y una vertiente más
corta y de mayor inclinación hacia sotavento; se encuentran además, las dunas de forma de
media luna o Barjan, cuyos extremos apuntan en la dirección que lleva el viento, tienden a
presentarse en áreas con escasa acumulación de arena; también se distinguen las dunas
longitudinales o Seif, poseen forma alargada y recta y se expanden en la misma dirección
en que sopla el viento, se forman en lugares con abundante arena; existen además las dunas
estrellas o piramidales que poseen forma de colina desde cuya cima se desprenden varias
crestas, se forman en lugares donde el viento varia constantemente su dirección y existe
abundante arena.
34
Figura 11. Duna en forma de estrella
Aún cuando existe la idea generalizada que en los desiertos predominan las superficies del
terreno cubiertas con arena, los campos de dunas cubren sólo una pequeña parte de ellos, el
resto corresponde a espacios ocupados por montañas acompañadas por gran cantidad de
derrubios, por plataformas rocosas o hamadas, por glacis cubiertos de fragmentos rocosos,
por llanuras arenosas sin formación de dunas, así como superficies cubiertas por costras
salinas o caliche.
3.1.2.3 Acción de las aguas episódicas.
La acción de las aguas es significativa en las regiones secas cuando ellas ocurren
ocasionalmente como precipitaciones intensas, lo que se debe al hecho que las vertientes se
presentan sin vegetación y gran cantidad de material disgregado en superficie, de manera
que la erosión por arroyamiento es bastante intenso en estos lugares. Se presenta con mayor
efectividad este trabajo de las aguas episódicas en los glacis de erosión, correspondiente a
extensas llanuras de débil pendiente, relieves en los que se presentan una serie de cauces
intermitentes o wadis en los cuales se encausan las aguas, durante las crecidas
intermitentes, cargadas de derrubios y van socavando la superficie.
En los arroyamientos, el proceso de erosión lateral alcanza mayor importancia que la
erosión vertical, como sucede normalmente en regiones húmedas, lo que se asocia a la gran
carga aluvial que portan, de allí que los lechos destaquen por la anchura que alcanzan,
dentro de los cuales las aguas escurren divagando a través de diversos canales. Las aguas se
evaporan en su trayecto o se pierden en depresiones cerradas, en algunos casos se
encuentran lagunas saladas o shotts en estas depresiones cuyo tamaño varía de año en año
de acuerdo a la pluviosidad en la región
35
Figura 12. Depresión cerrada, receptora de escurrimientos
episódicos de agua en áreas desérticas
Tema 2
3.2 Vida silvestre en Tierras Áridas
Se destaca la existencia de especies vegetales y animales propia de regiones desérticas, que
se encuentran adaptadas a las condiciones de déficit de humedad y que son capaces de vivir
y reproducirse en estos lugares. Poseen mecanismos bastante especializados que les
permiten superar las condiciones rigurosas impuestas por el medio.
3.2.1 La Vegetación de las Zonas Áridas
En las zonas áridas la vegetación se presenta en forma discontinua, dominando las formas
arbustivas, su apariencia es de matorral bajo y espinoso que crece entre piedras y tierra
desnuda. En las regiones extremadamente áridas no existe vegetación con excepción de la
que se presenta en los fondos de los cauces secos, donde algunas especies de raíces
pivotantes pueden alcanzar las napas subterráneas profundas.
Las especies vegetales propias de las tierras secas corresponden a las denominadas Plantas
Xerófitas, es decir aquellas que pueden vivir en ambientes con bajo contenido de humedad.
Las especies adaptadas a las condiciones de aridez presentan adaptaciones morfológicas y
fisiológicas, en el primer caso, existen plantas que poseen tallos suculentos en las que
grandes células son capaces de almacenar agua, como sucede en el cactus, reducen el
tamaño de sus hojas a fin de disminuir la evapotranspiración o se han transformado en
36
espinas, presentan raíces con un gran desarrollo lateral lo que favorece la captación de la
escasa agua existente o poseen raíces capaces de penetrar profundamente. Poseen la
capacidad de cerrar las estomas de las hojas para reducir la pérdida de agua.
Desde el punto de vista fisiológico, se ha señalado que la vegetación de tierras secas hace
uso de tres estrategias de sobrevivencia:
Escapar de la Sequedad. Plantas como las Efímeras, se caracterizan por poseer un ciclo de
crecimiento muy breve, de manera que aprovechan el corto período húmedo del suelo,
desarrollando un rápido ciclo de germinación, crecimiento, florecimiento, producción de
semilla y senescencia. Entre este tipo de plantas existen las que sobreviven a la espera de la
repetición de condiciones favorables de humedad, como semilla, como raíces de
almacenamiento o como bulbos subterráneos.
Resistencia a la Sequedad. Hay especies que resisten la sequedad mediante la captación de
recursos escasos a través del desarrollo de un gran sistema radicular, reducción de la
transpiración cuticular, modificación de las hojas, aumento de la captación de la humedad
ambiental y mejoramiento de la absorción del agua por disminución del tamaño de la hoja.
Evasión de la Sequedad. Existen especies vegetales que soportan largos períodos de
tiempo sin agua, como los cactus y otras especies carnosas, puesto que acumulan agua en
células especializadas como las suculentas. Otras han generado el almacenamiento en raíces
o en tubérculos. Durante el período de sequía muchas especies reducen la pérdida de agua
al mínimo reduciendo su crecimiento y tamaño. (Kozlowski, 1964 en Guerra, 20039
En base a los mecanismos de adaptación que han desarrollados las especies vegetales ante
las diferentes condiciones medioambientales hostiles que les presenta el medio desértico, se
reconocen tipos de vegetación de zonas áridas tales como:
Plantas Xerófitas. Son capaces de soportar la sequedad y continuar creciendo con poca
humedad, siempre que esta sea continua. Se adaptan a la aridez y pueden sobrevivir sin
agua durante largos períodos o pueden permanecer en estado de inactividad.
Plantas Phreatófitas. Su adaptación a la aridez se basa en sus profundas raíces que pueden
alcanzar más de 20 metros de penetración en la tierra lo que le permite llegar a captar agua
desde la zona saturada. Su presencia es indicadora de la existencia de agua freática.
Plantas Halófitas. Poseen gran tolerancia a las condiciones de salinidad, pudiendo
incorporar grandes cantidades de sales sin dañarse y algunas, aún pueden segregar sales
mediante glándulas especializadas. (Meinzer, 1987 en Guerra, 2003)
37
Plantas Terófitas. Plantas anuales que desarrollan la totalidad de sus ciclos vitales, desde
la germinación hasta su fructificación, en una única temporada muriendo después. Durante
la estación desfavorable sólo subsisten las semillas, listas para germinar en cuando retornen
las condiciones adecuadas.
Plantas Geofitas. Especies que permanecen ocultas a lo largo de la estación desfavorable
no subsistiendo durante la misma más que sus órganos subterráneos, bulbos y rizomas.
Estos órganos almacenan abundantes reservas nutritivas permitiendo a la planta
desarrollarse una vez se produzcan condiciones favorables. (Gutiérrez, 2008)
Este tipo de vegetación muy bien adaptada a las tierras áridas son capaces de soportar
condiciones altamente desfavorable, lo que permite la persistencia de este tipo de vida en
tales ambiente; cuando se manifiestan episodios de humedad suficiente para que se
produzca la eclosión de las semillas que han permanecido en latencia, es posible encontrar
sectores desérticos que se cubren de un rico manto vegetal que tiene un corto período de
duración, como es el caso del llamado “Desierto Florido” que se presenta en el sector sur
del Desierto de Atacama.
Figuras 13a y 13b Plantas efímeras. Especie suculenta Desierto Atacama
Desierto florido Atacama
3.2.2 Fauna de las Zonas Áridas
A pesar de la baja productividad de los ecosistemas desérticos, existe una amplia gama de
vida animal en estos espacios que van desde insectos, aves, roedores y grandes mamíferos,
todos han debido desarrollar mecanismos de adaptación al rigor de las condiciones
climáticas y la falta de vegetación, algunas de las cuales consisten en:
Adaptación al Calor. Los pelajes claros que presenta algunas especies como los camellos
y las gacelas, por su albedo captan menos radiación solar, lo que implica que se calientan
menos, otras especies buscan abrigo bajo las piedras, como escorpiones y reptiles, o bajo la
arena en el caso de insectos y arácnidos; otros, como el coyote y el chacal, desarrollan
actividades nocturnas o crepuscular, evitando las horas de mayor temperatura. En muchos
38
casos entran en estado de estivación, es decir en estado de vida en latencia durante la
estación cálida.
Adaptación a las Pérdidas de Agua. Las principales adaptaciones en este sentido, la
realizan mediante la reducción de la transpiración, así como de la formación de orina y de
la evaporación respiratoria. Otras especies animales poseen la particularidad de utilizar
progresivamente el agua de reserva contenida en sus tejidos adiposos, como sucede en el
caso de la joroba del camello.
Adaptación a la falta de agua y de alimentos. Para superar este tipo de dificultades los
animales de las zonas áridas adoptan la estrategia de localizarse próximos a lugares con
disponibilidad de agua, como sucede en oasis, en sectores humedecidas por nieblas,
consumen agua contenida en plantas suculentas, en especial en diferentes variedades de
cactáceas, así como también llevan a cabo una transformación en el régimen alimenticio el
que convierten en omnívoro. (Lacoste y Salanon, 1977)
En las tierras áridas subsisten sociedades tradicionales que mantienen la utilización de
especies como el camello y el asno en sus actividades productivas. En los márgenes del
desierto se desarrolla actividad productiva en base a la crianza de ganado menor, especies
domésticas como los ovinos y caprinos, que han tenido un gran impacto en la vegetación
del lugar, en especial durante los períodos de sequía, pues su capacidad de ramoneo junto
con destruir la escasa vegetación afecta fuertemente la regeneración de la misma.
Actividades de Aprendizaje
En base al análisis de la información entregada por los trabajos que se indican más abajo y
otros aportes investigativos sobre el tema, los alumnos formando grupos de trabajo deberán
confeccionar un informe escrito en el que expliquen la interacción y dinámica de los
diferentes agentes ambientales que actúan en el espacio árido del sector costa-interior de la
región de Atacama, los que junto con otorgarle características propias a los modelados
existentes, favorecen la formación del denominado Desierto Florido.
Castro. C., Á. Montaña, C. Pattillo y Á Zúñiga. 2014. “Detección del área con desierto
florido en el territorio del Mar de Dunas de Atacama, mediante percepción remota” Revista
de Geografía Norte Grande. http://www.scielo.cl/pdf/rgeong/n57/art08.pdf
Cereceda, P., H. Larrain, P. Osses, P. Lázaro, J. L. García y V. Hernández. 2000 “El factor
clima en la floración del desierto en los años “El Niño” 1991 y 1997” Revista de Geografía
Norte Grande http://www.nortegrande.equipu.cl/content/search/files/n27/art05.pdf
39
Squeo, F.A. G. Arancio y J.R. Gutiérrez, eds 2008 Libro Rojo de la Flora Nativa y de los
Sitios Prioritarios para su Conservación: Región de Atacama Ediciones Universidad de La
Serena, La Serena, Chile
Valladares, P. 2012 “Mamíferos terrestres de la Región de Atacama, Chile. Comentarios
sobre su distribución y estado de conservación” En: Gayana.
http://www.scielo.cl/pdf/gayana/v76n1/art03.pdf
40
UNIDAD IV
4 El Hombre en las Zonas Áridas
El ser humano, superando las dificultades impuestas por el medio árido, ha hecho
parte de su hábitat los espacios áridos, confiriéndoles la condición de territorio desde el
momento que al intervenir en él, organizarlo y hacer uso de los recursos que le provee, ese
espacio natural dejó de ser tal para constituirse en una obra humana. Las sociedades
asentadas en las tierras áridas se encuentran sometidas a ciclos y variabilidad de las
condiciones climáticas, lo que significa afrontar crisis en sus actividades productivas que
se traducen en inestabilidades socioeconómicas, políticas y alimenticias.
Comprender la concepción de espacio geográfico como resultado de la interacción entre la
sociedad y el medio y utilizar enfoques teóricos sobre la interrelación sociedad- naturaleza
desde la disciplina geográfica, constituye la competencia a desarrollar con la presente
unidad.
Tema 1
4.1 Distribución de la población y actividades económicas
Las tierra áridas al igual que en el resto del planeta ha sufrido un importante aumento de
población, que ha significado una mayor presión sobre tierras con baja productividad por
las condiciones naturales que poseen; situación que para poblaciones en estado de pobreza
no les permite innovar e invertir recursos que hagan posible complementar a las práctica
productivas tradicionales en la consecución de la producción necesaria para abastecer la
demanda y dar seguridad alimenticia a las poblaciones
La mayor parte de los 2.000 millones de residentes en tierras secas del mundo, casi el 40
por ciento de la población mundial (Blanco y Nackoney, 2003), viven en países en vías de
desarrollo. La inmensa mayoría lo hace por debajo del umbral de pobreza y sin accesos
adecuados al agua corriente. Las tierras secan suponen hasta un 41,3% de la tierra
emergente del globo, y en ellas se encuentra hasta un 44% de toda la tierra cultivada. Las
tierras secas contienen el 50% del ganado del mundo, incluyen cerca de la mitad de todas
las tierras de labranza y son grandes hábitats para la vida salvaje. Debido a las difíciles
condiciones climáticas, las tierras secas han permitido el desarrollo de una increíble
diversidad de especies altamente especializadas. La biodiversidad es fundamental para el
mantenimiento del equilibrio ecológico y para proteger la subsistencia humana que tanto
depende de ella.
Los patrones de distribución de la población varían dentro de cada región y entre las zonas
climáticas que comprenden las tierras secas. A nivel regional, Asia tiene el mayor
41
porcentaje de población que vive en tierras áridas: más de 1 400 millones de personas, o el
42 por ciento de la población de la región. África tiene casi el mismo porcentaje de
personas que viven en las tierras secas (41 por ciento), aunque el número total es menor en
casi 270 millones. América del Sur tiene el 30 por ciento de su población en las tierras
secas, o cerca de 87 millones de persona.
Población en las tierras secas del Mundo
Zonas Áridas
Árida
Semiárida
Subhúmeda
seca
Total Tierras
secas
REGION (1000) (%) (1000) (%) (1000) (%) (1000) (%)
Asia (incl Rusia) 161.554 5 625.411 18 657.899 19 1.444.906 42
África 40.502 6 117.647 18 109.370 17 267.563 41
Oceanía 275 1 1.342 5 5.318 19 6.960 25
Norte América 6.257 2 41.013 16 12.030 5 59.323 25
Sur América 6.331 2 46.852 16 33.777 12 86.990 30
Centro América 6.494 6 12.888 11 12.312 8 31.719 28
Europa 629 0 28.716 5 111.216 20 140.586 25
Total Mundial 222.043 4 873.871 4 941.922 17 2.038.047 37
Fuente: UNSO/UNDP, 1997
Cuadro 6. Población en Tierras Secas por Continente
Entre los habitantes rurales que viven en tierras áridas se pueden distinguir poblaciones
nómadas, seminómadas, trashumante y las poblaciones de pequeños agricultores
sedentarios.
Los pueblos nómadas se encuentran constituidos por los grupos de pastores que dependen
del ganado para su subsistencia y, siempre que les es posible, practican la agricultura como
un suplemento. Debido a la distribución irregular de las lluvias, en las regiones que habitan,
migran en busca de pastos y agua para sus animales.
Las poblaciones semi-nómadas también se encuentran entre los grupos de pastores que
dependen en gran medida de la ganadería y que practican el cultivo agrícola en un lugar
base, donde regresan por períodos variables.
Las poblaciones trashumantes combinan la agricultura y la producción ganadera durante
las temporadas favorables, migrando a lo largo de las rutas regulares utilizando los patrones
de crecimiento de la vegetación.
Los Pequeños agricultores sedentarios practican la agricultura de regadío o de secano la
que a menudo combinan con la producción ganadera.
Las poblaciones humanas de las tierras áridas se encuentran viviendo el aumento de la
inseguridad debido al incremento de la degradación de las tierras y de la desertificación y a
la constatación de que la tierra productiva per cápita disminuye debido a la presión
demográfica, por ello la gestión sostenible de las tierras secas se constituye en esencial para
42
el logro de la seguridad alimentaria y la conservación de la biomasa y la biodiversidad de
importancia mundial (PNUMA, 2000).
Figura 14. Habitantes tierras áridas de Sudamérica y de África
4.2 Sistemas de uso de la tierra en zonas áridas
La agricultura de secano se define como aquélla en la que los cultivos sólo reciben el agua
que aportan las lluvias. Este término se aplica en las regiones donde la precipitación anual
es inferior a 500 m. (Quaranta, 2007) La agricultura de secano se basa principalmente en
técnicas de cultivo específicas que permiten un uso eficiente y eficaz de la limitada
humedad del suelo. En las tierras secas los sistemas de cultivo son muy diversos,
incluyendo una variedad de sistemas de agricultura migratoria, cultivos anuales, huertos
familiares y sistemas de agricultura y ganadería mixta, además de la también nómada
pastoral y sistemas trashumantes.
Los principales sistemas de explotación de las tierras secas varían de acuerdo a las
condiciones agroecológicas de estas regiones. Un estudio reciente de la Evaluación de la
Degradación de Tierras en proyectos de tierras secas (LADA, 2008) identificó los
principales sistemas de cultivo en las tierras secas de acuerdo a la información socio-
económica, la agroecología y las posibilidades de riego. La mayoría de las tierras secas
utilizadas para la agricultura está en el cultivo de cereales. El cuadro que sigue resume el
uso que se hace de las principales zonas de tierras secas del mundo.
La agricultura de secano exitosa requiere de la gestión integrada de los suelos, el agua, los
cultivos y los nutrientes de las plantas. A pequeña escala, por lo general, los agricultores de
subsistencia, a que se señala como pequeños propietarios que basan su actividad en la
explotación de escasos recursos, operan y sobreviven en estos variados, cambiantes y
peligrosos ambientes porque son capaces de gestionar los múltiples riesgos (FAO, 2004) a
través de la diversificación, flexibilidad y su capacidad de adaptación
Cuando se ha examinado la importancia y algunas de las limitaciones de la agricultura de
secano, se ha observado que la expansión de áreas de cultivo en regiones de tierras secas
pueden fallar debido a la utilización excesiva de tecnologías de producción inapropiadas en
el medio ambiente de tierras áridas, además el aumento de la presión demográfica y la
43
expansión humana en las zonas más secas durante largos períodos húmedos dejar un
creciente número de personas vulnerables a la sequía.
Por otro lado, la extracción de los elementos críticos de producción (por ejemplo, zonas de
pastoreo de la estación seca) de los complejos sistemas tradicionales de uso de la tierra a
través de la introducción de cultivos de regadío y de secano, o el aumento del uso industrial
y urbano del agua, rompen eslabones de las cadenas de producción tradicionales.
Figura 15. Tipos de Uso de la Tierra en Zonas Secas
44
Uso de Tierra en Zonas Áridas
Tipo de uso Porcentaje
Forestal natural y/o protegido 5 %
Forestal y ganadería 4 %
Forestal y plantaciones 1 %
Pastos naturales y/o protegidos 8 %
Pastoreo extensivo 16 %
Pastoreo moderado a intensivo 24 %
Pastoreo y agricultura mezclados 13 %
Agricultura de riego 4 %
Agricultura de secano 4 %
Áreas naturales desnudas y/o protegidas 7 %
Áreas desnudas con pastoreo extensivo 11 %
Humedal < 1 %
Urbano 2 %
Cuadro 7. Sistema de Uso de la Tierra en Zonas Áridas
Se estima que aproximadamente un tercio de la población mundial vive en ciudades
localizadas en regiones clasificadas como extremadamente áridas, áridas o semi-áridas
(UNEP, 1996; ICCD 2004). Si se analiza con detenimiento la distribución de las zonas
áridas del planeta, se observa cómo dentro de las áreas que poseen tal condición se
encuentran localizadas muchas ciudades importantes del mundo, situación que ha
significado una fuerte competencia por el uso de los escasos recursos hídricos en estas áreas
deficitarias, dada la demanda del recurso para uso doméstico en las urbes, cuestión que ha
significado disminución de los montos disponibles para las actividades económicas
desarrolladas por la población rural de estos espacios.
Figura 16. Áreas Urbanas en las Cuatro Categorías de Tierras Secas
45
En las últimas épocas la extracción de minerales, el uso de grandes espacios abiertos para
instalaciones militares, el urbanismo con gran consumo de energía y el turismo han ido
modificando cada vez más los estilos de vida de algunas poblaciones del desierto.
El uso y la gestión de los recursos de los desiertos para estas actividades se centran en el
agua y en la energía, y dependen fundamentalmente de estos dos recursos básicos. Los
recientes aumentos en el ritmo de la urbanización de los desiertos son el resultado de la
reubicación de extensos complejos urbanos, de la minería e ingeniería energética, del
aumento de la infraestructura de transporte, y de mejoras en las tecnologías de extracción y
abastecimiento de agua. La gran, o incluso total, dependencia de las grandes ciudades del
desierto de la importación de recursos ha pasado a ser económicamente viable porque esas
ciudades generan ingresos suficientes con sus actividades económicas. (Global Deserts
Outlook, 2006)
Figura 16. Spicewood, Texas Las Vegas, Nevada
Núcleos urbanos desarrollados en áreas desérticas
De allí que los pueblos del desierto que han nacido, se han desarrollado y se han adaptado
a un medio caracterizado por escasez de agua están cada vez más amenazados, a medida
que la “civilización” va invadiendo sus tierras, y el desarrollo y los estilos de vida
modernos van tomando la delantera a las culturas tradicionales, se enfrentan al peligro de
perder sus invalorables conocimientos que les permitieron vivir en un medio de condiciones
extremas y en situación de armonía con él, de allí que se ha sostenido que “los procesos de
desertificación son el efecto del empobrecimiento de una cultura material, de un desarraigo
y una alienación, de poblaciones y pueblos que han perdido la capacidad de control natural
del medio donde habitan” (Mancini. 2004)
Actividades de Aprendizaje
Alumnos conformando grupos de trabajos confeccionan un mapa de las zonas áridas del
planeta, indicando los pueblos que asentados en estos espacios lograron una interrelación
adecuada con la naturaleza, dando origen a sociedades avanzadas que apoyadas en las
condiciones que el medio les ofrece desarrollaron diversas actividades productivas, en las
que basan sus condiciones de vida. Cada grupo de alumnos analizará un caso específico y
expondrá brevemente acerca de las fortalezas en que determinada sociedad, en su relación
46
con el medio, se apoyó para lograr éxito en su accionar, destacando la actividad principal
llevada a cabo por dicha sociedad. Ejm: comercio, agricultura, ganadería u otra.
Apoyo:
Redman, C.L. 1990 “Los orígenes de la civilización. Desde los primeros agricultores hasta
la sociedad urbana en el Próximo Oriente”. Editorial Crítica. Barcelona.
http://www.oocities.org/es/dchacobo/CIVILIZACION.PDF
Ribeiro. L. 2013 El agua en las civilizaciones inca y preincas. Mito, ciencia y Tecnología
http://revistas.lis.ulusiada.pt/index.php/8cigpa/article/view/351/pdf_34
Salvador. R, 2005 “Los factores del medio físico en el desarrollo de los territorios”
Estudios Geográficos.
http://estudiosgeograficos.revistas.csic.es/index.php/estudiosgeograficos/article/view/147/1
45
47
UNIDAD V
5 Desertificación en tierras secas
Esta unidad se preocupa de tratar uno de los principales problemas existente a nivel
global como es el proceso de desertificación que ataca a un porcentaje muy importante de
las tierras áridas. Se consideran las causas y consecuencias que trae consigo este fenómeno
para el medio ambiente y las poblaciones que los sufren.
Los alumnos con la unidad podrán analizar información para comprender la realidad de un
espacio geográfico, en este caso las implicancias que traen para los habitantes y su
territorio el hecho que las prácticas implementadas para interrelacionarse con el medio no
son las adecuadas.
Tema 1
5.1 La Desertificación
El proceso de desertificación, se ha constituido en la actualidad en una gran amenaza para
el medioambiente, la economía, la producción agrícola, en general para el bienestar
humano de amplios sectores de la población mundial. La degradación de la tierra originada
por el fenómeno afecta principalmente a pueblos de países pobres con lo cual el efecto de
disminución de la productividad en esos lugares conduce a una situación de deterioro en
los ganados y en los cultivos practicados lo que conduce a su vez a un detrimento de los
niveles alimenticio y nutricional para las personas afectadas.
Desertificación ha sido definido por la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra
la Desertificación como: “la degradación de las tierras de zonas áridas, semiáridas
subhúmedas secas, resultante de diversos factores, tales como las variaciones climáticas y
las actividades humanas”.
Se entiende degradación de la tierra como: “la reducción o la pérdida de productividad
biológica o económica de las tierras secas” y, a su vez el término tierra, en este caso,
involucra el suelo, los recursos hídricos locales, la superficie de la tierra, la vegetación y la
producción agrícola.
La desertificación se produce en las regiones áridas, semiáridas y subhúmedas secas del
planeta, ocupan unos 5.450 millones de hectáreas, que están habitadas por un quinto de la
población mundial, es decir, 1.200 millones de habitantes en el año 2000. En estas regiones
de suelo frágil, de vegetación escasa y clima inclemente, aparece el fenómeno de la
desertificación. El proceso de degradación del suelo se observa en todas partes, pero sólo
48
puede ser definido como desertificación cuando se presenta en las zonas áridas.
Aproximadamente el 70% de los 5.200 billones de hectáreas de tierras áridas utilizadas para
la agricultura alrededor del mundo se encuentran degradadas. Dicho de otro modo, la
desertificación afecta hoy en día prácticamente a un cuarto de la superficie total del planeta.
Un total de más de 110 países poseen tierras áridas más o menos degradadas. En África, mil
millones de hectáreas, es decir, el 73% del total de las tierras áridas están afectadas por la
desertificación. En Asia, 1.400 millones de hectáreas se encuentran afectadas. Pero el
problema de la desertificación no afecta únicamente a los países en desarrollo: América del
Norte es el continente con la proporción más elevada del mundo de tierras áridas en vías de
desertificación (74%). Numerosas regiones amenazadas de Asia están situadas en el
territorio de la ex Unión Soviética.
En el proceso de degradación de las tierras se pueden distinguir dos tipos de mecanismo
que inciden en él, uno que corresponde a un fenómeno natural que origina condiciones
climáticas que resultan en la formación de un espacio árido, este es el llamado proceso de
desertización, en el que participan factores de índole astronómicos, orogénicos, dinámicos
como los flujos de circulación atmosférica y oceánica.
La segunda causa que incide en la degradación de las tierras, como es el caso de la
desertificación, se encuentra asociada a actividades humanas que impactan negativamente
en el medio, como la práctica ganadera que implica un sobrepastoreo, incendios y talas
masivas de especies arbóreas y arbustivas, prácticas inadecuadas en la agricultura,
explotación insostenible de los recursos hídricos, crecimiento inadecuado de las ciudades,
aumento excesivo de población, en especial en países en vías de desarrollo que llevan a
cabo una mala explotación del suelo, entre otras.
La degradación de las tierras es la resultante en los dos procesos, puesto que se produce una
pérdida de la productividad biológica de los espacios donde tienen lugar, lo que a la larga
los transforma en áreas de desierto. Los sectores que se encuentran más expuestos y
propensos a ser afectados por el fenómeno de la desertificación corresponden a los espacios
adyacentes a los desiertos propiamente tales como son las zonas semi-áridas y sub-
húmedas, dado que se constituyen en áreas frágiles que se encuentran bajo presión respecto
a su uso, que en muchas ocasiones puede ser inadecuado.
Uno de los primeros rasgos o indicador que demuestran la afectación de las tierras por un
proceso de desertificación está dado por la disminución de la productividad que en ellas se
produce. En base a este criterio se reconocen tres niveles de desertificación:
- Moderada cuando la pérdida de productividad es de 10% a 25%
- Severa si la pérdida es del orden del 25% a 50%, y
- Muy Severa cuando la pérdida es mayor de 50%
49
Tema 2
5.2 Causas de la Desertificación
La desertificación se origina a partir de una serie de interacciones complejas entre factores
físicos, biológicos, económicos, sociales, políticos y culturales, que tienen ocasión sobre un
territorio determinado.
5.2.1 Causas Naturales de la Desertificación
En general se trata de factores climáticos y algunos ligados a la geomorfología del área que
influyen en las condiciones del sector.
- Bajos montos de precipitaciones y recurrencia de períodos de sequías
- Alta evapotranspiración potencial
- Vientos frecuentes con capacidad de erosionar y movilizar partículas del suelo, y
provocar daño a las plantas
- Tipo de textura del suelo y su capacidad de retener humedad y fertilidad
- Forma del terreno y su relación con escurrimientos superficiales y cultivos
La estrecha relación entre los valores de las precipitaciones anuales y la cubierta vegetal
existente en una región, está expresada a través de la existencia en las distintas zonas
climáticas de una determinada formación vegetal dominante, como se observa en el cuadro
siguiente
Precipitación Vegetación dominante
0 – 254 mm/año Desierto
254 – 762 mm/año Pastizales, sabanas, bosques abiertos
762 – 1270 mm/año Bosques secos
> 1270 mm/año Bosques húmedos
Fuente: Odum, E.P. Ecology. 1963
Cuadro 8. Clima y Vegetación Dominante
5.2.1.1 El cambio climático
Se entiende por cambio climático a la variación global del clima de la Tierra, que ocurre
debido a causas naturales y también a la acción del hombre, sus consecuencias se
manifiestan a muy diversas escalas de tiempo y tiene efectos sobre todos los parámetros
climáticos, como temperatura, precipitaciones, nubosidad y otros. El fenómeno presenta
relación con el "efecto de invernadero" cuestión que se refiere a la retención del calor del
Sol en la atmósfera de la Tierra por parte de una capa de gases que se encuentran presentes
en la atmósfera, gases sin los cuales no sería posible la vida tal como la conocemos, ya que
el planeta tendría temperaturas excesivamente extremas respecto a las adecuadas para la
existencia. Entre estos gases se encuentran el dióxido de carbono, el óxido nitroso y el
metano, que aparte de su constitución natural en el medio atmosférico, son liberados por la
industria, la agricultura y la combustión de combustibles fósiles. El mundo industrializado
50
ha conseguido que la concentración de estos gases haya aumentado un 30% desde el siglo
pasado, cuando, sin la actuación humana, la naturaleza se encargaba de equilibrar las
emisiones.
En la actualidad existe un consenso científico, casi generalizado, en torno a la idea de que
nuestro modo de producción y consumo energético está generando una alteración climática
global, que provocará, a su vez, serios impactos tanto sobre la tierra como sobre los
sistemas socioeconómicos. Los países y poblaciones más pobres, que están peor preparados
para enfrentar cambios rápidos, serán los que sufrirán las peores consecuencias y entre ellos
se encuentran los habitantes de de tierras marginales, como las tierras áridas, así como las
poblaciones de montañas.
La desertificación se agrava con el cambio climático y viceversa. Al aumentar los episodios
extremos en frecuencia y gravedad debido al cambio climático, la degradación de las tierras
secas tiende a aumentar, lo que tiende a originar un círculo viciosos, con la pérdida de
vegetación provocada por la desertificación que reduce los sumideros de carbono e
incrementa las emisiones de las plantas en descomposición. El resultado es la emisión de
más gases de efecto invernadero a la atmósfera y un continuo círculo vicioso que implica el
cambio climático y la desertificación.
De acuerdo a lo señalado por la FAO, sólo en África, más de 650 millones de personas que
son dependientes de la agricultura de secano están afectados por la escasez de agua y la
degradación de las tierras, situación que puede agravar aún más con el cambio climático. Si
esta tendencia continua, dos tercios de la tierra cultivable de la región puede perderse para
el 2025 (FAO, 2009), y con ello la subsistencia de millones de pequeños agricultores.
A pesar de la situación negativa que se visualiza, no puede dejar de señalarse que las tierras
secas también pueden jugar un papel importante en la mitigación del cambio climático, por
ejemplo, mediante la retención del carbono en los suelos, si bien las tierras áridas tienen un
potencial de retención del carbono relativamente bajo por unidad de área, la gran extensión
que presentan las hace importantes, de allí que la restauración del suelo en estas regiones
favorece las capacidades de almacenamiento de gases que están en la atmósfera..
5.2,1.2 Escasez de agua
La disponibilidad de agua, es una de las situaciones que más afecta a la vida y las
actividades humanas, en las regiones áridas más que ningún otro lado, la disponibilidad de
agua suele ser crítica, por los bajos montos de agua caída, pero además por la elevada tasa
de evaporación existente, pero además, las aguas superficiales como los ríos y los lagos
tienden a desaparecer relativamente rápido. La escasez de agua y una mala calidad de la
misma amenazan la salud pública, la producción de alimento y energía, y las economías
regionales. Se estima que el 40% de la población del mundo sufre de escasez de agua. En
las tierras secas, se utilizan prácticamente todas las reservas de agua y es frecuente que
51
estén amenazadas por la contaminación, lo que ayuda a la dispersión de una gran cantidad
de enfermedades.
Aun cuando la irrigación puede mejorar la producción de alimento, una aplicación ineficaz
puede suponer un riesgo, especialmente en términos de salinización. Por ejemplo, en torno
al 10% de la tierra irrigada del mundo está dañada por la sal, agravando las amenazas sobre
la seguridad alimentaria de las poblaciones, debido a que la acumulación de sales en los
suelos reduce las producciones y puede dañar la tierra, de forma tal que supere las
posibilidades de ser reparada de forma económica. La salinización reduce el área irrigada
del mundo entre un 1 y un 2% cada año, afectando con especial dureza a las regiones áridas
y semiáridas (FAO 2002).
La degradación de las tierras secas puede tener consecuencias directas sobre el ciclo del
agua. Si hay pocas precipitaciones y la sequía se mantiene, las reservas de agua subterránea
sufren sobreexplotación lo que impide que puedan rellenarse y recuperarse, de manera que
los recursos hídricos se agotan, eliminándose en la práctica las actividades agropecuarias, lo
que impulsa a los habitantes a emigrar a regiones que presentan mejores condiciones de
vida.
5.2.1.3 Retos Energéticos
Las zonas áridas destacan por proporcionar recursos energéticos a los mercados globales,
entre ellos se encuentran combustibles de tipo extractivo mineros, pero también comestible
maderero proveniente de sectores semiáridos y subhúmedos secos, además del gran
potencial que presentan para la captación de energía solar; sin embargo en las áreas
tropicales áridas la madera sigue siendo la principal fuente de energía doméstica para
cocinar y para la iluminación, tanto en el medio urbano como en el rural, ello explica que el
uso de la leña sea una de las principales causas de la desertificación.
Aún cuando los datos sobre energía obtenida de la madera tienden a ser escasos, con un alto
grado de incertidumbre y muchos vacíos., información de la FAO señalan que el consumo
de los combustibles madereros en África alcanzó a 623 metros cúbicos en 1994, el mayor
consumo de estos combustibles per cápita de cualquier continente. Muchos países africanos
dependen en gran medida de la madera como fuente de energía, representando las leñas
más del 50% del consumo de energía principal. El efecto de la recolección y extracción de
madera ha significado un aumento de las superficies desprovistas de protección vegetal,
con todos las consecuencias que esto trae consigo, además, la escasez de agua en las tierras
secas, hace que la regeneración de la vegetación explotada sea muy lenta, reduciéndose su
crecimiento.
Sin embargo, algunas prácticas que han podido instaurarse como el establecimiento de
periodos de descanso del pastoreo y el incremento de los periodos de barbecho han tenido
efectos regeneradores espectaculares en los bosques afectados; así mismo se ha intentado
implantar cultivos energéticos que puedan ofrecer una alternativa para las fuentes de
52
energía de madera y no renovables si se manejan con responsabilidad. El cultivo de plantas
que crecen sobre eriales en las regiones de bajas precipitaciones, no compite con los
cultivos alimenticios por la tierra cultivada y contribuye a la fijación del terreno.
5.2.2 Causas y Prácticas Antrópicas de la Desertificación
La acción desarrollada por el ser humano en el proceso de desertificación alcanza gran
relevancia puesto que a través de las interrelaciones con distintos elementos, como clima,
suelo, vegetación, se transforma en un actor desencadenante del problema, pero al mismo
tiempo se constituye en víctima del fenómeno resultante.
De las diferentes causas, pueden señalarse entre otras:
Mala gestión agrícola, como sucede cuando se practica una agricultura intensiva que hace
uso de un elevado consumo de agua de regadío, utilización fuerte de mecanización, así
como la disminución de los períodos de barbecho e intensa utilización de productos
agroquímicos, lo que provoca degradación de los suelos al producirse pérdida de materia
orgánica y limitación en el crecimiento de las plantas.
Mantener suelos desprovistos de una cubierta vegetal les otorga una alta vulnerabilidad
ante la acción erosiva de los diversos agentes, al carecer de la protección que la vegetación
les otorga. Por otro lado, el uso de maquinaria pesada o la acción del agua en suelos sin
vegetación produce compactación y pérdida de estructura del suelo, dificultándose el
crecimiento de los cultivos y favoreciéndose la desertificación.
Determinados usos de la tierra que contribuyen a acelerar los procesos de desertificación,
como sucede con determinadas prácticas agrícolas, con el sobrepastoreo de ganado y fauna
silvestre, con la selvicultura extractiva y con el uso del fuego, los que afectan la estructura
del suelo, disminuyendo con ello la capacidad de infiltración y de almacenamiento de agua,
con lo cual aumenta el escurrimiento superficial y por lo tanto la erosión del terreno.
Deforestación. La pérdida de la cubierta vegetal producto de la tala excesiva de árboles, así
como la desaparición por acción de incendios forestales, contribuyen fuertemente en la
desertificación. En muchos casos la tala se lleva a cabo con el fin de explotación directa de
la madera, pero también con el objeto de despejar suelos y utilizarlos como tierras agrícolas
y pastizales para su cultivo y la práctica ganadera, en áreas semi-áridas y sub-húmedas que
presentan gran fragilidad ambiental.
Malas prácticas de irrigación que pueden significar la sobreexplotación de recursos
hídricos, lo que deja las tierras sin el agua necesaria para un adecuado balance ecológico,
afectando fuertemente el crecimiento de las plantas. También riegos defectuosos conducen
a procesos de excesiva concentración de sales en suelos irrigados afectando negativamente
el rendimiento de los cultivos.
53
Sobretalajeo. La práctica de ganadería intensiva puede implicarla degradación de los
suelos debido a que las plantas son consumidas, arrancadas y pisadas por los animales a una
tasa mayor que la de reposición, dejando en consecuencia al suelo vulnerable al quedar
desprovista de la función protectora de la vegetación.
Figura 16. El sobrepastoreo y la sequía en regiones semiáridas hacen susceptibles que
la erosión eólica afecte a los suelos. Los altos niveles de polvo en el aire son evidentes en la imagen.
Políticas gubernamentales. Determinadas políticas gubernamentales llevan a la
instauración de prácticas agrícolas o llevan a tomar medidas de gestión que conducen a
situaciones que significan degradación del medio, como sucede cuando se incentiva, con la
finalidad de aumentar las exportaciones agrícolas, la plantación y cultivo de especies menos
adaptadas a las condiciones de una región, desplazando a otras variedades que si lo están
y/o extendiendo las explotaciones hacia tierras marginales con la precariedad en cuanto a
sustentabilidad que ello significa.
Existe gran cantidad de otras actividades que pueden causar fenómenos de degradación de
suelos tanto directa como indirectamente, como sucede con la construcción de vías
camineras, construcción de instalaciones industriales, actividad minera, transporte
motorizados, construcción y expansión de asentamientos poblados, etc.
Gran parte del conjunto de acciones que el hombre desarrolla y que van directa o
indirectamente a producir efectos de degradación de los suelos, se explican por la alta tasa
de crecimiento de las poblaciones humanas, que se traduce en sobrepoblación, la que tras
54
la búsqueda de satisfacer diversas necesidades interviene los distintos ecosistemas, algunos
de ellos con débil capacidad de reposición de sus condiciones originales, lo que trae
consigo resultados indeseados.
Tema 3
5.3 Consecuencias de la Desertificación
El empobrecimiento en la productividad biológica que trae consigo el proceso de
desertificación, se ha constituido en una preocupación no sólo para las naciones
directamente afectadas sino para el mundo en su conjunto, pues está significando crisis que
comprometen a regiones que físicamente se encuentran distante de las áreas afectadas,
puesto que junto con la pérdida de fertilidad de los suelos surgen efectos sociales que
impulsan al desplazamiento de grandes masas de personas que buscan mejores condiciones
de vida.
Las consecuencias que acarrea consigo el proceso de desertificación que tiene lugar en
regiones deficitarias en recursos hídricos, son de diverso índole, entre ellos destacan:
La pérdida de las propiedades y estructura del suelo. La desertificación disminuye la
resistencia de las tierras ante la variabilidad climática natural. En las tierras áridas, recursos
como el suelo, la vegetación, los suministros de agua dulce, entre otros, tienen, en
condiciones normales, la capacidad de recuperarse luego de estar expuestos a
perturbaciones climáticas o estar sometido a efectos como pastoreo excesivo. Sin embargo,
cuando las tierras se degradan, su capacidad de recuperación se ve reducida y en algunos
casos puede ser irreversible, lo que trae consigo efectos físico en el ecosistema y secuelas
negativas en el ámbito socioeconómicos a las poblaciones asentadas en estos lugares.
El suelo se torna menos productivo. Los vientos y las lluvias ocasionales pueden
desplazar los elementos que conforman la capa superficial del suelo con pérdida de
fertilidad de los suelos por eliminación de nutrientes vitales para la vegetación. La
destrucción del terreno lleva a la formación de grietas, regueros y en algunos casos
cárcavas. Prácticas de riego inadecuadas producen aumento de salinidad de los suelos. El
sobrepastoreo, aparte de producir la destrucción de la cubierta vegetal, genera el pisoteo
constante que compacta el suelo con lo cual se pierde su capacidad para el cultivo y la
conservación de la humedad, debido a lo cual aumenta la evaporación y la escorrentía
superficial.
Inundaciones. La degradación de tierras contribuye a que se produzcan inundaciones en
torno a los cauces de los ríos, así como a la disminución de la calidad de las aguas y al
aumento de la sedimentación.
55
Tempestades de polvo. Cuando el suelo está muy erosionado, el viento puede arrastrar el
material superficial fino, originando tempestades de polvo y produciendo una fuerte
contaminación del aire, creando condiciones propicias para la aparición de enfermedades
respiratorias, oculares, alergias, entre otras.
Escasez de alimentos. La desertificación se considera un problema mundial mayor debido
a la fuerte relación existente entre la degradación de tierras secas y la producción de
alimentos. La desertificación conspira contra la necesidad de triplicar la producción global
de alimentos que permita cubrir durante las próximas décadas, las necesidades alimenticias
de una población cada vez creciente, de allí que si no se revierte o detiene la
desertificación, la producción de alimentos disminuirá en muchas áreas afectadas, causando
malnutrición y hambrunas. En la relación existente entre la degradación de tierras y el
rendimiento de los cultivos, debe considerarse el papel que juegan muchos otros factores,
como el clima, las enfermedades y plagas, los métodos de cultivo, los mercados externos y
otros factores económicos.
Conflictos sociales. La sequía y la degradación de tierras pueden dar lugar a crisis
alimentarias, a hambrunas, que generalmente ocurren en zonas de pobreza, que se agravan
debido a una inadecuada distribución de alimento, así como por la imposibilidad de adquirir
lo que se encuentra disponible. También, se producen desplazamientos internos y
emigraciones a otros países como efecto de la pérdida de productividad de las tierras, por
las sequías y de conflictos bélicos producto de las crisis asociadas a la inestabilidad social
existente.
Pérdidas de recursos económicos. Se calcula que a nivel mundial la pérdida anual de
ingreso en las regiones directamente afectadas por la desertificación es del orden de
42.000 millones de dólares. Los costos económicos y sociales indirectos que repercuten
fuera de las regiones afectadas, incluidas las corrientes de “refugiados ambientales” y las
pérdidas en la producción nacional de alimentos, pueden ser mucho mayores.
La sequía como fenómeno climático que se hace presente muy recurrentemente en las
zonas periféricas de los desiertos, implica ausencia prolongada o escasez acusada de
precipitaciones para el sector lo que trae consigo fuertes impactos.
56
El siguiente cuadro resume cuales son los impactos de la sequía:
Efectos directos
Impactos económicos
- Agricultura y ganadería
- Gestión del agua y abastecimiento (por escasez de agua)
- Industria
- Energía: generación de energía hidroeléctrica
Impactos medioambientales
- Agua, el suelo, el aire y los organismos vivos (flora y fauna)
- Zonas naturales protegidas y parques naturales
- Efectos medioambientales combinados: Contaminación
- Aumento de incendios forestales
Efectos indirectos
Economía
- Energía: generación de energía hidroeléctrica
- Comercio, especialmente en las relaciones de
exportación e importación
- Asuntos financieros: Subida de precios, Inflación
Impactos sociales
- salud pública
- empleo o desempleo
- política y los asuntos exteriores
Cuadro 9 Impactos originados por la sequía
Figura 16. Tipos de Tierras secas y población que las habita
57
Tema 4
5.4 Medidas contra la Desertificación
La lucha contra la desertización está siendo acometida desde el ámbito de cada país,
pero también lo es mediante el trabajo mancomunado de la comunidad internacional, de
manera que existen programas de cooperación que busca disminuir el proceso y en lo
posible revertirlo a través de medidas prácticas llevadas a cabo en terreno y de trabajo
educativo
La desertización se constituyó en el primer problema ambiental al que se le reconoció su
carácter global, condición que se formalizó en el marco de la Conferencia sobre
Desertización de las Naciones Unidas, que se celebró en Nairobi, Kenia, en 1977. A partir
de entonces el programa para el Medio Ambiente de las Naciones Unidas (UNEP) se ha
encargado de coordinar el trabajo que se ha impulsado a nivel global para combatir contra
este grave problema que debe afrontar un gran porcentaje de la población mundial.
Las medidas que se llevan a cabo contra la desertificación tienen como objetivos
principales prevenir y atenuar la degradación de las tierras, reparar las tierras y suelos
degradados, informar y sensibilizar a todos los sectores afectados, así como mejorar el
contexto social de los pueblos que luchan contra la pobreza y sus consecuencias.
Como la desertificación es consecuencia de una interrelación compleja de factores
climáticos, ecológicos, económicos y sociales, la prevención y atenuación de los efectos no
sólo incluye medidas tecnológicas como el bombardeo de nubes para provocar lluvias en
áreas con sequía, aplicación de técnicas de irrigación mejoradas para impulsar la
producción agrícola en regiones secas o la cría selectiva que signifique obtener ganado y
especies menos dependientes del agua, si no que se requiere además, una buena
planificación en los usos del suelo a nivel local, que incluya gestión de los recursos
hídricos, planificación de actividades ganaderas y agrícolas menos agresivas, aplicación de
técnicas agrícolas de barbecho, aplicación de tipos de cultivos adecuados para las
condiciones del suelo, gestión de los bosques, entre otras.
El respaldo de las políticas locales, así como el mantenimiento en el tiempo de medidas
como las señaladas, son necesarios para garantizar una gestión sostenible de los recursos.
Entre las medidas locales necesarias de aplicar para el combate de la desertificación se
encuentran:
Restauración y fertilización de la tierra. La aplicación de abonos significa incorporación
de nutrientes a los suelos y, al mismo tiempo, la transformación de materia orgánica en
humus, lo que trae consigo la regeneración de la tierra.
58
Acciones contra los efectos del viento. Construcción de barreras y estabilización de dunas
de arena mediante el uso de especies de plantas locales.
Reforestación, al actuar las especies arbóreas como cortaviento ayudan a la fijación del
suelo a la absorción de agua, además de actuar como sumideros de CO2 con lo cual ayudan
a combatir el cambio climático.
Prácticas agrícolas sostenibles, como conservación de la biodiversidad en la agricultura
en contra de la implantación del monocultivo, técnicas de barbecho, plantación de cultivos
más adaptados a las condiciones locales.
Las medidas de índole internacional contra la desertificación se encuentran centradas en el
trabajo cooperativo llevada a cabo entre los países desarrollados y los en desarrollo, en el
marco de la Convención de las Naciones Unidas para la Lucha contra la Desertificación
(UNCCD), lo que incorpora compromisos nacionales específicos para una acción concreta
a escala local, como señala el artículo 10 de la Convención (UNCCD. 19969):
-Establecer o fortalecer un sistema de alerta temprana que incluyan instalaciones
locales y nacionales, así como sistemas comunes a nivel sub-regional y regional, y
mecanismos de ayuda a las personas desplazadas por razones ecológicas.
- Reforzamiento de la preparación y las prácticas de gestión para casos de sequía y
planes para hacer frente a las contingencias que surjan en el ámbito local, nacional, sub-
regional y regional y para ello se hace necesario tener en cuenta los pronósticos, tanto
estacionales como interanuales, del clima.
-Establecimiento o fortalecimiento del sistema de seguridad alimentario, incluidos
instalaciones de almacenamiento y medios de comercialización, en particular en las zonas
rurales.
-Introducción de proyectos de fomento de medios alternativos de subsistencia que
pueda generar ingresos en las zonas expuestas a la sequía.
-Desarrollo de programas de riego sostenibles, para cultivos como para el uso del
ganado.
5.4.1 Países afectados por la Desertificación
De acuerdos a datos de las Naciones Unidas, la degradación del suelo afecta a alrededor de
1.200 millones de personas, que viven de fundamentalmente de la agricultura y la
ganadería en regiones que se encuentran comprometidas a la acción destructiva de la
desertificación, y unos 200 millones sufren directamente los efectos de la desertización de
manera que se han visto obligados a desplazarse de sus tierras y emigrar a otros lugares.
Entre las situaciones en las que los procesos de desertificación que se han desarrollado en
forma más severa se encuentran países como Kazajastán y Uzbekistán en Asia y la región
del Sahel en África. En el primer caso, la ejecución de impresionantes planes agrarios que
significaron la intervención de extensas superficies de tierras secas del centro de Asia y de
los cursos fluviales existentes, significó la conversión en desierto miles de kilómetros
59
cuadrados. En el caso africano, el Sahel zona de gran inestabilidad, climática, ubicada
inmediatamente al sur del desierto del Sahara, se encuentra fuertemente afectada por el
avance al sur de la condiciones de sequedad propias de Sahara, este desplazamiento está
afectando a países de la región como Malí, Mauritania, Chad y Senegal.
Los efectos de la desertización se hace sentir con mayor intensidad en territorios que
corresponden a países en desarrollo cuya población depende del uso de los recursos
naturales para su subsistencia y mejorar su condición de vida. En este sentido, África, Asia
y América Latina y el Caribe constituyen los continentes en que el problema se manifiesta
más crudamente.
En África, casi dos tercios del territorio corresponden tierras áridas y, además, es afectada
frecuentemente por sequías bastante severas que golpean muy fuertemente a la población,
la que mayoritariamente basa su economía en la explotación de la actividad agrícola y del
ganado. Los efectos negativos que traen consigo los episodios de sequías se acrecientan
debido a las condiciones restrictivas que muestran los países afectados para desarrollar una
lucha efectiva contra la desertificación. En general, los países tienen limitaciones en cuanto
a sus condiciones socioeconómicas y política, en sus marcos institucionales y jurídicos,
poseen infraestructura incompleta, así como presentan escasas capacidades científica,
técnica y educativa, de allí que requieran ayuda y cooperación internacional para afrontar la
lucha contra la desertificación. (UNCCD)
Asia cuya superficie que supera los 4.700 millones de hectáreas, posee alrededor de 1.800
millones de hectáreas de tierras áridas, semiáridas y subhúmedas, las que se extienden
desde el Mediterráneo por el oeste hasta litoral oriental bañado por el Pacífico. Este
continente, junto con ser el más poblado del planeta, es al mismo tiempo, el que presenta la
mayor cantidad de personas afectadas por la desertificación y la sequía; Tierras degradadas
en el continente existen tanto en los desiertos de China, India, Irán, Mongolia y Pakistán,
también están presente en la región central del mar Aral y en el Cercano Oriente, además
de las laderas erosionadas de las montañas de Nepal y los sobreexplotados altiplanos de
Indochina. En China se ha detectado que el desierto de Gobi se encuentra en proceso de
expansión, fenómeno ligado al efecto del cambio climático, pero también a la
intensificación de cultivos en el área, ello ha traído consigo el desplazamiento de gran
número de habitantes que ha afectado a las regiones del noroeste de China, como Mongolia
Interior, Ningxia y Gansu.
En América Latina y el Caribe, aún cuando gran parte de su territorio se encuentra inserto
en la zona intertropical y por lo tanto presenta importantes valores de humedad, un cuarto
de su superficie lo constituyen desiertos y tierras áridas, entre los que destacan los desiertos
de la Costa Pacífica de México y de Sudamérica, las tierras secas de la Patagonia, a las que
se suman las tierras altas y secas del altiplano andino que se ubican entre 3.000 y 4.500
metros de altura en sectores de Perú, Bolivia, Chile y Argentina. En las islas de las Antillas
60
mayores correspondientes a Cuba, Haití, República Dominicana y Jamaica también existen
zonas muy degradadas, destacando la intensa deforestación y erosión que presentan los
sectores montañosos de Haití. De los 28,5 millones de personas que habitan en tierras
secas de América Latina, cuatro millones viven en terrenos montañosos, 22 millones en
áreas con agricultura de secano y 2,5 millones en áreas con irrigación.
5.4.2 Los Caminos de Desarrollo en las Tierras Secas
El programa de trabajo internacional Evaluación de los Ecosistemas del Milenio (EM)
creado con el objetivo de satisfacer las necesidades de información científica de los
responsables de la toma de decisiones y el público general, acerca de las consecuencias que
tienen de los cambios en los ecosistemas para el bienestar humano y las opciones para
responder a esos cambios, en su informe Síntesis de Desertificación, muestra, a través del
esquema que sigue a continuación, los tipos de desarrollo que pueden seguir las tierras
secas en respuesta a los cambios en los factores humanos claves
El lado izquierdo del esquema muestra aquellos desarrollos que llevan a un espiral
descendente de desertificación. El lado derecho muestra aquellos desarrollos que pueden
ayudar a evitar o reducir la desertificación. En el segundo caso, los usuarios de la tierra
responden a las presiones a través de mejoras en sus prácticas de agricultura en la tierra
actualmente utilizada. Este lleva a un aumento en el ganado y en la productividad de los
cultivos, mejorando el bienestar humano y la estabilidad económico-política. Ambos
caminos de desarrollo ocurren actualmente en varias áreas de las tierras secas. (EM. 2005)
Cuadro 10. Factores Humanos Claves y su impacto en las Tierras Secas
61
La problemática del proceso de desertificación se encuentra constituida por el conjunto de
fenómenos asociados a la alteración del funcionamiento de los sistemas naturales, sociales
y culturales en las tierras secas. En el marco de la desertificación y sus relaciones con la
dimensión socioeconómica del ambiente se incorporan un conjunto de elementos que se
reconocen como las causas subyacentes del proceso Alfaro (2005), se trata de: el estado de
los componentes del ambiente en su sentido más amplio, los efectos o impactos de los
procesos de desertificación, las respuestas de los componentes socioeconómicos de la
desertificación, los esquemas de solución existentes y las barreras que limitan su adopción
Las causas subyacentes ejercen presión sobre los componentes del ambiente (humanidad-
naturaleza-sociedad) y alteran su condición, generando impactos que demandan respuesta
de la sociedad. Las causas subyacentes pueden corresponder, entre muchos otros, a
procesos de deforestación, uso inapropiado del suelo —sobre todo en lo referente a manejo
del suelo y pastoreo excesivo—, incendios forestales, y remoción de la materia orgánica
bajo el dosel del bosque.
Los componentes del ambiente afectados por la desertificación pueden ser el suelo, el agua,
la flora, la fauna y, en general, entre otros, los procesos ecológicos, hidrológicos y
socioeconómicos, como la erosión y la remoción en masa del suelo, la pérdida de
productividad de los ecosistemas, la erosión biológica y cultural, la fragmentación de los
ecosistemas y las comunidades locales —especialmente las comunidades indígenas—, la
contaminación, la salinización, las inundaciones, las sequías, y la alteración del ciclo del
carbono.
Entre los numerosos efectos de la desertificación pueden nombrarse la pobreza, la
migración, la extinción de flora y fauna, el calentamiento global, la reducción de las
precipitaciones y los caudales, las sequías y las inundaciones.
De manera análoga, entre las numerosas medidas de control y mitigación cabe mencionar la
aplicación de políticas públicas, la promulgación de leyes específicas, la adopción de
incentivos, las prácticas de conservación de suelos y aguas, la recolección de aguas lluvia,
la forestación, la revegetación, así como la introducción de esquemas de producción
apropiados y de sistemas de alerta temprana de sequía (Alfaro, 2005:64).
62
En: Alfaro, 2005
Cuadro 11. Causas Subyacentes de la Desertificación
Actividades de aprendizaje
Estudio de casos:
1. Áreas afectadas por procesos de desertificación producto de mal manejo de los recursos.
FAO 1998 ¿Es hora de rescatar el mar de Aral?
http://www.fao.org/ag/esp/revista/9809/spot2.htm
Micklin, P. P. 1988. Desiccation of the Aral Sea: A water management disaster in the
Soviet Union. Science 241: 1170-76. http://www.ciesin.org/docs/006-238/006-
238.htmltion/files/educacion_ciencia_montanas.pdf
63
2. Zonas afectadas por desertización, acrecentadas la degradación de tierras por acción
humana.
CEDEAO et du CSAO / OCDE, 2007
“La zone écologique fragile des pays du sahel” En: Atlas de l'Intégration Régionale en
Afrique de l'Ouest http://www.oecd.org/fr/csao/publications/38410487.pdf
3. Técnicas tradicionales adaptadas para el manejo de áreas deficitarias en agua.
Qanats. www.waterhistory.org
4. Experiencias positivas de control de la degradación.
China: Frenando el avance del desierto: Barreras verdes alrededor de los oasis de Xinjiang.
http://www.unesco.org/mab/doc/ekocd/spanish/china.html
64
UNIDAD VI
5 Las Montañas
Las montañas conforman espacios geográficos mundiales que se caracterizan por
constituir un medioambiente restrictivo para el desarrollo de la vida, en especial por las
condiciones climáticas y topográficas, condiciones que imponen límites respecto al uso de
la tierra. Los ecosistemas de montaña, no obstante, son una reserva de biosfera, puesto que
acogen una gran variedad de recursos importantes para la humanidad, que incluyen
animales y plantas, recursos hídricos, como también, minerales.
Los alumnos mediante esta unidad comprenden la concepción de espacio geográfico como
resultado de la interacción entre la sociedad y el medio ambiente de montaña en general y
de montañas de condiciones áridas en especial, destacándose aquellos procesos y
elementos que han determinado su capacidad de resistencia a las perturbaciones a que están
sometidos
Si bien las montañas y tierras altas representan alrededor del 36 % de la superficie en el
planeta y en ellas vive alrededor del 10 % de la población mundial, un número mayor tiene
dependencia de estos espacios, en especial de los recursos que de ella provienen, como
sucede con los hídricos, forestales y energéticos.. Representan, además, un importante
papel ecológico, como áreas de reservas que permiten el mantenimiento de la
biodiversidad, toda vez que muchos sectores de montaña poco accesibles por sus
condiciones escarpadas se han transformado en verdaderos lugares de refugio para especies
vegetales y animales que en otros lugares han sido afectados por diversas actividades
antrópicas. Esta condición especial de algunas áreas de montaña, ha sido valorada y en
muchos casos estos sectores de paisajes poco alterados se han constituido en Reservas o
Parque Naturales.
Tema 1
6.1 La montaña y sus características naturales
Se destacan las condiciones físicas predominante en las áreas de montaña, reconociéndose
en estos espacio la existencia de rasgos comunes, pero también diferenciadores, ligados a
su ubicación en el planta, origen y procesos predominante que destacan en su dinámica
Los rasgos que fundamentalmente se han utilizado para definir una montaña, son los de
altitud y pendiente, sin embargo, dado la gran diversidad que existe en el mundo de estos
relieves, se han ido incorporando otros elementos a considerar, que no sólo se refieren a
aspectos topográficos, sino que además se han tomado en cuenta aspectos climáticos,
vegetacionales y la participación del ser humano en estos espacios.
65
Desde una visión geoecológica que considera los usos del suelo y las limitaciones al
aprovechamiento humano, montaña consiste en “un importante relieve relativo sobre la
llanura circundante (entre 300 y 500 m) con suficiente desarrollo altitudinal como para
permitir la presencia de más de un piso de vegetación y notable variedad de procesos
morfoclimáticos, con fuertes pendientes (más de 20°) en las laderas y presencia ocasional
de escarpes y, finalmente, con unos usos del suelo basados en la fuerte cohesión social, en
la importancia de la ganadería y en las dificultades topográficas y climáticas para el
aprovechamiento agrícola, que generalmente se vincula sólo a las laderas bajas y medias”
(García Ruiz 1990:18). Esta definición permite diferenciar las montañas de otros relieves
de altura, pero que tienen un desarrollo altitudinal menor, como es el caso de las colinas, las
que carecen de pisos diferentes de vegetación, así como de las tierras altas tipo mesetas.
Figura 17. Principales áreas de montaña en el Mundo
6.1.1 Origen de las montañas
La orogénesis o proceso de formación de montaña tiene su inicio a partir de la acción que
producen las fuerzas internas o endógenas de la tierra que se traducen en movimientos que
afectan a la corteza terrestre, lo que se asocia a la teoría de la tectónica de placas, modelo
teórico que considera que la litosfera está dividida en grandes placas que se desplazan
algunos centímetros al año debido a las fuerzas internas del planeta ligadas a movimientos
de convección que se produce en el manto terrestre (donde la temperatura es muy elevada y
el material no se presenta en estado sólido), lo que provoca que colisionen, se separen o se
66
deslicen de forma lateral. La colisión de las placas litosféricas continentales favorece el
surgimiento de alineaciones montañosas.
La acción de las fuerzas en juego, según los tipos de rocas y la resistencia que oponen, son
responsables de que se presenten procesos de plegamientos del material rocoso o de
rompimiento de las rocas en grandes bloques con desplazamientos verticales de unos
respecto a otros.
Las erupciones volcánicas también conforman un efecto en la superficie terrestre de la
manifestación de las fuerzas endógenas, poseen la capacidad de generar montañas; como
las principales manifestaciones de la téctonica de placas tienden a concentrarse en las áreas
de contacto entre ellas, la mayoría de los relieves montañosos, así como gran parte de la
actividad volcánica del mundo se concentra a lo largo de las zonas de contacto activo entre
placas de la litosfera.
6.1.2 Tipos de Montañas
En cuanto a su origen, procesos que participan en su formación y las características que
presentan, se distinguen cuatro tipos principales de montañas: plegadas, en bloque, en
domo y volcánicas.
Las montañas plegadas varían mucho en complejidad, pero se ajustan al tipo básico.
Plegamiento o pliegue, es una deformación de las rocas, generalmente sedimentarias, en la
que elementos de carácter horizontal, como los estratos, quedan curvados formando
ondulaciones alargadas y más o menos paralelas entre sí.
Los pliegues se originan por esfuerzos de compresión sobre las rocas que no llegan a
romperlas pero si a deformarlas Por lo general se ubican en los bordes de las placas
tectónicas y obedecen a dos tipos de fuerzas: laterales, originados por la propia interacción
de las placas (convergencia) y verticales, como resultado del levantamiento debido al
fenómeno de subducción a lo largo de una zona de subducción más o menos amplia y
alargada, en la que se levantan las cordilleras o relieves de plegamiento
Las montañas plegadas son las más importantes, constituyen cordilleras de miles de
kilómetros de longitud. Suelen estar asociadas con montañas falladas en bloque y con
montañas volcánicas, porque las fuerzas causantes del plegamiento de las rocas son las
mismas que producen las fallas y provocan volcanismo. Se originan por movimientos y
colisiones de las grandes placas que forman la corteza terrestre. Algunas de estas placas son
enormes y pueden soportar y acarrear continentes enteros. Cuando dos placas chocan, la
más densa se mete bajo la otra, y esto provoca que los sedimentos depositados en la cuenca
o geosinclinal que las separaba se plieguen hacia arriba. Los grandes pliegues formados en
el sedimento comprimido pueden romperse y formar montañas.
67
Figura 18. Cordillera de Los Andes, montaña de plegamiento
Si en el choque inicial una placa continental tiene un movimiento rápido, los pliegues
pueden alcanzar alturas mayores y las cordilleras formadas pueden ser muy altas y exten-
sas. Una placa continental empujada bajo otra tiende a ejercer una presión hacia arriba,
tiende a salir a la superficie, con el tiempo la placa estacionaría va siendo levantada y la
cordillera se desplaza con la placa. El Himalaya se formó cuando el borde norte de la placa
continental de India chocó con la placa asiática y se introdujo bajo ella; la placa asiática fue
levantada y surgió el Himalaya.
Los geosinclinales son los lugares donde nacen las futuras montañas. Se trata de extensas
depresiones estrechas en las que se acumulan gruesas capas de sedimentos. Los sedimentos
de los geosinclinales desarrollados entre dos placas corticales en colisión son comprimidos
y amontonados hacia arriba formando amplios cordones que crean cordilleras. Todo este
proceso suele ir acompañado de fusión o recristalización por presión, que así produce rocas
metamórficas, plutónicas y volcánicas, como son los gneis, los granitos y las riolitas.
Los Andes, Alpes, Cárpatos e Himalaya son algunas de las cordilleras plegadas del planeta.
Las rocas han sido complejamente comprimidas y plegadas, con intrusiones de roca
fundida, metamorfismo extendido (cambios en las rocas) y fallamiento. Los numerosos
terremotos en los Andes indican que estas montañas aún se están moviendo y continúan en
proceso de consolidación.
Las montañas en bloque fallado corresponden a estructuras fracturada a gran escala.
Internamente suelen estar muy plegadas y falladas y se forman por una falla profunda o por
un horst o bloque elevado, muy extenso moldeado por la erosión. Muchas se elevan
abruptamente sobre las tierras bajas adyacentes. Las montañas que se forman en estos
lugares denominadas montañas de bloque de falla, están relacionadas con fallas normales
de gran ángulo que disminuyen de buzamiento de manera gradual con la profundidad. La
68
mayor parte de las montañas de bloque de falla se forman en respuesta a un gran
levantamiento, que provoca el alargamiento y el fallado. Una situación de este tipo está
ejemplificada por los bloques de falla que se elevan por encima de los valles de rift del este
de África.
Una de las regiones más extensas de la Tierra con montañas de bloque de falla es la que se
extiende en una dirección aproximada norte a sur a lo largo de casi 3.000 kilómetros en
América del Norte y abarca todo el estado de Nevada y algunas partes de los estados
circundantes, así como algunas partes del sur de Canadá y el oeste de México. Aquí, la
corteza superior frágil se ha roto literalmente en cientos de bloques de falla. La inclinación
de estas estructuras falladas (semigraben) dio lugar a varias cordilleras montañosas casi
paralelas, con una longitud media de unos 80 kilómetros que se elevan por encima de las
cuencas adyacentes llenas de sedimentos.
Figura 19. Sierra Nevada, montaña en bloque fallado
Los domos se forman por el abombamiento de estratos, como cuando se produce una
intrusión granítica. Al aumentar el abombamiento, la superficie es erosionada y queda
expuesto el granito subyacente. Cuando son altos y extensos constituyen montañas en
domo. Es, en realidad, un anticlinal abombado por las fuerzas internas que elevan los
estratos ejerciendo presión hacia arriba en un punto o a lo largo de una línea relativamente
corta. Cuando el motivo de dicho abombamiento es la formación de un lacolito o batolito,
es decir, una intrusión ígnea, los estratos superficiales levantados resultan rápidamente
erosionados y llegan a conformar estructuras de crestas concéntricas conformadas por los
estratos más resistentes a la erosión. Es el caso de la estructura de Richat, en Mauritania
que no es sino un domo anticlinal, sedimentario, casi completamente erosionado.
69
Figura 20. Montaña Domo Yosemite
Las montañas volcánicas crecen visiblemente durante las erupciones. Cuando su último
crecimiento ha sido reciente, su forma apenas está afectada por la erosión. A medida que se
producen nuevas erupciones, los sucesivos flujos de cenizas y lavas van aumentando la
altura del volcán. Las montañas volcánicas son relativamente escasas en el interior de los
continentes. Son características de ciertas islas, pudiendo formar arcos insulares de varios
miles de kilómetros de longitud; uno de estos arcos es el de las islas Aleutianas. Los
volcanes pueden ser clasificados como montañas de líneas sencillas, aisladas por lo general,
ya que cada foco ha construido su propio cono. Las mesetas formadas por mantos de lavas
que acompañan a muchos de ellos intensifican la impresión de simplicidad. Los conos de
cenizas ofrecen el raro espectáculo de una montaña sin consistencia, que por su
permeabilidad, impide la erosión, pero también impide el arraigamiento de la vegetación.
Los grandes relieves están tallados en materiales duros, con lavas solidificadas que
conservan durante largo tiempo sus formas primitivas. Se conocen cimas volcánicas de
relieve muy marcado, debido a que sus rocas cristalinas, han sido moldeadas por el hielo y
los glaciales.
Figura 21. Montaña volcánica, Mauna Kea, Hawai
70
Las montañas pueden agruparse y formar cordilleras, como es el caso de la Cordillera de
los Andes en América del Sur o en grupos macizos, donde forman una gran masa circular
compactada, como en el caso del Mont Blanc de los Alpes de Europa.
6.1.3 Complejidad geológica y geomorfológica de las montañas
Como se señaló, las montañas presentan en cuanto a su génesis, una diversidad bastante
amplia de procesos que participan en su formación, en la edad o período que se
constituyeron como el gran relieve que hoy presentan, ello mismo ha significado que la
orogenia ha actuado sobre distintos materiales rocosos, por lo cual entre las montañas
podemos reconocer la predominancia de rocas sedimentaria para el caso de montañas
plegadas, conformadas a partir de la deformación de material rocoso que responde con
plasticidad ante la fuerza endógenas que la afectan; en cambio montañas creadas por efecto
de bloques fallados, principalmente, responden a formación de éste tipo de relieve en rocas
de mayor resistencia ante la fuerza endógenas actuantes, se trata de rocas ígneas de cierta
antigüedad fuertemente consolidadas que responden con gran rigidez a las fuerzas y
tensiones que las afectan, lo que lleva a su rompimiento o quiebre y al consiguiente
desplazamiento entre bloques resultantes, lo que crea los denominados pilares tectónicos o
bloque sobresaliente que los que finalmente devienen en sectores de montaña.
El material magmático existente bajo la corteza terrestre, que se encuentra a altísima
temperatura, es el responsable de las erupciones volcánicas en la superficie del planeta y
por lo tanto, también lo es de la formación de los edificios volcánicos conformados por la
superposición de capas sucesivas del material incandescente que aflora al exterior y que al
solidificarse por enfriamiento da origen a las rocas ígneas eruptivas o extrusivas, entre ellas
las coladas de lavas.
Responsable también de la formación de las montañas tipo Domo es el proceso de ascenso
del material magmático hacia la superficie, proveniente de manto interior del planeta;
material que en éste caso no alcanza a aflorar quedando incluido entre las capas de la
corteza próximas al exterior como batolito, lo que crea un gran prominencia o
solevantamiento de las capas superficiales en forma de gran cúpula que puede cubrir una
gran superficie.
La altitud y la pendiente son rasgos geomorfológicos de gran importancia en la dinámica
que presentan las montañas, debido a que determinan el desarrollo de una serie de
situaciones y procesos que son responsables de los cambios a que están sujetos estos
grandes modelados. La altitud que alcanza una montaña presenta directa relación con los
valores térmicos existente en ella, aún cuando también influye la latitud en que tal entidad
se ubica, si bien a grandes alturas en la montaña la localización latitudinal pierde
significación.
71
La temperatura permite distinguir la cliserie o pisos altitudinales de vegetación, niveles
diferenciados de uso del suelo y de procesos morfoclimáticos.
Figura 22. Zonación climática vertical
6.1.4 Los climas de montaña
En toda montaña el aumento de altitud tiene efectos climáticos, puesto que ello implica
variaciones térmicas, de radiación solar, disminución de la presión atmosférica, entre otros
cambios, situación que distorsionan localmente las características del clima predominante
de la región en que se encuentra determinada montaña, aún cuanto mayor sea la altura de
que alcance la montaña más se pierden las particularidades del clima regional por el
dominio que empiezan a ejercer las condiciones de temperaturas y presiones propias de las
capas atmosféricas más altas en las que penetran las altas cumbres de las montañas, ello
finalmente otorga a las altas montañas características similares, independiente de la
ubicación que estos relieves presenten en el planeta.
El ascenso o aumento de la altitud en las montañas, trae consigo la disminución de la
presión atmosférica, la que se produce siguiendo una gradiente vertical de acuerdo a la
disminución de la densidad de los gases que presenta la atmósfera.
Altitud (metros) Presión (Hpa)
0 1013
1.000 899
2.000 795
3.000 701
4.000 616
5.000 540
Cuadro 11. Disminución de la presión con la altitud en la montaña
72
La reducción de la presión va acompañada de un descenso de las temperaturas del aire de,
aproximadamente, -0,6° C/100 m. que corresponde al “gradiente térmico” de la atmósfera.
Este descenso de las temperaturas es común a todas las montañas del mundo aunque el
gradiente varía ligeramente según las regiones y la estación, siendo mayor en las latitudes
medias que en las tropicales y mayor en verano que en invierno.
La menor densidad y la mayor transparencia de la atmósfera existente en las montañas
favorecen que la radiación solar incidente sea muy fuerte en estos lugares de manera que, si
bien el aire permanece frío, el suelo expuesto al sol absorbe bastante energía y pueden
presentar temperaturas que compensan parcialmente el enfriamiento altitudinal. Situación
que relacionada con la exposición que presentan las vertientes de las montañas en las zonas
de latitudes medias, explica las claras diferencias térmicas que se presentan durante las
horas diurnas entre las solanas o laderas expuestas al sol y las umbrías o laderas que
permanecen a la sombra, puesto que el ángulo de incidencia con que llegan los rayos
solares a la superficie terrestre en estas latitudes favorece que las laderas expuestas hacia el
ecuador (sur en el hemisferio norte y norte en el hemisferio sur) reciban mayor energía que
las vertientes opuestas.
Este fenómeno pierde significación en las zonas intertropicales debido a que la condición
de solana y umbría no es permanente para las laderas, toda vez que el sol ilumina una u otra
según la época del año.
Figura 23a y 24b. Laderas de solana y de umbría (izquierda y derecha) a 1200 metros de
altitud en los Andes del centro de Chile. La vegetación indica tendencia a la sequedad en
solana y más húmeda en umbría.
En lo que respecta a las precipitaciones, las montañas al constituirse en un obstáculo para el
libre desplazamiento de las masa de aire favorecen la formación de movimientos
73
convectivos orográficos, ascensos que favorecen la condensación de la humedad contenida
en el aire debido al descenso de la temperatura, pudiendo al alcanzar el punto de rocío
generándose precipitaciones líquidas o sólidas según sea la temperatura. Ello explica que en
muchas montañas las precipitaciones sean más abundantes que en áreas circundantes.
Las montañas junto con favorecer las precipitaciones debido al ascenso del aire por sus
vertientes, son también responsables de los movimientos subsidentes en las vertientes de
sotavento, lo que produce aumento de la temperatura de las masas de aire lo que las aleja
de la saturación, de allí que ante la existencia de vientos húmedos de dirección permanente
las montañas favorecen la descarga de humedad en la vertiente de barlovento y e inhiben la
lluvia en sotavento, lo que origina clara disimetría entre los sectores.
6.1.5 Dinámica geomorfológica de las áreas de montaña
La montaña es siempre un medio muy dinámico donde operan permanentemente fuerzas
modificadoras del relieve que se expresan a través de la actividad de los procesos erosivos
que crean y modelan una serie de geoformas en estos espacios y que son favorecidos por las
condiciones climáticas y topográficas existentes.
Las pendientes conforman uno de los rasgos fundamental de las áreas de montaña, puesto
que favorece la eficacia de los procesos que dependen de la fuerza de gravedad, como
ocurre con los desprendimientos, los aludes o los movimientos de ladera, como sucede con
el proceso de solifluxión que implica desplazamiento masivo y lento por gravedad de
materiales superficiales debido a la fluidez que adquieren cuando absorben gran cantidad de
agua.
Las aguas que escurren superficialmente por las fuertes pendientes que presentan las
vertientes de las montañas, adquieren la categoría de torrente por la gran velocidad y caudal
irregular que poseen, alcanzan gran capacidad de erosión, aumentando por lo tanto la
capacidad de profundizar sus cauces, así como la de transportar una carga mayor.
En alturas a las cuales las temperaturas descienden a valores bajo cero, la nieve y el hielo
adquieren gran importancia morfogenética, al presentarse procesos de erosivos de índole
física o mecánica llevados a cabo por masas glaciares que descienden por las laderas
modelando valles y depositando materiales morrénicos. La alternancia o fluctuaciones de
temperaturas sobre y bajo cero grado participa también en los procesos de meteorización
que sufren las rocas en las montañas, pues es responsable de la gelifracción o destrucción
de la roca por efecto de la acción de cuña producida por el agua que se introduce en fisuras,
esta al transformarse en hielo y adquirir mayor volumen presiona las paredes de las
diaclasas que lo contienen produciéndose a la larga el rompimiento de la roca
Como los procesos erosivos principales son los de orden físico, una limitación existente en
el medio de montaña se relaciona con los suelos en el sector, pues predominan los
74
afloramientos rocosos y clastos y detritos que no han sido afectados por procesos químicos,
inhibidos por las bajas temperaturas existentes. Al faltar la descomposición de la roca,
punto de partida para la formación del suelo y la presencia de materia orgánica, en general
los suelos son escasos en estos modelados y cuando se presentan son bastante esqueléticos.
En los sectores bajos de las montañas se presentan áreas superficiales continuas
conformadas por suelos, sin embargo, a medida que se asciende en altitud su presencia es
discontinua y tiende a presentarse en algunos rellanos o concavidades del terreno,
predominando la roca desnuda. (García, 2011)
Tema 2
6.2 Uso antrópico de la montaña
Los procesos de adaptación de las sociedades humanas a medios naturales difíciles, les
conducen a un trabajo continuo de aprendizaje que resulta en una gran capacidad de
intervenir esos medios, usarlos y manejarlos lo que les permite constituirlos en su hábitat
permanente y obtener de ellos sus medios de vida. Se destacan las condiciones y el
ordenamiento que de esos espacios se lleva a cabo a través de las actividades desarrolladas
por las poblaciones.
Las condiciones del medio natural de montaña resultan fuertemente restrictivas para las
actividades humanas ya que el relieve, el clima, la pobreza de los suelos y varios procesos
geomorfológicos limitan las posibilidades de desarrollar la actividad agrícola, dificultan las
comunicaciones y el asentamiento permanente de población, con excepción de los espacios
que conforman su parte basal, donde se presentan laderas de menor altitud y algunos fondos
de valle con condiciones de clima más favorable y con existencia de suelos mejor
constituidos.
A diferencia de la agricultura, la actividad ganadera tiene mayor presencia en las tierras
altas, pues en determinadas franjas de altitud, se encuentran condiciones favorables para su
práctica, debido a la existencia de pastos de buena calidad. De hecho, en muchas cordilleras
del mundo se encuentran los territorios de culturas pastoriles muy antiguas, que se
encuentran perfectamente adaptadas a las tierras de altura que ocupan.
Las áreas de pastos naturales de algunos ambientes de montaña destacan por su relativa
riqueza y productividad debido a que frecuentados por importantes masas de ganado a lo
largo de milenios, se han beneficiado por los aportes orgánicos que incorporados al suelo
favorecen el crecimiento de especies herbáceas de alto nivel nutritivo.
Si bien los medios de montaña son frágiles y muy vulnerables a las actividades humanas
que pueden producir impactos de larga duración, ellos tienden a concentrarse en los valles y
en las cotas más bajas decreciendo rápidamente su intensidad a mayor altura. Debido a ello
75
las áreas superiores de las grandes cordilleras se conservan en un estado muy próximo al
original, situación que las convierte en grandes reservorios de biodiversidad.
6.2.1 Mirada geoecológica sobre la montaña
La geoecología entendida como el abordaje de la interrelación total y compleja entre los
organismos y sus factores ambientales, aporta una perspectiva global para el estudio de la
organización de los paisajes a diferentes escalas, y si bien para la consideración del estudio
de la dinámica del paisaje y su organización espacial recurre a la geografía física, tiene muy
presente la acción humana ejercida sobre los diferentes espacios, dado que al hacer uso del
territorio participa en la dinámica transformadora de los paisajes. (García Ruiz, 1990)
A partir de esta mirada se han establecido criterios que permiten distinguir entre la llamada
alta montaña y la media y baja montaña, sectores que presentan procesos naturales
actuantes y morfologías diferentes y por lo mismo usos y organizaciones espaciales
también distintas.
Debido a lo disímil de las cordilleras en el mundo en cuestiones como latitud en que se
presentan, ubicación al interior de los continentes, alturas, pendientes, entre otras, lo que
dificulta la consideración de valores de altitud semejantes para determinar límites entre alta
y media montaña, se consideran elementos como la presencia de la línea superior del
timberline (límite superior en que se presentan especies arbóreas) así como el nivel inferior
que alcanza el modelado periglaciar activo, es decir la presencia de procesos y formas
ligadas al hielo en el suelo. La posición altitudinal del timberline alcanza valores diferentes
en el planeta, se eleva progresivamente a medida que se disminuye en latitud, lo que se
asocia al hecho que el nivel que alcanza está controlado por las temperaturas de verano.
Desde el punto de vista del uso humano de las áreas superiores de la montaña, ellas tienen
un aprovechamiento estacional y en algunos casos ocasionales, mediante la ganadería
trashumante que se beneficia de los pastos durante la estación de verano (García Ruiz,
1990).
Bajo el timberline se encuentra la media montaña, sector en la que existe una mayor
intervención humana, que utiliza estos sectores en actividades productivas de tipo
permanente, en muchos casos la organización del paisaje se encuentra controlado por las
actividades humanas. Se pueden encontrar áreas de bosques de montaña, laderas y fondos
de valles cultivados y asentamientos permanentes de población.
La diferenciación entre media y baja montaña es imprecisa, en consideración al hecho que
para su determinación no se recurre a principios generales como sucede con los umbrales
morfoclimáticos y biogeográficos utilizados para la distinción entre alta y media montaña,
en este caso corresponde a criterios locales ligados a percepciones de las poblaciones
asentadas.
76
Los tres primeros pisos corresponden a la alta montaña, en los que destacan el hielo como
agente en los cambios en el relieve, la importancia de los escarpes rocosos y la existencia
de vegetación herbácea que condiciona el uso en pastoreo. En el cuarto piso, subdividido en
niveles, existe un dominio del bosque que va desde el timberline hasta los fondos de valle,
en el que destaca el uso humano del sector que conduce a la transformación del espacio.
Piso Ambiente Proceso
Geomorfológico
Pisos
Botánicos
Usos del suelo
1 Alta montaña
glaciada
Divisorias afiladas
Glaciares
Erosión glaciar,
Aludes de nieve,
Caída rocas,
Gelifracción
Glacionival Alpinismo
2 Alta montaña
rocosa
Escarpes rocosos.
Glaciares relictos
Laderas con
piedras
Gelifracción
Erosión nival Suelo
estructural
Gelifluxión
Crio-nival Alpinismo y
excursionismo.
Caza y esquí de
montaña
3 Alta montaña
con pastos
supraforestales
Pastos suprafores-
tales densos en
suelos profundos y
escarpes rocosos
Solifluxión,
deslizamientos,
Arroyamiento
difuso
Alpino y
subalpino
Pastoreo estival,
excursionismo,
caza, esqui
4a Piso forestal.
Piso superior
del bosque
Bosque subalpino
con coníferas, a
veces transforma-
dos en pastos
Aludes de nieve,
Solifluxión, repta-
ción. Arroyamiento
difuso. Gelifracción
Subalpino Pastoreo estival,
Caza. Esqui.
Explotación fores-
tal mitigada
4b Piso forestal
Bosque mixto
en suelo
forestal
Bosques densos, a
veces aclarados
con cultivos en
pendientes medias
(<60 – 70%)
Reptación, arroya-
miento difuso, in-
filtración Despren-
dimientos. Trans-
porte torrencial.
Sedimentación en
conos de aludes
Montano Pastoreo en
estaciones inter-
medias. Excursio-
nismo. Caza.
Explotación fores-
tal intensa. Culti-
vos ocasionales
4c Laderas bajas y
fondos de valle
Cultivos intensi-
vos sobre depósi-
tos coluviales y
aluviales.
Pendientes suaves
Terrazas y conos
de deyección
Inundaciones,
Sedimentación
fluvial y torrencial
Colino Agricultura inten-
siva. Instalaciones
ganaderas.
Asentamientos
humanos. Caza.
Explotación fores-
tal mitigada.
Pastoreo estación
fría. Instalación
embalses y redes de
comunicaciones
Cuadro 12. Escalonamiento altitudinal de los pisos geoecológicos en las regiones de
montaña basado en montaña alpina (Zona Templada) (según García Ruiz, 1990)
77
Los pisos presentan, además, claras relaciones entre sí, de manera que tanto desde el punto
de vista físico como humano, la montaña conforma un sistema compuesto por subsistemas
dependientes entre sí, entre los que se producen transferencia de materiales, y donde el uso
que hace el hombre de este territorio le otorga unidad.
Actividades de Aprendizaje
Respecto al estudio de relieves de montañas, usando mapas topográficos a escala 1:50.000
y 1:100.00, se procederá a:
Identificar planicies y montaña, igualmente diferenciar las principales formas del relieve
(fondos de valle, vertientes, superficies abruptas, superficies planas, línea de cumbres,
puntos culminantes, entre otras.) del área de montaña en los Andes Centrosur
Reconocer en imágenes satelitales la red fluvial, los núcleos de población, las vías de
comunicación y el de uso del suelo en la montaña y determinar la existencia de pisos
diferenciados.
Confeccionar perfiles con medición de pendientes, para distinguir tipos de laderas
montañosas
78
UNIDAD VII
7 Las Tierras Áridas y de Montaña en el Norte de Chile
Esta unidad busca destacar la intima relación existente entre las dinámicas
espaciales que se presentan entre el sector andino y el área desértica del extremo norte del
país, región que se encuentra conformado por unidades reconocibles entre si, pero que se
complementan y permiten el asentamiento permanente de población en este territorio, la
que intermediadas por la concepción cultural desarrollada a lo largo de su relación con el
medio les permitió domeñarlo.
Los alumnos estarán en condiciones de aplicar con rigor metodológico técnicas de
investigación en el campo de la geografía regional centradas en el espacio árido y de
montaña del norte del país
Tema 1
7.1 El medio natural
Se aborda el medio natural como soporte de las actividades humanas sobre el cual se
han constituido y organizado, a lo largo del tiempo, una serie de sociedades humanas que
han sido capaces de domeñar un medio riguroso, como es el desértico y el de montaña
El extremo norte de Chile forma parte del Desierto de Atacama, la gran zona árida
sudamericana situada entre la vertiente occidental de la cordillera de los Andes y el litoral
del océano Pacífico. Este sector posee la particularidad de contar con algunos sistemas
hídricos que fluyen con sus aguas hacía el occidente alcanzando con su desembocadura, el
mar, situación que es favorecida por la existencia de la cordillera y altiplano andino que
margina por el oriente el espacio hiperárido, relieve de montaña que favorece la ocurrencia
de precipitaciones estivales al influir orográficamente sobre las masas de aire húmedas
provenientes desde la cuenca amazónica y sectores atlánticos. Masas de aire que son
movilizadas desde los sectores orientales de Sudamérica mediante el desarrollo de un
sistema monzónico que se forma debido a la diferencia de calentamiento entre las tierras y
las aguas oceánicas, y en consecuencia se asocia a fenómenos de convención térmica que
se presentan en el interior del continente.
La estación lluviosa, tiende a presentar una secuencia de fases activas e inactivas, las que
varían en frecuencia e intensidad de un año para otro, de allí que la estación lluviosa puede
presentar lluvias por sobre o bajo lo normal. En cuanto a las temperaturas, destaca el hecho
que se presentan valores moderados en los sectores costeros del Desierto de Atacama
(hecho climático azonal tratándose de un desierto esencialmente intertropical), lo se debe a
la influencia de la Corriente de Humboldt, mediante la cual masas de agua fría
79
subantárticas son trasladadas a lo largo del litoral sudamericano hacia latitudes bajas. En
cuanto al rol de la continentalidad y altura, es posible detectarlo a partir de las diferencias
existentes entre Arica y Putre, ubicadas a una latitud semejante, pero con más de 3000
metros de diferencia de altitud. (Romero, et als, 2011)
El comportamiento de las temperaturas mínimas y máximas promedios (figura 5), la
oscilación térmica diaria y estacional aumenta gradualmente desde la costa hacia el interior
del Desierto de Atacama, obedeciendo a la mayor continentalidad y altura.
En lo que se refiere a las precipitaciones en la región, el control pluviométrico ejercido por
las altas presiones asociadas al Anticiclón del Pacífico del Sudeste y la formación de
inversiones térmicas de subsidencia y las de radiación asociadas al predominio constante de
las surgencias de aguas subantárticas de la Corriente de Humboldt, impiden la formación de
nubes de altura y con ello la ocurrencia de precipitaciones en la franja que va desde la costa
hacia el interior hasta alcanzar aproximadamente los 2000 m de altura. De allí que las
estaciones ubicadas a menor altura y bajo la influencia de la circulación del Pacífico, como
sucede con Arica (58 m.s.n.m.) y Codpa (1837 m.s.n.m.) apenas registran lluvias, pero en
las estaciones de mayor altura, bajo la influencia del monzón sudamericano, los montos
anuales pueden superar los 600 mm. Los montos de precipitación aumentan definitivamente
a partir de los 3000 m.s.n.m
La alta variabilidad interanual de las precipitaciones altiplánicas queda demostrada en la
ocurrencia de años completamente secos hasta otros, que en función del aumento de la
altura, pueden aproximarse a 1000 mm anuales de agua caída, situación que deja de
manifiesta la gran incertidumbre sobre la existencia de agua superficial, trayendo como
consecuencia un aumento creciente de la presión sobre los recursos subterráneos, muchos
de los cuáles son de carácter fósil y por ello, no renovables. (Romero et als, 2011)
Tema 2
7.2 Uso de la tierra en el extremo árido norte de Chile
El aumento de la presión sobre los escasos recursos hídricos en la región, ha puesto de
manifiesto un conflicto entre sistemas de vida tradicionales sostenido por poblaciones
originarias que habitan las áreas de montaña con los requerimientos del recurso cada vez
creciente, demandados por las actividades agrícolas desarrolladas en los valles costeros
insertos en el medio desértico extremo, que, además, se encuentran en un franco proceso
de aumento superficial por incorporación de nuevas tierras al cultivos, requerimientos
provenientes también, del medio urbano que demanda mayores volúmenes acorde al
crecimiento que la población experimenta; a lo que se suman las necesidades de la
actividad extractiva minera que se encuentra pronta a desarrollarse en la región de acuerdo
a los planes impulsados por el Estado nacional.
80
El crecimiento de la población en la región, conformada en su gran mayoría por personas
provenientes de otras regiones del país ha significado el aumento de actividades
productivas, algunas de las cuales involucran una permanente interacción con el frágil
medio natural existente, situación que lo impacta negativamente cuando se llevan a cabo
intervenciones que no se basan ni responden a un conocimiento integral de la realidad
propia de de estos espacios áridos y de montaña, y se actúa haciendo abstracción de ellas.
En la actualidad, situaciones de éste tipo están llevando a una sobreexplotación de los
recursos de agua subterránea en la cuenca del valle de Azapa, pues la extracciones que se
llevan a cabo principalmente con fines de uso agrícola superan ampliamente los volúmenes
de recuperación que se infiltran.
En contraposición a la situación señalada, las sociedades originarias de la región
desarrollan estrategias territoriales de adaptación que consideran las diferentes
potencialidades y limitaciones climáticas que poseen los pisos ecológicos o cinturones de
altitud de las montañas, así como especiales condiciones que presentan los fondos de valle,
laderas según exposición y posición topológica, etc.
Las diferencias ecológicas que se presentan en las áreas de montañas con un
desplazamiento vertical de unos pocos metros, han sido utilizadas desde épocas
prehispanas en el mundo andino con fines obtener productos vegetales y animales que
permitían enriquecer la producción agrícola y ganadera y enriqueciendo la dieta
alimenticia, esta construcción territorial andina fue denominada “complementariedad
vertical de pisos ecológicos (Murra, 1972).
Estos principios son los que guían a los habitantes de las comunidades ganaderas, asentadas
en el altiplano de la montaña andina, los que basados en el conocimiento de las diferencias
topoclimáticas existentes y de sus variaciones estacionales e interanuales, trasladan sus
ganados compuesto en su casi totalidad, por llamas y alpacas, desplazándolos entre las
tierras bajas y altas, en la búsqueda de los pastos que se encuentran en las franjas riparianas
de arroyos y ríos y sobre las laderas de las montañas.
Decisiones como las consideradas, que buscan evitar riesgos mayores, exigen de parte de
los habitantes locales un conocimiento de las condiciones naturales de las áreas que ocupan,
sin embargo en las poblaciones de montaña se ha producido un proceso migratorio que la
ha llevado a una fuerte disminución, produciéndose con ello la pérdida de estas visiones de
integración de diferentes paisajes mediante un uso complementario de los recursos
disponibles.
Actividades de Aprendizaje
Los alumnos desarrollan un trabajo que busca visualizar la factibilidad de aplicar en el área
de montaña de Arica alguno de los enfoques de los cuatro modelos desarrollados por
proyecto del Pays d'Enhaut, MAB-Unesco en Suiza
81
1. Un enfoque tradicionalísta, que tiende al mantenimiento de la situación actual,
haciendo mayor hincapié en el desarrollo de las actividades agrícolas pero
reduciendo al mínimo indispensable la mecanización de la agricultura. El turismo
seguiría siendo una modesta actividad económica complementaría, particularmente
durante el verano, y se alojaría a los turistas en pensiones de familia o en hoteles
pequeños.
2. Un enfoque modernista, resueltamente orientado a alcanzar los más altos ingresos
posibles para la población local desarrollando al máximo todos los recursos de la
región. El turismo sería el principal sector económico y se abandonaría una parte de
la tierra cultivable.
3. Un enfoque "ecológico", inspirado en el deseo de transmitir a las generaciones
futuras una región biológicamente intacta, en la que la contaminación, la erosión,
etc., estén reducidas al mínimo. Sólo se toleraría a los turistas en la medida en que
éstos estuvieran dispuestos a respetar la naturaleza. Se limitaría severamente la
construcción de edificios y la circulación de vehículos privados. Los métodos
agrícolas tenderían a un consumo limitado de energía y a la utilización de una
tecnología inocua.
4. Un enfoque "periférico", según el cual la región serviría de diferentes maneras a los
centros urbanos que la rodean. El Pays d'Enhaut sería, ante todo, una especie de
lugar de retiro campestre para los habitantes de las ciudades lo que entrañaría la
construcción de un gran número de residencias secundarias individuales y de
buenos caminos de acceso, así como el establecimiento de instalaciones para las
actividades de recreo o como centro para el desarrollo de actividades colectivas.
Material de Apoyo.
Romero, H. et als 2011 “Multiescalaridad, relaciones espaciales y desafíos ecológico-
sociales de la climatología sudamericana. El caso del Desierto de Atacama. Revista
Brasileira de Climatologia
http://ojs.c3sl.ufpr.br/ojs/index.php/revistaabclima/article/viewFile/25785/17210
Romero, H. et als. 2012 “Enfoque ecológico-social de la variabilidad climática,
extracciones de agua y demandas territoriales en las cuencas del desierto de Atacama”.
Revista Geonorte, Edição Especial,
http://mendezdiazmanuel.files.wordpress.com/2013/09/enfoque-ecologico-social-de-la-
variabilidad-climatica-extracciones-de-agua-y-demandas-territoriales-en-las-cuencas-del-
desierto-de-atacama-romero-et-al-2012.pdf
82
Romero, H. et als 2013 “Macro y mesoclimas del altiplano andino y desierto de Atacama:
desafíos y estrategias de adaptación social ante su variabilidad” Revista de Geografía
Norte Grande. http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0718-
34022013000200003&script=sci_arttext
83
EVALUACIONES DESARROLLADAS
Unidad I
P.- ¿Cuál es el valor que presenta desde el punto de vista geográfico el que determinados
espacios áridos y espacios de montaña sean transformados en sus territorio de las
sociedades que las habitan?
R.- Transformación basado en el proceso de interacción sociedad-naturaleza llevado a cabo
en un entorno natural dado, en el que producto del trabajo humano el espacio se constituye
en una construcción social, el hombre en sociedad lo interviene y organiza de acuerdo a
sus intereses, con la finalidad de satisfacer los requerimientos de distinto orden demanda de
ese entorno; al transformarlo lo convierte en su hogar, su medio de vida, en el lugar donde
tienen lugar sus experiencias de vida y con el cual desarrolla fuertes vínculos afectivos. A
pesar de las difíciles condiciones que imponen estos tipos de espacios naturales, las
sociedades mediante el conocimiento adquirido y las experiencias desarrolladas, han
poblado estos espacios a lo largo del tiempo incorporándolos al ecumene del planeta.
P.- ¿De qué manera el desarrollo tecnológico ha influido sobre las áreas desérticas y de
montañas? Explique los cambios han tenido lugar en estas regiones debido a la situación
señalada.
R.- Desarrollo de medios de transporte, apertura de vías de comunicaciones, aumento de
capacidad de captar y conducir recursos hídricos a través de infraestructura moderna,
generación hidroeléctrica, perfeccionamiento avanzado de técnicas de exploración minera,
usos turísticos, entre otras significan mayor penetración de agentes externos en áreas de
comunidades de montañeses y de habitantes de tierras secas, con consecuencias sobre los
recursos que les son disputados, influencia cultural, interferencia en sus organizaciones
comunitarias, alteraciones en sus medios y modelos de producción, así como en la
organización espacial tradicional, extracción de recursos de la montañas y/o desiertos para
beneficio de entes externos. Superación del aislamiento, incorporación paulatina al sistema
económico nacional e internacional, con pérdida de capacidad autonómica y
autosustentación.
P.- Normalmente las áreas de de montaña a nivel mundial se presentan poco pobladas, sin
embargo, existen varias que presentan mayor cantidad y densidad de habitantes que las
áreas bajas circundantes. ¿Que razones explican este tipo de situaciones?
R. - Razones climáticas, mayor cantidad de aguas lluvia
- Salubridad, desaparición con la altura algunas enfermedades presentes en tierras bajas,
como el paludismo
- Históricas, la montaña ha constituido área de refugio para algunos pueblos
- Técnicas, agricultura intensiva practicada en altura como en las tierras altas de Ruanda
84
Unidad II
P.- Explique aplicando los principios ligados a la formación de espacios de aridez en el
planeta, las causas que hacen posible la existencia del Desierto de Atacama en Sudamérica
R.- Atacama desierto costero de fachada occidental en zona de trópico, participan en su
origen causas combinadas, que lo convierte en uno de los desiertos extremos de la Tierra.
Circulación General Atmosférica y Altas Presiones Tropicales, responsable de la
generación del circuito atmosférico Celda de Hadley, origina aridez en áreas tropicales por
subsidencia de aire seco capaz de captar humedad de la superficie terrestre. Las altas
presiones otorgan estabilidad a las masas de aire superficiales de la zona. La Corriente Fría
de Humboldt, se presenta en sectores costeros del norte del país baja las temperaturas de
las masas de aire oceánicas que entran en contacto con ella, por lo que poseen baja
humedad, no producen lluvias, solo nubosidad Efecto de barrera montañosa (foehn) que
origina la Cordillera de Los Andes, impide la llegada de masas húmedas provenientes desde
el este, además, la cordillera de la Costa, participa en el enclaustramiento del desierto
impidiendo la influencia de aire húmedo oceánico en las áreas interiores.
P.- Cuales son los criterios considerados para establecer la clasificación de los climas
desérticos utilizados en la asignatura, indique las características de cada uno de ellos.
R.- Latitud a que se ubican las áreas desérticas (latitudes de zonas tropicales y de zonas
templadas). Relación con las temperaturas de cada área, descenso de estas al avanzar a
mayores latitudes. Costas occidentales de los trópicos influidas por aguas oceánicas frías.
Interiores de los continentes, barreras montañosa, impiden influencia oceánica.
Clasificación: Desiertos cálidos y desiertos templados. Desiertos cálidos costeros, desiertos
cálidos interior.
Unidad III
P.- Las zonas áridas se caracterizan por su condición deficitaria del recurso agua, no
obstante el agua tiene una fuerte participación en los modelados de estos sectores.
Explique los procesos y formas geomorfológicos relacionadas con la acción hídrica en éstas
zonas.
R.- Acción de las aguas superficiales participa en la dinámica morfológica en zonas áridas,
son escurrimientos asociados a lluvias esporádicas en desiertos. Superficie desprovista de
protección vegetal, y con material superficial altamente meteorizada. Procesos de corrasión
y transporte presentes, originan erosión y depositan sedimentos; formas de arroyadas,
formación de glacis de erosión, presencia de wadis, con crecidas intermitentes cargadas de
derrubios y socavación de flancos.
85
P.- Caracterice la vegetación existente en las zonas áridas, y refiérase en especial a las
adaptaciones que presentan frente a las condiciones del medio.
R.- Vegetación altamente especializada, Xerófita adaptada a la baja disponibilidad de agua
Capacidad de adaptación a la aridez, reteniendo agua en sus estructuras, plantas suculentas
como los cactus, gran desarrollo del sistema radicular, raíces pivotantes que alcanzan
grandes profundidades, especies halófitas soportan la salinidad de los suelos y aguas, evitan
mayor evapotranspiración reemplazando hojas por espinas, controlan la apertura de los
estomas, hojas pequeñas y coráceas. Especies geofitas permanecen en estado de latencia
bajo la superficie del suelo como bulbos. Especies efímeras, corto y rápido desarrollo
vegetativo bajo condiciones favorables.
P.- Mediante que procesos actúa la erosión eólica en los desiertos. Describa los tipos de
modelados que origina.
R.- Acción libre del viento, por falta de protección de cubierta vegetal de los suelos; actúa
Mediante proceso de deflación, acción de barrido de partículas de menor tamaño; transporte
a grandes distancias. Proceso de corrasión, desgaste de rocas por acción del viento que
realiza mediante la abrasión producida por las partículas sólidas que moviliza. Proceso de
depositación de los sedimentos transportados. Entre los modelados que se distinguen, se
encuentran erg, reg, ventifactos, hamadas, campos de dunas, que se explican mediante los
procesos de desgaste y sedimentación.
Unidad IV
P.- ¿Cuales son las razones que ha producido un fuerte retroceso en el uso agrícola y
ganadero en tierras secas en las últimas dos décadas?
R.- Situaciones ligadas al cambio climático con disminución de recursos hídricos, parecen
revestir menor significación que los cambios producidos por el gran crecimiento de núcleos
urbanos en áreas desérticas, asociadas al desarrollo industrial, lo que demanda uso urbano e
industrial del agua, constituyéndose en competidores por el recurso con el uso de los
sistemas tradicionales los que se ven afectados en su producción producto de la
disminución de los montos disponibles.
P.- Establezca una comparación desde el punto de vista físico y humano entre las áreas
desérticas del centro de Asia y el desierto de Atacama. Factores que participan en la
formación de la aridez y actividades económicas predominantes en ambas zonas áridas.
R.- Centro Asia, áreas desérticas de tipo continental, presenta grandes cadenas montañosas
junto con amplias depresiones como son las existentes al noreste del mar Caspio, por la
latitud en que se encuentran son desiertos templados con fluctuaciones de temperaturas
muy severas, con presencia de ríos aloctonos que favorecen la actividad agrícola, ríos Syr
86
Daria, Amu Daria, existencia de cuerpos lacustre como el mar Aral que está en franca
disminución por el desvío de las aguas de los ríos con el propósitos de usos industriales y
de irrigación. Población mantiene en general dependencia de la actividad agrícola de baja
productividad practicada en una escasa superficie cultivable, existiendo además un
significativo porcentaje de pastores dedicados a ganadería trashumante, que hacen uso de
un espacio de condiciones climáticas de semidesierto.
Desierto de Atacama, desierto tropical costero de condiciones hiperáridas, ubicado entre
litoral bañado por aguas de corriente oceánica fría y barrera montañosa andina, con débiles
e intermitentes cursos de agua superficiales. Población escasa, localizada principalmente
en el litoral, agricultura de oasis. Importante desarrollo actividad minera. Desierto
altiplánico andino se practica ganadería de camélidos (llamas, alpacas)
Unidad V
P.- Dos de los grandes problemas a que están sometidas, tanto las zonas áridas como las
subhúmedas, son los fenómenos de la desertificación y el de la desertización. Explique ¿en
qué consiste cada uno de ellos? y refiérase a las causas que los originan y efectos que
producen.
R.- Desertización a una evolución propia de la naturaleza, que transforma las
características del ambiente de una región y hace que el territorio en cuestión se vuelva un
desierto. La desertificación, en cambio, está vinculada al daño que se produce en la tierra
fértil y que suele estar vinculado al comportamiento del hombre. El efecto principal está
dada por la degradación de las tierra que se produce, concepto que involucra no solo la
pérdida de fertilidad de los suelos, sino que a todo impacto negativo en el medio que se
encuentra asociado a actividades humanas, como prácticas ganadera que implica un
sobrepastoreo, incendios y talas masivas de especies arbóreas y arbustivas, prácticas
inadecuadas en la agricultura, explotación insostenible de los recursos hídricos, crecimiento
inadecuado de las ciudades, aumento excesivo de población, entre otras.
P.- Caracterice y explique los escenarios climáticos que presenta el área del Sahel y
establezca las relaciones entre ese medio natural y las actividades económicas y
condiciones de vida de las poblaciones que la habitan.
R.- En el Sahel, región semiárida de África, la falta de agua provoca la sequía de las tierras,
que se alterna con lluvias torrenciales que destruyen las cosechas. Lluvias anuales, pueden
producirse en unos pocos días, alcanzan 100 a 200 mm. en el Norte, y 500 a 600 mm en el
Sur. Las precipitaciones se concentran en los meses de verano, lo que se relaciona con el
desplazamiento hacia el norte de las altas presiones atmosféricas del Atlántico. Este centro
anticiclónico produce extrema aridez y frecuentes tormentas de polvo al viento seco del
norte, Harmattan. En invierno, prevalecen los alisios húmedos del sur que causan grandes
tormenta. La vegetación cambia de sur a norte según decrecen las precipitaciones. La
87
actividad económica principal es la ganadería, la agricultura sólo puede desarrollarse en el
sur. Los animales son trasladados de acuerdo a la distribución temporal y espacial de las
lluvias. Grupos nómadas se trasladas junto con los animales, los trashumantes sólo lo hacen
temporalmente, para evitar las sequías o para buscar pastos nutritivos y ríos perennes. En el
sur, las lluvias permiten una agricultura que utiliza métodos simples y poca tecnología.
La expansión de la agricultura no se acompaña de un aumento de la productividad, que
permita alimentar a la población en rápido crecimiento. El avance de la desertización se
relaciona con ciclos naturales y también con una creciente presión sobre el medio. Los
pastos naturales se reducen por y malas prácticas como sobrepastoreo. Al terminar las
cosechas se queman los rastrojos, dejando el suelo sin protección y expuesto a la erosión y
la pérdida de semillas. Las lluvias cortas y concentradas erosionan y arrastran la capa que
contiene gran parte de los nutrientes.
P.- La sequía como fenómeno climático causa fuerte impacto en las áreas periféricas de los
desiertos. En su opinión ¿En que consisten tales impactos y como afectan a la población?
R.- Las áreas periféricas son fuertemente impactadas por este fenómeno, por su mayor
cantidad de población dedicada a la actividad agrícola y ganadera. Como son áreas que
presentan climas de alta variabilidad, resultan fuertemente impactadas por alternancias de
períodos húmedos y períodos secos, durante los húmedos aumenta fuertemente la extensión
de suelos incorporados a la actividad, en muchos casos se trata de cultivos precarios con
baja productividad que no pueden subsistir durante la sequía, originándose fuertes
impactos económicos, medioambientales y sociales que impactan la ya baja calidad de vida
de los habitantes de estas regiones.
Unidad VI
P.- Refiérase al escalonamiento altitudinal de los pisos que se distinguen en las regiones de
montañas templadas; señalando procesos geomorfológicos predominantes y el uso del
suelo de cada piso.
R.- Se distinguen dos grandes sectores: alta montaña y montaña media y baja. Se reconoce
a lo largo de las vertientes seis pisos diferenciados, los tres primeros forman parte de la alta
montaña con predominio de la acción del hielo en los relieves, los tres niveles siguientes
corresponden a la montaña media y baja, en los cuales cumple importante papel la
intervención humana. Pisos:
Montaña glaciada – Procesos: Erosión glaciar, aludes, gelifracción – Uso del Suelo:
alpinismo.
Montaña rocosa - Procesos: Gelifracción, erosión nival, gelifluxión – Uso del Suelo:
Alpinismo, excursionismo, caza.
Montaña con pastos supraforestales – Procesos: Solifluxión, deslizamientos, Arroyamientos
difusos – Uso del Suelo: Pastoreo estival
88
Piso forestal (timberline) – Procesos: aludes de nieve, solifluxión, reptación – Uso del
suelo: Pastoreo estival, explotación forestal mitigada.
Piso bosques mixtos – Procesos: Reptación, transporte torrencial, sedimentación en conos –
Uso del suelo: Explotación forestal intensa, cultivos ocasionales.
Laderas bajas y fondos de valle – Procesos: Inundaciones, sedimentación fluvial Uso del
suelo: Agricultura intensiva, asentamientos humanos.
P.- Refiérase a las razones por las cuales se señala que entre los rasgos distintivos de las
montañas se presentan la heterogeneidad y la inestabilidad en estos espacios.
R.- Especiales realidades medioambientales de los espacios de montañas respecto a las
áreas circundantes y diferenciaciones altitudinales de estos relieves otorgan condiciones de
heterogeneidad y de inestabilidad Entre las condiciones predominantes destacan:
Temperaturas del aire relativamente bajas, Montos más elevados de precipitaciones que en
las tierras llanas próximas, precipitaciones de tipo sólidas, Presiones que decrecen con la
altura, velocidad del viento superior que en la áreas próximas, acortamiento del periodo
vegetativo; alto endemismo de animales y vegetales.
Heterogeneidad. Gran variabilidad de los paisajes ligada a la altitud y pendiente; diversos
niveles biogeográficos, morfoclimáticos y usos de suelos.
Inestabilidad. Ligados a la pendiente, se favorecen los flujos de materiales desde sectores
altos (movimientos en masa, coladas de lava, avenidas de agua), presencia de escombros.
P.- Por qué razones se hace común la existencia de conflictos en áreas de montañas.
Conflictos tanto de caracteres internacionales como de índole internos. Explique y
ejemplifique.
R.- Áreas en condiciones de semi aislamiento, con infraestructura vial que permite la
explotación de sus recursos por entes externos, cuyos beneficios no les llegan. Dependencia
de centros metropolitanos ubicados en tierras bajas, con pérdidas de antigua capacidad de
autosuficiencia, favorece la persistencia de la pobreza Espacios de montañas que forman
parte de fronteras nacionales, su manejo se realiza bajo óptica de zonas de seguridad,
participación de las poblaciones no considerada. Montañas principales fuente de
abastecimiento de recursos hídricos, conduce a conflicto el control de los mismos. La
tecnología de las comunicaciones les permite darse cuenta de su condición de relativo
retraso respecto al resto del país. Medidas de índole global conducen al abandono de
espacios en tierras altas, al visualizan falta de voluntad o incapacidad de gobiernos
centrales para aliviar su pobreza. Poblaciones abandonadas del poder central son coaptadas
por agrupaciones criminales, al margen de la legalidad, narcotraficantes, contrabandistas,
etc.
Situaciones señaladas se observan en montañas de Asia, África y en América Latina,
conflictos por luchas política, económicas, por control de recursos, soberanía, entre otras.
89
Ejemplos. Conflicto de Cachemira entre India y Pakistán, Conflictos internos en Chiapas,
México, en la zona del Cáucaso, las tierras altas de Ruanda, etc.
P.- Defina el espacio de montaña, teniendo presente criterios de índole geoecológicos,
señale, además, las dificultades que presentan las definiciones de orden altitudinal y
climáticos para el estudio global de estas entidades geográficas.
R.- Áreas de relieves de gran altura, poseen desarrollo altitudinal que permite presencia de
pisos de vegetación y variedad de procesos morfoclimáticos, fuertes pendientes (más de
20°) en laderas y presencia de escarpes. Dinámica y organización del paisaje regida por
fenómenos físicos y por acción humana en dichos espacios, transformados por actividades
desarrolladas. Criterio geoecológico considera usos del suelo y limitaciones al
aprovechamiento humano, distinguen alta montaña y montaña media y baja.
Definiciones de orden altitudinal y climáticas, relacionadas con las diferencias entre
montañas, sus localizaciones latitudinales influyen en las condiciones climáticas de estos
relieves, presentan variedades según niveles altitudinales que se reflejan en cambios
verticales de la vegetación. En altas latitudes montañas relativamente bajas, dos mil
metros, presentan condiciones de alta montaña (acción del hielo), montañas en la zona
intertropical presentan esas condiciones a niveles altitudinales superiores a cinco mil
metros.
Unidad VII
P.- Explique las causas que favorecen desde un punto de vista físico natural el
poblamiento permanente de los Andes de norte del país. Establezca una comparación
respecto a las condiciones de los Andes en la zona central de Chile.
R.- Ubicación en zona intertropical otorga condiciones térmicas con mayor tendencia a la
homogeneidad durante el año. Mayor ocurrencia de precipitaciones y lluvias en estación
demandada por la vegetación. Existencia de un notorio escalonamiento de pisos ecológicos
que otorgan complementariedad a la producción vegetal. Conformación de mesetas y
amplias cuencas. El sustrato geológico favorece la formación de suelos. Por su ubicación
planetaria el frío invernal restrictivo, heladas y nieve no se presentan o solo lo hacen a
grandes alturas. La orientación de las vertientes no incide mayormente debido a la
ubicación intertropical
Las condiciones de los Andes en el centro del país, por latitud, poseen más bajas
temperaturas y más homogéneas, presenta heladas, agua en estado sólido, fuertes
pendientes, superficie rocosa, sin presencia de planicies y/ o cuencas. Orientación de las
vertientes, por latitud, presentan condiciones diferentes entre solana y umbria.
P.- Estrategias de ocupación del territorio andino que perduraron por largo tiempo
posibilitaron el poblamiento y el uso y manejo de los recursos que el medio les proveía a
las sociedades andinas, sin embargo el modelo andino ha tendido a desaparecer. ¿Señale las
90
causas que lo han hecho posible? ¿Cómo se visualiza la situación futura del territorio
andino ariqueño?
R.- Crecimiento económico y poblacional del áreas y valles costeros. Atracción de los
centros urbanos sobre poblaciones andinas. Mejoras de condiciones de vida. Aumento de la
accesibilidad a la montaña por construcción de vías de comunicación. Captación de
recursos hídricos altiplánicos para uso costero, aumento de dependencia respecto a la costa,
manejo administrativo del territorio desde una óptica de control fronterizo; rompimiento de
manejo integrado de pisos ecológicos. Migración altiplano-sierra-costa. Situación futura
requiere cambio sustancial respecto al modelo impuesto desde el exterior del territorio
andino, que lo visualiza como espacio destinado a la explotación económica de sus
recursos, no necesariamente para el beneficio de sus habitantes sino que para el país en su
totalidad. Posibilidad de desarrollar alguno de los cuatro modelos considerados por
proyecto del Pays d'Enhaut, MAB-Unesco
91
BIBLIOGRAFÍA GENERAL
Deler, J-P. (dir.) y E. Mesclier (dir.). 2004. “Los Andes y el reto del espacio mundo:
Homenaje a Oliver Dollfus”. Instituto Francés de Estudios Andinos.
García Ruiz, J. M. 1990 La montaña: una perspectiva geoecológica. En: J. M. García Ruiz
(Editor) Geoecología de las áreas de montaña. Geoforma Ediciones. Logroño.
Gourou, P. y L. Papy, 1970. Compendio de Geografía General. Editorial Rialp S. A.
Lacoste, A. y R. Salanon. 1977. Biogeografía. Oikos-tau. Ediciones. Barcelona.
Murra, J. 1972 El Control vertical de un máximo de pisos ecológicos en la economía de las
sociedades andinas.
Squeo, F.A. G. Arancio y J.R. Gutiérrez, eds 2008 Libro Rojo de la Flora Nativa y de los
Sitios Prioritarios para su Conservación: Región de Atacama Ediciones Universidad de La
Serena, La Serena, Chile
Páginas Web
Alfaro Catalán, W. 2005. Conceptos básicos para el análisis social, económico, ambiental e
institucional de la desertificación En: Morales C y S. Parada. Pobreza, desertificación y
degradación de los recursos naturales. CEPAL.
http://repositorio.cepal.org/handle/11362/2450
Carta de las Poblaciones de Montaña del Mundo. En:
www.condesan.org/aimlac/DeclaracionQuito.pdf
Castro. C., Á. Montaña, C. Pattillo y Á Zúñiga. 2014. “Detección del área con desierto
florido en el territorio del Mar de Dunas de Atacama, mediante percepción remota” Revista
de Geografía Norte Grande. http://www.scielo.cl/pdf/rgeong/n57/art08.pdf
CEDEAO et du CSAO / OCDE, 2007
“La zone écologique fragile des pays du sahel” En: Atlas de l'Intégration Régionale en
Afrique de l'Ouest http://www.oecd.org/fr/csao/publications/38410487.pdf
Cereceda, P., H. Larrain, P. Osses, P. Lázaro, J. L. García y V. Hernández. 2000 “El factor
clima en la floración del desierto en los años “El Niño” 1991 y 1997” Revista de Geografía
Norte Grande http://www.nortegrande.equipu.cl/content/search/files/n27/art05.pdf
92
Evaluación de Ecosistemas del Milenio (EM) 2005. “Síntesis sobre la Desertificación”
http://www.greenfacts.org/es/desertificacion/index.htm
FAO Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura “Las
Tierras Áridas del Mundo” En: ftp://ftp.fao.org/docrep/fao/010/y5738s/y5738s02.pdf
FAO 1998 ¿Es hora de rescatar el mar de Aral?
http://www.fao.org/ag/esp/revista/9809/spot2.htm
FAO 2007 “Las tierras áridas del mundo”
ftp://ftp.fao.org/docrep/fao/010/y5738s/y5738s02.pdf
FAO – Universidad de Berna 2011. “Highlands and Drylands Mountains, a source of
resilience in arid regions” http://www.fao.org/docrep/014/i2248e/i2248e00.pdf
Frederick Starr, S. "Conflicto y Paz en las Sociedades de Montaña"
http://www.condesan.org/e-foros/Bishkek/Bishkek%20C2.htm
García Cordón, J.C. Biogeografía (2011) http://ocw.unican.es/ciencias-sociales-y-
juridicas/biogeografia
Giménez, G. y C. Héau Lambert 2007 “El desierto como territorio, paisaje y referente de
identidad”. Culturales, vol. III, núm. 5, Universidad Autónoma de Baja California
México
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=69430502
Granados, D. et als. 2012 Los procesos de desertificación y las regiones áridas.
http://www.scielo.org.mx/pdf/rcscfa/v19n1/v19n1a5.pdf
Guerra, J. 2003. Habitar el desierto – Segunda parte Ecología y Desierto
www.tdx.cat/bitstream/10803/6112/5/03CAPITULO2.pdf
Gutiérrez, J. 2008 El Desierto Florido en la Región de Atacama
http://www.biouls.cl/lrojo/lrojo03/public_html/libro/15.pdf
Junquera C. 1999. “La ocupación humana de espacios geográficos hostiles e
improductivos en regiones desérticas o semidesérticas” Observatorio Medioambiental
número 2. http://revistas.ucm.es/index.php/OBMD/article/view/23158
Liniger, H. y R. Weingartner “Montañas y recursos hídricos”
http://www.fao.org/docrep/w9300s/w9300s08.htm
93
López Bermúdez F. 2005 “Desertificación, un riesgo ambiental global de graves
consecuencias”
http://tierra.rediris.es/CuaternarioyGeomorfologia/images/vol20_3_4/L%C3%B3pez.pdf
Malagnoux, M., E.H. Sène y N. Atzmon 2007 Bosques, árboles y agua en las tierras
áridas: un equilibrio delicado http://www.fao.org/docrep/010/a1598s/a1598s06.htm#
Mancini, Mario. 2004 ¿Puede servir la etnohistoria para luchar contra la desertificación?
En: Universidad Nacional Agraria La Molina. 2004 Desiertos: Aciertos y desaciertos
Martínez Fernández, Julia “Agua y sostenibilidad: algunas claves desde los sistemas
áridos” En: http://polis.revues.org/5096
Messerli, B. y E. Bernbaum: “Promoción e integración de la educación, la ciencia y la
cultura en el desarrollo sostenible de las montañas” En:
http://www.infoandina.org/sites/default/files/publica
Micklin, P. P. 1988. Desiccation of the Aral Sea: A water management disaster in the
Soviet Union. Science 241: 1170-76. http://www.ciesin.org/docs/006-238/006-
238.htmltion/files/educacion_ciencia_montanas.pdf
PNUMA/GRID-Arendal/Zoi Environment Network “Desertificación, una síntesis visual”
http://www.unccd.int/Lists/SiteDocumentLibrary/Publications/Desertification-SP.pdf
Qanats. www.waterhistory.org
Quaranta, G. 2007 Agricultura de secano Care In Desertification Affected Areas From
Science Towards Application
http://geografia.fcsh.unl.pt/lucinda/Leaflets/C4_Leaflet_ES.pdf
Redman, C.L. 1990 “Los orígenes de la civilización. Desde los primeros agricultores hasta
la sociedad urbana en el Próximo Oriente”. Editorial Crítica. Barcelona.
http://www.oocities.org/es/dchacobo/CIVILIZACION.PDF
Ribeiro. L. 2013 El agua en las civilizaciones inca y preincas. Mito, ciencia y Tecnología
http://revistas.lis.ulusiada.pt/index.php/8cigpa/article/view/351/pdf_34
Romero, H. et als 2011 “Multiescalaridad, relaciones espaciales y desafíos ecológico-
sociales de la climatología sudamericana. El caso del Desierto de Atacama. Revista
Brasileira de Climatologia
http://ojs.c3sl.ufpr.br/ojs/index.php/revistaabclima/article/viewFile/25785/17210
Romero, H. et als. 2012 “Enfoque ecologico-social de la variabilidad climática,
extracciones de agua y demandas territoriales en las cuencas del desierto de Atacama”.
94
Revista Geonorte, Edição Especial,
http://mendezdiazmanuel.files.wordpress.com/2013/09/enfoque-ecologico-social-de-la-
variabilidad-climatica-extracciones-de-agua-y-demandas-territoriales-en-las-cuencas-del-
desierto-de-atacama-romero-et-al-2012.pdf
Romero, H. et als 2013 “Macro y mesoclimas del altiplano andino y desierto de Atacama:
desafíos y estrategias de adaptación social ante su variabilidad” Revista de Geografía
Norte Grande. http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0718-
34022013000200003&script=sci_arttext
Salvador, R, 2005 “Los factores del medio físico en el desarrollo de los territorios”
Estudios Geográficos.
http://estudiosgeograficos.revistas.csic.es/index.php/estudiosgeograficos/article/view/147/1
45
Schoijet, M. 2005 “Desertificación y tormentas de arena”. Región y Sociedad
www.redalyc.org/articulo.oa?id=10203206
UNEP. 2006. Land Global Deserts Outlook http://www.unep.org/geo/gdoutlook/index.asp
UNESCO. 2006. La lucha contra la desertificación de sus frutos.
http://www.unesco.org/mab/doc/ekocd/spanish/glossary.html
United Nations Convention to Combat Desertification (UNCCD) 2014 “Land Degradation
Neutrality”
United Nations Environment Management Group. 2011. “Global Drylands: A UN system-
wide response”
http://www.unccd.int/Lists/SiteDocumentLibrary/Publications/Global_Drylands_Full_Repo
rt.pdf
Valladares, P. 2012 “Mamíferos terrestres de la Región de Atacama, Chile. Comentarios
sobre su distribución y estado de conservación” En: Gayana.
http://www.scielo.cl/pdf/gayana/v76n1/art03.pdf
Verbist K., Santibáñez F., Gabriels D. y G. Soto. 2010. Atlas de Zonas Áridas de América
Latina y El Caribe. CAZALAC.
Walker, A. S., 1998. Deserts: Geology and Resources. USGS.
http://pubs.usgs.gov/gip/deserts/contents
95
ANEXOS
Declaración de Quito
Proyecto de Carta de las Poblaciones de Montaña del Mundo (junio 2003)
Los representantes de los territorios de montaña de cuarenta países, reunidos el 20 de
septiembre de 2002 en Quito (Ecuador), adoptaron las principales líneas de la declaración
expuesta más adelante. Posteriormente, se ha redactado conservando lo más fielmente
posible el espíritu de este encuentro. De conformidad con el mandato recibido, los
organizadores del encuentro someten este texto a aprobación. Desean que sea ratificado por
el mayor número posible de colectividades o comunidades, organizaciones y habitantes de
montaña, para que, con esta amplia adhesión, se convierta en la «Carta de las Poblaciones
de Montaña del Mundo», y comprometa a cada uno de los firmantes. Mediante esta carta,
las poblaciones de montaña del mundo expresan su deseo de trabajar conjuntamente y
promover una determina idea de la montaña y de su futuro.
1- ¡Creemos en el futuro de la montaña! Abandonar la montaña supone un desgarro para
todos sus hijos. Porque requiere de nosotros fuerza y paciencia, renuncia y sacrificios,
energía y coraje, imaginación y tenacidad, porque hemos aprendido a respetarlo y a
defender su integridad, nuestro apego por este territorio es muy fuerte. Porque a cambio nos
ofrece la belleza y la serenidad de sus paisajes, porque nos lleva a la reflexión y al
recogimiento, porque nos sitúa de forma natural en armonía con la naturaleza, este territorio
es fuente de inspiración y de elevación. A través de él conservamos y perpetuamos el
recuerdo de las generaciones que nos han precedido y que han conformado nuestra región.
Le estamos agradecidos por habernos transmitido este patrimonio y esta cultura. Tenemos
el deber de no dejar que este territorio se degrade, que este patrimonio se dilapide, que esta
cultura se convierta en algo banal. No estamos condenados al abandono o al éxodo. Nuestro
territorio puede alimentar a todos sus habitantes y acoger otros nuevos. Tiene ante sí
perspectivas reales. La sociedad contemporánea expresa grandes expectativas. El progreso
técnico, aunque no elimine las desventajas, las atenúa. La agricultura, el pastoreo, la
silvicultura encuentran una nueva vitalidad ofreciendo nuevos productos y ejerciendo
nuevas funciones. Nuestra artesanía y nuestra industria muestran su capacidad para
adaptarse al nuevo contexto económico. Disponemos de importantes recursos naturales,
agua, energía, minerales y espacio, que se pueden explotar mejor, económica y
ecológicamente, y repartir mejor sus beneficios. El turismo controlado puede ser el vector
de flujos financieros importantes y compartidos. Nuestros valores y nuestro saber hacer
locales, el conocimiento íntimo de nuestro territorio, siguen siendo excepcionales puntos de
apoyo para progresar. Tenemos la intención de hacer de todas estas potencialidades una
realidad: por todo esto, creemos en el futuro de la montaña.
96
2- Reivindicamos el lugar que nos corresponde en la sociedad. La montaña es distinta, pero
no debe estar aparte. La sociedad no debe excluir a sus poblaciones ni marginar su
territorio. Tampoco no debe intentar uniformizar o asimilar, ignorando sus especificidades
y particularidades. Las poblaciones de montaña deben tener acceso a los mismos derechos
sociales y políticos y a las mismas posibilidades de desarrollo. Sabemos que, para
conseguirlo, hay que recorrer un largo camino. Algunos pueblos de montaña lo han hecho,
siempre con muchas dificultades, y ahora no sólo son reconocidos, sino respetados. Otros,
demasiados, siguen estando desamparados, rechazados, expoliados, menospreciados,
acantonados. Algunos son ricos, pero están sometidos a un mercado que es cada vez más
exigente. Otros, han creído conquistar un estatus en la asistencia. Por último, otros
perpetúan por sí mismos la injusticia en su seno. Las poblaciones de montaña no piden la
igualdad de las situaciones, sino la equidad, para corregir de forma duradera las desventajas
y las injusticias. Son conscientes de que, en primer lugar, deben aplicarse a sí mismas lo
que piden a los demás. Queremos construir una sociedad que proporcione a todos sus
habitantes los servicios clave del progreso social, económico y político: la formación y la
enseñanza, la vivienda y la sanidad, la posibilidad de comunicarse y desplazarse. Las
poblaciones de montaña no quieren seguir en situaciones de desigualdad que atentan contra
su dignidad. No quieren mostrarse como eternos demandantes, mientras que sólo piden
justicia y derecho. Quieren disponer de medios de expresión y de representación, para
hacerlos valer con fuerza y democráticamente.
3- Queremos ampliar el campo de las posibilidades para la montaña. Nuestro territorio,
desdeñado durante mucho tiempo, interesa cada vez más a nuestros contemporáneos. Para
unos constituye un espacio de ocio y de esparcimiento; para otros, un medio abocado a la
conservación de la naturaleza. La montaña no puede reducirse a estas dos dimensiones.
Debemos asegurar de la mejor manera posible estas dos funciones, recreativas y
medioambientales, necesarias para el equilibrio de la sociedad, para la conservación de la
riqueza natural y para nuestro desarrollo, pero no debemos disolvernos en ellas. No
queremos ser sólo un territorio de acogida, vigilantes de la naturaleza o una sociedad de
servicios. Tenemos otras ambiciones, y queremos hacer valer otras ventajas. Queremos
construir una sociedad basada en la diversidad de sus actividades y de sus componentes
sociales y humanos, factor de solidez económica y de enriquecimiento social. Queremos
que las actividades relacionadas con el suelo, la agricultura, el pastoreo y la silvicultura,
que hacen vivir a la población, conservan el espacio y aseguran la renovación de los
recursos naturales, sean consideradas como de interés general en la montaña. Nos negamos
a que la riqueza de la montaña se asiente en la venta de su patrimonio y el arrendamiento de
su territorio. La riqueza de la montaña debe nacer de nuestra capacidad para producir, sin
degradar nuestro capital, y para crear un nuevo valor añadido en beneficio de los
montañeses y de la comunidad nacional. De este modo, queremos ofrecer a nuestra
juventud otras alternativas que no sean la emigración, e invitarla a invertir toda su
creatividad en un nuevo desarrollo de la montaña, su «tierra».
97
4- Queremos recuperar el control de nuestro desarrollo. Tenemos la sensación de que cada
vez se cuenta menos con nosotros para el devenir de nuestros territorios. Las decisiones
estratégicas las toman con demasiada frecuencia empresas exteriores que deciden sin
nosotros el futuro de nuestros recursos. La gestión del territorio está captada por una
administración que quiere controlar estrechamente su uso. Los participantes exteriores,
instituciones u organizaciones, imponen demasiado a menudo, modelos o técnicas de
desarrollo que desestructuran nuestras sociedades locales. Estamos sometidos a la presión
de diversos y variados grupos que quieren decidir nuestra forma de vivir sin nosotros y,
frecuentemente, contra nosotros. De este modo, la montaña tiende a convertirse en un
territorio subordinado, un territorio objeto, cuya suerte se decide sin contar con sus
habitantes, las colectividades y las comunidades locales que la forman. Al no tener
suficiente dominio sobre la realidad, nos vemos impotentes para modificar el curso de los
acontecimientos, para controlar las fuerzas económicas y sociales que provocan rupturas
brutales en la evolución de nuestra sociedad. Queremos poner fin a esta situación:
queremos «habitar» de nuevo nuestra tierra. Las poblaciones de montaña deben volver a ser
los auténticos actores de su destino. Deben encontrar el poder para gestionar su territorio,
aunque sigan sometidas a las reglas de utilidad pública, que deben ser elaboradas
democráticamente y de acuerdo con sus representantes. Queremos controlar la explotación
de nuestros recursos naturales y beneficiarnos plenamente de sus repercusiones
económicas. Queremos decidir nuestras propias vías de desarrollo y de gestión de nuestro
territorio. Además, gracias a una capacidad reforzada de concepción y decisión, queremos
controlar mejor los distintos sectores por los que pasan nuestros productos. Deseamos que
los científicos y los expertos, sea cual sea su especialidad, trabajen con nosotros. Queremos
estar presentes en los niveles superiores, donde se toman las decisiones estratégicas que
decidirán nuestro futuro. Además, queremos que se nos reconozca, a través de nuestras
colectividades y organizaciones, como auténticos copartícipes con los que se toman de
manera contractual las decisiones que les afectan.
5- Queremos actuar a través de comunidades fuertes y unidas. Individualmente, podemos
hacer mucho por nuestro territorio, cada uno en su ámbito de actividad o responsabilidad.
La montaña tiene una gran necesidad de estas iniciativas. Pero nuestra auténtica capacidad
para hacer progresar a la colectividad a la que pertenecemos, sólo puede ser el esfuerzo
combinado de todos, la acción convergente de los habitantes, la puesta en común de los
recursos en nuestras colectividades y comunidades de montaña. A ellas les corresponde
hacer nacer y encarnar la voluntad colectiva de ir hacia delante. Nosotros debemos
proporcionales los medios concretos para actuar, jurídicos, financieros, técnicos y
científicos, necesarios para gestionar de la mejor manera posible el territorio común,
garantizar los servicios a la población, realizar los equipamientos, valorizar los recursos
colectivos, apoyar el desarrollo de la economía y mantener la fecundidad de las culturas
locales. Las comunidades deben ponerse en posición de ejercer estas misiones mediante la
cooperación. Nuestro compromiso ciudadano también es la clave del éxito colectivo.
98
Aunque haya que delegar la gestión, también debe ser vivificada aguas arriba con la
estrecha participación de los ciudadanos, y consolidada aguas abajo con una evaluación
regular. De ello depende la cohesión y la capacidad de una colectividad para avanzar y
hacer progresar a todos sus componentes, en especial a los más desfavorecidos o que se
mantienen al margen. Si movilizamos todos nuestros medios y cumplimos nuestras propias
obligaciones, podemos exigir al Estado que cumpla las de la colectividad nacional con las
comunidades de montaña que, con medios reducidos, deben enfrentarse a un entorno más
difícil. La primera de las obligaciones del Estado es la justicia: a situaciones diferentes,
políticas diferentes. La segunda es la libertad de gestión: a colectividad democrática,
autonomía de gestión.
6- Queremos organizarnos para que se nos tenga en cuenta en las decisiones que nos
afectan. El desarrollo de la montaña depende en gran medida de las reglas de juego
económico aplicadas a nivel nacional, o adoptadas en los acuerdos internacionales. La
agricultura, los servicios, el bosque, la industria, el comercio, la propia cultura, están muy
sometidos a los mecanismos aplicados. La montaña es especialmente vulnerable, en
muchos aspectos, a las políticas liberales debido a su fragilidad y a su baja competitividad.
También depende mucho de la intervención pública por la debilidad de sus propios medios.
Por tanto, debemos estar presentes allí donde, a nivel local o internacional, se elaboran las
decisiones que impliquen a nuestros territorios. Nuestros portavoces serán tanto más
escuchados cuanto más representativos sean de las poblaciones de montaña. Serán tanto
más convincentes cuanto más se basen en estudios y proyectos de alta calidad. Debemos
darle esta legitimidad democrática y esta capacidad para negociar en nombre de
organizaciones montañesas representativas y dotadas con auténticos medios de acción. La
existencia y la fuerza de estas organizaciones son tanto más necesarias para los montañeses
cuanto que se encuentran en una situación de subrepresentación en su país y deben luchar
contra el movimiento natural que lleva a satisfacer a las concentraciones humanas antes que
a los territorios. Por tanto, tenemos el deber de asegurar en todas partes una representación
de los territorios de montaña para lograr arbitrajes favorables, pero también tenemos que
saber descubrir lo universal a través de nuestros problemas particulares y asociarnos con los
que defienden los mismos valores.
7- Queremos construir una comunidad de hombres y mujeres de la montaña. Creemos que
la causa de la montaña puede reunir, en un mismo movimiento a las poblaciones de
montaña de todos los continentes, del sur al norte y del este al oeste, porque a pesar de las
diferencias de cultura, de renta, de condiciones de vida y de organización social, todos
tenemos un punto común: el apego a nuestro territorio de montaña, nuestra voluntad para
no disolver la relación que nos une con él, para seguir viviendo en él y velar por su
continuidad. Pensamos que nos enfrentamos al mismo reto fundamental, el de un desarrollo
que queremos ser los que lo controlen y que sea equitativo, en un contexto histórico en el
que las identidades desaparecen ante un modelo cultural único y en el que los más débiles
se enfrentan a la amenaza de ver cómo se agravan los retrasos y las disparidades. Debemos
99
unirnos para responder a estos retos ayudándonos unos a otros y movilizando nuestros
medios en beneficio de toda la colectividad montañesa. Queremos crear una comunidad en
la que los más desfavorecidos sean los primeros defendidos. Queremos que cada uno tome
conciencia, poblaciones de montaña, naciones, comunidad internacional, de lo que
representa la montaña, lo que aporta a la humanidad en productos, servicios, medio
ambiente, prácticas sociales, gestión colectiva, modo de utilización del espacio, valores y
culturas. Queremos asumir completamente nuestras responsabilidades respecto a la
comunidad nacional y a la comunidad internacional. Las poblaciones de montaña lo harán
mejor si se organizan democráticamente y controlan el futuro de su territorio.
Nuestra alianza debe permitir que pueblos muy distintos se encuentren en un proyecto
común, aquel que más les motiva: hacerse cargo del destino de su región. Así, desde
nuestras comunidades locales, podremos constituir una auténtica comunidad de destino
entre las montañas del mundo.
Para garantizar la realización de los objetivos de esta Carta, a saber: ‰
- abrir nuevas perspectivas a la montaña, ‰
- conquistar nuevos derechos sociales y políticos, ‰
- ampliar el campo de posibilidades para la montaña, ‰
- recuperar el control de nuestro desarrollo, ‰
- reforzar la cohesión y la autonomía de las colectividades, ‰
- crear organizaciones montañesas que sean representativas, ‰
- construir una comunidad mundial solidaria,
nos comprometemos a:
1- trabajar en la realización de estos objetivos en nuestro ámbito de actividad y de
responsabilidad, darlos a conocer e incitar a las colectividades de montaña u organizaciones
para que actúen de la misma manera;
2- promover la creación de un movimiento de poblaciones de montaña, y para ello: -
reunirnos en cada uno de los países en una asociación de poblaciones de montaña
constituida como referencia a los estatutos de la APMM basándose en las comunidades
territoriales locales y asociando a los representantes de las organizaciones que participan en
la gestión y el desarrollo del territorio, así como a los investigadores y expertos que
trabajan con las poblaciones de montaña; - reunir a estas asociaciones nacionales, una vez
constituidas, en organizaciones más amplias, al nivel de los macizos o de los continentes; -
agruparnos en la Asociación de Poblaciones de Montaña del Mundo;
3- desarrollar los intercambios y encuentros entre las poblaciones de montaña de los
distintos territorios;
100
4- emprender acciones de cooperación entre poblaciones de montaña a través de estas
asociaciones u otras organizaciones, con la colaboración de las ONG copartícipes;
5- construir alianzas o asociaciones con los movimientos u organizaciones que persiguen
objetivos similares y defienden los mismos valores.
Esta Carta ha sido propuesta a las colectividades, comunidades y organizaciones de
montaña de todo el mundo, a través de los responsables regionales de la APMM. Invitamos
a todos aquellos que comparten esta visión de la montaña y de su futuro, individuos,
comunidades o colectividades de montaña, a firmar esta carta y enviar este documento con
sus observaciones a los representantes regionales de la APMM. Se presentará una síntesis
de estas observaciones a la Mesa de la APMM, que se reunirá a principios de septiembre de
2003. A la vista de estas observaciones adoptará definitivamente la Carta.
101
Promoción e integración de la educación, la ciencia y la cultura en el
desarrollo sostenible de las montañas
Por: Bruno Messerli y Edwin Bernbaum
Las zonas de montaña se caracterizan por una estrecha interacción entre los procesos de la
naturaleza y las actividades humanas, y por las a veces difíciles relaciones entre las tierras
altas y las tierras bajas. En los últimos veinte años, y aún más desde la Cumbre de Río
(1992), se han evidenciado nuevos impulsos: desde el lado humano, la globalización, la
urbanización y una mayor brecha entre zonas ricas y zonas pobres del mundo, y desde el
lado de la naturaleza, el cambio climático y ambiental. Los conocimientos tradicionales -
experiencias de generaciones e incluso siglos-, han sido rebasados por estas fuerzas
externas reforzadas por las modernas tecnologías de la información y comunicación. Aún
no sabemos sus consecuencias para los ecosistemas y comunidades de las montañas. Para
comprender estos procesos y manejar esta mayor complejidad del desarrollo sostenible se
requieren nuevas ideas y herramientas para la educación, nuevos objetivos y enfoques para
la ciencia y una mucha mejor comprensión de los fundamentos culturales.
Educación
“La educación primaria es el puntal de la educación ambiental y para el desarrollo. Todos
los países deberían luchar por un acceso universal a la educación, y lograr una educación
primaria para por lo menos el 80% de sus niños y niñas a través de la escolarización formal
o la educación no formal. El analfabetismo adulto debería reducirse al menos al nivel que
había en la década de1990, y el nivel de analfabetismo las mujeres debería alinearse con el
los de los hombres” (Keating 1993: Centro para Nuestro Futuro Común, capítulo 36 de la
Agenda 21). Cinco años después de Río, durante una Conferencia de la UNESCO sobre
Educación celebrada en Thessaloniki, se expresó el siguiente planteamiento: La educación
¿la prioridad olvidada de Río? Aún diez años después de Río, podemos decir que la
educación para la sostenibilidad aún no ha sido establecida, ni en las zonas ricas del mundo,
ni en las pobres. Lo mismo vale para la sostenibilidad de la ciencia: ¿será Johannesburgo-
2002 un punto de cambio? Y ¿qué podría significar esto para las poblaciones de las
montañas?
Las siguientes reflexiones se centran sobre todo en las zonas de montaña de los países en
vías de desarrollo, donde las desigualdades entre los centros urbanos de las tierras bajas y
las remotas zonas de montaña son enormes. En esta situación, debe decirse con mucha
claridad que toda mejora de los sistemas educativos y escolares puede llevar a la
emigración a nivel local y a la fuga de talentos a nivel nacional. En nuestro mundo
rápidamente cambiante, mientras se mejora el sistema educativo para el desarrollo
sostenible de las personas de todas las edades, no hay otra opción sino tener presente estas
consecuencias negativas.
La educación primaria depende de la educación de los maestros.
102
La primera pregunta es si existe un programa nacional de educación y si éste está en
posición de mantener escuelas en los pueblos de las remotas zonas de montaña. La segunda
pregunta 1 es si hay maestros que estén dispuestos a pasar varios años en esos lugares
difícilmente accesibles. Sólo si se satisfacen estas condiciones se puede formular la tercera
pregunta: ¿la educación de los maestros es suficiente para educar a la siguiente generación
en esos ambientes severos? Los informes de investigaciones sobre los objetivos y métodos
de los maestros indican que en las escuelas primarias es más común la enseñanza centrada
en el maestro, descriptiva y teórica que una enseñanza centrada en el alumno, basada en la
investigación y participación activa en relación a los problemas de las condiciones humanas
y naturales circundantes. Es una responsabilidad nacional responder a estas tres preguntas y
mejorar la educación en las zonas montañosas con efectos positivos para toda la
comunidad, y es responsabilidad de la universidad mejorar la educación de los maestros. La
ayuda externa para mejorar los sistemas de la educación primaria en los países en vías de
desarrollo podría generar un alto rendimiento de la inversión para la próxima generación y
para el desarrollo sostenible.
La educación secundaria: ¿aprendiendo para qué?
Es muy probable que la escuela secundaria se encuentre ubicada en centros regionales de
los principales valles al interior de las montañas, o, afuera, en las tierras bajas aledañas. El
foco de esta educación superior no puede limitarse a la capacitación de los estudiantes para
la admisión a la universidad a fin de acrecentar la comunidad académica desocupada, sino
debe incluir una educación y preparación para los principales puestos en todos los campos
del desarrollo de las montañas. Por ello necesita tener contacto con los problemas del
mundo exterior, introducirse en las modernas tecnologías de la comunicación, tener una
base de nivel superior para manejar proyectos de desarrollo concretos y una educación
general para promover el pensamiento crítico, para aprender sobre la fuerzas interactuantes,
para pensar en sistemas integrados, para planificar a corto y largo plazo, para cooperar con
la población y las políticas, y para trabajar fructíferamente en equipo.
Educación terciaria universitaria: responsabilidad por la naturaleza y la sociedad.
Las universidades deberían repensar sus objetivos y su organización a fin de ofrecer los
cursos necesarios en ciencia de la sostenibilidad y estimular proyectos de investigación
sobre preservación de sistemas de soporte vital también para las zonas montañosas. Las
universidades u otras instituciones similares son responsables de la educación de los
maestros y de la formación de una comunidad científica competente y capaz de participar
en el proceso de desarrollo y de comunicarse con las autoridades políticas.
Los científicos tienen una mejor comprensión de cuestiones como el cambio climático, el
manejo de los recursos naturales, las tendencias demográficas, el consumo y desperdicio, la
diversidad cultural y los conflictos culturales, y la degradación ambiental. Este
conocimiento debería ser usado para diseñar estrategias para el desarrollo sostenible de
largo plazo. Por ello en los países en vías de desarrollo debe ser una mayor prioridad el
103
fortalecimiento de capacidades e incluso el fortalecimiento institucional para jóvenes
científicos. El fortalecimiento de capacidades tiene muy alta prioridad en la agenda política
de la CMDS en Johannesburgo. El fortalecimiento institucional es mucho más demandante
que el fortalecimiento de capacidades porque necesita un compromiso de largo aliento.
Pero no debemos olvidar que las comunidades científicas en los países más ricos tienen la
responsabilidad de hacer mucho más por el fortalecimiento de capacidades y de
instituciones en los países en vías de desarrollo. Pues ¿para qué son los salientes resultados
de las investigaciones si solo sirven para el progreso tecnológico y el beneficio económico
de los países ricos y las pequeñas élites de los países pobres, que juntos solo son tal vez el
20% de la población mundial? ¿Cómo podemos hablar sobre programas de investigación de
cambio global si la mayor parte del mundo no participa y si no es posible una transmisión
óptima de sus importantes resultados a las autoridades políticas? Las comunidades
científicas del Norte tienen la responsabilidad de apoyar a las comunidades científicas del
Sur. Su principal objetivo es persuadir a las autoridades políticas del Sur de que es
imposible un desarrollo económico en el marco de la sostenibilidad sin el conocimiento y
la asesoría científica. Para el futuro de nuestro planeta es indispensable una verdadera
sociedad de investigación Norte-Sur basada en una mayor responsabilidad y nuevas
prioridades de las universidades y fundaciones científicas del Norte, y una nueva estima
política y social por la ciencia en el Sur.
La Universidad de Asia Central, como una Iniciativa Internacional para la Educación y el
Desarrollo, es un proyecto de lo más fascinante y un verdadero modelo para el desarrollo
sostenible de las zonas montañosas. Esperamos que se convierta en un gran éxito para esta
región montañosa tan importante y crucial de nuestro mundo.
Tecnologías modernas de la información y comunicación
Las naciones ricas en ciencia deberían estar llanas a compartir sus conocimientos con las
regiones y países que aún no tienen la misma infraestructura y el mismo conocimiento
científico. No es realista pensar que en un futuro próximo esto será posible en las zonas
montañosas. Sin embargo los centros de educación superior deberían estar conectados con
el mundo exterior a fin de usar el conocimiento existente tal como las bibliotecas de
información, que deberían ser asequibles de manera gratuita para las instituciones sin fines
de lucro de los 40 países más pobres y dar un descuento sustancial para aquellas de los
demás países en vías de desarrollo (www.scidev.net). Obviamente se dará énfasis al
material relevante para los países en vías de desarrollo. La UNESCO ha propuesto un
programa para Centros Comunitarios Multimedia como una estrategia global para abordar
la divisoria digital a nivel local a favor de las comunidades pobres y no privilegiadas de los
países en vías de desarrollo. Esta estrategia complementa los esfuerzos realizados a nivel
institucional, político y normativo. Otras herramientas como el SIG y el GPS podrían ser de
interés para otros estudios de campo de corto y largo plazo tales como los cambios en el
uso de la tierra y la biodiversidad. Debería promoverse todo progreso en el uso de
104
tecnologías modernas, aun si deben superarse muchos obstáculos desde el lado financiero,
tecnológico y tal vez incluso político en los años venideros.
Aprendizaje a distancia y universidades abiertas
Deberían estudiarse nuevos métodos de aprendizaje y nuevas instituciones para la
transmisión de conocimiento y deberían emprenderse dondequiera que fuera posible.
Podrían ser del más alto interés para las zonas montañosas, pero dependen de la moderna
tecnología de la información, que no es tan fácil en zonas tan divididas y aisladas de los
países en vías de desarrollo. Pero al menos todos los centros de educación superior podrían
estar conectados con estas nuevas tecnologías de la comunicación. A través de la
Universidad de British Columbia, en Vancouver, hubo cursos a larga distancia sobre
manejo de cuencas hidrográficas que tuvieron un fascinante éxito. La propuesta de la
UNESCO de establecer telecentros comunitarios también podría brindar el acceso necesario
a computadoras, faxes y teléfonos en ciertos lugares centrales de las regiones montañosas.
El aprendizaje a distancia y las universidades abiertas podrían ser instrumentos interesantes
para el desarrollo de la montaña, aún si se sigue necesitando una fase de experimentación
antes de que se puedan dar más recomendaciones e instrucciones precisas.
Problemas de género en las montañas del mundo
“Las mujeres en el desarrollo sostenible” es un capítulo especial, el 24, de la Agenda 21.
También hay una Plataforma de Acción de Beijing, y este tópico será por cierto una
cuestión importante en la CMDS de Johannesburgo. Todas estas declaraciones pueden
demostrar la importancia del tópico, aún si el progreso en los diez años transcurridos desde
Río-1992 es sumamente modesto o incluso inexistente en ciertas regiones del mundo. 3 La
educación de las niñas y el empoderamiento de la mujer son elementos centrales para la
supervivencia y el desarrollo de las zonas montañosas. Solo se disponen de pocas
estadísticas con datos desagregados sobre la edad y el sexo como base para la planificación
y la evaluación de las políticas. La total participación de la mujer en todos los aspectos de
la vida, en proyectos de desarrollo y en los procesos de toma de decisiones es esencial para
las comunidades de montaña
Las comunidades y las autoridades locales tienen un papel central en el logro de un
desarrollo sostenible. Sin la integración de todas las personas, hombres, mujeres y líderes
de la localidad, en un proceso de aprendizaje y decisión, será muy difícil cualquier
progreso. Es esencial que en los programas educativos y escolares, tanto locales como
nacionales, se encuentren los conceptos desarrollistas que analizan las causas y efectos de
los temas de debate más importantes. Si éstos son discutidos en una escuela local, entonces
también puede emprenderse una discusión e incluso un proceso de aprendizaje en la
población de la localidad. Esta interacción entre dos generaciones con la ayuda de los
medios de información existentes (radio y TV) -y en el futuro también con la de las
modernas tecnologías de la comunicación-, pueden ayudar a crear una sociedad que
aprende. Ese proceso educativo de toda la vida es central para encontrar el equilibrio entre
105
la emigración de las comunidades de montaña a los valles y los centros de las tierras bajas –
como ha sucedido durante siglos en todas las montañas del mundo y la continuidad y la
estabilización de las comunidades y los ecosistemas de las montañas.
Ciencia
El rol de la ciencia en los últimos dos siglos
Exactamente doscientos años antes del Año Internacional de las Montañas, Alexander von
Humboldt inició su trabajo de campo en el Chimborazo, a 6314 m. en Ecuador, que se
centraba en comprender la ecología de los diferentes cinturones altitudinales. Sus siguientes
estudios relacionados a los cinturones de ecosistemas diferenciados verticalmente en los
Andes tropicales, el Himalaya y a lo largo del transecto que conecta el norte de
Escandinavia, los Alpes, los Pirineos y el Pico de Teide en las islas Canarias, fueron
publicados a mediados del siglo XIX. Este fue el inicio de la investigación moderna sobre
la montaña que comprendía comparaciones a nivel mundial y fue un estímulo para muchos
estudios posteriores. Luego de 1870, los desastres naturales en los Alpes europeos ayudaron
a promover las ciencias naturales y de ingeniería. Desde ese momento en adelante,
predominaron los estudios de ciencias naturales en las montañas del mundo, pero por lo
general, las montañas fueron consideradas bastantes marginales para las ciencias naturales
y sociales principales y desempeñaron un papel solo en conexión con los intereses de los
centros económicos, políticos y culturales de las tierras bajas circundantes. Esto cambió
luego de la década de 1970 cuando un creciente interés por los problemas ambientales, el
cambio climático, los recursos naturales renovables y no renovables, la diversidad biológica
y cultural, la solución de conflictos y la gobernabilidad para un desarrollo sostenible, los
volvió temas de investigación claves en las regiones de montaña.
Ciencias naturales, ciencias sociales, ciencias de la salud y ciencias de la ingeniería: la
necesidad de la inter y transdisciplinariedad
La investigación disciplinaria en las regiones montañosas ha desempeñado un rol
prominente y seguirá haciéndolo en el futuro. Entre las muchas disciplinas importantes se
encuentran las ciencias naturales (por ejemplo, la climatología), los estudios sociales (por
ejemplo, los estudios culturales lingüísticos), las investigaciones sobre salud (por ejemplo,
los problemas de sangre y 4 pulmones), y los proyectos de ingeniería (prevención de
inundaciones). Sin embargo, la estrecha relación entre procesos de la naturaleza y la
actividad humana en las zonas de montaña ha creado una alta demanda de proyectos que
integren las ciencias naturales y sociales a fin de aportar el conocimiento necesario para
abordar las cuestiones del desarrollo sostenible. La interdisciplinariedad es el enfoque
clásico para la cooperación científica, pero muy a menudo alabamos la interdisciplinariedad
y seguimos promoviendo la disciplinariedad. La transdisciplinariedad es mucho más; es una
conjunción de las ciencias, la tecnología y la sociedad para la solución de problemas.
Recoge problemas reales del mundo de la montaña, coopera con los practicantes, e integra a
la gente y a las comunidades de la localidad en el proceso de producción del conocimiento.
106
Las diferentes partes interesadas (stakeholders) deben participar desde el inicio y seguir
interesadas y activas en todo el curso del proyecto. Por ello para este enfoque deben
adaptarse procedimientos y criterios de evaluación que ayuden a comprender la
complejidad, a informar e integrar la sociedad, y a preparar el conocimiento relevante para
las decisiones políticas y el desarrollo sostenible.
Prioridades de investigación para el futuro
Recursos hídricos:
Las montañas son el origen de gran parte de los recursos de agua fresca del mundo. Sin
embargo, dado que se ha previsto que en este siglo habrá escasez e incluso crisis de agua en
ciertas regiones de nuestro planeta, nuestro conocimiento sobre el ciclo hídrico,
especialmente en las montañas tropicales y subtropicales, es absolutamente inadecuado. Las
regiones áridas y semiáridas son cruciales, pues más del 80 a 90% del agua fresca
disponible se origina en las montañas y las tierras altas. Y aún es más importante percatarse
de que en estas regiones el 70 al 90% del agua es usada para la irrigación y producción de
alimentos (por ejemplo, Egipto, India, China?). El manejo del agua para lograr cantidad y
calidad empieza en las montañas y se necesitan proyectos transdisciplinarios que integren la
variabilidad natural y las interferencias humanas en un sistema tierras altas-tierras bajas,
que combinen las ciencias naturales, sociales, de la salud y de la ingeniería con la
participación de la población y de las políticas.
Biodiversidad, bosques, áreas protegidas y uso de la tierra:
Los diferentes cinturones altitudinales representan una compresión de diferentes zonas
climáticas a lo largo de las gradientes verticales, que causan singulares hotspots de
biodiversidad. Las áreas protegidas y las reservas de biósfera pueden desempeñar un
importante papel para la preservación de la biodiversidad, pero no debemos olvidar que los
“paisajes culturales” cuidadosamente manejados también preservan la alta diversidad
biológica. Las redes existentes de áreas protegidas y reservas de biósfera en las regiones de
montaña de alrededor del mundo pueden ser lugares ideales de prueba para investigar y
monitorear el cambio ambiental global y sus efectos sobre la biodiversidad y el uso de
tierras. Además, los medios ambientes de montaña cargados de energía, y los procesos por
gravedad asociados requieren bosques saludables tanto para la protección como para la
producción. En consecuencia, necesitamos conocer mucho más la biodiversidad local y
regional en relación a la variabilidad climática, las condiciones topográficas, de la tierra y
del agua, el cambio de uso de la tierra, los problemas sociales y demográficos, el turismo y
los proyectos de ingeniería a fin de comprender la vulnerabilidad de los ecosistemas de
montaña.
El uso y la degradación de la tierra:
El impacto humano sobre los ecosistemas de montaña tiene una larga y bien documentada 5
historia que nos permite comparar periodos de uso sostenible y periodos de deforestación y
107
degradación de la tierra. Es fascinante leer al filósofo griego Platón quien escribió lo
siguiente en el 400 a.C: “...y tenía muchas más tierras forestales en sus montañas... lo que
queda ahora, comparado con lo que entonces existía, es como el esqueleto de un hombre
enfermo”. La sobreexplotación de los recursos de la montaña en el periodo griego y romano
aún se puede ver en algunas montañas mediterráneas, lo que demuestra que los costos
asociados con la destrucción del capital natural como el suelo y los bosques son de largo
plazo.
Diversidad cultural, recursos naturales y desarrollo sostenible:
El bienestar social y económico de las comunidades de montaña, con su diversidad e
identidades culturales, es un precondición del uso y el manejo sostenibles de las cuencas
hidrográficas y los recursos de las montañas, con los resultantes beneficios para las
poblaciones en las tierras bajas circundantes. Pero tenemos que tener presente que las
condiciones biogeofísicas, sociales, culturales, económicas y políticas son importantes
componentes de este sistema integrado y esto a menudo difiere de un sistema de montaña a
otro e incluso entre los valles adyacentes.
Gobernabilidad, empoderamiento, desigualdades comparativas y mecanismos de
compensación:
Nuestro conocimiento sobre la complejidad de los sistemas naturales-humanos aún no es
suficiente para desarrollar sólidas estrategias de largo plazo. Los montañeses suelen tener
un nivel de vida más bajo que los habitantes de las tierras adyacentes. Pero no sabemos
suficiente acerca de productos nicho para los mercados de las tierras bajas y acerca de
mecanismos compensatorios para los recursos naturales de las tierras altas. En la mayoría
de los casos, las comunidades de montaña no tienen el poder político necesario, y las
autoridades nacionales usualmente distantes no están informadas ni están interesadas en
políticas de montaña. Todos estos componentes deben ser mejor comprendidos a fin de usar
las señales negativas como un sistema de advertencia temprano, o las señales positivas para
estrategias de desarrollo sostenibles.
Urbanización en las áreas de montaña:
No se puede seguir caracterizando a las montañas como remotas, pobres y habitadas por
personas desfavorecidas. Hay grandes centros urbanos dentro e inmediatamente afuera de
los valles de montaña, tales como los Alpes, a lo largo de la cuenca del Pacífico, y también
incluyen las megaciudades latinoamericanas desde ciudad de México a Santiago de Chile.
Si tenemos presente que el área metropolitana de ciudad de México, a una altitud de 2300
m., tiene aproximadamente el mismo número de habitantes que todo Canadá, entonces
empezamos a darnos cuenta de que la visión tradicional del sistema interactivo tierras altas-
tierras bajas necesita repensarse.
Cambio climático, riesgos y desastres naturales, actividades humanas y vulnerabilidad
de los sistemas de montaña:
108
el ecosistema más alto sobre el límite de vegetación (timberline) es el único que conecta
todas las distintas zonas climáticas del mundo en el transecto Polo-Ecuador-Polo. Este
ecosistema en los extremos de la interfase tierra-atmósfera, que alberga glaciares, nieve,
permafrost, y el límite más alto de vegetación es uno de los indicadores más sensibles y
comparables del cambio climático a nivel global. Incluso los ligeros cambios de
temperaturas y precipitaciones pueden producir peligros naturales localmente o, cuando se
refuerzan por la energía cinética de los procesos de una topografía escarpada, desastres que
impactan las tierras bajas adyacentes. Además, las actividades humanas –incluso aquellas
asociadas con la globalización- también pueden aumentar la vulnerabilidad de los
ecosistemas de montaña. Por ello necesitamos estrategias y modelos de investigación que
alineen la naturaleza con lo humano para detectar y predecir los componentes que agravan
o reducen la vulnerabilidad de los ecosistemas y las comunidades de montaña.
Estudios de caso locales, Centros regionales de conocimiento y redes globales
Los estudios de caso a nivel local continuarán desempeñando un papel fundamental en los
programas de investigación futuros, porque la complejidad de las interacciones pueden ser
mejor analizadas y comprendidas en áreas bien definidas. Solo entonces podemos
establecer prioridades para modelos teóricos y para aplicación práctica. Los resultados de
los diferentes estudios de caso deben ser guardados en un centro regional de conocimientos
(por ejemplo, ICIMOD para los hindukush – Himalaya), en un nodo regional (por ejemplo,
el Foro de Montaña) o en una institución especial donde el rango de validez de los
diferentes casos puede ser evaluados. Este conocimiento local y regional deben integrarse
mucho más en un nivel global, donde tenemos Programas de Investigación sobre el Cambio
Global (IGBS, IHDP, WCRP y DIVERSITAS). Estas organizaciones avanzaron los
conocimientos sobre cambio ambiental global de una manera decisiva desde Río de Janeiro
1992. A nivel global, las ciencias de la montaña han encontrado su lugar especial con los
siguientes programas:
- El Instituto de Investigación de la montaña (MRI)
- La Evaluación Mundial de la Diversidad de la Montaña (GMBA)
- La Iniciativa Mundial para la Investigación de la Observación en el Medio
Ambiente Alpino (GLORIA)
- Un programa de Investigación de Lagos de Montaña (MOLAR) que mide y modela
la respuesta dinámica de los remotos sistemas lacustres de montaña al cambio
ambiental
- Servicio de Monitoreo de los Glaciares del Mundo (WGMS)
- Reservas de Biósfera de la Montaña (MAB/UNESCO)
- El Módulo de Montaña del Sistema de Observación Terrestre Global, (GTOS)
Indicadores, manejo del conocimiento y desarrollo sostenible
109
Muchos indicadores económicos altamente agregados han sido adoptados por lo general del
nivel nacional a nivel global. Sin embargo, en muchos países, regiones, y especialmente en
las zonas de montaña, no existen indicadores concernientes a los recursos ambientales y
naturales. En muchos casos faltan datos sobre las condiciones sociales, económicas y
ambientales, y las listas de indicadores publicadas internacionalmente suelen no estar
adaptadas a las regiones de montaña (OECD 2001). Además debemos tener presente que
estos tres grupos de indicadores deben ser complementados en las regiones de montaña con
componentes específicos como los peligros naturales, las identidades culturales, la
accesibilidad y los recursos naturales entre otros. Además, el Índice de Desarrollo Humano
podría ser muy útil para comparar las diferentes regiones de montaña y para indicar los
riesgos y las crisis potenciales. La ciencias no solo deberían trabajar en un sentido
retrospectivo y decirnos qué cosas marcharon mal en el pasado, sino también debería
decirnos qué es factible, cuáles son las metas estratégicas de largo plazo, y cuáles son los
escenarios posibles que nos permitirían alcanzar estas metas. En todos estos esfuerzos, no
deberíamos olvidar que el camino a la sostenibilidad no puede constituirse de 7 antemano;
tendrá que ser navegado a través del método de prueba y error y de una experimentación
concienzuda. Es esencial que haya un manejo adaptativo y un aprendizaje social (“Our
common journey“,1999).
Conocimiento científico y los encargados de formular políticas
El final del siglo XX y principios del siglo XXI han visto una mayor preocupación por las
amenazas regionales y globales a la humanidad. Estas cuestiones presentan un desafío sin
precedentes para los científicos y los encargados de formular políticas por igual,
enfatizando la importancia de analizar y optimizar las interacciones entre los dos grupos
(UNESCO, OECD 1998). Se pueden describir dos modelos de conectarse el conocimiento
científico a la formulación de políticas: Un modelo histórico basado en dos grupos
independientes de participantes. Los científicos analizan, interpretan, evalúan e informan;
los políticos deciden, haciendo uso de sus facultades, si quieren asesoría científica o no.
Este procedimiento nunca ha sido satisfactorio para solucionar problemas muy complejos.
El nuevo modelo de evaluación propuesto se basa en tres pasos. El primero es el análisis
científico que no debería producir solo un simple resultado, sino también demostrar toda la
orden de conocimientos científicos con sus certezas e incertidumbres y sus facultades de
predicción. El segundo paso requiere un diálogo entre científicos y los encargados de
formular políticas para lograr un consenso sobre la comprensión científica. Los políticos
deben aprender a comprender la complejidad. Pero también los científicos tienen que
aprender lo que puede hacerse en el corto plazo, que es el marco temporal de los intereses
de los políticos. Sin embargo, es claro que los cambios importantes nunca pueden
alcanzarse en pocos años. Por ello el proceso requiere, como tercer paso, una decisión que
vaya en la dirección correcta, de manera que sea posible una progresión lógica de
decisiones en la misma línea en los periodos políticos siguientes. Este ajuste de fases y
110
comprensión mutua de un proceso de decisión de políticas es una parte importante del
diálogo entre científicos y los encargados de formular políticas.
Conclusiones
Necesitamos desarrollar una nueva progenie de científicos: científicos que comprendan,
aparte de su especialidad, cómo operan e interactúan tanto el sistema de la naturaleza como
el humano; científicos que puedan pensar local, nacional y globalmente. Tal vez se pueda
satisfacer esta necesidad reestructurando algunas de nuestras instituciones tradicionales.
Cultura
De los Andes al Himalaya, las culturas de montaña de alrededor del mundo están
inextricablemente entrelazadas con el paisaje, influenciándose y modelándose mutuamente
de complejas maneras. Los programas de desarrollo sostenible de montaña necesitan
reconocer que las personas son parte integral del medio ambiente y que sus diversos modos
de vida necesitan ser sostenidos y desarrollados junto con la biodiversidad y los recursos
naturales.
La cultura tiene un rol central que desempeñar en el desarrollo sostenible de montañas. La
gente se siente profundamente motivada a proteger y conservar los rasgos y los recursos
naturales respetados y honrados en sus tradiciones religiosas y culturales. A lo largo de los
siglos muchas culturas tradicionales han desarrollado creencias y prácticas que preservan
los medios ambientes de montaña. Estas creencias y prácticas a menudo suministran una
base más profunda y duradera para la conservación y el desarrollo que medidas basadas
únicamente en consideraciones económicas, legales y científicas.
Los programas de desarrollo sostenible de las montañas necesitan tomar en cuenta los
valores y las preferencias culturales: si no lo hacen, no lograrán comprometer a las
comunidades locales y otros stakeholders cuyo apoyo es necesario para ser verdaderamente
sostenible a largo plazo. Las medidas de conservación y las políticas de desarrollo mal
diseñadas que socavan las culturas de montaña pueden empeorar las cosas al debilitar las
prácticas y los controles tradicionales que han asignado recursos y protegido el medio
ambiente por generaciones.
Las mujeres desempeñan un rol particularmente importante en la transmisión y la
conservación de las culturas de la montaña a través de la vida familiar. En muchas culturas
de montaña cumplen roles que les hacen aportar de manera particular en cuestiones de
desarrollo sostenible. En algunas regiones del Himalaya de Nepal e India, por ejemplo,
ellas son las que tienen que viajar cada vez más lejos de sus casas para recoger forraje y
leña: a consecuencia de ello ellas toman un interés más activo que los hombres en la
restauración y la protección de los bosques menguantes.
111
En varias sociedades de montaña, como la sherpa y la tibetana, las mujeres tienen mayor
paridad que sus contrapartes de abajo en los llanos. En otras culturas, tales como los
pashtunes en Afganistán, las mujeres son severamente reprimidas, y bajo los talibanes no se
les permitía trabajar o acudir a la escuela. En tales casos, apoyar culturas tradicionales
puede crear conflictos con la promoción de los derechos e igualdades de las mujeres, sobre
todo cuando las distinciones de género son valores medulares de la cultura.
Conocimiento
El aislamiento relativo de muchas comunidades de montaña les ha permitido conservar
culturas y modos de vida tradicionales abandonados en las tierras bajas más accesibles. Los
descendientes de los colonizadores británicos en los montes Apalaches han preservado
viejas variantes de las baladas inglesas que ya no se encuentran en Inglaterra. Los grupos
disidentes con culturas opuestas a las sociedades de la corriente central (mainstream), tales
como los albigensianos en Europa, se han refugiado en montañas como los Alpes a fin de
preservar su integridad cultural y practicar sus creencias religiosas.
Debido a su topografía vertical, las montañas tienen medios ambientes y microclimas
extremadamente diversos. Esta diversidad de terrenos y climas proveen nichos ecológicos
para una gran variedad de culturas de montaña basadas en diferentes modos de vida,
muchas de ellas muy próximas. Los nómades que apacientan sus rebaños en la meseta
tibetana, por ejemplo, intercambian leche y carne por cebada cultivada por agricultores en
los valles más protegidos. El rol natural de las cordilleras como fronteras entre las naciones
y culturas aumenta la profusa diversidad cultural de las regiones montañosas. Ello
contribuye en particular al gran número de lenguas y dialectos que se encuentran en las
montañas.
Las culturas de montaña tienen un conocimiento íntimo del medio ambiente local
seleccionado por generaciones de experiencia. Ellos saben cuáles plantas son buenas para
comer y cuáles para curar; ellos saben los hábitos de la vida silvestre y dónde encontrar
fuentes confiables de agua y alimentación para sus animales. Este conocimiento tradicional
tiene muchos valiosos usos, tanto para las comunidades locales como para el mundo
exterior. Mucho de ello nunca ha sido investigado ni registrado por científicos y corren el
peligro de perderse a medida de que sus guardianes encargados van muriendo. Algunos de
estos conocimientos, en particular aquellos concernientes a los lugares, sustancias y
prácticas sagradas, es información privilegiada y su secreto debe ser respetado.
Las culturas de montaña han usado sus conocimientos y sus prácticas tradicionales para
proteger el medio ambiente en una variedad de maneras. Los dai del sudoeste de China han
reservado sus Montes Sagrados como jardines de los dioses en los que está prohibido la
caza y 9 la agricultura, haciéndolos santuarios de biodiversidad. Muchos indígenas de los
112
Andes peruanos no permiten la caza porque la vida silvestre pertenece a los apus o deidades
de las montañas, La designación tradicional de “bosques [sagrados] del lama” y las
instituciones locales de guardianía forestal de los pueblos han protegido mejor los bosques
en la región Khumbu cerca del Monte Everest que las medidas recientes instituidas por el
gobierno central y el Parque Nacional de Sagarmatha.
En las sociedades modernas los valores culturales también han contribuido a la protección
de las montañas. Los parques nacionales de montaña de Norteamérica, tales como el
Yosemite y Monte Rainier, fueron establecidos, en parte, como lugares de renovación
espiritual y física. La indignación pública por toda Europa obligó la cancelación de un
proyecto para construir un centro de esparcimiento y un teleférico en el Monte Olimpo;
personajes laureados por el Nobel se unieron a escribir cartas al Ministro de Cultura griego
protestando por la profanación de un símbolo de la civilización occidental.
Implicaciones y recomendaciones
El advenimiento de las comunicaciones modernas han abierto al mundo exterior hasta las
comunidades más aisladas. La modernización, el crecimiento demográfico y la
globalización son factores adicionales que tienden a socavar muchas culturas de montaña y
arrollar las creencias y prácticas tradicionales que han protegido los medios ambientes de
montaña. Las comunidades locales necesitan encontrar maneras de fortalecer esas creencias
y prácticas tradicionales y adaptarlas a las circunstancias cambiantes y a las influencias
exteriores. Las agencias de gobierno, las ONGs, y otras organizaciones tienen un papel que
desempeñar en este proceso.
Como un primer paso, cualquier programa de desarrollo sostenible de montaña debería
incluir representantes de comunidades y otros grupos locales para quienes el lugar bajo
consideración tiene significación cultural. Estos stakeholders necesitan estar involucrados
desde el principio como participantes plenos en el proceso. Sus necesidades y prioridades
deberían tener precedencia en la planificación e implementación del proyecto.
Las ONGs y las agencias gubernamentales pueden ayudar reconociendo el conocimiento y
la autoridad de los líderes y expertos tradicionales encargados de la conservación de las
tradiciones culturales y la protección del medio ambiente. Por ejemplo, en los hospitales de
la reserva navajo en los Estados Unidos, los médicos occidentales practican junto con los
curanderos tradicionales, realizando tanto rituales de curación de la medicina científica
como de sanación tradicional para beneficio de sus pacientes. Puesto que estos rituales se
encuentran en el corazón de la religión navajo, esto también ayuda a reforzar la cultura
navajo.
Los programas educativos pueden fortalecer las culturas de montaña al demostrar el valor
científico y práctico del conocimiento ecológico y medicinal poseído por los ancianos y
113
curanderos y reclutar sus servicios como maestros. Ellos también pueden incorporar las
maneras tradicionales de transmisión de conocimiento y cultura, mucho de lo cual sucede
informalmente a través del trabajo y aprendizaje antes que mediante la enseñanza en un
aula. Esto es particularmente importante para las sociedades nómades y pastoras donde la
obligación de que los niños se queden en un lugar para su escolarización desarticula a las
familias y los modos de vida tradicionales.
Los programas de desarrollo sostenible necesitan sostener las culturas de montaña junto con
los recursos naturales y el medio ambiente. El ecoturismo es una fuente natural de ingresos
para muchas comunidades de montaña, pero necesita ser manejado en maneras
culturalmente adecuadas. Las ceremonias que tienen un profundo significado para la gente
de la localidad pueden verse fácilmente reducidas a espectáculos superficiales para
beneficio de los visitantes. El turismo masivo puede tener impactos negativos: enormes olas
de turistas en ruidosos omnibuses han hecho imposible la práctica de la contemplación en
los espectaculares monasterios de Meteora en Grecia.
Si el turismo y el peregrinaje han de beneficiar a las comunidades de montaña al largo
plazo debe respetar y realzar la integridad de sus culturas y medios ambientes. Es necesario
desarrollar medidas para enfrentar los numerosos peregrinos que han profanado importantes
lugares de peregrinaje como las montañas sagradas de Tai Shan en China, con la
deforestación, basura y cloacas.
La artesanía expresa las creencias y las prácticas subyacentes de muchas culturas de
montaña. Los programas que las apoyan pueden beneficiar a las comunidades locales tanto
económica como culturalmente. Las ONGs, las agencias gubernamentales, y las compañías
privadas tienen un rol central que desempeñar en el acceso a los mercados de afuera para
estos productos tradicionales. También pueden ayudar a garantizar que las artesanías
producidas localmente sean asequibles a los turistas y peregrinos.
Otra fuente de ingresos que puede ayudar a las comunidades de montaña a sostener sus
culturas es el conocimiento y el acopio de plantas medicinales. Sin embargo si esto se
realiza por razones estrictamente comerciales, sin considerar las restricciones tradicionales,
pueden tener un impacto cultural y ambiental adverso. La ciencia puede ayudar; una
estación de investigación himalaya del Centro de Investigación Fisiológica de Plantas de
Grandes Alturas en India está aislando eficaces cepas de plantas medicinales y
determinando las maneras de cultivarlas en menores altitudes a fin de reducir las presiones
sobre las frágiles praderas alpinas.
Para desarrollar estos y otros recursos de la montaña -tales como bosques, minerales,
cultivos, y agua- las comunidades locales necesitan beneficiarse económicamente a fin de
mantener estas bases materiales de sus culturas. Las agencias gubernamentales, las ONGs,
y las corporaciones privadas deberían ayudarlas a obtener una participación justa de las
114
ganancias generadas de sus productos. Las comunidades locales también deberían ser
compensadas por su conocimiento y expertise culturales, ya sea que ésta tome la forma de
retribución por la propiedad intelectual –un concepto legal moderno- o algo más acorde con
sus propias ideas tradicionales de propiedad.
Los programas de desarrollo sostenible de la montaña pueden tomar de las culturas
tradicionales y modernas para arraigar sus esfuerzos de conservación en valores y creencias
profundos que los hará más comprensibles y duraderos. Los científicos del Instituto G.B.
Pant del Medio Ambiente y Desarrollo en el Himalaya trabajan en un programa innovador
en el lugar sagrado de peregrinaje de Badrinath con sacerdotes para motivar a los
peregrinos a sembrar árboles por razones que provienen de sus tradiciones religiosas y
culturales. El Instituto de la Montaña está participando con el Servicio Nacional de Parques
de los Estados Unidos en el desarrollo de materiales interpretativos y educacionales
basados en la significación cultural y espiritual de las diferentes características de los
paisajes y los ecosistemas de montaña de las culturas americanas, nativas norteamericanas
y otras culturas alrededor del mundo.
Necesitamos estudios longitudinales de los efectos a largo plazo de diversas medidas y
programas que hacen uso de la cultura y la religión en el desarrollo sostenible de montañas.
Por ejemplo, ¿las personas y las comunidades de la localidad dan mejor cuidado a los
almácigos plantados en las ceremonias religiosas y se abstienen de cortarlos cuando los
árboles están completamente crecidos?
Las culturas, como los organismos vivos, evolucionan y cambian, adaptándose a ambientes
y circunstancias cambiantes. Pueden adoptar programas de desarrollo de la montaña y
contribuir con ellos, pero solo pueden hacerlo de una manera sostenible si defienden los
principios subyacentes que apoyan y conservan su integridad.
La diversidad cultural necesita ser mantenida por su propio bien y por lo que ofrece al resto
del mundo. Las culturas de montaña tienen mucho que contribuir desde el punto de vista de
su conocimiento y sus modos de vida en armonía con la naturaleza. Ellas nos recuerdan que
hay muchas maneras de ver el medio ambiente y muchas razones para valorar y proteger el
mundo en que vivimos.
115
Agua y sostenibilidad: algunas claves desde los sistemas áridos
Julia Martínez Fernández
Introducción
1 Las referencias a la sostenibilidad han venido a constituir un lugar común en todo tipo de
foros y ámbitos incluyendo los de entidades no gubernamentales, los oficiales y los de los
agentes económicos. La aparente facilidad con la que dicho concepto ha suscitado
semejante consenso se basa entre otras razones en la escasa concreción del mismo, que
permite amplios acuerdos genéricos bajo los que suelen persistir interpretaciones muy
dispares en el terreno de lo concreto. Pese a ello, el concepto de sociedades y usos
sustentables (que personalmente prefiero a la expresión más generalizada de desarrollo
sostenible) mantiene un elevado grado de significación y de capacidad de orientación de los
análisis y las prácticas hacia una mayor racionalidad ambiental. Esto es igualmente
aplicable a la cuestión del agua y sus usos.
2 Hablar de sostenibilidad ambiental y social del agua requiere hacer referencia a múltiples
y complejos aspectos. La presente aportación pretende simplemente abordar algunas
cuestiones relevantes en relación con un caso concreto: el uso sostenible del agua en
sistemas áridos y semiáridos. Aunque muchas de las lecciones que emanan de estos
sistemas son generalizables y con frecuencia podrían considerarse situaciones extremas de
procesos existentes en menor grado en zonas con abundantes recursos hídricos, es evidente
que los problemas, en términos de importancia, urgencias y prioridades, son diferentes.
3 En esta aportación, necesariamente breve por razones de tiempo y espacio, no es posible
discutir todos los aspectos implicados en la sostenibilidad del agua en sistemas áridos y
semiáridos, por lo que me centraré en los relativos a la cantidad del agua y a la presión
sobre los sistemas naturales, una dimensión esencial de la sostenibilidad ambiental de los
usos del agua en tales áreas.
Es necesario por ello no olvidar otros aspectos también muy importantes, aunque no serán
tratados aquí, en relación con la sostenibilidad del uso del agua en sistemas áridos y
semiáridos, en particular los siguientes:
1. La insostenibilidad social (afectados) y ambiental (daños a los ecosistemas) producidos
por las obras hidráulicas requeridas para detraer el agua de los sistemas naturales y
derivarlas hacia los usos socioeconómicos;
2. Los aspectos distributivos de dicha insostenibilidad social (equidad en relación con la
distribución de costes y beneficios entre afectados y usuarios de los usos del agua);
3. La insostenibilidad social y económica de los propios modelos productivos más
“hidróvoros”, que surgen o crecen al amparo de mayores detracciones de agua desde los
sistemas naturales, pero con escasas perspectivas de mantenimiento a largo plazo;
4. La insostenibilidad derivada de una menguante calidad del agua, aspecto que se exacerba
en condiciones de recursos hídricos escasos y da lugar a importantes afecciones, tanto a los
116
sistemas naturales así como a la disponibilidad del agua para usos esenciales como el
abastecimiento doméstico e incluso para el regadío, en los casos de contaminación más
elevada, todo lo cual contribuye a aumentar aún más la sensación de escasez.
4 Según el Centro del Agua para Zonas Áridas y Semiáridas de América Latina y el Caribe
(CAZALAC 2005), la extensión total de zonas áridas y semiáridas en dicha región supera
los 4 millones de kilómetros cuadrados, las cuales están presentes en mayor o menor
medida en 22 países desde México a Tierra del Fuego. Estas zonas se hallan en extensos
territorios de México y Argentina (provincia de Mendoza, el Chaco Semiárido), en Chile en
la frontera norte con Perú, en el Polígono Das Secas de Brasil) y en otras muchas áreas de
Perú, Ecuador, Colombia y resto de los países. Los problemas específicos de estas zonas
áridas y semiáridas en América Latina han sido descritos en diversos trabajos (Fernández y
Abraham 2002, 2003).
5 En España el clima mediterráneo, caracterizado por precipitaciones escasas y muy
fluctuantes, está presente en la mayor parte del territorio. Destaca el Sudeste peninsular
(Murcia, Almería y Alicante), dominado por un clima árido y donde en las últimas décadas
se ha instalado un tipo de desarrollo económico muy intensivo en recursos hídricos, el cual
ha ocasionado múltiples problemas y conflictos ambientales y sociales tanto dentro de
dicho territorio como en otras zonas de España, afectadas a través de trasvases y proyectos
de trasvases planteados para incrementar los recursos hídricos en el Sudeste Ibérico y otras
áreas. Diversos trabajos han analizado las relaciones entre recursos hídricos y sostenibilidad
en esta zona y sus implicaciones en relación con la gestión general del agua en España
(Esteve 2003; Martínez y Esteve 2003, 2004, 2005).
Algunos rasgos importantes del agua y sus usos en sistemas áridos
6 Conviene tener presente algunas características diferenciales de los usos del agua en
zonas áridas, como las siguientes:
7 • En las zonas áridas, los sistemas socioeconómicos han estado siempre estrechamente
ligados a un uso inteligente y sostenible de los recursos naturales, especialmente del agua.
La escasez natural del agua ha limitado la explotación intensiva del territorio a la vez que
ha dado lugar a ecosistemas propios que suelen albergar una biodiversidad singular de gran
interés. De la misma forma, en las zonas áridas se han desarrollado históricamente formas
tradicionales de aprovechamiento del agua muy sofisticadas y adaptadas a las condiciones
específicas de cada territorio, dando lugar a una cultura del agua muy rica, especializada y
de gran valor. Prácticamente cada zona árida y semiárida ha desarrollado sus propios
sistemas tradicionales de aprovechamiento del agua, necesariamente sostenibles dado que
se han mantenido a lo largo de siglos.
117
8 • Las zonas áridas albergan ecosistemas naturales especialmente adaptados al estrés
hídrico, así como hábitats áridos singulares de gran valor ecológico y de gran importancia
en términos de biodiversidad, incluyendo especies raras, endémicas o de distribución
restringida. Pese a que el patrimonio natural de las zonas áridas suele ser menos evidente
que el de otros sistemas, es igualmente valioso y su conservación igualmente necesaria.
9 • El agua juega un papel de innegable importancia en los sistemas naturales, por sus
múltiples funciones ambientales. En las zonas áridas, este papel es especialmente relevante,
ya que los ecosistemas ligados al agua contribuyen al mantenimiento de la biodiversidad
local de forma directa (vegetación de ribera, fauna acuática) e indirecta (especies
dependientes de estos sistemas); constituyen puntos de alta productividad biológica, de gran
importancia en el mantenimiento de las redes tróficas en entornos áridos; ríos y ramblas
funcionan como corredores ecológicos, conectando distintos entornos naturales, generan un
elevado contraste paisajístico, especialmente valioso en zonas áridas y contribuyen a la
autodepuración natural de las aguas y al control de la contaminación agraria difusa a través
de la vegetación natural de ribera de ríos, ramblas y humedales.
10 • La conexión entre los flujos superficiales y subterráneos es especialmente estrecha en
zonas áridas y semiáridas, por lo que la no consideración de esta conexión resulta
especialmente grave y sensible al manejo del agua. La tradicional y errónea disociación,
tanto en el análisis como en la gestión, entre las aguas superficiales y las aguas
subterráneas, resulta especialmente trágica en zonas áridas. En el Sureste de la Península
Ibérica, es muy frecuente que unos mismos volúmenes de agua se concedan a usuarios de
aguas subterráneas y de aguas superficiales, con el consiguiente conflicto cuando la
utilización de los caudales subterráneos acaba con los caudales superficiales.
11 • En las últimas décadas la presión sobre los recursos hídricos en estos sistemas áridos
ha aumentado considerablemente, tanto por la utilización de tecnologías más eficientes en
la extracción de recursos hídricos de los sistemas naturales (ya sea de aguas superficiales y
subterráneas) como por el sensible aumento de los consumos, tanto en el abastecimiento
humano como en la agricultura, la industria y el turismo. Los efectos ambientales y
territoriales derivados de esta presión excesiva se agudizan cuando en sistemas áridos y
semiáridos se instalan modelos de desarrollo muy intensivos en recursos hídricos, como el
regadío, ligados a cambios tecnológicos y a una subvención en términos energéticos
impensable hasta hace tiempos relativamente recientes, capaz de movilizar recursos
históricamente difícilmente disponibles, como las reservas almacenadas en acuíferos o los
obtenibles a partir de la importación de recursos desde otros sistemas menos áridos a través
de trasvases.
12 • En las zonas áridas existen pocos recursos renovables (superficiales y subterráneos)
pero pueden existir importantes reservas de agua subterránea, acumuladas durante largos
periodos de tiempo. El consumo intensivo de estas reservas no renovables permite
mantener durante un cierto tiempo un elevado desarrollo socioeconómico. Esto suele
118
generar la percepción errónea de que no existen limitaciones críticas para el desarrollo
socioeconómico, aunque se estén consumiendo recursos no renovables, a la vez que las
consecuencias negativas se difieren en el tiempo hacia las siguientes generaciones.
Además, el agotamiento o drástica reducción de las aguas subterráneas no renovables
supondrá para la siguiente generación un coste en términos ambientales, energéticos y
económicos difíciles de cuantificar, dadas las incertidumbres que rodean a los escenarios de
cambio climático y disponibilidad energética, entre otros. Se incurre por ello en riesgos no
cuantificados y que habrán de ser asumidos por las generaciones futuras.
13 • En las actuales condiciones de mercado de producción de alimentos, cada vez más
zonas áridas son elegidas para la producción intensiva de alimentos a través de tecnologías
muy especializadas. Se está promocionando de forma creciente sistemas socioeconómicos
muy hidróvoros en algunas zonas áridas, ligado a objetivos de mercado globalizado, pero
no a necesidades alimentarias locales, que no requerirían un desarrollo agrario tan
intensivo. Se trata por tanto de una opción de desarrollo, entre muchas posibles,
particularmente poco adecuada en zonas áridas y difícilmente sostenible a medio y largo
plazo. El Sureste de la Península Ibérica constituye un ejemplo paradigmático.
14 • La gran riqueza ecológica de las zonas áridas está seriamente amenazada, pero no por
la escasez natural de agua sino por la apropiación creciente de todos los recursos hídricos
existentes y su derivación fuera de los sistemas naturales con el fin de alimentar diversos
usos consuntivos, en particular el regadío. Esta apropiación creciente está induciendo en un
número cada vez mayor de zonas áridas la sobreexplotación de acuíferos, el agotamiento de
casi todos los caudales naturales circulantes y la progresiva desaparición de humedales, con
la correspondiente degradación y eliminación de hábitats naturales y biodiversidad
asociada.
15 • Los usos extrafluviales no sólo modifican los flujos de agua sino también los de las
sales. En zonas áridas, las sales constituyen un componente de especial importancia de
muchos suelos, sustratos y masas de agua. La creación de áreas de regadío al margen de las
llanuras de inundación y otros sistemas ligados a los flujos naturales del agua, suele alterar
significativamente los equilibrios hídrico-salinos. Estas modificaciones incluyen tanto la
salinización de muchas áreas como la dulcificación y banalización de sistemas hipersalinos
de singular valor.
16 • En zonas áridas la relación sinérgica entre cantidad y calidad es singularmente
estrecha, dado que los escasos caudales circulantes y pequeños humedales pueden depurar
cantidades mucho menores de contaminación. En consecuencia, los problemas de calidad
del agua suelen agravarse, reduciendo o eliminando su uso potencial para abastecimiento e
incluso para regadío, lo que se traduce en una reducción de los recursos utilizables. En
zonas áridas los problemas de contaminación se pueden considerar un indicador temprano
de un mal manejo de los recursos hídricos en su conjunto.
119
Zonas áridas y límites del crecimiento
17 Desearía mencionar algunas cuestiones muy básicas, pero que con frecuencia parecen
olvidarse en muchas discusiones sobre la gestión del agua en zonas áridas o semiáridas, en
relación con el concepto de sostenibilidad, el ciclo del agua y las funciones ambientales del
agua. En primer lugar, cuando hablamos de sostenibilidad conviene recordar que una de sus
premisas más básicas es la aceptación de que existen límites al crecimiento. Esto es
igualmente válido en relación con el consumo de un recurso natural tan básico como el
agua dado que cada cuenca, en tanto que unidad en la que tiene lugar el ciclo hidrológico,
cuenta con unos recursos hídricos acotados (que pueden ser elevados o muy escasos) y a
ellos ha de adaptarse el desarrollo socioeconómico de dicha cuenca, en tanto que
consumidor de recursos hídricos. Naturalmente, el carácter limitante de tales recursos para
el desarrollo dependerá mucho del sistema en cuestión, siendo mucho más evidente y
severo en sistemas áridos y dependerá asimismo del tipo de desarrollo social y económico
que se implante. En cualquier caso, las crecientes dificultades a nivel mundial en relación
con la disponibilidad de agua dulce son sobradamente conocidas y han sido señaladas desde
numerosos ámbitos, como los estudios y proyectos realizados en el seno de Naciones
Unidas (ONU/WWAP 2003).
18 El agua dulce de los sistemas naturales se renueva gratuitamente a través del ciclo del
agua, pero no aumenta, aunque puede mostrar una gran variabilidad natural bajo climas
como el mediterráneo. El carácter limitante del agua con frecuencia es poco visible hasta
que aflora o se visualiza, a veces de forma abrupta y cuando los límites han sido rebasados
con creces. Contra cierto optimismo tecnológico, no cabe pensar que los recursos hídricos
renovables son siempre sustituibles a través de una nueva intensificación tecnológica. La
experiencia suele demostrar que tales utopías esconden facturas frecuentemente caras. Esto
ha valido para el caso del transporte de agua a largas distancias (trasvases intercuencas),
para el bombeo de agua subterránea desde profundidades crecientes y es igualmente válido
para la desalación marina, aunque en este último caso la ruptura del concepto de recursos
naturales disponibles impone un análisis más complejo y global del concepto de
sostenibilidad que no puede ser tratado aquí. Como se ha señalado en relación con los
modelos globales y límites del crecimiento (Meadows 1992), la importación de agua, la
sobreexplotación de acuíferos y la desalación pueden sostener localmente, durante un cierto
tiempo, economías que han crecido más allá de sus límites, pero ninguna de estas
estrategias es de aplicación global, y ni siquiera a nivel local pueden serlo de forma
indefinida.
19 Cuando el agua es expropiada para los usos socioeconómicos disminuye el agua
remanente en los sistemas naturales. Conforme aumentan los recursos hídricos disponibles
para los distintos usos socioeconómicos aumenta la presión sobre las funciones ambientales
del agua. Esta presión tiene umbrales que, si son alcanzados, dan lugar a daños graves,
irreversibles o difícilmente recuperables, no lineales y sinérgicos, incluyendo pérdidas de
120
biodiversidad, degradación de los procesos de autodepuración de las aguas, eliminación o
disminución drástica de especies clave para la productividad de otros sistemas, degradación
de humedales y sus servicios ambientales o efectos muy diferidos en el tiempo o en el
espacio, como la disminución de las pesquerías marinas por la reducción de las
aportaciones continentales.
20 Las funciones ambientales del agua y la presión sobre los sistemas naturales son
conceptos comunes a cualquier ecosistema, independientemente de la cantidad de agua que
incluyan. La clave reside en la complejidad de determinar los regímenes y caudales hídricos
que se pueden modificar o extraer sin afectar a las funciones ambientales específicas de
cada ecosistema. Esto requiere lógicamente una comprensión profunda del funcionamiento
de tales ecosistemas y del margen de explotación hídrica existente compatible con el
mantenimiento de tales funciones ambientales. El conocimiento ya existente en la
actualidad no permite apoyarse en la ignorancia o el desconocimiento como coartada para
incrementar la presión sobre los recursos.
21 Las funciones ambientales del agua tienen valores no monetarios de muy diverso tipo,
incluyendo valores de uso directo e indirecto, valores de opción y valores de existencia,
ligados por ejemplo al mantenimiento de la biodiversidad de los ecosistemas acuáticos. A
todo ello hay que añadir los valores culturales, que en cierta forma pueden considerarse un
tipo de valor de existencia. Los valores culturales se refieren al valor emocional de los
paisajes ligados al agua, el valor escénico de ríos, manantiales y humedales, en muchos
casos los valores rituales y religiosos ligados a estos sistemas, así como la identidad
personal y colectiva construida sobre los paisajes en los que las personas y las comunidades
nacen y se desarrollan, y con los que se vinculan, a lo que hemos de añadir el patrimonio
histórico, arqueológico y cultural que en muchas ocasiones existe en los sistemas ligados al
agua y en las formas tradicionales de aprovechamiento de la misma.
22 Dado que el incremento de recursos puestos a disposición de las actividades económicas
se produce a costa de la reducción del agua existente en los sistemas naturales, se plantea la
cuestión de qué grado de presión sobre los sistemas naturales consideramos aceptable, para
atender qué usos, con qué nivel de prioridad y bajo qué condiciones técnicas, sociales,
ecológicas y ambientales. Es importante resaltar que se trata de una decisión en función de
los valores y preferencias de la sociedad que haya de tomar dicha decisión y que la
respuesta no puede venir per se de ningún análisis puramente científico o técnico, aunque
muy frecuentemente, y España es un ejemplo evidente, tales decisiones, en general tomadas
al margen de mecanismos de participación ciudadana o de consenso, se han intentado
revestir de una falsa objetividad científico-técnica. Lógicamente, la ciencia puede y debe
aportar y divulgar a toda la sociedad conocimientos objetivos que nos ayuden a conocer
mejor todas las implicaciones y consecuencias potenciales de las decisiones en juego y las
opciones posibles, pero la decisión no puede resolverse meramente con métodos científico-
121
técnicos sino a través de mecanismos de participación social, de gestión democrática del
agua y de fomento de una opinión pública y unos agentes sociales bien informados.
23 Un primer paso para dicha toma de decisiones democrática e informada lo constituye un
buen diagnóstico acerca del estado de la cuestión, facilitado a través del uso de indicadores
objetivos, de aplicación sencilla, y comprensibles para el público no especializado. Al igual
que en otros ámbitos, en los últimos años se ha prestado una gran atención al desarrollo de
indicadores de sostenibilidad en relación con el uso del agua.
Indicadores de uso sustentable del agua. El caso de la cuenca del segura
24 Diferentes entidades y organismos tanto a escala internacional como nacional han
desarrollado en los últimos años sistemas de indicadores para evaluar la sostenibilidad en el
uso de los recursos hídricos, los cuales hacen referencia tanto a aspectos de cantidad como
de calidad del agua. Se puede citar el sistema de indicadores desarrollado por la Comisión
de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas (CSD 2001), el presentado por la ONU y el
Programa Mundial de Evaluación de Recursos Hídricos (ONU/WWAP 2003), el elaborado
por la Organización Europea para la Cooperación y el Desarrollo (OECD 2003) y el
aportado por la Agencia Europea de Medio Ambiente (EEA 2003), siguiendo el esquema
Fuerzas Motrices-PresionesSituación-Impactos-Respuestas (Agencia Europea de Medio
Ambiente 2000; OECD 2003). Un sistema de indicadores para el uso sustentable del agua
se está preparando también para América Latina desde distintas iniciativas (Fernández y
Abraham 2003). Igualmente se están desarrollando sistemas nacionales de indicadores en
diversos países como España (Jiménez, Prieto del Campo y Riechmann 2005).
25 El número de indicadores sobre el uso del agua es muy variable y cubre un rango desde
sólo tres, en el caso de la Comisión de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas (aunque
está prevista una revisión a corto plazo) a más de un centenar, en el borrador elaborado por
el Programa Mundial de Evaluación de Recursos Hídricos, muchos de los cuales presentan
una aplicabilidad incierta. En lo que sigue me referiré exclusivamente a los indicadores
relacionados con la disponibilidad e intensidad de uso del agua en un territorio dado. Estos
indicadores, especialmente cuando son aplicados a escala de cuenca, pueden ayudar a
realizar una primera valoración de la sostenibilidad global del sistema y a comparar entre sí
el grado de presión sobre los recursos hídricos existente en distintas zonas.
26 Pueden plantearse muchos indicadores de interés ligados a la cantidad de agua
disponible y utilizada, los cuales han sido utilizados en distintos ámbitos. Entre ellos cabe
citar la reserva de aguas subterráneas, la proporción de recursos renovables anuales
almacenada en embalses, el consumo doméstico de agua por habitante, la proporción de
recursos renovables utilizada por los distintos sectores (agricultura, industria,
abastecimiento, producción hidroeléctrica), la proporción de superficie agrícola bajo riego,
122
la proporción de recursos renovables consumida por el regadío o la proporción de aguas
depuradas reutilizadas en regadío.
27 Existen dos indicadores importantes relacionados con la intensidad del uso del agua, de
aplicación más o menos sencilla y presentes en casi todos los sistemas de indicadores
mencionados. El primero de ellos es la proporción de recursos renovables anuales medios
que es extraída de los sistemas naturales, tanto para usos consuntivos como no consuntivos,
a veces denominado Índice de Explotación Hídrica. La Agencia Europea de Medio
Ambiente aporta datos sobre el Índice de Explotación Hídrica para los diferentes países
europeos. Aunque su uso a nivel nacional y no a escala de cuencas hidrográficas introduce
dificultades adicionales para su interpretación, estos datos son de utilidad para una
comparación global entre países. Así España, con un Índice de Explotación Hídrica del
33%, es el tercer país europeo con mayor presión sobre los recursos hídricos, sólo superado
por dos islas: Malta y Chipre.
28 El segundo indicador es la proporción de recursos renovables anuales medios que es
utilizada en usos consuntivos, o Índice de Consumo. Este último indicador expresa el
porcentaje de los recursos totales renovables de una cuenca que son extraídos de los
sistemas naturales (ya sean recursos superficiales o subterráneos) y utilizados por usos
consuntivos (abastecimiento, regadío, usos industriales y usos turísticos consuntivos).
Constituye una medida directa del grado de presión que las actividades socioeconómicas de
la cuenca ejercen sobre el agua en los sistemas naturales y sobre sus funciones ambientales.
Expresiones equivalentes de este indicador aparecen en todos los sistemas de indicadores
mencionados. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, valores superiores al 20%
indican una situación de estrés y valores superiores al 40% una situación de estrés severo.
En el caso de la cuenca del Segura, situada en buena parte en el Sudeste Ibérico, el Índice
de Consumo excede largamente el 250% de los recursos renovables de la cuenca, lo que
supone multiplicar por un orden de magnitud el umbral de estrés adoptado por la Unión
Europea. Naturalmente, valores superiores al 100% indican el uso de recursos distintos a
los renovables de la cuenca, que en este caso proceden del consumo de aguas de reserva de
los acuíferos y de la importancia de agua desde otras cuencas a través de trasvases. Este
desmesurado consumo de agua está provocado fundamentalmente por la multiplicación en
las últimas décadas de la superficie de regadío, a lo que habría que añadir un muy reciente
desarrollo urbano-turístico orientado a la construcción de grandes complejos residenciales
con campo de golf para turistas y residentes, tanto nacionales como extranjeros.
29 Se ha realizado una primera estima del consumo de recursos subterráneos no renovables
y por tanto de la sobreexplotación global de los acuíferos de la cuenca del Segura (Martínez
y Esteve 2002). Esta sobreexplotación global aparece en torno a 1983 y desde entonces no
ha dejado de crecer. De hecho, la sobreexplotación de los acuíferos ha crecido a un ritmo
exponencial, con una tasa de crecimiento del 15,3 % anual, lo que implica que el volumen
123
de sobreexplotación de los acuíferos se ha duplicado cada 4,5 años durante el periodo
analizado, lo cual da una idea de la gran aceleración del proceso.
30 Los datos anteriores permiten obtener la evolución de un indicador clave: la proporción
de recursos renovables totales consumidos por el regadío. El regadío consume en 1988 un
volumen de agua equivalente a la totalidad de los recursos renovables existentes, consumo
que continúa aumentando hasta alcanzar en 1995 el 225% de los recursos renovables. Estas
cifras se hallan muy próximas a las aportadas por otros estudios, que en fechas similares
cifran dicho valor en el 228% de los recursos renovables, lo que supone la mayor presión
sobre los sistemas naturales de todos los países mediterráneos europeos (Institute for
Prospective Technological Studies 1997).
31 Las consecuencias ambientales y sociales de esta sobreexplotación incluyen el descenso
de los niveles piezométricos, la progresiva salinización de muchos acuíferos, la
desaparición de numerosas fuentes y manantiales, la degradación de diversos humedales,
incluidas surgencias dentro del propio río, el agotamiento de las aguas de reserva y la
degradación del paisaje y pérdida del valor escénico de manantiales y humedales. En áreas
costeras de la cuenca como Mazarrón y Aguilas, la sobreexplotación de acuíferos ha
ocasionado la pérdida del 85% de los caudales de manantiales existentes en 1916.
32 Existe un tercer indicador o grupo de indicadores de interés: la relación entre consumo
de recursos totales y un indicador del grado de bienestar económico, como el PIB o la renta.
Los datos disponibles en la Región de Murcia indican que entre los años 1982 y 2001,
periodo en el que el consumo hídrico se multiplicó, aumentó el diferencial entre la renta per
cápita en Murcia con respecto a la nacional, lo que implica una menor renta en términos
relativos (Colino 2004). Pese a ello, son las actividades más “hidróvoras”: el regadío y muy
recientemente el desarrollo urbano-turístico, las que siguen abanderando el futuro
socioeconómico de esta región. Es necesario en fin desacoplar definitivamente desarrollo y
consumo de recursos hídricos.
33 Ante esta situación urge replantear todo el sistema de apropiación y uso del agua en la
cuenca del Segura y, con toda seguridad, en muchos otros territorios áridos y semiáridos en
los que se haya implantado o se estén implantando usos altamente hidróvoros como el
regadío o los desarrollos urbano-turísticos a gran escala. Para ello es necesario volver a
plantear la vieja pregunta acerca de cuáles son los recursos hídricos disponibles y cuáles
son los consumos a satisfacer, sobre bases completamente diferentes. Veamos cuáles.
La necesidad de redefinir los usos y recursos hídricos en las zonas áridas
34 En relación con los recursos hídricos disponibles, hay que subrayar que dicho concepto,
tal y como se suele utilizar habitualmente, no constituye una variable independiente, puesto
que los recursos disponibles para las actividades socioeconómicas dependerán de las
funciones ambientales del agua que se deseen mantener, lo que a su vez depende de las
124
políticas de protección ambiental y conservación de la naturaleza que se deseen aplicar y
del grado de sensibilidad ambiental de la sociedad, factores ambos dinámicos y que
evolucionan rápidamente hacia una importancia creciente. Se requiere por tanto, y una vez
satisfechas las necesidades básicas domésticas de la población asentada en el territorio,
determinar estas funciones ambientales irrenunciables del agua, y en consecuencia, los
flujos y volúmenes de agua renovable superficial y subterránea existentes pero no
disponibles para las actividades económicas. En algunas cuencas como la del Segura, donde
se han sobrepasado todos los umbrales de insostenibilidad, esto implicaría una reducción
significativa del agua consumida por las actividades económicas. Esto nos lleva a la
segunda parte de la ecuación.
35 En relación con los consumos a satisfacer, la vieja y todavía existente diferenciación
entre la prioridad de los usos urbanos, agrarios e industriales, tomados como un todo, ha
dejado de tener validez o utilidad, especialmente en sistemas áridos con un desarrollo
técnico y socioeconómico muy intensivo. Hablar de sostenibilidad ecológica y social del
agua utilizando tales categorías conduciría a conclusiones erradas o poco útiles derivadas
de la propia inadecuación de la herramienta de análisis. Por tanto, es necesario revisarlas.
36 El denominado “consumo urbano” engloba un amplio gradiente que incluye desde
necesidades de supervivencia humana básicas hasta actividades turísticas a gran escala. Es
necesario diferenciar al menos entre agua de boca, el agua necesaria para otros usos
domésticos básicos como la higiene y limpieza, el agua para usos de abastecimiento
humano individual y familiar de carácter no básico (riego de jardines particulares, piscinas
particulares), el agua para usos urbanos de carácter colectivo o público (limpieza de calles,
riego de jardines públicos, piscinas públicas), y el agua consumida en instalaciones
turísticas tanto en equipamientos colectivos (como hoteles) como en urbanizaciones y
complejos residenciales. Entre el acceso básico al agua potable, inexistente todavía en
extensas regiones del mundo, y los complejos residenciales de lujo con jacuzzi, piscina
particular, jardines privados y césped, muchos construidos en zonas áridas o semiáridas,
¿qué hay en común?. Quizá ya ni la posibilidad de beber un vaso de agua sigue siendo un
factor común, porque en los complejos urbanoturísticos de zonas áridas probablemente se
consume agua embotellada traída de cualquier parte, incluyendo zonas muy lejanas (en
Tamarindo, Costa Rica, junto a marcas nacionales encontré un agua mineral importada de
Italia). Todos estos usos disfrutan en España de una misma prioridad, que es la máxima, lo
que resulta muy incoherente desde el punto de vista de las necesidades y desde el punto de
vista de la racionalidad en el tratamiento de las actividades económicas, dado que las
actividades turísticas consiguen imponerse a las actividades agrarias e industriales en el
derecho al acceso al agua merced a su consideración de “agua de abastecimiento”.
37 El caso del denominado “consumo agrario” es aún más complejo. En España en general
y en la cuenca del Segura en particular coexisten modelos de producción de alimentos
completamente diferentes. Por simplificar, podemos destacar dos modelos que podríamos
125
considerar extremos: por un lado el regadío tradicional, de carácter familiar, esencialmente
sostenible, basado en la utilización de recursos renovables a través de ciclos mantenidos
con la energía del sol (fertilidad natural de los suelos de vegas, flujos fluviales mantenidos
por el ciclo del agua, baja proporción de insumos energéticos y de maquinaria). Esta
agricultura suele estar asociada a agropaisajes, generalmente ligados a las llanuras de
inundación fluvial, optimizadas para el aprovechamiento humano desde bases estrictamente
sostenibles (de otro modo no hubieran pervivido durante siglos) y que han ido manteniendo
y en algunos casos aumentando unos valores paisajísticos y de biodiversidad notables. Por
muchos conceptos estos regadíos tradicionales de vega, junto a otros regadíos tradicionales
ligados a los flujos naturales del agua como los deltas, pueden considerarse como una
forma ampliada de uso fluvial del agua, y en ello radica la clave de su sostenibilidad.
Paradójicamente, en la cuenca del Segura estos sistemas preadaptados de forma natural al
regadío están sucumbiendo frente al avance de los usos urbanos, a la vez que todo el
regadío está pasando a ser casi exclusivamente extrafluvial.
38 El modelo opuesto de producción de alimentos es el regadío intensivo para el mercado
internacional, a través de procesos prácticamente industriales: elevado consumo energético,
consumo de recursos no renovables incluyendo la propia agua; control de la temperatura en
invernaderos, incluso con calefacción adicional; fertirrigación por goteo y cultivos sin suelo
(hidropónicos). En algunos casos la lluvia puede llegar a ser considerada incluso una fuente
de posibles problemas (daños en frutos, coloraciones indeseadas), más que un componente
del ciclo productivo. Estos regadíos intensivos constituyen usos extrafluviales, ajenos a las
llanuras de inundación y a los flujos naturales del agua, lo que se sitúa en el origen de una
parte de la insostenibilidad global de este tipo de agricultura intensiva. Este tipo de
producción de alimentos suele acompañarse de grandes inversiones, estructuras
permanentes (invernaderos, embalses, sistemas de distribución de riego por goteo),
consume muchos recursos, produce una elevada cantidad de residuos, aporta balances
energéticos negativos y en casi todos sus aspectos debe calificarse como una industria. Esta
agricultura intensiva suele estar gobernada por las grandes tendencias de los mercados
nacionales e internacionales. Los productores (aunque existen algunas excepciones de
estructura familiar, atomizada) suelen ser grandes empresas cuyos capitales no tienen que
estar necesariamente ligados a una tradición agraria, constituyéndose en un ámbito más de
inversión potencial de grandes y medianos capitales obtenidos en actividades agrarias o en
cualquier otro tipo de actividad económica. En el Sudeste Ibérico, por ejemplo, existen
muchas empresas con actividades mixtas, tanto de carácter agrario (producción
hortofrutícola intensiva para exportación) como urbano-turístico (construcción y
actividades inmobiliarias). De nuevo, resulta una completa incongruencia tratar los dos
tipos de actividad agraria aquí descrita como una misma cosa en términos de prioridad y
derechos de acceso a un agua escasa, especialmente en sistemas áridos y semiáridos.
39 En definitiva, es necesario plantear las prioridades, derechos de acceso al agua y las
condiciones ambientales, sociales y económicas a las que tales usos deben atenerse, sobre
bases completamente nuevas, y al margen de su genérica consideración como uso urbano,
126
agrario, industrial o turístico. En la Declaración Europea por una Nueva Cultura del Agua,
firmada por 100 expertos europeos e impulsada por la Fundación Nueva Cultura del Agua,
se avanzan unas primeras pistas de por dónde podrían buscarse esas nuevas bases a la hora
de establecer nuevos marcos legales, institucionales y económicos en los que reinventar la
asignación, derechos y condiciones de uso del agua:
• Es necesario recuperar la gestión conjunta del agua y contemplar las funciones
ambientales de las aguas como condicionantes previas al resto de los usos, salvando las
necesidades domésticas básicas.
• Hay que priorizar, no según qué tipo de sector socioeconómico consume el agua, sino
según las funciones del agua. Hay que distinguir entre:
1º) Agua-vida. Engloba las funciones esenciales del agua, que deben estar garantizadas
(abastecimiento básico, funciones ambientales del agua
2º) Agua-interés general. Incluye las funciones de interés social, que deben estar apoyadas
con instrumentos normativos, fiscales, etc, como el abastecimiento urbano en general y el
mantenimiento de regadíos tradicionales sostenibles de interés social).
3º) Agua-negocio, que incluye toda utilización del agua como mera materia prima en las
actividades económicas (ya sea en la producción hortofrutícola, la industrial o las
actividades turísticas). Estos usos económicos sólo deben acceder al agua que no sea
necesaria en los usos anteriores (funciones esenciales y funciones de interés social) desde la
racionalidad económica, bajo responsabilidad pública y deben pagar el precio real de la
misma.
40 Todo ello supone un cambio muy considerable respecto al paradigma actual y resultará
inviable sin altas dosis de participación social. Afortunadamente, en España, en muchas
áreas de América Latina y en otras partes del mundo, están irrumpiendo con fuerza nuevos
actores sociales que se reivindican como usuarios y “parte interesada” en las decisiones
sobre cómo gestionar el agua. En España y otros muchos territorios, estas voces ignoradas,
afectadas por las obras hidráulicas y el mal uso del agua, grupos ecologistas, ámbitos
académicos y científicos y ciudadanos en general, han permanecido excluidas de una
gestión del agua mayoritariamente enfocada a los sectores económicos directamente
beneficiados de la apropiación privada del agua, como empresas constructoras, el sector
hidroeléctrico y grandes regantes y empresarios agrícolas. Desde hace unos años, estos
nuevos actores están protagonizando una rebelión sin precedentes frente a las viejas
concepciones del agua a través del movimiento por una nueva cultura del agua y han
conseguido que se den algunos avances muy significativos. El drástico replanteamiento de
los viejos conceptos de recursos disponibles y demandas que desde aquí se reclaman
requerirá seguir contando con una intensa participación de tales actores.
Bibliografía
Agencia Europea de Medio Ambiente (2000) Señales medioambientales 2000, EEA.,
Copenhagen.
127
CAZALAC (2005) Centro del Agua para Zonas Áridas y Semiáridas de América Latina y
el Caribe, disponible en http://www.cazalac.org/ (22.06.2006).
Colino Sueiras, J. (coord.) (2004) La Economía en la Región de Murcia, Instituto Cajamar,
Murcia.
CSD (2001) Theme Indicator Framework, Comission on Sustainable Development,
disponible en http:// www.un.org/esa/sustdev/natlinfo/indicators/isd.htm (22.06.2006).
EEA (2003) Europe’s water: An indicator-based assessment, European Environmental
Agency, Copenhagen.
Esteve Selma, M.A (2003) “Implicaciones ambientales de la gestión del agua en las
cuencas receptoras del trasvase Ebro-Júcar-Segura, especialmente en las tierras del Sudeste
Ibérico”, en La Directiva Marco del Agua: realidades y futuros, Institución Fernando El
Católico, Zaragoza.
Fernández Cirelli, A.y Abraham, E. (2002) El agua en Iberoamérica. De la escasez a la
desertificación, CYTED, Buenos Aires.
-Idem (2003) El agua en Iberoamérica. Aspectos de la problemática de las tierras secas,
CYTED, Buenos Aires.
Institute for Prospective Technological Studies (1997) Towards a sustainable/strategic
management of water resources: evaluation of present policies and orientations for the
future, European Commission. General Directorate XVI, Institute for Prospective
Technological Studies, Joint Research Centre.
Jiménez Herrero, L., Prieto del Campo, F. y Riechmann, J. (2005) Sostenibilidad en España
2005. Informe de Primavera, Observatorio de la Sostenibilidad en España, Ediciones
Mundi-Prensa, Madrid.
Martínez Fernández, J. y Esteve Selma, M.A. (2002) Agua, regadío y sostenibilidad en el
Sudeste Ibérico. Editorial Bakeaz. Bilbao.
-Idem (2004) Dynamics of water scarcity on irrigated landscapes: Mazarron and Aguilas in
Southeastern Spain, in System Dynamics Review20 (2).
-Idem (2005) A critical view of the desertification debate in Southeastern Spain, in Land
degradation and development16. 1-11.
128
Meadows, D. (1992) Más allá de los límites del crecimiento, Ediciones El País-Aguilar,
Madrid.
OECD (2003) OECD Environmental indicators. Development, measurement and use,
OECD Environment Directorate, Paris.
ONU/WWAP (Naciones Unidas/Programa Mundial de Evaluación de los Recursos
Hídricos) (2003) Informe de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos
Hídricos en el Mundo, París, Nueva York y Oxford, UNESCO (Organización de las
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) y Berghahn Books.
129
GLOSARIO DE TÉRMINOS
A
Abono: fertilizante natural hecho de materia orgánica vegetal y estiércol, que se utiliza para
fertilizar los cultivos (ver fertilizante)
Aborigen: persona nativa de un país en el cual sus ancestros son considerados la población
original. Se dice que una persona es aborigen o indígena de ese país
Acuífero: capa de agua subterránea, también llamada nivel freático, que se puede encontrar
a distintas profundidades dependiendo de la fuente que la origina. Las reservas subterráneas
de agua desempeñan un papel importante en las regiones áridas, donde constituyen la
principal fuente de recursos hídricos
Adaptación: un proceso de adaptación es un mecanismo que conduce a una reacción
apropiada en un individuo o una población que se enfrenta a cambios ambientales
Aerosol: gotas o partículas microscópicas suspendidas en el aire o en la atmósfera
Agricultura extensiva: modo de cultivo que fomenta el aumento de las áreas agrícolas para
poder aumentar la productividad. Los cultivos extensivos van generalmente acompañados
de una deforestación importante (a fin de aumentar la superficie de las tierras cultivables) y
de una gran utilización de fertilizantes
Agricultura intensiva: modo de producción de alimentos basado en el cultivo de plantas y la
cría de ganado, con el fin de maximizar la producción en áreas reducidas. La agricultura
intensiva a menudo conduce al sobrepastoreo, a los monocultivos y a la eliminación de los
períodos de barbecho, lo que agota los suelos
Agricultura pluvial: modo de producción, a veces llamado agricultura seca, que depende de
la lluvia natural, sin necesidad de sistemas artificiales de irrigación
Agricultura sostenible: modo de producción basado en cultivos y cría de ganado que
permite utilizar los recursos naturales de forma que se mantengan y se renueven a lo largo
del tiempo sin poner en peligro el futuro de las siguientes generaciones
Agroforestería: método de producción de alimentos que combina plantaciones de árboles y
arbustos junto con el cultivo de vegetación herbácea. La agroforestería se recomienda a
menudo para aumentar la biodiversidad de los ecosistemas agrícolas y mejorar la
producción al tiempo que se reduce la degradación de la tierra
Agrosilvopastoril: método de producción que combina la cría de ganado y el cultivo de
especies de arbustos y pasto destinadas al consumo
Alisios: viento regular que sopla todo el año del Este sobre la parte oriental del Pacífico y el
Atlántico comprendido entre los paralelos 30 ° N y 30 ° S
130
Alpaca: mamífero rumiante, variedad doméstica de la vicuña y relacionado con las llamas,
propio de América del Sur. Posee un pelaje de lana fina y larga. La alpaca pertenece a la
familia Camelidae, la misma de los dromedarios, camellos, llamas, vicuñas.
Arable: tierra lista para el arado o la producción de cultivos
Arar: acto de remover y labrar la tierra haciendo surcos con el arado para airear el suelo y
prepararlo para la siembra
Arboricultura: cultivo de árboles, especialmente para la producción de frutas.
Aridez: condición climática determinada por una precipitación insuficiente
Árido: condición climática determinada por una precipitación inferior a 200 mm al año.
Atmósfera: capa del aire que rodea la superficie de la Tierra
Autoayuda: hacer cosas para valerse por uno por sí mismo, sin la asistencia de los demás
Autogestión: administración y coordinación de una empresa, compañía o actividad, por sus
propios trabajadores
Avalancha: masa grande de materia (nieve, arena, tierra) que se desprende a toda velocidad
por una pendiente.
B
Baobab: árbol del África tropical especialmente adaptado a la sequía, cuyo tronco hinchado
almacena agua y sus hojas retorcidas son reducidas en tamaño. Prácticamente todas las
partes del baobab (hojas, tronco, frutos) pueden ser utilizadas
Barbecho: práctica voluntaria de interrumpir las actividades agrícolas por un período de dos
o más años, de forma que permita la restauración natural de la cubierta vegetal del suelo
desgastada por los diversos cultivos
Barrera verde: banda de árboles y arbustos plantados con el fin de obstaculizarlas
agresiones externas (fuego, arena, viento, invasiones de animales, etc.).
Biodiversidad o diversidad biológica: conjunto de las especies vivientes (animales, plantas,
hongos, microorganismos) que componen un ecosistema
Biogas: gas combustible producido por la fermentación anaeróbica de desechos animales y
vegetales y de residuos humanos
Biosfera: espacio limitado compuesto de aire, tierra y agua en el cual la vida es posible
131
C
Cactus o cactácea: familia de plantas de América de tallos verdes y carnosos, en forma de
columna, constituyen una reserva de agua. Sus hojas están reducidas a espinas
Camélido: grupo de animales rumiantes sin cuernos, pertenecientes a la familia Camelidae,
como las llamas, las vicuñas, los dromedarios o los camellos
Capacidad de carga: valor teórico que representa el límite de la carga (densidad de una
población animal, producción agrícola, etc.) que un ecosistema puede soportar sin
degradarse, habida cuenta de los recursos disponibles en el ambiente
Cercas vivas: barreras construidas con árboles o arbustos vivos, que sirven para proteger los
cultivos contra el efecto del viento y la erosión. También se usan como cercas para el
ganado, y pueden servir de alimento
Clima continental: tipo de clima que se caracteriza por un invierno muy frío, un verano
muy caluroso y una estación de transición muy breve. Las regiones caracterizadas por un
clima continental se encuentran generalmente lejos del mar y de los océanos
Cobertura vegetal: proporción del suelo ocupada por la proyección perpendicular de las
partes aéreas de las plantas sobre el suelo. Por ejemplo, si iluminásemos la vegetación
desde arriba y verticalmente, la cobertura sería la proporción del suelo que está sombreado.
La cobertura vegetal se expresa generalmente como un porcentaje
Colonización: Fenómeno por el cual una parte de una población animal o vegetal
introducida en un nuevo ecosistema se establece y se reproduce, hasta volverse
omnipresente
Condensación: proceso por el cual el vapor de agua (gas) se transforma en agua (líquido)
Conocimiento tradicional: conocimiento basado en el saber de los antepasados de una
población y trasmitido de una generación a otra
Crecimiento demográfico: aumento o disminución de la población de un país. Crecimiento
demográfico = (tasa de natalidad – tasa de mortalidad) + (tasa de inmigración – tasa de
emigración)
Cubierta de vegetación: término general para denominar a la vegetación que cubre el suelo
y que en general, son plantas de porte bajo
Curvas de nivel: línea trazada en un mapa que corresponde a una altitud constante
D
Deforestación: conjunto de procesos por los cuales se destruyen los ecosistemas boscosos
por actividades humanas como la sobreexplotación de madera, incendios forestales y
actividades agrícolas en bosques
132
Degradación de la tierra: pérdida de la fertilidad del suelo relacionada con una disminución
de la materia orgánica y una acumulación de minerales, o debido a cambios estructurales y
físicos del suelo por la desecación, deforestación u otros procesos erosivos
Desarrollo sostenible: forma de desarrollo que respeta al medio ambiente a través del uso
prudente de los recursos naturales, basado en la explotación racional y moderada de la
naturaleza y sus recursos, asegurando así la manutención y continuidad de la productividad
biológica de la biosfera
Desbrozar: limpiar la tierra eliminando las hojas, ramas, cortezas y malezas
Desecar: secar o extraer la humedad
Desierto: ambiente que se caracteriza por una sequía de la atmósfera y una extrema escasez
o ausencia de lluvias, una hidrografía vestigial o ausente, y una cobertura vegetal poco
desarrollada o inexistente
Dique: muro o montículo de tierra que se hace para prevenir las inundaciones o contener las
aguas
E
Ecología: estudio de las relaciones entre los seres vivos y su medio ambiente y de los
mecanismos que explican su distribución, abundancia y comportamiento
Ecosistema: comunidad de seres vivos cuyos procesos vitales se relacionan entre sí y se
desarrollan en función de los factores físicos y químicos en que evolucionan
Educación ambiental: tipo de educación relacionada con los conocimientos
medioambientales como la ecología, el cambio climático, la desertificación, el desarrollo
sostenible, etc.
Energía alternativa: fuentes de energía que provienen de fenómenos naturales, como la
energía solar, la energía eólica, la energía hidráulica, etc. que constituyen una alternativa
menos contaminante que los combustibles fósiles. La disponibilidad de esta forma de
energía es considerable
Erosión: fenómeno que resulta del desgaste de elementos del suelo por la acción del viento
(erosión eólica) o del agua (erosión hidráulica), que remueve su superficie y produce la
degradación de rocas y piedras.
Especie exótica: especie extranjera o extraña que se encuentra en una determinada región
biogeográfica y que ha sido introducida accidental o voluntariamente por el hombre
Especie local: especie adaptada a una región biogeográfica local, también conocida como
especie indígena de la región
133
Evaporación: fenómeno por el cual el agua líquida se transforma y escapa a la atmósfera en
forma de vapor de agua, sin que haya sido absorbido por los seres vivos
Evapotranspiración: fenómeno por el cual el vapor de agua es transferido a la atmósfera,
por medio de la evaporación y de la transpiración de las plantas
Evolución: proceso de cambios acumulados que se producen degeneración en generación,
inducidos dentro de las poblaciones por una adaptación a las variaciones ambientales
F
FAO: Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (del
inglés: Food and Agriculture Organization of the United Nations). Organización que
contribuye a mejorar la productividad agrícola, la seguridad alimentaria y el nivel de vida
de las poblaciones rurales
Fertilidad: fecundidad del suelo. Un suelo fértil contiene suficiente materia orgánica y
minerales para asegurar el desarrollo apropiado y abundante de las plantas
Fertilizante: compuesto natural o artificial que se utiliza para fecundar la tierra,
disponiéndola para que aumente la productividad y dé muchos frutos
Foggara: galería subterránea que transporta el agua subterránea hacia los campos cultivados
que necesitan de irrigación
Forraje: pasto, hierba, pienso, monte o paja que se utiliza para alimentar al ganado
G
Ganadería: Cría de ganado para su explotación y comercio o para obtener algún servicio de
ayuda para trabajos agrícolas, transporte de carga. etc.
Gestión participativa: sistema de administración o gestión basado en la participación activa
de una comunidad local
H
Hábitat: lugar donde viven las especies animales y vegetales
Halófila: planta adaptada a suelos ricos en sal
Herbicida: sustancia o producto químico que destruye o impide el desarrollo de las malezas
Horticultura: cultivo de frutas, vegetales, legumbres y especies ornamentales
Huerto: pequeño terreno donde se cultivan verduras, legumbres y árboles frutales
134
I
IDH o Índice de Desarrollo Humano: indicador calculado cada año desde 1990 por el
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para medir el bienestar.
Contiene tres elementos: el nivel de la salud representado por la esperanza de vida al nacer,
el nivel de instrucción medido por la tasa de alfabetización de los adultos y el promedio de
años de estudio, y el ingreso medido por el PIB por habitante teniendo en cuenta la
diferencia del poder adquisitivo existente entre un país y otro
Índice (tasa) de fertilidad: número de hijos nacidos de una mujer en edad de concebir,
asumiendo que da a luz el número de hijos correspondientes a la tasa de fertilidad estimada
específica para su edad, durante un período determinado
Irrigación: técnica que consiste en recolectar agua y regar o distribuirla en zonas áridas
L
Leguminosa: hierbas, arbustos o árboles con fruto en legumbre o vaina conteniendo varias
semillas. Las semillas son ricas en proteínas y pueden crecer en suelos áridos gracias a su
capacidad de fijar el nitrógeno atmosférico. Los frijoles, lentejas, soja, arvejas, guisantes,
etc. son leguminosas
Liquen: organismo resultante de la asociación de hongos con algas. Dada sus fragilidad y
sensibilidad a la contaminación, la presencia o ausencia de líquenes es utilizada
frecuentemente como un indicador de su existencia o no
M
Malnutrición: alimentación inadaptada o insuficiente
Mantillo: capa superior del suelo, formada en gran parte por la descomposición de materias
orgánicas y de estiércol
Microclima: clima particular de una región o área restringida y que difiere del clima general
del medio ambiente en el que se encuentra
Migración: desplazamiento estacional de animales de una región a otra para reproducirse,
buscar alimentos, mejores condiciones climáticas o mejores condiciones de vida en general.
Las poblaciones humanas también migran, a menudo por razones económicas y políticas
Minerales: partículas sólidas e inorgánicas que forman las rocas y que se hallan en las
diversas capas de la corteza terrestre
Monitoreo ecológico: control y seguimiento de los cambios que se producen en las
principales características de un ecosistema
135
Monocultivo: Cultivo único o predominante de una especie vegetal en una región
determinada. El monocultivo es fuente de graves desequilibrios ecológicos, ya que provoca
la erosión de los suelos y favorece la aparición de plagas devastadoras
N
Nivel freático: nivel de las aguas subterráneas, también llamado acuífero, que se puede
encontrar a distintas profundidades, dependiendo de la fuente que los origina. El nivel
freático desempeña un papel muy importante en las regiones áridas, donde constituye la
principal fuente de recursos hídricos
Nutrientes: término que incluye varios minerales nutritivos vitales para el buen
funcionamiento de los individuos. Los nutrientes más importantes para las plantas verdes
terrestres son los fosfatos, los nitratos, el potasio y otras sales minerales
O
Oasis: ecosistema situado en zonas desérticas, generalmente alrededor de un manantial o en
depresiones donde las reservas de agua subterránea o acuíferos están más cerca de la
superficie terrestre
OMM: Organización Meteorológica Mundial. Esta organización apoya la investigación
científica sobre la atmósfera terrestre y los cambios climáticos, promoviendo el intercambio
de datos meteorológicos a nivel mundial
P
Pastoralismo: forma de explotación basada en la cría extensiva e itinerante de animales
Patrimonio Mundial: la Convención de Patrimonio Mundial de la UNESCO define y lista
lugares naturales y culturales que poseen características universales excepcionales desde el
punto de vista científico, cultural o estético, y las preserva para la humanidad
Percolación: penetración o filtración del agua a través de los poros de una roca o de la
superficie terrestre
Perenne (adj.): planta que vive más de dos años
Permeabilidad: propiedad de un suelo poroso que permite la penetración del agua u otro
líquido a través de él
Pesticida: producto químico peligroso destinado a eliminar plantas y animales
(generalmente insectos) considerados como dañinos para los cultivos. Los pesticidas son un
factor de contaminación
PIB (Producto Interior Bruto): indicador del nivel de ingreso, corresponde a la suma de los
productos y servicios creados por un país durante un período de un año, calculado antes de
la deducción de las amortizaciones económicas
136
PNUD: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo que lleva a cabo acciones en
favor del progreso social y económico. Este progreso se mide cada año con índices de
desarrollo (como el PIB, IDH) en cada país del mundo
PNUMA: Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Apoya la
investigación y la aplicación de prácticas respetuosas con el medio ambiente en el mundo
entero
Policultivo: tipo de cultivo que combina la práctica simultánea de varios cultivos distintos
en una misma explotación agrícola. Al contrario que los monocultivos, los policultivos
permiten equilibrar el ecosistema agrícola, aumentar la biodiversidad y desgastan menos los
suelos
Potable: que se puede beber. El agua potable debe estar limpia y no debe poner en peligro
la salud de los que la beben
R
Reforestación: actividad que consiste en plantar árboles en un área deforestada
Rehabilitación: acción de restaurar el estado de una cosa para devolverle su forma original.
Por ejemplo, la rehabilitación de las tierras degradadas o erosionadas por medio de la
reforestación ayuda a que el ecosistema se recupere poco a poco
Reserva de biosfera: zonas de ecosistemas terrestres o costero-marinos reconocidas en el
plano internacional por la UNESCO como un lugar privilegiado para la investigación y la
promoción del equilibrio entre el hombre y la naturaleza
S
Sahel: concerniente a los países del desierto del Sahara, generalmente entre el desierto y las
regiones de sabana, entre Senegal y Somalia
Salinidad: cantidad o concentración desales presente en el suelo
Salinización: aumento de la cantidad o concentración de sales en un suelo.
Silvicultura: cultivo de los bosques o montes
Semiárido, clima: tipo de clima en el cual las precipitaciones no sobrepasan los 500
mm/año (lluvias de invierno), o los 800 mm/año (lluvias de verano).
Sequía: ausencia prolongada o escasez acusada de precipitaciones
Sobreexplotación: explotación excesiva e irracional que conlleva la degradación, y a
menudo la desaparición, del recurso explotado (tierra, vegetación, agua, etc.)
137
Sobrepastoreo: alimentación o pastoreo excesivo de animales domésticos que produce la
degradación de la cubierta vegetal y de los suelos
Subhúmedo seco, clima: clima caracterizado por un régimen de lluvias estacionales
abundantes y una variación de lluvias de menos del 25% de un año al otro
Subhúmedo, clima: clima caracterizado por un régimen de lluvias cuyo total es inferior a la
evapotranspiración, pero superior a la mitad de ésta
Subsistencia: se llama actividad o cultivo de subsistencia a un método de producción que
apenas produce lo suficiente para satisfacer las necesidades básicas de los agricultores o de
los trabajadores. Con este tipo de actividad no se producen excedentes ni se obtienen
ganancias
Subtropical: situado cerca de los trópicos. El clima subtropical se caracteriza por
temperaturas cálidas y una larga estación seca
Sucesión vegetal: diferentes formas de la cubierta vegetal que cambian progresivamente a
través del tiempo y evolución de un ecosistema. Se ha observado que las especies pioneras
(plantas pequeñas anuales) de una sucesión son las primeras que colonizan las tierras
vírgenes, seguidas por especies herbáceas, luego por matorrales y finalmente por árboles
Sudano-saheliano, clima: clima característico de la región del Sahel, es decir, del sur del
Sahara, entre Senegal y Somalia. Este clima se caracteriza por una estación seca muy larga
y una sola estación de lluvias
T
Transpiración: fenómeno por el cual el agua de los seres vivos pasa a la atmósfera en forma
de vapor de agua
Trashumancia: migración periódica de los animales y sus pastores siguiendo los cambios de
las estaciones (invierno/verano o estación lluviosa/estación seca)
Tumba, roza y quema: método de cultivo que consiste en prender fuego a un área boscosa
para convertirla en tierras cultivables y agrícolas
U
UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la
Cultura): ciertos programas científicos de la UNESCO contribuyen a luchar contra la
desertificación, especialmente el Programa del Hombre y la Biosfera (MAB),el Programa
Hidrológico Internacional(PHI) y el Programa de Correlación Geológica Internacional
(PICG)
Urbanización: desarrollo de ciudades y pueblos y de su infraestructura, que lleva a la
concentración de la población en estas áreas
138
V
Vegetativo: perteneciente o relativo al proceso de crecimiento y manutención de plantas y
animales
Vivero: espacio o lugar reservado para el cultivo de plantas