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Febrero´2.011
ÍNDICE
1.- El niños asesinado.
2.- El niño arriesgado.
3.- La casa encantada.
4.- El tren descarrilado.
5.- La niña de Halloween.
6.- La niña asustada.
7.- Grum, mi villano favorito.
8.- Carlos en el museo de Egipto.
9.- El faraón.
10.- Un caso interesante.
11.- ¡Qué miedo!
12.- La niña y su cumpleaños.
13.- María y el hada mágica.
14.- El cortijo.
15.- Juan y su padre.
16.- En busca de la familia perdida.
17.- El gato miedoso.
EL NIÑO ASESINADO
Érase una vez un niño con muy mala suerte. Todo lo malo le pasaba a él.
El panadero lo pilló con el coche. Un niño le empujó y le partió la barbilla. Los
perros siempre le mordían. Hasta que un día lo llamaron para irse a jugar al
fútbol y dijo el niño:
-Papá ¿me puedo ir a jugar al fútbol con mis amigos?
El padre le dice:
-Sí hijo, pero a las seis y media aquí en la casa.
Luego se van a jugar al fútbol. De pronto la pelota se cae al río porque el
niño le dio muy fuerte. Dicen sus amigos:
-Tú no la has colado a si que te metes en el río y la coges.
El niño dice:
-¿Por qué yo si la pelota es tuya?
Los amigos dicen:
-Porque la has colado tú.
Dice el niño:
-Vale, ya voy.
Cuando el niño se mete en el río iba a por la pelota. Cuando ya la tenía
sus amigos empezaron a tirarle piedras. Un niño le dio en la cabeza muy fuerte
y de repente se pone a flotar. Los niños se asustaron y salieron corriendo.
Llegaron las seis y media y el niño no llegó a su casa. Su padre salió a
buscarlo. Fue donde su hijo suele ir a jugar al fútbol y lo encontró. Pero el niño
ya estaba ahogado y dijo su padre:
-Me vengaré. Mataré a cada uno de los niños.
Y así el padre fue matando a sus amigos de uno en uno.
Manuel Antonio Albadalejo Gázquez
EL NIÑO ARRIESGADO
Erase una vez un niño arriesgado que se llamaba Ángel. Todos los
días se iba a jugar. Ángel le dijo a su mama:
-Mamá, me voy a jugar con la bici.
Y su mamá le dijo:
-No vengas tarde.
Entonces Ángel iba embalado por la cuesta. Y cuando más
rápido iba saltó de la bici y se rompió la muñeca. Y fue a su casa
llorando y dijo:
-Mamá, me duele mucho la muñeca.
Y su mamá le dijo:
¿Cómo te has roto la muñeca?
Y él dijo:
-Me he caído de la bicicleta.
Después estuvo dos semanas con la muñeca vendada. Y al día
siguiente el niño le dice a su mama:
-Me voy con el patinete.
Y su mamá le dijo:
-¡Ten cuidado!
Pero el niño era tan arriesgado que iba con el patinete
rapidísimo y saltó por una rampa y se rompió un diente y se hizo un
esguince y se lo llevaron al médico y le dijo a su mamá:
-Ya no voy a ser más arriesgado.
Y su madre le dijo:
-A ver si es verdad.
José Luis Ceballos Navarrete
LA CASA ENCANTADA
Javier, Pedro y Yésica eran hermanos y se parecían mucho los tres. Tenían el pelo castaño. Yésica tenía los ojos azul verdoso. Javier tenía los ojos muy verdes y Pedro los tenía marrones claros. Los tres tenían 12 años.
Un día se mudaron a un pueblo llamado Fary oak que significa (Roble Encantado). Pero a la casa de enfrente le ocurría algo. Aquí empieza la historia.
Una mañana Pedro se despierta escuchando ruidos extraños. Entonces despierta a Yésica y los dos despiertan a Javier. Después de desayunar salieron a investigar. Pero... Ya sabían lo que era ¡La casa del frente! En esa casa vivía un anciano muy gruñón. Cada vez que se caía un balón a su césped lo recogía y nunca se devolvía al niño qué se le había caído.
Un día el anciano tuvo un infarto y... descubrieron que la casa estaba viva porque se le abrían y cerraban las ventanas. Lo que estoy contando se desarrolla en 2012, el 10 de octubre. Siguiendo con la historia. Un día los tres a la vez muy asustados les dijeron a sus padres esto:
- ¡Papá, mamá, la casa de enfrente está encantada! Pero sus padres no les creían. Les decían que eso era imposible. A
la mañana siguiente cogieron pistolas de agua con luz y linternas y con horquilla de Yésica abrieron la puerta. De repente se cerró cuando entraron. El anciano volvió a su casa y... ¡ellos estaban dentro!
De repente se abrió un roto en el suelo y bajaron al sótano donde guardaba los juguetes. Luego encontraron el esqueleto de la mujer del anciano la historia es así. Estaban haciendo la casa y se cayó la mujer. Entonces, de repente, la casa ya no estaba encantada
Lucila Corral Chillón
EL TREN DESCARRILADO
Érase una vez un niño llamado Wiliam. Tenía diez años. Era pobre y también su familia. Un día empezó la guerra y Wiliam se tuvo que ir de su pueblo. Wiliam dijo:
- Os echaré de menos. Adiós. Su padre y su madre dijeron: - Adiós hijo. Nosotros también te echaremos de menos. Wiliam se montó en el tren que lo llevaría a otro lugar.
Entonces, una hora después el tren se descarrilo. Y Wiliam saltó a tiempo para no morir. Al saltar se encontró un chico gravemente herido. El chico dijo:
- Hola, me llamo Maikel e iba en el tren. ¿Cómo te llamas tú? Wiliam respondió: -Me llamo Wiliam y también iba en el tren. ¿Qué te ha
pasado? Maikel respondió: - Al saltar caí sobre unas piedras. Wiliam dijo: - ¿Te duele? Maikel respondió: - Un poco. Wiliam dijo: - Yo te llevaré. Maikel dijo: - Gracias. Y tras caminar varios días. Encontraron un prado con una
gran catarata. Se quedaron allí para siempre.
Laura Cuevas Contreras
LA NIÑA DE HALLOWEEN
Isabela era una niña de catorce años. A ella le encantaba
Halloween. Le decía a su madre:
-Mamá mamá, ¿cuánto queda para Halloween?
Su madre le dijo:
-Dos días cariño.
Isabela estaba muy emocionada. Este año se iba a vestir de
gótica. Llego el día de Halloween. Ella muy nerviosa dijo:
-¿Y si hacemos un juego?
El juego, se trataba de unos muñecos que los manejabas en un
tablero y si no lo terminabas los espíritus salían de sus tumbas pero
ella no se lo creía.
Entonces todas sus amigas lo habían terminado pero ella no.
Isabela empezó a ver cosas raras: espíritus.....Pintó con una tiza
brillante en la pared unas dos velas y unas cuantas palabras para
que Isabela no viera mas espíritus y...¡lo logro, ya no veía mas
espíritus! Isabela dijo:
-Nunca en mi vida volveré a jugar a ese juego. He estado muy
asustada... ¡uuuuuufffff, menos mal!
Marina Cuevas Contreras
La niña asustada
Una vez, una niña llamada Isabel estaba en el parque con sus amigas. Al
día siguiente, fue otra vez y un hombre la cogió de la mano y se la llevó. Sus
amigas se lo dijeron a los padres de Isabel y los padres dijeron: -¿Cómo?
Y la madre respondió: -¿Que la han secuestrado? Vamos a buscarla. Y fueron a buscarla. El padre dijo: -Vamos a separarnos. Vosotras por allí. Yo iré solo. Si no la encontramos
nos reuniremos en la plaza. Después de un buen rato, no la encontraron y se fueron a la casa de los
padres de Isabel. La madre respondió: -Vamos a ver las noticias. Entonces dijeron en las noticias que había sido una niña secuestrada y
salió imágenes de ella. El padre respondió: -¡Es Isabel! ¿No os suena ese lugar? La madre respondió: -No, ¿Por qué? Y el padre respondió: -¡Es la casa abandonada del frente! La madre respondió: -¡Venga vamos! Y fueron a por ella. Una de las amigas dijo: -Antes debemos llamar a la policía. Entonces todos fueron allí y ya vino la policía. La policía dijo: -Somos la policía. Sal de ahí ahora mismo. Y bajó el secuestrador con Isabel. Y la policía dijo: -Quedas arrestado, venga al coche. Y así se arregló todo. Isabel estaba muy asustada y a partir de ese
momento los padres tenían que ir con ella al parque. Paula García del Río Moreno
Grum, mi villano favorito
Érase una vez un villano que robaba muchas cosas. Grum era
alto, nariz larga y puntiaguda, era calvo y siempre llevaba bufanda.
Desde pequeño soñaba con ir a la luna. Grum le dijo a su madre:
-Algún día iré a la luna.
Su madre le dijo:
-Lo siento hijo pero la Nasa ya no envía monos a la luna.
Cuando se hizo mayor robaba mucho y era muy malo. Por
ejemplo, cuando pasaba por la calle vio a un niño llorando porque
se le había explotado un globo. Grum infló uno y se lo dio. El niño
se había encariñado con el globo y entonces Grum cogió una aguja
y se lo explotó en la cara. Grum se fue a su guarida subterránea.
Grum tenía unos pequeñitos seres como sirvientes y les dijo a
todos:
-Nosotros hemos robado muchas cosas. Hemos robado la
pantalla gigante del Niuv Jol. Aquí sí que os gusta ver el fútbol. Y
también hemos robado la torre Eiffel. La pequeña, la de las Vegas y
la estatua de la libertad. También de las Vegas pero esta vez vamos
a robar la luna con el encogedor que he visto en la exposición de
Suecia.
Al día siguiente robaron el encogedor pero otro villano se lo
robó a Grum. Y Grum se lo robó a él sin que se diera cuenta. Y
Grum adopta a tres niñas que las quiere mucho. Pero el día que
tiene que robar la luna las niñas tienen una obra. Él se fue a la luna.
La encogió y se la llevó. Al final fue a la obra y llegó demasiado
tarde. Había acabado. Por último el otro villano Vector secuestró a
las tres niñitas. Grum y Vector lucharon. Al final en la guarida de
Grum hicieron una obra las tres niñitas.
Daniel Gázquez Fábrega
CARLOS EN EL MUSEO DE EGIPTO
Carlos era alto, con pelo rubio, ojos verdes. Carlos fue al museo de Egipto con su madre. La madre dijo:
-Mira Carlos, el museo de Egipto con lo que a ti te gusta. Carlos respondió: -Mamá, vamos a entrar. La madre dijo: -Sí, vamos a entrar. Carlos dijo: -Mamá, mira un carruaje antiguo. La madre dijo: Muy bonito Carlos. Carlos y su madre estuvieron viendo muchas cosas hasta que llegaron a
la tienda de regalos. La madre respondió: -Vamos a entrar. La madre y Carlos estuvieron viendo un montón de cosas, por ejemplo,
jeroglíficos con tu nombre, espadas, ganchos, arcos con flechas de verdad... Carlos dijo:
-Mamá, cómprame el arco. La madre respondió: -Vale, te lo compro. Carlo y su madre se fueron. Carlos dijo: -Mamá, mira una momia. Parece de verdad, habla y todo. La madre dijo: -Guau si que parece de verdad. Al salir la madre le dijo a Carlos: -¿Carlos te ha gustado? Carlos respondió: -Sí, por supuesto ¿y a ti te ha gustado? La madre respondió: -Sí, por supuesto. Carlos y su madre se fueron a casa en autobús.
José Antonio Gómez Ortiz
EL FARAÓN
Juan es un joven de veintitrés años. Su estatura es un poco
grande, de aspecto fuerte. Su pelo es moreno y ojos oscuros. Es de
familia adinerada.
Él estudia arqueología y también investiga pirámides. Su
hermano le dijo:
-Un día me podrías llevar a la pirámide.
El día siguiente Juan lo llevó a dar un paseo por la pirámide.
Cuando llegaron a una habitación oscura la puerta se cerró y se
quedaron atrapados. Juan le dijo:
-Seguro que hay una llave que abre la puerta.
Después se encendieron seis antorchas y su hermano tropezó
con una gran caja. Juan le dijo a su hermano:
-¿Estás bien? ¿Con qué has tropezado?
Su hermano le dijo:
-Sí, pero he tropezado con una gran caja.
Juan se acercó a la caja y la abrió. Los dos se acercaron y se
encontraron...¡un faraón! De pronto se abrió la puerta. Juan y su
hermano salieron corriendo fuera de la pirámide y fueron a llamar a
el jefe de excavaciones. Después fueron a la habitación, pero no
estaba allí. Fue como por arte de magia.
Miguel Ángel González Robledillo
UN CASO INTERESANTE
Érase una vez un detective llamado Antonio. Tenía pelo corto,
ojos claros, de aspecto fuerte y su estatura era mediana. Vivía en
un edificio al lado de la puerta de Alcalá, en Madrid. Y su jefe le dijo:
-Hay un nuevo caso:
Y el respondió:
-¿Qué ha pasado?
Y dijo:
-Ha habido un asesinato enfrente de tu edificio.
Al día siguiente fueron al edificio y estuvieron viendo el
muerto. Era una chica de 30 años. Tenía dos hijos con 5 años que
eran gemelos.
Y al día siguiente le hicieron la autopsia y dijeron que la habían
matado y Antonio dijo.
-Esto ha muerto por culpa de su pareja.
Respondió su jefe.
-¿Por qué dijiste que lo habían matado?
Antonio respondió:
-Es fácil, se veían cosas todavía de su marido porque mira esta
foto que están casados.
Al día siguiente su marido confesó y le metieron 20 años por
matar su mujer.
Juan Antonio Marín Alcalá
¡QUÉ MIEDO!
Pedro era un niño de 10 años. Su estatura era normal, pero muy fuerte. Sus ojos oscuros y pelo claro. Un día Pedro y sus amigos, Juan y Ana, fueron a una casa encantada que había a las afueras del pueblo. Pedro dijo:
-¡Vamos a entrar! Juan y Ana respondieron a la vez: -¡No! Puede ser muy, pero que muy peligroso. Ana con cara de asustada dijo a Pedro: -¡Incluso...¡Puede haber fantasmas! Pedro y Juan se quedaron con una cara de miedo. Pero Pedro, que era
muy valiente, le respondió a Ana: -¡Ja,ja,ja..!¡Es imposible Ana que en esa casa haya fantasmas! Pedro entró en la casa. Estaba muy, muy oscura. Ana sintió un ruido
extraño y dijo: -Chicos, ¿habéis oído eso? Juan y Pedro respondieron: -No, ¿el qué? -Ese ruido de allí, en la esquina -respondió Ana. Asustados los amigos miraron en la esquina y dijeron: -¡Aaaaaahhh! ¡Una rataaaa! El susto ya se les calmó. Pedro dijo: -¿Y si subimos a la planta de arriba? Pedro y Juan subieron pero Ana se quedó esperando abajo. Juan dijo: -¿Vamos a esta habitación? Pedro respondió: -¡Vale, vamos! Los dos a la vez, abrieron la puerta y ¡Madre mía! ¡Qué susto se han
llevado! ¡Se encontraron con un hombre muerto en una silla! Juan y Pedro se acercaron y gritaron:
-¡Aaaaaaaahhh! Ana se asustó y salió corriendo gritando: -¡Sooocoorrooooo! ¡Sooocoorroooo! Y no se supo más sobre Pedro y Juan, ¿o sí? ¡Sí! Porque era una broma
de Juan y Pedro. Pero aún así el muerto estaba en la silla. Pedro y Juan pensaron y dijeron:
-¿De quién será el cadáver? Ya, saliendo por la habitación, se dieron media vuelta y el muerto no
estaba.
Rubén Martínez García
LA NIÑA Y SU CUMPLEAÑOS
Marta tiene cuatro años. Hoy es su cumpleaños. Sus padres le quieren
dar una sorpresa. En el momento del cumpleaños, la niña dijo:
-Papá ¿qué me vas a regalar?
Su padre respondió:
-No lo sé, no te he podido comprar nada. Mañana te lo daré.
Tras unos instantes de aburrimiento, empezaron llegar amigos/as de
Marta. Más tarde después de bailar, llegó la hora de los regalos. Nadie trajo lo
que Marta quería. La niña dijo:
-Mamá, ¿por qué nadie me da lo que quiero?
Su madre respondió:
-Porque ellos/as no saben lo que quieres. Te traen lo que piensan que te
puede gustar.
La niña muy triste se sentó en un rincón. Una de sus amigas le dijo:
-¿Que te pasa Marta?
Ella respondió:
-Nadie me regala una muñeca que es lo único que quiero.
La amiga de Marta le dijo a sus padres lo que Marta quería. Y se lo
compraron. Al día siguiente. Los padres de Marta le dieron el regalo. Ella con
mucha emoción lo abrió. Se encontró con lo que quería, la muñeca.
A partir de ahí la niña dormía con su muñeca siempre. Desde ese
momento fue feliz para siempre.
Gloria Martínez Palomeque
María y el hada mágica
María era una niña de nueve años. Su estatura era normal, ojos
claros y pelo rubio. María se fue al bosque y se encontró con un hada.
María dijo:
-Hola, me llamo María ¿y tú?
El hada respondió:
-Me llamo Abril y vivo en este bosque encantado.
-¡Alaaaaaa! Pues yo es que me he perdido, -dijo la niña.
Respondió el hada:
-Te enseñaré el bosque. Mira, este es el ciervo parlanchín y este el
conejo saltarín y muchos más animales.
-¿Y quién es el rey? -respondió el hada.
-Soy yo -dijo María.
-A mí me encantaría ser tu ayudanta -respondió el hada.
-Vale, me ayudarás a atender a los animales y hacer cosas, -
respondió María.
-Pero ¿por dónde empezamos? -dijo el hada.
-Te enseñaré mi palacio. Es muy grande, además ahí vienen todos
los animales enfermos o que tienen algún problema.
El hada respondió:
-Entonces tendrás muchísima faena.
-No podrás ni descansar. Te echaré unos polvos mágicos y te
saldrán alas para poder volar, -dijo el hada.
-Hola, -dijo un conejo- ¿Me podrías ayudar? Es que me he clavado
una cosa en la pata.
Respondió el hada:
-Claro ¿Has visto a María?-dijo el hada.
-Sí, es fascinante, -dijo el conejo.
Así siguieron María y el hada en palacio.
Irene Méndez Bermúdez
EL CORTIJO
Juan era un niño de nueve años. Su estatura es normal, de
aspecto fuerte, ojos oscuros y pelo claro. Juan solo vivía con su
padre en un cortijo. Su padre trabajaba en una huerta y Juan le
ayudaba. Un día su padre le dijo:
-Juan, vete al pueblo a por pan.
Juan le respondió:
-Vale, no tardo.
El padre de Juan no tenía mucho dinero. A penas tenía nada
sembrado. Su padre también trabajaba en la calle como barrendero.
Cuando venía su padre de trabajar Juan le contestaba:
-Papá, vete a la cama que estás muy cansado.
Su padre le respondía:
-No estoy cansado.
Juan viendo a su padre tan cansado fue al pueblo a pedir
trabajo. Juan decía por las calles:
-Busco trabajo para ayudar a mi papá.
Una mujer salió de su casa y le dijo:
-Si quieres trabajo yo te puedo dar.
Juan le contestó:
-Vale, dígame de que se trata.
Pasaron siete años y Juan ya tenía 16 años. De los siete años
que habían pasado trabajando día y noche.
Juan tenía dinero ahorrado pero no lo suficiente para mudarse
a una casa mejor. Juan pensó en echar un número de la lotería.
Entonces fue a comprarlo. Después de que pasaron dos semanas
desde que fueran a echarla a Juan y a su padre le tocó el gordo.
Se fueron a vivir a otra casa y nunca más pasaron hambre.
Laura Navarrete Granados
JUAN Y SU PADRE
Juan era un niño de 8 años. Su estatura es baja, de aspecto fuerte, ojos claros y pelo oscuro. Su familia era pobre. Él hacía lo que le decía su madre. Porque su padre estaba trabajando. Juan vivía en un pequeño bosque. Su padre vino de trabajar. Le dijo:
-Juan ve y trae leña del bosque. Juan le respondió: -Vale papá ya voy. Ya está la leña. ¿Dónde la pongo papá? Su padre le contestó: -Ponla ahí en el suelo. Juan le dijo: -Papá ¿me puedo ir con mis amigos? Su padre contestó. -Vale, ven a la casa a las 18:30. Juan le contestó: -Vale. Juan vino a las 18:30 y dijo: -Papá ¿cuándo se va mamá? Su padre dijo: -Se va esta noche. La mamá de Juan se fue y Juan lloró, porque se fue su madre. A la
mañana siguiente Juan le dijo a su padre que qué ropa se ponía hoy para el colegio. Y su padre le dio una ropa vieja porque eran pobres. A continuación vino su madre diciendo a su hijo y a su marido que le había tocado la lotería. Y Juan dijo:
-Gracias adiós tenemos montón de dinero. Y Juan a partí de ese momento no volvía a ponerse ropa vieja ni sus
padres y Juan quiso ayudar a sus amigos que también eran pobres. Y sus padres le dijeron:
-Como tu quieras Juan. Y los ayudó y no volvieron a ser ninguno de sus amigos pobres. Por
fin tuvieron montones de juguetes para jugar y montones de cosas u objetos.
Iván Torrente Palma
EN BUSCA DE LA FAMILIA PERDIDA
Érase una vez un niño que se llamaba Pablo. Pablo una mañana de sábado
subió a su trastero y vio un baúl. Lo abrió y no había nada. Y apareció un mono con alas y morro de
elefante que sabía hablar. El mono raro le dijo:
-¿Eres negro?
Pablo contestó: -Sí ¿pasa algo?
El mono dice:
-No. Dijo Pablo:
-Sí.
Entonces fueron y Pablo dijo: -¿Y mi familia?
Y en la puerta vio una nota que ponía: ''Nos hemos ido a Brasil de
vacaciones y veremos a Marcelo'' Y el niño triste dijo:
-¿Me he gastado los dinero para nada? El mono dijo:
-Vamos a Brasil.
Pablo dijo: -Vamos a ver brasileñas.
Fueron a Brasil y en un árbol había una nota que ponía; “Nos hemos ido a
Argentina. Te traeremos un autógrafo de Mesi”. Dijo Pablo: - Menos mal que tu has pagado el viaje mono.
Y el mono contesta:
-Con tu cartera no.
Pablo dice: -Mono eres imbécil. No tienes dinero. Voy a decirte que donde esta mi 28
euros.
Dice el mono: -Me compré una pizza y una botella de güisqui y jB. Voy a ponerme esta
noche las pilas.
Pablo dijo:
-Olvídate de eso y vamos a por la familia. La familia estaba escondida en el baño de la discoteca y se fueron a África y
justo cuando eran amigos íntimos lo atropelló al mono un tren. Salió
disparado para arriba como un helicóptero. Se hizo cachos y el negro se quedó contento.
José Alberto Vilar Alcalá
EL GATO MIEDOSO
León era un gato de familia. Todos los días se echaba la siesta,
comía patatas y carne. Pero había unos ratones que le daban la lata. El
ratón dijo:
-Vamos a dar la lata.
Eran cinco ratones. Al gato le daban miedo. Todos los días algún
ratón le mordía el rabo, una oreja o algún dedo del pie. Algunos días el
gato se iba a la calle con su amigo Felipe. Felipe dijo:
-Esto es zona de perros no de gatos.
León dijo:
-¡Que mas da!
Salió un perro y dijo:
-Gatos iros de aquí ahora mismo.
Los gatos huyeron. León se fue a casa con Felipe. León dijo:
-Ten cuidado, hay ratones.
Felipe dijo:
-¿Por qué lo dices?
Es que me dan miedo los ratones.
Felipe dijo:
-¿Te dan miedo los ratones? Yo me los como.
León dijo:
-¡Que asco!
Y los ratones salieron a dar la lata al gato.
León dijo:
-¡Que capullos!
Felipe estaba cazando ratones. León se cabreó y se puso a cazar
ratones. A uno lo ató del rabo para torturarlo. A otro lo ahogó en la
pecera. Otro lo tiró por el 5º piso. A otro lo pisó con el pie. Y otro se sentó
encima de él. El gato se quedó muy tranquilo.
Sergio Zamora López