los principios moralesinif.ucr.ac.cr/recursos/docs/revista de filosofía ucr...maría teresa lópez...

7
María Teresa López de la Vieja Los principios morales Abstraet. The ethical model of principles turns out to be as vulnerable as "academic mo- ralism" is, but the practical issues that truly worry the agent are not wholly intelligible if mo- ral principles do not participa te. The paper de- fends this point of view, thus rejecting the strong objections against moral Theory. Resumen. El modelo ético de principios re- sulta tan vulnerable como el "moralismo acadé- mico"; pero las cuestiones prácticas que real- mente preocupan al agente no son del todo inte- ligibles sin el concurso de los principios mora- les. El artículo defiende este punto de vista, re- chazando, por tanto, las objeciones fuertes con- tra la Teoría moral. En un artículo de 1998, R. Posner denuncia- ba la falta de respuestas prácticas que ofrecen la Teoría moral, así como algunos filósofos a los cuales se refería como "moralistas académicos". R. Posner criticaba con dureza las limitaciones de la Teoría moral contemporánea, por conside- rarla una base sumamente deficiente para guiar . los juicios morales, o para orientar las decisiones en el ámbito jurídico. En su alegato contra el "moralismo académico'", Posner mencionaba expresamente a autores contemporáneos, tan co- nocidos, y diferentes entre sí, como son R. Dwor- kin, J. Rawls, J. Raz, Th. Nagel, M. Nussbaum. Todos ellos representan -en su opinión- un tipo de teoría que ha perdido definitivamente su po- tencial creativo. Los especialistas ya no son inno- vadores, no están a la altura de las demandas de los agentes, su trabajo no sirve para mejorar la conducta, ni siquiera resuelven sus propios desa- cuerdos teóricos ... R. Posner pintaba una situa- ción muy desfavorable, debido a lo cual los deba- tes que realmente importan han de tener lugar fuera del ámbito académico. Por todo ello, con- cluía que sería mejor abordar todo lo referente a los fenómenos morales sin el concurso de las ca- tegorías morales. El artículo retornaba, en fin, los consabidos argumentos contra los excesos de la teoría, contra la separación entre teoría y vida práctica, entre categorías morales y dilemas prác- ticos, la incapacidad de los especialistas para ha- blar de lo que realmente motiva a los agentes, etc. En cambio, defendía una versión de la mora- lidad ligada a lo contextual y a las intuiciones, dedicada sobre todo a explicar las cuestiones prácticas, así como cambiar las conductas, ofre- ciendo un nuevo punto de vista. No era la primera vez que la Filosofía moral contemporánea era objeto de críticas de este tipo, contra los excesos del análisis teórico y contra su falta de relevancia. Esta actitud negativa hacia lo teórico aspira a devolver la primacía a lo prácti- co, a los temas de carácter sustantivo. No es una actitud demasiado nueva, si bien se presenta ba- jo fórmulas cada vez más radicales. En los años ochenta, S. Toulmin abogaba por una nueva ca- suística, denunciando la rigidez o "tiranía"? de los principios de carácter absoluto. De este modo pretendía que las teorías se mantuvieran fieles a la complejidad de los problemas prácticos, resol- viendo los casos particulares de forma prudente, discreta. Y sin la ayuda de reglas ni de principios. Sin embargo, la Filosofía moral contemporánea no ha logrado una posición de consenso sobre es- te tema, escindida todavía entre las cuestiones de principio y las formas de vida particulares, entre Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XL (102),13-19, EXTRAORDINARIO, Diciembre 2002

Upload: others

Post on 13-Feb-2020

0 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Los principios moralesinif.ucr.ac.cr/recursos/docs/Revista de Filosofía UCR...María Teresa López de la Vieja Los principios morales Abstraet. The ethical model of principles turns

María Teresa López de la Vieja

Los principios morales

Abstraet. The ethical model of principlesturns out to be as vulnerable as "academic mo-ralism" is, but the practical issues that trulyworry the agent are not wholly intelligible if mo-ral principles do not participa te. The paper de-fends this point of view, thus rejecting the strongobjections against moral Theory.

Resumen. El modelo ético de principios re-sulta tan vulnerable como el "moralismo acadé-mico"; pero las cuestiones prácticas que real-mente preocupan al agente no son del todo inte-ligibles sin el concurso de los principios mora-les. El artículo defiende este punto de vista, re-chazando, por tanto, las objeciones fuertes con-tra la Teoría moral.

En un artículo de 1998, R. Posner denuncia-ba la falta de respuestas prácticas que ofrecen laTeoría moral, así como algunos filósofos a loscuales se refería como "moralistas académicos".R. Posner criticaba con dureza las limitacionesde la Teoría moral contemporánea, por conside-rarla una base sumamente deficiente para guiar .los juicios morales, o para orientar las decisionesen el ámbito jurídico. En su alegato contra el"moralismo académico'", Posner mencionabaexpresamente a autores contemporáneos, tan co-nocidos, y diferentes entre sí, como son R. Dwor-kin, J. Rawls, J. Raz, Th. Nagel, M. Nussbaum.Todos ellos representan -en su opinión- un tipode teoría que ha perdido definitivamente su po-tencial creativo. Los especialistas ya no son inno-vadores, no están a la altura de las demandas delos agentes, su trabajo no sirve para mejorar laconducta, ni siquiera resuelven sus propios desa-

cuerdos teóricos ... R. Posner pintaba una situa-ción muy desfavorable, debido a lo cual los deba-tes que realmente importan han de tener lugarfuera del ámbito académico. Por todo ello, con-cluía que sería mejor abordar todo lo referente alos fenómenos morales sin el concurso de las ca-tegorías morales. El artículo retornaba, en fin, losconsabidos argumentos contra los excesos de lateoría, contra la separación entre teoría y vidapráctica, entre categorías morales y dilemas prác-ticos, la incapacidad de los especialistas para ha-blar de lo que realmente motiva a los agentes,etc. En cambio, defendía una versión de la mora-lidad ligada a lo contextual y a las intuiciones,dedicada sobre todo a explicar las cuestionesprácticas, así como cambiar las conductas, ofre-ciendo un nuevo punto de vista.

No era la primera vez que la Filosofía moralcontemporánea era objeto de críticas de este tipo,contra los excesos del análisis teórico y contra sufalta de relevancia. Esta actitud negativa hacia loteórico aspira a devolver la primacía a lo prácti-co, a los temas de carácter sustantivo. No es unaactitud demasiado nueva, si bien se presenta ba-jo fórmulas cada vez más radicales. En los añosochenta, S. Toulmin abogaba por una nueva ca-suística, denunciando la rigidez o "tiranía"? delos principios de carácter absoluto. De este modopretendía que las teorías se mantuvieran fieles ala complejidad de los problemas prácticos, resol-viendo los casos particulares de forma prudente,discreta. Y sin la ayuda de reglas ni de principios.Sin embargo, la Filosofía moral contemporáneano ha logrado una posición de consenso sobre es-te tema, escindida todavía entre las cuestiones deprincipio y las formas de vida particulares, entre

Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XL (102),13-19, EXTRAORDINARIO, Diciembre 2002

Page 2: Los principios moralesinif.ucr.ac.cr/recursos/docs/Revista de Filosofía UCR...María Teresa López de la Vieja Los principios morales Abstraet. The ethical model of principles turns

14 MARÍA TERESA LÓPEZ DE LA VIEJA

partidarios de un modelo normativo fuerte y, deotro lado, partidarios de aligerar la teoría, a fin deno perder el contacto con la experiencia moral.Por tanto, sería un error tomar al pie de la letralas objeciones de R. Posner y de S. Toulmin, co-mo si fuesen ataques contundentes o "despedi-das" de la teoría. Por un lado, cualquier asuntomoral de auténtica relevancia termina casi siem-pre por plantear cuestiones de lenguaje, de Me-taética. Por otro, las teorías normativas, por es-trictas que sean, han de afrontar de un modo uotro -directo o indirecto- cuestiones prácticas?que preocupan a los agentes. En el campo teóri-co, no son tan agudas como parecen las tensionesentre "fundamentación" y "aplicación", o entreTeoría ética y éticas aplicadas. Porque un genui-no interés por los aspectos teóricos y prácticos,por los conceptos morales así como por las situa-ciones reales, obliga a reducir las distancias entrelos "moralistas académicos" -en los términos deR. Posner- y los agentes que deliberan de mane-ra constante sobre asuntos morales.

R. Posner llamaba la atención sobre el valorque tienen tanto el sentido común como la expe-riencia moral. Sin embargo, exageraba en todo loreferente a los errores y a las deficiencias de vo-cabulario y de metodología que lastran en parteal "moralismo académico". En todo caso, la hos-tilidad hacia las teorías no es, no puede ser unmétodo alternativo. Ni la falta de relevancia sesubsanará apelando tan sólo al sentido común co-mo criterio definitivo. Digamos que la Metaéticaes bastante vulnerable ante las críticas. Pero éstasno llegan muy lejos sin un análisis especializado,cuidadoso asimismo en el uso del vocabulariomoral. Por este mismo criterio, el modelo deprincipios resulta tan vulnerable como el "mora-lismo académico" y, sin embargo, las cuestionesprácticas que realmente preocupan al agente noson del todo inteligibles sin el concurso de losprincipios morales. En las páginas siguientes seva a defender este punto de vista, rechazando,por tanto, las objeciones fuertes contra la Teoríamoral, por su deficiente relevancia: (1) los prin-cipios morales, sobre todo los principios primafacie, son lo suficientemente flexibles como pararesponder a las demandas de aplicabilidad, sindebilitar el aparato teórico y crítico de la Filoso-

fía. (2) Hay que construir teorías que sean rele-vantes, es cierto. Teorías que expliquen lo que su-cede en la experiencia, en los casos reales, etc ..Pero las teorías tienen siempre una aplicabilidadrestringida, al no ofrecer un catálogo de solucio-nes para cada caso en particular. (3) El mejorajuste entre principios y casos prácticos nuncapodrá sustituir a la iniciativa ya la decisión de losmismos agentes, de la misma forma que la Teo-ría ética no ha sido reemplazada por éticas espe-ciales, de pretensiones excesivas y con un apara-to conceptual reducido. En suma, las teorías nor-mativas y los principios prima facie son interesantes para aquellos agentes que tienen distintasvisiones del mundo, teniendo que deliberar sobreproblemas prácticos similares. Por eso mismonecesitan normas flexibles, así como teorías paraanalizar los casos, argumentos bien definidos,principios primafacie, etc.

El artículo recuerda el papel central que pue-den desempeñar tanto los principios, entendidoséstos como "mandatos óptimos" -según la termi-nología de R. Alexy- como la "aplicabilidad res-tringida" de aquellas teorías, conceptos, enfo-ques que se ocupan de cuestiones morales. Laidea de una "teorización incompleta" -como ladenomina C. Sunstein- resta bastante fuerza a lascríticas de R. Posner, y de todos aquellos autoresque han hecho una excesiva valoración del senti-do común. Es decir, la renuncia a la teoría, el me-nosprecio hacia una tradición de debates, pulidapor la controversia, por el análisis, etc., simplifi-can las cosas sólo en apariencia. En una situacióncomo la actual, de pluralismo y simultaneidad depuntos de vista, los agentes no necesitan real-mente soluciones para cada caso, sino condicio-nes favorables para deliberar y para actuar conautonomía. Y algunos principios para "dibujar lalínea" de lo correcto, lo justo, lo tolerable, etc.

1. Los principios

Las Éticas cognitivistas son limitadas, tie-nen un contenido muy reducido, no consideranlos motivos reales de los agentes, tienden al uni-versalismo irrestricto, etc. Todas las críticasaciertan en su diagnóstico general. Sin embargo,

Page 3: Los principios moralesinif.ucr.ac.cr/recursos/docs/Revista de Filosofía UCR...María Teresa López de la Vieja Los principios morales Abstraet. The ethical model of principles turns

LOS PRINCIPIOS MORALES

la Casuística tampoco carece de dificultades a lahora de aplicar su método a las circunstanciasparticulares, encontrándose además bajo el pesode tradiciones" que hoy no podríamos asumir sinreservas. Por un lado, la Filosofía moral contem-poránea ha derivado algunas veces hacia debatespuramente teóricos, poco relevantes; por otro la-do, las éticas especiales o "aplicadas" han abier-to expectativas que no podían cumplir sin el apo-yo de un fuerte aparato teórico. Por tanto, el re-chazo hacia la gran teoría moral suele estar acer-tado en algunos casos, pero en otros casos ofrecesoluciones débiles o insuficientes. Sin duda, elmodelo de los principios carece del atractivo deaquellos proyectos que comienzan dudando delinterés de las teorías, de la utilidad de un lengua-je demasiado estricto, de la primacía de los con-ceptos sobre las experiencias, etc.

Para equilibrar la balanza, se puede afirmarque los principios aportan consistencia a la discu-sión sobre cuestiones prácticas, sobre todo deaquellas cuestiones que presentan una ciertacomplejidad o envergadura. Los principios fun-cionan, por así decirlo, como la base que posibi-lita un acuerdo entre agentes, sobre todo si éstosmantienen distintos puntos de vista. En un con-texto abierto, propio de las sociedades pluralis-tas, los desacuerdos prácticos son frecuentes, ca-si inevitables. Los principios no impiden que es-to suceda, ni borran las distancias entre formasde ver el mundo o de resolver los problemas. Losprincipios aportan, en cambio, cierto equilibrio,un punto de referencia en cualquier discusióncompleja. Son la expresión de los compromisosbásicos que los agentes podrían asumir, sin verseobligados a renunciar a sus propios puntos devista. Por tanto, los principios marcan una líneaclara que nadie debería rebasar, sean cuales seanlas circunstancias particulares, las creencias per-sonales, los objetivos a defender. "Dibujan la lí-nea" según la expresión de R. Nozick".

(a) Los principios son un tipo de normas,prescriben algo que tiene que hacerse, indicanuna conducta que se debería adoptar. La dificul-tad" para definirlos de manera precisa tiene quever con las dificultades que plantea el mismo len-guaje moral, por su estructura abierta". Normas yreglas se dicen de muchas maneras. Por ejemplo,

15

el término "regla" se refiere a algo que se debe oque se ha de hacer, si bien hablamos también deacciones racionales en el caso de acciones queestén gobernadas por reglas. Según la definiciónde R. Alexy, los principios son "mandatos ópti-mos'", puesto que prescriben algo a realizar, pe-ro a realizar de forma gradual, en mayor o en me-nor medida. En cambio, las reglas funcionan deotra forma, pues se trata de "mandatos definiti-vos", ya que sólo cabe cumplirlas o no cumplir-las, sí o no, sin gradación alguna. Esto significaque los principios se realizan a niveles distintos;como "mandatos óptimos". Entonces permitirántambién una relación abierta con los casos prác-ticos. Prescriben algo, pero sin determinar el mo-do, el momento ni el grado mismo de la realiza-ción. Y esto resulta sumamente interesante parareforzar el papel de las normas en la discusiónpráctica". Por tanto, los principios crean un mar-co bien definido, aunque es también un marcoflexible. Existen además varios principios, pu-diendo presentarse algún conflicto entre éstos,siendo necesario deliberar y sopesar las razonespara preferir un "mandato óptimo" a otro manda-to de la misma clase. Esto significa que no exis-ten principios absolutos, sino principios que va-len mientras la información disponible no de-muestre lo contrario. Esto significa también quelos principios no son absolutos. Tal despedida delo absoluto resulta sumamente útil en aquelloscasos más conflictivos como, por ejemplo, la in-terrupción del embarazo, que tanto sufrimiento ypolémica ha generado desde hace tanto tiempo, ypara tantas personas. ¿Hubiera sido todo mássencillo sin el peso de principios tan fuertes co-mo la santidad de la vida?

(b) Los principios primaJacie no son princi-pios absolutos. W. D. ROSSIO se refería a los "de-beres condicionados" o deberes de obligaciónimperfecta. Estos prescriben algo, pero sólo en elcaso de que no haya otro deber más significati-vo. Por tal razón, parecen relevantes las circuns-tancias propias de la situación, de tal manera quelos principios son necesarios, pero no autosufi-cientes a la hora de evaluar. Los principios primafacie introducen un enfoque especialmente inte-resante para las teorías cognitivistas, ya que per-miten sostener que la argumentación práctica es

Page 4: Los principios moralesinif.ucr.ac.cr/recursos/docs/Revista de Filosofía UCR...María Teresa López de la Vieja Los principios morales Abstraet. The ethical model of principles turns

MARÍA TERESA LÓPEZ DE LA VIEJA16

racional, que hay analogía entre los criterios deverdad y la corrección práctica 11.Y, al mismotiempo, estos principios reducen las pretensionessobre los casos y sobre los contenidos concretos.Por tanto, este modelo puede introducir ciertoequilibrio entre las expectativas desmesuradas,que han abierto las éticas especiales, y la aplica-bilidad indirecta de Teoría moral, tan criticadadesde el sentido común.

Se puede decir, por tanto, que los principiosestablecen las condiciones para analizar los casosprácticos a partir de criterios racionales. Sólo lascondiciones, así como un marco flexible, unaaplicabilidad mediada por otros factores, etc.Pues las decisiones sobre el caso conciernen a losindividuos o a los grupos. Los principios sólo ga-rantizan un punto de partida, cierta estabilidad enlas razones para la acción. En general, hablamosde no matar, de no torturar, no privar de libertad;los agentes dirán cuál ha de ser la solución máscorrecta para cada situación que afecte a la liber-tad, la integridad personal, la vida, etc. Los prin-cipios, entendidos como "razones para la ac-ción"12, son entonces un punto de partida, cuyafuerza deriva de no haya otras razones de tipo su-perior. En este sentido, se dice que los principios"dibujan líneas" y sirven para justificar las deci-siones. Pero "justificar" no es lo mismo que"aplicar" o tomar decisiones.

2. Aplicabilidad restringida

1. Narvesori':' ya había llamado la atenciónsobre el estatuto impreciso de los principios. Eneste mismo sentido, D. Emmet!" se refería a losdos usos de las "reglas morales", uso regulativo,como directrices para una conducta, y uso consti-tutivo, guía de actos específicos. Las cuestionesde terminología han sido consideradas tambiénpor 1. Searle+', quien reconoce finalmente la au-sencia de explicaciones claras sobre el concepto"prima facie ", Por su parte, R. Dworkin'? distin-gue entre "principios" -no definen un programa aseguir- y, de otro lado, una "directiz" (policy) quedefine un programa de actuación. Por lo tanto, elmodelo de los principios es complejo y presentadificultades terminológicas importantes. Ninguna

de estas dificultades elimina, sin embargo, la fun-ción codificadora de las normas, ni la capacidadpara sistematizar que tienen los principios."?

(1) Según Nozick, la función codificadorainterviene en tres niveles, nivel intelectual, inter-personal y personal. La función intelectual con-siste en aportar justificaciones, guiar las accionesy las decisiones, para que puedan ser considera-das como decisiones correctas. La función inter-personal introduce cierta seguridad en la relaciónde los agentes, ya que los principios definen untipo de interacción relativamente independiente oal margen de intereses circunstancial es, aumen-tando así la confianza en las relaciones persona-les. La función personal consiste en definir lapropia identidad, ya que los principios puedenactuar a modo de filtro, aportando estabilidad odefiniendo un comportamiento a largo plazo, ha-cia el futuro. Por tanto, el rendimiento de losprincipios es doble, ya que establecen un marcogeneral para la acción y, además, ofrecen una in-formación relevante para proceder luego a la de-liberación práctica. R. Nozick afirma que losprincipios "dibujan la línea", en el sentido de quesistematizan y aportan racionalidad.

(2) Los principios pueden funcionar tambiéncomo premisas o como punto de partida para laargumentación práctica. Sin este punto de parti-da, será imposible sopesar, poner en la balanzalas razones a favor y las razones en contra de unadecisión concreta. Por un lado, se puede decirque los casos constituyen una auténtica pruebapara demostrar la aplicabilidad de los principios,de otro lado, los principios introducen una formaespecífica de ver los casos, y de hallar solucionesadecuadas para cada situación. Es más, el puntode partida, el modo según el cual se define una si-tuación, determinará en buena medida el tipo derespuesta o la conclusión del razonamiento sobrelos casos prácticos a tratar. Por ejemplo, la Éticamedioambiental -tanto en su forma más radical,biocéntrica, como en su forma más moderada oantropocéntrica- apela al principio de preserva-ción, para favorecer un trato más respetuoso conlas otras especies. Sin embargo, la estrategia ylos resultados concretos serán distintos, segúnsea el principio al que se apele en cada caso. Alintroducir el principio de justicia, se dirá que los

Page 5: Los principios moralesinif.ucr.ac.cr/recursos/docs/Revista de Filosofía UCR...María Teresa López de la Vieja Los principios morales Abstraet. The ethical model of principles turns

17LOS PRINCIPIOS MORALES

agentes han de favorecer el trato equitativo en-tre generaciones y entre especies. Si, por el con-trario, lo decisivo fuese el valor intrínseco de lasespecies, se dirá que los agentes han de evitardaños a los seres vivos, como seres valiosos porsí mismos, más allá de una consideración instru-mental, etc.

A lo largo de los últimos años, el interés porlos casos prácticos ha propiciado el crecimientode las éticas especiales, como disciplinas con undesarrollo independiente -como sucede con laÉtica rnedioambiental-, e incluso con un desarro-llo opuesto al de la Filosofía moral contemporá-nea. Algunos autores, como S. Toulmin'J, hanllegado a pensar que la Medicina había "salvadola vida" a la Ética. Otros, como A. Maclntyre!",han llegado a la conclusión opuesta, que no hayuna "nueva" Ética, sino bastantes malentendidossobre los resultados de las disciplinas especiales.Por tanto, el rechazo de la teoría y la excesiva va-loración de las éticas aplicadas podría derivar deuna apreciación equivocada de lo que significa"aplicabilidad", cuando no la consolidación deintereses profesionales-? restringidos. En defini-tiva, no resulta plausible una división del trabajoentre Ética general y éticas aplicadas.": es más, elpapel central de la teoría destaca más cuanto másse desarrollan estas éticas especiales. Pues lascuestiones prácticas exigen claridad y precisiónteórica. Desde una perspectiva externa, el "hechodel pluralismo'S? tampoco conduce a una prolife-ración de éticas especiales, de códigos de con-ducta, de soluciones para el caso, etc., sino quemuestra las ventajas de una Ética con pretensio-nes reducidas, en beneficio de agentes competen-tes y con autonomía para tomar decisiones.

3. Normas flexibles

Las críticas sobre el carácter abstracto de laÉtica y de los principios aciertan sólo en parte. Nilos principios pueden dejar de ser abstractos-'-como razones para la acción-v- ni tiene sentidobuscar un algoritmo para los casos prácticos. Losprincipios prima Jacie muestran distintos gradosde obligación y, por tanto, favorecen el ajuste conlos casos. Esto es, el argumento de R. Posner

contra el "moralista académico" resultó ser me-nos demoledor de lo que aparentaba. En cambio,las observaciones de C. Sunstein sobre la funciónpositiva de los desacuerdos en las sociedades he-terogéneas pueden debilitar el papel central delas reglas en los argumentos prácticos. Por unmotivo análogo al que se acaba de mencionar, al-gunas veces importa más lo que aún queda pordecir, las circunstancias cambiantes y las necesi-dades del individuo que los acuerdos y las teoríascompletas.

l. El hecho de que se produzcan habitual-mente serios desacuerdos sobre los valores fun-damentales puede ser una buena señal. Una señalde apertura, de sensibilidad hacia lo particular,actitudes tolerantes, respeto por formas de vida ypor los juicios morales, etc. Está claro que el én-fasis sobre lo particular no es compatible con re-gias demasiado rígidas, pero tampoco con reglasdemasiado generales, que fuesen inaplicables oirrelevantes. En este contexto de rechazo de teo-rías y de principios de alto nivel, C. Sunstein pro-pone que empecemos a "teorizar de forma in-completa'<'. Justamente para no renunciar a re-gias y principios, haciéndolos flexibles pero nociegos hacia lo particular. Este autor admite tan-to las ventajas de situaciones donde ya existen re-gias claras, imparciales -pues minimizan los cos-tes en el proceso de toma de decisiones, reducenla incertidumbre en los casos particulares, evitansituaciones desagradables a los ciudadanos, aldefinir el marco de sus derechos, permiten plani-ficar, identificar responsabilidades, etc.-, como alas ventajas de la analogía entre casos similares.C. Sunstein defiende la adaptación de las reglas alos casos, para reducir los posibles riesgos, deri-vados tanto de la ausencia de reglas como de locontrario, reglas ciegas e impersonales.

2. La mayoría de las teorías normativas hanestado buscando algo parecido, una estrategia pa-ra ajustar las necesidades reales y las normas im-parciales. Por tanto, se interesan por un modelotan alejado de los principios dogmáticos como delos casos atípicos. ¿Puede haber un procedimien-to lo suficientemente amplio como para recogerambos elementos? El concepto de "aplicabilidadreducida" y los principios prima Jacie formanparte de una idea de reflexión moral, entendida

Page 6: Los principios moralesinif.ucr.ac.cr/recursos/docs/Revista de Filosofía UCR...María Teresa López de la Vieja Los principios morales Abstraet. The ethical model of principles turns

MARÍA TERESA LÓPEZ DE LA VIEJA18

como equilibrio y ajuste entre lo universal y loparticular. También sirven para consolidar= laTeoría moral postradicional, pero no posmoder-nao Los argumentos de D. Ross, R. Dworkin, R.Nozick, C. Sunstein ayudan a explicar por quéconviene optar por un modelo de principios: des-de el momento en que las sociedades valoran tan-to la cooperación como las preferencias indivi-duales. Por ejemplo, O. Hoffe-? considera a losprincipios como el contrapunto necesario de lacultura moderna, plural. En definitiva, los princi-pios son tan sólo un punto de partida, pero lacomplejidad de las demandas y de los intercam-bios revaloriza cualquier punto de partida que es-té bien definido. Se trata de trazar líneas básicas,los agentes dirán luego si quieren y cómo quierenrealizar el equilibrio entre los principios, entreprincipios y casos reales.

A modo de conclusión, puede decirse que losprincipios establecen un nivel óptimo o unideal28, cuya validez se encuentra al margen deintereses o de enfoques particulares. En ese sen-tido, los principios morales definen o "dibujan lalínea" de lo aceptable y de lo inaceptable. Sufuerza y aplicabilidad dependerán de los agentes,por eso los principios sólo tienen la fuerza de lasrazones, y una aplicabilidad reducida o indirecta.Los principios, como "mandatos óptimos", tra-ducen a normas lo que dice el punto de vista mo-ral, ese punto de vista que está por encima -perono al margen- de formas de vida y del contexto.Por tanto, los principios no son absolutos ni igno-ran las contingencias o la situación real de losagentes. Son algo un tanto distinto, la expresiónde lo normativo, así como un instrumento paradar razón de las decisiones, para deliberar sobrelos casos prácticos. En el mismo sentido en queG. Ryle29 decía que conocer una regla es, tam-bién, saber usar una regla.

De un lado, las sociedades pluralistas y hete-rogéneas potencian la decisión individual, debili-tando la fuerza de los valores y de los principiosabsolutos. Por eso mismo, carece ya de sentido lafigura del filósofo como moralista, alguien quese arroga la facultad de hablar en nombre de losdemás agentes. Agentes que, por lo demás, sonperfectamente competentes para elegir su formade vida, su sistema de valores, e incluso para en-

contrar por sí mismos la solución correcta paralos problemas prácticos. De otro lado, estas mis-mas sociedades requieren de ciertos valores, asícomo de ciertas prácticas que favorezcan la coo-peración y la deliberación entre los ciudadanos.Los principios morales, como hemos visto, nodicen qué prácticas, qué valores, qué conductashabrá que adoptar en cada situación. Tan sólo es-tablecen las premisas de la discusión, algo asícomo un marco general a fin de encontrar lasmejores razones para la acción. Las críticas deR. Posner contra la Filosofía normativa señala-ban algunos de los muchos defectos que percibi-mos en el trabajo de los filósofos. Sin embargo,los argumentos ad hominen, por ingeniosos quefueran, no demostraban que los principios mora-les y la teoría sean innecesarios. Al contrario, ta-les críticas son, tal vez, un acicate para mostrar larelevancia'? de la Filosofía moral.

Notas

1. Posner, R.: "The Problematics of Moral and LegalTheory", Harvard Law Review, 111, 1998, pp. 1638-1709.

2. Toulmin, S.: "The Tyranny of PrincipIes", The Has-tings Center Report, 6, 1981, pp. 31-39.

3. He analizado por el equilibrio entre casos y princi-pios en Principios moraLes y casos prácticos, Tec-nos, Madrid, 2000, pp. 17-35.

4. Sobre el método del caso y sus ventajas sobre las re-gIas y los principios, Jonsen, A., Toulmin, S.: TheAbuse o/ Casuistry, University of California Press,Berkeley, 1988, pp. 1-20.

5. Nozick, R.: The Nature o/ Rationality, PrincetonUniversity Press, Princeton, 1993, pp.3-40

6. Señalada en su momento por O.H.Von Wright, Nor-ma y acción, Tecnos, Madrid, 1979, pp. 21-35.

7. Sobre la estructura abierta de este tipo de lenguaje,Brennan, 1.M.: The Open-Texture o/ MoraL Con-cepts, MacMillan, London, 1977, pp. 88-149.

8. Alexy, R.:Recht, Vernunft, Diskurs, Suhrkamp,Frankfurt, 1995, pp. 237-238; Theorie der Grun-drechte, Nomos, Baden-Baden, 1985, pp. 71-157.

9. Sobre el lugar de los principios en la argumentaciónjurídica, Atienza, M.: Tras Lajusticia, Ariel, Barcelo-na, 1993, pp.27-28.

10. Ross, W. D.: The Right and the Good, Clarendon,Oxford, 1967, pp. 16-47

11. Habermas, 1.: "On the Cognitive Content of Mora-lit y", Proceedings o/ the AristoteLian Society, 1996,pp. 335-358.

Page 7: Los principios moralesinif.ucr.ac.cr/recursos/docs/Revista de Filosofía UCR...María Teresa López de la Vieja Los principios morales Abstraet. The ethical model of principles turns

LOS PRINCIPIOS MORALES

12. Raz, 1.: Razón práctica y normas, Centro de EstudiosConstitucionales, Madrid, 1991, pp. 55-96.Narveson, 1.: Morality and Utility , 1.Hopkins Uni-versity Press, Baltimore, 1967, pp. 21-50.Emmet, D.: Rules, Roles and Relations ,St.Martin'sPress, New York, 1966, pp. 56-88.Searle, 1.: "Obligaciones prima facie ". en: Raz, 1.:Razonamiento práctico, FCE, Mexico, 1986, pp.153-170.Dworkin, R.: A Matter of Principie, Harvard Univer-sity Press, London, 1985, pp. 1-6.Nozick, R.: The Nature of Rationality, pp.3-40.Toulmin, S.: "How Medicine Saved the Life of Et-hics", en: De Marco, 1.P., Fox, R.M., New Directionsin Ethics, Routledge a. Kegan Paul, London, 1986,pp. 265-28 J.MacIntyre, A.:"Does Applied Ethics Rest On a Mis-take?", The Monist , 1984, pp. 498-513El papel de los intereses corporativos y profesionalesen el desarrollo de las éticas especiales ha sido comen-tado por Y.Held, Rights and Goods. Justifiying SocialAction, University of Chicago Press, 1984, pp. 1-7.A propósito de los problemas derivados de una divi-sión del trabajo en este campo, Brown, 1.: "On Appl-ying Ethics", en: Evans,l.D., Moral Philosophy andContemporary Problems, Cambridge UniversityPress, Cambridge, 1987, pp.81-93.

13.

14.

15.

16.

17.18.

19.

20.

21.

19

22. Rawls, 1.: Political Liberalism, Columbia UniversityPress, New York, 1993, pp. XIII-XXXIY.La tesis de que los principios han de ser necesaria-mente abstractos se encuentra en O'Neill,O.: "Abs-traction, Idealization and Ideology in Ethics", en:Evans,l.D., Moral Philosophy and ContemporaryProblems, pp. 55-69.Aarnio, A., Peczenik, A.: "On Values. Universal orRelative?", Ratio Juris, 1996, pp. 321-330Sunstein, c.: Legal Reasoning and PoLitical Conflict,Oxford University Press, New York, 1996, pp. 3-12.B. Gert apuesta tanto por una Teoría moral desa-rrollada -para organizar las intuiciones morales-como por la Ética aplicada, "Moral Theory andApplied Ethics", The Monist, 67, 1984, pp. 532-548.Hoffe, O.: Kategorische Rechtsprinzipien, Suhr-kamp, Frankfurt, 1995, pp. 11-29.Peczenik, A.: On Law and Reason, Kluwer, Dor-drecht, 1989, pp. 47-117.Ryle, G.: "Knowing How and Knowing That", Pro-ceedings ofthe AristoteLian Society, XLVI, 1945-46,pp. 1-16.A modo de respuesta a las críticas de R. Posner en suartículo, R.Dworkin defendía la indispensabilidad dela Teoría moral, "Darwins New Bulldog", HarvardLaw Review, 11, 1998, pp. 1718- 1738.

23.

24.

25.

26.

27.

28.

29.

30.

M. Teresa López de la ViejaFacultad de Filosofía

Universidad de Salamanca