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R E V I S T A / A L / H Á B I T A T / F E B R E R O 2 0 0 6 / 1 [5]

HABITAR COMO FUNDAMENTO DE LA DISCIPLINA DE LA ARQUITECTURA

Habitar como fundamento de la disciplinaHabitar como fundamento de la disciplinaHabitar como fundamento de la disciplinaHabitar como fundamento de la disciplinaHabitar como fundamento de la disciplinade la Arde la Arde la Arde la Arde la ArqqqqquituituituituitecturecturecturecturecturaaaaaAlberto Saldarriaga RoaArquitecto, Profesor TitularUniversidad Nacional de Colombia, sede Bogotá.

¿Cuál es el fundamento de la arquitectura como disci-plina? Una respuesta se encuentra al indagar en el «ha-bitar» como parte esencial de la vida humana en la Tie-rra. Para el ser humano habitar sin arquitectura puedellegar a ser imposible. Para la arquitectura es imposibledesprenderse del sentido de habitar.

Habitar es ocupar un territorio y vivir en el. Vivir quieredecir, exactamente, que se dispone de un lugar espe-cialmente destinado para permanecer, para sentirseseguro, para preparar los alimentos, para guardar uten-silios y cosas, para procrear y criar nuevas generacio-nes de seres humanos. Habitar es afirmar la presenciade la vida en el territorio.

Habitar en el mundo significa disponer de espacios yedificaciones construidas con el propósito explícito dealojar seres humanos. Habitar y construir son, segúnMartin Heidegger, dos fenómenos íntimamente relacio-nados con la existencia humana.

Habitar parece ser una condición propia de la vida en elplaneta, en todas sus formas. La planta se arraiga en elsuelo del cual obtiene nutrientes. El animal dispone de unterritorio tan amplio como sus instintos y necesidadesdemandan. Cada especie delimita un espacio vital en elque habita. Algunas especies animales construyen susnidos o sus panales, cavan sus madrigueras o forman susmontículos como espacios propios y exclusivos. Otrasespecies migran. Ninguna de ellas hace arquitectura. Parala humanidad habitar significa mucho más que para lasplantas o animales. La supervivencia y la reproducciónde la especie son instintos básicos compartidos con otrasformas de vida. La conciencia de la muerte, del tiempo,de la vida misma le es propia. Habitar es asegurar super-vivencia, continuidad y es también una afirmación de la

vida y una defensa contra el miedo a la muerte. La «habi-tación» es un lugar íntimamente relacionado con la an-gustia existencial del ser humano, es su alivio.

Para el ser primitivo la conciencia de disponer de un lugarprotegido para la permanencia y el reposo se impuso gra-dualmente sobre el deambular por el territorio a mercedde contingencias y accidentes. El sedentario construyósu albergue en comunidad y la permanencia en un lugarle permitió reflexionar sobre su condición y desarrollartodo aquello que le era posible. La «cultura» humanasurgió en el momento en que el ser arraigado en un lugarexpandió sus capacidades y obtuvo su subsistencia me-diante el control del territorio y sus recursos. La apariciónde las formas urbanas llevaron la humanidad a otro esta-dio en el que el habitar se ofreció ya en un medio «artifi-cial» delimitado, ordenado, previsto para el trabajo, el in-tercambio, el culto y también para la guerra.

Como ya se dijo, para Heidegger, habitar es construir yconstruir es habitar. La arquitectura, entendida como«construcción» es entonces «habitación» en el sentidomás amplio del término. Si se asumen estas proposicio-nes como ciertas, habitar es entonces el fundamento dela arquitectura. ¿Qué representa este fundamento des-de el punto de vista de la disciplina?

Habitar no es una acción o un evento. Según Heidegger,es la esencia del ser, es el «ser en el mundo». Vivir yhabitar son sinónimos en la existencia humana. La ar-quitectura, como simple práctica o como idea, es elinstrumento del habitar. La práctica sencilla, que permi-te obtener albergues básicos, puede verse como unaprimera forma de habitar. La disciplina, que deriva de lavocación de habitar, parte de ese «construir» básico yse transforma en un construir reflexivo. Los saberes y

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prácticas que la componen existen en función de eseorigen y se transforman a medida que la humanidadalcanza estadios más y más complejos.

La transformación de «habitar» en «hábitat» no es unpuro juego de lenguaje. Aún cuando hábitat es un térmi-no de reciente aparición en el lenguaje del urbanismo yde la arquitectura, y es además prestado de la ecología,ya es de uso común y se refiere a todo aquello que tieneque ver con los asentamientos humanos en la superfi-cie terrestre. Hábitat, en su sentido más amplio, es todoel territorio habitado por la humanidad. En un sentidomás restringido se usa para referirse a territorios pobla-dos, a ciudades e incluso a la vivienda misma. El térmi-no «entorno» es usado como equivalente de hábitat y serefiere a un «ambiente», algo que rodea a algo.

Hábitat implica vivir en un lugar, entorno implica un ámbi-to de circunstancias que hace parte de ese vivir. Habitares estar «dentro de», entorno es «lo de afuera». El hábitatpuede entenderse entonces como un objeto principal dela disciplina de la arquitectura sólo si se entiende quetoda la arquitectura existe en función de habitar. ¿Es estoun ejercicio de retórica? ¿Es un argumento sustentado?En principio, y en el reducido espacio de este escrito, esuna hipótesis y como tal está sujeta a refutación. A primeravista parece sencillo demostrarla, pero pueden existir ar-gumentos que demuestren lo contrario.

Si se asume literalmente la tesis de Heidegger que igualahabitar con construir, se puede pensar que es a travésde la construcción como se realiza la existencia huma-na en el mundo. Este argumento, de orden filosófico,tiende a mostrar la integralidad entre construir y existirpara el ser humano. Exagerando el argumento, se pue-de decir que el ser humano no puede existir sin cons-truir. ¿Que pasa entonces con los grupos nómades quedeambulan por los territorios sin requerir, aparentemen-te, de construcciones permanentes? En esos grupos seencuentran casos como el de las tiendas beduinas deldesierto del Sahara y el de los albergues temporales delos Nukak en la Amazonía colombiana, en los que elnomadismo pone de manifiesto un sentido, entre ele-mental y refinado, del construir. El «albergue» no re-quiere ser duradero, no requiere ser eterno. Es un gestoen el paisaje que lo hace «habitable». Si bien es intere-sante analizar estos casos, es igualmente necesariopensar que la humanidad ha optado por modos de vidamás estables y que el mundo tiende cada vez más a una

“urbanización” desmesurada. Es en ese hábitat dondetrabaja el arquitecto profesional.

William Morris, en una de sus conferencias, dio unadefinición de arquitectura que todavía conserva su vali-dez y aclara suficientemente su relación con el hábitat.Dice así: «La arquitectura abarca todo el ambiente físi-co que rodea la vida humana; no podemos sustraernosa ella mientras formemos parte de la civilización, por-que la arquitectura es el conjunto de modificaciones yalteraciones introducidas en la superficie terrestre, conel objeto de satisfacer las necesidades humanas, ex-ceptuando sólo el puro desierto.»

Es difícil encontrar otra definición de arquitectura quese acerque más al concepto contemporáneo de hábitat.La cualidad visionaria de Morris le llevó a entender, másallá de su época, el significado profundo de una discipli-na que entonces era considerada más bien un arte de-corativo que una acción determinante en la existenciahumana. Hábitat puede hoy entenderse como «todo elambiente físico que rodea la vida humana». No pode-mos «sustraernos de él» por formar parte de la civiliza-ción y por ser uno de los medios indispensables para lasupervivencia. Las «modificaciones y alteraciones pro-ducidas sobre la superficie terrestre con el fin de satisfa-cer las necesidades humanas» son todos losasentamientos rurales y urbanos, premodernos o mo-dernos, antiguos y nuevos. La excepción hecha porMorris del «puro desierto» ya no es válida, pues el de-sierto ya es parte de la superficie habitable del planeta,en tanto la tecnología puede proporcionar medios parasobrevivir en su árida inhabitabilidad.

¿Cuál es el objeto de la arquitectura? Morris lo dice muybien: son «todas las modificaciones y alteraciones» que serequieren para habitar, desde los más sencillos senderosen la selva hasta las complejas redes viales de lasmegalópolis y desde la «cabaña primitiva» hasta los enor-mes conjuntos habitacionales urbanos. A través del tiempola simple «arquitectura» se ha convertido, ella misma, enun complejo sistema de especialidades y subespecialidadesque abarcan desde el ordenamiento espacial de grandesterritorios hasta el diseño de espacios mínimos o de «pe-queño formato» como hoy se reconocen. Las modificacio-nes y alteraciones de Morris son hoy grandes«megaproyectos» o esquemáticos «minimalismos». Todoello está regido por un principio básico, el de habitar, y poruna mentalidad ordenadora, la del arquitecto.


HABITAR COMO FUNDAMENTO DE LA DISCIPLINA DE LA ARQUITECTURA

Habitar es arte, ciencia y técnica a la vez. Es arte en cuan-to permite representar estéticamente la existencia huma-na. Es ciencia, en cuanto, como dimensión de la con-ciencia, exige el ejercicio del análisis y de la lógica apli-cado a las necesidades de supervivencia y convivencia. Yes técnica en cuanto es construcción material, espaciofísico. El arte de habitar no es un problema de buenascostumbres o de “gente bien”, es la posibilidad de llevar arepresentaciones configuradas estéticamente, la presen-cia humana en la Tierra. La ciencia de habitar originadaen las simples intuiciones ambientales de los primeroshumanos es hoy un complejo sistema de análisis y opera-ciones lógicas para el ordenamiento del territorio y de laciudad. La técnica de habitar está presente en cualquierobra realizada, sea ella simple o compleja, tradicional omoderna, convencional o experimental. La construccióndel hábitat ha pasado de ser asunto de pequeños gruposo comunidades a ser un enorme movimiento de recur-sos, materiales, técnicas, instrumentos y personas. Todoel mundo está comprometido, de un modo u otro, en laconstrucción del hábitat. Como dijo Morris, no podemosprescindir de esa participación.

Si se acepta lo anterior, se llega, quizá demasiado pronto,a concebir la arquitectura como la “disciplina del hábitat”.Tal vez no es la única, muchas otras deben intervenir,

pero la arquitectura, en la medida en que “construye”, esla que dicta la palabra definitiva sobre aquello que se hade habitar. Su última palabra puede ser correcta o inco-rrecta, el error proviene de los raciocinios que llevaron alproyecto y de las deficiencias en la realización material.Si la arquitectura se entiende como la disciplina del hábitat,su obligación debe ser la del bienestar y no la de la degra-dación de la vida humana. El objeto de la disciplina de lamedicina es, como ya se dijo, la salud humana a travésde reconocimiento y tratamiento de las enfermedades.De la misma manera, el objeto de la arquitectura debeser el hábitat del bienestar, a través de reconocimiento ytratamiento de los problemas que lo pueden afectar. Elobjetivo de la medicina, como disciplina, al menos enteoría, es el de aumentar el número de personas saluda-bles, no el de personas enfermas. El objetivo de la disci-plina de la arquitectura debe ser, al menos en teoría, el deaumentar el número de personas en buenas condicionesde habitabilidad, no el del número de habitantes con pro-blemas de habitación.

El conjunto de saberes y prácticas que forman hoy ladisciplina de la arquitectura: representar, proyectar, cons-truir y pensar, tienen como origen más remoto el habitar.La representación, entendida como la construcciónmental del mundo material, se traslada al proyecto comorepresentación del mundo deseado, el cual se ha deconstruir para ser habitado, todo esto orientado por laidea misma de habitar. Ese origen subyacente en el «ha-cer arquitectura» se maneja, de un modo u otro, en cual-quier tipo de tarea que tenga que ver con el proyecto y laconstrucción -o reconstrucción- del mundo habitable.Esto quiere decir, en pocas palabras, que el habitar es alfin mismo de la enseñanza de la arquitectura, sea elloexplícito o implícito, sea voluntario o involuntario.Ordenar un plan de estudios de la disciplina de la arqui-tectura tomando como base el hábitat exige, sin embar-go, algunas variaciones sustanciales en la secuenciade contenidos y en la manera como ellos se presentanal estudiante. Siguiendo a Heidegger, representar y cons-truir constituyen un binomio básico, esencial. Proyectary pensar son labores de personas que han entendido,primero, de que trata la arquitectura. La miradacognoscitiva al mundo habitado y el entendimiento desu materialidad asumen singular importancia en los pri-meros años. Las propuestas de intervención vienen lue-go de un proceso de maduración, en el que las ideas dehabitar y hábitat deben ser entendidas y vividas para sersustentos reales de proyectos que tengan sentido.

Erhard Reeuwich. Vista de Viena (detalle). París, Biblioteca Nacional.

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PAULA PEYLOUBET

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Paula PeyloubetArquitecta, Magíster en Desarrollo Urbano, Investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas – CONICET- y del CentroExperimental de la Vivienda Económica –CEVE-. Docente de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño Universidad Nacional de Córdoba.Doctorando de la Universidad Nacional de Tucumán. Colaboradores: Arquitecto Germán Augusto Barea, Maestrando de la Carrera de ArquitecturaPaisajista, Facultad de Arquitectura Universidad Católica de Córdoba. Becario Doctoral de CONICET- CEVE. Tomás Arturo O´Neill, Tesista de Grado,Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño Universidad Nacional de Córdoba, Pasante de CONICET- CEVE.

Resumen

En este artículo se presenta un enfoque alternativo acer-ca del valor patrimonial del hábitat popular. Se conside-ra su producción como un valor en sí mismo, intangible,donde se expresa el acervo cultural de los diversos pue-blos que componen el hábitat popular materializado enarquitectura de alto contenido simbólico. Se construyenlos argumentos de este enfoque a partir de concepcio-nes sociológicas y antropológicas que dilucidan la se-miótica de ésta expresión física tan singular y siemprepresente en nuestra ciudad latinoamericana.

Abstract

In this article appears an alternative approach to the pa-trimonial value of the popular habitat. Its production isconsidered a value in itself, intangible, where the cultu-ral heap of the diverse towns that compose the popularhabitat is expressed materialized in architecture of highsymbolic content. The arguments of this approach areconstructed from sociological and anthropologicalconceptions that explain the semiotics of this physicalexpression that is so singular and always present in ourLatin American city.

Palabras claves

Cultura Popular – Cultura Autónoma – Diversidad Cultu-ral – Sociología – Antropología.

Presentación ideológica del TemaProblema

“Hasta los desperdicios del amor triste delas ciudades nos llegaron en la hojarascay construyeron pequeñas casas de made-ra, e hicieron primero un rincón dondemedio catre era el sombrío hogar para unanoche, y después una ruidosa calle clan-destina, y después todo un pueblo de tole-rancia dentro del pueblo. Macondo, 1909.”

(G. García Márquez, 1971: 10)

¿Qué compartimos nosotros, quienes habitamos elmundo del pensamiento y la acción, que explique larelativa plenitud de nuestra comunicación y la relativaunanimidad de nuestros juicios profesionales?Tal vez compartimos el compromiso por construir unanueva base teórica que permita un cambio en la per-cepción del avance de la ciencia que no precisamente

1 Este artículo se basa en dos ponencias que expuso la autora en: la XII Conferencia Internacional sobre la Conservación de CentrosHistóricos y Patrimonio Edificado Iberoamericano, organizado por la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la UniversidadNacional de Córdoba en Noviembre de 2004, en la ciudad de Córdoba y en el V Seminario Hipótesis de Paisaje organizado por laFacultad de Arquitectura de la Universidad Católica de Córdoba. Septiembre de 2005.


HÁBITAT POPULAR. MATERIALIZACIÓN DE UN PAISAJE SOCIAL DIVERSO. CULTURA DE LA PLURALIDAD

es siempre acumulativa, sino como lo observa Kuhn(1962 [1971: 23]), es posible que en la evolución de laciencia misma en los conocimientos nuevos reempla-cen a la ignorancia.

Paradigmas

Estamos frente a una novedosa voluntad por agregarnuevos temas y redefinir conceptos antiguos que expli-quen de otros modos una realidad, hasta el momentopoco interpretada: la cultura popular, sus procesos y pro-ducción; proteger y conservar.

En las ciudades modernas latinoamericanas, la produc-ción de hábitat en un 65% está en el borde exterior de loinstitucional, esto es construir y producir ciudad fuera delas normas convencionales y los preparativos concientescon que se intenta hacer la ciudad propia programada.Pero reconozcamos finalmente que, aún con proble-mas, este sistema “al borde de lo institucional” (GonzálesLobo 2003), de autoconstructores y autogestores, es lasolución y la atención más exitosa al problema de lavivienda para sectores populares en nuestros países.

Esta construcción de ciudad informal, quemancomunadamente van bordando grandes sectores

de nuestra población ciudadana, constituye el reflejofísico más expresivo de dichos sectores.

Sin duda, también esta expresión física que manifiestaclaramente una situación económica, social y política,es albergue de expresiones intangibles profundamentehumanas que constituyen la producción social delhábitat, donde a la vez, se presentan en bocanadas unacreatividad y un arte singulares, expresiones del sentir yentender de estos grupos sociales.

Lejos de ser caótica e improvisada, esta forma de construirla ciudad posee su propia lógica, su extensión nos demues-tra la coherencia desde la perspectiva de las necesidadesy posibilidades concretas de pobladores que no pertene-cen a los grupos dominantes de nuestras urbes.

Es completamente justo entonces, que se observe laproducción, productos y procesos de los excluidos, conrespeto y admiración hacia la evidencia de la arquitec-tura alcanzada con imaginación y creatividad, con másvoluntad que recursos, en medio de una realidad quenada los beneficia.

Por encima de esto podemos descubrir también, y afavor de esta expresión urbana infaltable en cualquiera

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de nuestras ciudades latinoamericanas, sean villas,favelas, chabolas u otras, a los propios pobladoresautoconstructores, que a diferencia de los académicos,que sólo ven lo que está ante sus ojos, pueden dilucidar,viendo ahí mismo, lo que va a ser en su proyecto imagi-nario y con sus esperanzas, demostrando en esenciaser sujetos culturalmente tenaces.

Creo entonces, esto es lo que compartimos nosotros losque habitamos el mundo del pensamiento y la acción eldeseo por discutir, entender y prepararnos para los nue-vos temas y reconceptualizaciones necesarias que com-prendan a nuestros pueblos integralmente su pasado,presente y futuro como iberoamericanos comprometi-dos que somos.

“...cuando el tema se refiere a las ciuda-des, la problemática social ocupa un lugarpreponderante puesto que lo que se hade preservar, transformar o destruir no sóloes fragmento del entorno construido, sinofragmento del tejido social...” (MarinaWaisman 1995)

El tema Problema

Cuando se habla de imagen urbana, considerando larica existencia de las edificaciones construidas por elhombre, se suele tener en cuenta casi de manera abso-luta, el patrimonio monumental y el tejido urbano gene-ral. Se considera que esta es una reducción concep-tual pues sólo está contemplando la imagen urbana ensus aspectos formales, geométricos y espaciales, olvi-dando a su gente como los autores colectivos de la cons-trucción de esa imagen, el motor del ideario material yde los motivos, de los límites y especulaciones, del sen-tido y del porqué, se está olvidando al auténtico genera-dor de lo construido espacial e históricamente.

Toda ciudad expresa a una población específica, dimen-sión social, en un territorio, dimensión físico espacial y através del tiempo, dimensión temporal o histórica. En unaciudad nada puede entenderse sino se consideran estastres dimensiones que determinan su existencia. Por lotanto es un defecto no tenerlas en cuenta al momento derealizar consideraciones sobre patrimonio.

Como dice Andrés Aubry en la explicación de la imagenurbana de San Cristóbal de las Casas en México, “... la

gracia de las viviendas y paisajes callejeros es inexplicablesin el arte de vivir de la gente...”, por lo tanto si se va a debatirsobre la conservación de centros históricos y patrimonioedificado Iberoamericano se aclara que se entenderá aestos en el marco de su principal patrimonio: la población.

Ahora bien, el camino para una comprensión de la ciu-dad y de su conservación se basa en el reconocimientode la diversidad de ésta como creación cultural yparticipativa de los grupos heterogéneos que viven enella y que expresan sus costumbres, modos de vivir, va-lores, en síntesis sus propias identidades.

Partiendo de este enfoque basado en el reconocimien-to de la diversidad cultural se debe considerar que partedel patrimonio material, social, económico y cultural hasido generado por los sectores populares que hanautoconstruido con sus propias lógicas, reforzando susidentidades, un sector del tejido urbano que representasus manifestaciones como sector social.

De allí que deban analizarse estas expresiones no sólocomo espacios físicos en evolución gradual y en las trans-formaciones cualitativas y cuantitativas, sino como unespacio social complejo con interrelaciones entre suspobladores que forjan comunidades urbanas compartien-do rasgos de igual identidad cuya construcción colectivase basa en la conjunción del saber, de las habilidades yvoluntades que deben conservarse y protegerse.

La urbanización popular y su manifestación integral en-tendida como hábitat popular nos acerca a los concep-tos de derecho a la ciudad y de acceso al suelo urbanopara todos como expresiones de justicia social y equi-dad que coinciden con el debate actual referido a losestilos de desarrollo con perspectivas sustentables quemucho tienen que ver con las distintas culturas.

La reflexión urgente a cerca del estilo de desarrollo queproponen los países del tercer mundo, es la contribu-ción más importante que se pueda hacer al mundomoderno, en cuanto supone plantear una problemáticaque ya no sólo concierne a una parte del planeta sino ala totalidad considerando las actuales crisis ambienta-les, sociales y económicas cada vez más frecuentes ennuestros contextos.

Este estilo de desarrollo en términos sustentables secentra en el ser humano, en sus necesidades básicas,



respetando su cultura, y en la participación definida porla autodeterminación entendida como la propia capaci-dad de tomar decisiones en función de las necesidadesy aspiraciones locales.

Basándose en este marco teórico, que pondera princi-palmente el valor del hombre sobre cualquier otro valormaterial, estético, funcional o económico, se intentaráexplicar la importancia de otorgar el valor patrimonial alos asentamientos populares en sus tres dimensiones:social, físico espacial y temporal.

Enfoque sociológico

El enfoque sociológico que se utilizará para explicar elvalor del hábitat popular se basa en la concepción deLuhmann2 quien plantea que los sistemas sociales noestán compuestos sólo por personas sino también porlas comunicaciones generadas a partir de las diferen-tes relaciones entre esas personas.

A partir de este enfoque se puede explicar la produccióny los procesos de los asentamientos populares conside-rando las distintas organizaciones sociales que se danen su interior y el tipo de comunicación que se estable-ce entre su población.

Por otro lado se considera que el medio físico construido,en el caso de estas unidades residenciales es otra cate-goría que contribuye a la generación de estas comunica-ciones, de allí que el patrimonio heredado por el hábitatpopular sea entonces, un hecho sociológico materializa-do espacialmente y que sus transformaciones se operena partir del sistema social – espacio socializado – gene-rando la idea de lugar – unidades de experiencia – dondelas acciones y las formas se explican unas a otras, lo quehace imprescindible comprender aquello que se dijo an-teriormente... el arte de vivir de la gente...

En el hábitat popular, con cierta regularidad, se recono-cen tres subsistemas sociales que definen los lugares yexpresan físicamente el posible patrimonio. (Tapia 2000).

La familia, subsistema social vinculado por lazos deparentesco cuya comunicación se basa en relacionesafectivas y emocionales, define el espacio-lugar: vivien-da caracterizada a partir de sus límites físicos – lote – yprácticas familiares que se relacionan con los patronesde su cultura popular en la que los espacios privados se

extienden sobre los públicos dando lugar a una dinámi-ca de cambios escenográficos atribuibles a la presen-cia o ausencia de las personas.

El vecindario, subsistema social, conformado por un gru-po de familias cuyas viviendas están próximas y se vincu-lan a través de relaciones de simpatía y solidaridad, pro-pios de quienes comparten un territorio allegado, definenlos espacios-lugares: calles, cuadras o manzanas, ca-racterizados por las comunicaciones vecinales en las quetrasciende el sentido de amistad que confiere a la imagenambiental la dinámica de ciertas prácticas sociales ge-neradas en los espacios públicos tales como los encuen-tros y acciones al exterior propiamente dicho que com-plementan el paisaje con la presencia de los vecinos.

La comunidad, este subsistema es el sociológicamentemás evolucionado ya que supone vínculos racionalespara la consecución de objetivos con una previa tomade conciencia sobre los problemas que afectan al co-lectivo social y aglutina un número importante de perso-nas. Este último subsistema social es la manifestacióndirecta de la imagen ambiental de estos asentamientosya que a partir de la comunidad se produce el mejora-miento general y colectivo de las condiciones materia-les del tejido físico. Estas mejoras sólo se generan apartir de la evolución de la organización social que in-corpora otras dimensiones centrales en la vida comuni-taria colaborando sinérgicamente en la progresividadde su hábitat. Esta voluntad y esfuerzo comienzan a tejerlas primeras elucubraciones sobre patrimonio.

El lugar que construye la comunidad, es generalmente elasentamiento en su totalidad y se reconoce principalmentepor la participación en la construcción de una identidadcomún con su escala de valores, significados y aspiracio-nes culturales propias de ese grupo humano.Es desde este enfoque teórico integral de lugares-espa-cios y sistemas sociales de comunicación, que se puededescubrir, reconocer y explicar las distintas imágenesambientales que predominan en los asentamientos po-pulares cuyos rasgos característicos, como se ha expre-sado, surgen de los sistemas sociales, su grado de orga-nización y su evolución temporal y es a partir de ellos quese puede comenzar a construir el acervo patrimonial.

En esta presentación, que no pretende ser nada másque la revitalización de un debate algo perdido respectode los asentamientos populares en Latinoamérica y el

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valor como patrimonio construido, se quiere agregar conun interrogante: si la imagen urbana es el reflejo social yplástico de su principal patrimonio, la población, ¿Losasentamientos populares no son acaso la materializa-ción de la gente y sus prácticas sociales, por lo tantopatrimonio de nuestras ciudades?

Comencemos a mirar con los ojos de la cultura revalo-rizando principalmente nuestras poblaciones hasta elmomento algo excluidas...

Enfoque antropológico

El enfoque antropológico que se seguirá en este desa-rrollo se basa principalmente en la conceptualizacióncultural del antropólogo mexicano Bonfil Batalla que plan-tea la urgencia de reformular los proyectos nacionales,los países que queremos construir y preservar,involucrando los diversos grupos, clases y sectores quecomponen nuestras sociedades latinoamericanas, dan-do a luz la cultura de la pluralidad, un espacio donde seadmitan y valoren las diferencias.

Como se sabe, en las ciencias sociales, la perspectivateórica e ideológica con la que nos aproximamos a larealidad, delimita, selecciona y jerarquiza de antemanolos datos que iremos a buscar, por esta razón los mar-cos conceptuales y enfoques epistemológicos son

excluyentes pues dejan fuera todo lo que no ha sidoconsiderado con antelación. (Peyloubet 2001).

Para comprender la posición que se adopta desde elpunto de vista antropológico en la concepción de patri-monio se empezará por mencionar dos importantes ejesde análisis:

Uno es la reivindicación del pluralismo cultural, recono-ciendo que no existen respuestas universales, únicas yabsolutas, y que dichas respuestas no son independien-tes ni están aisladas de un todo articulado que es la cultu-ra, en donde los bienes se valoran de diferentes modos.

El otro es la autonomía que valora, utiliza y desarrolla losrecursos y capacidades que existen en el conjunto socialconformando alternativas diversas para dar respuestas alos mismos problemas. (Bonfil Batalla 1991: 49-57)

Acerca del patrimonio cultural, en general, se legisla, sedebate en el marco académico y se realizan campañaspara despertar la conciencia, revalorización, aprecio ycustodia de bienes que hacen a nuestra cultura, pasadoy presente.

Ahora bien, ¿Qué se entiende por cultura? Una concep-ción de cultura muy difundida, la presenta como con-junto de conocimientos, habilidades y formas de sensi-

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bilidad que les permite a ciertos individuos, apreciar unaclase particular de bienes. El acceso a estos bienesexige un tipo de educación particular.

A partir de esta concepción se establece una distinciónentre personas cultas y personas incultas, pueblos cul-tos y pueblos incultos.

La cultura así se convierte en un patrimonio de unospocos.

Frente a esta concepción elitista y reduccionista de lacultura, existe otra elaborada desde la antropología, a laque se adhiere, por la cual la cultura

“...es un conjunto de símbolos, valores, ac-titudes, habilidades, conocimientos, signi-ficados, formas de comunicación, formasde organización social y bienes materia-les, que hacen posible la vida de una so-ciedad, permitiéndole transformarse y re-producirse”.(Bonfil Batalla 1991: 128 ).

Por ello todos los pueblos, las sociedades y los distintosgrupos humanos tienen cultura, no mejores, no peores,sino distintas.

Patrimonio cultural es por tanto el acervo de elementosde producción social, tangibles e intangibles, que unasociedad considera de su propiedad y los utiliza para darrespuesta a sus necesidades, para alcanzar sus aspira-ciones, para resolver sus problemas y para expresarse.

Según este planteamiento el patrimonio cultural no es-taría restringido a los rastros materiales del pasado, sinoque abarcaría las costumbres, los conocimientos, lossignificados, las habilidades y las formas de expresiónactuales que pocas veces son reconocidas y deman-dan también atención y protección urgentes.

Esto es aceptar que existe una diversidad cultural, tan-tas culturas como grupos haya en una sociedad, enton-ces se puede preguntar: ¿Cuál es la relación de losmiembros de un grupo cultural diferenciado con los bie-nes patrimoniales de otros grupos?

La parcela del patrimonio cultural con que nos identi-ficamos es la que sentimos y consideramos nuestra.

Lo nuestro hace alusión que nosotros compartimos lossignificados y valores que les atribuimos a un conjuntode bienes culturales, por tanto la conclusión rápida yevidente es que no hay patrimonio cultural común a to-dos y que para no perderse de algo importante, serásumamente necesario comenzar a ensanchar estasparcelas de patrimonio cultural incorporando los proce-sos y producciones, bienes tangibles e intangibles, delos grupos sociales en silencio, que nunca están llama-dos a participar de estos acuerdos, y que producen en laactualidad gran parte del medio físico construido denuestras ciudades.

Continuando con esta reflexión, que no pretende más queacercar luz a la verdad, en la perspectiva del patrimoniocultural diverso de las sociedades, se debe recordar quelas relaciones sociales entre los distintos grupos de unasociedad no son simétricas, es decir, existen relacionesasimétricas de dominación/subordinación.

Esta situación trae como consecuencia una desvalori-zación de la producción cultural de las clases subalter-nas y una inhibición de dicha producción, o lo que espeor una reinterpretación desvinculada de los contex-tos significativos a partir de un sistema universal de valo-res que considera a estos bienes culturales inferiores,prueba de ideas y prácticas atrasadas, rezago de gru-pos sociales en decadencia.

Frente a esta descalificada posición, la cultura popular vaescondiendo su precioso reflejo singular y se va sustitu-yendo por la copia exagerada de un modelo único decultural nacional, transnacional y global.

Con ello se han perdido fuentes de inspiración y creati-vidad valiosas para el ser humano, promotoras de ideo-logías sensibles, que cuánto ayudarían a tomar rumbosen este tiempo contemporáneo.

Estamos hasta aquí frente a un proceso de transferen-cia, que en antropología se reconoce como cambio derealidad. Esta expresión nos indica una enajenacióncultural3 o una imposición cultural4 que esteriliza la pro-ducción profunda de bienes culturales de extensas ca-pas sociales que silencian una vez más.

La diferencia en la expresión es cambiar la realidad,que supone una transformación conciente y creativa deproducción cultural autónoma5 o apropiada6 , que per-

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mita a los grupos sociales subordinados poseer sus pro-pios elementos culturales junto a las decisiones de usarlos mismos. (Bonfil Batalla 1991: 16-17)

Legitimando la cultura

La cultura dominante legitima cierto tipo de conocimien-tos y prácticas, reconociéndolos como válidos y desea-bles, únicos como opciones culturales.

Lo diferente, conocimientos y prácticas no convencio-nales fuera del orden conciente y programado, se estig-matiza como inferior.

Así es como las diferencias culturales se convierten encontradicciones y luchas cuando los sistemas socialesse vinculan por una relación de conflicto. La pretensiónde dominio de un grupo cultural sobre otro, las transfor-ma entonces en culturas antagónicas y excluyentes.

Esta situación expresa una relación social de domina-ción y una estrategia de resistencia a dicha domina-ción. Este conflicto conduce sólo a pérdidas.

¿Por qué no modificar los términos y concebir nuestraidentidad como pueblos latinoamericanos que somos,desde la diversidad cultural?

¿Porqué ilegitimar la producción de vastos grupos socia-les sólo por no poder comprenderlos ni valorarlos?

Para llegar a un diálogo de iguales que legitime un ver-dadero patrimonio será necesario que las culturas do-minantes actualicen su parcela cultural y que las cultu-ras subalternas aceleren, ganando tiempo al ya perdi-do, su proceso de producción cultural liberando suspotencialidades creativas.

Luego es posible que se produzcan procesos de apropia-ción cultural en ambos sentidos, logrando revitalizar loscontenidos del acervo total de nuestros grupos diversos.

Es indispensable en este momento acercar dos términosque colaboren con la comprensión de este problema: ladiferencia y la desigualdad. La diferencia es el resultado his-tórico que dio lugar a diversas culturas particulares. La des-igualdad también es el resultado histórico, pero proviene derelaciones asimétricas – dominación/subordinación – queligan a grupos de una sociedad con diferentes culturas.

Se debe afirmar el derecho a la diferencia y abolircualquier forma de desigualdad. El deseo de unacultura pluralista exige que se eliminen las desigual-dades y que florezcan las diferencias, valorando y pre-servando como patrimonio la propia cultura pluralista.La aceptación de esta situación va a cambiar el valordel patrimonio cultural propio que asumimos comopueblos latinoamericanos con la firme conciencia deque su valor está justamente representado por la di-versidad.

La situación global por la que atraviesan los países lati-noamericanos se expresa en la tendencia de poner enriesgo y deterioro nuestro patrimonio cultural en susmúltiples manifestaciones.

Es de suma importancia plantear los problemas de pa-trimonio cultural en términos más amplios, la erosiónincesante de la cultura propia, no es sólo de obras ma-teriales edificadas, sino de nuestra capacidad de hacerlas cosas a nuestra manera, según nuestros propósitoscon el vasto y plural repertorio de elementos que confor-man el patrimonio cultural de todos nosotros, que noshace diferentes, y que nos convoca a un potencial pro-yecto civilizatorio de la América nuestra. (Bonfil Batalla1987[1994:217-246])

Reconocer la identidad profunda de nuestra poblacióny valorar la importancia del pluralismo cultural es el re-curso más poderoso con que contamos para hacer fren-te a los problemas que ya nos agobian.

Es justamente nuestro patrimonio cultural diverso, laherencia infalible para cambiar la realidad y no comonos invita la cultura global al cambio de realidad.

En este sentido existen deudas por saldar, somos res-ponsables los académicos de una historia de ceguera,menosprecio y negación a la producción cultural popu-lar de nuestro pueblo.

No hemos reparado en la importancia de la cultura po-pular, ni en su riqueza, ni en sus potencialidades. Lahemos visto como meras expresiones folclóricas, decolor y atracción turística tal vez, la mayoría de las vecescomo asentamientos inseguros a erradicar.

No reconocemos su vigencia actual y no admitimos quetenga futuro.



Debemos abrir espacios de participación que nos ha-gan menos consumidores pasivos y más practicantesde nuestra cultura popular.

La valoración de la diversidad cultural descansa sobre laconvicción de sociedades que poseen su propia culturaasí como las capacidades para transformarla yenriquecerlas para su propio beneficio y luego conservarla.

La persistencia de reivindicar la pluralidad cultural nosólo se realiza para dar lugar a una democrática diversi-dad de producciones, sino para manifestar la construc-ción de un camino posible de andar para todos.

Ciudades pobladas por inmigrantes, asientos de clasesmedias inestables, ciudades de un urbanismo brutal queha destruido normas gentiles de convivencia a cambio denada, ciudades donde habitan restos aristocráticos y bur-guesías cosmopolitas, ciudades de pobres estructuralesy nuevos pobres, ciudades de ex rurales urbanizados, ciu-dades a las que ha llegado la hojarasca. Ciudades así,como las nuestras, en las que vivimos nosotros los mis-mos, son ciudades dóciles para reclutar adeptos a la cul-tura global uniforme, vacía de diversidad, vacía de solu-ciones a nuestros problemas, vacías de esperanzas.

Es ahora, en este lugar y tiempo, donde la resistenciacultural debe ponerse en marcha y presentar batalla acualquier proyecto cultural sustitutivo o uniforme.La opción por construir nuestro propio proyecto culturales asunto de vital importancia.

No es sólo la materialización, la edificación, lo que de-bemos defender, preservar y convertirlo en patrimoniosino la mayor de nuestras riquezas, para no ponerla enjuego, es la que debemos acuñar, proteger y cuidar: lasmaneras de hacer, el porqué de lo que queremos hacery quienes lo hacemos... finalmente nuestro mayor patri-monio: la población.

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BONFIL BATALLA, Guillermo (1987). México profundo.Una civilización negada. México D.F. Ed. Grijalbo. 1994

Notas

1 Este artículo se basa en dos ponencias que expuso la autora en: laXII Conferencia Internacional sobre la Conservación de Centros Históri-cos y Patrimonio Edificado Iberoamericano, organizado por la Facultad deArquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de Córdobaen Noviembre de 2004, en la ciudad de Córdoba y en el V SeminarioHipótesis de Paisaje organizado por la Facultad de Arquitectura de laUniversidad Católica de Córdoba. Septiembre de 2005.

2 Niklas Luhmann: sociólogo alemán que utilizó la teoría de los siste-mas para pensar la sociedad y su comportamiento.

3 Cultura enajenada: se da cuando los elementos culturales son pro-pios y las decisiones sobre ellos es expropiada.

4 Cultura impuesta: ni los elementos culturales, ni las decisiones sondel grupo social.

5 Cultura autónoma: el grupo social posee el poder de decisión sobresus propios elementos culturales

6 Cultura apropiada: los elementos culturales son ajenos, en el senti-do de la producción, pero los usa y decide sobre ellos.

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GLORIA HOYOS BUSTAMANTE

El espacio habitEl espacio habitEl espacio habitEl espacio habitEl espacio habitado desde la singularado desde la singularado desde la singularado desde la singularado desde la singularidadidadidadidadidad

Palabras claves: Niñez, accesibilidad, apropiación, se-guridad, vivienda, modos de habitar, singularidad,estandarización, versatilidad, inclusión.

Resumen

Este ensayo se ocupa del niño como caso ilustrativopara el estudio de la estandarización en el diseño ar-quitectónico, el grado de versatilidad de la vivienda alprocurarle un ambiente adecuado para su apropiación,la accesibilidad a través de un entorno seguro que con-tribuya al desarrollo de su autonomía y del sentido depertenencia a un hábitat original que se traducirá ensu arraigo en el mundo. Con este fin se propone anali-zar el primer entorno del niño, la casa, la calidad deldiseño en relación con él y sus demandas, y generaruna reflexión sobre los modos de habitar. ¿Es la casapara el niño o el niño para la casa? ¿Contribuye laarquitectura positivamente a la experiencia de habitarque se genera en el niño? ¿Existe una conciencia deque la casa constituye para el niño el principal puntode referencia en el cosmos, el lugar que le brinda abri-go y seguridad? ¿Es la casa, un lugar para jugar, ali-mentarse, crecer, amar, ser amado y descansar, conlas dimensiones y los equipamientos adecuados?

Abstract

In this essay, the infant is taken as an illustrative casefor the study of standardization in architectural design,the degree of versatility of the housing in offering himan adequate atmosphere for its appropriation, theaccessibility in a secure environment that contributesto the development of his autonomy and the sense ofownership of the original habitat will influence his takingroot in the world. Within this objective, this essay

proposes to analyze the infant’s first environment, thehouse, the quality of the design in with respect to hisdemands, to generate a reflection on the ways ofinhabiting: is the house made for the infant or is theinfant made for the house? Does the architecturecontribute positively to the experience of inhabitingperceived by the infant? Does a consciousness exist inthat the house is the infant’s main benchmark in thecosmos, the place that offers him cover and security?Is the house a place to play, to feed, to grow, to love, tobe loved and to rest, with the dimensions and theappropriate equipment?

No todo tiempo pasado fue mejor...

Witold Rybczynski, en su obra “La Casa, Historia deuna idea”, hace una semblanza de la evolución de lacasa, el diseño y la especificidad de los espacios y losmuebles y cómo todos estos aspectos están ligados ala construcción de una noción de intimidad, privacidady confort (RYBCZYNSKI: Cap. 2 y 4). En lo concernien-te a Europa, durante la Edad Media y salvo las clasessociales altas, el concepto de “familia” no existía, entanto había lugar sólo para los recién nacidos y loshijos al cumplir los siete años eran enviados a trabajarcomo aprendices o sirvientes (RYBCZYNSKI: 35). “Enla Edad Media se escribió poco sobre los niños. Enesta época eran tratados como pequeños adultos yvestidos como tales” (POSADA: 3). Durante el renaci-miento aparece el primer libro sobre la salud del niño1

y después de la Revolución Francesa aparece el “Emi-lio” de Rousseau, cuyo interés se centra en los aspec-tos de la educación. Se empieza a observar condetenimiento su séptimo año y los cuidados de la sa-lud. “Al niño ya no se le miraba como un adulto enminiatura, sino como un ser en crecimiento y desarro-

Gloria Hoyos BustamanteArquitecta y tecnóloga en comunicación en radio y televisión. Estudiante de la Maestría en Hábitat, Estudios en vivienda. Segunda Cohorte.Universidad Nacional de Colombia, Sede Bogotá.

EL ESPACIO HABITADO DESDE LA SINGULARIDAD


llo” (POSADA: 3,4). En los siglos XIX y XX se continúaavanzando en el desarrollo de una pedagogía para elniño, con apariciones tan importantes como el siste-ma de kindergarden, iniciado por Froebel y el psicoa-nálisis de Freud. Sólo hasta 1913 se reporta el “naci-miento de la idea de una Asociación Internacional parala protección de infancia2 , y actualmente, en el marcode la declaración de los derechos del niño, hay dife-rentes posiciones según el contexto sociocultural y laspolíticas de cada lugar, pero en general, existe un cre-ciente interés por las condiciones de vida del peque-ño, los cambios en la educación y la vinculación de losvarones a su cuidado. En este momento es aceptadala importancia de un acompañamiento cualificado delniño, preferiblemente por su familia; el fortalecimientodel vínculo con la madre hasta el punto de retomar laalimentación de la leche materna, la cual fue vistacomo un rasgo primitivo del tercer mundo a partir de ladécada de los 70 debido al auge de la “leche en polvo”y las campañas de desprestigio de la lactancia porparte de las grandes firmas productoras; se afirma quela interacción del niño con su entorno inmediato, sufamilia y la cultura son definitivos en su desarrollo parala adecuada inserción en el medio social al que perte-

nece. Pero a pesar de esta conciencia y la afirmaciónde Bachelard cuando dice’ “La infancia es ciertamen-te más grande que la realidad” (BACHELARD: 46) ¿Cuálha sido el aporte arquitectónico a la consagración deun espacio para vivir la infancia, que no sea un lugarde paso? “Morar, en un sentido existencial, es el pro-pósito de la arquitectura. El hombre mora cuando élpuede orientarse dentro de y puede identificarse a símismo con un entorno, o, para abreviar, cuando él ex-perimenta el entorno como significante. Morar por con-siguiente implica algo más que “el resguardo”. Implicaque los espacios dónde sucede la vida sean lugares,en el verdadero sentido de la palabra” (NORBERG-SCHULZ: 2).

Habitando desde la singularidad

Manuel Gausa en “Housing, nuevas alternativas, nue-vos sistemas”, escribe sobre “los cambios en los pro-pios modos de vida que se adivinan (y por tanto en lasrespuestas arquitectónicas a ellos referidas) sensiblesa la actual heterogeneidad de realidades espaciales ya esa mezcla difusa entre lo cotidiano y lo extraordina-rio, lo previsible y lo sorpresivo que tiende cada vez

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más a articular experiencias y comportamientos, dadoel papel relevante que cobran las nuevas tecnologías,informáticas y telemáticas, y los medios de comunica-ción en la vida laboral y doméstica. [...]” para “Enten-der, en definitiva3 , la vivienda como un lugar más próxi-mo a la calidad de vida y la fantasía del ‘ocio’ y el ‘bien-estar’ que a la habitual ‘austeridad’ de un espacio con-cebido tan sólo como mera ‘necesidad social’: una‘nueva vivienda’ planteada, en suma, desde la diversi-dad y la individualidad, más que desde la homogenei-dad y la colectividad” (GAUSA: 19). Si se tiene en con-sideración la preocupación de este autor, podría afir-marse que el interior de cada vivienda también alber-ga diversidad y la individualidad debería ser una deter-minante.

Con respecto al niño, al discapacitado o al anciano¿Suele considerarse la diversidad de sus exigenciasespaciales y de equipamiento como determinantespara el diseño o como indicadores en las transforma-ciones del diseño del espacio habitado desde la sin-gularidad? En el caso del niño, sólo algunos sectoresdel consumo lo han estudiado como potencialidad ensu mercado. Todo parece indicar que el niño es tenidoen cuenta en algunos campos como el diseño indus-trial, el textil y el gráfico, pero no en la arquitectura. Detal suerte que hoy en día el niño cuenta con líneas en eldiseño de modas: existe una moda infantil (estilos,materiales, texturas, adornos y colores), al igual que lapublicación de textos con estas mismas característi-cas, donde no sólo el contenido es infantil sino la edi-ción en sí misma. Lo mismo ocurre con la confitería,cuyo mercado es tan amplio como la producción defármacos de uso pediátrico... La publicidad, las tecno-logías telemáticas, todo se transforma para seducir alniño. Podría decirse que mutó más rápidamente elentorno virtual, siendo éste más reciente en la historiade la humanidad, que la noción de hogar, cuya expre-sión física, la casa, es tan antigua como el hombremismo.

¿Quiénes piensan en los modos de habitar del niño ysus requerimientos para el diseño de la vivienda? Pa-rece ser que el sector inmobiliario lo tuvo en cuentacomo premisa para la venta de multifamiliares, consus versiones de ‘zonas verdes para niños’. Algunasllegaron al nivel de su máxima abstracción antes delograr el desarrollo; es posible encontrarse con que elárea de juegos que se promociona para la vivienda

multifamiliar, se reduce a los denominados ‘parques’4 ,en un área adyacente a los parqueaderos. Hasta hacemenos de dos décadas, era frecuente que los balanci-nes, los rodaderos y los columpios de los parques dela ciudad estuviesen hechos a otra escala, más acor-de con las dimensiones de los padres que del niño yen el interior de la vivienda, no difiere mucho la situa-ción, siendo más bien una constante. Es necesarioreformular el hábitat, ya que como lo expresa Gausa:“En este marco, el tema de la vivienda sigue constitu-yendo un campo particularmente proclive al conven-cionalismo, a la repetición [...] de arquetipos acomo-dados en las seguras pautas de un ambiguo‘neolenguaje’ ecléctico y tozudamente conservador [...]”(GAUSA: 15)

¿Es la dimensión físico espacial de la casa incluyenteo excluyente con el niño? A través de los tres ejes plan-teados, accesibilidad, apropiación y seguridad, se plan-tean unos lineamientos que permitan aflorar al menosuna respuesta a este cuestionamiento. Se entiende poraccesibilidad como la posibilidad del niño de alcanzarlos objetos personales, interruptores y servicios, entreotros, por sí mismo; es la vía para lograr su indepen-dencia y autonomía en su calidad de habitante de lacasa en las mismas condiciones de equidad que losadultos. La autonomía es alcanzada no sólo en las di-mensiones físicas que implica la motricidad gruesa yfina adecuada para las acciones cotidianas; tambiénimplica el logro de la autonomía psicológica y emo-cional. Este aspecto en la práctica le permite no ser unextranjero en su casa, es tener los mismos derechosde circulación por los diversos espacios que habita.Es el grado de apropiación del hábitat lo que le permi-te construir una imagen del mundo accesible y fami-liar. La casa es la prolongación del vientre materno, essu medio de vida y desarrollo y no solamente un con-texto. A menudo el niño pasa a ser un accesorio másdecorativo, y no un habitante activo y participativo delhogar.

Accesibilidad

¿En nuestro contexto arquitectónico y sociocultural,cuenta el niño con la posibilidad de moverse con liber-tad por todos los lugares de la casa? Los espaciosvedados, al igual que en el cuento de Barba Azul, ter-minan por generar curiosidad que se vuelve tensión,tentación y obsesión. El cuarto de San Alejo, donde



todavía lo hay, está lleno de cosas susceptibles de serrecicladas fuera de casa y podría convertirse en cam-bio en un cuarto de juegos, que contribuya a descon-gestionar el lugar de reposo del niño y brinde la posibi-lidad de otros escenarios más propicios para la imagi-nación, la ensoñación y la fantasía: “Claro que graciasa la casa, un gran número de nuestros recuerdos tie-nen albergue, y si esa casa se complica un poco, sitiene sótano y buhardilla, rincones y corredores, nues-tros recuerdos hallan refugios cada vez más caracteri-zados. Volvemos a ellos toda la vida en nuestros en-sueños” (BACHELARD: 37). Sin embargo suele ocurrirque cuando el niño nace, la totalidad de los espaciosha sido ocupada y comienza a abrirse un lugar para lacuna del niño, como si el lugar de descanso constitu-yera su única prioridad. Parece ser que ni el arquitec-to, ni muchas veces los propios padres, logranproyectarse en el tiempo y concebir la idea de un seranimado, es decir, en movimiento, con cambios conti-nuos en sus posibilidades de desplazamiento y cam-bios constantes en su tamaño, debido al crecimiento.

Una casa para un niño está en continua transforma-ción como acompañamiento en los cambios que ca-racterizan la niñez. Si se considera la vivienda comosistema, habrá de tenerse en cuenta que las transfor-maciones en sus habitantes han de reflejarse en losmodos de habitar y en la disposición y adecuación delos espacios.

Apropiación

En cuanto a la apropiación, es importante que el niñocuente con su propio espacio para jugar, para dispo-ner sus objetos, él también está construyendo un mo-delo del Universo a escala. Dentro de una jerarquía devalores familiares, es tan importante el computador parael adulto como un instrumento musical o cualquier ju-guete para el niño. El niño ha de contar con un espaciopropio para jugar y ser creativo y al igual que los adul-tos, necesita y disfruta los espacios holgados, la luznatural y la circulación del aire a su alrededor. A menu-do ocurre con el espacio para los niños lo mismo quecon las políticas públicas en cuanto al diseño arqui-tectónico y urbanístico de la vivienda de interés social.¿Por qué una calle de un barrio popular es más an-gosta que la de otros estratos? ¿Qué hace pensar queuna familia de escasos recursos necesita una viviendamás reducida que las demás? Debe considerarse que

el niño tiene derecho a habitar con su familia bajo lasmismas condiciones de equidad; buscar la escala delespacio que él necesita, pues si bien se le han de pro-porcionar los objetos como la vajilla, la mesa, el asien-to, apropiados a su tamaño, es decir, más pequeños,sus espacios de estancia deben ser igualmente hol-gados que los de los adultos. No oprimir su esfera ínti-ma, pues la casa y la familia son su referente paramoverse en el mundo: “La casa y el mundo se corres-ponden. Para el niño de corta edad la casa es aún elmundo entero, y sólo por estar enraizado en la casapuede adentrarse, creciendo, en el mundo”(BOLLNOW: 138).

También es importante la escala del mobiliario en re-lación con su tamaño y las dimensiones del cuarto. Nosaturar el ambiente y no impedir sus desplazamientoslibres y seguros en medio de la noche.

Transmitirle al niño la capacidad de diferenciar losespacios, esclarecer la pertinencia de cada lugar paracada actividad, tener en cuenta que dentro de los arti-ficios de la modernidad y los indicadores de confort, eltelevisor es incompatible con el dormitorio, al menosde manera permanente: para un niño la contamina-ción electromagnética emitida por la pantalla afectasu sistema inmunológico y las imágenes almacena-das en su mente antes de quedarse dormido, interfie-ren en la higiene del sueño.

Seguridad

¿El diseño arquitectónico le permite al niño circularcon libertad por la casa, teniendo en cuenta su seguri-dad?

“En epidemiología, cuando se pretende estudiar la cau-sa de un suceso se hace el análisis de sus factores deriesgo; por medio de un proceso de razonamiento lógi-co, y con el apoyo de pruebas estadísticas, se puedeasignar el riesgo atribuible a cada uno de los factoresen estudio, encontrando así la relación causal en laocurrencia de un fenómeno, que puede llamarse en-fermedad o lesión física. Con base en estos estudiosse puede configurar una estructura causal que expli-que un suceso determinado. Para el caso de las lesio-nes físicas, mal llamadas accidentes, se puede dispo-ner de una explicación causal claramente sustentada;por tanto, no serían sucesos casuales sino causales

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[...] En Colombia, según el Ministerio de Salud [...] losaccidentes aparecen como la primera causa de muerteen niños de 5 a 14 años [...] El 33% de los acciden-tes ocurren en el hogar5 [...]” (POSADA: 444, 445).Es a partir de la aclaración del término accidente yestas estadísticas, que los autores de “El niño sano”desarrollan un capítulo sobre la prevención. “La pre-vención específica evita muchas lesiones, secue-las y muertes, con la consiguiente disminución decostos humanos, sociales y económicos” (POSA-DA: 445). Como la mayor parte de los accidentesocurren en el hogar se anota cuáles son los másfrecuentes y se llama la atención sobre las obras enconstrucción o las casas semi-terminadas pero ha-bitadas, como una de las modalidades más recu-rrentes en las caídas letales en el hogar. Tambiénhabría que mencionar ciertos diseños arquitectóni-cos que parecen guiados por la estética del vértigo:enormes ventanales, de pared a pared, de piso atecho; pasamanos apenas insinuados, barandas debalcones con elegantes tubos a escasos 60 cm. delpiso, baños sofisticados cuya superficie carece defricción alguna... y en el medio rural o suburbano,los pozos y aljibes sin cubrir. Las quemaduras nor-malmente tienen lugar en la cocina donde algunosmobiliarios son muy bajos y junto con las planchas,las velas y los fósforos, están al alcance del niño. Eldiseño abundante en aristas y acabados duros queprovienen de un sentido de la belleza de la perfec-ción del ángulo recto, los 90 grados, llenan de satis-facción al constructor y al propietario, pero el resul-tado es filoso y cortante, olvidando que “El construircomo morar se desarrolla en un construir que cui-da, a saber, el crecimiento; y en un construir queerige edificios” (HEIDEGGER: 2).

Curiosamente los tomacorrientes se ubican a es-casa altura para que no se vean los cables conec-tados a la pared, pero los interruptores son altos,de manera que el niño no accede a ellos con faci-lidad. Donde habita un niño es primordial que lasposesiones del hogar no lo pongan en peligro olimiten su capacidad de movimiento y juego; si bienes aconsejable que crezca en compañía de losobjetos y las sustancias normales para el funcio-namiento de una casa, hay que considerar la edady el desarrollo del niño. No se debe poner en ries-go su integridad física al confiar que lo peligrosoestá fuera de su alcance. Al niño le gusta trepar,

descubrir, explorar, abrir, halar, cavar, porque porsu percepción sabe que lo encantador muchasveces no es lo obvio.

Otra causa de accidente letal la constituyen las as-fixias por inmersión, sofocación, confinamiento, obs-trucción o intoxicación, que igualmente, están relacio-nadas con depósitos de agua sin cubrir, elegantes fuen-tes de jardín sin protección, piscinas, y algunos artícu-los como bolsas plásticas, cojines, etc. Pero el casode sofocación, remite nuevamente a la necesidad dela habitación propia, a su cama, a su cunaindividual…de nuevo la importancia de la independen-cia del niño para dormir. En cuanto al jardín infantil,Céleste cuestiona lo siguiente: “¿cómo se favorecerála autonomía del niño en lo referente al dominio de susesfínteres si los servicios están situados tan lejos de laclase que peligra la seguridad del pequeño si se ledeja ir solo al baño?” (CÉLESTE: 56).

Las cosas: compañías virtuales yjerarquías electromagnéticas

Hay un aspecto que no por mencionarse al final esmenos importante. El niño vive actualmente una sole-dad acompañada de ruidos; ruidos provenientes de lacalle, pero sobre todo, de los electrodomésticos delhogar y es común que las posesiones de valor se so-brepongan a la integridad física del niño y su bienestar.“Las cosas” por urgentes o costosas que sean, no de-ben desplazar la importancia de ese pequeño habitan-te que tanto cuenta. La infancia del niño esimpostergable, irrepetible y no es acumulable comolos bienes materiales. Un pedagogo norteamericanoplantea la siguiente reflexión: el computador no se sueleprestar a la empleada doméstica por temor a que lodañe. ¿Porqué, en cambio, sí se le confiere la respon-sabilidad de llenar ‘tanto’ espacio del disco duro “vir-gen” que representa el cerebro de un hijo de los O alos 6 años?

En este punto se esclarece la pertinencia de uno delos cuestionamientos iniciales. ¿Qué representan laaccesibilidad, la apropiación y la seguridad para elniño como habitante de la casa? Estos elementos, sinolvidar la sustentabilidad del hogar, determinan su bien-estar y esta primera experiencia de bienestar, la de suinfancia, influirá de manera definitiva en su concep-ción de habitar, no sólo la casa, sino el mundo.



Tras este recorrido, si retomamos la pregunta: ¿Es ladimensión físico espacial de la casa incluyente o ex-cluyente con el niño? podemos concluir que todavía eldiseño y los acabados no tienen en consideración alniño. Generalmente los espacios y el mobiliario de unacasa están diseñados para la edad adulta. El niño nosuele tener ventanas seguras, los asientos son altos,los baños peligrosos, los espejos inútiles, pues no losreflejan, los servicios incómodos, los interruptoresinalcanzables, los grifos y las duchas no les permitensu anhelada autonomía. Y cuando crecen, cuando sonadultos y lo abarcantodo, cuando todoslos espacios y lascosas les son per-mitidos, accesiblesy a su medida...simplemente estambién la hora demarcharse de lacasa.

Discusión

Si la arquitectura noconsidera las dife-rencias de edades ycondiciones físicasde los habitantes dela casa, si no se salede la estanda-rización, podría in-tentar emplear lasnuevas tecnologíaspara generar espa-cios más versátilesen sus usos: “Lacasa continúa sien-do el centro delmundo, pero desta-ca con menos niti-dez y por consi-guiente es más difí-cil de ver. Lo que re-gía de manera ‘objetiva’, para la contextura del mundomítico, hay que transmitirlo a la estructura del espacio‘subjeti-vamente’ vivenciado y vivido” (BOLLNOW: 137).Si la versatilidad del diseño original no prevé las adap-taciones necesarias para procurar la accesibilidad, la

apropiación y la seguridad desde la singularidad delos habitantes de la casa, se continuarán realizandodentro de la modalidad de ‘adición6 , de rejas, mallas,tubos, rampas, escaleras y escalones donde no fueronpensados. “La arquitectura no puede limitarse, en efec-to, a “extender” el cuerpo, sino que debe ser un suple-mento activo y funcional, un mecanismo autónomo yreceptivo a un tiempo, “extraño” y a la vez sensible a loparticular, capaz de regirse por sí mismo y al mismotiempo, sostener y potenciar al anfitrión” (GAUSA: 11).El resultado actual no es el mejor en cuanto a bienes-

tar y mucho menoscomo propuestaestética.

Se ha de volver unay otra vez sobre eltema de la diversi-dad en los modosde habitar. “Una di-versidad entendidacomo posibil idadcombinatoria ca-paz de propiciar lamezcla eficaz demúltiples tipos yprogramas a partirde la concepciónde nuevos meca-nismos y estructu-ras másp o l i v a l e n t e s ”(GAUSA: 23). Asu-mir la arquitectura,la construcción dela vivienda, dentrodel tejido de la ciu-dad y esta a su vez,como subsistemadel territorio, desdela inclusión y el res-peto por la hetero-geneidad. La con-dición de la infan-

cia, las dimensiones y desplazamientos que demandala niñez, así como la ancianidad y la discapacidad,alteran la media de las estadísticas con las cuales sediseña la vivienda. Esta diferencia requiere cuidadosespecíficos que superen la competencia de los deco-

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radores de interior y su limitada intervención que sereduce a la definición de los colores aplicados a lasrejas. El niño tiene derecho a crecer en un entorno queperciba como seguro, pero que no limite su expresióny desarrollo psicomotriz; este es el concepto que aludea la inclusión en el mundo para el niño, el anciano o eldiscapaci-tado, sentirse parte de su entorno y su me-dio social y ser autónomo dentro de éste.

Si bien la arquitectura proporciona al hombre los es-pacios en los cuales se desenvuelve su vida pública yprivada, no puede responder de manera estandarizadaa las demandas de una sociedad por completoheterogénea. La obra arquitectónica, y en este caso,la vivienda en particular, no pueden constituirse enobstáculos para la cotidianidad, ha de funcionar másbien a la manera de un puente que se tiende entre lasingularidad del habitar y una particular forma demoverse en el mundo, bien sea por tratarse de losextremos de la edad o por discapacidad; es decir, laarquitectura tiene la misión de albergar al vida, no deexcluirla y la imagen de puente como instrumentopara la inclusión.

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Notas

1 BAGELLARDI, Paolus de la Universidad de Padua y posteriormentePHAIRE, Tomás publica en inglés el Libro del niño. 1545, (POSADA,1998. Pág. 3).

2 Instituto Interamericano del niño. Los Derechos del Niño en el siglo XX, http://www.iin.oea.orglVideos/documento_video30_quiero.htm. Consulta 10..04/05.

3 “Tal y como proponían ELlA ZENGHELIS y ELENI GIGANTES”(GAUSA: 19).

4 Módulo de juegos compactos para niños, que permiten llevar a cabodos o tres actividades en espacios correspondientes a una sola.

5 El 27% en la calle o la carretera y el 40% restante en el sitio de estudio,recreo, trabajo u otro.

6 “En este marco, la nueva vocación “protésica” de la arquitectura con-temporánea [oo.] no radica tanto en esa constante situación de “adición” aun cuerpo anterior inherente al propio acto arquitectónico como el hecho deque [...] hoy dicha realidad no podría ser, ya, la única fuente de inspira-ción” (GAUSA: 11).


LA GESTIÓN DEL HÁBITAT, UN DESAFÍO SOCIAL

La gestión del Hábitat, un desafío socialLa gestión del Hábitat, un desafío socialLa gestión del Hábitat, un desafío socialLa gestión del Hábitat, un desafío socialLa gestión del Hábitat, un desafío socialMariana Gatani

Resumen

Este artículo es un ensayo sobre la temática de la ges-tión tecnológica de viviendas y algunas estrategias parasu producción. En la primera parte se describe la crisiseconómica, social y política – de carácter estructural -que viven muchos de los países de la región. En la se-gunda parte se plantean algunos conceptos marco paraentender el contexto económico y social. Más adelante,se definen las diferentes estrategias de gestiónsociohabitacional en función de la lógica de los agen-tes intervinientes. Para finalizar, se proponen algunoslineamientos alternativos para viabilizar la gestión delhábitat popular.

Abstract

This article is an essay concerning technological housingmanagement and some strategies for the production. Atthe beginning, the article describes the economical, so-cial and political shortage -of structural nature -, that livemany regional countries. In the second part, itarrangement some concepts to understand theeconomical and social context. After that, it defines thedifferent strategies of social housing managementconcerning to the logic of the implicate agents. At theend, it propose some alternative lines in order to viabilitythe popular housing management.

Descriptores temáticos: vivienda y gestión, gestiónsociohabitacional, producción de hábitat popular.

Introducción

Asistimos a un momento de crisis económica, social ypolítica que, más que crisis, ya es una coyuntura. Eneste marco creciente y crónico de exclusión que vive ungran segmento social de varios países de las regionesSur y Este del mundo, los indicadores sociales demues-tran un complejo perfil de carencias que caracteriza a lapoblación de referencia.

El proceso de pauperización social, en contextos de de-sarrollo inequitativo1 ha polarizado la situación al extre-mo de la indigencia en amplios sectores de la pobla-ción.

Un agudo proceso de recesión con diferencias profun-das – entre los países y dentro de los países -, de losindicadores de PBI per cápita, nivel de desempleo, niveleducativo alcanzado, mortandad infantil, nos dibujan unpanorama social asimétrico entre los estratos más altosy los niveles más bajos de la población.2

En Argentina, a consecuencia de la disminución de laactividad económica y productiva del país, la mitad de lapoblación se ve afectada. Así también el incremento dela indigencia se ha duplicado.3 Las necesidades de aten-ción se concentran en la pobreza, reproduciendo en-tonces un círculo vicioso de mayores y más graves ca-rencias.

Y si bien existe cierta tendencia a la recuperación eco-nómica, social y política del país, será agenda pendien-te de los próximos años revertir el grado de deterioro

Arquitecta. Investigadora Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas, CONICET. Miembro del Área de Investigación y Desarrollode Tecnologías para viviendas del Centro Experimental de Vivienda Económica.Docente Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de Córdoba. Directora de proyectos de investigación y desarrollo referidos alhábitat y la tecnología.

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social y cultural acaecido, a la luz de la incipiente ac-ción del Estado en áreas tales como educación, salud,generación de empleo y vivienda.

1. El contexto

La situación política, social y económica del país nostiene acostumbrados a vaivenes en las últimas déca-das. Sin embargo, en estos últimos años, los cambiosparecen darse en forma vertiginosa y desarrollamos unadinámica de adaptación y resiliencia que socialmentenos impresiona. La sociedad toda opina de economía,de política, deagendas sociales yexiste un renovadoy ávido discurso apensar que concada proyecto po-lítico iniciamos lasenda del desarro-llo.

Sin embargo, nodebe ser confundi-do desarrollo concrecimiento. ¿Po-demos asegurarque el crecimientotraerá desarrollo?El desarrollo de lasociedad, de laeconomía, de lacultura…es desa-rrollo equitativa-mente distribuido.Es posible quehaya indicadoressociales que cre-cen. No obstante,no siempre sus be-neficios trascien-den la esfera delalcance para unospocos.

El Estado se ha convertido en administrador de la “crisis”(o coyuntura) y no parece estar capacitado para revertirla,pese a los numerosos programas estatales de carácter

focalizado. El sistema económico está produciendo efec-tos sociales. Las políticas sociales son un ejercicio de lavoluntad política que tiene por función equilibrar desajus-tes. El Estado pasa a ser subsidiario del mercado, en aque-llas áreas que el mercado no cubre.

Desde hace varias décadas asistimos al crecimiento dela economía, sin equidad. Y esta tendencia va en au-mento. Es prioritario desarrollar e implementar políticaseconómicas que aseguren programas sociales, econó-micos y políticos distributivos.

Se afirma que manteniendo este modelo económico,aún cuando hayacrecimiento, nohabrá equidad.

La crisis actualnos iguala en unpunto: las circuns-tancias sociales,políticas y econó-micas nos rozanen mayor o menormedida. Las deci-siones cotidianasplantean diferen-tes relaciones a lacrisis: en el ámbitode la cultura, de laeconomía, de laeducación, la pro-ducción o la salud.Entonces, hay queredistribuir ahora,aún sin crecimien-to. Si se distribuyeequitativamente,se potenciará elc r e c i m i e n t o .(Coraggio, 2004)

2. Economía y sistema social

La economía es la disciplina que incide en forma de-terminante y de manera coercitiva sobre los factores

Taracea. Sillas corales. Detalle. Venecia



endógenos del país. Sin embargo, ¿qué es la econo-mía? Estamos habituados a entender la economía enmanos de expertos, de gurúes y fórmulas mágicas. Den-tro de esa lógica, existen contradicciones. Las teoríasde la crisis enfatizan el rol de la economía.

Algunas opiniones atribuyen a la economía un sentidomás extenso. J L Coraggio (2004) plantea que la econo-mía es el sistema que se da en una sociedad para defi-nir, para organizar y para distribuir recursos que resuel-ven necesidades legítimas y permiten ejercer derechoslegítimos, y lo hacen de manera transgeneracional.Según esta definición, no es coherente plantear diferen-cias entre economía y economía social. La connota-ción de social, la socioeconomía, parece ser el escena-rio de movimiento alternativo para aquellos que quierendiferenciarse del concepto en sentido restringido deeconomía, entendido como la mera administración derecursos.

Por su parte, los antropólogos defienden la idea quetoda economía produce sociedad, y en consecuencia,la sociedad disfruta los beneficios de la economía. Asíentendida la economía está compuesta por actores yagentes sociales, valores, cultura, e instituciones. A dife-rencia de la economía, los mercados son reglas de jue-go, acuerdos sociales. El mercado es una construcciónsocial.

Entonces, de cómo se organiza la economía podremosentender la organización social que se da en una socie-dad. La economía debe ser definida por la sociedad enfunción de sus necesidades prioritarias. Ello implica ne-cesariamente un proyecto político que lo sustente. Y espor eso que la política y la economía difícilmente pue-dan ser comprendidas en forma independiente.

¿Por qué otra economía?

El modelo de organización actual de la economía es elde mercado libre, autorregulado, la globalización de losmercados4 . Hay consenso sobre las tendencias a ladualización social y económica que la globalizaciónconlleva y seguirá manifestando, aún contrarrestandosus efectos más “extremos y evidentes”.

Como resultado, vemos a un creciente número de “ex-pulsados” del sistema: no pueden acceder a vivienda, a

salud, a educación, porque no disponen de los recursosque lo permitan. Entonces, como resultado de la crisisde expulsión de asalariados5 , hay indigencia,marginación, exclusión social. Y este es un fenómenopreponderantemente urbano.

¿Qué alternativas hay? De hecho hay alternativas eco-nómicas, no sólo para paliar esta crisis, sino para eldesarrollo de una economía más equitativa, más social-mente distribuida. Se trata de redistribuir la riqueza, to-mar una parte del ingreso excedente y distribuirlo ensalarios dignos, y garantizar capacitación.

La búsqueda de economías alternativas es respues-ta a la marginación social, en pos de mayores y me-jores beneficios. Demostrar esto requiere identificarpotencialidades y posibilidades alternativas, y desa-rrollar estrategias que permitan viabilizarlas. Se de-mandan propuestas sociales concretas que sean efi-cientes en la generación de recursos, “reabriendo laexpectativa generalizada a un desarrollo integrador,que impulse a la vez la innovación y la solidaridad”.(Coraggio, 2000)

Economía popular y desarrollo local

La cuestión urbana de comienzos de siglo está fuerte-mente vinculada a la capacidad y métodos que el capi-talismo desarrolle en referencia a la vida social, culturaly política de nuestras ciudades “globalizadas”. Se diceque son “ciudades sin rumbo”, ciudades en crisis, por laineficacia del modelo económico para distribuir los be-neficios que genera. Por ello, la cuestión urbana es tam-bién la búsqueda colectiva de una propuesta de senti-do. Es necesario resignificar las relaciones sociales ur-banas en términos de una construcción social colectivay armónica.

Los desafíos que enfrenta la política urbana latinoame-ricana se presentan como la gobernabilidad, lacompetitividad y el desarrollo urbano sustentable.

La gobernabilidad es la garantía de estabilidad para losprocesos de acumulación del poder político y del podereconómico. Competitividad de corto plazo implica de-sarrollar un sistema urbano eficiente que atraiga el esta-blecimiento de capitales: altas condiciones de infraes-tructura (comunicaciones, oferta energética), eficiencia

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en la administración pública, y desregulación del traba-jo asalariado. Sustentabilidad es el paradigma de desa-rrollo del siglo XXI. Va más allá de los términosecológicos del ambiente, para ser asumido como el usoeficiente de los recursos naturales y el mínimo impactoambiental de las aglomeraciones urbanas sobre el so-porte físico. La sustentabilidad social tiene que ver conla mitigación de la pobreza y la indigencia.

La connotación urbana de la economía está fuerte-mente ligada al sentido de desarrollo local.6 No en elsentido clásico de economía interna o economía lo-cal, sino entendida como un sistema de relacionessociales de todo tipo, que se dan en el marco de lainteracción con la economía pública y la economíaempresarial. Pretende trabajar en la interfase promo-viendo nuevas formas estatales y nuevas formas em-presariales.

Ello significa superar las prácticas filantrópicas de sec-tores sociales solventes, y superar también las teoríasque centralizan la idealización de la vida cotidiana delas comunidades pobres y la sabiduría de los subordi-nados. Es necesario construir nuevos paradigmas deabordaje social, económico y político que promuevanprocesos integradores para nuevas interpretaciones yalternativas para la acción.

3. La gestión del hábitat

La gestión del hábitat y la producción de viviendas estánestrechamente vinculadas. La relación se estableceentre las estrategias sociohabitacionales que se desa-rrollan y el producto que se obtiene: vivienda.

La acepción de vivienda parece tener más de un enfo-que según quien la defina. Según el diccionario, vivien-da es el lugar donde habitan una o varias personas. Sinembargo, los “viviendistas” dan un giro conceptual a laexpresión para referirse en términos que van desdehábitat construido a escala comunitaria hasta soluciónhabitacional incorporando la microescala de interven-ción.

Así, las experiencias de los últimos años abordan lasdiferentes concepciones sobre el tema de la viviendacompleta o “terminada”, desviando hacia estrategiasdiferentes de soluciones progresivas o “no completas”.

El grado de determinación se produce según la lógicade los agentes intervinientes.

Con sentido amplio, Víctor Pelli define a la viviendacomo...” un conjunto de soluciones, bienes y servicios,desagregables en el tiempo y en el espacio, y en susprocesos de producción y uso” (Pelli, 1999). Esta defini-ción pauta las dimensiones del análisis viviendista a partirde la concepción transdisciplinar.

Así el tema de la vivienda es abordado desde los diferentessectores disciplinares: arquitectos, sociólogos, abogados,economistas, aportando cada uno desde su perspectivalos múltiples enfoques que intervienen en su tratamiento.

Desde esta perspectiva, se trata de concebir la viviendacomo la sinergia de factores de orden social, físico yeconómico que se dan en el tiempo. Sin poner énfasis -a priori - en alguno de estos aspectos, la vivienda asíentendida se expresa a partir de la cultura, del ordensocial establecido, de las oportunidades urbanas, delas circunstancias financieras,... y de los procedimien-tos constructivos vigentes.

Para demostrar la relación entre la gestión del hábitat yla producción de vivienda, la observación de rasgos so-bresalientes y característicos de la gestiónsociohabitacional fue centrada en sus efectos: la vivien-da y su expresión tecnológica. 7

El énfasis está puesto en las interrelaciones existentesentre la gestión (procesos de toma de conocimientos yde decisiones) y el correspondiente nivel de materializa-ción alcanzado a través de selecciones y aplicacionestecnológicas.

Las categorías de abordaje son definidas mediante lascaracterísticas predominantes de gestión, desde dondese realiza la mirada de la lógica dominante. Estas cate-gorías de análisis se clasifican según la posición delórgano de decisión de la gestión sociohabitacional yson descritas como la gestión del Estado, la gestiónempresarial y la gestión social.

La gestión del Estado

La gestión institucional del Estado se define por la lógi-ca del financiamiento oficial, esto es, quien aporta los



Hartmann Schedel. Liber Chronicorum. Plano de Roma. Biblioteca Nacional.

recursos necesarios y suficientes para la ejecución delprograma socio habitacional, que puede incluir otrosactores participantes del proceso, como por ejemplo, elsector privado (las empresas). 8

El proceso de definición de sus principales variables:destinatarios, tecnología de construcción, tiempo de eje-cución y montos de recursos económicos a aplicar, sonpredeterminados por los organismos técnicos del Esta-do y no contemplan participación del destinatario du-rante el proceso de toma de decisiones.

Las décadas del sesenta y setenta se caracterizaron porabundante producción de viviendas del Estado. Sin

embargo, en la actualidad, no es significativo el númerode viviendas que el Estado inyecta anualmente al par-que de viviendas. Se trata de viviendas de tamaño medioentre 60 y 150 m2 aproximadamente, destinadas a lossectores medios y medios bajos.

El acento de la gestión sociohabitacional estatal se ca-racteriza por un proceso de control y administración derecursos económicos que contrasta con la ejecuciónde viviendas en forma directa.

La gestión empresarial privada

La gestión del sector empresarial de la construccióntiene a escala habitacional dos rangos: la gestión pordemanda familiar individual guiada por una lógica de

consumo y la iniciativa de la empresa (de escala in-dividual o colectiva) que tiene lógica lucrativa, inyec-tando al mercado habitacional unidades para la ven-ta.

Las características de este sector están sesgadas porentornos muy dinámicos y flexibles. La lógica de acu-mulación guía las actividades de estas constructorasque producen viviendas donde se presenta la oportuni-dad de inversión rentable.

Sus resultados son viviendas de buena calidad cons-tructiva y buena ubicación en la ciudad - con abundanteoferta de servicios y equipamiento-, predominantemen-

te destinadas a sectores de medio–alto y alto poder ad-quisitivo.

En la gestión empresarial de viviendas, normalmente elgrupo empresarial está encargado de la gestión, finan-ciación – aunque sea a través de créditos -, ejecución,control y comercialización de las viviendas que produ-ce. Ello implica en ocasiones (dependiendo del tamañode la empresa constructora) subcontratar algún segmen-to de actividades.

La gestión social

Resulta difícil definir la gestión social de viviendas sinmencionar su relación con algunos de los sectores ante-riores. A fin de definir las características de gestión, se

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considerará la gestión sociohabitacional con mediaciónde ONGs y la autogestión destinada al consumo familiar.

La gestión de las ONGs

La gestión institucional de organizaciones no guberna-mentales toma características de las gestiones prece-dentes con modalidades particulares.

Si bien depende – de manera general - de recursosoficiales, está fuertemente involucrada en el diseño yejecución del programa y tiene activa participación enla definición de las características sociales, en la tecno-logía de construcción, en el uso de los tiempos de eje-cución y en la eficiencia en el manejo de recursos limi-tados, en articulación con los organismos financiadores(Estado) y con los organismos destinatarios (poblado-res).

La gestión de las ONGs es el espacio de prácticas ymodalidades de gestión y construcción no convencio-nales. Desde la participación del usuario en el diseñode la viviendas hasta la innovación con tecnologías cons-tructivas que no se comercializan en el mercado formalde producción de viviendas.

Son experiencias que no impactan en el mercadosociohabitacional de manera significativa, aunque amenudo estas experiencias constituyen verdaderosmodelos de gestión. Se trata en general de conjuntosde viviendas pequeñas, o evolutivas, o lotes con servi-cios, destinados a sectores bajos con alto nivel de sub-sidio.

La autogestión popular

La gestión particular de viviendas es quizás la que cons-truye la mayor parte del hábitat que se genera en lasciudades latinoamericanas. No obstante, existe pocainformación sistematizada al respecto.

Su modus operandi consiste en extensos tiempos degestión y construcción que son manejados por el usua-rio – administrador. Según E. Ortiz, el promedio de cons-trucción popular de una familia latinoamericana es de14 años, aunque en ocasiones, puede trascender másde una generación.

El financiamiento de la obra es realizada por el ahorrofamiliar – que acompaña la obra- aunque incluye tam-bién modalidades de financiamiento oficial o créditosprivados.

Los componentes y materiales de construcción son ad-quiridos en el mercado formal, e incluye mano de obracontratada o autoconstrucción, aunque sea en formaparcial.

Las tecnologías de construcción empleadas son de tipoartesanal, asociadas muchas veces, con falta de cali-dad constructiva.

Dependiendo del nivel social y económico de la familia,las calidades y tamaños de las viviendas autoproducidasvarían. Así también su ubicación. Grupos sociales másaltos construyen en mejores barrios, y familias pobresconstruyen en villas de emergencia. Pero laautoconstrucción es un fenómeno típico de los sectorespopulares, quienes consideran la inversión en la vivien-da propia como una de las formas más eficientes delahorro familiar.

4. A modo de conclusiones

Tradicionalmente la oferta de viviendas, públicas o pri-vadas no está focalizada hacia los sectores donde haycarencia sociohabitacional. El desarrollo de estrategiasalternativas constituiría un aporte a la solución del défi-cit.

Desde la gestión social de viviendas resulta unaaproximación pensar la construcción del hábitat aso-ciada a modalidades financieras, oportunidades delmercado de la construcción y sustentabilidad am-biental.

Por sobre estos aspectos, los cambios tecnológicosintroducidos en los campos de la informática y de lascomunicaciones fundamentalmente, provocanasimetrías en el desarrollo de los conocimientos ydel “saber hacer” en los sectores con mayor acceso ynivel de educación. La adecuación de tecnología paraviviendas (no exclusivamente constructivas), desdeesta perspectiva, constituiría el encuentro entre elsaber técnico- profesional y las necesidades comu-nitarias.



Algunos ejemplos son:

� Soluciones habitacionales progresivas, no comple-tas, económicamente accesibles en forma escalo-nada por medio de pequeños créditos.

Existen antecedentes en diferentes países deLatinoamérica que dan cuenta de esta manera de cons-truir. Servivienda en Colombia y Viviendas Hogar de Cristoen Ecuador son ejem-plos de ello. En Argenti-na, el CEVE ha desarro-llado la vivienda “semi-lla” que debe su nombrea la progresividad de lamisma. Con tecnología“semilla” se han ejecu-tado proyectos socio-habitacionales en Cór-doba, Santa Fe y Mon-tevideo. La hipótesis queacompaña esta pro-puesta tecnológica es laevolución social y eco-nómica de las familiasa partir de la habitaciónde la vivienda. Los nive-les de terminación ini-ciales son básicos y decarácter abierto.

Las terminaciones cons-tructivas “del arte” per-miten el aporte de manode obra del usuario ocontratada a terceros.

� Desarrollo del mer-cado de partes y / componentes.

El uso progresivo y generalizado de partes de sistemasde construcción y/o componentes demuestra la intro-ducción en el medio constructivo a modo abierto, concarácter flexible, en pos de admitir ensambles con com-ponentes de distinto origen y procedimientos variados.

La popular comercialización y uso de los bloques dehormigón así lo demuestra. Viguetas prefabricadas, cha-pas de acero y más recientemente tableros de madera

constituyen entre otros el abanico de alternativas de cons-trucción más aceptadas.

� Tecnologías ambientalmente sustentables.

Las tecnologías respetuosas del medio ambiente vanaumentando el interés de los constructores que autoges-tionan su vivienda.

Desde hace variosaños, sistemas de sa-neamiento (sangrías,cámaras depuradorasde drenaje), sistemasde calefacción con biocombustible (salaman-dras, calefones a leña),orientación adecuadade los ambientes de lavivienda para ganar luz,y protección con alerospara las orientacionesmás desfavorables, sonalgunas de las técnicasque economizan y ha-cen más eficiente laconstrucción y funcio-namiento de viviendas.9

Una vertiente tecnológi-ca más nueva es la quedesarrolla materiales ycomponentes de cons-trucción a partir de recur-sos renovables o el reci-clado de desechos.

Numerosos proyectosde investigación en Brasil están dedicados al reempla-zo de la fibra de asbesto en las chapas para techo.

En el CEVE se desarrollan varios proyectos que in-corporan desechos plásticos urbanos (PET) e indus-tr iales (f i lms plást icos) y también residuosagroindustriales (cáscara de maní)10 . Los beneficiosson ambientales porque se le da utilidad a abundan-tes volúmenes de desechos; económicos, por el cos-to competitivo con sus similares de mercado y socia-les, ya que pueden ser desarrol ladas por

Taracea. Sillas corales. Detalle. Venecia

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emprendimientos sin altos costos de inversión en ma-quinarias y equipos.

Asumirse en un contexto económico limitado no de-biera impedir una evolución tecnológica en térmi-nos de innovación, calidad y funcionalidad para vi-viendas.

Es posible que debiéramos reinstalar el “oficio” dearquitectos, no sólo en términos de diseño, sino tam-bién en términos constructivos y de producción; re-cuperando saberes técnicos e investigando en lainnovación de éstas y haciendo uso de tecnologíaacorde al medio, que no implique sobreesfuerzosque atiendan cuestiones mediáticas.

Bibliografía

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viviendas”. Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño.Universidad Nacional de Córdoba. Córdoba, 2003.

Notas

1 En Argentina, el 20 % de la población concentra el 60 % de la rentanacional

2 Según Salvador Treber, analista económico, la relación entre el 10 %más rico y el 10 % más pobre de la Argentina es hoy una relación 1/40.Cuando en los años ́ 60 era 1/8, en los ́ 70 1/14, en los ́ 80 1/25 , y en los´90 1/32

3 Diario Clarín. 22.10.04. Buenos Aires

4 El mercado global, como dijimos, es una construcción social, pero es enmayor medida una construcción política. La competencia en el mercadoglobal no es empresa contra empresa, hay mercados por detrás, hayestados por detrás.

5 La crisis de expulsión de asalariados es la crisis del estado de bienestar.

6 Sin embargo, Coraggio define al respecto: No es por el modo de vida,ni por la densidad de ciertas relaciones entre sus miembros, ni por lasactividades de producción que lo caracterizan, que se define un asenta-miento como urbano. Este criterio imprime a cada asentamiento urbanouna denotación de “continente” y transfiere el sentido de “urbano” a todo loque transcurre “adentro” de sus límites, como la actividad económica.Según esto, “economía urbana” sería la actividad económica “localizada”dentro de los límites de los territorios urbanos.

En lo que sigue del trabajo denominaremos economía urbana local alagregado de actividades económicas urbanas del conjunto de ciudadesperteneciente a un departamento, provincia , o región no jurisdiccional

7 Proyecto PROCESOS DE ADOPCION TECNOLOGICA PARAVIVIENDAS. SECyt – UNC Dir: Mariana Gatani

8 En algunos proyectos oficiales con mediación de ONGs es posible lainclusión de cooperativas o asociaciones de destinatarios.

9 Estas técnicas no son novedosas ni constituyen una moda de losarquitectos populares. Principios milenarios como el Feng Shui, o la tradi-cional técnica del rancho pampeano son ejemplos de esto.

10 Al respecto se ha desarrollado un proyecto piloto con intervenciónde pobladores de bajos recursos de la ciudad de Córdoba, en laproducción componentes de construcción con reciclados plásticos.Los integrantes del proyecto no sólo han usado los componentes ensus viviendas, sino que son entusiastas promotores del sistema deconstrucción.


PROYECTO DE INTERVENCIÓN INTEGRAL. OTRA OPORTUNIDAD PARA MORAVIA

PrPrPrPrProooooyyyyyectectectectecto de Into de Into de Into de Into de Intererererervvvvvención Intención Intención Intención Intención IntegegegegegrrrrralalalalalOtrOtrOtrOtrOtra opora opora opora opora oportunidad partunidad partunidad partunidad partunidad para Mora Mora Mora Mora MoraaaaaviaviaviaviaviaAna Isabel Rivera PosadaComunicadora Social, Especialista en Planeación Urbana.

Pocas personas saben que al barrio Moravia lo componenlos sectores de El Bosque, Moravia, El Morro, El Oasis Tro-pical y La Herradura y que en la totalidad de su territorioviven más de 40 mil personas, en más de 8.300 viviendas.

Lo que muchos sí conocen es que buena parte de loque hoy existe empezó a consolidarse en 1977 cuandoel Municipio de Medellín estableció allí el basureromunicipal y con él se presentó un crecimiento acelera-do hasta llegar a 17 mil personas en 1983. Fue enton-ces cuando el Municipio determinó intervenir el sector ylo dotó de trazado urbano, de servicios y equipamientosbásicos y fueron canalizadas las quebradas El Molino yLa Bermejala. Pero estas intervenciones no se repitie-ron hasta 20 años después, tiempo durante el cual elsector estuvo abandonado de la gestión estatal y dondelas problemáticas, físicas y sociales, crecieron.

En 1990, el Plan de Ordenamiento Territorial de Medellíndefine a Moravia como un área de intervención especialsusceptible de contar con una Plan Parcial que orienta-ra su mejoramiento integral.

Estratégico

En el 2004 Moravia y sus problemáticas fueron conside-radas por la administración municipal de Sergio FajardoValderrama como un proyecto estratégico denominadoIntervención Integral de Moravia y su área de influencia,incluido dentro del Plan de Desarrollo 2004-2007Medellín compromiso de toda la ciudadanía.

Con carácter de proyecto estratégico, la Alcaldía le nom-bró gerente al proyecto y además tres coordinadorespara los componentes urbanístico ambiental,sociocultural y económico-financiero.

El proyecto de Intervención Integral de Moravia y su área deinfluencia busca favorecer la transformación física, espa-cial, ambiental, sociocultural y productiva del sector, contri-buyendo con la calidad de vida de los habitantes de estazona de la ciudad. Esto se hará mediante siete proyectosorientados bajo principio de protección a sus moradores,concertación y participación comunitaria para la toma dedecisiones, respeto por las estructuras sociales y urbanísti-cas del barrio, con la puesta en marcha de un plan parcialque interprete la realidad del barrio, adaptando las normasde urbanización a la realidad de la zona. El valor total detoda la iniciativa se calcula en 148.703 millones de pesos.

Los proyectos

Los siete grandes proyectos son:

1. Gerencia del proyecto de intervención integral: que bus-ca gestionar y movilizar el máximo de recursos y proce-sos públicos, privados y de cooperación para la ejecu-ción de todas las actividades del proyecto, en el marcode la ley y cumpliendo los lineamientos del Plan deDesarrollo de Medellín. En total, se ejecutan acciones

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ANA ISABEL RIVERA POSADA

por valor de 2.315 millones de pesos que favorecen lasiniciativas comunitarias, la participación y capacitaciónde las organizaciones comunitarias, salud pública y ladeuda social de los bonos de ayuda mutua.

2. Construcción y adquisición de vivienda nueva y usa-da de interés social tipo 1: se busca la reubicaciónde unas 1.900 viviendas -que hoy se encuentran enzonas de alto riesgo- en terrenos adecuados, previ-niendo pérdidas humanas y materiales. En Moraviason 4.426 los predios localizados en zonas de altoriesgo físico y ambiental o cercanos a proyectos viales,retiros de quebradas o de equipamientos públicos. Eneste sector se invierten 58 mil millones de pesos.

3. Fortalecimiento del tejido productivo: con recursospor 3.900 millones de pesos, pretende intervenir demanera participativa y flexible la economía barrial deMoravia, mediante la formación de capital humano,la creación y fortalecimiento de unidades producti-vas, la integración y generación de colectivos econó-micos y la gestión de espacios de promoción de laactividad productiva y comercial del sector.

4. Generación, recuperación, mejoramiento y conso-lidación del espacio público: busca el mejoramien-to de los espacios públicos existentes para que lacomunidad se apropie y los identifique como pun-tos de encuentro, se creen facilidades en la movili-dad vehicular y peatonal y se adecuen las instala-ciones de salud, educación y cultura. Se invierten51.120 millones de pesos.

5. Legalización integral de predios: con inversiones porvalor de 9.350 millones de pesos, se busca asegu-rar la tenencia del suelo y de los inmuebles y que sereconozca la propiedad y su uso adecuado, deacuerdo con el Plan Parcial y las normas existen-tes. En la actualidad, tan sólo el 10% de las propie-dades de Moravia cuenta con título legal.

6. Comunicaciones para el desarrollo sociocultural delbarrio Moravia: con estrategias por 318 millones depesos, se busca fortalecer los vínculos y redes deinformación y conocimiento de los diferentes acto-res del proyecto, centrando las actividades en el de-sarrollo de las personas, las organizaciones, la vita-lidad del territorio y los impactos socioculturales, através de la realización de campañas, medios de

comunicación, eventos y otras ejecuciones enconcertación con la comunidad.

7. Mejoramiento de la salud sexual y reproductiva: coninversiones por 201 millones de pesos, pretendepromover el avance de la incorporación de hábitosadecuados de salud sexual y reproductiva, apos-tándole a la construcción de relaciones familiares,sociales y sexuales sanas.

Una apuesta por la cultura

A Moravia lo distingue un gran movimiento cultural. Poreso la administración municipal adelanta acciones parapropiciar nuevos procesos de integración social, con lacultura como medio y que contribuyan a la resignificacióndel nuevo espacio barrial. El eje de estas actividadesserá el Centro de Desarrollo Cultural, así como el reco-nocimiento y construcción de las memorias culturales,la ejecución de diferentes proyectos de desarrollosociocultural y de formación ciudadana para el fortale-cimiento de la identidad cultural. En la actualidad, redesde dinamizadores y un comité interinstitucional confor-mado por 20 entidades gestionan de forma participativala consolidación de la actividad cultural del barrio y quepermita su conexión con las dinámicas de ciudad.

Ejemplo de Buenas Prácticas

La Intervención Integral de Moravia es uno de los proyectosestratégicos que se beneficiará de la transferencia de Bue-nas Prácticas para mejorar las condiciones de vida en lasáreas urbanas de la Región Latinoamericana y del Caribe.Durante el 2005 la ciudad de Medellín participó y fueronseleccionados cinco proyectos, dos de los cuales se repli-carán en Moravia. Uno de ellos es el Proyecto Pouso para laorientación urbanística y social que en los barrios popularesde Río de Janeiro, Brasil, establece de forma participativacon la comunidad las reglas para la extensión de su infraes-tructura. El equipo coordinador del proyecto visitó Moravia ydestacó que se trata de una comunidad con un fuerte senti-do de organización y pertenencia por su barrio, con necesi-dades urgentes por resolver, lo que permite encontrar dispo-sición para trabajar y a producir cosas importantes. De otrolado, el equipo del proyecto de Reasentamiento de familiasen riesgo que la Alcaldía Mayor de Bogotá ejecuta en Ciu-dad Bolívar, también visitó Moravia y señaló que para cual-quier proceso la comunidad es clave y que, de acuerdo conlo encontrado, se pueden esperar buenos resultados.


LA REVISIÓN DEL POT, UNA NUEVA MIRADA TERRITORIAL PARA MEDELLÍN

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La Escuela del Hábitat, Cehap, de la Universidad Nacio-nal de Colombia sede Medellín, adelanta desde el 2005la revisión y ajuste participativo del Plan de OrdenamientoTerritorial –POT- del Municipio de Medellín, que fue apro-bado en 1999 y con una vigencia hasta el año 2009.

Las actividades hacen parte de un contrato con la Alcal-día de Medellín y pretenden, con los aportes de la ciuda-danía, retomar un sueño de ciudad que concibe aMedellín integrada con la región; que pone a los ciuda-danos y ciudadanas en el centro de las decisiones; queentiende al espacio público como prioritario en la cons-trucción de ciudadanía; que vuelve a mirar hacia el RíoMedellín sus quebradas afluentes, las montañas y elcampo y que hace realidad la idea de privilegiar el bien-estar colectivo sobre el particular.

Los principios que fueron tenidos en cuenta para esarevisión son:

• El reconocimiento de la ciudad como acumulado.La ciudad es un proceso, y por lo tanto es historia(contexto sociocultural), es actualidad (enfoque dela evaluación por conflictos y oportunidades segúnlos impactos de los desarrollos del ordenamiento) ytiene perspectiva de futuro (frente al modelo de ciu-dad definido para el año 2009, desde la evaluacióndel compromiso de los sectores y actores(corresponsabilidad) para lograrlo.

• La visión de ciudad desde la conciencia de territo-rios bajo el reconocimiento de las diferencias enlas escalas y de los impactos que las decisiones yacciones con carácter de ciudad tienen en lo microy lo meso-territorial. Por ello se hace necesaria unaestrategia pedagógica que permita el reconocimien-to del otro dentro de las negociaciones que se ha-cen en esa construcción permanente de la ciudad.

• La sostenibilidad de la participación en la construc-ción de la ciudad que queremos (planeación a lar-go plazo), bajo el criterio de que esa construcciónde ciudad requiere la simultaneidad en la forma-ción de ciudadanos capaces de establecer nego-ciaciones para hacer realidad la ciudad que se plan-tea en el modelo. Se hace necesaria la compren-sión de la importancia en este proceso de dar elpaso del papel de habitante al de ciudadano.

Teniendo en cuenta como principios rectores la equidad,la sostenibilidad del territorio, la visión de región y lacompetitividad, el análisis participativo del POT buscagenerar un espacio de participación, intercambio de ideas,y búsqueda de acuerdos, en el cual los distintos sectoressociales expresen sus conocimientos, percepciones y

Ana Isabel Rivera Posada.Comunicadora Social, Especialista en Planeación Urbana.

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REVISTA HábitatAL

ANA ISABEL RIVERA POSADA

actitudes frente a los desarrollos del Plan de Ordenamien-to Territorial del Municipio de Medellín, a la vez escuchenlas posiciones de los demás actores y sujetos del ordena-miento en la ciudad y a partir de ello se establezcan acuer-dos y recomendaciones y se dé cuenta de los desacuer-dos de aquellos aspectos objeto de ajuste.

Con la ciudadanía

Para la revisión del POT se definieron dos grupos meta,en los que se vinculó a toda la ciudadanía en el ejerciciode evaluar cómo estamos frente al camino y la ruta quenos conducen a la consolidación del modelo de ciudadpactada en el POT.

Un primer grupo meta tuvo como escalas de análisis lomicro (comuna o corregimiento) y lo meso (zonal). Secompone por los pobladores y las organizaciones co-munitarias de base territorial, dado que son los habitan-tes de los barrios y veredas quienes desde la perspecti-va y conocimiento del lugar pueden evaluar el impactoque tienen en su vida cotidiana los desarrollos relacio-nados con el ordenamiento.

El segundo grupo lo conforman representantes de lossectores sociales de carácter privado, académico y po-lítico, quienes además de ser pobladores tienen intere-ses frente al POT en una escala macro, es decir, conuna perspectiva de ciudad y de región.

En los niveles micro y meso-territorial desde septiembredel 2005 se iniciaron los talleres en comunas ycorregimientos, para facilitar la reflexión, la deliberacióny la expresión de los actores locales, sobre los impactos(conflictos y oportunidades) generados por la gestióndel POT en sus respectivos territorios, de forma que sepuedan plantear propuestas en términos de su revisión yajuste.

En lo micro-territorial se han hecho talleres, 2 por comu-na y 10 en la zona rural (2 en cada corregimiento).Adicionalmente se han realizado 21 recorridos (1 por cadacomuna y corregimiento), con el propósito de hacer unalectura del territorio para confrontar y/o verificar en cam-po, los análisis efectuados en los talleres.

Igualmente, se inició el trabajo en lo meso-territorial (zonal),para lo cual se dividió el territorio municipal en tres cua-drantes: norte, centro y sur, articulando las zonas urbanas,

rurales y suburbanas con la perspectiva de entender laciudad como un espacio compacto e integral.

Otros sectores

De manera simultánea a los talleres para los escena-rios micro y meso-territorial se definió una estrategia paralos actores sectoriales, con el fin de generar un espaciode participación e intercambio de ideas, en el cual pue-dan expresar sus conocimientos, percepciones y actitu-des frente a las diferentes propuestas y desarrollos delPOT, así como escuchar las posiciones de los demásactores y sujetos del ordenamiento en la ciudad.

Para tal efecto, se desarrolló un ciclo de cinco semina-rios temáticos en los que se abordaron temas articula-dos a los componentes del modelo de ciudad pactadopara el 2009. Los temas desarrollados fueron: Regiónde Ciudades. Del desarrollo metropolitano al desarrolloregional, con Carlos Mario Yori como ponente central;Espacio público; Medellín campo y ciudad: una nuevavisión de la ruralidad, con Gustavo Wilches-Chaux comoponente; Estrategias de crecimiento urbano y la sanamezcla de usos e Instrumentos de gestión en un nuevoparadigma del desarrollo urbano.

La estrategia participativa se articuló de manera definiti-va en el Seminario de Ciudad, evento síntesis del proce-so, en el que tuvieron presencia todos los actores socia-les que participaron en las etapas anteriores y en el queconfluyeron las construcciones hechas en los diferen-tes momentos, para levantar finalmente el documentoque dará cuenta de los aportes y consideraciones quela ciudadanía presentará al Concejo Municipal comoproducto del proceso de revisión y ajuste del POT. Elseminario de ciudad se realizó el 24 de febrero.

Para el seminario de ciudad, cada eje temático analizadoen los seminarios anteriores dejó como resultado dosdocumentos: uno de conflictos y potencialidades desdela visión de los diferentes sectores y otro que contiene losacuerdos, desacuerdos y recomendaciones sobre el ajus-te, con los compromisos de esos sectores en la construc-ción de ciudad y en la negociación del territorio.

Con el documento de recomendaciones y apreciacio-nes sobre la revisión del POT, la administración munici-pal presentará en marzo del 2006 un proyecto de acuer-do para la reforma al POT.


NNNNNoooootttttas a Cátas a Cátas a Cátas a Cátas a Cátedredredredredra de Medellína de Medellína de Medellína de Medellína de MedellínPresentación conferencia de Alberto Saldarriaga RoaMedellín, 21 de febrero de 2006

La ciudad entre el bien y el mal.

“Hasta el siglo XIX, la naturaleza mantuvo su primacíasobre la progresiva expansión de los asentamientoshumanos. A partir de la Revolución Industrial, la acelera-ción de este proceso logró que aconteciera en este finalde milenio un hecho insólito en la historia de la Humani-dad: la población urbana del mundo superó a los habi-tantes de las áreas rurales. Ello implica la creación delambiente “artificial” para más de la mitad de los seis milmillones de personas que el mundo alcanzará en el año2000”. Roberto Segre

Las ciudades “globales”, según Félix Guattari y SassiaSasken, son los centros direccionales que dirigen losdestinos de la Humanidad, pero al mismo tiempo llevanen su seno las profundas contradicciones del capitalis-mo avanzado o neoliberalismo

La historiadora Françoise Choay afirma que la ciudadha muerto, sustituída por extendidos territorios dondefragmentos urbanos se alternan con espacios rurales.Ellos conforman lo que Claude Lelong denomina “ar-chipiélagos” urbanos. No cabe duda que acabó la ima-gen integral, unitaria, de la forma de ciudad. El diseñogeométrico regular, surgido en la antigua Grecia conHipodamo de Mileto, luego ratificado por los tratadistasdel Renacimiento, culmina en el proyecto de LeCorbusier de la ciudad de 3 millones de habitantes. Ésteresulta el último intento de establecer un control estéti-co, espacial y formal sobre la totalidad de las funcionesurbanas que imaginaba correspondiese a la existenciade un orden y armonía sociales. En el siglo XX, las me-trópolis fueron configuradas más por las egoístas fuer-zas económicas, la implacable especulación de la tie-rra, la intervención de ingenieros, constructores y em-

presarios, que por los planes y diseños realizados porutópicos urbanistas y arquitectos. De allí el predominiode configuraciones arquitectónicas anónimas, ajenas alos valores simbólicos de la “alta” cultura profesional.Todavía, en los años treinta, Rockefeller y sus arquitec-tos impusieron un lenguaje coherente en el espacio ad-ministrativo de la centralidad neoyorquina. A partir de laSegunda Guerra Mundial, las torres de oficinas repro-dujeron ad infinitum los esquemas abstractos y anóni-mos del International Style, luego sustituídos por la cos-mética posmoderna. La esperanza de los pioneros delMovimiento Moderno, de integrar las diferentes escalasdel diseño dentro de la ciudad, fracasaron ante el indivi-dualismo de empresarios y financistas, ansiosos de iden-tificarse e inmortalizarse en la construcción de las imá-genes corporativas del sistema financiero internacional.Modelos presentes en el mundo desarrollado y subde-sarrollado, capitalista y socialista, que florecieron enNueva York, San Pablo, Buenos Aires, Johannesburg,Jakarta, Shangai o Tokyo.

Las ciudades. IDENTIDAD, ESCALA YPERSONALIDAD

Alberto Saldarriaga, en la historiografía colombianaHablar de Alberto Saldarriaga y su obra es referirnos amomentos fundamentales y fundacionales del estudio,reflexión y búsqueda de la arquitectura y la ciudad co-lombiana y latinoamericana.

Saldarriaga forma parte de la segunda generación dearquitectos que hizo una ruptura con la visión conven-cional y clásica dominante, de un profesional para ha-cer edificios. Un arquitecto que sólo se interesaba en el

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rayar pero sin poca profundidad de conocimiento, ne-gación por la teoría o valoración por la historia.

En un estante de la biblioteca está Habitabilidad, quizáel primer texto personal de Alberto Saldarriaga, fechadoen 1976. Después, generalmente asociado con el deLorenzo Fonseca, su nombre encabeza varios estudiosde tipo exploratorio, por lo demás pioneros en múltiplescampos y varios temas relacionados con la trayectoriahistórica, los derroteros o los avatares de la arquitecturay de la ciudad colombiana entre los cuales están: As-pectos de la arquitectura contemporánea en Colombia(del cual fue coautor en 1977), Lenguaje y métodos enla arquitectura (1983), Notas sobre el patrimonio arqui-tectónico colombiano (1983), Arquitectura colombiana(1984), La arquitectura de la vivienda rural en Colombia(primer volumen en 1980 y segundo en 1984), Viviendaen madera, San Andrés y Providencia (1985), Arquitectu-ra para todos los días (1988), Un siglo de arquitecturacolombiana (en la Nueva historia de Colombia [Plane-ta], 1989), La casa en la arquitectura moderna colom-biana (capítulo sobre Bogotá. Obra colectiva, 1990), Ar-quitectura popular en Colombia (premiado en la Bienalde Arquitectura en 1992), Vivienda guajira (1992), Ma-nual de manejo del espacio público (1992), Guía dearquitectura de Colombia (con fotografías de GermánTéllez, 1994).

Regresó la Cátedra Medellín

La Cátedra Medellín es resultado de la coordinacióninterinstitucional entre Alcaldía de Medellín y el Proyec-to Interinstitucional Conoce Tu Ciudad, del cual hacen

parte, las secretarías de Cultura Ciudadana y de Educa-ción, la Gerencia del Centro, las facultades de Comuni-cación y de Arquitectura de la Universidad PontificiaBolivariana, Comfenalco Antioquia, la Corporación Cul-tural Nuestra Gente, Utopía Urbana, Escuela del HábitatUniversidad Nacional y la Corporación Región.

En el primer semestre del año 2006, se realizarán cincosesiones articuladas en el núcleo temático HISTORIADE LAS CIUDADES EN EL MUNDO E HISTORIA DEMEDELLÍN COMO CIUDAD, para lo cual tendremos lassiguientes temáticas y conferencistas invitados:

Marzo 14: Historia de la ciudad latinoamericana (SilviaArango, Universidad Nacional de Colombia, sede Bogo-tá)

Abril 4: La ciudad colombiana (Jacques Aprile, Universi-dad del Valle)

Mayo 9: Historia de Medellín, de la Villa de la candelariaa la metrópolis (Martha Villa, Corporación Región -Medellín)

Junio 6: Patrimonio y memoria en Medellín (Luis Fer-nando González Escobar, Universidad Nacional de Co-lombia, sede Medellín)

Quien desee mayor información puede solicitarla en lasinstituciones asociadas o en la sede de coordinacióndel Proyecto Interinstitucional Conoce Tu Ciudad: Calle55 No. 41-10 Medellín - Teléfono: 216 68 22 - correoelectrónico: [email protected] [email protected]

revista al hábitat - universidad nacional de … / al / hÁbit a t / febrero 2006 / 1 [5] habitar...

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