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The Undead Next Door Grupo Leyendas Oscuras

by madri



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Grupo de Traductoras

Yocasuri - Sonia Blake - Roux Maro - Lobrizever - Tesa - ma-petite -Hecate - Tara Belikov - Corazn de Tinta- Rpbellamy Rihano

ltima Correccin

Corazn de Tinta

ltima Correccin

Madri


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Capitulo 1

Heather Lynn Westfield estaba en el paraso. Quin hubiera credo que uno de los

diseadores ms famosos de Pars abrira su tienda de lujo justo en el centro de

Texas Hill Country? Lo que fuera que Jean-Luc Encharpe hubiera estado bebiendo

cuando tom esa decisin, tena que ser tan fuerte como para sacar sus calcetines.

En su caso, calcetines de seda de doscientos dlares, bordados con su famoso logo

la flor de Lis.

Heather quera comprar algn tipo de recuerdo para conmemorar la inauguracin

de Le Chique Echarpe, pero los calcetines era lo ms barato que pudo encontrar.

Hmmmm, comprar un par de calcetines que no necesitaba o pagar la cuota del

prximo mes de su Chevy 4X4? Con un bufido devolvi los calcetines que haba

elegido, a la repisa de vidrio. Una brillante idea apareci en su cabeza, agarrar uno

de los hors doeuvres (aperitivos) gratuitos, meterlo en una bolsa plstica y

etiquetarla como Gran inauguracin Echarpe, para luego guardarla eternamente

en el congelador.

- Heather, por qu ests mirando los calcetines de hombre?- Sasha la mir

desconcertada dando paso a una astuta sonrisa. -Oh, ya s. Vas a comprar algo

para un nuevo amante.- Heather rea cuando le ech el guante a un pastel de

cangrejo de un camarero que pasaba.

- Me gustara.- Ella nunca haba tenido un amante. An su ex-marido no

calificaba para eso. Envolvi el pastel de cangrejo en una servilleta de papel y lo

guard en su pequeo monedero negro.

Los clientes femeninos se pavoneaban alrededor, vestidas con trajes que costaban

lo suficiente para reconstruir Nueva Orleans, sus zapatos de tacn de aguja

repiqueteaban sobre el suelo gris de mrmol. Heather esperaba no tener que


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decirles que su vestido negro de coctel era hecho en casa. Los escaparates de vidrio

mostraban bolsos y bufandas, diseados por Encharpe.

Una elegante escalera se curvaba hasta el segundo piso. Una parte de la segunda

planta estaba revestida con vidrio reflectante. Espejos unidireccionales, imagin

Heather. Por el alto costo de la mercanca, probablemente habra un ejrcito de

guardias de seguridad all vigilando a los clientes como halcones.

Las paredes de la planta baja estaban pintadas de un suave gris y contaban con una

serie de fotos en blanco y negro. Se acerc para ver mejor. Wow, Lady Di llevando

un Encharpe. Marilyn Monroe en un vestido de Encharpe. Cary Grant en un

esmoquin de Encharpe. Este hombre los conoca a todos.

- Qu edad tiene Encharpe?- pregunt a Sasha - Setenta aos?

- No lo s. Nunca lo conoc.- Sasha gir como si estuviera trabajando en la pasarela

mientras miraba a su alrededor para ver quin la estaba observando.

- Nunca lo conociste? Pero si estabas en su show de Pars, slo un par de semanas

atrs.

Heather y su vieja amiga Sasha haban soado con sus gloriosas carreras en el

mundo de la moda desde el momento en que haban descubierto que sus muecas

Barbie tenan ropa ms cool que nadie en la pequea ciudad de Schnitzelberg,

Texas. Heather era ahora una maestra de escuela, mientras que Sasha se haba

convertido en una modelo exitosa. Heather trabajaba entre estar muy orgullosa de

su amiga y estar reluctantemente envidiosa.

Sasha resopl por su nariz, quirrgicamente arreglada. Nadie ve a Encharpe ya.

Es como si hubiera desaparecido del planeta. Alguno dicen que ha sufrido el

precio de su propio genio y ha perdido la cabeza.- Heather hizo una mueca.

Que Triste.


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- Dej de coordinar sus propios Shows. Y ciertamente no se molest con una

tienda en medio de la nada como sta. Tiene gente para eso.- Sasha seal a un

hombre delgado a travs del cuarto y le susurr:

- Ese es Alberto Alberghini, asistente personal de Encharpe, aunque me pregunto

qu tan personal es.

Heather mir la camisa lavanda con volantes del hombre. Las solapas de su

esmoquin negro con incrustaciones de perlas lavanda y lentejuelas. -Veo lo que

quieres decir.- Sasha se inclin ms cerca.

-Ves las dos mujeres con el viejo con el bastn?

- S.,- Heather observ a las dos mujeres esculidas con la piel plida impecable y

el pelo largo.

- Son Simone e Inga, dos famosas modelos de Pars. Algunos dicen que Encharpe

est involucrado con ellas. Ambas.

- Ya veo.- Tal vez Encharpe se pareca ms a Hugh Hefner que a Liberace. Heather

les ech un ojo a las dos modelos. Probablemente ella pesaba tanto como sus pesos

combinados. Tonteras. Ser talla doce era normal. Se dio la vuelta para admirar un

vestido rojo atrevido en un maniqu blanco.

- Los medios de comunicacin no se pueden decidir sobre si Encharpe es gay o

simplemente tiene mltiples parejas,- susurr Sasha.

El vestido tena que ser talla dos. - Nunca podra entrar en eso.

- Tros? No me preocupara mucho, tampoco.

Heather parpade. -Perdn?


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- Aunque probablemente me gustara ms si furamos dos chicos y yo. Es mejor

ser el foco central, no te parece?

- Perdn?

- Pero con mi suerte, los chicos estaran ms interesados uno en el otro.

Sasha levant su mano en un gesto estudiado. - Pienso aadir algo de colgeno a

mis manos. Mis nudillos son tan huesudos.

A Heather le tom un momento asimilarlo. Joder, ella y Sasha no tenan mucho en

comn de cualquier manera. Sus vidas haban ido sin duda por diferentes caminos

desde la escuela secundaria.

- En lugar de la ciruga esttica, tal vez podras intentar algo realmente radical,

como consumir comida.- Sasha dio una disimulada carcajada. Los hombres en la

sala se volvieron para mirarla, y ella los recompens volteando su largo pelo rubio

sobre los hombros.

- Eres realmente graciosa, Heather. Pero s consumo alimentos. Te juro que no

tengo control alguno. He comido dos setas esta noche.

- Deberas ser azotada.

-Ya lo s. Te voy a ensear el nuevo vestido que usar pronto.-

Sasha le llev hacia un maniqu gris plantado en la parte superior de un cubo de

color negro brillante. El maniqu llevaba un impresionante vestido blanco sin

espalda y con un escote frontal que caa en pico hasta el ombligo.

Los ojos de Heather se abrieron. Nunca en cien aos tendra el descaro de usar tal

vestido. Nunca en cien aos alguien querra verla en l, tampoco.


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- Wow.

- Es de tela muy ceida,- explic Sasha, - as que no puedo usar nada por debajo.

Voy a estar increblemente sexy.

- Cierto.

- Puede ser que lo use en el espectculo de beneficencia en dos semanas.

- Escuch sobre eso.- El producto se destinara al distrito escolar local, el

empleador de Heather.

- Eso fue muy agradable por parte de Encharpe.

Sasha agit su mano huesuda en el aire. - Oh, l no tiene nada que ver con eso.

Alberto es quien lo organiz. De todos modos, me siento muy contenta de estar en

el show.

- Felicidades. Espero llegar a verlo.

- Slo estar en la pasarela una vez.- Sasha destacaba su labio inferior mejorado

con colgeno. - No es justo. Simone e Inga tiene dos paseos por la pasarela.

- Oh, lo siento.

- He estado tratando de no preocuparme por ello porque slo me dan lneas. Pero

te juro, que tienes que dormir con todos por aqu para conseguir un poco de

respeto.- Heather hizo una mueca.

- Por qu no vas a hablar con Alberto?

- Oh. Esa es una buena idea.- Ella salud al joven.


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- Sasha, querida, te ves fabulosa.- Alberto se precipit sobre ella y la bes en

ambas mejillas.

- Esta es mi querida amiga de la escuela secundaria, Heather Lynn Westfield.-

Indic Sasha sealando hacia ella.

- Cmo lo haces?- Heather sonri y le tendi la mano. Albert se inclin para

besarle la mano.

- Encantadora.- Sus ojos se ampliaron cuando se dio cuenta de su vestido. Sinti

una punzada, se senta ordinaria. Heather abri la boca para hablar, pero Sasha le

peg.

- Alberto, querido, podramos ir a algn lugar privado?- Sasha enroscaba sus

manos alrededor de los brazos de Alberto y le dio una mirada humeante por

debajo de sus pestaas falsas.

- Me gustara hablar- Alberto tena la mirada fija en el escote de Sasha.

- Tengo una oficina cerca. Podramos hablar ah no?

- Eso sera bonito.- Sasha se inclin ms cerca apretando an ms sus pechos

contra su brazo.

- Me siento muy hablador- Heather miraba, fascinada. Era como estar en una

telenovela en vivo. Sasha se ofendi por que Alberto le hablaba a sus pechos?

Sus pechos eran reales? Le dara a Alberto una palmada la prxima semana o ira

con l a la oficina? Y qu sobre Alberto? Era gay o metrosexual? Hablaran

realmente? Alberto escolt a Sasha a travs de la tienda.

Heather suspir. El espectculo haba terminado. Ella siempre era la observadora,

nunca la protagonista. Sasha mir hacia atrs y articul la palabra bingo.


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Heather asinti con la cabeza con una repentina sensacin de dj vu. Estaba en la

escuela secundaria otra vez. La sexy Sasha estaba hacindolo en el saln de clases,

mientras que la til Heather esperaba por los armarios como puesto de

observacin. Sera siempre as? Por qu no poda ser la audaz por una vez? Por

qu no poda usar uno de estos vestidos sexy, tan reveladores? Bueno, ella no

poda permitrselo, en primer lugar. Y era demasiado gorda. Rode el vestido del

que Sasha haba hablado. Y qu si ella no poda usarlo o comprarlo? Se podra

hacer algo similar. Y probablemente podra hacerlo por unos cincuenta dlares. El

blanco nunca haba sido un buen color para ella. Era demasiado blanca y pecosa.

No, ella lo hara en azul- medianoche. En lugar de cortar el cuello hasta el ombligo,

lo hara hasta la parte superior de sus pechos. Pondra una espalda en el vestido. Y

mangas. Las ideas iban ms rpido de lo que poda pensar. Abri su bolso y

encontr un lpiz y una bloc que la gente de Schnitzelberg hardware le haba dado

en su ltima venta de jardn. Jean-Luc Echarpe poda tomar sus etiquetas de

precios de varios miles de dlares y lanzarlos desde la torre Eiffel. Ella poda ser

uno de Los Miserables, pero no tena que verse como ellos.

***

- Por Jean-Luc y la apertura de su quinta tienda en Estados Unidos.- Dijo Romn

Draganesti levantando una flauta de champn llena de Bubbly Blood.

- Por Jean-Luc,- los otros levantaron, y brindaron con sus copas.

Jean-Luc tom un sorbo, a continuacin, y coloc su vaso a un lado. La mezcla de

sangre sinttica y champagne hizo poco para mejorar su nimo.

-Gracias por venir, mes amis. Hace ms fcil de soportar este exilio.

- No pienses de esa manera, hermano.- Gregori le dio una palmada en la espalda. -

Este es un gran negocio, una oportunidad.-


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Jean-Luc dio al vicepresidente de marketing de Romn una mirada molesta.

Este es un exilio.

-No, no, se llama expansin de mercado. Hay mucha gente aqu en Texas, y se

puede asumir con certeza que todos llevan ropa. O la mayor parte de ellos. Me

enter en ese lago, cerca de Austin donde

- Por qu Texas?- Romn interrumpi. -Shanna y yo esperbamos que te

quedaras en Nueva York, cerca de nosotros.

Jean-Luc suspir. Pars era el centro del universo, en lo que a l concerna, y

cualquier lugar era aburrido en comparacin. Pero Nueva York habra sido su

segunda opcin.

- Yoojal pudiera, mon ami, pero los medios de comunicacin en Nueva York me

conocen demasiado bien. Lo mismo en Los ngeles.

- Aye,- convino Angus MacKay. -Ninguno de esos lugares iba a funcionar. Jean-

Luc tiene que

- Te lo juro, Angus,- Jean-Luc le interrumpi. -Si dices te lo dije, voy a

atravesarte la garganta con tu Claymores.- Angus simplemente arque una ceja

como invitndolo a que se atreviera a intentarlo.

- Te advert que lo dejaras hace diez aos. Y de nuevo hace cinco aos.

- Estaba ocupado construyendo mi negocio,- protest Jean-Luc. Haba empezado

en 1922, el diseo de trajes de noche slo para vampiros, pero en 1933, haba

ampliado su negocio para incluir a la lite de Hollywood. Despus de darse cuenta

de que a los mortales les gustaban mucho sus diseos, hizo su gran movimiento en

1975. Comenz a crear todo tipo de ropa y la comercializ para el pblico en

general. Pronto, se haba convertido en una celebridad en el mundo de los


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mortales. Los ltimos treinta aos haban pasado rpidamente en un torbellino de

xito. Cuando eres un vampiro de ms de quinientos aos, los aos pasan en un

abrir y cerrar de ojos. Angus MacKay le haba advertido. Angus haba comenzado

su empresa de investigacin y seguridad en 1927 y ahora se haca pasar por el

nieto del fundador original. Jean-Luc cogi un ejemplar de Le Monde de su

escritorio.

- Has visto la ltima?

- Djame ver.- Robby MacKay asi el peridico parisino y escane el artculo. Un

descendiente de Angus, Robby quien trabajaba para la compaa de seguridad de

Angus. Durante los ltimos diez aos, Robby haba estado a cargo de la seguridad

de Jean-Luc.

- Qu dice?- Gregori se asomaba sobre el hombro de Robby.

l frunci el ceo mientras traduca: - Todo el mundo en Pars se pregunta por qu

Jean-Luc no ha envejecido en ms de treinta aos. Algunos dicen que ha tenido la

ciruga esttica media docena de veces, y otros dicen que ha encontrado la fuente

de la juventud. Se ha escapado, pero nadie sabe a dnde. Algunos creen que se ha

escondido en una institucin mental, recuperndose de un ataque de nervios,

mientras que otros dicen que est experimentando un nuevo estiramiento facial.

Jean-Luc gimi cuando se desplom en la silla detrs de su escritorio.

- Te advert que esto sucedera.- Angus esquiv por la derecha cuando Jean-Luc le

lanz una regla.

Romn ri entre dientes. - No te preocupes por eso, Jean-Luc. Los mortales tienen

atencin de muy corta duracin. Si te quedas escondido por un tiempo, se

olvidarn de ti.

- Y se olvidarn de comprar mi mercanca,- se quej Jean-Luc. -Estoy arruinado.


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- No estas "arruinado", argument Angus. -Tienes ahora cinco tiendas en Estados

Unidos.

- Tiendas de venta de ropa de un diseador que ha desaparecido,- gru Jean-Luc.

-Es fcil para ti, Angus. Tu empresa existe en secreto. Pero cuando yo desaparezca,

todo el inters en mi lnea de ropa puede desaparecer conmigo.

- Podramos declarar a la prensa que te habis hecho una ciruga esttica,- ofreci

Robby. -Eso podra poner fin a la especulacin.

- No. Jean-Luc lo fulmin con la mirada.

Gregori sonri. - O podramos decir que ests encerrado en una sala Psiquitrica,

completamente loco. Todo el mundo creera eso.

Jean-Luc arque una ceja hacia l. - O podamos decir que estoy en prisin por

asesinar a un desagradable vicepresidente de Marketing.

- Yo voto por eso,- dijo Angus.

- Hey!- Dijo Gregori ajustando su corbata. -Slo estaba bromeando.

- Yo no,- murmur Jean-Luc.

Angus se ech a rer. - Todo lo que tenis que hacer, Jean-Luc, es no dejar que

nadie te tome fotos. Debes permanecer oculto durante al menos veinticinco aos. A

continuacin podis volver a Pars, hacindote pasar por tu hijo.-

Jean-Luc estaba repantigado en su silla, mirando con tristeza hacia el techo.

- Exiliado a una tierra de brbaros durante veinticinco aos. Slo mtame ahora.


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Romn se ri entre dientes. -Texas no es una tierra de brbaros.-

Jean-Luc mene la cabeza. - He visto las pelculas. Luchan con pistolas contra los

indios, por un lugar llamado El lamo.

Gregori resopl. - To, ests tan atrasado en el tiempo.

- Eso crees? Has visto a la gente all abajo?- Jean-Luc se puso en pie y se acerc a

trancos a la ventana de su oficina que daba a la planta baja. - Los hombres estn

usando cuerdas alrededor de sus cuellos.

- Son lazos.- Gregori mir por la ventana unidireccional.

-Joder, definitivamente estamos en Texas. Hay un tipo con una chaqueta de

esmoquin, pantalones de mezclilla y botas.

- Deben ser brbaros. Estn llevando sus sombreros en el interior.- Jean-Luc frunci

el ceo. Me recuerdan a Napolen con el bicornio que sola usar, pero lo llevan

puesto de lado.

- Esos son los sombreros de vaquero, hermano. Pero, qu te importa? Mira, estn

gastando dinero. Montones de dinero.

Jean-Luc apoy la frente contra el vidrio fro. Despus del espectculo de

beneficencia en dos semanas, Simone, Inga, y Alberto volvera a Pars. A

continuacin, Jean-Luc cerrara la tienda bajo el pretexto de que haba fracasado

estrepitosamente. Dejara sus otras tiendas de Le Chique Encharpe en Pars, Nueva

York, South Beach, Chicago, Hollywood y esperara que florecieran, pero este

edificio en Texas estara vaco y olvidado. Y aqu, l seguir con el diseo de ropa y

supervisando el negocio, pero nunca podra mostrar su rostro en pblico durante

veinticinco largos aos.

- Slo mtame ahora.


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-Nay,- dijo Angus. -Eres el mejor espadachn que tenemos, y Casimir est todava

en la clandestinidad mientras aumenta su ejrcito del mal.

-As es.- Jean-Luc dio a su viejo amigo una mirada irnica. Sera un desperdicio

que muriera aqu cuando podra hacerlo en batalla.

La boca de Angus tembl. -Aye, exactamente.

El timbre de la puerta de la oficina sonaba.

- Es tu esposa, Angus,- anunci Robby mientras abra la puerta.

Angus se volvi para saludar a su esposa con una sonrisa.

Zut. Jean-Luc mir hacia otro lado. Primero Romn y ahora Angus. Ambos

casados y locamente enamorados. Era vergonzoso. Dos de los maestros de

aquelarre ms poderosos en el mundo de los vampiros reducidos a esposos

cariosos. Jean-Luc quera sentir lstima, pero la triste verdad es que estaba celoso.

Malditos celos. Ese tipo de felicidad nunca llegara a l.

- Hola, chicos!- Emma MacKay se dirigi por la habitacin y directamente a los

brazos de su marido.

- Sabes qu? He comprado el ms lindo y pequeo bolso de mano. Alberto lo est

envolviendo para m.

-Otro bolso?,- pregunt Angus. -No tienes una docena ya?

Jean-Luc mir por la ventana y observ qu monedero estaba envolviendo Alberto.

Buenas noticias, Angus. Es uno de mis bolsos de menor precio.

- Oh, bien.- Angus abraz a su esposa.


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Jean-Luc sonri. - Oui, slo ochocientos dlares.

Angus dio un paso atrs, los ojos muy abiertos por el shock. - Olvdate del ejrcito

sangriento. Te matar ahora mismo.

Romn ri: - Vamos Angus, puedes permitrtelo.

- Entonces, t tambin puedes.- Jean-Luc sonri con suficiencia a su viejo amigo. -

Has visto lo que tu esposa est comprando?

Romn se apresur a la ventana y mir a su esposa en la tienda de abajo.

- Por la sangre de Dios,- susurr. Shanna Draganesti estaba llevando a su hijo de

diecisiete meses en la cadera mientras llenaba su coche con ropa, zapatos y

carteras.

- Ella tiene buen gusto,- observ Jean-Luc.- Debes estar orgulloso.

- Voy a estar quebrado.- Romn vio tristemente como la pila en la silla de paseo

creca constantemente.

Jean-Luc observaba la sala de exposicin. Por mucho que se quejara acerca de su

exilio auto-impuesto, estaba satisfecho con la prisin que haba diseado para l.

Se encontraba entre las colinas del centro de Texas. La ciudad ms cercana era

Schnitzelberg, fundada por inmigrantes alemanes ciento cincuenta aos atrs. Era

un lugar sooliento, olvidado, con robles espaoles llenos de musgo negro y casas

Anne Queen con cortinas de cordn.

Todas sus tiendas en Estados Unidos contaba con un diseo similar, pero ste en

Texas era diferente, ya que inclua una enorme guarida subterrnea donde Jean-

Luc se escondera durante su exilio. Era imprescindible mantener esta guarida en

secreto, por lo que el asistente mortal de Jean-Luc, Alberto, haba llegado a un


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acuerdo con el contratista que lo haba construido. El contratista estaba en la junta

escolar local, por lo que Jean-Luc acord hacer una contribucin de peso al distrito

escolar a travs del espectculo de beneficencia. Mientras Jean-Luc fuera generoso

con la ciudad de Schnitzelberg, el contratista guardara silencio sobre el almacn

en quiebra propiedad de un extranjero en las afueras de la ciudad. Y slo por

seguridad, Robby se haba tele-transportado a la oficina del contratista y quitado

todos los planos y rdenes de trabajo relacionadas con este sitio. Despus del show

de caridad, Robby y Jean-Luc borraran algunas memorias, y nadie recordara que

haba un stano debajo de la enorme tienda abandonada. Pierre, un mortal que

trabajaba para Seguridad e Investigacin MacKay, cuidara el edificio durante el da

mientras que Jean-Luc estuviera en su sueo de muerte.

Observ la rugiente fiesta. Simone e Inga estaban coqueteando con un hombre

viejo de pelo blanco, encorvado sobre un bastn. Tena que ser rico, o no perderan

su tiempo. La mirada de Jean-Luc vagaba por la tienda. Siempre haba disfrutado

ver a la gente.

La idea de que este edificio estuviera vaco por los prximos veinticinco aos era

condenado deprimente. Ah! s, l estaba acostumbrado a la soledad.

Vio a la nueva modelo que Alberto haba contratado para su ltimo show en Pars.

Sasha Saladino. Estaba hablando con alguien de pie detrs de un maniqu. Alberto

se acerc y Sasha present a su acompaante. Alberto acept una agraciada mano

extendida y la bes. Una hembra. Y posea un brazo que no era delgado como un

lpiz. No era un modelo. Un cliente, entonces. Lo ms probable es que fuera

mortal.

Alberto y Sasha se alejaron juntos, para salir de la sala de exposicin. Qu fue eso?

Jean-Luc se olvid de especular cuando su mirada se desvi de nuevo hacia el

cliente y se quedo all. Ella estaba movindose a su lnea de visin, y qu visin.

Haba curvas. Y pechos. Un trasero al que un hombre podra agarrarle el gusto y

montones de pelo castao rizado que flua alrededor de sus hombros. Le record a


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las lujuriosas mozas de las tabernas medievales que se rean con ganas y hacan el

amor con natural abandono. Mon Dieu, cmo haba adorado a esas mujeres.

Era como las estrellas de cine para las que haba amado disear ropa. Marilyn

Monroe, Ava Gardner. Su intelecto podra disear ropa para un tamao de cero,

pero el resto de l anhelaba un lujurioso cuerpo de mujer lleno de curvas. Y he

aqu uno muy hermoso justo frente a l. Su vestido negro se aferraba a la deliciosa

figura de reloj de arena. Y, sin embargo la caracterstica ms importante, su rostro,

permaneca oculto. l se traslad a la izquierda y mir de cerca a travs del cristal.

l alcanz a ver una nariz impertinente, ligeramente inclinada hacia arriba en la

punta. No era una nariz clsica como la de todas sus modelos, pero le gustaba. Era

natural y linda.... Linda? No era una palabra que pudiera alguna vez aplicar a sus

modelos. Todas ellas aspiraban a la perfeccin, incluso por medios artificiales,

pero el resultado final era que todas parecan iguales. Y en su bsqueda de la

perfeccin, perdieron algo. Perdieron el sentido de la personalidad y su brillo

nico.

La mujer en cuestin se apart el grueso pelo rizado, ponindolo detrs de su

oreja. Tena los pmulos altos, anchos y una curva dulce en la mandbula. Sus ojos

estaban muy abiertos y su atencin se centr en el vestido blanco. De qu color

eran sus ojos? , se pregunt. Con su rico cabello castao esperaba que fueran

verdes. Sus labios estaban muy abiertos, pero en forma delicada. No haba

colgeno. Era una belleza natural. Un ngel. Consigui algunos elementos de su

pequeo monedero un bloc de escritura y un bolgrafo. No, un lpiz- y estaba

escribiendo algo. No, dibujando. Su boca se abri. Zut! Ella estaba copiando su

nuevo vestido, robando su diseo. Sus ojos se estrecharon. Qu nervios tena para

copiar descaradamente su vestido en frente de todos. Quin diablos era? Haba

llegado desde Nueva York con Sasha Saladino? Probablemente trabajaba para una

de las casas de moda importantes. A ellos les encantara tener las copias de sus

ltimos diseos.

- Merde.- Cogi la chaqueta del esmoquin de la parte posterior de su silla de

escritorio.


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- Dnde vas?- Pregunt Robby, siempre vigilante.

- A la planta baja.- Jean-Luc se encogi de hombros en su chaqueta.

- A la sala de exposicin?- Angus frunci el ceo. -No. Alguien te podra

reconocer. No deberas arriesgarte.

- Son gente local,- explico Jean-Luc. No sabrn quin soy.

- No puedes estar seguro de eso.- Robby se traslad hacia la puerta. - Si quieres

algo de la tienda, te lo traer.

- No es una cosa. Se trata de una persona.- Jean-Luc indic hacia a la ventana. -

Hay una espa all robando mis diseos.

- Ests bromeando.- Emma corri a la ventana para mirar.

- Dnde est?

- Ella.- Jean-Luc mir por la ventana. - En el blanco, no. Zut!, ella se traslad al

vestido rojo.

- Vamos a tratar con ella.- Angus se uni a Robby quien se diriga a la puerta.

- No.- Jean-Luc fue hacia la salida bloqueando a los dos escoceses. Muvanse.

Tengo que saber quin le est pagando para espiarme.

Con una elevacin obstinada de barbilla, Angus se cruz de brazos y se neg a

ceder. Jean-Luc arque una ceja ante su viejo amigo.

- Tu compaa trabaja para m, Angus.


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- S y nos pagan para protegerte, pero no podemos hacerlo si te comportas

tontamente.

- Y yo te digo que esta gente local no sabe quin soy. Alberto siempre me sirvi de

intermediario. Djame pasar antes de que la condenada espa se vaya con mis

diseos.

Angus suspir. - Muuuy bien, pero Robby ir contigo.- Susurr instrucciones a su

tatara-tatara-nieto, - No dejes que alguna persona le tome fotos. Y protege su

espalda. l tiene enemigos.- Jean-Luc resopl cuando sala de su oficina. Con unos

cuantos pasos grandes, lleg a la escalera trasera. Angus crea que era un hombre

dbil? l saba cmo protegerse a s mismo. Claro, estaba en la lista de mierda de

Casimir, pero todos lo estaban. Y Jean-Luc haba hecho otros enemigos tambin.

Un hombre no podra vivir ms de 500 aos sin enojar a unos pocos vampiros.

Pero ahora haba adquirido un nuevo enemigo. Un ladrn con cara de ngel. Lleg

a la parte inferior de las escaleras y se dirigi por el pasillo lateral de la sala de

exposicin. Los pasos de Robby tronaron en las escaleras detrs de l. Cuando

Jean-Luc entr en la tienda, las cabezas se volvieron en su direccin, y luego,

dieron la vuelta. Bueno. Nadie lo reconoci. El aroma de diferentes tipos de sangre

flotaba junto a l, un dulce y apetitoso buffet de humanos. Socializar con los

mortales haba representado un problema para su auto-control hasta que Romn

invent la sangre sinttica en 1987. Ahora Jean-Luc y todos sus amigos Vampiros

se aseguraban de estar llenos antes de aventurase entre los mortales.

Se dio cuenta que Robby bordeaba rodeando el permetro de la habitacin,

buscando fotgrafos. O asesinos. Jean-Luc rode al viejo con el bastn y se dirigi a

la ladrona. Se detuvo a pocos centmetros detrs de ella. Era alta, la parte superior

de la cabeza le llegaba a su barbilla. El olor de su sangre era fresco y dulce. Era

mortal.


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- Disculpe, seorita.- Se dio la vuelta. Sus ojos eran verdes. Zut!. Sus bellos ojos se

ampliaron a medida que lo miraba. No haba nada ms triste que un ngel cado.

Frunci el ceo. - Deme una buena razn por la qu no debera arrestarla.


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Captulo 2

Heather parpade. Perdn? El magnfico hombre tena acento francs y le

llevara algn tiempo entenderlo, pero podra jurar que la haba amenazado con su

detencin. Sonri y le tendi la mano. Cmo ests? Soy Heather Westfield

Lynn.

Heather? Su extraa pronunciacin envi un escalofro que le recorri la

espalda. Sonaba como Eh-Zair, suave y dulce como una palabra cariosa. Le tom

la mano y la cubri con las suyas.

S? Continu sonriendo y or para que ningn vestigio del hojaldre de queso

feta con espinaca se alojara en sus dientes. La mir con sus hermosos ojos azules.

Su rostro, con mandbula cincelada y boca perfecta, perteneca a una estatua

griega.

Su agarre era firme alrededor de su mano. Dime la verdad. Quin te envi aqu?

Perdn? Trat de recuperar su mano, pero l la mantuvo apretada.

Demasiado apretada. Un estremecimiento de alarma se desliz hasta su cuello.

Sus ojos azules se estrecharon. Vi lo que hacas.

Oh Dios, saba sobre el pastel de cangrejo. Deba de ser una especie de guardia de

seguridad. Yo pagar por ello.

Son veinte mil dlares.

Por un pastel de cangrejo? Ella arranc la mano de su agarre. Este lugar es

indignante. Con un huff, sac la servilleta de su bolso. Aqu. Llvese su tonto

pastel de cangrejo. Ya no lo quiero.

Se qued mirando la servilleta con el pastel de cangrejo envuelto en su mano.

Eres una espa y una ladrona?


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No soy una espa. Hizo una mueca. Estaba admitiendo ser solamente una

ladrona?

l frunci el ceo. No hay necesidad de robar comida. Es gratuita. Si tienes

hambre, deberas comer.

Era un recuerdo, de acuerdo? No estoy realmente hambrienta. Me veo como

alguien que se ha perdido alguna comida?

Su mirada vag sobre ella lentamente, con una intensidad que hizo a su corazn

acelerarse. Bueno, lo que era bueno para el ganso... Ella tambin lo estudi. Seran

los rizos negros en su cabeza tan suaves como se vean? Tendra problemas de

cabello enredado? Caramba, sus largas pestaas, probablemente tambin se

enredaban.

Se aclar la garganta. Dudo que arresten a las personas por coger un pastel de

cangrejo. As que, slo me ir ahora.

Sus ojos se encontraron con los de ella. No he terminado contigo.

Oh. Tal vez la arrastrara lejos y la violara. No, eso slo ocurra en los libros.

Qu? Qu tienes en mente?

Vas a responder a mis preguntas. Hizo seas a un camarero y dej caer la bola

de servilleta sobre la bandeja. Ahora, dime la verdad. Quin es tu jefe?

DEIS.

Es una agencia del gobierno?

Es el Distrito Escolar Independiente de Schnitzelberg.

l inclin la cabeza con una mirada confusa. No eres diseadora?

Me gustara. Ahora bien, si me disculpas.Gir para irse.

No. Tom el control de su brazo. Vi que copiabas el vestido blanco. Cuesta

veinte mil dlares. Puesto que ests tan interesada en l, debes comprarlo.


by madri

Ella solt un bufido. No entrara ni muerta en ese vestido.

Qu? Levant sus cejas. No hay nada malo en el diseo.

Ests bromeando? se apart de su alcance. Qu estaba pensando Echarpe?

La lnea del cuello se hunde ms all del ombligo. Las aberturas de la falda llegan

hasta Dakota del Norte. Ninguna mujer en su sano juicio usara esa cosa en

pblico.

Su mandbula se desplaz cuando apret los dientes. Las modelos son felices

usndolos.

Ese es mi punto exactamente. Las pobres mujeres estn tan desnutridas, que no

pueden pensar con claridad. Mira mi amiga Sasha. Su idea de una comida de tres

platos es una rama de apio, un tomate cherry, y un laxante. Ella se est matando

para encajar en esta ropa. Las mujeres como yo no podemos vestirnos as.

Su mirada se fij ms en ella. Creo que s. Te veras... magnfica.

Mis pechos se saldran.

Exactamente. La esquina de su boca se inclin hacia arriba.

Ella resopl. No muestro mis pechos en pblico.

Sus ojos brillaron. Lo haras en privado?

Maldito sea l y sus bonitos ojos azules. Tuvo que pensar un momento para

recordar la esencia de la conversacin. Me vas a detener o babear sobre m?

l sonri. Puedo hacer las dos cosas?

Que hombre tan confuso. No he hecho nada malo. Quiero decir, con excepcin

del pastel de cangrejo. Pero no lo habra tomado si realmente pudiera permitirme

cualquier cosa en este lugar.

Su sonrisa se desvaneci. Ests necesitada de dinero? Planeas vender los

diseos que copiaste a otra casa?


by madri

No. Slo quera hacer uno para m.

Ests mintiendo. Dijiste que ni muerta te pondra uno de estos vestidos.

Mintiendo? Este to estaba lleno de acusaciones putrefactas. Mira, yo nunca

usara uno de estos vestidos de la manera como Echarpe los dise. Te digo, el tipo

est totalmente desligado de la realidad. Sabe acaso cmo son las personas reales?

No como t, murmur, y luego le tendi la mano. Djame ver tu bosquejos.

Bien. Si esto va a ayudar a aclarar las cosas. Le mostr su cuaderno de notas.

El primero es del vestido blanco, pero lo arregl.

Lo arreglaste? Me cuesta reconocerlo.

Ya lo s. Se ve mucho mejor ahora. De hecho, podra usarlo sin ser detenida por

exposicin indecente.

Apret los dientes. No est tan mal.

Si un chiquillo me ve en l, estara en un sitio web, en una lista como agresora

sexual. Pero el punto es discutible, ya que nunca podra pagar por el vestido en

primer lugar. Ni siquiera puedo comprar un par de calcetines aqu sin que me

quiten mi carro.

Esta mercanca est diseada para una pequea lite.

Oh, perdn. Justamente iba pedir a Cheeves que trajera el Rolls-Royce, para que

me llevara al aeropuerto a tomar mi avin privado de regreso a mi villa en la

Toscana.

Su boca se torci cuando volvi a la pgina siguiente. Y este es el vestido rojo?

S, pero mucho mejor despus de que lo arregl. Hay cuatro diseos ms all.

Estaba teniendo tantas ideas a la vez, que slo tena que dibujarlas antes de que se

perdieran. Si sabe lo que quiero decir.

En realidad, lo s. l le dio una mirada extraa.


by madri

Era extrao. No pareca del tipo que comprendiera el caprichoso proceso creativo.

Se pareca ms a un atleta, con la estructura de un nadador, no de un levantador de

pesas.

Podra realmente detenerla? Sus extraas acusaciones combinadas con su

atractiva apariencia la haban confundido hasta el punto que haba balbuceado

como una idiota nerviosa. Tena que relajarse y ser ms amable. Lo siento mucho.

No tena la intencin de robar nada. Estoy en problemas?

La mir con un dejo de sonrisa. Quin eres?

Ella dej de decir que s. Dios mo, este hombre era sexy. Y demasiado magnfico

para su propio bien. No haba duda de que deba tener problemas para encontrar

ropa que se ajustase a los grandes hombros y largas piernas. Era probable que

tuviera problemas con las mujeres, tambin. Echaran un vistazo hacia l y sus

ropas accidentalmente se caeran.

Aj! Eso es lo que hara si la detuviera. Se ofrecera a l como sacrificio. Que noble.

Qu ridcula. Nunca tendra el valor.

Termin de revisar sus dibujos. En realidad son bastante buenos. Puedo ver la

forma en que seran ms halagadores para una mujer con un... con una figura ms

deliciosa.

Realmente le gustaban sus diseos? El corazn de Heather se hinch de orgullo y

alegra. Le gustaba ser llamada deliciosa, tambin. Gracias. Y gracias por no

llamar a las mujeres como yo, gordas.

Se puso rgido. Por qu lo dira si no fuera cierto?

Whoa. Este hombre era un problema grave. No slo era hermoso, sino que saba

bien que cosas decir a las mujeres. Doblemente peligroso. Y doblemente

divertido? No, se dio una palmada mental. Ella acababa de librarse de un desastre

masculino. De ninguna manera estara alrededor para una secuela. Ser mejor

que me vaya. Ella se volvi para salir.

Olvidaste tus bosquejos.


by madri

Se gir hacia l. Me dejar llevarlos?

Con una condicin. l mir detrs de ella. Maldita sea. Nos vamos.

Ella mir por encima del hombro. Un tipo grande en una falda escocesa confiscaba

a una joven su telfono con cmara.

Pero quera una foto para mi blog, objet la chica.

Ven. El hermoso guardia de seguridad agarr a Heather por el brazo y la

condujo hacia un conjunto de puertas de hoja doble con la palabra Privado

impresa sobre ellas.

Espera un minuto. Heather par en seco. Dnde me llevas?

A un lugar donde podamos hablar.

Hablar? No era un cdigo para algo ms? Dios mo!, l la arrastraba fuera para

violarla. Uh, no hablo con extraos.

Has estado hablando conmigo. Le dio una mirada irnica mientras tiraba de

ella a travs de la puerta doble a un pasillo. Me ha estado dando una regaina.

Bueno, s. Ella mir de nuevo a la sala de exposicin. Slo espero que no est

esperando algo ms.

Se detuvo en otro conjunto de puertas dobles y le regres su bloc de notas.

Mientras ella lo guardaba en su bolso, marc un nmero en un teclado. Lo que

estoy a punto de ensearte es muy privado.

Oh Dios, eso tema. Slo visto por una pequea elite?

Exactamente. S que eres una crtica dura, pero creo que quedars impresionada.

Su mirada vag hacia el sur. Estoy segura de que lo estar.

Heather.

La forma suave de decir su nombre la hizo sentir que todo su interior se funda y

se volva pegajoso. Ella levant su mirada para encontrar sus ojos.


by madri

Su boca se arrug hacia arriba. Estamos hablando de lo mismo?

No lo s. Su corazn lata con fuerza. Era difcil pensar cuando la miraba as.

Voy a mostrarte el resto de la coleccin de otoo.

Oh. Ella parpade. Correcto. Eso es lo que pens.

Pero, por supuesto. Haba un brillo sospechoso en sus ojos. Abri la puerta y la

acompa dentro.

Est oscuro se call cuando algunas luces se encendieron.

Un vistazo rpido a los altos techos le hizo saber que haba encendido slo la mitad

de las luces. Su mirada se movi hacia abajo. La sala era enorme, mucho ms

grande que la sala de exposicin. Los estantes se alineaban en las paredes, llenos

de rollos de hermosas telas. Sus dedos picaban por tocarlo todo. En la parte

posterior, vio dos mquinas de coser. Se reflejaban en el cristal de las puertas

francesas a lo largo de la pared posterior. A la izquierda de la habitacin haba dos

grandes mesas de corte. A la derecha, haba un estante de ropa fabulosa. En el

centro, una serie de maniques de hombres y mujeres de pie en un crculo como el

Stonehenge de la alta moda.

Dios mo, lo que dara por tener un taller como este. Era el cielo. Aqu es donde

sucede la magia.

Magia? l cerr la puerta. Yo lo llamara un trabajo duro.

Pero mgico. Ella vag hacia al primer estante de ropa, sus zapatos sonaban el

piso de madera. Aqu es donde las ideas dan a luz cosas bellas.

l la sigui. Entonces, te gusta el estudio de diseo?

Oh, s. Mir las chaquetas de corte militar y faldas en el bastidor. Adorable-.

Ella frot la tela entre sus dedos y frunci el ceo.

Qu hay de malo?

Es de lana.


by madri

Es una chaqueta de invierno.

Y esto es Texas. Es posible que lo venda en Panhandle, pero aqu abajo, tendra

que estar rodeado de aire acondicionado para usarla, incluso en el invierno.

No me di cuenta de eso. l se cruz de brazos, con el ceo fruncido.

El corte es notable, sin embargo. Ella admiraba una de las chaquetas. El tipo

es un genio.

Pens que estaba completamente alejado de la realidad.

Heather se ri. Eso, tambin. Fue hacia el segundo estante.

Hiciste tu vestido?

Hizo una mueca. Es tan obvio?

Se encogi de hombros. Est bien hecho, en realidad. La tela es una mierda, pero

muchas de ellas lo son hoy en da.

Oh, lo s. He comprado cosas que, literalmente, se desintegran despus de dos

lavadas-. Se detuvo delante de una chaqueta bolero de cuentas cuando de repente

tuvo una idea. Desde cundo los guardas seguridad saben algo acerca de telas?

Es un diseo propio? Pregunt.

Algo as. Me gusta combinar caractersticas de diferentes patrones y hacer algo...

nico.

l asinti con la cabeza. Es nico.

Gracias. Quin era este hombre? T... trabajas para Echarpe como

diseador?

Te gustara?

Su boca se abri. Huh?


by madri

Me has convencido de que estoy descuidando una parte del mercado, y mujeres

como t merecen verse lo mejor posible.

Oh.

Creo que ms de estos diseos pueden ser adaptados para figuras ms

completas, y t puedes ser justo la persona indicada.

Oh.

Vuelve el lunes por la noche, si deseas comenzar.

Oh. Dios mo, sonaba como una idiota. Podra trabajar aqu? En este

mgico lugar?

S.

Oh Dios mo! Obviamente este hombre no era seguridad. Eres el gerente?

Yo espero que no te sintieras ofendido por algunas de las cosas que he dicho.

Dije que Echarpe era un genio.

Y que estaba completamente alejado de la realidad. Y que haba que arreglar sus

diseos.

Heather hizo una mueca. Me dejo llevar un poco. Pero es slo porque siento

apasionadamente que mujeres como yo merecen un look tan bueno como nuestras

hermanas ms flacas.

Tienes pasin. Hizo un gesto a su vestido. Y talento. De lo contrario, no te

contratara.

Ella sonri. Oh, gracias! Esto es un sueo hecho realidad. Presion una mano

contra su pecho.

Estoy tan emocionada, seor eh, Cmo puedo llamarte?

Se inclin ligeramente. Permtame que me presente. Sus ojos brillaban cuando

lentamente sonri. Soy Jean-Luc Echarpe.


by madri

Captulo 3

Jean-Luc espera que su reaccin fuera entretenida y as fue. La boca de Heather se

abri. Sus bellos ojos verdes se ampliaron por el horror. La sangre desapareci de

su rostro, dejndola plida, incluso sus pecas se desvanecieron.

Sonri abiertamente. No haba tenido tanta diversin en aos. Abra y cerraba su

bonita boca, pero las palabras no salan, pareca un pez. Un pez adorable.

Inclin la cabeza. -Decas?

Se las arregl para ahogar unos balbuceos estrangulados. -Cmo puedes ser...

cre... cre que eras realmente viejo.

l arque una ceja.

-Quiero decir... oh Dios, lo siento.- Ech hacia atrs su gruesos rizos. Su bolso cay

al suelo. Aw, mier

l se inclin para recogerlo.

-No, yo lo levanto. -Agarr su bolso tan rpido que tropez cuando estaba

incorporndose. l trat de alcanzarla para estabilizarla.

-Estoy bien.- Estir el brazo para agarrarse de la ropa. Por desgracia, la ropa se

separ como el Mar Rojo, dejndola a caer en picado al suelo.

-Aagh

-Te tengo- l la agarr de la manga. Rasgndola.

Cay al piso con l sosteniendo la manga en su mano. Merde.


by madri

Se inclin sobre ella. -Ests bien?- Su falda se haba subido, dejando al descubierto

sus bien formadas piernas. No poda dejar de imaginar esos muslos alrededor de

su cintura. O su cuello.

-Eres realmente Jean-Luc Echarpe?- Pregunt.

-Oui.

Gimi y se tap la cara. -Tienes un stano en el que pueda esconderme unos

cincuenta aos?

En realidad lo tena y estuvo tentado a invitarla all. Ciertamente alegrara su largo

exilio. Pero no tena derecho a encarcelar a un mortal slo para entretenerse.

Se sent en el suelo junto a ella.

-No hay necesidad de sentirse avergonzada.

-Estoy mortificada. Slo mtame.

l se ri entre dientes. -He dicho lo mismo esta tarde. Estamos demasiado

melodramticos, no?

-Dije algunas cosas horribles sobre ti.- Baj sus manos. -Lo siento mucho.

-No te disculpes por ser honesta. Me gusta. En este negocio, muy pocas personas lo

son.

Se sent e hizo una mueca cuando not su falda. Se apresur a bajarla. -No puedo

entender cmo puedes ser tan gua joven. Si has diseado ropa para gente como

Marilyn Monroe.

Casi le haba dicho guapo? Su sonrisa se desvaneci cuando se dio cuenta que era

hora de empezar a mentir. Maldicin. Haba sido tan honesta con l.

-Soy el hijo del original Jean-Luc Echarpe. Puedes llamarme Jean, as no me

confundirs con mi padre.

-Oh. Es grandioso que hayas heredado su talento.


by madri

Jean-Luc se encogi de hombros. Odiaba el engao. Por eso prefera normalmente

tratar con vampiros. Cualquier relacin con un mortal requera una serie de

mentiras, sobre todo ahora que tena que pasar a la clandestinidad. Le entreg

Heather la manga rasgada.

-Siento que se haya rasgado.

-Est bien.-Dijo metiendo la manga en el bolso. -Como has dicho, la tela es una

mierda.- Mir alrededor de la sala y sonri. -No puedo creer que est sentada en

un estudio de diseo con un famoso diseador de moda.

l sonri mientras se levantaba. -Vienes el lunes a trabajar?

Extendi una mano para ayudarla a levantarse.

-Oh, puedes apostar. Esto es un sueo hecho realidad para m.

Puso su mano en la de l.

l tir tan rpidamente, que choc contra su pecho. Sus brazos la rodearon al

instante.

Lo mir con sus hermosos ojos de un verde tan oscuro, tan vivo. Poda or el latido

de su corazn acelerado ahora que estaba en sus brazos. A l le gustaba eso. -

Sabes lo hermosa que eres?

Ella neg con la cabeza.

Al parecer, tambin podra hacerla perder la capacidad de hablar. El deseo

chisporrote a travs de sus venas. Se senta tan clido y dulce, pero tuvo que

detenerse antes de que sus ojos brillaran rojos. Ella tambin era gran tentacin y

siempre era cuidadoso de evitar las relaciones reales.

La solt.

-Me temo que slo te puedo contratar por dos semanas.

Una vez que la tienda cerrara, el nico mortal permitido en el interior sera su

guardia de seguridad, Pierre.


by madri

-Entiendo.

Dio un paso atrs, con cara triste.

-Me doy cuenta de que no tengo experiencia. Y he de volver a la enseanza en

septiembre.

-Est usted suponiendo voy a encontrar algn fallo en ti?

Su rubor en repuesta indic que haba tocado un nervio. Sospechaba que su actitud

combativa esconda un hueco de falta de confianza. Era un truco que reconoca,

despus de haberlo usado el mismo.

Pero por qu Heather Westfield dudaba de s misma? Alguien haba tratado de

estrangular su espritu? Si as era, senta unas repentinas ganas de pegar un

puetazo a la cara de esa persona.

-Mi preocupacin no es que no vaya a estar a gusto contigo. Todo lo contrario.

Podra estar demasiado a gusto contigo.

Estaba demasiado tentado a mantenerla aqu para aliviar la soledad de su exilio.

Ella trag saliva audiblemente.

-Y tengo una regla que siempre sigo. Nunca me involucro con los empleados. No

importa cunto me atraigan.

Permiti que su mirada vagara sobre su delicioso cuerpo.

-Oh, Dios mo,- susurr dando otro paso atrs. -No estoy buscando no estoy

lista quiero decir... yo

-La idea de una relacin te deja sin palabras?

-Ms bien horrorizada-Ella hizo una mueca. -Oh, no quera decir contigo. Quera

decir con cualquiera. Pas por un divorcio desagradable hace un ao y...

l levant una mano para silenciarla. -Me comportar- l sonri lentamente. -T

puedes?


by madri

-Por supuesto. Siempre soy... buena.- Pareca un poco desesperada sobre eso.

Tena un secreto deseo de ser mala? El deseo lo inund de nuevo y apret los

puos para evitar tocarla. Haba pasado tanto tiempo desde que haba... empuj el

pensamiento a un lado. Tena que dejar a las mujeres mortales solas. Lo haba

aprendido de la forma ms dolorosa posible.

Ella caminaba por el pasillo, tocando la ropa a su paso.

-Estos son cool.

Se detuvo frente a una gran variedad de cinturones de cuero, latn y plata.

-Esta es mi primera temporada en el diseo de cinturones.- Se acerc. Slo los

modelos mortales podan usar cinturones de plata de ley. Simone e Inga se

alejaban de cualquier cosa que pudiera quemar su piel delicada.

-Qu piensas?

-Son bonitos. Me gustan especialmente los grandes, macizos que se apoyan en las

caderas.

La audicin superior de Jean-Luc recogi el sonido. Levant una mano y Heather

guard silencio con una mirada inquisitiva. Un paso, otro clic.

Haba odo abrirse y cerrarse la puerta .Slo alguien que conociera la combinacin

podra abrir la puerta. Si un vampiro se hubiera tele transportado al interior del

edificio hubiera hecho saltar la alarma. Por lo que esta persona deba haberse

transportado desde algn lugar dentro del edificio. Sus amigos vampiros habran

hablado, as que el visitante no era un amigo.

Jean-Luc se llev un dedo a los labios para advertir a Heather que permaneciera

en silencio. Revis el final del pasillo y el centro de la habitacin. Se asom entre la

ropa que colgaba del perchero.

All estaba. El viejo con el bastn. Click. Haba apoyado el bastn en el piso de

madera, a continuacin, arrastr los pies para avanzar. Se qued encorvado, con la

cara oculta.


by madri

Jean-Luc olfate. El aroma de Heather estaba detrs de l, definitivamente mortal,

pero no sinti nada de ese hombre.

El anciano se detuvo con un click final de su bastn.

-S que ests aqu, Echarpe.

Jean-Luc se puso rgido. Mon dieu, era Lui. No haba visto a su enemigo ms

temido en ms de un centenar de aos.

-Soy un hombre paciente. Saba que el tiempo te volvera descuidado. Y aqu ests,

sin armas, sin tus queridos guardaespaldas. -El viejo se enderez lentamente- No

pude cogerte en Pars. Rodeado, noche y da, de una docena de guardias.

l levant la barbilla.

Jean-Luc respir profundamente cuando vio los ojos del hombre. Lui haba

asumido muchas identidades a largo de los siglos, siempre logrando un aspecto

diferente. A excepcin de los ojos. Siempre eran oscuros, fros y llenos de odio.

Jean-Luc escondi a Heather cuando Lui sigui hablando.

-Este ha sido tu ltimo error, Echarpe. Fui a la apertura de todas tus tiendas, pero

permaneciste oculto, como el cobarde que eres. Ahora, por fin, has hecho acto de

presencia. Tu aparicin final.

Jean-Luc toc a Heather y llev un dedo a sus labios. Ella asinti con una mirada

inquieta.

Le susurr al odo:-No dejes que te vea. Escapa por la puerta de atrs.

Abri la boca para protestar, pero la detuvo con un dedo apretado contra sus

labios. Ve, articul la palabra. La empuj suavemente hacia el extremo opuesto

del pasillo.

-Sal de tu escondite, cobarde,- grit Lui. -He venido a matarte definitivamente.

Echar de menos torturarte, pero Casimir me ha ofrecido una suma enorme. Y no

poda rechazarla.


by madri

Jean-Luc camin por el pasillo hacia el centro de la habitacin.

-Mierda santa, y yo que pensaba que estabas muerto. Pero no importa, lo estars

muy pronto.

Era un espadachn mejor que Lui, pero por desgracia, estaba desarmado en ese

momento. Envi un mensaje psquico.

-Puedo orte, -se burl Lui. lloriqueando a tus amigos para que vengan a salvarte.

-Peleo mis propias batallas. Dime, cunto tiempo tardaste en recuperarte despus

de nuestro ltimo encuentro? Si la memoria no me falla, tenas las tripas de fuera.

Con un gruido, Lui gir su bastn y saco de la vaina de madera una hoja

delgada, letal. Tir la vaina de madera a un lado que reson en el suelo.

-Tus amigos llegarn demasiada tarde.- Y atac

Jean-Luc salt a un lado, agarr un maniqu cercano y lo hizo girar para desviar el

primer ataque.

La espada de Lui, decapit al maniqu. -Ah, esto me trae dulces recuerdos del

Reinado del Terror1.

Golpe de nuevo y destroz el torso del maniqu.

Jean-Luc se vio a s mismo defendindose con una pierna de maniqu. Por lo

menos haba una barra de metal dentro del plstico. Y Robby estara aqu en

cualquier momento con una espada real.

Jean-Luc lo eludi, sintiendo el zumbido sobre su cabeza cuando la espada de Lui

cort el aire. Gir a la derecha, plant la pierna de maniqu en el suelo y lo us

como una prtiga apoyndose para saltar sobre una mesa de corte.

1 El reinado del terror-es un periodo de violencia de la Revolucin francesa que dur de septiembre del 1793 a la primavera

de 1794 incitado y que ha generado numerosos debates. Segn algunos historiadores, el Terror estaba "caracterizado por la

brutal represin de los revolucionarios mediante el recurso al terrorismo de estado, mientras que para otros, el Terror

aparece como un arma de doble filo, que al mismo tiempo seg la vida de muchos inocentes


by madri

Lui se balance en sus piernas, pero Jean-Luc salt y aterriz en el suelo al otro

lado de la mesa. Cuando Lui rode hacia la derecha para cogerlo, el fue hacia la

derecha tambin. Poda mantener a Lui bailando alrededor de la mesa hasta que

Robby llegara con una espada.

Jean-Luc haba completado un crculo cuando vio movimiento detrs de Lui. Se

qued paralizado.

Heather acechaba acercndose detrs de Lui con nada ms que un puado de

cintos. En qu estaba pensando?

No se atrevi a gritar para que se detuviera. No quera alertar a Lui de su presencia

y que l la atravesara con su espada. Merde. Hizo una mueca y un gesto con la

cabeza para que ella se fuera el infierno lejos de all.

No le hizo caso, sus ojos se centraron en Lui.

La nica cosa que Jean-Luc poda hacer era alejar a Lui de ella. Corri hacia el

centro de la habitacin y entr en batalla con la pierna del maniqu. Trozos de

plstico volaron por el aire cuando Lui golpe la pierna.

-Basta! -Heather golpe los cintos en Lui.

Lui se puso rgido cuando el metal de plata golpe la parte posterior de su cabeza.

Una espiral de humo subi. Se volvi hacia ella, con el rostro contorsionado por el

dolor.

-Maldita perra!- Levant su espada.

-Heather, corre!- Jean-Luc salt hacia adelante y golpe a Lui en la cabeza con la

pierna del maniqu.

La barra de metal mand a Lui hacia un lado, tropezando. Su espada cay

ruidosamente al suelo. Jean-Luc se agach para recuperar la espada, y luego, salt

cuando Heather volvi a golpear a Lui.

-Toma esto, canalla - Sus ojos brillaban de emocin.


by madri

Lui levant las manos para protegerse la cabeza y la plata silb a travs de sus

palmas, chisporroteando en la carne expuesta.

Se oy un estruendo en la puerta delantera. Angus y Robby aparecieron con sus

claymors en ristre. Robby lanz una espada a travs del cuarto hacia Jean-Luc.

La cogi y se volvi hacia Lui. El hijo de puta se haba escondido entre los

bastidores de ropa. Por el rabillo del ojo, Jean-Luc vio a Angus deslizarse entre dos

bastidores. Sin duda, el escocs quera coger al hijo de puta por detrs.

Jean-Luc entreg la espada de Lui a Heather.

-Si viene por ti, no dudes en usarla.

Ella asinti con la cabeza, se miraron. Su corazn tartamude. Mon Dieu, cmo

haba conseguido meterla en esto?

-Volver por ti, Echarpe, -anunci Liu. -Pero primero voy a matar a tu mujer. Al

igual que en los viejos tiempos.

-Ella no es mi mujer. Djala fuera de esto.

-Ah, pero puedo ver que te preocupas por ella. Me pregunto si ser tan

complaciente como tu ltima amante

-Maldito seas.- Dijo Jean-Luc acercndose a los bastidores. -Viglala-, le grit a

Robby, a continuacin, corri por el pasillo. Vio a Angus en direccin opuesta.

Jean-Luc empuj a un lado la ropa, a la caza de Lui.

-Maldicin,- murmur Angus. -Debe de haberse tele transportado. Voy a seguir

buscando. Sigui recorriendo las dependencias a velocidad de vampiro.

-Lo encontraste?- Dijo Heather.

-No. Escap.... -Jean-Luc estaba de nuevo en el centro del taller. Herva de

frustracin, cortando el aire con la espada .Los ojos de Heather se abrieron.


by madri

Robby paseaba a su alrededor, con su claymore sujeta en un puo apretado. -

Tengo que vigilar el terreno. Ahora.

Jean-Luc asinti con la cabeza. -Vete.

Robby corri hacia las puertas francesas, en la pared del fondo y sali.

Jean-Luc respir hondo.

-Ests bien?

-Supongo.-Dijo Heather tirando los cinturones y espada de Lui en una mesa. -

Pero no entiendo lo que est pasando. Por qu todas estas espadas? Y por qu

alguien querra matar a un diseador de moda?

-Es una larga historia. -Y dolorosa. -Me gusta que te hayas quedado, aunque te

dije que te fueras.

-Me iba a ir, pero cuando vi que te atacaba con la espada y que todo lo que tenas

era un maniqu... No lo s. Debera haber tenido miedo, pero he tenido miedo toda

mi vida y estoy enferma y cansada de l. Entonces solo sent ira. Me enfad

conmigo misma por ser una cobarde. Con mi ex por ser una idiota. Slo tena que

tomar medidas, y yo estuve bien.

Jean-Luc tom su mano. Sospechaba que era su ex-marido quien la haba dejado

inmersa en la falta de confianza. Pero estaba luchando y su corazn se hinch de

orgullo por ella.

-Fuiste muy valiente. Puede que hayas salvado mi vida.

Sus mejillas se sonrojaron.

-No s si ayud mucho. Realmente lo estabas haciendo muy bien. Quin era ese

tipo?

-Nunca he sabido su verdadero nombre. Yo lo llamo Lui.

-Louie?


by madri

-None, Lui.

Ella frunci el ceo. -Eso es lo que he dicho.

Jean-Luc suspir. -Lui significa 'l' en francs. Es un asesino de muchos nombres.

Jacques

Clment, Damiens, Ravaillac. Incita al asesinato y se deleita con la muerte.

Su mano tembl. -Por qu quiere matarte?

-Debido a que he tratado de detenerlo durante aos. Lo logr una vez y ha buscado

mi sufrimiento desde entonces. -Jean-Luc le apret la mano. -Heather, lamento

decirte esto, pero ests en terrible peligro.

Su rostro palideci. Eso tema. l piensa que soy...

-l cree que t eres mi amante.

Retir la mano de su agarre. -Ser mejor mantenerme alejada. Supongo que no

puedo trabajar aqu despus de todo.

-Au contraire, debes trabajar aqu. Tengo guardias de seguridad que pueden

protegerte. De hecho, debes vivir aqu hasta que podamos atrapar a Lui.

Ella se burl. -No puedo vivir aqu. Tengo una casa en Schnitzelberg.

-Tienes que vivir aqu. Lui ha matado a dos mujeres de mi pasado.

Heather trag saliva. -Mata a tus amigas?

-S. Siento que haya sucedido esto. Te advert que no dejaras que te viera.

Ella hizo una mueca. -Debera haber hecho lo que me dijiste.

-Si lo hubieras hecho, podra estar muerto. Djame que te proteja, Heather. Te debo

mucho.

-No puedo quedarme aqu. Mi hija

-Tienes una hija?- Jean-Luc sinti como si hubiera sido golpeado en el estmago.


by madri

-S. Oh, Dios mo. Ests diciendo que est en peligro, tambin?

Jean-Luc trag saliva. Una visin de cuerpos mutilados cruz su mente. Yvonne

en el 1757. Claudine en 1832. No podra soportar el dolor y la culpa otra vez.

-No tengas miedo. Voy a protegeros a las dos.


by madri

Captulo 4

Debera haber sabido que no era perfecto. Una persona tan magnfica como Jean-

Luc Echarpe, tena que tener algn defecto. Defecto nmero uno: Terco como una

mula.

Despus de que Heather se haba recuperado de la conmocin inicial, haba

rechazado la oferta de proteccin por parte de Echarpe. l la haba mirado atnito,

pero luego, haba vuelto a plantear la oferta como si automticamente la

convirtiera en ley.

Despus de que hubiera vivido durante seis aos con un marido obsesionado con

el control, que haba legislado todo, incluso sobre el tipo de ropa interior que poda

comprar, a Hether, la aprobacin dictatorial la tena con las bragas de algodn

blanco en un nudo2. Que Dios la ayudara, tena que escapar de los hombres

dominantes. Y tambin necesitaba comprar ropa interior nueva, algo salvaje que

simbolizara su valor recin adquirido. Gracias a Dios haba una tienda de

descuentos de camino a casa. Dnde podra una chica independiente comprar

ropa interior de encaje y cartuchos de escopeta ms que en una parada

conveniente?

- Sr. Echarpe, agradezco tu amable ofrecimiento, pero realmente no necesito un

protector. -Hizo un gesto hacia la puerta cerrada. -Si slo me dejaras ir?

-En un momento.- Frunci el ceo hacia la puerta. -Creo que no te das cuenta de lo

peligroso que es Lui.

Grrrr. El hombre nunca se renda. -Louie no pareca tan peligroso para m. Fue

francamente cobarde cuando le golpe con los cinturones. Y luchaste contra l con

un maniqu roto. Para ser un villano, es bastante fcil superarlo.

2 Parece ser una expresin coloquial que expresa enojo, consternacin, indagacin


by madri

-No fue fcil, slo lo pareci porque soy el mejor espadachn de Europa.

Defecto nmero dos: un ego demasiado inflado. Nunca haba conocido a un

hombre que no sufriera ese problema.

-Tal vez todava se lucha con espadas en Europa, pero aqu en Texas, se usan

armas de fuego. Si hubieras tenido una, Louie estara de camino a la morgue.

Las cejas de Jean-Luc se unieron en una mueca feroz.

-Ests diciendo que puedes luchar contra l mejor que yo?

-Tengo ms fe en mi escopeta que en cualquier hombre, eso es seguro.

-Pero estoy tratando de salvarte

-Yo ya estoy salvada. Aleluya, alabado sea el Seor. Ahora abre esa puerta y

djame ir, hermano.

Sus ojos se abrieron con una mirada de exasperacin. -No puedo dejarte ir hasta

que ests de acuerdo en dejar que te proteja.

-Esperars un largo tiempo porque no te necesito.

-Mujer ingrata.

-Hombre arrogante. -Su corazn se aceler. Dios mo, esto era tan emocionante

como cuando estrell un pastel en la cara de su ex-marido. An mejor, en realidad.

El pastel haba sido un acto de desesperacin, contaminada con el conocimiento

triste de que su matrimonio era un fracaso. Esto se trataba de una gloriosa

declaracin de independencia. Nunca se sinti ms fuerte o ms valiente. Azotar a

Louie con los cinturones le haba hecho sentir como la Mujer Maravilla y le gust.

-Fue un placer conocerte, Sr. Echarpe. Y te agradezco tu oferta de empleo pero,

dadas las circunstancias, creo que es mejor para nosotros no vernos otra vez.

Heather se volvi muy orgullosa por su pequeo discurso y se dirigi hacia la

puerta. Las maldiciones que oy detrs de ella la hicieron sonrer. Si slo abres la

puerta


by madri

La puerta de repente se abri y un grupo de personas irrumpieron en la habitacin.

-Ya era hora.- Se quej Jean-Luc.

Un escocs con un kilted3 cerr la puerta y se apoy en ella. La mirada dura en su

rostro y la espada en la mano significaban negocios. La salida digna de Heather

estaba arruinada. Ms que arruinada.

Estaba atrapada. De alguna manera, Jean-Luc Echarpe haba logrado llamar a sus

respaldos. Defecto nmero tres: era ms que obstinado. Era implacable.

Le present a sus amigos, pero apenas prest atencin. Era demasiado

malditamente frustrante. Haba luchado muy duro para aprender a cuidar de s

misma y de su hija, Bethany.

Dejar que un hombre la protegiera, era de alguna manera, como un paso gigante

hacia atrs. Sin embargo, tuvo que admitir que le pareci muy agradable al

principio. Ella se haba sentido halagada porque la encontraba atractiva.

Lo haba encontrado ciertamente atractivo antes de descubrir su complejo de

Napolen. Le haba ofrecido el trabajo de sus sueos. Oportunidades as no pasaba

a menudo, as que haba que estar loca para renunciar a ella. Estaba reaccionando

de forma exagerada porque haba presionado los botones equivocados? l era

dominante, pero haba perdido a dos amigas. Su desesperacin era comprensible.

El chico quera ser un hroe. Eso era tan malo?

Pero, qu saba ella de l? Si juzgaras a un hombre por sus amigos, Jean-Luc sera

protector y leal. As era como lucan sus amigos.

Haba un hombre alto, serio, llamado Roman Dragon algo, con su esposa y un

beb rubios. Haba otro hombre llamado Gregori, que sonrea mucho. Dos

escoceses llamados MacKay. Hermanos, tal vez. Uno llamado Robby estaba

vigilando la puerta. El otro, Angus, estaba casado con una hermosa morena

3 kilted- Falda por la rodilla con pliegues profundos, por lo general con un tartn de lana, usado

como parte del vestido de los hombres en las Highlands escocesas.


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llamada Emma. Ahora que lo pensaba, todos eran excepcionalmente bien

parecidos.

-Son modelos?- Pregunt Heather cuando los hombres se apresuraron hacia Jean-

Luc en la habitacin, dejndola a ella con las mujeres y el beb.

Shanna se ech a rer mientras jugaba con el beb en brazos.

-De ninguna manera. Soy dentista. Mi marido es el dueo de Industrias Romatech

y Gregori es uno de sus vicepresidentes. Angus MacKay, es el Director General de

Seguridad e Investigacin.

-Oh. - Heather mir hacia la puerta. Robby an la custodiaba. Ella no ira a ningn

lugar en algn tiempo.

Emma le sonri.

-Luchaste bien.

-Gracias. - Heather se imagin que ahora que estaba atrapada podra pescar ms

informacin. -Qu sabes sobre Louie?

Shanna cambi el nio regordete de cadera.

-Es una historia triste. Ha perseguido a Jean-Luc durante mucho tiempo.

-Angus me cont algo mientras bajbamos, -continu Emma con un ligero acento

britnico. -Lui asesin a dos de las novias de Jean-Luc en el pasado.

-Yo no soy su novia, -murmur Heather. -Al Sr. Echarpe lo conoc esta noche.

-No importa, -dijo Emma. -Mientras que Lui piense que los dos tienen una

relacin, sers un objetivo.

-Puedo entender tu renuencia a aceptar la proteccin de Jean-Luc, -admiti

Shanna. Yo estuve una vez en una situacin similar en que Roman tena que

protegerme. Eso fue antes de que estuviramos casados.


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Heather mir a los hombres, amontonados en la sala y susurrando con urgencia

unos a los otros. Eran un grupo hermoso, pero an as, haba algo diferente en

ellos, algo que no poda identificar.

-Me llev un tiempo conocer a Roman y confiar en l,- continu Shanna.

Entiendo tu renuencia a confiar en un extrao, pero conozco a Jean-Luc desde hace

dos aos y es un hombre digno de confianza. Dulce como puede ser. Siempre se

preocupa por Roman y por m.

-l vino a mi rescate, tambin, -agreg Emma. -Es el mejor espadachn de Europa.

-Eso he odo. suspir Heather. Sus amigos parecan estarlo enalteciendo. Mir a

Jean-Luc.

No tena la menor duda de que era un tipo capaz. Tena el cuerpo de un atleta y

ella haba visto lo rpido e imaginativo que era en accin. Su elegante esmoquin no

ocultaba su aura de fuerza y peligro. Slo le haca parecer ms como James Bond. Y

James Bond siempre consegua a la bella chica al final.

Su corazn se estremeci en su pecho. Que Dios la ayudara, quera ser la chica

bella.

Defecto nmero cuatro: demasiado guapo para su propio bien.

-Es guapo, no te parece?-Susurro Shanna.

Heather salt. Mierda, la haba pillado comindoselo con los ojos.

Emma le dirigi una sonrisa de complicidad. Incluso el beb en la cadera de

Shanna ri junto con su mam.

-De acuerdo, as que es un tipo atractivo. Eso no quiere decir que necesite su

ayuda, -protest Heather. Puedo cuidar de m misma.

Emma dejo de sonrer. -No entiendes lo peligroso que es Lui.

-El tipo sali corriendo tan pronto como lo superaron en nmero. No es tan

peligroso.


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Emma baj la voz. -Las puertas cerradas no pueden detenerlo. l puede entrar en

tu casa cada vez que quiera. Nunca lo oirs. Puede aparecer detrs de ti en

cualquier momento. Antes de que sepas qu sucede, tu garganta estar abierta en

dos.

Heather trag saliva y luch contra el impulso de mirar por encima de su hombro.

Maldita sea, estaba empezando a asustarse. Su voz comenz a subir. -No puede ser

tan malo. No es como si el hombre realmente pudiera desaparecer o aparecer a

voluntad. Lo haces que suene como si fuera una especie de criatura nocturna

sobrenatural.-Sus palabras hicieron eco en una sala repentinamente silenciosa.

El grupo de los hombres se volvi para mirarla. La cara de Heather se calent por

el rubor.

Incluso en un saln de clases de Guadalupe High, nunca haba recibido ese tipo de

atencin sin excepciones.

El silencio se prolong mientras que los hombres la miraban. Emma y Shanna se

miraron, entonces se echaron a rer. El nio grit y agit los brazos hacia Heather.

-Quiere que lo cargues.

Shanna lo empuj a los brazos de Heather.

El beb cogi un puado de pelo de Heather y le trajo gratos recuerdos de la

primera infancia de Bethany. Heather sonri a las rechonchas mejillas rojas y

brillantes ojos azules del pequeo.

-Es adorable. Cmo se llama?

-Constantine,- respondi Shanna. -He odo que tienes una hija.

Heather poda ver hacia donde iba. Trataban de utilizar a su hija para hacerla

sentir culpable y que aceptara la oferta de Jean-Luc.

-Tiene cuatro aos. Y puedo protegernos a ambas. Hered una escopeta de mi

padre.


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Shanna hizo una mueca de dolor. -Guardas un arma en casa con una nia?

Heather apret los dientes. No se tomaba nada ms en serio que ser una buena

mam.

-No la tengo cargada. Por supuesto, ahora tendr que conseguir algunas

municiones.

Los ojos de Emma brillaron con aprobacin. -Sabes disparar?

-S. Mi padre me ense todo sobre in arma segura. Era un experto.

-Qu le pas?- Pregunt Shanna.

-Le... dispararon.

Shanna hizo una mueca.

-Fue en el cumplimiento de su deber, -aadi Heather. -Era el Sheriff de la ciudad.

-Desafortunadamente, eso demuestra que incluso el mejor de los profesionales

puede morir, -dijo Emma. -Necesitas ayuda para proteger a tu hija. No puedes

permanecer despierta y en alerta 24/7.

-Fidelia tambin cuenta.

Shanna qued sin aliento. -Con cuatro aos, tiene un arma?

-No, por supuesto que no- Resopl Heather. -Nunca dejara a mi hija alrededor de

un arma.- Hizo una mueca. Eso no era del todo cierto. Fidelia haba dejado claro

que ella nunca iba a ninguna parte sin sus armas. -Fidelia es la niera que vive

conmigo y una vieja amiga de la familia. Ella hara cualquier cosa para protegernos

a Bethany y a m.

-As que hay dos mujeres en tu casa que saben disparar?- Pregunt Emma,

sonriendo. -Te gustara tener tres?

Shanna sonri. -Eso es una gran idea.

-Qu?-Dijo Heather colocando en la cadera al beb Constantine.


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-Pero, crees que a Angus le importar? - Shanna se inclin hacia Heather y

susurr: -Estn recin casados.

-Hemos estado casados un ao, as que no creo que unas noches separados, maten

a Angus.- Emma protest. -Qu piensas, Heather?

-Es muy amable de tu parte querer ayudar, pero...- Heather hizo una mueca de

dolor cuando el beb le tir del pelo.

-Soy vicepresidente en Seguridad e Investigacin MacKay, -explic Emma. -Y soy

una ex-empleada del MI6 y la CIA, as que ser una guardaespaldas muy buena.

Heather estaba impresionada. -Realmente aprecio tu oferta, pero mis fondos son

muy limitados

-Sin cargos, interrumpido Emma. -Jean-Luc nos ayud a Angus y a m cuando

estbamos en problemas. Le debo una.

-Es la solucin perfecta -Concluy Shanna.

Constantine le tir una vez ms del pelo a Heather y lo mir. Sus ojos capturaron

su atencin.

-Mis das estn... ocupados, por lo que slo podra estar contigo por la noche, -

continu Emma. - Eso les dar a ti y a tu niera la oportunidad de dormir, por lo

que estars en mejores condiciones para protegeros durante el da.

-Entiendo.- Una aceptacin tranquila se filtr en Heather mientras el beb le

sonrea. -Gracias Emma. Estoy encantada de contar con tu ayuda.

-Bien! Voy a contarles a los chicos lo que hemos decidido y despus podremos

irnos.

Emma se dirigi a grandes pasos hacia el grupo de hombres.

Constantine solt el pelo de Heather. -Puedes bajarme ahora.

Ella parpade. La voz del nio era muy clara. Y haba algo extraamente

inteligente en sus ojos. Ella lo puso en el suelo.


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-Qu edad tiene?

-Diecisiete meses -Dijo Shanna.

Heather le vio caminar tranquilamente hacia su madre. -Es un nio especial.

Shanna sonri con orgullo. -S, lo es.

***

Treinta minutos ms tarde, Heather llegaba con su camioneta Chevy a la entrada

de su casa en Schnitzelberg.

-Bonita casa.

Emma abri la puerta del acompaante para salir.

-La hered de mis padres.

Heather adoraba la vieja casa estilo Reina Anna el amplio porche y el columpio.

Amaba la artesana de pan de jengibre alrededor del prtico y del balcn del

segundo piso. Pero sobre todo, le encantaba el hecho de que pudiera criar a su hija

en la misma casa donde haba crecido.

Agarr su bolso y la bolsa con la ropa interior de encaje recin comprada y los

cartuchos para la escopeta. Emma no dijo nada cuando entraron a la tienda de

descuentos, por lo que a Heather ya le gustaba.

-Por aqu.- guindola por las escaleras hasta la puerta principal.

Emma colg una bolsa de asas sobre su hombro y escane el patio delantero.

-No hay stano?

-Me gustara. Podra utilizar el espacio de almacenamiento adicional.

Heather abri la puerta principal. Ella poda or la televisin en el interior. Fidelia

an podra estar despierta.

Emma frunci el ceo cuando subi al porche.


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-Es una casa preciosa, pero muy vulnerable. De quin es la habitacin con balcn?

-El mo, pero tiene todas las ventanas y puertas cerradas.

Emma no pareca impresionada.

-Djame ir primero.

El corazn de Heather tembl. -Crees que Louie est aqu? -Con una nia en el

interior?

-No quiero correr ningn riesgo.- Emma cogi un palo de su bolsa y se meti en el

hall de entrada.

Un palo? Sera ms silencioso que una escopeta, pero Heather dudaba que fuera

ms eficiente. Sigui a Emma y cerr la puerta.

Emma se asom a la sala, a continuacin, susurr:-Es Fidelia?

Heather mir dentro. Fidelia estaba durmiendo en el sof con la televisin a todo

volumen en espaol.

-S.

Emma mir la escalera abri la puerta de vaivn que daba a la cocina.

Heather no tena paciencia para esto. Tena que saber si Bethany estaba bien. Subi

las escaleras hasta la habitacin de su hija.

La lamparita de noche apenas dejaba ver las rosas de color rosa que haba

esparcidas en las paredes y alrededor de las ventanas. Cortinas de encaje blanco

brillaban con el sol durante el da, pero ahora las persianas estaban cerradas.

Heather pas de puntillas ms all de la casa de muecas gigante y el carro de

mimbre.

La cama estaba cubierta por un edredn que Sue, su madre, haba hecho. Dej caer

su bolso y la bolsa de compras al pie de la cama. Los pies de su hija slo llegaban


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hasta la mitad de la cama. En la cabecera, rizos rubios-fresa se esparcan por la

almohada. Verla oprima el corazn de Heather.

Retir los rizos para revelar una suave mejilla. Si no alcanzaba ninguno de sus

sueos, si nunca diseaba ropa, ni nunca viajaba a Pars, no sera una gran prdida,

porque haba creado ya una obra maestra.

Te proteger, cario. Heather fue a las ventanas para asegurarse de que estaban

cerradas.

-No te alejes de m otra vez -Susurro Emma desde la puerta.

Heather se volvi. -Tuve que asegurarme de que mi hija estaba bien.

Emma asinti con la cabeza al entrar en la habitacin. -La primera planta estn

bien y todas las habitaciones del piso de arriba.

Guau, era rpida. Y meticulosa. -Hay un dormitorio de invitados cruzando el

pasillo que puedes usar.

-Gracias, pero no.- Emma coloc su bolso en el hombro. -Voy a estar toda la noche

vigilando.

-Puedes coger lo que quieras de la cocina.

Heather tuvo que admitir que dormira mucho mejor con Emma vigilando.

Gracias a Dios que haba logrado evitar a Jean-Luc Echarpe. Lo ltimo que

necesitaba era otro hombre dominante en su vida. Y un famoso diseador de

moda? Seguramente revisara su armario y tirara todo. O peor, se quedara all,

rindose.

Emma se acerc a la cama de Bethany y le susurr: -Es hermosa.

Heather asinti con la cabeza. -Es todo para m.

-Entiendo.- La sonrisa de Emma sostena un indicio de tristeza. -Me gustara ver el

tico ahora.

-Vamos.


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Heather fue al pasillo y tir de la cuerda para que bajara la escalera plegable.

-Necesitas una linterna?

-Veo muy bien en la oscuridad.- Emma subi la escalera. Se qued en el tico un

momento y luego baj. -Est despejado. Me gustara volver a mirar fuera.

-Est bien.- Heather pleg nuevamente las escaleras que daba al tico. Emma ya

haba bajado las escaleras y salido por la puerta, por lo que Heather decidi

prepararse para ir a la cama.

Cogi sus bolsas de la habitacin de Bethany y fue a su dormitorio. Cerr las

persianas de las puertas del balcn. Qu noche! Una oferta de trabajo de un

diseador famoso y una amenaza de muerte en una sola noche. Record los

acontecimientos de la noche mientras arrastraba una silla hacia el armario. Por

qu un asesino querra matar a un diseador de moda? A menos que... l fuera

algo ms que un diseador de moda. Jean-Luc tena un aura de misterio a su

alrededor, pareca un James Bond.

Con un bufido, rechaz esa teora. El espionaje internacional no estaba interesado

en Schnitzelberg, Texas. Se subi a la silla, para coger la escopeta del estante

superior de su armario, a continuacin, la llev hasta su cama. No haba dicho

Jean-Luc algo acerca de que Louie utilizaba otros nombres?

Cadillac? No, algo ms. Insert dos cartuchos

Tal vez si se relajara un poco, podra recordarlo. Siempre haba tenido una gran

memoria. Le haba dado el susto de su vida a su ex-marido, Cody, cuando record

cada uno de sus insultos y amenazas en el juzgado.

Se desvisti y se puso su pijama favorito de seda verde. Adoraba la sensacin de la

seda contra su piel desnuda, y la sensacin la calmaba siempre. Se sent en la

peluda colcha de felpilla, se acurruc contra las almohadas y cerr los ojos. Un

asesino que haba tenido muchos nombres. No era Cadillac, pero si Ravaillac. Jean-

Luc haba admitido haber detenido a Louie y por eso el asesino quera venganza.


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Qu clase de diseador de moda detena a un asesino antes de llevar a cabo su

malvado plan?

Empez a or la banda sonora de James Bond, en la cabeza. No, no poda ser.

Estaba dejando que su la imaginacin la volviera loca.

Gir su ordenador y luego arrastr su silla hacia atrs mientras arrancaba.

Busco en Google "Ravaillac" y se sent all, aturdida. Era an ms loco que su

teora de James Bond.

Franois Ravaillac haba sido ejecutado en 1610 despus de asesinar a Enrique IV.

Cuatro caballos le haban desmembrado en cuatro partes. Joder, hicieron cuatro

certificados de defuncin?

Una cosa era segura, el hombre estaba definitivamente muerto. Incluso si Louie

hubiera logrado vivir cuatrocientos aos, no poda ser Ravaillac. Y el gobierno

francs haba ordenado que el nombre infame nunca volviera a utilizarse.

En la parte inferior de la pgina web, haba un vnculo a otro asesino llamado

Damiens. Que era otro nombre que Jean-Luc haba mencionado. Hizo clic en el

enlace.

Robert-Franois Damiens haba tratado de matar al rey Luis XV en 1757. Haba

fracasado y lo haban descuartizado como premio. Una vez ms, los franceses

haban pedido que el nombre no pudiera ser utilizado de nuevo.

Una bsqueda de Jacques Clment arroj resultados similares. Haba matado a rey

Enrique III en 1589. Haba sido descuartizado y quemado. Como profesora de

historia, Heather encontr todo fascinante, pero confuso. Simplemente no tena

sentido. Jean-Luc estaba equivocado o mintiendo deliberadamente o... algo muy

extrao estaba pasando.

Esto la trajo a la lista de defectos de Jean-Luc que ya iba por el nmero cinco: la

ambigedad. Cmo poda confiar en l si su historia no tena sentido?

Se oy un golpe suave en la puerta y Heather rpidamente minimiz la pantalla.


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-S?

La puerta se abri y Emma se asom dentro.

-Slo quiero que sepas todo est seguro. Puedes relajarte por esta noche. Me ir un

poco antes del amanecer.

-Gracias.

-Fidelia se despert, as que le dije lo que estaba pasando. Insiste en leer mi

futuro.

-Ah, es cierto.- Heather asinti con la cabeza. -Echa las cartas del tarot a cualquier

persona que llega a la casa. Es su manera de protegernos.

-Junto con sus armas? Parece interesante. -Emma mir la computadora de

Heather.

-Pones al da el correo electrnico?

-S. Voy a tardar un minuto.

-Muy bien. Por favor, deja la puerta un poco abierta, para que pueda comprobarte

durante la noche.

-Est bien. -Heather esper a que Emma saliera y luego se volvi de nuevo a su

equipo. Busc en Google a Jean-Luc Echarpe y encontr algunos sitios donde

vendan su ropa. No hizo caso y busc informacin personal. Encontr una foto de

haca un ao en su desfile anual de Pars. Cabello oscuro, ojos azules, una huella de

un hoyuelo en su sonrisa afable. Joder, cmo puede ser un hombre tan guapo?

Volvi al cuarto defecto: demasiado guapo para su propio bien.

Ella encontr un artculo reciente, traducido del diario parisino Le Monde. Todo el

mundo se preguntaba por qu Jean-Luc Echarpe no haba envejecido en treinta

aos. Hmm, tenan que referirse al padre Jean-Luc. Jean-Luc pareca tener unos

treinta aos. Al parecer el viejo Jean-Luc no se le haba visto durante varios meses.

Los medios de comunicacin sospechaban que se haba sometido a otra ciruga

esttica.


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Heather encontr otro artculo de hacia trece aos. Este tena una foto. Joder, era

exactamente el mismo que haba visto esta noche. No tena

the undead next door grupo leyendas oscuras · the undead next door grupo leyendas oscuras by madri...

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