md 38 - pratchett, terry - vestiré de medianoche

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    Terry Pratchett

    Vestir de Medianoche

    MD 38

    Tiffany Doliente 4Traduccin independiente

    Traduccin y edicin digital:

    NorbertoDiciembre 2010CorreccionTia Paca

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    Captulo 1

    UN BUEN GRAN MUCHACHITO

    Por qu era, se pregunt Tiffany Doliente, que a la gente le gustaba tanto el rui-do? Por qu el ruido era tan importante?

    Algo bastante cercano sonaba como una vaca dando a luz. Result ser un viejoorganillo, operado a mano por un hombre andrajoso con un maltratado sombrero decopa. Ella se alej lo ms cortsmente que pudo, pero cuando el ruido se alejaba, sequedaba pegado; daba la sensacin de que si se lo permitas, tratara de seguirte a ca-sa.

    Pero se era slo un sonido en el gran caldero de ruidos a su alrededor, todoshechos por la gente y todos hechos por la gente que trata de hacer un ruido ms fuerteque la otra gente haciendo ruido. Discutiendo en los puestos provisorios tratando de

    morder manzanas o ranas1

    , aclamando a los boxeadores y a una seora llena de len-tejuelas en la cuerda floja, vendiendo algodn de azcar con lo ms alto de sus vocesy, a decir verdad, bebiendo una considerable cantidad de alcohol.

    El aire sobre la verde colina estaba espeso de ruido. Era como si las poblacionesde dos o tres ciudades hubieran llegado hasta la cima de las colinas. As que aqu,donde lo nico que escuchabas por lo general era el grito ocasional de un buitre, escu-chabas el grito permanente de, bueno, todo el mundo. Lo llamaban divertirse. Las ni-cas personas que no hacan ruido eran los ladrones y los carteristas, que se dedicabana sus negocios con un silencio elogiable, y no se acercaban a Tiffany; quin robaraen el bolsillo de una bruja? Seras afortunado de conservar todos los dedos. Al menos,eso era lo que teman, y una bruja sensata alentara ese miedo.

    Cuando eras una bruja, eras todas las brujas, pens Tiffany Doliente, mientrascaminaba entre la multitud, remolcando su escoba al extremo de una cuerda. Flotaba aunos pies por encima del suelo. Ella estaba un poco preocupada por eso. Pareca fun-cionar bastante bien, pero sin embargo, ya que todo alrededor de la feria haba niospequeos arrastrando globos, tambin en el extremo de una cuerda, no poda dejar depensar que eso la haca parecer ms que un poco tonta, y algo que haca parecer tontaa una bruja, haca parecer tontas a todaslas brujas.

    Por otra parte, si la ataba a una cerca en alguna parte, no faltara un chico quedesatara la cuerda y se subiera al palo por un desafo, en cuyo caso probablemente se

    ira hacia arriba todo el camino hasta la cima de la atmsfera, donde el aire se congela,

    1 Esto se haca con los ojos vendados.

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    y mientras ella en teora podra llamar a la escoba, las madres se pondran muy irrita-bles por tener que descongelar a sus hijos en un da soleado de finales de verano. Esono se vera nada bien. La gente hablara. La gente siempre hablaba de las brujas.

    Ella se resign a arrastrarla de nuevo. Con suerte, la gente creera que se habaunido al espritu de la cosa de una forma humorstica.

    Haba mucha etiqueta involucrada, incluso en algo tan aparentemente alegre co-mo una feria. Ella era la bruja; quin sabe qu pasara si se le olvidaba el nombre dealguien o, peor an, se equivocaba? Qu pasara si te olvidabas todas las pequeasrencillas y facciones, la gente que no se hablaba con sus vecinos y as sucesivamentey sucesivamente, y mucho ms, y an ms? Tiffany no tena ningn conocimiento delas palabras "campo minado", pero si lo hubiera tenido, le habran parecido familiares.

    Ella era la bruja. Para todos los pueblos de la Creta ella era la bruja. No slo ensu propia aldea, sino para todos los dems lugares, tan lejanos como Jamn-y-Centeno, que estaba a un buen da de camino desde aqu. El rea que una bruja con-sideraba como suya, y para cuya gente haca lo que fuera necesario, se llamaba unaGranja, y como granja, sta era bastante buena. No muchas brujas tenan un aflora-miento geolgico completo para s mismas, an si ste estaba cubierto en su mayorapor hierba, y la hierba estaba cubierta en su mayora por ovejas. Y hoy las ovejas enlas colinas se quedaron solas, para hacer lo que fuera que hicieran cuando estaban so-las, lo cual probablemente sera ms o menos lo mismo que hacan si las estuvierasobservando. Y las ovejas, usualmente confusas y apiadas y, en general, observadas,ahora no eran de ningn inters, porque aqu estaba teniendo lugar la atraccin msmaravillosa del mundo.

    Es cierto que la feria fregada era slo una de las atracciones ms maravillosas delmundo si por lo general no te alejabas ms de unas cuatro millas de casa. Si vivas porla Creta, estabas obligado a cumplir con todos los que conocas2 en la feria. Era adon-

    de muy a menudo conocas a la persona con la que podas casarte. Todas las chicasllevaban ciertamente sus mejores vestidos, mientras que los chicos tenan una expre-sin esperanzada y el cabello alisado con brillantina barata o, ms generalmente, unaescupida. Los que haban optado por escupir en general salan mejor ya que la pomadabarata era muybarata y de hecho a menudo se derreta y se corra en el calor, hacien-do que los hombres jvenes no fuesen de inters para las mujeres jvenes, como hab-an esperado con fervor, si no para las moscas, que tomaran el almuerzo de sus cue-ros cabelludos.

    Sin embargo, dado que el evento difcilmente podra ser llamado "la feria a la queibas con la esperanza de conseguir un beso y, con suerte, la promesa de otro, la feria

    se llamaba la fregada.La fregada se llevaba a cabo durante tres das al final del verano. Para la mayora

    de la gente en la Creta, era su da de fiesta. ste era el tercer da, y la mayora de lagente deca que si no habas recibido un beso hasta ahora tambin podas irte a casa.Tiffany no haba recibido un beso, pero despus de todo, ella era la bruja. Quin sabaen lo que poda ser convertido?

    Si el clima de finales de verano era clemente, no era raro que algunas personasdurmieran bajo las estrellas, y bajo los arbustos tambin. Y por eso, si queras dar unpaseo en la noche, debas tener cuidado para no tropezar con los pies de alguien. Adecir verdad, haba una cierta cantidad de lo que Tata Ogg una bruja que haba es-

    tado casada con tres maridos llamaba hacer su propio entretenimiento. Era una pena

    2 Hablando como una bruja, ella los conoca muy bien.

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    que Tata viviera en las montaas, porque a ella le hubiera encantado la fregada y a Tif-fany le hubiera gustado ver su cara cuando viera al gigante3.

    l y era muy claramente un l, no haba duda posible sobre eso haba sidotallado en el csped miles de aos atrs. Un perfil de color blanco sobre el verde, lperteneca a los das cuando la gente tena que pensar en supervivencia y fecundidaden un mundo peligroso.

    Ah, y tambin haba sido tallado, o al menos eso pareca, antes de que alguienhubiera inventado los pantalones. De hecho, decir que no tena pantalones no era sufi-ciente. Su falta de pantalones llenaba el mundo. Simplemente no podas pasear por lapequea carretera que pasaba por el fondo de las colinas sin darte cuenta de que hab-a una enorme, por decirlo as, falta de algo por ejemplo, pantalones y qu habaall en su lugar. Definitivamente era una figura de un hombre sin pantalones, y cierta-mente no una mujer.

    Se esperaba que todos los que venan a la fregada trajeran una pala pequea, ohasta un cuchillo, y se abriesen camino por la empinada pendiente para arrancar todala maleza que haba crecido all durante el ao anterior, haciendo que la tiza debajoresplandeciese con frescura y el gigante destacase con valenta, como si no lo estuvie-ra haciendo ya.

    Siempre haba un montn de risas, cuando las chicas trabajaban sobre el gigante.

    Y la razn para la risa, y las circunstancias de la risa, no podan dejar de poner enla mente de Tiffany a Tata Ogg, a quien normalmente veas en algn lugar detrs deYaya Ceravieja con una gran sonrisa en su rostro. Ella era considerada en general co-mo una vieja alma alegre, pero haba mucho ms que la vieja mujer. Nunca haba sidomaestra de Tiffany oficialmente, pero Tiffany no poda dejar de aprender cosas de TataOgg. Sonri para sus adentros cuando pens en eso. Tata saba todas las cosas viejasy oscuras vieja magia, magia que no precisaba de brujas, magia que estaba incorpo-rada en la gente y el paisaje. Se trataba de cosas como la muerte, y el matrimonio, ylos esponsales. Y las promesas que eran promesas, aunque no hubiera nadie que lasescuchara. Y todas esas cosas que hacen que la gente toque madera y que nunca,nunca camine bajo un gato negro.

    Una no necesita ser una bruja para entenderlo. El mundo que te rodeaba se hacams bien, ms real y fluido, en esos momentos especiales. Tata Ogg lo llamaba nu-minoso una palabra inusitadamente solemne de una mujer que era mucho ms pro-bable que dijese: "Me gustara un coac, muchas gracias, y puede servirlo doble, yaque est en eso". Y ella le haba contado a Tiffany de los viejos tiempos, cuando parec-a que las brujas tenan un poco ms de diversin. Las cosas que hacas durante el

    cambio de estaciones, por ejemplo; todas las costumbres que ahora haban muerto,excepto en la memoria popular que, deca Tata Ogg, es profunda y oscura y respira ynunca se desvanece. Pequeos ritos.

    A Tiffany le gustaba especialmente uno sobre el fuego. A Tiffany le gustaba elfuego. Era su elemento favorito. Se consideraba tan poderoso y tan temible a los pode-res de las tinieblas que la gente aun se casara saltando juntos por encima de un fue-

    3

    Ms tarde, Tiffany se dio cuenta de que todas las brujas probablemente haban volado sobre elgigante, sobre todo porque casi no poda fallar si estaban volando desde las montaas hasta la gran ciu-dad. El tipo se destacaba, en cualquier caso. Pero en el caso de Tata Ogg, ella probablemente se volver-a a mirarlo de nuevo.

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    go4. Al parecer, ayudaba si recitabas un pequeo cntico, de acuerdo con Tata Ogg,quien no perdi tiempo en decirle a Tiffany las palabras, las que inmediatamente que-daron atrapadas en la mente de Tiffany; mucho de lo que Tata Ogg deca tenda a serpegajoso.

    Pero sos eran otros tiempos. Todo el mundo era ms respetable ahora, apartede Tata Ogg y el gigante.

    Tambin haba otras tallas en las tierras de la Creta. Una de ellas era un caballoblanco que Tiffany pensaba que una vez se haba separado de la tierra y galopado a surescate. Ahora se preguntaba qu sucedera si el gigante haca lo mismo, porque seramuy difcil encontrar un par de pantalones de sesenta pies de largo a toda prisa. Y engeneral, querrasprisa.

    Ella slo haba redo del gigante una vez, y haba sido haca mucho tiempo. Hab-a en realidad slo cuatro tipos de personas en el mundo: hombres y mujeres, y magosy brujas. Los magos vivan sobre todo en universidades en las grandes ciudades y nose les permita casarse, aunque la razn de ello escapaba totalmente a Tiffany. De to-dos modos, casi nunca se los vea por aqu.

    Las brujas eran definitivamente mujeres, pero la mayora de las ms viejas queTiffany conoca no se haba casado, sobre todo porque Tata Ogg ya haba agotado to-dos los maridos elegibles, pero tambin probablemente porque no tenan tiempo. Porsupuesto, de vez en cuando, una bruja poda casarse con un marido impresionante,como haba hecho Magrat Ajostiernos, de Lancre, aunque al decir de todos slo hacahierbas en esos das. Pero la nica bruja joven que Tiffany saba que haba tenido in-cluso tiempo para el cortejo era su mejor amiga en la montaa: Petulia una bruja quese estaba especializando en la magia de cerdo, y que pronto se iba a casar con unbuen joven que en breve iba a heredar la granja de cerdos5 de su padre, lo que signifi-caba que l era prcticamente un aristcrata.

    Pero las brujas no slo estaban muy ocupadas, tambin estaban separadas, lohaba aprendido Tiffany desde el principio. Una estaba entre la gente, pero no eras lomismo que ellos. Siempre haba una especie de distancia o separacin. Una no tenaque trabajar en ello, suceda de todas maneras. Las muchachas que haba conocidocuando eran tan jvenes que solan correr y jugar vestidas slo con sus chalecos, hac-an una pequea reverencia cuando ella las pasaba en el camino, e incluso hombres deedad avanzada tocaban su frente, o lo que ellos probablemente pensaban que era sufrente, a su paso.

    Esto no era slo por respeto, sino tambin por una especie de miedo. Las brujastenan secretos; estaban ah para ayudar cuando los bebs nacan. Cuando te casa-

    bas, era una buena idea tener una bruja por ah (incluso si no estabas seguro de si erapara la buena suerte o para evitar la mala suerte), y cuando moras habra una bruja all

    4 Obviamente, pens Tiffany, al saltar juntos sobre el fuego, uno debe estar preocupado por el usode ropa protectora y tener gente con un balde de agua a mano, por si acaso. Las brujas pueden ser mu-chas cosas, pero ante todo, son prcticas.

    5 Posiblemente las ambiciones romnticas de Petulia haban sido ayudadas por la misteriosa for-ma en que los cerdos del joven no dejaban de enfermar y requeran tratamiento para la diarrea, arcadasciegas, cuello de bronce, dientes flotantes, ojos garabateados, mugre, picazn, clavijas retorcidas, rodi-llas dislocadas y salidas. sta era una desgracia terrible, ya que ms de la mitad de estas enfermedades

    normalmente nunca se encuentran en un cerdo, y una de ellas es una enfermedad conocida slo en pe-ces de agua dulce. Pero los vecinos estaban impresionados por la cantidad de trabajo realizado por Pe-tulia para aliviar su estrs. Su escoba iba y vena a todas horas del da y de la noche. Ser una bruja,despus de todo, requera dedicacin.

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    tambin, para mostrarte el camino. Las brujas tenan secretos que nunca decan...bueno, a personas que no eran brujas. Entre ellas, cuando podan juntarse en algunacolina para tomar un trago o dos (o en el caso de la Sra. Ogg, un trago o nueve), chis-morreaban como gansos.

    Pero nunca sobre los secretos reales, los que nunca decas, sobre las cosashechas, odas y vistas. Tantos secretos que tenas miedo de que pudieran filtrarse. Vera un gigante sin sus pantalones ni vala la pena comentarlo, comparado con algunas delas cosas que una bruja podra ver.

    No, Tiffany no envidiaba a Petulia su romance, el que sin duda debe haber tenidolugar en grandes botas, poco atractivos delantales de goma, y lluvia, por no mencionarun montn de "oinks".

    Sin embargo, la envidiaba por ser tan sensata. Petulia haba planeado todo. Ellasaba lo que quera que fuera su futuro, y se haba enrollado las mangas y lo habahecho posible, hasta las rodillas en "oink" si era necesario.

    Cada familia, an en las montaas, conservaba al menos un cerdo para que act-

    e como cubo de basura en el verano y como carne de cerdo, tocino, jamn y embuti-dos durante el resto del ao. El cerdo era importante; era posible que le dieras una do-sis de trementina a Abuelita cuando estaba mal, pero cuando el cerdo estaba enfermobuscabas inmediatamente a una bruja de cerdo, y le pagabas tambin, y le pagabasbien, generalmente en salchichas.

    Por encima de todo, Petulia era especialista en aburrir cerdos, y de hecho fuecampeona este ao en el noble arte de aburrir. Tiffany pens que no podras decirlomejor; su amiga poda sentarse con un cerdo y hablarle con suavidad y calma sobrecosas muy aburridas hasta que algn mecanismo extrao del cerdo se haca cargo,tras lo cual dara un pequeo bostezo feliz y caera, sin ser ya un cerdo vivo, y listo pa-ra convertirse en una contribucin muy importante a la dieta de la familia para el aosiguiente. Esto puede no parecer el mejor de los resultados para el cerdo, pero dada ladesordenada y, sobre todo ruidosa manera en que los cerdos moran antesde la in-vencin del aburrimiento de cerdos, era definitivamente, en el gran esquema de las co-sas, un trato mucho mejor para todos.

    Sola en la multitud, Tiffany suspir. Era difcil, cuando llevabas el sombrero negroy puntiagudo. Porque, nos guste o no, la bruja era el sombrero puntiagudo, y el som-brero puntiagudo era la bruja. Haca a la gente cuidadosaacerca de ti. Seran respe-tuosos, oh s, y a menudo un poco nerviosos, como si esperaran que mirases dentro desus cabezas, que de hecho probablemente podras hacer, utilizando los buenos y vie-jos recursos de bruja: Primera Vista y Segundos Pensamientos6. Sin embargo, stos no

    eran realmente mgicos. Cualquier persona podra aprenderlos si tena una pizca desentido, pero a veces incluso una pizca es difcil de encontrar. Las personas estn amenudo tan ocupadas viviendo, que no se detenan a preguntarse por qu. Las brujaslo hacan, y eso significaba que eran necesarias: oh s, necesarias necesarias prcti-camente todo el tiempo, pero, de una manera muy corts y definitivamente no expresa-da, no exactamentequeridas.

    stas no eran las montaas, donde la gente estaba muy acostumbrada a las bru-jas; la gente en la Creta puede ser amable, pero no eran amigos, no amigos reales. La

    6

    Primera Vista significa que uno puede ver lo que realmente est ah, y Segundos Pensamientosquiere decir pensar en lo que ests pensando. Y en el caso de Tiffany, a veces haba Terceros Pensa-mientos y Cuartos Pensamientos, aunque eran bastante difciles de manejar y, a veces la llevaban a tro-pezar con las puertas.

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    bruja era diferente. La bruja saba cosas que t no sabas. La bruja era otro tipo de per-sona. La bruja era alguien que tal vez no deberas hacer enojar. La bruja no era comolos dems.

    Tiffany Doliente era la bruja, y ella se haba hecho a s misma bruja porque nece-sitaban de una. Todo el mundo necesita una bruja, pero a veces simplemente no lo sa-ben.

    Y estaba funcionando. Las imgenes de cuentos de la bruja babeante se estabanborrando, cada vez que Tiffany ayudaba a una madre joven con su primer beb, o sua-vizaba el camino de un viejo hombre a la tumba. Sin embargo, las viejas historias, losviejos rumores y los viejos libros de imgenes an parecan tener su propio dominiosobre la memoria del mundo.

    Lo que lo haca ms difcil era que no exista una tradicin de brujas en la Cretaninguna se habra instalado all cuando Yaya Doliente estaba viva. Yaya Doliente,como todo el mundo saba, era una mujer sabia y bastante sabia como para no ser unabruja. Nunca nada sucedi en la Creta que Yaya Doliente desaprobara, al menos noms de unos diez minutos.

    As que Tiffany era una bruja solitaria.

    Y no slo que ya no tena ningn apoyo de las brujas de la montaa como TataOgg, Yaya Ceravieja y la Srta. Level, sino que adems la gente de la Creta no estabamuy familiarizada con las brujas. Otras brujas probablemente vendran a ayudar si ellales peda, por supuesto, pero a pesar de que ellas no lo diran, esto podra significarque no podras hacer frente a la responsabilidad, que no estabas a la altura, que noeras segura, que no eras losuficientemente buena.

    Disculpe, seorita? Son una risita nerviosa. Tiffany mir a su alrededor yhaba dos niitas con sus mejores vestidos nuevos y sombreros de paja. Ellas la esta-

    ban mirando con ansiedad, tal vez con un toque de picarda en sus ojos. Ella pensrpidamente y les sonri.

    Oh, s, Becky Perdn y Nancy Vertical, verdad? Qu puedo hacer por uste-des dos?

    Becky Perdn tmidamente sac un pequeo ramo de la espalda y se lo tendi.Tiffany lo reconoci, por supuesto. Los haba hecho ella misma para las nias mayorescuando era ms joven, simplemente porque era lo que hacas, era parte de la fregada:un ramito de flores silvestres recogidas de la colina, atado en un manojo con y staera la parte importante, la parte mgica algunas de las hierbas arrancadas cuando lacreta fresca qued expuesta.

    Si pone esto debajo de su almohada esta noche, le har soar con su galn dijo Becky Perdn, con el rostro muy serio.

    Tiffany tom con cuidado el manojo de flores ligeramente marchitas.

    Djame ver... dijo ella.Tenemos aqu murmullos dulces, almohadas de da-ma, trbol de siete hojas mucha suerte una ramita de pantaln de viejo, Jack-en-el-muro, oh, mentiras de amor sangrantes y... Ella se qued mirando las pequeas flo-res blancas y rojas.

    Las chicas dijeron:

    Est usted bien, seorita?

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    Olvdame-mucho7! dijo Tiffany, ms fuerte que lo que haba pretendido. Perolas chicas no se haban dado cuenta, por lo que continu diciendo, alegremente. Muyraro verlas aqu. Deben ser fugitivas de jardn. Y, como estoy segura de que ambas losaben, las han atado todas juntas con tiras de junco vela, que alguna vez la gente uspara hacer velas. Qu grata sorpresa. Muchas gracias a las dos. Espero que lo pasenbien en la feria...

    Becky levant la mano.Disculpe, seorita?

    Hay algo ms, Becky?

    Becky se puso de color rosa, y tuvo una conversacin apresurada con su amiga.Se volvi a Tiffany, vindose un poco ms rosa, pero sin embargo decidida a terminar.

    Uno no puede meterse en problemas por hacer una pregunta, verdad, seori-ta? Quiero decir, slo hacer una pregunta?

    Va a ser Cmo puedo ser una bruja cuando haya crecido?, pens Tiffany, ya

    que generalmente lo era. Las jvenes la vean en su escoba y pensaban que eso eraser una bruja. En voz alta dijo:

    No de mi parte, al menos. Haz tu pregunta.

    Becky Perdn se mir las botas.

    Tiene algn enamorado, seorita?

    Otro talento necesario en una bruja es la capacidad de no dejar que tu rostromuestre lo que ests pensando, y sobre todo no permitir, sin importar qu, que se pon-ga tan tieso como una tabla. Tiffany alcanz a decir, sin una sola oscilacin en su voz yni rastros de una sonrisa avergonzada.

    sa es una pregunta muy interesante, Becky. Puedo preguntarte por qu quie-res saberlo?

    La nia pareca mucho ms feliz ahora que la pregunta era, por as decirlo, deldominio pblico.

    Bueno, seorita, le pregunt a mi abuela si poda ser una bruja cuando fueramayor, y ella dijo que yo no querra, porque las brujas no tienen enamorados, seorita.

    Tiffany pens rpidamente en la cara de los dos solemnes bhos. Estas son chi-cas de granja, pens, por lo que sin duda haban visto una gata teniendo gatitos y unaperra teniendo cachorros. Haban visto el nacimiento de corderos, y, probablemente,

    una vaca teniendo un ternero, que es siempre un asunto ruidoso que difcilmente tepuedes perder. Ellas saben lo que me estn preguntando.

    En este punto intervino Nancy, con la frase:

    Si es as, seorita, nos gustara recuperar las flores de nuevo, ahora que se lashemos mostrado a usted, porque tal vez podran ser un poco un desperdicio, sin ofen-der. Dio un paso atrs rpidamente.

    Tiffany se sorprendi de su propia risa. Haba pasado mucho tiempo desde queella haba redo. Las cabezas se volvieron a ver cul era la broma, y logr agarrar a lasnias antes de que huyeran, y las hizo girar.

    7 Olvdame-mucho es una hermosa flor roja y blanca que en general entregan las jvenes a susjvenes como seal de que no quieren volver a verlos nunca, o al menos hasta que hayan aprendido alavarse adecuadamente y conseguido un trabajo.

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    Bien hecho, ustedes dos dijo. Me gusta ver algn pensamiento sensato devez en cuando. Nunca duden en hacer una pregunta. Y la respuesta a su pregunta esque las brujas son lo mismo que todos los dems cuando se trata de enamorados, peroa menudo estn tan ocupadas que nunca tienen tiempo para pensar acerca de ellos.

    Las nias parecan aliviadas de que su trabajo no haba sido completamente envano y Tiffany estaba lista para la siguiente pregunta, que vino de Becky de nuevo.

    As que, tiene un galn, seorita?

    No por el momento dijo Tiffany con energa, poniendo coto a su expresin pa-ra no mostrar nada. Levant el ramillete. Pero quin sabe, si ustedes han hecho estocorrectamente, entonces voy a conseguir otro, y, en ese caso, sern mejores brujasque yo, con certeza. Las dos resplandecieron ante este terrible pedazo de absolutacoba, y eso detuvo las preguntas.

    Y ahora dijo Tiffany, la rodada de queso empezar de un momento a otro.Estoy segura de que no se querrn perder eso.

    No, seorita dijeron al unsono. Justo antes de salir, llenas de alivio y de auto-

    importancia, Becky le dio unas palmaditas en la mano a Tiffany. Los galanes puedeser muy difciles, seorita dijo con la seguridad, segn seguro conocimiento de Tiffa-ny, de ocho aos en el mundo.

    Gracias dijo Tiffany. Definitivamente lo tendr en cuenta.

    Cuando se trataba de la diversin ofrecida en la feria, como la gente haciendomuecas a travs de un collar de caballo, o peleando con almohadas en la cucaa, o in-cluso la mordida de ranas, bien, Tiffany poda tomarla o dejarla, y de hecho preferacon mucho dejarla. Pero siempre le gustaba ver una buena rodada de queso es de-cir, un buen queso rodando todo el camino por una pendiente de la colina, aunque noen el gigante porque nadie se quera comer el queso despus.

    Eran quesos duros, a veces hechos especialmente para el circuito de rodada dequeso, y el fabricante del queso ganador, que llegaba abajo indemne, ganaba un cin-turn con una hebilla de plata y la admiracin de todos.

    Tiffany era una experta fabricante de queso, pero nunca haba entrado. Las brujasno podan entrar en ese tipo de competencia porque si ganabas y saba que habahecho un queso o dos que podanganar todo el mundo dira que era injusto porqueeras una bruja; bien, eso es lo que pensaran, pero muy pocos lo diran. Y si no gana-ba, la gente dira Qu clase de bruja puede hacer un queso que puede ser vencidopor los simples quesos hechos por gente sencilla como nosotros?

    Hubo un movimiento suave de la multitud hacia la largada de la rodada de queso,aunque el puesto de morder ranas flotando todava tena una gran multitud, siendo unafuente de humor y de entretenimiento muy confiable, especialmente para aquellas per-sonas que no estaban realmente mordiendo. Lamentablemente, el hombre que se pon-a comadrejas en el pantaln, y al parecer tena la marca personal de nueve comadre-jas, no haba estado all este ao, y la gente se preguntaba si l haba perdido su to-que. Pero tarde o temprano todo el mundo derivara hacia la lnea de partida de la ro-dada de queso. Era una tradicin.

    La pendiente aqu era de hecho muy empinada y siempre haba una cierta canti-dad de rivalidad bulliciosa entre los propietarios de queso, que daba lugar a empujones

    y patadas y golpes; ocasionalmente haba un brazo o una pierna rotos. Todo iba muynormal mientras los hombres que esperaban alineaban sus quesos, hasta que Tiffanyvio, y pareca ser la nica en ver, un queso peligroso rodar hacia arriba por s mismo.Era negro bajo el polvo y haba un sucio pedazo de tela azul y blanca atado a l.

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    Oh, no dijo ella. Horacio. Y donde ests t, el problema no puede estarmuy lejos. Se dio la vuelta con cuidado en busca de signos de lo que no debera es-tar all. Ahora slo escchenme dijo en voz baja. S que al menos uno de uste-des debe estar en algn lugar cercano. Esto no es para ustedes, es slo acerca depersonas. Entienden?

    Pero ya era demasiado tarde. El Maestro de Ceremonias, con su gran sombreroflexible con encaje alrededor del borde, hizo sonar su silbato y la rodada de queso, co-mo l deca, comenzque es una palabra mucho ms grande que inici. Y un hom-bre con encaje alrededor de su sombrero nunca iba a usar una palabra corta, dondepoda ir una palabra larga.

    Tiffany apenas osaba mirar. Los corredores no tanto corran como rodaban y sedeslizaban detrs de sus quesos. Pero ella poda escuchar los gritos que iniciaroncuando el queso negro no slo se puso a la cabeza, sino que en ocasiones daba lavuelta y regresaba hacia arriba de nuevo para golpear a uno de los inocentes quesosordinarios. Ella slo poda or un dbil ruido de quejas procedentes de l, cuando casilleg a la cima de la colina.

    Los corredores de queso gritaron ante eso, trataron de agarrarlo y lo golpearoncon palos, pero el queso pirata guada hacia adelante, lleg al fondo otra vez justopor delante de la terrible masacre de hombres y quesos, que se acumulaban, y des-pus rod suavemente hacia arriba, a la cima, y se sent all decorosamente mientrasvibraba con suavidad.

    Al fondo de la pendiente empezaron a surgir peleas entre los jockeys de quesoque todava eran capaces de golpear a alguien, y puesto que todo el mundo estabaviendo eso, Tiffany aprovech la oportunidad para agarrar a Horacio y empujarlo en subolsa. Despus de todo, era de ella. Bueno, haba que decirlo, ella lo haba hecho,aunque algo extrao deba haberse metido en la mezcla, ya que Horacio era el nico

    queso que se coma los ratones y, si no lo clavabas, tambin otros quesos. No era deextraar que se entendieran tan bien con los Nac Mac Feegle8, que le haban hechomiembro de honor del clan. l era su tipo de queso.

    Subrepticiamente, con la esperanza de que nadie se diera cuenta, Tiffany levantla bolsa hasta la boca y dijo:

    Es sta la manera de comportarse? No te da vergenza? La bolsa se tam-bale un poco, pero saba que la palabra vergenza" no estaba en el vocabulario deHoracio, y tampoco ninguna otra. Baj la bolsa y se movi un poco entre la multitud ydijo: S que ests aqu, Roba A Cualquiera.

    All estaba l, sentado en su hombro. Poda olerlo. A pesar de que por lo generaltenan poco que ver con el bao, salvo cuando llova, los Nac Mac Feegle siempre ol-an a algo as como patatas ligeramente borrachas.

    La Kelda quera que yo tae os hallara para saber cmo habis estado dijo eljefe Feegle. No habis ido tae el montculo para verla estas ltimas dos semanas continu, y creo que teme que un dao puede veniros tae, vos sois de trabajar tanduro y todo.

    Tiffany gimi, pero slo para s misma. Ella dijo:

    8

    Si usted todava no sabe quines son los Nac Mac Feegle: 1) sea agradecido por su vida sincomplicaciones, y 2) est dispuesto a batirse en retirada si escucha a alguien tan alto como sus tobillosgritar Crivens!". Ellos son, estrictamente hablando, hadas folklricas, pero probablemente no sea unabuena idea decirles esto si usted est esperando un futuro en el que todava tenga sus dientes.

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    Eso es muy amable de su parte. Siempre hay mucho que hacer; sin duda, laKelda lo sabe. No importa lo que haga, siempre hay ms por hacer. No hay final a losdeseos. Pero no hay nada de qu preocuparse. Lo estoy haciendo bien. Y por favor nosaques a Horacio de nuevo en pblico sabes que se emociona.

    Bueno, en realidad, dice sobre esa bandera de all que esto es para la gente deestas colinas y nos somos ms que gente. Nos somos folklore! Vos no podis discutircon la tradicin! Adems, yo quera tae venir y presentar mis respetos al gran tipo sincalzones. l es un buen gran muchachito, de eso no hay duda. Roba hizo una pausa,y luego dijo en voz baja: As que puedo decirle que estis muy bien en ti misma, s?Hubo un cierto nerviosismo en l, como si quisiera decir ms, pero sabiendo que nosera bienvenido.

    Roba A Cualquiera, yo estara muy agradecida si hicieras exactamente eso dijo Tiffany, porque tengo un montn de gente que vendar, si puedo juzgarlo.

    Roba A Cualquiera, que de repente pareca un hombre con una misin ingrata,frenticamente dijo las palabras que le haba dicho su esposa que dijera:

    La Kelda dice que hay muchos peces ms en el mar, seorita!Y Tiffany qued completamente inmvil por un momento. Y luego, sin mirar a Ro-

    ba, dijo en voz baja:

    Da gracias a la Kelda por su informacin de pesca. Tengo que seguir adelante,si no te importa, Roba. Da graciasa la Kelda.

    La mayora de la gente estaba llegando a la parte inferior de la pendiente ahora,para mirar, o rescatar o, posiblemente, intentar primeros auxilios de aficionados a losgimientes corredores de queso. Para los espectadores, por supuesto, se era otro es-pectculo; no se sola ver a menudo un satisfactorio montn de hombres y quesos, y quin sabe? poda haber algunas heridas muy interesantes.

    Tiffany, contenta de hacer algo, no tuvo que abrirse paso; el sombrero negro pun-tiagudo podra crear un camino a travs de una multitud ms rpido que un hombresanto a travs de un mar poco profundo. Distanci a la multitud feliz, con uno o dosempujones fuertes para los de absorcin lenta. De hecho, como se vio despus, la fac-tura del carnicero no fue muy alta este ao, con un brazo roto, una mueca rota, unapierna rota y un enorme nmero de contusiones, cortes y erupciones causadas por lagente resbalando hasta el fondo la hierba no es siempre tu amiga. Haba varios jve-nes claramente consternados como resultado, pero estaban absolutamente seguros deque no iban a discutir sus heridas con una seora, gracias lo mismo, por lo que les dijoque pusieran una compresa fra sobre la zona afectada, donde quiera que fuese, cuan-

    do llegaran a casa, y los vio alejarse vacilantes.Bueno, lo haba hecho bien, no es cierto? Ella haba usado su destreza enfrente

    de la multitud que curioseaba y, de acuerdo a lo que escuch de los hombres y mujeresde edad, lo haba hecho bastante bien. Tal vez imagin que una o dos personas seavergonzaban cuando un anciano con barba hasta la cintura, dijo con una sonrisa:

    Una chica que puede acomodar huesos no tendra problemas para encontrar unmarido pero eso pas, y con nada ms que hacer, la gente comenz el largo ascen-so de nuevo a la colina... y luego el coche lleg y pas y, despus, lo que era peor, sedetuvo.

    Tena el escudo de armas de la familia Recuerdo en el lateral. Un joven se baj.Muy apuesto a su manera, pero tambin tan rgido a su manera que podras plancharsbanas sobre l. ste era Roland. No se haba alejado ms de un paso cuando unavoz bastante desagradable desde el interior del coche le dijo que debera haber espe-

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    rado a que el lacayo abriese la puerta para l, y que se diera prisa, porque no tenantodo el da.

    El joven corri hacia la multitud y hubo un arreglo general de aspecto en marchaporque, despus de todo, aqu vena el hijo del Barn, que era dueo de la mayor partede la Creta y de casi todas sus casas, y aunque l era un viejo decente, como son losviejos, un poco de cortesa a su familia era sin duda una sabia movida...

    Qu pas aqu? Estn todos bien? dijo.

    La vida en la creta era generalmente agradable y la relacin entre el patrn y elhombre era de respeto mutuo; sin embargo, los trabajadores del campo haban here-dado la idea de que poda ser imprudente tener demasiadas palabras con la gente po-derosa, en caso de que alguna de esas palabras resultara ser una palabra fuera de lu-gar. Despus de todo, todava haba una cmara de tortura en el castillo y aunque nohaba sido utilizada por cientos de aos... bien, mejor estar en el lado seguro, mejor darun paso atrs y dejar que la bruja hablara. Si ella se meta en problemas, poda volar.

    Uno de esos accidentes que tenan que suceder, me temo dijo Tiffany, cons-

    ciente de que ella era la nica mujer presente que no haba hecho una reverencia.Algunos huesos rotos que reparar y unas pocas caras rojas. Todo solucionado, gracias.

    Ya lo veo, ya lo veo! Muy bien hecho, seorita!

    Por un momento, Tiffany pens que poda saborear sus dientes. Seorita, de...l? Era casi, pero no completamente, un insulto. Pero nadie pareca haberse dadocuenta. Era, despus de todo, el tipo de lenguaje que los nobles usaban cuando trata-ban de ser amables y alegres. Est tratando de hablar con ellos como haca su padre,pens, pero su padre lo haca por instinto y era bueno en eso. No se puede hablar conla gente como si fueran una reunin pblica. Ella dijo:

    Muchas gracias, seor.

    Bueno, no tan mal hasta ahora, slo que ahora la puerta del coche se abri denuevo y un exquisito pie blanco toc el pedernal. Era ella: Anglica o Leticia o algunaotra cosa del jardn; de hecho Tiffany saba muy bien que era Leticia, pero segura-mente poda justificar tan slo un pequeo toque desagradable en la intimidad de supropia cabeza? Leticia! Qu nombre. A medio camino entre una ensalada y un estor-nudo. Adems, quin era Leticia para mantener a Roland lejos de la feria de la frega-da? Tendra que haber estado all! Su padre habra estado all si el viejo pudiera! Ymira! Diminutos zapatos blancos! Cunto tiempo duraran en alguien que tenga quehacer un trabajo de veras? Ella se detuvo all: un pocomala era suficiente.

    Leticia mir a Tiffany y a la multitud con algo como miedo y dijo:

    Podemos seguir, por favor? Madre se est enfadando.

    Y as el coche se fue, y el hombre del organillo afortunadamente se fue, y el sol sefue, y en las clidas sombras del crepsculo algunas personas se quedaron. Pero Tif-fany vol sola a casa, en lo alto, donde slo los murcilagos y las lechuzas podan versu rostro.

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    Captulo 2

    LA CENCERRADA

    ELLA TUVO UNA hora de sueo antes que la pesadilla comenzara.

    Lo que ella record ms acerca de esa noche fue el golpeteo de la cabeza del Sr.Petty, contra la pared y el pasamano, mientras lo sacaba de su cama y lo arrastrabadel camisn sucio escalera abajo. Era un hombre corpulento y medio dormido; la otramitad de l estaba muerto de borracho.

    Lo importante era no darle tiempo para pensar, ni siquiera por un momento, mien-tras lo arrastraba detrs de ella como un saco. Tena tres veces su peso, pero ella sab-a nivelar. No podas ser una bruja si no podas maniobrar a alguien ms pesado quet. Nunca seras capaz de cambiar las sbanas de un invlido de otra manera. Y ahoral resbal los ltimos escalones hasta la pequea cocina de la cabaa, y vomit sobre

    el suelo.Ella estaba bastante contenta por eso; estar acostado en el apestoso vmito eralo menos que el hombre mereca, pero tena que ser rpida para hacerse cargo, antesde que tuviera tiempo de recobrar la compostura.

    La aterrorizada Sra. Petty, un ratn de mujer, haba corrido gritando a lo largo delas veredas hacia la taberna de la aldea, tan pronto como los golpes haban comenza-do, y el padre de Tiffany haba enviado a un muchacho para despertarla. El Sr. Dolienteera un hombre con importante visin de futuro y debe haber sabido que el buen humorcervecero despus de un da en la feria puede ser la perdicin de todo el mundo, ycuando Tiffany aceler hacia la cabaa en su escoba, haba escuchado el comienzo de

    la cencerrada.Ella golpe la cara de Petty.

    Puede escuchar eso? exigi, agitando la mano hacia la ventana oscura.Puede orlo? se es el sonido de la cencerrada, y la estn tocando para usted, Sr.Petty, para usted. Y tienen palos! Y tienen piedras! Tienen todo lo que pueden reco-ger, y tienen sus puos y el beb de su hija muri, seor Petty. Usted golpe a su hijatan fuerte, Sr. Petty, que el beb muri, y su esposa est siendo consolada por algunasde las mujeres y todo el mundo sabe que lo ha hecho, todo el mundo lo sabe.

    Mir fijamente a sus ojos inyectados en sangre. Sus manos se haban cerrado deforma automtica en puos porque l siempre haba sido un hombre que pensaba con

    ellos. Pronto iba a tratar de usarlos, ella lo saba, porque era ms fcil golpear quepensar. El Sr. Petty se haba abierto paso por la vida golpeando.

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    La cencerrada se acercaba lentamente, porque es difcil caminar por los camposen una noche oscura cuando uno ha tomado un odre de cerveza, no importa qu tanjusto se est sintiendo ahora. Tena la esperanza de que no entraran en el establo enprimer lugar, porque le colgaran en el acto. Si tena suerte, tan slo le colgaran.Cuando ella mir en el granero y vio que el asesinato se haba cometido, supo que, sinella, se cometera de nuevo. Haba puesto un encanto a la chica para mantener su do-

    lor a distancia, suspendindolo por encima de su propio hombro. Era invisible, por su-puesto, pero en el ojo de su mente quemaba en un naranja ardiente.

    Fue ese muchacho mascull el hombre, con el vmito corrindole por el pe-cho. Viniendo por aqu, trastornndole la cabeza de ella para que no escuchara a sumadre o a m. Y tiene slo trece aos. Es un escndalo.

    Guillermo tiene trece tambin dijo Tiffany, intentando mantener su nivel devoz. Era difcil; la rabia anhelaba salir. Est tratando de decirme que ella era dema-siado joven para un poco de romance, pero lo bastante joven para ser golpeada tanfuerte que sangr por lugares donde no se debe sangrar?

    Ella no poda saber si l haba recobrado realmente sus sentidos, porque el hom-bre tena tan pocos, en el mejor de los casos, que era difcil saber si tena alguno enabsoluto.

    No era correcto, lo que estaban haciendo dijo. Un hombre tiene que tenerdisciplina en su propia casa, despus de todo, no es cierto?

    Tiffany poda imaginar el acalorado lenguaje en la taberna cuando la obertura dela msica termin. No haba muchas armas en los pueblos de la Creta, pero haba co-sas tales como hoces y guadaas, cuchillos para paja y martillos grandes, grandes. Noeran armas hasta que golpeabas a alguien con ellas. Y todo el mundo conoca eltemperamento del viejo Petty, y la cantidad de veces que su esposa dijo a los vecinosque se haba puesto el ojo negro contra una puerta.

    Oh, s poda imaginar la conversacin en la taberna, con la cerveza participan-do, y la gente recordando dnde todas esas cosas que no eran armas colgaban en susgalpones. Cada hombre era el rey en su pequeo castillo. Todo el mundo saba de esobueno, al menos todos los hombres por lo que te ocupabas de tus propios asuntoscuando se trataba del castillo de otro hombre, hasta que el castillo empezaba a olermal, y entonces haba que hacer algo al respecto para que no cayeran todos los casti-llos. El Sr. Petty era uno de los hoscos pequeos secretos del vecindario, pero no erams un secreto.

    Yo soy su nica oportunidad, Sr. Petty dijo. Huya. Coja lo que pueda y sal-

    ga corriendo ahora mismo. Huya a donde nunca hayan odo hablar de usted, y des-pus, corra un poco ms lejos, slo para estar en el lado seguro, porque no ser capazde detenerlos, me entiende? Personalmente, no podra importarme menos lo que lesucede a su miserable cuerpo, pero no quiero ver a la gente buena convertirse en gen-te mala por cometer un asesinato, por lo que simplemente corra a travs de los camposy no voy a recordar en qu direccin se fue.

    No puede echarme de mi propia casa dijo entre dientes, encontrando algndesafo beodo.

    Ha perdido su casa, su mujer, su hija... y su nieto, Sr. Petty. Usted no encon-trar amigos aqu esta noche. Yo slo le ofrezco su vida.

    Fue la bebida la que lo hizo! estall Petty. Se hizo por el trago, seorita!

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    Pero usted bebi el trago, y luego bebi otro trago, y otro ms dijo. Ustedbebi durante todo el da en la feria y slo regres porque la bebida quera ir a la cama.Tiffany poda sentir slo fro en su corazn.

    Lo siento.

    No es suficiente, Sr. Petty, no es suficiente en absoluto. Desaparezca y convir-

    tase en una persona mejor y entonces, quizs, cuando usted vuelva como un hombrecambiado, la gente aqu pueda encontrar eso en su corazn, para decirle hola, o por lomenos saludarlo con la cabeza.

    Ella haba estado mirando sus ojos, y conoca al hombre. Algo en su interior herv-a. Estaba avergonzado, confundido y resentido, y en estas circunstancias, los Petty delmundo golpeaban.

    Por favor, no, Sr. Petty dijo. Tiene usted alguna idea de lo que le suceder-a si golpea a una bruja?

    Ella pens, con esos puos, probablemente me podra matar con un golpe y espor eso que tengo la intencin de mantenerlo con miedo.

    Usted organiz la cencerrada en mi contra, verdad?

    Ella suspir.

    Nadie controla la msica, Sr. Petty, usted lo sabe. Slo aparece cuando laspersonas han tenido suficiente. Nadie sabe dnde comienza. La gente mira a su alre-dedor, y capta la mirada de otro, y se hacen una leve inclinacin de cabeza, y otraspersonas ven eso. Otraspersonas atraen suatencin y as, muy lentamente, comienzala msica y alguien coge una cuchara y la golpea en un plato, y luego alguien golpeauna jarra sobre la mesa y las botas empiezan a golpear en el suelo, cada vez ms fuer-te. Es el sonido de la ira, es el sonido de las personas que han tenido suficiente. Quie-

    re hacer frente a la msica?Cree que es muy inteligente, verdad? gru Petty. Con su escoba y su

    magia negra, ordenando a la gente ordinaria.

    Ella casi lo admir. All estaba, sin amigos en el mundo, cubierto con su propiovmito y olfate: s, haba orina goteando de su camisn sin embargo era bastanteestpido para contestar as.

    No inteligente, Sr. Petty, slo ms inteligente que usted. Y eso no es difcil.

    S? Pero ser inteligente te mete en problemas. Un resbaln de una chica comot, metindose en los asuntos de los dems... Qu vas a hacer cuando la msica

    venga por ti, eh?Corra, Sr. Petty. Salga de aqu. Es su ltima oportunidad dijo. Y probable-

    mente lo era, poda distinguir las voces ahora.

    Bueno, dejara su majestad que un hombre se ponga las botas? dijo consarcasmo. Se agach por ellas junto a la puerta, pero se poda leer al Sr. Petty comoun libro muy pequeo, uno con marcas de dedos en todas las pginas y un trozo de to-cino como sealador.

    Se acerc balanceando los puos.

    Ella dio un paso hacia atrs, atrap su mueca y dej salir el dolor. Lo senta fluir

    por el brazo, dejando un hormigueo, en la mano ahuecada y en Petty: todo el dolor desu hija en un segundo. Lo arroj a travs de la cocina y debe haber quemado todo de-

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    ntro de l, excepto el miedo animal. Corri a la desvencijada puerta de atrs como untoro, pas a travs de ella y se dirigi hacia la oscuridad.

    Ella regres tambaleante al granero, donde arda una lmpara. Segn Yaya Cera-vieja, no sentas el dolor que llevabas, pero era una mentira. Una mentira necesaria.Sentas el dolor que llevabas, y porque no era realmente tu dolor de alguna manerapodas soportarlo, pero al salir te dejaba dbil y conmocionada.

    Cuando la turba que cargaba golpeando cosas lleg, Tiffany estaba sentada tran-quilamente en el establo con la nia dormida. El ruido fue alrededor de la casa, pero noentr; sa era una de las reglas no escritas. Era difcil creer que en la anarqua de lacencerrada haba reglas, pero las haba; poda continuar durante tres noches, o pararen una, y nadie saldra de la casa cuando la msica estaba en el aire y nadie llegaba acasa a escondidas o se volva a casa tampoco, a menos que fuera a pedir perdn,comprensin o diez minutos para preparar sus maletas y salir corriendo. La cencerradano se organizaba. Pareca ocurrir en todo el mundo a la vez. Se produca cuando unaaldea pensaba que un hombre haba golpeado a su mujer demasiado duro o demasia-do salvajemente a su perro, o si un hombre casado y una mujer casada se olvidaban

    que estaban casados con otras personas. Haba otros delitos ms oscuros en contra dela msica tambin, pero no se hablaban de manera abierta. A veces la gente poda de-tener la msica con la reparacin de sus acciones; muy a menudo empacaban y se ale-jaban antes de la tercera noche.

    Petty no hubiera aceptado la sugerencia; Petty hubiera salido agitando los puos.Y habra habido una pelea y alguien hubiera hecho algo estpido, es decir, incluso msestpido que lo que Petty haba hecho. Y entonces el Barn lo sabra y la gente podraperder sus medios de subsistencia, lo que significara que tendra que dejar la Creta e irtal vez tan lejos como diez millas en busca de trabajo y una nueva vida entre extraos.

    El padre de Tiffany era un hombre de instinto agudo y abri suavemente la puertadel establo unos minutos ms tarde, cuando la msica fue decayendo. Ella saba queera un poco embarazoso para l; era un hombre muy respetado, pero de alguna mane-ra, ahora, su hija era ms importante que l. Una bruja no reciba rdenes de nadie, yella saba que los otros hombres se burlaban de l.

    Ella sonri y l se sent en el heno junto a ella mientras la msica salvaje no en-contraba nada para golpear, apedrear o colgar. El Sr. Doliente no desperdiciaba pala-bras en el mejor de los casos. Mir a su alrededor y su mirada cay sobre el pequeobulto, apresuradamente envuelto en paja y sacos, que Tiffany haba puesto donde lania no lo viera.

    As que es verdad, ella estaba embarazada, entonces?S, Pap.

    El padre de Tiffany pareca no mirar a nada en absoluto.

    Mejor si no lo encuentran dijo despus de un intervalo decente.

    S dijo Tiffany.

    Algunos de los muchachos hablaban de colgarlo. No los habramos dejado, porsupuesto, pero habra sido un mal negocio, con la gente tomando partido. Es como unveneno en un pueblo.

    S.Se sentaron en silencio durante un rato. Entonces su padre mir a la muchacha

    dormida.

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    Qu has hecho por ella? pregunt.

    Todo lo que puedo dijo Tiffany.

    Y le hiciste esa cosita aleja-el-dolor que haces?

    Ella suspir.

    S, pero eso no es todo lo que tiene que alejarse. Necesito que me prestes unapala, pap. Voy a enterrar a la pobre cosita en el bosque, donde nadie lo sabr.

    l mir hacia otro lado.

    Me gustara que no fueras t la que haga esto, Tiff. No tienes diecisis aos to-dava y te veo corriendo por all curando a la gente y vendando a la gente y quin sabequ tareas extraas. No deberas tener que estar haciendo todo eso.

    S, lo s dijo Tiffany.

    Por qu? le pregunt de nuevo.

    Debido a que otras personas no lo hacen, o no lo harn, o no pueden, por eso.

    Pero no es tuasunto, verdad?

    Yo lo hice mi asunto. Soy una bruja. Es lo que hacemos. Cuando no es asuntode nadie ms, es miasunto dijo Tiffany rpidamente.

    S, pero todos pensamos que todo iba a ser andar zumbando en escobas y co-sas por el estilo, no cortar las uas de los pies a las viejas.

    Pero la gente no entiende qu es necesario dijo Tiffany. No es que seanmalos, es slo que no piensan. Toma a la vieja Sra. Stocking, que no tiene nada en elmundo a excepcin de su gato y un montn de artritis. La gente le daba un bocado pa-ra comer bastante a menudo, eso es cierto, pero nadie se daba cuenta de que sus

    uas eran tan largas que se enredaban en el interior de sus botas y ella no haba sidocapaz de cortrselas por un ao! La gente de por aqu est bien cuando se trata decomida y un ramo de flores de vez en cuando, pero no estn cuando las cosas se po-nen un poco en el lado complicado. Las brujas se dan cuenta de estas cosas. Oh, hayuna cierta cantidad de zumbar, eso es cierto, pero sobre todo es para llegar rpidamen-te a algn lugar donde hay un lo.

    Su padre sacudi la cabeza.

    Y te gusta hacer esto?

    S.

    Por qu?Tiffany tuvo que pensar en esto, los ojos de su padre no dejaban su rostro.

    Bueno, Pap, sabes cmo Yaya Doliente siempre sola decir: Alimentar al quetiene hambre, vestir al que est desnudo, y hablar por los que no tienen voz. Bueno,supongo que hay lugar all para "Agarrar por aquellos que no se pueden inclinar, llegarpor los que no se pueden estirar, limpiar por los que no se pueden torcer", no crees?Y porque a veces tienes un buen da que compensa por todos los das malos, y slopor un momento, se oye el mundo girar dijo Tiffany. No puedo decirlo de otra ma-nera.

    Su padre la mir con una especie de perplejidad orgullosa.

    Y t crees que vale la pena, verdad?

    S, Pap!

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    Entonces estoy orgulloso de ti, jiggit, ests haciendo un trabajo de hombres!

    Haba utilizado el sobrenombre que slo la familia conoca, y ella lo bes coneducacin y no le dijo que era poco probable ver a un hombre haciendo el trabajo queella haca.

    Qu van a hacer ustedes con los Petty? pregunt.

    Tu madre y yo podramos recibir a la Sra. Petty y su hija y... El Sr. Dolientehizo una pausa y le dirigi una mirada extraa, como si ella le diera miedo. Nunca essencillo, mi nia. Seth Petty era un muchacho bastante decente cuando ramos jve-nes. No era el cerdito ms brillante del chiquero, te lo concedo, pero bastante decentea su manera. Su padre fue un loco; quiero decir, las cosas eran un poco improvisadasen esos das y podras esperar un coscorrn en la cabeza si desobedecas, pero el pa-dre de Seth tena un grueso cinturn de cuero con dos hebillas en l, y lo dejara caersobre Seth slo por mirarlo de una manera rara. Ni hablar de una mentira. Siempre sol-a decr que iba a darle una leccin.

    Parece que lo logr dijo Tiffany, pero su padre levant una mano.

    Y luego estaba Molly aadi. No podra decir que Molly y Seth fueronhechos el uno para otro, porque en verdad ninguno de ellos estaba hecho para nadie,pero supongo que de alguna manera eran felices juntos. En aquellos das, Seth era unarriero, conduciendo los rebaos todo el camino a la gran ciudad a veces. No era el tipode trabajo que necesita mucho aprendizaje, y podra ser que algunas de las ovejas fue-ran un poco ms brillantes que l, pero era un trabajo que necesitaba hacerse, y l co-braba un salario y nadie pensaba lo peor de l por eso. El problema era que eso signifi-caba que dejaba sola a Molly durante semanas cada vez, y... El padre de Tiffany sedetuvo, avergonzado.

    S lo que vas a decirme dijo Tiffany, para ayudarlo, pero l se encarg de ig-

    norarlo.No es que ella fuera una chica mala dijo. Es que ella nunca entendi real-

    mente de qu se trataba, y no haba nadie que le dijera, y tienes todo tipo de extraos yviajeros de paso todo el tiempo. Muy guapos los tipos, algunos de ellos.

    Tiffany se apiad de l, sentado all, con aspecto miserable, avergonzado de decira su nia cosas que su nia no debera saber.

    Entonces ella se inclin y le bes en la mejilla de nuevo.

    Lo s, pap, realmente lo s. mbar no es en realidad su hija, verdad?

    Bueno, nunca he dicho eso, verdad? Podra serlo dijo su padre con torpeza.

    Y se sera el truco, verdad?, pens Tiffany. Tal vez si Seth Petty lo hubiera sa-bido de un modo u otro, podra haber llegado a un acuerdo con el tal vez. Puede ser.Nunca se sabe.

    Pero l no lo saba, tampoco, y habra algunos das en que pensaba que saba yalgunos das en que pensaba lo peor. Y para un hombre como Petty, que era un extra-o para el pensamiento, los pensamientos oscuros rodaran en su cabeza hasta que seenredaran en su cerebro. Y cuando el cerebro deja de pensar, los puos entran.

    Su padre la observaba muy de cerca.

    T sabes acerca de este tipo de cosas? dijo.

    Lo llamamos dar vueltas por las casas. Cada bruja lo hace. Por favor, trata deentenderme, Pap. He visto cosas horribles, y algunas de ellas eran ms horribles por-

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    que eran, bueno, normales. Todos los pequeos secretos detrs de las puertas cerra-das, Pap. Las cosas buenas y las cosas malas que no voy a contarte. Es parte de seruna bruja! Se aprende el sentido de las cosas.

    Bueno, ya sabes, la vida no es precisamente un lecho de rosas para ninguno denosotros... comenz su padre. Hay un momento cuando

    Haba una vieja cerca de Tajada le interrumpi Tiffany. Y muri en su ca-ma. Nada particularmente malo en eso, de veras: ella se haba quedado sin vida. Peroella estuvo all durante dos meses antes de que alguien se preguntara qu haba pasa-do. Son un poco extraos en Tajada. Lo peor de todo fue que sus gatos no podan saliry comenzaron a comerla a ella; quiero decir, ella era loca por los gatos y probablemen-te no le habra importado, pero una de las gatas tuvo gatitos en su cama. En su lechoreal. Fue realmente muy difcil encontrar casas para los gatitos en lugares donde lagente no hubiera odo la historia. Eran hermosos gatitos tambin, bellos ojos azules.

    Eh comenz su padre. Cuando dices "en su cama", quieres decir...

    Con ella todava arriba, s dijo Tiffany. He tenido que hacer frente a los

    muertos, s. Vomitas un poco la primera vez, y luego te das cuenta de que la muerte es,bien, parte de la vida. No es tan malo si piensas en ello como una lista de cosas quehacer, y haces una a la vez. Es posible que tenga un poco de llorar tambin, pero todoes parte de ella.

    Nadie te ayud?

    Oh, un par de seoras me ayudaron cuando toqu a sus puertas, pero en reali-dad ella era asunto de nadie. Puede ocurrir as. La gente desaparece en las grietas. Hizo una pausa. Pap, todava no estamos usando el viejo granero de piedra, ver-dad? Puedes hacer que algunos de los muchachos lo limpien para m?

    Por supuesto dijo su padre. Te importa si pregunto por qu?

    Tiffany escuch su cortesa; estaba hablando con una bruja.

    Creo que estoy teniendo una especie de idea dijo. Y creo que puedo hacerun buen uso de ese granero. Es slo un pensamiento, y en todo caso no har ningndao que se arregle.

    Bueno, todava me siento poderosamente orgulloso cuando te veo corriendopor todo el lugar en esa escoba tuya dijo su padre. Eso es magia, no?

    Todo el mundo quiere que la magia exista, pens Tiffany para s misma, y quese puede decir? No, no lo es? O: S, existe, pero no es lo que piensas? Todo elmundo quiere creer que podemos cambiar el mundo chasqueando los dedos.

    Los enanos las hacen dijo. No tengo ni idea de cmo funcionan. Quedarsesobre ellas, ese es el truco.

    La cencerrada haba muerto ahora, posiblemente porque no haba nada quehacer, o tal vez porque y esto era muy probable si los msicos regresaban a la ta-berna pronto, podra haber tiempo para otro trago antes de que cerrara.

    El Sr. Doliente se puso de pie.

    Creo que deberamos llevar a esta chica a casa, no?

    Mujer joven corrigi Tiffany, inclinndose sobre ella.

    Qu?

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    Mujer joven dijo Tiffany. Se merece eso, al menos. Y creo que debera lle-varla a otro lugar primero. Ella necesita ms ayuda que la que yo puedo darle. Puedespor favor ir a pedir prestada una cuerda? Tengo una correa de cuero en el palo de es-coba, por supuesto, pero no creo que vaya a ser suficiente. Ella escuch un ruido porencima del pajar, y sonri. Algunos amigos pueden ser tan confiables.

    Pero el Sr. Doliente se vea sorprendido.

    Te la llevars?

    No muy lejos. Tengo que hacerlo. Pero mira, no te preocupes. Si mam preparauna cama extra pronto la tendr de vuelta.

    Su padre baj la voz.

    Son ellos, no? Todava te siguen?

    Bueno dijo Tiffany, ellos dicen que no, pero sabes que los Nac Mac Feegleson unos pequeos mentirosos!

    Haba sido un da largo, y no uno bueno, de lo contrario no habra sido tan injusta,

    pero curiosamente no hubo respuesta desde arriba. Para su sorpresa, la falta deFeegles era de repente casi tan inquietante como una sobredosis.

    Y luego, para su deleite, una pequea voz dijo:

    Ja, ja, ja, ella no nos agarr esta vez, s, muchachos? Seguimos tan silencio-sos como pequeos ratones! La gran hag pequeita no sospecha nada! Muchachos?Muchachos?

    Wullie Tonto, juro que no tenis suficiente cerebro para sonarte la nariz dijouna voz similar, pero enojada. Qu parte de tae no decir una sola palabra no en-tendis? Och, crivens!

    Este ltimo comentario fue seguido por los sonidos de una reyerta.El Sr. Doliente mir nerviosamente a la azotea y se acerc ms.

    Sabes que tu madre est muy preocupada por ti? Sabes que acaba de serabuela de nuevo. Ella est muy orgullosa de todos ellos. Y de ti tambin, por supuestoaadi apresuradamente. Pero todo este asunto de bruja, bueno, ese no es el tipode cosas que un joven busca en una esposa. Y ahora que t y el joven Roland...

    Tiffany trat con esto. Tratar era tambin parte de la brujera. Su padre parecatan miserable que ella puso su rostro alegre y le dijo:

    Si yo fuera t, pap, querra ir a casa y dormir tranquilo. Voy a arreglar las co-

    sas. En realidad, hay un rollo de cuerda por ah, pero estoy segura de que no voy a ne-cesitarla ahora.

    Pareci aliviado por esto. Los Nac Mac Feegle podan ser bastante preocupantespara los que no los conocan muy bien, aunque ahora que lo pensaba, podan ser muypreocupantes durante todo el tiempo que los haba conocido; un Feegle en tu vida muypronto la cambiaba.

    Han estado aqu todo este tiempo? pregunt, tan pronto como su padre sa-li.

    Por un momento llovieron trozos de heno y Feegles enteros.

    El problema de enojarse con los Nac Mac Feegle es que era como enojarse conuna caja de cartn o con el clima; no haca ninguna diferencia. Ella tena que continuarde todos modos, porque ya era una especie de tradicion.

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    Roba A Cualquiera! Prometiste no espiarme!

    Roba levant una mano.

    Ah bien, vos lo teneis, bastante correcto, pero es una de esas equivocaciones,seorita, porque no estbamos espiando, verdad, muchachos?

    La masa de pequeas figuras azules y rojas que ahora cubra el suelo del granero

    levant su voz en un coro de flagrante mentira y perjurio. Disminuyeron al ver su expre-sin.

    Por qu es, Roba A Cualquiera, que persisten en la mentira cuando se venatrapados in fraganti?

    Ah bien, eso es fcil, seorita dijo Roba A Cualquiera, que era tcnicamenteel jefe de los Nac Mac Feegle. Despus de todo, sabis, cul sera el sentido dementir cuando no has hecho nada malo? De todos modos, ahora estoy herido de muer-te en mis vsceras a causa de mi buen nombre calumniado dijo, sonriendo. Cun-tas veces os he mentido, seorita?

    Setecientas cincuenta y tres veces dijo Tiffany. Cada vez que prometiste no

    interferir en mis asuntos.Ah, bien dijo Rob A Cualquiera, vos sois an nuestra gran hag pequeita.

    se puede o puede no ser el caso dijo Tiffany con altivez, pero yo soy mu-cho ms grande y mucho menos pequea que lo que sola ser.

    Y mucho ms vieja dijo una voz alegre. Tiffany no tuvo que mirar para saberquin estaba hablando. Slo Wullie Tonto podra meter la pata hasta su cuello. Ellamir su pequeo rostro radiante. Y l nunca entenda bien qu era lo que estabahaciendo mal.

    Hag! No sonaba bonito, pero cada bruja era una hag para los Feegles, no obs-

    tante qu tan joven fuera. Ellos no queran decir nada con eso bueno, probablemen-teno queran decir nada con eso, pero una no poda decirlo con certeza y a vecesRoba A Cualquiera sonrea cuando lo deca, pero no era su culpa que para cualquierade ms de seis pulgadas de alto la palabra significaba alguien que peinaba su pelo conun rastrillo y tena dientes peores que una oveja vieja. Que te llamen una hag cuandotienes nueve aos puede ser algo gracioso. No es tan divertido cuando tienes casi die-cisis aos y has tenido un da muy malo y muy poco sueo y realmente, realmente, tevendra bien un bao.

    Roba A Cualquiera claramente se percat de esto, porque se volvi hacia su her-mano y le dijo:

    Vos tendrais en la mente, oh hermano mo, que hay momentos en que debismeter la cabeza en el culo de un pato en vez de hablar?

    Wullie Tonto mir a sus pies.

    Lo siento, Roba. Yo no pude encontrar un pato ahora.

    El jefe de los Feegles mir a la nia en el suelo, durmiendo suavemente bajo sumanta, y de repente todo fue serio.

    Si hubiramos estado aqu cuando esa paliza estaba ocurriendo, habra sido unmal da para l, yo os voy a decir dijo Roba A Cualquiera.

    Menos mal que no estabas aqu entonces dijo Tiffany. No quieres encontrargente yendo hasta el montculo con palas, verdad? Te mantienes lejos de los bigjobs,me oyes? Ustedes los ponen nerviosos. Cuando las personas se ponen nerviosas, se

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    enfadan. Pero ya que estn aqu pueden ser tiles. Quiero que lleves a esta pobre mu-chacha hasta el montculo.

    S, lo sabemos dijo Rob. No fue la misma kelda que nos envi aqu paraencontrarte?

    Ella saba de esto? Jeanniesaba acerca de esto?

    Yo no tengo el conocimiento dijo Rob nervioso.l siempre se pona nervioso al hablar de su esposa, Tiffany lo saba. La amaba

    con locura, y el pensamiento de ella con el ceo fruncido en su direccin volva sus ro-dillas de jalea. La vida de todos los otros Feegles en general se trataba de lucha, robo yborracheras, con unas pocas partes adicionales como la obtencin de alimentos, sobretodo ganado, y lavar la ropa, que en su mayora no lo hacan. Como marido de la kelda,Roba A Cualquiera tena que hacer la Explicacin tambin, y eso nunca fue un trabajofcil para un Feegle.

    Jeannie tiene el conocimiento de las cosas, sabis? dijo, sin mirar directa-mente a Tiffany. Sinti pena por l, entonces; debe ser mejor estar entre la espada y la

    pared que estar entre una kelda y una hag, pens.

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    Captulo 3

    SOS QUE SE AGITAN EN SU SUEO

    La Luna estaba bien alta y converta al mundo en un rompecabezas de bordes afi-

    lados de color negro y plata cuando Tiffany y los Feegles se dirigieron a las colinas. LosNac Mac Feegle podan moverse en absoluto silencio cuando queran; Tiffany haba si-do cargada por ellos, y siempre fue un paseo suave, y realmente muy agradable, espe-cialmente si haban tomado un bao en el ltimo mes, ms o menos.

    Cada pastor en las colinas deba haber visto el montculo Feegle en algn mo-mento u otro. Nadie hablaba de ello. Algunas cosas era mejor dejarlas tcitas, como elhecho de que la prdida de corderos en la colina donde vivan los Feegles era muchomenor que en las zonas ms distantes de la Creta, pero por otro lado unas pocasove-jas desapareceran; seran los corderos dbiles o las ovejas muy viejas (a los Feeglesles gustaba el cordero fuerte, de edad, del tipo que podan masticar durante horas)los rebaos eran custodiados, y la custodia se pagaba. Adems, el montculo estabamuy cerca de todo lo que quedaba de la cabaa de pastoreo de Yaya Doliente, y saera casi tierra santa.

    Tiffany poda oler el humo que escapaba a travs de los arbustos espinosos mien-tras se acercaban. Bueno, por lo menos era una bendicin que ella no tuviera que des-lizarse por el agujero para entrar; ese tipo de cosas estaba muy bien cuando tenasnueve, pero cuando tienes casi diecisis es indigno, la ruina de un buen vestido y, aun-que ella no lo admitira, demasiado estrecho para estar cmoda.

    Pero Jeannie la Kelda haba estado haciendo cambios. Haba un viejo pozo decreta muy cerca del montculo, al que se llegaba por un pasadizo subterrneo. La kelda

    haba puesto a los muchachos a trabajar en esto con trozos de hierro corrugado y lonaque haban "encontrado", de esa manera muy particular que tenan de encontrar co-sas. Todava pareca un pozo de caliza tpico de las tierras altas, porque zarzas y videsHenry Escalada y Betty Piruetas haban sido entrenadas, de modo que un ratn apenassera capaz de encontrar su camino adentro. El agua, sin embargo, poda entrar, gote-ando en el hierro y llenando los barriles por debajo; haba un espacio mucho ms gran-de ahora para cocinar, e incluso suficiente espacio para que Tiffany bajase si recordabagritar su nombre primero, cuando manos escondidas tiraban de cuerdas y abran elcamino a travs de las intransitables zarzas como por arte de magia. La kelda tena supropio bao privado ah abajo: los Feegles se daban un bao slo cuando algo se losrecordaba, como un eclipse de luna.

    mbar fue entrada a toda velocidad por el agujero y Tiffany esper con impacien-cia cerca del sitio correcto en el bosque de zarzas hasta que las espinas, por arte demagia, se hicieron "a un lado".

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    Jeannie, la Kelda, casi tan redonda como una pelota, la estaba esperando, unbeb en cada brazo.

    Estoy muy contenta de verte, Tiffany dijo ella, y por alguna razn eso sonabaextrao y fuera de lugar. Les he dicho a los muchachos tae ir a desahogarse fuera continu la kelda. ste es un trabajo de mujer, y no una buena tarea para nada, es-toy segura que estaris de acuerdo. La han colocado cerca del fuego y he empezado aponer balsmicos en ella. Yo creo que ella lo va a soportar bien, pero fue un buen tra-bajo el que habis hecho esta noche. Tu famosa Sra. Ceravieja misma no podra haberhecho un mejor trabajo.

    Ella me ense a eliminar el dolor dijo Tiffany.

    No me digis? dijo la kelda, lanzando a Tiffany una mirada extraa. Espe-ro que nunca tengis ocasin para lamentar el da que os hizo esta... amabilidad.

    En este punto, varios Feegles aparecieron por el tnel que conduca al montculoprincipal. Miraron con inquietud de su kelda a su hag, y un vocero muy reacio dijo:

    No es por interrumpir nada, seoras, pero estaba preparando un pequeo bo-

    cadillo de madrugada, y Roba dice que pregunte si la gran hag pequeita quisiera unapequea probada.

    Tiffany olfate. Haba un olor definido en el aire, y era el tipo de aroma que sepercibe cuando tienes carne de ovino en estrecha colaboracin con, por ejemplo, unmolde para hornear. Muy bien, pens, sabemos que lo hacen, pero podran tener losbuenos modales de no hacerlo delante de m!

    El vocero deba haberse dado cuenta de esto porque, mientras estrujaba frenti-camente el borde de su kilt con las dos manos, como hacan generalmente los Feeglescuando estaban diciendo una mentira enorme, aadi:

    Bueno, creo que escuch que tal vez un trozo de oveja cay accidentalmenteen la olla cuando cocinaba y tratamos de sacarlo afuera, pero bueno, sabis comoson las ovejas, entr en pnico y se defendi. En este punto, el evidente alivio delvocero por ser capaz de improvisar algn tipo de excusa le llev a intentar una mayoraltura en la ficcin, y continu: Pienso que se debe haber suicidado por no tener na-da que hacer durante todo el da ms que comer hierba.

    Mir esperanzado a Tiffany para ver si esto haba funcionado, justo cuando la kel-da lo interrumpa, diciendo:

    Pequeo Bocadulce Jock, tan slo ve all dentro y di que a la gran hag pequei-ta le gustara un sndwich de cordero, de acuerdo? Mir a Tiffany y le dijo: No

    discutis, chica. Me parecis tae no haber tenido una decente comida caliente. Yo sbien que las brujas se encargan de todo el mundo menos de s mismas. Id a correr porah, muchachos.

    Tiffany todava poda sentir una tensin en el aire. La solemne mirada de la keldase qued fija en ella y, despus Jeannie dijo:

    Te acuerdas de ayer?

    Sonaba como una pregunta tonta, pero Jeannie nunca fue tonta. Vala la penapensar, aunque Tiffany aor algunas ovejas suicidas y una noche de sueo decente.

    Ayer bueno, supongo que es el da antes de ayer ahora me llamaron a Sin-

    hebilla dijo pensativa. El herrero no haba tenido cuidado con su fragua, y se habaabierto y le dispar brasas por toda su pierna. Yo lo trat y le quit el dolor, que puseen su yunque. Por hacer esto, me pagaron veinticuatro libras de papas, tres pieles de

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    venado curado, la mitad de un cubo de clavos, una sbana vieja pero bastante til parahacer vendajes y un frasco pequeo de grasa de erizo, que su esposa jur que era unremedio capital para la inflamacin de los intestinos. Tambin com una buena porcinde guiso con la familia. Entonces, ya que estaba en los alrededores, me fui a Muchas-hebillas, donde atend el pequeo problema del Sr. Gower. Le mencion la grasa deerizo, y l dijo que era una cura maravillosa para los innombrables, y negoci conmigo

    un jamn entero por la jarra. La Sra. Gower me hizo t y me permiti recoger una grancanasta de amor-en-un-aprieto, que crece con mayor libertad en su jardn que en cual-quier otro sitio. Tiffany se detuvo un momento. Oh, s, y entonces me detuve en Findel Ingenio para cambiar una cataplasma, y luego fui y atend al Barn, y luego, por su-puesto, el resto del da fue para m, ja! Pero, en general no fue un mal da, como vanlos das, con la gente demasiado ocupada pensando en la feria.

    Y como pasan los das, el da ha pasado dijo la kelda, y sin duda fue unoajetreado y til. Pero durante todo el da tuve premoniciones sobre vos, Tiffany Dolien-te. Jeannie levant una pequea mano color marrn nuez cuando Tiffany comenz aprotestar, y continu: Tiffany, debis saber que yo os cuido. Vos sois la hag de lascolinas, despus de todo, y yo tengo el poder de veros en mi cabeza, para mantener unojo sobre vos, porque alguien debe hacerlo. S que lo sabis porque sois inteligente, ys que fings que yo no s, como yo finjo no saber lo que s, y estoy segura de que vostambin sabis, no?

    Voy a tener que escribir todo eso con un lpiz y papel dijo Tiffany, tratando dererse.

    Es nae divertido! Puedo veros nublada en mi cabeza. Peligro en torno a vos. Ylo peor de todo es que no puedo ver de dnde viene. Y eso no es correcto!

    Cuando Tiffany abri la boca, media docena de Feegles lleg corriendo por eltnel desde el montculo, llevando una fuente entre ellos. Tiffany no pudo dejar de no-

    tar, porque las brujas siempre notan las cosas si posiblemente pueden, que la decora-cin azul alrededor del borde de la fuente se pareca mucho al segundo mejor serviciode cena de su madre. El resto de la fuente estaba cubierta por un pedazo grande decarnero, junto con patatas asadas. Ola maravillosamente, y su estmago se hizo cargode su cerebro. Una bruja tomaba sus comidas cuando poda, y estaba feliz de recibir-las.

    La carne haba sido cortada por la mitad, aunque la mitad de la kelda era ligera-mente menor que la mitad de Tiffany. En sentido estricto, no se puede tener una mitadms pequea que la otra mitad, porque no sera una mitad, pero los seres humanossaben lo que significa. Y las keldas siempre tenan un apetito enorme para su tamao,

    ya que tenan bebs para hacer.ste no era el momento para hablar de todos modos. Un Feegle ofreci a Tiffany

    un cuchillo que era, de hecho, una espada Feegle de doble filo, y levant una lata bas-tante sucia con una cuchara pegada en ella.

    Condimento? sugiri tmidamente.

    Esto era un poco aristocrtico para una comida Feegle, a pesar de que Jeannielos civilizaba un poco, en la medida en que podras civilizar a un Feegle. Por lo menostenan la idea. Sin embargo, Tiffany comprenda lo suficiente para ser cautelosa.

    Qu hay adentro? pregunt ella, sabiendo que se trataba de una pregunta

    peligrosa.Oh, cosas maravillosas dijo el Feegle, haciendo sonar la cuchara en la lata.

    Hay manzano silvestre, y semillas de mostaza, y rbano picante, y caracoles, y hierbas

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    silvestres, y ajo y una pizca de Johnny-vino-tarde. Pero haba farfullado una palabraun poco demasiado rpido para el gusto de Tiffany.

    Caracoles? interrumpi ella.

    Oh s, s, muy nutritivos, llenos de vitaminas y minerales, sabeis, y esas peque-as pro-tenas, y lo mejor es, con bastante ajo, tienen sabor a ajo.

    Qu sabor tienen si noutilizas el ajo? dijo TiffanyCaracoles dijo la Kelda, compadecida del camarero, y tengo que decir que

    estn comiendo bien, mi nia. Los chicos los dejan salir por la noche para pastar en lacol salvaje y la lechuga perro. Son muy sabrosos, y creo que podrais aprobar el hechode que no hay robo implicado.

    Bueno, eso era algo bueno, tuvo que admitir Tiffany. Los Feegles robaban, conalegra y repetidamente, tanto por deporte como por cualquier otra cosa. Por otra parte,con las personas correctas, en el lugar correcto, en el momento correcto, podan sermuy generosos, y esto estaba, afortunadamente, pasando ahora mismo.

    An as, los Feegles cultivan? dijo en voz alta.Oh, no dijo el vocero Feegle, mientras sus compaeros detrs de l hacan

    una pantomima de insultado disgusto haciendo 'puaj' y metindose los dedos en la gar-ganta. No es cultivo, es ganadera, como es conveniente para ellos, que son libres deespritu y les gusta sentir el viento levantando su kilt. Tened en cuenta, las estampidaspueden ser un poquito vergonzosas.

    Toma un poco, por favor suplic la kelda. Eso les alentar.

    De hecho, la nueva cocina Feegle era muy sabrosa. Tal vez sea cierto lo que di-cen, pens Tiffany, que todo va con ajo. Excepto la crema.

    No te preocupes por mis muchachos dijo Jeannie cuando ambas hubieroncomido hasta saciarse. Los tiempos estn cambiando y creo que ellos lo saben. Paravos tambin. Cmo os sents?

    Oh, t sabes. Lo de siempre dijo Tiffany. Cansada, nerviosa y molesta. Esetipo de cosas.

    Vos trabajis muy duro, mi nia. Me temo que no tenis bastante para comer, yciertamente puedo ver que no dorms lo suficiente. Cundo habis pasado una nochede sueo en una cama adecuada, me pregunto? Vos debis tener sueo; no podispensar apropiadamente sin tiempo para descansar. Me temo que pronto necesitaristoda la fuerza que podis reunir. Dejaris que ponga un blsamo en vos?

    Tiffany volvi a bostezar.Gracias por la oferta, Jeannie dijo ella, pero no creo que lo necesite, si es

    lo mismo para ti. Haba un montn de vellones grasientos en la esquina, que proba-blemente no mucho antes pertenecieron a las ovejas que haban decidido decir adis almundo cruel y suicidarse. Se vean muy acogedores. Mejor voy a ver a la nia. Laspiernas de Tiffany no parecan querer que se moviera. Sin embargo, espero que ellaest tan segura como en casa en un montculo Feegle.

    Oh, no dijo Jeannie suavemente cuando los ojos de Tiffany se cerraron.Mucho, muchoms segura que en casa.

    Cuando Tiffany estuvo roncando, Jeannie camin lentamente hacia arriba y aden-tro del montculo. mbar estaba acurrucada junto al fuego, pero Roba A Cualquierahaba colocado a algunos de los Feegles ms viejos y sabios a su alrededor. Esto se

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    deba a la lucha nocturna que estaba en curso. Los Nac Mac Feegle luchaban con lafrecuencia que respiraban, y, generalmente, al mismo tiempo. Era una forma de vida,en cierto modo. Adems, cuando slo tienes unas cuantas pulgadas de altura, tienes elmundo entero para pelear y as puedes aprender pronto.

    Jeannie se sent junto a su marido y mir la reyerta por un tiempo. Los jvenesFeegles iban rebotando en las paredes, en sus tos y unos en otros. Luego dijo:

    Roba, os parece que estamos criando a nuestros chicos adecuadamente?

    Roba A Cualquiera, que era sensible al humor de Jeannie, ech una mirada a lania durmiente.

    Oh s, sin lugar a dudas Oye, no visteis eso? Muy-poco-ms-pequeo-que-pequeo-Jock-Jock pate a Wullie Tonto en el pog! Maravilloso en la pelea sucia, yslo tiene tres pulgadas de alto!

    l va a hacer un gran guerrero, un da, Roba, es muy cierto dijo Jeannie,pero...

    Yo siempre les digo Roba A Cualquiera continu con entusiasmo mientras eljoven Feegle volaba sobre sus cabezas, que el camino hacia el xito es siempre ata-car slo a los que son mucho ms grandes que vos! Regla importante!

    Jeannie suspir cuando otro Feegle joven choc contra la pared, sacudi la cabe-za y se precipit de nuevo en la pelea. Era casi imposible hacer dao a un Feegle.Cualquier ser humano que tratase de pisotear un Feegle se encontrara con que el pe-queo hombre que crea que estaba bajo su bota estaba, de hecho, subiendo por lapierna del pantaln, y despus el da slo poda empeorar. Adems, si has visto a unFeegle, haba probablemente muchos ms en torno que no habas visto, y que sin dudatehaban visto.

    Tal vez los bigjobs tienen mayores problemas porque son ms grandes que noso-tros, pens la Kelda. Suspir para sus adentros. Ella nunca dejara que su marido losupiera, pero a veces se preguntaba si a un joven Feegle podra ser provechoso ense-arle algo as como, bien, contabilidad. Algo que no significara que tenas que rebotaren las paredes, y que no significara que tenas que pelear todo el tiempo. Pero enton-ces, iba a seguir siendo un Feegle?

    Temo por la gran hag pequeita, Roba dijo. Algo est mal.

    Ella quera ser una hag, nia dijo Roba. Ahora tiene que soportar su desti-no, igual que nosotros. Ella es una luchadora excelente, vos sabis. Bes al Seor delInvierno a su muerte y golpe a la Reina de los Elfos con una sartn. Y tengo en mente

    la ocasin en que una bestia invisible se meti en su cabeza, y ella la combati y la en-vi fuera. Ella lucha.

    Oh, lo s bastante bien dijo la Kelda. Ella bes en la cara al invierno e hizovenir de nuevo la primavera. Fue una gran cosa lo que ella hizo, por supuesto, perotena el manto del verano con ella. Fue ese poder que enfrent con l, no slo el suyo.Ella lo hizo bien, de acuerdo, no se me ocurre nadie que lo hubiera hecho mejor, perodebe tener cuidado.

    Qu enemigo puede tener que no pueda enfrentarse con ella? pregunt Ro-ba.

    No puedo decirlo dijo la Kelda, pero en mi cabeza, parece que algo as.Cuando bes al invierno, l me sacudi hasta mis races; pareca que sacuda el mun-do, y no puedo sino preguntarme si podra haber de sos que se agitan en su sueo.Debes asegurarte, Roba A Cualquiera, de mantener ms de un ojo sobre ella.

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    Captulo 4

    EL CHELN REAL

    TIFFANY DESPERT HAMBRIENTA y al sonido de risas. mbar estaba despier-ta y, contra toda probabilidad, feliz.

    Tiffany se enter por qu cuando logr estrujar algo ms de s misma en el tnelque llevaba al montculo. La nia estaba todava acurrucada a un costado, pero un gru-po de jvenes Feegles la entretena con saltos mortales y volteretas y en ocasionesdanzando de manera graciosa.

    La risa era ms joven que mbar; sonaba como la risa de un beb cuando ve co-sas brillantes de colores bonitos. Tiffany no saba cmo trabajaban los blsamos, peroeran mejores que cualquier cosa que pudiera hacer una bruja; parecan tranquilizar a la

    gente y hacerlos mejores, desde adentro hacia afuera de su cabeza. Te hacan bien y,lo mejor de todo, te hacan olvidar. A veces, le pareca a Tiffany, la Kelda hablaba deellos como si estuvieran vivos pensamientos vivos tal vez, o amables criaturas vivasque de alguna manera se llevaban las cosas malas.

    Lo est haciendo bien dijo la Kelda, apareciendo de ningn lugar. Lo va asoportar bien. Habr pesadillas cuando la oscuridad salga. Los blsamos no puedenhacerlo todo. Ella va a volver en s misma ahora, desde el principio, y eso es lo mejor.

    Todava estaba oscuro, pero se vislumbraba la aurora en el horizonte. Tiffany ten-a un trabajo sucio que hacer antes del amanecer.

    Puedo dejarla aqu con ustedes por un rato? dijo. Hay una pequea tareaque debe ser hecha.

    No debera haberme ido a dormir, pens mientras suba del pozo. Debera habervuelto de inmediato! No debera haber dejado a la pobre cosita all!

    Sac la escoba de los arbustos espinosos cerca del montculo, y se detuvo en se-co. Alguien la estaba observando, lo poda sentir en la nuca. Se dio vuelta bruscamentey vio a una anciana de negro, bastante alta, pero apoyada en un cayado. Mientras Tif-fany miraba, la mujer desapareci, lentamente, como si se evaporase en el paisaje.

    Seora Ceravieja? dijo Tiffany al vaco, pero era una tontera. Yaya Ceravie-ja no se vera ni muerta con un cayado, y desde luego no sera vista con uno en vida. Y

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    hubo un movimiento en el rabillo de su ojo. Cuando se gir de nuevo haba una liebre9,parada en las patas traseras, observndola con inters y ningn signo de temor.

    Eso era lo que hacan, por supuesto. Los Feegles no las cazaban, y el perro pas-tor promedio se quedara sin piernas antes de que una liebre se quedase sin aliento. Laliebre no tena una madriguera sofocante donde ser atrapada; la velocidad era dondeviva una liebre, disparando a travs del paisaje como un sueo del viento poda dar-se el lujo de sentarse y ver al lento mundo pasar.

    sta estall en llamas. Brill por un momento y luego, totalmente ilesa, se dio a lafuga en un borrn.

    Muy bien, pens Tiffany cuando la escoba qued libre, vamos a abordar estodesde el punto de vista del sentido comn. El csped no est chamuscado y las liebresno son conocidas por estallar en llamas, por lo que Se detuvo cuando una pequeatrampilla se abri en su memoria.

    La liebre corri hacia el fuego.

    Haba visto eso escrito en alguna parte? Lo haba escuchado como parte de

    una cancin? Una cancin de cuna? Qu tena la liebre que ver con nada? Pero ellaera una bruja, despus de todo, y haba un trabajo que hacer. Los presagios misterio-sos podan esperar. Las brujas saban que haba presagios misteriosos todo el tiempo.El mundo siempre estaba muy cerca de ahogarse en presagios misteriosos. Slo habaque escoger el que era conveniente.

    Los murcilagos y las lechuzas se alejaban sin esfuerzo del camino de Tiffanymientras ella aceleraba sobre el pueblo dormido. La casa de Petty estaba en el mismoborde. Tena un jardn. Todas las casas en el pueblo tenan un jardn. La mayora deellas tena un jardn lleno de verduras o, si la mujer tena el control, mitad verduras ymitad flores. La casa de Petty tena al frente un cuarto de acre de ortigas.

    Eso haba irritado siempre a Tiffany hasta sus botas de campo. Qu tan difcilhubiera sido arrancar las malas hierbas y poner un cultivo decente de patatas? Todo loque necesitaba era estircol, y haba mucho de eso en un pueblo agrcola; el truco eraevitar que entrara en la casa. El Sr. Petty podra haber hecho un esfuerzo.

    l haba vuelto a la granja, o por lo menos alguien lo haba hecho. El beb estabaahora arriba del montn de paja. Tiffany haba venido preparada con algo de ropa vieja,pero todava til, que era por lo menos mejor que la arpillera y la paja. Pero alguienhaba acomodado el pequeo cuerpo, y puesto flores alrededor de l, salvo que las flo-res eran, de hecho, ortigas. Tambin haba encendido una vela en uno de los candela-bros de hojalata que posea cada casa en la aldea. Un candelabro. Una llama. Sobre

    un montn de paja suelta. En un granero lleno de heno seco como yesca y ms paja.Tiffany mir con horror, y luego oy el gruido arriba. Un hombre estaba colgandodelas vigas del establo.

    Que crujieron. Un poco de polvo y algunos fragmentos de heno flotaron haciaabajo. Tiffany los cogi rpidamente y levant la vela antes de que la prxima cada demanojos incendiara todo el granero. Estaba a punto de soplarla cuando se le ocurrique la dejara en la oscuridad con la figura suavemente giratoria que poda o no ser uncadver. La dej muy cuidadosamente cerca de la puerta y rebusc hasta encontrar al-go afilado. Pero esto era el granero de Petty, y todo estaba desafilado, a excepcin deuna sierra.

    9 Sea cual sea el sexo de una liebre, para el verdadero hombre de campo, todas las liebres se conocen como"ella".

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    Tena que ser l ah arriba! Quin ms podra ser?

    Sr. Petty? dijo, trepando por las polvorientas vigas.

    Hubo algo as como un silbido. Eso era bueno?

    Tiffany logr enganchar una pierna alrededor de un travesao, dejando una manolibre para empuar la sierra. El problema era que necesitaba dos manos ms. La cuer-

    da estaba apretada alrededor del cuello del hombre, y los dientes romos de la sierrarebotaron en ella, por lo que el hombre se balance an ms. Y l estaba empezando aluchar tambin, el tonto, de modo que la cuerda no slo se balance, tambin se retor-ci. En un momento, ella caera.

    Hubo un movimiento en el aire, un destello de hierro, y Petty cay como una pie-dra. Tiffany logr mantener el equilibrio el tiempo suficiente para tomar una viga polvo-rienta y medio trepar y medio deslizarse detrs de l.

    Sus uas se clavaron en la soga del cuello, pero estaba tan tirante como un tam-bor... y debera haber habido un toque de trompeta porque de repente Roba A Cual-quiera estaba all, justo enfrente de ella; levant una pequea espada brillante y la mir

    interrogativo.Ella gimi para sus adentros. Qu tan bueno eres, Sr. Petty? Qu tan bueno

    has sido? Ni siquiera puedes colgarte a ti mismo correctamente. De qu sirve lo quehaces? No debera estar haciendo al mundo y a ti un favor por dejarte terminar lo queempezaste?

    As era la cosa con los pensamientos. Se pensaban a s mismos, y luego caan entu cabeza con la esperanza de que pensases as tambin. Tenas que abofetearlos, apensamientos como sos; dominaran a una bruja si ella se los permitiese. Y entoncestodo se vendra abajo, y no quedara nada, salvo el cacareo.

    Ella haba odo decir que, antes de poder entender a cualquiera, haba que cami-nar una milla en sus zapatos, lo cual no tena mucho sentido porque, probablementedespus de que hubieras caminado una milla en sus