art pedreño y monreal

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Trabajo, ciudadanía

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  • Resumen

    El objetivo de este artculo esca social. De esta forma se obel cual una serie de regiones pras sociales vulnerables, que de estas regiones ha sido carapunto de vista territorial comoterico que contempla los efela ciudadana social, al tiempoesfera productiva.

    Palabras clave: teora de la ciu

    Resum. Treball, ciutadania so

    Lobjectiu daquest article s inDaquesta manera sobserva usrie de regions perifriques enerables, que afebleixen la ciutha estat caracteritzada com a territorial com el que aqu es ptempla els efectes de la reestrumateix temps que constata le

    Paraules clau: teoria de la ciudel risc.

    Abstract. Work, social citizens

    The objective of this article is policy. A process of diferenciaperipheral regions experienceweaken social citizenship. Thnerable regions. It legitimateis a theoretical framework tha

    Papers 63/64, 2001 47-66

    Trabajo, ciudadana social y riesgo biogrficoen regiones perifricas

    Juan MonrealAndrs PedreoUniversidad de Murcia. Facultad de Economa y EmpresaDepartamento de Sociologa y Poltica SocialCampus Universitario. 30100 [email protected]@fcu.um.es

    Papers 63/64 001-203 16/7/01 10:09 Pgina 47 introducir la dimensin territorial en el anlisis de la polti-serva un proceso de diferenciacin del espacio europeo, enerifricas experimentan un proceso de extensin de catego-debilitan la ciudadana social. La lgica social caractersticacterizada como regiones vulnerables, lo cual legitima un el que aqu se propone. Nuestro punto de partida es un marcoctos de la reestructuracin del trabajo sobre los derechos de que constata las lneas de incorporacin de lo poltico en la

    dadana, vulnerabilidad social y regiones, sociedad del riesgo.

    cial i risc biogrfic en regions perifriques

    troduir la dimensi territorial en lanlisi de la poltica social.n procs de diferenciaci de lespai europeu, en el qual unaxperimenten un procs dextensi de categories socials vul-adania social. La lgica social caracterstica daquestes regionsregions vulnerables, la qual cosa legitima un punt de vistaroposa. El nostre punt de partida s un marc teric que con-cturaci del treball sobre els drets de la ciutadania social, als lnies dincorporaci dall poltic en lesfera productiva.

    tadania de Marshall, vulnerabilitat social i regions, societat

    hip and biographical risk in peripheral regions

    to introduce the territorial dimension in the analysis of socialcion of the European space is verified, in which a group ofs a process of extension of vulnerable social categories thate social logic of these regions has been characterized as vul-s the territorial perspective as we propose. Our starting pointt considers the effects of current work restructuring regard-

    spinardo (Murcia)

  • ing the rights of social citizenship. At the same it verifies the lines of incorporation of thepolitical thing to the productive sphere.

    Key words: citizenships theory, social vulnerability and regions, risk society.

    1. Introduccin

    En el final del siglo XX hemde vida y de trabajo, que scarcter globalizador, al tpendientemente de la ext

    Sin embargo, en Eurocamente en tres frentes ddel trabajo y del empleo,petencia y al advenimienen las relaciones sociales. de complejidad que preseen la emancipacin y la dmo, se estn produciendotes, explicables desde el ela inmigracin.

    Europa, ante estos capuestas a las nuevas situacmicas como sociales, de mni marginado por las nueciba cmo la Unin Europque proporcionen las medamente por polticas que

    La idea de una civilizde las sociedades industriprogreso de la modernidaversalizacin de la producren instituciones de mediaconsumando definitivamprogreso (Campillo, 198cio social, se realizar sobtus y desigualdad econm

    48 Papers 63/64, 2001 Juan Monreal; Andrs Pedreo

    Sumario

    1. Introduccin

    2. La teora de la ciudadana de T

    3. De la seguridad social

    4. Experiencias laborales del riesgo: indicios empricos en la regin de Murcia

    Papers 63/64 001-203 16/7/01 10:09 Pgina 48os asistido a profundas transformaciones en las formase agudizarn en este siglo XXI. Estos cambios presentanener lugar prcticamente en cualquier espacio, inde-ensin e intensidad de los mismos (Monreal, 1999).pa estos cambios se estn acusando especial y bsi-e vital importancia. En primer lugar, en el mundo

    debido, sobre todo, a unas formas globales de com-to de la sociedad informacional. En segundo lugar,stas estn cambiando, como resultado del alto nivelnta hoy lo social, pero debido tambin a un avanceiferenciacin de las estructuras familiares. Y, por lti- una serie de cambios sociodemogrficos importan-

    nvejecimiento de la poblacin y el creciente peso de

    mbios y transformaciones, debe ir encontrando res-iones a travs de sus polticas generales, tanto econ-odo que el ciudadano europeo no se sienta golpeado

    vas realidades emergentes, sino que, al contrario, per-ea es capaz de aplicar polticas y estrategias adecuadas

    jores condiciones posibles de vida, apostando decidi- generen calidad social (Beck, Maesen y Walker, 1997). acin nica est presente en la misma constitucin

    ales occidentales. El desarrollo histrico de la tesis ded plantea que las contradicciones derivadas de la uni-cin (por ejemplo, el conflicto capital-trabajo) requie-cin (que cristalizarn en el Estado social de derecho),ente una civilizacin comn en torno al ideal de5). Esta conciliacin entre los contrarios en el espa-re la base de la compatibilidad entre igualdad de esta-ica (Marshall, 1998/1950).

    .H. Marshall

    a la sociedad del riesgo

    5. Conclusiones: la produccin debiografas sociales precarizadas

    Bibliografa

  • Esta perspectiva, sin embargo, subvalora la naturaleza sociopoltica de nues-tras sociedades avanzadas (Hindess, 1993). Una serie de procesos presentes enla estructura social, tales como la presencia de bolsas importantes de subpro-letariado en nuestras sociedades, con esa experiencia vital de falta de porve-nir (Bourdieu, 1999a: 309) propia de esas situaciones sociales, o la persis-tencia de las discriminaciones de gnero y etnia, cuestionan la idea de unacivilizacin nica, desde el momento que tales situaciones implican una con-siderable dificultad material de ejercicio pleno de sus derechos de ciudadana.

    Igual consideracin cabe hacer de la idea de una Europa comunitaria o deuna sociedad europea deofrecidas a las personas ecular para construir por s1995). Obsrvese en estetrmino todos.

    Creemos que el ideal cin, establecida duranteindustrial, entre un sistemade ciudadana, y un sisteprincipios de productividaaos los derechos de ciudhasta tal punto de dotar dmico de compra y uso decapitalismo industrial esrecprocas entre capital y dadana social y sus efectdel trabajo en apndice dnan respectivamente y sinsociales se configuraron cvital inherente a la lgicaamortiguar.

    Podemos leer la teora resultante de separar la esel mundo de la producciEn el mundo de la ciudadcivilizacin gracias al re

    Hemos de reconsiderare un enfoque que busquy el sistema poltico-demde las desigualdades de gPedreo, 2000), tienen qnico-econmica, al tiempde la produccin tienen elos aos setenta una profuvas realidades sociolaboratrabajo y sociedad. En el m

    Trabajo, ciudadana social y riesgo biogrfico en regiones perifricas Papers 63/64, 2001 49

    Papers 63/64 001-203 16/7/01 10:09 Pgina 49 la informacin, donde las nuevas potencialidadesxigen de todos un esfuerzo de adaptacin, en parti- mismos su propia cualificacin (Comisin Europea, texto el efecto de integracin que busca el uso del

    de una civilizacin nica tom forma en la distin- el proceso de modernizacin propio de la sociedad poltico-administrativo, en el que rigen los principiosma econmico-tcnico, en el que predominan losd y competitividad (Pries, 1991). Durante cincuentaadana crecieron de forma continua y exponencial,e una verdadera dimensin social al proceso econ-

    fuerza de trabajo. Precisamente la edad de oro deltuvo fundada en un pacto social de contrapartidastrabajo (Boyer, 1986), donde la expansin de la ciu-os de bienestar actu de contrapeso a la conversine la mquina. Seguridad social y gran industria defi-crnicamente al ciudadano y al obrero. Las polticas

    omo seguridad social, y por tanto, la incertidumbre social de la gran industria se convirti en objetivo a

    de la ciudadana de T.H. Marshall como un productofera de la produccin y la esfera de la ciudadana. Enn, los individuos estn posicionados desigualmente.ana, los individuos estn integrados en una misma

    conocimiento de unos derechos y deberes.r crticamente esa perspectiva. Y, para ello, se requie-e la interaccin entre el sistema tcnico-econmicoocrtico. El crecimiento del subproletariado o el usonero y etnia en el proceso de trabajo (Thomas, 1985;ue ver con procesos de politizacin en la esfera tc-o que los cambios que se estn dando en el interiorfectos sobre el sistema poltico-democrtico. Desdenda reestructuracin del trabajo hace emerger nue-

    les que transforman las codificaciones fordistas entrebito del trabajo, la informalizacin y la desregulacin

  • del trabajo se extienden, horadando los presupuestos de la ciudadana social. Enel mbito de la sociedad, en el modelo de estratificacin social competitivaque caracteriza a la actual estructura social (Ort, 1992), el riesgo y la incerti-dumbre se consideran factores positivos de estmulo a la libre competencia. Elresultado de este conjunto de cambios es cada vez una mayor fractura entretrabajo y ciudadana social. El derecho del trabajo sufre un retroceso que con-gela el crecimiento progresivo experimentado durante ms de sesenta aos. Laseguridad social deja paso a la sociedad del riesgo.

    La problemtica que planteamos en este artculo incorpora la dimensinterritorial de las desigualddiferenciacin del espacio nes perifricas experimenvulnerables que debilitanregiones ha de tenerse muse instituye como socieda

    2. La teora de la ciudad

    T.H. Marshall propone,plantea la compatibilidadchos formales de ciudadade que la propia ciudadatecto de una desigualdad

    La idea de ciudadanse concede a los miembrciarios son iguales en cuano existe un principio uobligaciones, las sociedarrollo crean la imagen dey es objeto de las aspiracias trazada proporcionanquecimiento del conteniddisfrutan de l (Marsha

    Comprender el desplvo del estudio de Marshatres partes (p. 22), que sdel capitalismo. As sealla libertad individual), uejercicio del poder poltitodo el espectro, desde el

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    1. El desarrollo de la negociaciudadana poltica: []industrial paralelo al sisteop. cit.: 49).

    Papers 63/64 001-203 16/7/01 10:09 Pgina 50ades sociales. De este modo se constata un proceso deeuropeo (Monreal, 1986), en el que una serie de regio-tan un proceso de extensin de categoras laborales

    a la ciudadana social. La lgica social propia de estasy presente para evaluar esa civilizacin comn qued europea de la informacin.

    ana de T.H. Marshall

    en su obra de 1950, una hiptesis sociolgica que entre una igualdad bsica fundamentada en los dere-na y las desigualdades de clase: [] hasta tal puntona se ha convertido, en ciertos aspectos, en el arqui- social legitimada (Marshall, 1998/e.o. 1950: 22).

    a fue definida por Marshall como aquel estatus queos de pleno derecho de una comunidad. Sus benefi-nto a los derechos y privilegios que implica. Aunqueniversal que determine cules son los derechos y lasdes donde la ciudadana es una institucin en desa- una ciudadana ideal que sirve para calcular el xitoones. Las conquistas que se producen en la direccin una medida ms acabada de la igualdad, un enri-o de ese estatus y un aumento del nmero de los que

    ll, op. cit.: 37). iegue histrico de la idea de ciudadana es el objeti-ll. Para ello propone una divisin de la ciudadana ene corresponde con respectivos estadios de la historiaar un elemento civil (los derechos necesarios paran elemento poltico (el derecho a participar en elco)1 y, por ltimo, un elemento social que abarca derecho a la seguridad y a un mnimo bienestar eco-

    cin colectiva en el mundo del trabajo lo contempla dentro de la el sindicalismo ha creado un sistema secundario de ciudadanama de ciudadana poltica, y complementario de l (Marshall,

  • nmico al de compartir plenamente la herencia social y vivir la vida de un sercivilizado conforme a los estndares predominantes en la sociedad (Marshall,op. cit.: 23).

    Es en el periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial cuando se conso-lida en los pases del capitalismo avanzado un sistema de ciudadana plena,que Marshall no lo entiende como un medio de igualar las rentas, sino comoun dispositivo por el cual minimizar los riesgos sociales que el mercado intro-duce en la vida social. Es precisamente este hecho lo substancial del problemaplanteado por Marshall. Los derechos de ciudadana producen un enrique-cimiento general del contgeneralizada del riesgo y lalos menos y los ms afortMarshall la ciudadana pozacin nica (p. 75).

    Sobre la teora de ciudticas, destacando unos supectiva evolucionista del mente aqullas que han cepresentan un cuestionamdesvelar la inconsistencia fueran comunidades de c(1998) resalta las desigualddades, e incide en una culas limitaciones econmicderechos formalmente es(1993), Marshall acierta eciudadana en el discurso tamiento de la ciudadanadamente realizado. Y destinadecuada: a) en su conlibre e independiente proforma en que tienen conotras) (Hindess, 1993: 3nes entre gnero y ciudadder que la significativa imso poltico occidental nigualitariamente (p. 33).

    3. De la seguridad social

    Tras la crisis econmica draciones econmicas y socha teorizado el actual camindustrial, basada en la prgo, basada en la producci

    Trabajo, ciudadana social y riesgo biogrfico en regiones perifricas Papers 63/64, 2001 51

    Papers 63/64 001-203 16/7/01 10:09 Pgina 51enido concreto de la vida civilizada, una reduccin inseguridad, una igualacin a todos los niveles entreunados (Marshall, op. cit.: 59). En definitiva, parasibilita una poblacin cohesionada por una civili-

    adana de Marshall se han realizado numerosas cr- anglocentrismo (Turner, 1993), y otros su pers-cambio social (Giddens, 1996). Sin embargo, sola-ntrado sus crticas en la nocin de civilizacin nicaiento del ncleo central de la teora de Marshall, alde una visin de las sociedades occidentales como siiudadanos (Hindess, 1993). Por ejemplo, Bottomoreades tnicas y de gnero existentes en nuestras socie-estin que Marshall trata con ligereza, el hecho deas y de clase que se oponen al ejercicio efectivo de lostablecidos (Bottomore, 1998: 137). Para Hindessn su insistencia sobre el significado del principio depoltico contemporneo, pero se equivoca en su tra- como un estatus que ha sido ms o menos adecua-aca dos de los puntos donde la teora de Marshall escepcin liberal de la ciudadana como una personategida por derechos, que le lleva a minusvalorar lasecuencias la influencia de las ideas polticas (y de3), y b) en la ausencia de un anlisis de las relacio-ana, que impide a la teora de Marshall compren-portancia del principio de ciudadana en el discur-

    o asegura que hombres y mujeres sern tratados

    a la sociedad del riesgo

    e los aos setenta, una serie de sucesivas reestructu-iales extienden las situaciones de riesgo social. Beckbio social como la transformacin de una sociedadoduccin social de riqueza, a una sociedad del ries-n social de riesgos (Beck, 1998a).

  • Para Beck la amplitud de la esfera del riesgo y de la incertidumbre es elrasgo ms destacado del capitalismo tardo. Si en la sociedad industrial el eje deproduccin defina la distribucin de los recursos entre capital y trabajo, loque caracteriza a la sociedad del riesgo es una nueva forma de estratificacinsocial generada por la produccin y la distribucin del riesgo. La crisis ecol-gica, el cuestionamiento del proyecto de capitalismo de bienestar y la globali-zacin son las tendencias sociales bsicas sobre las que se edifica la sociedaddel riesgo. Los riesgos ambientales traspasan las naciones. El capital circula porflujos globales financieros imponiendo a los Estados nacin progresivamentedebilitados sus condicionbin erosiona cada vez mtable, la multiplicacin dsocial.

    Una de las ideas ms del riesgo como una nueliza en una serie de mbi

    En primer lugar, se osis del capitalismo de bieel retorno de una considertura empresarial de la reaaquellas variables socioecca pura del mercado, ha

    Su poder se basa, comdel riesgo, en donde todgustica de la amenaza, sesociales y polticos a adoptventajosas para la rentabaqullas que garantizan globalizacin posibilita qnivel planetario, puedanslo de la economa, sinodo slo fuera por el podemateriales (capital, impu

    Es este tipo de sociedates asistamos a la introdupblico hasta cuestionar lvatizacin de parcelas delbajo, etc. Del mismo mopo, un proceso de localizhan recogido los papelessociedades como regionreduccin de costes que binsercin de los sistemas

    Esta subpoltica coduccin a gran escala de

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    Papers 63/64 001-203 16/7/01 10:09 Pgina 52es de rentabilidad. La globalizacin de lo social tam-s las viejas fronteras nacionales. En este mundo ines-

    el riesgo impone una lgica propia de estructuracin

    destacables de Beck es su concepcin de la sociedadva politizacin de lo social. Esta subpoltica crista-tos diversos y en direcciones diferentes.bserva una (re)politizacin del empresariado. La cri-nestar y la globalizacin de la economa ha supuestoable cuota de poder poltico al empresariado. Una lec-lidad que enfatiza como males de la economa todasonmicas que impiden el funcionamiento de la lgi-terminado imponindose.o indica Beck (1998b: 169), en una escenificacina una serie de discursos, que adoptan la forma lin-

    ponen en circulacin para obligar al resto de actoresar las medidas necesarias para fijar las condiciones msilidad de las inversiones de capital, que son siemprela plena hegemona del mercado. De esta forma, laue los empresarios, sobre todo los que se mueven a desempear un papel clave en la configuracin no tambin de la sociedad en su conjunto, aun cuan-

    r que tienen para privar a la sociedad de sus recursosestos, puestos de trabajo) (Beck, 1998b: 16).d del riesgo lo que ha posibilitado que en todas par-ccin de medidas tales como la reduccin del gastoa estabilidad del Estado de bienestar, la creciente pri- mbito colectivo, la flexibilidad del mercado de tra-do, como la globalizacin conlleva, al mismo tiem-acin, los poderes regionales econmicos y polticos de la escenificacin del riesgo para moldear suses vulnerables, en una estrategia competitiva porusca atraer inversiones del capital global o asegurar laproductivos locales en el mercado global.nforma nuevos espacios de riesgo, esto es, la intro-la inseguridad en el horizonte del asalariado ante la

  • continua expansin de la precariedad laboral y el desempleo en un procesode continua y permanente reconversin del tiempo laboral. Como ha escritoBourdieu (1999b: 141) a propsito del proyecto neoliberal el fundamentoltimo de todo ese orden econmico situado bajo la invocacin de la libertadde los individuos es, en efecto, la violencia estructural del paro, la precariedady el miedo que inspira la amenaza del despido: la condicin del funciona-miento armonioso del modelo micro-econmico individualista [] reside,en ltimo trmino, en un fenmeno de masas, la existencia del ejrcito dereserva de los parados.

    De esta forma, tambila esfera del trabajo. Enguientemente, el debilitamseparada de la esfera del trumentales generan proCastel ha propuesto la nque articula la crisis del tde pauperizacin y exclusocurriendo en las situaciode pobreza absoluta con precariedad que, con frec

    La constitucin de regde deterioro de la calidadto dinmico de vulnerabpresin sociolgica de esregiones donde los indici1989) hacen pensar que centro de su estructura so

    4. Experiencias laboralesde Murcia

    Desde hace unos aos invriencias de vida de las nue(Monreal, 1991). Nos helos que siguen: cmo seentre trabajo y ciudadanaral de la incertidumbre ymos son nuestros primerta seguir profundizando.

    Ha llamado la atencinecesidad de afrontar la una forma no genricaencontrar figuras y relaeconoma (p. 89). Atendla base material de la regi

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    Papers 63/64 001-203 16/7/01 10:09 Pgina 53n la sociedad del riesgo entraa una politizacin de efecto, la cuestin de la exclusin social y, consi-

    iento de la ciudadana social, no cabe comprenderlatrabajo. En efecto, las empresas y sus decisiones ins-blemas de exclusin social. En este sentido, Robertocin de vulnerabilidad social como proceso socialrabajo, del empleo y de la poltica con las situacionesin social: sera mejor poner en relacin lo que estnes de marginalidad extrema, de aislamiento social,

    la configuracin de situaciones de vulnerabilidad, deuencia, las preceden y alimentan (Castel, 1995: 28).iones vulnerables implica un enorme riesgo potencial social de estos espacios, si nos atenemos al concep-ilidad social propuesto por Castel. Por ello, la com-tos procesos se torna objetivo prioritario en aquellasos de sujetos sociales frgiles (Valera y lvarez-Ura,la vulnerabilidad social se ha localizado en el mismocial.

    del riesgo: indicios empricos en la regin

    estigamos sobre las condiciones de trabajo y las expe-vas realidades obreras presentes en la regin de Murciamos interesado por plantearnos interrogantes como manifiesta en las regiones meridionales la fractura social?, en qu est consistiendo la experiencia labo- del riesgo en estas regiones? Lo que aqu presenta-os datos, a espera de que la investigacin nos permi-

    n el socilogo italiano Arnaldo Bagnasco sobre lapresente reestructuracin de la estructura social de (Bagnasco, 1997: 115), proponiendo, ms bien,ciones sociales especficas, en zonas especficas de laiendo a esta advertencia metodolgica, diremos que

    n de Murcia es un capitalismo de pequea y media-

  • na empresa, mayormente rural, aunque no exclusivamente. No es aqu el lugarpara desarrollar ni defender tal tesis. Nos conformamos con situarnos en esepunto de partida de cara a explorar algunas de las figuras obreras que apare-cen en esa zona especfica de la economa, para extraer algunas reflexionesque nos permitan vislumbrar indicios de tendencias de una situacin socialque, cada vez ms, define un espacio regional de vulnerabilidad social.

    Una vez situados en la realidad concreta, proponemos centrarnos en cincocuestiones relevantes de las relaciones de trabajo presentes en la regin mur-ciana: la centralidad del trabajador eventual en la estructura social; los cam-bios en las relaciones de tde un potentsimo polo pgresiva feminizacin de sisla presencia cada vez masos de nomadismo labor

    La eventualidad del traba

    Los datos de la Encuestaindican que la mitad de l(es decir, un 51,3% estincluye dentro de la pob44,2% de la poblacin adque disponen del mediodistribucin de la riquezla perspectiva del gnerobilidades tienen de accedde los varones), las que s9,2% de los varones), etc

    Sin embargo, la realidmacin a la realidad dibma sumergida, que aparsencia del empleo informni cotizacin a la Seguridlas tasas ms elevadas del80 una amplia encuesta desta situacin afectaba a

    54 Papers 63/64, 2001 Juan Monreal; Andrs Pedreo

    2. La referencia es Secretaray CIS (1986). Un recientpor el profesor Jose MarEconoma Sumergida (1sobre el peso de la economel mayor porcentaje de irrdo de Baleares con un 23ma sumergida en el Produ

    Papers 63/64 001-203 16/7/01 10:09 Pgina 54rabajo introducidos por la implantacin en la reginroductivo en torno a la agricultura industrial; la pro-temas productivos relevantes de la economa murciana;yor de una fuerza de trabajo inmigrante, y los proce-al.

    jo en el centro de la estructura social regional

    de Poblacin Activa (EPA, tercer trimestre de 1999)a poblacin adulta murciana se define como activa ocupada o busca trabajo), de la cual un 13,9% selacin desempleada. Todo ello nos advierte que unulta est dentro del espacio de las posiciones sociales que se considera ms importante para acceder a laa regional. Si los datos estadsticos se analizan desde, se aprecian que son las mujeres las que menos posi-er a un trabajo remunerado (un 29% frente a un 60%ufren las mayores tasas de paro (un 22,1% frente al.ad dibujada por la estadstica es solamente una aproxi-ujada por la informalizacin del empleo y la econo-ece como opaca para las estadsticas oficiales. La pre-al y sumergido (trabajos remunerados sin contratoad Social) alcanza, segn los estudios ms recientes,

    conjunto del territorio espaol. Ya a mediados de losel gobierno constataba tal afirmacin, de manera quecasi un tercio de sus trabajadores (32%)2.

    General de Economa y Planificacin (Ministerio de Economa)e trabajo realizado por la Universidad de Zaragoza, coordinadoa Serrano, bajo el ttulo de Desigualdades Territoriales en la999), ofrece los datos ms actualizados hasta ahora en Espaaa sumergida. En dicho estudio la regin de Murcia aparece con

    egularidad laboral del conjunto de Espaa, con un 30,3%, segui-,5%, Galicia con un 22,3%, etc. En cuanto al peso de la econo-cto Interior Bruto (PIB), la regin de Murcia alcanza un 14,6%.

  • Estas pinceladas sobre el mercado de trabajo regional muestran que laenorme tasa de eventualidad laboral existente en la regin (situada desde haceaos, segn la EPA, alrededor del 40% de la poblacin ocupada) est hacien-do de un autntico puente entre la zona de integracin social del empleo for-mal y la zona de vulnerabilidad del empleo sumergido. La eventualidad se hainstalado en el mismo centro de la estructura social, y prcticamente todaslas categoras ocupacionales se ven afectadas por la misma. Y es precisamen-te este hecho el que precede y alimenta aquellos mbitos del espacio socialque concentran, de forma cada vez ms ampliada, la poblacin vulnerabley/o excluida.

    A continuacin se ancultura industrial. Es un regional murciana, y al mcado de trabajo. Ello lo clas realidades sociales que

    Reestructuracin del trabade las factoras vegetales

    La economa murciana hduccin final agraria espexpansin espectacular dpermite el asentamiento palmente en torno a la hoagrario de Murcia en el una importantsima induespecialmente estratgicolos efectos dominantes yeconmica.

    La globalizacin de la divisin internacional deltros de consumo y las cadcapitalismo avanzado (Uproduccin tienden a iminternacional del trabajozonas tradicionales de proflores, tales como el sur cios productivos del Medclimticas y, sobre todo, eny a bajo precio.

    De esta forma ha termropea del trabajo agrcola

    Trabajo, ciudadana social y riesgo biogrfico en regiones perifricas Papers 63/64, 2001 55

    3. La superficie de regado pa

    Papers 63/64 001-203 16/7/01 10:09 Pgina 55aliza un sistema productivo concreto, el de la agri-sector con una importancia central para la economaismo tiempo refleja una situacin lmite de mer-

    onvierte en un escenario privilegiado donde detectar este artculo analiza.

    jo en la agricultura: del jornalero al obrero

    a pasado de representar un estrecho 1,7% de la pro-aola en 1950 a contribuir con el 5% en 1992. Lael regado, que casi se ha triplicado en estos aos3,de un potentsimo polo productivo agrcola, princi-rtofruticultura en fresco, que explica el protagonismocontexto espaol. Alrededor del regado ha crecidostria alimentaria, que se ha convertido en un sector en la estructura econmica regional, sobre todo por dinmicos que genera sobre el resto de la actividad

    agricultura hortofrutcola en fresco implica una nueva trabajo (Bonnano, 1994: 17-18), por la cual los cen-enas de distribucin se concentran en los pases delSA, Europa y Japn), mientras que las unidades deplantarse en los pases del sur. Esta misma divisin se proyecta sobre el mapa europeo. En efecto, a lasduccin intensiva de productos hortofrutcolas o de

    de Inglaterra o Holanda, se suman los nuevos espa-iterrneo, cuyo gran atractivo reside en las ventajas la amplia disponibilidad de mano de obra abundante

    inado consolidndose una nueva divisin intraeu-: es en los pases centrales de la Unin Europea donde

    sa de 69.700 hectreas en 1950, a las 191.600 hectreas en 1992.

  • se definen los nichos de consumo y los mercados de primera calidad del pro-ducto en fresco, as como el control de la comercializacin por parte de lasgrandes cadenas de distribucin, mientras que en los pases mediterrneos se con-centra la produccin. Igualmente, es en las regiones del norte donde se danlos procesos de Investigacin y Desarrollo (semillas, fitosanitarios, investiga-cin gentica, etc.), mientras que en el sur se manifiesta una dependencia tec-nolgica de la produccin (Pedreo, 2000b).

    La especializacin regional de la produccin agrcola est ntimamente liga-da a la disponibilidad de un mercado de trabajo abundante, y cuyo coste demano de obra es extremadtra en su organizacin dna. En efecto, la nueva atante sobre el total de lexplicativas de este fencin/centralizacin de ca2) la necesidad de una cusivos, 3) la expansin de producto agrcola para in

    La estructura ocupacdimensiones, tal y como

    Segn modo de vinculaciLa estructura ocupacionanitorio la amplia base deen la tabla 1 que la tasadecir, segn la ratio, tres

    56 Papers 63/64, 2001 Juan Monreal; Andrs Pedreo

    4. Etxezarreta (1994) confirmde la agricultura espaolauna agricultura de tipo emtrabajo asalariado, tanto fha aumentado desde el 28ao base al 38,9% en 199

    Tabla 1. Tasa de salarizacin

    Tasa de asalarizacinPoblacin asalariadaTotal de poblacin ocupad

    Fuente: elaboracin propia a p

    Papers 63/64 001-203 16/7/01 10:09 Pgina 56amente bajo. Esta especializacin productiva se mues-el trabajo altamente consumidora de energa huma-gricultura conlleva un proceso de salarizacin impor-a poblacin activa agraria. Las principales causasmeno responden a tres procesos: 1) la concentra-pital en unidades productivas relativamente grandes,antiosa mano de obra requerida por los cultivos inten-la fase del proceso de manipulado y confeccin delcorporarle valor aadido al mismo.

    ional de la agricultura murciana est definida por seis viene avalado por los datos estadsticos de apoyo:

    n a la actividadl de la agricultura murciana presenta como rasgo defi- relacin salarial sobre la que se sustenta. Puede verse de salarizacin representa un total del 71,38%. Es de cada cuatro activos agrcolas son asalariados4.

    a esta tendencia de formacin de una agricultura salarial, a nivel: Actualmente en todas las zonas agrarias se est expandiendopresarial que recurre cada vez con ms frecuencia y amplitud al

    ijo como, y sobre todo, eventual (p. 124). El trabajo asalariado,6% en 1982 al 31,3% en 1987, o desde el 36,5% en el mismo0, segn la fuente que se utilice (p. 135).

    por sexo en el sector agrario de la regin de Murcia en 1991.

    Total Varones Mujeres70,9% 67,8% 82,6%29.418 22.145 7.273

    a 41.458 32.656 8.802

    artir del censo de poblacin de 1991, INE.

  • Segn situacin profesionaLa preeminencia de la recultura murciana tambintabla muestran la imporNtese que el nico gruempresarios con asalariagresivamente, hecho quemitad en el mismo perio

    Segn modalidad de contrLa eventualidad continla. Alrededor del 60% de

    El marco institucioncomo relacin laboral bvamente las relaciones soccretas de dbil vertebracilizacin, permiti la persa emigrar o empujado a c

    Posteriormente, tras bilidad laboral, la dura cno de la emigracin, suponuevas formas a la tradicipo, ha de destacarse ciertuna (muy) leve tendenc

    Segn la divisin del trabEn cuanto al gnero (tablnes pierden la tercera pams del doble.

    Trabajo, ciudadana social y riesgo biogrfico en regiones perifricas Papers 63/64, 2001 57

    Tabla 2. Evolucin de la poblacin ocupada del sector agrario segn la situacinprofesional de la regin de Murcia entre 1981 y 1991.

    Tasa media de crecimiento1981 1991 1981-1991

    Empresarios con asalariados 678 1.552 128,9%Empresarios sin asalariados 10.755 9.378 12,8%Miembros de cooperativas 494 174 64,8%Asalariados fijos 5.955 5.322 11,9%Asalariados eventualesAyudas familiaresOtra situacinTotal

    Fuente: elaboracin propia a p

    Papers 63/64 001-203 16/7/01 10:09 Pgina 57llacin salarial como relacin social bsica de la agri- se refleja en los datos de la tabla 2. Los datos de estatante polarizacin entre propietarios y asalariados.po que crece en volumen entre 1981 y 1991 son losdos. La agricultura familiar pierde importancia pro- motiva que las ayudas familiares se reduzcan a lado.

    atacina siendo el rasgo bsico de la relacin salarial agrco- los ocupados agrarios son eventuales (tabla 2).al contina reproduciendo el jornalerismo eventualsica, en una agricultura que ha consolidado definiti-iales de produccin capitalistas. Las condiciones con-

    n de la estructura social por el modelo de industria-istencia de un excedente de poblacin rural, obligadoircular en el empleo estacional, eventual y/o informal.el impacto de la crisis de 1973, las polticas de flexi-ompetencia internacional de los mercados y el retor-nen el asentamiento de nuevas condiciones para traeronal eventualidad jornalera. Aunque, al mismo tiem-a estabilidad en la evolucin de los asalariados fijos yia a la disminucin de los trabajadores eventuales.

    ajo por gneroa 3), entre 1981 y 1991 los asalariados agrcolas varo-rte de sus efectivos, al tiempo que las mujeres crecen

    29.586 24.096 18,6%1.904 843 55,7%

    197 93 52,8%49.567 41.458 16,4%

    artir de los censos de poblacin de 1981 y 1991, INE.

  • En el proceso de trabaintensivos del litoral murde mano de obra asalariadderable5.

    Segn la divisin del trabaProgresivamente, la relaciuna componente tnica cainvisible y marginada cinmigrantes procedentes marroqu estn realizafenmenos sociolgicos y

    Secularmente un nmde carcter nmada e itinforma de obtencin de unsecular condicin de m

    Desde mediados de loques ha ido insertndose de mano de obra local y chan solventado para la emobra abundante, barata yen menor medida que la ppos murcianos un nmerosenegaleses, ecuatorianos,

    58 Papers 63/64, 2001 Juan Monreal; Andrs Pedreo

    5. El anlisis de un municipicaso del mercado de trabajode hecho de 15.250 personjunto con guilas, tambinla produccin de tomate d

    En efecto, el anlisis desjo en Mazarrn que en la ttanto para 1986 (un 29,65%Igualmente, la tasa de ocup1986 un 89,8% en Mazar75,22%. La tasa de paro f

    Tabla 3. Evolucin de los asalariados agrcolas en la regin de Murcia entre 1981 y1991 por sexo.

    Varones Mujeres1981 33.392 3.3901991 22.284 7.308Tasa media de crecimiento 1981-1991 33,3% 122,1%

    Fuente: elaboracin propia a partir de los censos de poblacin de 1981 y 1991, INE.

    Papers 63/64 001-203 16/7/01 10:09 Pgina 58jo agroindustrial y en la agricultura de los regadosciano, donde mayormente se concentra la demandaa, la importancia de la actividad femenina es consi-

    jo por etnian salarial en la agricultura murciana va adquiriendo

    da vez ms importante. Adems de la etnia autctona,onstituida por la poblacin gitana, los trabajadoresdel Tercer Mundo la mayor parte de procedenciando las tareas del campo, lo que da lugar a nuevos econmicos. ero indeterminado de poblacin gitana, muchas veceserante, ha trabajado de jornalero en el campo comoas rentas que le permitan subsistir en su tambinarginalidad social.s ochenta, un contingente cada vez mayor de marro-en un mercado de trabajo con crecientes dificultadeson tendencia al control sindical. Ambas dinmicas sepresa agrcola por la disponibilidad de esta mano de

    disciplinada. Tambin en los ltimos aos, aunqueoblacin marroqu, ha ido asentndose en los cam- reducido, pero creciente, de trabajadores argelinos,

    oriundos de pases del este de Europa, etc.

    o concreto con un enorme peso de la agricultura industrial, el agrcola del municipio costero de Mazarrn (con una poblacinas), da cuenta de lo marcado de esta tendencia. Este municipio, municipio costero, concentra las empresas ms importantes dee invernadero.taca la mayor participacin de la mujer en el mercado de traba-otalidad de la regin, con una tasa de actividad mucho ms alta,

    frente al 21%) como para 1991 (un 38,26% frente al 29,7%).acin es mayor para la mujer en Mazarrn que en la regin: en

    rn frente al 73,28 de la regin; en 1991 un 82,13 frente a unemenina, por tanto, es menor en Mazarrn que en la regin.

  • Segn su procedencia geogrficaEl fenmeno de mayor relevancia a nivel de movilidad laboral lo constituyeuna cantidad indeterminada, pero muy importante cuantitativamente (podranser varios miles), de jornaleros andaluces que se desplazan estacionalmentetodos los aos para trabajar en la agricultura murciana. Las peonadas trabaja-das en la empresa agraria murciana se contabilizan a la hora de cobrar el sub-sidio de desempleo agrario existente en Andaluca y Extremadura. Tambin seda una movilidad geogrfica intrarregional.

    Concluyendo, la compolo productivo agrcolaciendo las viejas prcticala movilizacin de categoproceso de trabajo (mujeel caso de la agricultura iserie de tendencias en sums extrema, sintetizan limportante espacio sociadel mercado de trabajo: ecin y etnificacin del mlas nuevas clases funcionaflexible, intensa movilid

    Mujeres en la economa in

    En la regin murciana screciente escenario de laprocesos productivos de etil y del calzado, fbricasla en fresco, servicios y hlizado, se constata una estsegn patrones de gnero

    Histricamente las tarhan estado ligadas al trabtrabajo, segn gnero, hatado anterior sobre la agrgonismo del empleo femeregin se han convertido de trabajo femenino. Tamen el trabajo sumergido, yla economa informal delgran peso econmico en

    Trabajo, ciudadana social y riesgo biogrfico en regiones perifricas Papers 63/64, 2001 59

    6. En los tres epgrafes que sigrales estn generando.

    Papers 63/64 001-203 16/7/01 10:09 Pgina 59plejidad organizacional requerida por el potentsimo murciano contina, de forma paradjica, reprodu-s de eventualidad laboral, y ello es viable a travs deras sociales altamente vulnerables en el interior delres, inmigrantes y obreros nmadas). En definitiva,ndustrial murciana recoge con rotunda claridad una mercado de trabajo, que, an en su manifestacinos rasgos ms sobresalientes que estn definiendo unl de vulnerabilidad dentro de la estructura regionalventualidad e informalizacin del empleo, feminiza-ercado de trabajo, polarizacin entre los empleos deles o de servicios que crecen a la par que el subempleoad territorial del trabajo (Pedreo, 1999a y 2000a).

    formal6

    on muchas las mujeres que estn incorporndose al economa informal que caracteriza a muchos de losste territorio: agricultura industrial, industria del tex-

    de conserva y de manipulacin del producto agrco-ostelera, etc. En los diversos estudios que hemos rea-ructura de empleo claramente delimitada y segmentada.

    eas estacionales de numerosas formas de industria ruralajo femenino. Este mecanismo de segmentacin del

    continuado funcionando en la actualidad. En el apar-icultura industrial se ha observado el creciente prota-nino, hasta tal punto que numerosas localidades de laen verdaderas reas de especializacin en el suministrobin hemos constatado la enorme presencia de la mujer su enorme significacin para explicar la inmersin en sector industrial de la conserva, tradicionalmente dela zona y en el conjunto regional (Pedreo, 1998).

    uen se presentan algunas de las biografas que estas realidades labo-

  • De estas forma, las mujeres, en su busca de una mayor libertad individual,al incorporarse a este tipo de mercados de trabajo flexibles e informales, seencuentran con que el fraude generalizado a la seguridad social de las empre-sas con las que trabajan, les niega una historia laboral, con las consiguientesrepercusiones a la hora de acceder a las prestaciones estatales. Ello se proyectaen una vida social coartada por el no tener das cotizados, como ellas mis-mas lo refieren, y la inestabilidad laboral. La vivencia laboral de la incerti-dumbre y el riesgo de estas mujeres obreras constituye un discurso agnico,donde la intensificacin del trabajo, en un contexto de informalizacin delempleo, unifica al tiempoe higiene, escasas posibiliuna mnima democracia plena. Desde su experienccamino tortuoso e impos

    El trabajo a domicilio(por citar dos casos tpicolas, fbricas de cascos de mde numerosas mujeres.

    Lo que venimos obserra de gnero, es un coherobra al mismo tiempo esslida base material, conpropiamente femeninos palariada y ayuda familiar.

    En efecto, las prcticates en la agricultura indudomsticas del cuidado ddesregulacin existente. Edonar el trabajo y permarealidad, lo que abandones bastante frecuente qutrabajo a domicilio, cosiela edad de las mujeres trasumo fsico que la agricupropias empresas las susmomento, la asistencia dmujeres.

    Esta movilidad interofunda en un escenario dederechos de ciudadana. Econstante entrada y salidabilidad entre empleo y fatucionales de regulacin emir un alto riesgo en sus ben un territorio social de

    60 Papers 63/64, 2001 Juan Monreal; Andrs Pedreo

    Papers 63/64 001-203 16/7/01 10:09 Pgina 60 penosas condiciones de trabajo en materia de saluddades de accin colectiva obrera por la ausencia delaboral y crecientes dificultades para una vida socialia de trabajo, el acceso a una ciudadana social es unible. en la industrial textil o en la industria del calzados, pero habra otros: limpieza de productos hortco-

    otos o de juguetes, etc.) es otra experiencia laboral

    vando en la regin murciana alrededor de la catego-ente proceso de construccin social de una mano detable y flexible. Este proceso est adquiriendo una la articulacin entre s de los mercados de trabajora reproducir y alimentar el doble rol de la mujer, asa-

    s de gestin empresarial de la mano de obra vigen-strial son difcilmente compatibles con las tarease los hijos, por los largos horarios de trabajo y lallo incentiva a las mujeres en esa situacin a aban-

    necer al cuidado de las tareas domsticas. Pero, enan es el trabajo asalariado fuera del domicilio, puese estas mujeres, cuando tienen hijos, opten por elndo zapatos, confeccionando jerseys, etc. Conformebajadoras se muestra inadecuada para el alto con-

    ltura industrial exige, ellas mismas abandonan o lastituyen por mano de obra ms joven. Llegado eseomstica es el camino que eligen muchas de estas

    cupacional por diversos mercados de subempleo se riesgo caracterizado por la ausencia o debilidad destas mujeres construyen biografas escritas sobre la del mercado de trabajo y la bsqueda de compati-milia. La ausencia o debilidad de los sistemas insti-mpuja constantemente a estas figuras obreras a asu-iografas laborales, que las mantiene permanentementevulnerabilidad y exclusin.

  • Inmigrantes del Tercer Mundo: laboralmente segmentados, territorialmente desconectados

    Se calcula en unos 16.000-20.000 los inmigrantes extracomunitarios existen-tes en la regin de Murcia, fundamentalmente marroques (un 86,1% del totalde inmigrantes), de los cuales aproximadamente entre el 40-50% podran estaren condiciones de irregularidad. Junto a este problema aparece el de la tem-poralidad de los permisos de trabajo, sobre todo de los que tienen menos deun ao de duracin, que son la mayora, dado el tipo de mercado de trabajo alque acceden los inmigran

    La legislacin de extuniverso de ciudadana tamente no-ciudadanosgrantes en el subempleodbiles derechos de ciud

    La vulnerabilidad socexpropiado de su condictrabajadores inmigrantesnes: [] nosotros siempmos qu cosa falta, lo enclo pensamos siempre quecuando lo pensamos, enpas, ya no estamos en n

    Los dispositivos instiestn funcionando comomano de obra voltil y flbajador inmigrante a suuna poblacin en permalos que se contrata en fu

    Sobre la desconexindel sistema ocupacional,movilidad ascendente decuyo caso extremo lo conse ha plasmado un prograes continuamente relegad

    La presin de las comlar vivienda, el rechazo dmoros, la presin de ladonde pueden asentarse lodonde trabajan, fuera decasas derruidas, antiguasen chabolas de autoconsEsta situacin impide ininificacin familiar. Y as s(Pedreo, 1999b).

    Trabajo, ciudadana social y riesgo biogrfico en regiones perifricas Papers 63/64, 2001 61

    Papers 63/64 001-203 16/7/01 10:09 Pgina 61tes.ranjera sita a los inmigrantes regularizados en unde excepcin, mientras que los irregulares son direc-. Adems, la especializacin de ambos tipos de inmi- y/o en la economa informal degrada an ms susadana.ial de los inmigrantes se deriva de su condicinde serin de ciudadana. As lo han expresado numerosos en las entrevistas realizadas en nuestras investigacio-re lo pensamos que falta una cosa, cuando, si pensa-ontramos, que no estamos en nuestro pas. Nosotros falta una cosa, faltamos algo en nuestro cuerpo, perocontramos, estamos aqu, un inmigrante, y en otrouestro pas y... (trabajador marroqu).tucionales y la discriminacin social del inmigrante fuerzas constitutivas de un mercado de trabajo de

    exible, que externaliza la reproduccin social del tra- comunidad de origen. De esta forma se constituyenente movimiento, autnticos nmadas laborales, ancin de las necesidades productivas. institucionalizada de la poblacin inmigrante, tanto cuya ubicacin en el subempleo precario impide la estos trabajadores, como del espacio de ciudadana,stituye esa poblacin en continua rotacin espacial,

    ma de ordenacin del territorio, en el que el inmigranteo al gueto.

    unidades locales, la ausencia de posibilidades de alqui-e los propietarios de bares que impiden la entrada de polica, etc., delimitan progresivamente la topologas inmigrantes. Se ven empujados a vivir en los campos las localidades, dispersos por las fincas, habitando

    naves o corrales de ganado en condiciones ruinosas,truccin, etc., siempre en situacin de infravivienda.ciar los procesos administrativos para obtener la reu-e crea un crculo de retroalimentacin de la exclusin

  • Trabajadores nmadas a la bsqueda de subsistencia

    En la regin de Murcia hemos venido observando un fenmeno de nomadis-mo laboral, al que conviene prestar atencin para entender las biografas labo-rales que se estn acuando. Numerosos mercados de trabajo locales estngenerando un excedente de poblacin creciente, que se ve empujado a incor-porarse a estrategias de movilidad territorial, de itinerancia entre el lugar deresidencia (el pueblo como espacio de reproduccin) y el lugar de trabajo (comoespacio de produccin). Estos procesos de nomadismo laboral son cuantitati-vamente significativos enmentaria, la hostelera, ettual7.

    Su principal caracters(siempre en mercados de rismo, ajuste verbal, redesras hbridas o mixtas, que sificada. Su cultura de traprofesional, sino ms bien estrategas del buscarse lapara largos desplazamient

    Para estos trabajadoretorial, sus desplazamientnetas de empresas contren el mercado de trabajo. de liberarse de unas condindignas, se ven empujad

    Los trayectos en autolugar de trabajo suponen prias de desplazamiento. Eestos obreros mviles trzamiento es, en realidad, siderablemente la jornad

    La permanente movilisocial de los agentes particuna pauperizacin de la

    62 Papers 63/64, 2001 Juan Monreal; Andrs Pedreo

    7. Se carecen an de monog(1995) se analiza detenidacin de Castilla-La Manchal mercado de trabajo del existe esta movilidad de lolidades costeras del Medittiva del flujo. Los procesosintensos a lo largo de la ode estudios sociolgicos esrealizan estudios cualitatiregin y, con menos profu

    Papers 63/64 001-203 16/7/01 10:09 Pgina 62 la construccin, la agricultura, la industria agroali-c., y suministran una fuerza de trabajo mvil y even-

    tica es su polivalencia o itinerancia entre ocupacionestrabajo cuyas reglas de juego sean conocidas: jornale- informales de reclutamiento, etc.). Son figuras obre-oscilan entre una pluralidad de subempleos muy diver-bajo no se define tanto en funcin de una identidaddentro de una lgica social de supervivencia. Autnticos vida, tambin tendrn una notable disponibilidados territoriales a la bsqueda de empleo.s, dotados de una gran capacidad de movilidad terri-os diarios mediante coches particulares o en furgo-atistas, se convierten en la forma normal de estarAnte la ausencia de trabajo en la localidad, o la opciniciones locales de empleo sentidas como negativas oos a una movilidad espacial hacia afuera.bs (o en furgoneta o coches particulares) hasta elara los obreros invertir a menudo dos o tres horas dia-

    ste tiempo no es remunerado por las empresas dondeabajan. Sin embargo, el tiempo invertido en despla-tiempo de trabajo no remunerado, ya que alarga con-a laboral.dad espacial imprime un determinado ritmo a la vidaipantes de la misma. Podramos afirmar que constituyevida cotidiana de los obreros nmadas, en cuanto

    rafas especficas sobre estos fenmenos de movilidad. En Olivamente el caso de los ms de 15.000 trabajadores de la construc-a que se desplazan diariamente desde sus pueblos de residencia

    rea metropolitana de Madrid. En la regin de Murcia tambins trabajadores de la construccin hacia Madrid y hacia las loca-errneo, pero desconocemos la naturaleza cuantitativa y cualita- de movilidad de trabajadores de la hostelera tambin son muyrilla mediterrnea, pero igualmente desconocemos la existenciapecficos. Puede consultarse Pedreo (1998 y 2000a), donde sevos de las redes de trabajadores agrcolas que recorren toda landidad, tambin sobre los obreros de la construccin.

  • que su uso diario del tiempo queda absolutamente subsumido en la dinmicadel nomadismo laboral. Las horas del da quedan distribuidas en funcin dela condicin mvil de esos obreros: 1) la jornada laboral propiamente dicha, msel tiempo de la comida en el lugar de trabajo, 2) las horas de viaje y 3) en elcaso de las mujeres, el trabajo domstico de dejar comida preparada para loshijos, hacer las labores del hogar, hacer la comida para llevar al da siguienteal lugar de trabajo, etc.

    5. Conclusiones: la prod

    Los indicios presentados bolsa de poblacin obreraso de deterioro de las consu experiencia una esferaigual que Wright Mills (1muy ricos constatando ljas que combinaba dispnuestra parte podemos sego est progresivamente insa, de acumulacin de desde retroalimentacin de l

    El funcionamiento desubjetivo en interaccin nalmente se ha producidojo que lo ha fragmentadque subsisten en ese mercales hace desarrollar una fque las cosas podan ser dentorno laboral y, en defaspecto fue tratado por Mciudadana, y cuestiona euna persona libre e indeconstatado que las desigutivo. En trminos weberiafenmenos econmicamestructura social, pero s que dichas desigualdades de la produccin.

    La produccin de rieun efecto de distribucinesfera de ciudadana socianerabilidad se sita comonal. En sentido duro, puemica fundamentada en elen la regin de Murcia pr

    Trabajo, ciudadana social y riesgo biogrfico en regiones perifricas Papers 63/64, 2001 63

    Papers 63/64 001-203 16/7/01 10:09 Pgina 63uccin de biografas sociales precarizadas

    sobre la progresiva instauracin de una importante eventual en la regin de Murcia ilustran un proce-

    diciones de vida de muchas personas, al incorporar a cada vez ms grande de incertidumbre y riesgo. Al957: 110) explic la formacin del estrato de los

    a existencia de un ciclo de acumulacin de venta-osicin psicolgica y oportunidades objetivas, poralar que la poblacin obrera de la sociedad del ries-corporndose a un proceso paralelo, pero a la inver-ventajas, y que proponemos denominar mecanismoa precariedad. este mecanismo unifica un nivel objetivo y un nivelrecproca. En el nivel objetivo es donde institucio- un proceso de desregulacin del mercado de traba-

    o y precarizado. En el nivel subjetivo, las personasdo se ven envueltas en una espiral de precariedad quealta de expectativas y una ausencia de confianza ene otra forma, que retroalimenta la precariedad del

    initiva, las aleja de la ciudadana social plena. Estearshall de forma muy insuficiente en su teora de lan profundidad su concepcin del ciudadano comopendiente protegida por derechos. Adems, se haaldades de estatus y gnero tienen un peso significa-nos podemos afirmar que el gnero y la etnia no sonente condicionados, en cuanto que se forjan en lafenmenos econmicamente relevantes, en cuantoestn siendo utilizadas en los modos de organizacin

    sgo en nuestras sociedades avanzadas est teniendo muy desigual, lo que conduce a un retroceso de lal, especialmente en aquellos territorios donde la vul- un rasgo central de su estructura social y ocupacio-de afirmarse que la estrategia de valorizacin econ- trabajo barato presente hoy de forma dominanteoduce subjetividades sociales precarizadas. Estas sub-

  • jetividades conforman lo que Beck (1998b: 210) denomina peligros biogr-ficos, al referirse a esa situacin en la cual una cantidad cada vez mayor dehombres se encuentra arrastrada por relaciones que no es capaz de entender,dominar o ignorar por sus propios medios o capacidades. Son vidas condi-cionadas por prcticas sociolaborales que le expropian progresivamente de sucapacidad reflexiva.

    El resultado es un territorio de vulnerabilidad social con tendencia a sureproduccin ampliada. La eclosin final de esta lgica es la configuracin deuna regin vulnerable. All donde se da una subsuncin real del territoriosocial a estas estrategias ebarato, asistimos a un dede la participacin socialprocesos educativos forminvestigar ms para comregiones vulnerables, elos habitus de las posiciosuncin.

    Igualmente, estos terrdesventajas para su insercbajo el trmino de sociees la regla del juego de escausa de las razones que den relegadas. Una vez elterritorio, los procesos desistemas productivos no indel trabajo no son cualificde la mano de obra, etc. Dcon fuerza en el terreno del aprendizaje profesiona

    Las investigaciones Mingione9, sobre las regide estructuracin social decir, espacios regionaleperiodo fordista su condLo que se observa con el

    64 Papers 63/64, 2001 Juan Monreal; Andrs Pedreo

    8. Numerosos estudios coinctran en condiciones de inrelacin con la mejora de mas para poder responsabislo es posible cuando el ingeneral, con una posicinfianza, que le estimula a pposibilidad, el inters y la

    9. Vase Hadjimichalis, C. yE. y Pugliese, E. (1995).

    Papers 63/64 001-203 16/7/01 10:09 Pgina 64conmicas de valorizacin sostenidas sobre el trabajoterioro de la ciudadana, expresado en la debilidad

    en asuntos colectivos, en una baja percepcin de losales, en familias desestructuradas, etc. Habra que

    probar si la baja tasa de estudios existente en estasl alto fracaso escolar, etc. no son sino efectos sobrenes sociales ms afectadas por ese proceso de sub-

    itorios sociales precarizados presentan un cmulo dein en esa nueva civilizacin nica que se anunciadad de la informacin. Si la formacin permanentea estructura social informacional, es de temer que, avenimos esgrimiendo, las regiones vulnerables que- crculo de acumulacin de precariedad arraiga en un aprendizaje quedan debilitados. Ello unido a que loscentivan la formacin, sus estrategias de organizacinantes, buscan de forma permanente la desvalorizacin

    e esta forma, el peligro biogrfico tambin irrumpee la formacin, generando una dbil propensin hacial o el reciclaje8.de Enrico Pugliese, Costis Hadjimichalis y Enzoones del sur de Europa, han caracterizado una formaespecfica dentro de las mismas, el sur del Sur, ess que dentro del sur de Europa compartieron en elicin de espacio perifrico de la sociedad industrial.advenimiento de la crisis de la sociedad industrial, y

    iden en resaltar este efecto: Cuando los individuos se encuen-seguridad existencial, de falta de perspectivas y de confianza enla situacin profesional, no estn reunidas las condiciones mni-lizarlos por la renovacin de sus facultades. Esta responsabilidaddividuo se encuentra, en su situacin de trabajo y en su vida en

    en el mercado de trabajo interno y externo que le confiere con-ensar en proyectos de futuro y, al mismo tiempo, le confiere lacapacidad de autoaprendizaje (Kovcs, 1998: 18). Vaiou, D. (1998), Mingione, E. (1993) y (1988), y Mingione,

  • con el posterior proceso constitutivo de la sociedad de la informacin, es quelas regiones del sur del Sur persisten en su condicin de regiones frgilesdentro de la Unin Europea.

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    Trabajo, ciudadana social y riesgo biogrfico en regiones perifricasResumenResum. Treball, ciutadania social i risc biogrfic en regions perifriquesAbstract. Work, social citizenship and biographical risk in peripheral regions

    Sumario1. Introduccin2. La teora de la ciudadana de T.H. Marshall3. De la seguridad social a la sociedad del riesgo4. Experiencias laborales del riesgo: indicios empricos en la regin de MurciaLa eventualidad del trabajo en el centro de la estructura social regionalReestructuracin del trabajo en la agricultura: del jornalero al obrero de las factoras vegetalesSegn modo de vinculacin a la actividadTabla 1. Tasa de salarizacin por sexo en el sector agrario de la regin de Murcia en 1991.

    Segn situacin profesionalTabla 2. Evolucin de la poblacin ocupada del sector agrario segn la situacin profesional de la regin de Murcia entre 1981 y 1991.

    Segn modalidad de contratacinSegn la divisin del trabajo por gneroTabla 3. Evolucin de los asalariados agrcolas en la regin de Murcia entre 1981 y 1991 por sexo.

    Segn la divisin del trabajo por etniaSegn su procedencia geogrfica

    Mujeres en la economa informalInmigrantes del Tercer Mundo: laboralmente segmentados, territorialmente desconectadosTrabajadores nmadas a la bsqueda de subsistencia

    5. Conclusiones: la produccin de biografas sociales precarizadasBibliografa