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We create the change we dream

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Page 1: We create the change we dream

We create

the change

we dream

Page 2: We create the change we dream

Para todas las personas

que creen en crean un

mundo mejor.

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Gracias a Teusaquillo por ser una localidad tan maravillosa;

A mi abuela y a mi tía por enseñarme a caminar y observar;

A LAB1 por mostrarme que juntos llegamos más lejos;

A mis papás por darme alas; y al universo por existir.

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HablarCapítulo 1. Historia. Familia. Barrio.

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Todo inicia con mi abuela Cecilia.

Tiempo atrás me enseñó a

recorrer y habitar la ciudad de un

modo muy particular, hablando.

Ella me mostró el arte de conocer

Bogotá a partir de las personas,

a entender los relatos e historias

antes que a los ladrillos y el

cemento, a crear conexiones con

seres inesperados y a ver en la

calle un escenario de infinitas

posibilidades.

Recuerdo el viaje a su casa, allí viví la mayor parte de mi niñez. Cada fin de semana era una excursión por la ciudad; En bus, taxi, automóvil o a pie recorríamos Bogotá para llegar a almorzar una sopa caliente y armar castillos gigantes en telas y pita. Disfrutaba mucho estar en este lugar, pero me gustaba aún más cuando salíamos a lo que, coloquialmente se le llama, hacer vueltas. Junto con mi abuela y mi tía salíamos de la casa con una lista, un pedazo de papel en donde escribíamos todo lo que necesitábamos hacer; Pagar servicios, comprar pan, ir al banco, y muchas cosas más que nos mantenían ocupados y fuera de casa. Con papel en mano, salíamos a la calle y mi abuela empezaba a realizar un acto bochornoso para un niño pequeño: preguntar y hablar a extraños, pedir recomenda-ciones y la famosa ñapa. Con delicadeza se acercaba a nuevas personas y con su carisma peculiar lograba entablar conversa-ciones y conexiones improbables. El nieto del hijo del tío del vecino de la casa de su infancia, parientes que brotaban ener-géticamente de estas charlas, lugares en común y momentos compartidos afloraban con cada palabra intercambiada.

Sin saberlo aún, este plan era mi favorito, no solo por conocer más la ciudad y comer helado fuera de casa, sino por ver como mi abuela encontraba nuevas personas, una más particular que la otra. Jóvenes, altas, viejas, con barriga o escote, cada una con su

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propia historia y que, en algún momento, se había cruzado con la de mi abuela. Me sorprendían las personas - aún lo hacen- me fascinaba escuchar sobre sus trabajos, cuentos y anécdotas que compartían con mi abuela sin miedo alguno. Por supuesto que este acto implica una apertura de ambas partes, así que cuando pequeño, fui objeto de presentaciones incómodas a familiares lejanos, vecinos de la niñez y transeúntes varios. No saludar era una ofensa terrible para mi abuela y muy temprano me enseñó el valor de ofrecer antes que pedir. Mi abuela y mi tía me ense-ñaron a orientarme con las montañas, a leer direcciones y, sobre todo, a hablar con personas a mi alrededor. Ellas podían recorrer con ojos cerrados San Andresito, el Restrepo, el 20 de julio y mu-chos más, y en cada rincón, existía un personaje, un recuerdo, una historia aguardando para ser contada. Una vez en casa, to-mábamos onces mientras se revivían todas las historias con las que se habían topado y planeaban su siguiente día.

Caminar y hablar, con estas dos palabras puedo reducir muchas experiencias que he vivido a lo largo de mi vida, encuentros, lu-gares y momentos solo han sido posibles gracias a las enseñanzas de mi abuela, creo que las personas siempre tendrán algo que decir y es aún más interesante poder conectar pasado, presente, pero sobretodo, futuro. Desde muy pequeño he estado fascinado con esta ciudad, la urbe gigantesca en la cual he vivido 24 años de mi vida; Sus edificios, casas abandonadas, carreteras, montañas son lugares que he recorrido innumerables veces con el simple objetivo de reconocer este espacio que habito.

Mi mamá aún dice que me pica la casa, el entrar y salir a deshoras generaron innumerables peleas y discusiones con mis padres, las cuales no disminuían mis ansias aventureras, sino que me impulsaban a seguir explorando nuevos espacios y lugares, algo que, gracias a la alcahuetería de mi abuela, pude seguir hacien-do. Me encanta salir de casa a explorar la ciudad, nuevos espa-cios, recorridos por barrios, hablar con personas nuevas y entrar

a sitios que no conocía. La gente construye la casa para vivir en ella y la gente funda la ciudad para salir de la casa y encontrarse con otros que también han salido de la suya 1 . Caminar y encontrar personas es el centro de la vida en ciudad, es la casa pública que perte-nece a todos sus habitantes y es el escenario de experiencias compartidas. Recorrer la ciudad deja de ser un acto individual y privado, para ser un evento público de reconocimiento ur-bano. La calle ofrece un escenario de intercambios y diálogos espontáneos, y es aquí donde encuentro su poder. Llegué a estas conclusiones gracias a mi abuela y he podido contrastarlas con distintos teóricos que ven en la ciudad un poder de revolución.

El manifiesto de la Internacional Situacionista empieza con la frase: Pensamos, para empezar que hay que cambiar el mundo. Esa voluntad expresiva de cambiar el mun-do no es otra que la búsqueda de una forma diferen-te de entender nuestro espacio habitual: la ciudad 2 . Los situacionistas impulsados por Guy Debord se unieron para sentar las bases de una revolución silenciosa frente a las políticas de urbanización de París a finales de 1950, a través de la deriva, dieron un método para experimentar la ciudad nuevamente, tomando de base una vuelta al habla a partir de reco-rrer la ciudad con intenciones inéditas, transformándola en un espacio de posibilidades expresivas3 . Los situacionistas crearon una forma de acercarse, reconocer y revivir la ciudad, amplian-do el concepto básico de caminar, llevando al límite el azar y el juego. Asimismo, en mi obra me he planteado una búsqueda de una nueva manera no solo de escuchar y aprender sino de crear ciudad a partir de su componente más importante: las personas.

1. José Ortega y Gasset, Obras completas. Madrid,

2. Margarita González, Contra el Silencio de la Sociedad: Guy Debord y la Internacional Situacionista. Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, 2005, p. 8

3. Margarita González, op. cit., p. 9

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En diversos trabajos me pregunté sobre el actuar de las perso-nas y su relación con Bogotá, en el transporte público, en sus oficios, y en su vivienda. Mi trabajo como diseñador industrial y artista visual me ha permitido ver y entender a las personas desde diferentes perspectivas, encontrando problemas sociales y creando formas para solucionarlos. Durante exploraciones académicas y proyectos independientes trabajé con recicladores, panaderos, vendedores ambulantes, madres cabezas de hogar y muchos más, adquiriendo una mirada crítica y particular sobre las problemáticas que ellos afrontan diariamente en el dialogo con su ciudad. En estos trabajos, indagaba sobre la cotidianidad del individuo, su quehacer diario y particular; A partir de una observación y dialogo in situ con cada sujeto, podía concluir sobre sus modos de vida y retos comunes. Específicamente en Masa, buscaba encontrar el acto artístico dentro del oficio de la panadería, para ello, entable una relación con Andrés, el panadero, quien me explicó el proceso para transformar masa en pan. Junto a él, llegamos a los dibujos sobre la masa cruda que se realizan antes de formar los rollos de hojaldre o cualquier otro producto de ese estilo. De esta ma-nera, el artista es Andrés que dibuja con distintas herramientas sobre la masa cruda, creando patro-nes, texturas y lo mejor, sabores a partir del dibujo.

En mi proceso trabajé con distintas personas, pero solo comprendí el verdadero rumbo de mi proyecto hasta hace dos años. En medio de los desalojos de los vendedores ambulan-tes que se ubicaban en el túnel de la Universidad Javeriana por parte del distrito, me manifesté por medio de una intervención en este corredor vial. Aquí murió el trabajo de... rezaban los mensajes que ubiqué en algunos de los antiguos puestos de los vendedores ambulantes, pues este desalojo le quitaba el sus-tento a familias enteras que dependían principalmente de esta

actividad. La intervención ayudó a la discusión y la reflexión sobre la permanencia o no de los vendedores en estas zonas. No obstante, con el pasar de los días y cuando estaba dispuesto a realizar una nueva impresión sobre la calle con el esténcil, John el dueño del puesto que iba a pintar se me acercó.

—Por favor no pinte el mío, le agradezco mucho lo que hace, pero no lo haga aquí —me dijo amablemente.—¿Por qué? —le respondí intrigado y sorprendido.—Es que ahí parece como si yo estuviera muerto, y eso a mí no me gusta, ya a una compañera le preguntaron que si todo estaba bien —me respondió.

Nunca había salido de un lugar tan rápido, la pena me invadía y una sensación de fracaso absoluto recorría mi cuerpo. Había olvidado aquello que juré empoderar y potenciar: las personas. Mi acto, por más significativo y poderoso que hubiera sido para la comunidad universitaria y los alrededores, había sido gestado por un agente externo a la situación que, sin conocerla a fondo, arrojó una postura y escogió un bando sin siquiera conocerlo. Esta externalidad de la obra fue lo que llevó a generar tal sen-sación de incomodidad en la comunidad a quienes pretendía proteger. Es un episodio que marca un antes y un después en mi producción artística, a partir de entonces me prometí no volver a generar este tipo de reacciones adversas a la comunidad, o no sin fundamentos, y realinearme con el empoderamiento de la colectividad como fuerza creadora.

Había entendido que mi trabajo no solo giraba en torno a las personas, sino que, con más fuerza, debía partir de ellas, siendo no solo espectadores sino actores en la construcción del proyec-to, agentes de transformación y cambio social. Afortunadamen-te, no me costó mucho encontrarlos, pues estaban justo a un paso de mí, en Teusaquillo.

Imagen 1. Serie fotográfica sobre Transmilenio. Una reflexión sobre el acto de esperar en la ciudad. Bogotá, 2014

Imagen 2. Estos fueron los primeros resultados de las intervenciones con motivo del desalojo de los vendedores ambulantes ubicados habitualmente en túnel de la Javeriana. Cada uno escribía su nombre en el espacio vacío del esténcil que se pintaba en el lugar en el que se ubicaba cada chaza, iban acompañados de siluetas de personas muertas por el corredor vial. Bogotá, 2015

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Imagen 3. Izq. Publicidad acerca del nuevo barrio residencial de la ciudad, Bogotá, 1933. Imagen 4. Der. Barrio Teusaquillo, Álbum Sociedad de Mejoras y Ornato, Bogotá, 1938.

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GenteCapítulo 2. Vecinos. Iniciativas. Mapas.

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Hicimos parte de la transformación de usos del sector, y nos hemos consolidado como un foco de innovación en la ciudad, desarrollando proyectos que van desde prótesis 3D para niños de escasos recursos hasta un nuevo sistema de generación de energía basado en la creación de criptomonedas. Sin embargo, en un momento nos dimos cuenta que habíamos desconocido un factor vital en la gestación de este espacio, nuestros vecinos.

Toques, conciertos, muestra de arte, conferencias, inauguracio-nes, eventos, clases, experimentos con máquinas. Son muchos proyectos los que desarrollamos al interior del LAB que nos permiten explorar nuevas líneas de creación, no obstante, nues-tro espacio se encuentra rodeado de viviendas y estos ejercicios afectan la convivencia en el sector. No fue sino hasta que en el grupo de Facebook Teusaquillo me Importa, integrado por todos los habitantes de la localidad, fuimos denunciados públi-camente por generar ruido a deshoras, crear olores incómodos e incrementar el consumo de cerveza y el comercio en la cuadra, que comprendimos nuestro descuido con los vecinos, aquella población más cercana al proyecto y a la localidad donde nació. Fueron muchas idas y venidas con un grupo de vecinos iracun-dos que quería cerrar y acabar el proyecto, pero finalmente pudimos concertar y generar acuerdos beneficiosos para ambas

Mi encuentro con Teusaquillo fue

algo azaroso, llegué gracias a un

proyecto colectivo creado junto

a unos amigos el cual tiene su

sede en la localidad. El LAB1 es un

ecosistema de emprendimiento con

objetivos de desarrollo sostenible,

un espacio de co-creación en

donde se articulan múltiples

disciplinas para crear soluciones

transformadoras desde el ingenio,

la innovación y la cultura.

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partes. Logramos trabajar en conjunto con ellos para proyectar la casa y encontrar un camino que construyera comunidad y, aun así, nos permitiese seguir desarrollando nuevos proyectos en el ecosistema.

Cuento esto ya que fue mi entrada fortuita al grupo “Teusaqui-llo me Importa, que como se describe asimismo es un grupo de vecinos preocupados e interesados en poner nuestro grano de arena para que la zona en que vivimos, que nos encanta, sea cada día más agradable para todos nosotros y quienes nos visitan”.7 El grupo es un experimento virtual de denuncia, veeduría, pero so-bretodo de co creación de la localidad. En el grupo se gestan iniciativas ciudadanas8 que tienen como propósito la transformación positiva de su sector, PROPONER Y PASARLA BUENO es uno de sus le-mas y de allí han surgido iniciativas reales que han cambiado la vida urbana de sus habitantes. Un gran ejemplo de ello es Pintemos de Verde el Parkway, un proyecto que busca resembrar el cés-ped y cuidarlo, ya que las dos entidades encargadas de velar por el bienestar de los espacios urbanos, el IDU y el Jardín Botánico, han declarado que no se encargan de mantener esta zona verde. Durante el 2016, junto con los vecinos se identificaron algu-nas zonas de este corredor donde el césped ya no existía, sectores donde las basuras se empezaban a acumular y salió a la luz la verdad sobre el cuidado y mantenimiento del Parkway. Aun así, y actuando como ciudadanos empoderados, se puso la tarea de encontrar estrategias para no solamente hacer un llamado a las autoridades sobre este tema, sino para dar respuesta a una necesidad común. De allí surgieron dinámicas de colaboración creativa, desde sembrar semillas tipo guerrilla hasta hacer una feria recurrente en el Parkway para recolectar fondos para la re-siembra. El proyecto sigue rodando y crecien-

7. Tomado del reglamento del grupo en Facebook Teusaquillo me Importa. Consultado 20 de febrero de 2018.

8. Iniciativas ciudadanas: son procesos informales de práctica ciudadana que modifican de forma resiliente y adaptativa el entorno urbano. Son prácticas auto-organizadas y colectivas que trabajan por el empoderamiento urbano de la ciudadanía y desarrollan procesos críticos sobre la ciudad actual. Entendemos las iniciativas ciudadanas como agentes que promueven la innovación social en los entornos donde operan. Son personas reales, que resuelven necesidades reales con la tecnología disponible. @javicreus. Tomado de la página del Vivero de Iniciativas ciudadanas.Madrid. 2008

do con más personas que se apropian de este corredor vial y desean verlo sano. Así como esta, existen muchas otras inicia-tivas que se han creado para fortalecer el desarrollo de la loca-lidad, espacios independientes, aprovechamiento de comida, proyectos de pobreza oculta y muchos otros que hacen que la localidad sea un foco de transformación constante y renovación urbana.

Se ha creado en la localidad un movimiento por la creación de estas iniciativas, y se ha expandido como un virus beneficioso por todo Teusaqui-llo. Cada vez, nuevas personas lanzan iniciativas de apropiación de espacio público, investigan sobre la localidad o dan inicio a un nuevo proyecto. Desde los más pequeños existe un deseo por construir el cambio desde la base y no esperar a que un gobernante lo haga por ellos. Así como en el Campo de Cebada, un solar abandonado en Madrid que fue recuperado y tomado por los vecinos del barrio La Latina, quienes, sin permiso ni perdón, se apropiaron de un espacio lleno de promesas incum-plidas después de la crisis española del 2008. Empezaron con pequeñas acciones, unas ferias, subastas y una huerta, y poco a poco, con colectivos abordo, han diseñado mobiliario propio, un cronograma de eventos y reglas comunes para el espacio. El Campo de Cebada ha ganado premios de arquitectura y ahora es el ayuntamiento de Madrid quien le pide a los gestores del proyecto su consejo para el desarrollo de la ciudad.

Se cambia por completo el paradigma, lo que importa en el desarrollo de las ciudades es la gente, sus aspiraciones, sueños y miedos. Para mí, son los primeros acercamientos para pensar en “crear un mundo basado en el mutuo reconocimiento de la dignidad humana, en la construcción de relaciones sociales que no sean

Imagen 7. Reforestación del Parkway en Bogotá, [Archivo de video]. 22 de julio 2016. Recuperado de https://youtu.be/g3z_XakW-28

Imagen 8. Parlamento urbano en el Campo de Cebada. Madrid. 2012.

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relaciones de poder” 9. Gestar proyectos que nacen desde y con las personas, permitiendo que ellos mismos sean los artífices de sus soluciones y de forma autóctona, se organicen, discutan, piensen y actúen por el cambio que quieren generar.

En Teusaquillo me he sentido parte de un barrio. He encontrado en esta comunidad un grupo de personas dispuestas a vincu-larse colectivamente en torno a definir, vi-sibilizar y solucionar problemáticas comu-nes. No me interesa simplemente recorrer y explorar la ciudad como lo hacían los situacionistas o dadaístas en una época, sino inscribirme dentro de las manifestaciones colectivas que buscan generar un cambio, una acción política en contra del modelo de ciudad que se está gestando actualmente. Desde el LAB1, hemos tenido experiencias de construcción colectiva con el barrio, aportando en la identificación de problemáticas y creando lo que Iconoclasistas llama, “un espacio de discusión y creación que no se cierre sobre sí mismo, sino que se posicione como un punto de partida disponible para ser retomado, un dispositivo apropiado que construya conocimiento, potenciando la organización y elaboración de alternativas emancipatorias” 10.

Con este punto de partida e inspirado en mi abuela, me pro-puse encontrar a las personas líderes en la gestación de estas iniciativas ciudadanas, aquellos que prevén el advenimiento de una relación urbana más amable y consciente sobre el territorio que se habita, así es como me he topado con Carolina Sánchez, una artista plástica que usa no solo su cuerpo y metodologías de enseñanza para compartir este mensaje, sino que hace las veces de articuladora y mediadora de las iniciativas que existen en la localidad. Juana Oberlander, quien es la administradora del grupo Teusaquillo Me Importa, impulsa, sugiere y apoya inicia-tivas desde el rescate de la agricultura en la ciudad y todo lo que

9. Cambiar el mundo sin tomar el poder. John Holloway. 2002. Pg 33

10. Tomado de http://www.iconoclasistas.net/mapeo-colectivo/. Consultado el 25 de febrero de 2018

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su cuidado implica. Leonardo Velázquez, arquitecto y fundador de LAB1, que trabaja desde su disciplina para la recuperación de espacios abandonados en la ciudad. Camila Manzanares, Edil de Teusaquillo por el partido verde, quien se ha tomado muy a pecho la construcción desde la base y tiene proyectos de arte urbano y agricultura, y de rescate de la pobreza en la localidad. Así como ellos, encontré muchas personas y colectivos dis-puestos a colaborar conmigo en este proyecto, para pensar en conjunto, cuáles son las problemáticas que aún prevalecen en el sector.

Hablando y compartiendo historias, así empezamos a encontrar puntos en común entre nuestras experiencias. Todos generan acciones y proyectos como una manera de mejorar el espacio que se habita, viendo en la calle un escenario de experiencias compartidas. Hacer más y hablar menos, no esperar a un reden-tor cada 4 años para que cambie el futuro, empoderarse de sus capacidades para aportar desde su lugar propio y ser autentico y coherente entre lo que se dice y se hace. Encontramos además que, en primer lugar, se ha creado una brecha entre los ciuda-danos activos (Caro, Leo, David, Camila, Juana, etc.) que son gestores de iniciativas y aquellos que no, asumiendo los últimos una posición de reclamo y petición a los primeros. Los ciudada-

nos activos parecen ser los responsables de todos los cambios y mejoras a ser ejecutados, y los no-activos se quedan en un rol de

espectadores y críticos de las transformaciones pro-puestas. Además, si bien Teusaquillo es una comu-nidad activa, sus iniciativas han crecido como entes independientes y separados del resto, que se tocan y juntan en momentos específicos, pero no existe co-munidad activa. A razón de esto, los esfuerzos se ven aislados, y cada iniciativa convoca y llama público

para colaborar desde su lugar de acción, sin entender realmente que todas estas acciones son para el beneficio común y que no importa el lugar desde donde se origine, tendrán un impactoen la localidad.

Visibilidad y articulación, dos problemáticas comunes a todas las experiencias que pudimos compartir en grupo, ¿Cómo lo-grar que más personas sean alcanzadas? Empezamos a idear es-trategias para con bombos y platillos, generar ruido en el barrio y llamar a todas las iniciativas posibles, y crear estas interaccio-nes tan deseadas, sin embargo, durante el proceso notamos que no conocíamos ni a 15 iniciativas en la localidad y a pesar de haber escuchado de muchas más, no llegaban a nuestra mente su nombre o su quehacer. Así que decidimos empezar por lo más básico, mapear.

Imagen 9. Sesiones de trabajo con población del barrio en LAB1. Mapeo de las problemáticas relevantes del sector. Mayo del 2015

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Un mapa es una representación gráfica y métrica de una por-ción de territorio, un dispositivo para medir y encontrar, y como la historia lo ha demostrado, para ocultar y violentar. Sin embargo, un mapa nos permite entender el territorio que se habita y comparte con otros seres. En Teusaquillo quisimos fabricar nuestro propio mapa de iniciativas urbanas, un mapa que pueda plasmar todas las acciones que se toman en pro de la construcción del sector. Tomando de referente a Los Madri-les imagen 10, un atlas de iniciativas vecinales que ha estado en circulación desde el 2015, creado por un grupo de agentes en colaboración que incluye a vecinos, colectivos y actores urbanos, en donde se visibilizan las acciones madrileñas por la construcción de ese bien común, es un mapa abierto y en constante actualización lo que le ha permitido crecer y tres años después, tener más de 100 proyectos mapeados alrededor de toda la ciudad.

Nuestro objetivo es el mismo planteado por Los Madriles, queremos crear una “ herramienta abierta y editable, que nos per-mita hacer presentes las cosas que suceden en el suelo, darlas a conocer, hacerlas visibles, y contribuir con ello a fortalecerlas y a seguir con su construcción.” 11 Este mapa sirve de base para seguir pensando a Teusaquillo como un territorio completo, nos ayuda a encontrar patrones, puntos en común, lugares desolados e iniciativas aisla-das. Quisimos no construir el mapa desde nuestros conocimien-tos sino plantear esta herramienta para que fuesen las personas, a partir de talleres abiertos quienes empezasen a completar y distribuir este mapa. Creamos categorías de iniciativas urbanas

como una táctica para encender las conexiones experienciales de los participantes, tomando de base el resultado del proyecto del Vivero de Iniciativas Culturales y el Centro Cultural de Es-paña en México, quienes en 2015 después de su investigación en el país llegaron a 12 categorías de iniciativas evidenciadas más abajo. Nosotros combinamos y apropiamos esta clasificación y propusimos, en un principio, 6 categorías para el mapa de Teusaquillo, que engloban a las principales actividades desarro-lladas en la localidad, vale resaltar, que esta es una construcción abierta y susceptible de cambios y adiciones posteriores, con-forme vayan desarrollándose nuevas y alocadas iniciativas serán formuladas las categorías pertinentes.

Una vez delimitadas, lanzamos el primer taller colectivo para la construcción del mapa de iniciativas ciudadanas. Un sábado a media mañana, abrimos las puertas del espacio para recibir personas, colectivos y organizaciones que se lanzaran a cons-truir en conjunto el mapa de iniciativas. De igual manera, era la vía para someter a prueba las categorías y recibir comentarios y críticas de los Teusaqueños. El taller convocó a 6 personas, re-presentativas de distintos entes de la localidad, ciudadanos pa-sivos, activos e integrantes de la Junta de Acción Local – JAL, recopilaron la primera información que alguna vez se plasmó en este mapa.

El mapa

11. Tomado de https://losmadriles.org/los-madriles/ consultado el 6 de marzo de 2018

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Se invitó a pan y café, con un mapa gigante extendido en la mesa y con el frío característico de Bogotá; Daniel, Gladys, Carlos, Mauricio, Juana y Alejandra, se ubicaron y rayaron con colores las iniciativas que ellos conocían. No solo el mapa se completó, sino que el dialogo surgió como un elemento de descubrimiento compartido, todos aportaron historias, miedos, incertidumbres y esperanzas sobre el territorio. En su página, Iconoclasistas, el colectivo que más ha trabajado con experien-cias de mapeo colectivo a nivel mundial dice que “Los mapas impulsan la activación de narrativas descriptivas y lúdicas, puntuali-zando aspectos invisibilizados, refiriendo anécdotas y experiencias” 12 acorde a esto, la pregunta ¿Qué iniciativas conoces que trabajen con…? Se vuelve una excusa para generar un dialogo y una inquietud sobre el territorio que se habita, la relación que genera es de descubrimiento y asombro constante, cada persona conoce y vive su territorio de modos distintos y así mismo, se hace cercano a algunas iniciativas que tocan y afectan su realidad. Por otro lado, quienes no se adhieren a nin-gún proyecto, como fue el caso de Gladys, lo hacen por falta de información y tiempo, aunque tienen muchísimo conocimiento experiencial sobre los comportamientos, problemas e historia de la localidad, y finalmente, Mauricio, funcionario público, ve como las iniciativas soportan los problemas que el gobierno, en este caso la alcaldía local, no ha podido resolver, y además puede proveer acceso a recursos (salones, sillas, contactos, etc.) para dar continuidad a algún proyecto.

El mapa se vuelve un proceso colectivo de apropiación territorial, sin embargo, como vi en esta primera experiencia, el lugar atrapa y confunde. Tener un epi-centro de ubicación dificulta a los habitantes situarse en el espa-cio del mapa y, por ende, la colocación y conexión de iniciativas se complica. No obstante, el ejercicio de localización también impulsa el dialogo pues crea un proceso de posicionamiento ba-

Imagen 10. Las doce categorías propuestas por el modelo méxicano. Vivero de iniciativas culturales. 2015

Imagen 11. Primera sesión de mapeo colectivo en la localidad. 2017.

Imagen 12. Flyer del taller colectivo para la construcción de la primera versión del mapa de iniciativas.

Imagen 13. Categorías de iniciativas urbanas de Teusaquillo. Producción propia

12. Tomado de la web de Iconoclasistas ¿Qué es mapeo colectivo?. Consultado el 7 de marzo de 2018.

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sado en la auto-ubicación, localización de referentes y viaje 13 que se comparte constantemente y ayuda a reconstruir el sector desde la memoria de todos. La experiencia fue de mucho apren-dizaje, los maperos quedaron con ganas de conocer y aportar más a la construcción del catálogo de iniciativas, hicimos rá-pidamente una encuesta virtual para que pudieran completar nuevas iniciativas cuando recordasen su nombre o ubicación y al finalizar la sesión surgió la pregunta:

- ¿Y si el mapa se mueve?...

El mapa andante

¡Claro! Olvidé por completo las enseñanzas de mi abuela, me centré en encontrar información y recopilar personas, pero pasé por alto un aspecto: la calle. Necesitaba salir nuevamente, ya no para observar y apreciar lo que sucedía en la localidad, sino intervenir y rodar por las calles en busca de información. El mapa, que hasta ahora había estado acostado podía levantarse y ser alimentado por transeúntes, trabajadores, jóvenes, mascotas, policías, y todo aquel que aún no conociera iniciativa alguna, para que estos, se encuentren, y encuentren, nuevas oportuni-dades de desarrollo en la localidad.

Sin pensarlo mucho más, armamos una estructura sencilla, le pusimos ruedas, actualizamos el mapa con la información recogida y salimos a la calle. Trazamos una ruta atravesando de sur a norte todo el Parkway, y armados con marcadores de muchos colores empezamos a rodar por las calles. Con un sol espectacular y aprovechando la tarde de sábado, nos acercamos a personas explicándoles el proyecto y recibiendo información

sobre lugares e iniciativas que aún no se habían contemplado dentro del ejercicio. El mapa andante caminaba junto a nosotros y se llenaba de vida y color. Tuve la fortuna de encontrarme con señoras de la tercera edad, niños, paseantes, artistas y muchas más personas que aportaban al mapa, y otros más que sugerían nuevas fronteras para el proyecto y alianzas posibles, aquí viví nuevamente lo que mi abuela tanto me insistía, esas conexiones maravillosas que surgen al hablar y compartir son mágicas, cada persona tiene mucho que decir, solo hace falta alguien para escuchar. El mapa se transformó en un objeto que irrumpe en la cotidianidad del sector, que aglomera a personas de distinta procedencia entorno al reconocimiento e intercambio de cono-cimiento vivencial sobre la localidad. Cada vez nuevas perso-nas se acercaban a complementar y llenar de información este espacio vacío, y mientras escribían, iban viajando y contando sus experiencias alrededor de cada iniciativa, participaban de la creación colectiva y ejercían poder sobre ese espacio que habi-tan a diario.

En el ensayo Participation and spectacle: where are we now?, Claire Bishop dice que la participación crea un nuevo entendimiento del arte, en dónde todos los involucrados son productores, cambiando el paradigma entre espectador y creador 14. En los habitantes activos de Teusaquillo veo esto, y a pesar de que muchos no tienen un recorrido o una base en el mundo del arte, logran crear proyec-tos participativos y abiertos que generan un impacto real en la localidad. Los teusaqueños dejan de ser simples espectadores de los cambios estratégicos que plantea la ciudad y el modelo económico actual, y se convierten en actores de la sociedad que

13. Esta metodología la tomé de distintos autores, donde los talleristas primero invitan a los participantes a ubicar su lugar de vivienda, trabajo, estudio, y reconocer la manzana que habitan. Segundo, las zonas referenciales, parques, monumentos, vías principales, entre otras. Y por último, “viajan” a dedo sobre mapa, por las calles hasta encontrar virtualmente el espacio o situación que quieren dar a conocer.

14. Claire Bishop, Participation and spectacle: where are we now? Lectura de Creative Times Living as Form. Cooper Union, New York, 2011

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imaginan. Con el mapa andante, hacemos que cada vez más personas actúen; Visibilizando y dando a conocer las iniciativas que ya hacen parte del movimiento social que se ha gestado en el barrio, pero también, visibilizando a las personas que no crean o gestionan iniciativa alguna, sino que participan acti-vamente en el desarrollo de estas: Personas que consumen las frutas y verduras no vendidas, artistas donando obra y tiempo para comunicar las ideas de los colectivos, aquellos que riegan el pasto sembrado, e inclusive esos que toman el rol de veedores y vigilantes de los inconvenientes en la localidad. De este modo, todos participan, en alguna u otra medida, de la construcción colectiva de barrio.

El mapa andante provee un escenario de encuen-tro para las personas de todo el barrio, con el recorrido que se hizo se recolecto información suficiente para tener la primera versión del Mapa de Iniciativas Urbanas Teusaquillo me Importa, el cual contiene el resultado con las categorías y las descripciones de los proyectos que conforman la localidad. El mapa consta de dos lados, en el tiro se encuentran todas las iniciativas descritas con los siguientes datos: Nombre, ubicación, página de contac-to, una breve reseña, año de fundación y la, o las categorías a la que pertenecen, y por el otro lado, en el retiro se encuentra el mapa completo del sector delimitado de la localidad, a partir de iconos correspondientes a cada categoría, los teusaqueños pue-den identificar la ubicación de cada iniciativa y trazar una ruta propia para descubrir cada una. El mapa se distribuye gratuita-mente a todo el que desee, solamente debe aportar una historia, proyecto o iniciativa para seguir alimentándolo y construyén-dolo. De igual modo, fue subido a la página de Teusaquillo Me Importa, donde cualquiera puede descargarlo y usarlo a su gusto, junto con un link a un formulario web que recopila más información sobre iniciativas en la localidad.

Imagen 14 y 15. Registro fotográfico de la primera experiencia de Mapeo con el mapa andante. Octubre 2017

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CrearCapítulo 3. Ruedas. Acción. Hablar.

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Más puertas se abrieron en nuevos proyectos para seguir pen-sando en cómo visibilizar y empoderar a todos estos colectivos que rondan por el sector y cómo convocar a más personas a realmente actuar en pro de este cambio social. Ahora bien, el dispositivo a pesar de su rápida e improvisada construcción fue lo que permitió salir a rodar, el acto de andar por las calles tal y como lo hacía mi abuela fue lo que impulso al mapa de iniciati-vas. Las ruedas otorgaban una movilidad perfecta en la ciudad, empezamos a observar todas las carrozas, carretas y chazas que se ubican en las calles, la mayoría con 2 o 4 ruedas siempre listas a moverse cuando se requiera. La calle está hecha para transitar, para cambiar con el tiempo, para caminar, para mo-verse, la calle no es estática así que los dispositivos que la ocu-pan tampoco deben serlo esta fue nuestra primera conclusión, el mapa no solo debe ampliarse y complementarse con la infor-mación, sino que debe caminar y moverse por la ciudad en bus-ca de su alimento. Sin embargo, nuestro dispositivo funciona de manera distinta a las chazas de los vendedores, el mapa da y recibe, no solo vende o distribuye productos, sino que necesita de las personas para llenarse, es una moneda distinta, una tran-sacción colaborativa. El dispositivo encuentra a las personas, se mueve constantemente, navega en el laberinto que conforma la ciudad y se detiene para interactuar y crear, finalmente, el mapa

El camino que tomó el proyecto

fue fantástico, la reacción de la

comunidad y de las iniciativas fue

abrumadora, muchas se sintieron

felices de estar dentro del mapa

y los habitantes aún más al

encontrar una guía de proyectos

con propósito de cambio social

dentro de la localidad.

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andante no se mueve solo, es un medio, una herramienta para generar conexiones entre personas, una excusa gigante para el encuentro y la reflexión colectiva.

El dispositivo irrumpe, llama la atención de los habi-tantes e invita al dialogo, es un objeto misterioso que se mete en las calles de la ciudad, tal y como, guar-dando las proporciones, Jeremy Deller lo hizo con It is what it is en el 2009, donde llevó un carro proveniente de la guerra de Iraq en ruta de Nueva York a Los Angeles a plena vista, con la intención de generar impacto e intrigar a las perso-nas que se encontraban en el camino. El objeto es un atractor, el dialogo posterior con un excombatiente estadounidense y un Iraquí completan el proyecto, la conversación se vuelve un resultado constante en estas experiencias. De igual forma, el mapa andante se planta en el contexto y se destaca, con el obje-tivo de llamar la atención, un atractor de dialogo e información.

Ahora bien, el dispositivo falla en visibilizar las iniciativas de la localidad, suena paradójico pues el mapa al principio del pro-yecto resolvía esta problemática al poner todas en una superfi-cie y relacionándolas entres si, sin embargo, queda corta la mera descripción y ubicación de cada proyecto. Visibilizar es “ hacer visible lo que no puede verse a simple vista” 15 , y las iniciativas a pe-sar de estar ubicadas y categorizadas, no se exponían ante la lo-calidad, o no con todo su potencial. El dispositivo no era de las iniciativas, era única y exclusivamente del mapa, carecía de ese poder colectivo que estaba inmerso en cada proyecto que surge de la localidad, el mapa generaba esas relaciones e interseccio-nes entre los espectadores, pero aún faltaba la relación con las iniciativas y con aquellas personas que están detrás de cada una, la relación directa entre los habitantes de la localidad, aquellos que habitan y aquellos que crean, para que pudiese suceder un proyecto en dónde todos los involucrados fuesen productores.

Entendí que la acción debe salir de las iniciativas, el dispositivo y mi rol como artista es hacer un marco, una herramienta para incentivar esta acción, cómo dice Jeremy Deller, pasé de ser “un artista que hace cosas, a un artista que hace que las cosas ocurran” 16 . Tal y como sucede en Tiza, el proyecto de Jennifer Allora y Guillermo Calzadilla, dónde no sólo requiere de la participación del espectador, sino que, además, le cede el control, convirtien-do las obras en plataformas para relaciones interpersonales.

Consiste en 24 pedazos de tiza gigantes que los artistas colocaron estratégicamente en un plaza, calle o espacio público y las ofrecieron para que el público las interviniera. “Como ellos mismos lo afirmaron: “esta obra les ofrece a los espec-tadores el potencial de comunicación. El espectador decide, participa o no, y si lo hace, la obra presenta muchas variables: ¿Deberían romperse las tizas y usarse los pedazos individualmente? ¿Debería toda la tiza ser llevada por unas pocas personas y comuni-car pensamientos colectivos”? 17 Mi obra se trans-forma hacia esto, un creador de relaciones impulsado por las iniciativas y que invite a la participación de la comunidad de Teusaquillo.

De igual manera, existen muchos colectivos que han trabajado con proyectos que revaloran el dialogo, las relaciones y el ac-tuar del espectador como el centro de su proyecto. En el libro Living as Form: Socially Engaged Art from 1991-2011, de Nato Thompson se recopilan muchos proyectos que nacen desde esta misma premisa, en donde los artistas han intervenido para que sean las propias comunidades las que actúen para generar un cambio, ahí encontré proyectos de ciudades que utilizan su propio dinero, bancos de tiempo y muchos más que han servido de inspiración a este proyecto. Dentro de esta exploración, en una charla con Valeria Grajales, creadora del proyecto Zaguán, sugirió mirar la tesis de maestría de Pablo Calderón, un

15. Real Academia Española. (2001). Visibilizar. En Diccionario de la lengua española (22.a ed.). Recuperado de http://dle.rae.es/?id=bv56DEN

16. Entrevista con Henry Ward. 2012. Tomado de http://www.henryhward.com/interview-with-jeremy-deller/

17. Silvia Karman Cubiñá . Allora & Calzadilla sus pisos. .Monografía. ArtNexus #55 - Arte en Colombia #101. Ene - Mar 2005.

Imagen 16. Conversaciones durante el trayecto del caroo destruido en Iraq. It is what it is, Jeremy Deller. USA, 2009.

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Imagen 17. Tiza, Jennifer Allora y Guillermo Calzadilla, Lima, 1998. Imagen 18. The Other Market, Pablo Calderon, Eindhoven, 2013.

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diseñador colombiano que culminó sus estudios de maestría en Holanda. Pablo es el creador de The Other Market, un proyecto que conjuga muchos de los elementos que había encontrado a lo largo de mi búsqueda, como él lo llama es “plataforma para experimentar con diferentes productos y servicios, a ser comercializados de formas alternativas”. Una exploración sobre el mercado, la informalidad y las nuevas posibilidades en la microeconomía de transacciones casuales, Pablo acepta el poder del dialogo como una moneda social e invita a las personas a interactuar con un dispositivo a cambio de una charla de 20 minutos. Regala hamburguesas, cortes de pelo, juegos de azar pidiendo a cambio una conversación. Leer y encontrar estos proyectos es un goce, me deja claro aspectos sobre cómo aproximarme a las personas, buscar un dialogo significativo con ellas y me motiva a seguir explorando este camino profesional, la tesis enmarca no el final sino el inicio de mis intenciones frente al arte y el diseño, es el punto de partida profesional en ambos campos disciplinares.

De cualquier modo, este fue un cambio que significó poner mis conocimientos de diseñador industrial y pensar ¿Qué necesitan y qué puedo ofrecer con lo que tengo a mi disposición? Tenía en mis manos las herramientas ya construidas y probadas, un mapa, un dispositivo móvil, un grupo de difusión y la calle; Sumado a esto, me junté a más iniciativas y charlamos sobre las posibilidades de evolución del proyecto y las múltiples posibili-dades de uso. Queríamos crear algo que permitiese su transfor-mación, que se acomodara a las necesidades de todas las inicia-tivas, que se accionara en la calle, en un parque en una plaza, que fuese un dispositivo sólido pero cambiante, que mantuviese el mapa y su posibilidad de intervención manual, que sirviese para interactuar sin afán y que se pueda mover por toda la loca-lidad. Dimos vuelta a ver esas chazas ambulantes y allí estaba la respuesta: Un carrito de iniciativas

¡Vamos a crear un carro! Uno que se mueva por todo Teusa-quillo, que se abra cuando esté detenido, un carro que pueda proyectar películas de los circuitos de cine, que sirva para llevar los árboles de Greenman y sembrarlos en la localidad, que se detenga a hacer un taller de cohetes para niños junto a los chicos de C-innova, a leer cuentos a los niños mientras, a pintar graffiti, a repartir fruta recuperada de los mercados locales y a todo aquello que quepa dentro de él. El carro se transforma en el articulador y potenciador de las iniciativas de la localidad, a la vez que recoge información le sirve a cada iniciativa para crear y explorar nuevas posibilidades con su proyecto. El carro es una herramienta abierta y de la comunidad, que crece y se

transforma con las iniciativas y propuestas de esta misma.

Empezamos a buscar referentes formales, sistemas similares para movilizarse por la ciudad. Buscamos que el carro fuese resistente

y móvil, hicimos un gran moodboard de carritos, tanto aquellos que encontrábamos en la calle como otros que encontrábamos en línea, categorizamos nuestras necesidades y, aplicando toda mi experticia como diseñador industrial, diseñamos un carro robusto y flexible, que aguantase las inclementes necedades del clima Bogotano. Junto a Raúl Fonseca, artista plástico y creador de piezas especiales, se terminó de diseñar el carro y se puso en marcha su construcción utilizando madera, canastillas de plás-tico y láminas de policarbonato. El proceso de construcción fue asumido por el maestro Raúl, si bien el primer dispositivo fue producción propia, este carro debía ser mucho más resistente y funcional que el primer mapa andante, aun así, se optó por listo-nes de madera para tener la calidez y cercanía que esta brinda, junto con la ligereza y la posibilidad de una transformación constante. La madera, al ser un material mucho más fácil de trabajar y modificar que el metal, permite que a medida que el carro se pruebe en contexto, podamos añadir, restar o cambiar

Imagen 19. Carros o chazas de la localidad, referentes formales y concpetuales para armar nuestro propio dispositivo. Producción propia, 2018.

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los usos del carro. De igual modo, no se quiso diseñar cajones o armarios, en cambio, creamos un esqueleto que cambia y se complementa con los usos que se le den al dispositivo. Utiliza-mos canastillas plásticas, como las de los supermercados, las chazas y carritos ambulantes del sector, estas canastillas brin-dan flexibilidad, adaptabilidad y manejo, se pueden remover del dispositivo y cambiar por otras con mayor o menor capacidad, se pueden almacenar cables, frutas, materiales, herramientas y más. Por último, quisimos que el dispositivo estuviese pre-parado para talleres o intervenciones estáticas, por lo cual, instalamos láminas abatibles de madera con tableros de tiza que se guardan a los costados del carro, las cuales cumplen dos funciones: Primero, ser un tablero exhibidor, y segundo, una mesa apta para escribir con tiza. Por último, unas alas translu-cidas que exhiben el Mapa de Iniciativas Teusaquillo nos Impor-ta, que invita a las personas a conocer y complementarlo, en el cual, al igual que en la primera versión, se puede rayar e intervenir a voluntad. Estas alas se abren y sirven de techo para el proyecto, dejando ver el interior del carro cuando así se desee, están hechas en policarbonato transparente, el cual permite el paso de la luz y permite que el carro sea transparente y visible.

No obstante, el carro NO está completo, aquí me paro en la frontera del diseño, como lo hace Pablo Calde-rón, y contrario a la práctica tradicional del diseño, dejo abierto el código, inacabado el proyecto para que sean los Teusaqueños quienes añadan, quiten, substituyan o cambien según las nece-sidades de cada proyecto. El proyecto crea un marco de superfi-cies removibles, los tableros, alerones, ruedas y láminas pueden ser quitadas con herramientas manuales, los mensajes se pueden

Imagen 20. Proceso de construcción del dispositivo en el Taller de Raúl Fonseca. 2018.

Imagen 21. Diagrama explicativo de las partes y funciones del carro. Producción propia. 2018

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cambiar y se pueden pegar avisos, afiches y demás por toda la superficie. El carro es un experimento en sí mismo, en su mis-ma gestación se busca que sea un objeto relacional, no uno que implique meramente dialogo, sino que impulse a la acción.

Acciones

Ahora bien, el grueso del proyecto está en poner a rodar este carro y verlo en funcionamiento, decidimos como primer mo-mento, realizar intervenciones a partir de las 6 categorías crea-das en el mapa, de este modo, daríamos cabida a una variedad de proyectos y a distintas zonas dentro de la localidad, aprove-chando la posibilidad de movimiento que teníamos. En primer lugar, empezamos a trabajar junto a El Transformador, un colec-tivo dirigido por Iván Sánchez y Lorena Vijía, que apoya nego-cios verdes y todo lo relacionado con la sostenibilidad ambien-tal en la vida diaria, el Transfo como amistosamente lo llama Iván tiene un proyecto especial para Teusaquillo denominado Buen Provecho, una iniciativa urbana que ataca el problema existente en la disposición final de las frutas y verduras que por motivos estéticos (están negras, tienen hongos, etc.) No son llevadas por los habitantes de la localidad, sin saber que sin importar su apariencia, estos alimentos aún son aptos para el consumo humano. Al rechazar y botar las frutas a las canecas tradiciona-les, estas se pierden completamente y se pudren sin cumplir con su función primaria, y se transforman en una capa más en el relleno Doña Juana. Buen Provecho y su encargado Mario Val-derrama recogen las frutas, las arreglan, clasifican, seleccionan y las exhiben frente a su casa en guacales de madera, invitando a sus vecinos a tomarla sin costo alguno para concientizar sobre la problemática diaria que viven los alimentos en la localidad.

Mario e Iván, vieron la posibilidad de ampliar el alcance de su iniciativa, poniendo ruedas a Buen Provecho, la iniciativa se po-dría hacer visible ante más personas y su objetivo se potencia-ría. Así fue como llegamos a la primera salida del carro, Mario se apropió del dispositivo, lo llenó de piña, banano, tomates y jugo para salir a rodar en las calles. El carro salió sin un tablero ni un alerón, pues así podemos hacer que la gente vea la oferta gastronómica mientras vamos rodando, fue la primera trans-formación del dispositivo y funcionó realmente bien. Muy a las 10 de la mañana el carro llegó frente a El Transfo y los chicos, armados de tizas, impresiones y música, transmitieron al carro la identidad del proyecto, haciendo que este deje ser un carro de intervenciones y se convierta por un momento en otro elemento más de Buen Provecho.

Se trazó una ruta por el barrio La Magdale-na, un sector que aún no conocía en su tota-lidad; Mario y Laura llevaban el carro abier-to y con olor a piña, rodando mientras los vecinos intrigados se acercaban a nosotros. Nuestra primera parada, Harold, un habi-tante del sector que sin conocer el proyecto nos mantuvo más de media hora hablando y dando referentes del uso de los alimentos, aprendimos sobre las propiedades del banano

maduro para la gastritis y las nuevas formas de utilización de la cáscara de la piña para hacer cuero y papel. La conversación fluía sin necesidad de intervención y cada vez que explicábamos otro componente más del proyecto, fuese el mapeo o El Trans-fo, Don Harold añadía más historias y consejos a la charla. El carro cumplía su labor y expandía la práctica de esta iniciativa, recibía y daba información mientras era un objeto disruptivo en el paisaje cotidiano de la localidad. Seguimos rodando por las calles, conocíamos más personas, muchos no habitantes sino personas flotantes, (estudiantes, trabajadores, etc.) Que no

Imagen 22. Así se dispone la fruta recogida por Buen Provecho, frente a El Transformador todos los martes.

Imagen 23. De esta manera se intervino el dispositivo, carteles, menos piezas, letreros en tiza y fruta. Abril 2018.

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Imagen 24. Mario y Laura escuchando a Harold hablar sobre los beneficios del platano.

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conocían nada sobre las iniciativas o el sector en general, sin embargo, fue una experiencia valiosa, ya que debido a las trans-formaciones hacia un sector más comercial, esta es una pobla-ción que se hace cada vez más presente. Hablamos con policías, trabajadores públicos, estudiantes, pensionados y muchos más, el discurso se mantenía y las frutas poco a poco desaparecían del carro. Encontramos una disposición de todas las personas a hablar, a conocer más sobre los proyectos, siempre y cuando reciban algo a cambio, un mapa, un jugo de piña, etc. Concluimos que el proyecto debe virar a generar una transacción, un intercambio de doble vía, no solo de escucha sino una conver-sación dirigida, un acto o una manifestación de algún tipo, de este modo, evitamos el discurso light tipo impulsadores de marca que es tan recurrente en la ciudad.

Acabamos la intervención de Buen Provecho luego de dos horas de recorrido, con un carro intervenido con mensajes de las personas encontradas en el camino y una lista llena de contac-tos para seguir desarrollando el proyecto. Limpiamos el carro y volvió a su lugar de descanso provisional, el LAB�. Mi inten-ción como lo indique más arriba, es realizar una intervención con cada una de las categorías creadas en el mapa, así que el capítulo de permacultura se “cerraba” aquí. Sin embargo, y acá hago hincapié, una semana después de esta intervención, Mario vuelve a acercarse a mi para pedirme usar el carro nuevamente, pues ha encontrado nuevas rutas y posibilidades para desarro-llar, por supuesto que le digo que si, y hago un experimento para que Mario salga a solas con el dispositivo, sin yo mediar en el uso de este. Resulta ser un total éxito, y no solo Buen Provecho disfruta una vez más de la acción en la calle, sino que se apropia y hace suyo el carro, plantea nuevos usos, traza una ruta por el parkway junto con un grupo de cultura ciudadana y explica el proyecto a todos ellos. Así ya han pasado 3 sesiones

en las que el carro se desprende de mí y es usado por Mario con completa libertad y autonomía. Ahora es una extensión de Buen Provecho, una herramienta que se completa cada martes cuan-do se llena de fruta y frases llamativas. El carro cumple con su objetivo de visibilizar a esta iniciativa y de ser un dispositivo abierto y de la comunidad, Mario no solo habla de su proyec-to, ahora también expone ésta tesis de grado como si fuera la propia, habla del mapa, de Teusaquillo y de todas las iniciativas que existen. Inclusive, ya Mario está ideando como incluir un panel solar dentro del carro para tener una licuadora de bajo amperaje para preparar jugos con los alimentos rescatados, y propone adicionar fotos de los otros proyectos mapeados para que sea una herramienta pedagógica más impactante.

Ellos ya han entendido el poder que yace en el carro e inclu-so han propuesto un nombre para este, AmbulanciaAmbiental de Teusaquillo, sin embargo, como ya el lector lo habrá nota-do, el dispositivo carece de nombre, pues la propuesta es que este salga a partir del uso en la calle con iniciativas urbanas, de allí, al cierre de esta edición, el carro aún es anónimo pero poco a poco se impregna de identidad en la localidad.

Por otro lado, y siguiendo con el desarrollo de la propuesta ini-cial, la segunda iniciativa es Zaguán 18, un proyecto que recupe-ra la gráfica de las baldosas tradicionales de las casas bogotanas, y las imprime en la vía pública de Bogotá, es un proyecto de arte urbano y patrimonio en la ciudad. Junto a Valeria Graja-les, su creadora, empezamos a imaginar una gran intervención en un descanso del camino peatonal en el Parkway, a partir de baldosas gigantes, pintaremos un gran zaguán de colores y con base en la experiencia anterior, vamos a crear una dinámica de transacción - una historia sobre patrimonio a cambio de pintar

Imagen 25. Mario en la tercera excursión con el carrito, a la salida del LAB1.

Imagen 26. Intervenciones realizadas por Zaguán en La Candelaria, proyecto en el marco de Barcú - Feria de arte y Cultura de Bogotá. Diciembre de 2017.

18. Zaguán es Espacio cubierto situado dentro de una casa, que sirve de entrada a ella y está inmediato a la puerta de la calle. Real Academia Española. (2001). Zaguán. En Diccionario de la lengua española (22.a ed.). Recuperado de http://dle.rae.es/srv/fetch?id=cHNOR45

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una baldosa -, una anécdota sobre tradición, o de tiempo atrás, de los momentos de su infancia en donde se hacían presentes estas coloridas baldosas. De esta manera, el carro recibe y da, con las intervenciones de Buen Provecho nos dimos cuenta que debemos generar dialogo, recibir para poder dar, atacar el segun-do problema que encontramos en las iniciativas de la localidad, articulación, un aspecto que habla sobre relaciones más que sobre los proyectos. Inmersos en el mercado global, olvidamos que el dinero solo es el papel al que se le otorga valor, es nece-sario volver a nuevas formas de canjear bienes, y desde la acción con el carro podemos no solo visibilizar sino enseñar cómo se pueden articular las iniciativas, la transacción más allá del dinero.

Hicimos cálculos junto a Valeria y Alejandra del tamaño de las baldosas a pintar, decidimos crear mosaicos gigantes en la intervención del Parkway que interrumpieran el paso de los habitantes e im-pactaran por lo mismo. Teníamos todo prepa-rado, pinturas, rodillos, manos y actitud, pero un manto de lluvia cayó sobre la localidad y no se detuvo en todo el día, razón por la cual, de-bimos mover la acción para 8 días después de la fecha prevista. Así, una semana después, el 21 de abril salimos a pintar con un sol radiante, convocamos a integrantes de la Mesa del Graffiti de Teusaquillo, Santiago y Nail, que también hacen parte del proyecto De Moscas a Mariposas que revitaliza la parte baja del puente de la Calle 53 con NQS. Cargamos el carro con todos los materiales e implementos necesarios, ya no olía a fruta sino a pintura, acondicionamos mejor el mapa, escribimos un men-saje en el tablero de tiza - Cambia una historia por un graffiti -, y rodamos hasta el Parkway. Al mover la fecha, quedamos sin permiso de uso del espacio, la edil que nos iba a acompañar ahora no podía, aún así, decidimos intervenir de todos modos, sin importar que la acción se realizó a menos de 50 metros

del CAI de La Soledad. Empezamos el fondeo de las baldosas usando pintura de alto tráfico y escogimos los colores, a medi-da que avanzaba la acción las personas se acercaban al carro a preguntar su procedencia y motivación, mientras se fondeaba, mapeamos aún más la localidad junto a los curiosos habitantes que preguntaban. Recolectamos más de 10 nuevas iniciativas urbanas antes de empezar a pintar de colores.

Al momento de usar el esténcil, invitamos a las personas inte-resadas a pintar; Niños, profesores, tercera edad, adultos, todos quisieron pintar algún mosaico, a cambio, les pedíamos una his-toria de la localidad. Me encontré con la crónica de la vida de Hitler en el barrio y la llegada del Pastor Alemán a Colombia, hablamos sobre el origen de los nombres del parque El Brasil y el Mamatoco, y cómo, con la inclusión del comercio en el sec-tor, se pierden las tradiciones prístinas de Teusaquillo; Escuché historias de amor alrededor del Parkway y sus altos árboles, y el relato sobre el conflicto entre Casa Ensamble y Carulla por un parqueadero que hoy es solo verde. La dinámica funcionó, po-díamos acercarnos a las personas y generar un intercambio, una transacción de valor entre nosotros, no solo se visibilizaban las iniciativas sino que se accedía a nueva información sobre la lo-calidad. Me dí cuenta que todos tienen algo para contar, pensé que serían historias o anécdotas personales cortas, pero para mi sorpresa, las personas estaban dispuestas a quedarse más de 30 minutos para contar una historia y pintar. Fuimos partícipes en la vida de sábado del barrio, comiendo helado, sacando a pasear mascotas o simplemente caminando, los teusaqueños se encon-traban con la acción y decidían si participar o no.

El carro adquiere otra dimensión, esta vez, hizo más de un me-diador, de un punto de conversación, pero la acción sucedía fue-ra de él, en el piso. El carro mostraba el mapa y actuaba como contenedor de los elementos de la intervención, y a su vez, invitaba a las personas a acercarse, conocer sobre la iniciativa y

Imagen 27. Registro de la experiencia con Zaguán. Intervención con las niñas del Parkway. Abril 2017.

Imagen 28. Participación de las personas en el mapeo. Abril de 2018.

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aportar. El carro permanecía estático, a diferencia de la salida con Buen Provecho, llegamos a un punto y allí permanecimos hasta el final de la intervención. Fueron experiencias distintas, con Zaguán, el dispositivo complementa la acción de pintar con un elemento extra, un dialogo, una transacción y el mapeo, mientras que con el recorrido junto a Mario, el mapa pasa a un segundo plano, es el carro un elemento vital para repartir la fruta rescatada y llevarla a los habitantes de teusaquillo, se inte-gran y se hace invisible la frontera entre los proyectos. No pue-do decir que una u otra sean mejores, son formas distintas de aproximación a la acción en la ciudad, el carro funciona como esqueleto y depende de la voluntad de cada iniciativa el nivel de “intromisión“ dentro del ADN del proyecto. Terminamos la pintada después de 4 horas de trabajo y se realizó un registro de las baldosas creadas, estas van a durar meses en desaparecer, pues elegimos materiales de calidad para asegurarnos de su per-manencia. Recogimos los implementos, llenamos nuevamente el carro y regresamos a LAB�, dejando nuestra huella en el Par-

kway, Valeria y Alejandra quedaron enganchadas por el proyecto y esperan poder replicarlo, hacer más acciones y llenar de zaguanes el barrio. Les pedí una carta resumiendo sus experiencias, tal y como hice con Mario, pero dada la cercanía con la finalización del texto, no me fue posible

incluirla dentro de este texto. Sin embargo, queda claro que los proyectos tienen puntos de encuentro, pero debemos en-contrar un modo de integración más certero, que relacione el arte urbano con el proyecto, desde ya imagino pintar zaguanes con los íconos de las categorías a la entrada de cada iniciativa, creando una señalética que relacione a las iniciativas sin nece-sidad del mapa físico o virtual, son muchas las posibilidades de exploración cuando se intersectan los proyectos, y estoy seguro que el proyecto continuará indagando en todos estos recovecos de acción urbana.

Imagen 29. Así quedó cargado el carro con todos los implementos de la intervención. Junto a él, Valeria y Alejandra. Abril 2017

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Imagen 30. Zaguán en el Parkway. Abril 2017

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Cierre

Con cada salida, el carro se llena de historias, relatos y nuevas conexiones, irrumpe en el espacio y convoca personas a actuar por la localidad. Aún hacen falta realizar acciones de movilidad, economía colaborativa, cultura y educación expandida, y seguir experimentando colectivamente con el dispositivo, encontrar caminos para seguir y nuevos problemas que atacar. Quiero que el carro se vaya complementando y cada vez, alejando más de mi, como me dijo un artista de sonido mientras sucedía la celebración del día mundial de la bicicleta es necesario que el carro tenga voz e identidad propia, el es creador, que tenga su propio perfil. El carro debe ser el protagonista, contar su propia historia y ser libre para ser intervenido por las iniciativas y demás. Busco que el proyecto se expanda, que el carro se llene no solo de histo-rias sino de materiales propios, creando un laboratorio móvil equipado de los implementos necesarios para experimentar; Por ejemplo, las latas de pinturas sobrantes de la última interven-ción pertenecen al carro y debo impulsar a que cada acción en la que él participe le deje algo para complementarlo, un nuevo elemento, materiales, mantenimiento, etc.Hago un cierre hoy 22 de abril, para reflexionar sobre lo que hasta ahora ha sido el proyecto. A pesar de estar aún en pleno desarrollo, me he encontrado con una herramienta versátil para visibilizar y articular estas iniciativas, existe la voluntad para trabajar en conjunto, lo he po-dido comprobar en los últimos meses, pero aún estoy encontrando los modos de aproximación a nuevas iniciativas pues he visto que el dialogo y la interac-ción son vitales para el proyecto, y estos no suceden azarosamente, sino que debo crear tácticas para pro-

piciarlos. Por otro lado, el objeto carro está aún en proceso de construcción, lo cual me parece ideal a este punto, sin embargo, creo que puede dirigirse a ser un objeto más diciente y auto-ex-plicable, le hace falta comunicación e identidad, y creo que se debe a que en un principio se pensó para ser un mero esqueleto. El carro es una obra en sí misma y ha medida que el proyecto avance, también su expresión y vitalidad personal debe hacerlo. Me he encontrado con nuevos referentes mucho más cercanos, como el proyecto Museo de la Calle del colectivo Cambalache, que en 1999 salieron por las calles de la antigua Bogotá de la ad-ministración Peñalosa a interactuar con los habitantes de calle para cambiar, truequear objetos de diversos tipos, partiendo de una propuesta de trueque, el colectivo empezó a “ hacer la calle” a bordo del Veloz, un carro de balineras invitando a la gente a una transacción ilimitada. 19 O el proyecto de Leonel Vásquez, que también arti-cula el trabajo con comunidades y a partir del sonido, crea dispositivos de memoria sobre el Río Tunjuelo en Bogotá. Ambos proyectos llegan en un buen momento pues confluyen como inspiración para seguir de-sarrollando este carro ambulante colectivo, y son base para confiar más en el poder de la acción en la calle. De igual modo, ahora estoy más seguro del poder de las per-sonas unidas para transformar su realidad, y como lo dije más arriba, la tesis no es el final, es el inicio de mi investigación ar-tística, el trabajo colaborativo y la creación comunal. Mi abuela marcaba por el camino correcto cuando me obligaba, así yo no quisiese, a saludar y escuchar, a reconocer y respetar, a ver y sentir a ese otro que me ofrece, o no, una sonrisa o una mirada, puedo decir que hoy, en este proyecto, confluyen tres grandes nociones siempre presentes en mi vida:

Hablar, la gente y crear.

19. Panfleto sobre El Veloz, Museo de la Calle. Colectivo Cambalache. 1999. Recuperado de http://museodelacalle.blogspot.com.co/

Imagen 31. Carro El Veloz. Museo de la Calle. Colectivo Cambalache. Bogota, 1999

Imagen 32. Río móvil, dispositivo sonoro de memoria sobre el rio Tunjelo. Bogotá, 2016

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