conferencias francisco j. rubia

203
1 CONFERENCIAS DE FRANCISCO J. RUBIA 1. Cerebro emocional y toma de decisiones Todos sabemos lo que son las emociones, pero ¿cómo definirlas? ¿cómo medirlas en la investigación científica? ¿cuáles son las relaciones entre la emoción y la razón? Podemos definir las emociones con palabras que son estados de ánimo, como ‘feliz’, ‘triste’, ‘miedoso’, ‘enfadado’, ‘desilusionado’, ‘asqueado’, ‘avergonzado’, enamorado’ y un largo etcétera ¿Es posible una clasificación de las emociones? Desde Darwin se ha intentado describir un número finito, limitado, de emociones, algo así como ‘emociones básicas’. Y más recientemente se han caracterizado esas emociones básicas de acuerdo con la universalidad de las expresiones faciales que las acompañan. De estas comparaciones algunos autores han concluido que las expresiones faciales básicas son: rabia, miedo, asco, felicidad, tristeza y sorpresa, cada una representando un estado emocional. Las emociones se pueden caracterizar o por su valencia, es decir, si la emoción es agradable o desagradable, y por la excitación que produce, o sea, por su intensidad.

Upload: jreguartp

Post on 01-Feb-2016

16 views

Category:

Documents


1 download

TRANSCRIPT

Page 1: Conferencias Francisco J. Rubia

1

CONFERENCIAS DE FRANCISCO J. RUBIA

1. Cerebro emocional y toma de decisiones Todos sabemos lo que son las emociones, pero ¿cómo definirlas? ¿cómo medirlas en la investigación científica? ¿cuáles son las relaciones entre la emoción y la razón? Podemos definir las emociones con palabras que son estados de ánimo, como ‘feliz’, ‘triste’, ‘miedoso’, ‘enfadado’, ‘desilusionado’, ‘asqueado’, ‘avergonzado’, enamorado’ y un largo etcétera ¿Es posible una clasificación de las emociones? Desde Darwin se ha intentado describir un número finito, limitado, de emociones, algo así como ‘emociones

básicas’. Y más recientemente se han caracterizado esas emociones básicas de acuerdo con la universalidad de las expresiones faciales que las acompañan. De estas comparaciones algunos autores han concluido que las expresiones faciales básicas son: rabia, miedo, asco, felicidad, tristeza y sorpresa, cada una representando un estado emocional. Las emociones se pueden caracterizar o por su valencia, es decir, si la emoción es agradable o desagradable, y por la excitación que produce, o sea, por su intensidad.

Page 2: Conferencias Francisco J. Rubia

2

También se ha intentado clasificar las emociones por las acciones y objetivos que motivan, como por ejemplo si provocan un acercamiento, como ocurre con la felicidad o la sorpresa, o un distanciamiento, como el miedo o el asco. Las emociones modifican nuestro estado mental y, sobre todo, modifican nuestro estado corporal. Todos saben que un susto aumenta la frecuencia cardiaca y la sudoración de la piel gracias a un efecto alerta que ejerce sobre el llamado sistema nervioso autónomo o vegetativo que controla nuestras vísceras. Antes de la llegada de las modernas técnicas de imagen cerebral, y para poder medir las emociones y sus efectos sobre el sistema nervioso vegetativo, se utilizó, y sigue utilizándose hoy día, la respuesta galvánica de la piel. Consiste en medir la conductividad eléctrica de la piel que se altera con la sudoración. Es una de las mediciones que se realizan en el polígrafo que se utiliza como detector de mentiras; sin embargo, se ha visto que psicópatas o personas con lesiones cerebrales no muestran emociones ni reacciones fisiológicas y que algunas personas pueden mentir con un control rígido de sus correlatos corporales, como ha ocurrido con varios espías en Estados Unidos. Hoy se discute intensamente sobre la detección de mentiras basada en las técnicas de

Page 3: Conferencias Francisco J. Rubia

3

imagen cerebral, como la resonancia magnética funcional, que es mucho más fiable que el detector de mentiras tradicional. Existe un problema y es que cualquier tipo de estrés puede modificar las constantes vegetativas y la cuestión es si el estrés es equiparable a la emoción. De gran interés es el tema de si las emociones interfieren en los procesos cognoscitivos o, con otras palabras, la relación entre emoción y razón. La conocida frase de Blaise Pascal: “El corazón tiene razones que la razón ignora”, apunta precisamente a la importancia de las emociones y a su influencia sobre la razón. Aristóteles pensaba que el ‘alma sensitiva’, o sea la emoción, y el ‘alma racional’ eran grados separados de los componentes del alma. Hoy se ha mostrado que los juicios afectivos tienen lugar antes, e independientemente, de la cognición. En el cerebro, el llamado sistema límbico o cerebro emocional agrupa una serie de estructuras subcorticales de las que enseguida hablaremos. Pero antes quisiera decir que el neurocientífico norteamericano MacLean propuso, por motivos pedagógicos, dividir el cerebro en tres partes: el cerebro triúnico, como le llamó, una parte más primitiva o cerebro reptiliano; una segunda o cerebro paleomamifero y la tercera o cerebro

Page 4: Conferencias Francisco J. Rubia

4

neomamifero. La segunda parte correspondería al cerebro emocional o sistema límbico y es un sistema imprescindible para la supervivencia. El cerebro neomamifero correspondería a la corteza cerebral, sede de las funciones mentales.

Esquema del cerebro triúnico de MacLean

Con este esquema se quería dar a entender que el crecimiento del cerebro en la evolución se ha hecho por aposición de capas una cubriendo a la anterior. El esquema no es muy exacto, ya que las estructuras nuevas modifican también las antiguas, pero da idea de cómo actúa la naturaleza. Aunque nuestras estructuras sean distintas, el cerebro emocional lo compartimos con muchos mamíferos, lo que nos permite entendernos con ellos hasta cierto punto, como lo hacemos con nuestros animales de compañía. Se suele decir que el perro, por ejemplo, entiende lo que le decimos. Evidentemente, esto no es cierto, ya que no

Page 5: Conferencias Francisco J. Rubia

5

puede entender nuestro lenguaje, pero sí el lenguaje no verbal, es decir, los gestos, la entonación de la voz, la expresión facial, etc. gracias a la similitud de su cerebro emocional con el nuestro. Una estructura del sistema límbico o cerebro emocional es la amígdala que puede responder rápidamente a estímulos emocionales, pero existen conexiones recíprocas entre la amígdala y la corteza cerebral por lo que la relación entre la emoción y la cognición es muy estrecha.

La amígdala es, por así decirlo, el portero de los estímulos emocionales, que recibe información del tálamo y la dirige a la corteza, sobre todo a aquella parte de la corteza cerebral que es imprescindible para la toma de decisiones. Aplica significado emocional a los estímulos del entorno. Detecta en los estímulos que recibe su contenido de peligro, controla el miedo y la ansiedad y

jaime
Resaltado
Page 6: Conferencias Francisco J. Rubia

6

envía mensajes a la corteza para que tome una decisión. Curiosamente, la amígdala tiene diez veces más neuronas que proyectan a la corteza que neuronas que reciben información de la corteza, lo que da una idea de la influencia del cerebro emocional sobre la corteza cerebral. ¿Qué parte de la corteza cerebral es aquella que se supone se activa cuando tomamos decisiones? La toma de decisiones es un proceso complicado en el que tenemos que integrar estímulos que llegan del entorno con los contenidos de la memoria a largo plazo, para saber si entrañan peligro o no y cómo habría que responder a ellos, hay que integrar los estímulos también con nuestros valores, con los objetivos actuales, con el estado emocional y con la situación social. Esta tarea se supone que la realiza la corteza órbitofrontal, una parte del lóbulo frontal situada encima de las órbitas oculares, de ahí su nombre.

jaime
Resaltado
jaime
Resaltado
Page 7: Conferencias Francisco J. Rubia

7

Cuando esta región de la corteza se lesiona, los pacientes ignoran las señales sociales, es decir, pueden ser insensibles a normas y objetivos sociales con el resultado de una incapacidad para responder a expectativas sociales; con otras palabras, no saben comportarse socialmente y a veces tienen dificultades para inhibir respuestas inapropiadas, como los propios impulsos agresivos. Esta región, por tanto, es esencial en el control de la agresión. Otra característica de estos enfermos es lo que se ha llamado ‘conducta utilitaria’, o sea la dependencia de los estímulos del entorno. Si se le coloca, por ejemplo, un martillo, un clavo y un cuadro en una mesa, el paciente cogerá el martillo y el clavo y clavará el clavo en la pared colgando el cuadro. En una ocasión, el médico colocó una aguja hipodérmica en la mesa, se bajó los pantalones y se dio la vuelta enseñándole el trasero al enfermo. Sin más palabras, éste le clavó la aguja en las posaderas. Las personas normales tienen consideraciones de tipo ético, pero estos pacientes pierden la capacidad de evaluar el contexto social y determinar si la acción es apropiada o no. Como hemos visto, el paciente puede mostrar una conducta imitativa, repetir lo que ve que hace el médico,

Page 8: Conferencias Francisco J. Rubia

8

un síntoma denominado ecopraxia; también puede imitar lo que dice el médico, síntoma llamado ecolalia. Estos síntomas se deben a la desinhibición de las neuronas espejo, neuronas que se encuentran en el lóbulo frontal y que son responsables de la capacidad imitativa de nuestro cerebro. Desde los griegos hemos asumido que cuando tomamos una decisión lo hacemos racionalmente, valorando los pros y los contras, analizando las alternativas, en suma deliberando conscientemente antes de dar ese paso olvidando nuestros sentimientos y emociones. Pero el cerebro no funciona así. Las emociones juegan un papel fundamental y afectan nuestro juicio. La dicotomía razón-emoción no es correcta. Platón se imaginó que la mente era como un auriga con un carro tirado por dos caballos, uno hermoso y bueno y el otro feo y malo. El auriga es el cerebro racional que lleva las riendas y decide adónde se dirigen los caballos. Posteriormente, Descartes dividió el alma y las funciones anímicas, entre ellas la razón, del cuerpo y las pasiones. Y Francis Bacon y Augusto Comte querían reorganizar la sociedad de manera que reflejase la ‘ciencia racional’. En Norteamérica, Thomas Jefferson esperaba que el ‘experimento americano probaría que los hombres

Page 9: Conferencias Francisco J. Rubia

9

pueden ser gobernados por la razón y sólo por ella’. Y el filósofo alemán Immanuel Kant planteó el concepto del imperativo categórico de manera que la moralidad era racionalidad. En la Revolución Francesa se rindió culto a la razón y varias iglesias de París se convirtieron en templos de la racionalidad. En psicología, Sigmund Freud también planteó una dicotomía entre el yo y el ello, e incluso llegó a comparar el yo como un caballero y al ello como al caballo, aludiendo a Platón. Todo el esfuerzo de Freud fue fortificar el ego y controlar los impulsos del ello. En resumen: que el cerebro emocional ha sido despreciado y descalificado como lo fue lo dionisiaco frente a lo apolíneo, o sea la corteza cerebral y la racionalidad. Sin embargo, nuestra opinión, la opinión de los neurocientíficos hoy es muy distinta. Un ejemplo ilustra lo que hoy se plantea ante esta antinomia emoción-razón. El neurólogo portugués Antonio Damasio tuvo un paciente, al que llamó Elliot, que tenía un tumor cerebral en la superficie orbitaria de la corteza prefrontal, o sea en la corteza órbitofrontal. Este paciente perdió la capacidad de tomar decisiones. Padre y marido modelo antes de la operación en la que se le extirpó el tumor,

Page 10: Conferencias Francisco J. Rubia

10

con una posición importante de gestor en una gran empresa, todo cambió tras la operación. Su coeficiente intelectual no se modificó, pero era incapaz de decidir nada, lo que le descalificaba para su tarea. Deliberaba indefinidamente ante pequeños detalles, como por ejemplo, si debía utilizar el color azul o negro para escribir, qué emisora de radio escuchar o dónde aparcar su vehículo. En los restaurantes era incapaz decidir lo que quería comer. Evidentemente lo echaron del trabajo, comenzando negocios que siempre fueron una ruina. Su mujer se divorció de él por lo que se tuvo que refugiar en casa de sus padres. Como el propio Damasio refiere, Elliot lo describía todo de manera desapasionada, sin mostrar la menor emoción, como si fuese un espectador de sus propias vivencias. La respuesta galvánica de la piel no mostraba ninguna reacción a estímulos emocionales. Si existiese una dicotomía entre la emoción y la razón, Elliot era un ejemplo de que sin las emociones el ser humano es incapaz de tomar decisiones ‘racionales’. El filósofo escocés David Hume tenía razón cuando decía que la razón era la esclava de las pasiones. La corteza órbitofrontal se encarga de integrar las emociones en el proceso de toma de decisiones. Curiosamente, esta región de la corteza cerebral es una de las pocas áreas

Page 11: Conferencias Francisco J. Rubia

11

que son mayores en humanos que en otros primates. Si antes se creía que la corteza nos protegía de las emociones, resulta que es justo lo contrario. Joseph LeDoux, un neurocientífico de la Universidad de Nueva York dice: “El cerebro consciente se lleva toda la atención, pero la consciencia es una pequeña parte de lo que hace el cerebro, y es una esclava de todo lo que se opera bajo ella”. La corteza órbitofrontal es importante para identificar qué tipo de conocimientos sociales son importantes para una situación particular. Cuando tenemos que tomar una decisión solemos reaccionar emocionalmente ante una situación dada. Esta reacción emocional se manifiesta en nuestro cuerpo como ‘marcadores somáticos’, como dice Antonio Damasio, es decir, como cambios en el sistema nervioso vegetativo o autónomo como respuesta a una alerta fisiológica. La corteza órbitofrontal se supone que es la base del aprendizaje de asociaciones entre situaciones complejas y los cambios somáticos. Coopera con otras regiones para considerar situaciones previas que suscitaron cambios somáticos similares y así evaluar las respuestas conductuales posibles. Se supone que regula la planificación de la conducta en relación con la recompensa y el castigo.

jaime
Resaltado
Page 12: Conferencias Francisco J. Rubia

12

Otra región importante para la toma de decisiones es la corteza del giro cingulado anterior, considerada parte del sistema límbico y que hace tiempo se considera que está implicada en la detección de errores, en el autocontrol emocional y en la solución de conflictos. Al igual que la corteza órbitofrontal, la corteza del giro cingulado anterior ayuda a controlar la conversación entre lo que sabemos y lo que sentimos. En la toma de decisiones hay que incorporar lo que el pasado nos dice y los errores cometidos para no repetirlos. Aquí la corteza del cingulado anterior juega un papel fundamental. Si se lesiona experimentalmente esta región en monos, la conducta de esos animales se convierte en errática e inefectiva porque no pueden predecir los aciertos ni corregir los errores. En la toma de decisiones se ha encontrado en monos que la región inferior del lóbulo parietal juega también un

jaime
Resaltado
jaime
Resaltado
Page 13: Conferencias Francisco J. Rubia

13

papel importante. En esta área hay neuronas que no responden pasivamente, sino que se activan en la decisión de implicarse en un acto determinado antes de que los animales sean conscientes de lo que van a hacer. Es algo parecido a los resultados obtenidos en el tema del libre albedrío, en el que los sujetos humanos de experimentación activan el cerebro de manera inconsciente mucho antes de ser conscientes de tomar una decisión que consideran libre. La neuroeconomía, que integra los conocimientos de la psicología, la neurociencia y la economía, intenta saber cómo tomamos decisiones. Algunos asumen que las decisiones se toman de manera racional, o sea en las que la gratificación es máxima y la pérdida es mínima. Pero esta manera de pensar está ignorando el papel que juegan las emociones y que las personas no siempre toman decisiones basándose en un provecho financiero. A menudo las emociones no están en relación con ganancias financieras. Por ejemplo, las emociones pueden llevar a un sujeto a perder dinero en beneficio de la defensa de su reputación social. En la toma de decisiones juega un papel importante el sistema de recompensa del cerebro, ligado al neurotransmisor dopamina. Los aspectos negativos, como el miedo, por otra parte, están relacionados con la

jaime
Resaltado
Page 14: Conferencias Francisco J. Rubia

14

amígdala, estructura que es imprescindible para el condicionamiento aversivo, o sea el aprendizaje de valores negativos.

Otra estructura importante es el cuerpo estriado, que forma parte de los ganglios basales y que está implicado en la conducta motivada o dirigida a una meta. Recibe aferencias de la corteza prefrontal y de la amígdala, así como de las estructuras dopaminérgicas del mesencéfalo. Está implicado en la expectativa de la recompensa y en la predicción del error. La interacción entre la amígdala y el estriado juega un papel en mediar acciones que disminuyen la exposición a sucesos aterradores, que producen miedo, en humanos. La conexión de la amígdala con el hipocampo asegura la consolidación en la memoria de los sucesos emotivos importantes. Y sus conexiones con la corteza sensorial o

jaime
Resaltado
jaime
Resaltado
Page 15: Conferencias Francisco J. Rubia

15

somestésica es importante para facilitar la atención a estímulos emocionales. Su papel en la detección del miedo en expresiones faciales está demostrado por pacientes con lesiones en la amígdala. En psiquiatría se estima que un 25% de la población carcelaria tiene tendencias psicopáticas. El psicópata es proclive a la violencia, especialmente para satisfacer una meta que se ha propuesto, como por ejemplo, un deseo sexual. La característica de estos sujetos es que toman decisiones de tipo amoral. Aunque la moralidad es un concepto no muy claro, aquí en este caso podríamos decir que las decisiones morales serían aquellas que renuncian a la violencia, que tratan a los demás de manera correcta o que ayudan a extraños si lo necesitan. Con otras palabras, que las personas que actúan con moralidad sienten empatía por el sufrimiento ajeno, que simpatizan con sus necesidades. Todo esto es justo de lo que carecen los psicópatas. En test psicológicos son personas normales, con memoria, lenguaje, inteligencia y lógica normales, pero son peligrosos porque tienen un deterioro en su cerebro emocional. Suelen ser incapaces de sentir arrepentimiento, tristeza o alegría, es como si tuviesen un vacío emocional. Sus actos de violencia no hacen que aumenten los correlatos vegetativos de la emoción, como

Page 16: Conferencias Francisco J. Rubia

16

aumento de la presión arterial o de la frecuencia cardiaca. Al revés, generalmente estos índices suelen ser más bajos que lo normal durante la violencia. Esta falta de emociones es lo que los hace peligrosos. El problema principal parece ser un déficit en el funcionamiento de la amígdala, que es responsable de propagar las emociones aversivas, como el miedo o la ansiedad. Y también parece que el sistema de las neuronas espejo, base de la empatía, no funciona correctamente. El psicópata nunca se siente mal haciendo el mal a otros. La agresión no los pone nerviosos. El terror no significa nada para ellos. Decía Chesterton: “El loco no es el hombre que ha perdido la razón, sino el que lo ha perdido todo menos la razón”. La neurociencia, que está estudiando las bases neurobiológicas de la moralidad, así como sus precursoras en animales que nos han precedido en la evolución ha llegado a la conclusión que en las decisiones morales la razón no juega un gran papel como hasta ahora se ha creído. Cuando alguien se enfrenta a un problema de tipo moral, lo primero que se genera en el cerebro es una reacción emocional, que es precisamente la que falta en los psicópatas. La persona decide lo que

Page 17: Conferencias Francisco J. Rubia

17

está bien y lo que está mal basada en lo que se ha venido a llamar un instinto moral, un instinto que en los niños parece desarrollarse entre los tres y los seis años de edad. Posteriormente, se activan los circuitos neuronales de la corteza prefrontal que, en realidad, lo que hace es justificar racionalmente la decisión que ya, previamente, se ha tomado. Al psicópata, la razón le ayuda para justificar todo lo que hace. La moralidad no es el resultado de un mandato divino, que Dios le dio a Moisés en el Monte Sinaí en forma de la tabla de los diez mandamientos; la neurociencia es de la opinión de que está inscrita no en la piedra, sino en el cerebro de los primates. Es algo necesario para animales que viven en sociedad y que tienen reglas que sirven para defenderla. Un hecho que apunta a su base neurobiológica es que cuando hacemos el bien a los demás nos sentimos también bien nosotros, es decir, que se activa el sistema de recompensa que el cerebro posee. La toma de decisiones morales implica empatía. Si no somos violentos es porque sabemos que la violencia hace daño; y si tratamos bien a los demás es porque pensamos que los demás deben tratarnos bien a nosotros. Para sentir empatía por los demás primero tenemos que imaginarnos los sentimientos de otros; con otras palabras, tenemos que desarrollar una teoría de la

Page 18: Conferencias Francisco J. Rubia

18

mente que nos permita sospechar lo que ocurre en la mente de los demás. A menudo esto ocurre a través de las expresiones faciales, exponentes de los sentimientos ajenos, que sabemos bien interpretar. Lo mismo ocurre con los gestos y con el lenguaje corporal. Pero recientemente hemos sabido de células nerviosas llamadas neuronas espejo que se activan también cuando observamos emociones en otras personas, neuronas que son las mismas que se activan con nuestras emociones. De esta manera, las emociones ajenas pueden afectarnos como si fueran propias. Se supone que estas neuronas son la base del aprendizaje por imitación, algo que es fundamental en la cultura humana. La empatía es la base del altruismo, facultad observada también en otros animales cercanos evolutivamente y que es un sentimiento importante para la preservación de la especie o del grupo. Choca con el egoísmo natural y la lucha por la supervivencia observada en todo el reino animal, pero si el egoísmo es necesario para la supervivencia del individuo, el altruismo lo es para la supervivencia del grupo. Un ejemplo de la importancia de las estructuras de las que hemos hablado lo tenemos en los niños de los orfanatos de la Rumanía de Ceausescu. Cuando el dictador prohibió todo tipo de anticonceptivos, los

Page 19: Conferencias Francisco J. Rubia

19

orfanatos se llenaron de niños que fueron abandonados de todo tipo de cariño y cuidados. Los resultados fueron catastróficos. La mayoría sufrieron graves problemas tanto corporales como psíquicos, pero sobre todo lo que llamó más la atención fue el deterioro emocional. Cuando fueron estudiados con técnicas de imagen cerebral se vio una actividad muy reducida en la corteza órbitofrontal y en la amígdala. Los niños eran incapaces de percibir emociones de otras personas y de interpretar las expresiones faciales. Los niveles de vasopresina y oxitocina, dos hormonas fundamentales para las relaciones sociales, eran muy bajos. Algo similar ocurre en niños que sufrieron abusos sexuales o físicos en la niñez. En ambos casos se manifiesta la importancia del entorno para el desarrollo normal de esos niños, algo que ya se sabía por experimentos realizados en macacos. Esto es otro ejemplo de la importancia del medioambiente para el desarrollo de facultades mentales, aunque exista una predisposición genética para ellas. El lenguaje es un ejemplo, pero al parecer la moralidad es otro que corrobora lo que hoy se sabe, que la plasticidad del cerebro es un hecho, especialmente durante épocas críticas del desarrollo del niño.

Page 20: Conferencias Francisco J. Rubia

20

Pero el tema de la moralidad nos llevaría a otra conferencia.

2. ¿Crea el cerebro la realidad?

En el siglo IV a.C Demóstenes constató lo siguiente: “Nada es más fácil que el auto-engaño. Porque lo que cada hombre desea también cree que es cierto”. Para mí nada es más insufrible que engañarse a sí mismo. Y esa es la razón por la que pienso que la tarea de deconstruir y revelar esos engaños es algo que merece la pena emprender. En el marco de esa tarea está desvelar que estamos engañados respecto a la realidad exterior. Tradicionalmente hemos considerado que percibimos la realidad del mundo exterior porque ésta se refleja en nuestra mente como lo hace en una cámara fotográfica, siendo esto válido no sólo para la visión, sino también para el resto de los órganos de los sentidos, incluido el tacto. Sin embargo, esto es completamente falso. Los avances en física, psicología, neurociencia y filosofía nos dicen que la realidad no es lo que parece. El cerebro no es un órgano pasivo, receptor de información, sino que el acto de la percepción es un proceso activo en el que el

Page 21: Conferencias Francisco J. Rubia

21

cerebro tiene mucho que decir. Si tomamos el ejemplo de la visión, lo que constatamos es que cuando miramos a un árbol, por ejemplo, la luz que se refleja en sus hojas son radiaciones electro-magnéticas que inciden sobre los fotorreceptores de la retina del ojo produciendo una cascada de reacciones químicas que se traducen en impulsos nerviosos que, tras un recorrido, llegan a la corteza visual donde estos impulsos se integran y procesan. En la corteza los datos sufren un proceso complicado que detecta la forma, los patrones, los colores y el movimiento; luego el cerebro lo integra para formar un todo coherente. De pronto aparece la imagen de un árbol en nuestra mente, lo que supone un auténtico misterio. Esa imagen la genera nuestra mente/cerebro. Los impulsos que provienen del ojo son exactamente iguales a los que provienen de cualquier otro órgano de los sentidos y es el único lenguaje que entiende el cerebro. También las hormonas si quieren tener un efecto sobre las células nerviosas tienen que traducirse en impulsos eléctricos, en los llamados potenciales de acción. La imagen del árbol, pues, es creada por la corteza visual. Y lo mismo ocurre con los otros órganos de los sentidos. El sonido de un violín, por ejemplo, genera ondas de presión en el aire que estimulan células sensoriales en el oído interno que envían impulsos eléctricos a la corteza

Page 22: Conferencias Francisco J. Rubia

22

auditiva en el lóbulo temporal. Allí los datos se analizan e integran, terminando con la experiencia consciente de oír música. Y así con los otros sentidos. Los sentidos son ciegos respecto a la cualidad de su estimulación, responden sólo a su cantidad. Los potenciales de acción que se generan en los receptores, que son todos iguales en amplitud, sólo pueden aumentar o disminuir su frecuencia de acuerdo con la intensidad del estímulo. Por tanto, son incapaces de transmitir la cualidad de los estímulos. Así, impulsos nerviosos que llegan a la corteza del lóbulo occipital generan sensaciones visuales, si llegan a la corteza temporal, sensaciones auditivas, etc. A partir de los órganos de los sentidos, la información pierde toda especificidad. Otro ejemplo sería el dolor. Cuando nos quemamos un dedo, por ejemplo, pensamos que el dolor surge allí donde nos hemos quemado, es decir, en el dedo. Y, sin embargo, esto no es cierto. El dolor, como cualidad, es generado también por la corteza cerebral. Y la prueba está en el hecho de que en sujetos que han perdido un brazo siguen percibiendo el dolor localizado, según ellos, en una extremidad que ya no existe. El dolor se produce en el esquema corporal que existe en la corteza cerebral.

Page 23: Conferencias Francisco J. Rubia

23

Esto quiere decir que todo lo que vemos, oímos, gustamos, olemos, tocamos es una creación cerebral a partir de los datos que le llegan de los órganos de los sentidos. Con otras palabras: todo lo que conocemos son esas imágenes mentales. Esto va en contra de nuestra más firme creencia, de la impresión subjetiva, de que lo que experimentamos es real, que lo que percibimos está ahí afuera, en el llamado mundo exterior. Pero la neurociencia nos dice que el mundo de nuestra experiencia está “ahí afuera” tanto como están los ensueños. Cuando soñamos creamos una realidad que nos parece tan real como lo que entendemos por realidad, pero cuando despertamos nos damos cuenta que ha sido todo una creación cerebral, de nuestra mente. Quizá por eso lo que entendemos por realidad y la realidad onírica son tan parecidas para nosotros: ambas son producto de nuestro cerebro/mente; la única diferencia es que lo que entendemos por realidad está basada en informaciones procedentes de los órganos de los sentidos, mientras que la realidad en los ensueños procede de estímulos internos. Es de suponer que Calderón de la Barca sospechaba este paralelismo cuando decía que la vida era un sueño. Me viene a la mente el cuento taoísta del maestro Chuang Tzu que decía que soñó que era una mariposa que revoloteaba con la brisa del aire, feliz y sin preguntarse quién era. Cuando se despertó se encontró muy confuso preguntándose: “¿Soy un hombre que ha

Page 24: Conferencias Francisco J. Rubia

24

soñado ser una mariposa, o soy una mariposa que sueña ahora que es un hombre? Quizás toda mi vida no es otra cosa que un momento en el sueño de una mariposa”. El escritor estadounidense Edgar Allan Poe decía: “Todo lo que vemos o parecemos es solamente un sueño dentro de un sueño”. Por consiguiente existen dos tipos de realidades: una es la realidad que experimentamos, nuestra imagen de la realidad; y la otra, la realidad subyacente que da lugar a esa imagen nuestra y que es igual para todos los observadores. Algunos autores le han llamado la “realidad absoluta”, mientras que la realidad de nuestra experiencia recibe el nombre de “realidad relativa”. Esta realidad relativa significa que sólo podemos conocer los contenidos de nuestra consciencia, los pensamientos, sensaciones, percepciones, sentimientos que aparecen en la mente, pero no las “cosas en sí” como decía el filósofo alemán Immanuel Kant. Y mucho antes que él Demócrito de Abdera en el siglo V a.C. ya dijo que no podemos conocer cómo está constituida o no cada cosa. Asimismo, de Abdera y del siglo V a.C. era el sofista griego Protágoras que decía que el hombre era la medida de todas las cosas. Además, la realidad absoluta es mucho más rica que la que da lugar a nuestra realidad relativa. Sólo aquellos

Page 25: Conferencias Francisco J. Rubia

25

estímulos que encuentran receptores apropiados son los que son capaces de modificar las estructuras nerviosas que se encuentran en los órganos de los sentidos. Así, por ejemplo, no tenemos receptores para las frecuencias que detectan los murciélagos, ni receptores para rayos infrarrojos, como algunas serpientes, o ultravioletas, como las abejas y algunos peces de la profundidad del océano. De manera que nuestros órganos de los sentidos son auténticos filtros que no dejan pasar más que muy pocos estímulos. Por ello, el mundo de esos animales que he citado y de muchos otros tiene que ser algo completamente distinto al nuestro. Lo que la neurociencia moderna nos dice sobre nuestra limitación en el acto de la percepción es el resultado de muchos experimentos, y no supone una gran novedad, pues ya algunos autores en el pasado lo habían sospechado. El filósofo francés Renato Descartes decía que las cualidades secundarias de las cosas (colores, sonidos, gustos, olores, etc.) no existían fuera de nosotros, sino en nosotros como sujetos “sintientes”. Y uno de sus seguidores, Nicolás Malebranche argumentaba lo siguiente: “Cuando uno siente calor, no se engaña en absoluto por creer que lo siente… pero uno se engaña si juzga que el calor que siente está fuera del alma que lo siente”. O sea, que Malebranche siguió a Descartes en negar la objetividad de las cualidades

Page 26: Conferencias Francisco J. Rubia

26

secundarias de las cosas. Y ya en el siglo XVIII el filósofo napolitano Giambattista Vico escribía: “Si los sentidos son capacidades activas, de ahí se deduce que nosotros creamos los colores al ver, los gustos al gustar y los tonos al oír, así como el frío y el calor al tocar”. El filosofo irlandés George Berkeley decía que sólo conocemos lo que percibimos, de manera que sus contemporáneos discutieron si cuando caía un árbol en el bosque y nadie estuviera presente para escucharlo haría algún ruido o no. Por lo que hoy sabemos indudablemente no habría ningún ruido, ya que el sonido no es ninguna cualidad de la realidad absoluta, sino sólo de la nuestra. Immanuel Kant decía que lo único que podíamos conocer es cómo la realidad nos aparece, es decir, el fenómeno de nuestra experiencia, pero nunca la realidad tal y como es. Y añadió más: el tiempo y el espacio no eran cualidades del mundo físico, sino un reflejo de cómo operaba nuestra mente. El científico Albert Einstein fue el primero que puso en tela de juicio que el espacio y el tiempo fuesen absolutos, dando a entender que tanto el uno como el otro son dos aspectos de una realidad más fundamental a la que llamó “el continuo espacio-tiempo”. Cómo es ese continuo espacio-tiempo en realidad es algo que nunca

Page 27: Conferencias Francisco J. Rubia

27

podríamos saber. Se asume que Einstein le dio la razón a Kant porque lo que podemos saber de la realidad subyacente son la manera en la que nos parece que el espacio y el tiempo son dos cualidades diferentes. No sólo las cualidades secundarias existen sólo en nuestra mente, sino que lo mismo puede decirse de nuestra percepción de la distancia. La luz que incide sobre la retina genera una imagen en dos dimensiones del mundo. El cerebro estima la distancia, por ejemplo de la altura de un árbol, detectando las pequeñas diferencias entre los datos del ojo izquierdo y del ojo derecho, los movimientos relativos y nuestra experiencia pasada respecto al tamaño de los árboles. Así calcula la altura, generando una imagen en tres dimensiones del mundo y haciéndonos creer que ese árbol está “ahí afuera”. La conclusión que podemos sacar de todo esto es que cuando hablamos de materia, del mundo material parece que nos estamos refiriendo a la realidad subyacente, cuando de hecho nos referimos a las imágenes de nuestra mente. El tiempo, el espacio, la materia no están fuera de nuestra consciencia, sino que no existen si no existiera esa consciencia. Uno de los escritos filosóficos hindúes, el llamado Ashtavakra Gita dice: “El mundo que de mí ha emanado,

Page 28: Conferencias Francisco J. Rubia

28

en mí se resuelve, como la vasija en el barro, la ola en el océano y el brazalete en el oro de que está compuesto”. Como es sabido, en los textos hindúes el mundo, así como el yo, son considerados “maya”, o sea, ilusión. Y en el Libro tibetano de la Gran Liberación encontramos la frase siguiente: “La materia se deriva de la mente o consciencia, y no la mente o consciencia de la materia”. Por cierto, en física cuántica se conoce que el acto de observar un fenómeno afecta a lo que se está observando, algo similar a lo que hemos dicho que hace el cerebro durante la percepción. El cerebro es un sistema cognoscitivamente cerrado y no abierto al mundo como creemos. Interpreta las señales que le llegan y las evalúa según sus propios criterios, por lo que el mundo sensorial es una construcción del cerebro, aunque no se trate de una construcción arbitraria. En ciertas ocasiones nos encontramos con fenómenos que son prácticamente grietas en nuestra construcción de la realidad. Esto aparece claro en lo que llamamos ilusiones visuales en donde el cerebro malinterpreta los datos sensoriales y construye una imagen de la realidad que lleva a confusión. Un ejemplo de ello es el llamado cubo

Page 29: Conferencias Francisco J. Rubia

29

de Necker. La mayoría de las personas ve un cubo tridimensional que puede verse de dos maneras diferentes, aunque generalmente lo vemos “desde arriba”. Pero lo interesante es que lo que percibimos no son doce líneas en una hoja de papel, sino un objeto tridimensional, o sea, con profundidad. Esta profundidad es aportada por el cerebro. Otros ejemplos de ilusiones visuales nos dicen también que al cerebro no le interesan los datos objetivos, sino que lo percibido lo relaciona con el entorno induciéndonos a engaño. O genera objetos no existentes, como en el triángulo de Kanizsa. Todos estos ejemplos corroboran lo dicho: el cerebro crea la realidad que conocemos. Algunos autores nos dicen que esta realidad es una ilusión. Desde luego, desde el punto de vista de nuestro cerebro esta reconstrucción del mundo es completamente real. Lo que es un engaño es creer que las imágenes de nuestra mente son el mundo exterior. Existen muchas más ilusiones de forma y de movimiento en las que parece que el cerebro no trabaja de manera fiable. La capacidad creativa del cerebro que hemos visto en el ejemplo del triángulo de Kanizsa es muy común cuando tratamos de recuperar contenidos de la memoria. En ese

Page 30: Conferencias Francisco J. Rubia

30

proceso de recuperación la memoria puede fabricar inconscientemente informaciones que faltan o cuando la información es incompleta seleccionando el elemento cercano que más se le parece. Ese proceso se ha denominado “confabulación” y tiene lugar de manera completamente normal porque el cerebro aborrece los vacíos informativos, generando lo que falta. El individuo cree que la información fabricada es cierta, lo que explica que dos personas distintas recuerden versiones diferentes de un mismo hecho. Probablemente, ninguno de los dos almacenó el 100% de la experiencia. A lo sumo un 90%; el otro 10% será fabricado y cada uno lo hará de una manera diferente: de ahí que las versiones luego difieran. Parece ser que es el hemisferio izquierdo el que confabula. Los enfermos con cerebro escindido son pacientes que sufriendo de epilepsia fueron operados por el neurocirujano cortando todas las fibras que unen un hemisferio con el otro, es decir, el llamado cuerpo calloso con sus 200 millones de fibras. Con estos enfermos se realizó el siguiente experimento. Al paciente se le requirió que fijase el centro de una pantalla en la que se proyectaron dos imágenes. La imagen de la izquierda del campo visual, una escena nevada, se transmitió al hemisferio derecho por el cruce de las vías visuales y la del hemicampo visual derecho, la

Page 31: Conferencias Francisco J. Rubia

31

pata de una gallina, al hemisferio izquierdo. Luego se le pidió al paciente que eligiese de entre varias con cada mano la imagen más cercana a la que había visto. La mano izquierda, controlada por el hemisferio derecho, eligió una pala y la mano derecha, controlada por el hemisferio izquierdo, la cabeza de una gallina. Preguntado por qué había elegido con la mano izquierda la pala, el paciente respondió, con el lenguaje que en la mayoría de las personas se localiza en el hemisferio izquierdo, que para limpiar la porquería del gallinero. El paciente interpreta una conducta con el hemisferio parlante de la que no tiene conocimiento por estar ese hemisferio independizado del otro. Michael Gazzaniga, el neurocientífico que realizó este experimento, le llamó al hemisferio izquierdo el “hemisferio intérprete”. En realidad es un hemisferio mixtificador, porque engaña con sus interpretaciones. Este experimento recuerda también lo que ocurre en el estado hipnótico. Si el hipnotizador, por ejemplo, en plena hipnosis le dice al sujeto que se ponga a gatas en la alfombra, el individuo obedece en un estado inconsciente. Si en ese momento el hipnotizador lo despierta y le pregunta al sujeto qué hace a gatas en la alfombra, el sujeto responde: “es que se me ha caído una moneda”. En estado consciente, la persona observa un comportamiento que no ha sido dictada por ella y el

Page 32: Conferencias Francisco J. Rubia

32

cerebro interpreta su motivación falsificando la realidad. Aquí, de nuevo, el cerebro rellena una información que le falta confabulando. Partiendo de la filosofía de Immanuel Kant, una corriente llamada “constructivismo” afirma que la realidad no se encuentra fuera del observador, sino que es construida por su aparato cognoscitivo, por su mente. En este sentido, el primer constructivista fue el filósofo napolitano Giambattista Vico, antes citado, que acuñó la célebre frase: “verum ipsum factum”, o sea, “lo verdadero es lo mismo que lo hecho”. Esta unión del conocimiento con la acción se expresa elocuentemente en la frase de Antonio Machado: “caminante, no hay camino, se hace camino al andar”. Ya en este siglo, en Austria se conocen como constructivistas Paul Watzlawick, Heinz von Foerster y Ernst von Glasersfeld, todos emigrados a Estados Unidos. En Chile los autores conocidos son Humberto Maturana y Francisco Varela. En relación con el concepto que tradicionalmente tenemos de objetividad, es decir, de que los objetos están afuera e independientemente de nosotros, von Foerster dice: “Objetividad es el delirio de un sujeto que piensa que observar puede hacerse sin él”. Este

Page 33: Conferencias Francisco J. Rubia

33

mismo autor nos dice que el cerebro es mucho más receptivo para cambios en el entorno interno que en el externo, refiriéndose al hecho de que tenemos aproximadamente cien millones de receptores sensoriales frente a unos diez billones de sinapsis en nuestro sistema nervioso, lo que interpreta como que somos 100.000 veces más receptivos a lo que ocurre dentro de nuestro cerebro. El neurocientífico chileno Humberto Maturana, antes mencionado, llegó también a esa conclusión cuando observó que la presentación de un color en el campo visual de un sujeto no producía tanta actividad cerebral como cuando el sujeto pensaba en ese color, es decir, que el cerebro estaba mucho más ocupado consigo mismo que con la realidad exterior. El psicólogo suizo, Jean Piaget, está considerado también como un constructivista psicológico, es decir, que considera que el individuo no es un mero producto del ambiente, ni un simple resultado de sus disposiciones internas, sino una construcción propia que se va produciendo día a día como resultado de la interacción entre esos dos factores. El conocimiento no sería una copia de la realidad, sino una construcción del ser humano. Esta visión del cerebro está de acuerdo con la neurofisiología moderna. Según ésta, nuestro mundo cognoscitivo puede dividirse en tres ámbitos distintos. El

Page 34: Conferencias Francisco J. Rubia

34

primero es el ámbito de las cosas y procesos que pertenecen al llamado entorno: se le ha llamado el “mundo de las cosas”. El segundo ámbito es al que pertenece nuestro cuerpo y todas sus experiencias, o sea, el “mundo del cuerpo”. Y el tercer ámbito es el de los estados y experiencias “no corporales”, como los sentimientos, ideas y pensamientos. Por regla general no confundimos estos tres ámbitos. En psicopatología, sin embargo, podemos encontrar que algunos esquizofrénicos confunden estos ámbitos e informan que sus manos, por ejemplo, no les pertenecen, sino que son tratadas como cosas. El cerebro distingue estos ámbitos según criterios en parte heredados y en parte adquiridos. Mientras el entorno está representado sólo sensorialmente, el propio cuerpo se representa tanto desde el punto de vista sensorial como motor. Sabemos lo que hacemos desde el punto de vista motor, porque cada movimiento produce impulsos sensoriales que vuelven al cerebro y le informan del movimiento realizado. Si esta realimentación sensorial falta, la extremidad ya no es considerada como propia. Esa diferenciación entre el “mundo de las cosas” y el “mundo corporal” la aprendemos en parte. Hace ya

Page 35: Conferencias Francisco J. Rubia

35

algunos años Held y Hein realizaron el siguiente experimento. Colocaron un gatito recién nacido en una cesta y otro en un arnés que movía la cesta como en una noria. Ambos se movían en un entorno de rayas verticales alternativas blancas y negras. El gato que andaba y tiraba del otro desarrolló su sistema visual normalmente. El gato en la cesta, que pasivamente era movido por el otro, quedó ciego. Este ejemplo sirve para indicar que el mundo de la percepción se adquiere de manera activa, recordándonos la frase antes mencionada de Vico: “lo verdadero es lo mismo que lo hecho”. A lo largo de la evolución, entre el estímulo y la respuesta se ha ido generando todo un sistema que cada vez se ha alejado más del entorno y que casi se independiza de él: el sistema nervioso. Una prueba de ello son algunas cifras interesantes al respecto. Por ejemplo, durante todo este período de tiempo la diferencia entre el número de fibras del nervio óptico de la rana es de 500.000, mientras que en el hombre es de aproximadamente un millón. Sin embargo, si comparamos el número de células nerviosas del cerebro, en la rana encontramos unos pocos millones y en el cerebro humano 100.000 millones. La sensorialidad primaria no ha crecido mucho entre estas dos especies, pero sí, y de manera extraordinaria el procesamiento interno de las señales que provienen de la periferia.

Page 36: Conferencias Francisco J. Rubia

36

Un importante rendimiento de este cerebro casi autista es lo que se denomina la constancia de los objetos, aunque cambien de lugar o de apariencia. Por ejemplo, las hojas verdes de los árboles en un día soleado tienen a mediodía un aspecto completamente distinto que en la penumbra del crepúsculo, que reflejan ondas electromagnéticas más cerca del rojo que del verde, pero nosotros seguimos percibiéndolas como verdes. Este hecho y otras constantes nos permiten orientarnos en un mundo constantemente cambiante, percibiéndolo como estable. Por todo lo dicho podemos concluir que la percepción no es ningún proceso pasivo o reflejo del mundo exterior, como siempre se ha pensado, sino un proceso activo en el que las experiencias pasadas, la memoria, las emociones y las expectativas juegan un papel importante. No estamos separados de nuestro entorno, pero nuestro cerebro actúa casi de manera independiente creando un mundo artificial y que proyecta hacia el exterior. Probablemente, de esta manera, podemos anticipar y prever muchas conductas antes de realizarlas, lo que, sin duda, tiene un valor importante para nuestra supervivencia, único interés que el cerebro tiene: la supervivencia del organismo que lo alberga.

jaime
Resaltado
Page 37: Conferencias Francisco J. Rubia

37

Quisiera terminar con una historia sacada del budismo zen: Estaban dos monjes discutiendo sobre la bandera que ondeaba encima del templo. Uno de ellos decía: “la bandera se mueve”, y el otro decía: “el viento se mueve” y así no se ponían de acuerdo sobre quién llevaba razón. Entonces el sexto patriarca Hui Neng les dijo: “Señores, no es la bandera la que se mueve ni tampoco el viento, es vuestra mente la que se mueve”.

3. Bases neurobiológicas del aprendizaje y la memoria

Aprender es adquirir nuevos conocimientos, conductas, habilidades, y valores. La memoria es el proceso por el que esas adquisiciones se conservan en nuestro cerebro. Tanto el aprendizaje como la memoria recorren las siguientes etapas: 1) codificación, en la que se adquieren conocimientos y se consolidan; 2) almacenamiento, por la que se genera un registro permanente de la información; 3) recuperación, por la que se utiliza la información almacenada para crear una representación consciente o ejecutar una conducta aprendida. A finales del siglo XIX el italiano Eugenio Tanzi propuso que el paso de los impulsos nerviosos por las sinapsis neuronales originaría cambios metabólicos que reducirían

jaime
Resaltado
Page 38: Conferencias Francisco J. Rubia

38

la resistencia sináptica. Supongo que es la primera vez que se plantea que el aprendizaje depende de la modificación de las conexiones entre las células nerviosas. Posteriormente, Ramón y Cajal volvería a plantear que el aprendizaje no requería la formación de nuevas neuronas, sino que suponía el fortalecimiento de las conexiones entre ellas. Respecto a la primera parte, hoy se sabe que, en el hipocampo, una estructura perteneciente al sistema límbico o cerebro emocional y que se encuentra en la profundidad del lóbulo temporal, sí existe formación de nuevas neuronas con el aprendizaje, aparte de que efectivamente se modifiquen las sinapsis existentes por ese proceso. La formación de nuevas neuronas o neurogénesis se conocía en el bulbo olfatorio, pero se suponía, al menos así lo aprendí yo cuando era estudiante, que las neuronas no se dividían. Hoy se busca incluso la neurogénesis en la corteza cerebral. Ya en el siglo XX el canadiense Donald Hebb sostenía que cuando una célula nerviosa excitaba a otra se producía un cambio metabólico que aumentaba la eficacia de la primera célula sobre la segunda, lo que en la bibliografía anglosajona se expresa con la frase: “neuronas que disparan juntas se ensamblan juntas”, dando a entender que la utilización conduce a un aprendizaje que se ha llamado “hebbiano” y que significa que la utilización

Page 39: Conferencias Francisco J. Rubia

39

conduce a una facilitación de las sinapsis implicadas, haciéndose la conexión más fuerte entre las neuronas. En los años 70 del siglo pasado se descubre lo que se ha llamado potenciación postsináptica y que fue observado en las neuronas del hipocampo. La estimulación eléctrica de una vía nerviosa que establece sinapsis con las neuronas de ese órgano provoca un aumento de la eficacia de la transmisión nerviosa, quedando esa sinapsis modificada durante semanas o incluso meses. A ese fenómeno se le atribuye la capacidad de consolidar contenidos de memoria. El aprendizaje no sólo modifica las sinapsis, sino que se ha comprobado que la privación sensorial es capaz de reducir considerablemente el número de sinapsis en la región sensorial correspondiente. Si se tapan los ojos en gatitos pequeños el número de sinapsis en la corteza visual se reduce. Lo contrario es también cierto: el enriquecimiento de estímulos visuales produce mayor número de sinapsis en esa región cerebral. Esta plasticidad ha sido también observada en adultos, incluidos los humanos. La representación somestésica o sensorial en la corteza correspondiente puede modificarse con la experiencia. Así, la mano izquierda de los que utilizan instrumentos de cuerda como el violín, la

Page 40: Conferencias Francisco J. Rubia

40

viola o el violonchelo tiene una representación mayor en la corteza sensorial que la del resto de las personas. Y respecto a la formación de nuevas neuronas mencionada anteriormente se ha podido comprobar que el hipocampo, responsable de la memoria espacial, de los taxistas londinenses es más grande que el de los demás ciudadanos de Londres. Es decir, que el cerebro humano adulto es capaz de modificar las conexiones entre sus neuronas como resultado de la experiencia, o sea del aprendizaje. Cuando aprendemos una nueva tarea es común copiarla de otras personas. Para poder realizar esto son fundamentales las neuronas espejo, de las que hablaremos en otro momento, células localizadas en el lóbulo frontal que responden cuando realizamos un acto motor como alcanzar un objeto en el espacio y cuando observamos el mismo movimiento en otras personas. La memoria no es un bloque uniforme. Hay diversos tipos de memoria. Hoy se reduce a cinco tipos fundamentales: memoria episódica, semántica, perceptiva, operativa y procedimental.

jaime
Resaltado
Page 41: Conferencias Francisco J. Rubia

41

La memoria episódica registra acontecimientos vinculados a un contexto, por ejemplo, el recuerdo de un viaje, de una aventura amorosa. La memoria semántica almacena conocimientos sobre uno mismo o sobre el mundo, por ejemplo la fecha de nacimiento o que el Pisuerga pasa por Valladolid. La memoria perceptiva es el recuerdo de una percepción antes de que adquiera un significado, por ejemplo, una imagen o un sonido. La memoria operativa es aquella que nos permite retener un número de teléfono, el tiempo necesario para poderlo marcar; es la memoria que mantiene presentes las informaciones necesarias en tiempo real para hablar, imaginar, reflexionar o calcular. Cuando se utilizan dígitos, letras o palabras el número que se retiene en la memoria a corto plazo suele ser de siete. Se desarrolla en el primer año de vida. Finalmente, la memoria procedimental se refiere al aprendizaje y conservación de competencias, como montar en bicicleta, realizar cualquier otro deporte, tocar un instrumento musical o caminar. Estos cinco tipos de memoria se suelen agrupar en tres categorías: la representación a largo plazo, que incluye las memorias perceptiva, semántica y episódica; en segundo lugar, la memoria operativa y en tercer lugar la memoria procedimental.

jaime
Resaltado
Page 42: Conferencias Francisco J. Rubia

42

La memoria perceptiva, o sea, los recuerdos de imágenes o sonidos, alimenta la memoria semántica y ésta, a su vez, alimenta la memoria episódica. En la segunda categoría, la memoria operativa, se suelen distinguir tres circuitos que generan otras tantas facultades: el bucle fonológico, que permite conservar las palabras durante una conversación; un administrador central, que permite la posibilidad de elegir dónde se va a fijar la memoria operativa, especialmente en tareas complejas. La tercera facultad es la agenda visuoespacial, que conserva en la mente una escena visual para poder explorarla con el pensamiento. La tercera categoría es la memoria procedimental, que permite aprender habilidades motoras, o cómo solucionar tareas cognitivas como la resolución de ecuaciones matemáticas. La memoria procedimental interactúa con la memoria operativa y con las memorias de representación a largo plazo. La codificación de la memoria a largo plazo se considera seriada, lo que quiere decir que empieza por la memoria perceptiva, sigue con la memoria semántica y termina con la memoria episódica.

jaime
Resaltado
Page 43: Conferencias Francisco J. Rubia

43

Otra clasificación divide la memoria en memoria a largo plazo y memoria sensorial, a corto plazo o memoria operativa. La memoria a largo plazo se divide en memoria declarativa y memoria no declarativa. La primera se divide en memoria para acontecimientos, o memoria episódica, y memoria para hechos, o memoria semántica. Ambas dependen del lóbulo temporal medial, del diencéfalo medial y del neocórtex. La memoria no declarativa o implícita se divide en memoria procedimental, memoria perceptiva, condicionamiento clásico y aprendizaje no asociativo. La memoria procedimental, con la que aprendemos habilidades motoras y cognitivas, dependen de los ganglios basales y del cerebelo; la memoria perceptiva depende de la corteza sensorial y de asociación; el condicionamiento clásico depende de los músculos esqueléticos y cuando es un condicionamiento emocional depende de la amígdala, si no del cerebelo; y el aprendizaje no asociativo, como la habituación depende de la sensibilización de las vías reflejas. Respecto a la primera clasificación y a las estructuras responsables, la memoria episódica está ligada al hipocampo, implicado tanto en la adquisición como en la

jaime
Resaltado
jaime
Resaltado
jaime
Resaltado
jaime
Resaltado
Page 44: Conferencias Francisco J. Rubia

44

recuperación de recuerdos episódicos. La corteza prefrontal izquierda estaría implicada en la adquisición de recuerdos y la corteza prefrontal derecha, en la recuperación de los recuerdos. La corteza parietal ejercería un control de los recuerdos, de manera especial, los que incluyen una dimensión espacial. La memoria semántica depende de los lóbulos frontal y temporal izquierdos. La memoria perceptiva depende de las áreas sensoriales primarias de la corteza cerebral. El administrador central de la memoria operativa se vincula a la actividad del lóbulo frontal, y la memoria procedimental depende del tálamo, del cerebelo y del núcleo caudado de los ganglios basales. En 1971 Joaquín Fuster obtuvo resultados en monos que indicaban que la corteza prefrontal jugaba un papel en el almacenamiento de la memoria operativa. Y en los años 80, Patricia Goldman-Rakic extendió estos resultados a la corteza parietal. La memoria operativa nos permite hacer dos cosas al mismo tiempo reteniendo la información de una tarea y pasar a la otra y viceversa. También la utilizamos para recordar algo que tenemos que hacer más tarde, lo que se ha llamado también memoria prospectiva, que se supone sólo tiene lugar en humanos.

jaime
Resaltado
Page 45: Conferencias Francisco J. Rubia

45

Es posible que lo que llamamos ‘yo’, para el que no existe ningún centro en el cerebro, es un componente de la personalidad que se compone de sensaciones y recuerdos conscientes e inconscientes. El yo sería una representación mental formada por experiencias vividas y pensamientos codificados en la memoria, las relaciones con otras personas y éxitos o fracasos en nuestra actuación. Por todo esto, la memoria episódica, y especialmente la memoria autobiográfica, son importantes para la construcción del yo. La memoria semántica también participa en esa construcción del yo. Se cree que la memoria autobiográfica consta de la memoria episódica y de la memoria semántica. ¿Cuál es el papel de las emociones en la memoria? Está claro que son determinantes para la consolidación de los contenidos de la memoria. Mientras mayor sea la carga emocional mejor quedarán grabadas las vivencias en la memoria. Pero las emociones son, asimismo, importantes para los recuerdos autobiográficos, episódicos. Mientras más intensa sea la emoción asociada a un acontecimiento, más fácil será la recuperación y la posibilidad de avivar su recuerdo. En relación con el aspecto temporal, la memoria ha sido dividida en memoria a corto y a largo plazo. Se plantea la cuestión de si es necesaria la memoria a corto plazo para

jaime
Resaltado
Page 46: Conferencias Francisco J. Rubia

46

pasar a la de largo plazo. Pero ha habido pacientes con dificultades en la memoria a corto plazo debido a lesiones cerebrales que conservan la capacidad de retener memorias a largo plazo. Estos resultados indican que la memoria a corto plazo no es la vía por la que se llega a la memoria a largo plazo. El ejemplo contrario es el célebre paciente llamado H. M., que ahora se conoce su nombre completo, Henry Molaison, tras su muerte en el año 2008. El año 1953 HM fue operado por padecer ataques epilépticos continuos y refractarios a tratamiento farmacológico. El neurocirujano le extirpó amplias regiones de los lóbulos temporales, incluidos ambos hipocampos. La consecuencia fue que a partir de ese momento el paciente sufrió de amnesia anterógrada, o sea que no recordaba nada de lo que había vivido una hora antes, aunque sí conservaba la memoria de lo experimentado antes de la operación. Lo importante aquí es que este paciente que perdió la memoria a largo plazo sí pudo conservar la memoria a corto plazo (perceptiva y operativa), por lo que se concluye que ambas tienen localizaciones cerebrales distintas. Los trastornos de la memoria debidos a lesiones, enfermedades o traumas se llaman amnesias, que pueden implicar o la incapacidad de aprender algo nuevo o la

Page 47: Conferencias Francisco J. Rubia

47

pérdida de conocimientos previos o ambas cosas. Puede afectar de manera diferencial la memoria a corto o a largo plazo. Después de la adquisición de contenidos en la memoria comienza el proceso de consolidación que tiene una fase inicial rápida y otra más lenta de consolidación permanente. El hipocampo es esencial para el período inicial de consolidación de memoria episódica, autobiográfica y semántica. El neocórtex es fundamental para la consolidación permanente, en especial el lóbulo temporal medial. Estudios recientes indican que el sueño juega un papel crucial en el proceso de consolidación tras el aprendizaje, así como en la toma de decisiones. Su privación tiene efectos negativos en ambos procesos. Resumiendo los resultados obtenidos por lesiones en diferentes regiones cerebrales podemos decir que el aprendizaje y retención de nuevas informaciones autobiográficas (memoria episódica) requiere la integridad del lóbulo temporal medial, sobre todo el hipocampo y estructuras relacionadas, como el núcleo dorsomedial del tálamo, cuyas conexiones con el hipocampo parecen estar deterioradas en el síndrome de Korsakoff por alcoholismo crónico, causado por falta de

jaime
Resaltado
Page 48: Conferencias Francisco J. Rubia

48

vitamina B1, tiamina, y que se caracteriza por amnesia anterógrada y retrógrada. Se han localizado daños en los cuerpos mamilares y en los núcleos mediodorsales del tálamo. Cuando se lesionan estas estructuras se impide la formación de nuevas memorias declarativas y su consolidación en la memoria a largo plazo. Pacientes con amnesia pueden adquirir nuevas informaciones en la memoria no declarativa (procedimental, perceptiva y operativa). La amígdala no es importante para la memoria episódica, pero sí lo es para la memoria emocional. La memoria procedimental requiere la actividad de la corteza motora y corteza motora suplementaria, el núcleo putamen de los ganglios basales, parte de la corteza parietal y cerebelo. En enfermos de Parkinson, donde los ganglios basales no funcionan normalmente, los sujetos tienen memoria episódica normal, pero son incapaces de aprender nuevas habilidades motoras. ¿Qué ocurre a nivel celular durante el aprendizaje y la memoria? Para que determinados contenidos se almacenen en la memoria hay que tener en cuenta en primer lugar la llamada “Regla de Hebb”, que dice lo siguiente:

jaime
Resaltado
jaime
Resaltado
Page 49: Conferencias Francisco J. Rubia

49

“Cuando un axón de una célula A está lo suficientemente cerca de una célula B, como para excitarla, y participa repetida o persistentemente en su disparo, ocurre algún proceso de crecimiento o cambio metabólico, en una o en ambas células, de modo tal que aumentan tanto la eficiencia de A como la de una de las distintas células que disparan a B”. Este postulado, que hoy se admite, fue planteado por Hebb en el año 1949. También está aceptado el potenciamiento a largo plazo y se ha descubierto una proteína llamada CREB (Camp Responsive Element Binding, proteína de unión a elemento de respuesta al AMP cíclico) que, junto con otros dos factores, está asociada a la formación de memoria a largo plazo. Para pasar de la memoria a corto plazo a la memoria a largo plazo se requiere la síntesis de proteínas, así como cambios estructurales en las neuronas implicadas. Sin la proteína CREB no puede darse ese paso. Si se activa, el aprendizaje tiene lugar con un menor entrenamiento. Los factores moleculares que explican el paso de memoria a corto plazo a memoria a largo plazo son: los genes del núcleo de la célula en cuestión que se activan y sintetizan proteínas que refuerzan la sinapsis. La práctica y la repetición son factores importantes. La proteína fosfatasa 1 y los glucocorticoides limitan el

jaime
Resaltado
Page 50: Conferencias Francisco J. Rubia

50

aprendizaje y fomentan el olvido. La PP1 inactiva la proteína CREB. Los científicos se han preguntado cómo es posible que tengamos una proteína que fomente el olvido. La respuesta sería que no es beneficioso recordar todo lo que se vive. En la mitología griega, Lethe era uno de los cinco ríos del Hades, el inframundo o infierno. Todos los que bebían de él experimentaban un total olvido. Las sombras de los muertos tenían que beber de estas aguas para olvidar su vida terrenal. En la Eneida de Virgilio se dice que sólo cuando los muertos habían borrado sus memorias podían reencarnarse. El escritor argentino Jorge Luis Borges, en su colección de cuentos titulada Ficciones relata el caso de Funes el memorioso, que sufre de hipermnesia, es decir, de una memoria extraordinaria, y debido a ello carecía de la capacidad de pensar. Pensar, decía Borges, es olvidar diferencias, generalizar, abstraer. En el abarrotado mundo de Funes no había sino detalles, casi inmediatos. Los glucocorticoides, que se producen como consecuencia de estrés, también interfieren en el aprendizaje y la formación de memoria. Tanto niveles bajos, como en la enfermedad de Addison, que es una disfunción de las glándulas suprarrenales, con disminución de la producción

Page 51: Conferencias Francisco J. Rubia

51

de glucocorticoides, como niveles altos, en la enfermedad de Cushing, producida por un tumor de la hipófisis con superproducción de córticotropina y de glucocorticoides, se produce una fatigabilidad e irritabilidad que impiden la concentración. El estrés prolongado causa atrofia de las dendritas de las neuronas del hipocampo. Sin embargo, un estrés moderado o bajo facilita la memoria. A la vista de estos datos, ¿qué podemos decir al docente para que lo tenga en cuenta en el proceso de enseñanza al alumno o estudiante? En primer lugar, que el ser humano puede aprender durante toda la vida, es decir, que, aunque haya ventanas sensoriales y épocas en las que el aprendizaje sea más fácil, eso no significa que haya edades en las que eso no sea posible. Hemos visto que el aprendizaje hace que las conexiones entre las células nerviosas se refuercen y que la falta de información puede hacer que esas conexiones se retraigan e incluso desaparezcan. Es, pues, correcta la expresión en inglés: “use it or loose it”, o sea, “utilizálo o piérdelo”, o lo que es lo mismo, que lo que decía Cajal de que el cerebro era como un músculo que si no se utiliza se atrofia, es correcto.

Page 52: Conferencias Francisco J. Rubia

52

Durante el desarrollo, sobre todo en la infancia, los estímulos sensoriales son muy importantes porque hace que proliferen las sinapsis entre las neuronas. Niños que se han criado en orfanatos sin muchos estímulos sensoriales y afectivos tienen luego importantes deficiencias en su conducta, probablemente por falta de desarrollo en su cerebro. En los primeros tres años, el cerebro crea más sinapsis de las que necesita, por lo que el número de sinapsis aumenta siempre que se reciban los correspondientes estímulos, pero tras ese periodo la creación de sinapsis se enlentece hasta los 10 años. Sinapsis que no se usan desaparecen. En el lóbulo frontal, las sinapsis siguen proliferando durante toda la niñez, e incluso la adolescencia. La mielinización de las fibras continúa hasta mediados de los 20 años. Los periodos críticos se caracterizan porque si no reciben los estímulos adecuados, el aprendizaje de cualquier facultad ya no es posible. Por ejemplo, si un niño pequeño no ve la luz durante los primeros seis meses de vida, los nervios ópticos degeneran y ya no es posible recuperar la visión. El fenómeno descubierto por el etólogo Konrad Lorenz, que llamó “Prägung” en alemán, “imprinting” en inglés, y en español “troquelaje” es otro

Page 53: Conferencias Francisco J. Rubia

53

ejemplo de periodo crítico. Me refiero al hecho de que patitos que cuando salían del huevo en vez de a su madre veían a Konrad Lorenz seguían a éste allí donde iba. Existen periodos críticos y periodos sensibles en el desarrollo del niño. Los periodos sensibles se refieren a la mejor oportunidad para ciertos tipos de aprendizaje. Si no se aprende durante estos periodos no es que la oportunidad desaparezca, pero el aprendizaje ya es más difícil. Es lo que ocurre, por ejemplo, con el aprendizaje de un idioma. Parece bien establecido que nacemos con un sentido del número, pero una comprensión profunda del significado del cálculo no se alcanza hasta finales del cuarto año de edad. El cerebro no puede funcionar sin información y desde luego durante los primeros seis años de vida, parece hambriento de ella. Es el mejor momento para experiencias sensoriales de cualquier modalidad: visión, audición, olfato, gusto y tacto. Respecto al aprendizaje de la lectura, hay niños disléxicos que tienen graves dificultades. La dislexia es relativamente frecuente (aprox. un 5% de la población) y se da en familias, lo que indica un origen genético.

Page 54: Conferencias Francisco J. Rubia

54

Muchos niños disléxicos tienen también problemas en el lenguaje hablado y en la memoria verbal. También pueden tener deficiencias en la atención o problemas visuales, confundiendo la forma de letras, como la ‘b’ de la ‘d’, o la ‘p’ de la ‘q’. Otros tienen problemas en la audición. Se han encontrado anormalidades, tanto macroscópicas como microscópicas en regiones cerebrales responsables del procesamiento del lenguaje, por lo que no existe una cura completa de este déficit, pero puede mejorarse mucho con el aprendizaje y una enseñanza especializada. Es necesario tener en cuenta, como se dijo al principio, que el cerebro adulto, al menos en algunas regiones, es tan maleable como el cerebro del niño. Ya mencionamos los ejemplos de los que tocan instrumentos de cuerda y del hipocampo de los taxistas de Londres. También los que tocan el piano tienen una mayor representación de los dedos en las regiones motoras correspondientes. En relación con la enseñanza es, asimismo, importante poder juzgar lo que el alumno sabe sobre un determinado tema, conseguir que el alumno preste atención a lo que se dice y alertarlo de que se le va a comunicar algo importante y útil para él.

Page 55: Conferencias Francisco J. Rubia

55

También son relevantes los trucos retóricos que se conocen desde la antigüedad, como exageraciones, repeticiones e ironía. Y todo depende de saber leer la mente de los que escuchan. Es necesario conocer las actitudes y creencias de los oyentes. El éxito depende a veces de técnicas persuasivas, como la adulación, las promesas de gratificación e incluso las amenazas, aunque es más fácil utilizar recompensas. Todas estas recomendaciones no deben olvidar que en la enseñanza, a mi juicio, es fundamental establecer una relación afectiva con el alumno. Esa relación es la que genera una confianza que resulta imprescindible para vencer resistencias y establecer lazos que van a hacer mucho más fácil cualquier transmisión de conocimientos.

4. ¿Somos conscientes de nuestras funciones

mentales?

La impresión subjetiva que todos tenemos es que controlamos nuestros actos, deseos, creencias y propósitos; y ese control lo ejerce algo que llamamos ‘yo’ y que la neurociencia moderna afirma que es una ficción cerebral. No hay en el cerebro ningún lugar que sea la sede de ese ‘yo’ que reciba información de los órganos de los sentidos y controle nuestra actividad física y mental, como una especie de ‘homúnculo’ que estuviese en una

Page 56: Conferencias Francisco J. Rubia

56

central supervisora de toda esa actividad. La filosofía hindú, hace ya muchos siglos había afirmado que el yo, así como el mundo, eran ‘maya’, es decir, ilusión. Hoy se admite, más bien, que los sucesos en nuestro entorno pueden influenciar nuestra experiencia, nuestros pensamientos y nuestras acciones sin que sean percibidos conscientemente. En realidad, que procesos inconscientes puedan influir en nuestra conducta sin que nos enteremos ya lo había dicho Sigmund Freud a comienzos del siglo pasado. Y previamente a Freud, algunos médicos naturalistas románticos alemanes ya habían conocido la importancia del inconsciente. Pero es ahora, con el avance espectacular de la neurociencia, cuando estamos en condiciones de comprobar experimentalmente que existe una percepción inconsciente que puede afectar a nuestro comportamiento. Por ejemplo, si a un sujeto se le presentan estímulos que dice no reconocer como familiares, puede ocurrir que la respuesta galvánica de la piel, o sea, el aumento o disminución de la resistencia eléctrica de la piel producida por el sudor como respuesta a estímulos emocionales, disminuya como señal de que la consciencia del sujeto no ha reconocido esos estímulos, pero sí lo ha hecho su cerebro emocional inconscientemente.

Page 57: Conferencias Francisco J. Rubia

57

Hay un fenómeno denominado en inglés ‘priming’ que quiere decir que cuando a un sujeto se le presenta un estímulo por vez primera, éste sensibiliza al sujeto para una presentación posterior de un estímulo similar. Por ejemplo, si a un sujeto se le presenta una lista de palabras que incluya la palabra ‘madre’, y posteriormente se le pide que complete una palabra que empiece por ‘ma’, responderá ‘madre’ con más probabilidad que cualquier otra palabra. Esto quiere decir que el primer estímulo determina de manera inconsciente la respuesta posterior. Quizás un buen ejemplo de percepción implícita, como así se llama ese fenómeno, lo ofrecen aquellos pacientes con lesiones témporo-parietales que muestran el síntoma conocido como ‘negligencia’. Si la lesión está situada en el hemisferio derecho, que es lo que suele ocurrir en la mayoría de los casos, el paciente no presta atención a los estímulos que se le presentan en el hemiespacio visual izquierdo, sin que exista ningún problema en la visión del sujeto. Esta situación llega tan lejos que el paciente masculino se afeita sólo la mitad derecha de la cara, o es incapaz de leer la mitad izquierda de una página o las cifras de la parte izquierda de un reloj. Es como si no existieran; el paciente no es consciente de esa falta de simetría en su comportamiento de búsqueda y dedicación

Page 58: Conferencias Francisco J. Rubia

58

exclusiva al hemiespacio visual derecho. Sin embargo, la conducta como los juicios del paciente pueden ser influenciados por estímulos presentados en esa región del campo visual, lo que habla a favor de una percepción implícita, inconsciente, de esos estímulos, aunque el paciente niegue haberlos visto. El síndrome no se limita a la visión, sino que se expresa en varias modalidades. Así los contactos en la parte izquierda del cuerpo, o los estímulos auditivos que provienen de ese lado no son respondidos por el paciente. El síndrome de Korsakoff se produce por lo general debido al abuso crónico de alcohol, y en casos más raros por un defecto de absorción del tracto digestivo. La causa es la carencia de vitamina B1, o sea tiamina, que falta tanto en el alcoholismo como por una malnutrición o defecto de absorción del tracto digestivo. Se caracteriza por una amnesia que afecta tanto a la memoria reciente como a la memoria ya consolidada. Los sujetos son incapaces de grabar nuevas informaciones como de conservar contenidos de la memoria. Cuando intentan recuperar contenidos almacenados se producen respuestas confabuladoras y los pacientes no son conscientes de estos trastornos de su memoria.

Page 59: Conferencias Francisco J. Rubia

59

El psicólogo suizo Éduard Claparède (1873-1940) hizo el siguiente experimento con un paciente con síndrome de Korsakoff: le saludó dándole la mano con un alfiler escondido, de manera que el pinchazo le produjo al sujeto bastante molestia; luego abandonó la habitación esperando hasta que el paciente recuperase su compostura normal. En una futura conversación, el paciente no reconoció al doctor Claparède ni recordaba el incidente con el alfiler, pero cuando el psicólogo quiso darle la mano, el paciente se negó a dársela. Preguntado por qué se negaba, el paciente respondió: “porque algunas personas esconden alfileres en sus manos”. A este tipo de amnesia se le ha llamado ‘amnesia de fuente’, en la que el paciente puede recordar algo, pero no sabe de dónde lo ha sacado. Existe una llamada ‘visión ciega’ en la que los pacientes tienen lesiones en el área visual primaria en el lóbulo occipital e informan no percibir ningún estímulo visual, pero puede mostrarse que sí lo perciben implícita o inconscientemente. En este caso se ha visto que existe una segunda vía visual que no pasa por la corteza visual primaria, lo que explicaría el fenómeno. Se puede aprender con estímulos presentados que están por debajo del nivel de consciencia (estímulos llamado subliminales), y algunos rendimientos en diversos test

Page 60: Conferencias Francisco J. Rubia

60

aumentan si se somete el sujeto de experimentación a esos estímulos subliminales. A esto se le llama aprendizaje implícito, que suele definirse como el fenómeno mediante el cual podemos adquirir nuevos patrones de conducta sin ser conscientes de hacerlo. También conocemos la existencia de una memoria implícita, inconsciente, que se diferencia tanto de la memoria explícita que suelen existir lesiones en las que se ve afectada una de ellas sin que la otra sufra ningún deterioro. La mejor diferenciación entre ambos tipos de memoria la vemos en pacientes con lesiones en la región medial de los lóbulos temporales, incluido el hipocampo. Estos pacientes sufren de amnesia anterógrada, es decir, que no pueden fijar y almacenar nuevas informaciones que sobrepasan la capacidad de la memoria a corto plazo. Pero cuando eran requeridos a que realizasen otras tareas, muy frecuentemente mostraban la preservación de algún tipo de memoria. Por cierto que la memoria implícita, inconsciente, a veces queda preservada en ancianos que han perdido parte de la memoria explícita o consciente, lo que indica que probablemente sus contenidos se almacenan en lugares distintos del cerebro.

Page 61: Conferencias Francisco J. Rubia

61

Un ejemplo de memoria implícita es la así llamada ‘criptomnesia’, o sea la capacidad de la mente de recordar cosas de las que no se tiene memoria consciente; es un fenómeno más corriente de lo que creemos. La explicación que se suele dar a este fenómeno es que la mente inconsciente almacena todo tipo de información, como conversaciones a las que no se prestó atención, historias de libros, y, en nuestros días, películas y programas de televisión que quedan luego olvidadas. La capacidad de almacenamiento de la memoria tiene que ser gigantesca, y esta capacidad es tan útil para registrar memorias como pseudo-memorias, es decir, sucesos reales o también sucesos completamente imaginados. Así se explican los fenómenos que sugieren como si el sujeto hubiese tenido otras vidas en el pasado. Cuando era adolescente, la primera vez que estuve en Londres estuve paseando por Kensington Gardens y cuando vi el monumento llamado ‘Albert Memorial’, que está orientado a la sala de conciertos del Royal Albert Hall y que fue encargado por la Reina Victoria en recuerdo de su querido marido el príncipe Alberto, tuve la profunda impresión, cargada emocionalmente, de haber estado antes allí. Durante varios años no pude

Page 62: Conferencias Francisco J. Rubia

62

interpretar este suceso y, desde luego, era fácil creer que me había reencarnado y que había vivido en otra época, hasta que un día en la televisión, vi una película en la que una enfermera bajaba los escalones de ese monumento con un cochecito de niño al que raptaba. Esa película la había olvidado y la impresión que me produjo esa visión hizo que la almacenara en esa memoria implícita hasta que la visión del monumento me hizo recordar que ya lo había visto en otro tiempo. La mente humana está especializada en, o tiene la tendencia a reconstruir, reorganizar y también confabular cuando se trata de reproducir contenidos de la memoria. Aunque la criptomnesia, o memoria críptica, está clasificada entre los trastornos de memoria, es llamativa su frecuencia entre la población sana, por lo que algunos autores piensan que esa clasificación de la criptomnesia como algo anormal tendría que ser revisada. En determinadas circunstancias aparecen en la consciencia informaciones almacenadas de las que no teníamos idea de poseerlas, por lo que atribuimos a estos fenómenos un valor sobrehumano o sobrenatural. Al final del siglo XIX hubo una especie de epidemia de casos de múltiple personalidad. Esta patología se da más en Estados Unidos que en Europa y se suele presentar efectivamente como una especie de epidemia. Se han

Page 63: Conferencias Francisco J. Rubia

63

descrito casos en Norteamérica de personas con más de 130 personalidades distintas, de distinta edad, sexo y aficiones, todas en la misma persona. En el libro del psicólogo suizo Teodore Flourney titulado ‘De la India al planeta Marte’, que fue el primer estudio psicológico de uno de estos casos y que se convirtió en un best-seller, se relatan sus investigaciones sobre Mademoiselle Helene Smith, una joven que no sólo era capaz de recordar todo lo que había leído u oído, sino que también usaba su imaginación y habilidad para contar historias, para tejer cuentos maravillosos sobre sus vidas pasadas o visitas a otros planetas. Estas habilidades no son tan raras como parecen. Hay personas muy susceptibles e impresionables que no necesitan ningún hipnotizador para ser capaces de rescatar para la consciencia esas memorias recónditas y utilizarlas mezcladas con fantasías, imaginaciones y confabulaciones. Estas memorias inconscientes son responsables, a veces, de grandes obras que nos parecen originales, incluso para su propio autor, pero que no lo son tanto. Así, por ejemplo, la obra de Nietzsche ‘Also sprach Zarathustra’ incluye algunos detalles contenidos en una obra anterior

Page 64: Conferencias Francisco J. Rubia

64

del médico y poeta alemán Justinus Kerner que Nietzsche leyó a la edad de doce años. Muchos escritos, considerados posteriormente como plagios, se han debido seguramente al fenómeno de la criptomnesia, del que el autor que supuestamente realizó el plagio no fue consciente. En realidad fue engañado por su propia memoria, haciéndole ver que era algo nuevo lo que llevaba ya años en su memoria inconsciente. Quiero dejar claro que no niego la existencia de auténticos plagios que se han dado y se darán a lo largo de la historia. Sólo me he referido a los plagios falsos. Uno de los casos más fascinantes de criptomnesia fue el referido por Harold Rosen, un psiquiatra norteamericano, que contó la historia de uno de sus pacientes que cuando fue hipnotizado comenzó a hablar en oscano, una lengua muerta que era corriente en la Italia del siglo III a. C. Al no entender lo que el paciente estaba diciendo, el psiquiatra le rogó que lo escribiera. Así lo hizo, aunque el paciente no entendía ni lo que había hablado ni escrito. Rosen llevó el escrito a un especialista que reconoció que se trataba de un curso de oscano. Todo el mundo pensó en una regresión del paciente a una vida anterior, hasta que se descubrió que poco antes de la sesión de hipnotismo, el paciente había

Page 65: Conferencias Francisco J. Rubia

65

visitado la biblioteca para prepararse para une examen de economía, pero que en vez de estudiar los libros de texto había comenzado a soñar despierto con su novia mientras hojeaba un libro sobre gramática de oscano y umbrio que había cogido al azar de la biblioteca. Sin ser consciente de ello, el estudiante había grabado en su memoria el curso que surgió posteriormente durante la sesión de hipnotismo. Por tanto, la memoria nos engaña de dos formas al menos: por una parte, almacenando información de forma inconsciente, que cuando sale a la superficie de la consciencia parece algo maravilloso o sobrenatural; y por otra parte, mezclando los contenidos reales de la memoria con otros imaginados, irreales, para construir historias más o menos coherentes que, naturalmente, no son del todo verdaderas. En este sentido, la memoria humana es mucho menos fiable que la de un ordenador, aunque sea mucho más flexible que ésta. La memoria humana es asociativa y conecta la información que recibe con lo que ya posee y conoce. Los seres humanos piensan sobre la base de patrones de conocimiento o módulos a los que se les ha dado el nombre de esquemas. Estos esquemas son como los sillares del pensamiento, que usamos para elaborar e interpretar las nuevas informaciones. La mente es, pues,

Page 66: Conferencias Francisco J. Rubia

66

un dispositivo para el conocimiento, no una máquina lógica. Vemos e interpretamos el mundo a través de nuestros esquemas. Por eso, Bartlett, un psicólogo inglés, afirma que nuestra memoria no restablece el pasado tal y como ocurrió, sino que organiza los datos almacenados y reconstruye con esos trozos y piezas de la información pasada la historia más plausible que puede, siempre de acuerdo con los esquemas del pensamiento. En este proceso de reconstrucción, los esquemas no sólo manipulan la razón, sino que sesgan nuestro entendimiento. Los esquemas los utilizamos para resolver ambigüedades, para establecer conexiones aparentemente razonables entre los hechos, aunque estas conexiones no sean reales. En este proceso de reconstrucción, llenamos huecos, redondeamos aristas y hacemos lógico lo que no lo es. En suma, la memoria es una reconstrucción plausible de la realidad, pero nunca una copia exacta de ella. Se suele decir que la mente humana es metafórica, mientras que el ordenador es esencialmente literal. Y todo este proceso se desarrolla sin la participación de la consciencia. Todo esto no debe extrañarnos. La mente humana es el producto de la evolución y está lógicamente adaptada al entorno que la creó. Nuestra mente funciona siempre para optimizar las cualidades que aseguran su adaptación y supervivencia. Es capaz de hacer familiar lo que no lo

Page 67: Conferencias Francisco J. Rubia

67

es sobre la base de la generalización. Puede tomar una pequeña parte de información y reconstruir con ella un todo, aunque no sea muy exacto. Cortocircuita la lógica cuando es necesario y hace prosperar informaciones de muy poca calidad. Todos son trucos para la supervivencia. La corteza cerebral, nos enseña la neurociencia, está organizada en múltiples módulos que han surgido a lo largo de la evolución para satisfacer determinadas necesidades del entorno y que pueden actuar de forma relativamente independiente y, desde luego, la mayoría de ellos de manera inconsciente. Muchos de estos módulos están interconectados tanto en serie como en paralelo, formando un sistema distribuido que no tiene ningún ‘centro’, ningún maestro controlador, ninguna neurona maestra u homúnculo que dirija todo el proceso, ningún espíritu que controle esas redes neuronales. La propia toma de decisiones, como cuando escogemos cualquier opción que se nos presenta entre muchas, parece ser un proceso inconsciente. Es más, lo que llamamos ‘libre albedrío’ o ‘voluntad libre’ parece ser que no es más que una ficción. El cerebro se pone en marcha, inconscientemente para el sujeto, mucho antes de que este sujeto tenga consciencia de lo que está haciendo. Parece como si ese ‘yo consciente’ se arrogase una autoría de las decisiones que no le pertenece.

Page 68: Conferencias Francisco J. Rubia

68

Hoy sabemos que la información que nos llega a través de los órganos de los sentidos, incluida la piel, es de más de 11 millones de bits por segundo. La información que por término medio suele manejar la consciencia es de 16 bits por segundo. Todo el resto está sumergido en la inconsciencia. Asistimos, pues, a un resurgimiento del inconsciente, esta vez no basado en especulaciones, como en el caso de Sigmund Freud, sino en hechos comprobados científicamente. En suma, que la impresión subjetiva que nos dice que todo está bajo el control de un ‘yo consciente’ es una ficción, una más a las que nuestro cerebro ya nos tiene acostumbrados. La cuestión que se plantea ante esta cantidad de funciones que discurren de manera inconsciente en nuestro cerebro es la siguiente: ¿Para qué sirve la consciencia? Esta pregunta es perentoria habida cuenta que todos aquellos procesos que sirven para la supervivencia del organismo son inconscientes, como si el cerebro no se fiara de la consciencia para estos menesteres. Aparte de estos mecanismos tan importantes está la percepción inconsciente, la memoria inconsciente, la toma de decisiones y muchas otras funciones mentales que la consciencia se atribuye, pero

Page 69: Conferencias Francisco J. Rubia

69

que se ha demostrado que no es cierto que dependan de ella. ¿Tenemos acaso control sobre la comparación que el cerebro hace de los estímulos que le llegan con aquellos que están almacenados en la memoria? Algo que, por cierto, tiene lugar en todo acto de percepción y que es importantísimo para la supervivencia. Si ser consciente implica la existencia de un ‘yo’ y este ‘yo’, como nos dice la neurociencia, es una ficción, ¿qué consecuencias tendría este hecho para la consciencia? El problema de la consciencia es un enigma que preocupa a toda un pléyade de neurocientíficos, filósofos y antropólogos, sin que hasta ahora haya habido una hipótesis satisfactoria para todos. Quizás haya algún consenso en considerar que su origen es de naturaleza social, que ha surgido por la interacción entre los individuos, quizás en relación con el lenguaje. Al parecer, la consciencia está ligada a las áreas asociativas de la corteza cerebral. No obstante, no todas esas regiones asociativas van acompañadas de consciencia. La vía del ‘dónde’ en el sistema visual, que partiendo de la corteza occipital la información pasa al área asociativa del lóbulo parietal, no es consciente. Mientras que la vía del ‘qué’, que pasa a la región inferior del lóbulo temporal, sí lo es. Luego nos queda por definir

Page 70: Conferencias Francisco J. Rubia

70

qué requisitos tienen que cumplir las redes neuronales en esas regiones para que sean conscientes. A esto se les llama los ‘correlatos neuronales de la consciencia’ y es un tema que persiguen con gran afán muchos neurocientíficos. Algunos autores han definido la consciencia como la auto-consciencia, es decir, la consciencia de que se es consciente. En este sentido, algunos animales con un cerebro muy desarrollado, como los chimpancés, los delfines, las ballenas azules o los elefantes, pueden reconocerse en un espejo, lo que parece indicar que poseen también una auto-consciencia. Por tanto, la consciencia aparecería en la evolución en un determinado estadio del desarrollo del cerebro. Pero nos falta saber cuáles son los condicionamientos que la hacen posible. Una hipótesis interesante es la del psicólogo estadounidense Julian Jaynes que, estudiando los documentos históricos, arqueológicos y biológicos de civilizaciones antiguas llegó a la conclusión que, hace unos 3000 años, los humanos aún no tenían consciencia. Según él, libros antiguos, como la Ilíada o la Biblia fueron compuestos por personas no conscientes que no distinguían entre sucesos reales e imaginarios. Los personajes de esos libros actuaban inconscientemente tomando decisiones, confiando en voces, en

Page 71: Conferencias Francisco J. Rubia

71

alucinaciones. Según Jaynes, la consciencia apareció en la Odisea y en las partes más recientes de la Biblia, hará unos 3.000 años. Desde el punto de vista ontogenético, del desarrollo del individuo, la consciencia no aparece hasta la segunda mitad del segundo año de vida del niño y depende de la memoria episódica o declarativa, memoria que depende de la maduración del hipocampo, así como de la capacidad para la consciencia reflexiva. Quizás la hipótesis más plausible sea la del psicólogo británico Nicholas Humphrey que opina que la función de la consciencia es la de la interacción social con otros individuos. La consciencia aporta un modelo explicativo de la propia conducta y esta facultad es útil para la supervivencia. Al entender la propia mente, como si tuviéramos un ‘ojo interno’ cuyo objeto fuese el propio cerebro, entendemos también la mente de los demás y eso supone una ventaja evolutiva importante. Recientemente se han descubierto neuronas en el lóbulo frontal, las llamadas ‘neuronas espejo’, que descargan cuando el sujeto, el mono, alarga la mano para coger un alimento, pero también cuando observa el mismo movimiento del experimentador. Con otras palabras, tenemos en el cerebro la base de la imitación, fundamento de nuestra educación y de nuestra cultura.

Page 72: Conferencias Francisco J. Rubia

72

Estas neuronas pueden anticipar la conducta de otros congéneres y también imaginar las emociones que otras personas manifiestan, lo que tiene un enorme valor de supervivencia. Se sabe que esta capacidad de ‘empatía’ es la que falta en los niños autistas que se retraen por no poder entender ni la conducta ni las expresiones emocionales de los que le rodean. Se ha argumentado que la consciencia no sirve siempre a la supervivencia. Muchas veces nos deprimimos cuando pensamos en cosas futuras, como la vejez o la muerte. La consciencia puede resultar, a menudo, en una menor determinación y perseverancia. Visto de esta manera, no parece que sea el producto de una evolución darviniana porque realmente lo que hace es debilitar nuestro sistema de supervivencia. Este hecho nos confirma que todas nuestras facultades mentales tienen sus ventajas y sus inconvenientes. Yo suelo poner el ejemplo del griego Arquímedes de Siracusa, del siglo III a.C., matemático, físico ingeniero, inventor y astrónomo, del que se cuenta que estando escribiendo algo en el suelo del patio de su casa, durante el sitio de Siracusa por los romanos, concentrado profundamente en sus pensamientos no notó que los romanos entraron y lo mataron. Su capacidad de concentración es debida en gran parte a su lóbulo

Page 73: Conferencias Francisco J. Rubia

73

frontal, lóbulo que nos permite la planificación, la anticipación del futuro, pero también la inhibición de los instintos, por lo que se le ha llamado el ‘órgano de la civilización’. Pero si esos instintos no hubiesen estado inhibidos, probablemente hubiera podido salvar la vida escapando a tiempo. El filósofo alemán Friedrich Nietzsche explicaba el origen de la civilización de manera idéntica al origen de la consciencia, o sea, a partir de una renuncia a la gratificación de nuestros instintos. Hay autores que piensan que nunca llegaremos a encontrar una solución al enigma de la consciencia, pero estos autores deberían considerar los enormes avances que ha experimentado la neurociencia en las últimas décadas y también reflexionar que en ciencia la palabra ‘nunca’ no debería utilizarse. En cualquier caso el mensaje que quisiera transmitir es que seguimos sin saber para qué sirve la consciencia, habida cuenta que la inmensa mayoría de las funciones cerebrales se desarrolla de manera inconsciente. El día que podamos penetrar en ese inconsciente y podamos decidir qué funciones nos conviene seguir manteniendo en esa inconsciencia y qué otras podamos llevar a cabo

Page 74: Conferencias Francisco J. Rubia

74

bajo el control de la consciencia habremos dado un gran paso adelante. Jean Cocteau decía que el arte es el matrimonio del consciente con el inconsciente. Yo añadiría: la creatividad también.

5. Cerebro y música

Cerebro y música es un tema que daría lugar a muchas conferencias. En el marco de esta conferencia sólo voy a tratar de forma muy somera tres aspectos que me parecen importantes: (1) la universalidad y multifuncionalidad de la música, (2) la estrecha relación entre el desarrollo evolutivo del lenguaje y el de la música, para terminar diciendo algunas palabras sobre (3) el papel de la música en los patrones culturales del ser humano. Pero antes, unas palabras para explicar cómo llegan los sonidos al cerebro. Las ondas sonoras inciden sobre el tímpano, que mueve la cadena de huesecillos en el oído medio que, a través de la ventana oval, mueven el líquido que baña el interior de la cóclea en el oído interno, donde se encuentran las células sensoriales que transforman el estímulo mecánico en potenciales eléctricos que se

jaime
Resaltado
Page 75: Conferencias Francisco J. Rubia

75

transmiten hacia el cerebro, pasando por varias estructuras. Estas estructuras son: el núcleo coclear, la oliva superior, el núcleo geniculado medial en el tálamo y, finalmente, la corteza auditiva primaria en el lóbulo temporal. Allí la representación es tonotópica, es decir, que los tonos están ordenados por su frecuencia. Las células de la corteza auditiva primaria no sólo se excitan entre sí, sino que también utilizan la inhibición para simplificar la información acústica, aumentar los contrastes y suprimir los ruidos de fondo. No hay que olvidar que el cerebro está sólo interesado en cambios y contrastes. Un sonido igual y constante termina por no oírse, gracias a dos fenómenos: la adaptación de los receptores y un proceso inhibitorio llamado habituación. Tampoco le interesa al cerebro la frecuencia exacta de un sonido. Cualquier violinista puede cambiar su nota ‘la’ una media de 440 a 450 hertzios y el cerebro se adapta inmediatamente a ese cambio. Como se ha mostrado, somos sordos respecto a las frecuencias exactas de los tonos; al cerebro le interesan las distancias relativas entre las frecuencias más que las frecuencias absolutas. Esto es válido para todos los sentidos. En la visión, la luminosidad absoluta no es interesante para el cerebro, sino sólo los contrastes.

Page 76: Conferencias Francisco J. Rubia

76

Por otra parte el cerebro no es ningún órgano pasivo. Envía fibras hacia las células sensoriales del oído interno controlando su sensibilidad. Y también participa activamente en los diversos escalones que recorre la información auditiva, modificando y filtrando esa información. Esto quiere decir que los tonos que percibimos no existen en la Naturaleza, sino que son atribuciones que la corteza cerebral asigna a las señales eléctricas que le llegan desde la periferia, interviniendo además en cada uno de las estaciones de relevo, desde el oído hasta el lóbulo temporal. Sin este sistema centrífugo, el efecto llamado de “cocktail party”, o sea, la capacidad de escuchar una conversación en una fiesta, a pesar de un gran ruido de fondo, sería imposible. El cerebro no se contenta con el análisis de los sonidos, sino que se preocupa más bien de la interpretación activa de esos sonidos. La corteza auditiva primaria está rodeada de la llamada corteza auditiva secundaria, y ésta a su vez de la corteza auditiva terciaria. Mientras que la corteza auditiva primaria se concentra en las características de tonos aislados, la corteza auditiva secundaria es responsable de la relación entre varios tonos. La corteza auditiva del hemisferio derecho del cerebro se concentra en tonos simultáneos y analiza las relaciones

jaime
Resaltado
Page 77: Conferencias Francisco J. Rubia

77

armónicas entre ellos. La corteza auditiva secundaria del hemisferio izquierdo se concentra en la relación entre secuencias de tonos, por lo que es importante para la percepción del ritmo. La melodía no es simplemente una secuencia de tonos, sino que éstos varían en ella de frecuencia y acento, provocando en el cerebro sensaciones únicas. Melodía, ritmo y armonía combinados forman la música. Nuestra capacidad para percibir música es muy temprana. Incluso recién nacidos reaccionan a estímulos musicales y, con un mes, el bebé puede discriminar ya tonos de diferentes frecuencias. Con seis meses se habla ya de una ‘musicalidad’ desarrollada. Y a los tres o cuatro años, los niños comienzan a reproducir la música de la cultura en la que están inmersos. Ahora bien, un entendimiento pleno de la armonía se desarrolla como muy temprano a la edad de doce años. La música es un medio de comunicación como lo es el lenguaje. Al igual que en el lenguaje, donde las distintas características (semántica, nombres de instrumentos, de frutos y de animales, prosodia, identificación de fonemas, etc.) están localizadas en diferentes partes del cerebro, en la música ocurre lo mismo, es decir, que, por ejemplo, la melodía y la localización de los tonos se

jaime
Resaltado
Page 78: Conferencias Francisco J. Rubia

78

localizan preferentemente en el hemisferio derecho. Por eso, en operaciones quirúrgicas, donde una parte del lóbulo temporal derecho tuvo que ser extirpado para evitar ataques epilépticos intratables con medicamentos, el paciente tuvo problemas con la percepción de la melodía, mientras que en operaciones similares con extirpación del las mismas regiones del lóbulo temporal izquierdo este problema no apareció. El análisis armónico parece ser también función de las regiones auditivas del hemisferio derecho. Curiosamente, los músicos profesionales utilizan más en la percepción de las melodías el hemisferio izquierdo y se ha comprobado que con el entrenamiento en música, la dominancia cerebral para la percepción de la melodía se desplaza del hemisferio derecho al hemisferio izquierdo. El hemisferio izquierdo es, asimismo, más apropiado para la percepción del ritmo. Esto indica que la percepción de la armonía y la percepción del ritmo utilizan áreas distintas del cerebro. Los músicos saben muy bien que hay personas que tienen una capacidad de percepción armónica brillante, pero son poco dotados para la percepción del ritmo y viceversa. La tomografía por emisión de positrones (PET) y la resonancia magnética funcional (RMf) se han utilizado con frecuencia en los últimos años para estudiar la

jaime
Resaltado
jaime
Resaltado
Page 79: Conferencias Francisco J. Rubia

79

actividad cerebral en humanos durante la realización de determinadas tareas cognitivas. Muchos de estos estudios se han dedicado a localizar las distintas áreas de la corteza cerebral dedicadas al lenguaje, pero pocos se han ocupado de analizar la actividad cortical en relación con las habilidades musicales. En estos estudios, lo más llamativo ha sido encontrar que las áreas que sirven de sustrato a ambas funciones, lenguaje y música, se solapan en cierto grado, lo que ha llamado poderosamente la atención, sobre todo porque siempre se ha considerado al hemisferio izquierdo en la mayoría de las personas como el hemisferio dominante por poseer los sustratos del lenguaje, mientras que el hemisferio derecho se consideraba implicado en la música. Las áreas implicadas en el lenguaje son en la corteza prefrontal el área de Broca, área motora del lenguaje, en la corteza temporal las áreas asociativas de la audición, y en el lóbulo parietal el área de Wernicke, área sensorial del lenguaje. Para la producción de nombres de diferentes categorías de objetos, como personas, animales o instrumentos, se encuentran en el lóbulo temporal áreas discretas justo debajo de las áreas primarias de la audición. Estos datos implican que el área de Broca no es la única área motora del lenguaje.

jaime
Resaltado
jaime
Resaltado
Page 80: Conferencias Francisco J. Rubia

80

Las lesiones del área de Wernicke en humanos resultan en sordera para las palabras, aunque el oído de estos pacientes es normal, pero las palabras se perciben como puro ruido sin ningún significado. El giro angular es importante para la lectura de las palabras, por lo que su lesión resulta en alexia o ceguera para las palabras con la que la persona afectada puede ver, pero no leer y, por tanto, tampoco escribir. La lesión del área de Wernicke resulta en la afasia receptiva clásica o pérdida de la comprensión auditiva y visual del lenguaje. La lesión del área de Broca produce, como es sabido, la pérdida del lenguaje articulado. La corteza prefrontal que está justo delante del área de Broca es importante para producir expresiones que requieren un esfuerzo de pensamiento, como cuando se nombra algún objeto. La influencia de la corteza prefrontal sobre las áreas motoras primarias que producen los movimientos de los músculos del hombro, del brazo y de la mano en el lado derecho implicados en la escritura, hace que la lesión en esas regiones produzca agrafia, como lo hace la lesión en el área 39.

jaime
Resaltado
jaime
Resaltado
jaime
Resaltado
Page 81: Conferencias Francisco J. Rubia

81

Veamos ahora los sustratos de la música. En 1992 se realizaron con la técnica PET estudios en diez pianistas profesionales durante la audición, lectura o interpretación de una partitura de Johann Sebastian Bach. Inicialmente, los pianistas ejecutaban escalas ascendentes y descendentes con la mano derecha en el piano; durante esta tarea se activaba el cerebelo del lado derecho que está conectado con el lóbulo frontal del lado izquierdo. En estudios con RMf también se ha observado la activación del neocerebelo del lado derecho en individuos que escuchaban música, una actividad que no era motora en absoluto. En los pianistas, la ejecución de las escalas activaba también las áreas premotoras. Cuando la partitura era simplemente leída, sin escucharla ni interpretarla, el área que se activaba era el área 39 en el lado izquierdo que, recordemos, era el área que se

jaime
Resaltado
jaime
Resaltado
jaime
Resaltado
jaime
Resaltado
Page 82: Conferencias Francisco J. Rubia

82

activaba también al leer palabras, así como parte del área 19 izquierda y del área 18 bilateral, que están implicadas en la elaboración espacial de los estímulos visuales. Si se oía la partitura, se activaba el área 22 del hemisferio derecho. Ahora bien, si se leía la partitura al mismo tiempo que se escuchaba se añadía la parte superior del giro supramarginal o área 40 en ambos hemisferios, una región que es importante para captar el simbolismo del lenguaje. El mayor requerimiento para los sujetos era la visión, audición e interpretación de una pieza musical no familiar. Cuando esto se hacía, aparte de las áreas antes mencionadas se activaba el área 7 en el lóbulo parietal en ambos hemisferios, área importante para la consciencia del propio esquema corporal y que asocia, unifica e interpreta los estímulos sensoriales del lado opuesto en un concepto global. Para los autores de estos estudios esta área es la que sirve para transformar las entradas visuales al leer la partitura en salidas motoras para las habilidades con los movimientos de los dedos. Como vemos, estas áreas que se activan con la música se solapan con las que se activan durante el lenguaje. Curiosamente, la imaginación de una pieza musical y su escucha real activa las mismas áreas.

jaime
Resaltado
Page 83: Conferencias Francisco J. Rubia

83

Estudios realizados con RMf mostraron que estructuras subcorticales también se activan, como el núcleo geniculado medial, el colículo inferior y el lemnisco lateral. Dos estructuras del sistema límbico parecen estar también implicadas, a saber, el hipotálamo y la amígdala del lado derecho, que probablemente procesen las emociones que acompañan las funciones cognitivas musicales. Desde hace tiempo se sabe que el hemisferio derecho está implicado en los aspectos melódicos de la música, mientras que el izquierdo lo está más en los aspectos rítmicos. Por eso, la prosodia, la entonación del lenguaje, ha sido considerada siempre una característica del hemisferio derecho. Hemos visto que el hemisferio dominante está asimismo implicado en la elaboración de la cognición musical. Habría que preguntarse, pues, qué ocurre con el canto, en donde la música y el lenguaje juegan un papel importante. Hace ya varios años que se sabe que el canto sin palabras, es decir, cuando se canta sustituyendo las palabras por ‘la, la, la’, se ve más afectado por lesiones del hemisferio derecho que por las del izquierdo. Hasta

Page 84: Conferencias Francisco J. Rubia

84

ahora lo que sabemos es que el canto activa la parte frontal del área 45 bilateralmente. Faltan aún los estudios pormenorizados con las técnicas modernas de imagen cerebral. ¿Qué ocurre con el cerebro de los músicos? Es conocido que el llamado planum temporale del hemisferio izquierdo es mayor que el del lado derecho en la mayoría de los sujetos diestros y que esta región está relacionada con la comprensión del lenguaje. Pues bien, en los músicos con oído absoluto, esta región es significativamente mayor en el lado izquierdo en relación con otros músicos y con no músicos. Esto estaría de acuerdo con la opinión de que los músicos profesionales utilizan más el hemisferio izquierdo que los no músicos. Una característica típica en músicos profesionales es que utilizan menos regiones cerebrales cuando ejecutan movimientos con la mano que las personas normales. La mitad anterior del cuerpo calloso es significativamente mayor en músicos que comenzaron su entrenamiento antes de los 7 años de edad que en los no músicos, lo que se ha interpretado como una mayor comunicación de las áreas premotoras y suplementarias. De la misma manera, la región dedicada a la mano en la profundidad del surco central es mayor en músicos que

Page 85: Conferencias Francisco J. Rubia

85

utilizan un teclado que en los no músicos. En músicos de cuerda, la región más desarrollada está en el hemisferio derecho en relación con la utilización de los dedos de la mano izquierda. Respecto al sexo, es conocido que los hombres tienen un cerebro más lateralizado en sus funciones que el cerebro de la mujer. Estas diferencias se observan en funciones verbales, visuoespaciales, matemáticas, sociales, etc. Estudios realizados con ambos sexos mostraron lo siguiente: sujetos diestros fueron requeridos que juzgasen si dos secuencias de seis tonos eran iguales o diferentes y los errores se compararon para cada oído. Como era de esperar, los oídos derechos de sujetos no entrenados mostraron más aciertos que los oídos izquierdos. El entrenamiento musical benefició ambos oídos en las mujeres, pero sólo el oído izquierdo en los hombres. Es decir, que los hombres entrenados musicalmente, pero no las mujeres, parecían tener el hemisferio izquierdo dominante para analizar las secuencias de tonos. Esto confirma que en las mujeres la lateralización no es tan grande como en los hombres. Los resultados obtenidos en el estudio de los sustratos cerebrales de las funciones cognitivas como el lenguaje y la música nos apuntan a la posibilidad de una evolución conjunta de ambas habilidades a medida que el cerebro

jaime
Resaltado
Page 86: Conferencias Francisco J. Rubia

86

crecía en los últimos dos millones de años de evolución. Hasta el punto que algunos autores hablan de un estadio “musilingüístico” de la evolución. Esta relación entre lenguaje y música es especialmente evidente en la poesía. La música, aparte del placer que reporta, puede considerarse un medio de comunicación y, como tal, el nivel sistémico más importante para la evolución de la comunicación es la socialidad, o mejor, la evolución del sistema social. El contexto social ha sido considerado por los primatólogos un desafío más importante para la inteligencia de los primates que las tareas manuales. Las habilidades desarrolladas para solucionar los complicados problemas de las relaciones sociales son más sofisticadas que las requeridas para la manipulación de los objetos y herramientas. Por ello, hoy día, se acepta que el factor más importante para la selección de la inteligencia de los primates ha sido la socialidad, o sea, las relaciones sociales. El lenguaje es un ejemplo característico de estas relaciones y, dado, como hemos visto, la supuesta evolución conjunta del lenguaje y de la música, es de suponer que al igual que aquél, ésta está también relacionada con la evolución de los sistemas sociales. Tanto chimpancés como bonobos emiten una forma especial de vocalización: un grito largo, compuesto por

jaime
Resaltado
jaime
Resaltado
jaime
Resaltado
Page 87: Conferencias Francisco J. Rubia

87

elementos más cortos acústicamente distinguibles. Este grito tiene diversas variantes. Todas las especies de primates no humanos utilizan estos sonidos para marcar el territorio; los gorilas también tienen un grito largo que está en relación con los movimientos del grupo. Las vocalizaciones en primates no humanos sirven también para marcar la individualidad, el status social o como alarma ante predadores. Es curioso constatar que los coros de gritos jadeantes se dan más en los chimpancés machos que en las hembras, que apenas los usan. Sin embargo, éstas son más proclives al uso de herramientas que los machos. Por el contrario, en los bonobos, la cooperación y la comunicación entre los dos sexos es mucho mayor que en los chimpancés. La mayoría de los autores coinciden en señalar que la evolución biológica es darwinista porque no permite la transmisión de características adquiridas, pero, por otro lado, la evolución cultural es, por así decir, lamarckiana, porque la información que adquiere cada generación puede ser transmitida en su totalidad a la generación siguiente. En la evolución biológica, las mutaciones que producen variaciones del genotipo son casuales, pero en la evolución cultural, aunque las variaciones pueden ser

Page 88: Conferencias Francisco J. Rubia

88

también casuales, existen ejemplos de evolución dirigida, como ocurre en la ciencia y en la tecnología. Al aplicar el esquema darwinista a la cultura, lo primero fue identificar unidades de replicación, variación y selección; esto fue lo realizado por Richard Dawkins en su libro El gen egoísta, en el que proponía que esas unidades culturales se llamasen “memes”, en analogía con los “genes” de la evolución biológica. Estos memes se transmitirían de cerebro en cerebro extendiéndose por toda una cultura. Pues precisamente el lenguaje y la música han sido utilizados como ejemplo para dilucidar en qué momento se pasaría de la evolución biológica a la cultural, o de la evolución darwiniana a la lamarckiana. Se puede considerar la música como el lenguaje universal de la humanidad. Todas las sociedades tienen música vocal. Todas tienen instrumentos del algún tipo. La música tiene importancia en los rituales y en las ceremonias relacionadas con lo sobrenatural. Otro aspecto universal es que la música se usa para un cambio fundamental en la consciencia individual o para el ambiente de una reunión; también lo es para marcar la importancia de un suceso, como un cumpleaños, una convención política, la aparición de un rey, el encuentro

Page 89: Conferencias Francisco J. Rubia

89

conjunto de varias tribus. La música suele estar universalmente asociada a la danza. No toda música es danzada, pero difícilmente se podrá encontrar una danza que no esté acompañada de música. Los partidarios de la llamada “teoría generativa de la música tonal”, de Lehrdahl y Jackendoff (1983), que se remonta a otra más antigua, de 1935, de Schenker, la “teoría del Ursatz” (tiempo primigenio), afirman que la capacidad musical se compone de una serie de aptitudes o facultades innatas que, por tanto, no dependen de un entrenamiento concreto o de condiciones particulares durante la infancia y adolescencia. Estos autores afirman que existen universales musicales y lingüísticos que caracterizan el pensamiento humano; se expresan en una serie de reglas básicas que constituyen una gramática común a todos los lenguajes y sistemas musicales. Estos sistemas gramaticales son formalizaciones de facultades psicológicas y tienen un equivalente en el pensamiento interno del cerebro, es decir, en sistemas neuronales definidos e independientes. Jean-Philippe Rameau (1683-1764) decía: “la música es natural para nosotros; la emoción que nos hace sentir se

jaime
Resaltado
Page 90: Conferencias Francisco J. Rubia

90

la debemos al puro instinto; este mismo instinto actúa sobre nosotros con muchos otros objetos que muy bien pueden estar relacionados con la música”. Y el filósofo alemán Schopenhauer decía: “Tan fácil de entender y, sin embargo, tan inexplicable, es debido al hecho de que reproduce todas las emociones de nuestro ser más profundo, pero totalmente sin la realidad y alejada de su dolor. La música expresa sólo la quintaesencia de la vida y de sus sucesos, nunca estos mismos”. Para el filósofo y psicolingüista estadounidense Jerry Fodor existirían mecanismos modulares distintos y específicos para procesar los tonos, es decir la melodía, y el ritmo, o sea la organización temporal. Repeticiones de melodías presentadas a distintos niveles de sonido y distintos ritmos a niños pequeños mostraron que la percepción de estos niños de los patrones musicales era muy similar a la de los adultos. Solían preferir los mismos acordes y ritmos que las personas adultas. La música tiene un efecto conmovedor en nuestra psique. Sabemos que una determinada música puede calmarnos y otra puede tener el efecto contrario. Se ha utilizado en

Page 91: Conferencias Francisco J. Rubia

91

el pasado en la terapia de la epilepsia, en la enfermedad de Parkinson, para disminuir la presión arterial, en el tratamiento de niños afectados por el trastorno de hiperactividad con déficit de atención, en la depresión, en el tratamiento del estrés y en el insomnio. El musicólogo y filósofo Julius Portnoy ha encontrado que la música puede cambiar las tasas metabólicas, aumentar o disminuir la presión arterial, los niveles de energía y la digestión de manera positiva o negativa dependiendo del tipo de música. La música puede aumentar la secreción de endorfinas por el cerebro y de esta manera producir placer, así como relajación. Incluso se han hecho experimentos con plantas que crecieron más rápidamente que lo normal escuchando música clásica suave. Hay autores que han dicho que de todas las artes, la música es la que es capaz de modificar la consciencia de manera más poderosa. Pero es más: se ha comprobado que la escucha por estudiantes de la Universidad de Wisconsin durante 10 minutos de la sonata en re mayor para dos pianos KV 448 tuvo efectos positivos en las pruebas de razonamiento espacio-temporal, efecto que duraba unos 10 minutos. A este fenómeno se le llamó el Efecto Mozart y los resultados de este estudio fueron publicados en la revista Nature en 1993.

Page 92: Conferencias Francisco J. Rubia

92

Ha habido pacientes epilépticos que han sufrido ataques al escuchar música y otros que han tenido auras musicales previas a sus ataques. El neurólogo inglés, Oliver Sacks, menciona el caso del Dr. Tony Cicoria, cirujano ortopédico de una pequeña ciudad del Estado de Nueva York, que en un día de lluvia y truenos estaba telefoneando a su madre desde una cabina telefónica, cuando cayó un rayo y vio un fuerte destello de luz que salía de la cabina y le golpeaba la cara. Cayó hacia atrás al suelo y se creyó muerto. Luego se dio cuenta que una mujer sobre él hacía maniobras para resucitarlo, mientras se sentía inundado por una luz blanco-azulada intensa y una profunda sensación de bienestar y paz. El examen neurológico posterior no mostró nada anormal. Tampoco el EEG ni la resonancia magnética. Sólo le fallaba la memoria para los nombres. Pero poco después sintió un deseo irrefrenable de escuchar música. Empezó a tomar lecciones de piano y a comprar discos. Le gustaba especialmente un disco en el que Vladimir Ashkenazy tocaba piezas de Chopin. Todo el día sentía la música en su cerebro y apenas podía ocuparse de otra cosa. Pensaba que había sobrevivido sólo para eso. Confesaba que desde el accidente se había hecho “muy espiritual”.

Page 93: Conferencias Francisco J. Rubia

93

Hay casos también de músicofobia. Oliver Sacks menciona el de Nikonov, un crítico musical del siglo XIX, que tuvo un primer ataque epiléptico cuando estaba en la representación de la ópera El Profeta de Meyerbeer. A partir de ahí se hizo cada vez más sensible a la música hasta el punto que cualquier tipo de música le provocaba convulsiones. Tuvo que renunciar a su profesión y cuando oía una banda de música por la calle se tapaba los oídos y corría a esconderse tras cualquier puerta o huir por una calle adyacente. Todo esto nos muestra la relación estrecha entre la música, las emociones y la espiritualidad. Una cuestión importante es la del origen de la música. En el libro de Charles Darwin de 1871 El origen del hombre y la selección en relación al sexo, éste decía: “parece probable que los progenitores del hombre, sean hombres o mujeres, o ambos sexos, antes de adquirir el poder de expresar el amor mutuo en lenguaje articulado, intentaron hechizarse uno al otro con notas musicales y ritmo”. Darwin se dio cuenta de la ubicuidad de la música en todas las culturas conocidas, el desarrollo espontáneo de las capacidades musicales en los niños y la manera en la que provoca fuertes emociones, antes de concluir: “Todos estos hechos con respecto a la música y al lenguaje apasionado se hacen inteligibles hasta cierto

Page 94: Conferencias Francisco J. Rubia

94

punto si asumimos que los tonos musicales y el ritmo se utilizaron por nuestros antecesores semihumanos durante el período del cortejo”. Tanto la música como el lenguaje están presentes en todas las sociedades humanas que hoy existen, y los arqueólogos afirman que ambas estuvieron también presentes en las sociedades prehistóricas. Ambas poseen una estructura jerárquica que consiste en elementos acústicos, palabras o tonos respectivamente, que se combinan para formar frases, expresiones o melodías, aunque la naturaleza de esas unidades es diferente en el lenguaje, que son símbolos, mientras que en la música no. El lenguaje, sea hablado, escrito o por gestos, se utiliza como medio de comunicación de ideas o conocimientos; la música, sin embargo, es un sistema de comunicación no referencial, y aunque no nos comunique nada sobre el mundo, puede tener y tiene un impacto profundo sobre nuestras emociones. Por tanto, o el lenguaje se deriva de la música, o ambos, lenguaje y música se desarrollaron en paralelo, o existió un precursor de ambos, una especie de ‘musilenguaje’, como así se le ha llamado. El músico ruso Vissarion Shebalin el año 1953, a la edad de 51 años, sufrió un derrame cerebral en el lóbulo

jaime
Resaltado
Page 95: Conferencias Francisco J. Rubia

95

temporal izquierdo que le paralizó la mano derecha, la parte derecha de la cara y trastornó el lenguaje, pero su labor de compositor continuó sin problemas, terminando su quinta sinfonía en 1963, poco antes de su tercer ataque de apoplejía que lo llevó a la tumba. El neuropsicólogo ruso Alejandro Luria informó sobre este caso en el Journal of Neurological Science en 1965 diciendo que era una prueba de que la música y el lenguaje eran dos sistemas separados en el cerebro. Si realmente la música y el lenguaje están separados, ¿existe también la posibilidad que se de el lenguaje sin la música? Efectivamente esto es así. Se han referido casos de amusia, o sea, incapacidad de entender y/o producir música, pero con conservación del lenguaje. Sin embargo, también puede producirse una afectación tanto del lenguaje como de la música. El compositor francés Maurice Ravel que en 1927 empezó a escribir tonterías, y en 1928 tocando su Sonatina en Madrid, saltó desde el primer tiempo al final, mostró muchas dificultades en la motricidad y en el lenguaje, así como se vio impedido para escribir o tocar una sola nota de música. En este caso, ambos sistemas, la música y el lenguaje, se vieron afectados. A fin de cuentas, en el canto, lenguaje y música están unidos.

Page 96: Conferencias Francisco J. Rubia

96

Los pacientes que sufren de amusia, o sea incapacidad para percibir la música, mientras su capacidad lingüística permanezca intacta suelen tener lesiones en los lóbulos temporales derecho o izquierdo. Sin embargo, los que mantienen su capacidad musical, pero pierden las lingüísticas, suelen sufrir lesiones sólo en el lóbulo temporal derecho. Se sabe que en el lenguaje, la sintaxis, la semántica, el análisis de los fonemas o la prosodia se localizan en lugares distintos del cerebro. Igualmente, en la música, la melodía, el timbre o el ritmo también ocupan lugares distintos, pudiendo sufrir un paciente con lesión cerebral la pérdida de uno de estos componentes, conservando los demás. Un caso especial que muestra la separación de música y lenguaje en el cerebro desde épocas muy tempranas de la vida es el de los llamados ‘músicos sabios’, niños que son muy deficientes en sus capacidades lingüísticas, pero que tienen una musicalidad normal, o incluso excelente, como ocurre, por ejemplo, en el síndrome de Williams. Estos músicos sabios poseen capacidades con las que cualquier persona puede soñar: un oído absoluto, una percepción finísima, una capacidad enorme de representación acústica, y una memoria musical excepcional. Suelen tener estos músicos sabios lesiones

jaime
Resaltado
Page 97: Conferencias Francisco J. Rubia

97

en el hemisferio izquierdo, por lo que se supone que se desinhiben funciones del hemisferio derecho. ¿Cuál sería, pues, el valor de supervivencia de la música para haber desarrollado una capacidad innata a lo largo de la evolución? Evidentemente, aquí nos basamos en la especulación y algunos autores han propuesto que la música incrementa los lazos sociales fomentando las respuestas emocionales conjuntas cuando se danza o canta, aparte de poder relajar tensiones en los individuos. Algunos autores argumentan que es posible que la música se remonte al Homo erectus, es decir, a una época entre 1,8 millones y 300.000 años antes de nuestra era. Esta opinión parece exagerada. Sabemos que nuestra especie, el Homo sapiens, hizo su aparición en la Tierra hace unos 200.000 años, pero que la explosión cultural que, probablemente llevó al lenguaje, a la aparición del arte y la religión, tuvo lugar hace unos 50.000 años. Y la hipótesis que hoy se maneja para explicar este retardo de 150.000 años en la aparición de esa explosión cultural es que fue motivada por una mutación. Las estrechas conexiones de la música con el lenguaje nos hacen pensar que, muy probablemente, su aparición en el ser humano es más reciente y dentro del período de existencia de nuestra propia especie. A favor de esta opinión estaría

jaime
Resaltado
Page 98: Conferencias Francisco J. Rubia

98

el hecho de que los registros arqueológicos indican que los instrumentos musicales hacen su aparición con el Homo sapiens. Pero hay opiniones, como las del lingüista Steven Pinker, que se inclinan por pensar que la música es una “auditory cheesecake”, o sea, una delicia auditiva, algo marginal en la evolución, que, en el mejor de los casos es adaptativa al promover una solidaridad del grupo. Tanto el lenguaje como la música tienen una estrecha relación con el movimiento, por lo que se considera que la música establece relaciones entre distintas funciones cerebrales, relaciones que también son consideradas características de nuestra especie. La música facilitaría este tipo de relaciones entre funciones distintas, tales como las emociones, la prosodia de nuestro lenguaje, la relación entre madre e hijo en ese proto-lenguaje casi musical que se emplea para establecer contacto entre una y otro, así como en la motricidad asociada a la periodicidad de los movimientos. Con respecto a la posibilidad por muchos autores aceptada de la predisposición genética para la música, habría que suponer también la heredabilidad de esta facultad. Y, en efecto, se ha calculado que aproximadamente la mitad de los grandes compositores

Page 99: Conferencias Francisco J. Rubia

99

han tenido músicos profesionales en sus familias o descendían de familias con una larga tradición musical, como es el caso de la familia de Johann Sebastian Bach, que en siete generaciones se han contado hasta 64 profesionales de la música. No quisiera terminar sin mencionar uno de nuestros misterios más grandes: la inspiración. ¿Qué han dicho los compositores famosos sobre esa misteriosa inspiración que les llevaba a plasmar en el papel su música? Pues en términos generales, que la música fluía de sus cabezas sin ningún problema. Richard Wagner lo comparaba como el fluir de la leche en una vaca, Saint-Saëns con un árbol de manzanas produciendo sus frutos y Mozart, tan soez como siempre, con una cerda orinando. Precisamente Mozart hablaba de que sus ideas musicales se le presentaban cuando estaba solo, cuando iba de una ciudad a otra en su carruaje o cuando no podía dormir por las noches. Su barbero se quejaba que tenía que andar siempre detrás de él para afeitarle porque se levantaba de pronto del cembalo para ir al escritorio a escribir la música. Tanto él como Robert Schumann oían la música, al parecer, completa en su cabeza antes de pasarla al papel. A veces, la inspiración era sentida como una experiencia religiosa. Un criado encontró un día a Händel llorando a

Page 100: Conferencias Francisco J. Rubia

100

lágrima viva cuando en un maratón de 24 días escribió su “Mesías”. Y expresaba esta experiencia diciendo: “Veía el cielo abierto ante mí y al propio Dios Padre”. O Johannes Brahms que lo expresaba así: “Me sentía en consonancia con la eternidad, no hay nada más apasionante”. Muchos compositores sufrían de lo que hoy podíamos llamar períodos maníacos o maníaco-depresivos. Curiosamente, este tipo de enfermos muestran a veces altos valores de creatividad. Se supone que aproximadamente un tercio de todos los escritores y artistas, así como la mitad de los poetas, tuvieron síntomas maníaco-depresivos. Los psicólogos sospechan que a este grupo pertenecen compositores como Berlioz, Bruckner, Gesualdo, Glinka, Händel, di Lasso, Mahler, Mussorgsky, Rachmaninoff, Rossini, Schumann, Tchaikowsky, etc. Todos estos hechos no hacen más que corroborar la opinión de que nuestro cerebro emocional es mucho más importante no sólo para nuestra propia supervivencia sino también para estas funciones inconscientes de la creatividad. Ahora sabemos lo que deberíamos haber intuido hace tiempo simplemente observando la evolución del cerebro: que las emociones son la base incluso de nuestro pensamiento racional.

Page 101: Conferencias Francisco J. Rubia

101

6. ¿Existe un instinto moral?

El matemático y filósofo alemán Gottfried Leibniz en el siglo XVII afirmaba que nuestro conocimiento de la moralidad y de la aritmética es innato. En esta conferencia pretendo explicar que el comportamiento moral del ser humano no es fruto solamente de la cultura, sino que también tiene raíces biológicas, que están ligadas a la supervivencia de la especie. Con otras palabras: que considero que tienen razón aquellos que afirman que el ser humano posee un instinto moral. Comportamientos como el altruismo recíproco, la compasión, la reconciliación, el consuelo o la cooperación solidaria están en el fundamento de la conducta moral, y esta conducta puede observarse en otros animales que no son los seres humanos. Estos comportamientos están estrechamente unidos a funciones cognoscitivas, como la capacidad de simulación, la capacidad de entender los estados mentales de otros congéneres, como son deseos, acciones y afectos, para poder prever sus comportamientos. Se supone que la conducta moral evolucionó conjuntamente con estas funciones cognoscitivas.

jaime
Resaltado
jaime
Resaltado
jaime
Resaltado
Page 102: Conferencias Francisco J. Rubia

102

La moralidad humana puede considerarse como el resultado de adaptaciones específicas a la vida social humana. Charles Darwin especuló sobre cómo dividir los orígenes de la moralidad entre la selección natural, la cultura y el aprendizaje, pero sospechaba que, en los últimos estadios de la evolución de la moralidad, la cultura y el aprendizaje, tanto a nivel individual como colectivo, jugarían un papel preponderante. El lingüista estadounidense Noam Chomsky dice: “parece ciertamente razonable especular que los sistemas morales y éticos adquiridos por el niño se deben mucho a alguna facultad humana innata”, y que “esta facultad está anclada en nuestra naturaleza”. Y el profesor de psicología de Harvard, Marc Hauser opina que nuestra facultad moral está equipada con una “gramática moral universal”, en analogía con la gramática universal del lenguaje según Chomsky, un instrumento para construir sistemas morales específicos, de acuerdo con la cultura en la que el individuo se desarrolla. Esta maquinaria fue diseñada en parte por la maquinaria ciega de la selección natural y en parte es el resultado de la historia evolutiva de nuestra especie. Según Hauser, nuestro instinto moral es inmune a los mandamientos heredados por las religiones y los

Page 103: Conferencias Francisco J. Rubia

103

gobiernos. A veces, nuestras intuiciones morales coinciden con las que explican la cultura, pero otras veces divergen de ellas. Nuestros juicios morales están mediados por un proceso inconsciente que valora las causas y consecuencias de nuestras acciones y las de los demás. Marc Hauser, dice que hay algunos datos que apuntan al hecho de que determinados rasgos de nuestro comportamiento pueden estar anclados en nuestra naturaleza, es decir, que sean innatos. Uno de ellos es la universalidad. Si algo se da en todos los seres humanos y en todas las culturas, es muy probable que sea algo innato. Precisamente a esos rasgos se les llama “universales”. Otro dato que puede indicar que un rasgo sea innato es su aparición temprana en el desarrollo. Con otras palabras, puede ocurrir que, como en el lenguaje, tengamos una predisposición innata para la moral, pero que necesitemos un entorno moral para elaborar un código determinado de normas. Mucho menos probable es que la moralidad sea el producto de sólo uno o de pocos módulos mentales que están informativamente encapsulados, como el lenguaje. Como todos sabemos, no tenemos acceso a las leyes de la gramática, sino que componemos las frases sin poder cambiar nada conscientemente; a eso se le llama que el módulo mental del lenguaje está informativamente encapsulado, no accesible a cambios. Las consideraciones

jaime
Resaltado
Page 104: Conferencias Francisco J. Rubia

104

morales, por otro lado, son accesibles a la consciencia y a la deliberación, mientras que los productos intermedios del procesamiento sintáctico y fonológico no lo están. La clínica neurológica nos enseña que, mientras que el lenguaje parece depender de sistemas cerebrales discretos que son vulnerables a lesiones locales que dejan otras funciones intactas, las lesiones cerebrales que producen trastornos en la moralidad parecen dañar las conexiones cognitivo-afectivas. Todo esto parece sugerir que la moralidad es el resultado de interacciones entre varios sistemas que sustentan y regulan el aprendizaje y la respuesta social y afectiva. Charles Darwin en su obra “The descent of man” (El origen del hombre) (1871) decía: “Cualquier animal, dotado con instintos sociales bien marcados, incluidos aquí los afectos paternales y filiales, adquirirán inevitablemente un sentido o consciencia moral, tan pronto como sus poderes intelectuales se hayan desarrollado tan bien o casi tan bien como lo están en el hombre”. En ese mismo libro, Darwin planteaba la teoría que se llama “de selección de grupos”, según la cual los grupos que cooperan entre sí tienen mayores probabilidades de sobrevivir que otros, por lo que la

jaime
Resaltado
Page 105: Conferencias Francisco J. Rubia

105

lucha por la supervivencia seleccionaría esa conducta altruista que se transmitiría a la descendencia. Posteriormente, el biólogo británico William Hamilton propuso la teoría “de selección de parentesco”, por la que la naturaleza seleccionó los individuos altruistas porque favorece la supervivencia de las familias. El biólogo Thomas Huxley, llamado “el bulldog de Darwin”, por su defensa a ultranza de la teoría de la selección natural frente a sus detractores a finales del siglo XIX (1894), en su famosa clase Evolution and Ethics decía que la naturaleza humana era esencialmente mala. La moralidad, argumentaba, es una invención humana diseñada expresamente para controlar y combatir las tendencias egoístas y competitivas generadas por el proceso evolutivo. El filósofo inglés Thomas Hobbes pensaba que el hombre se comporta moralmente porque cree que a largo plazo eso termina beneficiándolo. Si recuerdan, Hobbes popularizó la frase de Plauto “homo homini lupus”, es decir, el “hombre es un lobo para el hombre”. Contra estas dos personas, Huxley y Hobbes, el primatólogo Frans de Waal argumentó contra la llamada “teoría del barniz”, que decía que la moralidad es sólo una pequeña capa de barniz sobre un núcleo amoral o

Page 106: Conferencias Francisco J. Rubia

106

inmoral. Como expresión de esta teoría está la frase del biólogo y filósofo estadounidense Michael Ghiselin que dice: “Rasca a un altruista y verás sangrar a un hipócrita”. De Waal invirtió esta teoría planteando que el hombre es por naturaleza bueno; esta característica sería heredada de nuestros antepasados no humanos gracias a la selección natural. Su opinión se basa en la observación detallada del comportamiento de primates no humanos que nos han antecedido en la evolución. De Waal concluye que la capacidad humana de actuar bien tiene sus orígenes evolutivos en las emociones que compartimos con otros animales. Y dentro de las emociones un papel fundamental sería la empatía, llamando la atención sobre algo que denominó el “contagio emocional” y que se observa en muchas especies. Esto se corrobora con el descubrimiento de neuronas en el lóbulo frontal de primates no humanos que disparan cuando el mono realiza un movimiento para coger un alimento, pero también cuando observa el mismo movimiento realizado por el experimentador. Estas son las llamadas neuronas espejo. También se han encontrado neuronas espejo que responden con ciertas emociones, tanto en el propio animal, como cuando observa las mismas emociones en otros. Este descubrimiento es importante, porque es la base de la imitación que tan importante papel juega en nuestra cultura. Además, la capacidad de anticipar la conducta y las intenciones de

jaime
Resaltado
jaime
Resaltado
Page 107: Conferencias Francisco J. Rubia

107

los demás tiene un valor de supervivencia importantísimo. En humanos se ha podido comprobar que las regiones donde se encuentran estas neuronas en el lóbulo frontal se activan cuando el sujeto está observando la conducta de otros. A esta capacidad se le ha llamado la “teoría de la mente” y en niños autistas parece que muestran un déficit de esta capacidad; esta incomprensión de las intenciones y expresiones emocionales de otras personas es lo que hace que estos niños se retraigan en su comportamiento social. El biólogo evolucionista norteamericano Robert Trivers fue el que propuso la teoría del altruismo recíproco, de acuerdo con la cual un individuo realiza actos altruistas porque generarían asimismo en los otros miembros del grupo actos altruistas para ese individuo. Según este y otros autores las tendencias altruistas son tan fuertes como las egoístas y tienen un mismo origen biológico. Sin embargo, la dualidad entre naturaleza y moralidad expresada por Huxley también es asumida por el biólogo evolutivo Richard Dawkins, quien en 1976 escribía: “Tenga cuidado, si quiere, como yo lo hago, en construir una sociedad en la que los individuos cooperan de forma generosa y altruista por el bien general, podrá esperar bien poco de la naturaleza biológica. Intentemos enseñar generosidad y altruismo porque hemos nacido egoístas”.

jaime
Resaltado
Page 108: Conferencias Francisco J. Rubia

108

Aquí, Dawkins se refiere a la cuestión que se han planteado muchos biólogos: ¿cómo es posible una conducta en la naturaleza en la que, al parecer, rige la ley de la lucha por la supervivencia? El altruismo puede definirse como aquél comportamiento que mejora las posibilidades reproductivas o de supervivencia de otros individuos a expensas de las suyas propias. Lo que plantea este hecho, que puede observarse no sólo en humanos, sino también en otros animales es que, según la selección natural habría que esperar que los individuos altruistas que se colocan en circunstancias menos ventajosas que los individuos egoístas, se fueran con el tiempo eliminando hasta desaparecer. La respuesta a este problema ya hemos visto que Darwin la da con su teoría de la selección de grupos y Hamilton con la de selección de parentesco. Otro biólogo evolutivo, George C. Williams (1988), también reafirma, con pequeñas variaciones, la postura de Huxley, diciendo: “Pienso que la moralidad es una capacidad accidental producida, en una estupidez sin límites, por un proceso biológico que normalmente se opone a la expresión de esa capacidad”.

Page 109: Conferencias Francisco J. Rubia

109

Y el filósofo Daniel Dennett (1995), aun admitiendo que quizás los grandes simios, las ballenas y los delfines posean algo de la cognición social requerida para que exista la moralidad escribía: “Mi corazonada pesimista es que la razón principal por la que no hemos excluido a los delfines y a las ballenas como moralistas de las profundidades, es que son muy difíciles de estudiar en la naturaleza libremente. La mayoría de la evidencia conseguida sobre los chimpancés ha sido autocensurada por los propios investigadores – es que son verdaderos ciudadanos del estado de la naturaleza de Hobbes, mucho más desagradables y brutos que lo que cualquiera pueda creer”. El antropólogo George Silberbauer (1991) sugiere que los sistemas morales, contrariamente a las creencias de Huxley, tienen un origen biológico y son parte integral de la naturaleza humana. Y otro antropólogo, Robin Dunbar, dice que lo que se sabe del neocórtex apoya la hipótesis de que en los primates existe un “cerebro social”, una región que está especializada en predecir y coordinar el comportamiento social. Desde luego en primates el comportamiento es en grupo y muy bien organizado, lo que es importante, ya que desde el punto de vista individual son animales vulnerables. Ahora bien, la convivencia en grupo, como en el ser humano, plantea problemas que hay que resolver si se quiere garantizar

jaime
Resaltado
Page 110: Conferencias Francisco J. Rubia

110

su cohesión, por lo que de ahí que surgiesen comportamientos cooperativos y de resolución de conflictos. Si esto es así, habría que esperar tener un mínimo de elementos de estos sistemas en otras especies sociales. Para Jessica Flack y Frans de Waal, de la Universidad Emory de Atlanta en EE.UU., la serie de reglas que gobiernan la conducta de animales no humanos en sus grupos sociales, aportan las claves de cómo surgió la moralidad durante el curso de la evolución. El orden creado por esta serie de reglas es vital para el mantenimiento de los sistemas sociales y, probablemente, sea la razón por la que la moralidad humana no fue eliminada por la selección natural. Para expresar hasta qué punto la biología ha influenciado y conformado el desarrollo de los sistemas morales, una posibilidad es analizar la conducta de otras especies que sean análogas y quizás homólogas a la nuestra. Quisiera en este punto decir que estoy completamente de acuerdo con la postura de Konrad Lorenz, el célebre etólogo, premio Nobel en 1973 con Niko Tinbergen y Karl von Frisch, que decía que de acuerdo con la evolución, las

jaime
Resaltado
jaime
Resaltado
Page 111: Conferencias Francisco J. Rubia

111

facultades mentales que tienen los humanos, entre ellas la moralidad, tendría que tener precursores en los animales que nos han precedido; él las llamaba ‘estructuras ratiomorfas’. Pues bien, a la búsqueda de estas estructuras se han dedicado muchos etólogos y primatólogos y, en las últimas décadas, se han conocido muchos resultados obtenidos por la observación en la naturaleza del comportamiento de estos animales. Desde luego todas las especies se confían en la cooperación mutua, muestran lealtad al grupo, así como tendencias a ayudar a sus miembros. Muchos primates no humanos parecen tener métodos similares a los humanos para resolver, gestionar y prevenir conflictos de intereses en los grupos. Estos métodos incluyen la reciprocidad, el compartimiento de alimentos, la reconciliación, la consolación, la intervención en conflictos y la mediación, que son los componentes básicos de los sistemas morales. Los primates no humanos no serán seres morales, pero muestran indicios de un sentido de regularidad social que es análogo a las reglas y regulaciones de la conducta moral. Aparte de la resolución de conflictos se pueden reconocer en los animales sociales otros componentes clave o “prerrequisitos” de moralidad, como la

jaime
Resaltado
jaime
Resaltado
Page 112: Conferencias Francisco J. Rubia

112

reciprocidad, la empatía, la simpatía y la preocupación por la comunidad. Habría que añadir un sentido de la justicia y una internalización de las normas sociales. Un ejemplo del sentido de justicia y de compasión lo ofrece un estudio con macacos rhesus, en el que los monos se negaron a tirar de una cadena con la que podían obtener alimentos si este acto les producía un shock eléctrico a un compañero. Uno de esos monos se negó a tirar de la cadena durante cinco días y otro durante doce días, pasando por tanto por el sacrificio de pasar ellos hambre antes que hacer daño a otros. Esta inhibición de dañar a otros fue más pronunciada cuando el otro era algún familiar. La célebre primatóloga británica Jane Goodall, conocida por haber dedicado su vida al estudio de primates, y que fue galardonada con el Premio Príncipe de Asturias en el año 2003, describe muchos casos de rasgos que pueden calificarse de morales en estos animales, uno de ellos el de un chimpancé adulto que perdió su vida para salvar a un chimpancé bebé que la incompetente de su madre – como ella dice– había dejado caer en el agua. Los chimpancés no saben nadar y suelen ahogarse si caen en aguas profundas.

jaime
Resaltado
jaime
Resaltado
Page 113: Conferencias Francisco J. Rubia

113

Ha habido muchos filósofos y biólogos que eran escépticos de que la evolución haya podido producir componentes de sistemas morales, como la capacidad para la simpatía y la empatía, o incluso la capacidad de cooperación entre no parientes, lo que requiere la supresión de intereses independientes a corto plazo. Pero también existe una tradición que se remonta al anarquista Piotr Kropotkin (1902) y, más recientemente, Robert Trivers (1971) que sostiene que los animales se ayudan unos a otros porque así consiguen beneficios colectivos a largo plazo. Kropotkin, por ejemplo, era de la opinión que los organismos no luchan necesariamente unos contra otros, sino colectivamente contra su entorno. Unos 70 años más tarde, Trivers refinó los conceptos de Kropotkin diciendo que el “altruismo recíproco”, como él le llamaba, implicaba actos de intercambio que, aunque beneficiosos para los que los reciben, eran costosos para los que los daban. Es conocido que los chimpancés comparten alimentos, así como los bonobos, también conocidos como chimpancés pigmeos, los siamangs, que son gibones que habitan en el Sudeste asiático, y los monos capuchinos. Es un método

Page 114: Conferencias Francisco J. Rubia

114

alternativo de dominancia social por el que los miembros adultos de un grupo social distribuyen recursos entre sí. El compartimiento de alimentos requiere una comunicación bien sintonizada sobre intenciones y deseos del otro para facilitar la transferencia interindividual de alimentos. La transferencia de alimentos suele ser pasiva, es decir, que implica la renuncia a plantas y alimentos animales, más que su entrega. Se han planteado tres hipótesis para explicar las razones por las que un individuo permitiría a otro coger sus alimentos. La primera hipótesis fue planteada por Wrangham (1975) y decía que los poseedores de alimentos los comparten con otros miembros del grupo para eliminar el acoso y reducir la posibilidad de ser receptores de agresiones. Esta hipótesis ha sido denominada “compartir bajo presión”. Es parecida a la hipótesis de Blurton-Jones (1987) llamada la hipótesis del “ladrón tolerado”, según la cual es más común para los poseedores dejar que otros cojan los alimentos que donarlos de forma activa. Según Blurton-Jones estos ladrones son tolerados para evitar luchas potenciales y arriesgadas.

Page 115: Conferencias Francisco J. Rubia

115

La hipótesis denominada “compartir para elevar el status”, ha sido postulada por Kortlandt (1972) y Moore (1984). Un ejemplo ilustrativo de esta estrategia lo tenemos en Nishida y colaboradores (1992), quienes describieron a un chimpancé adulto alfa que mantenía su posición gracias a “sobornos”, es decir, distribución selectiva de alimentos a potenciales aliados; también de Waal (1982) nos habla de un contendiente para una posición alfa en una colonia de un zoológico que parecía ganar popularidad adquiriendo y distribuyendo alimentos. Una hipótesis similar fue desarrollada para la distribución de alimentos por Kristen Hawkes (1990), antropólogo que planteó que los humanos que aportaban alimentos a muchos otros individuos presumían de ello. Esta presunción señalizaría el valor en la caza y la generosidad, dos características que podían ser atractivas para potenciales compañeros sexuales y aliados políticos. La tercera hipótesis es la hipótesis de la reciprocidad y propone que el compartimiento es una parte de un sistema de obligaciones mutuas que puede implicar intercambio material, de favores sociales, como acicalamiento y apoyo mutuo.

Page 116: Conferencias Francisco J. Rubia

116

Todos estos argumentos olvidan que en el comportamiento moral de los humanos puede que existan otras motivaciones menos altruistas que las que se aducen como causa de esos comportamientos. En realidad, el egoísmo y el altruismo no tienen por qué ser excluyentes. El egoísmo es útil para la supervivencia del individuo, pero el altruismo lo es probablemente para la supervivencia del grupo. En animales que viven en sociedad, ambas características han sido seguramente conservadas por la selección natural porque ambas son útiles para la supervivencia. En humanos podemos también observar que el altruismo tiene un fondo egoísta. Los experimentos realizados con distintas especies de primates no humanos indican que existe en los sistemas sociales de estos animales una forma de reciprocidad calculada, lo que se ha interpretado como un precursor del sentido humano de justicia y también una internalización de normas sociales. De estos experimentos se puede concluir que los monos antropoides y los simios son capaces de mantener en su mente los servicios recibidos por otros congéneres y pagar a esos individuos esos favores. Lo contrario también es cierto: existe la revancha y la agresión cuando las reglas que mantienen el grupo social son violadas.

jaime
Resaltado
jaime
Resaltado
Page 117: Conferencias Francisco J. Rubia

117

Otro de los aspectos estudiados en estas colonias de monos es la resolución de conflictos. Una de las vías más simples para solucionar estos problemas es el establecimiento de unas claras relaciones de dominancia. Los macacos rhesus, por ejemplo, que son subordinados muestran los dientes y presentan sus cuartos traseros cuando se aproxima un mono dominante, como mostrando su reconocimiento de la dominancia del otro. Una de las conductas típicas tras un conflicto es la reconciliación que permite contrarrestar las consecuencias negativas de una agresión y reducir la tensión surgida. Otra forma cómo los primates no humanos resuelven los conflictos es la intervención en ellos, generalmente suelen ser los miembros más importantes en el rango del grupo los que intervienen cuando existen agresiones entre los jóvenes. Otro método para resolver conflictos es lo que se ha llamado mediación. Por ejemplo, en un conflicto serio entre dos monos machos adultos puede ocurrir que una hembra adulta intervenga acercándose a uno de los machos, lo bese o lo toque y luego se dirija al segundo de los machos con la intención de mediar en el conflicto.

jaime
Resaltado
jaime
Resaltado
jaime
Resaltado
jaime
Resaltado
Page 118: Conferencias Francisco J. Rubia

118

Los sentimientos morales humanos como la simpatía, la empatía y la preocupación por la comunidad pueden también observarse en los grupos sociales de primates no humanos. Estos sentimientos no tienen, sin duda, la complejidad que tienen los sentimientos humanos, pero son, al parecer, precursores de los nuestros. Queda por saber si estos atisbos de moralidad son innatos o adquiridos. Existen varios ejemplos de hábitos adquiridos; los más populares ejemplos son los monos japoneses que aprendieron a lavar las patatas en el mar, hábito que luego se extendió por varias islas, o los chimpancés de África Occidental que aprendieron y legaron a su descendencia el hábito de cascar las nueces con piedras. Todos estos argumentos a favor de una moralidad en animales no humanos han sido muy contestados, lo cual no nos llama la atención teniendo en cuenta que la moral ha sido tradicionalmente considerada como una conducta típicamente humana. Algunos autores argumentan que la moralidad no se define por conductas, sino por intenciones, argumento que es un tanto falaz pues nunca podremos saber las intenciones de animales que no poseen lenguaje. También se ha dicho que los conceptos altruismo, venganza, agresión moral etc., son antropocéntricos. Otros argumentos son que la emoción

Page 119: Conferencias Francisco J. Rubia

119

de culpa, que es central en la moralidad humana no puede tener lugar en los primates no humanos porque requiere que el individuo conozca que un acto voluntario ha dañado a otro y que esa conducta podría haber sido inhibida. En cualquier caso, parece evidente que en primates no humanos y cercanos evolutivamente al hombre aparecen conductas que pueden interpretarse como precursoras de la moralidad humana, lo cual no es de extrañar teniendo en cuenta que de algunos de estos animales no nos separa más que el 1,6% del genoma. Quedaría por saber dónde se localizan estas facultades o, al menos, aquella parte que fuese innata, suponiendo que muchos otros aspectos fueran fruto de la cultura y del aprendizaje. En el ser humano, estas facultades, que consisten no sólo en el altruismo, la mediación, la consolación y todos los demás aspectos que hemos visto en los primates no humanos, parecen estar localizadas en la corteza prefrontal, la región más moderna del cerebro, especialmente en una parte de la corteza prefrontal llamada órbitofrontal por estar situada justo por encima de las órbitas oculares. La lesión de esta región en humanos, sea debida a accidentes o tumores, produce una transformación de la personalidad que nos recuerda

jaime
Resaltado
jaime
Resaltado
Page 120: Conferencias Francisco J. Rubia

120

la conocida novela de Robert Louis Stevenson “El Dr. Jekyll y Mister Hyde”. El conocido neurólogo portugués, pero afincado en Estados Unidos, Antonio Damasio refiere estos casos en su libro “El error de Descartes”. Estos pacientes, aparte de un aplanamiento afectivo, se vuelven inmorales, egoístas y desconsiderados con el prójimo y también, curiosamente, son incapaces de tomar decisiones, lo que fundamenta la opinión de que nuestros afectos y emociones son importantes para las funciones cognitivas. Podemos decir que la conducta moral tiene un origen multifactorial, con factores cognoscitivos, afectivos y sociales, que han tenido un valor adaptativo y que, probablemente sea un producto colateral de los factores mencionados. Es de suponer que estas facultades morales tienen su origen en los animales que nos han precedido, como he tratado de mostrar, pero que han sufrido una evolución desde ellos hasta el Homo sapiens. Desde entonces acá, que yo sepa, es decir desde hace unos 200.000 años, no ha tenido lugar ninguna mutación que haya modificado nuestra capacidad cerebral. Tendremos, pues, la predisposición innata a una moral que ya tenía el Hombre de Cro-Magnon, mas la que la cultura y el aprendizaje hayan añadido desde entonces.

jaime
Resaltado
Page 121: Conferencias Francisco J. Rubia

121

7. Bases cerebrales de la empatía

La empatía se define como la capacidad de entender las emociones de otras personas y participar en ellas. Es un componente importante de la inteligencia emocional y fundamental para la interacción satisfactoria con el entorno social. La incapacidad para la empatía, de entender lo que otras personas sienten, deteriora la capacidad de predecir el comportamiento futuro de esas personas y priva al individuo de una relación estrecha con ellas. Nuestro cerebro no está aislado del entorno, sino que forma parte de ese entorno social complejo, estando constantemente en contacto con otras personas. Se han identificado cuatro factores que constituyen la empatía: primero, la presencia en nosotros mismos de un estado afectivo; segundo, un isomorfismo entre ese estado propio y el de otra persona; tercero, la provocación de nuestro estado afectivo por la observación o imaginación del estado afectivo de la otra persona; y cuarto, el conocimiento de que el estado afectivo de la otra persona es la causa de nuestro estado afectivo.

jaime
Resaltado
Page 122: Conferencias Francisco J. Rubia

122

El primer factor, o sea la presencia en nosotros de un estado afectivo, lo diferencia de lo que se ha denominado ‘mentalización’, que se refiere a deducir estados mentales de otras personas sin implicación emocional. Por ejemplo, psicópatas pueden entender los estados mentales de otras personas, incluidos los estados afectivos, pero sin implicación emocional propia, es decir, sin empatía. Recientemente se ha podido mostrar que la mentalización y la empatía tienen una base neurobiológica distinta. El segundo factor, el isomorfismo entre el estado afectivo propio y el de otra persona lo diferencia de la simpatía. Es decir, la empatía supone la participación en las emociones de la otra persona, mientras que la simpatía significa una respuesta emocional que es congruente con la emoción de otra persona, pero que no es necesariamente isomórfica. Por ejemplo, si alguien está enfadado sobre algo es posible que no participemos en ese enfado, pero sí tener comprensión con él o con ella. El tercer factor, la observación o imaginación de un estado afectivo en otra persona, puede ocurrir cuando leemos, por ejemplo, una carta de un amigo en la que éste describe un suceso triste y nosotros imaginamos el estado afectivo de esa persona.

jaime
Resaltado
jaime
Resaltado
jaime
Resaltado
jaime
Resaltado
Page 123: Conferencias Francisco J. Rubia

123

El cuarto aspecto, conocer que el estado afectivo de otra persona es la causa de nuestro estado afectivo puede ayudar a distinguir la empatía del contagio emocional, que puede definirse como la tendencia a mimetizar y sincronizar automáticamente las expresiones faciales, las vocalizaciones, las posturas y los movimientos con los de la otra persona. El contagio emocional ha sido considerado como un precursor de la empatía, un contagio que ya está presente en los niños pequeños. ¿Por qué se entienden los seres humanos entre sí? El psicólogo suizo Carl Gustav Jung decía que porque todos tenemos un cerebro similar. Pero hoy hemos dado un paso más en la comprensión de ese fenómeno. Cuando una madre mira a su bebé es capaz de adivinar sus necesidades sin que medie una palabra entre ellos, ya que el niño a esa edad aún no puede hablar. Pero, ¿cuál es el mecanismo por el que podemos saber qué hacen, piensan o sienten los demás? Ese mecanismo se encuentra en el cerebro y su base neurobiológica son las llamadas neuronas espejo. A principios del siglo XX, el filósofo y psicólogo alemán Theodor Lipps, que fue el que introdujo el concepto de empatía, supuso que llegamos a conocer los estados de

jaime
Resaltado
jaime
Resaltado
Page 124: Conferencias Francisco J. Rubia

124

otras personas imitando internamente sus gestos y acciones. Precisamente el descubrimiento de las neuronas espejo nos ha abierto la puerta a las bases neurobiológicas de la imitación. Descubiertas a finales de la década de los años 80 del siglo pasado, estas neuronas, localizadas en el lóbulo frontal, demuestran que el reconocimiento de los demás, de sus acciones e intenciones, depende del sistema motor. Un sistema hasta ahora relegado a simples tareas ejecutivas, pero que a partir de este descubrimiento lo vemos implicado asimismo en tareas cognitivas. ¿Qué hacen, pues, estas neuronas espejo? Delante de la corteza motora en el lóbulo frontal se encuentran dos áreas motoras conocidas como área pre-motora y área motora suplementaria. En el mono, la corteza pre-motora se divide en las zonas: F2 o área pre-motora propiamente dicha, y F7 o área pre-motora dorsal; finalmente, la corteza pre-motora ventral abarca las zonas F4 y F5. La corteza motora suplementaria se divide en el mono en las zonas F3 y F6. Estas zonas pueden dividirse en zonas anteriores (F6-F7) y posteriores (F1-F5).

jaime
Resaltado
jaime
Resaltado
Page 125: Conferencias Francisco J. Rubia

125

Si estimulamos eléctricamente estas distintas áreas podemos observar que la excitación de la zona F3 requiere corrientes de baja intensidad y que esta zona contiene una representación completa de los movimientos del cuerpo. La zona F6 exige corrientes de mayor intensidad y las respuestas consisten en movimientos lentos y complejos limitados al brazo. Por lo que se refiere a las zonas F4 y F5, que aquí nos interesan especialmente, ambas son excitables eléctricamente y la diferencia es que en F4 la representación motora es del brazo, cuello y cara, mientras que en F5 los movimientos se refieren a la mano y a la boca. Las zonas posteriores (F1-F5) reciben muchas informaciones sensoriales del lóbulo parietal que son

Page 126: Conferencias Francisco J. Rubia

126

utilizadas para la organización y el control de los movimientos. Se producen, pues, lo que se han llamado ‘transformaciones sensorio-motoras’. Supongamos que queremos coger un vaso de agua. Para ello necesitamos hacer dos cosas: alcanzar el vaso y cogerlo con la mano. Se ha demostrado que estos procesos no son seguidos, sino que se desarrollan en paralelo, esto es, que el brazo se mueve para alcanzar el vaso y al mismo tiempo la mano se dispone a adoptar la postura necesaria para coger el vaso. Para conseguir esta postura, el cerebro debe transformar la información sensorial de las propiedades geométricas del vaso para configurar los dedos adecuadamente, y, en segundo lugar, controlar los músculos de la mano y dedos para poder coger adecuadamente el vaso. Esta última función requiere la implicación de la corteza motora primaria, región que no dispone de aferencias visuales; para ello se requiere la participación de F5 que sí las posee. Registrando en esta región F5 en el mono se ha mostrado que la mayor parte de sus neuronas no codifican movimientos individuales, sino actos motores, lo que significa actos dirigidos a una meta determinada. Si el mono mueve el brazo y la mano para coger un alimento, estas neuronas se activan, no importa si lo hace con la mano derecha, la izquierda o con la boca. Curiosamente,

Page 127: Conferencias Francisco J. Rubia

127

la flexión de los mismos dedos durante otro movimiento, como rascarse, no activa esas neuronas. Como decía el filósofo fenomenólogo francés Maurice Merleau-Ponty: “en el gesto de la mano que se dirige a un objeto se encierra una referencia al objeto (…) como esa cosa muy determinada, hacia la cual nos proyectamos y junto a la cual estamos anticipadamente”. Una parte de las neuronas en F5 responden a estímulos visuales por lo que existe una fracción de estas neuronas que pueden llamarse neuronas visuo-motoras. Analizando las propiedades de estas neuronas descubiertas por el grupo del neurocientífico de Parma Giacomo Rizzolatti se encontraron neuronas que se activaban durante la ejecución de movimientos específicos, como agarrar, sostener o manipular y que juegan un papel crucial en la transformación de las informaciones visuales en relación con un objeto en movimientos para interactuar con él. Como estas neuronas ya eran conocidas desde los años 30 del siglo pasado, se las llamaron ‘neuronas canónicas’. Y en los primeros años de la década de los 90 se descubrió accidentalmente que en la convexidad cortical de la zona F5 había neuronas que se activaban no sólo cuando el mono realizaba una acción determinada, como

jaime
Resaltado
Page 128: Conferencias Francisco J. Rubia

128

coger un alimento, sino también cuando observaba el mismo movimiento hecho por otra persona o congénere. A estas neuronas se las llamó neuronas espejo porque reflejan la acción de otros individuos en el cerebro. Se puede, pues, decir que las neuronas canónicas se activan al ver ciertos objetos capaces de ser cogidos, mientras que las neuronas espejo se activan al ver la acción de asir. Si las neuronas canónicas responden a la presentación de comida o de objetos, las neuronas espejo no responden a esos estímulos, aunque desde el punto de vista motor sean parecidas, pero no lo son desde el punto de vista visual. Las neuronas espejo descargan asimismo independientemente de la distancia y localización espacial de los objetos o del acto observado por el animal. En la región ventral de F5 se encuentran neuronas que responden a los movimientos de la boca, es decir, que si el experimentador se lleva la mano a la boca, el mono lo imita y realiza el mismo movimiento, si el experimentador proyecta hacia afuera el labio inferior, el mono también lo hace. A estas neuronas se les ha llamado neuronas comunicativas que responden a la visión de actos intransitivos.

jaime
Resaltado
Page 129: Conferencias Francisco J. Rubia

129

El 85% de las neuronas espejo respondían a la visión de actos como coger comida con la boca, masticarla o chuparla, por lo que a estas neuronas se las llamó neuronas ingestivas. Dentro del grupo de neuronas espejo, un 20% del total de neuronas de la zona F5, hay unas neuronas bimodales, o sea audio-visuales, que se activan no sólo cuando el mono observa al experimentador realizando una acción que produce ruido, sino también cuando oye el ruido producido por dicha acción sin estar viéndola. Hace varios años que se encontraron en la parte anterior del surco temporal superior del mono neuronas que responden selectivamente a la observación de movimientos del cuerpo realizados por otro individuo. Por tanto, estas neuronas se parecen a las neuronas espejo de F5, pero la diferencia es que las neuronas del surco temporal superior son puramente visuales y no motoras. La pregunta que se plantea es cómo llega la información del surco temporal superior a F5, ya que esta zona no proyecta a la corteza pre-motora ventral. El área del surco temporal superior está estrechamente conectada con el lóbulo parietal, con su parte rostral, las zonas llamadas PF y PFG.

jaime
Resaltado
Page 130: Conferencias Francisco J. Rubia

130

Así, estas áreas son consideradas como un puente entre el surco temporal superior y F5. ¿Cuál sería, pues, la función de las neuronas espejo? Parece claro que cuando estas neuronas se activan se genera una representación motora interna del acto que el animal observa, lo que haría posible aprender por imitación. Pero para Rizzolatti la función de estas neuronas no se limita a comportamientos de carácter imitativo, sino que antes de ello estarían en función “del reconocimiento y de la comprensión del significado de los ‘eventos motores’, es decir, de los actos de los demás”.

Page 131: Conferencias Francisco J. Rubia

131

Hasta ahora hemos hablado del mono. Pero, ¿existen estas neuronas espejo también en el humano? En el encefalograma se registra un ritmo parecido al ritmo alfa –se origina en el lóbulo occipital y se cree representan la actividad visual cuando se tiene los ojos cerrados- y llamado ritmo µ -es a veces observada sobre la corteza motora y se atenúa con el movimiento o incluso con la intención de moverse- que se registra cuando los sistemas sensoriales, sobre todo el sistema visual, están inactivos. Si el sujeto abre los ojos, este ritmo desaparece; y también predomina cuando el sistema motor está en reposo; cualquier movimiento es suficiente para desincronizarlo. En registros con magnetoencefalografía se ha podido constatar que este ritmo µ se desincroniza tanto durante la manipulación de un objeto como durante la observación de la misma tarea realizada por otra persona. Pero la prueba más decisiva se ha obtenido con la técnica llamada estimulación magnética transcraneal. Con este método, no invasivo, cuando se estimula la corteza motora se registran en los músculos contralaterales potenciales evocados motores. Estos potenciales se han podido registrar en los músculos de la mano y del brazo

jaime
Resaltado
Page 132: Conferencias Francisco J. Rubia

132

de sujetos a los que se les pidió que observaran a un experimentador mientras agarraba objetos con la mano. Se ha concluido que las regiones homólogas a las del mono en el ser humano serían parecidas, pero son más amplias en éste. Y respecto a su significación se supone que están vinculadas a la comprensión del significado de las acciones de los demás. El neurólogo norteamericano de origen indio, Vilayanur Ramachandran, a estas neuronas las ha llamado “neuronas de la empatía” porque también están implicadas en la comprensión de las emociones de los demás. Citando a Ramachandran textualmente: “Si la observación de una acción llevada a cabo por otro individuo activa las neuronas que permitirían al observador realizar la misma acción, estaríamos ante una suerte de ‘lectura de la mente’. Incluso el rasgo que constituye la quintaesencia de lo humano, nuestra propensión a la metáfora, puede estar basada parcialmente en la clase de cruces de dominios de abstracción que median las neuronas espejo”. Es evidente que las neuronas espejo responden a los gestos realizados por otros individuos estén realizados con las manos o con los músculos orofaciales. Si suponemos que el lenguaje de gestos ha sido el precursor

jaime
Resaltado
jaime
Resaltado
Page 133: Conferencias Francisco J. Rubia

133

del lenguaje hablado y que, además como sabemos, el lenguaje gestual está controlado por las mismas regiones cerebrales que el lenguaje hablado, se puede presumir que las neuronas espejo bien han podido ser precursoras de ese lenguaje, cuyas áreas motoras o de Broca se encuentran en las mismas regiones. Curiosamente, las personas ciegas de nacimiento también gesticulan cuando hablan, aunque no han visto nunca gesticular a otras personas. Por eso, el Prof. McNeill de la Universidad de Chicago dice que los gestos y el lenguaje conforman un solo sistema. La hipótesis, pues, que hoy se maneja es que las neuronas espejo han sido un componente clave en la capacidad humana de comunicación, primero con gestos y luego con el lenguaje hablado. Si nos remontamos a nuestro pasado sobre la tierra, el uso de utensilios jugó un papel muy importante en el desarrollo de nuestra especie. Y la capacidad de imitación y emulación hizo posible que lo aprendido en esas técnicas de fabricación de utensilios se extendiese horizontalmente a todos aquellos que las imitaron. Lo mismo puede decirse del uso del fuego y, por supuesto, del lenguaje. Un 20% aproximadamente de las neuronas registradas por el Prof. Ferrari, de la Universidad de

jaime
Resaltado
jaime
Resaltado
Page 134: Conferencias Francisco J. Rubia

134

Parma, por ejemplo, respondía a la observación de acciones realizadas con herramientas. Una de las posibilidades que hacen posible las neuronas espejo es lo que se ha llamado ‘teoría de la mente’, o sea la capacidad que tenemos los humanos, y probablemente otros animales cercanos a nosotros, en averiguar lo que otros sujetos están pensando o las intenciones que tienen, una facultad que adquiere, como puede fácilmente deducirse, una enorme importancia en la supervivencia. Comprendemos los estados mentales de otras personas simulándolos en nuestro cerebro. Se trata también de la capacidad de colocarse en la piel del otro, de poder sentir lo que el otro siente; en suma, de la empatía. Precisamente un grupo de neuronas espejo responden a la expresión de las emociones de los congéneres, son capaces de ‘reflejar’ esas emociones. Como dice el director de teatro y de cine inglés Peter Brook: “con el descubrimiento de las neuronas espejo la neurociencia ha empezado a comprender lo que el teatro había sabido desde siempre”.

Page 135: Conferencias Francisco J. Rubia

135

Los estudios que se han ocupado de investigar nuestra capacidad de compartir los sentimientos de otras personas le adscriben un papel crucial a una estructura llamada la ínsula, que se encuentra en la profundidad de la superficie lateral del cerebro, dentro del surco lateral o cisura de Silvio, que separa las cortezas temporal y parietal inferior. Está relacionada con el sistema límbico o cerebro emocional y se ha propuesto que esta región empareja los estados viscerales emocionales asociados a la experiencia emocional. Juega un papel importante en la experiencia del dolor y en la experiencia de otras emociones básicas, como el odio, el miedo, el disgusto, la felicidad y la tristeza. Se supone que la representación de los estados corporales internos en la ínsula sirve a dos funciones: en primer lugar para permitir entender nuestros estados afectivos cuando están presentes estímulos emocionales; y en segundo lugar, para adelantar modelos que nos

jaime
Resaltado
jaime
Resaltado
jaime
Resaltado
Page 136: Conferencias Francisco J. Rubia

136

permitan predecir los estados corporales emocionales de manera anticipada. Además, estas representaciones nos pueden servir como correlatos viscerales de una simulación empática prospectiva de cómo algo puede ser sentido por otros. Hace ya tiempo que se ha especulado con el autismo y su origen cerebral y la hipótesis que hoy está aceptada es que son precisamente las neuronas espejo las que no funcionan adecuadamente en estos pacientes, por lo que son incapaces de experimentar la empatía que esas neuronas nos permiten a las personas normales. De ahí que los autistas, que no entienden las expresiones emocionales de otras personas, se retraigan y sufran de una falta casi absoluta de capacidad de comunicación. Las neuronas espejo están sometidas a un control inhibitorio por parte de la corteza de lóbulo frontal. De ahí que lesiones en esa corteza produzca síntomas característicos como la conducta imitativa expresada drásticamente en el síntoma denominado ‘ecopraxia’, consistente en la tendencia compulsiva a imitar los gestos de los demás, imitaciones que se realizan como si fuesen reflejos de esos gestos ajenos. Esta inhibición parece proceder de regiones de la corteza premotora, especialmente de zonas anteriores a la corteza motora suplementaria.

jaime
Resaltado
Page 137: Conferencias Francisco J. Rubia

137

Otro síntoma característico de esta desinhibición es la ecolalia, o sea la repetición involuntaria de palabras o frases que ha pronunciado otra persona, como si fuese un eco. Estos síntomas aparecen en el autismo y en algunos casos de esquizofrenia. En resumen: se trata de un sistema que sin duda ha jugado un gran papel en la evolución de nuestro cerebro y nuestra conducta y que Ramachandran considera que ha sido la fuerza impulsora de ‘un gran salto adelante’ en la evolución humana por el papel que ha jugado en nuestra cultura y nuestra civilización. El entusiasmo de Ramachandran por este hecho llega tan lejos que ha expresado que las neuronas espejo serían para la psicología como el ADN ha sido para la biología porque aporta un marco unificador y ayuda a explicar muchas de nuestras capacidades mentales que hasta el presente permanecían en el misterio y eran inaccesibles a los experimentos. El Prof. de psiquiatría de la Universidad de California en Los Angeles Marco Iacoboni argumenta que “mientras más sabemos de las neuronas espejo más nos damos cuenta de que no somos agentes racionales de libre actuación en este mundo. Las neuronas espejo del

jaime
Resaltado
Page 138: Conferencias Francisco J. Rubia

138

cerebro producen influencias imitativas automáticas de las que, por lo general, no somos conscientes y limitan nuestra autonomía por medio de potentes influencias sociales”. Con otras palabras: otro golpe bajo a nuestra impresión subjetiva de la existencia del libre albedrío. Durante siglos hemos buscado el origen de nuestro sentimiento de compasión, la virtud suprema en el budismo, de nuestro altruismo como fuente de nuestro sentido moral. Precisamente, el primatólogo Frans de Waal considera la empatía de los primates no humanos uno de los sillares de la moralidad. Dice literalmente: “He dudado en llamar ‘seres morales’ a miembros de cualquier especie que no fuera la nuestra; sin embargo, también creo que muchos de los sentimientos y capacidades cognitivas que subyacen a la moralidad humana antedatan la aparición de nuestra especie en este planeta”. Esto significaría que la base no sólo de la empatía, sino también de uno de los sillares de la moralidad están en el cerebro y son las neuronas espejo.

8. ¿Somos realmente libres?

Recientemente he publicado un libro sobre este tema tan controvertido titulado El fantasma de la libertad. Trata

jaime
Resaltado
Page 139: Conferencias Francisco J. Rubia

139

de lo que experimentos neurocientíficos recientes han mostrado, a saber, que es muy posible que lo que llamamos libre albedrío, concepto este que se utilizó en la Edad Media, y anteriormente por Agustín de Tagaste en su obra De Libero arbitrio, sea una ficción cerebral. Hoy en la literatura anglosajona se habla de voluntad libre o, simplemente, de libertad. La libertad está íntimamente ligada a otras cuestiones tan importantes como la responsabilidad, la culpabilidad, la imputabilidad y el pecado; por ello, la pregunta que hoy se plantea la neurociencia de si existe o no esa libertad de acción y elección, o estamos, como el resto del universo, determinados por las leyes de la Naturaleza, es de una gran relevancia. Pensemos, por ejemplo, que el concepto de pecado forma parte de la base de las tres religiones abrahámicas: judaísmo, cristianismo e islamismo. Estos experimentos han vuelto a plantear este tema que ha sido discutido exhaustivamente a lo largo de toda la historia de la filosofía. Lo novedoso es precisamente el hecho de que la neurociencia lo haya acometido experimentalmente. Para mí, esto se debe a la superación del dualismo que hacía teóricamente imposible estudiar las funciones mentales con el método científico-natural. Desde que se asumió que estas funciones mentales no responden a ningún ente inmaterial, sino que son el fruto de la actividad cerebral,

jaime
Resaltado
Page 140: Conferencias Francisco J. Rubia

140

temas como la consciencia, la libertad, el ‘yo’, la realidad exterior, la espiritualidad, etc., temas que tradicionalmente pertenecían a la filosofía o incluso a la teología, están siendo tratados por vez primera por la neurociencia. Los experimentos de los que estoy hablando son relativamente sencillos. En 1965, dos neurólogos alemanes, Kornhuber y Deecke, colegas míos de muchos congresos, descubrieron que registrando de manera continua el electroencefalograma de sujetos normales y requiriendo de ellos que realizasen un sencillo movimiento, como flexionar un dedo de la mano cuando ellos quisieran, al analizar la actividad eléctrica antes del movimiento observaron una onda negativa que, partiendo de las áreas frontales del cerebro, se dirigía hacia la corteza motora primaria en el giro pre-central. A esta negatividad que comenzaba aproximadamente a los 550 milisegundos antes del movimiento la llamaron ‘Bereitschaftspotential’, o sea, potencial preparatorio motor. Más tarde, en los años 80, un científico estadounidense, Benjamin Libet, quiso demostrar la existencia del libre albedrío preguntándose cuándo, en este período previo al movimiento, tenía lugar la sensación subjetiva de voluntad, suponiendo que estaría al comienzo de todo

jaime
Resaltado
Page 141: Conferencias Francisco J. Rubia

141

este proceso. Para ello colocó delante de los sujetos un reloj en el que una señal se movía en dirección de las agujas y el sujeto tenía que decir cuándo tenía la sensación: ‘ahora voy a mover el dedo’. Para su sorpresa y desilusión, Libet pudo constatar que esta sensación tenía lugar no al principio de la negatividad, sino 200 milisegundos antes del movimiento. Con otras palabras: la sensación subjetiva de voluntad no era la causa del proceso, sino una consecuencia más, igual que el propio movimiento. Concluyó, lógicamente, que el cerebro estaba ante-datando en el tiempo el momento en el que tenía lugar la decisión de mover el dedo, dando la falsa impresión de que esta decisión era la causa de todo el proceso y no una de sus consecuencias. Por tanto, la sensación de libertad de decisión era una ilusión. En palabras del propio Libet: “La iniciación del acto voluntario libre parece comenzar en el cerebro de manera inconsciente, mucho antes de que la persona sepa conscientemente que quiere actuar”. El resultado de este experimento no debería haber sorprendido a Libet, ya que previamente había realizado otros experimentos en los que se mostraba que el cerebro engañaba con respecto al tiempo. Estimulando la piel de un sujeto, comprobó que este estímulo que llegaba a la corteza somestésica tenía que mantenerse en ella durante medio segundo (500 milisegundos) para que se hiciese consciente. Sin embargo, subjetivamente,

jaime
Resaltado
jaime
Resaltado
Page 142: Conferencias Francisco J. Rubia

142

el sujeto estaba convencido de que la consciencia del estímulo era simultánea con la estimulación. Aquí, de nuevo, el cerebro ante-databa el momento en el que tenía lugar la consciencia del estímulo. Estos experimentos dieron lugar a una enorme discusión que aún dura. Entretanto, estos experimentos han sido replicados en Inglaterra por Patrick Haggard y colaboradores, y el año pasado en Berlín, y con técnicas modernas de imagen cerebral, se replicaron los mismos experimentos llegándose a la conclusión que el cerebro se pone en marcha mucho antes, a saber, nada menos que 10 segundos antes de que tenga lugar el movimiento. ¿Qué significa esto? A mi entender, que nuestras decisiones están condicionadas por una actividad cerebral que es inconsciente, que antecede no sólo al movimiento, sino también a la impresión subjetiva que tenemos de esa decisión, engañándonos con respecto al orden temporal de los sucesos. El biólogo alemán Wolfgang Prinz resumía estos resultados en la frase: “No hacemos lo que queremos, sino que queremos lo que hacemos”. Y Salvador Pániker dice que el hombre más que racional es racionalizador, porque utiliza la razón para explicar comportamientos realizados de manera inconsciente. El libre albedrío o la voluntad libre sería, pues, otro engaño parecido al hecho de tener la

jaime
Resaltado
Page 143: Conferencias Francisco J. Rubia

143

impresión falsa de que los colores existen en la naturaleza y no son una asignación que la corteza visual hace a los impulsos que llegan de la retina; o la impresión de la existencia de un ‘yo’ para el que no existe ninguna base neurobiológica en nuestro cerebro. En otro lugar he dicho que la separación tajante que hizo René Descartes de la res cogitans de la res extensa, es decir, del alma del cuerpo, tenía su razón de ser en una época en la que esa separación permitía estudiar el cuerpo sin entrar en conflicto con la Iglesia. Por eso a Descartes se le considera el padre de la anatomía, de la fisiología, e incluso de la medicina moderna, así como también de la filosofía moderna. Pero suele ocurrir que lo que en una época es una ventaja puede ser en otra una desventaja o una rémora, y hemos tardado casi cuatro siglos en poder estudiar los fenómenos mentales con el método científico-natural. Por otro lado, el escritor húngaro Arthur Koestler decía que la que él llamaba ‘catástrofe cartesiana’ no era tanto la separación entre cuerpo y alma, sino el haber endiosado la razón, sin tener en cuenta las múltiples actividades inconscientes de nuestro cerebro. El problema que plantean los experimentos que he mencionado es que chocan con una impresión subjetiva clara de libertad que todos tenemos. Es evidente que, si

jaime
Resaltado
Page 144: Conferencias Francisco J. Rubia

144

hacemos caso de la opinión de muchos filósofos modernos, el ser humano posee el libre albedrío porque es capaz de realizar lo contrario de lo que realmente ha hecho. Todos tenemos la convicción de poder haber realizado algo distinto, incluso, como he dicho, lo contrario de lo que hemos hecho en un momento determinado. Ahora bien, aquí se confunde lo que se denomina ‘grados de libertad’ con la libertad misma. A medida que el sistema nervioso central se ha desarrollado a lo largo de la evolución, se ha hecho más complejo, el organismo tiene mayores grados de libertad en su toma de decisiones. El ser humano posee más grados de libertad que el chimpancé y éste más que el lagarto. Pero el hecho de disponer de varias opciones no significa que se tenga libertad para escogerlas. Ciertamente, podemos elegir entre varias opciones, pero el problema no es la oferta de opciones que cada organismo tiene, sino por qué elegimos una opción y no otra, o sea, si la elección ha estado determinada por la llamada voluntad libre del individuo, o por otros condicionamientos que no son conscientes para ese individuo. Si identificamos los grados de libertad con el libre albedrío, entonces todos los animales son libres. He dicho que la impresión subjetiva que todos tenemos es de ser libres en nuestras decisiones. Sin embargo, deberíamos haber aprendido de la historia que las

jaime
Resaltado
Page 145: Conferencias Francisco J. Rubia

145

impresiones subjetivas, las intuiciones, las firmes creencias, o como queramos llamarlas, pueden ser falsas. Recordemos la firme creencia, o la impresión subjetiva, de que la tierra estaba fija y que el sol giraba a su alrededor. Esta teoría geocéntrica, formulada por Aristóteles en el siglo IV a.C. y completada por Ptolomeo en el siglo II de nuestra era, se mantuvo hasta el siglo XVI, nada menos que veinte siglos, basada en dos creencias fundamentales: la impresión subjetiva de que el sol sale por Oriente y se pone por Occidente, lo que aún decimos hoy, es decir, se mueve alrededor de la tierra, y segundo que en la Biblia se dice que Yahvé paró el sol para permitir que siguiese la batalla en la que los israelitas, al mando de Josué, vencieron a los amorreos (Josué, 10, 13). Si se hubiese hecho caso a Aristarco de Samos, contemporáneo de Aristóteles en el siglo IV a.C., con su teoría heliocéntrica, Giordano Bruno no hubiese tenido que morir en la hoguera en la Piazza Campo dei Fiori en Roma en 1600. También tenemos la impresión subjetiva de que la tierra es plana. Ya en la mitología de los caldeos, que se asientan en Mesopotamia en el primer milenio a.C. se menciona la creencia en una tierra plana. Y en los primeros mapas griegos, de Anaximandro y Hecateo de Mileto, la tierra era un disco redondo y plano que flotaba en el océano. Había que esperar hasta el siglo XII para

Page 146: Conferencias Francisco J. Rubia

146

que se admitiese en el mundo cristiano 8 definitivamente la esfericidad de la tierra. Y, sin embargo, Eratóstenes de Cirene había medido, en el año 240 a.C., la circunferencia de la tierra. De nuevo, quince siglos para corregir una impresión subjetiva falsa. Podríamos poner muchos otros ejemplos, pero supongo que estos dos son suficientes para que desconfiemos de nuestras impresiones subjetivas. De manera un tanto exagerada, el poeta francés Paul Valery lo expresa así: “Lo que ha sido creído por todos siempre y en todas partes tiene todas las posibilidades de ser falso”. Una de nuestras creencias más arraigadas es la de que nuestro yo consciente controla toda nuestra actividad cerebral. Dentro de esta creencia estaría, pues, la creencia en la libre toma de decisiones. Pero la consciencia es una ínfima parte de esa actividad cerebral. En el libro de Fisiología Humana de Robert Schmidt, que yo traduje al español, el Profesor Manfred Zimmermann, entonces en el Instituto de Fisiología de Heidelberg, mostró un cálculo sobre la capacidad del cerebro para recibir información, llegando a la conclusión de que los ojos envían cada segundo unos 10 millones de bits al cerebro, los oídos, unos 100.000, el olfato otros

jaime
Resaltado
Page 147: Conferencias Francisco J. Rubia

147

100.000, el gusto unos 1.000 y un millón el tacto. O sea, en total, más de 11 millones de bits por segundo. Y ¿cuánta cantidad de información llega a la consciencia? Pues se calcula que no sobrepasa los 45 bits por segundo, es más, es probable que la media sea de unos 16 bits por segundo. Cuando calculamos disminuye incluso a 12 bits. Estos datos nos dan una idea de la enorme diferencia existente entre el consciente y el inconsciente por lo que respecta a la información que procesan. El entendimiento consciente es más preciso y se le ha comparado con la luz de un foco que ilumina un punto y deja el resto en la oscuridad. En la zona iluminada se ven todos los detalles, pero el resto no es accesible a la visión. El problema radica, pues, en que pensamos, sin duda equivocadamente, que todo lo que hacemos está bajo la iluminación de ese foco. Es algo parecido a la impresión subjetiva de que todo nuestro campo visual lo vemos nítidamente, aunque sabemos que sólo la fóvea central es capaz de reflejar nítidamente los objetos. El resto lo vemos borroso. Los movimientos oculares son la causa de este engaño. Es también curioso que tampoco nos llame la atención el hecho de que la creatividad, una de las facultades humanas más preciadas y de la que estamos más orgullosos, por ser la que ha impulsado tanto la ciencia

jaime
Resaltado
Page 148: Conferencias Francisco J. Rubia

148

como el arte a lo largo de la historia, sea producto de las llamadas ‘intuiciones’, es decir, de impulsos inconscientes de los que ni siquiera los autores de dichos actos creativos sepan de dónde proceden esas iluminaciones repentinas. En otra ocasión mencionamos a Phineas Gage, capataz de los ferrocarriles estadounidenses, que en el verano de 1848 trabajaba cerca de Vermont, en Virginia, en la construcción de las vías férreas. Se trataba de un terreno rocoso, por lo que había que destruir algunas rocas; para ello se utilizaban barrenos con los que se hacían huecos que luego se rellenaban de pólvora y de una mecha para la explosión. En uno de ellos y una vez introducida la pólvora, al meter la barra de hierro, saltó una chispa y el barreno salió disparado entrándole a Gage por la mejilla izquierda y saliendo por lo alto de la cabeza. El resultado fue una auténtica lobotomía, es decir, una separación de la corteza prefrontal del resto del cerebro. Phineas Gage se transformó completamente, de ser un ciudadano ejemplar, trabajador y querido por sus obreros se convirtió en una persona impaciente, despiadada con accesos de ira y de furia.

Page 149: Conferencias Francisco J. Rubia

149

Irreverente, se reía de sus compañeros y terminó siendo despedido de su trabajo. Pero lo interesante en este tema que estamos tratando es que era incapaz de tomar decisiones, de planificar el futuro, de llevar a cabo un plan de acción coherente. La corteza prefrontal es conocida por sus profusas conexiones con el sistema límbico, o cerebro emocional y la toma de decisiones supone una consulta de ese cerebro emocional cuando recibimos estímulos del entorno; esa consulta se realiza de manera inconsciente. Por eso se supone que la toma de decisiones es un proceso inconsciente y que depende de la integridad de esa región de la corteza cerebral. Al fin y al cabo, la llamada libertad de acción implica una toma de decisiones, por lo que no es de extrañar que se plantee que la llamada voluntad libre esté condicionada por el cerebro emocional que funciona de manera completamente inconsciente. Sabemos también que la corteza cerebral consciente no puede generar actos voluntarios sin la contribución de los ganglios basales, dos estructuras subcorticales que funcionan de manera totalmente inconsciente. Si éstas fallan, como ocurre en los enfermos de Parkinson por falta de dopamina, los pacientes producen movimientos automáticos, pero tienen enormes dificultades para

jaime
Resaltado
Page 150: Conferencias Francisco J. Rubia

150

realizar movimientos voluntarios. Tendríamos que preguntarnos quién controla la señal de ‘adelante’ de la dopamina que libera esos movimientos voluntarios de la corteza cerebral. La respuesta es: el sistema límbico, el cerebro emocional, que funciona asimismo de manera totalmente inconsciente. Estamos asistiendo en nuestros días a una especie de resurgimiento del inconsciente, esta vez no basado en especulaciones psicológicas, sino en datos experimentales. Desde los años sesenta del siglo pasado se han ido acumulando datos que indican que el procesamiento inconsciente de los estímulos tiene lugar en funciones tan relevantes como el razonamiento, la memoria, el lenguaje, el reconocimiento de objetos y caras, así como en las reacciones a amenazas externas que ponen en peligro la supervivencia. El procesamiento de la información que el cerebro realiza es prácticamente inconsciente: la forma cómo percibimos los estímulos, cómo los filtramos, los categorizamos y los interpretamos, cómo los comparamos con otros materiales presentes ya en la memoria, cómo los almacenamos en ella a corto o a largo plazo, y cómo los recuperamos luego, nada de esto es asistido por la consciencia. Con otras palabras: el ser humano no tiene en estas funciones ningún control sobre ellas.

Page 151: Conferencias Francisco J. Rubia

151

Poseemos una llamada ‘visión ciega’, es decir, seguimos viendo, pero de manera inconsciente, cuando tenemos una lesión de la corteza visual primaria. Los pacientes dicen no ver nada, pero son capaces de discriminar objetos como si los viesen. El síndrome de negligencia espacial unilateral, trastorno neurológico que se produce tras una lesión unilateral del lóbulo parietal, generalmente el derecho, se caracteriza por una pérdida de la percepción consciente y de la acción dirigida al espacio exterior contralateral a la lesión, es decir, al hemi-espacio izquierdo. Los pacientes que sufren de este síndrome no sólo no perciben los estímulos del lado contralateral a la lesión, sino que tampoco son capaces de explorarlos. Ignoran, por ejemplo, a las personas que se acercan por ese lado, no leen las palabras que están en el lado izquierdo de una página, en corredores de hospitales siempre giran hacia el lado de la lesión y se afeitan sólo esa mitad de la cara. Cuando copian un dibujo omiten los detalles de la mitad contraria a la lesión. Y, sin embargo, se ha podido experimentalmente comprobar que reciben perfectamente los estímulos, sólo que la falta de atención, que controla el lóbulo parietal, hace que esos estímulos no sean conscientes.

Page 152: Conferencias Francisco J. Rubia

152

En pacientes con amnesia global, los sujetos son incapaces de recordar las experiencias que tienen a lo largo del día y olvidan todo lo que ha ocurrido sólo unos minutos antes. Pero se ha descubierto que utilizando determinadas sugerencias para la recuperación, estos pacientes podían tener memoria de la propia información que no podían recuperar conscientemente. El llamado condicionamiento clásico o pavloviano se realiza de manera totalmente inconsciente, lo que hace suponer que a lo largo de nuestra vida una enorme cantidad de estímulos indiferentes se han asociado con otros incondicionados, de forma que los primeros se convierten, sin que lo sepamos, en estímulos condicionados o condicionantes. Y, evidentemente, estos estímulos pueden influir sobre nuestra conducta y sobre nuestras decisiones sin que tengamos consciencia de ello. Recientemente, en la prestigiosa revista Neuron se ha publicado un estudio que muestra la existencia del aprendizaje subliminal. Otra de las funciones más complejas que el cerebro humano realiza es el lenguaje, como único animal que posee esta habilidad si nos referimos al lenguaje sintáctico. Cuando hablamos seguimos toda una serie de leyes de gramática y sintaxis, sin que seamos conscientes de ello. Además, activamos patrones

Page 153: Conferencias Francisco J. Rubia

153

coordinados de contracciones de los músculos fonatorios, de la lengua y de las cuerdas vocales. Todo ello se realiza de manera automática, sin tener que prestar atención consciente a cada paso. La persona que escucha tiene que descifrar todo lo oído y analizar, de manera automática, las sílabas, palabras, frases y, finalmente, el mensaje que la otra persona quiere transmitir. Es un proceso comparable a la cadena instintiva que sigue, por ejemplo, un pájaro en la construcción del nido, o cualquier otro complejo instinto que observamos en los animales. Se trata de una serie de subrutinas que, encadenadas, llevan a un fin determinado. Pacientes con afasia receptiva, es decir, con incapacidad para entender el lenguaje, o enfermos con prosopagnosia, o sea la incapacidad para reconocer caras conocidas incluida la propia en el espejo, muestran respuestas galvánicas de la piel a los estímulos relevantes, demostrando una discriminación implícita, no consciente, de estos estímulos. Estos ejemplos, y muchos otros, muestran que existen muchas funciones importantes en nuestro cerebro que discurren de manera inconsciente. Hay una percepción, una memoria, una toma de decisiones, un reconocimiento semántico, un instinto moral, una gramática universal y

jaime
Resaltado
Page 154: Conferencias Francisco J. Rubia

154

muchas más funciones que se realizan de manera inconsciente. En resumen: la inmensa mayoría de los procesos cognoscitivos son inconscientes. Nada de esto es nuevo. El filósofo Leibniz decía: “Hay cientos de indicaciones que nos llevan a concluir que en cualquier momento existe en nosotros una infinidad de percepciones que no se acompañan de apercepción o reflexión”. Si esto es así no nos debería llamar la atención que la toma de decisiones, algo que es fundamental para la supervivencia del individuo, sea una función inconsciente. En nuestros días, entre los filósofos modernos hay opiniones para todos los gustos. Los llamados libertarios piensan que somos completamente libres. La mayoría se inclina por el llamado compatibilismo, que sostiene que, a pesar del determinismo que rige en la Naturaleza, somos libres en nuestras decisiones. Finalmente, los deterministas, entre los que se encuentran muchos científicos, piensan que el término voluntad libre o libre albedrío es una noción teológica y filosófica que tiene sus raíces en una época pre-científica en la que no existían el concepto moderno de causalidad y las leyes físicas. Al rechazar el dualismo metafísico cartesiano, la ciencia tiene que reconocer que el mundo material, al que

jaime
Resaltado
Page 155: Conferencias Francisco J. Rubia

155

pertenece el cerebro, está sometido a leyes deterministas. Por eso Albert Einstein reflexionaba así: “Si la luna, en el acto de completar su eterno camino alrededor de la tierra, estuviese dotada con autoconciencia estaría completamente convencida de estar viajando su ruta de forma espontánea, por la fuerza de una resolución tomada de una vez por todas. Así un ser dotado de suprema intuición y más perfecta inteligencia, observando al hombre y a sus actos sonreiría a la vista de la ilusión humana de que actúa de acuerdo con su libre voluntad”. Y mucho antes, el filósofo holandés, de origen portugués, Baruch Spinoza decía, en el siglo XVII, que si los hombres se consideran libres es porque son conscientes de su voluntad y de sus deseos y ni siquiera en sueños piensan en las causas que determinan sus deseos y su voluntad porque no las conocen. El filósofo napolitano Giambattista Vico, en muchos pasajes de sus obras describió la mentalidad inconsciente del ser humano. Y el filósofo escocés David Hume en su obra Investigación sobre el entendimiento humano argumentaba que toda conducta humana era, en último término, debida a agentes instintivos o físicos que actuaban en nosotros sin nuestro conocimiento.

Page 156: Conferencias Francisco J. Rubia

156

Resumiendo podemos decir: que los que piensan que somos totalmente libres no tienen en cuenta multitud de condicionamientos, no sólo físicos, sino mentales. En los argumentos de los compatibilistas encontramos que para que una persona sea libre tienen que cumplirse tres condiciones: 1.- Que la persona tiene que tener varias alternativas a elegir y que puede elegir algo diferente a lo que elige. Es la llamada condición de poder actuar de otra manera. Ya hemos dicho anteriormente que este argumento confunde los grados de libertad con la libertad misma. 2.- Que la decisión debe depender de la propia persona, llamada también condición de autoría. Aquí no se hacen diferencias entre funciones conscientes e inconscientes. Sin embargo, parece estar claro que si la conducta de una persona está controlada por impulsos inconscientes no decimos que es libre, al menos así lo entiende la psicología. 3.- Que lo que decida la persona tiene que estar sometido a su control y ese control debe estar libre de cualquier tipo de coacción, también llamada la condición de control.

Page 157: Conferencias Francisco J. Rubia

157

Desde luego, si este control debe ser consciente, ya hemos argumentado lo suficiente para poder decir que muy probablemente nuestras decisiones parten del inconsciente. Por tanto, es muy plausible que la llamada libertad o libre albedrío o voluntad consciente, no sea más que otra ficción cerebral. Cuando oímos esto, parece que todo se rebela en nosotros, convencidos como estamos de nuestra libertad. Y no obstante, a nadie le llama la atención el hecho de que no tengamos ningún control consciente de lo que almacenamos en la memoria, algo que realiza el sistema límbico de manera automática y de acuerdo con los intereses de supervivencia del organismo. Sin embargo, a mi entender la memoria es mucho más importante desde el punto de vista biológico que la libertad. La discusión sobre este tema, que en España apenas tiene incidencia, en otros países como Alemania o Estados Unidos es extraordinariamente viva e intensa. Piensen, por ejemplo, que en Alemania hay propuestas para modificar el código penal de acuerdo con estos nuevos conocimientos, código que, como todos los códigos penales, está basado en el concepto de culpabilidad. Con otras palabras: es un tema que hay que tomar muy en serio.

jaime
Resaltado
Page 158: Conferencias Francisco J. Rubia

158

9. Cerebro e ideologías

En el siglo XX dos ideologías prendieron en la mente de millones de personas, causando asimismo millones de muertos: me refiero al nacionalsocialismo y al comunismo. Se ha considerado que ha sido el siglo peor de toda nuestra historia. El historiador británico Eric Hobsbawn calcula en 187 millones el número de muertos violentamente en ese siglo. Mi prolongada estancia en Alemania me ha llevado a intentar comprender cómo fue posible que intelectuales de gran categoría, como el filósofo Martin Heidegger, que fue miembro del partido nazi, o cómo destacados intelectuales occidentales defendieron el comunismo. Este es el motivo que me lleva a hablar hoy de este tema que, en mi opinión, todavía está sin una explicación satisfactoria. Quisiera, antes de entrar en materia, delimitar un poco qué entiendo por ideología, recurriendo a las muchas definiciones que se han hecho por sociólogos, historiadores, psicólogos, e incluso psiquiatras. El término “ideología” fue utilizado por vez primera en Francia por Pierre Cabanis y Antoine Louis Destutt de Tracy en el siglo XIX. Karl Marx y Friedrich Engels

Page 159: Conferencias Francisco J. Rubia

159

vuelven a utilizar este término cincuenta años más tarde en su obra La ideología alemana, publicada a mitad del siglo XIX. Ya en el siglo XX, el filósofo francés Louis Althusser se dedica a estudiar este tema, publicando su obra más conocida en este campo y titulada: Ideología y aparatos ideológicos de Estado. Para Marx la ideología es una “falsa consciencia de la realidad”, pero también una serie de valores, concepciones del mundo y sistemas simbólicos de los que las instituciones dominantes de una sociedad se valen para legitimar su actual dominio. Estas ideas orientan el pensamiento de la gente para que acepten las cosas como son y los papeles que juegan en la sociedad. Althusser considera también que las ideologías cumplen la función de ser “concepciones del mundo” (lo que en alemán se llama ‘Weltanschauung’ y en español ‘cosmovisión’). Althusser escribía que para ese objetivo de dominación la ideología se valía de lo que llamó aparatos ideológicos del estado, como las iglesias, las escuelas, la familia y las formas culturales, como la literatura, la música rock, los anuncios y las comedias de situación. Algunos sociólogos anglosajones utilizan hoy el término ‘ideología’ para referirse a sistemas organizados de

Page 160: Conferencias Francisco J. Rubia

160

creencias irracionales, aceptadas por autoridad, que cumplen una función coercitiva y dominante sobre los individuos. Por eso se ha definido la ideología como un complejo de ideas que intentan mantener el orden establecido. En este sentido, todo sistema político poseería una ideología, ya que pretende cuando está en el poder mantener el orden establecido. De ahí la tendencia conservadora de las ideologías que suponen que cualquier cambio que un sistema abierto admitiría pondría en peligro el mantenimiento del sistema. En Italia es el político y filósofo Antonio Gramsci quien trata la ideología también de forma diferente a la de Marx. Para Gramsci la ideología es “el terreno de lucha incesante entre dos principios hegemónicos”. Y otro filósofo italiano, Ferrucio Rossi-Landi, escribe que hay dos usos del término ideología: un uso peyorativo de la ideología como “pensamiento falso” (deforme, engañoso) y un uso descriptivo de la ideología como “visión del mundo” y como “justificación o promoción de un sistema político”. El filósofo alemán Christian Duncker sostiene que la ideología es un sistema que explícita o implícitamente reclama ser la verdad absoluta. Por eso existen muchos tipos de ideologías: políticas, religiosas, sociales, epistemológicas, éticas, etc.

Page 161: Conferencias Francisco J. Rubia

161

Las ideologías han tenido siempre una fuerza de atracción excepcional sobre el ser humano y no es fácil determinar sus causas. Sin duda uno de los motivos es la necesidad, quizá innata, del ser humano de buscar algo estable, inmutable; en este sentido se explican también en parte las religiones, que ofrecen una explicación y una solución para todos los problemas, aparte de verdades tenidas como eternas e inmutables. En este sentido, algunos autores consideran a la religión como una ideología. Los sistemas de pensamiento cerrado, como son las ideologías, suelen ofrecer también promesas salvíficas de felicidad para el futuro, lo que, sin duda, es muy atractivo para el hombre. En el marxismo, por ejemplo, la propia religión es una ideología por considerarla una falsa consciencia de la realidad. Quizá el concepto que podría abarcar tanto a la ideología como a las religiones es el concepto de creencia. Las ideologías, al igual que las religiones, exigen a sus adeptos que crean firmemente en ellas sin dejar ningún resquicio para la duda. Precisamente otra característica común es que ambas liberan al ser humano de dudas, de conflictos internos y de los esfuerzos que representan la reflexión, el pensamiento profundo y la misma duda.

Page 162: Conferencias Francisco J. Rubia

162

Quisiera aclarar que por mi parte no estoy interesado en ningún discurso político o social, sino que mi interés se centra en el mecanismo mental que puede ser origen del pensamiento ideológico. Por eso no entro a considerar la ideología como sistema que puede consolidar un poder político determinado. Entiendo, más bien, que si lográsemos aclarar esos mecanismos mentales habremos dado un paso importante para explicar el origen de las ideologías y, con ello, avanzar en los intentos de evitar que vuelvan a reproducirse con sus nefastos efectos. Si consideramos los nacionalismos como ideologías, y tenemos en cuenta que muchos movimientos terroristas poseen también una ideología, entonces el interés por comprender cómo esta forma de pensar prende en las mentes de los individuos se convierte casi en una necesidad. Recojamos, pues, para continuar con este análisis, algunos de los elementos en las definiciones que hemos visto se han hecho de las ideologías. Quisiera resaltar algunos puntos que considero imprescindibles. El primero, de la definición de Antonio Gramsci de que la ideología es “el terreno de lucha incesante entre dos principios hegemónicos”. Desde luego, esto es aplicable al nacionalsocialismo, con su división tajante entre arios y judíos y otras razas ‘inferiores’; así como lo es para el comunismo con su antagonismo radical entre burgueses y

Page 163: Conferencias Francisco J. Rubia

163

proletarios. En ambos casos, la característica común es un dualismo exacerbado, un planteamiento en antítesis o antinomias que llama la atención y que, desde luego, simplifica y falsifica la realidad. En ese sentido también puede hablarse de “falsa consciencia de la realidad”. El segundo punto que quiero resaltar es la coincidencia en los criterios de Louis Althusser y Ferruccio Rossi-Landi de que las ideologías son ‘Weltanschauungen’, o sea, cosmovisiones, que se caracterizan fundamentalmente por tener un componente fuertemente dualista y, sobre todo, por ser visiones cerradas del mundo, es decir, sistemas de pensamiento que tienen explicación para todo. Precisamente por ser visiones cerradas del mundo son necesariamente falsas. También hay autores que consideran a la ciencia como una ideología, denominándola ‘cientismo’. Ahora bien, según los puntos que hemos tratado, la ciencia está alejada de sostener una visión cerrada del mundo, antes bien sostiene lo contrario. Y, desde luego, nunca ha reclamado poseer ninguna verdad absoluta. Cierto es que en el ámbito científico ha habido postulados que pueden ser considerados como ideologías, como por ejemplo el darwinismo social, aunque este no puede ser considerado parte de la ciencia.

Page 164: Conferencias Francisco J. Rubia

164

Y también es cierto que la ciencia no se libra del pensamiento dualista que puede observarse en numerosas ocasiones a lo largo de su historia. Pensemos, por ejemplo, en las antinomias energía y materia, tiempo y espacio, partícula y onda, big bang y big crunch, etc., en física. O en biología las antítesis genética o medio ambiente, o evolución continua o discreta. O en política la división entre derechas e izquierdas, progresistas y conservadores. Podríamos prolongar esta lista en todas las demás disciplinas, sean mitología, religión o filosofía, para concluir que el pensamiento dualista es ubicuo y que nos hace sospechar, como ya he expresado en otra ocasión, que podría ser una categoría más de nuestra mente, una especie de anteojos con los que observamos el mundo que nos rodea. Que nuestro lenguaje está lleno de términos antitéticos es un hecho. El filólogo alemán Karl Abel publicó en 1885 en Leipzig un libro titulado “Sprachwissenschaftliche Abhandlungen” (Tratados de lingüística), obra que fue citada por Sigmund Freud en su ensayo “El doble sentido antitético de las palabras primitivas”. El capítulo octavo de esa obra de Karl Abel lo tituló: “Sobre el sentido opuesto de las palabras originarias”. En él habla del periodo en el que el ser humano empezó a formar sus conceptos, de los tiempos primitivos en los que se formó el lenguaje. Y las pruebas más antiguas del habla humana

jaime
Resaltado
Page 165: Conferencias Francisco J. Rubia

165

las encuentra en los jeroglíficos egipcios que se remontan hasta los 4.000 años a.C. En este lenguaje egipcio encuentra un sinnúmero de palabras con dos significados antitéticos, como ‘oír’ y ‘estar sordo’, ‘separar’ y ‘unir’, ‘fuerte’ y ‘débil’, ‘mandar’ y ‘obedecer’, etc. siendo expresados estos conceptos contradictorios por un mismo sonido. Para Abel, este hecho explica el devenir del concepto y el lenguaje en los tiempos primitivos. En el lenguaje posterior se emplearon dos sonidos distintos para los conceptos opuestos. Mientras más progresa un idioma más desaparece también el sentido antitético de los sonidos. Y respecto a este hecho, nos dice que el nombre ‘luz’, por ejemplo, no tiene sentido sin su opuesto ‘oscuridad’ y viceversa. Al final de su libro, Abel enumera toda una serie de palabras antitéticas, no sólo en el idioma egipcio antiguo, sino en el idioma indogermánico, origen de la mayoría de los lenguajes que utilizamos hoy en Europa y también en el idioma árabe. Así, por ejemplo, en latín ‘altus’ tiene el significado de alto y bajo; en sánscrito ‘arat’ significa lejos y cerca; en alemán ‘Boden’ significa la parte más baja y la más alta de la casa; en latín ‘sacer’ significa sagrado y maldito; en griego ‘daimon’ se utiliza para ángeles y demonios; en inglés la palabra ‘without’ se podría traducir literalmente como ‘con-sin’, etc.

jaime
Resaltado
Page 166: Conferencias Francisco J. Rubia

166

Ahora bien, ¿no es posible que este hecho nos esté indicando el nacimiento del pensamiento dualista cuando dividimos esas expresiones en dos con significado contrario? Según el criterio de Abel, la antítesis supone una de las primeras operaciones mentales del ser humano. Sobre el origen del lenguaje existen muchas teorías. Pero una de las más plausibles nos dice que procede de la comunicación por gestos. Se ha comprobado, asimismo, que el lenguaje americano por signos utiliza las mismas regiones cerebrales que el lenguaje hablado, lo que habla a favor de esa hipótesis. La expresión por signos estaba ligada presumiblemente al sistema emocional del cerebro, al sistema límbico. Y sabemos que en el funcionamiento del sistema límbico no existen las antinomias, es más, en los ensueños, por ejemplo, en los que el inconsciente está activo, los términos antitéticos no crean ningún problema y pueden darse conjuntamente. Es, pues, de suponer que el pensamiento humano dualista, lógico-analítico, está ligado al funcionamiento de determinadas regiones de la corteza cerebral y que su surgimiento es relativamente tardío en el desarrollo de la mente de los homínidos.

jaime
Resaltado
jaime
Resaltado
Page 167: Conferencias Francisco J. Rubia

167

¿Cuál sería la ventaja evolutiva de un pensamiento de estas características? En primer lugar, sabemos que el cerebro no está interesado en términos absolutos, sino relativos. En la visión, la cantidad de luz no es interesante, sino los contrastes. Y en todo el sistema nervioso lo que se registra son comparaciones, basadas en un mecanismo que llamamos inhibición lateral que es el que crea esos contrastes, mecanismo presente no sólo en todos los órganos de los sentidos, incluida la piel, sino también en todo el Sistema Nervioso Central. No sería, pues, extraño que el pensamiento estuviese basado también en el mismo principio de contraste que se refleja en el pensamiento dualista. ¿Qué mayor contraste para un concepto que su antítesis? En segundo lugar, la lógica está basada también en términos contrapuestos. Por tanto, es de suponer que las estructuras que sostienen nuestra capacidad lógico-analítica, con la que analizamos el mundo, son las mismas que albergan ese ‘operador binario’ que el ya fallecido psiquiatra de Pensilvania Eugene D’Aquili sostuvo que es un operador importante para las experiencias religiosas, estéticas y, especialmente, para la formación de mitos. Este área cerebral no sería otra que la que el padre de la neurología conductual en Estados Unidos, Norman Geschwind, denominó la región inferior del lóbulo

jaime
Resaltado
jaime
Resaltado
jaime
Resaltado
Page 168: Conferencias Francisco J. Rubia

168

parietal del hemisferio dominante. Una región que está situada en el giro supramarginal y que está considerada, junto con el giro angular, como el área de asociación de las áreas asociativas. Su lesión impide la formación de antónimos, así como el uso de grados comparativos de adjetivos, como ‘más alto’ y ‘más bajo’, ‘mejor que’ y ‘peor que’, etc.

Tendríamos, pues, una región cerebral responsable de la visión dualista del mundo y que nos serviría para analizar ese mundo por contraste, formando antónimos. Así pues, las ideologías tendrían un componente dualista muy fuerte, que resultaría de una exageración de esa forma de pensamiento. Hace muchos siglos que la filosofía hindú, especialmente el Vedanta Advaita hizo hincapié en la no-dualidad (que es lo que significa en sánscrito advaita), entendiendo que la visión del mundo que nos ofrece el sentido común es

jaime
Resaltado
Page 169: Conferencias Francisco J. Rubia

169

una ficción creada por los conceptos que la mente superpone a las percepciones. Pero también en Occidente, el profesor de filosofía de la Universidad de California, John Searle, dice que aquello que se nos aparece como realidad es el resultado de las categorías, fundamentalmente lingüísticas que imponemos sobre el mundo. Es un error, dice, creer que el lenguaje sólo se limita a asignar etiquetas que nos permiten identificar los objetos, somos nosotros los que dividimos el mundo y el lenguaje es nuestra principal herramienta para ello. Precisamente, el giro supramarginal que antes mencioné está implicado en funciones lingüísticas. En otro lugar he referido que en las experiencias que llamamos místicas esa función cognoscitiva no está presente y las antinomias, como división entre el yo y el mundo, desaparecen, fusionándose el individuo con Dios, el Vacío, la Nada o la Naturaleza. Con otras palabras: la visión dualista no es la única de la que el cerebro es capaz. También lo es la visión no-dualista que ya era conocida hace muchos siglos por la filosofía hindú. El sociólogo y filósofo húngaro, afincado en Francia Joseph Gabel escribió en 1962 un libro titulado: La fausse conscience (La falsa consciencia), en el que relaciona la ideología con la falsa consciencia. En la falsa consciencia y en la ideología la situación histórica de las

jaime
Resaltado
Page 170: Conferencias Francisco J. Rubia

170

relaciones humanas se vive de forma a-histórica, natural, espacialmente dada; se trataría de una disociación esquizofrénica de la vivencia espacio-tiempo, de la cosificación del proceso temporal. Esta disociación siempre es desvalorizante, porque la ambivalencia del devenir histórico se divide de forma maniquea y “el mal” se convierte en “otra cosa distinta”, se proyecta hacia fuera. El psiquiatra suizo Eugen Bleuler definió la ambivalencia esquizofrénica como la incapacidad de integrar existencialmente la ambivalencia que existe realmente en cada contenido de valor concreto. Para Gabel, la ideología sería una buena ilustración de desvalorización por cosificación o reificación y, por tanto, una verdadera esquizofrenia en el sentido del psiquiatra francés Eugène Minkowski, o sea, un racionalismo patológico, una congelación del mundo conceptual. La ideología mostraría la misma estructura que la esquizofrenia, es decir, la cosificación como denominador común. En la ideología, como en la esquizofrenia, la historia no se vive sino que se sueña. No se desarrolla temporalmente, sino que se da de manera mágica y espacial. Es una forma de pensar encapsulada en sí misma, dogmática, extraña a

Page 171: Conferencias Francisco J. Rubia

171

la realidad, inaccesible a cualquier experiencia. El aparato conceptual de las ideologías se formaría de forma egocéntrica, y el egocentrismo espacializa el tiempo, se convierte en un sistema supratemporal, algo que ocurre también en el egocentrismo del niño. Por ello, la ideología podría ser un egocentrismo colectivo, un sociocentrismo o un etnocentrismo. Gabel dice que cualquier colectivo es egocéntrico y tiene la tendencia a espacializar la duración del tiempo, a cosificarlo. El tiempo histórico se paraliza, se detiene. El pensamiento blanco-negro es característico de las formas colectivas e individuales del egocentrismo. La tendencia a la división entre buenos y malos se ha mostrado innumerables veces en las ideologías y en la esquizofrenia. Es lo que la psicoanalista austriaca Melanie Klein llamó la “posición paranoide temprana”. En un sistema teocrático, por ejemplo, la humanidad se divide entre “ortodoxos” y “heterodoxos”, “justos” y “pecadores”, “creyentes” e “infieles”. El psiquiatra italiano Silvano Arieti describió el pensamiento superconcreto del esquizofrénico como un pensamiento que utiliza una lógica arcaica, una “paleológica”. Esta sería también la lógica de la ideología. Nietzsche decía que todos los ideales son peligrosos porque rebajan y estigmatizan lo real.

jaime
Resaltado
Page 172: Conferencias Francisco J. Rubia

172

Si esto es cierto, entonces la ideología supondría una vuelta a un pensamiento más primitivo, más simple, con un componente fuertemente emocional, tal y como lo es en la esquizofrenia. La unión del pensamiento fuertemente maniqueo con ese componente emocional conduciría a la demonización del contrario, a explicar toda la historia simplificándola; en el caso, por ejemplo, de la ideología nazi, como una lucha entre razas, y en el caso del comunismo como una lucha entre clases. De la demonización del adversario a la tendencia violenta a su liquidación no hay más que un solo paso. Así que un instrumento cognoscitivo que nos permite analizar el mundo, como es el pensamiento dualista, sin duda desarrollado en la evolución por alguna ventaja adaptativa, tiene también su parte negativa expresada paradigmáticamente en las ideologías con consecuencias desastrosas para la humanidad. El conocimiento de sus ventajas e inconvenientes deberá ponernos en guardia para evitar en el futuro esas consecuencias negativas. Un ejemplo del pensamiento dualista de la ideología nazi es la siguiente frase del libro Mein Kampf (Mi lucha) de Adolf Hitler: “La gran mayoría del pueblo es, por naturaleza y criterio, de índole tan femenina, que su modo de pensar y obrar se subordina más a la sensibilidad anímica que a la reflexión. Esa sensibilidad

Page 173: Conferencias Francisco J. Rubia

173

no es complicada, por el contrario, es muy simple y rotunda. Para ella no existen muchas diferenciaciones, sino un extremo positivo y otro negativo: amor u odio, justicia o injusticia, verdad o mentira, pero jamás estados intermedios”. En esta cita vemos que el propio Hitler piensa que la realidad es dual, proyectando su propio pensamiento dualista a la sociedad. Una expresión típica de las ideologías es la comparación del adversario con una ‘manzana podrida’ que contamina a las sanas, o con un ‘cáncer’ que, como dice Hitler, ‘corroe las entrañas de la sana raza aria’. La aversión de Hitler por la enfermedad llega a tal punto que tanto enfermos crónicos como personas defectuosas genéticamente debían ser erradicados del resto de la sociedad. Se muestra así el dualismo exacerbado del que antes hablábamos que divide a la sociedad en sanos, que son ellos, en la mente de los ideólogos, los puros, los ortodoxos, y por otra parte los enfermos, lisiados, minusválidos, impuros, heterodoxos, herejes, etc., de los que conviene librarse, enviarlos a campos de exterminio, quemarlos, gasearlos, como así fue en el periodo de la dictadura nacionalsocialista. El pluralismo de la sociedad alemana era para Hitler el caos que debía ceder ante un orden draconiano. Comunismo, bolchevismo, pacifismo, liberalismo, democracia, todo era desvalorizado y

Page 174: Conferencias Francisco J. Rubia

174

despreciado y todo cargado a cuenta de los judíos, como bestia negra del nacionalsocialismo. A los alemanes arios se les atribuía la capacidad de dominio sobre los demás pueblos, pero se reprimía cualquier tendencia a la autodeterminación. Debían entregarse en cuerpo y alma al Führer y confiar ciegamente en su dirección. La politóloga alemana Hannah Arendt en su libro Los orígenes del totalitarismo dice que hay tres elementos específicamente totalitarios que son peculiares a todo pensamiento ideológico. El primero es la promesa de explicar todo el acontecer histórico, la explicación total del pasado, el conocimiento total del presente y la fiable predicción del futuro. Es lo que yo llamaba antes una cosmovisión acabada de la realidad. En segundo lugar, un pensamiento que se emancipa de la realidad que percibimos y que insiste en una realidad “más verdadera”. En tercer lugar, el pensamiento ideológico comienza en una premisa axiomáticamente aceptada, deduciendo todo a partir de ahí. Como he dicho al principio, una de las ideologías más nefastas del siglo XX ha sido la del comunismo, especialmente en su vertiente estalinista. El comunista yugoslavo Milovan Djilas, describió a Stalin como ‘el

Page 175: Conferencias Francisco J. Rubia

175

mayor criminal de la historia’, en el que se combinaba ‘la criminalidad sin sentido de un Calígula con el refinamiento de un Borgia y la brutalidad del zar Iván el Terrible’. Sigue siendo un misterio, como dice el escritor británico Alan Wood, cómo fue posible que Stalin estuviese tanto tiempo en el poder, desde 1928 hasta 1953, aterrorizando a la población, recurriendo al asesinato en masa y al terror, y esclavizando a las naciones de la Europa del Este, siendo al mismo tiempo admirado, reverenciado e incluso amado por muchos y encontrándonos hoy aún con los que mantienen su afecto a su figura y nostalgia por esa época. La aniquilación de la clase de los kulaks, agricultores y campesinos con tierras que contrataban a trabajadores del campo, su envío por millones en vagones de ferrocarril que se utilizaban para el ganado a las inmensidades heladas de Siberia a trabajar en campos de concentración se anticipó al transporte nazi de judíos en el nacionalsocialismo. “Los kulaks no son seres humanos”, diría Stalin, anticipándose a lo que decían los nazis de los judíos o los gitanos. Otra conocida frase de Stalin es “un muerto es una tragedia; un millón una estadística”. La manifestación pública del así llamado ‘holocausto soviético’ fueron las purgas entre los años 1936 a 1938 contra miembros del Politburo del propio partido, quienes bajo tortura y amenazas a sus familias confesaron crímenes políticos jamás cometidos.

Page 176: Conferencias Francisco J. Rubia

176

La red de campos de concentración inmortalizada por Alexander Solzhenitsyn en su obra El Archipiélago GULAG, es un equivalente de la red de cientos de campos de concentración nazi. En esa obra de Solzhenitsyn, el autor, dice lo siguiente: “¡La ideología! He aquí lo que proporciona al malvado la justificación anhelada y la firmeza prolongada que necesita. La ideología es la teoría social que le permite blanquear sus actos ante sí mismo y ante los demás y oír, en lugar de reproches y maldiciones, loas y honores. Así, los inquisidores se apoyaron en el cristianismo; los conquistadores en la mayor gloria de la patria, los colonizadores en la civilización; los nazis en la raza; los jacobinos y los bolcheviques en la igualdad, la fraternidad y la felicidad de las generaciones futuras”. Solzhenitsyn, en el segundo tomo de su obra calcula el número de muertos por el sistema soviético en unos 88 millones; si restamos los aproximadamente 44 millones de rusos que costó la Segunda Guerra Mundial obtenemos una cifra de 64 millones. El Profesor Rudolf Joseph Rummel, de la Universidad de Hawai estima que el régimen soviético mató unos 62 millones entre 1917 y 1987. Y el médico Dimitri Panine, que estuvo cuatro años en prisión con Solzhenitsyn también calcula el número de muertos por el régimen soviético en unos 60 millones.

Page 177: Conferencias Francisco J. Rubia

177

Si se hace un cálculo demográfico resultaría lo siguiente. En 1917, la URSS contaba con 143,5 millones de habitantes. Las anexiones de 1940 sumaron 20,1 millones, o sea hacían un total de 163,6 millones. De 1917 a 1940, y luego de 1940 a 1959 el incremento natural hubiera debido de llevar el volumen de la población a 319 millones. Pero en 1959 en la URSS sólo había 208,8 millones, lo que significa un déficit de 110,2 millones. Si se deduce de esta cifra el número de víctimas de la guerra, calculado en unos 44 millones, el resto, o sea 66,2 millones de hombre, mujeres y niños representaría el coste humano del sistema soviético. Como vemos, aproximadamente unos sesenta y tantos millones sería la cifra de víctimas. El historiador e hispanista francés Pierre Chaunu decía refiriéndose al sistema soviético: “Desde el comienzo del mundo, ningún régimen, ninguna dinastía, ningún monarca había conseguido nada parecido. Ni siquiera el nazismo que, hacia el final, se quedó corto de tiempo”. Como dice el académico francés Alain de Benoist. “El comunismo ha matado más que el nazismo, ha matado durante más tiempo que él y ha comenzado a matar antes que él”. Esto llevó al historiador francés Stéphane Curtois, que dirigió con un grupo de historiadores el Libro negro del comunismo, a decir lo siguiente: “Este mero hecho incita

Page 178: Conferencias Francisco J. Rubia

178

a una reflexión comparativa sobre la similitud entre el régimen que a partir de 1945 fue considerado como el más criminal del siglo (refiriéndose al régimen nazi) y un régimen comunista que hasta 1991 ha conservado toda su legitimidad internacional y que, hasta hoy, está en el poder en varios países y mantiene adeptos en el mundo entero”. La relación entre ambos sistemas, el nazi y el soviético, ha sido señalada por muchos autores. El historiador judío alemán Sigmund Neumann, que emigró en los años 30 primero a Londres y luego a Estados Unidos, sostenía la tesis de que el nazismo podía definirse como un anticomunismo que tomaba de sus adversarios las formas y los métodos, empezando por los métodos del terror. Otro motivo que justifica la comparación entre ambos sistemas, escribe Alain Benoist, es la estrecha imbricación dialéctica de sus respectivas historias. Del mismo modo que el sistema soviético ha despertado una poderosa movilización en nombre del ‘antifascismo’, el sistema nazi no cesó de movilizar en nombre del anticomunismo. El sistema nazi veía en las democracias liberales regímenes débiles, susceptibles de desembocar en el comunismo, mientras que el sistema soviético en el mismo momento las denunciaba como susceptibles de limpiar el camino al ‘fascismo’.

Page 179: Conferencias Francisco J. Rubia

179

El escritor y periodista británico George Orwell, conocido por sus obras, como 1984, Rebelión en la granja, y Homenaje a Cataluña, ya que estuvo en España durante la Guerra Civil, subrayaba que muchas personas se hicieron nazis por un motivado horror al comunismo, mientras que otros se hicieron comunistas por un motivado horror al nazismo. Desde el punto de vista ideológico, ambos sistemas son muy parecidos. Uno propugnaba el genocidio de raza y el otro el genocidio de clase, y todos aquellos que se oponían a estos designios tenían que ser eliminados. El escritor ruso Máximo Gorki, defensor del movimiento revolucionario soviético, escribía que el odio de clase debía ser cultivado como una repulsión orgánica respecto al enemigo en cuanto ser inferior. Mi convicción íntima, decía, es que el enemigo es realmente un ser inferior, un degenerado en el plano físico, pero también en el moral. Otra consecuencia nefasta de la ideología comunista fue la que se implantó en China. No sé si es conocido que el llamado por Mao Zedong ‘El gran salto adelante’ costó entre 20 y 43 millones de muertos por hambre. Y la invasión militar del Tibet en los años 50 se cobró entre seis y diez millones de víctimas. En Camboya, el terror

Page 180: Conferencias Francisco J. Rubia

180

de los jémeres rojos con su ideología comunista también hizo que millones de camboyanos fueran aniquilados. Llamar a Hitler, Stalin, Mao Zedong o a Pol Pot paranoicos, psicópatas, con complejos de inferioridad y tendencias homicidas no explica prácticamente nada de por qué gran parte de la población siguió durante mucho tiempo a estos personajes participando de la ideología que propagaban. Tanto el nacionalsocialismo como el estalinismo se caracterizaron por un nacionalismo exacerbado, que, a fin de cuentas, es una forma de pensamiento dualista que distingue tajantemente entre nosotros y los demás. Ahora que el nacionalismo de vía estrecha hace furor en algunas partes de Europa, deberíamos tener en cuenta estas consideraciones si no queremos volver a repetir los errores del pasado. Si realmente las ideologías están basadas en una visión dualista del mundo y existe el peligro de que esta visión, por ser más simple, puede ser fácilmente adoptada por la inmensa mayoría de la población; y si le añadimos que una vez asentada esta visión está fuertemente cargada emocionalmente, corremos el peligro de volver a vivir cualquier otra ideología con sus nefastas consecuencias. Por esta razón, cuando en los años 50 y 60 se proclamó

Page 181: Conferencias Francisco J. Rubia

181

el fin de las ideologías puede que los que lo hicieron no estuviesen muy acertados. El crítico literario británico Terry Eagleton, en la introducción de su libro Ideology, escrito en 1995, ya dice que en la última década hemos conocido un notable resurgimiento de movimientos ideológicos en todo el mundo, refiriéndose sobre todo al fundamentalismo islámico, sin olvidar el fanatismo estalinista de un Pol Pot en Camboya, el sistema teocrático en Irán o la limpieza étnica en la antigua Yugoslavia. Por esta razón, aquellos que fomentan un pensamiento dualista extremo en las ideologías son, a mi juicio, unos irresponsables siendo extremadamente indulgentes. No deberíamos olvidar la frase del filósofo español Jorge de Santayana: “Quien olvida su historia está condenado a repetirla”.

10. ¿Genera el cerebro espiritualidad?

A lo largo de la Historia, el ser humano ha experimentado lo que hoy se llaman “estados alterados de consciencia”, en los que presumiblemente la persona entraba en contacto con la Divinidad, el Vacío, o la Naturaleza, dependiendo de su bagaje cultural.

Page 182: Conferencias Francisco J. Rubia

182

Estas experiencias pueden producirse de manera espontánea, quizás tras la muerte de alguna persona querida o cualquier shock emocional fuerte, de forma que este tipo de vivencias no deberían ser consideradas patológicas. Las personas que han tenido esta experiencia suelen decir que son de una intensidad fuera de lo normal y, en la mayoría de los casos, que están acompañadas de una sensación de felicidad que hace que intenten repetirla. En cualquier caso, son experiencias con un contenido emocional muy alto. En la literatura existen varias descripciones de sus características, algunas de ellas clásicas, como las del psicólogo y filósofo norteamericano del siglo XIX William James, quien recoge estas características en su conocido libro Las variedades de las experiencias religiosas. La novelista inglesa Marghanita Laski, en su libro Éxtasis, también refiere toda una serie de características de esta experiencia y lo mismo hicieron el psiquiatra norteamericano Walter N. Pahnke y el filósofo W. T. Stace. De todos ellos he sacado, a modo de resumen, las siguientes: 1. Sensación de unidad de todo lo existente. El sujeto es parte de un “todo” que abarca el mundo entero. Las

Page 183: Conferencias Francisco J. Rubia

183

diferenciaciones que solemos hacer parecen desaparecer; por tanto, 2. El mundo, como objeto, desaparece, al igual que lo hace el sujeto; ambos se funden y el “yo” deja de existir. 3. Lo que para Kant eran intuiciones puras “a priori”, el espacio y el tiempo, desaparecen. 4. El sentido de la causalidad, una de las categorías del entendimiento en Kant, también se pierde. 5. La experiencia suele ir acompañada de sensaciones de alegría, bienaventuranza, felicidad y paz y el sujeto también suele sentirse extraordinariamente bien, tanto física como mentalmente. 6. El sujeto tiene la impresión de que ha entrado en contacto con lo sagrado. 7. Aumenta la sensación de realidad y objetividad; la experiencia es mucho más viva y real que la propia realidad cotidiana. 8. La visión dualista del mundo, algo que parece ser inherente a nuestra razón, da paso a una visión holística, global de todo lo que nos rodea; la desaparición del

Page 184: Conferencias Francisco J. Rubia

184

dualismo hace que el sujeto acepte sin problemas la paradoja (paradoxicalidad). 9. Es una experiencia inefable; afortunadamente, los que la han experimentado han transmitido, como podían, sus propias impresiones, pero siempre dando a entender que es una experiencia difícilmente expresable en palabras. 10. La experiencia mística no suele ser de larga duración; así lo han expresado muchos místicos y así fue recogido también por William James. 11. Tras la experiencia, el sujeto cambia de conducta volviéndose más compasivo y comprensivo con su entorno. 12. James decía que una de las características era lo que él llamó “cualidad noética”, es decir, que el sujeto tiene la impresión de haber entendido los problemas más difíciles, haber profundizado en el conocimiento de las cosas. 13. A veces se acompaña esta experiencia con sensaciones de elevación física, como si se flotase en el aire.

Page 185: Conferencias Francisco J. Rubia

185

14. Estas experiencias se acompañan frecuentemente de luces intensas, generalmente blanca; a veces también con sensaciones de calor. Estas características, que no pretenden ser exhaustivas, tampoco tienen por qué presentarse todas juntas. En los diversos relatos de los sujetos pueden aparecer varias de ellas, pero no todas juntas, o pueden aparecer características no mencionadas aquí. Partimos de la base de que cada conducta y experiencia humanas son el resultado de la activación de las diversas regiones cerebrales, o sea que tienen todas una base neurobiológica. El difícil acceso a estas experiencias, cuando no son espontáneas, nos está diciendo, por tanto, que muy probablemente se trate de la activación de estructuras cerebrales que en condiciones normales no están activas. De ahí la denominación de “estados alterados de consciencia”, suponiendo que la normalidad es la consciencia que tenemos cuando estamos despiertos y que estos estados son “alteraciones de esa consciencia normal”. En mi opinión, tan válido es un estado como otro, ambos son producto de la activación de regiones cerebrales. Si examinamos la historia, pronto nos llamará la atención el hecho de que en culturas que llamamos primitivas, o

Page 186: Conferencias Francisco J. Rubia

186

quizás mejor, culturas de cazadores-recolectores, existe una figura, la del chamán, que ha sido considerado por los antropólogos e historiadores de las religiones como el sacerdote de las religiones más antiguas. Esta figura está especializada, como dice Mircea Eliade, en el éxtasis, o sea en la experiencia mística, que es capaz de transportarlo, en el así llamado “vuelo del chamán”, a los cielos o a los infiernos, a entrar en contacto con los dioses o los antepasados. No deja de ser curioso que el chamanismo esté considerado como la religión más primitiva. Algunas pinturas parietales en cuevas del Sur de Francia y Norte de España han sido interpretadas como correspondientes a figuras de chamanes. La aparición del arte y la religión en el Paleolítico Superior es un misterio. Sobre todo porque no puede explicarse por qué el Homo sapiens moderno, con una antigüedad de unos 200.000 años, tardó tanto en producir arte y religión a pesar de que su cerebro no experimentó ningún tipo de cambio. Esa explosión cultural sigue siendo un enigma. Sobre el origen de las religiones se han escrito miles de tratados y monografías y, es imposible confirmar o refutar las hipótesis planteadas porque las hay para todos los gustos. En mi modesta opinión, la religión responde, muy probablemente, a muchos factores y, pensando evolutivamente, tiene que haber satisfecho

Page 187: Conferencias Francisco J. Rubia

187

varios requerimientos del entorno. Unos autores diferencian entre su origen y la práctica diaria, lo cual parece lógico; las prácticas religiosas obedecen probablemente a necesidades sociales, mientras que el origen suele estar ligado a la intervención de personas destacadas por sus cualidades espirituales o por sus experiencias místicas. No es este el lugar para exponer las diferentes posturas que ha habido para explicar el origen de las religiones. Desde mi punto de vista, aun suponiendo, como he hecho anteriormente, que el origen de la religión sea multifactorial, parece establecido que los fundadores de religiones tuvieron experiencias que podemos llamar místicas y que esta experiencia, vivida como extraordinaria realidad, tuvo una gran importancia en la génesis de la religión correspondiente. La persona que ha experimentado esa vivencia queda convencida no sólo de la existencia de un mundo, de dios o dioses, diferentes por sustancia a lo conocido, sino que aspira a unirse una y otra vez con él o ellos, incitando a los demás a hacer lo mismo. Si estuviese en lo cierto, es decir, si la experiencia mística puede haber incitado a los fundadores de las religiones a esa tarea, esta experiencia debe ser tan antigua como la propia religión. Algunos autores

Page 188: Conferencias Francisco J. Rubia

188

interpretan los enterramientos del Hombre de Neandertal en el Paleolítico Medio, como una muestra de religiosidad, porque se han encontrado flores acompañando los restos humanos, lo que se interpreta como una creencia en el Más Allá. Sin negar esta posibilidad, no me parece muy concluyente que las flores indiquen eso; hay que tener en cuenta que los elefantes también llevan flores a los cementerios de elefantes y a nadie se le ha ocurrido plantear la religiosidad de estos animales. Hay un hecho que puede apuntar a la antigüedad de la experiencia mística, y es que el ser humano, quizás copiando a otros animales, ingeriría sustancias alucinógenas contenidas en plantas, lianas u hongos, llegando así, aun siendo una especie de atajo, a la experiencia mística. Sabido es que los chamanes, cuando no pueden llegar a esta experiencia por técnicas activas o pasivas, suelen ingerir productos naturales que contienen estas sustancias alucinógenas o “enteógenas” (“dios dentro de nosotros”). Karl Kerényi dice que entre los indios norteamericanos el mero ayuno era un principio suficiente para tener visiones; sólo en la época de la decadencia de la cultura indígena se recurrió al peyote, a la mescalina. También se sabe que los renos en Siberia, por ejemplo, se drogan con la Amanita muscaria, un hongo matamoscas que suele crecer a los pies de

Page 189: Conferencias Francisco J. Rubia

189

coníferas. Muy posiblemente los chamanes siberianos copiaron a estos animales y llegaron de esta manera a la experiencia mística. Asimismo, se han encontrado en el estómago de primates no humanos restos del hongo Psylocybe mexicana, que contiene como sustancia activa la psilocibina con propiedades alucinógenas; estos hongos crecen en los excrementos de los mamíferos. Por eso no es de extrañar que el etnobotánico R. Gordon Wasson atribuyese a los hongos alucinógenos el agente causal del nacimiento de la espiritualidad en humanos conscientes y ser la génesis de la religión. Lo que Gordon Wasson no sabía es la existencia de estructuras cerebrales cuya activación produce experiencias espirituales y místicas, por lo que, en justicia, el origen de la espiritualidad habría que atribuírselo, como luego veremos, al cerebro y sus estructuras “espirituogénicas”. Se suele decir que existen dos formas de enfrentarse al mundo: con la razón, para comprenderlo, y con los sentimientos, para vivirlo emocionalmente. La experiencia mística pertenece, sin duda, a esta segunda forma de enfrentarse al mundo. La razón, que ve el mundo con anteojos dualistas, en términos antitéticos, ha sido desarrollada sobre todo en nuestra civilización occidental. Pero a lo largo de la Historia ha habido momentos en los que presumiblemente la vivencia del mundo desde el punto de vista emocional predominaba.

Page 190: Conferencias Francisco J. Rubia

190

Supongo que en épocas más primitivas, en las que la razón aún no estaba plenamente desarrollada, la “participation mystique”, como la llamaba el antropólogo Lévy-Bruhl, era la regla. Una participación del hombre con la naturaleza, los animales, las plantas e incluso la materia inanimada, como rocas y montañas. Bernhard Schweitzer, hablando del arte minoico decía: “Es una forma de experiencia del mundo, una de las grandes formas básicas de relacionarnos con las cosas que llamamos ‘mística’ y que, por su contenido especial, sólo podemos definir mediante la etiqueta de ‘dionisíaco’”. Estas dos formas de pensamiento ya llamaron la atención de Sigmund Freud, que las llamó proceso primario y secundario; el primero es el que ha llamado pensamiento dualista, analítico-racional, y el segundo es el pensamiento onírico, en el que las antítesis pueden convivir sin crear problemas (recordemos la paradoxicalidad como característica de la experiencia mística), como el amor/odio, por ejemplo. Jung llamaría a estas dos formas de pensamiento el pensamiento directo y el pensamiento fantástico. El filósofo alemán Friedrich Nietzsche estableció también la dicotomía entre lo apolíneo y lo dionisíaco.

Page 191: Conferencias Francisco J. Rubia

191

Se preguntaba Nietzsche en El nacimiento de la tragedia si con respecto al origen del coro trágico no había, en aquellos siglos donde florecía el cuerpo griego y el alma rebosaba de vida, trances endémicos, visiones y alucinaciones que se propagaban por comunidades y reuniones culturales enteras. Lo apolíneo en Nietzsche, representado por el dios sol Apolo, es la razón, el “principium individuationis”, la mesura y el orden. Por el contrario, lo dionisíaco está representado por el dios del éxtasis, Dioniso, y es la locura, el frenesí, la afirmación de los instintos, la bebida narcótica, lo subjetivo que se funde con el resto de la Naturaleza. En palabras del propio Nietzsche: “la Naturaleza alienada, enemiga o sometida celebra de nuevo su fiesta de reconciliación con su hijo pródigo: el hombre”. Esto nos recuerda que hubo una época en donde muchas personas se iniciaban en las llamadas religiones “mistéricas” con el propósito de entrar en contacto con la divinidad correspondiente. Los misterios dionisiacos eran una de estas religiones o cultos “mistéricos” de lo que nos encontramos múltiples ejemplos en la época greco-romana: los misterios de Isis y Osiris, Attis y Cibeles, Mitra, Deméter y Perséfone y, desde luego, Dioniso.

Page 192: Conferencias Francisco J. Rubia

192

Nos referiremos sólo a este último como ejemplo ilustrativo del fenómeno que estamos describiendo. Procedente de Tracia y Frigia, pero posiblemente también de Creta, Dioniso se le caracterizaba en forma de un toro poderoso, la encarnación de la masculinidad animal, pero también de forma afeminada, con piel blanca y largos rizos en los cabellos. También era el dios de la vida y la muerte, la masculinidad y la feminidad. Como vemos, armonizaba los contrarios y, a mi entender, era una proyección al exterior de nuestro sistema límbico, sistema de emociones y afectos del cerebro; precisamente lo que se activa en la experiencia de éxtasis como veremos. Dios del vino y de las bestias salvajes, sus seguidores, sobre todo seguidoras, las ménades o bacantes, entraban en éxtasis y desgarraban animales vivos (sparagmos) ingiriendo la carne cruda (omofagia), especie de antecedente de la comunión cristiana, por la que se asimilaban el poder del dios encarnado en el animal. La omofagia recordaba que los Titanes habían consumido la carne de Dioniso; castigados por Zeus que los destruyó con un rayo, de sus cenizas fueron creados los seres humanos. De ahí que los humanos tengan naturaleza titánica y dionisíaca, según los órficos. Los órficos eran dualistas que consideraban que el alma humana, de naturaleza divina, estaba

Page 193: Conferencias Francisco J. Rubia

193

impresionada en el cuerpo, soma, que se le consideraba su tumba o sema. Los iniciados en estos misterios procuraban entrar en éxtasis para identificarse con su dios, y esto también puede decirse de todos los demás misterios que en época greco-romana existían, como antes mencioné. También en la Edad Media se produjeron movimientos masivos de miles y miles de personas que pretendían entrar en éxtasis mediante la danza, un método utilizado en muchos lugares para alcanzar ese estado de consciencia. Entre los siglos XI y XVII estas frenéticas orgías públicas eran conocidas como el baile de San Vito y el de San Juan que duraban días y a veces semanas. Una variación italiana era conocida como tarantismo porque se creía que las personas que habían sido mordidas por la araña tarántula sólo podían curarse danzando frenéticamente al compás de cierta música que se creía era capaz de disipar el veneno en la sangre. De Italia se extendió esta plaga a Prusia en donde las masas danzaban juntas sin cesar durante horas o días hasta que exhaustas caían al suelo. Cuando se recuperaban muchos decían que habían visto las puertas del cielo abiertas y que se les había aparecido Jesús y la

Page 194: Conferencias Francisco J. Rubia

194

Virgen María. Es evidente que mediante la danza habían entrado en éxtasis. El misticismo, según la enciclopedia católica es una tendencia religiosa y un deseo del alma humana hacia la unión íntima con la divinidad. En otras palabras, es la tendencia ancestral del ser humano de experimentar ese estado alterado de consciencia que hemos llamado experiencia de éxtasis o experiencia mística. Experiencias místicas son conocidas en todas las religiones y todas tienen denominadores comunes que no son otros que los ya mencionados anteriormente. La identificación con la divinidad, la unio mystica cristiana, es probablemente la descripción de un fenómeno que se produce cuando determinadas estructuras del sistema límbico son activadas. Por tanto, el que quiere experimentar esa unión deseada tiene que intentar por diversos medios llegar a activar esas estructuras que se encuentran dentro de nuestro cerebro. Quizás por ello en muchas culturas y religiones se ha hecho hincapié en la necesidad de buscar esa unión dentro de nosotros mismos y no buscarla externamente. Recordemos algunas frases que corroboran lo dicho: - En el Bhagavad Gita, uno de los capítulos del Mahabharata indio se dice que Dios habita en el corazón de todos los seres. Hoy podríamos decir, en el cerebro.

jaime
Resaltado
jaime
Resaltado
Page 195: Conferencias Francisco J. Rubia

195

- Para el budismo mahayana, todo ser humano es un buda en potencia, tenemos a buda dentro de nosotros, pero no lo sabemos. - El evangelio de Santo Tomás dice: “El Reino de Dios está dentro de vosotros”, y también “Quienes lleguen a conocerse a sí mismos lo hallarán”. - San Agustín decía: “No busques fuera, entra dentro de ti mismo, porque en el interior del hombre habita la verdad”. - Juliana de Norwich, mística del siglo XIV decía: “Dulce escalofrío es que Dios more en nuestras almas”. Como vemos, parece que en todas las culturas y religiones se sabe que el verdadero camino para encontrar la divinidad no es hacia fuera, sino hacia dentro de la propia mente, es decir, de nuestro cerebro. Existe un tipo de epilepsia, la epilepsia del lóbulo temporal que produce un síndrome llamado síndrome de Gastaut-Geschwind y una personalidad denominada personalidad del lóbulo temporal, caracterizados ambos por una serie de síntomas muy reveladores. Estos síntomas son: conversiones religiosas súbitas,

jaime
Resaltado
jaime
Resaltado
Page 196: Conferencias Francisco J. Rubia

196

hiperreligiosidad, hipermoralismo, hiposexualidad, hipergrafia o tendencia a escribir profusamente, preocupaciones filosóficas exageradas, etcétera. Estos síntomas ya nos están indicando que en la profundidad del lóbulo temporal, donde se encuentran estructuras pertenecientes al sistema límbico, la activación que la epilepsia produce de estas estructuras puede producir síntomas que tienen que ver con la espiritualidad. Algunos autores han descrito que el aura que precede a estos ataques puede ir acompañada de éxtasis con visiones. En los años ochenta del siglo pasado, el psicólogo Arnold Mandell en un libro titulado Psicobiología de la Consciencia ya planteó la posibilidad de que existiera una psicobiología de la trascendencia, o sea que Dios estaba en el cerebro. Y el año 1983 un psicólogo canadiense, Michael Persinger afirmó que las experiencias religiosas y místicas podían provocarse por la estimulación espontánea de las estructuras límbicas del lóbulo temporal. Desde luego, muchos síntomas que se producen por estimulación eléctrica del lóbulo temporal, como sensaciones de estar fuera del cuerpo observándose uno mismo (autoscopia), viajar a través del espacio y del tiempo, alucinaciones auditivas, la sensación de la

jaime
Resaltado
jaime
Resaltado
Page 197: Conferencias Francisco J. Rubia

197

presencia de otras personas que dan consejos, la percepción de luces brillantes y también las sensaciones de paz, bienaventuranza y felicidad, son muy parecidas a las que se han experimentado por los místicos. Como todas las funciones mentales, existen diferencias en los individuos, de manera que esto explicaría que unas personas fueran más proclives que otras para la producción de estos síntomas. Del mismo modo que hay personas más musicales que otras, más inteligentes que otras, etc., también hay individuos más espirituales que otros. Persinger, utilizando la estimulación electromagnética transcraneal, o sea un casco provisto de bobinas en la cabeza del sujeto de experimentación para la estimulación de partes del cerebro a través del cráneo, pudo provocar en más de mil sujetos la sensación de presencia de seres espirituales que respondían al bagaje cultural de los sujetos, por lo que unos tenían la sensación de la presencia de Jesús, Mahoma o Manitú, según el sujeto era cristiano, musulmán o indio. Persinger concluyó que la experiencia mística era producto de la activación de estructuras cerebrales, experiencias que se modulaban de acuerdo con las experiencias personales de los sujetos.

jaime
Resaltado
Page 198: Conferencias Francisco J. Rubia

198

Tradicionalmente han existido diferentes métodos o técnicas para alcanzar el estado de éxtasis. Resumiendo puede decirse que existen técnicas activas que excitan el sistema nervioso simpático, una subdivisión del sistema nervioso autónomo o vegetativo, y técnicas pasivas que lo que hacen es activar el sistema nervioso parasimpático, la otra subdivisión del sistema nervioso autónomo. El sistema simpático es aquél que activamos cuando el organismo se prepara para la lucha o la huída, movilizando las energías del organismo. El parasimpático es el sistema que se encarga de regular el sueño, promover la digestión, distribuir nutrientes por todo el organismo y controlar el crecimiento celular. El sistema simpático puede activarse, como hemos dicho, con las técnicas activas, como es la danza, un método tradicionalmente utilizado en muchas culturas. Piénsese, por ejemplo, en los derviches giróvagos de Konya en Turquía que entran en éxtasis girando sobre sí mismos. O en las danzas orgiásticas de las ménades en los misterios de Dioniso. Generalmente, estas danzas se acompañan del sonido de instrumentos de percusión o musicales, como tambores, pífanos, címbalos, etc. Las técnicas pasivas utilizan la privación de alimentos con ayunos de larga duración, el aislamiento sensorial,

jaime
Resaltado
Page 199: Conferencias Francisco J. Rubia

199

emigrando al desierto o lugares aislados, la privación de sueño. Y, sobre todo, la meditación. Al parecer, cuando el sistema simpático o el parasimpático se excitan llega un momento en el que hay como un desbordamiento que afecta a ambos sistemas llegando al éxtasis. Al éxtasis puede llegarse, pues, desde cualquiera de los dos sistemas, desde el simpático y desde el parasimpático, siempre y cuando la excitación sea tan grande que se llegue a ese desbordamiento. Dos investigadores norteamericanos, D’Aquili, ya fallecido, y Newberg explican el efecto de las técnicas pasivas por la desaferentación, o sea la falta de aferencias, a las áreas de asociación del hemisferio derecho responsables de la orientación espacial (lóbulo parietal). La falta de aferencias de estas regiones produciría una estimulación del hipocampo y amígdala derechos. Cuando la excitación llega a un máximo, se produce el efecto de desbordamiento con la excitación del sistema de alerta (simpático) y sensaciones de éxtasis. La falta de estímulos a las regiones asociativas del lóbulo parietal sería la responsable de la sensación de desaparición del espacio que acompaña a la experiencia de éxtasis; asimismo, si la desaferentación se produce en el hemisferio izquierdo aparecería la sensación de disolución del yo, como contrapuesto al mundo exterior.

jaime
Resaltado
Page 200: Conferencias Francisco J. Rubia

200

La desaparición de la dualidad yo/mundo iría acompañada de la pérdida de la visión dualista del mundo, lo que antes hemos llamado paradoxicalidad. La excitación de la amígdala le daría a esa experiencia una significación especial de máxima realidad y si faltan aferencias al sistema límbico suelen producirse alucinaciones. Curiosamente, esto no lo sabían los anacoretas que se retiraban a cuevas o al desierto para poder llegar al éxtasis, pero se veían importunados por las alucinaciones que eran más numerosas mientras mayor era el aislamiento sensorial. Cualquier situación de estrés hace que el cerebro produzca endorfinas, sustancias parecidas a la morfina que el organismo produce y utiliza como analgésicos. Esto explica que las experiencias de éxtasis puedan ser placenteras. No obstante, dependiendo de qué áreas se excitan, las experiencias son placenteras o muy desagradables. Se sabe que la estimulación de determinadas zonas de la amígdala produce verdadero terror en las personas estimuladas. Hay que mencionar que los informes de personas que han estado muy cerca de la muerte y han sido rehabilitadas por médicos o han vuelto a la vida de manera espontánea, nos dicen que han tenido experiencias que tienen algunas

jaime
Resaltado
jaime
Resaltado
Page 201: Conferencias Francisco J. Rubia

201

cosas en común con la experiencia mística. Estas características son: la inefabilidad, las sensaciones de paz y bienestar, las luces cegadoras y brillantes, la autoscopia, el encuentro con personajes religiosos o con antepasados, familiares o amigos ya fallecidos, las distorsiones del tiempo y del espacio, etc. Es de suponer que la anoxia que se produce en estas situaciones afecte a las células nerviosas del cerebro y, dependiendo de qué células dejan de funcionar primero, sobre todo si son células inhibitorias, puede que se produzca una desinhibición de las regiones límbicas responsables de las experiencias místicas. Resumiendo, podemos decir que existen en el cerebro, más concretamente en el sistema límbico, estructuras, cuya activación, sea de manera espontánea, por ataques epilépticos o provocadas usando determinadas técnicas activas o pasivas, generan estados de consciencia que llamamos éxtasis místico o experiencias de trascendencia. Esto supone que la espiritualidad tiene también una base cerebral, corroborando a William James que ya decía que cualquier conducta tenía que tener una base orgánica. Estas experiencias han sido vividas por innumerables personas a lo largo de la historia de la humanidad y son tan antiguas como ella misma. Suponemos, asimismo, que han tenido una gran

jaime
Resaltado
Page 202: Conferencias Francisco J. Rubia

202

importancia en la creación de las diversas religiones, ya que muchos de sus fundadores han tenido este tipo de experiencias. ¿Qué consecuencias tienen estos resultados para las creencias religiosas? En el libro La conexión divina yo decía que para los creyentes la existencia de esas estructuras cerebrales que generan espiritualidad podrían interpretarse como que Dios ha colocado esa especie de ‘chip’ en el cerebro humano para que el hombre pueda conocer la divinidad. Sin ellas sería imposible, de la misma manera que sin ojos no vemos y sin oídos no oímos. Para los no creyentes, estas estructuras explicarían no sólo la existencia de espiritualidad, sino el origen de las religiones como proyecciones del cerebro al exterior. En cualquier caso, el científico no debe entrar en esos temas que pertenecen a la intimidad de las personas. Debe limitarse a plantear los resultados de las investigaciones. En otro orden de cosas, que el cerebro produzca sensaciones que han sido tradicionalmente consideradas espirituales hace que el dualismo cerebro/mente o cuerpo/alma quede completamente difuminado para dar paso a un solo origen de ambos ámbitos: el propio cerebro. Por eso al cerebro no se le debía llamar ni

Page 203: Conferencias Francisco J. Rubia

203

materia ni espíritu, sino “espiriteria”, una contracción de ambos conceptos.